Psicopatología II 2019-Apuntes
Psicopatología II 2019-Apuntes
Psicopatología II 2019-Apuntes
2019
Formica Maximiliano
Estructuras clínicas
Introducción1:
Los fenómenos elementales se pueden clasificar en tres grandes grupos; ellos son:
primero, lo que en la clínica psiquiátrica francesa clásica denomina fenómenos de
automatismo mental, los cuales aluden fundamentalmente a “la irrupción de voces, del
discurso de otros, en la más íntima esfera psíquica” (Miller, 1997, p. 24). En estos casos el
1
Fuente: Las estructuras clínicas en el psicoanálisis lacaniano- Hernando Alberto Bernal. Revista Electrónica de
Psicología Social «Poiésis» ISSN 1692-0945 Nº 18 – Diciembre de 2009.
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sujeto dice escuchar una voz, que viene de afuera, que viene del Otro, que le dice cosas,
le ordena hacer algo o lo insulta.
La estructura perversa tiene como paradigma al sujeto fetichista, aquel que necesita
de un objeto fetiche -unas medias rotas, unos zapatos rojos, un liguero, unas trenzas, un
lunar en el seno, etc.-, para alcanzar la satisfacción sexual. Lo que fundamentalmente
caracteriza al sujeto con una estructura perversa es que él tiene una certeza sobre su
goce, es decir que él sabe muy bien cómo, dónde y con quien alcanzar la satisfacción
sexual. Un verdadero perverso es un sujeto que “ya sabe todo lo que hay que saber sobre
el goce” (Miller, 1997, p. 27). La estructura perversa abarca también a las denominadas
desviaciones de la conducta sexual, como por ejemplo, la homosexualidad, la pederastia o
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pedofilia, la necrofilia, la zoofilia, como también el sadismo, el masoquismo, el voyeurismo,
el exhibicionismo, etc., conductas estas que en la psiquiatría contemporánea se
denominan parafilias.
Se podría decir que las Estructuras Clínicas son formas de respuesta a la historia
sexual infantil del sujeto, historia que se desenvuelve en lo que Freud denominó (y que
luego retoma Lacan) «el complejo de Edipo» y su núcleo central: el «complejo de
castración».
El signo de Saussure:
Por mucho papel central que se le haya dado al lenguaje a lo largo de la historia,
siempre quedó situado en el lugar de instrumento, siempre como algo exterior en relación
al sujeto. Esta exterioridad era algo sostenido hasta que Freud, primeramente, muestra
que no siempre el sujeto sabe por qué hace lo que hace y dice lo que dice.
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Fuente: Apuntes de las conferencias de Manuel Asensi “Lacan y el Deseo”. Carpeta de Psicología
Evolutiva I y II. Videos del Lic. Tavil del canal de Asociación Libre en You Tube.
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utiliza para expresar sus afectos, conceptos, estados de ánimos, problemas, etc. Por tanto,
hablar de la centralidad del lenguaje no es ninguna novedad.
Relación sujeto-significante
Este grafo explica la relación del sujeto con el significante. Nos permite incorporar
una nueva noción.
Para comunicar la necesidad debemos acudir a un código (C), a una Lengua (A).
Este código permite la construcción del mensaje (M), aquello que efectivamente se
expresa, aquello que se dice. Hasta acá todo bien. Pero Lacan agrega un movimiento de
vuelta del mensaje al código. Es lo que se denomina movimiento de sanción del código. La
sanción del código es el efecto de corrección sobre el mensaje. El mensaje es controlado
por el código.
Necesidad y Demanda: Lacan para dar cuenta del Sujeto del Psicoanálisis parte de
un mito: El Sujeto Mítico de la Necesidad (Δ = Delta).
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de la cadena significante, existente antes del sujeto. Los objetos pierden su valor de uso y
adquieren valor de intercambio ya que pasan a tener estatuto simbólico.
La refracción del deseo se da cuando el niño tiene que poner en palabras sus
deseos primordiales, instaurándose la demanda. El niño tiene una intención que, al
articularlo en palabras del Otro, se produce una refracción, es decir, cambia, se desvía.
Esta demanda tiene que ser admitida por el Gran Otro y admitir el significado que el niño
quería dar en el mensaje. Hay una resignificación del mensaje por parte del Otro, una
sanción.
No es que un sujeto utilice a un significante para comunicarse con otro sujeto, sino
que un significante utiliza a un sujeto para comunicarse con otro significante. Un
significante remite al sujeto con otro significante.
Metáfora paterna3
NP DM═ NP (A)
DM X φ
Podemos entender que en la Metáfora Paterna se trata de que el Deseo de la Madre
que dominaba totalmente al niño, es sustituido por otra cosa: el Nombre del Padre,
permitiendo la emergencia en la subjetividad del niño de la significación fálica.
Todo el proceso edípico es un proceso que tiene que decantar en la idea de que el
falo no es nadie, que está perdido para todos. Es necesario que todos acepten que nadie
es el falo, que el falo pase al orden de la cultura, como algo perdido como estructura.
3
Extraído de Psicología Evolutiva I
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del deseo) ¿qué quieres?, pero ésta le vuelve formulada desde el Otro, no respondida, por
cuanto carece de respuesta estructuralmente y de manera invertida (¿qué me quiere?) en
relación a “quién soy yo, qué soy yo para el Otro”, lo cual es insoportable, en tanto genera
angustia y por ende, es resuelta anticipadamente por el fantasma ($◊a), es decir, el sujeto
construye una escena, que lo sostiene en relación al deseo.
El deseo no tiene nada que ver con el campo de la satisfacción, por cuanto se
caracteriza por ser insatisfecho, se desea aquello de lo que se está falto (deseo en ser o
deseo en tener), esto último está relacionado a ser el falo o no ser el falo. La falta en ser
quiere decir que el sujeto en el campo del deseo aparece como falta.
Lacan sostiene que el deseo es lo único que hace que el sujeto pueda asir un
destino singular.
El sujeto está sujetado por el lenguaje lo que lo hace perder su instinto, el cual se
transforma en pulsión.
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Nombre del Padre:
El primer gran otro es la madre, que es quien nos introduce en el lenguaje y nos
transmite esos significantes con sus significaciones asociadas. Para el niño este gran otro,
parece ser un ser omnipotente, que parece saber todo: sabe cómo se llama cada cosa y
qué significa cada cosa, cuál es su lugar en el mundo, etc.
El inconsciente no es un lenguaje, sino que tiene las leyes del lenguaje, es decir,
funciona tal y como funciona el significante, pero carece del significado que es la parte
consustancial de todo el lenguaje. Estas leyes son las de la metáfora y la metonimia.
Los significantes son los que nos introducen al mundo, tanto exterior como interior, y
cuando se carece de significantes, como en el caso de la psicosis, se cae en la extrañeza,
se siente abrumado.
La ley, el Nombre del Padre, el lenguaje como Gran Otro determinan desde ese
momento originario la función metafórica del deseo, representada en cada caso por el
“objeto-a”.
Para entender este concepto hay que entender primero el concepto del Gran Otro
(A), el cual se puede igualar con lo simbólico, con el lenguaje, con el tesoro de los
significantes; también tiene que ver con las significaciones que están asociadas a esos
significantes, que Lacan llama campo del saber.
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En la represión el significante NP funda la cadena de significantes mientras que en
la forclusión falta ese significante que funda que haya ley de significante, es decir, que no
tiene un significado unívoco, que el Gran Otro no es dueño del saber. Al no estar el
significante NP, el saber y los significados quedan solamente del lado del Otro e inhabilitan
que surja algo nuevo del sujeto e imposibilita ese vínculo entre mensaje y código y código
y mensaje porque el NP es el significante que permite que se admitan los mensajes, que lo
que viene de nuevo por parte del sujeto sea admitido; en la forclusión solamente se
posibilita los sentidos que vienen del Otro.
Esto es lo que sucede con Schereber: los fenómenos alucinatorios. Al no estar este
vínculo entre mensaje y código cataloga esas alucinaciones como fenómenos puramente
de código (las voces, las lenguas fundamentales, un código más allá del código como
intento de instaurar en el código una significación nueva a través de los neologismos
unívocos) o puramente de mensaje (los mensajes eran interrumpidos, no termina de cerrar
las frases, son intentos de mensajes que al no poder pasar por el tú de la invocación por el
NP, al no poder ser admitidos por el código quedaban interrumpidos y se manifestaban de
esa forma).
Lev Strauss dirá que todos los mitos pueden ser escritos en fórmulas lógicas,
matemáticas; en todos se responden a lugares.
Lacan pasa todos los fenómenos del inconsciente propuestos por Freud a la
estructura del lenguaje, principalmente dos: metáfora y metonimia (se menciona una parte
en lugar del todo). Con estas dos figuras de la retórica clásica lee lo que Freud llamaba
condensación y desplazamiento.
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madre), es decir, todo aquello de goce, simbiótico sobre el niño que no permite el
surgimiento del niño.
Con lo que cada uno diga de su síntoma podremos pensar la estructura a la que
corresponde.
Pinel (primer paradigma psiquiátrico) hace pasar la locura del campo religioso al
médico. Eskirol, su discípulo, encuentra que tiene que hacer una clasificación ya que “no
todos los locos eran iguales”. Todos los que vienen después de él comienzan a complejizar
la clasificación, donde se instala el segundo paradigma: el de los cuadros psicopatológicos.
Generan descripciones muy al detalle. Luego viene el paradigma de las grandes
estructuras psicopatológicas, donde se cambia la pregunta: quién es este sujeto que sufre.
No podemos reducirnos a clasificar síntomas y enfermedades. En esta lógica llega Freud y
posteriormente Lacan, quien tomará las grandes estructuras propuestas.
El DSM está formado por el comité invisible, el cual está conformado arbitrariamente
según intereses para establecer cuáles son los cuadros psicopatológicos.
Pinel (primer paradigma psiquiátrico) hace pasar la locura del campo religioso al
médico. Esquirol, su discípulo, encuentra que tiene que hacer una clasificación ya que “no
todos los locos eran iguales”. Todos los que vienen después de él comienzan a complejizar
la clasificación, donde se instala el segundo paradigma: el de los cuadros psicopatológicos.
Generan descripciones muy al detalle. Luego viene el paradigma de las grandes
estructuras psicopatológicas, donde se cambia la pregunta: quién es este sujeto que sufre.
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No podemos reducirnos a clasificar síntomas y enfermedades. En esta lógica llega Freud y
posteriormente Lacan, quien tomará las grandes estructuras propuestas.
El DSM está formado por el comité invisible, el cual está conformado arbitrariamente
según intereses para establecer cuáles son los cuadros psicopatológicos.
El Gran Otro de cada uno es aquello que a uno lo marcó, esto es, aquellas vivencias
que no han perdido su característica temporal, es decir, no ha pasado el tiempo. Las
formaciones del inconsciente son a partir de la operatoria de la fórmula fantasmática.
El falo es aquello que indica que la operación de la castración pudo ser simbolizada,
la posibilidad de ceder el goce que el niño tenía con la madre puede ser simbolizada y
subjetivada. Esto permite que el niño/a puede andar por el mundo con la capacidad de
perder, de perder para ganar, de dar, de soltar y todas las formas de la ausencia que el
propio sujeto puede poner en juego.
El falo da la posibilidad de que haya inconsciente, hace que mis palabras sirvan
para algo, que lo que escuche del inconsciente sirva para algo, que toque mi corporalidad,
mi manera de gozar.
Esto no necesariamente se puede prevenir. Esto es, uno puede formarse como
padre/madre apoyándose en su propia subjetividad, normalmente repitiendo patrones
aprendidos, también escuchando diversos consejos. Normalmente hay cada vez menos
mamá y cada vez más cultura, esto es, cada vez más actividades que no implican a la
madre. Se debe buscar que ingrese al Gran Otro para que las palabras comiencen a
circular en su circuito de su deseo. Hay un punto en el que sí se puede generar una
dirección favorable en el desarrollo del niño/a.
Ahora bien, ¿qué papel activo tiene el sujeto en todo esto? Lacan desde el
comienzo de su enseñanza aborda el problema de la libertad: insondable decisión del ser,
decisión forzada, etc., son términos que permiten aludir que hay circunstancias, por más
forzadas que sean, hay alguien que elige, elige lo que puede elegir en ese momento. El
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sujeto es responsable independientemente de lo que suceda con la metáfora paterna. Esto
es, a partir de la estructura se elige. El psicoanálisis no exime de la responsabilidad del
sujeto de hacer a pesar de. No importa tanto la estructura, sino si se hace responsable de
sus elecciones. No solo es un sujeto determinado por el lenguaje sino que es responsable.
Recordemos, si el nombre del padre no opera no quiere decir que no haya papá,
sino que no se inscribió. Tampoco la separación física de la madre con el niño implica que
se va a inscribir el NP. Incluso el NP puede deberse a algo que hace el mismo niño.
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significante que dice cómo debés hacer para identificarte como hombre o mujer, vivo o
muerto, etc.
El NP vendrá a dar respuestas posibles a esos significantes faltos para todos los
seres humanos atravesados por el lenguaje.
Fenómenos elementales
El automatismo surge como algo que se impone al sujeto, algo que lo habita y que
no se comprende, que es enigmático y que deja al sujeto en la mayor perplejidad. El
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automatismo puede hacer entrar en crisis todo el mundo imaginario, todas las
significaciones sobre las que el sujeto sustenta su realidad.
El sujeto psicótico no puede hacer uso de la represión, sino que generará ciertos
síntomas hasta que se desencadene ante una imposibilidad de responder, a ese lugar de
no respuesta subjetiva viene el retorno de lo real, el agujero de lo simbólico.
El fenómeno elemental (alucinación, delirio, etc.) viene a ser esa certeza que
proviene de afuera para llenar ese agujero de no respuesta. Es una idea que proviene de
afuera, se dirige a él y dice algo de él que es más cierta que lo que puede decir sobre él.
