Psicopatología II 2019-Apuntes

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Psicopatología-II

2019

Formica Maximiliano
Estructuras clínicas

Introducción1:

La psicopatología psicoanalítica, es decir, el estudio de las enfermedades que


afectan la psique de los sujetos, también se pude denominar como el estudio de las
estructuras de subjetivación o constitución subjetiva de un ser humano.

El psicoanálisis tiene, a diferencia de la psiquiatría, una clínica basada en tres


grandes cuadros, que conforman a su vez las denominadas Estructuras Clínicas.

Las Estructuras Clínicas planteadas por el psicoanálisis son básicamente tres, la


cuales, a su vez, se dividen en «modalidades» de la estructura.

La estructura neurótica comprende a la neurosis histérica, la cual privilegia el cuerpo


del sujeto como lugar de inscripción de los síntomas, y la neurosis obsesiva, cuyos
síntomas privilegian el pensamiento como lugar de aparición. Lo que fundamentalmente
caracteriza al sujeto neurótico es que se trata de un sujeto de la duda: es el sujeto que se
hace preguntas sobre su ser, su existencia y su deseo (”qué quiero, de dónde vengo, para
dónde voy, quién me ama, a quien amo, etc.”).

La estructura psicótica abarca a la psicosis paranoica -cuando el sujeto ha


construido un delirio de persecución- y la esquizofrenia -el sujeto esquizofrénico tiene un
delirio de fragmentación del cuerpo-. En la psicosis ya no se habla de síntomas, sino de
«fenómenos elementales», los cuales van desde el delirio, hasta las alucinaciones (de
voces o visuales) y construcción de nuevas palabras (neologismos). Lo que
fundamentalmente caracteriza al psicótico es que se trata de un sujeto de la certeza: él
tiene una certeza sobre lo que le está pasando, y esta certeza funda su delirio -por
ejemplo: «soy la mujer de Dios y he venido a crear una nueva raza de hombres» (caso
Schreber).

Los fenómenos elementales se pueden clasificar en tres grandes grupos; ellos son:
primero, lo que en la clínica psiquiátrica francesa clásica denomina fenómenos de
automatismo mental, los cuales aluden fundamentalmente a “la irrupción de voces, del
discurso de otros, en la más íntima esfera psíquica” (Miller, 1997, p. 24). En estos casos el

1
Fuente: Las estructuras clínicas en el psicoanálisis lacaniano- Hernando Alberto Bernal. Revista Electrónica de
Psicología Social «Poiésis» ISSN 1692-0945 Nº 18 – Diciembre de 2009.

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sujeto dice escuchar una voz, que viene de afuera, que viene del Otro, que le dice cosas,
le ordena hacer algo o lo insulta.

Segundo, fenómenos que involucran el cuerpo: “fenómenos de descomposición, de


despedazamiento, de separación, de extrañeza, con relación al propio cuerpo” (Miller). Es
decir que el sujeto psicótico tiene un delirio en el que su cuerpo es percibido como extraño
o fragmentado. También es posible encontrar una distorsión en la percepción del tiempo y
el espacio: el sujeto no sabe dónde se encuentra y en qué período del tiempo se haya.

Tercero, “fenómenos que conciernen al sentido y a la verdad” (Miller). En estos


casos, el sujeto testimonia tener experiencias inefables o experiencias de certeza absoluta,
ya sea con respecto a su identidad -”yo soy Simón Bolívar”-, hostilidad de un extraño -”mi
familia me quiere envenenar”-, o “expresiones de sentido o significación personal. En otras
palabras, es cuando el paciente dice que puede leer, en el mundo, signos que le están
destinados, o que contienen una significación que él no puede precisar, pero que le están
dirigidos exclusivamente a él” (Miller, p. 25).

Lo más importante en la clínica psicoanalítica es la posición que asume el sujeto


frente a sus síntomas o su malestar. Es decir que el diagnóstico de la estructura no se
hace en base a los síntomas del sujeto, sino en base a la posición que él tiene frente a
ellos. Los síntomas en la neurosis, los fenómenos elementales en la psicosis y los actos
perversos en la perversión, por supuesto que se tienen en cuenta, sobretodo en estas dos
últimas estructuras, pero el diagnóstico de la estructura clínica, como ya se indicó, también
abarca la posición subjetiva del sujeto. En suma, no son los síntomas los que hacen la
estructura, sino la estructura la que le da cabida o no a determinados síntomas.

Las estructuras de subjetivación o constitución subjetiva de un sujeto, no cambian


con el tiempo; son fijas y para toda la vida.

La estructura perversa tiene como paradigma al sujeto fetichista, aquel que necesita
de un objeto fetiche -unas medias rotas, unos zapatos rojos, un liguero, unas trenzas, un
lunar en el seno, etc.-, para alcanzar la satisfacción sexual. Lo que fundamentalmente
caracteriza al sujeto con una estructura perversa es que él tiene una certeza sobre su
goce, es decir que él sabe muy bien cómo, dónde y con quien alcanzar la satisfacción
sexual. Un verdadero perverso es un sujeto que “ya sabe todo lo que hay que saber sobre
el goce” (Miller, 1997, p. 27). La estructura perversa abarca también a las denominadas
desviaciones de la conducta sexual, como por ejemplo, la homosexualidad, la pederastia o

3
pedofilia, la necrofilia, la zoofilia, como también el sadismo, el masoquismo, el voyeurismo,
el exhibicionismo, etc., conductas estas que en la psiquiatría contemporánea se
denominan parafilias.

Hay que destacar que el término perversión, en psicoanálisis, además de aludir a la


estructura, también hace referencia a la sexualidad humana, la cual, a su vez, tiene una
estructura perversa, esto alude a la alteración del supuesto objeto normal de la sexualidad
–el sexo opuesto-, y la alteración de la supuesta meta normal de la sexualidad –el coito-.

Se podría decir que las Estructuras Clínicas son formas de respuesta a la historia
sexual infantil del sujeto, historia que se desenvuelve en lo que Freud denominó (y que
luego retoma Lacan) «el complejo de Edipo» y su núcleo central: el «complejo de
castración».

Nociones preliminares (material por fuera de la cátedra)2

El inconsciente estructurado como lenguaje

El signo de Saussure:

Esta imagen es la base del concepto de sujeto que se ha venido manteniendo a lo


largo de los siglos por toda la tradición metafísica, esto es, de manera simplificada, que
hay un sujeto que tiene afectos, sentimientos, pensamientos en la cabeza y luego los
transmite a través de una lengua determinada.

Por mucho papel central que se le haya dado al lenguaje a lo largo de la historia,
siempre quedó situado en el lugar de instrumento, siempre como algo exterior en relación
al sujeto. Esta exterioridad era algo sostenido hasta que Freud, primeramente, muestra
que no siempre el sujeto sabe por qué hace lo que hace y dice lo que dice.

El punto de partida de Saussure es la consciencia, esto es, un sujeto, en sus


manifestaciones, en sus actos, parte de la consciencia y el lenguaje es el instrumento que

2
Fuente: Apuntes de las conferencias de Manuel Asensi “Lacan y el Deseo”. Carpeta de Psicología
Evolutiva I y II. Videos del Lic. Tavil del canal de Asociación Libre en You Tube.

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utiliza para expresar sus afectos, conceptos, estados de ánimos, problemas, etc. Por tanto,
hablar de la centralidad del lenguaje no es ninguna novedad.

El lenguaje es otro con respecto a mí. El aprendizaje de la gramática de una lengua


nueva es un claro ejemplo de ello. El primer Otro es el lenguaje. Pero el lenguaje no se
presenta caminando hacia nosotros, siempre viene a través de otro-otro que es la madre,
quien lo transmite.

Relación sujeto-significante

Este grafo explica la relación del sujeto con el significante. Nos permite incorporar
una nueva noción.

Para comunicar la necesidad debemos acudir a un código (C), a una Lengua (A).
Este código permite la construcción del mensaje (M), aquello que efectivamente se
expresa, aquello que se dice. Hasta acá todo bien. Pero Lacan agrega un movimiento de
vuelta del mensaje al código. Es lo que se denomina movimiento de sanción del código. La
sanción del código es el efecto de corrección sobre el mensaje. El mensaje es controlado
por el código.

