La Columna de Hierro Resumen Capítulo 45-67

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La Columna de Hierro

Capitulo 45.
Marco se encontraba en una audiencia en la magnifica casa de Craso, para criticar
el nombramiento de Catilina como pretor, y ahí Marco discutió sobre el tema con
Craso, Julio y Pompeyo, argumentando que Catilina había violado tres veces a la
constitución, y terminaron hablando sobre la decadencia de la República. Cuando
Marco llegó a su casa Terencia lo estaba esperando para hablar con él. Terencia le
cuestionó el porqué no había podido hacer que destituyeran a Catilina de su
puesto.

Cuarta Parte: El héroe.


Capitulo 46.
Marco había entrado en una etapa de tranquilidad, sabía que Catilina se
emborrachaba con frecuencia, que hablaba de forma incoherente y blasfema, y
rara vez iba a los tribunales; y Marco comenzó a meditar sobre el estado de la
República. Marco platicaba con Noë Ben Joel, que pronto estaría en Jerusalén,
sobre el joven político Publio Clodio y sus opiniones sobre el momento que pasaba
la República. Después hablaron sobre Roscio, que se había vuelto un esenio de
las cuevas de Judea. Al final Marco se puso muy triste por la partida de Noë a
Jerusalen, ya que no iba a regresar a Roma. Helvia se sentía satisfecha con
Terencia, y lamentaba la relación de Marco con Clodia, pero lo comprendía. Marco
se topó con su padre en su casa y éste quería hablar de algo importante con el
pero Marco lo ignoro, y procedió a alistarse para ir a una cita. En la noche, cuando
volvió a la casa, encontró a Terencia llorando, y ahí le dijo a Marco que su madre
Helvia había fallecido. Las cenizas de Helvia fueron llevadas a donde estaban las
de sus padres, al pésame asistieron muchas personas, incluyendo a Julio y
Pompeyo. Terencia habló con Marco sobre su matrimonio y le recordó que no se
divorciaría de él.

Capitulo 47.
Marco se encontraba platicando con Publio Clodio sobre la decadencia y la
corrupción de la República, Clodio le dijo a Marco que su causa estaba perdida.
Marco ya era pretor. Clodio platicó con Julio sobre Marco. Marco había hecho que
nombraran a Quinto edil, y habló con el sobre su actitud de intolerancia, y
terminaron hablando de que Marco podría ser cónsul, aunque rumores decías que
Catilina sería nombrado cónsul.

Capitulo 48.
Los intelectuales que leían los libros de Marco solían sostener violentas
controversias en pro o en contra. Catilina, Julio, Pompeyo y Craso se encontraba
cenando y hablaban sobre la popularidad de Marco y sobre sus discursos, de los
cuales, según Craso, algunos se referían a ellos. Después Cstilina les volvió a
insistir que quería ser cónsul, pero los demás intentaron convencerlo de lo
contrario. Marco se sentía incredulo sobre los rumores de que Catilina sería
cónsul, y ni sus compañeros abogados se lo creían. Clodia era la amante de
Marco y hermana de Publio Clodio, y un día platicando con su hermano le
comentó sobre el joven Marco Antonio, que le había dicho que Julio y sus amigos
ya habían planeado el asesinato de Marco.

