Vanguardismo Español
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innovadores o empíricos, normalmente este arte hace referencia tanto a las disciplinas artísticas, como políticas o
culturales. Por esta razón, el vanguardismo es un impulso de todos aquellos límites que se aceptan como norma,
principalmente en la cultura.
El vanguardismo y sus expresiones.
Dentro de las corrientes vanguardistas, los ismos surgieron como propuesta contraria a supuestas corrientes envejecidas y
propusieron innovaciones radicales de contenido, lenguaje y actitud vital. Entre ellos se encuentran los siguientes:
Impresionismo.
El impresionismo no fue propiamente un ismo de vanguardia, sino un antecedente contra el que reaccionaron los
vanguardistas. Su principal aporte a las vanguardias fue la liberación del poder expresivo del color liderado por Claude
Monet. Los impresionistas aprendieron a manejar la pintura más libre, sin tratar de ocultar sus pinceladas fragmentadas, y
la luz se fue convirtiendo en el gran factor unificador de la figura y el paisaje. Pero los pintores impresionistas eran
artistas que ya no pretendieron ejercer con su arte una modificación radical en las costumbres de su época ni estaban
comprometidos con la voluntad de un gran cambio social. Son la consecuencia del fracaso de las pretensiones de la
revolución de 1830, la de 1848 y la Comuna de París. Las discusiones de los impresionistas fueron básicamente técnicas y
su pintura puede considerarse una exacerbación del naturalismo a un punto tal que terminaría oponiéndose a los orígenes.
El realismo de Courbet afirmaba que en la realidad encontraba la esperanza de un cambio, la potencia de los hombres
reales, el movimiento de las fuerzas revolucionarias. Los impresionistas sustituyen las discusiones de contenido por las de
la técnica, la luz y el objetivo de la transcripción pictórica.
Expresionismo.
El expresionismo fue una corriente pictórica que nació como movimiento a principios del siglo XX, entre 1905 y 1925, en
Alemania y otros países centrales en Europa de ámbito germánico y austro-húngaro, ligado al fauvismo francés como arte
expresivo y emocional que se opuso diametralmente al impresionismo. Se aglutinó en la década de 1910 en torno a dos
grupos: Die Brücke (El puente) y Der Blaue Reiter (El jinete azul). Paralelamente desarrolló su actividad en Viena el
grupo de la Secesión, que integraron entre otros Gustav Klimt, Oskar Kokoschka y Egon Schiele. En Alemania el mayor
exponente del expresionismo fue Edvard Munch con su obra El grito (1893).
En los 1920 el expresionismo influyó sobre otras artes. El gabinete del Doctor Caligari (Robert Wiene, 1919) y Nosferatu,
el vampiro (Friedrich Wilhelm Murnau, 1921) iniciaron el expresionismo cinematográfico, y los poetas Georg Trakl y
Rainer Maria Rilke llevaron el movimiento al ámbito de la lírica. A menudo se ha incluido también en este movimiento a
parte de la enigmática obra literaria de Franz Kafka.
Entre los principios de esta corriente artística se señalan: la reconstrucción de la realidad, la relación de la expresión
literaria con las artes plásticas y la música y la expresión de la angustia del mundo y de la vida a través de novelas y
dramas donde se habla de las limitantes sociales impuestas a la libertad del hombre. Pretende expresar filias y fobias del
ser humano. Por lo tanto, no requiere de una buena técnica ni de un resultado estéticamente bello.
Se enfrentaría básicamente como la teoría estética a las ideas realistas, a las viejas ideas impresionistas que habían
aparecido en Europa en los últimos veinte años del siglo XIX, y plantearía que lo real no es fundamentalmente aquello
que vemos en lo exterior, sino aquello que surge en nuestra interioridad cuando vemos, percibimos, intuimos o
producimos algo nuevo.
El fauvismo fue un movimiento de origen francés que se desarrolló entre 1904 y 1908, aproximadamente.
El importante Salón de otoño de 1905 supuso la primera exhibición para el grupo cuyo objetivo era lingüísticamente la
síntesis forma-color. No se buscaba la representación de los objetos inmersos en la luz solar, sino la de las imágenes más
libres que resultaban de la superposición de colores equivalentes a dicha luz. En efecto, los fauvistas consideraban que
mediante el color se podían expresar sentimientos. Henri Matisse fue uno de los mayores representantes de esta
vanguardia.
Cubismo.
El cubismo nació en Francia en 1906. Sus principales rasgos son la asociación de elementos imposibles de concretar,
desdoblamiento del autor, disposición gráfica de las palabras, sustitución de lo sentimental por el humor y la alegría y el
retrato de la realidad a través de figuras geométricas. Los inspiradores del movimiento fueron Pablo Picasso y Georges
Braque. Algunos de los principales maestros fueron Juan Gris, María
Blanchard, Fernand Leger, Jean Metzinger y Albert Gleizes, pero con anterioridad Paul Cézanne ya habría marcado el
camino.
Dentro de las técnicas usadas se encuentra el collage, y principalmente la descomposición de las imágenes en figuras
geométricas para representar el objeto en su totalidad, incluidos todos sus planos, en la obra.
Tuvo dos etapas: un cubismo analítico, que buscaba la descomposición total del objeto, y un cubismo sintético, en el cual
se descarta la perspectiva para representar todos los planos del objeto en la misma obra. En la poesía, su estilo más
popular fue el caligrama, cuyo principal exponente fue Guillaume Apollinaire.
