La Tía Sofi Marzo 09 Diagramada 1
La Tía Sofi Marzo 09 Diagramada 1
La Tía Sofi Marzo 09 Diagramada 1
LA TíA SOFI
Y LOS OTROS CUENTOS
Waldina Mejía
LA TÍA SOFI Y LOS OTROS CUENTOS 3
. ISBN 99926-30-36-1
. 1.- CUENTO
Trabajo Técnico:
Diagramación del texto: Glenda Suazo
Impresión: Santiago Pineda.
4 WALDINA MEJÍA
Presentación
Por eso es fácil hablarles de esta obra, porque La Tía Sofi y los
otros Cuentos está llena de virtudes literarias así como de
arriesgadas incursiones, mismas que denotan el decidido esfuerzo
en dominar el oficio por parte de su creadora.
Creo que por esa unidad temática que mencionaba antes, en esta
obra se estaba incubando el proyecto de una novela. En otras
palabras, sin lugar a dudas y aunque sea lugar común decirlo, esta
colección de cuentos que Waldina nos obsequia es apenas la punta
del iceberg, y seguramente nos dará otras sorpresas de este camino
que con tan buen suceso inicia a andar.
Confío en que estas líneas hayan logrado demostrar que este trabajo
literario de Waldina Mejía resulta de suma utilidad para ser
incorporado en el quehacer docente. En el encontramos el
compromiso artístico por crear una obra de calidad, calidad que no
se sacrifica ante el imperativo de facilitar un uso didáctico.
Además, sirvan también para darle la bienvenida a Waldina ya que
con esta obra de cuentos –y las de poesía–, gana con justo mérito su
carta de ciudadanía en la historia literaria de Honduras.
LA TÍA SOFI
Pero fue la primera vez que me pareció que tía Sofi no era feliz
con don Pedro.
Pues el señor Pedro nunca nos dio confianza y sólo lo
conocí hasta el velorio de tía Sofi, pero le puso una casa linda
hasta con piscina en una colonia de las caras, y tenía
trabajadoras y un carro precioso con todo y chofer. Y hasta un
perro y un gato finos que le costaron más de dos mil cada uno y
que le vendió la hermana de don Pedro, doña Mery, con la que
se llevaba súper y hasta hablaban mal de la esposa de don
Pedro. Todos mis hermanos querían también a mi tía porque
nos mandaba a traer con el chofer para ir a bañarnos a la piscina
y a comer cosas riquísimas en su casa, aprovechando que don
Pedro no estaba, y nos contaba del dineral que gastaba en esto y
aquello porque don Pedro le daba de todo y la llevaba de viaje a
las Bahamas, a Cancún, a Maiami y a donde quisiera.
Pero cuando salió embarazada de Miguel —Máicol, como
le decía ella— ya no pudieron viajar tanto porque no le vieran
la panza y después por la crianza de mi primo, aunque
contrataron una enfermera para que lo cuidara cuando era
chiquito. Lo que ahora me pregunto es por qué no abortó,
porque me parece que eso era lo que quería don Pedro... tal vez
mi tía pensó que así obtendría más del panzón del tata... pero
ella misma me dijo una vez que los hijos sólo amarran a los
hombres buenos... a lo mejor por eso empezaron a llevarse un
poco mal, pero la verdad es que no sé por qué mi tía se metió
con aquel fulano que hasta pobre era, porque tía Sofi siempre
dijo que ella quería tener pisto y que sólo se iba a casar con un
rico para arriba, y yo pensaba que por eso estaba muy contenta
16 WALDINA MEJÍA
DON PEDRO
—Mirá que la música está buena y esta juquita está tan rica
que bien nos quedamos aquí hasta tarde; además, la mesera nos
está atendiendo muy bien con esas boquitas escogidas que nos
está trayendo. Si te quedás más, te voy a dar gusto y te voy a
contar completa la historia de don Pedro, que yo me sé desde
cipote, porque nosotros vivíamos frente al terrenos donde él
instaló su fábrica. Y con esta juquita tan sabrosa tal vez me
acuerdo del nombre del muchacho y del viejo...
