Libro de Los Recuerdos Olvidados-Plus

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Mariano Scavo

Libro de los
Recuerdos
olvidados
Historias que amenazan
con perderse en la
delgada linea del tiempo.
Podés encontrar más material acá: www.marianoscavo.com
Acá: https: www.facebook.com/marianoscavoescritor
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https://play.google.com/store/apps/details?id=com.ejectproject
.marianoscavo

ISBN 978-987-33-5533-2

c 2014 Mariano Scavo

Se permite la reproducción parcial de esta obra siempre que se


haga mención del autor, nombre de la editorial y título de la
obra.
Agradezco a mi familia, a mis amigos y a
todas aquellas personas que siempre me
dieron su apoyo, consciente e
inconscientemente; a plena voz o en sumo
silencio; con un acto, un gesto o con un
pensamiento...

Pero, esto es para vos, estes donde estes.


PROLOGO

Después de haber llegado a cumplir mi promesa; luego de sentir el


orgullo de haberlo logrado, de haber alcanzado ese objetivo que parecía
tan lejano y amenazaba con desaparecer; algunos meses más tarde de
presentar mi primer libro “UN SOLO CORAZÓN”, me siento plena-
mente entusiasmado de mostrarles mi segunda obra: “EL LIBRO DE
LOS RECUERDOS OLVIDADOS.”

En su interior, este libro compendia algunas de aquellas historias que


amenazan con perderse en la delgada línea del tiempo, y así, desvane-
cerse en el olvido. Los relatos aquí narrados, sea cual fuese su índole,
tienen en común dos sencillas cosas: La primera, son textos que han
sobrevivido a lo largo de la existencia, esquivando la sentencia de ser
borrados completamente de toda memoria; la segunda, todos guardan
una enseñanza entre sus líneas, tal vez algunas estén más a la vista que
otras, pero la simpleza de ninguno de ellos, debe llevar a que se pasen
por alto sus mensajes.

Muchos de los textos que aquí encontraremos conviven cómodamen-


te en el anonimato, debido a que no existe certeza del quién, del cuán-
do, ni del dónde, aunque aseguro que todos tienen un claro por y para
qué se escribieron.

Puedo afirmar que mientras se lean muchas de las siguientes historias,


irán apareciendo y transitando por la memoria muchos de aquellos
recuerdos que se creían olvidados, o que por lo menos, estaban fuera
del plano de la conciencia habitual. Me atrevo también a asegurar que,
usted lector, va a sentirse identificado con muchas de las palabras narra-
das en esta obra, puesto que no dejan de ser historias que pueden suce-
derle a cualquiera, a lo largo de su extenso camino.

No tengo mucho más que decir, simplemente los invito a que se


sumerjan en las profundidades del olvido y espero, con cada escrúpulo
de mi ser, que lo disfruten.

M. Scavo
ESTA HISTORIA FUE NARRADA DE PADRE A HIJA, EN EL
CUMPLEAÑOS NÚMERO QUINCE DE LA MISMA. DE MANO EN
MANO FUE RECORRIENDO HOGARES, SOBREVIVIENDO AL PASO
DEL TIEMPO; LEÍDA POR NIÑOS, POR ADOLESCENTES, POR
ADULTOS Y POR ANCIANOS. HOY HA ACABADO DONDE ACABAN
TODAS LAS HISTORIAS QUE AMENAZAN CON PERDERSE EN EL
OLVIDO. ÉSTA ES LA RECOPILACIÓN DE AQUELLOS TEXTOS
QUE APARENTEMENTE CARECEN DE IMPORTANCIA, PERO QUE
EN EL FONDO, CON UN ANÁLISIS ADECUADO, TIENEN
GUARDADAS GRANDES ENSEÑANZAS.

NO SIEMPRE ES AMOR

Narra la historia, que en un monte muy lejano a este sitio, vivía


un joven leñador huérfano, honesto, sincero y lleno de sueños. A
pocos kilómetros de su morada, se encontraba el pueblo de Light
Moon, pequeño, pero con honorables habitantes.
Katrina, era una dulce niña de dieciséis años que habitaba en el
pueblo, una chica que siempre soñaba con escapar y recorrer el
mundo. Bajo el ala de su familia permaneció reservada, anhelando
cada noche la infinidad del universo mientras contemplaba las
más lejanas estrellas que se dejaban observar tímida-mente. Ella
siempre pensaba en explorar el mundo, deseaba explorar el
mundo, esperaba explorar el mundo, hasta que un día se decidió y
simplemente comenzó a explorarlo.
Esa noche, Katrina perdió su rumbo, y caminó sin sentido por
medio del bosque, hasta que de pronto, un lobo se cruzó en su
camino. La niña comenzó a gritar y el lobo corrió hacia ella
decidido a atacarla. Por suerte Johny, el joven leñador, acudió ante
los gritos de la dulce niña y llegó al lugar preciso en el momento
indicado para detener al lobo y evitar una tragedia.
Katrina consternada por el suceso, no pudo evitar ver al joven
leñador como su héroe, que entonces comenzó a llamarle la
atención.
Cada tarde desde ese día, la niña caminaba hacia el monte, con

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la excusa de explorar cada vez un poco más, aunque realmente
solo le interesaba cruzarse con Johny. Fueron muchas las veces
que el joven debió rescatarla de peligros...fueron tantas, que ella
terminó enamorándose de él, y él de ella.
Cuando decidieron consolidar esa unión de sentimientos en una
relación, el joven y sabio leñador le dijo a la dulce e inocente niña:
“el día en que olvides quién soy y me pierdas el respeto, lo nuestro
se va a terminar” y ella respondió: “nunca se va a terminar, porque
te amo”.
Un año más tarde ambos se mudaron a la gran ciudad, lejos del mon-
te, lejos del pueblo, lejos del peligro.
Pelea tras pelea, todas sin sentido, ella fue olvidando a su héroe,
aquel que siempre la rescataba cuando más lo necesitaba y fue adap-
tándose al sencillo joven leñador, que lejos de su naturaleza, era un
simple hombre más.
Cinco años habían pasado ya, y ambos estaban desgastados por las
peleas. Tras analizarlo críticamente, ella decidió abandonarlo. Fue una
sutil despedida, fría, quizás un poco melancólica, pero antes de reti-
rarse, él le dice: “te lo dije... no puedo hacer nada por ti aquí, te
enamoraste de lo que hice en aquel momento, no de la persona que
era. Perdón por no ser quien esperabas”.
Ella se sintió conmovida al oír esas palabras con un tono algo
agónico, dejó caer una lágrima de desesperanza, pero lejos de
detenerse, lo miró por última vez y luego se retiró dejando un vacío
en el cuarto y en el corazón de su héroe resignado al olvido.

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A VECES ES HOY O NUNCA

Ella lo amaba tanto como él a ella, pero quería libertad, vivir la


vida, conocer gente nueva; él estaba seguro que ella era la elegida
y que cada segundo que dejaran pasar, sería un segundo menos de
felicidad, un segundo menos de vida.
Ella no lo quería muy cerca, pero tampoco muy lejos; no quería
estar con él ahora, pero tampoco, que él esté con nadie más.
Entre peleas y reconciliaciones, de esa extraña manera, sobrevi-
vieron tres largos años hasta que ella un día decidió entregarse
completamente a sus brazos, como si nadie más existiese entre
ellos, como si sus almas se entrelazaran. Fue la mejor semana de
toda su vida para ambos... fue la primer, pero también la última
semana en donde realmente permanecieron juntos.
Nueve días después de su primer encuentro amoroso/senti-
mental una enfermedad silenciosa acabó con sus sueños, de un
día para el otro, él ya no despertó...
Ella pasó el resto de su vida lamentando el por qué, no de su
partida, sino del tiempo que había malgastado cuando lo tenía
cerca y lo mantenía tan lejos.

A VECES SIMPLEMENTE EL TIEMPO TE LO QUITA


TODO, ARRASTRANDO CONSIGO TUS ESPERANZAS,
TUS GANAS DE SEGUIR, TUS ILUSIONES, TUS SUEÑOS.
SI HOY TE TOCA BRILLAR, PUES BRILLA, MAÑANA
SIEMPRE SERÁ TARDE, NO LO OLVIDES.

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APRECIA LO QUE TIENES

...Sus miradas se cruzaron de repente y el vacío de sus almas


tristes calmó... ÉL había esperado toda su vida por volver a verla,
pero ella lo había olvidado. Mucho tiempo había pasado, pero de
todas formas, el incendio que se apoderó de sus ojos fue mutuo y
un par de sonrisas cómplices le dieron alivio a la tensión.
Titubeando, ÉL la abrazó y en un suspiro le dijo: "te he echado
de menos, cada noche estuviste en mis sueños y nunca me aban-
donaste en mis pensamientos"; ELLA, sonrojada bajó la mirada y
en un tono de caos nervioso respondió diciendo: "Yo prefiero
serte sincera, hice mi vida cuando me fui de la tuya y aprendí a no
extrañarte, a no necesitarte".
Sorprendido, ÉL retrocedió un paso y mencionó asombrado:
"no me crees, ¿no es cierto?" ELLA, con mucha más paz y con un
toque irónico en su voz respondió: "Me cuesta creer que sea
cierto, siempre fuiste una gran persona, ¿con qué necesidad me
esperarías?, si en nuestro Adiós, lo único que quedó claro es que
no existiría un futuro común.
ÉL, ya cambiando los gestos de su rostro ante la frialdad de su
antiguo amor y esforzándose por no lagrimear mantuvo su tono
inquebrable y dijo sin cuidado: "Lo que sentía por ti era sincero y
fuerte, por eso te dejé marchar. He conocido muchas mujeres,
pero ninguna como la chica que eras. Si me prometí a mi mismo
esperarte a pesar de que no sabía si te volvería a ver, fue porque
siempre le he sido fiel a mi corazón y él solo se sentía a gusto
contigo, nunca te quise porque fueras hermosa, aunque lo eres, lo
hice porque me diste un motivo en el cual creer y una causa por la
que luchar, me enseñaste a sonreír y a no rendirme, a luchar por
mis sueños y a superar los problemas. Si te decía que eras única
para mi, era porque realmente tenía claro que no existiría nadie
como tú."
ELLA no pudo evitar derramar una lágrima y al borde del llanto
exclamó: "Perdóname, no sabía todo lo que era para ti. Me dejé
llevar por los encantos de otros hombres que no hicieron más que

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usarme y jugar con mis sentimientos". Con su cara, dibujó una
sonrisa y continuó diciendo: "ahora podemos estar juntos,
prometo hacer las cosas bien esta vez". ÉL llenó su presencia de
apatía y soltó un frío comentario: "ya es tarde para nosotros, sé
feliz y busca a alguien que te quiera por cómo eres, como yo lo
hice, y no por cómo te ves.”
ELLA enojada, al ver que ÉL se retiraba cerró la discusión casi
a los gritos: "Hice bien en no creerte, no eres diferente al resto;
¡para que me dices esas cosas si luego te vas a ir así, como si
nada!”. ÉL giró su cabeza, sonrió y se perdió entre la multitud.
Un mes más tarde, le llega a ELLA una noticia que cambiaría su
vida, junto con una nota que decía: "TU PROBLEMA SIEMPRE
FUE QUE NUNCA ENTENDISTE QUE A VECES LA
VERDAD ES COMO TE LA CUENTA UN CORAZÓN Y
NO COMO QUIERE CREERLA TU CABEZA". La noticia era
increíble, ÉL había muerto...

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COMO EN UN VIDEOJUEGO

ÉL era un chico de veinticinco años que más allá de su presencia,


de su apariencia física semejante a la de un modelo, sumada con su
inteligencia que le había dado una ingeniería en sistemas a su vasta
edad, tenía una particularidad: era un friki, adicto a los videojuegos.
Analizando su prontuario relacional, siempre fue un ganador con
las mujeres, pero nunca ninguna había logrado enamorarlo y hacerlo
feliz, sino hasta que la conoció a ELLA; tan diferente pero a la vez
tan igual, tan opuesta pero complementaria, tan complicada, pero tan
necesaria. Verlos juntos era como ver una película en donde la
perfección parecía existir, verlos sonreír cuando cruzaban miradas era
tan simple como creer que existía el amor.
Pero el tiempo pasa, las relaciones se agotan y uno siempre se
cansa; y en este caso, ELLA fue quien poco a poco se fue distan-
ciando y fue cambiando el trato que le regalaba a su amado compa-
ñero de vida. Primero vinieron las faltas de atención, después las
ganas de salir, de ver a otras personas, de alejarse. Él era inteligente y
se dio cuenta a tiempo de que algo andaba mal, entonces concentró
su fuerza y su tiempo en hacer cosas por y para ELLA intentando
revivir el amor, pero todo parecía ser peor, mucho peor con cada
intento, con cada gesto, incluso...con cada palabra.
Parecía ahora, que él la amaba y ella lo odiaba, que él le demostra-
ba cariño y ella desprecio. Con el tiempo, las cosas comenzaron a
cambiar su rumbo natural; En unas semanas, ÉL no tenía nada más
para darle a esa mujer que tanto había llegado a querer, que tanto
había cuidado. Cuando ella se dio cuenta de esto era tarde, como
siempre suele pasar, como la historia nos tiene acostumbrados;
parece ser que así es la vida y así somos quienes la vivimos.
El día que ÉL se fue, ELLA le preguntó el por qué, y él respondió
con lágrimas en su corazón pero con apatía en su rostro: “podría
explicártelo de mil maneras pero no lo entenderías, así que te lo diré
de la manera que mejor pude interpretarlo yo; pues, como en un
videojuego, vas avanzando y pasando etapas, pero también vas en-
contrándote cada vez con situaciones más difíciles, con problemas
más graves y vas perdiendo vidas, una tras otra hasta que el juego
termina. Si uno tiene interés de seguir jugando, debe colocar fichas

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para mantener el juego en funcionamiento, no olvides que otros
jugadores esperan ansiosos su turno de jugar y nadie te garantiza
que no ocupen tu lugar...ese, que dejaste vacío.
ELLA lo mira repleta de angustia, angustia que yacía concentrada
en sus ojos, y le pregunta: “¿Acaso es tarde para volver a intentarlo?”
Después de un frío silencio, él deja caer un papel y se retira sin
responder. Estaba claro, el papel llevaba escrito dos palabras
odiadas por los frikis:"Game over".

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EL ERROR DE SIEMPRE

Era una persona fría, no quedaban dudas de eso; rebasaba desprecio


con cada mirada y su silencio era un arma atroz para quienes lo
necesitaban o dependían de él. No se creía superior al resto, no tenía
pensamientos intencionales de soberbia ni de altanería, simplemente
mostraba un fiel desinterés al afecto, a la felicidad y al dolor. Un tanto
vacío, con retazos de vida y retazos de muerte en su ser, tal vez su alma
carecía de brillo, quizás sus ojos compartían una sensación intimidante,
pero tenía algo que lo hacía especial: sus palabras eran las justas, sus
mensajes los correctos, sus enseñanzas eran impagables, y por eso
estaba rodeado de tanta gente y tantas personas lo querían aunque él
no sintiese nada por nadie...ni siquiera lástima, ni siquiera cariño.
Él estaba seguro de que ella merecía un trato mejor, entonces, le dio
pase libre al interior de su coraza, hasta la parte más frágil y sensible de
su corazón; le regaló lo que nadie había podido conseguir nunca:
conocerlo realmente, sin barreras, sin mentiras, sin engaños. Se mostró
ante sus dulces ojos, tan puro como nunca nadie lo había visto jamás y
posiblemente como nadie más nunca lo vería. Fue un acto terrible de
coraje y de amor, pero ese, fue su mayor error, el principio de su fin.
Con el tiempo a ella dejó de importarle, ya no mostraba interés ante
sus palabras, ni ante sus actos; se volvió con él más fría con cada día y
más amigable con el resto del mundo; le fue consumiendo el alma con
cada desprecio y fue opacando su brillo con cada expresión de apatía.
Mientras él seguía poniendo cada segundo de su valioso tiempo en ella,
ella lo malgastaba desinteresada y cruelmente.
Las personas que dependían de él y de todo su esplendor fueron
desapareciendo, día a día, tras sentirse abandonadas. Una por una,
dejaron de necesitarlo primero, y de buscarlo luego, hasta que se quedó
solo, solo con su frialdad, solo con su vacío, solo con la inmensidad de
la misma nada que había acumulado toda su vida.
La angustia lo fue marchitando por dentro, ayudada por grandes
cantidades de alcohol, que le daba leves bocanadas de aliento y de
olvido al sufrimiento que ahora lo atormentaba. Antes de rendirse
escribió esta historia queriendo dejar en claro un simple mensaje: "no
dejes de hacer nada por nadie, porque al final del camino todos van a
fallarte"

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“Nota encontrada sobre la mesa, en donde yacía sin vida el cuerpo
de Robert J. Frankling, gran escritor de dramas y tragedias. Las pericias
demostraron que la causa de muerte fue la ingesta de ácido cianhídrico.
Aun no se tiene certeza de que haya sido un suicidio, aunque la nota
encontrada nos da una buena coartada...”

