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ESTUDIOS PREVIOS Y DIAGNÓSTICO DE CONSERVACIÓN SOBRE LA


ARQUITECTURA TRADICIONAL DE LA ZONA SURESTE DE LA ISLA DE LA
GOMERA DENOMINADA SEIMA. RESUMEN DEL PROYECTO Y
VALORACIONES.

Conference Paper · October 2016

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2 authors:

Sendy Hernández M.L Gutiérrez - Carrillo


University of Granada University of Granada
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XIII CONGRESO INTERNACIONAL DE REHABILITACIÓN DEL
PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO Y EDIFICACIÓN
(TETUÁN 2016) MARRUECOS

ESTUDIOS PREVIOS Y DIAGNÓSTICO DE CONSERVACIÓN


SOBRE LA ARQUITECTURA TRADICIONAL DE LA ZONA
SURESTE DE LA ISLA DE LA GOMERA DENOMINADA SEIMA.
RESUMEN DEL PROYECTO Y VALORACIONES.
(1) (2)
S. Hernández Álvarez , Mª L. Gutiérrez Carrillo
Universidad de Granada.

[email protected] (1), [email protected] (2)

PALABRAS CLAVE: SEIMA, LA GOMERA, ARQUITECTURA VERNÁCULA,


CONSERVACIÓN

RESUMEN
El presente estudio se enmarca dentro de la monografía de investigación realizada en la
Universidad de Granada, que tiene como objetivo fundamental ampliar el conocimiento
pluridisciplinar de la arquitectura vernácula de Seima con especial atención a sus aspectos
técnico-constructivos. Para ello, su desarrollo se ha centrado en la realización de una
descripción sistematizada de los materiales y técnicas empleadas en la configuración de las
distintas unidades constructivas y elementos singulares que caracterizan y cualifican esta
arquitectura, junto a la realización de un diagnóstico del estado de conservación. Además este
estudio se cimenta en la investigación de los aspectos territoriales, históricos y sociales que
coadyuvan en la valoración patrimonial de este conjunto edificatorio.

El inicio de esta investigación de documentación es el conocimiento y el análisis técnico de los


caracteres singulares de esta pequeña población en la isla de La Gomera, que propiciarán no
sólo un necesario afán conservación por el patrimonio etnográfico y arquitectónico, sino
también la programación de las actuaciones necesarias desde el ámbito administrativo que
fomenten y regulen su preservación. Por ello es fundamental generar herramientas de difusión
desde la educación social para poner en conocimiento de la sociedad gomera y general, el
valor patrimonial de lo que allí se encuentra e integrar estos bienes dentro de instrumentos de
difusión patrimonial.

ABSTRACT
The main objective of this study is to expand the multidisciplinary knowledge of the vernacular
architecture in Seima, a particular territory in the south of the island of La Gomera, with special
attention to its technical and constructive aspects. Therefore, its development has focused on
performing a systematic description of the materials and techniques used in the configuration of
the different building units and unique elements that characterize this architecture, together with
a diagnosis of the general conservation status. Furthermore, this study builds on research of
territorial, historical and social aspects that contribute to the heritage value of this building
complex.

1. INTRODUCCIÓN
A lo largo de todos estos años esta arquitectura rural, singular en su contexto, ha sufrido la
carencia de interés por parte tanto de la comunidad académica como científica, así como de los
organismos oficiales. Existen una serie de trabajos previos no enfocados directamente a la
arquitectura vernácula sino a la urbe capitalina, apareciendo en los últimos años alguna reseña
conceptual y genérica sobre la arquitectura popular de La Gomera, pero siempre desde el
punto de vista estético o etnográfico.
XIII CONGRESO INTERNACIONAL DE REHABILITACIÓN DEL
PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO Y EDIFICACIÓN
(TETUÁN 2016) MARRUECOS

En el desarrollo de este proyecto realizado desde la Universidad de Granada se ha tratado de


descubrir y evaluar la serie de piezas que conforman la realidad de Seima, con la finalidad de
permitir la elaboración de posibles líneas futuras de investigación lo más operativas y acertadas
posibles, que ayudarán la salvaguarda de este patrimonio y sus valores. Gracias a este
estudio, se ha llegado a la conclusión de que Seima, como territorio habitacional y agrícola,
podría haberse configurado incluso antes de la conquista insular por parte del Imperio español
en el siglo XV. Su tradición ganadera y agraria la encumbra como una de las localizaciones
históricas de la isla por antonomasia.

