Economía de Venezuela
Economía de Venezuela
Economía de Venezuela
2009
A inicios de 2009, el Ministro de Finanzas Alí Rodríguez estimó un crecimiento de 6%,
pero las Naciones Unidas predijeron una expansión de la economía de 3%.
[cita requerida] Rodríguez también anunció una inflación estimada de 15%, pero otros
analistas lo contradijeron, colocando la inflación entre 28% y 35%.[cita requerida] A
finales de agosto, el Ministro Rodríguez repasó sus cifras, estimando ahora una inflación
anual de 26% y un crecimiento del PIB cercano al 1%.27 28 Sin embargo, el PIB
venezolano experimentó finalmente una caída de 3.3%;29
El presupuesto nacional de 2009 fue calculado estimando el ingreso de 60 dólares por barril
de petróleo,[cita requerida] pero a finales de marzo se reformuló a 40 dólares, para ajustar
la caída de los precios del petróleo a nivel global de 2009 y 2010, lo que desencadeno a su
vez una crisis energética interna.30
2010
A inicios de 2010, el Ministro de Finanzas Jorge Giordani estimó un crecimiento de 0.5%,
pero diversos especialistas calcularon una caída de entre 1.7% y 3%.31 A mediados de
abril, el FMI estimó que Venezuela continuaría en recesión en el 2010, con una caída de
2.6%.32
Finalmente, el PIB cayó 1.4%;33 dentro del contexto regional, Venezuela queda detrás del
resto de Latinoamérica y el Caribe, que experimentó en promedio un crecimiento de
6%.34 Luego de la crisis energética, Venezuela sería la única nación petrolera y una de las
dos naciones americanas aún en recesión en 2010. La otra nación es Haití, que a inicios de
año experimentó un devastador terremoto.34
Para expertos de la CEPAL, la crisis energética, y la caída en la exportación de petróleo
venezolano estuvieron entre las razones para que Venezuela entrara en recesión, que
duraría 18 meses desde segundo trimestre de 2009 hasta el tercer trimestre de 2010.34 El
gobierno venezolano culpó a la lenta recuperación económica mundial de alargar la crisis,
así como a la reducción de las cuotas de producción petrolera dictadas por la OPEP.35 De
acuerdo a la oposición venezolana, las políticas del presidente Chávez para intentar aplicar
el socialismo del siglo XXI estaban detrás de la crisis y estarían llevando "la economía a la
ruina".35
En septiembre de 2010, el bolívar fue devaluado nuevamente, pasando de 2,15 bolívares
por dólar, a un sistema de cambio dual de 2,60 y 4,30 bolívares por dólar, dependiendo del
tipo de transacciones a realizar con dichas divisas.36 Para aquel entonces, ya el dólar en el
mercado negro se cotizaba por sobre los 9 bolívares.37
2011
Venezuela en el 2011 experimentó un crecimiento de 4,2 % de su PIB. El PIB no petrolero
subió 4,3% y el petrolero 0,6%. Por segundo año consecutivo la economía venezolana
siguió teniendo la inflación más alta del continente ya que los precios de los bienes y
servicios subieron 27,6%, un poco más que en 2010 cuando fue 27,2%. Las exportaciones
venezolanas al exterior, principalmente petróleo, subió 42,8% en 2011. En total, Venezuela
exportó mercancías por un total de $93.896 millones. Logrando así una balanza comercial
supervitaria. Las importaciones se incrementaron 18%, al cerrar el año 2011 con un monto
de $45.615 millones. Las reservas internacionales del país cerraron el año en $29.899
millones, la cifra es $433 millones menor al cierre de 2010. El informe del presidente del
BCV, señala que por la vía de Cadivi se liquidaron $35.394 millones en todo el año. En
tanto, a través del Sitme se negoció un total de $8.777 millones durante 2011.
2012
En 2012 la economía venezolana cerró con un crecimiento de 5,5%,39 una inflación de
20,1% y un desempleo de 6,4% ligeramente más bajo que en 2011. Los sectores que más
crecieron fueron finanzas y entidades bancarias (32,90%) y construcción 16,80%.40 41
Para el 2013, el gobierno nacional anuncio un aumento del 20% en los precios
controlados de la carne de res, pollo, leche y quesos.42 En 2013 Venezuela se ubicó como
el país más igualitario de Latinoamérica según cifras del gobierno venezolano.