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HASTA QUE TE FUISTE

"Mi vida era perfecta hasta que te fuiste de ella…”


Antes de conocerte era feliz, tal vez un tanto vacío, algo incom-
pleto quizás, pero era inmune a este melancólico dolor, a esta ab-
surda pero inevitable melancolía.
El tiempo que estuviste a mi lado fue sin dudas el mejor. Fuiste el
complemento de mi lado inexistente y llenaste todo hueco que
encontraste vacío; guiaste los pasos de un ente sin rumbo y desa-
fiaste todas las leyes de mi aburrido y predecible destino; dibujaste
día a día una sonrisa en mi boca y acariciaste con cada dulce mirada
mi alma; con cada palabra me generaste un sueño y con cada abra-
zo eliminaste una herida. Me sentí por momentos en las puertas del
cielo...pero luego te fuiste y en menos de un segundo me desplomé
sobre las ruinas del infierno.
Mi felicidad no fue sostenible sin el refugio de tus alas y con las
cargas de tu perfecto recuerdo. Tu ausencia hizo que cada día sea
más oscuro, que cada momento sea más doloroso, que cada son-
risa sea más fría, más vacía...
Todavía no logro encontrar y entender el motivo, pero ya dudo
que tenga sentido buscarlo.
Hoy vivo el eco de tus consejos y me refugio en la sombra de tu
recuerdo, sonrío para que me veas y llora mi alma para que no me
abandones. Olvidarte es un tanto imposible, reemplazarte un
tanto más. Que va a ser de mi ya no importa porque ya te tuve y
ya te perdí.
"Mi vida era perfecta hasta que te fuiste de ella...pero si no te
hubiese conocido, jamás hubiese sido perfecta".

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I NS OPORTA BLE REALI DAD

Pasó toda su vida analizando a las personas; su forma de actuar,


de pensar, de sentir. Cada detalle que observaba lo desilusionaba
aún un poco más.
Tanta gente caminaba hacia el mismo lugar, persiguiendo el
mismo objetivo, sin darse cuenta que no se dirigían a ningún sitio y
que no había nada que encontrar al final de ese camino.
Los pocos que intentaban oponerse, carecían de fuerza, o bien,
eran demasiado cobardes como para avanzar y luchar contra la
triste realidad.
En el amor reinaba el engaño y la frustración, el camino hacia el
éxito estaba rodeado de envidia, la felicidad se veía inútilmente
manchada de melancolía y los sueños quedaban anestesiados con
desesperanza.
Él dedujo que sus vidas estaban gobernadas por una moda que
los consumía y los deterioraba...
Lo peor era saber que él también formaba parte de ella.

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LA ULTIMA NOTA

"Hace tiempo que sé que estoy vivo, solo gracias al dolor que
siento. Ya no recuerdo cómo se siente ese placer que solo la
sonrisa puede darte. A veces pienso que fue mi culpa, que nunca
supe disfrutar, pero el destino siempre fue mi fiel enemigo y no se
cansó de jugarme malas pasadas. Llegué a este punto en que me da
lo mismo avanzar que retroceder, en donde el silencio y el ruido
alteran y despiertan los fantasmas de mi cabeza, en donde empie-
zo a dudar de la existencia de mi próximo paso, de mi próxima
palabra...
Tiembla mi voz en cada discurso y se opaca la luz de mi mirada
con cada rostro contento que contemplo. Perdí el sentido de la
vida; esta existencia ya no puede traerme felicidad. Todo está igual
de claro y de confuso en mi mente.
Solo sé que este presente amargo fue predecible en mi pasado,
pero hoy me cuesta ver más allá de ayer y más allá de mañana;
puedo escuchar como mi final se acerca a gran velocidad e intenta
avisarme que estoy cometiendo una locura.
En fin, ¡ya elegí y es tarde para cambiar de opinión! Puedo decir
una cosa, si alguien lee esta nota lo hago por"...
Esta nota en papel desgastado y poco legible fue encontrada por
una niña en las cercanías de la estación sur de trenes de la bahía, 2
meses después de haberse registrado un suicidio en el lugar, en
donde una persona saltó sobre las vías ante el paso de la locomo-
tora. No hay indicios de que esta nota corresponda a esa persona
más que una obvia coincidencia.

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LOCO AMOR

“No volví a sentir nada por nadie cuando ella se fue de mi pre-
sente, para quedar como simples huellas de mi pasado. Mi cuerpo
quedó vacío y mi destino perdió su guía. A la deriva y sin sueños
empecé a caminar por oscuros senderos, hasta que esta tarde te vi...
Y cuando miré dentro de tus ojos me quedé sin reacción, era
como si las puertas del infierno se abrieran ante mis pies; pude
sentir como mi alma poco a poco ardía y se evaporaba ante el
brillo que desprendía tu mirada; fue entonces cuando comprendí
que serías mi perdición y me llevarías al caos sentimental.
Demasiada adrenalina para mi corazón en un solo momento,
con un solo gesto.
Todo cambió cuando me sonreíste, fue como si un ángel se po-
sara sobre mi persona y absorbiera todos mis males, todas mis
penas. Lograste que vuelva a creer en la vida y en el amor; pude
sentir como me iluminabas y me llenabas de fuerza.
Y cuando me dijiste que nada podía pasar por esta relación que
llevamos, el instinto pudo más que la poca razón que conservaba
mi cabeza y decidí ponerle fin a todas mis penas y todas mis
alegrías...
Antes de despedirme solo quiero que sepas que me enamoré de
ti con solo mirarte. Creí que serías la salvación en mi destino, la
guía en mi camino, la cura de mis males, la solución de mis
problemas.
Lamentablemente fallé en mi creencia y ya no tengo ganas de
creer. Esto es todo, adiós.”
Ésta fue la carta que encontramos en la mano del interno que se
quitó la vida ayer por la noche, aparentemente dirigida a la docto-
ra Ferman, especialista en tratamiento de personas con trastorno
de personalidad.

19
MANANA PUEDE QUE SEA TARDE

Su relación era especial, se amaban con todo el flujo de su alma


y con cada parte de su corazón, y aunque eran totalmente distin-
tos, se complementaban sus vidas de tal manera que si uno lloraba,
el otro estaba siempre para sacarle sonrisas y hacerle feliz.
Pero un día algo cambió... ella se mostraba más fría y más dis-
tante con cada noche que transcurría. Cuando él le preguntaba qué
estaba pasando, ella le respondía que todo iba bien, que nada
pasaba, que nada había cambiado, que las cosas seguían siendo
como antes. Él sabía que no era así y le dolía no saber que le
ocurría a su amada.
Pasó el tiempo y la distancia entre ellos seguía aumentando. Por
más intentos que él realizaba, las respuestas siempre eran las
mismas.
Cansado de esa indeseable situación, intentó un día alejarse y
olvidarse de ella, el trato que el amor de su vida le ofrecía no era el
que necesitaba; porque un momento al día era felicidad y el resto
tristeza; porque mil golpes por una caricia no compensan el dolor
del alma. De todas formas fue en vano su intento... estaba atado a
ella y estaba perdido.
La amaba de tal manera, que le era imposible evitar lo que sen-
tía, que le era imposible olvidarla.
Una tarde, después de realizarse unos estudios, le detectan a Él
un cáncer terminal. Desolado con la noticia decide pasar los últi-
mos días de su corta vida junto a ella. Entonces, la llama y le dice:
“amor tengo que contarte algo”, y ella como siempre le responde:
“ahora no puedo hablar, después prometo escucharte.”
Ese después nunca llegó. Algo similar sucedía al día siguiente y
al otro, y así por una semana. Cuando ella se dignó a escucharlo, le
dice: “ahora si amor, ¿qué era lo que tenías que decirme?”. Él con
lágrimas en los ojos le responde: “nada, es algo que ya no tiene
importancia; mejor disfrutemos de esta mágica noche bajo las
estrellas...

20
FUÉ EL DÍA MAS FELIZ DE SUS VIDAS, PERO AL DÍA
SIGUIENTE ÉL FALLECIÓ Y ELLA NUNCA MAS
VOLVIÓ A VERLO...
POR DEJAR PASAR EL TIEMPO LO MEJOR DE LA VIDA
SE PUEDE ESCAPAR DE UN SEGUNDO A OTRO; POR
NO SABER O NO QUERER ESCUCHAR, POR NO PRES-
TAR DEMASIADA ATENCIÓN LO MAS IMPORTANTE SE
PUEDE IR... SE PUEDE PERDER...SE PUEDE ESFUMAR.

21
ME DI CUENTA

“Cuando te conocí, cambiaste mi manera de pensar y de ver las


cosas... cuando te fuiste me cambiaste la vida.”
Pasé mucho tiempo ahogado en desolación, consumiendo aire
de la misma angustia; me esforcé tanto en recordarte, que me
quedé varado en el pasado y me olvidé de seguir viviendo el pre-
sente. El dolor que me acompañó en estos años que solo pude
pensarte, me fue consumiendo minutos de vida y horas de sonrisas
y felicidad. Por mucho tiempo no quise levantarme, ni mucho me-
nos seguir; dejé a la deriva mis esperanzas, y en manos del destino
a mis sueños. No fui tan cobarde como para escapar, ni tan fuerte
como para aceptar la realidad.
Perdí muchos caminos, muchas oportunidades, deseando lo que
no podía ser, y que ni siquiera era necesario: volver a encontrarte.
Tarde me di cuenta que nunca te fuiste, que aunque mis ojos ya
no podían verte, vivías en mi corazón como sentimientos; en mi
cabeza como pensamientos y recuerdos; y lo más importante es
que siempre vivirás en mis acciones, porque gracias a tu enseñanza
pude crecer y gracias a tu amor supe ser feliz...

22
MI SALVACION

Me encontraba entonces tirado en el suelo, arruinado, destruido,


sin esperanzas, sin ilusiones...sin sueños; como un perro cuando
pierde a su dueño y se queda cada mañana, cada tarde, cada noche,
esperando con tristeza, con angustia, lo que no va a volver, lo que
no va a pasar de nuevo; vacío y fiel esclavo de mi nostalgia, de la
nostalgia que me regaló su partida; un ser sin alma, sin sombra, sin
futuro; como un vaso colmado de melancolía, un vaso que comen-
zaba a partirse lenta y agónicamente.
Así me encontraba el día que llegaste a mi vida...
No sé qué tanto de esa oscuridad queda en mi ser, no podría
diferenciar que retazos de mi alma murieron y cuales fuiste capaz
de salvar, no me animo a decirte que reanimaste mi vida, pero pue-
do asegurarte con cada parte de mi cordura y con cada parte de mi
locura que llenaste con tu luz un ente que se había resignado a
brillar, y con el calor de tu reservado amor le diste movilidad a un
corazón que estaba congelado.
Podría darte las gracias, pero no sería suficiente; podría prome-
terte mil historias, pero quizá no te interese vivirlas; podría rega-
larte mi vida, pero es pesada como para cargarla y te sumaría
problemas...
Por eso voy a limitarme a quedarme a tu lado, para ser tu soga si
caes a un pozo, para ser tu hombro si necesitas llorar, para ser tu
guía si algún día pierdes el rumbo, para ser tu espada o tu escudo el
día en que tengas problemas.
Lejos estoy de querer ser tu dueño, la sonrisa que hoy vez
dibujada en mi rostro te pertenece, al igual que la felicidad que
refleja mi alma.
Simplemente estaré a tu lado por siempre, no porque me corres-
ponda o porque esté en deuda contigo, aunque realmente lo esté,
me quedaré a tu lado porque te quiero y quiero que seas feliz ante
cualquier cosa.

23
NADA

Me preguntaron que se siente perder lo que más se quiere y no


se me ocurrió más respuesta que una simple palabra, con todo lo
que ella refleja, con todo lo que su simpleza esconde. ¡Pude haber
dicho tantas cosas!, pero me limité a responder que no sentía
NADA.
Qué mejor palabra para expresar el vacío que quedó en mi alma
y en mi corazón, para representar las penas que cada noche inun-
dan mi cabeza, para simbolizar las lágrimas que derramo oculto y
en silencio cada vez que recuerdo la perfección que me ofreció el
pasado, pero que nunca supe valorar, ni disfrutar. Sin dudas, no
hay mejor palabra que exprese el dolor que se siente soñar cada
noche con algo que ya no podrá ser realidad y convivir con el eco
que desgarra mi memoria en cada idea, en cada pensamiento.
NADA es lo que puede volver a hacerme feliz, NADA es lo que
va a sanar mis heridas, NADA va a lograr que ella vuelva a mis
brazos, simplemente NADA es lo que siento desde que la perdí.
Ya no espero NADA de nadie, porque todo lo que siempre
esperé me lo regaló ella con cada sonrisa. Mis sueños, mis esperan-
zas, mi camino, mi destino, mis promesas, mis ilusiones... todo
quedó en la NADA, porque ella se lo llevó todo con su partida.
Es en efecto lo que tengo que decir para reflejar mis sentimien-
tos, ya, no me queda NADA.

24
ATOPICO CONSEJO

“Nunca regales el núcleo de tu corazón a nadie, sea quien sea,


porque dentro de él se encuentra la base de nuestra cordura y de
nuestra estabilidad. Imagina que nuestro corazón es un poderoso
reactor nuclear y su centro (donde yacen tus más profundas emo-
ciones y sentimientos) es un peligroso núcleo inestable. Si le
entregas todos tus sentimientos y emociones a una persona (si le
entregas completamente tu corazón), sea quien sea, corres el ries-
go de destrozarlo todo, al igual que una explosión nuclear; no es
que la otra persona no sepa cuidar o valorar tu amor, sino que
fuera del reactor, tu núcleo se volvería inestable y sería incontro-
lable, incluso, por tu propia cabeza.”

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25
POR SU RECUERDO

No quiso levantarse ese día. Aunque era un día soleado, sin pre-
sencia alguna de nubes, ÉL sentía que nada brillaba esa mañana.
Totalmente desanimado intenta seguir durmiendo, pero no lo con-
sigue; 3 horas después, cansado de dar vueltas en su cama y de
soportar los fantasmas que rondaban en su cabeza, decide prepa-
rarse algo para comer y comienza a expresar sus sentimientos en
su diario personal, como solía hacerlo habitualmente, entonces
escribe: "EL PRECIO A PAGAR POR CUMPLIR SUS SUE-
ÑOS ES DOLOROSO, PERO A LA VEZ ES LO ÚNICO
CAPAZ DE LLENARME. ¿SERÁ QUE ME RESIGNÉ A
VIVIR MI VIDA Y POR ESO VIVO LOS PRESAGIOS DE LA
SUYA? ¿O SERÁ QUE TAL VEZ NO TENGA LA VALEN-
TÍA SUFICIENTE PARA ACEPTAR LA REALIDAD? HACE
RATO QUE ELLA NO ESTÁ Y POR MÁS COSAS BUENAS
QUE ME HAYA DEJADO, TODO SE RESUME A RECUER-
DOS; NADA DE LO QUE HAGA ME LA VA A DEVOLVER,
NADA VA A HACER QUE ME SIENTA MEJOR POR NO
HABERLA DESPEDIDO ESA NOCHE, POR NO HABERLA
ABRAZADO ANTES DE QUE SE VAYA. LA REALIDAD ES
QUE NO PUDE DARLE LAS ESPERANZAS QUE TANTO
NECESITABA Y ENTONCES TRATO DE COMPENSARLA
AHORA QUE NO ESTÁ, AHORA QUE YA NO TIENE
SENTIDO, AHORA QUE NO LO NECESITA. TAL VEZ
DEBA OLVIDARLO TODO Y VOLVER A EMPEZAR, TAL
VEZ DEBA CONTINUAR; MI CORAZÓN SE RESISTE A
ESCUCHARME Y MI CABEZA NO SABE QUE DECIR…
QUIZÁ DEBÍ IRME CON ELLA. PASÓ TANTO TIEMPO
QUE TODO ESTÁ DISTORSIONADO, NO PUEDO DIS-
TINGUIR MI REALIDAD CON LA ABSURDA FANTASÍA
QUE ME PINTÉ DESDE QUE LA PERDÍ.”

26
Entonces una lágrima cayó sobre la página y ELLA apareció a su
lado, lo miró fijamente, le sonrió y volvió a marcharse desvane-
ciéndose. ÉL se desmayó sobre la mesa y al otro día despertó
lleno de vida y de energía; entendió entonces que el camino que
eligió era realmente el mejor.

