Caso F Fuerza M

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Fecha de Resolución 20 de Marzo de 2014

Emisor Juzgado Primero Superior del Trabajo

Ponente Osmiyer José Rosales Castillo

Procedimiento Recurso De Apelación

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL

Tribunal Superior del Trabajo de la Circunscripción Judicial

del estado Portuguesa

Guanare, veinte (20) de marzo de dos mil catorce (2014).

203º y 154º

IDENTIFICACIÓN DE LA CAUSA, LAS PARTES Y SUS APODERADOS

ASUNTO Nro.-: PP01-R-2014-000034.

DEMANDANTE: R.I.B.S., venezolana, mayor de edad, titular de la cédula de identidad Nro.-


V- 11.547.563.

APODERADA JUDICIAL DE LA DEMANDANTE: Abogada J.F.D.B., identificada con matricula


del I.P.S.A. Nro.- 135.849.

DEMANDADA: HELADERIA CHISPY CREAM, C.A. inscrita por el Registro Mercantil Segundo
de la Circunscripción Judicial del estado Portuguesa en fecha 28 de octubre de 2004, bajo el
Nº 47, Tomo 39-B.

APODERADO JUDICIAL DE LA DEMANDADA: Abogado EDIFRANGEL LEON PEREZ,


identificado con la matricula de Inpreabogado Nro.- 38.309.

MOTIVO: RECURSO DE APELACIÓN (COBRO DE PRESTACIONES SOCIALES Y OTROS


CONCPETOS LABORALES).

SENTENCIA: INTERLOCUTORIA.

DETERMINACIÓN DE LA CAUSA

Obra por ante esta alzada el presente expediente en virtud del recurso de apelación
interpuesto por la demandante, ciudadana: R.I.B.S., asistida por la abogada J.F.D.B., contra
acta de fecha veintisiete de noviembre de dos mil trece (27/11/2013), dictada por el
Juzgado Segundo de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la circunscripción judicial
del estado Portuguesa sede Acarigua.

SECUELA PROCEDIMENTAL ANTE ESTA ALZADA

Recibido el presente expediente por ante esta superioridad en fecha 20/02/2014, se


procedió a fijar la oportunidad legal, a los fines de celebrar la audiencia oral y pública, a los
fines de oír apelación, para el día 27/02/2014, a las 09:30 a.m. (F.31), la cual por motivo de
Decreto Nº 802 emanado del Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela mediante
el cual declara como días no laborables el jueves 27 y viernes 28 de febrero del año 2014,
es reprogramada la audiencia para la fecha doce de marzo del año dos mil catorce
(12/03/2014), a las 02:30 p.m; a la cual hizo acto de presencia la parte demandante-
recurrente, quien expuso sus alegatos, la actora promovió las pruebas correspondientes, las
cuales fueron admitidas por ésta alzada, ya que la apoderada judicial basó sus
argumentaciones en que su incomparecencia al inicio de la audiencia preliminar se debió a
la ocurrencia de un caso fortuito o fuerza mayor; se evacuaron los medios probatorios
promovidos y ésta superioridad, una vez a.l.p.a. como el expediente, declaró: PRIMERO:
CON LUGAR, el recurso de apelación interpuesto por la abogada J.F.D.B., identificada con
matricula de Inpreabogado bajo el Nº 135.849, en su condición de apoderado judicial de la
parte demandante ciudadana R.B.S., contra la decisión de fecha veintisiete de noviembre de
dos mil trece (27/11/2013) dictada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia de Juicio
del Trabajo de la Circunscripción Judicial del estado Portuguesa, sede Acarigua; por las
razones expuestas en la motiva. SEGUNDO: SE REVOCA, la decisión de fecha veintisiete de
noviembre de dos mil trece (27/11/2013) dictada por el Juzgado Segundo de Primera
Instancia de Juicio del Trabajo de la Circunscripción Judicial del estado Portuguesa, sede
Acarigua; por las razones expuestas en la motiva. TERCERO: Se ordena remitir el presente
expediente al Juzgado Segundo de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del estado Portuguesa, sede Acarigua; y una vez que sea recibido el
presente asunto se fije por auto expreso la oportunidad en la cual tendrá lugar la audiencia
oral y publica de Juicio; por las razones expuestas en la motiva. CUARTO: NO SE CONDENA
EN COSTAS del recurso a la parte demandante por la naturaleza del fallo.

De cara a lo anterior, pasa ésta alzada a reproducir y publicar de forma escrita y dentro de
la oportunidad que ordena la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, el dispositivo oral del fallo
emitido, de la manera siguiente:

ALEGATOS DE LAS PARTES EN LA AUDIENCIA ORAL Y PÚBLICA

Con fundamento en los principios procesales de la inmediación y oralidad, pilares


esenciales dentro de los cuales reposa el nuevo paradigma adjetivo laboral, este juzgador
pasa a transcribir parcialmente los alegatos esgrimidos, tanto por la parte recurrente como
por la co-apoderada judicial de la accionada, en la audiencia oral celebrada por esta
superioridad en fecha 12/03/2014. Así se resuelve.

La profesional del derecho, J.F.D.B. asistiendo a la parte demandante-apelante, expuso:

• Estoy en esta sala para justificar mi falta el día 27/11/2013 al juicio oral pautado para esa
fecha puesto que en ese momento me encontraba descompensada sufro de diabetes la
cual en determinadas ocasiones me causa trastornos como lo que paso ese día, por lo cual
no pude acudir a la audiencia de hecho consigno en este auto, recipe medico emitido por
el medico de guardia en ese momento de un organismo publico anexo también recipe
medico del Dr. que me trata un internista privado el cual ya me traje con reposos anteriores
motivado a la situación que presentaba para ese momento.

• Ciudadano juez le pido a este tribunal reconsiderar la situación y vea la posibilidad de fijar
una nueva oportunidad para darle la oportunidad a la ciudadana de que se le cancele sus
prestaciones sociales y demás beneficios.

