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Criterios a evaluar

una serie de 10 a 15 láminas del tipo de Power Point o de un programa similar.

La investigación deberá desarrollarse en dos apartados. En el primero se presentará el estudio crítico de

base sobre el autor destacando la trayectoria biográfica, las conexiones entre episodios de vida y obras

literarias, y las contribuciones del autor a la historia literaria, social y cultural del país. En la segunda

parte se presentará la obra del autor, el comentario formal y de contenido de poemas, cuentos o

novelas representativos (importante será que se ofrezcan fragmentos de los textos originales del autor,

retratos, fotografías e ilustraciones).

Rafael Heliodoro Valle. Segunda Parte.

Estudio biográfico.

Honduras: Siglo XIX

Con el decaer de la republica centroamericana en 1839, los países de la zona verían los problemas de

toda índole intensificarse.

En 1891 estalla la guerra por la presidencia entre Policarpio Bonilla y Ponciano Leyva. Las guerrillas eran

lo normal, así que encontraron hermandad e identidad nacional ya no en la política, sino en las artes.

Ese mismo año, en Comayagüela, nace Rafael Heliodoro Valle un 3 de julio. Su padre fue Felipe Valle

(carpintero) y su madre Ángela Hernández de Valle (ama de casa e hija de Olegario Varela, un gran señor

Yoro). El nombre “Helidoro” se lo dio su padre en conmemoración al santo correspondiente de su

bautizo católico. Tuvo dos hermanos: Bernardo y Abelardo.

Fue criado principalmente por Doña Petronila, su abuela paterna. De esta época escribió varios

fragmentos en sus obras. Desde joven se vio un gran intelecto en él, sumado a tener lazos sanguíneos

con José Trinidad Reyes y Ramón Rosa, y el esfuerzo de sus padres, se matriculó en la escuela privada de

Agapito Bustillo y, desde temprana edad, se dedicó al cultivo de las Letras. Luego de los cinco años
básicos se matriculó en el Instituto Nacional de Tegucigalpa. Su adolescencia fue en Tegucigalpa y

trabajo enrollando prensa para su tío, el Ing. Crescencio Gómez.

En 1906 se matriculó en el Instituto Normal de Varones, dirigido por el gran educador Don Pedro Nufio,

con quien mantuvo una estrecha relación, fue una especie de tutor y alentador. Publicó su primer

artículo en El Fígaro, titulado “El Mineral de Cedros”, luego siguió publicando semanalmente. Gracias a

su trabajo, fue contratado por el diario La Prensa, donde los temas eran muy variados.

Por sus méritos se le ofrece una beca en la Universidad de México en 1908, aunque nunca se le dio un

centavo.

México 1906-1911

A principios del siglo XX, el país estaba sufriendo una importante reforma en muchos ámbitos,

principalmente agraria. Nació el Partido Liberal, que pisaba firme contra el gobierno de Porfirio Díaz,

inicia una revolución armada, una guerra civil. En 1908, con Díaz entrado ya en vejez, se comienza la

búsqueda de un sustituto. Además, en una entrevista el presidente aceptaba la idea de un partido

opositor y de la democracia constitucional, haciendo temblar el equilibrio político de todo el país. Con la

unión de nuevos partidos políticos (Antirreeleccionista y Democrático), liderados por Francisco Madero,

se hicieron revoluciones tanto en materia política, como en fuerzas armadas en contra del falso

mandato de Díaz, quien se vio obligado a renunciar en 1911.

En ese año llega Valle al país, viendo las mismas imágenes de guerra que en su país natal cuando era un

niño.

Relaciones literarias

Ahí se amistó con la familia Unda, gente de letras, periodismo y música, que le ayudaron en su travesía

por la capital del país.

Pasaba sus días entre libros y libros en la gran biblioteca de la ciudad, en sus ratos libres tenía tertulias

con otros escritores y leyendo la prensa e historia del país. Algunas de sus relaciones más importantes:
 Su mano derecha fue Juan de Dios Peza, funcionó como su medio para conocer autores

españoles como Castelar, Tamaño y Bauza, la pardo Bazán, José Micolo, Rodríguez Parra y José

Purrua, Victoriano Agüero, entre otros. Así como le presentó antes revistas y periódicos

nacionales como La República.

 Valle asistía a reuniones de intelectuales para entablar amistades, entre ellas, Pedro Ureña,

Eduardo Colín y Ricardo Arenales.