Capitulo 49.
Tulia, la hija de Marco, era bella e inteligente y había heredado mucho de su
padre, y se sentía traicionada porque su madre Terencia estaba embarazada. Un
día Tulia visitó a su padre Marco en si biblioteca, cosa que le agrado mucho,
cuando un sirviente le entregó una carta que acababa de recibir de un hombre
encapuchado misterioso. La carta le advertía que sería asesinado en la primera
semana de Jano, y le pedía que se mantuviera con una escolta armada. Después
llegó otro encapuchado, pero esta vez quiso ver a Marco a solas, cosa que él
acepto. Marco se dio cuenta que era Pompeyo, y él le volvió a advertir de que
habían planeado su asesinato, pero que él no quería que muriera. También le dijo
que era por Catilina, y que esta vez Julio no se pudo interponer en la decisión, y
que además de Marco también asesinarían a los cónsules electos para unos
amigos tomaran su lugar. Catilina reunió a sus seguidores y les indicó que la hora
estaba cerca y que él les daría la señal. En la mañana siguiente Marco y Quinto
acompañados de doce soldados leales se dirigieron a casa de Julio para hablar
con él. Fueron recibidos con miedo por parte de los esclavos y de la madre y
esposa de Julio. Platicaron sobre la conspiración pero Julio negó todo, aunque
Marco sabía la verdad. Julio se reunió con Craso, Pompeyo, Curio, Pisón y
Catilina para decirles que su plan había sido descubierto por Marco.

Capitulo 50.
Marco no se sentía tan animado por el parto de su esposa. Terencia dio a luz un
hijo, ella se sentía muy feliz, y comenzaron a llegarles regalos por parte de
familiares y amigos. Llego Julio y después Pompeyo a felicitarlo y a darle
obsequios. Marco y Terencia, al regresar de sus vacaciones, platicaron sobre
conseguirle un esposo a Tulia, y decidieron a Pisón Frugi. Terencia le dijo a Marco
que fuera a ver a su padre Tulio porque estaba mal de salus, pero él no quiso ir. A
la mañana siguiente resivió un aviso urgente de su hermano Quinto para que fuera
a ver a Tulio. Al llegar lo recibió Quinto llorando, y Marco enseguida comprendió
que su padre había muerto.

Capitulo 51.
Noë Ben Joel le envió una carta a Marco en la que comenzaba haciendo
referencia a que Marco había sido nombrado cónsul,”el cargo más importante del
mundo”, y le comentaba cómo la gente de diferentes clases lo apoyaba. En la
carta también menciono que Julio le había tomado mucho cariño al recién nacido
hijo de su hermana, Cayo Octaviano César. Terencia estaba feliz de que su
esposo fuera cónsul y estaba convencida de que era gracias a ella, aunque los
demás sabían que no, incluso su hija Tulia. Clodia comenzaba a interesarse más
por Marco Antonio. Antonio Hybrida tenía el puesto de segundo cónsul.
Capitulo 52.
Antonio recibió la visita de Catilina. Después de platicar sobre temas variados
comenzaron a hablar sobre Marco, inmediatamente Antonio sentía el odio que
Catilina le tenía a Marco, y eso lo puso inquieto. Catilina trató de convencer a
Antonio de que Marco odiaba al pueblo, a los pobres, y que no hacía nada para
ayudarlos. Incluso menciono que Marco estuvo en contra de la Lex Agraria que le
daban tierras a los veteranos de guerra para cultivarla, y al final logro convencer a
Antonio de ésto, incluso le dijo que los dos deberían ser los cónsules.
Julio se encontraba con Craso, Clodio y Pompeyo, y les comento de la visita de
Catilina a Antonio, y que temía que hubieran acordado asesinar a Marco, y en eso
llego Antonio asustado y les contó lo el plan de Catilina para matar a Marco.
Acordaron avisarle a Marco y de denunciar a Catilina.
Capitulo 53.
Antonio, Julio, Craso y Clodio se reunieron con Marco en su biblioteca para hablar
sobre Catilina, y Marco les dijo que ellos eran los culpables por no haberlo
detenido antes. Marco envió la convocatoria a Catilina para presentarse ante el
Senado. Al dirigirse al Foro Catilina se dio cuenta de que la legión de Quinto
estaba presente y que la muchedumbre se acercaba y sintió miedo. La cámara del
Senado estaba llena y ahí se encontraba Marco y Antonio, además de todos los
senadores. La audiencia comenzó con Marco señalando los cargos, traición y
conspiración, cosa que Catilina negó. Durante los discursos de Marco y de Catilina
la muchedumbre a las afueras del senado comenzó a pedir la muerte de Catilina y
de los senadores involucrados con él, cosa que los asusto mucho. Al final Marco
sólo exilio a Catilina de Roma y éste se dirigió a Etruria.

