Notas Acerca de La Experiencia Del Centro de Acopio de Residuos Reciclables (Amba 1999 2006)

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Schamber, Pablo Javier

Notas acerca de la experiencia del Centro de


Acopio de Residuos Reciclables (AMBA,
1999-2006)

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Nacional de Quilmes de la Universidad Nacional de Quilmes

Cita recomendada:
Schamber, P. J. , Bordagaray, M. E. (2017). Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de Residuos
Reciclables (AMBA, 1999-2006). Revista de ciencias sociales, 9(31), 157-177. Disponible en RIDAA-UNQ
Repositorio Institucional Digital de Acceso Abierto de la Universidad Nacional de Quilmes
http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/1681

Puede encontrar éste y otros documentos en: https://ridaa.unq.edu.ar


Pablo Javier Schamber y María Eugenia
Bordagaray

Notas acerca de
la experiencia del
Centro de Acopio de
residuos reciclables
(AMBA, 1999-2006)

Introducción poco conocido el hecho de que tal tipo


de acción colectiva efectivamente tuvo
Contar con recursos técnicos y finan- lugar en los hechos. En efecto, una ex-
cieros que permitan concentrar el aco- periencia semejante fue protagonizada
pio individual de materiales reciclables, por una veintena de cooperativas de car-
trascender a los intermediarios y mejorar toneros bajo el impulso de una federa-
las condiciones de comercialización ne- ción o cooperativa de segundo grado (el
gociando directamente con la industria Instituto Movilizador de Fondos Coope-
que los recicla son aspiraciones vigentes rativos, IMFC) entre los años 1999 y 2006
y ampliamente compartidas por distin- en el ámbito del Área Metropolitana de
tos sectores vinculados a la problemá- Buenos Aires (AMBA). Ese organismo
tica de las cooperativas de recolectores primero sirvió como espacio de encuen-
informales de residuos (“cartoneros”), tro, intercambio de experiencias y apoyo
entre los que se incluye a los propios técnico para realizar los trámites nece-
referentes de organizaciones coopera- sarios y obtener el reconocimiento jurí-
tivas, funcionarios y técnicos puestos a dico estatal a distintas iniciativas como
planificar políticas públicas, miembros “cooperativas de cartoneros”, luego se
de organizaciones no gubernamentales, constituyó en el nexo para que el Banco
académicos, etc. Sin embargo, incluso Credicoop otorgara créditos a algunas
para la mayoría de ellos, resulta muy de ellas y, más tarde, se puso al frente de

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la organización y administración de un jurídico gracias a la asistencia técnica
Centro de Acopio (CA) a través de cual del IMFC.2
se procuró alcanzar el objetivo antes
mencionado. El propósito de este traba-
jo es rescatar del olvido esa experiencia, El IMFC y su refundación: a
describir hasta donde resulte posible cooperativizar cartoneros
mediante testimonios y documentos sus
principales características y analizar las El IMFC fue fundado en el año 1958
razones de su desenlace.1 en la ciudad de Rosario, tanto por in-
Las consideraciones de los cuatro tegrantes de pequeñas cooperativas
referentes de las más de veinte coopera- de crédito como por militantes prove-
tivas que hemos identificado participa- nientes de los partidos políticos tradi-
ron de la experiencia; no pretende ser cionales y de la militancia sindical.3 El
cualitativamente representativa de ese objetivo fue constituirse como espacio
universo, aunque la selección responde de formación y cohesión de coope-
(en parte) al protagonismo que tuvie- rativas, por medio de la promoción y
ron para llevar adelante las acciones ob- la educación cooperativa, otorgando
jeto de este análisis. Además, se trata de créditos para las pequeñas y medianas
casos que obtienen su reconocimiento empresas que lo solicitaran. Por medio

1 El presente artículo fue realizado en el marco del proyecto de investigación PDTS-CIN-Conicet asentado en la
Universidad Nacional de Lanús y la Universidad Nacional de Quilmes (PDTS Nº 594, 2015-2017) titulado “Ambien-
te, industria e inclusión social. Encadenamientos productivos ligados al reciclaje de residuos sólidos urbanos en
el Conurbano Sur”. El proyecto está dirigido por Pablo Javier Schamber; M. E. Bordagaray se desempeña como
becaria posdoctoral de este. Este trabajo debe leerse como una primera aproximación sistemática sobre aquel
hecho, que aspira a servir como impulso a futuros aportes. A poco de andar, advertimos que las relaciones per-
sonales entre quienes protagonizaron la experiencia objeto de este análisis no quedaron en general en buenos
términos. Durante la investigación de campo encontramos a veces reticencia entre los informantes para expandir
o ampliar detalles, y otras veces mutuas acusaciones graves. Agradecemos a los cooperativistas que nos brin-
daron sus testimonios y colaboración para la consecución de este trabajo: Jorge Olmedo de la Cooperativa del
Oeste; Carlos Martínez de El Orejano; Virginia Pimentel de Re.Na.Ser y Valentín Herrera de Reciclando Sueños.
Asimismo, destacamos la asistencia de Patricia Arpe y Edgardo Form del IMFC.
2 Tanto las cooperativas Nuevo Rumbo como El Ceibo, referencias en el sector, participaron en distintas ins-

tancias en el ámbito de la organización propuesta por el IMFC, pero su conformación es previa y esta característica
las diferencia de los casos que hemos seleccionado para relatar esta experiencia. Por otra parte, la situación actual
de las cooperativas que estuvieron involucradas es heterogénea (algunas han desparecido y otras se encuentran
fortalecidas y funcionando como cooperativas de servicios ligadas al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
como “Centros Verdes”). Finalmente, de muchas otras cooperativas que pudiésemos haber considerado nos
ha sido imposible el contacto con sus referentes, ya que se desarticularon y dejaron de existir activamente. Por
último, el recorte de los casos también se define al circunscribirnos a la Ciudad de Buenos Aires y el AMBA (como
veremos, el proyecto del IMFC incluía cooperativas de Rosario, Bahía Blanca, Pehuajó, Córdoba y otras ciudades
intermedias de la provincia de Buenos Aires).
3 Si bien la relación entre el IMFC y el Partido Comunista (PC) no ha sido abordada por la historiografía con-

sultada, algunas investigaciones dan cuenta de los modos en que militantes comunistas se incorporan a la acción
cooperativa desde la fundación del IMFC en 1958 en la ciudad de Rosario. Si bien estos estudios describen una he-
terogeneidad de ideas y personas que militan por causas sociales, sindicales o en partidos políticos tradicionales
(como el Partido Demócrata Progresista de Santa Fe) que confluyen en las acciones dentro del IMFC (Plotinsky,
2007; Martínez Fernández, 2015), es Floreal Gorini (sostenedor y principal referente del IMFC desde los inicios