Necesidad y Demanda: Lacan para dar cuenta del Sujeto del Psicoanálisis parte de
un mito: El Sujeto Mítico de la Necesidad (Δ = Delta).

El viviente (momento anterior al sujeto), parte al encuentro del objeto particular de la


necesidad, que la satisface, mediante el llanto, el cual va a ser codificado (ej. hambre),
[Función Materna] por el Otro (A) de los primeros cuidados, quien va a transformar ese
grito en pedido, significándolo, es decir, dándole un código y proporcionándole un objeto
real de goce (pecho, mamadera). Por consiguiente ese objeto adecuado se pierde ($) junto
con la necesidad, ya que el pedido solo se articula en significantes, pasando a formar parte

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de la cadena significante, existente antes del sujeto. Los objetos pierden su valor de uso y
adquieren valor de intercambio ya que pasan a tener estatuto simbólico.

Por lo tanto la necesidad se convierte en demanda, este pasaje concluye en la


perdida de la particularidad de la necesidad y la sujeción del sujeto al significante, por ende
el vector de la intencionalidad de la necesidad concluye con un sujeto dividido. Las
necesidades para poder ser atendidas por otro, tienen que pasar, si o si, por el campo de
la demanda, tienen que poder ser pedidas.

Ya desde este grafo Lacan invierte el esquema clásico de la comunicación,


planteando que no es del sujeto que parte del mensaje hacia un receptor, sino que el
sujeto recibe del A su propio mensaje de forma invertida.

La refracción del deseo se da cuando el niño tiene que poner en palabras sus
deseos primordiales, instaurándose la demanda. El niño tiene una intención que, al
articularlo en palabras del Otro, se produce una refracción, es decir, cambia, se desvía.
Esta demanda tiene que ser admitida por el Gran Otro y admitir el significado que el niño
quería dar en el mensaje. Hay una resignificación del mensaje por parte del Otro, una
sanción.

La flecha de S a SI nos muestra lo que ya hemos tratado: el lenguaje es ajeno.


Cuando se acude al código, se acude a algo que ya está establecido y que no articula
completamente a la necesidad. Esto es, el lenguaje ya tiene una historia, ya tiene un
sistema de relaciones que se nos escapa y que muchas veces somos incapaces de
controlar.

No es que un sujeto utilice a un significante para comunicarse con otro sujeto, sino
que un significante utiliza a un sujeto para comunicarse con otro significante. Un
significante remite al sujeto con otro significante.

La flecha que va de izquierda a derecha, va en una dirección contrario a la de la


necesidad, esto es porque el lenguaje se encuentra en una posición predominante con
respecto al sujeto.

En el chiste sucede la condición necesaria para toda satisfacción posible, es decir:


que se te escuche más allá de lo que decís. El equívoco mismo muestra, en acto, que el
significante no tiene un significado unívoco, que puede significar cualquier cosa y es en
ese traspié donde se encuentra la satisfacción. Cuando el otro admite este traspié del
mensaje, puede admitir esa dimensión más allá del significante que no tiene un sentido
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único, admitir el más allá del mensaje donde se admite que el Gran Otro no tiene un saber
perfecto.

Metáfora paterna3

La metáfora paterna es la instancia donde la función NP permite equilibrar la


posición del hijo frente al capricho, al poder de la madre, y le permite ordenar las
significaciones que quedan en suspenso para el sujeto.

NP DM═ NP (A)
DM X φ
Podemos entender que en la Metáfora Paterna se trata de que el Deseo de la Madre
que dominaba totalmente al niño, es sustituido por otra cosa: el Nombre del Padre,
permitiendo la emergencia en la subjetividad del niño de la significación fálica.

La metáfora paterna es la matematización de los tres tiempos lógicos del Edipo y de


su sepultamiento.

Todo el proceso edípico es un proceso que tiene que decantar en la idea de que el
falo no es nadie, que está perdido para todos. Es necesario que todos acepten que nadie
es el falo, que el falo pase al orden de la cultura, como algo perdido como estructura.

El falo es el significante que hace presente la ausencia y tiene efecto de


significación en todo lo que sufre su marca, en cada sujeto hay un significante fálico que
tiende a influir a todo lo que pase por después de lo fálico, que viene a ser una suerte de
arco. Su presencia muestra que hay una falta.

Deseo (Salida del Complejo de Edipo)

El sujeto barrado, es quien está condenado a hablar, y como consecuencia de esto,


cuando pide algo se tiene que dirigir al A, pero cuando el sujeto pide, hay algo que no
termina en el Otro para que la necesidad quede efectivamente colmada, lo cual deja un
resto que es el deseo (d). Más allá de lo que el sujeto demanda, más allá de lo que A
demanda, se encuentra el deseo del Otro. Con lo que el sujeto se topa, entonces, es con
una falta, en el Otro no hay un significante que pueda nombrar el deseo, El significante que
inscribe esta falta en A es el falo simbólico. El A entonces ya no permanece completo y es,
en ese momento, donde el sujeto se pregunta por el deseo del Otro, Che vuoi? (pregunta

3
Extraído de Psicología Evolutiva I

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del deseo) ¿qué quieres?, pero ésta le vuelve formulada desde el Otro, no respondida, por
cuanto carece de respuesta estructuralmente y de manera invertida (¿qué me quiere?) en
relación a “quién soy yo, qué soy yo para el Otro”, lo cual es insoportable, en tanto genera
angustia y por ende, es resuelta anticipadamente por el fantasma ($◊a), es decir, el sujeto
construye una escena, que lo sostiene en relación al deseo.

El deseo no tiene nada que ver con el campo de la satisfacción, por cuanto se
caracteriza por ser insatisfecho, se desea aquello de lo que se está falto (deseo en ser o
deseo en tener), esto último está relacionado a ser el falo o no ser el falo. La falta en ser
quiere decir que el sujeto en el campo del deseo aparece como falta.

Lacan sostiene que el deseo es lo único que hace que el sujeto pueda asir un
destino singular.

El ser hablante es un entrecruzamiento de los tres registros (real, simbólico e


imaginario). Lacan dice que primero fue lo real y luego lo simbólico vino a morder una parte
de lo real: ese pedazo lo llamamos objeto “a” u objeto del instinto. Lo que se pierde es el
instinto (relación entre necesidad y satisfacción), lo que dará lugar a la aparición de la
pulsión, es decir, la energía que bordea los agujeros corporales. La pulsión nunca puede
satisfacerse completamente, como la satisfacción del instinto.

La segunda consecuencia de la aparición de lo simbólico subsumiendo lo real es lo


que llamamos deseo. La necesidad, para ser satisfecha, debe ponerse en palabras
(demanda). Lacan dice que lo que el sujeto elige, nunca es exactamente igual a lo que
instintivamente necesitaba. Entonces, de la diferencia entre lo que se demanda y lo que se
obtiene se produce el deseo. La búsqueda de satisfacer el deseo va a ser el motor de la
vida; el día que se colme se acaba la vida. La constante frustración es lo que nos mantiene
con vida.

El sujeto está sujetado por el lenguaje lo que lo hace perder su instinto, el cual se
transforma en pulsión.

Lo imaginario es la forma de llenar aquella estructura que se encuentra incompleta.


Es la forma de llenar la pérdida, pero en el fondo sabemos que no vamos a poder llenarla
por completo. Por eso, una vez que satisfacemos lo que imaginariamente creemos que nos
va a colmar volvemos a entrar al mismo círculo de deseo. Si no hubiera lo imaginario
habría un vacío que sería terrible.

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Nombre del Padre:

El primer gran otro es la madre, que es quien nos introduce en el lenguaje y nos
transmite esos significantes con sus significaciones asociadas. Para el niño este gran otro,
parece ser un ser omnipotente, que parece saber todo: sabe cómo se llama cada cosa y
qué significa cada cosa, cuál es su lugar en el mundo, etc.

Pero el ser hablante tiene subjetivamente la necesidad de que exista un significante


excepcional en el campo del otro que lo llamará Nombre del Padre, que es un significante
que no significa nada, que está vaciado de sentido y produce una grieta en el Gran Otro
como campo del saber.

Este NP o rasgo unario o significante puro, es un significante que cumple la función


de significante, que no es más que no tener un sentido fijo. Esto es, instaura la Ley del
significante, que no significa nada en particular, que no tiene un único sentido.