Capitulo 54.
Marco esa noche tuvo una visión en la que su padre Tulio se le aparecía y le pedía
que abandonara Roma, pero Marco dijo que no abandonaría a su país. Marco
pronunció su segundo discurso contra Catilina no estando éste presente, con el
objetivo de darle a conocer a sus compatriotas el alcance de la conspiración de
Catilina. Una noche Julio recibió la visita imprudente de Catilina, y éste solo se
reía de su “amigo infiel y traidor”, y le dijo a Julio que iría al senado cuando Marco
pronunciara su tercer discurso contra él, y le pidió además a Julio que fuera su
abogado. Después Julio le mando un aviso a Marco de que Catilina se presentaría
al día siguiente en el senado. Al día siguiente Catilina se presento ante el senado y
después de los discursos de Marco éste pidió al senado que condenara de muerte
a Catilina y a sus lugartenientes que habían sido arrestados con anterioridad. Y
después Catilina pronunció su discurso en defensa, y Julio pidió su liberación. Y
ante la sorpresa de todos Catón se levanto y pronunció un discurso en contra de
julio, y fue durante éste momento que Catilina huyó del lugar sin que nadie se
diera cuenta. Al final el senado opto por condenar a Catilina y a sus seguidores de
muerte, pero cuando Quinto dio la señal a sus soldados para que lo arrestaran
éste ya estaba escapando en un caballo negro junto con sus seguidores de la
ciudad. En la noche siguiente Marco se encontraba firmando los documentos
necesarios para que los lugartenientes de Catilina fueran ejecutados y recibió la
visita de Julio, y platicaron sobre lo sucedido.
Capitulo 55.
Catilina atacó apoyado por Manlio y las fuerzas descontentas de éste. Manlio le
envió una carta a Marcio Rex, que era el jefe de las fuerzas que debían combatir a
Catilina, pidiéndole que se les uniere, pero ésto no lo acepto y junto con el senado
le enviaron una carta a Manlio pidiéndole que depusiera las armas, pero Catilina
no permitió eso. Catilina atacó desde Galia, el norte. Quinto junto con Petreyo se
enfrentaron al ejercito de Catilina en una llanura con un río. La batalla fue
sangrienta y terminó tan rápido como empezó. Al final Quinto vio a Catilina tirado
en un charco de su propia sangre y fue ahí cuando Catilina sostuvo sus últimas
palabras de agradecimiento antes de morir. Quinto recogió un estandarte romano
y cubrió el cuerpo de Catilina, ya que no había muerto sin gloria. Después, ya en
Roma, Marco y Quinto hablaron sobre lo sucedido, y Quinto le entrego el anillo en
forma de serpiente de Catilina. Cneio Pisón, gobernador de Hispania, amigo de
Catilina empezó una marcha con su ejercito para vengarlo pero al segundo día su
propio ejercito se sublevo contra él y lo asesinaron. Quinto Curio, amigo de
Catilina apareció una mañana asesinado en su lecho, nunca se supo quién ordenó
su muerte. Varios fueron condenados de muerte por sus amistades con Catilina y
eso provocó que muchos patricios comenzaran a tenerle odio a Marco.