De conformidad con lo previsto en el artículo 166 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo;
ésta alzada deja constancia que el desarrollo íntegro de las argumentaciones parcialmente
descritas con antelación, se encuentran debidamente plasmados, en la reproducción
audiovisual producto de la filmación correspondiente a la audiencia oral y pública de
apelación, celebrada ante esta instancia en fecha 12/03/2014, contenido en el cuaderno de
recaudos. Así se señala.

PRUEBAS APORTADAS Y VALORACIÓN PROBATORIA

Asi y como lo señala la Sala Constitucional del Tribuna Supremo de Justicia, en sentencia
Nro.- 806, de fecha 18/06/2012 “es importante advertir que, en todo caso, la valoración y
categorización de la causa extraña eximente de responsabilidad, resulta de la soberana
apreciación que de dichos hechos ejecuten los jueces de instancia. (Vid. Sentencia S.C Nro.-
407, del 02/04/2009 (caso: C.E.G.Á. y J.J.T. contra Asociación Civil “Club Social y Deportivo
INOS”)”. Así se determina.

Plasmado lo anterior, este juzgador ADMITE la prueba documental promovida por la parte
accionante; procediendo y, subsiguientemente, procede a su valoración y atendiendo a los
principios de la comunidad de la prueba e indubio pro-operario y en base al criterio de la
sana crítica, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 10 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, de la siguiente manera:

Documentales

1. C.M. emanada del Ministerio del Poder Popular para la S.D.E. de Salud del estado
Portuguesa, de fecha 27/11/2013 (F.36).

En lo que respecta a dicha documental, quien juzga observa que la misma es emanada de
un organismo de salud de carácter público, como es el Ambulatorio Rural Tipo II del
municipio Agua Blanca del estado Portuguesa, adscrito al Ministerio del Poder Popular para
la Salud y esta suscrita por funcionario adscrito al mismo, revistiendo características que le
atribuyen la condición de documento público.

En consecuencia, resulta forzoso para este juzgador traer a colación lo que al efecto ha
señalado de forma pacífica y reiterada la jurisprudencia de nuestro alto Tribunal,
específicamente la Sala de Casación Social en Sentencia de fecha 08/06/2006, (Caso: Á.R.H.
Vs. M-I DRILLING FLUIDS DE VENEZUELA, C.A.) con ponencia del Magistrado Omar Mora
Díaz que estableció:

“Como se evidencia, tal como lo denuncia la parte demandante recurrente, la Juez de


Alzada indebidamente extendió la exigencia de ratificación en juicio a un documento
administrativo expedido por el médico legista del Ministerio del Trabajo como si se tratara
de un documento privado emanado de un tercero.

Lo cierto es que la referida documental, no puede ser valorada como si se tratara de un


documento privado, pues, como reiteradamente lo ha explicado este Alto Tribunal, los
documentos públicos administrativos por emanar de funcionarios o empleados de la
Administración Pública, en el ejercicio de sus funciones, gozan de una autenticidad y
veracidad que puede ser desvirtuada salvo prueba en contrario.

Lo recientemente indicado, ha sido objeto de análisis en diversos casos sometidos a


decisión por este Tribunal Supremo de Justicia, quien de manera pacífica ha sostenido lo
siguiente:
Sobre ese particular, la Sala en sentencia de fecha 16 de mayo de 2003, caso H.J.P.V. c/ R.G.R.B.,
dejó sentado que los documentos públicos administrativos “…son aquellos realizados por un
funcionario competente actuando en el ejercicio de sus funciones, pero que no se refiere a negocios
jurídicos de los particulares, sino que tratan de actuaciones de los referidos funcionarios que
versan, bien sobre manifestaciones de voluntad del órgano administrativo que la suscribe,
conformando la extensa gama de los actos constitutivos (concesiones, autorizaciones,
habilitaciones, admisiones, suspensiones, sanciones, etc) o bien constituyen manifestaciones de
certeza jurídica que son las declaraciones de ciencia y conocimiento, que a su vez, conforman la
amplia gama de los actos declarativos (certificaciones, verificaciones, registros, etc), y que por
tener la firma de un funcionario administrativo están dotados de una presunción desvirtuable de
veracidad y legitimidad de su contenido, en razón del principio de ejecutividad y ejecutoriedad que
le atribuye el artículo 8 la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, y por tanto deben
considerarse ciertos hasta prueba en contrario…”.

(Omisis)

Las consideraciones expuestas permiten concluir que los documentos públicos se caracterizan por
ser autorizados y presenciados, con las solemnidades legales, por un registrador, juez u otro
funcionario o empleado público, que tenga facultades para dar fe pública; los privados por ser
redactados y firmados por las partes interesadas, sin que intervenga ningún funcionario público, los
cuales pueden adquirir luego autenticidad, si son reconocidos legal o judicialmente por sus autores;
y los documentos administrativos por emanar de funcionarios de la Administración Pública, en el
ejercicio de sus funciones, los cuales persiguen documentar las manifestaciones de voluntad o de
certeza jurídica del órgano administrativo que la emite.

Es evidente, pues, que la diferencia entre documento público y documento administrativo, no es


absoluta, los cuales coinciden en que ambos gozan de autenticidad desde que se forman, la cual
emana del funcionario público que interviene en la formación del acto, quien cumpliendo las
formalidades exigidas por la ley, otorga al instrumento una presunción de legitimidad, autenticidad
y veracidad.

Por tanto, la Sala considera que todo documento administrativo, por emanar de funcionario o
empleado público facultado por ley, goza de autenticidad y veracidad, salvo prueba en contrario.

.(Sentencia N° 410 de fecha 4 de mayo de 2004, Sala de Casación Civil).” (Fin de la cita.
Negrillas del Tribunal).