—Pues hombre, Foncho, dale viaje —contesté. Yo no
necesitaba nada para quedarme a seguirla en ese local del
bulevar en donde estábamos y las cervezas ya tomadas eran
suficientes para que no me importara la cara larga de mi mujer
al volver a casa. La ranchera de moda, que me gustaba,
resonaba al fondo; una muchacha guapa del grupo de la mesa
del frente me miraba de reojo y, además, al fin y al cabo
cazador de historias, sospechaba que en ésa de mi gordulento
amigo de juerga, podía haber algo de interesante.
Foncho se empinó su botella y en tres largos sorbos bebió
hasta la mitad; entornó sus ojitos de ratón trasnochado y miope,
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HELIODORA
Querida Carmen:
Perla Sarahí
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DORA CORAZÓN
PISTO ES PISTO
LA TÍA MERY
Pero luego vio que no era tan tonta como parecía y que siempre
se aseguraba buena publicidad y lo mencionaba a él y a la
familia cuando convenía, así que había allí algo de ganancia. Y
como de todos modos da estrictamente el dinero de ella y no se
mete para nada con la parte de los demás, ni mucho menos con
las empresas propias de él, pues es cosa suya. Además, ya se
sabe que Mery es la hermana preferida y que hasta le está
criando un hijo natural, el famoso Máicol, por cierto un
muchacho guapísimo. Tan guapo que allí andan diciendo —la
lengua execrable de la gente— que por algo lo está criando
Pues no sé bien qué contar primero. Como no se sabe en qué
va a parar, ni siquiera se puede escribir un cuento completo. La
tía Mery se vuelve elusiva porque aunque parezca la más pan
sin sal de toda la familia, es en realidad un personaje muy
complejo, que no logro entender bien. No entiendo, por
ejemplo, cómo siendo tan puritana fue cómplice activa de Pedro
Junior en su aventura amorosa más larga, con Sofia del Carmen,
la mamá de Maiquito. Porque aunque bien se sabe que no se
lleva nada bien con la esposa de Pedro, me consta que de
verdad es puritana y que se sonroja toda cuando hablan de sexo
sin las debidas discreciones. Y en una persona con los viajes, el
pisto y educación de la tía, no es muy lógico que no sea más
suelta en estas cosas tan comunes y tan abiertas en nuestros
días.
Lo cierto es que desde chiquita tenía tendencia a chupacirios.
Tiene la culpa en parte la mamá, doña María de Jesús, que sí era
muy religiosa y que además se refugiaba en la Iglesia para
consolarse de todas la infelicidades que le dio de gratis don
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Pedro, el viejo, que era más mujeriego que el propio hijo. Doña
María nunca se quejó pues, al fin buena hija de su tiempo, le
inculcaron que la mujer tenía que aguantarlo todo con tal de
mantener el matrimonio. Como Mery era la última, anduvo
más tiempo con la mamá, quien tampoco la soltaba para nada,
pues también se refugiaba en Mery porque especialmente de
ella cosechaba la pocas satisfacciones que le dio su matrimonio.
Por algo se llaman igual. De allí aprendió todos los códigos de
la Iglesia y de los iglesieros, que no es lo mismo. Y no hay
como ella para organizar los velorios y misas con los mejores
rezos, cantos y curas; otra de las cualidades por la que es tan
apreciada en su nivel social. Y es que es amiga del meritito
Obispo...
Cuando creció un poco, doña María también la hizo
confidente y se desahogaba con ella todo lo que le hacía don
Pedro. Y carga secretos que Pedro Junior ni sospecha... cosas
terribles y aún peores en la mente de una tierna y sensible
adolescente. Empero —disculpen, por favor— hay cosas que
no puedo contarles porque entonces Mery nunca me
perdonaría; y así como es ella, que cuando se le mete una idea
no ceja hasta realizarla, es muy capaz de conseguir un permiso
especial y venirme a tirar de la cobija cuando se muera. Y con
lo friolenta que soy, es un riesgo que no voy a tomar.
A lo mejor de allí sacó Mery otra de sus cosas raras, porque
ella se relaciona a la perfección en sociedad y alterna con
muchos tipos de hombres sin ninguna dificultad. Pero si
alguno se le acercaba con intenciones amorosas, Mery lo
alejaba cortés pero firme, y no había perseverancia que ganara.
