Hora Santa Buen Pastor Por La Paz

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SEMANA DE FIESTAS PATRONALES 2022

HORA SANTA POR LA PAZ

Canto de Entrada (Bendito, Bendito sea DIOS - YULI Y JOSH) https://www.youtube.com/watch?v=5gzaBpCwqzo&ab_channel=YuliyJosh

Exposición del Santísimo

Canto de Inicio Hora Santa (Dios de la Creación - Celinés feat. Eduard Muñoz) https://www.youtube.com/watch?v=poy2B9fMzdk

MONICIÓN INTRODUCTORIA:
Buenas Tardes mi Señor Jesús, Buenas Tardes Madre Santísima, Buenas Tardes Queridos Hermanos.
Este día nos reunimos para Adorar y Alabar a nuestro Señor, pero sobre todo para pedirle La Paz, Paz en el
Mundo, Paz para las Naciones en Conflicto de Guerras, Paz para nuestro País, Paz en Nuestra Ciudad, Paz
en Nuestra Comunidad, en Nuestros Hogares y en Nuestros Corazones.
Antes de comenzar los invito hermanos a entregarse por completo en estos minutos, respiremos
profundamente, y miremos al frente, ahí esta Jesús para darnos esa paz que necesitamos, imagina que el te
mira también, con la mirada mas tierna que puede existir, olvidemos lo que hay afuera, desconectémonos de
lo que nos quita la tranquilidad, entreguémosle a Nuestro Señor nuestros problemas por un momento,
entreguémonos en cuerpo, alma y mente a Jesús El Buen Pastor.
Tu nos conoces mi Señor, somos tus ovejas, y sabes bien las necesidades de cada uno de mis Hermanos
aquí presentes, tu sabes lo hay en sus mentes y corazones, conoces las necesidades de nuestro mundo,
sabes de la ausencia de amor el los corazones humanos, por todo esto el día de hoy nos reunimos para
pedirte que escuches nuestra oración, en donde te pedimos desde lo mas profundo de nuestro ser, que
escuches nuestra suplica. Y unidos en un solo corazón invocamos la presencia del Espíritu Santo.
Espíritu Santo Consolador, ven con tu fuerza y con tu poder, que sin herir ni violentar, ofreces en la conciencia
el susurro de lo que es bueno y mejor, para bien de cada persona y de la comunidad humana.
Ven, sobre todo, a lo más íntimo de nuestro ser, donde se experimenta la turbación, el sinsentido, la
desesperanza, la tristeza, el desánimo, el dolor y las lágrimas secretas. ¡Son tantos los que lloran sin que los
mire nadie! ¡Son tantos los heridos de la vida que se creen incurables! ¡Son tantos los que piensan que no
tiene remedio su dolencia!

TODOS:
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía Señor Tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra.
¡Oh Dios! Que haz ilustrado los corazones de tus fieles con la Luz del Espíritu Santo, haz que guiados por el
mismo Espíritu sepamos reconocer las cosas que son rectas y gozar siempre de tus divinos consuelos, por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Canto (Dios Está Aquí - Cindy Barrera) https://www.youtube.com/watch?v=eik8ed3V__s&ab_channel=CindyBarrera

LITURGIA DE LA PALABRA
REFLEXIÓN DE LA LECTURA (Grupo Llama de Amor)

(Momento de Silencio para Orar o Meditar)

Canto para Meditar la Lectura (LA PAZ Y EL AMOR DE DIOS --- RAFAEL MORENO) https://www.youtube.com/watch?
v=vKTKB48vPjA&ab_channel=SASGUEL.RECARGADOB

ORACION POR LA PAZ

Señor Jesús, tu eres nuestra paz,


mira nuestra Patria dañada por la violencia
y dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren.
Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan
que somos hermanos
y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión.
Protege a las familias,
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes,
a nuestros pueblos y comunidades.
Que como discípulos misioneros tuyos,
ciudadanos responsables,
sepamos ser promotores de justicia y de paz,
para que en ti, nuestro pueblo tenga vida digna.
Amén.
Canto después de la Oración Por La Paz (Paz en la tormenta con letra - Rene Carias) https://www.youtube.com/results?
search_query=paz+en+medio+de+la+tormeta