El coeficiente de Gini habría alcanzado 0,435 puntos (1 es la desigualdad absoluta y cero la
igualdad absoluta).43
Evolución histórica de la inflación en Venezuela[editar]
Venezuela ha tenido una de las tasas de inflación más altas del mundo desde hace algunos
años. Si bien a finales de los noventa tuvo una tasa de inflación aún superior al 103 % de
1996,[cita requerida] en el último lustro supera en este parámetro a todos los países de la
región, cosa que no pasaba en la década de los noventa, cuando países como Brasil, Perú y
México tenían una tasa inflacionaria muy superior a la de Venezuela.44
Posición entre países con mayor inflación que dieron datos al FMI - World Economic
Outlook Databases (WEO)
En el 2007, la inflación superó con creces la meta gubernamental de 11%.45 El gobierno
venezolano había emprendido una serie de medidas para frenar la inflación, como la
disminución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 16% a 14%, y luego a 11%, y
actualmente a 9%, así como la emisión del bolívar fuerte.46
Una de las causas principales de la elevadísima inflación en el país, según especialistas, es
la política del Estado de imprimir dinero inorgánico en la economía del que correspondería
según la producción del país: hay mucho más dinero líquido persiguiendo muy pocos
productos.47
Vídeo que muestra un ejemplo de fila de personas típica, para adquisición de productos con
precios regulados de primera necesidad, en este caso papel higiénico.
Introducción a la microeconomía
La microeconomía tiene varias ramas de desarrollo de las cuales las más importantes son:
la teoría del consumidor, la de la demanda, la del productor, la del equilibrio general, y la
de los mercados de activos financieros.
Estas ramas o subdisciplinas no pueden considerarse enteramente separadas porque los
resultados de unos aspectos influyen sobre los otros (en particular la teoría del equilibrio
general habla de la interacción entre ellas). Por ejemplo, las empresas no solo ofertan
bienes y servicios, sino que también demandan bienes y servicios para poder producir los
suyos. La microeconomía propone modelos matemáticos que desarrollan ciertos supuestos
sobre el comportamiento de los agentes económicos, las conclusiones a la que se llegue
usando esos modelos solo será válida, en tanto en cuanto, se cumplan los supuestos, cosa
que no ocurre siempre, especialmente si se trata de supuestos muy fuertes o restrictivos.
Una de las incorporaciones más importantes al estudio de la microeconomía es la
llamada teoría de juegos. La teoría de juegos es una teoría matemática que estudia el
comportamiento de varios agentes cuando las decisiones tomadas por cada uno influyen en
qué medida cada uno logra los objetivos que desea. Se usa, por ejemplo, en la teoría de la
producción industrial, para estudiar los casos de oligopolio y de competencia imperfecta.
Completitud: el consumidor podría clasificar todo los tipos de cestas, es decir todos los
conjuntos de indiferencia no tienen fisuras.
Universalidad: Dado cualquier par de cestas imaginable en una economía, un
consumidor siempre podría decir si prefiere una cesta a otra. Nótese que es posible
también que no pueda considerar a una cesta realmente mejor que la otra, pero se
espera que pueda decir que una cesta es al menos tan buena como la otra. Es decir, no
se necesitará que la preferencia sea siempre estricta, sino que dadas cualquiera dos
cestas, el consumidor pueda siempre decir, o bien que lo mismo le da la una que la otra,
o que considera una de las dos mejor que la otra.
Transitividad: Generalmente, si un consumidor prefiere la cesta A a la cesta B, y la
cesta B a la C, también debería preferir la cesta A a la C.
Monotonicidad: Si una cesta A tiene los mismos bienes que otra cesta B, y alguno
más, o bien mayor cantidad de alguno de ellos, entonces A se prefiere o se considera al
menos tan buena como B
Convexidad: Se espera, aunque este supuesto es algo restrictivo, que dadas dos cestas
A y B de bienes, se prefiera a ambas una cesta C que fuera una combinación convexa
de ambas. Es decir, una cesta que se compusiera en un porcentaje de las cantidades de
cada uno de los bienes presentes en A y en el resto del porcentaje (hasta completar el
100%) de las cantidades de los bienes de B. Este supuesto está relacionado con
el principio de utilidad marginal decreciente.