40 WALDINA MEJÍA
que los Iunait, cuando, soltera y rica como es, podría vivir
allá en la casa de la familia en Maiami o en Europa, como
Quique, o donde quiera, y a lo mejor conseguir allí algún
hombre de ver. Pero ella sigue viviendo aquí, tal vez porque
aquí puede hacer sin problemas toda su obra social y de vez
en cuando algún negocio fácil y lucrativo gracias a todos sus
contactos personales y familiares.
Por ejemplo, el negociazo aquel de la arborización de la
ciudad. Su amiga Susy aprovechó muy bien cualquier
oportunidad que le salió o rebuscó cuando su esposo fue
Presidente del país. Como está de moda un ecologismo del
aspecto, superficial como toda moda, alguien le dio a Susy
la idea de lanzar la campaña de sembrar árboles como parte
de su imagen publicitaria. Y astuta como es, revendió los
arbolitos que a su vez le revendió en parte la tía Mery con
una ganancia de cien a ciento cincuenta por ciento de una
enorme venta total. Con aquello de las licitaciones, me
imagino que por algo se calienta la silla de la Presidencia de
la República...
Y como está criando a Máicol desde chiquito, tiene la
satisfacción de la maternidad más pura y espiritual sin la
condena de un hombre. ¡Ah!, ¡Máicol!, ¡ese guapísimo
muchacho blanco y zarco que le dejó Sofía del Carmen!
Mery lo mira y remira, le compra la ropa más cara, las
mejores vacaciones, las escuelas más exclusivas... y es
inteligentísimo, aunque no sea buen estudiante. Su mismo
tío Miguel se ganó esa beca súper y ahora trabaja en ese
instituto científico europeo ¿Y no dicen que muchos genios,
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EL COMPADRE CHICO
LOS DESCONOCIDOS
HOJA DE SERVICIO
superiores”
–¡Jah! –les tocó a esos siete de chivo expiatorio…
–Pero en Avisora.com y muchas fuentes, la soldada
Harman, una de las soldadas condenadas, dijo que su
unidad recibía órdenes de oficiales de inteligencia militar a
cargo de la prisión de Abu Ghraib y de personas contratadas
para realizar los interrogatorios. La oficial es la soldado que
aparece sonriendo detrás de un montón de prisioneros
iraquíes desnudos apilados en forma de pirámide, en una foto
muy publicada por la prensa mundial...” Además, el Comité
Internacional de la Cruz Roj, dijo que los casos de maltratos
a prisioneros iraquíes bajo custodia de Estados Unidos en
Irak no son aislados, sino que fueron parte de un patrón de
abuso sistemático...
–¿Y Maiqui qué con eso?
–Que es uno de los 17 expulsados. Y a esta altura, para
no perder su “entrenamiento”, lo integraron en otro cuerpo
especial los mismos gringos, o es un mercenario que trabaja
con el dictador o mafioso que le pague más.
–Muy coherentes suposiciones. ¿Pruebas?
–Sólo sé que ahora se llama Charles y le manda a
Mery postales de distintas partes del mundo en que está “en
servicio”, porque no quiere perder el contacto, velando la
herencia. Las he visto.
–¡Jah! Bueno, ya tenés un cuento completo. Escribilo
y publicalo.
–¿Estás loco? Mery y la familia jamás me lo
perdonarían, aunque le cambie los nombres. Y si uso
56 WALDINA MEJÍA
EL RATA
hay para adonde, es que los tales organismos sólo son coyotes
de la misma loma —y otra vez desgrana sobre la mesa su risa
ratonil.
Foncho sigue sobre el tema; pero yo no tengo muchas
ganas de hablar en serio, sino de relajarme, luego de un día de
trabajo tenso y agotador. Grito a la mesera:
—¡Muchacha! ¿Y los octavos?
Sí que es lenta la niña, siendo tan escasos los clientes.
Pero entonces me fijo que está ida, oyendo los piropos chuscos
de los de la esquina. Frunzo el ceño.
—Pero ya vas a ver la boca —me repite Foncho,
clavándome sus ojos saltones y divertidos a través de sus cubot
—La lista es larga y no importa el color del gobierno,
azul, rojo, verde, morado... ¿Te acordás del Pichetazo, en 1997?
