DERECHO AL RECURSO. Barbera de Riso
DERECHO AL RECURSO. Barbera de Riso
DERECHO AL RECURSO. Barbera de Riso
*
En ese sentido NUÑEZ, Ricardo C., Las disposiciones generales del Códi-
go Penal, Marcos Lerner Editora Córdoba, Córdoba, 1988, Addenda: “Se-
ría un mal signo si en medio siglo no hubiera variado mis opiniones”.
INTRODUCCIÓN
1
DE LA RÚA, Fernando, La casación penal, Depalma, Buenos Aires,
1994, p. 23
2
CHIARA DÍAZ, Carlos Alberto - OBLIGADO, Daniel Horacio, La nueva ca-
sación penal, Nova Tesis, Rosario, 2005, p. 11.
3
MAIER, Julio B., Derecho procesal penal, t. I: “Principios fundamenta-
les”, Editores del Puerto, Buenos Aires, 1996, p. 726.
12 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
4
BARBERÁ DE RISO, María Cristina, Manual de casación penal, 2ª ed.,
Advocatus-Mediterránea, Córdoba, 2000, ps. 317, 318 y 319.
DERECHO AL RECURSO 13
5
DE LA RÚA, Fernando El recurso de casación en el derecho positivo
argentino, Víctor Zavalía Editor, Buenos Aires, 1968, p. 28.
16 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
6
Fallos 112-384 del año 1909.
DERECHO AL RECURSO 17
7
VANOSSI, Jorge R., Recurso extraordinario federal Control de consti-
tucionalidad, Universidad, Buenos Aires, 1984, p. 151.
18 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
1
AYÁN, Manuel, Recursos en materia penal. Principios generales, Mar-
cos Lerner Editora Córdoba, Córdoba, 1985, p. 38.
24 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
2
Diccionario Enciclopédico Espasa 1, 13ª ed., Espasa, Madrid, 1998,
p.1266, segunda acepción.
28 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
3
Art. 438, CPPN, y art. 449, CPPCba., ley 8123.
4
Art. 463, CPPN, y art. 474, CPPCba.
DERECHO AL RECURSO 29
5
BELLUSCIO, Augusto,“El régimen procesal penal nacional y la doble
instancia”, disponible desde LL online, del 07/05/2007, p. 5. En cuanto
a lo que aquí importa dijo: “[…] resulta inequívocamente la obligación
del Estado nacional argentino de reformar su legislación procesal penal
de modo de sustituir el recurso de casación —como ha quedado dicho,
de carácter extraordinario y limitado— por un recurso ordinario que
permita al tribunal superior el conocimiento integral de la causa, es
30 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
7
Digo doméstica pues es de imaginar el enojo del padre, letrado defen-
sor de su hijo, quien no solamente estaba preocupado por la situación
jurídico procesal del mismo, tanto que para no caer en manos del Poder
Judicial, terminó con pedido de captura internacional, la que nunca se
cumplió. El imputado había cometido dos homicidios culposos en per-
juicio de dos ancianas y luego este episodio se repitió, produciendo otro
accidente similar, pero, además, cuando estaba en pleno período im-
pugnativo, el interesado se equivocó de lugar y dejó su recurso sin man-
tenimiento.
8
En Córdoba. Luego esta posición fue sostenida por la Cámara Nacio-
nal de casación, vía jurisprudencial.
DERECHO AL RECURSO 37
9
En efecto por mayoría, TSJ Cba., “Fandiño”, A. Nº 54 del 08/06/88. La
minoría con exactitud dijo: “No empece a esta conclusión, la de declarar
desierto el recurso, el hecho de que el Tribunal, al advertir la falta de
notificación al fiscal Correccional, bajar a los autos para [que] se cum-
pliera tal requisito, pues que, siendo el plazo fijado por la ley, individual
y perentorio, para el recurrente que se encontraba debidamente notifi-
cado, debe computarse desde el ingreso al Tribunal por primera vez”.
