Doctrina Del Arminianismo

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DOCTRINA DEL ARMINIANISMO

¿Quién fue Jacobo Arminio?


Jacobo Arminio fue un pastor y teólogo holandés, nacido el 10 de octubre de 1560.
Fue formado dentro de la teología calvinista en la universidad de Leiden, aunque se
cuenta que tuvo profesores contrarios a la misma, quienes influenciaron su
pensamiento.  

Pero fue en 1589 cuando Arminio tenía que preparar una defensa de la doctrina
calvinista de la Predestinación, cuando fue consiente de los extremos de esta
enseñanza, y trató de modificarla.

Arminio no estaba de acuerdo con que Dios incondicionalmente eligiera solo a ciertas
personas para la salvación y decidiera la condenación de otros, como Calvino
enseñaba. Aunque hoy muchos calvinistas dirán que Dios no predestina a nadie para
la condenación, sino que solamente los pasa por alto. Ciertamente esa no era la
perspectiva de Calvino mismo. También al final de cuentas no hace mucha diferencia
decir que Dios los predestinó para condenación, o solamente decidió no salvarlos.
Profundizaremos esto más adelante.

1. La depravación total La naturaleza humana ha sido dañada por la caída, pero no totalmente
discapacitada. Incluso si no somos básicamente buenos, al menos no somos completamente malos.
La voluntad no está esclavizada al pecado, pero es capaz de creer en Cristo, incluso antes de la
regeneración (aunque no del todo fuera de la gracia de Dios). Por lo tanto, cada pecador conserva la
capacidad de elegir a favor o en contra de Dios, ya sea cooperando con el Espíritu de Dios para
salvación o resistiéndose a la gracia de Dios para condenación.
2. el arminianismo no es semi-pelagianismo como a veces se lo acusa. El semi-
pelagianismo enseñaba que el ser humano no está totalmente depravado, sino
que todavía tiene libertad por sí mismo para ir a Jesús
3. Elección condicional. Las elecciones de Dios para salvar a ciertos individuos se basan en la fe
prevista, en su capacidad de saber de antemano que iban a creer libremente el Evangelio. La elección
es condicional en que es determinada finalmente por la elección individual: las únicas personas que
Dios ha elegido son aquellos a los que El ya sabía que habrían de creer. Por otra parte, la fe que El
prevé no es exclusivamente un don divino, sino en parte una decisión humana. Por lo tanto, la causa
última de la salvación no es la elección de Dios del pecador, sino la elección del pecador de Dios.
4. Elección condicional. El que Dios haya escogido a ciertos individuos para salvación antes
de la fundación del mundo se debe al hecho de que Dios vio de antemano que dichos
individuos habrían de responder a su llamado. Dios escogió sólo a aquellos que él vio de
antemano creerían en el evangelio de su propia voluntad. Las obras futuras de dichos
individuos determinan, por tanto, la elección. La fe que Dios vio de antemano y sobre la
cual basó su elección no fue impartida por el Espíritu Santo, sino que surgió de la voluntad
del hombre mismo. Pertenece al hombre, por tanto, la prerrogativa de quién ha de creer y
quién ha de ser escogido para salvación. Dios escogió sólo a aquellos que él sabía había de
escoger a Cristo y no la elección del pecador por parte de Dios.
La Elección Condicional.  Que enseña que Dios elige a su pueblo con la
condición de la fe. Contrario a la posición del calvinismo que habla de una
elección incondicional. Es decir, que Dios elige incondicionalmente quienes van
a creer.
Para respaldar la posición arminiana podemos citar muchos textos bíblicos
como:

Juan 3:16; Hechos 16:31; Efesios 2:8-9

3. La expiación universal o general. La obra de Cristo en la cruz hace posible la salvación para todos, pero
no real para cualquier persona en particular. Aunque la crucifixión permitió a Dios conceder el perdón, esto se
da sólo con la condición de fe personal. Cristo murió por todos y cada uno; sin embargo, sólo aquellos que
creen serán salvados. Por lo tanto, la expiación sólo se hace efectiva si y cuando alguien elige aceptar o no
aceptar.
 Cristo murió por todos los hombres y por cada hombre, aunque solo los creyentes
son salvados.