Periodismo y primeros trabajos literarios

Entró al Diario del Hogar de Don Filomeno Mata, como ayudante de las páginas de sociales y publico su

primer artículo fuera de Honduras “Salve, oh, México”.

También trabajó en El Imparcial, en la Revista de Artes y Letras, y en La Semana Ilustrada.

Editó su primer libro: El rosal del ermitaño, varios lo leyeron, entre ellos el mismo Rubén Darío, con

quién mantuvo el resto de su vida una constante conversación. De esto nació la publicación del libro

“Honduras” por Darío, donde registró una reseña histórica y cultural del país, y de “Honduras y Rubén

Darío” por el mismo Valle, como respuesta a Darío.

Sin embargo, Darío llamó una vez a Juan de Dios Peza un “poeta domestico”, por lo que este terminaría

distanciándose de Valle. Luego, al fallecer, Valle siempre ayudó a su viuda e hijos en todo lo que

necesitarán.

Luego, gracias a su amistad con Luis Urbina, se le encargó la Antología del Centenario, en colaboración

con Henríquez Ureña y Nicolás Rangel. Formando así parte de dicha comisión.

Es en este momento donde se vio en una encrucijada: regresar a su país como docente de jóvenes que

necesitarán un maestro experto y preparado o quedarse a emprender un largo viaje como escritor,

investigador y periodista. Sin embargo, debido a las guerrillas que estallaron en la ciudad, muchos de sus

amigos abandonaron la ciudad y él, sin remedio, regresa a su ciudad natal.


El ateneo de Honduras

Con su regreso a la capital esperaba encontrar avances, pero se decepcionó al ver que todo seguía igual.

Hablaría de su intención de ser docente con el mismo presidente Manuel Bonilla y él le dio un cargo en

la Escuela Normal de Profesores, donde enseñó literatura e historia. De estas clases nació el periódico

La Juventud Hondureña, donde impulsó la carrera de sus alumnos.

Mantuvo correspondencia con sus antiguos amigos y, gracias a eso, siguió publicando sus trabajos en los

periódicos de México. Él deseaba con fuerzas regresar, escapar de la falta de estímulos culturales de

Honduras.

Con la cercana muerte del presidente, este le pidió tomar el cargo de la Subsecretaría de Educación

Pública, pero esto no le termino de gustar ni a Valle ni a los demás políticos que lo consideraron

demasiado inexperto para el cargo. Aunque en el puesto logró hacer buenas acciones, dejaría el cargo

unos meses después por los constantes agravios de los funcionarios políticos.

Con la muerte del presidente y la sucesión pro Franscisco Bertrand, quien se encargo de mantener una

buena paz en el país, Valle fundó El ateneo de Honduras con otros intelectuales: Alfonso Guillén Zelaya,

Joaquín Bonilla, Federico Milton, Esteban Guardiola, Samuel Laínez Zúñiga, Adán Canales, Froylán

Turcios y Pedro Nufio. Donde difundían trabajos literarios y periodísticos de jóvenes promesas

hondureñas, promover la cultura, hacer conferencias, etc.

Entre muchas actividades, publicó su segundo libro “Como la luz del día”, en 1915. A la vez que no

dejaba de laborar en revistas o periódicos, como El Nuevo Tiempo y El cronista.

Servicio Exterior

Hastiado de la vida en Honduras, deseaba irse a otro país incluso si no fuera a México, es así como en

1914 ingresó al servivio exterior de Honduras de su país como canciller del Consulado de Honduras en

Mobila, Alabama, Estados Unidos. Ya que no había demasiado que hacer, usaba su tiempo para leer y

asistir a conferencias en distintas ciudades del país.


Estalla la primera guerra mundial y los literatos americanos que residían en el continente europeo

regresan a sus tierras.

Valle fue movido al cargo de jefe del consulado en Belice, lo que mejoró su economía y posición social.

Sin embargo, Rubén Darío caería enfermo y Valle ayudaría con los gastos médicos. Sumado a esto, a

pocos meses de su estancia en el nuevo país, su padre enferma y viaja a la Tegucigalpa, pero en el

camino el mismo Valle contrae una enfermedad severa. Su padre fallece, su tristeza empeora su

enfermedad y tuvo que ser intervenido en cirugía, pero sale mal y es trasladado a Guatemala donde se

recupera. Durante su recuperación en el país, siguió dedicándose al periodismo y seguir leyendo en las

bibliotecas, participar en conferencias, etc.