Actualmente, Seima se presenta como un lugar inhóspito y desértico, en el que solo vagan
animales salvajes y domésticos de algunos pastores que se aproximan a la zona desde
Jerduñe o las Huesas y senderistas curiosos.

Formando parte del estudio realizado de todas y cada una de las viviendas y construcciones
encontradas en Seima, se realizó un inventario para el que se elaboró una serie de fichas
descriptivas, donde se plasman las características generales de cada edificación desde la
localización hasta los estudios más detallados sobre las cubiertas, carpinterías, etc.,
incorporándose además un conjunto de imágenes que ayudarán a una mejor comprensión del
texto e identificaran cada una de las construcciones.

2. ESTUDIOS TERRITORIALES E HISTÓRICOS

Desde el sur hasta el norte y del este al oeste nos encontramos en la isla multitud de
asentamientos rurales que definen claramente la dialéctica campo-ciudad que ha surgido a lo
largo de la historia de la Gomera. Algunos caseríos como Chejelipe o Vegaipala, ya se
encontraban habitados desde antes del siglo XV por los aborígenes gomeros, descubriéndose
restos arqueológicos de zonas concretas, como el del Poblado de la Era de los Antiguos en
Tazo, descubierto en 1976 al norte de la isla. Teniendo en cuenta los antecedentes históricos
de la zona no es de extrañar que Seima fuera también partícipe en la historia de la Gomera.

Entre barrancos y llanuras nos encontramos Seima ajena al resto isla de la Gomera. A unos
kilómetros a pie desde el caserío de Jerduñe y dejando atrás la carretera que circunda la isla,
desde Tacalcuse se divisa lejanamente la Degollada de Peraza al norte y la lomada de Tecina
al este. Su complicada orografía nos hace entender su singularidad. Entre los barrancos del
Cabrito, Juan de Vera y Chinguarime, y con un relieve abrupto de macizos rocosos y laderas
absolutamente sesgadas, en las extensas y pocas llanuras que ofrece la zona se asentaron los
habitantes de los caseríos más destacables: Tacalcuse, Morales y Contreras, además de
algunas aldeas diseminadas en las proximidades de estos núcleos.

Tendremos que adelantarnos un poco más en el tiempo y llegar al siglo XVI, para encontrar
alguna reseña sobre la zona. Dacio Darias Padrón, en su libro Breves nociones sobre nociones
de la historia general de las Islas Canarias, nos presenta Seima como un asentamiento rural en
el siglo XVI, en un pequeño apunte histórico. Por aquel entonces, según el autor, existía al
menos una comunidad ganadera para la cría de ganado, probablemente caprino, cuya leche
servía para hacer excelentes quesos que se exportaban al exterior:

‘[…] se acrecentaban excelentes ganados, de los cuales se manufacturaba el


queso que se exportaba para América, sobre todo del procedente de la costa de
Seima y valle de Benchijigua, y en sus hermosos bosques, abundaban puercos y
ciervos de caza.’

Entrando un poco en las hipótesis que pueden rodear este dato, nos encontramos con dos
vertientes: la primera donde aceptaríamos la posibilidad de un asentamiento rural propiamente
dicho, con edificaciones propias, tanto habitacionales como ganaderas, y donde sus habitantes
se dedicaban al pastoreo y a la elaboración artesanal de queso; o simplemente se trataba de
terrenos para el ganado denominados en aquella época pastos y comunes, mientras que la
manufactura de los alimentos, como el queso, se realizaba en otras zonas. Como no
disponemos de más datos, dejaremos estos supuestos como disyuntiva en lo relativo a detalles
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históricos anteriores al siglo XVIII, ya que es difícil llegar a una conclusión exacta y no falsear
datos.