La respuesta subjetiva se la da esa idea respecto de él, esa alucinación, ese delirio que
habla de él. Es la respuesta a aquello que no pudo responderse.
El delirio es una forma de curación del sujeto, una forma restitutiva, encontrar algo
para alejar ese agujero de lo real.
Así como la locura en algún momento estaba encadenada en asilos, con el ingreso
de la medicina con el término de déficit la locura sigue estando encadenada. Porque
también pueden haber neurosis muy descompensadas, produciéndose fenómenos de
locuras con rasgos psicóticos.
La alucinación para Lacan: Todas las posiciones que se vienen planteando, todas
las corrientes piensan que la alucinación es la percepción sin objeto, pero eso no es lo
importante. Lo importante es que el sujeto es pasivo, paciente a esa percepción singular.
Se determina la psicosis en función de que le objeto esté o no esté pero esto no es lo
importante, ya que eso es no reconocer que ese sujeto está atravesado por la certeza de
que ese objeto está ahí y es algo que se le impone, no es algo que ve, por tanto cuando
aquello se le impone queda atravesado por la certeza de que eso está ahí. La alucinación
se impone en tanto de certeza: no hay lugar a duda.
El objeto está en tanto certeza y es paciente puesto que se impone. Hay que pensar
la lógica de la alucinación. El sujeto psicótico no necesita que le confirmemos si existe o no
la alucinación, para él ya está de forma certera. La creencia implica un punto de vacilación
respecto al otro, y esto no aparece en el psicótico. No necesariamente el psicótico
desconoce que está alucinando, pueden ser completamente conscientes de su alucinación
y sin embargo les pasa de todas formas ya que son pacientes.
El Superyo no es una instancia moral que lleva a poner un límite, no es algo moral.
Es una instancia que le dice al sujeto goza, es una instancia tirana. Está entrelazado con el
Ello, no es algo totalmente separado, se mezclan y desmezclan. Estos imperativos, estas
leyes pueden hacer cumplir cosas perversas. Es una voz áfona, sin sonido. En cambio en
la alucinación la voz es fónica, con sonido. Por eso es la gran diferencia en una alucinación
auditiva como algo totalmente relevante. Cuando algo no queda simbolizado lo real
retorna, a eso se refiere, puesto que aquella instancia que no se inscribió y que en un
neurótico es áfona, retorna de forma auditiva por ejemplo. Es decir, no se puede subjetivar,
hacerlo propio por eso queda por fuera. La alucinación se escucha desde afuera, escucha
su propia voz desde afuera y no la percibe como propia, ese es el dilema de la psicosis. La
voz del superyó es áfona, pensamos en palabras pero las reconocemos como propia.
Podemos decirnos un montón de cosas, pero esos pensamientos están y no se escuchan.
La alucinación auditiva es una voz no simbolizada que retorna de lo real.
De Clérembault le decía que una vez captado el paciente, no le hablaran, que nadie
intervenga para que de alguna manera no quedara contaminado lo que en una entrevista
se podía llegar a decir. Estaba interesado en ver cuándo se desencadena una psicosis.
Descubre dos momentos.
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partir de los órganos de los sentidos. Y atemáticos quiere decir que no comportan un tema,
no comporta un sentido, no remite a nada. Automatismo implicaba cómo se inmiscuía lo
biológico en este proceso.
Lacan dirá que está hablando de un S1, un primer significante: neutro, no sensorial y
atemáticos. El S1 tiene las mismas características que el pequeño automatismo mental.
Hay la perplejidad, algo neutro, atemático, sin sentido. La aparición de los fenómenos
elementales en un primer punto tiene la particularidad de dejar a alguien en perplejidad.
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Paranoia
Un.
Un hombre.
Un hombre bien.
Un hombre bien parecido.
Un hombre bien parecido al mono.”
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Lo que no ingresó retorna, y no lo hace desde lo simbólico sino desde lo real. Hay
que utilizar otros medios para poder hacer con aquello que aparece. No hay elementos
simbólicos para tratar lo real, y cuando aparecen cosas de lo real que requieren de ese
significante puede generarse un brote, por ejemplo: cuando hay conflictos con la ley, en el
caso de Schereber cuando es puesto como presidente del tribunal superior.
“Se desliza en el lenguaje lo que éste transporta: la idea del todo a la cual empero
hace objeción el más mínimo encuentro con lo real” El registro de lo real jamás podrá ser
simbolizado por completo, es, por tanto, del mundo del no-todo, de la incompletud. Esta
característica de lo real es lo que genera angustia: la falta de significantes.
El delirio es un discurso articulado que viene a dar algo de sentido a los fenómenos
elementales, es el S2, algo que lo saca de la perplejidad. Aparece algún discurso
articulado frente al vacío de significación. Hay una restitución de sentido, un discurso
articulado que restituye de la perplejidad.
(Este discurso, este S2 que lo saca de la perplejidad, va a ser todo este discurso
delirante que armó y articuló respecto a que es Hijo de Dios, que tiene una misión
redentora, y que para eso tiene que mudarse en mujer pero que esto tardaría mucho
tiempo. Que esto le fue develado en un lenguaje imposible de entender para los humanos,
etc.)
Esquizofrenia
El cuerpo no se ha podido construir recortado por el lenguaje por lo que está abierto
a diversos fenómenos. Son en base a la desorganización.
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estructura de delirio, la idea va mutando aunque puede quedarse fija en una temática: “me
persiguen los Nazis” y en eso puede incluirse al quiosquero, el terapeuta, etc.
Manía
Nadie que no sea psicótico tiene certeza de aquello que es, de quien es. No nos
creemos nuestra propia imagen.
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las funciones afectadas: la paranoia más a lo intelectivo y la esquizofrenia más a lo
afectivo.
El delirio es como una pequeña idea venenosa que se instala y comienza a tener un
magnetismo de asociación de argumentos que le den validación a la misma, ahí se
comienza a constituir el delirio: historias, escenas, detalles, etc. Alguien que está en
relación al delirio no se lo puede contrastar con la “realidad” porque ya tiene la historia
armada. Es decir, se puede desenvolver en sus tareas mientras no se le toque ese delirio.
En Freud la paranoia tiene que ver con un abuso del mecanismo de proyección; el delirio
tiene que ver con esa idea que se puso afuera y hay que encontrarle un lugar, hay que
armar algo en relación a eso. El delirio surge a partir de aquello proyectado.
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El Ello busca alcanzar al objeto y que haya una descarga. Cuando ese objeto ha
causado una satisfacción relevante, importante queda privilegiada ya que ha causado una
huella importante, marcando un ideal. Cuando hay un objeto que causa menor satisfacción
se quedará con el ideal.
Lo que distingue la realidad de lo ideal es el Yo, el cual sirve para tener un vínculo
con la realidad.
Hay que ver qué cosas se niega, qué se rechaza y qué finalmente se forcluye.
Hay un juicio negativo: “algo no es”. Pero hay otra instancia que es el desjuicio
donde lo que se niega no es el contenido de juicio sino el juicio mismo: “yo no digo que
esto no es”. No se trata del contenido sino del que enuncia. Enunciado es lo que se dice, el
nivel de contenido y la enunciación implica al que lo dice.
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¿En qué momento comienza a funcionar este proceso secundario que llamamos
juicio? ¿Cuándo hay algo que se afirma o se niega por primera vez, que se acepta o deja
de lado y posibilita el juicio? El principio de placer. Decir no es que este objeto no me
satisface, decir sí es tomar este objeto. A partir de afirmar y negar puede elaborarse esta
instancia del juicio más elevada. Cuando algo se deja afuera y algo adentro, algo se afirma
y se niega en este proceso primario luego deviene en el proceso secundario del juicio.
Hemos visto aquello que se niega.
La diferencia entre algo que está perdido (por la represión) y lo forcluido es que esto
último nunca tuvo una instancia de aceptación para luego ser negado. Una formación del
inconsciente es algo que pasa la barrera de la represión y aparece deformado pero
previamente debió ser aceptado. Ser aceptado es que haya entrado al orden de lo
simbólico, que haya sido simbolizado. Freud dice que hay algo que nunca vamos a saber
porque está reprimido, Lacan dirá que algo puede entrar en el orden de lo simbólico y al
mismo tiempo faltar, pero aún esa falta puede ser simbolizada como falta, puedo nombrarlo
(agujero, vacío, nada, falta).
Cuando hablamos del orden del objeto que se pierde hablamos de neurosis, hay
represión. Pero aquello perdido puede retornar como contenido reprimido y si puede hacer
eso es porque está simbolizado de alguna manera.
No hay elementos simbólicos para tratar lo real, y cuando aparecen cosas de lo real
que requieren de ese significante puede generarse un brote, por ejemplo: cuando hay
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conflictos con la ley, cuando aparece la policía. Las cuestiones en relación a la autoridad
se asocian al significante NP.
Perversión
Después Freud dirá que perversión es aquello por lo cual cada uno goza en su
inconsciente, una escena cuyo goce se quiere siempre evocar, volver, que se vuelve
capital. Esta escena comporta un goce porque se vuelve una y otra vez a ese dolor, a
pasarla mal, a un exceso de placer que resulta displacentero, que se vive como agresivo,
transgresor, excesivo. Esta escena está fijada en el inconsciente y se vuelve a ella de
forma repetitiva y hay otras asociadas.
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Ahora bien, el perverso es quien lo lleva a cabo. Lacan desprende la idea de
perversión, en principio, de la posición que ocupa uno respecto del Gran Otro.
En torno a los años 50 llamará perversión al niño como falo de su madre, eso es una
posición perversa. Es una posición que normalmente el niño sale. Pero ese momento es
una posición perversa. El niño con su cuerpo encarna la realidad del fantasma de la madre,
ocupa la posición del objeto a. Hay una captación a nivel de objeto, no hay coordenadas
simbólicas. Si opera la renegación no va a permitir que surjan otras posiciones
quedándose en la posición perversa. Esto es, poder captar lo que viene como límite, la ley,
las normas pero elegir no verlo, no necesariamente gozar de la transgresión sino elegir no
captar. Es un tema perceptivo, no algo de gozar de la trasgresión. Es manejarse como si la
ley no estuviera, por tanto puede dar un trastorno antisocial o no (hace todo lo que la
sociedad espera que no haga) porque puede conducirse como si las normas o reglas
sociales no existieran.
Lacan en los años 68-70 explica al sujeto perverso desde la voluntad de goce y lo
hace a partir de un esquema. El sujeto perverso se coloca él mismo en el lugar de objeto
del Gran Otro cuya voluntad de goce lo lleva a encontrar en los otros de la realidad alguien
a quien dividir, esto es, la división no la encuentra en él mismo sino que él es un objeto del
gran otro para ir a encontrar la división subjetiva en el otro. Busca la división en el otro. Es
alguien con una voluntad persistente, incesante de colocarse él en el lugar de objeto para
encontrar la división, los puntos de falla en el partener. Y esto proporciona puro placer pero
no para él sino para el Gran Otro. Él se imagina que completa ese gran otro haciéndolo
gozar. Yo soy un objeto que genera placer al Otro. Esta voluntad de goce lo hace desde la
certeza. El goce y la angustia no están en él sino que está en el Otro, en una instancia
abstracta. Por ello esto puede implicar conductas antisociales o no. Su única norma es la
voluntad de goce. Se puede llegar a angustiar cuando las cosas no le salen bien, cuando
no puede ser el objeto que complete al otro.
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En los manuales clásicos de psiquiatría encontramos el término de perversidad, que
se define algo así como una malignidad que se halla en el sujeto. Si hablamos de mal,
estamos en un ámbito moral. El perverso sería quien encarna esa perversidad, esa
malignidad.
Antes de Freud la cuestión del perverso está en torno al deseo del mal, busca y
desea hacer el mal. Y esto implica un mal para otro. Algo en relación a su deseo, su
voluntad se convirtió en su única ley, lo cual queda fijado por lo que no hay lugar a otras
leyes que intervengan con su deseo.
Freud, en 1905, escribe los Tres Ensayos. Hablaba de que la sexualidad era
entendida como unión genital heterosexual con fines reproductivos, todo lo que estuviese
por fuera de esa norma era patológico. Freud dirá que hay la sexualidad infantil, que no
todo pasa por lo genital. Se cuestiona el concepto de perversidad en función de las normas
morales, ya que es la cultura la que impone las normas morales, por tanto, la perversidad
no es tanto del orden del sujeto sino de lo cultural. La heterosexualidad es una forma
cultural y puede haber otras. También dirá respecto a lo reproductivo que la pulsión tiene
una satisfacción parcial que no gira en torno a lo genital solamente.
Freud dice que la pulsión es bisexual, Lacan lo retomará diciendo que el dese es
perverso. Como no hay objeto propio para la pulsión, es estructuralmente perverso el
deseo ya que no hay un objeto adecuado, único sino que éstos varían. Lo que da cuenta
de la heterosexualidad u homosexualidad será algo edípico y no tanto algo en torno a la
pulsión. El fin de la sexualidad es el placer, la descarga y no la reproducción. Cualquier
objeto que permita la descarga será adecuado.
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organización siempre está en torno a un solo órgano: el falo. Lo tengo o no lo tengo. El
pene marca el mundo y el ordenamiento. Es una idea de qué hacer como hombre o mujer.
Con Lacan, la significación fálica también ordenará el mundo, en el sentido de que las
significaciones siempre tendrán que pasar por ahí.
Neurosis
Neurosis Obsesiva
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pueden entrar dentro de la estructura de la neurosis obsesiva; sin embargo desde un
diagnóstico estructural se debe establecer los motivos puesto que el TOC puede deberse a
un fenómeno elemental.
En Freud encontramos, en el caso del hombre de las ratas, que cada una de las
ideas tienen explicación. El hombre lo interpela en esto de que Freud busca la raíz de las
ideas.
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Esto lo lleva al pensamiento mágico: el poder solucionar todo desde mi
pensamiento. Tiene fantasías omnipotentes. El pensamiento llamado mágico es
esencialmente omnipotente, no hay bajada a la realidad.