De la decisión arriba explanada, se deduce la presunción juris tantum que los documentos
administrativos por ser otorgados por un funcionario competente quien los expide en el
ejercicio de sus funciones, gozan de veracidad y autenticidad, por lo que al haber
promovido la representación judicial de la parte demandante-recurrente documento de
este tipo para demostrar la causa de su incomparecencia al Inicio de la Audiencia
Preliminar, que no fue desvirtuado por la parte contraria, y que no requiere ser ratificada a
través de la prueba testimonial conforme lo prevé el artículo 79 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, quien juzga le otorga pleno valor probatorio como demostrativo que la
apoderada judicial de la parte demandante-apelante, ciudadana J.F.D.B. el día 27/11/2013,
es decir, el mismo día de celebrarse el inicio de la audiencia preliminar, acudió al
Ambulatorio Rural Tipo II del municipio Agua Blanca del estado Portuguesa perteneciente a
la Dirección Regional de Salud del estado Portuguesa, adscrito al Ministerio del Poder
Popular para la Salud, por presentar “hipertensión arterial moderada” “hiperinsulinismo”
“cefalea intensa”, lo cual ameritó que le prescribieran tratamiento médico y reposo por un
lapso de tres (03) días. Así se aprecia.

PUNTO CONTROVERTIDO

Revisadas las actas que conforman el expediente, oída la exposición de la representación


judicial de la parte demandante-apelante, ésta superioridad observa que el asunto
sometido a su consideración, consiste en determinar prima facie si la apoderad ajudicial de
la parte demandante-recurrente demostró la ocurrencia del caso fortuito o fuerza mayor
con la prueba aportada, lo cual acarreó, consecuencialmente, su inasistencia a la Audiencia
Preliminar. Así se establece.

CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

Delimitado como ha sido el punto a dilucidar en el presente caso, girando este en la órbita
de las causas extrañas no imputables a las partes como es el caso fortuito o la fuerza mayor
y valorado como ha sido el cúmulo probatorio aportado por la parte recurrente y admitido
por quien sentencia; es necesario advertir que en ausencia de legislación expresa sobre
tales sucesos en nuestro fuero laboral, es imperioso acudir al derecho común para precisar
su noción. Así pues, se contemplan tanto doctrinaria como jurisprudencialmente en materia
civil, varios supuestos dentro del genero ya mencionado “de causa extraña no imputable”,
referidos al efecto del incumplimiento de las obligaciones (artículo 1.264 del Código Civil
venezolano vigente), precisándose entre otros supuestos, lo atinente al CASO FORTUITO y
la FUERZA MAYOR; estableciéndose que, por CASO FORTUITO debemos entender el suceso
imprevisto que no se puede prever, ni resistir y que emana de la naturaleza y por FUERZA
MAYOR todo acontecimiento que no ha podido preverse o que previsto, no ha podido
resistirse y que por lo general emana del hombre, exigiéndose para la procedencia de
ambos supuestos que los mismos deban llenar ciertas condiciones tales como:

1) Que produzca la imposibilidad absoluta de poder ejecutar la obligación, esta condición


no debe ser teórica sino formal o practica.

2) Que la imposibilidad absoluta debe ser sobrevenida, esto es que se presente con
posterioridad a haberse contraído la obligación.

3) Que la causa extraña no imputable sea imprevisible.

4) Que sea inevitable, es decir, que no pueda subsanarse.

5) La ausencia total de culpa y dolo por parte del deudor.

De igual manera, debe observarse que señala la doctrina con respecto a lo que significa
Fuerza Mayor o Caso Fortuito, ya que éstos se refieren a los acontecimientos que liberan de
responsabilidad y a los cuales son ajenas las personas obligadas. En tal sentido, la fuerza
mayor se concreta a un acontecimiento; un acontecimiento ajeno a la persona que la
invoca, ya que implica un impedimento para que el obligado cumpla sus obligaciones y
debe reunir ciertos caracteres para ser considerados de fuerza mayor o caso fortuito y por
ende eximir de responsabilidad al obligado. Debe ser: a) exterior, ajeno, a la persona
obligada y a su voluntad; b) imprevisible, es decir, que no puede ser razonablemente
considerado por el constante en el momento de celebrar el contrato, en este caso,
constante al momento de celebrar la Audiencia o al estar sometido al proceso; también se
califica al suceso de “extraordinario”, presentándosele como “anormal”, c) inevitable,
“irresistible”, según algunos, o “insuperable” por el contratante, y d) actual.

En doctrina de Don J.E., en su obra Diccionario de Legislación y Jurisprudencia (PARÍS 1858)


se señaló lo siguiente:
Caso Fortuito: El suceso inopinado, ó la fuerza mayor que no se puede prever ni resistir, tales como
inundaciones, torrentes, naufragios, incendios, rayos, violencias, sediciones populares, ruinas de
edificios causadas por alguna desgracia imprevista y otros acontecimientos semejantes.
Nadie está obligado por la naturaleza de un contrato a prestar el caso fortuito; es decir, que no hay
contrato en el que uno de los contrayentes tenga que responder al otro las pérdidas y daños
causados por caso fortuito; pues la pérdida de la cosa que perece o experimenta algún menoscabo
de este modo, recae sobre el contrayente propietario de ella. La razón es que res domino suop perit;
et propterea nemini potes imputari quad humana providentia regi non potest.(…)

Fuerza Mayor: Es el acontecimiento que no hemos podido precaver ni resistir; como por ejemplo la
caída de un rayo, el granizo, la inundación, el huracán, la irrupción de enemigos, el acontecimiento
de ladrones. (…)

. (Fin de la cita).

El autor argentino, G.C., en su obra Diccionario de Derecho Usual Tomo I y II (Ediciones


Santillana, Buenos Aires 1962), se pronunció de la siguiente manera:

“Fuerza Mayor: todo acontecimiento que no ha podido preverse o que, previsto, no ha


podido resistirse. La fuerza mayor se presenta como aspecto particular del caso fortuito,
reservándose para éste los accidentes naturales y hablando de aquélla cuando se trata de
acto de un tercero por el cual no ha de responder el deudor. Como casos concretos de
fuerza mayor se citan el incendio, la inundación, el terremoto, la explosión, las plagas de
campo, la guerra, los tumultos o sediciones, etc.