 3.- Redención universal o expiación general. La obra redentora de Cristo brindó a todos
los hombres la oportunidad de ser salvos, pero no garantizó la salvación de ninguno. A
pesar de que Cristo murió por todos los hombres, sólo los que creen en él son salvados. Su
muerte hizo posible el que Dios pudiera perdonar a los pecadores siempre y cuando éstos
creyeran, pero no borró los pecados de ninguno. La redención en Cristo es eficaz sólo si el
hombre decide aceptarla.
 Juan 3:16; 1 Juan 2:2; 2 Pedro 3:9
 La Expiación Ilimitada. Que enseña que Jesús murió por toda la humanidad,
pero esto se hace efectivo solamente en los que creen.
 Juan 3:16; 1 Juan 2:2; 2 Pedro 3:9

5. Gracia resistible. Todo el mundo que oye el Evangelio es llamado a la fe en Cristo, no sólo


externamente sino también internamente. El Espíritu habla a cada corazón, haciendo todo lo posible
para persuadir al pecador a confiar en Cristo. Sin embargo, los pecadores son capaces de resistir el
Espíritu Santo, y no van a ser regenerados a menos que y hasta que se arrepientan. Para decirlo de
otra manera, la aplicación del espíritu de la obra salvadora de Cristo está condicionada a la
aceptación previa del pecador del evangelio. El Espíritu Santo no puede impartir nueva vida
espiritual a menos que el pecador esté dispuesto a recibirla.
El Espíritu Santo puede ser resistido eficazmente. El Espíritu llama de manera especial a
aquellos que mediante el evangelio son llamados de manera general; El hace todo lo que
puede por traer a cada pecador a la salvación. El llamado del Espíritu, sin embargo, puede
ser resistido ya que el hombre es libre. El Espíritu no puede regenerar al pecador hasta que
éste crea; la fe (que es lo que el hombre contribuye) precede y hace posible el nuevo
nacimiento. El libre albedrío, por tanto, limita al Espíritu en la aplicación de la obra
redentora de Cristo. El Espíritu Santo puede traer a Cristo sólo a aquellos que se lo
permitan. El Espíritu no puede impartir vida hasta que el pecador responda. La gracia de
Dios, por tanto, no es invencible; puede ser, y muchas veces es, resistida y frustrada por el
hombre.
La Gracia Resistible. Que enseña que el ser humano puede resistirse a la Gracia de
Dios. Al contrario de la Gracia irresistible enseñada por el calvinismo.
Para respaldar este punto podemos citar:

Hechos 7:51; Mateo 23:37

5. Perder la salvación y caer de la gracia. Los que creen en Cristo y son verdaderamente salvos, sin embargo,
puede perder totalmente y finalmente su salvación mediante el alejamiento de su fe. La vida eterna no es
segura cuando un pecador viene a Cristo, sino que depende de la fidelidad de los cristianos a Cristo hasta la
muerte.
El caer de la gracia o el perder la salvación. Los que creen y son verdaderamente salvos pueden
perder su salvación por no perseverar en la fe.
La salvación es efectuada mediante los esfuerzos conjuntos de Dios (quien toma la iniciativa) y el
hombre (a quien le toca responder) –siendo la respuesta del hombre el factor determinante. Dios
ha provisto salvación para todos, pero su provisión es efectiva sólo en aquellos que de su propia
voluntad “deciden” cooperar con él y aceptar su oferta de gracia. En el momento crucial la
voluntad del hombre juega un papel decisivo; por tanto, el
hombre, y no Dios, determina quienes serán los que reciben el don de la salvación.
La Posibilidad de perder la Salvación. O de caer de la Gracia. Esto como consecuencia
del punto anterior. Si la Gracia es resistible, en cualquier comento se puede descuidar
de permanecer en la Gracia y se puede caer de la misma. Esto es contrario a la
enseñanza de la Perseverancia de los Santos que enseña el calvinismo. Es decir, que
la Salvación no se puede perder.
Para defender bíblicamente este punto se puede citar:

Mateo 24:13; Apocalipsis 3:5; Juan 15:6

DOCTRINA CALVINISTA
 Total depravación
 Elección incondicional
 Expiación limitada
 Gracia irresistible
 Perseverancia de los santos

Los Cinco Puntos del Arminianismo.


Artículo 1
Artículo 2
Artículo 3
Efesios 2:8-9

Artículo 4
Artículo 5

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