Esto lo lleva al aislamiento, que es aislamiento del afecto: todo este pensamiento le
sirve para que uno desconecte de lo que siente. Cuando uno se contacta con lo que siente,
el pensamiento no tiene mucho que hacer. (Punto 3 de Sobre la teoría).
Como el odio está tan relacionado con el amor comienzan las dudas: el odio
complica al amor, lo inhibe. La duda respecto al amor se extiende a todo, porque el amor
debería ser lo más seguro que uno tiene; cuando esto entra en conflicto se cuelan los
síntomas. El punto medular es la duda respecto del amor. Los fenómenos sintomáticos
tienen de fondo la duda respecto al amor.
La anulación retroactiva incluye el mecanismo del “pero”. Tengo una certeza pero…
Es algo que constantemente se escucha para no afirmar algo, por tanto duda y aislar el
afecto.
En todo esto hay algo del goce, algo muy fuerte que hace que una persona insista
sobre lo mismo a pesar de que no le haga bien, a pesar de que entiende que toda esto no
le hace bien pero no puede dejarlo. En esto siempre hay una represión: aislamiento, duda.
Puesto que el odio inhibe al amor pasa a primer plano la muerte y puesto que la
duda es un mecanismo principal, pasa a primer plano la muerte ya que está a la base de
todas las cosas que nos pasan que no tienen explicación: el sentido de la vida, por qué
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estamos en el mundo, el más allá, etc. Como en esos puntos la humanidad no tiene
certezas. Son sujetos afines a esos temas y sistemas religiosos. El sujeto neurótico
obsesivo es un sujeto religioso, arma su propio sistema de creencias. Mucho de esto entra
en relación al Amo (capitán cruel, el padre).
Lo fundamental es el ideal de ese otro que me reconozca. Ese poder puede ser
tanto para bien o para mal, ya que si uno se esfuerza mucho y ese reconocimiento no
viene pasa a ser un tirano, un malvado. Acá entra el goce. Hay un odio muy presente pero
no se puede mostrar.
Una vez que el deseo se pone en palabras ya circula por otro lado y hablamos en
términos de demanda; el deseo ya está en otro lugar. Después de estar en vínculo con los
objetos causa de deseo, se puede bordear aquello que causa el deseo, esto es, verlo
desde distintas perspectivas ya que no puede ser todo simbolizado.
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demanda del otro y no por el deseo del otro. Si todo el tiempo presta atención a la
demanda del otro no puede alcanzar la pregunta por su propio deseo. Hay un deseo que
es imposible.
Hay una suerte de deuda. El amo me dijo algo y yo le debo, se lo tengo que
devolver. Hay una persecución de la demanda, sobre responder a quién demanda.
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Neurosis fóbica
La angustia es en torno a quedar solo, quedar ante, quedar frente al deseo del gran
otro, quedar ante la pregunta que adopta distintas formas de qué soy para el otro, qué
sentido tengo en él, él otro me quiere, etc. No se sabe qué es uno para el otro, podemos
ver que está ahí, que me sostiene, ampara, etc., pero de repente deja de ser así. Se ve
conmovido su propio lugar en el mundo.
Esto está descrito cuando Juanito se queda solo frente al deseo de su madre,
cuando iba a nacer su hermana. Al mismo tiempo se despierta su quehacer genital, fálico,
su juego de placer genital infantil auto-erótico. Cuando comienzan esos juegos también se
angustia y también se angustia respecto de la madre porque a la larga, en función de lo
que va escuchando el padre de Juanito, él siente que su pequeño órgano es poco y nada
para satisfacer a su madre; cuando incluye la satisfacción sexual en su vida ya no puede
satisfacer del todo a la madre. Él puede sentir que completa a la madre en tanto y en
cuanto no incluya lo sexual. Cuando capta que hay la satisfacción sexual capta que no
puede volver a ser su falo como lo venía siendo. Hablamos de una primer separación
respecto de la madre por el despertar de su quehacer sexual y poder captar la distancia,
captar que ya no se es lo que era: esto lo lleva a una primera angustia, una angustia
primordial.
34
resuelve. Si los síntomas panicosos no tienen sentido (por ejemplo antes de declararse a
una chica) y persisten estamos en este momento; lo que Freud llamó neurosis actuales,
donde sus síntomas no están ligados a nada, no tienen representación.
Mientras tanto cuenta con los síntomas fóbicos para ir elaborando la angustia. Hay
un miedo irracional hacia algo que comporta una conducta evitativa. Pero en esto hay una
función en el síntoma fóbico, el cual transforma toda esa primera angustia en miedo, y todo
aquello deslocalizado que invadía el cuerpo puede estar localizada en un objeto el cual se
puede evitar. El beneficio secundario del síntoma es todo lo que uno obtiene como
beneficio gracias al síntoma; hay una ganancia en el síntoma que sobreviene a través de la
modificación del medio. Es aquello que sostiene lo que todavía no opera de la ley, está
justo en el lugar que separa al niño de la madre.
Ese día se encontró a un caballo y desarrolló una fobia; de ahí entran todas las
elaboraciones míticas, esto es, la justificación de por qué se le tiene miedo (porque
muerden, porque tienen patas grandes, etc.).
35
En el síntoma fóbico encontramos que la operación paterna no terminó de operar,
hay algo en relación a la madre del orden incestuoso, gozoso, no se abandona la idea de
ser el falo de la madre y el padre no parece mucho. Esto demuestra la función simbólica
del padre, esto es, qué hace de mi papá mi papá, hay una justificación simbólica. Se
deduce también que el falo tiene un elemento simbólico. Esto dará lugar al desarrollo
lacaniano de la Metáfora Paterna como una instancia simbólica que separa de la madre, es
lógicamente necesaria la separación con del DM que le permita no angustiarse y sentir que
si él se separa puede hacer por fuera de la madre, aquello que le permita armar algo desde
el no ser todo para la madre. La operatoria simbólica del padre es lo que permite elaborar
el síntoma, el gozar en otro lado. De la neurosis fóbica se puede pasar a una neurosis
obsesiva o histérica.
En Juanito el punto de inicio de la fobia son sus erecciones, el falo, ese es el objeto.
Hay algo del orden de lo real: tiene una erección y no sabe qué hacer con eso. Empieza a
haber algo del orden del goce sexual para lo cual no alcanzan los significantes.
El padre real no podía introducir un elemento simbólico. Para que haya metáfora
paterna tiene que haber sustitución. La madre tiene una lógica, una forma de presentar el
goce y el punto del padre es introducir algo, que se sustituya. En la fobia se acota el goce y
lo localiza, hay algo que no se puede; pero todavía no hay algo que se ha introducido, más
bien, hay un no se puede pero todavía no hay un se puede pero de esta manera. El punto
de la metáfora es la sustitución. El elemento simbólico todavía no sucede, ahí está el
síntoma fóbico.
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Neuropsicosis de Defensa (1894)- Nuevas puntualizaciones (1896)-
Freud
Freud trabajará la neurosis en relación a una defensa en este texto. Trabaja dos
estructuras en tanto neurosis y psicosis y dentro de la neurosis trabajará: histeria, obsesión
y fobia.
Hay cierto mecanismo que funciona hasta cierto punto igual en las tres neurosis,
llegado a un punto se divide. Hay un mecanismo común a las tres neurosis y otro
mecanismo para la psicosis.
La defensa en sí no es lo que produce el síntoma, más bien hay una fase siguiente.
Si se olvida o reprime algo, está reprimido y no es patológico. El síntoma, lo patológico es
el retorno de eso reprimido. La tarea que tiene el Yo de tratar como no acontecido, de
olvidar es algo imposible, puesto que una vez que esa representación entró en el mundo
de las huellas mnémicas es imborrable. La tarea del Yo defensor se impone de tratar como
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no acontecida la representación inconciliable equivale a una solución aproximada puesto
que la representación que siempre es con afecta es inextirpable.
Esta extirpación es la primera defensa que realiza el aparato psíquico. Hasta acá
son iguales la histeria, la obsesión y la fobia. A partir de acá se separan, esto es, el monto
de afecto va a parar a otro lugar.
En la histeria el monto de afecto irá a parar al cuerpo. Freud buscaba dirigir esa
energía a la representación que la originó, hay conexiones de palabras que dan cuenta de
ello. A esto se le llama conversión y no es azarosa, puede ser total o parcial y guarda cierta
relación con algo de la representación reprimida. Hay un nexo más o menos laxo con la
vivencia traumática.
En la psicosis hay una tarea más enérgica, difícil. Trata a la representación junto
con el monto de afecto como si no hubiese existido, como si no hubiesen acontecido. El Yo
desestima la representación insoportable junto con su afecto y se comporta como si nunca
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hubiese existido. Es la más exitosa porque no puede haber retorno de lo reprimido, ya que
no hay lo reprimido. El Yo se refugia en la psicosis y se deshace total o parcialmente de la
realidad objetiva (en la neurosis también hay cierta pérdida de la realidad).
Caso Emma
Llega una paciente que no puede ir a una tienda sola. Aparecen dos recuerdos: 1- A
los 12 años iba a comprar y hay dos tipos que se ríen y ella cree que es sobre ella, sobre
su vestido y había uno que le gustó sexualmente. 2- A los 8 años viene el otro: va a un
pastelero y recuerda que le pellizca los genitales a través del vestido; cuando vuelve a ir le
pasa lo mismo y recuerda que el pastelero se reía y ella se reprocha el haber ido por
segunda vez. Dirá entonces que entre los 8 y 12 pasó algo: la pubertad.
Un primer síntoma (no poder ir a la tienda sola) no dice nada de por sí gracias a la
Neuropsicosis de defensa, es a través de la asociación de palabras ligadas puede
conectarse un evento con otro. La pubertad permite sancionar o resignificar ese
acontecimiento como traumático; además de que el síntoma siempre es en un proceso
analítico, esto es, no es sin la transferencia, sin el otro que sancione. Nunca hay recuerdos
de la infancia sino sobre la infancia.
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Duelo y Melancolía
En el duelo existe una desviación de la conducta pero eso no quiere decir que se lo
considere patológico porque hay una exigencia de la realidad y hay algo de esa exigencia
que es respetada, tenida en cuenta, en la melancolía, en cambio, no se tiene en cuenta la
realidad. En el duelo sigue habiendo cierta funcionalidad, y en un tiempo esto cesa y el
sujeto puede continuar con esto que venía haciendo. Es inoportuno e incluso dañino
interrumpir el proceso del duelo (como puede ser negarla, no tomarse el tiempo subjetivo
para elaborarla), ya que tiene que ir trabajando pieza por pieza ese proceso de pérdida, su
investidura libidinal. El mundo y la realidad le exige al sujeto pero éste no puede responder
de forma en como lo veía haciendo, ya que halla al mundo vacío y pobre, por tanto, no
puede cumplir con las exigencias de esa realidad.
Primeramente uno hace una elección de un objeto para amar, acompañada con una
investidura libidinal, se invierte una carga en ese objeto. De repente ocurre la pérdida por
motivo que sea: separación, fallecimiento, caída de un ideal, etc. La realidad muestra que
ese objeto no está más y esta realidad le exige que esa carga libidinal se sustraiga de ese
objeto, que se quite todo lo libidinal que hacía el enlace con ese objeto. Esa carga se
espera que esa carga libre se pueda poner en otro objeto. En una primera instancia la
carga libidinal se vuelve al Yo para luego poder investir a otros objetos. Una vez
atravesado el duelo, el Yo se vuelve libre y desinhibido para poder volver a investir a otros
objetos, poder hacer otras elecciones y con ello otras investiduras.
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empobrecimiento del yo. De aquí deviene lo característico del sujeto melancólico: se
denigra, autoreprocha, se considera como algo despreciable y espera total repulsión y
castigo sobre él; Freud habla de delirio de insignificancia, esto es: su pérdida no está en
relación con el juicio real de esa pérdida. Es un poco dañino darle la contra al sujeto puesto
que hay algo de certeza que tiene para armar esas ideas, en terapia se busca ir leyendo
qué quiere decir él con todo eso, con todo lo que implica para él. Junto con ello se habla
de un desfallecimiento de la pulsión de vida, aquello que nos permite estar vivos, por lo
que hay cierta tendencia al suicidio, se repulsa el alimento, bañarse, dormir y todo lo que
implique autoconservarse.
Se puede ver que hay algo de que en la melancolía hay una regresión a la fase oral,
en esto de querer devorarse al objeto, hay una identificación con el objeto, no hay una
separación.
En la melancolía surge una contradicción: por un lado está la pérdida del objeto pero
en sus declaraciones surge una pérdida del yo. En el duelo se habla sobre la pérdida del
objeto pero no del yo. Esas quejas de la persona se ajustan muy poco a esa persona sino
que se queja de otra persona que ama o que va a amar. En la escucha del melancólico la
queja es hacia otro que se ama en el presente, fue amado o se amará. Los autor reproches
son reproches hacia un objeto de amor, que desde este objeto de amor han rebotado
sobre el yo propio. Hay un mecanismo de proyección e introyección a la vez, algo que sale
pero vuelve a uno mismo. Son reproches hacia el objeto de amor que vuelven al yo. En la
melancolía hay una identificación del Yo con el objeto resignado, por tanto, la pérdida del
objeto es la pérdida del Yo. “La sombra del objeto cayó sobre el Yo”. Hubo una elección de
objeto de tipo narcisista, en realidad se eligió a él mismo no a otra cosa que está afuera.
La elección de objeto puede tener dos maneras: por apuntalamiento (madre nutricia
o padre protector) o de tipo narcisista, la primera se pone en el afuera (la madre o padre),
en la narcisista se coloca sobre él mismo. No se inviste objetos, no se pone la carga
libidinal afuera sino sobre él mismo.
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me insulto como una suerte de satisfacción masoquista. Cuando hago elección de tipo no
narcisista puedo amar a ese objeto cuando está y odiarlo cuando se va pero no a mí
mismo como en la elección narcisista.