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Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables
de estas acciones, se buscó fortalecer su turales, sociales, archivo y biblioteca de
capital social, y simultáneamente con- la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
formar cajas de crédito para sectores En 1998, al cumplirse los cuarenta
medios de la sociedad, fundamental- años de su fundación, el IMFC declara
mente pequeñas empresas, tanto ur- su “refundación”, en el sentido de una
banas como rurales (Plotinsky, 2003). nueva orientación que parece haber
Con posterioridad, el IMFC impulsó la sido definida por la situación social y
creación del Banco Credicoop, que hoy económica que atravesaba la Argentina
cuenta con filiales en todo el país. El de fines de siglo.5 El acompañamiento
IMFC se afinca en la Capital Federal en y financiamiento a nuevos colectivos y
1960 y también se expande hacia otras emprendimientos sociales, que intentan
ciudades del interior del país. En el ám- construir proyectos laborales y produc-
bito del IMFC funciona también el Insti- tivos alternativos y conformar nuevas
tuto de la Cooperación (Fundación de cooperativas frente a la desocupación
Educación, Investigación y Asistencia reinante, son el objetivo que persigue el
Técnica –Idelcoop–), centro de investi- IMFC en esta nueva etapa (ACI Américas-
gación y educación en cooperativismo IMFC-Idelcoop, 2003). Con financiación
y economía social, desde el año 1973.4 a través de microcréditos, el IMFC persi-
En el año 2005 se inaugura el Centro gue en esta nueva etapa la conformación
Cultural de la Cooperación (CCC), un de una red de cooperativas orientadas a
reconocido ámbito de actividades cul- la transformación social y a la crítica y

hasta su muerte, y también figura representativa del comunismo argentino que se desempeñó como diputado
nacional por dicho partido entre los años 1995 y 1997) quien confirma la existencia de al menos un miembro del
PC participante en la conformación de cada uno de los primeros grupos cooperativos: “Casi ninguna de esas
cooperativas se fundó sin la presencia de por lo menos un comunista que llevaba la idea, pero no éramos solo los
comunistas. Había gente sin partido, con vocación social, con vocación solidaria, con conocimiento de las venta-
jas. Había presencia de peronistas, radicales... estaban en la sociedad, estaban en la cooperativa. Si la mayoría en
la sociedad eran radicales y peronistas, también eran mayoría en el movimiento cooperativo. Pero como forma
orgánica, solo los comunistas y los demócratas progresistas. En Santa Fe, los dirigentes de base […]” (Plotinsky,
2007, p. 193). La acción antimonopólica propuesta por medio de la creación de pequeños organismos de crédito,
la federalización de las acciones cooperativas y la alternativa a un sistema bancario y económico “avasallador”
junto a una alianza de los sectores de la pequeña burguesía y la clase trabajadora representan algunos de los ítems
fundamentales en los discursos, actas y presentaciones del IMFC desde su fundación y son bandera de lucha del
Partido Comunista Internacional desde 1935 (Plotinsky, 2007; Arévalo, 1983; Camarero, 2001).
4 “El Instituto de la Cooperación –Fundación de Educación, Investigación y Asistencia Técnica– es una en-

tidad civil, sin fines de lucro, creada por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, con el objeto de pro-
mover, realizar y estimular la educación y capacitación cooperativa y los estudios e investigaciones destinados al
adelanto y difusión de la doctrina cooperativa, de su práctica y de las ciencias y técnicas vinculadas a ella. Inició
sus actividades el 12 de octubre de 1973”, en <http://www.idelcoop.org.ar/historia#sthash.ZXblNdAL.dpuf >.
5 Es extensa la literatura sobre las consecuencias de las políticas macroeconómicas implementadas en la

Argentina que desembocan en una de las crisis políticas, económicas y financieras más severas de su historia.
La mayoría de los indicadores de actividad económica coinciden en mostrar una reversión de la tendencia as-
cendente y el inicio de una profunda recesión en la Argentina a partir de 1998, cuando también bajan los precios
de las exportaciones y se revierte la tendencia internacional de capitales hacia los países emergentes, cae la
recaudación fiscal, crece la pobreza, el desempleo y la exclusión social. Un buen resumen al respecto puede
encontrarse en Svampa, 2005.

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acción transformadora del sistema ca- a los pequeños y medianos empresarios
pitalista. En palabras de Floreal Gorini, organizados en asociaciones de PyME y
uno de los fundadores y presidente del cámaras de pequeños empresarios, así
IMFC hasta su muerte en el año 2004, el como también a la intelectualidad (Idel-
fin último de la acción cooperativa es el coop, vol. 31, Nº 152, 2004).
cambio cultural.6 De acuerdo a lo descripto, el interés
Como puede advertirse, a diferencia de la institución responde, en primer
de las cooperativas de crédito, de salud lugar, a la acción concreta en el campo
y de seguros que componen los grupos político por medio de la organización
cooperativos impulsados financiera- y formación de los colectivos populares
mente por el IMFC y Credicoop en el que identifican, se encuentran en un
período anterior, la propuesta para este proceso de construcción y definición.
momento de crisis histórica-estructural En este sentido, el IMFC reconoce las
que atraviesa la Argentina se inclina ha- trayectorias, aunque breves, de algunas
cia otro sector social: asociaciones de trabajadores cartoneros
y percibe allí la posibilidad de apadrina-
Recolectores de residuos, zapateros, pa- miento y promoción por medio de la ge-
naderos, agricultores, cocineras… Ofi- neración de proyectos productivos para
cios diferentes que tienen algo en común: el sector. Como veremos, el presupuesto
participan de un conjunto de nuevas de lazos de solidaridad y de intereses co-
cooperativas. Impulsadas por el Institu- munes entre quienes se encuentran en
to Movilizador, que se propone –en una situación de exclusión social perfilará
etapa de refundación inaugurada hace fuertemente el proyecto dirigido por el
tres años– salir al cruce de la compleja IMFC y definirá también la interpreta-
realidad argentina con ideas concretas ción acerca de los problemas que apare-
y viables (Acción, Nº 850, enero de 2002, cen en el devenir de la acción colectiva y
pp. 8 y 9). asociativa encarada.

Cartoneros y recolectores de residuos


son los principales sujetos a quienes se La formación de las
apela en esta nueva etapa, en pos de or- cooperativas y la
ganizar, capacitar y fortalecer la acción Mesa Coordinadora
solidaria y la mejora de sus condiciones de Recolectores
de vida por medio de mayores ingresos
económicos en base a su actividad. Pero De entre todas las modalidades de aso-
la fortaleza del movimiento cooperativo ciatividad existentes, la figura de la coo-
y el cambio cultural propuesto, según perativa ha sido y es el modo preponde-
Gorini, está en unirse a otros movimien- rante de organización de cartoneros y
tos sociales, principalmente al de los recuperadores a lo largo y ancho del país
trabajadores organizados en sindicatos, desde mediados de la década de 1990 y

6 Floreal Gorini (1922-2004). Gerente general del IMFC (1973/1992) secretario (1992/1998) y presidente del

Consejo de Administración (desde 1998). Fue dirigente sindical bancario y diputado por el Partido Comunista.
Fue, asimismo, el fundador y primer director del Centro Cultural de la Cooperación, que hoy lleva su nombre.

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Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables
hasta la actualidad. La Alianza Coope- pero los trámites exigibles para crear-
rativa Internacional (ACI) define a una la no habían podido concretarse hasta
cooperativa como “[…] una asociación ese momento.
autónoma de personas que se han uni- Sobre los inicios de la vinculación
do voluntariamente para satisfacer sus entre el IMFC y las cooperativas en for-
necesidades y aspiraciones económicas, mación son coincidentes los testimo-
sociales y culturales comunes, por me- nios de los protagonistas consultados.
dio de una empresa de propiedad con- Edgardo Form, quien fuera gerente del
junta y democráticamente gestionada”. IMFC, refiere que
Así como el IMFC tenía experiencia en la
formación de distintos tipos de coope- […] el vínculo se generó a partir de di-
rativas, en este caso la propuesta a los rigentes de nuestro movimiento que te-
recuperadores, es la de conformación nían contactos formales o informales con
de cooperativas de servicios. Es posible los recuperadores, ya sea que estuvieran
situar históricamente el crecimiento del organizados de alguna manera o bien
número de cooperativas de cartoneros en que actuaran individualmente (entrevis-
el período que coincide con las acciones ta de los autores a Edgardo Form, 2015).
concretas del IMFC tendientes al acompa-
ñamiento y formalización de estas ante En varios casos, el primer vínculo se es-
el Instituto Nacional de Asociativismo y tablece con las filiales locales del Banco
Economía Social (INAES).7 Sin embargo, Credicoop por medio de consejeros o
ello no significa que el predominio de esa militantes del PC, en otros por conocidos,
figura jurídica en el sector se deba sola- vecinos del barrio o familiares que tienen
mente a su injerencia. Sobran ejemplos algún tipo de experiencia o participación
de cooperativas de recuperadores que en cuestiones sociales o políticas, y brin-
preceden en su constitución al impulso dan información sobre las acciones que
dado por esta institución, tales como los en aquel momento se llevaban a cabo en
casos de El Ceibo en la Ciudad de Bue- el IMFC.
nos Aires y Nuevo Rumbo en Lomas de Estos primeros encuentros a los que
Zamora (Paiva, 2006; Schamber, 2007; hacen referencia todos los entrevistados,
Algacibiur y Schamber, 2008), y de las que comienzan hacia fines de 2000, son
que se organizaron de modo indepen- recordados por Form como una instan-
diente a dicho aliento. Incluso, algunos cia de capacitación en economía solida-
de los referentes ligados a la experien- ria y gestión cooperativa. Además de Ed-
cia que aquí se analiza recordaron que gardo Form y Floreal Gorini (presidente
la idea de conformar una cooperativa del IMFC) aparecen otros nombres en los
era anterior al contacto con el IMFC, relatos y en las fuentes escritas: Vicente