Caso fortuito: El suceso inopinado, que no se puede prever ni resistir. Su deslinde de la


fuerza mayor resulta tan difícil o sutil, que la generalidad de los códigos y buena parte de la
doctrina no ahonda en ello y establece iguales consecuencias para una y otra. Los que se
apoyan en la causa, estiman caso fortuito el proveniente de la naturaleza (la inundación que
corta las comunicaciones) y fuerza mayor la procedente de una persona (el robo que priva
del dinero con el cual se iba a pagar). (Fin de la cita).

El caso fortuito o fuerza mayor deben concebirse como peculiares hechos positivos que, en
determinadas o taxativas circunstancias, se exigen a los fines de la exoneración del deudor
de la responsabilidad por incumplimiento. En general, los hechos a que nos hemos referido,
pueden ser o eventos naturales (una granizada, la filoxera, un terremoto, un incendio, el
desbordamiento de un río, la caída de un rayo, la sequía y similares), o hechos ajenos (robo
o hurto sufrido, estado de guerra, choque ferroviario, naufragio de la nave que
transportaba la mercancía, etc.); o finalmente el llamado factum principis, o sea, una
providencia del poder soberano, o de la autoridad administrativa (poner la cosa fuera del
comercio, expropiación por interés público, requisición, prohibición de enajenación, poner
fuera de curso una especie monetaria, y similares). Así se estima.

En otro orden de ideas y aunado a las consideraciones anteriores, para quien decide es
menester señalar que la Audiencia Preliminar es una de las más importantes del proceso
laboral, donde las partes se acercan a resolver sus controversias ante un juez que ha sido
preparado para tratar que las mismas le den una solución al conflicto, tal como ha sido
entendido por el Tribunal Supremo de Justicia en Sala Social, al establecer que para los
casos de incomparecencia a la Audiencia Preliminar, se considere prudente a los f.d.p.:
… Flexibilizar el patrón de causa extraña no imputable no solo a los supuestos de caso fortuito y
fuerza mayor, sino, a aquellas eventualidades del quehacer humano que siendo previsibles e incluso
evitables, impongan cargas complejas, irregulares (que escapan de las previsiones ordinarias de un
buen padre de familia), al deudor de cumplir con la obligación adquirida

. (Fin de la cita. Ver: Sent. Nro.- 866 del 17/02/04 caso: VEPACO).
Así pues, se observa que tanto la doctrina casacional como el articulo 130 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, establecen los motivos por los cuales se puede apelar de la
inasistencia a la audiencia preliminar, siendo éstas razones la ocurrencia de un caso fortuito
o de fuerza mayor plenamente comprobables a criterio del Tribunal, constituyéndose así en
una norma encaminada a patentizar el derecho a la defensa de las partes.

En este caso, considera oportuno esta alzada señalar que la no comparecencia de alguna de
las partes, según el ilustre maestro Carnelutti, constituye una anomalía del procedimiento
habida consideración que éstas son sujetos necesarios y útiles en el proceso, cuyo interés
procesal debe estar evidenciado desde el primer momento en que se inicia cualquier juicio,
debiendo subsistir necesariamente durante el desarrollo de éste, en consecuencia:
…el que una de ellas o ambas no se pongan a disposición de oficio, constituye por lo menos una
dificultad para la continuidad del procedimiento… Por tanto, cuando una de las personas indicadas
como partes en la citación o en el recurso no comparece a pesar de tener la carga de la
comparecencia, esta no comparecencia asume el significado de incumplimiento de la carga de
comparecer…

(Carnelutti, Francesco. “Instituciones de Derecho Procesal Civil”. Biblioteca Clásicos del


Derecho Procesal, Tomo III, p. 952)

De acuerdo a este razonamiento, la falta de comparecencia supone lógicamente una carga


y por ello, bajo esta perspectiva, resulta evidente entonces señalar, que la incomparecencia
de cualquiera de las partes a los diferentes actos procesales que requieran dicha presencia,
afecta per se el iter procesal y es por ello que el legislador ha establecido diferentes efectos
legales en aquellos supuestos que pueden presentarse en virtud de la no comparencia de
los intervinientes en un juicio.

Determinado lo anterior, y en base a la carga de probatoria que tiene la parte quien alegue
la ocurrencia de un caso fortuito o fuerza mayor; éste juzgador precisa necesario referir que
los medios de pruebas tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes,
producir certeza al juez respecto de los puntos en divergencia y fundamentar sus
decisiones.

Visto el panorama planteado en la presente causa, es necesario hacer en primer lugar, a lo


concerniente a la incomparecencia de la parte demandante al llamado primigenio a la
Audiencia Preliminar. En este caso, considera oportuno esta alzada señalar que la no
comparecencia de alguna de las partes, según el ilustre maestro Carnelutti, constituye una
anomalía del procedimiento habida consideración que éstas son sujetos necesarios y útiles
en el proceso, cuyo interés procesal debe estar evidenciado desde el primer momento en
que se inicia cualquier juicio, debiendo subsistir necesariamente durante el desarrollo de
éste, en consecuencia:
…el que una de ellas o ambas no se pongan a disposición de oficio, constituye por lo menos una
dificultad para la continuidad del procedimiento… Por tanto, cuando una de las personas indicadas
como partes en la citación o en el recurso no comparece a pesar de tener la carga de la
comparecencia, esta no comparecencia asume el significado de incumplimiento de la carga de
comparecer…

(Carnelutti, Francesco. “Instituciones de Derecho Procesal Civil”. Biblioteca Clásicos del


Derecho Procesal, Tomo III, p. 952).

De acuerdo a este razonamiento, la falta de comparecencia supone lógicamente una carga


y por ello, bajo esta perspectiva, resulta evidente entonces señalar, que la incomparecencia
de cualquiera de las partes a los diferentes actos procesales que requieran dicha presencia,
afecta per se el iter procesal y es por ello que el legislador ha establecido diferentes efectos
legales en aquellos supuestos que pueden presentarse en virtud de la no comparencia de
los intervinientes en un juicio.