Los otros Hay lazos No posibilidad de lazo Hay lazo social pero
(vínculos) sociales, hay social, no se registra al renegado. El otro no es un
semejantes otro como un semejante. igual, sino que lo coloca
en una posición de objeto.
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en el tercer tiempo (DM/X). Queda en el Complejo de Edipo.
del Complejo de primer tiempo del
Edipo. Complejo de Edipo.
Discurso Hay discurso, se No hay discurso pero hay Hay discurso pero más
producen lenguaje. Hay fenómenos subjetivo, no involucra al
formaciones del elementales. otro. No hay un rechazo
inconsciente. del otro, sino que se
acepta pero no lo deja
inscribirse en su
subjetividad. Hay el
pasaje al acto.
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(Lacan) no existe, es porque falta la castración. diferenciación sexual
siempre fallida desde lo anatómico, le da
El psicótico, puede
debido a la igual cualquier objeto,
encontrar formas de
castración. cualquier agujero. Hay
significarse tomando
relación proporción sexual
“identificaciones
como en la psicosis pero
prestadas” que le
sin diferenciación sexual
permiten ser funcional
anatómica.
(tanto de hombre como
mujer: aquí se puede
relacionar con esto que
plantea Schereber de
mudarse en mujer)
Consumo problemático
Consumo hubo siempre, lo que cambia es la relación con las sustancias, esto es,
hay algunas reguladas a nivel social/religioso/histórico. Esto es, hay un marco simbólico
para muchas drogas. La diferencia es el uso que se hace por fuera de ese contexto. Esto
nos lleva a pensar el uso que hace cada uno de una sustancia: ¿Qué uso hace?
Porque ya pasa de ser un uso regulado por el Nombre del Padre, un uso simbólico
para determinado fin, sino que ya hace de ese objeto un objeto de consumo, y qué lugar
ocupa para cada uno es lo que nos preguntamos para ver por dónde va la cuestión.
El sistema prepara los objetos para que sean consumidos y todos podemos calmar
la angustia a través de los objetos provistos por el mercado. Son objetos con los cuales
gozo, con los cuales me satisfago, una satisfacción que va más allá del principio de placer,
y cuando algo va más allá del principio de placer se hace una y otra vez a pesar de que en
algún momento no me guste y empiezo a encontrar placer en el displacer, satisfacción en
la insatisfacción, el bien en el mal. A ese lugar viene el objeto de consumo.
Todos gozamos, el cuerpo como cuerpo vivo goza, el punto es cómo y con qué:
sexo, estudio, etc., o consumo autoerótico. El consumo implica un goce autoerótico. Es el
sujeto con su apetito gozando solo sin que le importe algo más. Las características de la
sustancia es distinta y hay que tenerlo en cuenta, pero el efecto o el uso que hace ese
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sujeto también es distinta: es distinto el efecto que hace la sustancia en cada uno y es
distinto el uso que hace cada quien de la sustancia. Al punto al que hay que ir es al uso
que hace cada uno de esa sustancia.
Ese goce puede venir a sosegar, a sustituir, a calmar un goce más desorganizado,
que genere un malestar mayor. Es encontrar un modo de goce menos sufriente que el
goce desorganizado, que comporta un fenómeno elemental.
El tipo ideal de sexo falla pero la significación fálica es lo que permite eso, falla
porque es un ideal: aquello que busco, el ideal del sexo opuesto que me atrae y cómo
tengo que ser yo. El consumo viene a esos lugares donde la significación fálica está un
poco fallada demás, esto es, no alcanza para relacionarse con el otro sexo y hacer
solamente los síntomas advenidos de nuestros desencuentros amorosos. Los síntomas
45
suman el consumo para poder estar con el otro o para procurare un goce que no involucre
al otro. En lugar de tramitar los conflictos simbólicamente, no se tramitan y van por el goce.
Hay una resolución fallida del complejo de Edipo que sin embargo se puede armar y poner
en trabajo en análisis.
El complejo de castración se pone en juego cunado uno ama, hay una falta ante el
otro, se está desnudo. Hay un subyugarse ante el otro. Si uno ama está castrado. En el
consumo, si se ama, la libido deja de estar en la substancia y se vuelca hacia el otro; hay
unas pautas simbólicas que ordenan lo que estaba desordenado en el consumo.
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La realidad de la que Freud hablaba ha tenido muchos cambios, una forma distinta
de manifestarse en la actualidad: hay un discurso capitalista. El consumo ya no se trata
solamente de narcóticos. Hay otro que empuja a consumir desde el discurso.
Las características de este empuje discursivo es que es para todos, esto es, no hay
singularidad. La ciencia lo que propone en su método es que cualquiera que siga el
método pueda acceder al mismo resultado del contacto con el objeto: todos podemos
obtener la misma verdad del objeto. Hay un esquema de universalización que borra la
singularidad. No interesa demasiado mi modo singular de goce sino que cualquiera puede
acceder a ese goce. Ahora el goce es singular, esto es, no sabemos lo que un viaje puede
causar en un sujeto, o un celular; esa relación no es universal. El punto es la globalización:
en economía, tecnología, moda, etc.
Comienza a haber una normalización, esto es, una sola forma como propuesta
normativa. El empuje es al consumo de una forma para todos la misma. La figura que está
en entredicho es un nombre del padre que funcione como amo, lo que permite que haya un
tránsito del Edipo. Entonces, sabiendo que hay algo que no puedo hay muchas cosas que
sí, pero cuando el discurso dice que todo lo podés, cuando aparece la castración es un
drama. Lo que busca borrar el discurso capitalista es la falta.
La cuestión está en la relación del Amo: antes había un Amo que prohibía, siempre
había el No, la castración. Lo que le posibilita a un sujeto estar en el mundo y saber hacer
con la falta es que haya habido la castración. Históricamente siempre ha habido un Amo,
pero el cambio paradigmático es que hoy el Amo no limita, hay un todo saber, Todo se
puede. Ese es el empuje del discurso capitalista. Lo que permite que algo no se pueda es
saber hacer con la falta, lo que produce deseo, movimiento. Este discurso rompe con el
otro, con el lazo social: porque al consumirlo todo, está todo completo, autosuficiente,
autoerótico, hay una vuelta a ese momento edípico de mónada. Esto hace perder la
dimensión de la realidad en Freud y el Otro en Lacan. Hay el mismo goce para todos,
todos van a alcanzar lo mismo; pero esto es una irrealidad.
TOXICOMANÍA
47
morfinismo, tabaquismo, etc.). La tesis más fuerte en Freud es entonces que hay una
sustitución de la masturbación por esas adicciones segundas.
Tiempo 0 Tiempo 1
Posteriormente Freud plantea que para que haya SÍNTOMA hacen falta tres
condiciones necesarias:
En segundo lugar hace falta que esa energía no sea derivada de otra manera o
sustituida por otra cosa, es decir que no haya una satisfacción sustitutiva
(sublimación).
Tiempo 0 Tiempo 1 Ti
empo 2
48
Puro autoerotismo Onanismo como soldadura Síntoma
La tesis fuerte de Lacan sobre la droga es: “La droga es lo que permite romper el
casamiento del cuerpo con el „pequeño pipí‟”.
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Otro rasgo que permite identificar al falo es la posibilidad del órgano (pene) de
tumescencia y detumescencia, es decir que posea capacidad de erección. Entonces si en
lo real hay un órgano que tiene esa alternancia real, eso encaja muy bien imaginariamente
con la alternancia simbólica de la presencia y ausencia, característica esencial del falo.
Lacan señala que el falo es más importante por su ausencia que por su presencia; ya que
a partir de esa ausencia se instala el complejo de castración. Consecuentemente, y a partir
del Edipo, esa alternancia del órgano es leída como falo-no falo o como presencia-
ausencia.
Lo que para Freud es el puro autoerotismo, Lacan lo llama “Goce Real”, que no se
encuentra anudada al falo, es una satisfacción fuera de la regulación fálica. El autor
considera que esta sería la verdadera toxicomanía, donde efectivamente, la droga permite
romper con el falo y se pierde toda medida. El exceso propio de la toxicomanía muestra
muy bien ese fuera de regulación fálica; si hay una función que tiene el falo es poner
medida a las cosas. La sobredosis habría que pensarla como fuera de la medida fálica.
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Pene real. La pulsión más Inscripción del falo Puesta en función
elemental del falo
Si bien lo que Lacan llama “goce” no figura en tanto tal como un concepto en Freud,
es de él de quien extrae esa idea y la hace un concepto central de su enseñanza. Freud
sostiene, rompiendo con la idea del hedonismo, que hay muchas cosas que nos dan
satisfacción y que no implican ningún bien para el individuo. A partir de esto Lacan se
pregunta qué es el goce, respondiendo que “se reduce aquí a no ser más que una
instancia negativa”. El goce es lo que no sirve para nada, se trataría de un plus de
satisfacción que no sirve para nada. Lo que Lacan llama goce no es más que la pulsión de
muerte freudiana.
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por el Otro sexo, que supone tener que pasar por el encuentro con el cuerpo del otro y que
implica la diferencia. A su vez, ese pasar por Otro supone poner en función al falo.
Finalmente, Miller agrega que “existe otro tipo de goce que no pasa por el cuerpo
del Otro sino por el propio y que se inscribe bajo la rúbrica del autoerotismo, digamos que
es un goce cínico, que rechaza al Otro, que rehúsa que el goce del cuerpo propio sea
metaforizado por el goce del cuerpo del Otro y que opera como un cortocircuito llevado a
cabo en el acto de masturbación, que precisamente asegura al sujeto su casamiento con el
pequeño pipí”. No pasa por el otro y tampoco por un otro semejante en el sentido de la
homosexualidad, se queda consigo mismo y asegura su casamiento con el pequeño pipí.
Así, vemos desprenderse la especificidad del goce toxicomaníaco, que en efecto no pasa
por el Otro, pero tampoco por el goce fálico. El goce de la toxicomanía rompe con lo fálico,
es la “huída” ante el hecho de plantearse problemas sexuales; es un goce que lleva a la
muerte literalmente, es el goce a secas.
Para tratar de acceder al otro sexo como una muleta, cuando el falo tiene sus
limitaciones y el sujeto no soporta estas e intenta levantarlo para acceder al otro
sexo.
Son diferentes usos, diferentes funciones de la droga que hay que tratar de situar en
cada caso clínico. En la clínica es necesario que hagamos un diagnóstico de lo que
ubicamos como la función que cumple esa droga para el sujeto. Esto es independiente de
neurosis, psicosis o perversión, aunque se va a articular de modos diferentes en cada
estructura. Hay que poder articular estas dos cuestiones: estructura y función de la droga.
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esa característica del goce a secas de una manera terrible y con consecuencias funestas
para quien lo padece.
Además, Juanito le llamaba “Herr profesor” (lo que se puede pensar como el nombre
de la transferencia), le decía al padre que le dijera tal cosa. Es decir, no era un diálogo de
a dos, sino que sabía que se dirigía a un tercero diferenciado. En última instancia, sabía
que todo lo que decía iba a ser destinado al profesor que sabría leer todo aquello que le
pasaba y podría quitarle “la tontería”. Hubo una transferencia muy importante en Juanito.
Las primeras comunicaciones del padre tienen origen con las preguntas de Freud de
ese momento. Cada historial está en relación a las preguntas sobre las que él estaba
trabajando y en qué momento de la construcción teórica se produce. Es alrededor de 1905,
próximo a los Tres Ensayos y sobre todo a la sexualidad infantil auto-erótica. Entonces le
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interesaba todo lo referente a la curiosidad de Juanito respecto al hace-pipí, si los animales
tienen o no, si los objetos inanimados tienen o no. El punto crucial es cuando le pregunta a
la madre y ella le responde que sí, pero de otra manera. Es decir, no le dice que no tiene.
Además, los padres estaban en una posición de no reprimir a Juanito, darle la mayor
libertad, como dormir con ellos. Juanito no fue frustrado para nada nos dirá Lacan y
podemos pensar a la fobia como una salida a eso. En el seminario 4 dirá que eran “padres
de vanguardia”, ligados al psicoanálisis, a Freud y en eso de querer ofrecerle lo más
moderno al niño, no lo frustraron, no lo reprimían.
Todo ésta correspondencia imaginaria venía muy bien hasta que comienza a haber
una grieta, un momento donde comienzan las problemáticas y las irrupciones de angustia.
Lacan dirá que hay dos cuestiones fundamentales que se deducen del historial y las
remarca en el seminario 4: la más fundamental es la aparición del pene real, es decir, el
comienzo de la masturbación infantil, lo que Freud llamará aumento de la pulsión. El
problema es que Freud cree que ese aumento de la pulsión es incestuoso, es decir, que
quiere estar con la madre. Sin embargo, si ya venía estando con la madre, ¿por qué se
angustia? No se notaría ahí cuál es la introducción de la diferencia. Si aumenta el deseo de
estar con la madre y la madre no le pone ningún obstáculo no se explica algo del quiebre
de esa unidad imaginaria.
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Lacan, con es esto de la aparición del pene real y las primeras masturbaciones
ubica el primer quiebre puesto que estaría gozando sin el cuerpo de ella, esto es, lo
interpreta al revés de cómo lo interpreta Freud.
Esas dos cosas se dan más o menos simultáneamente en los tiempos cronológicos
y empiezan a marcar un quiebre con sus consecuentes irrupciones de angustia.
Ahora bien, [Olga Pilnik] lo que Freud plantea como su primera teoría de la angustia
(como resultado de la represión) podemos pensarla como su segunda teoría, puesto que
su primera teoría (aunque no lo expresa así), la tendrá en Estudios Sobre la Histeria,
donde plantea que la angustia es previa a la represión; que será lo que él plantea como su
segunda teoría (que vendría siendo igual a su primera teoría). En Estudios sobre la
Histeria, cuando plantea la estructura del síntoma, dirá que está primero el trauma (que lo
hace equivalente a la angustia automática, al desarrollo de la angustia), luego hay un
momento intermedio donde opera la represión y aparece uns ignficante que nombra algo
de ese trauma y un tercer tiempo donde la angustia queda transofrmada en angustia señal
y no automática, conformando el síntoma. Entonces ya tenía planteado que primero es la
angustia y luego la represión.