Hasta enero de 1916 regresa a su puesto en el consulado de Belice. No se sabe demasiado, solo que se

dedicaba a detectar contrabandistas de armas. Durante esta época tuvo una prolifera carrera, enviaba

sus creaciones literarias a muchos literatas y periódicos de toda América hispana.

Por otro lado, el Dr. Alberto Membreño, amigo cercano de Valle llega a la presidencia y se encargó de

mantener la paz en el país, incluso realizó varios avances y obras en el país. Aunque en 1918, pasaría al

cargo de vicepresidente y Francisco Bertrand regresa al cargo máximo.

Aunque en estos años deseaba más que nunca regresar a México y estaba preparando su camino, fue

colocado de forma obligatoria por la Secretaría de Instrucción Pública de la Republica de Honduras, en el

puesto de profesor de Gramática Castellana en la Escuela de Comercio en la capital. Sin embargo y poco

después, la oficina Internacional Centroamericana lo nombró colaborador de la revista Centro-América,

y El Imparcial, así y gracias a esto, el gobierno de Honduras le permitió renunciar al consulado en Belice.

Controversia de limites

En 1918 regresaron los problemas territoriales entre Guatemala y Honduras, el presidente Bertrand

pidió la interferencia de Estados Unidos y, en esta misión, Valle fungió como secretario. Además,
durante su estancia en dicho país, tenía la tarea de investigar los métodos de enseñanza para aplicarlos

a futuro en Honduras.

Mientras seguían los debates entre los países, también se dedicó a recibir y enviar trabajos con sus

amigos de México, llegando a publicar artículos para la Revista de Revistas, La querella de México y

Revista de México.

Por otro lado, más problemas llegaron a Valle en 1918, cuando los problemas de limites daban giros sin

sentido, el presidente Bertrand le colocó como principal jefe de la misión, con lo que Valle se enfrentó al

momento más difícil de toda su vida: sumado a lo anterior, era el representante en el tratado de

Versalles con la repercusión que eso tendría para el país en Latinoamérica, la cercana llegada de un

cambio de presidente y los rumores de conflagración centroamericana supuestamente promovida por el

presidente de México (don Venustiano Carranza) y que resonaba en todos los diarios norteamericanos

de alcance mundial.

Luego, el presidente Bertrand retrasa las elecciones y, tiempo después, se levantaron en armas los

seguidores del partido de López Gutiérrez en contra del nuevo presidente, Nazario Soriano, candidato

impuesto por Bertrand. Debido a esto, varios intelectuales y políticos fuera del país manifestaron su

deseo de anular la presidencia de Soriano mediante la creación de comité Unión Patriótica Hondureña,

entre ellos, Rafael Heliodoro Valle en el papel de presidente y se encargó de publicar noticias de lo que

acontecía en el país mediante los diarios y periódicos de México.

El uso del miedo, arrestos y asesinatos por parte de Bertrand solo acrecentaba sus enemigos y más

pronto que tarde, su amenaza ante la soberanía nacional le pasó factura, teniendo que abandonar el

país al verse acorralado y, por ende, López Gutiérrez sería el nuevo presidente en 1920.

Durante todo este tiempo se paralizó la conferencia de los límites, pero por fin se retomaron como al

principio y Valle forjó nuevas amistades con más intelectuales, no solo norteamericanas ya que en

Washington se encuentran intelectuales de todo el mundo.


Además, gracias a que ya sabía manejar bien el inglés, Valle también se dedicó a traducir poemas de

William Yeats y Jacques Roumain. Por esto fue invitado a trabajar al periódico La Reforma Social, en

Nueva York y dirigida por el venezolano don Jacinto López.

Sin embargo, llegarían más desestabilizaciones al país.

Federación centroamericana

Esta fue la séptima y ultima tentativa de hacer a Centroamérica una sola nación. Esto se debió a varios

motivos: la clara búsqueda hegemónica por parte de Estados Unidos en la zona y los continuos conflictos

de la zona genera en ciertos grupos un deseo de unificación.

Honduras, al colindar con otros tres países, en conferencia con Estados Unidos, se tomó la decisión de

ser imparcial en el conflicto. Sin embargo, cada país tenía sus tratados con la creciente potencia y los

demás países se señalaban entre sí como traidores a la soberanía propia y de los demás países.