Los pocos testimonios precisos que disponemos de la existencia de construcciones habitadas


posteriormente a la conquista en Seima son esencialmente de finales del siglo XVIII. Podemos
hacer tal afirmación ya que al adentrarnos en el caserío de Contreras, y acceder al interior de la
edificación de tipo hacendístico de doble altura que allí se encuentra, aparece un elemento
singular: entre dos ventanas de la planta superior surge una inscripción casi ilegible con una
cruz a San Juan Bautista en la que se especifica la fecha de construcción de la vivienda. En
esta inscripción sólo se puede una parte de la misma „mil e setecientos […]‟, pero en la
reproducida en la fachada exterior se aprecia claramente „1777‟ en uno de los laterales del
esgrafiado. Este tipo de inscripciones bajo relieve eran muy comunes en las zonas rurales ya
que además de ser una referencia sobre su construcción era también una forma visible de
garantizar la propiedad ya que en muchos casos aparecía el patronímico familiar.

3. LA IMAGEN DE SEIMA: TIPOLOGÍAS Y MATERIALES

La arquitectura rural doméstica, denominada popular desde los años setenta por Carlos Flores
y Luis Feduchi, de la isla de la Gomera se define en base a un conjunto de factores no sólo
humanos sino también naturales, enfocados a la adaptación de los habitantes y los estilos
arquitectónicos al medio rural, con las contingencias climatológicas y geográficas que la isla de
La Gomera muestra.

Seima, que proyecta la imagen perfecta de la arquitectura rural dentro de los valores
tradicionales y socioeconómicos de los que disponía la isla, se mantiene pausada e inalterada,
arquitectónicamente hablando, tras el paso del tiempo gracias en gran parte a su localización
geográfica. Nos muestra con rigor histórico los sistemas constructivos tradicionales sin apenas
cambios antrópicos modernos. Los materiales, elementos singulares y la tipología rural en
general aparecen referenciados en cada una de las construcciones que nos encontramos en el
camino.

Los escasos recursos económicos de los isleños


quedaban también reflejados en su arquitectura, que se
caracteriza más por su funcionalidad que por su
ostentación, a diferencia de otros sectores rurales como,
por ejemplo, en el norte de la isla de Tenerife. Según esto
encontraremos no muy elaboradas labras ni complejos
aparejos. Así pues, el medio rural sirve de lienzo para
estas construcciones, mimetizadas íntegramente con el
terreno gracias al uso de materiales propios del entorno,
generando un equilibrio perfecto entre la naturaleza y esta
arquitectura. El carácter comunal de estos conjuntos Horno de pan comunal, situado en el
arquitectónicos se palpa en los elementos de uso caserío de Morales (Fuente: Sendy
Hernández)
compartido entre sus habitantes como aljibes, hornos,
lagares, atarjeas o senderos localizados.

Puede resultar imposible definir una tipología claramente diferenciadora entre Seima y el resto
de edificaciones de la isla. Por ello, lo que pretende la investigación es realizar los estudios
tipológicos previos para, posteriormente, extrapolar dichos conceptos al resto de las
construcciones rurales de la isla. Se podrán establecer así las tipologías básicas generales del
conjunto de edificaciones originales para definir el concepto: Arquitectura Vernácula de la isla
de la Gomera.

3.1. La casa terrera y la hacienda


La casa terrera, de pequeñas dimensiones y de una sola planta, será la construcción habitual y
de mayor arraigo en el ámbito rural canario, con un sinfín de variantes según el número,
estructura y ubicación de sus estancias y la localización del patio o la cocina. Por eso, su
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característica principal es la autoconstrucción artesanal. Las edificaciones gomeras en general


se realizaban aprovechando las laderas aterrazadas.