El inconsciente no es un lenguaje, sino que tiene las leyes del lenguaje, es decir,
funciona tal y como funciona el significante, pero carece del significado que es la parte
consustancial de todo el lenguaje. Estas leyes son las de la metáfora y la metonimia.

Esto hace que el punto de partida de la psicología no sean los sentimientos,


pensamientos, etc., sino los significantes. No se dice que el significante crea el mundo (lo
real), sino que crea la realidad.

Los significantes son los que nos introducen al mundo, tanto exterior como interior, y
cuando se carece de significantes, como en el caso de la psicosis, se cae en la extrañeza,
se siente abrumado.

La ley, el Nombre del Padre, el lenguaje como Gran Otro determinan desde ese
momento originario la función metafórica del deseo, representada en cada caso por el
“objeto-a”.

Para entender este concepto hay que entender primero el concepto del Gran Otro
(A), el cual se puede igualar con lo simbólico, con el lenguaje, con el tesoro de los
significantes; también tiene que ver con las significaciones que están asociadas a esos
significantes, que Lacan llama campo del saber.

El Nombre del Padre al no pertenecer al sentido del Otro, al no pertenecer al campo


del saber, puede dar otro sentido a los significantes.

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En la represión el significante NP funda la cadena de significantes mientras que en
la forclusión falta ese significante que funda que haya ley de significante, es decir, que no
tiene un significado unívoco, que el Gran Otro no es dueño del saber. Al no estar el
significante NP, el saber y los significados quedan solamente del lado del Otro e inhabilitan
que surja algo nuevo del sujeto e imposibilita ese vínculo entre mensaje y código y código
y mensaje porque el NP es el significante que permite que se admitan los mensajes, que lo
que viene de nuevo por parte del sujeto sea admitido; en la forclusión solamente se
posibilita los sentidos que vienen del Otro.

Esto es lo que sucede con Schereber: los fenómenos alucinatorios. Al no estar este
vínculo entre mensaje y código cataloga esas alucinaciones como fenómenos puramente
de código (las voces, las lenguas fundamentales, un código más allá del código como
intento de instaurar en el código una significación nueva a través de los neologismos
unívocos) o puramente de mensaje (los mensajes eran interrumpidos, no termina de cerrar
las frases, son intentos de mensajes que al no poder pasar por el tú de la invocación por el
NP, al no poder ser admitidos por el código quedaban interrumpidos y se manifestaban de
esa forma).

Lev Strauss dirá que todos los mitos pueden ser escritos en fórmulas lógicas,
matemáticas; en todos se responden a lugares.

La Metáfora Paterna es la reducción estructural máxima del complejo de Edipo. A


partir de esta operación vamos a poder saber cómo se llevan en ese cuerpo las palabras y
las cosas, el cómo piensa, siente y percibe.

Lacan pasa todos los fenómenos del inconsciente propuestos por Freud a la
estructura del lenguaje, principalmente dos: metáfora y metonimia (se menciona una parte
en lugar del todo). Con estas dos figuras de la retórica clásica lee lo que Freud llamaba
condensación y desplazamiento.

Si pasa tendremos la represión, si pasa y lo niego tendremos perversión por el


mecanismo de renegación (registrar y negarla), y si hay un punto de no registro, de no
inscripción, cuando ese paso no se da tendremos la forclusión, por tanto la psicosis. Esto
que debe inscribirse es el Significante del Nombre del Padre.

Que el significante NP no opere en la estructura es que hay una interdicción entre el


niño y su madre que no va a estar, una interdicción de goce que no va a estar, un no
fundante que no va a estar, por tanto, ese significante opera sobre el DM (deseo de la

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madre), es decir, todo aquello de goce, simbiótico sobre el niño que no permite el
surgimiento del niño.

El resultado de que el NP ingrese es que va a haber una estructura organizadora


que permite que la palabra y el cuerpo se relacionen a partir del mecanismo de la
represión. Las palabras y el cuerpo se organizan a partir de los síntomas neuróticos, los
cuales se producen por la represión (actos fallidos, dudas, sueños, etc.). Todas las
formaciones del inconsciente, incluyendo los síntomas, incluyen el mecanismo de la
represión.

Psicosis (apuntes de cátedra)

La cátedra piensa la relación fenómeno-estructura. No solo distinguiremos


fenómenos. Nos importa lo que se dice de un fenómeno, de un síntoma puesto que eso
que se dice da la estructura del síntoma.

Con lo que cada uno diga de su síntoma podremos pensar la estructura a la que
corresponde.

Pinel (primer paradigma psiquiátrico) hace pasar la locura del campo religioso al
médico. Eskirol, su discípulo, encuentra que tiene que hacer una clasificación ya que “no
todos los locos eran iguales”. Todos los que vienen después de él comienzan a complejizar
la clasificación, donde se instala el segundo paradigma: el de los cuadros psicopatológicos.
Generan descripciones muy al detalle. Luego viene el paradigma de las grandes
estructuras psicopatológicas, donde se cambia la pregunta: quién es este sujeto que sufre.
No podemos reducirnos a clasificar síntomas y enfermedades. En esta lógica llega Freud y
posteriormente Lacan, quien tomará las grandes estructuras propuestas.

El DSM está formado por el comité invisible, el cual está conformado arbitrariamente
según intereses para establecer cuáles son los cuadros psicopatológicos.

Pinel (primer paradigma psiquiátrico) hace pasar la locura del campo religioso al
médico. Esquirol, su discípulo, encuentra que tiene que hacer una clasificación ya que “no
todos los locos eran iguales”. Todos los que vienen después de él comienzan a complejizar
la clasificación, donde se instala el segundo paradigma: el de los cuadros psicopatológicos.
Generan descripciones muy al detalle. Luego viene el paradigma de las grandes
estructuras psicopatológicas, donde se cambia la pregunta: quién es este sujeto que sufre.

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No podemos reducirnos a clasificar síntomas y enfermedades. En esta lógica llega Freud y
posteriormente Lacan, quien tomará las grandes estructuras propuestas.

El DSM está formado por el comité invisible, el cual está conformado arbitrariamente
según intereses para establecer cuáles son los cuadros psicopatológicos.

El Gran Otro de cada uno es aquello que a uno lo marcó, esto es, aquellas vivencias
que no han perdido su característica temporal, es decir, no ha pasado el tiempo. Las
formaciones del inconsciente son a partir de la operatoria de la fórmula fantasmática.

El falo es aquello que indica que la operación de la castración pudo ser simbolizada,
la posibilidad de ceder el goce que el niño tenía con la madre puede ser simbolizada y
subjetivada. Esto permite que el niño/a puede andar por el mundo con la capacidad de
perder, de perder para ganar, de dar, de soltar y todas las formas de la ausencia que el
propio sujeto puede poner en juego.

Lo simbólico es aquello que me permite que me relacione, que me satisfaga con lo


simbólico y no con la cosa real. Nos permite una elección por fuera de la endogamia. La
pérdida del falo posibilita la cesión de objetos. El falo es un operador simbólico que permite
todas las cesiones, por tanto los intercambio, esto es: si a mí me falta algo puedo buscar
algo que llene ese lugar. Si no puedo perder o si pierdo no me recupero nunca estamos
ante cuadros psicopatológicos.

El falo da la posibilidad de que haya inconsciente, hace que mis palabras sirvan
para algo, que lo que escuche del inconsciente sirva para algo, que toque mi corporalidad,
mi manera de gozar.

Esto no necesariamente se puede prevenir. Esto es, uno puede formarse como
padre/madre apoyándose en su propia subjetividad, normalmente repitiendo patrones
aprendidos, también escuchando diversos consejos. Normalmente hay cada vez menos
mamá y cada vez más cultura, esto es, cada vez más actividades que no implican a la
madre. Se debe buscar que ingrese al Gran Otro para que las palabras comiencen a
circular en su circuito de su deseo. Hay un punto en el que sí se puede generar una
dirección favorable en el desarrollo del niño/a.