Al final y mediante asambleas y conferencias, no se llegaron a acuerdos mutuos y el intento de forjar

una Federación Centroamericana murió en el vientre.

Regreso a México

Debido a que luego de varios años sin avances, decidió que su tarea carecía de sentido y regresó a

México, 10 años después, en 1921, y respiro un ferviente aire de progreso.

Reanudó sus viejas amistades y, ahora con más experiencias y madurez, José Vasconcelos -rector de la

Universidad Nacional- lo acogió y ofreció varios puestos de trabajo simultáneos que Valle aceptó

encantado, la mayoría referentes a la docencia. Además, tenía la tarea de atraer nuevamente a aquellos

intelectuales que abandonaron el país, entre ellos: Salomón de la Selva.

Obviamente, siguió su labor como periodista en El Universal y Excelsior, donde trabajó por los siguientes

25 años.
Rápidamente, fue ascendido al cargo de secretario de la Dirección General de Educación. Además, siguió

aumentando sus conocimientos en nuevas materias en la facultad de Altos Estudios de la Universidad de

México.

Desde Honduras, Valle fue nombrado secretario de la Misión Especial acreditada ante el gobierno de

México, para asistir a las festividades de la Comisión del Centenario.

Vasconcelos lo nombraría jefe del Departamento Escolar y del Departamento de Bellas Artes de la recién

creada “Secretaria de Educación Pública”, desde estos puestos fue un forjador de México como punto

de cita de la intelectualidad hispanoamericana.

En estos tiempos Valle logró publicar el primer tomo de documental de su obra “La anexión de

Centroamérica a México”. Especialmente a Honduras, ya que la unión no se había podido conseguir,

intentaría encontrar otros medios para hace que su país natal obtenga progresos.

Por otro lado, a finales del mismo año editó dos libros: Como era Iturbide (historia) y Anfora Sedienta

(poesía). A la vez, fundó el Departamento de Bibliotecas y se hizo cargo de este, en aras de mejorar la

educación de todo el país.

A pesar del poco tiempo que le quedaba, en las noches se dedicaba a los asuntos políticos, de Honduras,

su producción histórica y literaria, ya que el país seguía en decadencia. De la misma forma, fue

abandonado el proyecto de Educación Pública por parte del gobierno de México y Valle regresó a sus

oficios anteriores.

En 1925, en Honduras inicia otra guerra civil cuando López Gutiérrez mostró una clara intención

dictatorial, logró la victoria en armas, per Estados Unidos interviene y coloca a Miguel Paz Barahona

para el periodo presidencial de 1925-1929.

En 1925, Valle tuvo uno de sus años más prolíficos en el periodismo, en el periódico Excelsior, donde

tradujo trabajos de los idiomas inglés, italiano y francés. En sus artículos, fue creando un estilo propio y

llegó a ser reconocido como el periodista hispanoamericano con mayor numero de entrevistas a
distintos intelectuales y estas se difundieron en la revista de la Universidad de México, con el título

“Diálogos”. A mediados del año también colaboró con revistas estadounidenses como The Hispanic

American Historial Review. También publicó varios artículos con distintos seudónimos en la Revista de

Revistas.

Ese mismo año le fueron editados dos libros de historia: El convento de Tepotzotlán y Fray Bartolomé

de las Casas. A la misma vez, fue nombrado miembro de la Academia Nacional de Historia del Ecuador.

En los periódicos Excelsior y El Universal, no solo participó en artículos, también realizó

conmemoraciones a grandes autores y participó en distintas actividades de toda índole.

Gracias a todo su trabajo fue reconocido como miembro de la Sociedad de Geografía y Estadística de

Guatemala.

En 1927, fue conferencista del Departamento de Extensión Universitaria y maestro de composición

literaria en la Escuela de Verano. Fue en este año que, gracias al homenaje a Díaz Mirón, que Valle se

labraría una vida llena de facilidades económicas y sociales, recuperando amistades y siendo invitado a

colaborar por muchas revistas y periódicos de toda América.

En 1929 fue nombrado miembro de varios comités y regresó al cargo de jefe del Departamento de

Bibliotecas, sumado a eso, participó en numerosas entrevistas, conferencias y revistas, por lo que su

actividad literaria disminuyó en gran medida. Ese mismo año le daría una mirada al teatro,

manifestación de arte que cautivó su encanto.

Cuando Valle intentaba alejarse de la política de su país, ya se veía envuelto en la de México.