Lo que ocurrió fue que el defensor del imputado entregó al defendido
(persona conocedora de los menesteres judiciales), el escrito de mante-
nimiento para que lo presentara y aquél, el defendido, lo presentó ante
otro Tribunal. Advertido el defensor, ya transcurrido el término para
el mantenimiento, pero ínterin, se habían bajado de nuevo los autos
para anoticiar al fiscal Correccional del recurso de la defensa. Así las
cosas el expediente tuvo doble ingreso a la alzada. De esta situación se
sirvió el defensor para plantear una reposición en contra del auto que
declaró desierto su recurso, la mayoría consideró la segunda entrada al
Tribunal del expediente y así el mantenimiento quedó dentro del térmi-
no, pero la verdad es que su término había empezado a correr cuando
entró la primera vez.
38 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
10
Esta es la opinión que mantuvo la señora vocal de la Cámara Nacio-
nal de Casación, Sala III, Dra. Ángela Ledesma, al desarrollar los avan-
ces que sobre la flexibilización de la interposición del recurso de casa-
ción había logrado la Sala que ella integra, señalando —al pasar— entre
otros enervamiento de condiciones, esta última, cual es la no necesarie-
dad del mantenimiento (Seminario sobre Casación Penal efectuado por
IENECIP y IEM en la Sede de la Asociación de Magistrados y Funcio-
narios del Poder Judicial de Córdoba, entre el 24 y 27 de abril de 2006
en Córdoba).
Capítulo tercero
FORMA EXTRÍNSECA DE LA PRESENTACIÓN.
CON FIRMA DE LETRADO, EN TÉRMINO
Y FIJACIÓN DE DOMICILIO LEGAL
I. FIRMA DE LETRADO
11
Art. 474, CPPCba., y art. 463, CPPN.
12
Art. 474, CPPCba. El CPPN no lo exige.
40 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
13
Indalecio Peralta - Cruz Balderrama, CS, 25 de julio de 1868. Véase
in extenso: BARBERÁ DE RISO, María Cristina, Manual de casación pe-
nal, Advocatus - Mediterránea, Córdoba, 2000, p. 363.
14
Art. 185, inc. 1, segundo supuesto, CPPCba.
15
TSJ Cba., acuerdo Nº 3, del 22 de febrero de 1999, bajo la presidencia
del Dr. Domingo Sesin, vocales: Dres. Berta Kaller de Orchansky, Hugo
Alfredo Lafranconi, Adán Luis Ferrer, Aída Lucía Tarditti, María Esther
Cafure de Batistelli y Luis Enrique Rubio. En dicho acuerdo se conside-
ró que Vistas las divergencias existentes entre los señores asesores le-
trados penales del Centro Judicial de la Capital respecto de sus obligacio-
nes como defensores oficiales, en relación a la voluntad recursiva puesta
de manifiesto en forma personal por sus defendidos y Considerando que
la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha fijado el lineamiento sobre
los aspectos vinculados a dicha función oficial, al afirmar la obligación de
los Estados locales de garantizar la defensa técnica eficiente y respetuo-
DERECHO AL RECURSO 41
II. TÉRMINO
17
CHIARA DÍAZ, Carlos Alberto - OBLIGADO, Daniel Horacio, La nueva
casación penal, Nova Tesis, Rosario, 2005.
18
Art. 474, CPPCba., y art. 463, CPPN.
44 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
19
ARDUINO, Ileana, “Apuntes a propósito de la nueva conformación de la
Cámara Nacional de Casación Penal”, Cuadernos de Doctrina y Juris-
prudencia Penal. Casación, Año IV, Nº 4, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2004,
p. 390.
DERECHO AL RECURSO 45
20
ARDUINO, Ileana, “Apuntes a propósito de la nueva conformación de la
Cámara Nacional de Casación Penal”, ob. cit., p. 391.
21
Autos […] y Visto […] y Considerando: 1) Que, en su intervención en
esta instancia, la señora defensora oficial encauzó el escrito de fs. 1/12
como recurso de hecho in pauperis, deducido por Ricardo Alberto Nuñez
contra la denegación del recurso extraordinario federal oportunamente
interpuesto también en ese carácter y cuya admisibilidad propició junto
con la nulidad del auto que lo denegó, por haber carecido el interesado de
una defensa eficaz que fundara debidamente su reclamo (fs. 25/36).