Ahora bien, ¿qué papel activo tiene el sujeto en todo esto? Lacan desde el
comienzo de su enseñanza aborda el problema de la libertad: insondable decisión del ser,
decisión forzada, etc., son términos que permiten aludir que hay circunstancias, por más
forzadas que sean, hay alguien que elige, elige lo que puede elegir en ese momento. El
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sujeto es responsable independientemente de lo que suceda con la metáfora paterna. Esto
es, a partir de la estructura se elige. El psicoanálisis no exime de la responsabilidad del
sujeto de hacer a pesar de. No importa tanto la estructura, sino si se hace responsable de
sus elecciones. No solo es un sujeto determinado por el lenguaje sino que es responsable.

Recordemos, si el nombre del padre no opera no quiere decir que no haya papá,
sino que no se inscribió. Tampoco la separación física de la madre con el niño implica que
se va a inscribir el NP. Incluso el NP puede deberse a algo que hace el mismo niño.

La Forclusión del Nombre del Padre

La psicosis tiene un mecanismo propio y fundante que es la forclusión del Nombre


del Padre.

La forclusión es la pérdida de esa metáfora, y con ello la pérdida de la capacidad de


significación y de la ley. En el caso de Schereber, es la angustia del sujeto provocada por
la responsabilidad de transformarse en Padre (ser padre, ser presidente del senado, etc.)
lo que gatilla la pérdida de la metáfora del Padre (forclusión) y con ello el desenlace
paranoico.

“Es en un accidente de este registro y de lo que en él se cumple, a saber, la


forclusión del Nombre-del-Padre en el lugar del Otro, y en el fracaso de la metáfora
paterna, donde designamos el defecto que da la psicosis su condición esencial, con la
estructura que la separa de la neurosis”

Cuando el NP no ingresa, en lugar de poder producir un síntoma y encontrase con la


represión, ante una determinada coyuntura de la vida, se encuentra un agujero en la
estructura el sujeto no tiene recursos simbólicos subjetivos por los cuales responder, lo que
desencadena la psicosis.

A ese lugar de no respuesta subjetiva viene el retorno de lo real, el agujero de lo


simbólico. El fenómeno elemental (alucinación, delirio, etc.) viene a ser esa certeza que
proviene de afuera para llenar ese agujero de no respuesta. Es una idea que proviene de
afuera, se dirige a él y dice algo de él. Es más cierta que lo que él puede decirse sobre él
mismo. La respuesta subjetiva, se la da esa idea respecto de él, esa alucinación, ese
delirio que habla de él. Es la respuesta a aquello que no pudo responderse.

El Nombre del Padre se inscribe como significante en el lugar de la estructura donde


no hay un cómo se hace, por tanto, será quien instruya al niño sobre su actuar. Es un

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significante que dice cómo debés hacer para identificarte como hombre o mujer, vivo o
muerto, etc.

El NP vendrá a dar respuestas posibles a esos significantes faltos para todos los
seres humanos atravesados por el lenguaje.

Fenómenos elementales

De la forclusión no nos damos cuenta en todos los momentos sino en el


desencadenamiento de la psicosis.

Si todavía la psicosis no está desencadenada puede haber síntomas pre-psicóticos.


Estos síntomas hacen entrever que el alguien anda bordeando el agujero de su estructura
y no tiene el NP para sostenerlo. Por ejemplo: las angustias deslocalizadas, acompañada
con inquietud psicomotriz, insomnio sin causa, ansiedad sin sentido, sentimiento de que la
realidad pierde su cualidad (Desrealización), etc. Todo esto con mucho valor de lo
inquietante, de la perplejidad, de la extrañeza.

Hay un momento de angustia máxima, insoportable que se intenta soslayar


mediante los síntomas psicóticos. Estos síntomas son frases que le vienen al sujeto desde
afuera del yo por ese agujero, que hablan sobre él, que tienen certeza sobre algo de él y
que pueden dar lugar a construcciones interpretativas que se dan en el delirio, o no.
También pueden quedarse a nivel de fenómeno elemental. A partir de ese fenómeno
elemental se puede producir un delirio o no. Si ese fenómeno elemental se produce en el
cuerpo, por ejemplo: por momentos se me desaparece la mano, o tengo dolores de rodilla
tan fuerte que me hacen sentir que mis huesos son de madera, etc., ya estamos entrando
a distintas líneas de delirios o estructuras. No hay posibilidad de desplazamiento de los
objetos.

En el caso de la esquizofrenia la libido queda en el yo, en el de la paranoia la libido


va al delirio.

Lacan, a partir del concepto de "automatismo mental" de Clérembault, va a subrayar


el carácter anideico de los fenómenos psicóticos, es decir, que son fenómenos no
conformes a una sucesión de ideas. Esto significa que la psicosis implica ruptura y que,
por tanto, se trata de un fenómeno incomprensible.

El automatismo surge como algo que se impone al sujeto, algo que lo habita y que
no se comprende, que es enigmático y que deja al sujeto en la mayor perplejidad. El

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automatismo puede hacer entrar en crisis todo el mundo imaginario, todas las
significaciones sobre las que el sujeto sustenta su realidad.

El sujeto psicótico no puede hacer uso de la represión, sino que generará ciertos
síntomas hasta que se desencadene ante una imposibilidad de responder, a ese lugar de
no respuesta subjetiva viene el retorno de lo real, el agujero de lo simbólico.

El fenómeno elemental (alucinación, delirio, etc.) viene a ser esa certeza que
proviene de afuera para llenar ese agujero de no respuesta. Es una idea que proviene de
afuera, se dirige a él y dice algo de él que es más cierta que lo que puede decir sobre él.
La respuesta subjetiva se la da esa idea respecto de él, esa alucinación, ese delirio que
habla de él. Es la respuesta a aquello que no pudo responderse.

Estos síntomas son retorno de lo real, no hay posibilidad de tramitarlo


simbólicamente, por la vía del inconsciente. Hay certeza. Si hay retorno de lo real en ese
fenómeno elemental no hay posibilidad de desplazamiento y condensación (metáfora y
metonimia), puesto que esto lo permite el falo, la posibilidad de utilizar el inconsciente de
forma metafórica. No hay capacidad de asociación en los fenómenos elementales, puesto
que el inconsciente no tiene valor asociativo. Si el inconsciente está a cielo abierto no se
puede valer de la represión, no hay nada oculto, nada que develar.

El delirio es una forma de curación del sujeto, una forma restitutiva, encontrar algo
para alejar ese agujero de lo real.

Hay un momento en Schereber en el que tiene estos estupores alucinatorios, en el


que se podría decir que está perplejo, luego está la certeza de que tiene una misión de
redentor, que se creía hijo de Dios llamado a salvar al mundo de su miseria, las voces que
escucha son todos fenómenos elementales.

Lacan en el seminario 3 comienza a trabajar el concepto de realidad. En otras líneas


se piensa que el psicótico está desadaptado a la realidad. Se cuestiona el concepto de
realidad. Siempre hay algo del lenguaje que queda por fuera. Lo real tiene diferentes
acepciones a lo largo de la enseñanza: la realidad, lo que no se deja captar por el lenguaje,
lo escrito en tanto lenguaje matemático, etc. El psicótico no es aquél que está desadaptado
o por fuera de la realidad.

El sujeto psicótico es quien comprende ciertas cosas que suceden a su alrededor de


una determinada manera. Pero lo comprensible es algo inasible, que se escapa. Hay un
malentendido fundamental.
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Hay que pensar la psicosis como una estructura, en relación a las otras. No hay una
visión de esta estructura en término de dificultad o déficit. Tendemos a considerar que en
una psicosis hay algo menos, de alguna manera hay algo negativo, un déficit. Pero todas
las estructuras están habitadas por un déficit. La psicosis tiene un modo de funcionamiento
diferente, no por ello es algo deficitario.

Así como la locura en algún momento estaba encadenada en asilos, con el ingreso
de la medicina con el término de déficit la locura sigue estando encadenada. Porque
también pueden haber neurosis muy descompensadas, produciéndose fenómenos de
locuras con rasgos psicóticos.

Hay un concepto fundamental para diferenciar a la psicosis que es el de certeza. El


sujeto neurótico tiene creencias y necesita de rituales para sostenerlas.