A pesar de todo, ese año publicó su obra Índice de Escritores.

Ya en 1930 fue llamado nuevamente a la tarea de los límites entre Guatemala y Honduras, con

sentimiento de deber, acudió como secretario, pero solo mantuvo su papel por los primeros tres meses,

hastiado de tratar con los dirigentes guatemaltecos. Aun así, ambos países llagaron a un acuerdo un par

de meses después.
Cuando regresó a México, sus puestos de trabajo ya habían sido ocupados por otras personas, así que se

refugió nuevamente en la labor periodística.

Relaciones familiares, madurez y convivencia

Durante los años de 1931 a 1940 fueron de plenitud intelectual para Valle. Sumado a todas sus labores,

entro de lleno en la de bibliógrafo, tanto para sus propios trabajos, como por petición de sus allegados.

También trabajó mucho en la docencia de historia sobre su continente, sonde sus alumnos hablan de

una clara llama de preocupación y amor por sus tierras latinas.

Lastimosamente, sufriría una grave enfermedad en su mano derecha que, se cree, le inmovilizó todo el

brazo por el resto de su vida. Sin embargo, nunca dejó de trabajar para una incontable cantidad de

revistas de muchos países, solo que ahora le dictaba sus escritos a su secretaria. Pero sus escritos

personales y cartas las escribía con la mano izquierda en una maquina para escribir.

Debido a que perdió su capacidad prolifera de redacción, no se dejaría abandonar en la soledad y

buscaría refugio en sus familiares y amigos. Sin embargo, sus dos hermanos menores, Abelardo y

Bernardo, se aprovechaban económicamente de el por muchos años, ya que eran conflictivos y

holgazanes. Fueron arrestados y se metían en muchos problemas, en cambio, su madre siempre radicó

en Comayagüela y le ayudaba siempre que podía. La situación escaló a tal punto que la comunicación

con sus hermanos se vio totalmente interrumpida. Este fracaso familiar fue uno de los motivos por los

que se dedicó más a su intelecto y tenía menos razones para estar en Honduras.

Por otro lado, Valle también utilizaba las entrevistas que hacía en “Diálogos” para saber sobre los

amigos que había perdido de vista.

En 1933, se le otorgó el visto bueno para publicar su Bibliografía de Centroamérica. Asimismo, siguió con

la impartición de distintas cátedras en la Universidad de México y Escuela Nacional Preparatoria.

Y ya comenzaba a relacionarse con su futura segunda esposa: Emilia Romero, escritora peruana que

realizó grandes labores literarias e históricas, ella fue su puente hacia América del Sur. También se
relacionó con el Dr. Miralda, mediante él conoció a Emilia y, a la vez, mantuvieron una estrecha amistad,

quién a quien le compartió de primera mano la publicación de su obra Bibliografía de don José Cecilio de

Valle.

En 1935, la amistad con Emilia había escalado a tal punto que sus conversaciones eran una obligación

mutua de promesa amorosa.

Gracias a la fama que Valle se hacía en todo el continente, sus antiguas amistades con las que perdió

contacto volvieron a estrechar lazos con él. Quienes, reconociendo la fama y gran labor de Valle en la

promulgación de cultura en los muchos países de Latinoamérica, le pedían publicar algunos de sus

trabajos en las distintas revistas para las que Valle trabajaba.

En 1939 Valle conoció a la hondureña Laura Álvarez, con quien mantuvo una relación abierta de

noviazgo.

Durante este año publicaría varias obras: Tierras de Pan para llevar, Hemerobibliografía de la cirugía

mexicana en el siglo XIX, Bibliografía de Ignacio Manuel Altamirano y Bibliografía de los Mayas. Gracias a

la primera mantuvo una estrecha relación con Octavio Paz, quién le felicito por su gran obra.

En 1937 publicó México Imponderable, donde reunió leyendas, mitos, tradiciones, evocaciones, paisajes,

cuadros de costumbres del México indígena, mestizo y criollo. Obra que Pedro Gringoire aclamó por su

excelsa belleza y retrato fiel de la nación, así como también la alabó Andrés Henestrosa.

En el resto del año aprendió dos nuevas actividades: radiofonía en la estación XEW y la organización del

epistolario del destacado historiador don Luis Gonzales Obregón.

A finales de año publicó dos obras más: Bibliografía Maya y El espejo historial.

