La Oración - Segundo

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LA ORACIÓN

Señor mío, el día de hoy, pongo mi vida en tus


manos. Te entrego mis preocupaciones, mis
tristezas y mis dolores. Envuelve mi corazón con
tu amor y devuélveme el apetito espiritual.
Ayúdanos, Señor a mantener nuestro corazones
y mente enfocados en ti y hablar contigo
constantemente a través de la oración. Amén.

VER “DIOS TE AMA”


Cuando has llorado en angustia y dolor… Dios ha contado tus
lágrimas. Cuando crees que tú vida se ha detenido y el tiempo solo
pasa… Dios espera contigo. Cuando estás solo y tus amigos están
muy ocupados, aún para una llamada telefónica… Dios está a tu lado.
Cuando has tratado todo y no sabes hacia donde ir… Dios te
mostrara el camino.
Cuando nada tiene sentido y estás frustrado sin saber hacia dónde ir…
Dios tiene la respuesta.
Si de repente tu mirada al mundo exterior se hace más brillante y
encuentras senderos de luz… Dios te ha susurrado en el oído.
Cuando las cosas van bien, y tienes mucho que agradecer… Dios te
ha bendecido.
No importa si te sientes bien o mal. Dios siempre está contigo y te
acompaña en las buenas y en las malas.
Nunca dejes de hablar con Dios y contarle tus problemas, pues
muchas personas buscan a alguien con quien hablar y desahogarse,
sin embargo, no hablan con el único que siempre va a escuchar con
misericordia y paciencia, sin sacar a relucir tus errores.
Busca a Dios de corazón y cuéntale tus problemas, pues ÊL siempre
te acompaña y te cuida… lo creas o no… Él nunca te abandona… porque te ama.

1.¿En qué momento hablamos con el Señor?


2. ¿Qué le decimos al Señor cuando le hablamos?
3. ¿Qué entiendes por oración?
4. ¿Cuáles son las fuentes de la oración?

JUZGAR
Lc. 22.39-46. Después Jesús salió y se fue, como era su costumbre, al monte de los Olivos, y lo
siguieron también sus discípulos. Llegados al lugar, les dijo: «Oren para que no caigan en tentación.»
Después se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y doblando las rodillas oraba con
estas palabras: «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Entonces se le apareció un ángel del cielo para animarlo. Entró en agonía y oraba con mayor
insistencia. Su sudor se convirtió en gotas de sangre que caían hasta el suelo. Después de orar, se
levantó y fue hacia donde estaban los discípulos. Pero los halló dormidos, abatidos por la tristeza. Les
dijo: «¿Ustedes duermen? Levántense y oren para que no caigan en tentación.»"
1. ¿Qué nos aconseja Jesús en este texto bíblico, por qué crees que lo hace?
2. ¿En qué momento debemos orar y para qué?

¿QUÉ ES LA ORACIÓN?
La oración es buscar a Dios, es ponernos en contacto con Dios,
es encontramos con Dios, es acercarnos a Dios.
Es un impulso del corazón. Orar es hablar con Dios, de tú a tú,
como le habla un hijo a un padre. . La oración es un dirigirse a
Dios para alabarlo, agradecerle, reconocerlo y pedirle cosas que
sean para nuestro bien. Y a Dios podemos decirle cualquier
cosa: lo que vivimos, nuestras preocupaciones, lo que hemos
logrado, en lo que necesitamos su ayuda, incluso platicarle
nuestro día tal y como lo haríamos con la gente a la que le
tenemos confianza y le queremos.

TIPOS DE ORACIÓN:
Según la disposición del momento, el estado de ánimo o la intención del orante, la oración puede ser de
diversos tipos:
1. VERBAL. (El Padre Nuestro durante la Santa Misa, por ejemplo.)
2. MENTAL. (En la que se repite mentalmente el nombre de Jesús para entrar en comunión espiritual
con Él.)
Estos tipos de oración no tienen por qué ir separados, se pueden ejercitar a la vez, o irse desencadenando
uno detrás de otro; por ejemplo mediante el rezo del rosario se hace una oración verbal, se puede meditar
cada misterio correspondiente a una etapa de la vida de Jesucristo, y se puede hacer oración de petición
pidiendo la intercesión de la Virgen María.
3. LA ORACIÓN COMUNITARIA: Las posibilidades de la oración comunitaria son muchas, pues no es
necesario seguir una estructura ni unas fórmulas litúrgicas fijas. Se puede compartir el silencio ante
Dios o escuchar juntos su palabra de múltiples formas. Se puede utilizar oraciones preparadas o
suscritas espontáneamente, otras. Se puede recitar una oración todos juntos o alternarla en dos
coros. Esta oración no es solo expresión de la comunidad, sino un medio precioso para robustecer la
vida comunitaria en el seno de la iglesia
TIPOS DE ORACIÓN:

FUENTES DE LA ORACIÓN. El Espíritu Santo es el “agua viva” que, en el corazón orante, “brota para vida eterna”
(Jn 4, 14). Él es quien nos enseña a recogerla en la misma Fuente: Cristo. Pues bien, en la vida cristiana hay
manantiales donde Cristo nos espera para darnos a beber el Espíritu Santo. (CIC 2652). Las fuentes de la oración
son:

1. LA PALABRA DE DIOS: CIC. 2653 La Iglesia «recomienda


insistentemente a todos sus fieles, la lectura asidua de la Escritura
para que adquieran “la ciencia suprema de Jesucristo” (Flp 3,8).
Recuerden que a la lectura de la sagrada Escritura debe a
acompañar la oración para que se realice el diálogo de Dios con el
hombre, pues “a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos
cuando leemos sus palabras”

2. LA LITURGIA DE LA IGLESIA: CIC. 2655. La misión de Cristo y del Espíritu Santo


en la liturgia sacramental de la Iglesia, anuncia, actualiza y comunica el Misterio de la
salvación, se continúa en el corazón que ora.. La oración interioriza y asimila la liturgia
durante y después de la misma. Incluso cuando la oración se vive “en lo secreto” (Mt 6,
6), siempre es oración de la Iglesia, comunión con la Trinidad Santísima.
3. LAS VIRTUDES TEOLOGALES. CIC. 2656- 2658. Se entra en oración como
se entra en la liturgia: por la puerta estrecha de la fe. A través de los signos de
su presencia, es el rostro del Señor lo que buscamos y deseamos, es su
palabra lo que queremos escuchar y guardar. El Espíritu Santo nos enseña a
celebrar la liturgia esperando el retorno de Cristo, nos educa para orar en la
esperanza. Inversamente, la oración de la Iglesia y la oración personal
alimentan en nosotros la esperanza. (Sal. 40,2). “La esperanza no falla, porque
el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo
que nos ha sido dado” (Rm 5, 5). La oración, formada en la vida litúrgica, saca
todo del amor con el que somos amados en Cristo y que nos permite responder
amando como Él nos ha amado. El amor es la fuente de la oración: quien bebe
de ella, alcanza la cumbre de la oración.

MI ENCUENTRO CON DIOS


EN LA ORACIÓN

Aprendemos a orar en ciertos momentos escuchando la Palabra del Señor y


participando en su Misterio Pascual; pero, en todo tiempo, en los acontecimientos
de cada día, su Espíritu se nos ofrece para que brote la oración. La enseñanza de
Jesús sobre la oración a nuestro Padre está en la misma línea que la de la
Providencia (Mt 6, 11. 34): el tiempo está en las manos del Padre; lo encontramos
en el presente, ni ayer ni mañana, sino hoy.

Orar en los acontecimientos de cada día y de cada instante es uno de los secretos
del Reino revelados a los “pequeños”, a los servidores de Cristo, a los pobres de
las bienaventuranzas. Es justo y bueno orar para que la venida del Reino de
justicia y de paz influya en la marcha de la historia, pero también es importante
impregnar de oración las humildes situaciones cotidianas. Todas las formas de
oración pueden ser la levadura con la que el Señor compara el Reino (Lc 13, 20-
21).

JUZGAR
¿Por qué crees que la oración es importante en nuestra
vida?

¿ Recuerdas algún acontecimiento importante en tu


vida donde Dios actuó a través de la oración, a que te
invita ello?.

RECUERDA QUE: En medio de


cualquier batalla, la mejor arma es la
ORACIÓN.

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