La alucinación para Lacan: Todas las posiciones que se vienen planteando, todas
las corrientes piensan que la alucinación es la percepción sin objeto, pero eso no es lo
importante. Lo importante es que el sujeto es pasivo, paciente a esa percepción singular.
Se determina la psicosis en función de que le objeto esté o no esté pero esto no es lo
importante, ya que eso es no reconocer que ese sujeto está atravesado por la certeza de
que ese objeto está ahí y es algo que se le impone, no es algo que ve, por tanto cuando
aquello se le impone queda atravesado por la certeza de que eso está ahí. La alucinación
se impone en tanto de certeza: no hay lugar a duda.

La alucinación auditiva es aquella que determina en un diagnóstico diferencial de


psicosis. Esto es, el neurótico puede tener una alucinación visual peor la auditiva es la que
nos va a decir si es psicosis o no.

El objeto está en tanto certeza y es paciente puesto que se impone. Hay que pensar
la lógica de la alucinación. El sujeto psicótico no necesita que le confirmemos si existe o no
la alucinación, para él ya está de forma certera. La creencia implica un punto de vacilación
respecto al otro, y esto no aparece en el psicótico. No necesariamente el psicótico
desconoce que está alucinando, pueden ser completamente conscientes de su alucinación
y sin embargo les pasa de todas formas ya que son pacientes.

Un fenómeno elemental siempre es minimalista, sutil. Algo que maraca una


discontinuidad subjetiva, es decir, produce un quiebre, un punto de inflexión.

Lo real tiene diferentes matices. Estamos tomando desde el seminario 3. Lo real se


confunde un poco con la realidad. Hay algo no simbolizado que retorna en la psicosis,
16
desde afuera significa que no está simbolizado. En el delirio aparece lo real pero no de
forma subjetivada: “no es mi voz, está hablando otro”.

En el instinto no hay saber. Cuando hablamos de pulsión ya no es algo instintivo,


hay algo del saber pero no del saber convencional. Lo que hacemos, nuestras elecciones,
no sabemos por qué lo hacemos pero está marcado.

El Superyo no es una instancia moral que lleva a poner un límite, no es algo moral.
Es una instancia que le dice al sujeto goza, es una instancia tirana. Está entrelazado con el
Ello, no es algo totalmente separado, se mezclan y desmezclan. Estos imperativos, estas
leyes pueden hacer cumplir cosas perversas. Es una voz áfona, sin sonido. En cambio en
la alucinación la voz es fónica, con sonido. Por eso es la gran diferencia en una alucinación
auditiva como algo totalmente relevante. Cuando algo no queda simbolizado lo real
retorna, a eso se refiere, puesto que aquella instancia que no se inscribió y que en un
neurótico es áfona, retorna de forma auditiva por ejemplo. Es decir, no se puede subjetivar,
hacerlo propio por eso queda por fuera. La alucinación se escucha desde afuera, escucha
su propia voz desde afuera y no la percibe como propia, ese es el dilema de la psicosis. La
voz del superyó es áfona, pensamos en palabras pero las reconocemos como propia.
Podemos decirnos un montón de cosas, pero esos pensamientos están y no se escuchan.
La alucinación auditiva es una voz no simbolizada que retorna de lo real.

De Clérembault trabajaba en la enfermería de la policía de Paris. Su función era


tomar a todos sus pacientes y estudiarlos, para establecer si podían estar sueltos,
manicomios o presos. Lacan lo llama como uno de sus grandes maestros. Descubrió el
pequeño automatismo mental y el gran automatismo mental, los cuales están en los
fenómenos elementales, además de explicar qué es un significante.

De Clérembault le decía que una vez captado el paciente, no le hablaran, que nadie
intervenga para que de alguna manera no quedara contaminado lo que en una entrevista
se podía llegar a decir. Estaba interesado en ver cuándo se desencadena una psicosis.
Descubre dos momentos.

En el pequeño automatismo mental empiezan a aparecer fenómenos que en un


primer momento se presentan con tres rasgos en lo que se va escuchando: neutro, no
sensorial y atemáticos. Neutro implica que la presentación del fenómeno no genera ningún
tipo de afectividad u hostilidad. El carácter no sensorial que va describiendo quiere decir
que aquello que dice no es captado desde los sentidos, no son fenómenos registrados a

17
partir de los órganos de los sentidos. Y atemáticos quiere decir que no comportan un tema,
no comporta un sentido, no remite a nada. Automatismo implicaba cómo se inmiscuía lo
biológico en este proceso.

Lacan dirá que está hablando de un S1, un primer significante: neutro, no sensorial y
atemáticos. El S1 tiene las mismas características que el pequeño automatismo mental.
Hay la perplejidad, algo neutro, atemático, sin sentido. La aparición de los fenómenos
elementales en un primer punto tiene la particularidad de dejar a alguien en perplejidad.

El gran automatismo mental aparece cuando alguno de estos tres rasgos se


pierden: cuando aparece algo de la afectividad u hostilidad, cuando puede involucrarse los
órganos de los sentidos y puede tener significado.

El pequeño automatismo tiene algo de los fenómenos elementales (S1) y el gran


automatismo hace alusión más al delirio (S2). El delirio es un discurso articulado que viene
a dar algo de sentido a los fenómenos elementales, es el S2, algo que lo saca de la
perplejidad. Aparece algún discurso articulado frente al vacío de significación. Hay una
restitución de sentido, un discurso articulado que restituye de la perplejidad.

Un fenómeno elemental aparece en un primer momento sin significantes que deja


en un estado de perplejidad. El delirio es un intento de restablecimiento, de reconstrucción
ante el vacío de significación que genera el S1 aislado, que no permite decir algo de lo que
se trata. Si en un primer momento aparece el vacío, lo que llamamos la formación
patológica es un intento de reconstrucción para que un paciente pueda vivir dentro de él.
Es el intento de poder vivir dentro de él, con toda su complejidad. Es un intento de llenar de
reconstruir el vacío, el agujero de significante, una forma de vivir en el mundo con todo el
riesgo y las dificultades que eso entraña.

La diferencia con el neurótico es cómo se da ese sentido, cómo se restituye el


agujero de significantes, y es mediante hacerlo desde la certeza o la creencia. Esto es, los
neuróticos damos sentido desde la creencia.

El fenómeno elemental es una metáfora y metonimia fallido, puesto que el delirio


permite el movimiento de sentido. En el fenómeno elemental no hay sentido, no hay
significantes que vengan a reemplazar a otros ni que pueda desplazarse encadenándose a
otros significantes.

18
Paranoia

En la paranoia el contenido y el afecto se conservan y son proyectadas por el yo. A


diferencia de la neurosis donde el afecto reprimido se va montando en diversas ideas hasta
llegar hacia la consciencia.

Nuevamente: cuando hablamos de neurosis hay un retorno de lo que está reprimido


en el inconsciente, lo que dará lugar a las formaciones del inconsciente, mientras que
cuando hablamos de psicosis se trata de algo que no ha sido aceptado en el orden de lo
simbólico y por eso retorna como real, hablamos entonces de fenómenos elementales.

En la forclusión lo que no entró es el significante del Nombre del Padre. Una


neurosis frente al agujero va a recurrir al fantasma, esto es, utilizar las asociaciones que
permite el lenguaje para resolver la cuestión del agujero, o también al nudo entre los tres
registros sobre todo en lo imaginario y podrá hacer con ese agujero, podrá asociar, hacer
metáfora con aquello reprimido que surge.

Cuando pensamos en el significante del NP, es aquello que mantiene unida a la


cadena de significantes, a modo de nudo de capitón. En la psicosis, en cambio, lo que hay
es lo imaginario que mantiene tapado al agujero de significantes.

Punto de capitón: “Es lo que se conoce en tapicería como capitoné. Ingenuamente


uno pensaría que esos botones aparecen cosidos uno a uno y esto sería análogo a los
signos en el sentido saussureano. En verdad el capitoné no se hace así, sino que se trata
de un entrecruzamiento de hilos que por tensión producen las depresiones en la superficie,
también llamadas puntos de almohadillado. Lo que hay que retener es que todos estos
puntos se producen simultáneamente al tirar de los hilos y no uno a uno. La puntuación de
una frase es análoga a la tensión de los hilos; tiene por resultado el abrochamiento del
sentido que resulta retroactivo y que se presenta como una unidad. Ejemplifiquemos:

 Un.
 Un hombre.
 Un hombre bien.
 Un hombre bien parecido.
 Un hombre bien parecido al mono.”