Capitulo 56.
Marco se dirigió a su isla en Arpinum para descansar protegido por Quinto y
algunos soldados. Marco proceso a Publio Clodio debido a que era acusado de
haber cometido adulterio con Pompeya, esposa de Julio. Marco platico con Julio
sobre el tema y éste le dijo que sólo quería divorciarse ella. Al pasar el tiempo el
mismo pueblo comenzó a hablar en contra de Marco, al igual que los patricios. Al
final no condenaron a Publio Clodio por su delito. Al terminar su consulado Marco
se dirigió al pueblo y Cecilio Mentelo Nepos lo criticó y ahí marco dijo:”Yo salvé
Roma ¿Acaso cometí un delito de modo que al retirarme del consulado un inferior
pueda acusarme?” y el pueblo dijo “ha dicho la verdad”, éste sería el último
aplauso público que habría de recibir. Antonio, su antiguo colega, había sido
acusado de opresión y extorsión en Macedonia, y Marco se preparó para
defenderlo, pero se dio cuenta que Antonio envió cartas a los senadores
diciéndoles que Marco se había quedado con el dinero de la extorsión, cosa que
sorprendió a Marco y decidió no defenderlo. Marco le envió una carta a Noë Ben
Joel para platicarle lo sucedido.

Capitulo 57.
En Roma los ánimos se volvieron tan hostiles para Marco que éste tenía que
recluirse en su casa o en sus diferentes villas, cuando su litera pasaba en las
calles ya no era aclamado como antes, e incluso su trabajo como abogado decayó
tanto que tuvo que despedir a sus pasantes y quedarse solo con un secretario. Un
día recibió la visita de Julio, y platicaron sobre el momento que pasaba Marco, y
Julio le pidió ayuda, ya que el había presentado su candidatura para el consulado
y quería que Marco hablara en favor de él. Y Julio le comentó a Marco que él,
Craso y Pompeyo pensaban formar un triunvirato en el consulado, Julio se
encargaría del pueblo, Craso de las finanzas y Pompeyo del ejercito; ésto no le
agrado a Marco. Marco se negó a ayudarlo y Julio lo amenazó con arruinarlo si se
pronunciaba en su contra ante el senado y el pueblo. Julio se fue cuando Marco le
recordó la visión que había tenido de su muerte. Después Clodio hizo que el
senado aprobara una ley que a quien haya condenado a muerte a un romano sin
el debido proceso le sería negado el “agua y el fuego”. Y a Marco se le acuso de
eso, y él acepto el exilio. Al llegar a su casa se sintió muy asustado, todas sus
propiedades y riquezas serían embargadas y vendidas por el Estado, y se sumió
en la tristeza ya que ni siquiera podría vivir en su isla en Arpinum. En la noche
llegaron su esposa, su hija y su hermano al saber la noticia, Terencia estaba
enojada y triste, Quinto le comentó que quería ir con él pero no podía abandonar
su legión, y su hija le dijo que iría con él pero Marco le dijo que tenía que estar con
su esposo. Al final Marco les pidió que buscaran ayuda para que fuera absuelto.

Capitulo 58.
Quinto observaba como demolían la lujosa mansión de Marco mientras pensaba
que, como había dicho anteriormente Marco, los gobiernos son enemigos de los
hombres. Fue a ver a Julio para reclamarle el porqué no ayudo a Marco y Julio le
dijo que él le había dado la oportunidad de unirse a él, y Quinto le pidió que lo
sacara del exilio. Después Quinto le pidió lo mismo a Pompeyo, y éste le dijo que
lo pensaría. Quinto se dirigió con su legión a ver a Antonio y le exigió que dijera la
verdad sobre las cartas falsas, y éste acepto al último. Terencia también consiguió
la ayuda de sus familiares. Marco en su exilio escribía cartas tristes a sus amigos
y familiares, incluso le escribía cartas conmovedoras a Terencia y cartas violentas
a su editor Ático, debido a que éste le había persuadido de no suicidarse. A Marco
ni siquiera le interesaban las noticias de Roma, en las que se decía que los
miembros del triunvirato, es decir, Julio, Craso y Pompeyo, se peleaban
constantemente entre ellos. Marco se quedó en la villa de un amigo cerca de
Salónica, y constantemente pensaba en suicidarse. Marco hablaba sobre Roma
con Adoni, un sirviente. Un día recibió para su sorpresa a Noë y a Anotis, y desde
entonces comenzó a sentirse mejor.