La restricción presupuestaria
Teniendo en cuenta que los bienes tienen precios, y considerando estos datos, está claro que
un consumidor no puede conseguir trivialmente la cesta que prefiera de entre todas las
posibles. Si tenemos en cuenta además de los precios de los bienes la renta disponible del
consumidor, tenemos lo que se llama la restricción presupuestaria. Ésta es la que nos indica
qué cestas de bienes son las que el consumidor puede elegir y conseguir, teniendo en cuenta
el dinero de que dispone y los precios del mercado. La misión del consumidor será entonces
conseguir de entre todas esas cestas aquella que él prefiera a todas las demás (o alguna de
las cestas que él considere que son al menos tan buenas como todas las demás). Encontrar
esto es lo que se llama maximización del consumidor. Generalmente, es habitual que la
cesta elegida del consumidor se encuentre en la frontera de la restricción presupuestaria, es
decir, que sea una cesta cuyo valor (multiplicando los precios de los bienes por las
cantidades de estos en la cesta) sea exactamente igual a la renta disponible del consumidor.
Por tanto, el consumidor siempre elegirá la cesta que le proporcione la máxima utilidad, la
que le produzca el mayor bienestar posible.
La función de utilidad
Artículos principales: Función de utilidad y Utilidad marginal.
Una forma de representar las preferencias, cuando éstas tienen las propiedades adecuadas,
es mediante lo que se llama una función de utilidad. En este caso, las canastas de bienes se
pueden representar también como vectores numéricos, en que cada componente del vector
nos dice qué cantidad de cada bien hay en esa cesta. Introduciendo dos vectores de bienes
en una misma función de utilidad y viendo qué números nos devuelve esta, es posible ver si
una canasta es preferida a la otra o considerada como igual a la otra desde el punto de vista
del consumidor. Entonces, el problema del consumidor podría considerarse como el
problema matemático de maximizar una función matemática (a menudo de varias
variables), que sería la función de utilidad, dentro del conjunto representado
matemáticamente por todas las canastas de bienes (vectores) que cumplieran la restricción
presupuestaria, esto es, que su valor (resultado de multiplicar el vector de bienes de la
canasta por el vector de los precios correspondientes) fuera igual o menor que el valor de la
renta disponible.
Nótese que la función de utilidad se considera una función monótona creciente de los
bienes, pero que su valor es puramente ordinal, esto es, sirve para ordenar canastas , pero
no para decir cuánto es mejor una canasta que otra, esto es, no es una función cardinal. De
hecho, pueden usarse distintas funciones de utilidad para representar unas mismas
preferencias, y al resolver el problema de maximización todas darían el mismo resultado.
Las curvas de indiferencia
Otra cuestión de importancia en el estudio de la teoría del consumidor son las
llamadas curvas de indiferencia. Una curva de indiferencia representaría a todas las cestas
que para una función de utilidad dada tienen el mismo valor.
Las curvas de indiferencia son el conjunto de puntos de combinaciones de bienes para los
que la satisfacción del consumidor es idéntica, es decir que para todos los puntos
pertenecientes a una misma curva, el consumidor no tiene preferencia por la combinación
representada por uno sobre la combinación representada por otro. La satisfacción del
consumidor se caracteriza mediante la función de utilidad en la que las variables son las
cantidades de cada bien representadas por el valor sobre cada eje.
La principal utilización de las curvas de indiferencia es encontrar los puntos de
maximización de la utilidad al superponerlas con las restricciones presupuestarias del
consumidor, que define los puntos al alcance de cada individuo dependiendo de su
disponibilidad en unidades monetarias.
Por otro lado la relación marginal de sustitución nos informa de cuanto es capaz de
intercambiar un consumidor de un bien por otro de manera que su utilidad se mantenga
igual.
Los tipos de bienes[
Se puede estudiar cómo cambian las soluciones al problema del consumidor cuando
cambian los parámetros de la función de utilidad o bien cambian los precios o la renta
disponible del consumidor. Por ejemplo, si cambia el precio de uno de los bienes, el cambio
en la pendiente de la restricción presupuestaria llevará a cambiar de cesta de bienes
escogida, en la que el bien cuyo precio ha cambiado, también cambiará en cantidad (y
posiblemente las de otros de los bienes también cambien). Según el efecto que se produzca,
se puede clasificar a los bienes. Así, normalmente los bienes disminuyen en cantidad
demandada cuando aumenta su precio, aunque existen excepciones a esto, en las que
aumentan (llamados bienes giffen). Lo que hace que un bien cambie es la suma de dos
efectos, el efecto renta y el efecto sustitución.