7 El anterior Instituto Nacional de Acción Cooperativa y Mutual (INACyM) se transforma en el año 2000 en lo

que hoy es INAES. Según el Decreto 721/2000 en su artículo 9, es función del INAES “Dictar resolución definitiva en
lo atinente al reconocimiento de Asociaciones Mutuales y Cooperativas efectuando el otorgamiento, denega-
toria o retiro de la personería jurídica para su funcionamiento, como así también su superintendencia y control
público”. Esto implica que el reconocimiento formal de las cooperativas es tramitado frente a este organismo,
y es aquí donde se reconoce su personería jurídica.

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Barros, consejero de la sucursal Villa el barrio de Palermo de la Ciudad de
Insuperable del Credicoop, luego vo- Buenos Aires). Luego se irán sumando
cal y secretario del IMFC, es el principal otros referentes y cooperativas hasta
referente del “Proyecto Cooperativas conformar la Mesa Coordinadora de
de Cartoneros” y en ocasiones es men- Recolectores, que se reunía regular-
cionado como responsable de la Mesa mente los jueves a la tarde en la sede del
Coordinadora de Recuperadores que IMFC en la Ciudad de Buenos Aires. A
se inaugura durante las primeras reu- medida que se van logrando las matri-
niones. De acuerdo a los datos que nos culaciones ante el INAES, cada grupo le
han brindado los entrevistados, Barros dará forma a un proyecto de desarrollo
era dueño de una pequeña empresa de específico donde quedan plasmadas
plásticos que fabricaba descartables las necesidades de crédito solicitado al
(como cucharitas de helado) y carcasas Banco Credicoop. En algunos casos, se
de televisores. Su participación resulta ponía énfasis en la necesidad de crear
sustancial tanto para reunir a los gru- mejores condiciones para la compra de
pos precooperativos, organizar la Mesa los materiales a los recolectores de la
Coordinadora de Recuperadores y ser- zona, mientras que en otros, el objetivo
vir de nexo con el IMFC, el Idelcoop y el era mucho más amplio: la mejora de las
Banco Credicoop, como más adelante condiciones de vida, salud, la educación
para gestión, administración y orga- de la gente de su respectivo barrio que se
nización laboral del centro de acopio. dedicaba a la recolección, y se menciona-
Por otro lado, era quien visitaba a los ba que este “cambio social –evitaría– ge-
cartoneros, quien iba casa por casa, y neraciones de cartoneritos” (entrevistas
quien conocía a todos los miembros de de los autores, 2015). En otros proyectos,
las cooperativas y la tarea que llevaban los cooperativistas defendían la noción
adelante. Un entrevistado lo definió de que la tarea de los recuperadores
como “la cabeza del proyecto” (entre- era un trabajo a través del cual se pres-
vista de los autores, 2015). Jorge Spe- taba un servicio público, que entonces
roni, contador y secretario del IMFC, es debía ser reconocido por el Estado y la
otro de los referentes para los grupos sociedad en general.
cooperativos, ya que era el encargado En este sentido, Barros asume que
de llevar adelante los trámites necesa- “[…] Cuando pensamos desde el Ins-
rios para la formalización de las coope- tituto Movilizador de Fondos Coope-
rativas en procura de su matriculación rativos en formar cooperativas, pensa-
en el INAES. mos en cómo desarrollarlas, asistirlas y
Según los entrevistados, los prime- acompañarlas, darles educación coope-
ros referentes de cooperativas de car- rativa; de lo contrario sería condenarlas
toneros que acuden al IMFC durante el al fracaso. Les suministramos los fondos
año 2000 son representantes de la coo- para que se desarrollen y puedan cons-
perativa Re.Na.Ser (Recuperar Natural- truir, y luego de la devolución del dine-
mente y Servir, de La Matanza), El Ore- ro al Instituto Movilizador de Fondos
jano (General San Martín) y El Ceibo Cooperativos, las cooperativas se que-
(en ese momento, la única cooperativa dan con el excedente y la posibilidad de
ya existente del grupo, localizada en comenzar inmediatamente otro proceso

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Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables
exactamente igual […]” (Idelcoop, vol. del IMFC, es también quien dirige la Mesa
31, Nº 152, 2004, p. 11). Coordinadora de Cartoneros.9 Según él,
Una vez definido el modelo de coo- la función del IMFC no se agota en el fi-
perativa, en este caso la de servicios, nanciamiento por medio de microcrédi-
comienzan las capacitaciones con pro- tos para que las cooperativas que se con-
fesionales y docentes del Idelcoop, forman puedan comenzar con el acopio,
tanto en el IMFC como en las sedes de el alquiler de locales para lograr mayor
los grupos. Estas capacitaciones abor- espacio de acopio o la compra de ma-
daban temas jurídico-contables (para quinaria. También se trata de acompa-
administrar una cooperativa), técnicos ñar a los cooperativistas a entrevistarse
(en torno a los materiales y los modos con funcionarios municipales y coordi-
de recuperarlos, tratarlos y prepararlos nar políticas de inclusión del sector con
para la venta), y también se proponían diferentes autoridades municipales (Ac-
lecturas sobre temas sociales y políti- ción, Nº 850, enero de 2002).
cos: “Leíamos sobre Rochdale”, comen- Para el año 2002, hay 11 cooperati-
tó un entrevistado.8 Al mismo tiempo, vas de recolectores registradas ante el
comienza también la publicidad de las INAES por medio del IMFC. Según relatan
actividades y de la organización del IMFC los entrevistados, el técnico adminis-
con respecto al sector cartonero por me- trativo del IMFC que se encargaba de la
dio de Acción, revista quincenal editada conformación de los estatutos, la ma-
por el IMFC. En sus páginas es posible triculación y el cumplimiento de los
encontrar las actividades realizadas por requisitos legales para cada una de las
las tres instituciones (IMFC, Idelcoop y cooperativas en algunas ocasiones se
Banco Credicoop) junto a notas escritas incluía a sí mismo y/o a desconocidos
por economistas, intelectuales y políti- como miembros de los grupos, para
cos pertenecientes a algunas de las tres ayudarlos a alcanzar la cantidad ne-
instituciones. En enero de 2002 apare- cesaria para poder inscribirlos como
ce la primera referencia, dando cuenta cooperativas (mínimo de entre 7 y 10
de un grupo de trabajo ya consolidado integrantes): “Nosotros éramos pocos
representado por Virginia Pimentel, o sea, no podíamos ser cooperativa.
Vicente Barros, Jorge Speroni, Edgardo Entonces –el técnico– trae gente de los
Form y Floreal Gorini (Acción, Nº 850, movimientos de desocupados para ha-
enero de 2002). Vicente Barros, en ese cer número” (entrevista de los autores,
momento prosecretario administrativo 2015). Recordemos que en los inicios de

8 Rochdale es una ciudad localizada en el Gran Manchester (noroeste de Inglaterra). El origen del coopera-
tivismo remite a la experiencia llevada adelante allí en el año 1844 cuando 28 obreros textiles son despedidos
de la fábrica por realizar una huelga, y en consecuencia crean el primer almacén cooperativo con el aporte de 28
peniques cada uno. Crean sus estatutos, haciendo hincapié en la acción solidaria y responsable de sus miembros,
plasmando allí lo que se conoce como “Carta de Cooperación”.
9 Los modos de nombrar al grupo fueron cambiando, y no hemos encontrado regularidad ni referencias al

porqué de esta indefinición. En algunos casos, figura el de Mesa Coordinadora de Cartoneros, otras como Mesa
Coordinadora de Recolectores de Capital y Gran Buenos Aires, Mesa Coordinadora de Recolectores o Mesa Coor-
dinadora de Cooperativas de Provisión de Servicios de Recolectores.