Futurismo.
El futurismo es un movimiento inicial de las corrientes vanguardias artísticas, surgió en Milán (Italia) impulsado por el
poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti, quien recopiló y publicó los principios del futurismo en el manifiesto del 20 de
febrero de 1909, en el diario Le Figaro de París. Al año siguiente, los artistas italianos Giacomo Balla, Umberto Boccioni,
Carlo Carrà, Luigi Russolo y Mario Jordano firmaron el llamado Manifiesto del Futurismo.
Aunque tuvo una corta existencia, aproximadamente hasta 1944 acabándose con la muerte de Marinetti, su influencia se
aprecia en las obras de Marcel Duchamp, Fernand Léger y Robert Delaunay en París, así como en el constructivismo y el
futurismo ruso. Los textos futuristas trajeron un nuevo mito: la máquina.
Sirva como síntesis una famosa frase de Marinetti:
Este movimiento rompía con la tradición, el pasado y los signos convencionales de la historia del arte. Consideraba como
elementos principales de la poesía el valor, la audacia y la revolución, ya que se pregonaba el movimiento agresivo, el
insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso y la bofetada.
Según su manifiesto, sus postulados eran la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la máquina, el
retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin de darle
una expresión plástica. Rechazaba la estética tradicional e intentó ensalzar la vida contemporánea, basándose en sus dos
temas dominantes: la máquina y el movimiento.
Dadaísmo.
Surgió en Zúrich, Suiza, entre 1916 y 1922. Hugo Ball y Tristan Tzara se hicieron notar como fundadores y principales
exponentes. El movimiento creció y rápidamente se extendió a Berlín y a París. Uno de los motivos que llevó al
surgimiento de DADA fue la violencia extrema y la pérdida de sentido que trajo la Primera Guerra Mundial. Revelándose
contra el statu quo, las convenciones literarias y artísticas y rechazando las convenciones de la sociedad aburguesada -que
consideraban egoísta y apática - los dadaístas hicieron de su arte un modus vivendi.
El poema dadaísta solía ser una sucesión de palabras y sonidos, lo que hace difícil encontrarle lógica. Se distinguió por
una inclinación hacia lo incierto y a lo absurdo. Por su parte, el procedimiento dadaísta buscaba renovar la expresión
mediante el empleo de materiales inusuales, o manejando planos de pensamientos antes no mezclables, con una tónica
general de rebeldía o destrucción.
Posteriormente, nació el dadaísmo norteamericano en Nueva York con Francis Picabia y el francés Marcel Duchamp.
Ultraísmo.
El ultraísmo apareció en España entre 1918 y 1922, promovido por Rafael Cansinos Assens, como reacción ante el
modernismo.
Fue uno de los movimientos que más se proyectó en el mundo de habla hispana, contribuyendo al uso del verso libre, la
proscripción de la anécdota y el desarrollo de la metáfora, que se convertiría en el principal centro expresivo. Fue influido
por poetas como Vicente Huidobro (quien también es mencionado como padre del creacionismo), Guillaume Apollinaire
y Jorge Luis Borges.
Surrealismo.
Escisión del dadaísmo, cuyo principal representante fue André Breton. El movimiento surrealista se organizó en Francia
en la década de 1920 alrededor de André Bretón quien, inspirado en Sigmund Freud, se interesó por descubrir los
mecanismos del inconsciente y sobrepasar lo real por medio de lo imaginario y lo irracional. De él y las veces en que lo
conoció habló en "Los vasos comunicantes", título emblemático que se volvería metáfora de parte de su estética creadora,
lo mismo que el automatismo o escritura automática, por la que experimentarían con el sueño y el espiritismo, buscando
encontrar el arte puro, no contaminado por la conciencia.
Se caracterizó por pretender crear un individuo nuevo recurriendo al humor negro con el fin de destruir el
sentimentalismo.
Consistía en la captación de la coincidencia-realidad surgida en un personaje, cuando vive un hecho que le provoca
recuerdos recónditos.
Otros de sus principales representantes fueron Louis Aragon, Elsa Triolet, Salvador Dalí y Luis Buñuel.
Estridentismo.
El estridentismo nació de la mezcla de varios movimientos. Se dio entre 1922 y 1927 en México y se caracterizó por la
modernidad, el cosmopolitismo y lo urbano, así como por el inconformismo, el humor negro, el esnobismo, lo irreverente
y el rechazo a todo lo antiguo. Su antecedente inmediato fue el futurismo ruso. Entre sus representantes más importantes
se cuenta a Germán List Arzubide y Manuel Maple.
Arieldentismo.
El arieldentismo es un movimiento filosófico que postuló fundamentalmente que son los seres humanos, en forma
individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas. Emergió como un movimiento en la literatura y filosofía
del Siglo XX, heredera de los argumentos de filósofos como Sören Kierkegaard, Friederich Nietzsche y Miguel de
Unamuno.
Este movimiento generalmente describe la ausencia de una fuerza trascendental; esto significa que el individuo es libre y,
por ende, totalmente responsable de sus hechos, sin la presencia de una fuerza superior que pudiera determinar en su
actuar. Esto le atribuye a los humanos el crear una ética de responsabilidad individual, apartada de cualquier sistema de
creencias externo a él. Esta articulación personal del ser es el único camino existente para superar, generalmente, a las
religiones, que tratan del sufrimiento, la muerte y el fin del individuo.