En 1938, Valle contrae matrimonio con Laura Álvarez, de lo que no se tiene demasiado información,

pero la noticia recorrió el continente entero. Aunque fueron a Washington para celebrar el matrimonio,

Laura se vio obligada a aceptar la movida vida intelectual de Valle. En esa misma nación realizó

conferencias y mantuvo conversaciones con el Dr. Miralda, quién influenciado por Laura, le intentaba
convencer de tomar un papel mas activo en la vida política de Honduras, país lleno de guerrillas y

decaimiento en los últimos años, principalmente por la dictadura de 19 años de Tiburcio Carias Andino.

Esto poque desde el país mismo veían en Valle una gran opción a la presidencia, a esto se sumaron más

intelectuales de Honduras. Sin embargo, rechazo amablemente las propuestas y siguió con sus labores

en Estados Unidos.

Por desgracia y cuando Laura estaba embarazada, esta fallece y todos le envían cartas de condolencia a

Valle. Y así culmina la época de siembra intelectual más grande en la vida de Valle, más adelante

comenzará a recoger los frutos de su inmensa labor.

Premio Marie Moors Cabot

Debido a la segunda guerra mundial, Valle participó en la Sociedad de Amigos de Francia y en la revista

Noticias Gráficas, para contrarrestar la propaganda alemana. Luego, se trasladó a Washington, donde se

unió a la Interamerican Bibliographical and Library Asssociation, desde este lugar participó y organizó

conferencias, jornadas y encuentros en pro de Latinoamérica.

Sin embargo, regresó a México para arreglar asuntos de su recién fallecida esposa y, en 1940, publicaría

dos libros: bibliografía de Ignacio Manuel Altamirano y Poetas de Centroamérica y unísono amor,

dedicado a Laura, habían pasado 20 años desde que Valle no publicaba poesía. Ese mismo año conoció a

Pablo Neruda, con quién entabló amistad.

Ese mismo año, gracias a toda la labor periodística que Valle había realizado, se le otorgó el premio

Marie Moors Cabot, que se otorgaba solo a directores de periódicos, pero el fue la primera excepción.

Un par de días después de recibir el premio en Nueva York, se trasladó a Washington, donde tuvo una

reunión con el presidente Franklin D. Roosevelt, en compañía de los antiguos ganadores.


Segundas nupcias

Emilia Romero nació en 1903 en Lima, Perú y murió en 1968 en la ciudad de México. En 1941, Valle

comenzaba a hacer planes para mudarse a Perú, ya que su relación con Emilia se hacía cada vez más

intensa.

A principios del año, Valle tenía demasiadas cosas por hacer que le impedían su viaje a Perú, entre ellas,

la publicación de su libro La cirugía mexicana en el siglo XIX. Luego de todos los pendientes, trabajos

nuevos y las escalas hasta Perú, contrajeron matrimonio en el mes de abril y vivieron en México.

Maestro en ciencias históricas

Gracias al premio recibido, en 1942 se le consideraba uno de los más grandes maestros en ciencias

históricas y le llegaron un sinfín de ofertas de trabajo, de las que aceptó muchas y cabe destacar su

nombramiento como presidente de la Academia Nacional de Historia y Geografía.

Sin embargo, aún no tenía el grado de maestro en Ciencias Históricas y pasaría ajetreado durante todo

el año entre conferencias, invitaciones, celebraciones de cultura y arte de todo el continente, etc.

Destacando la compañía que le hizo a Pablo Neruda a San Miguel de Allende para participar en sus

fiestas del cuarto centenario.

Entre los años 1943 y 1944, publicó las obras La anexión de Centroamérica a México volumen 4,

Selección de escritos de José Cecilio del Valle, Visión del Perú, Bibliografía cervantina en Hispanoamérica,

Iturbide, Varón de Dios, Bibliografía del periodismo en Hispanoamérica, El paisaje americano y El

pensamiento de América.

Sería hasta e 15 de diciembre de 1944 que, por fin, Valle obtendría el visto bueno a su tesis de maestría

en Ciencias de Históricas.
Militancia Política

La situación política en Honduras cada año era más inestable, principalmente por la dictadura de

Tiburcio Carias Andino. Aunque muchos veían en Valle un salvador, él siempre rehuyó de los cargos

políticos, hasta que el dictador tomo presos a varios de sus conocidos y amigos. En 1943 se uniría a la

Unión Democrática Centroamericana aprovechando que sus reuniones se hacían en México y expuso la

situación del país a todo el continente. Tambien se unió al Comité Liberal Demócrata de Honduras,

fundado en México, cuyo motivo era derrocar al dictador y, de ser necesario, levantarse en armas, eran

la marcha de la revolución. Aunque tenía el puesto de vocal en este último, fue presidente temporal

cuando Zúñiga Huete atendía problemas en Estados Unidos.