2) Que el Tribunal advierte que la presentación que dio origen a estos
actuados es del 16 de diciembre de 2002, fue recibida en esta Corte
Suprema el 18 de febrero de 2003 (fs. 1/12, en especial fs. 12 vta.) y es
análoga a la que Ricardo Alberto Nuñez hizo llegar al Tribunal Supe-
rior de Justicia de la Provincia de Córdoba, durante la sustanciación
del recurso extraordinario federal en esa sede provincial, donde reiteró
46 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
EL LÍMITE CUANTITATIVO
22
Art. 475, ley 3831, agosto de 1939 (Assandri, Córdoba, 1950).
23
Elaborado bajo el precepto de que las resoluciones judiciales serán
recurribles sólo por los medios y en los casos expresamente estableci-
dos. El derecho de recurrir corresponderá tan sólo a quien le sea expre-
samente acordado, siempre que tuviere un interés directo. Por ejemplo,
art. 433, CPP Cba., ley 8123, y art. 432, CPPN.
54 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
24
En ese sentido, las resoluciones fueron múltiples.
DERECHO AL RECURSO 55
25
DE LA RÚA, Fernando, El recurso de casación penal en el derecho
positivo argentino, Zavalía, Buenos Aires, 1968, p. 200
26
Art. 8º, inc. h, CADH.
27
Aunque estoy de acuerdo con la exclusión del límite cuantitativo,
lamentablemente las razones que se han dado sobre la necesidad de la
aceptación del doble conforme, no son atendibles. En efecto, olvidando
precisamente que la regla es que el juicio empiece y termine dentro del
ámbito de la competencia material y funcional del tribunal de senten-
cia y la excepción son las vías impugnativas, por ello éstas han sido
bien entendidas como una etapa eventual.
28
CS, 7 de abril de 1995, causa 32/93.
56 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
29
CS Buenos Aires, “Arce, Jorge Daniel”, 14/10/97, Eduardo Moline O’
Conor, Carlos S. Fayt, Augusto César Belluscio, Enrique Santiago
Petracchi, Antonio Boggiano, Guillermo A. F. López, Gustavo A. Bossert
y Adolfo Roberto Vázquez.
30
BARBERÁ DE RISO, María Cristina, Manual de casación penal, p. 193,
nota 21.
Capítulo quinto
IMPUGNABILIDAD OBJETIVA
I. EL LÍMITE CUALITATIVO
31
CS Buenos Aires, 04/11/97, “Ruiz, Pedro Antonio - Estafa y falsifica-
ción de documento privado - Recurso de hecho”, Carlos S. Fayt, Augusto
César Belluscio, Enrique Santiago Petracchi, Antonio Boggiano, Gusta-
vo A. Bosert y Adolfo Roberto Vázquez. En disidencia votó Julio S. Na-
zareno, quien lo rechazó por falta de agravio federal suficiente (art. 280,
CPCN).
58 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
32
TSJ Cba., “Oliva”, A. Nº 31, 20/02/01.
33
TSJ Cba., “Denuncia f. p. Mazoud”, S. Nº 101, 17/11/00.
34
TSJ Cba., “Rébola”, A. Nº 345, 26/10/00.
35
TSJ Cba., “Pérez”, S. Nº 57, 03/07/03.
36
TSJ Cba., S. Nº 54, 14/06/04.
DERECHO AL RECURSO 59
37
CS, Fallos 316:365; 314:451.
38
CS, causa Nº 798, S. Nº 471, XXXVII, 20/11/00, Yoma, Emir Fuad.
39
TSJ Cba., “Maldonado”, S. Nº 7, 04/03/03. En este último caso resultó
captable dentro del concepto de sentencia definitiva por equiparación
(art. 469, CPP).
40
TSJ Cba., “Rolotti”, S. Nº 82, 17/09/01.
41
TSJ Cba., “Martínez”, A. Nº 196, 01/06/99.
42
TSJ Cba., “Castro Briones”, A. Nº 337, 30/08/01; “Moscardini”, S. Nº 81,
17/09/01.
43
TSJ Cba., “Atala”, S. Nº 118, 04/12/03.