27
PROLOGO DE UN SER SIN ALMA

Nuevamente estaba llorando, a estas alturas de su vida ya le era


habitual. ELLA tenía todo lo que cualquiera hubiese deseado, su
belleza era inigualable, su fortuna inimaginable, la pureza de su
alma y su corazón eran sin dudas únicas. Pero ELLA no era feliz,
no necesitaba nada de eso; con la muerte de sus padres a su corta
edad y por las falsas amistades que solo buscaron aprovecharse
de ella, su vida estaba vacía y a pesar de las personas que
realmente la querían, se sentía sola, y no podía dejar de sufrir por
aquello tan simple, pero a la vez es tan complejo, el amor verda-
dero de alguien que lo diera todo, que lo dejara todo atrás por
cuidarla y verla sonreír.
ELLA se había jurado a si misma que no iba a estar con nadie
del cual no se enamorara y no la hiciera sentir plena y feliz a cada
segundo; pero ya tenía 20 largos y dolorosos años, y estaba
empezando a creer que esa persona nunca llegaría, que nunca
existiría, por lo menos, no en su vida.
Pero ÉL llegó de repente, cuando ella menos lo esperaba. Se
conocieron con una mirada y un silencio que expresó un senti-
miento y con cada día el afecto entre sus corazones se hizo valer.
ÉL la escuchaba y la aconsejaba, la abrazaba cuando quería llorar,
le hacía bromas para verla reír y hasta aprendió a cantar para
emocionarla; ELLA lo hacía revivir con cada sonrisa y eso…era
impagable.
No hizo falta mucho tiempo para sentir el amor que despren-
dían juntos, con cada gesto, en cada mirada. ELLA al fin era feliz,
había llegado el tan esperado momento en que las sonrisas le ga-
naron a las lágrimas. Fue sin dudas, el año más feliz de su vida...
lamentablemente, también sería el último.
Una tarde, ÉL entró al cuarto de su amada compañera y la
encontró llorando, con la mirada perdida, sin reacción alguna
ante sus palabras de desesperación, ante sus vanos intentos de
saber que le ocurría. De repente su nariz empezó a sangrar y ÉL
no dudó en llamar a una ambulancia que en poco tiempo llegó y

28
la llevó al hospital.
Era una terrible noticia la que el médico traía, ELLA sufrió un
ataque de presión y una arteria se reventó en su cabeza, estaba
inconsciente y en estado crítico de observación. Al escuchar la
terrible noticia, ÉL cayó de rodillas al suelo y luego de unos
segundos de silencio y con los ojos llenos de lágrimas sonrió
diciendo: “ella va a salir de esto, lo sé, es el último obstáculo que
debe superar para ser feliz para siempre”. Desde ese momento,
no se apartó de su lado; fue sin dudas un mes largo y doloroso,
toda la fe fue volcada en plegarias angustiantes, hasta que ELLA
despertó...
Confundida y muy mareada comenzó a aclamar el nombre de
su amado y al verlo sonrió, comenzando a llorar. No reconocía a
nadie más que a él, sin dudas, eso era Amor real. ELLA hablaba
poco y con cada palaba parecía despedirse; decía que no le que-
daban fuerzas, que era cuestión de tiempo para reencontrarse
con su familia, que ahora que conoció lo que era el amor y la
felicidad, ya podía descansar en paz. No paraba de agradecerle a
ÉL lo feliz y afortunada que se sentía de haberlo conocido; le
pidió una y otra vez que no llore por ella si se iba, más bien que
la recuerde con sonrisas, que ella nunca lo iba a abandonar, que
conozca a alguien más, que sea feliz...
Pero cuando llegó el momento toda promesa pareció que-
brarse y toda esperanza de volver a empezar se desvaneció. El
vacío que ella le dejó fue irremplazable y creció con cada día.
Hoy ÉL es un ente que transita la vida sin alma, que pasea por
las calles sin felicidad, sin sentido, sin sueños...

29
PUNTO DE QUIEBRE

Yo pensé que la vida después de tu adiós era sostenible, que


podía seguir con la mitad de tu alma dentro de mi ser, que podía
cumplir el eco de todas las promesas que hice en base a tus sueños,
simplemente pensé que un día, a pesar de todo, las cosas se calma-
rían en mi mente.
Hoy no quedan fuerzas para pintar la cruda realidad que gobier-
na mi presente, vivo retrocediendo a pesar de que pongo mi es-
mero en avanzar. Fueron pocas las esperanzas que me dejó tu des-
pedida, pero siempre seguí por tu amor, ese que un día dejaste
grabado en mi corazón.
Hoy me arrepiento de haberlo intentado, si en el fondo siempre
supe que no sería lo mismo, que los reflejos de tu perfección serían
eternos y que el vacío que dejaste desgarrado en mi alma era
irremplazable. Eres la culpable de haber hecho perfecta mi vida,
dejando en mi cabeza los retazos de un sueño hecho realidad, pero
al fin irrepetible.
Y ahora vivir sintiendo que lo mejor ya pasó, trae nostalgia, me-
lancolía, trae dolor. Lo peor es que aprendí y conservo demasiado
de tus consejos y enseñanzas para volver a ser el que era antes de
conocerte: tengo ganas de llorar, pero aprendí de ti a ser fuerte y
no me lo voy a permitir. Tu dolor fue el que presenció mi último
llanto, y tu despedida, mi última lágrima. Todo lo demás dejó de
carecer de algún sentido.
No sé si me espera continuar o rendirme, no tengo claro si
mañana tendré ganas de despertar o dormir por siempre para
acercarme tal vez, un poco más a tu lado, no tengo la certeza de
cuántos pasos más podré transitar del camino premarcado que
tengo delante; sé que esta noche voy a tomar contigo estas crudas
decisiones; al cerrar los ojos, sé que me estarás esperando…

30
TA N S I MPLE COMO S UMAR Y RE S TA R

Nunca dejes que nadie a quién quieres, se haga demasiado im-


portante para ti, eso solo llevará a que lo pierdas, o peor aún, a
que lo termines odiando...
Voy a explicártelo sencillamente, como si fuese un cálculo mate-
mático: "partamos de la base de que tú eres un elemento y tienes
un determinado valor. Ahora bien, cuanto más importancia le des
a una persona (que es otro elemento), mas grande será su carga o
su valor…
Mientras las cosas vayan bien y ese valor que le atribuiste a la
persona se sume, se multiplique o se potencie con tu valor, el re-
sultado será muy positivo, para ti, para ella y para ambos en
conjunto...
Pero bien, sabiendo que todo pro tiene su contra, imagina ahora
que esa persona te falla, te desilusiona o de alguna manera te hiere
lo suficiente como para que ese valor que le atribuiste sea negativo...
Tenemos entonces ahora que a tu valor, podríamos restarle o
dividirle el valor de la otra persona dejando en ti, en ella y en am-
bos, un saldo negativo. Traducido esto a la vida, quedaría un vacío
que será mayor, cuanto mayor sea la importancia que le hayas
dado a quién querías...
Está claro y es tan simple como sumar y restar: Cuanto más
importante sea para ti una persona, mas va dolerte su fallo y
menos va a importarte luego del mismo.

31
TODA UNA CLASE

Ella era una aplicada estudiante de geofísica, que siempre se que-


daba después de clases para hablar algunos momentos con quien
era un buen amigo de su familia: el profesor Charles Mc Klay, sin
dudas, una mente brillante.
Un día, mientras Ella se retira de la clase, él la toma del brazo y
le dice: “espera un segundo que tengo que hablar contigo, te he
notado distraída toda la clase y ahora parece que una fuerte depre-
sión te domina.” Ella le sonríe y se sienta a su lado diciendo: “me
he enamorado de una persona magnifica, es seguro de sí mismo,
sensible, solidario, protector; sin dudas es alguien especial y me
ama.” “¿Qué es lo que te preocupa?”, pregunta el profesor con-
fundido, “es que de a poco lo siento cambiar, lo siento con dudas
y eso me preocupa y me angustia” dice la alumna agachando su
cabeza con aires de resignación.
Él sonriendo vertiginosamente le dice: “no te preocupes, eso es
bueno, piensa que como la Tierra, el corazón está formado por
capas. Una externa que es estable, una media, y una interna inesta-
ble. Lo que estás notando en él, no son cambios ni dudas, simple-
mente estas conociendo parte de su inestabilidad, parte de sus
debilidades, porque te ha elegido sin dudas y te ha abierto las
puertas de su corazón; te está dejando entrar en su núcleo, y eso,
tiene más de positivo que de negativo si realmente sientes cosas
por ese muchacho.”
ELLA anonadada por las palabras del sabio profesor, meditó y
reflexionó por algunos segundos…dudó y se terminó convencien-
do de que la teoría era brillante; entonces lo abrazó felizmente,
sonrió y se marchó contenta con el afán de continuar satisfacto-
riamente su amorío.

32
TU AMOR O EL MUNDO

...Y nuevamente volvieron a discutir, miedos infundados e in-


certidumbres con dosis de desconfianza parecen ser una y otra
vez los mismos monótonos y cíclicos problemas. Esta vez, él no
quiso callar sus pensamientos sobrecargados de opresión; la mira
seriamente y con un gesto de insensibilidad le dice: “el resto de
mi mundo jamás podrá competir contra tus sonrisas, pero sí con-
tra mis lágrimas y mi angustia; si el sol se aleja del cielo que veo
no podré seguir, al menos que me guíe por nuevas estrellas. Lo
dejaría todo por una causa justa, pero ya no puedo pelear batallas
innecesarias, que solo le traen más penas a mi alma malherida.
Sería hasta capaz de quemarme, si es tu fuego el que me impulsa
hacia su centro, pero ya no podré apagar tu incendio si existen
más personas involucradas en la situación.
Podría seguirte hasta el fin del mundo, pero si cortas la soga
que me mantiene unido a tu ser me perderé en el camino y busca-
ré refugio en quién me abra los brazos.”
Ella un poco desconcertada, tal vez sorprendida, le responde:
“¿Puedes ser más claro? No sé a dónde quieres llegar.”
Él con una sonrisa de supremacía, quizás con aires de misterio
se limita a cerrar la odiosa conversación diciendo:
“Mientras me quieras, serás lo mejor de mi vida, pero el día en
que dejes de hacerlo, posiblemente ya no serás nada y me verás
partir de la misma manera en que me viste llegar.”
Al escuchar estas palabras la chica comenzó a llorar de una
manera sutil, pero descontrolada y luego de abofetearlo le da un
abrazo de esos que no se olvidan fácilmente por más tiempo que
transcurra; lo mira luego a los ojos y termina recostando su
barbilla sobre el hombro del chico que amaba, en un gesto de
vergonzoso arrepentimiento, pero también, con grandes suspiros
de amor.

33
UN J ARDIN DE ROSAS

Decidieron demostrarse su amor de una manera especial.


Plantaron en un jardín mil rosas de todo tipo y color; ELLA cada
tarde las regaba, ÉL cada día se encargaba de tomar una, y regalár-
sela. De esta manera el fruto de su amor era eterno y actuando
juntos demostraban que eran felices disfrutando de las pequeñas
cosas, de las más simples, pero a su vez de las más perfectas.
De un día para el otro, ELLA comenzó a comportarse de una
manera extraña, dejó de regar cada tarde las rosas, aunque las
seguía recibiendo. ÉL confundido seguía por su parte cada día
regalándole el fruto de su amor. Con la falta de agua, las rosas co-
menzaron a marchitarse de a poco, lentamente, como si estuviesen
agonizando.
ELLA se dejó llevar por los encantos de otro hombre, y aunque
era solo una aventura en su vida, descuidó el amor que sentía por
ÉL; lo descuidó de tal manera que por semanas dejó de regar las
rosas. Cuando decidió volver con su amor, a retomar su antigua
rutina, se dio cuenta que todas las rosas se habían marchitado y
entonces le preguntó: “¿Por qué no has regado las rosas? ¿No te
has dado cuenta que de a poco se fueron muriendo?” ÉL con
apatía respondió: “claro que me he dado cuenta, se marchitaron
de a poco, día a día, como el amor que yo sentía por ti. Mientras
este seguía vivo te regalé diariamente una rosa, pero nunca has
vuelto a regarlas. Hoy que el jardín quedó vacío y ya no quedan
rosas para darte, tienes que saber que mi corazón se marchitó con
las rosas y ya no tiene amor para regalarte.”
POR DEJAR PASAR EL MOMENTO Y DESCUIDAR LO
QUE NO DEBÍA...PERDIÓ LO QUE MAS QUERÍA.
CUANDO UNO DA TANTO A CAMBIO DE NADA.
LLEGA UN MOMENTO EN QUE YA NO TIENE NADA
PARA DAR.

34
UNA NUEVA OPORT UNI DAD

Hoy vuelven a verse luego de varios años, la vida los había dis-
tanciado. Ella estaba casada infelizmente; él vivía agobiado, sien-
do esclavo de un trabajo que odiaba y que deterioraba la sonrisa
de su ser, opacando la inspiración de su alma con cada día que
pasaba.
Ella no amaba a su esposo, peor aún, era a veces maltratada por
este, por eso tenía miedo de dejarlo y partir; él era un artista de
sueños frustrados que emborrachaba sus penas en brandy cada
noche que le era posible.
Habían sido muy felices juntos pero el destino decidió alejarlos
en aquel momento. Hoy, 5 años después, el mismo destino vuelve
a cruzarlos.
Bastó con un cruce de miradas desprevenidas y con unas son-
risas cuasi vergonzosas para que el lazo de fuego que un día los
unió vuelva a encenderse. Un abrazo cálido sentó las bases de un
pacto que sellaron segundos después con un beso, colmado de
ilusiones frágiles y dulces desesperanzas.
Esa misma noche lo dejaron todo atrás, sin contemplar las
consecuencias de sus acciones, sin interés de lo que sacrificaban,
sin medida de los hechos y mucho menos del tiempo; simplemen-
te se tomaron de la mano, respiraron profundamente la brisa de la
libertad que tanto habían anhelado en silencio, y viajaron juntos
hacia algún lugar incierto, pero ciertamente alejado del caos de su
penosa y absurda existencia.
No se tienen indicios de que permanecieron juntos, ni siquiera
se sabe si fueron felices, pero es seguro que la vida volvió a sus
corazones ese día que enfrentaron su realidad y decidieron cam-
biarla sin importar el pasado...ni el futuro.

35
CARTA DE UN VAGABUNDO

Tuve una buena infancia y una adolescencia olvidable, nunca me


faltó ni me sobró nada, supongo que sufrí y fuí felíz como todos.
No sé si tenía un destino pre-marcado, o simplemente elegí
transitar caminos erróneos; me perdí muchos momentos y dejé
pasar muchas cosas; fui siempre un generador de sorpresas y un
triste recibidor de ingratitudes, me cansé, volví a intentarlo, y fra-
casé de nuevo. Me levanté tantas veces, que hoy decido quedarme
en la comodidad de estar en el suelo, sin sueños, sin preocupacio-
nes, sin miedos, sin esperanza...
Esta especie de carta fue encontrada en manos de un vagabundo
que falleció de hipotermia el pasado lunes, mientras dormía bajo
el puente de "Consumed Heart", sitio donde vivía desde hace
varios meses.

36
KARMA SENTIMENTAL

Y una vez más, él le había sido infiel...


Ella ya no soportaba más golpes de este rigor y su alma sentía
vergüenza de seguir amándolo a pesar de todo. Su corazón era
inexperto y demasiado frágil como para enfrentar la realidad y
decidir, pero su cabeza estaba lista, sabía que se merecía algo
mejor.
Esa noche se sentaron a hablar, ella estaba decidida a acabar
con su diario sufrimiento, o por lo menos, a soportarlo en sole-
dad. Sabía bien que esa noche su destino estaba sentenciado y
que no iba a volver a caer en sus envolventes mentiras y sus
crueles engaños.
Él, como siempre, estaba tranquilo. Era un experto despiadado
que conocía el perverso arte de la seducción a la extrema
perfección.
Entre algunas finas copas de un seco Dry Martini comenzaron
la discusión. Él, como le era habitual, empezó a articular menti-
ras como un titiritero, y excusa tras excusa intentó manipularla
como de costumbre le funcionaba; ella, esta vez lo observaba y
escuchaba seriamente, pero estaba muy lejos de creer cualquier
sucia palabra manchada de engaños que salía de su boca. Cuando
él terminó, ella se limitó a decir: "ya no vuelvas más a acercarte a
mi lado, me cansé de perdonarte y ya no hay lugar en mi corazón
para más desilusiones. Olvídate que te quise, porque ya no siento
nada más que asco hacia tu persona. ¡Te deseo lo mejor!, espero
que seas feliz" y, con una sorprendente sonrisa, se levantó de la
mesa y se fue. Él no intentó detenerla, pues en el momento,
poco le importó. Tenía la incrédula certeza de que ella volvería
cuando calme su enojo.
Y así comenzó a pasar el tiempo; día tras día ella lloraba, mien-
tras él se reía. El primer mes él se sintió un triunfador de una
batalla que jamás existió, y ella parecía abatida, malherida, destro-
zada; pero, de a poco la situación comenzó a invertirse, la balanza
a equilibrarse y el destino mostró las firmes garras de su justicia.

37
Ella empezó a levantarse lentamente, paso a paso de su melan-
cólica pena y de a poco fue calmando su nostálgico dolor, hasta
que estuvo lista y recobró las agallas necesarias para continuar con
su vida.
Al verla sin heridas y con aires de felicidad, él comenzó a preo-
cuparse y volvió a buscarla con su compendio de falsas promesas
y marchitas ilusiones; pero nada encontró, nada, más que rechazo.
Al poco tiempo ella conoció a un hombre de verdad, un hom-
bre que hacía honor a cada letra de la palabra; aunque es esta otra
historia, de la cual no hablaremos ahora.
El hecho es que él quedó sumido en angustia y cada día desde
aquel momento, tuvo que levantarse y sentir el colosal peso del
karma sentimental que él mismo había alimentado.

38
GRITO SAGRADO

Es hora de que me pase al plano irresponsable, al plano ilegal.


Atentaré contra mis ideales más rígidos y le daré flexibilidad a mis
restricciones morales; me olvidaré de ciertas leyes que fueron
hechas para ser violadas, me revelaré ante aquello que más temor
y más trabas genera en mi vida, contra mi conciencia. Dejaré de
afirmar la negación y comenzaré a ser más afirmativo, me ahogaré
en el lago de mis mayores locuras y en el manantial de mis más
osados deseos; me apartaré de ésta línea recta sobre la cual cami-
no y me ahondaré en terrenos desconocidos. En fin, comenzaré a
vivir y a gozar de mi vida, aprovechando las oportunidades que se
presenten y generando aquellas que se resistan a aparecer por sí
solas.
Esta es mi nueva voluntad.