Capitulo 59.
Julio, Craso y Pompeyo discutían la situación de Roma y debido a los
agitamientos del pueblo decidieron llamar a Marco del exilio, pero de forma que
nadie supiera quién lo hizo regresar. Pompeyo le mandaba cartas a Marco
diciéndole que el estaba luchando para que regresara del exilio. Ninnio, un tribuno,
presento ante el senado una moción solicitando el indulto para Marco, pero no se
logro el derogar el destierro, pero si el regresarle sus derechos civiles y su rango
anterior. Aún así Marco se negaba a volver a Roma hasta que no le devolvieran
sus propiedades y le construyeran una mansión. Ático era quién ponía al tanto a
Marco de las noticias de Roma. Léntulo, cónsul, presentaba mociones al senado
para que regresara Marco, pero Clodio no lo permitía. Pero a finales de verano el
pueblo voto a favor de la anulación del destierro de Marco, la restauración de su
rango y derechos civiles, sus propiedades y sus honores como héroe de Roma. Su
hiija Tulia lo recibió en la costa a su regreso. El pueblo lo recibía como héroe a su
paso por Italia. En la noche antes de entrar a Roma se dio cuenta que Tulia estaba
mal y hizo que le contara porqué, ahí fue cuando supo que su yerno Frugi había
fallecido y que su hermano Quinto estuvo a punto de morir por culpa de sus
enemigos. En la mañana fue sorprendido por el ruido de las trompetas de toda la
legión de Quinto y de una multitud de Roma, el senado había hecho que lo
recogieran en un carro dorado. El senado, los tribunos, Julio, Craso y Pompeyo
recibieron el cotejo en la entrada de la ciudad, recibiendo a Marco. Después
pronunció un discurso de agradecimiento en el senado, y de ahí, acompañado del
cotejo y los senadores, se dirigió a la casa de Ático, donde viviría
provisionalmente. Al llegar fue recibido por Terencia y su hijo, además de
Pomponia y amigos.

Capitulo 60.
Marco le escribía a Julio sobre la guerra, ya que Julio era ahora gobernador de la
Galia Cisalpina y estaba muy entusiasmado con las guerras gálicas junto con su
primer oficial Marco Antonio, y aun así no dejaba de ser miembro del triunvirato.
Clodio hizo que el pueblo comenzara a dejar de querer a Marco por medio de
mentiras con respeto al asunto de su terreno de su mansión. Un día Clodio y un
grupo de sus seguidores atacaron a Marco, pero éste tenía una numerosa guardia,
por lo que no le paso nada. Marco visitó a Julio y platicaron sobre el triunvirato,
Clodio y Roma, y conoció a su nueva esposa, Calpurnia. Después de platicar
descubrió que Julio desea ser rey de Roma. Después de la saturnalia, Marco tomó
posesión de su nueva casa, y a Terencia no le gusto mucho como la dejaron.
Marco se dio cuenta de que ahora era pobre y tenía mucho que pagar, Terencia
tenía dinero pero no lo daba. Quinto antes de irse en una misión con su legión
habló con Marco sobre el destino de Roma con Julio, y le aconsejó que no se
involucrara. Marco meditaba sobre el triunvirato, se preguntaba cuándo Julio se
atrevería a atacar a Craso y Pompeyo. Durante esos momentos escribió su obra
más importante: el tratado De Republica, sin descuidar sus deberes como
senador. Marco y sus amigos intentaron evitar que Clodio fuera elegido edil, pero
no lo pudieron evitar. Marco no podía dejar de pensar que Clodio era el nuevo
Catilina. El hijo de Marco no se parecía a él, Terencia le había enseñado sus
propios hábitos. Tulia se casó con Dolabella.