44
TSJ Cba., “Balduzzi”, S. Nº 114, 25/11/03; “Altamirano”, S. Nº 47, 31/05/04.
45
TSJ Cba., “Pedernaga”, A. Nº 244, 05/08/03.
En ese sentido se ha dicho que el auto interlocutorio que dispone el
decomiso de un vehículo automotor, resulta equiparable a sentencia
definitiva porque ocasiona un gravamen de imposible reparación ulte-
rior si como en el caso, fue dictado luego de pronunciada una sentencia
firme sobre el fondo de la cuestión —la que dispone la absolución del
imputado Silvio Pedergnana por el delito de supresión y alteración de la
numeración individualizadora de un objeto registrable en los términos
de los arts. 45 y 289, inc. 3, CP—, no existiendo por ende otra oportuni-
dad procesal idónea para reeditar el presente reclamo.
60 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
46
TSJ Cba. Sala Penal, “Moreira”, S. Nº 11, 05/03/99. En ese sentido se
dijo: la Ley provincial de Protección Judicial del Niño y el Adolescente
Nº 9053 en su artículo 71 estipula que “en contra de la sentencia decla-
rativa de responsabilidad, como la que dispone la pena o una medida de
seguridad procederán los recursos extraordinarios previstos en el Códi-
go Procesal Penal”. Ello es así porque si bien en el caso la decisión
impugnada no se corresponde con alguna de las hipótesis enunciadas
en la norma precedente, toda vez que el tratamiento tutelar requerido
por el art. 4º de la ley 22.278, no es una pena ni tampoco una medida de
seguridad, lo cierto es que dicho tratamiento importa la disposición del
menor por parte del Tribunal con la consiguiente restricción de su li-
bertad personal y sometimiento al régimen especial. En éste, esta Sala
ha sostenido que previo a la declaración de responsabilidad (art. 4º, inc.
1, ley 22.278) del menor por su intervención en un hecho criminal,
desde su aprehensión se encuentra sometido a disposiciones tutelares
destinadas no sólo a establecer su participación en el hecho delictivo
como si se encontrara en una situación de abandono moral o material,
estableciendo la ley diversas medidas a cargo del juez competente que al
respecto tiene un amplio de margen de actuación: son medidas tutelares
provisionales previas al juzgamiento (art. 2º, ley 22.278, y art. 17, ley
provincial 8498). Una vez determinada la existencia del hecho delictivo,
cuando de la declaración de responsabilidad del menor, a los fines de la
imposición de la pena y siempre teniendo en cuenta la calidad de los
sujetos involucrados, la determinación de la pena, queda supeditada al
resultado del tratamiento tutelar posterior al juzgamiento (art. 4º, ley
22.278) TSJ Cba., Sala Penal, “Moreira”, S. 11, 05/03/99. Unas y otras,
en la medida en que conlleven una privación de la libertad acarrean un
gravamen de imposible reparación ulterior. La firmeza de la declaración
de responsabilidad no obsta a esta conclusión, ya que la pendencia de la
decisión acerca de la necesidad de la pena hace equiparable el tratamien-
to tutelar —en cuanto conlleve una restricción de la libertad personal—
a aquellas resoluciones que restringen la libertad del imputado con ante-
rioridad al fallo final de la causa, ocasionando un perjuicio insubsanable
DERECHO AL RECURSO 61
54
TSJ Cba., Sala Penal, “Medina Allende”, S. Nº 70, 18/08/00. Sin em-
bargo, como se ha expresado, por la vía de un recurso de revisión, que
es el único que enerva la cosa juzgada, se consideró una impugnación
que planteaba un motivo relativo al de casación, respecto de la pena.
55
TSJ Cba., Sala Penal, “Fajardo”, 23/03/44, Justicia III, p. 184, en el
mismo sentido y del mismo Tribunal, con igual integración y división de
opiniones (el Dr. Martínez Paz votó en disidencia) “Salazar”, 17/05/44,
B.O. de 1944, Sec. Jur., p. 111. La razón de la minoría era que no se
trataba de una sentencia definitiva pues no agotaba el fondo del litigio.
Capítulo sexto
LEGITIMACIÓN SUBJETIVA
56
Art. 443, CPP Cba., y art. 432, CPPN.