En consecuencia de ello, una vez verificado que la parte demandante no acudió al Inicio de
la Audiencia de Preliminar en la causa que se analiza, resta a este Juzgador de Alzada,
verificar si se ha demostrado el caso fortuito o la fuerza mayor, únicas causales que
justifican tal incomparecencia, en atención al criterio sostenido por la Sala de Casación
Social del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia Nro.- 1.532 del 10/11/2005, con
Ponencia del Magistrado Dr. J.R.P.:
(...) Para ello, tanto los Juzgados de Sustanciación, Mediación y Ejecución, como los Juzgados
Superiores del Trabajo deben tomar en cuenta los parámetros y lineamientos establecidos por la
Sala, a los fines de pronunciarse sobre las consecuencias y el efecto liberatorio de una causa
extraña eximente de la responsabilidad para comparecer a la Audiencia, cuya valoración y
apreciación será de libre soberanía del Juez (...):

1) La causa, hecho o circunstancia no imputable a la parte que limita o impida la comparecencia a


la audiencia o a la prolongación, debe ser probada por la parte que la invoca; 2) La imposibilidad
de cumplir tal obligación debe ser sobrevenida, es decir, debe materializarse con posterioridad al
conocimiento inicial que se tenía sobre la comparecencia previamente convenida entre las partes, o
a la inicialmente fijada por el Tribunal; 3)La causa no imputable debe ser imprevisible e inevitable,
es decir, no puede en modo alguno subsanarse por el obligado a comparecer; y, 4) La causa del
incumplimiento no puede devenir de una conducta consciente y voluntaria del obligado, pues la
causa que se invoque debe provenir de factores externos y ajenos a las partes (...)

. (Fin de la cita).

En cuanto a la carga de probar la ocurrencia o padecimiento de la causa no imputable, la


Sala de Casación Social del Tribunal Supremo De Justicia, en sentencia de fecha
17/02/2004, Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz (caso A.S.O. contra la
sociedad mercantil PUBLICIDAD VEPACO, C.A.), estableció lo siguiente:
La Ley Adjetiva del Trabajo faculta al Juez Superior del Trabajo, a revocar aquellos fallos
constitutivos de la presunción de admisión de los hechos por la incomparecencia de la parte
demandada a la audiencia preliminar, bien en su apertura o en sus posteriores prolongaciones,
siempre y cuando la contumacia responda a una situación extraña no imputable al obligado (el
demandado).

Tales causas extrañas no imputables que configuran el incumplimiento involuntario del deudor
(obligado) las adminicula el legislador en correspondencia con la norma transcrita en el caso
fortuito y la fuerza mayor, y ante tal categorización, debe la Sala necesariamente aclarar las
condiciones necesarias para su procedencia y consecuente efecto liberatorio.

Toda causa, hecho, obstáculo o circunstancia no imputable que limite o impida el cumplimiento de
la obligación, debe necesariamente probarse. Tal condición limitativa o impeditiva debe resultar de
orden práctico.

Asimismo, tal imposibilidad plena en ejecutar la obligación necesariamente debe instaurarse como
sobrevenida, es decir, que se consolida o materializa con posterioridad a contraerse legítimamente
la obligación.
De otra parte, la causa externa (no imputable) generadora del incumplimiento no puede resultar
previsible, y aun desarrollándose en imprevisible, la misma debe ser inevitable, a saber, no
subsanable por el obligado.

Igualmente y de manera conclusiva, debe especificarse que la causa del incumplimiento no puede
responder a una actitud volitiva, consciente del obligado (Dolo o intencionalidad).

Así, conforme a los lineamientos precedentes, e insertándolos al asunto en debate, esta Sala asume
tal como lo estimará el Juez de la recurrida, que la causa motora para la incomparecencia del
demandado a la audiencia preliminar no constituye jurídicamente un eximente de la obligación de
asistencia, pues, la misma entre otras cosas, aun siendo imprevisible resultaba evitable

. (Fin de la cita).

A.e.f.d. la Apelación planteado por la parte accionante, se evidencia que encuadra en la


figura de la fuerza mayor, la cual es entendida como todo acontecimiento que no ha
podido preverse o que previsto, no ha podido resistirse y que por lo general emana del
hombre. Sobre el particular, en sentencia del 28/07/2006 (caso: A. Castro contra Móvil
Center Chuao C.A.), Magistrado Ponente: Dr. L.E.F.G., aplicable al caso de marras, estableció
la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia:
(...) esta Sala observa que la causa que da origen a la incomparecencia de la parte actora a la
audiencia (...) constituye jurídicamente un eximente de la obligación de asistencia, pues, la misma
se trató de quebrantos de salud a causa de una enfermedad que condujo a la asistencia médica,
quedando demostrado en autos, además, que el profesional del derecho recurrente era el único
apoderado judicial (...), hechos éstos que al no haber sido considerados demuestran una violación
al orden público laboral (...)

. (Fin de la cita).

Siendo esto así, tenemos que el ejercicio de la actividad probatoria, constituye el


instrumento mediante el cual las partes pueden demostrar la verdad de sus proposiciones,
no obstante, dicha actividad está soportada sobre un trípode constituido por la necesidad
de demostrar los hechos aducidos, crear en el juzgador la convicción sobre la realidad de
los mismos y llevarlo, consecuencialmente, a decidir conforme a la norma invocada dentro
de la cual se encuadran los hechos alegados, tal como ha sido recogido por el legislador
laboral en el artículo 69 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo en los términos que
seguidamente se expresan:
Los medios probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes, producir
certeza en el Juez respecto a los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones

. (Fin de la cita).

Con relación a la interpretación de la norma antes transcrita, es oportuno traer a colación lo


explanado por el maestro Henríquez La Roche:
... Esta regla pone de manifiesto que hay una tríada de objetivos en la actividad probatoria:
acreditar los hechos alegados, convencer al juez sobre la existencia de esos hechos y a partir de esa
convicción, servir de fundamento al sentenciador para aplicar la norma cuyo supuesto normativo se
subsume a tales hechos comprobados.