Capitulo 61.
Marco se tomó un respiro, se la pasaba en su biblioteca escribiendo sus más
grandes obras, hablando con su hijo, visitando a su hija o a su amada isla en
Arpinum. Noë le escribiría una vez: “Eres una columna de hierro, como Dios ha
indicado que es el hombre justo”. Marco recuperó su fama como abogado y recibía
muchos clientes. Un día fue nombrado a ocupar un cargo en el Consejo de
Augures de Roma, y con eso recuperó su fortuna. Julio le pidió que hiciera una
predicción para él, sobre un día exacto. En la noche en el lugar especifico Marco
tuvo una larga visión en la que veía a Julio ante los demás como un dios, a veces
con una corona, después una mujer desconocida apareció ante Julio y ella le hizo
daño, y al final era asesinado por unos cuervos con dagas. Después tuvo otra
visión en la que veía a un hombre rubio entrando a Roma y con él la destrucción
de la misma. Después en la misma visión vio una cúpula dorada y el símbolo de
una cruz de fuego y hombres que decían: “Paz en la Tierra a los hombres de
buena voluntad”, y después la tierra se sumergía en caos y decían: “Señor, ten
piedad de nosotros”. Al finalizar la visión se desmayo y parecía muerto, estuvo en
cama varios días y los otros augures adivinaron que había visto visiones terribles.
Marco le envió una carta a Julio contándole su visión, pero éste al leerla solo rió.

Capitulo 62.
Marco pensaba que necesitaba paz, pero le era imposible dejar de preocuparse
por los sucesos de Roma. Craso murió combatiendo una sublevación, aunque
Marco creía que fue asesinado, y Julio y Pompeyo se enfrentaban entre sí. Julio
cruzó el Rin e invadió Britania. Julia, la hija de Julio y esposa de Pompeyo, falleció
debido a una fiebre, y con eso se rompió el último lazo que unía a Julio con
Pompeyo. Julio solía visitar a Marco en sus viajes a Roma, y una vez platicaron
sobre su situación con Pompeyo y la amistad entre ellos, y Marco le pidió que lo
que sea que estuviera planeado que lo dejara, pero Julio lo negó. Un día Marco se
topó con la litera de Julia, la hermana de Julio, y ella le presento a su nieto,
Octavio. Tito Milon, amigo de Marco, se presentó para la candidatura para el
consulado, al mismo tiempo que Clodio se presento para pretor. Un día Clodio y
sus hombres atacaron a los hombres de Tito, y en la revuelta Clodio resultó
muerto. Un día llegó a Roma la noticia que en Galia hubo una sublevación bajo el
mando de Vercingétorix y que fue aplastada por Julio, y en ese momento
Pompeyo provechó la oportunidad y se declaró cónsul único. En ese tiempo Marco
escribió su obra “De Legibus”. Un día recibió una carta de Jerusalén, de Leah,
esposa de Noë Ben Joel, dándole la noticia de que su esposo, Noë, había
fallecido; Marco dijo “La Tierra se ha empobrecido, ha perdido a un hombre bueno
y eso es algo que no nos podemos permitir”.

Capitulo 63.
Marco reflexionaba sobre su vejez, y se preguntaba el porqué lo habían nombrado
gobernador de la provincia de Cilicia. Su hijo Marco, su hermano Quinto y su hijo
lo acompañaron en Cilicia. Marco estaba orgulloso de haber arreglado la
economía de la provincia. Marco recibía las noticias de que en Roma Julio y
Pompeyo, apoyado por el senado, se seguían peleando entre sí. A su regreso a
Roma Marco visitó a Julio y le pidió que dejara de pelearse con Pompeyo. El
senado había aprobado una moción en la que obligaba a Julio y a Pompeyo a
dejar sus ejércitos, pero ninguno de los dos quiso. Aún así el senado apoyaba a
Pompeyo y le temía a Julio. En invierno, cuando nadie se lo esperaba, Julio reunió
a sus legiones y avanzó hacia Roma, en su camino las fuerzas de Pompeyo se
rindieron. Pompeyo escapó hacia Macedonia para intentar reunir legiones, y
Marco viajó hacia Durazzo para unirsele, debido a ésto Terencia le dijo que ya no
eran nada pues según ella la había traicionado. También el pueblo comenzó a
odiar a Marco debido a su decisión. Al paso del tiempo Marco se arrepintió de la
decisión y le mando una carta a Quinto comentándoselo, y éste se la mostró a
Julio, y él dijo que permitiría que regresara a Roma, pero Marco decidió no
regresar. Marco un día cayó en enfermedad y tuvo un sueño en el que veía a Livia
otra vez. Al recuperarse supo que las fuerzas de Julio, junto a Marco Antonio,
habían derrotado a las de Pompeyo, y éste huyó a Egipto, donde seria asesinado
por un soldado.