PLEGARIA UNIVERSAL

Lector: Dios es Padre de todas las personas y quiere que todos se congreguen en una sola familia libre de
toda división y distensión. Confiando en su providencia, ponemos nuestra oración por la paz delante de Él y
suplicamos:
Todos: Señor, escucha nuestra oración.
Lector: Por todos los cristianos y todas las personas de buena voluntad, para que nunca pierdan la esperanza
en la posibilidad de la paz, roguemos al Señor:
Todos: Señor, escucha nuestra oración.
Lector Por todos los gobernantes, para que puedan escuchar y responder a las peticiones de los ciudadanos
por la paz y la justicia, roguemos al Señor:
Todos: Señor, escucha nuestra oración.
Lector: Por los jóvenes de todas las partes del mundo, para que puedan crecer en valores, buscando la paz
que Dios ofrece al mundo, roguemos al Señor:
Todos: Señor, escucha nuestra oración.
Lector Por aquellos que realizan su servicio militar, para que el Señor los guíe y los proteja, roguemos al
Señor.
Todos: Señor, escucha nuestra oración.
Lector Por todos los que han muerto, especialmente por aquellos que han muerto en la guerra, para que el
Señor los acepte dentro de su presencia amorosa, roguemos al Señor.
Todos: Señor, escucha nuestra oración.

(Momento de Silencio para Orar o Meditar)

LECTURA: ÁNGELUS (PAPA FRANCISCO) Plaza de San Pedro Domingo, 1 de septiembre de 2013

Queridos hermanos y hermanas: Buenos días.

Hoy, queridos hermanos y hermanas, quisiera hacerme intérprete del grito que, con creciente angustia, se levanta en
todas las partes de la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón, en la única gran familia que es la humanidad: ¡el
grito de la paz! Es el grito que dice con fuerza: Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de
paz, queremos que en nuestra sociedad, desgarrada por divisiones y conflictos, estalle la paz; ¡nunca más la guerra!
¡Nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso, que tiene que ser promovido y tutelado.

Vivo con particular sufrimiento y preocupación las numerosas situaciones de conflicto que hay en nuestra tierra, pero, en
estos días, mi corazón está profundamente herido por lo que está sucediendo en los países con conflictos belicos y
angustiado por la dramática evolución que se está produciendo.

Hago un fuerte llamamiento a la paz, un llamamiento que nace de lo más profundo de mí mismo. ¡Cuánto sufrimiento,
cuánta destrucción, cuánto dolor ha ocasionado y ocasiona el uso de las armas en este atormentado país, especialmente
entre la población civil inerme! Pensemos: cuántos niños no podrán ver la luz del futuro. Condeno con especial firmeza el
uso de las armas químicas. Les digo que todavía tengo fijas en la mente y en el corazón las terribles imágenes de los días
pasados. Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras acciones, del que no se puede escapar. El
uso de la violencia nunca trae la paz. ¡La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia!

Con todas mis fuerzas, pido a las partes en conflicto que escuchen la voz de su conciencia, que no se cierren en sus
propios intereses, sino que vean al otro como a un hermano y que emprendan con valentía y decisión el camino del
encuentro y de la negociación, superando la ciega confrontación. Con la misma fuerza, exhorto también a la Comunidad
Internacional a hacer todo esfuerzo posible para promover, sin más dilación, iniciativas claras a favor de la paz en aquella
nación, basadas en el diálogo y la negociación, por el bien de toda la población de los países en Guerra.

Que no se ahorre ningún esfuerzo para garantizar asistencia humanitaria a las víctimas de este terrible conflicto, en
particular a los desplazados en el país y a los numerosos refugiados en los países vecinos. Que los trabajadores
humanitarios, dedicados a aliviar los sufrimientos de la población, tengan asegurada la posibilidad de prestar la ayuda
necesaria.

¿Qué podemos hacer nosotros por la paz en el mundo? Como decía el Papa Juan XXIII, a todos corresponde la tarea de
establecer un nuevo sistema de relaciones de convivencia basadas en la justicia y en el amor (cf. Pacem in terris [11 abril
1963]: AAS 55 [1963], 301-302).