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39
UN MOMENTO PERFECTO

Entonces, doblé tímidamente hacia la derecha en aquella ilumi-


nada intersección, y levantando la cabeza disimuladamente la vi.
Ahí estaba ella, con todas sus inseguridades, esperando por mí a
pesar de la lluvia, a pesar de mi retraso...a pesar de sus dudas.
Caminé sin titubear, con el paso firme y decidido; mi camino era
corto, ella no se encontraba a más de treinta metros y mi destino
era tan claro como sencillo, darle un abrazo, uno de esos que
jamás se olvidan.
Ella me había visto y desde que lo hizo, no quitó su mirada
cruelmente intimidante de mí. Sus luminosos ojos verdes marca-
ban y guiaban mis pasos, pero tengo que aceptar que cada detalle
fuera de ellos perdía importancia en mi razón; cuantos más segun-
dos pasaba contemplándolos, más elementos del entorno parecían
desaparecer.
Cuando estaba a unos diez metros, su mirada se tornó perfecta,
pues una sonrisa que se dibujó ligeramente en su rostro, cargó sus
ojos de ilusiones, rellenándolos de felicidad. En ese momento
sentí que su alma traspasó su cuerpo, escapándose por sus ojos,
parándose frente a ella, frente a ella y frente a mí. Pude sentir en-
tonces como mi alma también abandonó su lugar de reposo y
mediante una lágrima que brotó del sector más inconsciente de mi
cerebro, se paró de igual manera frente a mí y frente a ella.
Dándole la espalda a nuestros cuerpos, nuestras almas se abra-
zaron y un segundo después, retornaron a su envase, permitién-
donos a nosotros imitarlas con todo nuestro ser, con toda nuestra
esencia.
Muchos más detalles de ese momento no puedo expresar, creo
que basta con una ínfima palabra: fue perfecto.

40
OTRA TRISTE HISTORIA

Ella era una caricia para mi alma, pero no pasó mucho tiempo
para que termine siendo un desgarro en mi corazón. A continua-
ción pasaré a contarles su historia...mi historia...nuestra histo-
ria...o quizá, la de nadie.
Ella llegó a mi vida sorpresivamente, justo en el momento pre-
ciso en el que menos la esperaba, aunque contrariamente, fue
también cuando más la necesitaba, aun, sin saber de su existencia.
Fue como un milagro caído del cielo, que se paró directamente
delante de la calamitosa tormenta que habitaba en mi alma que,
abrazándola con dulce voz y endulzándola con sinceros abrazos,
logró calmarla sembrando un cálido sol armonioso en su lugar -
oh por Dios, que maravilloso y extraño recuerdo el de su
aparición-.
Cosechando mis sonrisas trabajó en los siguientes dos años
desde aquella primera vez en que la vi. Si necesitaba algo, ella
estaba ahí para ayudarme; si tenía un problema, ella ponía todo su
esfuerzo para solucionarlo; si me sentía triste, nostálgico o melan-
cólico, ella siempre aparecía para consolarme, levantando mi áni-
mo y si hacía falta, también mi estima -como verán, ella y siempre
ella era mi salvación-.
Pero hubo un hecho que cambiaría rotundamente esta historia -y
les recuerdo que no es una historia de esas que tienen un final feliz-
. Un día me miró tan de cerca a los ojos, que se metió dentro de
mi mente y de mi alma, modificando cada patrón que encontró en
su recorrido; tomó mi angustia y la convirtió mágicamente, de un
segundo a otro en felicidad -que grandioso sentimiento se aferró a
mi ser ese momento; creo que estaba sintiendo eso que todos
llaman amor-. Y ese, fue el punto de partida para nuestro fin.
De a poco todo lo bueno y lo malo que ella hacía me afectaba
un poco más; de momentos era mucho más feliz, pero en contra-
posición, había momentos en los que empezaron a molestarme, y
peor aún, a herirme ciertas actitudes que antes no lo hacían.

41
-Que patético fui, no pude calmar mi orgullo combinado con mi
deseo de que ella solo me sonría a mí, a mí y a nadie más-.
Iniciaron entonces las peleas, los desencuentros... las desilusio-
nes. Con intentos de darle paz a la guerra que nuestros egos se
habían declarado, buscamos sonreírnos falsamente, una y otra vez,
para que la grandeza de la unión que nos mantenía acercados, no
se desintegre por completo -supongo, ahora que tengo más fríos
los pensamientos y más afinada la visión, que alejarnos temporal-
mente en ese instante nos hubiese salvado-.
En poco tiempo, sobreviviendo de esta absurda manera, la feli-
cidad fue perdiendo peso en la balanza de nuestro amor, elevando
así la tristeza y el sufrimiento. Dejamos de disfrutarlo, al sentirnos
atados en vez de unidos. Íbamos cuesta abajo, hacia el vacío...no
teníamos escapatoria.-Fue en ese entonces, que preferí perderla,
antes que el amor se convierta en odio. Todavía me pregunto si
fue lo correcto-.
Le dije adiós con apatía en mi rostro, pero con angustia en mi
corazón y lágrimas en mi alma. Decidí no volver a hablar de ella y
me propuse olvidarla; pero, desde aquellos días, su recuerdo se
hizo alimento para mi caos más profundos y su imagen en mi
cabeza, atentó contra la salud de mis propios razonamientos; los
sentimientos que guardaba por ella dentro de mi corazón comen-
zaron a alterarse, generando en su hábitat heridas desgarradoras,
las cuales, nunca pude sanar.-Cuántas noches me han atormentado
sus recuerdos, cuánta tristeza y nostalgia tengo desde que no la he
vuelto a ver-.
¿Y qué puedo hacer ahora? -tal vez deba ir a buscarla- ¿En qué
situación se encontrará? -quizá ya esté con alguien más- ¿Cómo
puedo calmar esta horrorosa pena? -... ... ...- Tal vez...tal vez deba
abandonar. Podría ser esta la hora de frenar...de frenar y tomar un
nuevo camino.

42
CUANDO LA CULPA TE SENTENCIA

“El espectro de tu sonrisa fue un recuerdo que no pude tolerar;


me fue acobardando la conciencia cada mañana y se encargó de
torturar mi perturbada razón cada noche. Hice lo posible por
escapar del eco maldito de tus palabras acompañadas de la dulce
armonía de tu voz, pero por más intentos que hice, el resultado
siempre fue negativo. Y cuando lograba calmar el desgarrador
peso de estos dos recuerdos, aparecía el de tu pura mirada, con
tus brillantes ojos repletos de luz y esperanza contemplándome.
Quise quemar tus recuerdos, pero ellos vivían en el infierno de
mi cabeza alimentándose del fuego de mi culpa y mi dolor.
Entonces busqué llevarte al olvido, pero cada día te encontraba
más grabada en mi pena y en mi locura.
Como última opción intenté recordarte, a ti y a tu amor, a ti y a
tu belleza, a ti y a tu perfección; pero eso terminó de consumir mi
cordura y mi felicidad.
Hoy ha pasado mucho tiempo y ya no tengo fuerzas, ganas, ni
esperanzas de seguir viviendo con tu fantasma, con tu sombra.
Supongo que es lo que merecía por haberte quitado la oportuni-
dad de irte, de ser libre y feliz; nunca tuve intención de acabar
contigo, pero fui esclavo de mis impulsos y me arrepentí cada
segundo desde ese momento hasta hoy. Ahora estoy seguro de
esto, haré justicia en tu nombre, espero tener el placer y la
oportunidad de verte, abrazarte y pedirte perdón.”
Esta carta, manchada de sangre, fue encontrada bajo el cuerpo
del señor Hernández. Las pericias indicaron que la causa de su
muerte fue la ingestión de un veneno mortal; definitivamente,
analizando el caso, se determinó que el hecho fue un suicidio.
Aparentemente, el señor Hernández nunca pudo soportar el
dolor de la muerte de su mujer que también se había quitado la
vida en mano propia un año atrás. La cuestión que nunca pudo
ser resuelta es ¿Cuál fue el motivo de la culpa que azotó a este
señor, como para que la historia terminé de este modo?.

43
SIN INSPIRACION NO HAY VIDA

Con eslabones hechos a base de sus recuerdos, mi alma quedó


encadenada al pasado, y mi corazón, que aún se mantenía en su
ritmo, pasó el resto de sus días encarcelado entre rejas de nostalgia
y desolación.
Mi seguridad se vio radicalmente alterada, más bien disminuida,
con cada fallo que prosiguió al día en que le vi partir, o mejor di-
cho, al último día en que tuve la gratitud de verle y abrazarle.
Mis sueños se distorsionaron gravemente al principio, y luego, se
esfumaron sin dejar una mínima huella de su existencia, ni una mí-
nima esperanza de su regreso.
Mi mente se aferró a la poca cordura que en ella sobrevivía,
pero eso, no fue sostenible en el tiempo. Sin su apoyo mis males
no se calmaban y mis bondades no tenían efecto ni importancia;
sin su presencia mi pasado era inerte, mi presente era vacío y mi
futuro era nulo.
Mi cuerpo fue envejeciendo con una facilidad inexplicable y mi
destreza, tanto física como intelectual, siguió un camino altamente
atrofiante. Supongo que esto se debió a las pocas sonrisas que mi
boca se atrevió a disfrutar en la soledad que me azotaba y a la in-
numerable infinidad de lágrimas que mis ojos se vieron obligados
a liberar para no estallar.
Ni siquiera quise, ni mucho menos intenté escapar de este desti-
no. Fui feliz y sufrí, viví y morí, volé tan alto como un ave en la
plenitud de su libertad y luego caí tan bajo, que aquí me encuentro
sin poderme levantar.
No creo que exista un mañana, ni un ayer. Dudo mucho que
exista siquiera un hoy, un ahora; ella era de mi ser la mejor parte y
cuando se fue, se la llevó junto a su alma. La parte que yo conser-
vaba perdió su esencia y finalizó indudablemente su existencia.
Hoy solo soy un cuerpo que escribe sus memorias en un trozo
de papel desgastado, esperando con toda ansia, el día en que la
vida o la muerte me vuelvan a poner a su lado.

44
EN UN SIMPLE MOMENTO

Aquella turbia noche, la nostalgia y la melancolía provocaron en


él un vacío tal, que a pesar de todo intento, más allá de cada vano
esfuerzo, ya no volvió a ser el mismo; no volvió a sentir, ni a son-
reír, ni siquiera a querer como lo había hecho hasta ese momento.
Bastó solo una noche de inmenso y profundo dolor para acabar
con todo vestigio de felicidad que quedaba en su ser. Fue
increíble ver como un solo hecho lo hundió y lo dejó anclado en
las calamidades de la tortuosidad.
Perderlo todo en un segundo resulta algo utópico, utópico has-
ta que sucede y se vuelve real. Uno puede volar tan alto una ma-
ñana y desvanecerse consumiendo sus alas en la próxima noche.
Es importante valorar las cosas mientras se mantienen con vida
en nuestro camino.
Cierra los ojos y piensa en todo aquello que no soportarías per-
der. Ahora ábrelos procurando poner toda tu energía en disfrutar
esas cosas, y en regalarles a esas personas alimento de tu propia
felicidad.

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CUESTION DE PERSPECTIVAS

“Tan solo es la perspectiva lo que determina el punto final.”


Tengo bien claro en base a experiencias propias y observadas
que decir "se terminó" representa realmente un suspenso, más que
un fin; que decir "hasta nunca" no expresa mucho más que un
“hasta pronto”; y que un “Nunca más”, significa algo como “hasta
que me olvide y lo repita.”
Alejarse de alguien que te daña o te desilusiona es tan necesario
que se vuelve inconscientemente, una especie de ley natural o, más
bien, una ley de vida.
Digamos que el tema se complica aún un poco más, cuando se
quiere demarcar el final de algo que jamás tuvo un principio.
Caminar sobre una línea delgada y de dudosa existencia no es, tal
vez, peligroso en sí, pero una vez que te caes o te bajas, se vuelve
prácticamente imposible volver a subir.
Perdonar y reincidir se escriben con tintas distintas, el calibre de
las acusaciones (en su mayoría absurdas), posteriores al conflicto
causa de separación, dependerá del grado de culpa de quien pasa a
ser ahora la víctima.
Volviendo al tema del fin, haré alusión a una frase tan conocida,
que como tantas otras se hizo una especie de costumbre utilizarla:
"Mientras hay vida, hay esperanza"; y es cierto, aunque en la
mayoría de los casos, se pierden las ganas, antes que la esperanza.
Hay cosas que, hagamos lo que hagamos, terminarán ocurrien-
do porque son inevitables; pero la manera de reaccionar ante ellas,
puede que sea tu elección, y te aseguro que marcará la diferencia
entre la victoria o los fracasos de tus próximos pasos.
Sufrir y ser feliz parecen ser opciones, pero opciones del in-
consciente. Poco puede hacer la razón, ante el peso demoledor de
las desilusiones, y por otro lado, poco puede evitar que se oculte
una sonrisa cuando el sentimiento involuntario del amor, genera
una sensación gratificante en cada sector de nuestra sustancia, esto
es, tanto en cuerpo como en alma.

46
Retomando el tema en cuestión y para concluir, me queda decir
simplemente que "perspectiva" no hace una entera alusión a
“relativismo", pero está claro que cada mente tiene raíces diferen-
tes, se riega con aguas distintas y por ende, no hay dos que se
desarrollen de la misma manera. Cada ente pensante o racional
tendrá en consecuencia, una manera de ver y entender el final,
por lo tanto, reaccionará de manera diferente a él.
TODO ES RELATIVO, TODO ES CUESTIÓN DE
PERSPECTIVAS EN ESTA VIDA. NO ES MI INTENCIÓN
DEFINIR ESTO COMO LA VERDAD, POR EL
CONTRARIO, ESTE MENSAJE RADICA EN MI SIMPLE
PARECER DE DICHA REALIDAD.

47
PLENO REENCUENTRO

Tanta tensión, tantos nervios, tanta espera acumulada parecía


elevarse a su máxima expresión, en esos segundos previos a su
reencuentro. Todo el tiempo consumido en la distancia, tan lejos
del olvido pero tan cerca de la desesperanza, parecía aumentar las
ansias, potenciar la emoción.
Nada quedaba ya que planear o pensar, ninguna uña de las ma-
nos restaba por ser masticada, no había tiempo para relajarse,
simplemente, el momento había llegado.
Cuando él volvió a verla sintió felicidad, felicidad pura, felicidad
plena, felicidad como pocas veces había sentido antes en su vida.
Los esquemas de su saludo verbal algo tímido, simulando frialdad
fueron quebrados por un cálido abrazo, que expresaba tanto como
no podía decirse en ese momento. Una mirada cuasi vergonzosa,
acompañada por una inmensa sonrisa en cada uno de sus rostros,
terminó de llenar ese vacío que se habían dejado, uno a otro, des-
pués de todo, todo lo bueno y lo malo que soportaron juntos, pe-
ro a la vez, a la distancia.
Con cada mirada que cruzaban, sus almas se abrazaban y con
cada palabra, sus corazones se regalaban una caricia.
Fue sin dudas un momento único para ambos, uno que de he-
cho, jamás olvidarán. Fue tan placentero su reencuentro, que pare-
cieron haber hecho valer cada segundo que los mantuvo alejados.
Podría dar alusiones acertadas, a todo el sentimiento que se irra-
diaba en ese momento, pero nunca podría definir con exactitud, la
sonrisa que quedó grabada en su mente, en su corazón, y por
sobre todo en el sector más necesitado de su alma, después de ese
magnífico momento repleto de magia.

48
CARTA DE NAUFRAGIO

En un trozo de papel arrugado, maltratado por el tiempo se


encontraba un relato que decía:
"¿Alguna vez sentiste que el cielo se te cae en el medio de la cabe-
za?, ¿que estás cayendo por el vacío más profundo y que nadie te
arroja una soga?, ¿Nunca sentiste ser el preso de un sentimiento
que limita tu visión y te apaga la mirada?
Sentir que todo lo que hiciste con tanto esfuerzo, con tanta de-
dicación, y en donde dejaste una parte de tu ser se pierde, es algo
difícil de asimilar. La pena melancólica te consume, sobre todo,
cuando con mentiras intentan dibujarte un cuadro que ha sido
manchado con tinta indeleble; cuando esa persona intenta sacarte
la aguja, que ella misma ha clavado, e intenta aliviar el dolor que
ella misma te ha provocado... ¿Alguien conoce ese sentimiento?
Cuando uno pone un parte de sí mismo, una y otra vez, sin im-
portarle las consecuencias, aun sabiendo que el resultado siempre
va a ser igual, que las cosas no van a cambiar, empieza a jugar una
carrera contra el delirio, contra la desesperanza, contra la agonía,
y ¿saben qué?, pocas veces sale triunfador.
PERO NO SE PREOCUPEN, les comunico este mensaje, por-
que yo no me he rendido. Estoy seguro que algún día este perga-
mino llegará a manos de alguien que lo necesite, a manos de
alguien que no vea luz en su camino, como yo no la veo ahora en
el mío. A esa persona le digo, que encuentre una razón para seguir
luchando, PUES SIEMPRE LA HAY; que busque algo en lo que
creer y de a poco el cielo, comenzará a abrirse ante sus pies; las
alternativas se multiplicarán, las esperanzas renacerán como el
fénix y dando el paso correcto, en el lugar indicado, volverá a
retomar el camino de sus sueños.
NUNCA ES DEMASIADO TARDE, NUNCA NADA ESTÁ
PERDIDO. SIEMPRE SE PUEDE SALIR ADELANTE,
¡SIEMPRE SE PUEDE!

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EL DIA EN QUE VUELVA A VERTE

No puedo dejar de pensar e imaginar ni un mísero segundo, cuá-


les serán mis posibles reacciones, ese día que tenga el placer, o
quizá la desgracia, de volver a verte.
Comenzamos como extraños que transitaban caminos opuestos,
nos conocimos, nos conectamos, torcimos nuestro camino y lo
unimos...lo disfrutamos, tuvimos conflictos, desconectamos de a
poco la unión, el destino se encargó de enderezar cada camino...
nos separamos.
Terminaremos como empezamos, como dos extraños, lo sé,
pero aún no terminamos.
Hace ya tiempo que no proclamo tu nombre, ni siquiera en
silencio, aunque mi perpetua soledad te reclama a gritos. Te regalé
un lugar en mi memoria y otro lugar en mi olvido; sé que aún no
estas completamente en ninguno, porque no te recuerdo a diario y
estoy consciente, de que no te he olvidado.
Tal vez tu esencia amenace con regresar y quedarse, o puede que
decida ya no retroceder, ni mirar atrás nunca más; tal vez mi cora-
zón te siga esperando, o tal vez, este rece cada noche con deste-
rrarte de su interior.
Es en vano, supongo, saber qué esperas tú y qué deseo yo; saber
que necesita tu corazón y que busca mi alma. De todas formas, la
daga del destino ya mostró su filo y amenaza con cortar las pocas
esperanzas de volver a ser lo que nunca fue.
Puede que sea cierto, que el destino sea modificado o alterado
en cierto grado y ciertos aspectos, pero el cambio rotundo es
inviable, y al final siempre es él, el que predomina y termina
ganando esta masacre.
El día que vuelva a verte...quizá sea simplemente, un día más.