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Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables 163 revista de ciencias sociales, segunda época
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esta nueva etapa de “refundación” del en las que se expuso sobe la experiencia
IMFC, el apoyo en la consolidación de que venía desarrollando la Mesa Coor-
los movimientos de desocupados con dinadora. En general, en estos congre-
miras a su cooperativización es simultá- sos o encuentros, los referentes de las
nea a la conformación de la Mesa Coor- cooperativas exponían sobre sus oríge-
dinadora de Cartoneros. Es por ello que nes y el proyecto que compartían. En
en distintos momentos de la experien- ocasiones, de este modo, conocían las
cia relatada por los entrevistados apa- realidades en la organización asociati-
recen referencias como “traían gente de vas de los cartoneros de otros países.11
afuera” o “gente que ellos tenían”, pero
era algo a lo que los cooperativistas no
oponían mayores resistencias, dado que El funcionamiento del
resultaba necesario a su reconocimien- Centro de Acopio (CA)
to jurídico como cooperativa, paso obli-
gado para obtener un crédito posterior. Todas las cooperativas debían abrir una
Los entrevistados también reconocen cuenta en la filial del Banco Credicoop
que el IMFC impulsó la conformación de su respectiva zona, requisito necesa-
de nuevos grupos cooperativos, es de- rio para el giro del crédito inicial que
cir, no necesariamente ligados a los que sería devuelto con mínimos intereses
habían formado parte de la experiencia luego de un tiempo de gracia, como
inicial, y ello implicó que se agrandara posteriormente para las transacciones
el número de integrantes de la Mesa comerciales vinculadas al CA. El IMFC
Coordinadora con “amigos” o “conoci- pretende de este modo que cada coope-
dos”. Este sería el caso, por ejemplo, de rativa tenga materia prima suficiente y
la cooperativa Alicia Moreau de Justo.10 en stock para el momento de comenzar
No obstante, ocasionalmente las auto- el funcionamiento del CA. Los adelantos
ridades de la Mesa Coordinadora eran o préstamos fueron otorgados en distin-
elegidas por todos los miembros par- tos momentos y con diferentes fines de
ticipantes, incluyendo referentes de las acuerdo a las necesidades y proyectos
cooperativas y miembros del IMFC. de cada cooperativa. El Orejano recibió
A medida que la problemática de los 10 mil pesos, con lo que acondicionan
cartoneros ingresa en la agenda de los go- un espacio para el acopio en la vivienda
biernos locales de la Argentina, funda- de su presidente e hicieron las primeras
mentalmente durante los años 2002 y compras. Re.Na.Ser recibe un desem-
2003, fueron varias las presentaciones, bolso para señar y pagar una parte del
impulsadas y financiadas por el IMFC, alquiler mensual de un galpón en La

10 Formada por mujeres vinculadas a una escuela de Lavallol (desempleadas, docentes, profesionales, ma-

dres de alumnos). Destacamos el trabajo de Paiva (2004) que recupera la historia de esta cooperativa.
11 Al Primer Encuentro de Recuperadores de Materiales Reciclables realizado en Caixas do Sul en agosto

de 2002, además de Barros viajaron con financiamiento del IMFC Hugo Oliva (Cooperativa Carpamet), Néstor
Jiménez y Mario Veliz (Villa Malaver), Alejandro Casquet (Almafuerte), Jorge Magallanes (Caminito), Jorge Soler
(El Orejano), Virginia Pimentel (Re.Na.Ser) y Ricardo Berardi (9 de octubre). Revista Acción, Nº 866, septiembre
de 2002.

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Nº 31, otoño de 2017, pp. 157-177 164 Pablo Javier Schamber y María Eugenia Bordagaray
Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables
Matanza.12 También le fue otorgado en trevistados refieren que esa propiedad
calidad de préstamo el dinero necesario le pertenecía al Banco Credicoop como
para la compra de una prensa de papel. resultado del embargo realizado a una
Por otro lado, durante los ocho meses empresa deudora, mientras que otros
que la cooperativa vendió al CA, el IMFC indicaron que la propiedad pertenecía a
aportaba mensualmente para el pago uno de los asociados del IMFC, consejero
de sueldos de los operarios locales. Los del Banco Credicoop.
fondos girados a las cooperativas para Según la crónica de Acción, las coo-
alquiler, compra de material o salarios perativas que participan de la experien-
para personal, no estuvieron condicio- cia del CA son alrededor de 20: Cami-
nados por la especificación de mayores nito, de la Boca; Reciclando Sueños y
requisitos respecto a condiciones de hi- Reconquista Solidaria, de Villa Soldati;
giene y seguridad mínima requerida en Del Oeste, de Liniers; Arco Iris, de Villa
este tipo de tareas, seguro médico y la- Cildañes; Re.Na.Ser de La Matanza; Ali-
boral para trabajadores, etc. Las coope- cia Moreau de Justo, de Lavallol; Villa
rativas quedaban en libertad de acción Malaver, de Moreno; La Reconquista, de
en este sentido. Tres de Febrero; La Esperanza y Abrien-
El CA estaba ubicado en la calle Fle- do Caminos, de Quilmes; El Orejano, de
ming 2190 de Villa Zagala, partido de San Martín; La Sureña, de San Francis-
Gral. San Martín (límite con la locali- co Solano; Horizontes del Pilar, Carre-
dad de Munro), y tenía una superficie ros Unidos de Campana; Carbome, de
de 840 metros cuadrados. Al momento Pehuajó; Los Cerritos, de Bahía Blanca
de su inauguración, en los primeros días y entidades de Rojas y de Córdoba (Ac-
del mes de octubre de 2003, disponía de ción, Nº 891, octubre de 2003).
una máquina prensadora, una unidad
de acarreo y elevación de mercadería, La relación entre el IMFC y las cooperati-
aparejo, altillo metálico, balanza y una vas en torno a la organización del CA fue
rampa para facilitar la carga y descar- plasmada en un convenio. Sintéticamen-
ga. El armado de la estructura y la ins- te, este establecía que las cooperativas se
talación de la maquinaria fueron obra encargaban de recolectar el material re-
de empresas organizadas cooperativa- ciclable para luego entregarlo clasificado
mente (Acción, Nº 891, 2003, p. 10). El y pesado al galpón puesto a disposición
capital invertido para que estuviera en por el IMFC; este último cubría todos los
condiciones de funcionar fue aportado gastos del galpón (alquiler, transporte
por el IMFC, aunque posiblemente tam- de materiales, servicios, impuestos, segu-
bién hayan contado con financiamiento ros, mantenimiento). El tercer día hábil
externo.13 En cuanto a las características posterior a la entrega de los materiales,
de usufructo del galpón, algunos en- el IMFC abonaba a cada cooperativa un

12A comienzos de 2004, la cooperativa Re.Na.Ser se disuelve y Jorge Olmedo (Cooperativa del Oeste), por
intermedio de IMFC, se hace cargo de la continuidad del contrato de alquiler del galpón que ocupaban en La
Matanza.
13 Como por ejemplo del Centro Cooperativo Sueco y de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI Américas-

IMFC-Idelcoop, 2003). Otros documentos dan cuenta de un subsidio por parte del INAES.