En Seima, se registran de forma variable edificaciones con plantas en forma de rectángulo, L u


otras formaciones que derivan de la interposición de los elementos anexos como cocinas,
pequeños cuartos para los aperos o corrales. Las naves principales procuraban pequeñas
dimensiones. Los cerramientos de piedra basáltica, se fusionan con el terreno generando la
agradable visión de los caseríos mimetizados con el paisaje. Las cubiertas suelen ser a dos
aguas, de teja curva árabe y con la formación de
pendiente a base de una estructura de madera
en par e hilera, con soportes de materiales
típicos como cañizos, tablas de madera (podía
ser reutilizada de cajas de empaquetado), paja o
raquis. Como elementos anexos, además de
patios exteriores, son frecuentes pequeños
cuartos de aperos, hornos comunales para
guisar, exentos o no, bancadas de mampostería
alineadas con la fachada, entre otras piezas.
Casas de Tacalcuse (Fuente: Sendy Hernández)

Existen unas viviendas con una singularidad específica: las casas de Tacalcuse. Presentan una
construcción de tipo lineal con cuatro estancias que dan a un patio exterior. Su mayor
peculiaridad se encuentra en su situación: se construyeron aprovechando las oquedades de la
montaña denominada Altos de Tacalcuse.

La construcción de las edificaciones de dos plantas en el ámbito rural es un punto común entre
todas las islas, granjeadas de forma inherente a los grandes propietarios y hacendados. De ahí
su nombre: hacienda. En La Gomera, generalmente suelen localizarse en zonas de
descampado o llano en medianías, o en la periferia de los núcleos urbanos. Gracias a ello,
comienzan a aparecer elementos más propios de la técnica dentro de las construcciones. Las
cubiertas ya no serán sólo de naturaleza puramente estructural como elemento de cubrición,
sino que adquieren un valor estético y distinguido. Toda la carpintería experimenta una fuerte
evolución con respecto a las casas terreras y menos refinadas. Puertas y ventanas se visten
con sencillos cuarterones o cojinetes. Aparecen molduras en vigas, balcones, galerías, zapatas
de pies derechos con singulares labras, y un largo etcétera de elementos de gran particularidad
estética.

Dentro de nuestra zona de estudio, y en medio de un nutrido número de edificaciones rurales


con carácter terrero, se encuentra la hacienda del caserío de Contreras. Se trata de un
conjunto de edificaciones donde se sitúa una vivienda de dos plantas, única en la zona, que
cuenta con una escalera de dos tramos de mampostería de basalto gris y sillería de toba roja
en huellas y contrahuellas, que da acceso a la galería de entrada a la planta superior. En esta
segunda planta, la nave se divide en dos estancias por medio de un tabique de madera. Su
impresionante cubierta de par e hilera de lima-bordón es su valor más significativo junto con el
balcón de la galería. La planta baja, se dedica a almacenaje de alimentos, material agrario y
aperos, además de una estancia para bodega. Asimismo, los anexos a ésta se conservan
aunque en peor estado al tratarse de construcciones de menor calidad.

3.2. Los materiales y sistemas constructivos


En Canarias en general, y en la Gomera en particular, la arquitectura rural está elaborada con
los materiales más cercanos a los terrenos de construcción, siendo los elementos básicos de la
vivienda: la piedra, la madera y la cal y en menor proporción el barro, tomado al natural o
transformado en teja.
Echando la vista a diferentes construcciones rurales en el resto de la isla, observamos que la
piedra utilizada más comúnmente es la toba volcánica, en su variada gama de colores,
fundamentalmente el amarillo (propio del complejo basal en el norte de la isla) y la toba roja,
cuya principal característica era la facilidad de labrado por los canteros. El uso de la toba en la
vivienda popular no fue del todo habitual, aunque sí se convirtió en un material común en
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paredes y techos en las casas de los grandes propietarios gracias a su exiguo peso. Ponemos
como ejemplo la vivienda de dos plantas de Contreras, en la cual el uso de esta toba roja
estaba bastante extendido, ya sea en las esquinas de la nave principal, como en la
construcción de la escalera exterior de acceso a la segunda planta. Por el contrario, el basalto
de color grisáceo, caracterizado por su dureza y difícil labrado, resultó ser el material más
utilizado en este enclave del sur de La Gomera. El cerramiento de las viviendas está dispuesto
por unos muros de piedra seca de entre unos 50 o 65 centímetros de espesor, en algunos
casos aglutinados con argamasa. Las fábricas elaboradas en esta técnica son potencialmente
muy inestables y, por tanto, incapaces de soportar cargas importantes.