Hay una supremacía del significante por sobre el significado.

19
Lo que no ingresó retorna, y no lo hace desde lo simbólico sino desde lo real. Hay
que utilizar otros medios para poder hacer con aquello que aparece. No hay elementos
simbólicos para tratar lo real, y cuando aparecen cosas de lo real que requieren de ese
significante puede generarse un brote, por ejemplo: cuando hay conflictos con la ley, en el
caso de Schereber cuando es puesto como presidente del tribunal superior.

“Se desliza en el lenguaje lo que éste transporta: la idea del todo a la cual empero
hace objeción el más mínimo encuentro con lo real” El registro de lo real jamás podrá ser
simbolizado por completo, es, por tanto, del mundo del no-todo, de la incompletud. Esta
característica de lo real es lo que genera angustia: la falta de significantes.

Lo que posibilita vincular los significantes es la significación fálica, a partir del NP


que es quien dio la primera sustitución. Hay un elemento que permite “hacer de cuenta”
que las palabras tienen relación con las cosas y que esa relación puede cambiar.

Lo que no hay en la forclusión es esta significación fálica, producto del no ingreso


del NP. No hay capacidad de que un significante se vincule con otro, se asocie o
reemplace con otro significante. Se debe trabajar en el registro de lo imaginario para que
compense lo que en lo simbólico no está funcionando.

El delirio es un discurso articulado que viene a dar algo de sentido a los fenómenos
elementales, es el S2, algo que lo saca de la perplejidad. Aparece algún discurso
articulado frente al vacío de significación. Hay una restitución de sentido, un discurso
articulado que restituye de la perplejidad.

(Este discurso, este S2 que lo saca de la perplejidad, va a ser todo este discurso
delirante que armó y articuló respecto a que es Hijo de Dios, que tiene una misión
redentora, y que para eso tiene que mudarse en mujer pero que esto tardaría mucho
tiempo. Que esto le fue develado en un lenguaje imposible de entender para los humanos,
etc.)

Pero el delirio también es un fenómeno elemental, en tanto que cuando aparece


remite a una estructura psicótica.

Un fenómeno elemental aparece en un primer momento sin significantes, lo que deja


en un estado de perplejidad. El delirio es un intento de restablecimiento, de reconstrucción
ante el vacío de significación que genera el S1 aislado, que no permite decir algo de lo que
se trata. Si en un primer momento aparece el vacío, lo que llamamos la formación
patológica es un intento de reconstrucción para que un paciente pueda vivir dentro de él.
20
Es el intento de poder vivir dentro de él, con toda su complejidad. Es un intento de llenar de
reconstruir el vacío, el agujero de significante, una forma de vivir en el mundo con todo el
riesgo y las dificultades que eso entraña. Acá podemos observan en el caso de Schereber
que podía seguir manteniendo conversaciones totalmente “cuerdas”, es decir, el delirio le
permitió, en cierto modo, estabilizarse.

La metonimia implica un desplazamiento de sentido y la metáfora es la sustitución


de un significante por otro. La metáfora implica el surgimiento de sentido y la metonimia su
desplazamiento. El fenómeno elemental es una metáfora y metonimia fallido, puesto que el
delirio permite el movimiento de sentido. En el fenómeno elemental no hay sentido, no hay
significantes que vengan a reemplazar a otros ni que pueda desplazarse encadenándose a
otros significantes.

Esquizofrenia

En la esquizofrenia hay alteraciones del lenguaje, no se conjuga en los tiempos


verbales. Las frases surgen una desorganización.

Hay desorganización sintáctica, uso de neologismos. Estos neologismos tienen un


valor estructural, aunque no todos tienen un valor de organización estructural.

Lenguaje de órgano: implica la literalidad con la cual aparece el organismo en el


discurso, el pensamiento está lateralizado en ese órgano, no hay represión. Por eso el
lenguaje se desorganiza. Hay mucho aislamiento. De nuevo funcional el mecanismo de la
certeza.

El cuerpo no se ha podido construir recortado por el lenguaje por lo que está abierto
a diversos fenómenos. Son en base a la desorganización.

En la Esquizofrenia hay un goce del objeto a en el cuerpo (que ingresa literalizado),


en la Paranoia hay un goce del Otro.

La diferencia de la Esquizofrenia de la Paranoia, es que en la segunda es el Otro


quien se dirige a uno para perseguirlo o hacerle un mal. Eso va desde las primeras ideas
suspicaces (interpretar los gestos como que algo le quiere decir y empezar a desconfiar) a
directamente me están persiguiendo: en esta gama se forma todo un delirio interpretativo,
es decir, un delirio que progresa por interpretación, cada signo que se ve en la realidad se
interpreta en base al delirio desde la certeza. En la Esquizofrenia, por el contrario, hay una
desorganización del lenguaje. En el delirio todo puede ser interpretado desde esta

21
estructura de delirio, la idea va mutando aunque puede quedarse fija en una temática: “me
persiguen los Nazis” y en eso puede incluirse al quiosquero, el terapeuta, etc.

En la Esquizofrenia hay desorganización y en la Paranoia hay estructuración.

Manía

Clásicamente tanto la Manía como la Melancolía se refirieron a la psicosis. Hay una


coincidencia entre el Yo y el Ideal del Yo. Por ejemplo: quiero ser psicólogo, y mañana me
abro un consultorio, con chapita, tarjeta, etc. Hay una certeza en el Yo de que es lo que
quiere ser. Se soslaya todos los mecanismos de represión. Puede comprarse todas las
obras completas del Yo porque tiene la certeza de que puede hacerlo, y efectivamente se
pone a leerlo días y noches seguidas sin descanso. Este ejemplo es un cuadro de una
Manía Delirante.

La Manía tiene las características de la coincidencia del Yo con su ideal y la


ausencia de la represión. Como en toda psicosis no hay capacidad de asociativa.

Nadie que no sea psicótico tiene certeza de aquello que es, de quien es. No nos
creemos nuestra propia imagen.

Algunas consideraciones sobre la estructura de la paranoia,


esquizofrenia y manía.- Soler

El principal mecanismo de la psicosis es la forclusión del significante del Nombre del


Padre.

Hay algunos paradigmas en relación a la psicosis. Algunas querían mostrarlo como


un gran núcleo o conglomerado con diversas manifestaciones. Pero otro paradigma quería
mostrar que habrá tantas psicosis o esquizofrenias como conjuntos sintomáticos. Había
una cuestión muy fragmentada. Freud intentó pensar la cuestión como un núcleo y
modalidades.

El Manuscrito H es un texto de 1895, es un Freud muy cercano a la hipnosis, que


todavía no termina de ubicar algo más allá de las neurosis pero sí dice algo al respecto de
la paranoia con el mecanismo de la proyección.

Había la idea de que la cuestión paranoica es en relación a un conjunto de


funciones del yo y la esquizofrenia respondía a otro. Lo que las distinguía era cuáles eran

22
las funciones afectadas: la paranoia más a lo intelectivo y la esquizofrenia más a lo
afectivo.

La paranoia es un tipo de defensa de algo que no se tolera. El punto es algo que no


se tolera, es un mecanismo para deshacerse de aquello que no se tolera. Hay certezas,
son inequívocos. La paranoia tiene la función de defenderse de representaciones
intolerables para el yo proyectando en el afuera, el juicio es mantenido por fuera del yo. La
proyección es un mecanismo propio del yo y en la paranoia se abusa de este mecanismo,
se vuelve el privilegiado.

El delirio es como una pequeña idea venenosa que se instala y comienza a tener un
magnetismo de asociación de argumentos que le den validación a la misma, ahí se
comienza a constituir el delirio: historias, escenas, detalles, etc. Alguien que está en
relación al delirio no se lo puede contrastar con la “realidad” porque ya tiene la historia
armada. Es decir, se puede desenvolver en sus tareas mientras no se le toque ese delirio.
En Freud la paranoia tiene que ver con un abuso del mecanismo de proyección; el delirio
tiene que ver con esa idea que se puso afuera y hay que encontrarle un lugar, hay que
armar algo en relación a eso. El delirio surge a partir de aquello proyectado.