Pablo Javier Schamber y María Eugenia Bordagaray


Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables 165 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 31,otoño de 2017, pp. 157-177
monto en concepto de anticipo sobre el ficación acordada en el seno de la Mesa
valor final de venta. Dicho monto debía Coordinadora, y el modo real de fun-
calcularse a partir de un precio igual cionamiento del CA. Dichas diferencias
al precio de mercado del intermedia- pueden agruparse en torno a diversos
rio (establecido semanalmente en las ejes, que desarrollamos a continuación.
reuniones de la Mesa Coordinadora).
Los recursos humanos necesarios para
el trabajo en el CA surgían de entre los Sobre la administración y los
socios de las cooperativas y su cantidad operarios del Centro de Acopio
estaba en relación con los volúmenes a
operar. El IMFC adelantaba a las coope- La planificación de la organización y
rativas los importes correspondientes a administración del CA fue discutida en
los ingresos de estos asociados. Las ven- el seno de la Mesa Coordinadora desde
tas mayoristas por cuenta y orden de las algunos meses antes de la apertura del
cooperativas quedaban a cargo del IMFC. mismo. Allí se decidió que la gestión
La diferencia entre la venta mayorista y general del Centro recayera en alguien
lo abonado a cada cooperativa en cali- elegido por las cooperativas. Varios
dad de anticipo se distribuía 70% para participantes presentaron candidatos
las cooperativas y 30% para el IMFC. Al para acceder al puesto: “Nos habían
realizar la liquidación, el IMFC desconta- dicho que uno de nosotros lo íbamos a
ba sobre el porcentaje correspondiente dirigir. Presentamos currículo” (entre-
a las cooperativas, un valor correspon- vista de los autores, 2015). La relación
diente a la devolución del préstamo laboral iba a hacerse por medio de la
efectuado para que cada cooperativa inscripción en el monotributo por parte
pudiese comenzar a operar, y los jorna- de los trabajadores, quienes facturarían
les adelantados a los socios por el traba- mensualmente al IMFC el monto del es-
jo en el CA.14 tipendio. Luego de evaluar alternativas,
La venta de lo acopiado por cada coo- acordaron que la responsabilidad de la
perativa y el pago por parte del Instituto administración del Centro de Acopio
se realizaba, generalmente con frecuen- recayera en la hija del presidente de la
cia semanal (Idelcoop, 2004). Según Ba- Cooperativa La Reconquista (del Partido
rros, siempre hubo un adelanto a cada de Tres de Febrero) porque había termi-
cooperativa para poder comenzar con nado la enseñanza media, tenía “buena
la cadena. El adelanto por material en- presencia” y era afable en trato con otras
tregado y aún no vendido también tiene personas, y principalmente, porque te-
su asiento en los registros del IMFC. Sin nía experiencia en ese cargo por cumplir
embargo, hemos advertido significati- la misma función en la cooperativa que
vas diferencias entre los entrevistados había creado su padre. Sin embargo,
respecto del modelo de organización propuesta por el referente institucional
que se deprende del articulado del con- del IMFC, quien termina ocupando ese
venio citado precedentemente, la plani- rol es una persona ajena a las cooperati-

14 Además de los testimonios de los entrevistados, los contenidos del Convenio fueron extraídos de un

cuadernillo elaborado por Idelcoop para las capacitaciones vinculadas a este emprendimiento (Idelcoop, 2004).

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 31, otoño de 2017, pp. 157-177 166 Pablo Javier Schamber y María Eugenia Bordagaray
Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables
vas. Al respecto resultan esclarecedoras con sueldo […]. La Mesa iba a decidir
las palabras de un entrevistado, tanto quién iba a trabajar” (entrevista de los
para ilustrar la distancia entre la pla- autores, 2015). Este ideal coincide con
nificación y los hechos, como para dar la descripción de Form con respecto al
cuenta del rol que cumplía Barros en el funcionamiento interno de la planta:
ámbito de la Mesa Cordinadora: “[…] los asociados a las cooperativas
de recuperadores colaboraban rotativa-
La tesorera iba a ser la hija de Benítez mente en las tareas anteriormente deta-
de la Reconquista. Eran de los primeros lladas. O sea que en lugar de realizarlas
en integrarse. Benítez era el padrastro, en sus domicilios o en la calle, lo hacían
ciruja de toda la vida. En la mesa había- en un lugar especialmente destinado
mos convenido que los responsables de para ello. […]” (entrevista a Edgardo
la administración éramos nosotros. Era Form, 2015). La experiencia relatada
la decisión de todos. La que estaba en por los entrevistados refleja que este
mejor condición era ella. Pero Vicente acuerdo se cumplió solo al principio,
planteó que hacía falta una persona de y por ingresos muy inferiores a los que
mayor edad y autoridad para esto, para se habían estipulado. Todos coinciden
estar ahí. Vicente era como el papá nues- en señalar que una vez transcurridos
tro y el nexo con el Instituto. Y bueno, se los primeros meses, miembros de la
lo aceptaron… Fue un error, pero ¿por cooperativa Carreros Unidos (Campa-
qué ibas a pensar mal?” (entrevista de na) fueron los que se hicieron cargo de
los autores, 2015). llevar a cabo las tareas cotidianas den-
tro del galpón. Se trataba de un grupo
En segundo lugar, con el correr de los caracterizado por padecer condiciones
meses, las cooperativas participantes de más humildes que el resto: “Ellos conta-
la experiencia del CA van a comenzar a ban las moneditas para ir y venir desde
recibir una serie de descuentos que no muy lejos. Venían de vivir en el medio
habían sido previstos ni acordados en del basural de Campana” (entrevista de
las reuniones de la Mesa Coordinadora los autores, 2015), por lo que se habili-
y que estaban en contradicción con lo ta un modo de organización para que
que establecía el mencionado Convenio, duerman en el mismo lugar de trabajo;
fundamentalmente en lo referido al al- de acuerdo a los testimonios recogidos,
quiler del CA y al transporte de los mate- si bien las condiciones de habitabilidad
riales (fletes). no eran buenas, la opción de ir y volver a
En tercer lugar, la Mesa Coordinado- Campana resultaba inviable.
ra había consensuado la modalidad del Al parecer, luego comienzan a tra-
procedimiento de selección de los ope- bajar como operarios personas contra-
rarios del Centro: un miembro de cada tada por fuera de las cooperativas: “[…]
cooperativa iría de manera secuenciada, empezaron a venir muchas nuevas coo-
“Iba a ser rotativo para que fueran las perativas, entonces las que estaban en
cosas transparentes” (entrevista de los funcionamiento con las que venían nue-
autores, 2015). Según otro entrevista- vas no había espacios […] Habían ele-
do, “los puestos iban a ser rotativos: dos gido a […], las personas que no tenían
por cada cooperativa cada dos meses la mínima idea de todo eso y las habían