Capitulo 64.
Julio permitió el regreso de Marco a Roma, y éste regresó. Julio se hallaba en
Egipto combatiendo a las últimas legiones de Pompeyo, y corrían rumores de que
tenía una aventura amorosa con la hermana del rey Ptolomeo, Cleopatra. Quinto
visitó a Julio cuando éste fue a Roma y le comento que Marco Antonio conspiraba
en su contra. Tulia visitó a Marco cuando éste estaba enfermo, y le contó que se
había divorciado de Dolabella. Marco junto a su hija Tulia viajo a la Toscana donde
vivió sus últimos momentos de paz, ahí se divorció de Terencia. Mientras tanto
Julio derrotó los ejércitos egipcios de Ptolomeo y puso a su amante Cleopatra en
el trono. Tulia cayó gravemente enferma, y tuvieron que ir a Roma donde los
médicos le dijeron que no tenía cura. Después viajaron a su isla, y un día Tulia
asustada le dijo a Marco que había visto un fantasma, y al describirla Marco supo
que era Livia. Volvieron a Roma en el invierno, pero Tulia ya no podía ni siquiera
hablar. Después de varios días Marco se quedó dormido al lado de su hija y tuvo
un sueño en el que ella se levantaba feliz y se despedía de Marco dándole un
beso. Al despertar su hija Tulia había fallecido al lado de el.

