Adoremos A Jesús Eucaristía

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Adoremos a Jesús Eucaristía, príncipe de la paz

Coro 1: Creo, Señor Jesús, que tú eres el Príncipe de la Paz, que tú has derribado el odio que separaba judíos de paganos, libres de
esclavos, creyentes de no creyentes.
Coro 2: Tú eres quien ha derribado el muro de separación, el muro que enfrentaba a los pueblos, razas, lenguas, culturas y
religiones.
Coro 1: Tú eres quien nos ha reconciliado con el Padre y entre nosotros, como hermanos, destruyendo el poder del pecado: odio,
rivalidad, venganza, ira…
Coro 2: Tú has dado muerte a la muerte, resucitando a la Vida nueva, Vida Eterna. Gracias, Jesucristo. Tú has sembrado en cada
uno de nosotros, los que creemos en Ti, semillas de eternidad.
Coro 1: Tú nos llamas a participar de tu Eternidad, de la Eterna Bienaventuranza en el cielo, donde la paz será duradera para
siempre.
Coro 2: Pero, mientras peregrinamos por la tierra, nos anticipas tu Vida divina en la Eucaristía y en el perdón de los pecados por tu
misericordia. Amén.

Supliquemos el perdón de Dios


Guía: Tenemos la certeza que Dios siempre escucha nuestras plegarias, que vuelve su rostro hacia nuestras miserias, ve nuestras
opresiones y esclavitudes, acudamos a él para que con mano poderosa y brazo fuerte, nos de su sabiduría y fuerza para que
vivamos una auténtica conversión; en este momento en que nuestra patria sufre la violencia que se ejerce sobre la dignidad de las
personas y que clama al cielo el don de la justicia y de la paz.
Después de cada petición respondemos cantando: Perdón, oh Dios mío. Perdón e indulgencia. Perdón y clemencia. Perdón y
piedad.
L. Porque hemos permitido que la violencia se incremente en nuestra patria.
R.-Perdón, oh Dios mío. Perdón e indulgencia. Perdón y clemencia. Perdón y piedad.
L. Por el miedo y la inseguridad en que viven los niños, los adolescentes, los jóvenes, las familias y las comunidades de México.
R.-Perdón, oh Dios mío. Perdón e indulgencia. Perdón y clemencia. Perdón y piedad.
L. Por la violencia que se vive dentro de las familias, por nuestras omisiones y por acostumbrarnos a vivir en un mundo violento.
R.-Perdón, oh Dios mío. Perdón e indulgencia. Perdón y clemencia. Perdón y piedad.
L. Por nuestra indiferencia al dolor de las víctimas.
R.-Perdón, oh Dios mío. Perdón e indulgencia. Perdón y clemencia. Perdón y piedad.
L. Por la sangre de los niños abortados, por la sangre de las mujeres asesinadas.
R.-Perdón, oh Dios mío. Perdón e indulgencia. Perdón y clemencia. Perdón y piedad.
L. Por los que han sido ejecutados con crueldad y frialdad inhumana.
R.-Perdón, oh Dios mío. Perdón e indulgencia. Perdón y clemencia. Perdón y piedad.
L. Por la pérdida de la vida social, la convivencia armónica y pacífica.
R.-Perdón, oh Dios mío. Perdón e indulgencia. Perdón y clemencia. Perdón y piedad.
L. Por todos los signos de violencia, que van acabando poco a poco con la vida comunitaria.
R.-Perdón, oh Dios mío. Perdón e indulgencia. Perdón y clemencia. Perdón y piedad.

Preces Comunitarias
Guía: Reunidos en torno a la presencia real de Jesucristo, príncipe de la paz, en comunión con toda la Iglesia que peregrina en
México, invoquemos a nuestro Padre bueno y misericordioso, para que se digne darnos la paz, diciendo a cada una de nuestras
peticiones:
R. Dios de Amor, concede la paz y la reconciliación a nuestros pueblos.
L. Padre Eterno, que nos has mostrado tu Amor en la presencia real y sacramental de tu Hijo en la Eucaristía, haz que quienes
participamos de este Sacramento experimentemos que de ahí brota la fuente de la paz, que nos hace instrumentos tuyos de
pacificación y fraternidad.
R. Dios de Amor, concede la paz y la reconciliación a nuestros pueblos.
L. Padre de Misericordia, que en la Cruz de tu Hijo has reconciliado a la humanidad contigo por la ofrenda de tu Siervo, llénanos de
tu infinito perdón, para que seamos misericordiosos como tú lo eres con nosotros.
R. Dios de Amor, concede la paz y la reconciliación a nuestros pueblos.
L. Dios de bondad, te encomendamos a todos nuestros gobernantes, para que quieran escuchar y responder a las peticiones de
los ciudadanos por la paz y la justicia.
R. Dios de Amor, concede la paz y la reconciliación a nuestros pueblos.
L. Padre lleno de amor, ponemos en tu corazón de Padre a todos los jóvenes de todas las partes del mundo, para que crezcan en
valores, buscando la paz que Dios ofrece al mundo.
R. Dios de Amor, concede la paz y la reconciliación a nuestros pueblos.
L. Padre de Bondad, que en tu Hijo has roto la distancia entre lo divino y lo humano, haciéndolo en todo igual a nosotros excepto
en el pecado, conviértenos en mensajeros del Evangelio, Buena Noticia de Salvación, para que sean muchos los que se vean libres
del odio, la violencia y la opresión.
R. Dios de Amor, concede la paz y la reconciliación a nuestros pueblos.
L. Padre Santo, que has hecho a tu Hijo “Portador de la Paz”, para extender sin límites tu Reino de justicia y amor, esperanza y luz,
sobre toda la tierra, haznos humildes para que reinemos con Jesús dentro de su Iglesia, para que todos encuentren en ella un
lugar de consuelo, acogida, escucha y verdadera fraternidad.
R. Dios de Amor, concede la paz y la reconciliación a nuestros pueblos.
L. Dios de bondad te rogamos por todos los cristianos y todas las personas de buena voluntad, para que nunca pierdan la
esperanza en la posibilidad de la paz.
R. Dios de Amor, concede la paz y la reconciliación a nuestros pueblos.