Pablo Javier Schamber y María Eugenia Bordagaray


Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables 167 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 31,otoño de 2017, pp. 157-177
elegido para llevar el proyecto adelante” co), lo recibimos de las cooperativas, lo
(entrevistas de los autores, 2015). Según enviamos para molerlo y lo vendemos a
uno de los entrevistados, de la mano de un valor muchísimo más alto que el que
los referentes del IMFC ingresa más gente podría obtener cualquier cartonero por
a la Mesa Coordinadora y al CA. “Vamos a su cuenta” (ACI Américas-IMFC-Idelcoop,
ser solidarios decía. Pero empezaba a ser 2003). Sin embargo, según los entrevis-
avasallador, cada vez tenían más voz” (en- tados, en ocasiones cesaba la compra
trevista de los autores, 2015), refiriéndo- de cartón o la de vidrio y se compraba
se al referente del IMFC en la Mesa. Estas más chatarra, metales u otros materia-
personas provenían de los movimientos les. Según Form, esto se debía a cambios
de desocupados y son sumados a coo- estacionales en los precios del mercado
perativas o se conforman como nuevas mundial y en la dificultad para vender
cooperativas.15 determinados materiales, ya sea directa-
mente a los recicladores industriales o a
los grandes intermediarios. Otras veces
Sobre los tipos materiales y las la razón se vinculaba con el límite de la
cantidades que se acopian capacidad de acopio del galpón. Esto
implicaba para las cooperativas el retra-
Según información brindada por el so en las posibilidades de ventas, en la
IMFC, en diciembre de 2004 se recibieron recuperación de capital y por lo tanto en
los siguientes materiales: alto impacto, la compra a los recolectores individuales
film cristal, film color, corrugado, papel que realizan en sus respectivos depósi-
azúcar, papel blanco, papel diario, pet tos. “Nos recibían tres camiones de car-
blanco, pet color, polipropileno, poli- tón por semana, si queríamos bajar más
propileno 1ª, revista, soplado, tapita, ya había problemas” (entrevista de los
tetra, strich, trapo jean, trapo algodón, autores, 2015).16
vidrio. En relación con la cantidad y tipo Tanto por razones de escala (en rela-
de materiales acopiados y preparados ción con las cantidades comercializadas)
para la venta, a un mes de haber comen- como por solidaridad con los recolecto-
zado el trabajo en el Centro de Acopio, res (evitar que tengan que trasladarse a
según Barros, “[…] hemos superado las otros lugares para vender), las coopera-
150 toneladas de papel y cartón, canti- tivas eran “polirrubro” o “generalistas”,
dad que nos permite conversar con las es decir que compraban distintos tipos
empresas más importantes del país. En de materiales. Al no poder entregarlos
cuanto a otros productos como el PET todos al CA, seguían vendiendo estos
(materia prima de las botellas de plásti- productos a otros intermediarios. La ex-

15 Según registros internos facilitados por miembros actuales de la conducción del IMFC, este proceso de inclu-

sión de nuevas cooperativas comienza a mediados del año 2004 y culmina en marzo de 2005. El ingreso de nuevas
cooperativas como Cooperativa de La Matanza y Cooperativa El Abuelo coincide con el alejamiento de El Orejano,
Re.Na.Ser y Reciclando Sueños.
16 Por ejemplo, según los registros contables del IMFC, la cantidad de kilogramos entregados entre el 1 y el 15

de diciembre de 2004 fueron: El Orejano, 37.977 kg; Carreros Unidos, 13.101 kg; Re.Na.Ser, 10.289 kg. El resto de
las cooperativas, que son la mayoría, no supera los 10.000 kg enviados.

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 31, otoño de 2017, pp. 157-177 168 Pablo Javier Schamber y María Eugenia Bordagaray
Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables
clusividad en la venta al CA, si bien era rracas, entre otras), pero el CA se ubicó
un compromiso asumido ante la Mesa en el primer cordón de la región noreste
Coordinadora, no pudo ser sostenida del AMBA, cercana solamente a El Ore-
por las cooperativas por mucho tiempo. jano. El alquiler de estos dos camiones
Cuando la administración comienza a nunca se concretó, pero se pagaba por
limitar las cantidades y los tipos de ma- flete realizado a una empresa de La Ma-
teriales que recibe, inevitablemente se tanza y los gastos de transporte se divi-
confía en esos contactos con otros in- dían entre todas las cooperativas, según
termediarios que nunca se habían roto: registros internos del IMFC (IMFC, s/f) y
“8.500 kg de cartón juntábamos, y le varios testimonios.
entregábamos 3 a ellos. Después em- Algunas cooperativas solventaban el
pezábamos a vender a otros porque los traslado de los materiales desde su sede
compañeros de la calle nos exigían que hasta el CA con recursos propios, pero la
les compremos” (entrevista de los auto- situación las desfavorecía. No solo por-
res, 2015). Debe tenerse presente que las que las transacciones se realizaban al
transacciones con estos intermediarios mismo precio que a los que necesitaban
son cobradas en el mismo momento de el envío de fletes, sino porque ese era un
la venta, mientras que en el caso del CA gasto que se socializaban entre todas las
transcurrían varios días hasta el envío cooperativas. Cabe mencionar que des-
del adelanto. La postergación por parte del de el IMFC también se señalaron inconve-
Centro de Acopio en el recibimiento de nientes relativos a la implementación de
determinada categoría de materiales la dinámica organizativa, mencionando
y el diferimiento del pago de los ade- que en varias oportunidades ni la cali-
lantos restringía las posibilidades de las dad ni el peso de los materiales declara-
cooperativas para poder seguir con la dos por las cooperativas, y en relación
actividad. con los cuales se realizan los adelantos,
eran los que efectivamente se recibían
en el CA. De hecho, esto fue reconocido
Sobre la logística asimismo por uno de los entrevistados,
quien haciendo referencia al sistema de
Otra situación a tener en cuenta se rela- clasificación dijo: “Todos lo mandaban
ciona con la ubicación del CA y los gastos [al material] de manera distinta. En esas
ocasionados por el traslado de los mate- condiciones, los precios eran muy bajos
riales. Los entrevistados mencionan que o directamente no se vendía” (entrevista
en la Mesa Coordinadora se acordó que de los autores, 2015). En algún momen-
el lugar en el que funcionaría debería to se pagaba de manera diferenciada el
estar estratégicamente ubicado, y los kilogramo de papel, plástico o metales
gastos en logística iban a estar subsa- según las condiciones en que llegaran al
nados primero con el alquiler y luego Centro de Acopio, sin que hubiera una
la compra de dos camiones. La mayor capacitación o información acerca de
parte de las cooperativas se localizaban cómo debían hacerlo de acuerdo a quién
en las zonas sur y oeste del Gran Buenos era el comprador y qué calidades acep-
Aires (Avellaneda, Quilmes, Lanús, La taba. El reclamo al IMFC era constante y
Matanza, Morón, Liniers, La Boca, Ba- compartido por todas las cooperativas:

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Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables 169 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 31,otoño de 2017, pp. 157-177
“Necesitamos capacitación técnica para nes, viáticos, etc., se aprecia con claridad
reconocer lo que se tiene entre manos, que la experiencia resultaba a todas lu-
para diferenciar por ejemplo dentro de ces deficitaria.
los metales un no ferroso de fundición Según los registros internos, las úl-
de un no ferroso de aleación” (IMFC, s/f). timas transacciones del CA parecen ha-
Falta “[…] explicar que no es lo mismo el berse realizado entre abril y agosto del
pet sucio que limpio para moler, que tie- año 2006 (IMFC, s/f). Teniendo en cuenta
ne más valor cuando está limpio” (IMFC, los problemas identificados en el punto
s/f). Otro ejemplo de falta de criterio anterior, los argumentos y las experien-
unificado para clasificar es ilustrado por cias narrados por los actores sobre el
otra cooperativa: “las guías de teléfono fin de su participación en el proyecto
no es lo mismo entera que si les sacan las también son divergentes. En primer lu-
tapas y el borde que tiene el pegamento, gar, citamos los argumentos de Edgardo
tiene otro precio, otro valor” (IMFC, s/f). Form, quien reconoce que la experiencia
Las acusaciones respecto de la dife- fracasa por variables macroeconómicas
rencia entre el peso real de la mercadería y/o de los precios internacionales. En se-
entregada al CA eran compartidas por gundo término, Form alude al hecho de
las partes. Los cooperativistas dicen que que las cooperativas no envían material
lo que se pesa en el CA es menor que lo adecuadamente preparado para la venta
pesado antes de enviar el material en ba- conjunta y tampoco logran evadir la ca-
lanza pública. El operario de una de ellas, dena de intermediarios:
que había sido asignado al CA de modo re-
gular, le cuenta al referente entrevistado La cantidad de materiales crecía a un
que el engaño en el pesaje era una cons- ritmo importante, pero no así su venta.
tante, que también se lo habían hecho a Había razones estacionales y otras re-
Re.Na.Ser. Según este operario, la manio- lacionadas con la situación económica
bra era conocida por la administración […]. Además, había exigencias de tipifi-
del CA. cación de materiales y muchas veces se
recibían cargamentos de componentes
heterogéneos, lo cual acentuaba la difi-
Sobre el final del CA cultad para su comercialización. […] No
se pudo llegar, en la mayoría de los casos,
De acuerdo a los cálculos que pudimos a las fábricas procesadoras porque exis-
hacer sobre la base de información del tían estructuras de intermediación que
IMFC (IMFC, s/f), la venta mayorista acu- obstaculizaban el acceso de los destina-
mulada a marzo de 2005 era apenas un tarios finales de los diferentes materiales
12,56% superior a la suma de los adelan- (entrevista a Edgardo Form, 2015).
tos por las compras de esos materiales
abonados en calidad de adelantos a las Pero el alejamiento de las cooperativas
cooperativas, y apenas un 1,5% superior de la órbita del IMFC se había dado en
si se agregan los costos de fletes. Si, ade- forma paulatina incluso desde los pri-
más, se agregan los gastos de alquiler, meros meses de funcionamiento del
impuestos y servicios del CA, pagos al CA, y con independencia de la conside-
personal, limpieza, insumos, reparacio- ración de factores estructurales, los tes-