Capitulo 65.
Julio había vencido a las últimas fuerzas opositoras en Hispania y al volver a
Roma visitó a Marco junto con Marco Antonio y Marco Bruto,solo para ver la
soledad en la que Marco vivía.
Marco viajó de nuevo a su isla, donde escribiría sus más grandes obras. En su
último día de estancia Eunice le dijo que se cuidara, pues ella soñó con un
asesinato y temió que fuera él. Al cruzar el puente de la isla se detuvo a admirarla,
sin saber que sería la última vez. Un día, ya en Roma, fue visitado por Bruto y
platicaron sobre Julio, y le comentó que Julio admiraba las realezas orientales y
que pensaba hacer que el senado lo declarara Dios, aunque ya fuera dictador
vitalicio, que ansiaba ser emperador y tener una corona. Bruto le pidió que
acusara a Julio ante el pueblo, pero Marco no quiso, considerándolo inútil. A la
mañana siguiente Julio se dirigió al senado aunque su esposa le dijera que tenía
un mal presentimiento. Julio sabía que ese día era su día, recibiría la corona y
esta vez la aceptaría, y pensó que su sucesor sería Octavio, aunque desearía que
fuera Cesarión, su hijo con Cleopatra, que lo esperaba en una villa fuera de Roma.
EN esa misma mañana Quinto visitó a Marco para comentarle que se divorciaría y
pedirle que o acompañara hoy al senado a ver a Julio, y Marco aceptó. Al
acercarse al Foro vio a los senadores y a Julio subiendo las escaleras y saludo
con un grito a Julio y éste a la distancia lo saludo levantando la mano, después
entró al senado. Al entrar había muchas voces haciendo ruido y pregunto el
porqué de esto, Quinto lo sujeto del brazo y vieron como se alzaban las dagas con
sangre y como se escuchaban gritos de victoria. Fue ahí cuando vio a Julio César
en el suelo de mármol envuelto en su manto, sangrando por una docena de
heridas. Julio César antes de morir vio a una sola persona y dijo “¿Tu también,
Bruto, hijo mío?” y Bruto gritó “Así perecen los tiranos”. Marco se arrodillo ante el
cuerpo de Julio llorando y Quinto lo agarro del brazo para alejarlo del lugar.
Capitulo 66.
Después del asesinato Marco Antonio tomó el control de Roma con mano dura y
leyó el testamento de Julio en el Foro. Marco declaró una amnistía para los
asesinos de Marco, los senadores. Octavio comenzó a obtener popularidad y los
viejos seguidores de Julio ahora lo seguían a él. Marco visitó a su hijo en Atenas
pero regresó a Roma. Entre Octavio y Marco Antonio estaba surgiendo una gran
enemistad y Marco se puso de lado de Octavio. A finales de año Marco pronunció
ante el senado la primera de sus famosas Filípicas contra Marco Antonio y ésto lo
molesto demasiado que hasta comenzó a inventar el cuento de que Marco estuvo
involucrado en el asesinato de Julio. Debido a esto Marco escribio la segunda
Filípica y la hizo publicar y hizo enojar aún más a Marco Antonio. Mientras tanto
Octavio seguía ganandose el apoyo de los veteranos que siguieron a Julio antes.
Octavio engaño poco a poco a Marco para ponerlo a su favoy y hacer que hablara
ante el senado en contra de Marco Antonio y lo logró. Bruto sabía del engaño y le
escribio a Ático para que le dijera a Marco. Ático y Quinto quisieron convenser a
Marco de que se alejara de Octavio pero éste no lo hizo. Octavio avanzó con sus
legiones hacia Roma, como lo hizo Julio antes y entró triunfal a Roma. Marco
Antonio vencido propuso la formación de un segundo triunvirato con Octavio y
Lépido; y así fue. Marco confundido huyó a la ciudad de Astura, había sido vencido
por la sinrazón.

Capitulo 67.
Quinto y su hijo vendieron todas sus propiedades y las de Marco para reunirse con
el en Astura. Marco decidió que Quinto y su hijo viajaran a Macedonia para ser
protegidos por Bruto, y que él volvería a Roma a morir en su tierra. Marco
esperaba a su hermano y su sobrino durante el invierno pero no llegaban ya que
Quinto y su hijo habían sido asesinados por ordenes de Octavio. En la noche
Marco tuvo un sueño en el que Quinto le decía que huyera a Macedonia. Marco
decidió viajar hacia Macedonia sin saber nada de Quinto. Marco llego a su villa de
Formiae y en la noche tuvo un sueño en el que vio una mano y que le decía una
voz “no temas, soy tu Dios”. Al día siguiente se dispuso a embarcarse hacia
Macedonia pero el oleaje no se lo permitió y tuvo que quedarse en su villa. Un
grupo de grajos sorprendió a Marco cuando se hallaba descansando y lo obligaron
a entrar en su litera y se dirigieron al bosque, eran perseguidos por Herenio y
Popilio. Marco ordenó que se detuviera la litera y al asomarse Herencio le dio
muerte cortandole la cabeza, también le corto las manos por orden de Marco
Antonio. Sus manos y su cabeza fueron llevadas ante Marco Antonio y éste las
hizo fijar en la Rostra donde hablaban los oradores. El mutilado cadáver de Marco
fue enterrado donde fue asesinado. Su rostro muerto quedó mirando fijamente a la
ciudad que tanto había amado. Después de un tiempo un soldado tiró el cráneo de
Marco pateándolo y destruyéndolo. Cuarenta y tres años después de su asesinato
sucedió lo que él tanto había ansiado en vida y es posible que él mismo en las
puertas del cielo haya escuchado junto con todos sus seres amados las altísimas
palabras de la Anunciación: “¡Salve, llena de gracia, el Señor es contigo, Bendita
tú eres entre todas las mujeres!”.

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