En la paranoia el contenido y el afecto se conservan y son proyectadas por el yo. A


diferencia de la neurosis donde el afecto reprimido se va montando en diversas ideas hasta
llegar hacia la consciencia. La diferencia está en la certeza, idea y afecto están fijas.

Cuando hablamos de neurosis hay un retorno de lo que está reprimido en el


inconsciente, lo que dará lugar a las formaciones del inconsciente, mientras que cuando
hablamos de psicosis se trata de algo que no ha sido aceptado en el orden de lo simbólico
y por eso retorna como real, hablamos entonces de fenómenos elementales.

El mecanismo de la proyección se utiliza a modo de “parche” para tapar el agujero,


la grieta.

Cuando pensamos la paranoia y esquizofrenia es en relación al pensamiento,


mientras que lo maníaco y lo depresivo es en relación con los afectos.

En el Yo y el Ello, en el tercer apartado está el Superyo. En relación al deber se


puede prohibir (no te es lícito esto) pero también imponer (debes hacer tal cosa); las cosas
se hacen de determinada manera, “qué diría o haría tal persona”. Se lo pone en el lugar del
Ideal del Yo.

23
El Ello busca alcanzar al objeto y que haya una descarga. Cuando ese objeto ha
causado una satisfacción relevante, importante queda privilegiada ya que ha causado una
huella importante, marcando un ideal. Cuando hay un objeto que causa menor satisfacción
se quedará con el ideal.

Lo que distingue la realidad de lo ideal es el Yo, el cual sirve para tener un vínculo
con la realidad.

El Complejo de Edipo resulta en un ideal del Yo, porque la cuestión es responder


cómo hace un hombre con una mujer, y ese ideal es una respuesta. Esto no tiene que ver
solo con una prohibición sino con una forma de hacer las cosas. Puede ser una brújula o
también puede ser una cadena, algo tirano. El Yo puede servir a la realidad o puede
quedarse en la cuestión del ideal sacrificando la realidad y ahí surge la culpa. Pero si
busca entender la realidad, no alcanza y surge la culpa. Un ideal del Yo denso sacrifica la
realidad.

La Negación- Freud: Hay contenidos que pueden surgir a la conciencia pero


negados, reprimidos porque si no generaría displacer o dolor. La posibilidad que aparezca
una representación que aparentemente pueda ser dolorosa es a condición de que puede
ser negada. Cuando se utiliza la palabra No antes de la frase, puede ser por este
mecanismo: “Esto no tiene que ver conmigo”. Es para no hacerse cargo.

Hay que ver qué cosas se niega, qué se rechaza y qué finalmente se forcluye.

Con la negación nos anoticiamos de un contenido que estaba reprimido a condición


de que esté negado. Si aparece negado se puede soportar, entonces, de alguna manera
se cancela la represión que tenía el contenido pero sigue funcionando.

Hay un juicio negativo: “algo no es”. Pero hay otra instancia que es el desjuicio
donde lo que se niega no es el contenido de juicio sino el juicio mismo: “yo no digo que
esto no es”. No se trata del contenido sino del que enuncia. Enunciado es lo que se dice, el
nivel de contenido y la enunciación implica al que lo dice.

Cuando se cuestiona desde la posición de enunciación el enunciado es cuando


comienza a surgir aquello de lo reprimido. Cuando se pone en juego el sujeto en el
enunciado nos avisa que hay algo de la represión que se está liberando: “Soñé que me
acostaba con tal, pero no pienses que me quiero acostar con esa persona”. Implicarse en
el dicho es la pregunta por la enunciación.

24
¿En qué momento comienza a funcionar este proceso secundario que llamamos
juicio? ¿Cuándo hay algo que se afirma o se niega por primera vez, que se acepta o deja
de lado y posibilita el juicio? El principio de placer. Decir no es que este objeto no me
satisface, decir sí es tomar este objeto. A partir de afirmar y negar puede elaborarse esta
instancia del juicio más elevada. Cuando algo se deja afuera y algo adentro, algo se afirma
y se niega en este proceso primario luego deviene en el proceso secundario del juicio.
Hemos visto aquello que se niega.

La diferencia entre algo que está perdido (por la represión) y lo forcluido es que esto
último nunca tuvo una instancia de aceptación para luego ser negado. Una formación del
inconsciente es algo que pasa la barrera de la represión y aparece deformado pero
previamente debió ser aceptado. Ser aceptado es que haya entrado al orden de lo
simbólico, que haya sido simbolizado. Freud dice que hay algo que nunca vamos a saber
porque está reprimido, Lacan dirá que algo puede entrar en el orden de lo simbólico y al
mismo tiempo faltar, pero aún esa falta puede ser simbolizada como falta, puedo nombrarlo
(agujero, vacío, nada, falta).

Cuando hablamos del orden del objeto que se pierde hablamos de neurosis, hay
represión. Pero aquello perdido puede retornar como contenido reprimido y si puede hacer
eso es porque está simbolizado de alguna manera.

La forclusión es cuando nunca ingresó en esa aceptación original, nunca entró en el


orden de lo simbólico. Y lo que no entró es el significante del Nombre del Padre. Una
neurosis frente al agujero va a recurrir al fantasma, esto es, utilizar el lenguaje para
resolver la cuestión del agujero, o también al nudo entre los tres registros sobre todo en lo
imaginario y podrá hacer con ese agujero, podrá asociar, hacer metáfora con aquello
reprimido que surge.

Cuando pensamos en el significante del NP, es aquello que mantiene unida a la


cadena de significantes, a modo de nudo de capitón. Lo que hay es lo imaginario que
mantiene tapado al agujero de significantes. Si esto que no ingresó retorna, no lo hace
desde lo simbólico sino desde lo real. Algo que no tiene simbolización es una dificultad
simbolizarlo: es como intentar instalar una aplicación en un sistema operativo no
compatible. Hay que utilizar otros medios para poder hacer con aquello que aparece.

No hay elementos simbólicos para tratar lo real, y cuando aparecen cosas de lo real
que requieren de ese significante puede generarse un brote, por ejemplo: cuando hay

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conflictos con la ley, cuando aparece la policía. Las cuestiones en relación a la autoridad
se asocian al significante NP.

Lo que posibilita vincular los significantes es la significación fálica, a partir del NP


que es quien dio la primera sustitución. Hay un elemento que permite “hacer de cuenta”
que las palabras tienen relación con las cosas y que esa relación puede cambiar. Lo que
no hay en la forclusión es esta significación fálica, producto del no ingreso del NP. No hay
capacidad de que un significante se vincule con otro, se asocie o reemplace con otro
significante. Se debe trabajar en el registro de lo imaginario para que compense lo que en
lo simbólico no está funcionando.

La afirmación y expulsión primaria en el principio de placer, luego dará origen al


proceso secundario del juicio. Entonces tenemos la negación y la expulsión de aquello
reprimido pero que ha sido simbolizado y en la forclusión nunca ingresó el significante del
NP, por lo que no se puede apelar a la simbolización fálica. Hay ocasiones donde se
necesita ese significante del NP, ya que no es algo que esté todo el tiempo implicado. El
sujeto queda atrapado en el Deseo de la Madre, y esto es lo que lo mantiene estable.

Perversión

Es un cuadro que pertenecía a la religión y la moral. Luego pasa a ser una


psicopatología que incluía un conjunto de conductas desviadas. Freud, en 1905, escribe
los Tres Ensayos donde dice que el niño es un perverso polimórfico, donde el modo que
tienen de relacionarse con los objetos para procurarse satisfacciones no son “normales”.
Perverso porque no es normal, polimorfo porque es de muchas maneras. Un niño goza de
formas bien diversas y no hay normas para eso.

Después Freud dirá que perversión es aquello por lo cual cada uno goza en su
inconsciente, una escena cuyo goce se quiere siempre evocar, volver, que se vuelve
capital. Esta escena comporta un goce porque se vuelve una y otra vez a ese dolor, a
pasarla mal, a un exceso de placer que resulta displacentero, que se vive como agresivo,
transgresor, excesivo. Esta escena está fijada en el inconsciente y se vuelve a ella de
forma repetitiva y hay otras asociadas.

En el fantasma, sobre todo el sujeto neurótico obsesivo, cree que es un perverso


porque gozaría de tal cosa pero en la realidad lo que funciona es la represión y las
imposibilidades de satisfacerse de esa manera. Hay una fantasía de perversión pero no lo
es.