Pero, en virtud de que el historial encaje con su desarrollo del Edipo invierte esta
teoría, habla de esta libido frustrada y queda como si fuera la primera teoría de la angustia,
sin embargo ya tenía una primera teoría mucho antes del historial de Juanito.
El Edipo que estaba construyendo Freud en esa época, le dificulta entender muchas
cosas del historial. Hay un sueño de Juanito, que marcaría el inicio de la angustia, donde
se queda sin mamá porque se había ido, quedándose sin nadie con quien hacer
cumplidos, mimos. Esto le genera mucha angustia, se despierta y se mete a la cama con
los padres y después cuenta el sueño. A Freud se le dificulta entender este sueño que
claramente expresa una separación con la madre, y si se hubiera hecho caso a sí mismo
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tendría que haber interpretado este sueño como cumplimiento de deseo de perder a la
madre. Podemos pensar que va en contra de su teoría de los sueños como cumplimiento
de deseo.
Hubo algo del modo en que estaba teorizando su Edipo que no le permitió
interpretarlo, más, dirá que es un sueño de castigo, donde triunfó la represión y la defensa
por sobre el deseo de querer estar con la madre, forzando la interpretación concluye que
esas defensas castigan al niño por haber deseado aquello. Es forzosa esta interpretación
también del lado de plantear que las defensas se meten al sueño, siendo este la vía regia
al inconsciente y aquellas perteneciente al plano del Yo. Todos estos giros por el
impedimento de pensar que Juanito no quería estar con la madre.
Otro aspecto a tener en cuenta es que Freud no toma en consideración el campo del
deseo del Otro, es siempre desde la perspectiva de los deseos del sujeto. Tendremos que
esperar a Lacan para poder entender el caso también desde la demanda del otro hacia
Juanito. Esto es una diferencia sustancial. De hecho la primera definición del Inconsciente
de Lacan, previa a que está estructurado como un lenguaje, fue que el inconsciente es el
discurso del Otro. Esto es, introduce al Otro como performativa del inconsciente.
El caballo, como objeto concreto, en esa época era algo con lo que tenía que lidiar
cotidianamente. Además, tiene que ser algo con cierta capacidad castratoria por todas las
fantasías que tenía respecto al caballo: va a entrar a su cuarto, se va a caer, lo va a
morder y toda una serie de atributos que el objeto puede ser portador de todas esas
fantasías de castración, a las que Lacan llamará fantasmas de castración y puntualmente
en el seminario 4 las llama mitos, que vendría siendo la dimensión imaginaria de la fobia.
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ese significante cifradas muchas cosas además de representar al padre castrador como
dirá Freud.
Hay una pregunta clave que no se hace Freud y es por qué el niño necesita
representarse esta operatoria de la castración en un objeto externo, en este caso el
caballo. Si algo hubiera funcionado un poco mejor respecto a esta terciaridad del Edipo
que venimos hablando, la operatoria del corte a cargo de las intervenciones paternas
hubiera sido suficientes sin meter al caballo, así como otros niños meten a otros animales
(aunque pueden ser otros objetos).
Hay toda una discusión respecto a si la fobia constituye otro tipo de neurosis
diferente o si es una fase preliminar, a modo de placa giratoria como lo llamará lacan. Hay
adultos que permanecen viviendo en esta “estructura” fóbica y nunca evolucionaron.
La resolución de la fobia podríamos pensarla en tres vías, desde los tres registros.
Lo real hace mención a lo pulsional, lo que Freud llama aumento de la pulsión y lo que
Lacan llama aparición del pene real junto con la aparición de las masturbaciones y la
dimensión erótica. La dimensión simbólica es lo que hemos mencionado respecto a lo
cifrado en el significante. La dimensión imaginaria está dada por toda la cantidad de
fantasmas, mitos respecto a todo lo que el caballo podría hacer como entrar a su cuarto,
quedar tirado en el piso, patalear, morderlo, etc. El fantasma, dentro de la estructura del
sujeto, es algo que cambia, que evoluciona, fundamentalmente en la pubertad. Es decir, no
puede tener las mismas fantasías un niño de 4 años que un adulto de 40, por tanto el
fantasma es algo que evoluciona. La estructura del lenguaje y el inconsciente no es algo
que evoluciona, pero el fantasma sí.
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forjar su propio falo y salga al mundo exogámico; lo que sería el cuentito con el final feliz.
Sin embargo, Lacan no es tan optimista cuando aparece este fantasma del fontanero,
puesto que dice que arregló cosas que tienen que ver con el trasero pero no con el falo.
Por tanto, Lacan no está muy seguro de la salida de Juanito respecto a su sexualidad
aunque sí sale de la fobia.
De alguna manera, el salir del campo materno, en esa instancia tercera, le permite ir
más allá del campo familia; pudo “dejar la tontería”.
Sabemos que el Hombre las ratas se llamaba Ernts Lanzer, y ahí hay algo que nos
interesa, puesto que Ernts tiene mucha homofonía con “ratte” (rata). Es un hombre de 29
años, Freud escribe el historial una vez terminado el historial y lo presenta en el primer
congreso psicoanalítico, donde comienza a hablar del hombre de las ratas a las 8 de la
mañana y lo escucharon hasta las 11 y los discípulos le pidieron que siguiera y estuvo
hasta las 13.
Antes de entrar al detalle del historial, hay algo respecto a la estructura del libro.
Freud le da al lector todos los elementos que hacen a su pensamiento, nos pone las cartas
sobre la mesa y eso nos permite ir siguiendo su interpretación pero también da la
posibilidad de que haya otras.
Hay una parte clínica y otra teórica (neurosis obsesiva). Abordaremos la parte
clínica.
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En la introducción hace una primera salvedad de la dificultad de publicar un caso
clínico. Dirá que los secretos más íntimos no son problemáticos de contarlos puestos que
no es algo que la gente conozca, y las pequeñas cosas de la vida cotidiana que habría que
evitar para no hacerla identificable. Dirá que no ha logrado penetrar acabadamente la
neurosis obsesiva.
Lo primero que nos cuenta es que el hombre de las ratas comienza contando de un
amigo al que acude ante el tormento que siente por sus ideas, que giraban alrededor de
que había hecho algo malo, que era un criminal y este amigo le daba una cierta
tranquilidad pasajera de que él era un buen hombre. Le dará mucha importancia a este
hombre justamente porque planteará que la neurosis obsesiva está entre el amor a un
hombre que es el padre y el amor a una mujer que es la madre. Y él arranca con este
hombre que es tan importante en su vida.
Sexualidad infantil
Su vida sexual de adulto era muy pobre a diferencia de su infancia que estuvo llena
de episodios muy erótico, sobre todo con las conductas de las niñeras. Hay un primer
relato que marca un antes y un después donde había una señorita que estaba en un sofá,
bastante ligera de ropa y él le pide, a la edad de 4 años, si se podía meter por debajo del
vestido y ella le dijo que sí pero que no dijera nada. Dirá que ahí surge lo que llama la
“ardiente urgencia de ver mujeres desnudas”, son palabras que muestran que ya está en el
campo sexual, pero no era con cualquier mujer sino con las que les gustaba. Y en su casa
había muchas mujeres, también lo invitaban a que se bañara con ellas, etc.
Pero empieza a aparecer un sentimiento siniestro de que algo malo iba a suceder si
seguía teniendo esos deseos y tenía que hacer cualquier cosa para que ello no sucediera.
Al mismo tiempo aparecen sus primeras erecciones, donde comenzaba a notar una
relación entre aquello y sus sentimientos. También comienza a creer que sus padres
conocen esos pensamientos. Él dirá que todo esto es el origen de su enfermedad.
Freud le pregunta qué sería eso malo y él responde que se muera su padre. Y acá
un tip clínico, cuando alguien da un ejemplo al azar, a modo de generalización, se está
disfrazando lo que verdaderamente está en juego. Ese que se dice como al azar es el
verdadero y lo que la generalización tiende a encubrir. Pero Freud dirá que ese no es el
comienzo sino que ya es la enfermedad puesto que hay la pulsión, deseos, reacción
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obsesiva hacia esos deseos y las medidas defensivas y dirá que analizando esa neurosis
podrá trabajar la de adulto, puesto que aquello infantil retorna de manera actual.
Cuenta cómo se generan las situaciones donde se generan los síntomas y lo lleva a
buscar a Freud de manera desesperada. Esto comienza con un episodio en maniobras
militares.
Acá un tip bastante ajustado por parte de Freud, ante lo horroroso del relato, le pide
que hay partes que no quería contar pero Freud le dice que el mandato de la cura es
decirlo todo lo que se le ocurre, puesto que es imposible ahorrase decirlo todo; todo lo que
uno se ahorra en decir tiene un costo en la duración del tratamiento. Eso que te da
vergüenza y no querés decir es lo que justamente hay que decir. Dirá que él lo puede
ayudar en la dificultad pero no se la puede ahorrar.
Hay cosas en la vida militar que le ahorran muchas cosas al obsesivo puesto que no
tiene que decidir nada. En un momento pierde unos anteojos y como no quiere demorar a
los otros los da por perdido. Pero luego manda un telegrama para que se los envíen al
lugar de las maniobras. En la noche de ese día, se sienta al lado de un capitán “cruel”. Era
un capitán que era agradable pero que tenía cierta inclinación por los castigos corporales,
cuenta una tortura china donde se ataba a un prisionero, se le ataba un balde en la cola
con una rata grande, luego se calentaba con unas brazas calientes el balde y la rata
desesperada buscaba la salida por el ano del prisionero, se abría camino mordiendo y
finalmente morían. Acá Freud detecta que Ernst tenía un horror ante el placer que sentía
pero que no podía reconocer como tal.
Cuando escucha ese relato, se le ocurre la idea de que ello le ocurrirá a amada y a
su padre (lo que se llega mediante un lapsus). Luego cuenta que el mismo capitán cruel le
devuelve los lentes y que tiene que devolverle el dinero al teniente A. Acá tiene dos ideas
obsesivas: la primera es que no voy a pagar eso y la tortura de las ratas le ocurrirá a mi
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padre y a mi amada; y una segunda que contradice a la anterior que es voy a pagar eso
porque si no le va a ocurrir la tortura a mi padre y a mi amada.
Cuando quiere pagar el dinero al teniente A, éste le dirá que no, que se lo debe al
teniente B. Hubo una confusión por parte del capitán cruel al decirle que se lo pagara al A,
quien trabaja en ese puesto pero que ahora ya no estaba más y se encontraba el teniente
B en su lugar. Antes de llegar a hablar con A, había intentado pagarle por otros medios
pero le aparecían muchos obstáculos (ese no puedo que encubre un no quiero). Esta
confusión lo sume en una especie de desesperación puesto que tenía que cumplir el
juramento autoimpuesto de pagarlo al pie de la letra, es decir, se lo tenía que devolver al A.
Después de que terminan las maniobras, cuando tendría que volverse a Viena, empieza la
locura de irse con el teniente A, para que le acepte el dinero y que éste se lo dé a B.
Entonces se comienza a reprochar por ser un cobarde por no poder afrontar esa situación.
Como suelen hacer los obsesivos, dejó dicha decisión al azar y cuando el maletero le
pregunta si las valijas son para el tren de Viena, él dice que sí y parte para allá. Hizo
muchos planes respecto a cómo puede hacer para que A le lleve la plata a B, se torturó en
cada estación. Llega desesperado a Viena con la idea de ir a hablar con su amigo y
tomarse otro tren de vuelta para encontrase con A, al no encontrase con su amigo en el
momento ya lo espera y se lo encuentra a la noche y le dice que al otro día iban a ir a la
estafeta postal a pagar.
Acá Freud se sorprende puesto que le pregunta que si le iba a pagar a la empleada
de la estafeta postal y acá todo se complica más, puesto que sabía desde el principio que
la deuda la tenía con la empleada de la estafeta postal quien había sido la que puso la
plata. De entrada estaba basando su juramento en una premisa falsa, puesto que ya sabía
que el capitán cruel se equivocaba. Acá nuevamente entra la figura paterna en la escena,
puesto que de entrada sabía que había una falla y responde como si no hubiera esa falla.
Llega a tal punto de alteración que tiene que le termina diciendo a Freud capitán. Ya
en la segunda sesión había una transferencia muy fuerte. La transferencia, sin embargo,
comienza desde la elección del tratamiento a raíz de leer el libro psicopatología de la vida
cotidiana, donde le llamó la atención el juego de palabras que hace Freud que se asemeja
al de sus obsesiones.
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Acá es cuando se comienza a vislumbrar más claridad, hay una bisagra donde
Freud comienza a decir cuál es la perspectiva del psicoanálisis en todo esto. Le dirá que
nunca se va a tranquilizar por ser culpable puesto que es culpable. Esto genera mucha
resistencia en Ernst.
Hay muchas cosas que cuenta donde es muy alevoso el deseo por la muerte del
padre, pero él no lo puede admitir. Hay una escena donde está con una niña de la primaria
que la condición para que ella le diera bola era que se muriera el padre. Más de grande,
cuando se enamora con su amada, piensa que si se muere el padre él puede heredar
mucho. Pero nada de eso lo toca a Ernst, como que siempre le preocupó la muerte del
padre pero no como deseo sino como temor, que siempre amó mucho al padre. Pero
Freud dirá que lo ama tanto a manera de reprimir un odio intenso. Es como la idea de que
todo exceso tapa una falta.
Freud va ubicando que ese odio a su padre tiene que ver con la sexualidad. Por una
lado tenemos estos episodios infantiles donde la condición para el deseo sexual es la
muerte del padre, también el hecho de que con su padre se entendían en todo excepto con
la relación con su amada, puesto que le padre creía que haría el ridículo si se casara con
ella. El padre aparece como perturbador de sus aspiraciones sensuales.