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 31, otoño de 2017, pp. 157-177 170 Pablo Javier Schamber y María Eugenia Bordagaray
Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables
timonios lo atribuyen a las fallas en el lizados, el cierre de la cuenta de las
funcionamiento de CA y la relación con cooperativas en el Banco Credicoop
el IMFC. Jorge Martínez de El Orejano se parecería ser la operativa por la cual el
ve muy perjudicado cuando comienzan IMFC ponía fin a la relación comercial.
a impedirle la descarga de mercadería. El caso de la Cooperativa del Oeste es
Continúa un tiempo vendiendo a otros diferente. Jorge Olmedo solicita al IMFC
intermediarios con los que mantenía la devolución de la carga impositiva
relación antes de conocer al IMFC. Fi- que se la había descontado durante
nalmente, dejan la actividad aunque no los tres años de funcionamiento del
dan de baja a la matrícula de la coope- CA e incita a las cooperativas que aún
rativa. Virginia Pimentel de Re.Na.Ser es permanecían (como Alicia Moreau de
una de los primeros miembros que se Justo, Almafuerte y Campana) a que
aleja de la Mesa Coordinadora. Después hagan lo mismo. Desconoce si lo hicie-
de la muerte de Chanchuli (referente de ron, pero él recibe la casi totalidad de
su cooperativa) y a solo tres meses del la suma solicitada e inmediatamente
inicio del funcionamiento del CA, los su cuenta también es cerrada, lo que
“malos manejos” de quienes quedan no le impide seguir con las transaccio-
a cargo del galpón de la cooperativa nes de reciclables a través de la venta
en La Matanza definen su alejamiento. a intermediarios y continuando en el
Pero además, atribuye su alejamiento a galpón de La Matanza con la misma
que el IMFC no lleva adelante el proyec- cantidad de operarios.
to tal como se había acordado. Valentín
Herrera de Reciclando Sueños sostiene
hasta 2005 su compromiso con el IMFC, A modo de primer balance
incluso sin recibir semanalmente el de una experiencia inédita
pago por los materiales ya entregados.
Él es uno de los que los traslada con ca- Tanto para los miembros del IMFC como
mión propio desde su cooperativa hasta para los cooperativistas, la experiencia
el CA. Cree que “había cosas raras”, ya vinculada a la constitución de la Mesa
que a veces llegaba y el galpón estaba Coordinadora, al proceso de diálogo,
vacío, cuando antes le habían dicho que construcción, consensos e intercambios
no llevara por la falta de espacio para el del período inicial parecen haber sido
acopio. De todos modos, su cooperativa lo más valioso de un proyecto que, en la
funcionaba bastante bien y casi exclu- fase ligada a la implementación del CA
sivamente gracias a la venta para el CA. colectivo para la venta mayorista resultó
Sin embargo, a principios de 2005, su económicamente deficitaria y terminó
separación del proyecto sucede de ma- por alejar a las cooperativas de carto-
nera abrupta: luego de denunciar ante neros de la órbita del IMFC, y al IMFC de
las autoridades del IMFC un mal fun- su vinculación con estos actores y su
cionamiento en la gestión del CA, se le problemática, meta que se había dado
cierra la cuenta del Banco Credicoop como parte de su proceso de “refunda-
en la que se le depositaba el adelanto ción”. Las relaciones contradictorias en-
y la liquidación final por el material tre el funcionamiento real de dicho CA y
vendido. De acuerdo a los casos ana- los supuestos que lo habían auspiciado

Pablo Javier Schamber y María Eugenia Bordagaray


Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables 171 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 31,otoño de 2017, pp. 157-177
no encuentran razones suficientes solo en común (juntar y vender materiales re-
en argumentos vinculados de un lado a ciclables), y transformarlos a través de su
un necesario gerencialismo que encuen- participación en cierto número de talleres
tra resistencias entre los cooperativistas, de capacitación, en sujetos colectivos que
o en el acuse de malas prácticas y actitu- realizan acciones concretas en pos de esa
des poco solidarias de otro. Tampoco, en construcción colectiva.17 Precisamente,
el malestar que podría generar el hecho como balance de la experiencia, escu-
de que las decisiones en la Mesa Coordi- chamos desde el IMFC atribuir el fracaso
nadora se caracterizaran por el debate y a una ontológica ausencia de esta mora-
la búsqueda de consensos, mientras que lidad, o en todo caso, a la falta de mayor
la administración del CA se basaba en capacitación. Según las expectativas del
resoluciones prácticas inmediatas y auto- IMFC y los dirigentes cooperativistas, al
nomía en la toma de decisiones. Resulta pensar en este proyecto, los cartoneros
fundamental comprender que dichos su- y asociados de las cooperativas no ha-
puestos deben revisarse, y que el circuito brían actuado de ningún modo cercano
productivo ligado al reciclaje tiene lógi- a lo esperable para el comportamiento
cas de mercado específicas, que tienen de su clase.18 La preeminencia de accio-
que conocerse para poder desenvolverse nes individualistas, el fraude, el engaño
con eficiencia. y la falta de solidaridad entre los mismos
En relación con los supuestos, del miembros asociados y entre las coopera-
análisis de las entrevistas realizadas y tivas, fueron variables no esperables en el
la documentación citada, percibimos momento de la formulación del proyecto
dos tópicos que si bien en general no y simbolizaron en gran medida su fraca-
prescriben acciones concretas, sí perfi- so. Del mismo modo, Carenzo y Miguez
lan las interpretaciones con respecto a (2010) sostienen luego de un exhaustivo
los problemas a los que se enfrentó la relevamiento de la literatura sobre coo-
puesta en marcha del proyecto. En pri- perativas de cartoneros, que los trabajos
mer lugar, las presunciones acerca de distinguen al “ciruja individual” del “car-
cierta “moralidad” existente en las accio- tonero cooperativizado” porque el pri-
nes asociativas de los sectores pobres o mero se encuentra signado por “indivi-
marginados y el modo en que esa esfera dualismo, informalidad y precarización”,
moral debe influir en las acciones con- mientras que los segundos se distinguen
cretas que estos sectores lleven a cabo por su “formalidad, dignificación y soli-
como colectivos (en este caso como daridad”. Se da por hecho que el pasaje
cooperativa). Según los discursos anali- es prácticamente automático con el solo
zados, el IMFC cree y apuesta a que por hecho de formar parte de una cooperati-
medio de acciones solidarias es posible va, sin tomar en cuenta los obstáculos y
empoderar a sujetos individuales iden- problemas que los emprendimientos de-
tificados con la pobreza y una actividad ben enfrentar para su organización.