¡Que una cadena de compromiso por la paz una a todos los hombres y mujeres de buena voluntad! Es una fuerte y
urgente invitación que dirijo a toda la Iglesia Católica, pero que hago extensiva a todos los cristianos de otras
confesiones, a los hombres y mujeres de las diversas religiones y también a aquellos hermanos y hermanas no creyentes:
la paz es un bien que supera cualquier barrera, porque es un bien de toda la humanidad.

Lo repito alto y fuerte: no es la cultura de la confrontación, la cultura del conflicto, la que construye la convivencia en los
pueblos y entre los pueblos, sino ésta: la cultura del encuentro, la cultura del diálogo; éste es el único camino para la
paz.

Que el grito de la paz se alce con fuerza para que llegue al corazón de todos y todos depongan las armas y se dejen guiar
por el deseo de paz.

Pidamos a María que nos ayude a responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del diálogo, de la
reconciliación y del amor. Ella es Madre. Que Ella nos ayude a encontrar la paz. Todos nosotros somos sus hijos.
Ayúdanos, María, a superar este difícil momento y a comprometernos, todos los días y en todos los ambientes, en la
construcción de una auténtica cultura del encuentro y de la paz. María, Reina de la Paz, ruega por nosotros.

(Momento de Silencio para Orar o Meditar)


LETANÍAS DE PAZ

Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.


Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.
Que Dios vuelva hacia ti su rostro y te de la paz. (Núm 6, 26)
R. Señor, danos tu paz.
El Señor dará a su pueblo bendiciones de paz. (Sal 29, 11)
R. Señor, danos tu paz.
Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y ponte a perseguirla. (Sal 34, 15)
R. Señor, danos tu paz.
Quiero escuchar lo que dice el Señor, pues Dios habla de paz. (Sal 85, 9)
R. Señor, danos tu paz.
La Gracia y la Verdad se han encontrado, la Justicia y la Paz se han abrazado. (Sal 85, 11)
R. Señor, danos tu paz.
Mi alma halló muy larga su permanencia entre aquellos que detestan la paz. (Sal 120, 6)
R. Señor, danos tu paz.
Estoy por la paz, pero apenas de eso hablo, ellos no piensan más que en guerra. (Sal 120, 7)
R. Señor, danos tu paz.
Por mis hermanos y mis amigos quiero decir: “¡La paz este contigo!” (Sal 122, 8)
R. Señor, danos tu paz.
Tiempo para amar y tiempo para odiar; tiempo para la guerra y tiempo para la paz. (Eclo 3, 8)
R. Señor, danos tu paz.
Oh Dios, dígnate darnos la paz, pues, sólo Tú llevas a feliz término lo que hacemos nosotros. (Is 26, 12)
R. Señor, danos tu paz.
La obra de la Justicia será la Paz y los frutos de la Justicia serán tranquilidad y seguridad para siempre. (Is 32, 17)
R. Señor, danos tu paz.
Pero tú, Belén, cuyo origen se pierde en el pasado. Él mismo será su paz. (Mi 5, 1. 4)
R. Señor, danos tu paz.
Gloria a Dios en lo más alto del Cielo y en la tierra paz a los hombres. (Lc 2, 14)
R. Señor, danos tu paz.
El Señor dijo: Al entrar en cualquier casa, bendíganla antes diciendo: “La paz sea en esta casa.” (Lc 10, 5)
R. Señor, danos tu paz.
El Señor dice: “Les dejo la paz, les doy mi paz.” (Jn 14, 27)
R. Señor, danos tu paz.
El Señor dice: “La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes angustia ni
miedo.” (Jn 14, 27)
R. Señor, danos tu paz.
El Señor dice: “Les he hablado de estas cosas para que tengan paz en mi.” (Jn 16, 33)
R. Señor, danos tu paz.
Y Jesús dijo a sus discípulos:
“¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, así los envío yo también.” (Jn 20, 21)
R. Señor, danos tu paz.
El fruto del Espíritu es caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad,
mansedumbre y dominio de sí mismo. (Gál 5, 22-23)
R. Señor, danos tu paz.
Así la paz de Cristo reinará en sus corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos. (Col 3, 15)
R. Señor, danos tu paz.

Todos: Padre nuestro…

BENDICIÓN DEL SANTÍSIMO

Bendito sea Dios.


Bendito sea su santo nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su santa e inmaculada concepción.
Bendita sea su gloriosa asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.

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