En enero de 1945, Valle atendía asuntos en Costa Rica donde fue interceptado por compatriotas

hondureños que le pidieron hacer entrevistas con Carías en Tegucigalpa, Valle aceptó y Carias prometió

liberar a los presos políticos. Carías ofreció a Valle el puesto de embajador en México, no estaba

interesado, pero quizás desde ese puesto podría hacer cambios más pacíficos por su pueblo. Sin

embargo, Carias continuo con sus abusos y silencios al partido Liberal y, por otro lado, Zúñiga se alejó de

Valle por sentirse traicionado, a ello se sumaron demás personas que le hostigaron y calumniaron, no

aceptando las buenas intenciones de Valle.

Luego de unos meses en los que Zúñiga y su grupo no daba avances, surgiría en los países vecinos,

gracias a los exiliados hondureños, un deseo de invadir y derrocar a Carias para dar paso a las nuevas

generaciones y ser más unidos entre los cuatro (Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras). Valle

seguía recibiendo ofertas de ambos bandos, tanto de los revolucionarios radicados en Guatemala, como

de Carías, este último intentó ayudar un golpe de estado contra el presidente guatemalteco Arévalo, las

relaciones entre ambos países se rompieron y Valle decidió alejarse de ambos bandos, dispuesto a

esperar lo que sea que pasará. Las aguas se calmaron cuando Carias afirmo que su presidencia

terminaría en 1949, al final del actual periodo y, sumando, liberó más presos políticos.
En 1946, Valle pudo regresar relativamente a su vida normal, recibiendo noticias sobre los

acontecimientos en Honduras. Durante este año y el siguiente, Valle realizó viajes al país para intentar

crear diálogos de paz, recibiendo insistencia para postularse en alguno de los partidos políticos y

también fue recibido por Carias, con quién sostuvo varias entrevistas con él y, debido a ello, volvió a

recibir criticas y calumnias de sus compatriotas liberales.

En 1948, año de elecciones políticas, Valle fue invitado para realizar charlas y conferencias culturales a

Honduras, donde fue recibido por gran cantidad de políticos de ambos partidos y, también, por Juan

Manuel Gálvez, con quien entabló amistad y quien deseaba ver a Valle en la presidencia, pero Valle le

serviría como asesor en cada paso que Gálvez daba hacia la futura presidencia, quien se enfrentaría al

mismo Zúñiga, con un partido debilitado por problemas internos. Problemas que se terminarían de

confirmar cuando, el 15 de octubre, Gálvez fue anunciado próximo presidente de la nación y Valle, el 1

de diciembre llega a Tegucigalpa para celebrar la victoria en la toma de posesión y Gálvez lo nombró

coordinador de la Secretaría de Relaciones, ambos fueron compañeros inseparables.

Durante la estadía en la capital, Valle fundó la Oficina Hondureña de Cooperación Intelectual y la

Academia Hondureña de la Lengua, luego de eso, partió a México para terminar sus asuntos allí y

moverse hacia Washington, como nuevo embajador de Honduras de Estados Unidos.

Embajador de Honduras en Washington

Durante 6 años, Valle cumpliría su labor como embajador con ilustres trabajos en favor de su país y el

continente. Tambien, durante ese tiempo, colaboró con los periódicos: Excelsior, Novedades y El

Nacional; así como en las revistas: Revista de la Universidad de México y los Cuadernos Americanos.

Realizó distintas conferencias en muchos centros a lo largo del país, con temas de nacionalismo,

democracia en América Latina y cultura hispanoamericana, a la vez, mantuvo conversaciones sobre la

situación de Honduras con el presidente norteamericano Harry S. Truman.


Desde esta posición, Valle buscó todas las formas posibles para ayudar a su país en temas culturales,

económicos, políticos, literarios, históricos, desarrollo y comercio exterior. Además, fundó el Ateneo

Hispanoamericano en Washington con ayuda de otros intelectuales latinoamericanos que radicaban en

la ciudad, con un total de 21 representantes de distintos países y, Valle, como presidente. Tambien

fueron miembros socios u honorarios: Pablo Neruda, Rómulo Gallegos; Miguel Acuña, sor Juana Inés de

la Cruz, Francisco Miranda, Edgar Allan Poe y Dionisio de Herrera.