El efecto renta es el derivado del hecho de que al aumentar un precio, en cierto modo es
como si se perdiera renta, mientras que el efecto sustitución está relacionado con como el
consumidor puede tender a sustituir el consumo de un bien por el de otro. Si aumenta el
precio del bien, el efecto renta tenderá a hacer que disminuya su consumo, pero el efecto
sustitución puede afectarle de dos maneras. Normalmente tenderá a hacer que también
disminuya, porque el consumidor también vaya a consumir otro tipo de bienes que su
precio no haya cambiado, pero en otras ocasiones podría ser que hiciera que aumentara.
Nombrando lo anterior en términos marshalianos, podemos decir que se sustituye el valor
de la mercancía sucedida por dinero equivalente, logrando así, que el consumidor tenga el
mismo nivel de satisfacción con una curva diferente. En este último caso tendríamos lo que
se llama un bien inferior (uno cuyo efecto sustitución tiende a aumentar el consumo cuando
el precio sube). Si, en cambio, el efecto de sustitución fuera del mismo signo que el efecto
renta, estaríamos ante un bien normal. Pero es la suma de los dos efectos lo que produciría
el efecto total. En el caso de los bienes normales, el efecto renta hará que su consumo
disminuya al aumentar el precio, y también ocurrirá así con los bienes inferiores, excepto
cuando, en el caso de algunos de estos últimos, el efecto sustitución llegara a ser más fuerte
que el del efecto renta, y por tanto tendríamos un bien giffen. Cuando aumenta la renta y
los precios permanecen constantes, los bienes normales tienden a aumentar en consumo
mientras que disminuye el de los bienes inferiores.
Nótese que hemos mencionado que cuando sube el precio bajará el consumo de un bien, el
análisis es completamente simétrico cuando baje el precio, es decir, aumentará el consumo
con las particularidades ya dichas en los párrafos anteriores. Se ha de saber también que el
consumo, por supuesto, también variará con la renta disponible, aumentando o
disminuyendo conforme lo haga ésta, hasta que se alcance para los bienes lo que se
llama punto de saciedad, que sería el máximo posible para la función de utilidad, un punto
más allá del cual al consumidor ya no le interesaría tener más de ninguno de los bienes.
Otra forma en que se relacionan los bienes unos con otros es como complementarios o
como sustitutivos. Los complementarios tienden a compartir el mismo destino cuando sube
o baja el precio de uno de ellos, mientras que es al contrario en el caso de los sustitutivos.
También es posible considerar algunos bienes como males, cuyo consumo
produce desutilidad o utilidad negativa. Los males serían aquellos de los cuales al
consumidor, al contrario que los otros, estaría interesado en tener lo menos posible. Por
ejemplo, en ciertos análisis microeconómicos se puede presentar el salario como un bien y
el trabajo como un mal y tener que estudiar la decisión de optimizar el tiempo teniendo en
cuenta la restricción, es decir, más horas de trabajo (mal) producen más salario (bien) y el
límite, restricción presupuestaria, es el tiempo disponible por un trabajador hipotético.
Véanse también: Bienes complementarios, Bienes sustitutivos, Bien normal, Bien
inferior y Bien de Giffen.
La curva de demanda
Artículo principal: Curva de la demanda
La teoría de la demanda puede derivarse de la del consumidor, esto es, agregando las
demandas individuales de un bien y viendo cuánto sería el total demandado para cada
precio por cada consumidor. Esto nos llevaría a la curva de demanda total del bien, que
generalmente se representa como una curva descendente (pendiente negativa), debido a que
en el eje de ordenadas se representa el precio, y en el de abscisas la cantidad de bien
demandada. Significa que cuanto menor es el precio, mayor es la cantidad demandada. La
formula matemática simplificada que resume este concepto, que expresa la demanda como
una recta es la siguiente: Qd= a - b*p, donde "P" representa el precio y "a" y "b" son
constantes.
Véanse también: Ley de la oferta y la demanda, Efecto renta, Efecto sustitución, Elasticidad
precio de la demanda y Elasticidad cruzada de la demanda.