64 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
57
Cámara 9ª en lo Criminal de Córdoba actuando como Cámara de
Apelación (art. 35, CPP derogado por ley 9048), A.I. del 27/07/04;
“Buonanotte, Carlos Federico y otro p.s.a. - Homicidio culposo” (Expte.
B-001/2004, Nº 771.747), radicados en la Cámara Novena del Crimen,
que intervino como Tribunal de Apelación.
58
Voto de la minoría, Sra. vocal Dra. María C. Barberá de Riso, en
autos “Buonanotte”.
DERECHO AL RECURSO 65
59
Juez de Control, según el CPP de Cba., o juez de Garantías o juez de
Instrucción, según otros cuerpos procesales penales.
66 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
60
Voto de la mayoría, Sr. vocal Roberto Spinka, en autos “Buonanotte”.
68 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
61
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, “Determinar” (cuarta acepción), en Dicciona-
rio de la lengua española, 21ª ed., Espasa Calpe, Madrid, 1992, p. 520.
62
Ibídem, p. 1238.
DERECHO AL RECURSO 69
63
Cfr. GONZÁLEZ, Joaquín V., Manual de la Constitución Argentina, 28ª
ed., Estrada, Buenos Aires, 1983, p. 111.
DERECHO AL RECURSO 71
64
CAFFERATA NORES, José I., “Derecho a la justicia del querellante y
posición desincriminatoria”, en En torno al querellante particular, Ad-
vocatus, Córdoba, 2003, p. 22.
65
CSJN, in re “Giroldi”, 07/04/95.
66
Informe anual 1992/1993. Resolución 28/92. Casos 10.147, 10.181,
10.240, 10.262 y 10.311, p. 49. Argentina, Repertorio de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos 1971 a 1995, sistematizados y
comentados por Oscar L. FAPPIANO - Carolina LOAYZA TAMAYO, Ábaco,
Buenos Aires, 1999, p. 278, Nº 538.
67
Comisión IDH, informe Nº 05/96, caso Nº 10.970 (1996).
DERECHO AL RECURSO 75
68
Cfr. CAFFERATA NORES, José I., “Derecho a la justicia del querellante y
posición desincriminatoria”, ob. cit., p. 20.
69
Cfr. VÁZQUEZ SOELLO, José Luis, “Reflexiones en torno a la acción pro-
cesal”, publicado en Simplificación procesal, edición del XI Encuentro
Panamericano de Derecho Procesal, Buenos Aires, 1997, citado por
CAFFERATA NORES, José I., “Derecho a la justicia del querellante y posi-
ción desincriminatoria”, ob. cit., p. 27.
76 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
70
S. Nº 10009, XXXII, del 13/08/98.
71
Fallos 268:266.
72
Fallos 199:617; 305:2150, entre otro.
73
“Andreatta” (S. Nº 14, 21/03/03).
DERECHO AL RECURSO 77
74
En este sentido CAFFERATA NORES, José I., Proceso penal y derechos
humanos, CELS, Buenos Aires, 2000, ps. 15/17 y 27/29.
78 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
75
Cámara Novena en lo Criminal, voto de la Dra. Adrián Mandelli, en
autos “Buonanotte”.
76
Cámara Nacional de Casación Penal, en pleno, 23/06/2006, “Zicky
Tissen, Federico y otro”, LL Suplemento Penal, Nº 47, edición del 05/
07/06, p. 790.
Declaró como doctrina plenaria que “el pretenso querellante se encuen-
tra legitimado para interponer los recursos de competencia de esta Cá-
mara”. II. Anular la resolución de fs. 94/95 vta. (art. 11 de la ley 24.050).
Eduardo R. Riggi, Guillermo J. Tragant, Ángela E. Ledesma, Alfredo
H. Bisordi, Raúl R. Madueño, Gustavo M. Hornos, Pedro R. David,
Juan C. Rodríguez Basavilbaso, W. Gustavo Mitchell, Ana M. Capolupo
de Durañona y Vedia, Juan E. Fégoli, Liliana E. Catucci, Amelia L.
Berraz de Vidal.