Por otro lado, junto a su esposa, realizaron viajes culturales a distintos países de Europa, siempre

cumpliendo su labor de embajador, entre ellos cabe mencionar: Paris, Francia; Italia y Ginebra, Suiza.

Entre tantos ajetreos, logró publicar su obra Bibliografía de Landívar, Historia Mexicana del pan,

Bibliografía afrohispanoamericana y el poema Noche de Honduras, La historia del libro en Honduras y la

bibliografía de Justo Sierra.

En 1953 llegaría tiempo de formar elecciones en Honduras, sonaban rumores de que Carias deseaba

regresar al poder y, encima, la salud de Valle comenzó a deteriorarse, así como la de su amigo

presidente Gálvez, quien cedió el puesto de forma provisional a Julio Lozano y este, al tiempo, en 1954,

se declaró dictador constitucional.

A pesar de la situación del país y de su salud propia, entre 1954 y 1955, Valle publicaría: Historia de la

imprenta y el periodismo en Honduras, Bibliografía de Sebastián de Aparicio, Historia de las ideas

contemporáneas en Centroamérica, Bibliografía de José Trinidad Reyes y Bibliografía de Shakespeare en

la América española.

Ultimo años

Por desgracia, la salud de Valle cada vez era peor y el binomio Julio Lozano y Esteban Mendoza vio en él

a el chivo expiatorio necesario para desviar las miradas de su dictadura, así levantó en contra de Valle un

gran numero de chismes que no tenían pies ni cabeza. Todo esto a causa de que Carlos Izaguirre,

sobrino de Lozano, deseaba el puesto de Valle, acusándole de estar familiarizado con la política
comunista nicaragüense. Así, Valle fue echado de la embajada y amenazado de ser llevado preso, incluso

en su delicado estado de salud, esto lo realizó Carlos Agüero por intentar quedar bien con Izaguirre,

avergonzado de su acto y destituido de su cargo, se suicidó meses después en Tegucigalpa.

Despedido y homenajeado por sus compañeros y por el Ateneo, Valle regresa junto con su esposa a la

capital mexicana, donde se le ofrecen muchos puestos de trabajo que, lastimosamente, no podía

aceptar por su delicada salud. Aún así y desde su hogar, seguía produciendo trabajos para periódicos y

revistas. También publicó: Bibliografía de Honduras en los Estados Unidos, Historia de las ideas

contemporáneas en centroamerica y Bibliografía de la historia de la cultura en México.

En 1957 un gran número de periodistas, escritores, docentes y políticos hicieron un homenaje a Rafael

Heliodoro Valle, por sus mas de 50 años dedicados a toda índole de trabajos humanitarios, destacando

el periodismo y la literatura.

En 1958, tan solo se dedicó a ofrecer sus tutorías y manejar asuntos de becas para estudiantes promesas

y durante sus últimos años de vida, produjo las siguientes obras: Flor de Mesoamérica (relato); Flor de

Plegarias y Oro de Honduras (antologías); La sandalia de fuego y Ánfora sedienta (poesía); Páginas

olvidadas de Martí, Jesuitas en Tepotzotlán, Guadalupe, Prodigio de América y Fray Junípero Sierra y su

apostolado en México (historia); Bibliografía de Hernán Cortes, Bibliografía de Landívar y Bibliografía de

Sebastián de Aparicio (catálogos bibliográficos).

El 29 de Julio de 1959, victima de cuadriplejia, fallece en el Instituto Nacional de Cardiología de la Ciudad

de México, el presidente Adolfo López Matees le concedió la condecoración de la Cruz del Aguila Azteca.

A su funeral asistieron una gran cantidad de intelectuales que radicaban en México o viajaron para

despedir al gran hombre Valle.

En su despacho se encontraron varias obras inconclusas que seguían tocando distintos temas, todos

relacionado con América, desde sus sus riquezas naturales y espirituales, con sus personajes y hechos

históricos, desde culturas indígenas y españolas, hasta las grandes corrientes universales (pág. 343).
Sus restos hoy día descansan en México, país que le abrió las puertas del saber y del conocimiento

intelectual, y que lo acogió en sus entrañas (pág. 343).

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