En la arquitectura canaria, la madera de pino canario (pinus canariensis) o tea, una conífera
endémica de las islas, se convierte en la más codiciada por sus propiedades organolépticas.
Sin embargo, su uso en la isla se limitó a los primeros años de la conquista, fundamentalmente
porque este contexto geográfico favorece el crecimiento abundante de otro tipo variedades
endémicas propias. El marino e historiador escocés George Glas recoge esta circunstancia en
su manuscrito de ‘A description of the Canary Islands’: ‘No pines grow here, but many other
kinds of tres, particulary barbufanos, mocanes, favines, adernos, vinatigos, file, palms, with
great number of maftick-trees, which yield abundance of gum of that name’. Centrándonos en la
zona de estudio, la haya, el viñátigo y la sabina, son las variedades más comunes en estas
construcciones. Así pues, podemos observar, por ejemplo en Morales, como se daba solución
a los soportes de algunas cubiertas con llamativos troncos de sabinas. La madera fue básica
para la elaboración de los pies derechos para apuntalamiento de techos y balconadas como en
el Caserío de Contreras.

Caleras y hornos abundaron en las islas orientales de Fuerteventura y Lanzarote, desde donde
se exportaba cal en forma de piedra o quemada y pulverizada como cal viva al resto del
archipiélago. Esto supuso que, para islas como La Gomera, su adquisición fuese costosa y su
uso, escaso. Muchas veces su uso se limitó a revestir las paredes interiores. Esto suponía, en
el exterior, que ésta se empleara sólo ocasionalmente para cubrir una mínima superficie de
pared, a veces sólo las llagas entre piedras. Aunque el color predominante es el blanco, esta
práctica llevaba aparejado el que no se pintara el llagueado, dando como resultado el
característico aspecto pétreo de algunas construcciones al generarse una pátina oscura con el
paso del tiempo debido a la carbonatación. En esta afirmación debemos exceptuar la casa de
Contreras, cuyas paredes, tanto interiores como exteriores, recibieron su correspondiente
tendido de cal, incluso con cierto tipo de coloración ocre, la cual daba más valor y
reconocimiento a sus propietarios.

En la descripción general y del entorno de esta arquitectura


doméstica, es fundamental mencionar las diferentes
construcciones anexas o exentas que la rodea, las cuales
establecen sin duda su carácter rural y la diferencia de los
conjuntos urbanos. Hablamos de todo un entramado de
construcciones tanto de índole agrario (corrales, gañanías,
cuartos aperos) como de naturaleza casera como podrían ser
los hornos o las cocinas.

Además de los característicos muros de piedra en seco


estudiados en este proyecto, o la cubierta lignaria de la casa de
contreras, cabe destacar el uso extendido de la denominada
ventana tradicional canaria de „riñonera‟, llamada así por la
forma de sus asientos: medias circunferencias simétricas al eje
central de la ventana. Tanto en las pequeñas construcciones Imagen de una típica ventana de
más modestas como en la casona de Contreras, encontramos asientos en riñonera, situada en la
esta tipología tan característica de la carpintería canaria. vivienda de Contreras (Fuente: Sendy
Hernández)
CONCLUSIONES
Ya desde 1999 con la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias acaece de forma connatural en
las relaciones artístico-constructivas con la sociedad actual, aunque se sigue haciendo caso
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omiso a los entes más desprotegidos como son las poblaciones rurales y sus valores
patrimoniales. Claro está, para llegar al punto de desarrollo de estos planes de gestión en lo
que a la arquitectura patrimonial se refiere, este inicio fundamental consiste en un proceso de
estudio previo de conocimiento interdisciplinar y análisis del objeto, recabando información
desde los principios metodológicos que permitan detectar, valorar y poner de relieve los
verdaderos valores que valen la pena proteger.