El paciente se resiste a aceptar ese odio inconsciente y termina asociando una frase
de Nietzsche: “yo lo he hecho, dice mi memoria. Yo no pude haberlo hecho, dice el orgullo
y se mantiene inflexible. Al fin cede la memoria”. Al decirla, en parte también está
admitiendo que lo ha hecho. Lo propiamente inconsciente es algo en lo que uno no se
reconoce, eso es lo que uno no es, hay resistencia a aceptarlo; no es algo “que sí puede
ser”, sino lo que de verdad se rechaza.
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estudiar en el plazo más corto, lo difícil sería cortarse la garganta con una navaja, pero el
mandato no terminaba ahí, puesto que tendría que ir primero a matar a la abuela de su
amada y luego irse a matar. Esa idea queda fijada como un mandato que sin embargo fue
tan fuerte que termina desvaneciéndose. Dice Freud que es muy fácil de leerlo: él estaba
con mucho enojo con la abuela de su amada porque la privaba de su amor, pero como no
admite el pensar en deshacerse de la abuela, queda de manera inconsciente y aparece el
castigo a modo de “cómo vas a pensar algo así, matate”.
Hay un episodio donde él ve una piedra en el camino donde iba a pasar el carruaje
donde iba su amada. Primero decide sacarla para evitar que no pase un accidente, hace
unos pasos y vuelve porque piensa que está loco por haberla sacado y la vuelve a dejar en
su lugar. “Pongo la piedra, saco la piedra”. Pareciera que fuera una contradicción entre
impulso (de proteger a la amada) y la racionalidad (darse cuenta que es una tontería,
aunque también es una cuestión impuesta), pero Freud dirá que en realidad hay conflicto
entre dos impulsos: el hostil (el defenderla de un peligro exterior es una proyección) y el
amoroso.
Otro ejemplo es de otro impulso suicida más disimulado, donde estaba en un lugar
de veraneo y estaba celoso de que su prima estaba con otro primo. Entonces se le mete la
idea de que tenía que adelgazar, para ello comienza a hacer cosas que atentan bastante
contra su integridad, corriendo a pleno sol después de comer. Como suele suceder en la
neurosis obsesiva, lo suicida que hay en esos actos aparece algo abierto porque se le
cruza la cabeza de tirarse por un barranco. En un juego de palabra que se concluye en
“eliminar al gordo”, básicamente lo que se estaba tapando era el impulso homicida de
matar a ese primo.
Hubo un sueño donde muestra cierta hostilidad hacia Freud, donde muere la madre
de Freud y él tiene miedo de decirle algo y que le salga esa risa nerviosa que le sucede en
el velorio, entonces él le escribe una carta y en las iniciales en lugar de poner las
condolencias lo felicita. Freud interpreta ese sueño como una hostilidad hacia él como
sustituto del padre en la transferencia.
El ocasionamiento de la enfermedad
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trauma o el origen de la enfermedad pero vaciado de afecta, es como que lo recuerda de
manera no implicada.
La solución tiene todo que ver con el complejo paterno. Arranca diciendo que toda la
enfermedad se puede ver como un conflicto entre la voluntad del padre y su deseo de
enamorado. Sus aspiraciones libidinales sensuales y el padre como perturbador de
aquellas.
Aparece el padre como perturbador, donde aparecen sus ideas obsesivas infantiles
donde había una contraposición entre sus deseos sensuales concupiscentes y la muerte
del padre. Después está que el único punto donde disentían era en su amor y casamiento,
porque iba a quedar en ridículo. En este capítulo comienzan a rastrear la relación de Ernst
con la masturbación. Lo que está en juego en muchos neuróticos es la masturbación
infantil, pero no la masturbación en sí sino de dónde proviene esas excitaciones que luego,
en escritos posteriores, dirá que es del complejo de Edipo.
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En su adolescencia se había masturbado muy poco, en situaciones muy
sorprendentes: una vez cuando tocan el cuerno en Viena y otra leyendo una poesía. Acá
pesca que en los dos casos, lo que había era sobreponerse a una prohibición, puesto que
estaba prohibido tocar el cuerno y en la poesía era cuando se supera una maldición
sobreponiéndose a una limitación. Acá Freud pone una construcción, que no es una
interpretación sino algo agregado, dirá que tuvo que haber algún momento donde sufrió
una reprimenda muy fuerte por masturbarse y de allí su represión pero al mismo tiempo le
quedó una especie de inquina hostil interminable contra el padre. Para sorpresa de Freud,
Ernst le relata no un recuerdo sino una historia que se contaba en su familia: en un
momento el padre le estaba dando una reprimenda por algo que había hecho (en relación
a haber “mordido” a alguien) y él se enfrenta y como no le salían insultos empezó a decir
cualquier palabra (tu lámpara, pañuelo, taza, etc.) que todos entendían que eran insultos y
el padre ante eso retrocede, y dice “este chico será un gran hombre o un gran criminal” y
no solo le deja de pegar (era muy violento y “cruel”) sino que nunca más volvió a pegarle.
Cuenta que de ese episodio quedaron dos secuelas: una es dejar de lado la
masturbación y otra es convertirse en cobarde porque temía mucho a su ira y la ira agenta,
porque cada vez que el padre le pegaba a uno de sus hermanos él se escondía
atemorizado. Ahí Freud dirá que la angustia ante la magnitud de su propia ira lo convirtió
desde ese momento en cobarde. A partir de allí, empieza a admitir que puede haber
alojado sentimientos hostiles hacia su padre. Acá podemos ver rápidamente el tema del
castigo, morder, gran hombre o criminal.
Acá hace una reconstrucción bastante enredada a partir de las palabras. El primer
enigma es el por qué le produjo una reacción tan violenta el relato de las ratas y el tema de
las deudas. Primero dirá que el hecho de estar en la vida miliar lo ponía en identificación
con el padre quien también había sido por mucho tiempo militar. Al mismo tiempo aparece
una trasferencia hacia el capitán cruel de una figura paterna (con el tema de los castigos),
es como se reproduce la escena del castigo del padre con esa escena del capitán cruel,
donde fantasea que es al capitán/padre quien debería recibir el castigo, por eso también
las ideas de que eso le iba a ocurrir a su padre.
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Aparece otro juego de palabras que no hemos mencionado hasta ahora pero que
corresponde a la pre-historia del padre. Es una palabra puente que traducida sería “rata de
juego” que les remite a otro pecado del padre y vuelve al tema de la deuda y las sospechas
con el padre. Cuando el padre estaba en la milicia, antes de conocer a la madre, había
jugado a las cartas un dinero que no era suyo y lo pierde y no tenía cómo reponerlo. Habla
con un amigo al cual le cuenta y dice que me debería matar, puesto que estaba en juego
toda su reputación, pero el amigo lo calma y le presta el dinero. Cuando está en una buena
posición económica (cuando se casa con la madre) le quiso devolver el dinero y no se
sabe que pasó. Ernst sospecha que no lo hizo, entonces cuando escucha que tiene que
devolverle el dinero al capitán A, él lo escucha como una alusión a la deuda impaga de su
padre.
Otro significado, quizás el más importante, es que las ratas, en última instancia,
representan la imagen propia de él, de ser sucio, de morder, ser castigado. La escena que
le ofrece el capitán malvado lo remite a esa escena donde él es castigado por ser mordido
como la rata y finalmente la solución se juega entre la identificación y la transferencia: él se
identifica con la rata y transfiere al capitán cruel y su deseo de castigo, la figura paterna.
Toda la fuerza de esa escena es porque reproduce aquella donde había insultado al padre.
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El hombre de los Lobos- Freud- Olga Pilnik
Los padres echan a la institutriz inglesa pero el carácter de Sergei sigue igual. Freud
lo ve como un desplazamiento porque Sergei dirá que siente odio por la institutriz que, a
través de asociaciones, se puede que era odio hacia la hermana, quien era como la hija
elegida, fundamentalmente por el padre, que encarnaba mucho sus ideales, se le decía
que era superior a Sergei de manera intelectual (lo que era esperable que lo tuviera el
hombre, por lo que lo deja en una posición femenina ante el padre).
Previo al sueño de los Lobos que da el nombre al historial, aparece un sueño donde
él está con la hermana y aparece un deseo de desvestir a la hermana, donde él aparece
en una posición activa y la desviste, a modo de quien tiene el falo, el poder, pero que no
era lo que había sucedido. Él recuerda una escena de seducción por parte de la hermana
donde él se queda en una posición pasiva. Nuevamente la hermana queda con ese plano
de superioridad, algo que el padre destacaba todo el tiempo (por más inteligente, escribir
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poemas, etc.). Algunos familiares decían que él parecía la nena y ella el nene por sus
dotes intelectuales. El cambio de carácter puede verse del lado de pasar a una posición
más activa.
A los 4 años tiene el sueño de los Lobos. A partir de la asociación que este sueño
conlleva, también con la introducción de cuentos infantiles (como el de los 7 cabritos, el
que le cuenta el abuelo), pueden verse aspectos ligados con la castración, a la pérdida.
Aparece esto de que los lobos tienen una larga cola de zorro que aparece a modo de
compensación a esa pérdida.
El sueño es como que él ve que hay subidos a un nogal (árbol) seis o siete lobos
blancos, quietos, que lo miran fijamente, con un rabo muy extenso. Ese es todo el sueño y
siente terror. Hay varias cosas: las ventanas se abren solas, hay una fuerte sensación de
realidad.
Freud lo lee de esta manera: si los lobos lo miran fijamente, hace intervenir ese
mecanismo de desfiguración en lo contrario, esto es, si los lobos lo miran fijamente es
porque ha sido él quien mira fijamente algo, que a través del campo asociativo ese algo es
la escena primaria de los padres teniendo relaciones sexuales al año y algo. Que los lobos
estén quietos significaba que había mucho movimiento.
A partir de ese sueño, Freud reconstruye que él debe haber visto la escena primaria
de los padres y que esto fue traumático porque lo vio al padre y a la madre en las
posiciones sexuales del lobo (en 4 básicamente). En esa posición pudo ver la castración
de la madre y como que él se ubica en esa posición femenina de la madre y queriendo ser
amado por el padre.
Por otro lado, intentaba identificarse a esa posición fálica de dominación, es decir,
padecía ese lugar femenino. Lo queda de esto en su vida de adulto es el hacerse cuidar,
tenía mujeres que lo cuidan, también queda ligado al cuidado de Freud, un recorrido por
los hospitales alemanes, es decir, se hace sostener, se hace cuidar. Si bien su salida es
heterosexual porque elige mujeres, su condición tenía que ser de menor condición
intelectual y económica para sentirse con cierta superioridad.
A partir del sueño desarrolla una fobia al lobo, aunque nunca había visto a un lobo
más que en una imagen. El lobo que le daba miedo era el que estaba erguido (que es la
posición que tenía el padre en esa escena primaria). Lo que tienen en común con Juanito,
lo dirá Freud en Inhibición, Síntoma y Angustia es que el lugar de estos animales es el del
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padre castrador, quien viene a operar a modo de corte y también ubica el deseo de querer
ser castrado por el padre.
A los 4 años y medio Freud ubica la influencia de la historia bíblica, donde a partir de
ese cambio de carácter que había tenido, la madre comienza a enseñarle la biblia. Y
ocurre lo contrario, puesto que él se pone muy crítico con las historias bíblicas. No
entiende por qué Cristo tiene que ofrecer la otra mejilla, por qué lo tienen que crucificar.
Cuestiona esa posición pasiva, y Freud ve que él está muy identificado con Cristo (es más,
nacen el mismo día, el 25 de diciembre).
Hay una escena fundamental que relata Freud que es cuando van al cementerio a
ver la tumba de la hermana (que se había suicidado) y se sorprenden porque Sergei pasa
por la tumba de su hermana sin conmoverse en lo más mínimo pero que después cae de
rodillas y llanto ante la tumba de un poeta, que iba un poco en la línea de los poemas que
escribía la hermana.
Cuadro clínico
Se trata de una chica de 18 años cuyo análisis gira en torno a dos sueños. En un
primer momento se iba a llamar el texto histeria y sueños, puesto que gran parte del
trabajo gira en torno a la interpretación de los sueños y cómo se inserta el sentido de ese
sueño en relación a las circunstancias de la vida, sus conflictos neuróticos y el proceso de
análisis. Va a exponer algunas de sus opiniones acerca de los procesos psíquicos que se
juegan en la histeria y también algunas de sus condiciones orgánicas.
Va a describir que es una joven de 18 años con sus dos padres y un hermano un
año y medio mayor que ella. El padre era un hombre bastante dominante y de carácter
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fuerte y Dora estaba muy apegada a él, que se acrecentó a partir de una serie de
enfermedades que el padre sufrió cuando ella era niña. La madre era una mujer muy poco
inteligente y de escaza cultura, que al no comprender mucho los intereses de sus hijos, se
avocó a la economía doméstica y desarrolló una “psicosis de ama de casa”, que
básicamente se trata de una neurosis de ordenar y limpiar todo al punto de dificultar su uso
cotidiano.
Luego se mudan a Viena, ella le causaba a sus padres serios cuidados, los signos
de la enfermedad eran una desazón y alteración en su carácter, lo que le generaba
muchos conflictos con sus padres, se aislaba, evitaba el trato social y cuando su cansancio
se lo permitía acudía a estudios de dama. Le encuentran una carta donde ella decía que
no quería seguir viviendo y ahí es cuando la llevan a Freud.
Luego de un tiempo, iban a pasar unas vacaciones en L, junto con los K, donde los
padres iban a pasar solo unos días y Dora se iba a quedar varios días más. Sin embargo,
cuando los padres estaban por volverse, Dora les pidió irse con ellos.
Unos días después, Dora cuenta la razón de por qué había querido volver y es
porque en L, en una caminata tras un viaje por el lago, el señor K había osado hacerle una
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propuesta amorosa a Dora. El padre y el tío de Dora le piden cuenta al señor K de todo
esto, el cual desmiente y niega todo, inculpándola, diciendo que según lo que la señora K
le había dicho, Dora se la pasaba leyendo e interesada en asuntos sexuales y dirá que
quizás imaginó la escena. Dora le pide que corte relaciones con el señor y la señora K, a la
que antes veneraba.