50
PROLOGO DE REFLEXION
ANTE TU AUSENCIA Y LA MIA

No puedo definir con precisión, lo importante que es tu sonrisa


en mi vida, ni tengo certeza para darle un valor, a la calma que me
entregaban tus abrazos; no estoy en condiciones de afirmar si te
extraño o te necesito, porque a pesar de cualquier cosa, permane-
ces en el mismo sector de mi corazón, en ese sitio que te corres-
ponde por derecho y del cual, nunca voy a sacarte, nunca, aunque
no vuelva a encontrarte.
Intento imaginar qué hubiese sido de mí, si no te hubieses apa-
recido en mi vida, si no me hubieses escuchado, ni aconsejado; si
no me hubieses ayudado, ni acompañado; si no me hubieses guia-
do a ser feliz... y no encuentro nada.
Me sobran los motivos para darte las gracias, y sin embargo,
hoy me siento un cobarde que escapa de los ecos del pasado.
No necesito, ni espero que me entiendas, aunque tengo claro
que lo haces, porque fuiste siempre el fiel reflejo de mi alma y el
contrapunto de mi ser. Es todo tan inexplicable, ciertamente in-
comprensible, que ha logrado descentrar mi paz y posiblemente
también mi razón.
Decir que te quiero y demostrarte lo importante que resulta
tenerte, aunque sea tenuemente en mi vida, es algo que está de
más, pero son cosas que jamás serán olvidadas.
Supongo que volveré a verte y volveremos a hablar, algún día...
en algún lugar... o por lo menos, eso es lo que anhelo. Hasta en-
tonces, evito pensarte en demasía para controlar los impulsos de
mi fría desesperación.
No me culpes, esto es necesario para mí; no puedo pedirte
perdón, porque no siento haber hecho nada malo, pero espero,
con cada efímera gota de mi positividad que aún se mantiene con
vida, que estés sonriendo y que estés siendo feliz; pues mi ausen-
cia, no merece ni una ráfaga de dolor, de tristeza, ni mucho me-
nos de melancolía.

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EL HEROE RESIGNADO

La historia comenzó algunos años atrás en el muelle de Silence


Harbor, cuando ELLA, en un intento repentino de sacarse la vida,
se arrojó a las aguas congeladas del Lago Del Cid. Por suerte ÉL,
que visitaba el lugar con suma frecuencia, saltó tras ella y la resca-
tó de una muerte suicida y agonizante. Luego de asegurarse de que
ELLA estaba bien, le preguntó qué hecho había sido tan catastró-
fico como para llevarla a tomar esa decisión; ELLA le respondió:
“se acaba de ir el amor de mi vida”. ÉL, sorprendido, la abraza y
le dice: “créeme que sé lo que sientes porque me tocó vivir la
misma extraña e indeseable situación y lamentablemente nadie
vino a apoyarme en ese momento; nadie creía en ella y en el amor
que me ofrecía, pero aún sigo en pie por el amor que le tuve y le
sigo teniendo. ELLA derramando lágrimas le pregunta: “¿y cómo
pudiste aguantar?”. “es sencillo” responde ÉL, “yo sí creo en ella y
NO PUEDEN MATAR LO QUE ME HACE SENTIR VIVO.
Yo sé que te será difícil continuar, no te voy a mentir, te espera un
duro camino; pero si sientes que UNA PARTE DE TI SE FUE
CON ÉL, RECUERDA QUE UNA PARTE SUYA SIEMPRE
ESTARÁ CONTIGO y te acompañará en cada paso su recuer-
do... Pues de ti depende mantenerlo vivo. Dicen que alguien mue-
re cuando ya no queda nadie que lo recuerde.”
En ese momento, la chica expresa una sonrisa vacía pero llena de
esperanzas y lo abraza diciéndole al oído: “Gracias, te debo 2
vidas” y luego se marcha.
Hoy que han pasado 4 años, la vida los vuelve a cruzar en el
mismo lugar. Entonces ÉL la mira y le dice: “¿cómo has estado
todo este tiempo?” ELLA con euforia responde: “Acabo de
entender por qué vienes todas las tardes a este lugar...DEBES
DEJARLA IR. ELLA SABE QUE NUNCA LA DEJARÁS DE
AMAR, PERO DEBE ESTAR DESEANDO QUE VIVAS Y
SEAS FELIZ. Como bien me has dicho, déjala vivir en tus
recuerdos y en tu corazón, ella es parte de ti ahora, no pretendas
estar a su lado, deja que ella esté junto a ti.” Dejando caer una

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lágrima y casi quebrando su voz ÉL se marcha caminando lenta-
mente y al pasar cerca de ELLA, la mira y le dice: “Tienes razón,
a veces es más fácil comunicar un mensaje que aplicarlo; prometo
salir adelante.” luego, agacha la cabeza por un mínimo instante,
seguidamente levanta la frente y desaparece, esfumándose en el
horizonte.

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LO MAS SIMPLE SE HACE
DIFICIL DE EXPRESAR

Esa tarde se sentó en su escritorio, con el objeto de encontrarle


una definición a la felicidad, al amor, y se propuso encontrar la
relación que existía entre ambos conceptos.
Lo primero que logró expresar individualmente, fue que el amor
en su mayor expresión era eterno, y que solo muy pocos seres
realmente llegaban a conocerlo; en cuanto a la felicidad, comenzó
diciendo que era todo lo contrario a lo eterno, que solo realmente
se daba por momentos, que era imposible mantenerla toda la vida.
En cuanto a la primer relación entre ambos, por el momento se
limitó a escribir que ambas eran relativas, dependiendo de quién
las sienta, y remarcó la siguiente frase: “la felicidad no hace al
amor, ni el amor a la felicidad, aunque éste es una de sus causas
más importantes.”
Satisfecho con su primer intento de definición, decidió descansar.
Esa misma noche, leyendo lo que había escrito y reflexionando
un poco, pudo agregar: “tanto la felicidad como el amor, suelen
ser confundidos y a la vez, suelen confundir a las personas. Amor,
no es exactamente afecto o cariño, salvo que sea la expresión más
elevada de estos aspectos; amor no es enamoramiento, ni mucho
menos deseo; amor nada tiene que ver con el sexo, está muy aleja-
do de la admiración y del fanatismo; el amor no se puede compa-
rar, ni posiblemente, se pueda definir en sí mismo, solo se puede
sentir y tratar de expresar en palabras ese sentimiento.
En cuanto a la felicidad, podemos decir que no es simpatía, ale-
gría, ni euforia; no está estrictamente ligada a las sonrisas, porque
también puede expresarse con lágrimas; la felicidad no puede ge-
nerarse más que en el interior de cada ser, no puede obtenerse de
afuera, aunque sí, influenciarse y motivarse con factores externos.
La felicidad podría ser un intento vano de estilo de vida, mientras
que el amor camina sobre los límites del sentimiento, transitando
sobre el plano de la mentalidad.
Ambos pueden ganar batallas, guerras, e incluso construir y

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reparar lo imposible; pero ambos también, al perderse en el olvi-
do, pueden devastar cualquier alma en equilibrio y ocasionar la
destrucción de cualquier ser. La felicidad pareciera ser un fin,
mientras que el amor, un largo camino.”
Agotado ya de pensar, y confundido a estas alturas con sus
propios conceptos, decidió acabar por el momento, aunque sabía
que le faltaba para alcanzar el punto final.
Se despertó al otro día con una sensación extraña, era como si
hubiese soñado toda la noche con estos dos aspectos de la vida.
Se sentó en su escritorio y escribió: “científicamente, se hace casi
imposible definir amor y felicidad. Me animaría a decir que tal vez
no existen frases, ni textos, ni siquiera libros, que sean capaces de
darle un sentido universal a estas palabras.”
Se pasó todo el día leyendo su texto, y con cada pasada, todo
iba perdiendo sentido. Pasaron horas, días, incluso semanas, y no
encontraba como continuar con su trabajo; entonces, se le
ocurrió una idea: buscó en su memoria el recuerdo más feliz y el
recuerdo más amoroso que había vivido. Creía que así podría
expresarse mejor, pero solo pudo escribir una cosa: "PLENITUD
EXISTENCIAL". Y eso bastó para llenar el vacío que sembraba
su duda.

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EL MISTERIO DE SU MIRADA

Aún sigo buscando ese cruel misterio, que guardaba celosamente


su mirada; ese misterio que, silenciosamente, se fue adueñando de
mi ánimo, de mi ilusión y por sobre todo de mi alegría; alegría que
fue mostrando presencia a través de mis sonrisas; sonrisas que to-
maban potencial, de la luz que emitían sus ojos cuando se mante-
nían en dirección hacia mi persona.
Pongo todo el empeño de mi agotada mente, tratando de encon-
trar una explicación lógica, una respuesta razonable, que me diera
a entender la razón, de que todo mi corazón se activara, toda mi
alma se fortaleciera y todo mi ser se reconfortara, cada vez que ella
me miraba... pero no encuentro nada.
Quizá sus ojos eran mis hechiceros, tal vez su mirada era mi
reina. La cuestión es que algo había en ella y en su mágica forma
de mirar, que ablandaba cada sector endurecido y animaba cada
segmento entristecido de mí.
Logró darle vida a la parte de mis emociones que creía muerta y
generó en mi interior extraños pero gozantes sentimientos que
nunca había llegado a conocer.
No podía haber logrado tanto, tan solo con mirarme, estaba se-
guro que algo escondían, que algo tramaban esos dulces y bellos
ojos; algo que se cubría de misterio y ameritaba al olvido; algo que
parecía tan simple de sentir, pero que era a su vez imposible expre-
sar; algo que ella, solo ella y nadie más podía reflejar en mi alma.
Hace tiempo que vivo apresado, atrapado dentro de este com-
plejo rompecabezas que me quita el sueño por las noches, pero me
hace soñar despierto.
Tal vez sea hora de rendirme y arrodillarme ante la luz que me
encandila, quizá sea hora de dejar de buscar y preguntar, para
empezar a disfrutar. Soy feliz así, siendo el partícipe de su pano-
rama visual, siendo extrañamente el objeto escogido para ser
contemplado por su mirada.

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SU SONRISA

De todos los placeres que la vida me había permitido disfrutar,


verla sonreír era el que más me llenaba el alma y hacía sentir más
plena a mi serenidad. Un haz brillante, intangible de luz, atravesa-
ba mi ser con decisión y fortaleza cuando ella mostraba su indefi-
nible e incomparable sonrisa, acompañada con una fina mueca
repleta de perfección.
Qué era lo que tenía particularmente ella, que lograba cautivar-
me, no podría explicarlo, pero nunca pude, ni quise apartar mi
vista de su rostro peculiar, más específicamente de la magnificen-
cia de su sonrisa.
Al sonreír, sus ojos brillaban y ganaban niveles de ternura; al
sonreír, su aura tomaba un tono multicolor sacándole mérito y
esplendor al mismo arcoíris; al sonreír, todo a su alrededor perdía
foco para mí, y hasta los rayos de sol parecían desteñirse si no se
topaban con el fugaz reflejo de sus blancos dientes, tan blancos
que hasta las alas de los ángeles pasaban desapercibidos a su lado.
Dicen que el corazón de una persona, puede descubrirse a tra-
vés de sus ojos y su mirada...pues, yo estoy en condiciones de
afirmar, que cuando ella le daba lugar a su ya tan mencionada,
pero no por eso, menos única y especial sonrisa, su alma se
escapaba de las profundidades de su ser y se desnudaba ante mi
persona, llenando mis ojos de una magia alejada de bastones y
galeras, otorgándole a mi corazón, una sensación que jamás
podré plasmar con palabras.

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EN EL CENTRO DE LOS POLOS

“Supongo que no soy ni positivo, ni negativo. Mientras unos ven


el vaso medio lleno y otros, lo ven medio vacío, yo veo simple-
mente un vaso con agua, aproximadamente, hasta la mitad de su
contenido total; supongo que eso me vuelve realista.
Si me ven más amargado que feliz, es entonces porque el mun-
do, o mejor dicho, quienes lo habitan, cada día se tornan más
hipócritas, más soberbios, menos solidarios, menos honestos.
Cada día menos personas se animan a quebrar su realidad, cum-
pliendo sus sueños; con cada paso, los envuelve un poco más la
monotonía, y lo malo de esta, es que viene acompañada con des-
gano, desolación, con ira y con odio.
Vivimos sobre el plano real porque somos una sociedad. Vivir
completamente en sueños es una utopía, pero no animarse a cum-
plir alguno de ellos, es una deshonra a nuestra propia naturaleza.
Si mis palabras pesan y duelen, es solo porque aprendí, con
fallos y caídas, a ser objetivo, a ver las situaciones como son
realmente; pero no se preocupen, no me resigno a soñar, tan solo
lo hago en silencio, y quiero dejar claro que cuando haya una me-
jor realidad, seré realistamente positivo. Mientras tanto, me reser-
vo los derechos de reírme y llorar únicamente para quién me
entiende. El resto, puede ver mi capullo en paz, pues de lo que
digan de él, poco llegará a afectarme y escasa atención le regalaré.
Supongo que no soy positivo ni negativo, sino, como todos, soy
la combinación de ambos polos, de ambos extremos. La vida está
pintada en escala de grises y quienes la vivimos, aunque con mayor
o menor luz, transitamos indiscutible e irremediablemente sobre
esa franja.”

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AQUEL POBRE HOMBRE

"Profanaste mis sentimientos más nobles y profundos, deste-


rraste de mi alma cada gota de amor y odio, suprimiste en mi me-
moria cada buen y mal episodio, también sacaste de eje con un
gran golpe a todo mi mundo...
Revocaste mis esperanzas con algunas capas de promesas, va-
ciaste mis ilusiones en baldes de apatía, absorbiste con tus son-
risas el resto de mi energía, y endureciste mi corazón con sumo
estilo y delicadeza...
Te llevaste todo lo malo y todo lo bueno de mi esencia, dese-
chaste mis alegrías junto a mis penas y mis tristezas, hundiste el
buque de mis defectos y la canoa de mis bellezas, borraste todas
las huellas que demarcaban mi presencia...
Me vaciaste por completo y me llenaste de vacío, luego desapa-
reciste dejando sin conciencia a mi cabeza, sin brillo a mi alma y
sin emociones a mi corazón. Te di todo y cuando te fuiste, todo lo
perdí; supongo que ese fue mi gran error, esa fue mi perdición."
Estas eran las palabras que recitaba aquel pobre hombre, cuan-
do tuve el placer de conocerlo. Digo que fue un placer, porque
marcó en mi vida una enseñanza fundamental y lo trato de pobre,
porque realmente poco expresaba al hablar, es más, me animo a
decir que pocos notaban su existencia; su cuerpo era visible, pero
tan débil era la energía que irradiaba, que aparentaba dejar de ser
tras cada segundo que transcurría.
Quiero dejar sentencia escrita de esto, para que nadie más pier-
da su vida entregando su plenitud por completo a otra persona.
Ni siquiera el amor merece tal sacrificio, pues al fin y al cabo, este
no lo necesita.

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UNA MIRADA SUBJETIVA

“Nadie confiaba en él, pero eso no hizo que se rindiera; camina-


ba solo, pero eso no lo detuvo; combatió siempre sus miedos;
luchó siempre por sus sueños; eligió el camino y no dudó en
recorrerlo hasta el final.
Dejó muchas cosas atrás, pero obtuvo muchas más; peleó y se
quedó sin fuerzas, pero siempre se volvió a levantar...sufrió, fue feliz,
perdió lágrimas y ganó sonrisas...murió, pero sí que supo vivir.”
Este texto yace escrito en la lápida que permanece sobre el pie
de su tumba, pero yo les voy a contar quién fue y cómo vivió
realmente...
Es cierto que pocos confiaban en él, basó su vida en mentiras y
engaños, nunca tuvo las agallas para decir la verdad y aceptar la
realidad. Caminaba solo el camino de la vida, porque usó a cada
persona que intentó acercarse; no sé sinceramente, si realmente no
sabía querer, o bien, si era algo que hacía por placer.
Sus miedos fueron, posiblemente, quienes lo llevaron a quedarse
vacío; y es cierto que cumplió sueños, pero puedo asegurar, que
fueron sueños que él nunca soñó. Eligió el camino más corto y
más fácil; tuvo la honra de recorrerlo, pero jamás encontró en su
alma, el coraje para tomar un camino mejor. Dejó muchas cosas
atrás, las mejores cosas, las que le hubiesen dado felicidad. Lo
único que obtuvo fueron enemigos, sentimientos de odio y resen-
timiento que nunca pudo siquiera expresar; peleó las batallas que
le convenían y huyó de las que le correspondían. Sufrió más de lo
que sonrió y su felicidad siempre fue la máscara perfecta para es-
conder la miseria que yacía en su interior.
No es mi intención manchar su nombre y ensuciar su recuerdo,
pues esas son cosas que él hizo por su propia cuenta.
“No sé quién pudo ser tan hipócrita de escribir esta lápida y
colocarla sobre mi tumba, porque estoy mucho más que seguro
que no la merezco.”