En ese sentido se ha dicho que nuestro sistema jurídico penal se asienta
sobre la noción de bien jurídico, concepto que podría definirse como
aquellos intereses generales de la sociedad que por su importancia y
significación resultan merecedores de la máxima tutela que el ordena-
miento normativo prevé: la sanción penal. Este concepto, asimismo,
presupone que toda lesión a un bien jurídico no lo es tan sólo contra una
DERECHO AL RECURSO 81
persona o grupo de personas, sino contra la sociedad toda; y ello así por
cuanto la titularidad de los bienes jurídicos corresponde a todo el cuerpo
social. Dicho en otros términos, los bienes individuales de los que son
titulares las distintas personas que componen la sociedad son asumidos
por el ordenamiento jurídico como bienes generales, y en tal carácter
son merecedores de la protección del Estado en su condición de único
legitimado para el ejercicio de la violencia.
Siguiendo ese orden de ideas, se afirma que la eventualidad de que el
sumario penal pudiera constituir el escenario de una contienda parti-
cular ha sido planteada por quienes adhieren a esa corriente como fun-
damento para excluir la posibilidad de que las víctimas de delitos se
erijan en querellantes.
Si bien el Código Procesal Penal de la Nación autoriza la participación
procesal del acusador particular, establece para el reconocimiento de
tal investidura ciertos requisitos ineludibles, quedando investido de la
legitimación procesal activa recién cuando el órgano jurisdiccional ha
verificado su concurrencia. Y adviértase que ni aun cuando media una
expresa decisión judicial que reconoce su derecho a intervenir en el
proceso, el acusador particular adquiere potestades asimilables al del
Ministerio Público Fiscal.
Estas observaciones persuaden de la conveniencia del criterio que ya
desde la referida causa N° 8 venimos sosteniendo, en el sentido que no
puede acordarse legitimación subjetiva para deducir los recursos de
competencia de esta Cámara a aquellas personas a quienes la ley no se
los acuerda expresamente, y si ello así, por el sencillo motivo que el
artículo 432 del Código Procesal Penal de la Nación nos prohíbe hacer-
lo; y tanto más, si es en contra del imputado.
Siendo ello así, toda vez que contrariamente a lo que sucede expresa-
mente con el recurso de apelación no existe norma legal alguna que
autorice al pretenso querellante a deducir los recursos de competencia
de esta Cámara Nacional de Casación Penal —extremo que torna apli-
cable el expreso mandato contenido en el referido art. 432—; y en aten-
ción también a que por amplias que sean las facultades judiciales en
orden a la aplicación e interpretación del derecho, el principio de sepa-
ración de los poderes, fundamental en el sistema republicano de gobier-
no adoptado por la Constitución Nacional, no consiente a los jueces el
poder de prescindir de lo dispuesto expresamente por la ley respecto del
caso, bajo pretexto de su posible injusticia o desacierto (Fallos 249: 425;
250:17; 263:460), formalizamos nuestro voto en la presente convocato-
ria, expidiéndonos por la negativa (voto del Dr. Rigui).
La incorporación de la figura del querellante ha tenido como norte
satisfacer el anhelo de dar mayor participación a la ciudadanía en la
82 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
sible reparación ulterior que lo agravien en los términos del art. 457,
con el alcance del art. 460, todos de nuestro Código Procesal Penal de la
Nación.
El derecho del pretendiente a querellante a recurrir la sentencia por la
cual se desestimó su denuncia surge sin dificultad de una interpreta-
ción armónica de las normas procesales aplicables a los recursos en
materia penal con carácter de disposiciones generales, a las facultades
recursivas reconocidas al querellante y a la competencia y funciones pro-
pias de esta Cámara de Casación de salvaguarda de una interpretación
correcta del derecho, el ministerio nomofiláctico.
No se trata de la adhesión al recurso del acusador público (art. 439) sino
de una facultad autónoma asignada al acusador particular (art. 435).
En consecuencia, concreto respondiendo negativamente al interrogante
planteado respecto a si el pretenso querellante se encuentra legitimado
para interponer los recursos de competencia de esta Cámara (Hornos).