Aunque lo fundamental en este estudio es el aspecto técnico-constructivo de los elementos con


la descripción analítica tanto de los sistemas edificatorios como de los elementos singulares de
la arquitectura que se encuentra en Seima, el aspecto social es inherente, en el sentido que, lo
que da forma a un paisaje arquitectónico rural no es solo, la arquitectura propiamente dicha,
sino su fusión natural propiciada por el cariz humano de la sociedad que lo habitaba. Sin duda,
el rescate de las construcciones rurales quedaría desmerecido si no fuera acompañado de
unas medidas correctoras en el ámbito donde se ubican, así como de los elementos que
definen el medio rural y los modelos de desarrollo, una visión integral del concepto de entorno,
con la aportación de unos criterios intervencionistas claramente respetuosos con la
arquitectura.

El fin al que va encaminado esta propuesta es la difusión general del patrimonio, para su
reconocimiento y protección, no solo desde las administraciones, sino también para que sean
reconocibles por la población local y visitantes. Es fundamental concienciar a todos los
ciudadanos de la importancia de preservar, conservar y difundir el patrimonio cultural.

Referencias

[1] ACOSTA TRUJILLO, R. (2014). “La arquitectura tradicional en el medio rural de La


Gomera” en Arquitectura y paisaje: la arquitectura tradicional en el medio rural de Canarias.
Santa Cruz de Tenerife: Rincones del Atlántico, tomo II.
[2] ALONSO LÓPEZ, J.M.; GARCÍARRAMOS, F. La ventana tradicional. Análisis morfológico.
Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, Santa Cruz de Tenerife, 2003.
[3] ÁLVAREZ DELGADO, J. (1959). “El episodio de Iballa” en Anuario de estudios Atlánticos,
núm. 5. La Laguna: Universidad de la Laguna.
[4] CHIL Y NARANJO, G. (1876-1880). Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las
Islas Canarias. Las Palmas de Gran Canaria, Isidro Miranda, vol. I y II.
[5] DARIAS PADRÓN, D. V. (1934) Breves nociones de la historia general de las Islas
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[6] DARIAS PRÍNCIPE, A. (1992). La Gomera: Espacio, tiempo y forma. Santa Cruz de
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[7] DÍAZ ALAYÓN, C. y CASTILLO, F.J. (1994). ‘La lengua de los aborígenes de la Gomera en
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San Cristóbal de La Laguna: Universidad de la Laguna, nº. 13, pág. 69-130.
[8] GIL CRESPO, I.J. (2004). “La discusión sobre el origen de los balcones canarios y
coloniales. Antecedentes en las arquitecturas tradicionales de la península ibérica” en
Anuario de Estudios Atlánticos. Casa de Colón, Las Palmas de Gran Canaria. Núm. 60,
págs. 817-858.
[9] GIL CRESPO, Ignacio Javier; „El lenguaje vernáculo de las ventanas tradicionales canarias:
antecedentes, tipología y funcionamiento bioclimático’.(2013) Anuario de Estudios
Atlánticos. Las Palmas. núm. 60, pp. 817-858
[10] FRAGA GONZÁLEZ, C. (1994). Aspectos de la arquitectura mudéjar en Canarias. Las
Palmas de Gran Canaria: Departamento de Ediciones del Cabildo Insular, 103 págs.
[11] NUERE MATAUCO, E. (2008). “Armaduras de cubierta. Características de las armaduras
de Parhilera y de Par y Nudillo”. La carpintería de armar española. Madrid: Munilla-lería, 3ª
Ed., pág. 101-123

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