(Fin de la cita).
La prueba, es el eje entorno al cual se desarrolla todo proceso y su producción, evacuación
y valoración debe ser la razón de ser del mismo, así el Juzgador debe analizar en forma
íntegra y darle pleno valor probatorio a todas y cada una de las pruebas promovidas por las
partes, siempre teniendo como norte el principio de la comunidad de la prueba a los fines
de obtener un sentido claro y categórico del efecto jurídico que emana de cada una de las
pruebas aportadas al proceso, y de esta manera el sentenciador concluya de su apreciación,
la procedencia o no de la acción en función del análisis del tejido probatorio que surge de
la investigación, visto de esta forma las pruebas son los elementos de los que se hacen
valer las partes para demostrar su verdad al juzgador, y la promoción es un estado jurídico
en el cual las partes, presentan al Juez los medios de prueba que pretenden sean
evacuados y luego apreciados, por lo que las pruebas deben tener pertinencia y ser
conducentes para demostrar lo que se quiere. Así se determina.

En este mismo orden de ideas, es de suprema importancia advertir que el principio


favorabilia amplianda, manda al Juez a evacuar las pruebas promovidas, a reserva de
descartarlas luego, pues este principio es el que le permite una interpretación extenuada de
las normas jurídicas que regulan el derecho de defensa, es decir en forma extensiva y no
restrictiva, a fin de no correr el riesgo de menoscabarlo o vulnerarlo, para acatar así, el
mandato constitucional que ordena mantener la inviolabilidad de la defensa en todo estado
y grado del proceso.

Dentro del nuevo proceso laboral, que el legislador estableció en Venezuela a partir de la
entrada en vigencia de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo en el año 2003, instituyó como
base de dicho proceso el principio de la oralidad, fundamentado en el artículo 257 de
la Constitución Nacional, así como también del numeral 4º de la Disposición Transitoria
Cuarta, ejusdem. Este principio está consagrado en los artículos 2 y 3 de la ley adjetiva
laboral, lo que condujo al establecimiento de la figura procesal de la audiencia dentro del
procedimiento laboral, con el fin de desarrollar la oralidad como elemento fundamental del
mismo.

Ahora bien, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo (LOPTRA), contempla, dentro del proceso
laboral, dos audiencias, la primera, la audiencia preliminar (artículo 129 y siguientes íbidem),
y la segunda, la audiencia de juicio (artículo 150 ejusdem). Dentro de éstas participan
directamente tres sujetos procesales, a saber: el juez, el demandado y el demandante. Sin
embargo, la audiencia preliminar, la conoce el Juez de Sustanciación Mediación y Ejecución,
mientras que en la audiencia de juicio, conoce el Juez de Juicio, debido a que el proceso
laboral venezolano se desarrolla en dos etapas, o fases. Por lo cual, sí en la audiencia
preliminar el Juez no logra a través de la mediación, la resolución del conflicto, el
demandado procederá a la contestación de la demanda y posterior celebración de la
audiencia de juicio.

En tal sentido, la audiencia preliminar se realizará a partir de la admisión de la demanda,


donde el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución fijará la fecha para su celebración
(artículo 126 de la LOPTRA), además, el demandado y el demandante deberán comparecer
al décimo día hábil desde que conste en autos la notificación de aquel o del último si
fueren varios (artículo 128 ejusdem); así como también, la obligación de la comparecencia a
la audiencias de las partes (artículo 129 íbidem). En esta audiencia preliminar se podrán
llevar a cabo diferentes fines como lo son: que el Juez de Sustanciación, Mediación y
Ejecución estimulará medios alternos para la solución del conflicto, tales como el arbitraje y
la conciliación (artículo 133 ejusdem), además, podrá corregir los vicios que pudieran existir
en el procedimiento, a través del despacho saneador. Igualmente, deberá incorporar las
pruebas que hayan sido promovidas por las partes.
En relación a dichos efectos, existirá el desistimiento, si la parte actora no compareciera a la
audiencia preliminar, concediéndosele un lapso de 90 días, para volver a intentar la
demanda (artículo 130 de la LOPTRA) y, la admisión de los hechos, cuando es la parte
demandada quien no asiste a dicha audiencia (artículo 131 ejusdem), siempre y cuando no
sea contraria a derecho la petición del demandante. Cabe destacar, que cuando la parte
demandada sea la República o un ente público que por extensión goza de los mismos
privilegios y prerrogativas de ésta, no aplicará tal disposición (confesión ficta), sino que se
tendrá como negado todos los hechos alegados por el accionante. (Vid. Sentencia Nro.-
0904, Sala de Casación Social, de fecha 04/06/2009, caso: J.C. contra CVG Bauxilum, C.A.).

Del contenido de la decisión apelada, se aprecia que, la parte accionante no compareció ni


por sí ni por medio de apoderado judicial en la oportunidad fijada para que tuviera lugar el
acto del inicio de la Audiencia Preliminar en el presente juicio, por lo que en atención a su
falta de comparecencia, el Juez ad quo declaró “desistido el procedimiento y terminado el
proceso”.

El articulo 130 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo -bajo advertencia legislativa en


interpretación contextual-, concede a los Jueces de Sustanciación, Mediación y Ejecución
del Trabajo, la facultad de declarar terminado el proceso, en aquellos supuestos en que el
accionante -sin motivo aparente- dejare de asistir a la realización de la audiencia preliminar,
toda vez que tal comparecencia es obligatoria y en modo alguno facultativa.

La norma en comento, establece la posibilidad que el accionante desvirtúe tal declaratoria,


comprobando que un caso fortuito, una fuerza mayor o actividad del quehacer humano
(incluida esta última por vía jurisprudencial) le impidieron asistir a dicha audiencia, y de este
modo justificar su incomparecencia.