La garduña de pisto estatal y municipal repartido sin licitación
con el conque de tener encima los tales juegos centroamericanos
y no tener el complejo deportivo listo? Los que estaban bien
conectados, consiguieron sus buenos contratos, hinchados, por
supuesto. ¿Y unos años antes, lo del Fondo de Ajuste Petrolero,
inventado supuestamente para acolchonar los trancazos de las
subidas internacionales del crudo? ¿Cuándo fue? En el 92. Te
acordás que el Gobierno siguiente de entonces denunció en el
93 que no había nada de los cientos de millones acumulados de
nuestros pagos de combustible?...
Al fin la mesera trae los octavos, bien servidos, como
había prometido Foncho. Yo tomo de un trago casi todo el mío,
pues, aparte de la sed, ya siento envidia del encantamiento
imbécil de Foncho con sus tragos bien puestos. El ardor de la
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que sus ojos no son de ratón, sino como de rata... sí, una de esas
ratas que salen de las alcantarillas, para engordar, si tienen
chance, en la mierda mayor de los malos políticos, los negocios
sucios y lo que dé pisto... Una rata gorda, asquerosa y dientuda,
con bigotes gruesos y anteojos de culo de botella... La rata se
ríe a carcajadas mirándome extrañada por quién sabe qué cara
que pongo... me levanto rápido, buscando el baño o la letrina o
lo que sea, y corro tambaleando por el asco que me da la rata;
pero no me da tiempo, no me da, y vomito en medio del único
estanco de veras limpio que he conocido en mi vida.
LA TÍA SOFI Y LOS OTROS CUENTOS 67
TRES EN UNO
Mi querida Alba:
No te había escrito porque he estado muy ocupado, pero,
por primera vez, no en trabajo. Toda la vida has sido mi amiga
íntima, la hermana de mi corazón, y por eso sos la primera en
LA TÍA SOFI Y LOS OTROS CUENTOS 75
BISNES AR BISNES
LA PISTECHA
está casi seco por ser verano, mir’hásta dónde bajó el candil”
y me oblig’a ver dentro y me sob’el lomo pa´que me calme y
me dice que mi’aguante y que si no, le dir’á Ña Mariya que le
robo, mientras mi’amarra el candil a la muñeca y la
cintura con un lazo amarrado a la caseta y me pone un
matate al lomo y las patas peladas en un aro de la
cabuya que aprieta entre sus manos y con sus brasotes
de molendera y lavandera me suspende de las
cabuyas facilito
porque a mis diez años soy muy sipe, y m’empieza a jundir al
joyo apestoso, bien guindado con una mano del lazo y en
l’otra el candil, y ni el tufo siento de la pura cagazón que
quiere salirme por la boca y empiezo a ver como lucitas y a
llorar, pero me insulta Carmencha y se riye: “Negro, estás
blanco del susto; aguantá, mi Negro, que lo pobres tenemos
qui’aguantar” y yo l’aprieto, el tuntún del corazón pegándome
leñazos en la coca, pero veyo con el medio resplandor del
candil que se muevi’algo por las paredes lamosas, pegajosas,
¡L’ÁNIMA!, grito y m’escapo de caer; pero Carmencha que
no, que son cucarachas, ¡montones!, y jí, mi’nimo y la aprieto
más; y tons miru’abajo y se muev’el’agua y grito: ¡ES
L´HOGADA!, ¡AY, MAMITA, ME VA`HOGAR A YO
TAMBIÉN! y ahi jí me cago de veras, y me caya Carmencha
asomada al joyo y que no, que veya bien, son como lombrices
y animalitos que nadan entre la caca y los billetes, y ‘acerco el
candil y es cierto, pero ya me cagué y quedo tieso. Carmencha
me insulta, que mi’apure, qui’agarre el pisto, y yo mi’agacho
y meto las patas y la mano en el chagüite juco y’empiezo a
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manda que cuando podamos usar esa pistecha, le v’ua dar sus
buenas ofrendas y un vestidito azul con estrellitas como l’usa
Usté. Se lo prometo por mi vida, amén.
LA TÍA SOFI Y LOS OTROS CUENTOS 87
DOÑA ESPERANZA
ÍNDICE
PRESENTACIÓN