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UNA VALIENTE DECISION

Sofocado por los celos sin sentido que su novia le demostraba


cada vez que no estaba a su lado, aunque él ocupara ese tiempo
trabajando o estudiando, un día decidió ponerle fin a su relación.
Lo último que él quería, era que ella sufra, porque realmente la
amaba, pero su paciencia ya había sido colmada de reclamos sin
razón, acompañados de insultos impulsivos que, dejaban siempre,
heridas abiertas en la paz del alma y en la calma de la mente.
Entonces, esperó ese momento en que estuviesen bien, para
evitar que cualquier impulso de enojo actúe en su decisión, la
tomó de la mano y mirando directo al centro de sus ojos le dijo:
"te amo, por eso quiero que terminemos, antes de que las sonrisas
se vuelvan lágrimas y la felicidad se torne tristeza, antes de que el
amor se convierta en odio y nuestra presencia en vacío."
Ella no dijo nada, y su rostro no demarcó ningún gesto en par-
ticular, simplemente se quedó ahí, parada frente a él, observándo-
lo con apatía, con indiferencia; era como si su cuerpo y su alma se
hubiesen paralizado en ese preciso momento. Y así se quedó,
prácticamente sin reacción, hasta que él decidió marcharse.

Podés encontrar más material acá: www.marianoscavo.com


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.marianoscavo

61
UNA MAS

Hice más por ti, de lo que jamás había llegado a hacer por nadie,
y llegué a quererte tanto, que hasta pude decir que te amaba. Te
regalé hasta lo que no tenía y te ofrecí todo lo mejor de mi perso-
na, lo mejor que me quedaba. Dejé de lado tantas cosas y me alejé
de tantas personas para que te sientas cómoda, que hoy que te
fuiste me he quedado solo, solo y sin nada.
Supongo que todo lo que hice fue en vano, que debí seguir tra-
tándote con indiferencia, o quizá, con un poco de desprecio para
que te quedes cerca. Debe ser una ley natural, pelear por causas
complicadas o imposibles ante la fragilidad del pensamiento, y lue-
go, cuando se consigue el objeto de deseo, ceder ante el esfuerzo
dándole paso al desinterés, parece ser la elección por excelencia.
Maldito sea el día en que te di la confianza, para que entiendas
que eras mi única dueña, ya que mi alma era tuya, tuya y de nadie
más; maldigo ese día, porque fue el primer paso generador de ol-
vido en tu cabeza y desencanto en tu corazón; fue el primer paso
para darte la posibilidad de que me arruines la vida, asesinando
cada uno de mis deseos y sueños, para que me destierres de la luz
de tus ojos, en donde hasta ese momento, habitaba plácidamente
aunque no te lo demostrara. Maldito sea ese día, porque la desgra-
cia que trajo a mi vida será difícil de equiparar.
Pero a ti...no tengo nada que decirte. Te creí simplemente algo
diferente, aunque resultaste ser una persona más, como tantas
otras sobran sobre la faz de esta Tierra, que te vaya bien, te deseo
lo mejor.

62
RESPUESTAS DE UN POETA ENAMORADO

Me pidieron que describa cómo sería el paraíso para mí, enton-


ces, los mandé a buscar en los pozos celestiales que hay en el
interior de tus ojos; les dije que no podían dejar de contemplar
antes, las perfectas muecas que demarcaban tu milagrosa sonrisa y
que previo a su regreso, no se pierdan el placer de poder escuchar
los compases armoniosos de tu dulce voz angelical.
Me pidieron describir, en propias palabras y con mayor ampli-
tud, tales términos a los cuales me refería, pero poco tenía yo que
decir de ellos; si vivía ahogándome cada día en las fuentes de
inspiración que tu mirada única me ofrecía, y cada noche tus
labios sonrientes alimentaban todos mis sueños, invitándome a
ser feliz; si pasaba las horas en silencio, mientras tus susurros me
acariciaban el alma y le generaban armonía a mi vida.
Cómo podía describirles esas bendiciones, si no hay explicación
válida para lo perfecto, porque se vuelve inimaginablemente sub-
jetivo, meramente ilógico y posiblemente irreal.
Les dije que te encontraran para que puedan contemplar mi pa-
raíso con sus propios ojos, pero la realidad es que los mandé a
buscarte, para saber algo de ti y de tu nuevo presente, de tu nueva
vida...
Te necesito y extraño todo de ti, pero mi mayor deseo es que
estés donde estés, seas feliz; y hagas lo que hagas, no dejes de
luchar por tus sueños.
Este es el testimonio de un famoso enamorado. Su identidad
será reservada, pero sus palabras ahora son parte de este registro.

63
LO BUENO DE LA LOCURA

Lo bueno de la locura, es mirar hacia el cielo y en vez de nubes, lunas


ó estrellas, ver el infinito y su grandeza, notar sus maravillas, contemplar
sus secretos, y lo más grandioso, es poder sentirse parte de él.
Lo bueno de la locura, es la capacidad de tomar una gota de dolor,
analizarla, investigarla manipularla y convertirla en un litro de felici-
dad, es poder sacar luz de la oscuridad y nobleza de la maldad.
Lo bueno de la locura, es sobrepasar los límites del ingenio, yendo
siempre un poco más allá, creciendo cada día un poco más de inte-
lecto y luchando contra la normalidad de la ignorancia con cada
minuto que pasa.
Lo bueno de la locura, radica en la exageración que tu imaginación
reclama con cada impulso que llega al cerebro, transformando cada
pensamiento en sentimiento y haciendo arte a cada uno de éstos.
Lo bueno de la locura, es el placer de poder sentirte rey, aun sien-
do mendigo; de poder sentir que vuelas, aunque estés en el fondo de
un pozo; de saber que puedes lograrlo, por más que nadie confíe en
tus actos; de sentir que tu cabeza no te pone restricciones, sino, que
te genera oportunidades.
Al fin y al cabo, la locura no es más que un desvío de la normali-
dad mental que existe en la sociedad, lo importante es no desviarse
tanto, como para perderse y no poder regresar. La locura supone un
desorden interno, pues te ordena al universo y nadie nace mental-
mente preparado para eso. La locura te eleva y potencia tus cualida-
des, tus capacidades, tus habilidades...pero también potencia tu
soledad.
Ser loco es un don y como tal, te otorga beneficios y desventajas;
conlleva responsabilidad, pero mucha más libertad; promueve lo
mejor, pero también lo peor que tu cabeza puede llegar a crear.
La locura supone el traspaso del porcentaje del cerebro que la
media de la población nunca llega a utilizar, rompe el límite y como
tal, es difícil de controlar; por ende, es un privilegio que pocos, muy
pocos llegan a disfrutar sin arruinar su futuro.
Lo bueno de la locura, lo es solo, para quién aprenda a controlarla.

64
EL IMAN ANIMICO

Todos los problemas que ese año me habían acechado, dejaron


a mi calma colmada de impaciencia, a mi estabilidad desbordada
de locura, y a mis sonrisas repletas de lágrimas; mucho tiempo
deambulé como una sombra en busca de luz y de brillo, muchas
veces apelé a mi soledad, buscando en cada partícula de mi ser
una gota de esperanza, pero cuando ésta parecía desvanecerse en
mi inmensa agonía, traté de buscar apoyo en la sonrisa, en la mira-
da o en los brazos de alguien más. Busqué en aquellas personas a
las cuales había ayudado, aconsejado, o simplemente escuchado,
cuando mi mente estaba en plenas condiciones. Tal vez, eso era lo
único que necesitaba, sentir que no estaba solo cargando mis
penas... pero no hallé a nadie. Seguí buscando un tiempo, una y
otra vez, pero el resultado seguía siendo una fiel imagen del
primer intento; cuando miraba a mi alrededor no había nadie,
seguía solo.
Un día, cuando mi situación ya se tornaba tan patética como
irremontable, cuando el fondo estaba tan cerca que podía sentir
como me quebraba en él, cuando estaba a punto de perder mi
última gama de dignidad, ese día decidí que mi situación debía
cambiar.
Entonces, empecé a sonreír y a decirle a todo el mundo que
estaba bien y que era feliz; así, todos empezaron a sonreírme y
comenzaron a acercarse de nuevo. No pasó mucho tiempo para
que mi felicidad salga de mi imaginación y entre en mi realidad
una vez más. Fue entonces cuando entendí dos cosas, por un lado,
que cuando uno se propone algo lo logra, a pesar de que todo pa-
rezca estar en su contra, y por el otro, que la mayoría de la gente
es basura que disfruta de tus buenos momentos e ignora los
malos, huyendo con cobardía.

65
EN EL ULTIMO INSTANTE

Y de pronto, un gradiente de recuerdos azotó su memoria. Cada


instante de placer y de dolor, de alegría y de tristeza, se presenta-
ron ante su conciencia y comenzaron a perturbar su calma, col-
mando de ecos su armónico silencio.
Su primer y su último amor, sus peores dolencias, sus momen-
tos más plenos, sus más gloriosos logros y sus más tortuosos
fracasos; todo comenzó a revivirlo, como si esos hechos hubieran
retornado en su ciclo, desterrándose del olvido y habitando su
presente de nuevo.
La única diferencia que él encontró con su pasada realidad, fue
la velocidad con la que toda su vida transcurría de nuevo antes sus
ojos; en un momento, tuvo la certeza de que había vuelto a nacer,
pero pronto entendió, liberando una fría e irónica sonrisa, que
estaba en su lecho de muerte, a unos pocos segundos de morir.

66
QUE ESTAS ESPERANDO?

Y de repente, me di cuenta que mi vida estaba vacía, que no


tenía sueños por los que luchar, ni nadie a quién amar y cuidar,
que no había dejado nada en la historia, que simplemente…era
uno más.
Entonces, me propuse cambiar esta patética situación. Busqué
un trabajo, y lo encontré, empecé desde abajo, pero con tiempo y
esfuerzo fui creciendo; comencé a estudiar una carrera, fue duro,
tengo que aceptarlo, pero me dio muchos logros, hice muchas
amistades y hasta conocí allí alguien a quién amar; empecé a leer y
a escribir, y poco a poco fui mejorando. Al cabo de tres años ya
había publicado un libro; comencé a entrenar con un equipo de
básquetbol, puse lo mejor de mí, y junto al esmero de todo mi
equipo, salimos campeones al cabo de dos temporadas.
Y de pronto, le di otro vistazo a mi vida, y la encontré totalmen-
te distinta a como la había encontrado en un primer momento.
Entendí entonces que todo es posible y que bien o mal, uno
puede elegir qué hacer con su vida, cómo recorrer su camino y de
qué manera acomodarse en su destino.
Tan solo me queda preguntar, ¿Qué estas esperando?

67
POR ESE MALDITO SUCESO

Yo era feliz, mi sonrisa era mi emblema; no tenía mucho de que


quejarme, disfrutaba mi vida a pleno, vivía el día a día, tenía todo
lo que quería y luchaba por todo lo que anhelaba.
Todo marchaba muy bien, hasta que ese suceso tuvo lugar en mi
vida...
El dolor que ese hecho me generó fue de tal calibre, que me dio
inspiración para escribir centenares de historias, incluyendo poe-
sías, relatos y novelas; el vacío que quedó en mi alma fue tan
profundo, que han pasado ya varios años y aún no logro llenarlo;
la herida que marcó en mi corazón fue tan extensa, que hoy
conservo más tejido cicatrizado que sano; los recuerdos que me
quedaron son tan fríos, que por más que intento llevarlos al olvido,
se graban cada día un poco más en mi memoria. Mi aura dejó de
brillar, y en poco tiempo quedó oscurecida, mi ser se cansó de
luchar y mi mirada quedó vacía; el objeto por el que luchaba,
perdió el sentido y debí abandonar, cedieron todos los incentivos y
ya no pude avanzar; el presagio de mi final de pronto me comenzó
a torturar, y ya carente de esperanzas, dormí para no despertar.
Tortuoso fue mi último día, encontrando vacío en quién busqué
aliento; miserable mi momento final, donde unas pocas lágrimas
borraron de mi historia todas las sonrisas que en mi plena vida
había cosechado. Tan frío fue mi último adiós que aseguro, con
cada homogénea gota de la fe que tuve, quedará congelado en la
memoria de todo aquel que lo haya escuchado.
Patética tal vez haya sido mi partida, para quién haya contempla-
do con ojos mis penas, más tengo certeza de afirmar, que no existe
ser en la tierra que hubiese tenido la cordura, ni el valor, ni la for-
taleza, como para salir con vida en el alma de ese hecho que he
tenido la eterna desgracia de padecer.
Técnicamente, mi cuerpo sigue con vida, pues mi mente, aunque
opacada de la pesadez de estos oscuros pensamientos, sigue pen-
sando; y mi corazón, por más que tenga caos en sus raíces y esté
tan colmado de sufrimiento, que ya hasta ha perdido su ritmo,

68
sigue latiendo. Pero mi alma se ha marchado, o peor aún, se ha
desvanecido, y sé que ya no podré continuar respirando mucho
tiempo más. Considero esta, mi oportunidad para dejar un legado,
pero la verdad es que no recuerdo tener nada que pueda ceder.
Es tal mi pena, que cegó mi pasado y mi futuro; tan solo me
queda partir y sé que al soltar mi pluma caeré rendido ante este
mensaje, escrito, en esta hoja.
Supongo que ha llegado mi hora...

69
TU PLAN DE EMERGENCIA

Yo era tu plan de emergencia, ¿Lo recuerdas?, es una lástima que


también te haya fallado, ¿no crees?, tal vez deba sentirme culpable,
o quizá deba reírme, ¿Qué opinas?...
Sentado en las sombras más profundas y vacías te vi ser feliz,
con uno y con otro, pero jamás conmigo. Te sentiste respaldada,
¿No es cierto? Si al fin y al cabo yo estaba cuando alguien más te
abandonaba... claro, siempre estaba, siempre, hasta que me cansé
de mi absurda y patética situación. ¿Qué sientes ahora? Podría
afirmar que me odias, por haberte fallado una sola vez, olvidando
todas las veces que hice lo imposible por sacarte sonrisas, aun
estando yo carcomido de pena.
¿Qué quieres ahora? Sufrir sola no va a matarte, puede que hasta
te haga reflexionar; si yo sobreviví tanto tiempo, una dosis de eso
no va a afectarte en demasía.
¿Qué esperabas de mí? Era inevitable que esto suceda; te hubie-
ses preocupado un poco menos por ti, y un poco más por quién
siempre estuvo para cuidarte, levantarte y ayudarte a seguir.
No tengo mucho más que decir...me marcho. Ya no tengo si-
quiera ganas de volver a verte, me darías lástima y eso sí que nunca
me lo podría perdonar.
Atte.: tu ex mejor compañero de vida.

70
ESA ES LA CUESTION

“Deberé borrar con la mente lo que he escrito con el corazón.”


Pues, cada sentimiento se mantiene aferrado a un pensamiento;
suena ilógico tal vez, pero es real, o por lo menos lo es para mí.
Mis ideas se tornaron borrosas cuando mi corazón comenzó a
entristecer, y mi calma, se vio fuertemente alterada por el dolor de
mi alma; los sueños fueron perdiendo lugar en mi memoria y en
mis recuerdos; cada noche tardaba un poco más en olvidar y en
darle descanso a mi cabeza. Ella había creado en mi corazón un
agujero negro, de tal calibre e intensidad, que absorbía cada día lo
mejor de mí y potenciaba mis demonios más ocultos.
Quise perderlo todo para poder continuar en paz, pero no me
quedaba nada, ella ya me lo había arrebatado. Impulsivamente,
cada minuto de mi agobiante rutina sentía la patética necesidad de
que ella me sonría, de que me abrace, de que me ame... Entendí
entonces, que mi corazón había perdido su capacidad de autosos-
tén sentimental y, poco a poco, iba contagiando su inerte vacío a
mi cabeza. Por primera vez en mi relación con ella, dejé que la
razón tome las astas y fue simplemente, para regalarle a esta his-
toria una digna sentencia de final. Tardé mucho en entender, que
sufrir es simplemente una elección y que, a veces, es necesario
concluir, para volver a empezar. Ahora me toca elegir como
seguir...¿Ser razonablemente sentimental o sentimentalmente
racional?, esa es la cuestión.