Como punto de partida de este análisis, conviene recordar que la regla
de reconocimiento constitucional establece que a la víctima del delito
deben reconocérsele determinados derechos y garantías. Así, el bloque
de constitucionalidad establece que el ofendido por el delito se encuen-
tra amparado por, entre otros, los derechos de defensa en juicio, acceso
a la justicia, tutela judicial efectiva, debido proceso y el recurso.
Ahora bien, para dar respuesta al interrogante planteado al pleno de
esta Cámara, hay que establecer de qué manera se da resguardo a la
tutela judicial efectiva de la víctima a través de los derechos de acceso a
la jurisdicción, y al recurso, como así también éstos tienen algún lími-
te. Por otro lado, también resulta necesario determinar cómo debe in-
terpretarse o qué extensión debe darse a la afirmación de la Corte Su-
prema de Justicia de la Nación respecto a que toda persona a quien la
ley le reconoce personería para actuar en un proceso en defensa de sus
derechos se encuentra amparada por la garantía del debido proceso que
asegura a todos los litigantes el derecho de obtener una sentencia fun-
dada, previo juicio llevado en forma legal (Fallos 321:2021).
Ahora bien, querellante particular es quien produce querella para pro-
vocar un proceso penal, o se introduce en un proceso en trámite como
acusador, estando legalmente legitimado (cfr. ob. cit., p. 30). La “quere-
lla” es aquella instancia introductiva del querellante, producida ante el
órgano jurisdiccional de acuerdo con las formalidades legales, por la
que formula una imputación tendiente a iniciar un proceso penal; siem-
pre es un acusador privado —porque así lo ubican los arts. 82 a 86 del
CPPN, toda vez que su actuación es facultativa en su inicio y en su
86 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
77
BARBERÁ DE RISO, María Cristina, Manual de casación penal, p. 37,
nota 60.
DERECHO AL RECURSO 89
78
En ese sentido Julio MAIER, en Los recursos en el procedimiento
penal, Alberto BOVINO - Fernando DÍAZ CANTÓN (compiladores), 2ª ed.
act., Editores del Puerto, Buenos Aires, 2004, ps. 231/235. El derecho
del imputado a recurrir la sentencia condenatoria en la jurisprudencia
de la CSJN. Tampoco puede deducirse esta situación de la causa “Wald
Otto”, según la cual todo aquel a quien la ley reconoce personería para
actuar en juicio en defensa de sus derechos está amparado por la garan-
tía del debido procesal legal consagrada en el art. 18, CN, sea que actúe
DERECHO AL RECURSO 91
79
Sobre el recurso de revisión véase AROCENA, Gustavo A. - BALCARCE,
Fabián I., La revisión en materia procesal penal, Mediterránea, Córdo-
ba, 2006.
DERECHO AL RECURSO 95
80
TSJ Cba., Sala Penal “Gauna”, S. N° 152, 28/12/2005.
96 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
81
BARBERÁ DE RISO, María Cristina, Manual de casación penal, ps. 34
y 35.
DERECHO AL RECURSO 97
82
TSJ Cba., Sala Penal, “De la Rubia, Justo”, S. N° 17, 20/05/96, DE LA
RÚA, Fernando, La casación penal, Depalma, Buenos Aires, 1994, ps. 366
y 367. CNCP, Sala I, “Loyola, Oscar A. - Recurso de queja”, del 24/05/93.
83
CNCP, Buenos Aires, “Tomás Crescencio, José”, en DE LA RÚA, Fer-
nando, La casación penal.
98 MARÍA CRISTINA BARBERÁ DE RISO
84
BARBERÁ DE RISO, María Cristina, Manual de casación penal, p. 31;
CSJN (CS), 07/04/55, “Giroldi, Horacio D. y otro”, PALACIO, Lino Enri-
que, “Las limitaciones legales del recurso de casación en el proceso pe-
nal y el derecho acordado por el ‘Pacto de San José de Costa Rica’ a la
persona inculpada del delito”, LL, 1995-D-461 (nota a fallo).
DERECHO AL RECURSO 99
85
TSJ Cba., Sala Penal, A. N° 98, 03/05/75, entre muchos otros. BARBERÁ
DE RISO, María Cristina, Manual de casación penal, ps. 259/263.