El padre le dice a Freud que es muy probable que Dora haya imaginado todo y que
eso fue la raíz de sus problemas, que él tenía una muy buena relación con la señora K, con
la que se consuelan mutuamente y encuentra lo que no puede obtener de su mujer,
también tiene una buena opinión del señor K. Le pide a Freud que ponga a Dora en su
buen camino.
Dirá Freud que en la escena del lago es halla el trauma psíquico que es la
condición previa del estado patológico histérico, pero como ya había una serie de síntomas
antes de esa escenas, debió haber otro trauma en su niñes antes del octavo año de vida.
Luego de superada las primeras dificultades de la cura, Dora le cuenta a Freud una
escena que para él es más apropiada para producir el efecto del trauma. Dirá que cuando
tenía 14 años, el señor K la invitó a ella y a la señora K a su tienda, que quedaba en frente
de una plaza para ver unos festejos que se iban a dar en la tarde. Cuando Dora llega, el
señor K estaba solo, puesto que había hecho que la mujer y sus empleados se fueran.
Cuando se hizo la hora de los festejos, le dijo que espere junto a la puerta mientras él
cerraba las cortinas y luego, en lugar de pasar por la puerta que estaba abierta, pasa por
donde está Dora y la estrecha contra su cuerpo y le estampa un beso en los labios. Freud
dirá que esa escena le podría haber causado excitación sexual a una chica virgen de 14
años pero ella tuvo asco y salió corriendo. Dirá que nunca había hablado eso con nadie y
que a partir de allí evitaría el estar sola con él.
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con una dama (besándose, tocándose, etc.). Es decir, hay tres síntomas: el asco, la
alucinación sensorial y el horror a los hombres en tierno coloquio.
A Freud le costaba que dora pusiera la atención sobre el señor K, puesto que Dora
insistía en hablar sobre su padre, no perdonándolo por seguirse viendo con los K, donde
dirá que era evidente que tenía una relación amorosa con la señora K. Dirá que su padre
era falso y que cuando estaba de mal talante le imponía la idea de que ella había sido
entregada al señor K como precio de la tolerancia que él mostraba frente a la relación entre
él y la señora K. Freud plantea que hay una dificultad puesto que todos estos
pensamientos están muy correctos y bien fundados, pero dirá que cuando en un análisis
aparecen estos pensamientos inatacables pueden estar encubriendo otra serie de
pensamientos que quieren sustraerse de la crítica y la conciencia.
Dirá que los reproches que le hace al padre esconden unos autorreproches de
idénticos contenidos. El padre de Dora no quería ser molestado en su relación con la
señora K pero Dora hacía lo mismo porque había sido cómplice de esas situaciones. En la
escena del lago se había sustraído de esa complicidad, pero durante los años previos
había hecho lo posible para encubrir las relaciones de la señora K con su padre, incluso les
hacía de niñera para dejarlos solo. Freud le dice que ella estaba enamorada del señor K,
aunque ella no lo admite, aunque dice que quizás eso pudo ser antes pero que todo
terminó con la escena del lago. Entonces, Freud dice que ella había acomodado las cosas
para su propio enamoramiento, lo mismo que le reprochaba al padre.
Dora observaba que la señora K justo se enfermaba siempre que el señor K volvía
de viaje para no tener relaciones con él. Freud sospecha en eso un vínculo con la propia
enfermedad de Dora (toz y diafonía). Le pregunta cuánto suelen durar esos ataques y dice
entre 3 y 6 semanas, el mismo tiempo que se ausentaba el señor K cuando salía de viaje.
Para Freud, esta enfermedad representaba de alguna manera el amor por el señor K,
puesto que enfermaba al contrario de la señora K, la interpretación que hace Freud es “si
no puedo hablar con el señor K, entonces no me interesa hablar”.
Freud dice que también la enfermedad actual servía a otro propósito: alejar al padre
de la señora K. Dirá que las acusaciones que hacía hacia el padre se repetía
monótonamente y tocía cada vez que las hacía, entonces Freud relaciona la toz con el
padre. Dirá que los síntomas tienen más de un sentido y que al menos uno de esos
significados es una figuración de una fantasía sexual. Dora se quejaba de que la señora K
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quería al padre por éste ser un hombre de recursos, pero Freud planteaba que detrás de
ello era lo contrario, es decir, un hombre de pocos recursos/impotente. Dora era consciente
de que el padre era impotente. Entonces Freud le pregunta que cómo podían tener
relaciones si era impotente, a lo que ella le responde que había otras maneras, como lo
oral. Entonces el síntoma referido a lo vocal hacía referencia a la figuración de las
fantasías sexuales de sexo oral entre el padre y la señora K.
La función del síntoma de la garganta de Dora tenía una sobre determinación. Por
un lado, figuraba la fantasía sexual de sexo oral entre el padre y la señora K y por otro lado
hacía referencia a las ausencias del señor K expresando su amor por él.
Otro síntoma son los pensamientos híper-intensos, es decir, ideas que se imponían
y no podía dejar de pensar, los cuales giraban en torno a la relación del padre con la
señora K. Dirá que la forma de trabajar contra estos pensamientos es que el poder que
tienen estos pensamientos proviene del refuerzo inconsciente, es decir, se establecen
como el opuesto a lo reprimido, la forma entonces, es hacer consciente esto reprimido para
que así el pensamiento híper-intenso pierda su refuerzo inconsciente.
Freud va a decir que cuando tenían perspectivas de aclarar un punto oscuro del
vivenciar infantil de Dora, aparece un sueño que ya había tenido varias veces. Sueña con
un incendio en una casa, el padre la despierta y se viste rápido. La madre quiere salvar su
alhajero pero el padre le dice que no quiere que él y sus dos hijos se quemen a causa de
su alhajero. Descienden a prisa por las escaleras y ahí despierta.
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Dirá que recuerda haberlo tenido tres noches consecutivas en L (donde los K tenían
la casa en el lago). Empieza a asociar, habla de una disputa que tenían el padre y la madre
acerca de la habitación del hermano, ya que dormía en una habitación que no tenía
entrada propia y sólo se podía entrar por el comedor. La madre, por las noches, cerraba la
puerta del comedor y esto angustiaba al padre porque pensaba en la posibilidad de que
pasara algo por la noche y tuvieran que salir rápido y el hermano quedara atrapado allí.
Otra cosa quqe asocia es la angustia del padre con respecto a la posibilidad de un incendio
que tuvo cuando llegaron a L, la cabaña, y como era de madera y no tenía para rayos, le
preocupaba que se produjera un incendio.
Freud le pregunta si el incendio había sido antes o después de la escena del lago.
Dice que no sabe, pero que cree que fue después. Le cuenta también, que luego de una
cena en L, se acuesta a dormir en el sofá y que cuando despierta lo ve al señor K parado
al lado de ella. Freud destaca que igual que el padre durante el sueño. Ella lo increpa al
señor K y él le responde que como era su habitación podía entrar cuando quisiera. A partir
de allí le pide las llaves a la señora K para poder dormir tranquila pero al otro día no
encontró las llaves e imaginó que se las llevó el señor K. A partir de allí no quería quedarse
sola sin su padre, es más, cuando iba al baño, se vestía con rapidez para no ser
sorprendida por el señor K. Freud destaca que el vestirse con rapidez también es un
elemento del sueño.
Dirá que Dora se había hecho el designo de escaparse del señor K y que los sueños
podían interpretarse como no voy a poder dormir tranquila hasta irme de esta casa. En el
sueño ocurre lo inverso, puesto que una vez fuera de la casa se despierta.
Después le pregunta sobre el alhajero. Dirá que hacía unos años los padres habían
tenido una disputa por unas alhajas porque le regaló una pulsera y ella quería unos aros.
Entonces la mujer se enojó y le dijo que como no era lo que ella quería que se los diera a
otra. Freud le pregunta si en ese momento no sintió que ella quería recibir esa pulsera y
dice que no sabe. También recuerda que el señor K le había regalado un alhajero, a lo que
Freud le dice que es un símbolo de los genitales femeninos. Dora le dice que sabía que iba
a decir eso, entonces Freud le dice que ella siente que tiene que retribuir entregándole su
alhajero al señor K, es decir, entregarle su virginidad.
El sentido del sueño para Freud, es que este hombre me persigue, quiere entrar a
mi habitación y mi alhajero corre peligro. Si algo sucede es culpa de mi padre. Pero en el
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sueño todo se muestra como lo contrario. Con respecto a la pulsera de la madre, lo que
interpreta es que en realidad no es que ella quiere aceptar la pulsera que la madre no
quiere, sino su contrario quiere darle al padre lo que la madre no le da (satisfacción
sexual). Y con respecto al sueño, habría que reemplazar a su padre parado mirándola por
el señor K y a la madre buscando el alhajero por la señora K, por tanto, ella quiere darle al
señor K lo que la señora K le rehúsa, ella quiere darle el alhajero. Ese sería el deseo
inconsciente y ella se defiende mudándolo todo en su contrario.
Dora agrega que cada vez que soñaba sentía olor a humo. Y que había vuelto a
soñarlo en ese último tiempo, entonces Freud interpreta que es en relación a la situación
trasferencial donde ella quiere dejarlo a Freud y con respecto al humo lo asocia a que su
padre, el señor K y Freud son fumadores. A lo que Freud interpreta que ella debe recordar
el beso del señor K, que debió saber a humo, y que también puede estar deseando besar a
Freud por este amor de transferencia.
Dora venía haciéndose un par de preguntas: por qué no hizo nada en los primeros
días en la escena del lago, después el por qué se lo contó repentinamente a sus padres y
la tercera pregunta que más bien se hace Freud es por qué se sintió tan ofendida por el
cortejo del señor K.
Con respecto al monumento que vio en una de las plazas, lo asocia con unas
postales que ella tenía en una cajita y que había estado buscando el día anterior para
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mostrarles a unos parientes. Le pregunta a la madre dónde estaba esa cajita. En esta
cajita también habría unas postales de un joven ingeniero que había ido a trabajar al
extranjero para poder independizarse. Se podía intuir que el joven estaba enamorado de
ella pero que no le había hecho una propuesta porque todavía no contaba con los
recursos. Dice Freud que ella se identifica en el sueño con el joven, deambulando con el
extranjero y sin poder llegar a su meta.
Hace la comparación entre la pregunta dónde está la estación con donde está la
cajita. La palabra cajita, en alemán, puede hacer alusión de forma peyorativa a mujer,
entonces la pregunta es dónde está la mujer.
En un brindis que hicieron en su casa, ella ve que el padre estaba muy triste, y cree
que se debió estar preguntando por cuánto tiempo le queda de vida, ya que era un hombre
muy enfermizo. Esto lo asocia con la muerte del pare en el sueño y el tema de la carta
también se asocia a la carta suicida que ella había hecho tiempo atrás. Esto Freud lo
interpreta como una Manía de Venganza, que lo destaca como el primer componente del
sueño: ella se va al extranjero y esto le produce mucha nostalgia al padre puesto que ella
era la única que comprendía realmente lo que necesitaba.
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al señor K después de hacerle la propuesta diciéndole que “no le importaba su mujer”, era
porque se sintió desprestigiada, comparada con la mujer de servicio, se sintió no tomada
en serio, y también tardó 14 días en contarle a sus padres. Y la espera que ella hizo fue
para ver si el señor K realmente la amaba. Como nunca vino el señor K ella se comenzó a
vengar aunque también habría otra intención, de moverlo al señor K, a partir de la
acusación, para que se fuese hacia donde ella residía, lo que Dora dice que fue lo primero
que se ofreció a hacer el señor K. De alguna manera, el fin último que tenía Dora con el
señor K era la espera del novio, que es el tercer elemento del sueño.
Freud cuenta que cuando el desplegaba todas estas explicaciones, ella lo escuchó
muy atentamente y que luego se despidió de él. Dirá que fue un inequívoco acto de
venganza por parte de ella, puesto que en el momento donde más ilusionado estaba Freud
de propiciarle la cura con un final feliz, ella destrozó esas esperanzas de manera
inopinada. Se pregunta si pudiese haberla conservado a partir de exagerar el valor que
tenía su permanencia para él, como un sustituto del amor que ella deseaba recibir del
señor K.
Epílogo
Dirá que los fenómenos patológicos son las prácticas sexuales de los enfermos, es
decir, lo reprimido se manifiesta en estos fenómenos patológicos y encuentran satisfacción
en ellos. La sexualidad constituye la clave para el problema de las neurosis, quien se
niegue a reconocerlos jamás entenderá las neurosis.
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revela y que lo que se despierta allí no son solo mociones tiernas y amistosas sino que
también son hostiles y que se las aprovecha para el análisis cuando se hacen conscientes,
es decir, cuando el paciente logra darse cuenta que aquello que le parece actual es la
repetición de algo del pasado. Lo que podría ser el mayor escollo para el análisis termina
siendo su mejor auxiliar, siempre y cuando se pueda colegir esas transferencias y
traducirlas al enfermo.
Dice que cuando Dora le cuenta el sueño de abandonar la casa, tendría que haberle
dicho que esos sentimientos hostiles ahora los tenía depositado en él y que por eso estaba
queriendo dejar el análisis. Como omitió esa primear advertencia, Dora se vengó de él de
la misma manera que lo hubiera hecho con el señor K.
Concluye Freud que si el primer sueño dibujaba el apartamiento del hombre amado
y su refugio en el padre, es decir, la huida de la vida hacia la enfermedad, el segundo
sueño anunciaba que se desasiría del padre y se recuperaría para la vida. Tiempo
después, en una nota al pie, Freud dirá que el error técnico que tuvo fue no colegir a Dora
que su moción de amor homosexual hacia la señora K era la más fuerte de las corrientes
inconscientes de su vida anímica. Nadie más que la señora K podía ser la fuente del
conocimiento de Dora de cuestiones sexuales, la misma que la acusó de tales asuntos.