De una interpretación concatenada del contenido de los artículos 126 y 130 de la Ley


Orgánica Procesal del Trabajo, se desprende que la oportunidad fijada para la
comparecencia de las partes a la audiencia Preliminar es preclusiva, en el sentido de que la
inasistencia de éstas -en este caso del actor- conlleva a un desistimiento del procedimiento
y por ende, a la terminación del proceso.

Refiere la abogada J.F.D.B. quien asiste a la accionante, en audiencia de apelación los


motivos de su recurso, se debe a que la apoderada judicial de la parte demandante no
pudo comparecer al acto de inicio de la audiencia preliminar, que estaba fijado para el día
27/11/2013, por cuanto ese dia presento complicaciones derivadas de la enfermedad que
padece (diabetes) que ameritaron que asistiera a un centro médico público y, una vez que
fue atendido, le prescribieron reposo médico, circunstancia que quedó demostrada con la
prueba aportada a los autos, específicamente, con las apreciadas por éste juzgador,
referentes a la C.M. emanada del Ministerio del Poder Popular para la S.D.E. de Salud del
estado Portuguesa (F.36) mediante la cual se evidencia, claramente, que el demandante-
apelante, ciudadana J.F.D.B. el día 27/11/2013, es decir, el dia convocada para la celebración
de la audiencia preliminar, acudió al Ambulatorio Rural Tipo II de Agua Blanca del estado
Portuguesa, adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Salud, por presentar:
“hipertensión arterial moderada”, “ hiperinsulinismo” y “ cefalea intensa”, lo cual ameritó
que le prescribieran tratamiento médico y reposo por un lapso de tres (03) días, situación
esta que impidió su comparecencia al inicio de la audiencia preliminar. Así se señala.

De lo anterior se infiere que en aras de obtener una verdadera justicia y a los fines de
unificar criterios en cuanto al tratamiento de la justificación de la incomparecencia de la
parte a la audiencia, se estableció que los elementos probatorios deben ser consignados
con la diligencia o escrito contentivo del recurso de impugnación, o bien promovidos en la
oportunidad que fije el tribunal, para ser evacuados en la audiencia de apelación.

Aunado a ello, la Sala Constitucional en el precitado fallo, reiteró el criterio de la Sala de


Casación Social, establecido en sentencia Nro.- 1.563, de fecha 08/12/2004, mediante la
cual la Sala Social se pronunció a favor de la interpretación de las causas extrañas no
imputables a la parte, que la eximirían de las consecuencias jurídicas negativas, como
resultado de la incomparecencia a las audiencias previstas en la ley adjetiva laboral,
destacándose en dicho fallo lo siguiente:
Así pues, conteste con lo previsto en la norma parcialmente transcrita, la Ley Adjetiva
Laboral faculta al Juez Superior del Trabajo, para comprobar en aquellos fallos constitutivos de
confesión con respecto de los hechos planteados por el demandante, que la incomparecencia de la
parte demandada a la audiencia de juicio, bien en su apertura o en sus posteriores prolongaciones,
responda a una causa extraña no imputable.

Tales causas extrañas no imputables que configuran el incumplimiento involuntario del deudor,
según la norma ut supra mencionada, se corresponden con el caso fortuito y la fuerza mayor, sin
embargo ante tal categorización rigurosa, la Sala ha considerado en reiteradas oportunidades
flexibilizar el patrón de la causa extraña no imputable, no solo a los supuestos de caso fortuito y
fuerza mayor, sino a aquellas eventualidades del quehacer humano que impongan cargas complejas
o irregulares que obliguen a las partes a no cumplir con sus obligaciones, siendo que esta extensión
de las causas liberativas de la obligación de comparecencia a las audiencia sobrevienen como una
excepción de aplicación restrictiva, a criterio de quien juzga.

De allí que la valoración y categorización de una causa extraña eximente de responsabilidad, bien
se trate del caso fortuito o fuerza mayor o cualesquiera otro acontecimiento del quehacer humano
que releve a las partes de la obligación de comparecencia a los actos estelares del proceso, resulta
de la soberana apreciación que de dichos hechos ejecuten los Jueces de Instancia

. (Destacado de la Sala)”. (Fin de la cita).

Como se observa, la Sala de Casación Social, como garante de la justicia, consciente de que
el proceso es un medio para la obtención de la misma, ha flexibilizado la causa extraña no
imputable, incorporando, además del caso fortuito o fuerza mayor, a: “…aquellas
eventualidades del quehacer humano que impongan cargas complejas o irregulares que
obliguen a las partes a no cumplir con sus obligaciones…”. En este sentido, siguiendo el
principio procesal de la carga de la prueba, quien alega un hecho deberá probarlo (artículo
506 del Código de Procedimiento Civil), y en este caso, la parte demandada, que ejerza el
recurso de apelación, deberá aportar las pruebas suficientes que demuestren las causa
extrañas no imputables, como lo son: el caso fortuito, la fuerza mayor y cualquier otra
eventualidad del quehacer humano, causantes de su incomparecencia a la celebración de la
audiencia preliminar, o sus posteriores prolongaciones, si fuere el caso.

En resumen, podemos concluir que el proceso laboral venezolano, al sustentarse bajo el


principio de oralidad, entre otros, introdujo en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, la
celebración de diferentes audiencias, las cuales son: la audiencia preliminar, donde se
cumplen una serie de fines, siendo uno de ellos la mediación o conciliación de las partes
intervinientes en el juicio laboral (primera fase), y la otra, la audiencia de juicio, la cual se
celebra una vez concluido la audiencia preliminar sin que las partes hayan convenido. Por lo
que el legislador a través de la ley procesal laboral, le otorgó el carácter obligatorio de la
comparecencia de las partes a la celebración de dichas audiencias.
Por lo tanto, se ha establecido en la ley adjetiva laboral, dos efectos a la incomparecencia
de las partes intervinientes, a saber: el desistimiento del proceso, cuando es la parte actora
es quien no comparece, personalmente o por medio de su apoderado, o la admisión de los
hechos.