17El debate sobre la moralidad y su relación con lo esperable según diferentes perspectivas ha sido y es
fruto de constantes controversias en las ciencias sociales. En este sentido, remitimos al trabajo de Fernando
Balbi (2011).
18 Sobre moralidad y clase, remitimos al ya clásico trabajo de Thompson y Fontana (1979).

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 31, otoño de 2017, pp. 157-177 172 Pablo Javier Schamber y María Eugenia Bordagaray
Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables
En relación con las particularida- con lo convenido como “reglas del jue-
des de este negocio son varias las aris- go”, sino que pasan las cooperativas a
tas que se desconocieron. Entre otras: duplicar los gastos, sumando los colec-
en los niveles más bajos del encadena- tivos a los individuales.
miento productivo, la transacción de En la tesis doctoral defendida recien-
material reciclable se realiza en efec- temente, S. Sorroche sostiene haber re-
tivo y en el acto, dado que los recolec- gistrado “innumerables encuentros con
tores necesitan el dinero diariamente agentes estatales y técnicos de ONG que
para garantizar su subsistencia y la de sostenían que era posible sustentar las
su familia, mientras que los depósitos experiencias (cooperativas de cartone-
acopiadores más chicos (como los casos ros) a través de la venta de los residuos
de las cooperativas ligadas a esta expe- recuperados” (Sorroche, 2016, pp. 192 y
riencia) requieren de capital para se- 193). Sin embargo, los datos obtenidos
guir comprando; a los materiales que a en esta investigación tensionan fuer-
simple vista pueden identificarse como temente estos postulados, al poner en
pertenecientes a una misma categoría evidencia que los precios de los materia-
(“papeles”) y por consiguiente tener les no permiten el sostenimiento de un
una sola cotización, un ojo experimen- emprendimiento cooperativo, con todos
tado es capaz de encontrarle subdivisio- los gastos que este conlleva (alquileres,
nes que implican variaciones de precios servicios, impuestos y logística).
sustanciales (“blanco”, “segunda”, etc.); Edgardo Form sostuvo como balan-
variaciones de pocos centavos en los ce y conclusión de la experiencia que
precios de compra como consecuencia “la organización, el financiamiento y la
del examen de la calidad del material sustentabilidad de este tipo de empren-
que se adquiere, resulta una práctica dimientos solo pueden garantizarse me-
esencial para evitar pérdidas económi- diante políticas públicas aplicadas por
cas al momento de las ventas; las ventas el Estado, ya sea nacional, provincial o
mayoristas requieren de conocimiento municipal” (entrevista a Edgardo Form,
del mercado y sus actores para alcanzar 2015). En parte, su posición descansa en
a ser significativamente superiores a las el hecho de que hay costos asociados a
compras minoristas, no es algo que se la formalización de las intervenciones
realiza de facto; el traslado del material en el sector que hacen inviable la com-
para su acopio o venta final incluye un petencia contra quienes no los afrontan.
importante costo de flete que no debe Debe reconocerse que es económica
soslayarse, y ello explica la dinámica de y no filantrópica la razón por la que el
intereses económicos que configuran la sector industrial consume residuos re-
existencia de territorialidades en los cir- ciclables como materia prima en sus
cuitos del reciclaje (Lacabana, Scham- procesos productivos, es decir, aquello
ber y Moreno, 2015). que justifica que se practique el reciclaje
Al socializarse entre las cooperati- industrial. Los beneficios ambientales
vas ciertos costos del CA (como alquiler, derivados de tal circunstancia (la razón
servicios, impuestos, fletes), no solo se ecológica), son algo más, un plus, una
resiente la relación entre ellas y el IMFC, mácula que tiñe la acción además como
dado que esto entraba en contradicción políticamente correcta. El beneficio eco-

Pablo Javier Schamber y María Eugenia Bordagaray


Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables 173 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 31,otoño de 2017, pp. 157-177
lógico es la consecuencia fortuita de la funcionamiento real del sector donde
búsqueda de reducción de costos de se pretende intervenir. Como señaló Barto-
la industria que recicla. No existe nin- lomé, dicha actitud “para nada infrecuente,
gún estímulo al incremento del con- oculta sentimientos de paternalismo y en
sumo de material reciclado por parte última instancia de desprecio que, aun-
del Estado nacional. La situación es que ardorosamente negados, se hallan
de absoluto laissez faire, libre oferta y implícitos en el supuesto de que ‘los
demanda en un mercado liberado del pobres son diferentes’, y en suponer
intervencionismo estatal. que sus motivaciones son siempre jus-
Sin embargo, eso no implica que tificables, o que siempre eligen lo que
quienes impulsan desafíos productivos es mejor para ellos. En otras palabras,
que involucran a los sectores populares la pobreza no es una virtud franciscana
no deban responsabilizarse por alentar que necesariamente purifica a quienes
emprendimientos que fácilmente pue- la padecen, como así tampoco la ‘ri-
den preverse como económicamente queza’ (y/o el poder) trasunta necesa-
inviables, basados muchas veces en riamente una virtud puritana (o, a la
supuestos que atribuyen identidades inversa, evidencia de por sí corrupción
esenciales que demonizan a los inter- moral)” (Bartolomé, 2014).
mediarios y angelizan a las coopera-
tivas, en vez de basarse en estudios (Recibido el 6 de mayo de 2016.)
empíricos que describan con rigor el (Evaluado el 2 de julio de 2016.)

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Nº 31, otoño de 2017, pp. 157-177 176 Pablo Javier Schamber y María Eugenia Bordagaray
Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables
Autores

Pablo Javier Schamber es licenciado en Antropología Social (Universidad Nacional de Misio-


nes), doctor en Antropología (FFyL-UBA). Docente-investigador adjunto de la UNLa e investigador
de la UNQ en el Programa Institucional Interdisciplinario de Intervención Socioambiental (PIIDISA).
Investigador independiente Conicet-UNQ. Consultor de organismos públicos nacionales y muni-
cipales en temas referidos a reciclaje e inclusión social.
Publicaciones recientes:
—— y F. Suárez (2015), Recicloscopio IV. Miradas sobre dinámicas de gestión de residuos y organiza-
ción de recuperadores, Buenos Aires, Ciccus / UNLA / UNGS.

María Eugenia Bordagaray es profesora en Historia (UNLP), doctora en Historia (UNLP) y becaria
posdoctoral Conicet.
Publicaciones recientes:
—— (2016), “Mujeres, obreros y universitarios: la interpelación anarquista en tiempos del pe-
ronismo. Argentina, 1946-1952”, Pacarina del Sur, año 7, Nº 26, enero-marzo. Disponible
en <www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=1270&c
atid=5&Itemid=9>.
—— (2016), “La dimensión biográfica en la configuración de los colectivos libertarios en al Ar-
gentina (1920-1950)”, Izquierdas, Nº 27, marzo, Universidad de Santiago de Chile. Disponi-
ble en <http://www.izquierdas.cl/images/pdf/2016/n27/2.Bordagaray.pdf. Correo electró-
nico: [email protected]>.

Cómo citar este artículo

Schamber, P. J. y M. E. Bordagaray, “Notas acerca de la Experiencia del


Centro de Acopio de residuos reciclables (AMBA, 1999-2006)”, Revista de
Ciencias Sociales, segunda época, año 9, Nº 31, Bernal, Editorial de la Uni-
versidad Nacional de Quilmes, otoño de 2017, pp. 157-177, edición digi-
tal, <http://www.unq.edu.ar/catalogo/408-revista-de-ciencias-sociales-n-
31-php>.

Pablo Javier Schamber y María Eugenia Bordagaray


Notas acerca de la experiencia del Centro de Acopio de residuos reciclables 177 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 31,otoño de 2017, pp. 157-177

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