Dice que él tendría que haber tratado de resolver ese enigma de no querer saber por qué y
de dónde sabía todas esas cosas sexuales.
La manía de venganza que se expresa en el segundo sueño, dice Freud que oculta
la corriente opuesta, la nobleza con la cual perdonó la traición de la señora K y ocultó que
fue ella quien le reveló todas esas cosas. Este es un punto esencial en la compresión de
este caso y que lo retomará Lacan en el texto la intervención sobre la trasferencia.
Schereber va a decir que él estuvo enfermo de los nervios 2 veces, y a esas 2 veces
le atribuye la causa de una sobrecarga de trabajo.
Primera enfermedad
Schereber tenía 42 años y trabajaba en una candidatura del rey destacada del
Parlamento. Fue en otoño de 1884, donde queda internado en un instituto con su doctor
Flechsig el cual va a tener un lugar central en el caso.
Entre junio y Octubre (antes del exceso de trabajo) tiene una serie de sueños, que
luego Freud lo va a ubicar en su posterior enfermedad. En este sueño retorna la primera
enfermedad, el cual le genera mucha angustia siendo que al despertarse de este se alivia
al ver que no fueron reales.
Segunda enfermedad
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hiperestesia y gran susceptibilidad a la luz y al ruido. Luego se acumularos espejismos
visuales y auditivos sumado con perturbaciones de como sentía su cuerpo, se daba por
muerto. Su cuerpo padecía manipulaciones, en aras de un fin sagrado.
1894 quedó internado en otra clínica, donde fue creciendo el cuadro paranoico,
hasta que finalmente en 1899 solo quedó el cuadro paranoico. Sus alucinaciones
decrecieron al punto tal de sólo quedar este cuadro.
Luego fue declarado incapaz, que no estaba en su sano juicio y por lo tanto no
podía acceder a sus bienes. A partir de esto Inicia gestiones para poder salir de la clínica
dirigiendo escritos a los tribunales pidiendo su libertad sin negar sus perturbaciones ni
ocultar la intención de publicar sus memorias, ya que a las mismas las considera
esenciales por su relación con la vida religiosa. En 1902 fue anulada su incapacitación
donde el Dr. Weber sostiene que Schreber está “capacitado para volver a la vida normal,
presentando solo algunos trastornos aislados” ya que durante 9 meses lo llevaba a su casa
a comer y se mostraba con interés y participativo. Éticamente aprobado salvo por su
delirio. Levantándole su incapacidad. Al año de haber recibido el alta, en el año 1903
Schereber publica sus memorias luego de sufrir algunas mutilaciones y censura. Aduce
también, en los mismos escritos, lo inofensivo de los actos a los que se ve obligado por el
delirio mismo.
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En el fallo que le dio la libertad, se exponen pocas palabras. Él se siente llamado a
redimir el mundo y a devolverle su perdida bienaventuranza, luego de pasar de hombre a
mujer, donde no tiene que ser mudado si no que debe ser mudado, la única salida es ser
mujer. Dice que esta transformación dura muchos años y que años anteriores se le
destruyeron órganos del cuerpo que fueron reconstituidos por los rayos divinos, que es un
milagro. Es inmortal mientras sea hombre, cuando sea mujer y cumpla la misión podrá
morir. Por fecundación directa de Dios va a dar a luz a nuevos hombres, sostiene que
pasaron a su cuerpo nervios femeninos. El delirio toma un matiz místico y religioso ya que
habla directamente con Dios, los demonios lo hostigan, y ve apariciones milagrosas.
Comienza a aparecer la figura de los persecutores a los que insulta y en entre ellos el Dr.
Flechsig se ubica en primer lugar.
Freud va a hablar sobre 3 elemento principales del delirio de Schereber, los cuales
son el papel de redentor, mudanza en mujer y su relación con Dios. Plantea en primer
lugar qué lo primario es el papel de redentor que tiene y secundariamente aparece la
mudanza en mujer como medio para lograr lo primario; sin embargo, luego va a decir que
no es así, sino que primero aparece la mudanza en mujer y luego el papel de redentor ya
que la mudanza en mujer no era con un fin divino sino como una injuria al sr entregado al
abuso sexual de un hombre.
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mueren , planteando que todo lo que es creado en el universo está hecho de nervios de
Dios , desprendiéndose este de una parte de sí mismo para crear las cosas y que cuando
estas mueren , estos nervios retornan a Dios siendo sometidos a un proceso de
purificación en donde pierden la memoria y aprenden la lengua fundamental uniendo a
Dios como vestíbulos del cielo Schereber también va a describir lo que es para él algo
fundamental ,qué son las Bienaventuranzas , que es un sentimiento de voluptuosidad
(goce erótico), las almas de los hombres muertos una vez que son purificadas son unidas
entre sí y están en el goce de la bienaventuranza .
Schereber era ateo por lo tanto no era un creyente de Dios. Freud va a decir que
cuando este está en pleno delirio, aun así va a conservar su parte no creyente, teniendo
así una actitud ambivalente frente a Dios, por un lado lo venera y por otro lado es rebelde
ante él.
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conquista para sí mismo, sino que es un sometimiento femenino la parte de voluptuosidad
sexual que ejerce Schreber a partir de su enfermedad , es decir se ubica en una posición
sexual femenina sintiéndose la mujer de Dios . Siendo el delirio de la mudanza en mujer
una realización de la fantasía que tiene en duermevela, ya que al principio de este delirio
reacciona con rechazo viril y luego se reconcilia con esta idea al relacionarla con un
propósito superior , ya que Dios le exige el cultivo de la voluptuosidad femenina .
Análisis
Desde Freud
Flechsig es el primer perseguidor del delirio que solo es dejado cuando aparece la
reconciliación y transformación en mujer es llevado a un propósito divino ya no se vive
como persecutorio.
Freud va a decir que hay un vínculo muy importante y anterior entre su perseguidor
y el delirio que ocupa un lugar importante, dice que la intencionalidad del sentimiento del
paciente a una persona sustitutiva de esa, es proyectada como un poder exterior, el tono
del sentimiento es transformado hacia lo contrario y que la persona ahora odiada y temida
a causa de su persecución en alguien que alguna vez fue amado y venerado dentro del
individuo, durante su primera internación. Freud habla por 1ra vez del concepto de
proyección en este caso.
En relación a su 1ra enfermedad es que hay una vuelta por parte de quién lo curo,
fantasía que responde a la figura de Flechsig (añoranza de la enfermedad por la persona
de Flechsig)
Su delirio de ser mujer es una idea patológica. Idea homosexual (en función a la
orientación de su libido)
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Cuando aparece Dios y la postura divina es que se reconcilia con estás ideas de
mudanza de mujer.
Freud se pregunta cómo está figura del médico puede estar tan enraizada con los
sucesos posteriores que acuden a Schreber con lo cual dice que puede estar pasando por
la transferencia que recaen ulteriormente sobre el padre y hermano. Flechsig como
representante del vínculo amoroso.
Se habla de un Dios inferior y uno Superior que también rece sobre Flechsig,
mientras que ve al médico como un Dios superior ya que este era la representación de su
padre, pero se dice que si se hubiese tenido más información de su hermano, luego de la
muerte del padre esta atribución de Dios superior se la daría al hermano.
Transformaciones en Schereber
1) equipara a Flechsig a Dios, lo equipara a la relación que tiene con su padre que
era médico y muy reconocido y que la relación que poseía con Schreber era la que tenía
en relación a su creencia, de rebelión.
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«En efecto, usted debe ser figurado como dado a vicios voluptuosos» Por último, la
compulsión de pensar a que el enfermo se sometía por suponer que, si dejaba de pensar
un momento, Dios creería que se había vuelto estúpido y se retiraría de él.
Este caso llevo a Freud a revisar la clasificación recibida de los trastornos mentales.
Este mantuvo la idea que la diferencia entre la paranoia y la demencia no son del
todo claras, porque puede dar cuenta de que los síntomas de estas dos dolencias pueden
ser combinadas en cualquier proporción, como en este caso.
Por tanto, también en el caso Schreber nos encontramos en el terreno bien familiar
del complejo paterno. Si la lucha con Flechsig se le revela al enfermo como un conflicto
con Dios, nosotros no podemos menos que traducirlo a un conflicto infantil con el padre
amado, conflicto del cual unos detalles que desconocemos han comandado el contenido
del delirio. No falta nada del material que suele ser descubierto por el análisis en casos
semejantes; todo está subrogado por alguna indicación.
Freud atribuía los que los disturbios de Schreber eran resultado de deseos
homosexuales reprimidos (en relación a las poluciones -eyaculaciones- que manifiesta
durante una noche durante su segunda internación como representaciones inconscientes),
orientados hacia su padre y su hermano en la infancia.
Desde Lacan
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Tanto para Freud como para Lacan, la importancia del análisis de la paranoia reside
en que da luces acerca de los mecanismos inconscientes de la neurosis. Lo que interesa a
Lacan no es el delirio propiamente tal de la psicosis, sino, cómo tal delirio pone en
evidencia el proceso mismo de significación que trama al inconsciente y por ende al sujeto.
Esto marca un punto central de la hipótesis lacaniana: el inconsciente se estructura como
cadena significante. En el delirio se desnudan los procesos de significación, inherentes a
todo fenómeno inconsciente, que se encuentran ocultos en el síntoma neurótico.
Y el Gran Otro por momentos fueron Flechsig (el médico que lo curó en un primer
momento con la hipocondría grave y al que su esposa y él, le rendían mucho homenaje por
decirlo así, ya que este doctor era el que había “salvado” a Schereber) y en otro momento
La ley, el Gran Otro es Dios. El primer Gran Otro de Schereber puede retornar en Flechsig
y luego en Dios.
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que viene de nuevo por parte del sujeto sea admitido; en la Forclusión solamente se
posibilita los sentidos que vienen del Otro.
Esto es lo que sucede con Schereber: esto aclara los fenómenos alucinatorios. Al no
estar este vínculo entre mensaje y código cataloga esas alucinaciones como fenómenos
puramente de código (las voces, las lenguas fundamentales, un código más allá del código
como intento de instaurar en el código una significación nueva a través de los neologismos
unívocos) o puramente de mensaje (los mensajes eran interrumpidos, no termina de cerrar
las frases, son intentos de mensajes que al no poder pasar por el tú de la invocación por el
NP, al no poder ser admitidos por el código quedaban interrumpidos y se manifestaban de
esa forma).
Todo el proceso edípico es un proceso que tiene que decantar en la idea de que el
falo no es nadie, que está perdido para todos. Es necesario que todos acepten que nadie
es el falo, que el falo pase al orden de la cultura, como algo perdido como estructura.
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formas de significarse tomando “identificaciones prestadas” que le permiten ser funcional
(tanto de hombre como mujer: aquí se puede relacionar con esto que plantea Schereber de
mudarse en mujer). Y el mecanismo que utilizará el psicótico, será la forclusión.
Fenómenos elementales
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conformes a una sucesión de ideas. Esto significa que la psicosis implica ruptura y que,
por tanto, se trata de un fenómeno incomprensible.
El automatismo surge como algo que se impone al sujeto, algo que lo habita y que
no se comprende, que es enigmático y que deja al sujeto en la mayor perplejidad. El
automatismo puede hacer entrar en crisis todo el mundo imaginario, todas las
significaciones sobre las que el sujeto sustenta su realidad.
El sujeto psicótico no puede hacer uso de la represión, sino que generará ciertos
síntomas hasta que se desencadene ante una imposibilidad de responder, a ese lugar de
no respuesta subjetiva viene el retorno de lo real, el agujero de lo simbólico.
El fenómeno elemental (alucinación, delirio, etc.) viene a ser esa certeza que
proviene de afuera para llenar ese agujero de no respuesta. Es una idea que proviene de
afuera, se dirige a él y dice algo de él que es más cierta que lo que puede decir sobre él.
La respuesta subjetiva se la da esa idea respecto de él, esa alucinación, ese delirio que
habla de él. Es la respuesta a aquello que no pudo responderse.
El delirio es una forma de curación del sujeto, una forma restitutiva, encontrar algo
para alejar ese agujero de lo real.
El delirio que se produce sobre Schereber, esta certeza que viene de que tiene una
misión de redentor, que se creía hijo de Dios llamado a salvar al mundo de su miseria, las
voces que escucha son todos fenómenos elementales
Paranoia
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En la paranoia el contenido y el afecto se conservan y son proyectadas por el yo. A
diferencia de la neurosis donde el afecto reprimido se va montando en diversas ideas hasta
llegar hacia la consciencia.
Lo que no ingresó retorna, y no lo hace desde lo simbólico sino desde lo real. Hay
que utilizar otros medios para poder hacer con aquello que aparece. No hay elementos
simbólicos para tratar lo real, y cuando aparecen cosas de lo real que requieren de ese
significante puede generarse un brote, por ejemplo: cuando hay conflictos con la ley, en el
caso de Schereber cuando es puesto como presidente del tribunal superior.
“Se desliza en el lenguaje lo que éste transporta: la idea del todo a la cual empero
hace objeción el más mínimo encuentro con lo real” El registro de lo real jamás podrá ser
simbolizado por completo, es, por tanto, del mundo del no-todo, de la incompletud. Esta
característica de lo real es lo que genera angustia: la falta de significantes.
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El delirio es un discurso articulado que viene a dar algo de sentido a los fenómenos
elementales, es el S2, algo que lo saca de la perplejidad. Aparece algún discurso
articulado frente al vacío de significación. Hay una restitución de sentido, un discurso
articulado que restituye de la perplejidad.
Este discurso, este S2 que lo saca de la perplejidad, va a ser todo este discurso
delirante que armó y articuló respecto a que es Hijo de Dios, que tiene una misión
redentora, y que para eso tiene que mudarse en mujer pero que esto tardaría mucho
tiempo. Que esto le fue develado en un lenguaje imposible de entender para los humanos,
etc.
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