Entendiéndose, que dicha incomparecencia se podrá presentar por diferentes


circunstancias, siendo estas causas extrañas no imputables, el caso fortuito o fuerza mayor,
las únicas causas capaces de eximir al contumaz, de los efectos de la incomparecencia antes
explanadas. Sin embargo, la jurisprudencia del M.T., ha flexibilizado el proceso, y por ende,
estas causas extrañas no imputable, estableciendo que las eventualidades del quehacer
humano que impongan cargas complejas o irregulares, capaces de constreñir al obligado
de comparecer a las audiencias, también deberán considerarse como causas extrañas no
imputables, claro esta, quien alegue un hecho tiene que probarlo, de lo contrario, podrá ser
declarado improcedente la delación ejercida a través del recurso ordinario de apelación. Así
se determina.

De igual forma, tenemos que la facultad que tiene el Juez para declarar el Desistimiento del
Procedimiento en caso de que se produzca la incomparecencia del actor a la audiencia
preliminar, es objeto de revisión en caso de ser apelada, pues si la parte actora logra
demostrar que un caso fortuito o una fuerza mayor le impidieron asistir al acto, la causa
deberá reponerse, tal como lo estableció la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo
de Justicia en sentencia Nro.- 1.300, de fecha 15/10/2004, caso: R.A.P.G., en la cual se
sentenció:
...si el juez superior competente considera que el demandado logró demostrar que la causa de la
incomparecencia a la audiencia preliminar (sea a la primera o las prolongaciones) se debió a un
caso fortuito o a una fuerza mayor, deberá reponer la causa al estado que se celebre la audiencia
preliminar de conciliación y mediación. Así se establece.

(Fin de la cita).

Debe este juzgador indicar a la apoderada judicial de la parte recurrente, que si bien es
cierto que le otorga pleno valor probatorio a la c.m. que trajo a esta audiencia para
demostrar su incomparecencia a la audiencia preliminar de juicio, también es importante
hacerle saber que este tipo de documento publico debe cumplir con una serie de requisitos
fundamentales para otorgarle pleno valor probatorio y entre esos esta, que el medico que
la emite especifique hora y fecha en que se acudió ante el organismo de salud, debido a
que es necesario dejar claro a que hora del dia, fue la persona al centro de salud, el día
tiene veinticuatro horas (24), y se hace necesario saber si la persona a la hora pautada por
el tribunal a quo, para la audiencia preliminar, se encontraba en el centro asistencial así y
como lo indica la referida c.m.. Así se decide.

En consecuencia, y con base a todas y cada una de las consideraciones antes expuestas, es
forzoso para éste sentenciador declarar: PRIMERO: CON LUGAR, el recurso de apelación
interpuesto por la abogada J.F.D.B., identificada con matricula de Inpreabogado bajo el Nº
135.849, en su condición de apoderado judicial de la parte demandante ciudadana R.B.S.,
contra la decisión de fecha veintisiete de noviembre de dos mil trece (27/11/2013) dictada
por el Juzgado Segundo de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del estado Portuguesa, sede Acarigua; por las razones expuestas en la motiva.
SEGUNDO: SE REVOCA, la decisión de fecha veintisiete de noviembre de dos mil trece
(27/11/2013) dictada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de
la Circunscripción Judicial del estado Portuguesa, sede Acarigua; por las razones expuestas
en la motiva. TERCERO: Se ordena remitir el presente expediente al Juzgado Segundo de
Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la Circunscripción Judicial del estado Portuguesa,
sede Acarigua; y una vez que sea recibido el presente asunto se fije por auto expreso la
oportunidad en la cual tendrá lugar la audiencia oral y publica de Juicio; por las razones
expuestas en la motiva. CUARTO: NO SE CONDENA EN COSTAS del recurso a la parte
demandante por la naturaleza del fallo. Así se determina.

DISPOSITIVO

Por las razones antes expuestas, este Tribunal Superior Primero del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del estado Portuguesa, administrando Justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la ley, declara:

PRIMERO
CON LUGAR, el recurso de apelación interpuesto por la abogada J.F.D.B., identificada con
matricula de Inpreabogado bajo el Nº 135.849, en su condición de apoderado judicial de la
parte demandante ciudadana R.B.S., contra la decisión de fecha veintisiete de noviembre de
dos mil trece (27/11/2013) dictada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia de Juicio
del Trabajo de la Circunscripción Judicial del estado Portuguesa, sede Acarigua; por las
razones expuestas en la motiva.

SEGUNDO
SE REVOCA, la decisión de fecha veintisiete de noviembre de dos mil trece (27/11/2013)
dictada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del estado Portuguesa, sede Acarigua; por las razones expuestas en
la motiva.

TERCERO
Se ordena remitir el presente expediente al Juzgado Segundo de Primera Instancia de Juicio
del Trabajo de la Circunscripción Judicial del estado Portuguesa, sede Acarigua; y una vez
que sea recibido el presente asunto se fije por auto expreso la oportunidad en la cual
tendrá lugar la audiencia oral y publica de Juicio; por las razones expuestas en la motiva.

CUARTO
NO SE CONDENA EN COSTAS del recurso a la parte demandante por la naturaleza del fallo.

Dado, sellado y firmado en la Sala de Audiencias, del Juzgado Superior del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del estado Portuguesa, con sede en Guanare, a los veinte (20) días
del mes de marzo del año dos mil catorce.

El Juez Superior del Trabajo,

Abg. Osmiyer J.R.C.

La Secretaria,

Abg. C.V..

En igual fecha y siendo las 08:53 a.m. se publicó y agregó el presente fallo a las actas del
expediente, de lo cual se deja constancia de conformidad con lo consagrado en el Artículo
159 Ley Orgánica Procesal del Trabajo. De igual manera se ordenó su inserción en el
Sistema Juris 2000 y su correspondiente publicación en el portal informático
http://portuguesa.tsj.gov.ve/.

La Secretaria,

Abg. C.V..

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