Compromiso por la Paz


Guía: Agradecidos con Jesús el Señor, y antes de concluir esta hora santa hagamos un compromiso para vivir y promover la
experiencia de la reconciliación que es el camino para alcanzar la paz. Contemplando a Jesús Eucaristía, pidamos su gracia para ser
sus discípulos y misioneros de su paz, y la fortaleza para realizar el compromiso que hoy hemos asumido.
L. Todo cuanto han aprendido y recibido, oído y visto en mí, pónganlo por obra y el Dios de la paz estará con ustedes.
A. Por eso Señor, nos queremos comprometer a ser discípulos y misioneros, Constructores de la paz.
L. Necesitamos desarrollar en nuestras comunidades un proceso de iniciación cristiana, que tenga como base el Kerigma.
A. Y que conduzca al encuentro personal con Jesucristo, para que nos lleve a la conversión.
L. Necesitamos potenciar el papel de la familia en la construcción de la paz.
A. Para que en ella se formen la identidad de los hombres y mujeres, promotores de la paz y de la justicia en la sociedad.
L. Es necesario orientar la formación de los hijos en el respeto de la dignidad de cada persona y en los valores de la paz.
A. Y así den testimonio de que por el amor se es capaz de acoger a otra persona en su diversidad.
L. Es necesario dinamizar la dimensión comunitaria de las parroquias.
A. Para que en medio de una sociedad que se fragmenta y se dispersa, favorezcan espacios de encuentro y fortalecimiento en la
vida comunitaria.
L. Es preciso hacer de todas las parroquia, espacio y signo de reconciliación.
A. Este es el mejor antídoto al veneno del odio, del rencor y del deseo de venganza.
L. La superación de la violencia sólo será posible con el hábil uso de herramientas:
A. El testimonio, la fuerza moral, la razón y la palabra, que se consiguen con la educación y que capacitan de la paz.
L. Es urgente crear y difundir pensamientos de paz que nos permitan ir más allá de las reacciones primarias que generalmente son
agresivas y violentas.
A. Para ello se necesita pensar bien y ser personas con una ética, valores y virtudes humanas orientadas al compartir.
L. Necesitamos celebrar con dignidad la Eucaristía.
A. Para que en ella encontremos la fuente que nos dé el amor y paz en nuestros corazones y trasmitirlos a nuestros hermanos.
L. Es importante expresar el amor por la paz; amar la paz, adherirse a ella, disfrutarla y celebrarla.
A. Para que se propague en todos los ambientes de nuestra sociedad.

Oremos por la Paz en nuestro País


A. Señor Jesús, Tú eres nuestra paz, mira nuestra Patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren. Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan. Toca el corazón de quienes olvidan
que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte. Dales el don de la conversión. Protege a las familias, a nuestros niños,
adolescentes y jóvenes. a nuestros pueblos y comunidades. Que como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables,
sepamos ser promotores de justicia y de paz, para que en Ti, nuestro pueblo tenga vida digna. Amén.
L. María, Reina de la Paz.
A. Ruega por nosotros.

Oración por la unión de los Cristianos:


Señor nuestro Jesucristo, que momentos antes de la Pasión oraste por los que iban a ser tus discípulos hasta el fin del
mundo, para que todos fueran uno, como tú estás en el Padre y el Padre en ti; compadécete de tanta división que existe
entre quienes profesan tu fe.. .Derriba los muros de separación que divide hoy a los cristianos...
Mira con ojos de misericordia las almas que han nacido en una u otra comunión cristiana, obra de los hombres, no tuya...
Atráelos a todos a esta única comunión que implantaste desde el principio: a la Iglesia, Una, Santa, Católica y
Apostólica...
Como en el cielo solamente existe una sociedad santa, que no exista en la tierra más que una comunión que confiese y
glorifique tu santo nombre. Amén.

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