71
ESPERANZA INESPERADA

Su vida era un desastre. Lo echaron de su trabajo, sus amigos ya


no lo alentaban, su familia se había ido y la reciente muerte de su
esposa en un trágico accidente automovilístico, lo habían llevado a
su rendición ante los golpes de la vida.
Nada le quedaba; ni siquiera los recuerdos, porque lo herían; ni
siquiera los sueños, porque todos estaban arruinados; ya no creía
ni en sí mismo, porque todos siempre le fallaron. Estaba decidido
a terminar de la forma más cobarde.
Preparó y disgustó su última cena, cocinando su comida preferi-
da; se puso su mejor atuendo; escuchó la canción que más lo moti-
vaba; escribió una nota para sí mismo que dejó sobre la mesa y
luego, se fue de su casa.
Con lágrimas en sus ojos y con un paso titubeante, emprendió su
último viaje, hacia el edificio central, lejos, el más alto de la ciudad.
En las puertas del mismo vivía una familia de vagabundos, una
pareja junto a sus dos hijos. Al pasar por su lado, ÉL dejó caer
intencionalmente su billetera con algo más de $5000 en el interior;
entra luego al edificio y toma el ascensor hasta la terraza del mismo.
Como ese lugar era restringido, bloquea el ascensor para que
nadie pueda detenerlo rápidamente.
Mirando fijamente el sol, se acerca a la cornisa y da tres respiros
profundos, tal vez, los últimos. Totalmente decidido, cierra los
ojos y comienza a inclinarse hacia adelante, cuando de repente,
escucha un grito: “¡espera, ¿qué haces?!”
Era la niña, hija de la pareja que se encontraba en la puerta del
edificio. ÉL dio entonces, unos pasos atrás y decidió hablar con
ella. ” ¿Qué quieres?”, le preguntó. “Se te ha caído la billetera
antes de entrar y pensé que era importante devolvértela; te seguí,
pero el ascensor no funcionaba, así que subí corriendo las escale-
ras… ¡toma!”
ÉL, sorprendido, sonríe y le dice: “puedes quedártela, no la voy a
necesitar a donde voy; a ti y a tu familia le hará más falta.” Ella agacha la
cabeza y responde: “yo tengo todo lo que necesito, las esperanzas de que

72
todo va a cambiar y las ganas de hacer algo para que cambie... ¿se nece-
sita algo más?”. Avergonzado, ÉL enmudece y la mira, entonces, ella
continúa: “No serías el primero ni el último en rendirse de esta
manera, y lo único que lograrás es ser otro número en algún diario
o en alguna estadística. Si algo resultó tan mal, como para que
quieras terminar con todo, entonces ¡HAZLO!, salta, mientras te
veo caer. Yo prefiero seguir luchando pese a todo.”
ÉL saca una llave de su bolsillo y se la entrega a la niña, seguida-
mente expresa: “Vayan a vivir a mi casa y conserven el dinero,
Hoy obtuve todo lo que necesitaba desde hace tiempo”; enton-
ces, baja del edificio y se marcha, mezclándose con la multitud,
con el tráfico, desapareciendo en la primer esquina a la vista.
La niña vuelve con su familia y van hacia la casa con intenciones
de agradecer, pero de ninguna manera aceptar tan alocado regalo.
Al ingresar, se encuentran con una nota que decía: "SI EN MI
CAMINO ENCUENTRO UNA RAZÓN PARA SEGUIR,
ENTONCES, SEGUIRÉ".
Luego de buscar 3 meses al sujeto, sin obtener ningún dato de
su paradero, decidieron quedarse, pues él jamás regresó.
“Hoy que han pasado varios años, quiero compartir esta historia
con ustedes, puesto que ese misterioso hombre que un día vimos
pasar, nos cambió la vida, y puedo apostar también, que el mensaje
que mi querida hermana le dio, se la cambió también a él.”

73
ELLA Y YO

“Ella y yo éramos energía que vibraba en la misma sintonía, por


eso estábamos conectados, por eso nos entendíamos, por eso de a
momentos fuimos uno.
Ella y yo éramos los polos opuestos de un mismo elemento, éra-
mos complemento, teníamos la misma esencia con carga diferente.
Por eso la necesitaba para existir y ella requería de mí para su exis-
tencia, pues, ¿qué sería de la luz sin la oscuridad?, ¿cuál es el punto
en donde termina lo largo y comienza lo corto?, ¿Quién puede
definir lo que es bueno o malo, más que el relativismo? Todo es
resultado de la unión de dos polos opuestos, en donde uno sin el
otro vaga en el vacío, y ella...ella era el mío.
Ella y yo éramos amor, estaba en nuestras miradas cuando se
cruzaban, en nuestros cuerpos cuando se rozaban y en nuestras
almas cuando se entrelazaban.
Ella y yo éramos vida y éramos muerte, éramos plenitud y vacío,
silencio y grito, calor y frío; lo éramos todo, aunque a su vez, no
éramos nada. Ella era mi presente y mi futuro, pero ahora es mi
pasado. Fue lo mejor y lo peor de mí, mi mayor alegría y mi más
penosa tristeza, fue dolor, fue alivio, fue un suspiro.
Ella y yo éramos el mismo ser, separados por estructuras imagi-
nadas por nuestro grandioso sistema nervioso, creadas con el po-
der de nuestra mente. Ella era yo, y yo...yo era ella, así de simple y
así de complejo; así de real y así de ficticio; así de extraño y así de
normal.
Empezamos y acabamos en ninguna parte, sin ningún motivo.
Yo me quedé y ella se fue, pero sé que algo de su esencia quedó
grabado en mi alma y eso me va a definir desde acá hasta el final
de mi existencia.”

74
ESE TIPO DE GENTE

Me gusta la gente que sabe lo que quiere y hace lo que siente; la


gente que no se rinde ante el vestigio del primer problema; aquella
que aunque se caiga, siempre se levanta y persevera; la gente que
sonríe aunque le duela, la que vuela en un sueño y que rema por
conseguirlo; aquella que no le teme a sus fracasos, que se arriesga,
que avanza, la que une lazos y no los rompe.
Me gusta la gente que es sincera, y que es fiel a sus propios sen-
timientos, la que esquiva las masas, disfruta del viento, la que vive
su tiempo y no lo malgasta. Me gusta la gente que sufre por amor
y no por desamores, la que mantiene sus valores, la que cree en su
potencia, la que no pierde su esencia; la que busca la felicidad
como el camino de su existencia.
Me gusta la gente honesta, que no busca agradarle al mundo; la
que aprecia cada segundo, aquella que no molesta, la que tiene
claro su rumbo. Me gusta la gente que siente, pero controla lo que
piensa, la gente que es atenta, aquella que nunca miente; me gusta
la gente humilde, la que no teme a la vergüenza, aquella que aun-
que la venzan, siempre va a continuar.
Me gusta esa gente arriesgada, que le gana a sus temores, la que
lucha por sus amores, la que es fiel a sus raíces; me gusta la gente
valiente, la que no se deja humillar, la que nunca deja de brillar, la
que siente equilibrio en su mente y en su alma la más simple paz.

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75
LOS OJOS DEL CORAZON

Los ojos jamás lograrán ver, lo que el corazón puede sentir; ese
es el problema de la superficialidad.
Ella era popular, irradiaba belleza con cada minúsculo detalle de
su rostro y su cuerpo, su alma estaba purificada con luz, derrama-
ba armonía con cada acción que realizaba, su corazón era noble,
noble y sincero. Nada más podía esperarse de ella; si la perfección
no existe, podría afirmar que su presencia en la Tierra era un fallo
de la naturaleza, pues no solo era perfecta, sino que también con-
tagiaba sus dones a quienes lograban entrar en su vida.
Él, por su parte, era un hombre inteligente, bondadoso y carita-
tivo. Tal vez en su interior rozaba la perfección, pero por fuera, a
los ojos de la gente, era más horripilante que bello. Su sonrisa
irregular, su cabello carente de vida y la falta de forma en su cuer-
po, llevaron a que muchos lo discriminen o lo ignoren, antes de
conocer su grandeza.
Tal vez él y ella, ella y él, eran dos gotas de agua en cuanto a sus
cualidades internas, pero tuvieron la desgracia de nacer en una
época superficialista, marcada por falsos estereotipos otorgados
por una patética tendencia de moda.
La cuestión es que ellos vivían en la misma ciudad y ambos
estaban sentimentalmente agobiados y plenamente agotados de
sus fallos relacionales. Él, cansado de que lo prejuzguen, regalán-
dole desprecio y soledad; ella, indignada de cruzarse con engaño-
sos caballeros en su camino, que solo estaban a su lado por su
hermosura externa, o peor aún, por su cuerpo.
Más allá de que visualmente se registraban, realmente no se co-
nocían; no al menos hasta aquel festival de verano, realizado por
única vez en la plaza central de la ciudad.
Ese día, él dio una presentación sobre una manera innovadora
de mejorar la calidad de vida, cuidando al medio ambiente, una
presentación magistral, como le era habitual. Ella concurrió y sin
dudas, no pudo evitar sentir admiración por la mentalidad, la

76
capacidad y la pasión del brillante expositor. Al finalizar la diserta-
ción, ella se acercó al estrado en donde él aún permanecía, y con un
tono vergonzoso le dijo lo maravillada que estaba con sus ideales. La
charla fue extensa, tanto que prosiguió en el gran café "Ambar
celestial". Una vez allí, y luego de tocar extensamente el tema de
calidad de vida y medio ambiente, comenzaron a hablar de ellos;
empezaron a intercambiar datos personales, empezaron a ser uno
(digo esto, porque dos personas se unen al conocerse, al entenderse,
al mirarse...al sonreírse). Chocaron unas cuantas sonrisas entre sus
rostros y, en una de ellas, sus mentes les ordenaron simultáneamente
a sus corazones, que era hora de sentir algo de amor.
Hoy son muy felices juntos y tienen una magnífica familia, con
2 hermosos hijos. Todavía nadie puede entender, cómo es posible
que un ser tan visualmente angelical no haya preferido quedarse
con un galán. Es tan simple, tan básico el pensamiento general,
que no logra a comprender que el verdadero sentido del amor
está lejos, muy lejos, de todo aquello que alcanza al plano físico de
la vida. El cerebro es tan cruel como complejo en ciertas ocasio-
nes y no deja ver como es la realidad esencial de la vida. Transitar
por el plano superficial, nunca, jamás, llevará a nadie a la verda-
dera felicidad.

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77
UNA TRISTE CONEXION

Por una de esas extrañas causas que el universo y/o la naturaleza


nos suelen regalar sorpresivamente, ellos habían nacido unidos
por una conexión de suma particularidad y rareza. A pesar de que
estaban distanciados físicamente, cada cual en un extremo opues-
to del mundo, cuando uno era feliz, al otro le tocaba sufrir y vice-
versa. No importaba en qué condiciones se hallasen, menos aún
interesaba, si sabían de la existencia del otro; el hecho era que
estaban destinados a vivir esa condena por siempre, hasta el final
de su existencia sobre la faz de la Tierra.
Él, por su lado, estaba acostumbrado a sufrir, aunque no tuviese
motivos, por más que las cosas le fuesen bien; él sufría y lo hacía a
diario. Por su parte y en consecuencia, ella solía ser feliz, a pesar
de los golpes y caídas, a pesar de todo lo malo y negativo que la
rodeaba. Tal vez lo primero era causa de lo segundo, o tal vez era
consecuencia, puede también que ambas o ninguna de mis teorías
sea correcta, pero aseguro que la exactitud con la que sus ánimos
inversamente opuestos jugaban a lo largo de la historia, tenía un
carácter utópico.
Puede que haya sido cuestión de personalidades, o puede tam-
bién que haya sido obra del destino, el hecho es que él se acostum-
bró a transitar solo por su sendero y ella, por su parte, siempre
estuvo inmensamente rodeada de gente; él era sedentario y ella
nómade; él era responsable y ella rebelde; él vivía esclavizado en la
plenitud de sus pensamientos y ella, ella era libre...polos opuestos
sin dudas, a eso se resumían.
En uno de sus tantos viajes por el mundo, y con solo 21 años de
edad, ella coincidió en tiempo y espacio con él; no voy a debatir si
esto fue casualidad o causalidad, si bien estaban unidos por una
cuerda espiritual que tarde o temprano los juntaría, o bien, se dio
ese ínfimo porcentaje probabilístico referente a uno en millones
de posibilidades, en el cuál, ella se topó con él en su camino. El
hecho es que cuando se vieron, se miraron a los ojos, y cuando se

78
miraron, ambos entendieron de repente que, quién tenían en
frente, no podía ser nunca simplemente alguien más. Fueron
mudas sus palabras, aunque el puente generado entre sus almas,
marcó ese momento como el inicio de un nuevo ciclo en sus his-
torias y en sus vidas. Por primera vez, ambos sintieron lo mismo,
cancelando temporalmente el efecto de esa desesperante
maldición.
Sin conocer todo esto que acabo de contar, ellos se unieron,
ahora físicamente, y potenciaron de esa manera los efectos ante-
riormente mencionados: cuando ella era feliz, él se hundía en su
propia agonía, y cuando él buscaba llenar su alma con felicidad,
no podía evitar que ella se ahogue en un mar de tristeza.
Sobrevivieron así unos años, cuatro para ser más exactos; pero
como imaginarán, no era una relación viable de permanecer
existiendo en el tiempo.
Pasaban los días transitando entre libertad y esclavitud, aumen-
tando con cada segundo la distancia que en un momento habían
logrado conciliar; ella volvía a ser feliz sola y él a sufrir en la mis-
ma condición. Así, hasta que se dieron cuenta de todo lo que ya
saben acerca de esta extraña relación inversamente proporcional
entre sus estados anímicos y decidieron que separarse, era la
mejor opción.
Cada uno por su lado siguió con su vida; todo de a poco volvía
a la normalidad para ella, pero él ahora sufría el doble, pues no
podía desterrar de su ser el amor que por su opuesta había cose-
chado. El tiempo siguió pasando y las cosas para el chico empeza-
ron a mejorar; su vida fue tomando brillo, aunque trató de
evitarlo, aunque buscó mil maneras de oponerse, no pudo no
empezar a sentirse feliz.
Luchó incansablemente, atentando siempre contra su propia
felicidad, porque sabía que esto traería caos a la vida de la chica
que tanto quería, que tanto amaba. Pero toda lucha fue en vano.
La balanza había cambiado totalmente y parecía que ahora, tende-
ría a buscar equilibrio; pues nadie merece ni tanta felicidad, ni
tanta tristeza en su recorrido por el mundo.

79
La cosa empeoraba y él ya estaba desesperado, es que verla sufrir
era lo último que quería, no lo resistía. Sus sentidos lógicos y ra-
cionales deambularon por el filo de un precipicio hasta que sobre-
saturó su cordura, lanzándose al vacío. Tomó una barra de cianuro
que tenía guardada cuidadosamente como recuerdo de una expedi-
ción que su padre había realizado, y sin demasiados titubeos, la
ingirió junto a grandes cantidades de agua, lo que llevó a la forma-
ción de un letal ácido cianhídrico que acabó con su vida minutos
más tarde. Que ingenuo fue creer, que eso acabaría esa especie de
hechizo al cuál estaban condenados. Segundos luego de la muerte
del chico, y sin saber lo ocurrido, ella se cortó las venas con un
cuchillo, muriendo desangrada camino al hospital.
Me dio mucha pena verlos juntos, pero fue angustiante verlos
terminar así...realmente estaban conectados, sólo que de una ma-
nera trágicamente distinta a lo que la historia del amor nos tiene
acostumbrados.

80
CAFE SOBRE EL DESTINO

Después de mucho tiempo, dos viejos amigos se vuelven a en-


contrar. Deciden entonces, ir a un bar cercano a su sitio de
encuentro para tomar un café y ponerse a debatir de sus vidas.
Muchas cosas habían pasado, cada uno por su lado, pero
ninguno tenía interés en actualizar información personal. Temas
interesantes iban y venían, temas que tenían que ver con la vida
misma y la filosofía. De pronto, uno le pregunta al otro qué en-
tendía por destino; y este le responde:
“El destino existe y se representa por una compleja combina-
ción, entre los pasos que hagamos sobre la línea del tiempo y la
interacción de los mismos con los elementos del entorno, inclu-
yendo, los pasos de los demás.
Uno puede elegir qué hacer, cómo hacerlo, cuándo y dónde;
eso nos da poder de elección y decisión, ¿No crees? Ahora bien,
con quién hacerlo, ya nos atribuye un margen de error, pues esa
persona puede negarse o aceptar, dado que también buscará su
destino y no necesariamente, coincidirá con el nuestro.
Por otra parte, tenemos la capacidad de elegir el camino por el
cual desearemos transitar, y si bien, no todos llevan a Roma, tene-
mos alto porcentaje de soberanía sobre nuestros propios pasos.
El hecho es, ¿quién nos asegura que se den los resultados tal y
como lo esperamos? Uno puede ser la mejor versión de si mismo,
pero poco podrá hacer con las acciones y decisiones ajenas, y
prácticamente nada, ante las respuestas de la naturaleza.
Lo que intento decir es que hay algo de azar en la vida, personas
exactas en los momentos justos, hechos inevitables y demás ele-
mentos, que engloban a cada persona con el entorno en que se
mueve; ese azar es el destino, o al menos eso es lo que hoy elijo
creer. ¿Tú qué opinas?”
El amigo oyente guarda, por un instante, un silencio pensante,
pero a la brevedad responde:
“Yo no creo que el destino exista de esa manera, más bien, tengo

81
plena certeza de que nada en la vida sucede por azar, que toda
consecuencia tiene una causa y toda causa, una consecuencia; eso
a lo que le llaman destino, no es más que el resultado de la suma
de dichos elementos.
La suerte es todo aquello del cual, el hombre no conoce su
origen, su significado, sus motivos; es aquello en donde no se tiene
explicación por el simple hecho de no conocer las causas que lo
producen. En realidad todo en la vida tiene explicación.
La mente humana es capaz de lo que se proponga, pocos
conocen los misterios y secretos de la vida, pocos buscan los
secretos y muchos menos los encuentran. El destino no es más
que otra palabra, de aquellas que surgieron por convención, para
tratar de darle razón a las cosas que los hombres no se atreven a
enfrentar. Uno gobierna a su mente, o su mente, lo termina
gobernando.”
Ahora era su amigo, actual oyente, el que se quedó meditando
en silencio. Ambas perspectivas eran igualmente valorables, creí-
bles y posiblemente, ambas tenían mucho de verdad.
Llegó la hora de irse, pero el gusto que les dio verse y filosofar
juntos, los llevó a planificar una cita para el futuro.

82
ULTIMO GRITO DE GUERRA

“¿Qué habría sido de mí y de vos?, ¿Qué habría sido de mi vida


y de la tuya?, ¿Qué habría sido de nosotros?
Pregunta tras pregunta, no puedo dejar de atormentarme. Mis
plegarias, ya ni siquiera son emitidas; mis pensamientos, se aleja-
ron a kilómetros de la cordura; mis sueños, cayeron sin oponerse
al más profundo vacío; mis ilusiones, mis esperanzas y cada partí-
cula de mi energía, se marchitaron, se consumieron y terminaron
desvaneciéndose.
¿Será que realmente te amaba?, ¿Será todo este dolor necesario?,
¿Vale realmente la pena estar así?
Las lágrimas se quedaron con mis restos de felicidad, el reloj fue
un permanente contemplador de mi agonía. Febo oscureció un
poco más con cada día, mientras que las estrellas se apagaron
agónicamente, tal como lo hizo mi alma.
Aborrecí, entristecí, agonicé y al fin caí. El fuego de mi pasión
se apagó y culminó en ceniza. La paz de mi mente, se convirtió en
un infierno que creció exponencialmente con cada recuerdo, mu-
riendo cada uno de éstos calcinados, carcomidos, desintegrados
por las llamas.
¿Debería olvidarte?, ¿Es eso posible?, ¿Algún día esta pena
acabará?
Sufro en silencio y en la más absoluta soledad; hablo conmigo
mismo y no tengo respuesta; me busco y no me encuentro; me
hiero, me espero y desespero. ¡Qué tortura! No soporto más la
voz de mi mente, que no calla y no se detiene. Sublime fracaso fue
intentar expresar mi sentencia de muerte, mi causa directa de
deserción...fallé en el intento de sobrevivir a vos. Sólo me queda
decirte adiós.”
ESTA CARTA MANCHADA CON SANGRE, FUE
HALLADA BAJO LA MANO DERECHA DEL
COMANDANTE J.J. WILNNER POR UNO DE SUS
SUBORDINADOS. APARENTEMENTE, NUNCA SUPERÓ

83
LA TRÁGICA MUERTE DE SU ESPOSA; AUNQUE, LA-
MENTABLEMENTE, NINGUNO DE SUS COMPAÑEROS
PUDO ACEPTAR, NI MUCHO MENOS ASIMILAR, ESA
TEORÍA. ELLOS CREÍAN QUE ERA IMPOSIBLE QUE UN
MAESTRO DE LA GUERRA, FRÍO, SOBERBIO E INHU-
MANO COMO CONSIDERABAN A SU COMANDANTE,
PUDIESE SUFRIR POR ALGÚN MOTIVO.
MÁS ALLÁ DE CUALQUIER PENSAMIENTO, EN
ESTA NOTA QUEDA DEMOSTRADA LA FRAGILI-
DAD HUMANA ANTE EL AMOR.

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ELLA NUNCA LO SUPO

Ella nunca supo lo feliz que me hacía verla sonreír, no imagina-


ba el placer que estremecía mi piel, cada vez que me abrazaba o
tomaba mi mano; ella nunca conoció el amor que partía de mi
corazón y avanzaba, penetrando cada célula de mi cuerpo, cuando
fijaba su tierna mirada en mis ojos, aunque sea, una milésima de
segundo; nunca prestó atención, al hecho de que era para mí la
persona más importante, de que representaba en mi vida cada una
de esas estrellas que suelen llamar la atención cada noche.
Ella nunca supo que yo la amaba, con cada átomo, célula, tejido,
órgano, sistema y extremidad de mi cuerpo; que la amaba en los
tres niveles de mi existencia, el físico, el mental, y el espiritual; que
la amaba en cada segundo que transcurría, lenta o rápidamente;
ella...ella nunca lo supo.
Ella nunca supo que tracé un camino de sueños a su lado, que
me imaginé forjando con ella una familia, nunca supo que todo
sacrificio y que toda sonrisa, fue por la fuerza de su presencia en
mi camino. Ella nunca sospechó siquiera, que hubiese entregado
hasta el alma con tal de que no le pasara, ni le faltara nada.
Ella nunca supo de mis pensamientos, de mis sentimientos y de
mis deseos; ella no supo siquiera de mis intenciones, en silencio le
regalé una a una mis emociones; y hoy que ya no la tengo, me
temo que nunca lo va a saber.
“ES TIEMPO DE EXPRESAR LO QUE SE SIENTE, EN EL
MOMENTO QUE SE SIENTE. ES TIEMPO DE TRAGARSE
EL MIEDO, DE ENFRENTAR LAS DUDAS, DE
CONVERTIR LOS PENSAMIENTOS EN HECHOS. ES
HORA DE ACTUAR, ESTE ES EL LUGAR, AHORA ES EL
MOMENTO, USTED ES LA PERSONA.”

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LA MAS OSADA AVENTURA

Al retorno de una de las tantas expediciones, de esas que el


aventurero Maciel Martini nos tenía acostumbrados, decidimos
hacerle una entrevista para nuestro programa de radio, “Más allá
de las fronteras”. Entre tantos temas y tantas anécdotas, le
pedimos que nos mencionara cómo afrontaba el tema del amor,
como así también, lo incitamos a que nos cuente algo de su re-
ciente vida amorosa. Como vimos que se limitaba a responder
afirmativa, o negativamente a nuestras cuestiones, le otorgamos la
libertad para que describa a la mujer de su vida, aquella que no se
olvida, por más siglos que pasen. De inmediato se pintó una son-
risa en su rostro y, tras un breve silencio, nos relató lo siguiente:
“Ella tenía luz propia, como para atravesar toda tiniebla y oscu-
ridad; tenía poder para iluminar cada célula exterior de mi cuerpo
y así, llenar de energía a cada partícula que se hallara en mi inte-
rior. Ella tenía la belleza y la grandeza, como para ser contemplada
por millones de personas a la vez, generando en sus mentes una
sensación combinada de calma con emoción plena; era mi guía en
cada noche de excursión, sentenciando el rumbo justo de mi
destino.
Ella era mi princesa y mi Diosa, era lo inalcanzable, lo anhelado;
era lo imposiblemente preciado, era reino de luz y a veces era
reino de caos. Ella era mi principio y mi final, mi objetivo más
soñado, la fuente de mi ánimo, la dueña de mis pensamientos más
osados; ella era todo, era absoluto, aunque también vacío, era agua,
era ego, era elixir, edén y fuego; era aire, era guerra, pero también
era paz y tierra.
Ella era mi estrella, la más noble, la más bella. Era inofensiva-
mente peligrosa y peligrosamente inofensiva a la vez, era nada en
mi mundo del revés, era todo en mi realidad, era maliciosa bon-
dad, iluminada maldad, era éxtasis y plenitud, vejez extrema y
juventud...era felicidad, era amargura, ella fue mi más osada
aventura.”

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Particularmente, quedé anonadado con tal magistral descrip-
ción. Si bien, al preguntarle quién había sido aquella mujer nos
regaló un cortante silencio, sentí la necesidad dejar sentencia
escrita de esta nota y así, compartirla con todo aquel que no tuvo
la oportunidad de escuchar aquel glorioso programa radial.

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AQUEL PAYADOR

Y cuando creía que los payadores habían desaparecido, entré a


un conocido bar en la capital de Buenos Aires, encontrándome
con esto:

“Retóricamente pregunto
¿Qué hice para perderte?
¿Por qué no me dediqué a quererte?
Pues ya conozco la respuesta,
no hay más realidad que esta
que hoy me toca transitar,
no sirve ya preguntar
si he hecho lo suficiente
pues vivís aún en mi mente
y ya no te puedo besar
que frío este palpitar
mi corazón está resignado,
me dice que está cansado
y no hay perdón que le valga,
le ordena a mi alma que salga,
que busque más libertad,
en un amor de verdad,
que no sea solo un recuerdo,
pues mi cerebro ya no es tan cuerdo
perdió el juego ante la soledad.

Vagué por largos caminos,


esquivando muchas espinas,
buscando en mis esquinas,
aquello que está en mi centro,
todo el amor que tuve dentro
hoy comenzó a marchitar
ya solo no quiero andar,

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mucho ya he perdido,
la vida es un recorrido
que tiene un final amargo,
te herí y me hago cargo,
de todo lo que hice mal.
¿Me podrías perdonar?
Pregunto frente a un espejo,
mientras me sigo volviendo viejo
y pierdo toda esperanza,
siento como la muerte me alcanza,
y como la vida se cansa,
de verme pasar y pasar.

Si pudieses escuchar mis versos,


me gustaría recordarte una cosa,
renacé como toda rosa
lo hace en cada primavera
encontrá a quien te cuide y te quiera,
como yo no lo supe hacer,
sé que me toca perder
y acepto esta derrota
sin rencores, con alma rota
hoy te deseo lo mejor,
te deseo paz y amor
felicidad, pasión y armonía,
trataré de olvidarte cada día,
tan solo para volver a recordarte.”

Sonaba armónicamente con su guitarra, que parecía ser una


extremidad más de su cuerpo, con una sonrisa forzada y con una
mirada agobiada, quizá algo triste.
Para mí, fue una maravilla que me repletó de recuerdos, tuve
que grabar sus versos, no lo pude evitar.

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CARTA DE DESPEDIDA

"Me pasé la vida lamentando mi mala fortuna, creyendo real-


mente que las personas, que el mundo, e incluso llegué a pensar
que hasta el destino estaban en mi contra y no dejaban de jugarme
malas pasadas.
Supongo que hoy abrí los ojos y entendí que todo eso no era
más que otra mentira, otra triste e ilusa fantasía generada por el
caos de mi mente; quizás fue cobardía, tal vez desinterés. Lo único
que tengo claro y presente ahora es que nunca existió otro
culpable, ningún otro ser, ninguna otra presencia, ningún otro
ente, más que yo mismo.
Posiblemente sea un adicto al dolor, al sufrimiento; es algo que
nunca voy a descubrir, pero sé que cada paso que di, sea hacia
adelante o atrás, fue erróneo y me llevó a caminar por senderos
equivocados. Mis acciones tal vez no fueron las indicadas y por
eso los resultados siempre fueron pésimos. Si tenía bien claro que
haciendo lo mismo, las cosas no iban a cambiar, no puedo expli-
car por qué no modifiqué la rutina y busqué de alguna manera
algo mejor, algo superior, o simplemente, algo más confortable.
Si las cosas deben terminar hoy y mi historia debe concluir en
este pálido presente, deseo ser yo, aunque sea, el que ponga el
punto final en el lugar indicado.
Pido perdón a quienes les fallé y a quienes nunca llegué a cono-
cer. Les agradezco de corazón a cada ente que transitó algún
segundo de mi camino a mi lado. Esto no es culpa de nadie, más
que mía; el fin de mi vida lleva mi firma y solamente mi firma.
Busquen la felicidad en ustedes mismos, créanme, es lo que va a
salvarlos de su propia sombra...”

NUNCA SE SUPO QUIÉN FUE EL AUTOR DE ESTA


CARTA DE DESPEDIDA, LA MISMA FUE ENCONTRADA
DENTRO DE UNA BOTELLA ENTERRADA EN LA
ARENA, EN ALGUNA PARTE DE LA ISLA BALSÁMICA...

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POR UN MOMENTO

Esa tarde discutieron como nunca lo habían hecho. La pacien-


cia de ambos estaba colmada, sus días no venían siendo los mejo-
res y la confianza infinita que siempre se habían tenido comenzó
a desvanecerse.
Él logró silenciar sus pensamientos, pero ella lo avasalló con un
arsenal de insultos y pensamientos negativos, que tal vez no sen-
tía; pero la ira combinada con un frágil miedo a perderlo todo,
pudo hacer que sus palabras, basadas en realidades exageradas al
extremo, sean desgarradoras.
Él honró su caballerosidad limitándose a bajar la mirada, dio
media vuelta, y se fue sin decir nada. Ella, al verlo marchar co-
menzó a llorar y a sentir que agonizaba por las ganas de ir tras él,
pero no lo hizo...tan solo, lo dejó partir.
Un año permanecieron sin cruzar palabras, incluso, sin cruzar
una mirada. A pesar de que seguían siendo los mismos, se nota-
ban muy diferentes; un abrazo frío terminó de borrar los recuer-
dos pobres del amor que un día se habían tenido; nada quedaba
ahora, tan solo desolación en sus almas y miseria en sus corazones.
Un momento de ira, un segundo de angustia y desesperación
pudo llevarse todo lo bueno que habían hecho y vivido juntos en
un largo tiempo de sus vidas. Ni siquiera lograron odiarse, sim-
plemente el sentimiento murió tras haber agonizado en silencio; y
ese árbol que tanto les había costado plantar y regar juntos, se
incendió y quedó en cenizas, cenizas que el viento con el tiempo
se encargó de ocultar en la prosperidad condenante del propio
vacío...
TODO LO GRANDIOSAMENTE BUENO Y TODO LO
EXTREMADAMENTE DESGARRADOR, PASA DURANTE
UN SIMPLE MOMENTO Y PUEDE QUE DURE; PARA
BIEN O PARA MAL, POR TODA LA ETERNIDAD.

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CUANDO ALGUIEN SE VA

¿Existe un tiempo para declarar en olvido una pena?


Existe un momento en el que una herida cicatriza y cierra. Es cierto
que de a poco, progresivamente, el dolor comienza a desaparecer; pero,
¿cuánto es necesario esperar para que esto suceda?
Como ocurre en varias aristas de nuestra vida, todo depende de va-
rios factores: cuanto más importante fue y cuanto más duró, entonces
más será el tiempo necesario para sanar u olvidar; el otro factor es
nuestra cabeza, mejor dicho, nuestra manera de pensar, de sentir y de
ver las cosas.
Si hablamos de amor, el tema es un tanto más complicado. Posible-
mente, no exista consuelo cuando se pierde o se ve partir a un ser ama-
do, aunque posiblemente también, sean pocos los seres que realmente
comprendan el significado real del amor, que lejos está, muy lejos del
enamoramiento.
Cuando el amor realmente se siente, existen básicamente y a grandes
rasgos, tres motivos para sufrir o ser abatido por el dolor: puede ocu-
rrir, por un lado, que esa persona que amamos nos desilusione; por
otro lado, puede ocurrir que esa persona deba alejarse, provisoria o per-
manentemente, por algún motivo de sumo interés, importancia o
fuerza mayor; por último, y la única razón certera para que nuestro
alma llegue a ser afectada, es la exposición a un riesgo, o bien, la
presencia de enfermedad, o en el peor de los casos, la muerte de esa
persona que tanto necesitamos…porque está claro que necesitar
sentimentalmente a alguien, radica causalmente en un afecto profundo.
Dentro de la rama de las desilusiones, convive el engaño en cualquie-
ra de sus formas de presentación; todos los modos conocidos, como
también los aún poco ahondados de traición; o simplemente, una
desilusión que tiene sus raíces en haber esperado mucho de alguien,
que solo aparentaba mucho, pero en realidad, tenía poco y nada que
ofrecer.
”Con la primera desilusión la persona te hiere, con el resto…te invita
a olvidarla”, por lo tanto, no detallaremos en demasía este aspecto.

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Si ese ser amado debe alejarse, y no tiene otra opción potencial-
mente existente que alejarse, nos queda desearle lo mejor, acompa-
ñarlo sentimentalmente a la distancia, y tratar de disminuir los ecos
de nuestra preocupación, considerando que pronto, o que algún
día, lo volveremosa ver. O bien, podemos desterrarlo voluntaria-
mente de nuestra memoria para arrancar la causa de raíz, aunque
esto no es factible en la mayor parte de los casos.
Si la persona padece alguna enfermedad históricamente viable de
sanar, bastará calmar el dolor manteniéndose cerca del afectado. Si la
enfermedad es grave, más allá de la fe que se direccione o no para
rezar, evitar la preocupación, y el sufrimiento que ésta acarrea, es
generalmente inevitable. Entrará en acción en este caso, la susceptibili-
dad individual y la resistencia sentimental que cada persona haya
sembrado en su vida.
Cuando llega la muerte…podría parafrasear una y otra vez, inten-
tando alentar a quién perdió a alguien que realmente quería, y que sin
objeciones, era una persona que cambiaba el humor de sus días, marc-
ando el destino de su vida. Pero la realidad es, que esto es algo que
tortuosamente tuve que sufrir a flor de piel, y tengo claro que no
existe, por lo menos los primeros meses, una palabra, una frase, un
texto, siquiera un libro, que pueda hacerte sentir mejor. Decir cosas
como "hay que recordar con una sonrisa, pues así lo hubiese deseado",
o "está en un lugar mejor, observándote y acompañándote", en sí,
cualquier inconscientemente molesta frase de similar envergadura, solo
logrará demarcar una fría sonrisa impulsada por compromiso, o una
cálida lágrima que se aferraba para no caer; en ambos casos, la herida
en el alma seguirá sangrando dolor. Lo peor es que esto parece ser
inevitable y tal vez necesario.
Enterrar ciertos recuerdos en algún lugar donde no los encontremos,
o por lo menos, donde no los encontremos minuto tras minuto, es
algo sumamente cobarde, extremadamente complicado de lograr si se
mantenía mucho contacto con la persona y no es algo que todos
desean hacer; pero es algo que da resultado.
Ocultar la herida del pasado, esquivando los recuerdos como si
fuesen balas que nos persiguen, le dará la facilidad al tiempo de actuar

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con calma, sobre esa pérdida de continuidad que se produce en el
alma. De esta manera, tal vez y solo tal vez, la herida logre cicatrizar
correctamente algún día.
No pretendo ofrecerles la verdad con estas simples palabras, mi
única intención es compartir mi manera de pensar, de sentir y de
afrontar situaciones como las que acabo de presentarles. Quizá,
muchos me contradigan y se opongan 180° a mis ideas, pero quizá
también, exista alguna persona, a la cual pueda darle aunque sea, una
mísera pizca de aliento. En ese caso, el objetivo de este texto estaría
cumplido.

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