26
Ahora bien, el perverso es quien lo lleva a cabo. Lacan desprende la idea de
perversión, en principio, de la posición que ocupa uno respecto del Gran Otro.

En torno a los años 50 llamará perversión al niño como falo de su madre, eso es una
posición perversa. Es una posición que normalmente el niño sale. Pero ese momento es
una posición perversa. El niño con su cuerpo encarna la realidad del fantasma de la madre,
ocupa la posición del objeto a. Hay una captación a nivel de objeto, no hay coordenadas
simbólicas. Si opera la renegación no va a permitir que surjan otras posiciones
quedándose en la posición perversa. Esto es, poder captar lo que viene como límite, la ley,
las normas pero elegir no verlo, no necesariamente gozar de la transgresión sino elegir no
captar. Es un tema perceptivo, no algo de gozar de la trasgresión. Es manejarse como si la
ley no estuviera, por tanto puede dar un trastorno antisocial o no (hace todo lo que la
sociedad espera que no haga) porque puede conducirse como si las normas o reglas
sociales no existieran.

Lacan en los años 68-70 explica al sujeto perverso desde la voluntad de goce y lo
hace a partir de un esquema. El sujeto perverso se coloca él mismo en el lugar de objeto
del Gran Otro cuya voluntad de goce lo lleva a encontrar en los otros de la realidad alguien
a quien dividir, esto es, la división no la encuentra en él mismo sino que él es un objeto del
gran otro para ir a encontrar la división subjetiva en el otro. Busca la división en el otro. Es
alguien con una voluntad persistente, incesante de colocarse él en el lugar de objeto para
encontrar la división, los puntos de falla en el partener. Y esto proporciona puro placer pero
no para él sino para el Gran Otro. Él se imagina que completa ese gran otro haciéndolo
gozar. Yo soy un objeto que genera placer al Otro. Esta voluntad de goce lo hace desde la
certeza. El goce y la angustia no están en él sino que está en el Otro, en una instancia
abstracta. Por ello esto puede implicar conductas antisociales o no. Su única norma es la
voluntad de goce. Se puede llegar a angustiar cuando las cosas no le salen bien, cuando
no puede ser el objeto que complete al otro.

El perverso va a mostrarle la división no a generarla puesto que esa división ya está.


Es como señalar a alguien que tiene una lastimadura, la herida está y se pone de
manifiesto. No se causa una división puesto que esta ya se porta, más bien la señala.

Haremos un recorrido sobre este concepto. No podemos entender la perversión sin


entender el mecanismo de renegación.

27
En los manuales clásicos de psiquiatría encontramos el término de perversidad, que
se define algo así como una malignidad que se halla en el sujeto. Si hablamos de mal,
estamos en un ámbito moral. El perverso sería quien encarna esa perversidad, esa
malignidad.

Antes de Freud la cuestión del perverso está en torno al deseo del mal, busca y
desea hacer el mal. Y esto implica un mal para otro. Algo en relación a su deseo, su
voluntad se convirtió en su única ley, lo cual queda fijado por lo que no hay lugar a otras
leyes que intervengan con su deseo.

Otra forma de pensarlo es en torno a lo episódico, algo momentáneo y no en


relación al ser.

En un momento determinado la perversión pasó a ser considerada dentro de la


psicopatología, esto es, hay algo anormal, del orden de lo patológico. Hay una corrupción
en los instintos, éstos están funcionando mal. Otra respuesta fue que no tenía que ver con
los instintos sino con la personalidad; el perverso no experimenta culpa. Finalmente
entramos en el terreno de la sexualidad, donde podemos comenzar a trabajar con algo de
Freud.

Freud, en 1905, escribe los Tres Ensayos. Hablaba de que la sexualidad era
entendida como unión genital heterosexual con fines reproductivos, todo lo que estuviese
por fuera de esa norma era patológico. Freud dirá que hay la sexualidad infantil, que no
todo pasa por lo genital. Se cuestiona el concepto de perversidad en función de las normas
morales, ya que es la cultura la que impone las normas morales, por tanto, la perversidad
no es tanto del orden del sujeto sino de lo cultural. La heterosexualidad es una forma
cultural y puede haber otras. También dirá respecto a lo reproductivo que la pulsión tiene
una satisfacción parcial que no gira en torno a lo genital solamente.

Freud dice que la pulsión es bisexual, Lacan lo retomará diciendo que el dese es
perverso. Como no hay objeto propio para la pulsión, es estructuralmente perverso el
deseo ya que no hay un objeto adecuado, único sino que éstos varían. Lo que da cuenta
de la heterosexualidad u homosexualidad será algo edípico y no tanto algo en torno a la
pulsión. El fin de la sexualidad es el placer, la descarga y no la reproducción. Cualquier
objeto que permita la descarga será adecuado.

En la sexualidad infantil plantea la perversidad polimórfica, para Freud transitar el


Edipo permitiría organizar las pulsiones parciales en torno a lo genital. Ese punto de

28
organización siempre está en torno a un solo órgano: el falo. Lo tengo o no lo tengo. El
pene marca el mundo y el ordenamiento. Es una idea de qué hacer como hombre o mujer.
Con Lacan, la significación fálica también ordenará el mundo, en el sentido de que las
significaciones siempre tendrán que pasar por ahí.

“Su majestad el bebé” se trata de complacer todo el tiempo lo que quiere. Es


ubicado en el lado de quien no tiene falta. Y el que complace se pone sin falta ya que es
todo lo que necesito, todo para mí. Hay identificación porque estamos en el plano de lo
imaginario. No hay noticias de la falta, de la castración. Si el niño tiene a este gran otro,
que es quien lo introduce al mundo del lenguaje, se va a ir educando de una determinada
manera, es su único referente simbólico y entiende que cualquier deseo de la madre pasa
por él. Imaginariamente queda ubicado como falo de la madre y la madre quedará ubicada
como omnipotente, todo lo que el niño quiere todo se lo da y si a la madre no le falta nada
porque tiene al niño.

El ingreso del NP provoca en el niño la pregunta sobre quién es él para la madre,


para el Otro. Entra a quebrarse la ilusión imaginaria de que él es todo puesto que la madre
está buscando otra cosa, otro deseo, un más allá de él. El padre muestra que la madre es
además de madre una mujer, y que esa mujer es objeto causa de él en tanto padre como
hombre y la mujer es causa del deseo hombre. En esa escena el padre le muestra al niño
que hasta el momento él conocía una ley de satisfacción una ley del deseo y que él tiene
otras, que hay muchas formas de satisfacer pero una no. No podés hacer con esta mujer,
tenés que hacerlo con otras. Por un lado prohíbe, limita pero por otro habilita, posibilita. El
niño necesita una metáfora, esto es, otra forma de hacer las cosas y eso se lo brinda el
NP.

Neurosis

Neurosis Obsesiva

Tenemos el síntoma que se divide en dos: 1- Nivel fenomenológico, lo que incluye


ideas obsesivas y rituales y compulsiones. 2- Nivel estructural: hay significantes
privilegiados, en el caso de el hombre de las ratas, tenemos el significante rata.

En el DSM tenemos el trastorno de personalidad obsesivo compulsivo y el trastorno


obsesivo compulsivo que es un trastorno de ansiedad, el cual no tiene todos los
componentes del trastorno de personalidad. Para una perspectiva estructural, ambos

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pueden entrar dentro de la estructura de la neurosis obsesiva; sin embargo desde un
diagnóstico estructural se debe establecer los motivos puesto que el TOC puede deberse a
un fenómeno elemental.

Otro fenómeno a tener en cuenta son los mecanismos de defensa de aislamiento y


el de anulación retroactiva.

El gran síntoma del sujeto neurótico obsesivo es el pensamiento en forma de duda.

Esto no lleva al tema de la muerte, algo fundamental en el sujeto obsesivo y la


relación de amor/odio.

Un síntoma básico es que se meten ideas parásitas, algo en contra de la voluntad.


Es una idea indeseada que trae aparejada malestar. Para poder hacer desaparecer la idea,
ya que con el pensamiento no pude apartarla, pasamos a tener un ritual. Son esas
conductas que le dan la seguridad de que esa idea no va a volver a introducirse. Se instala
la duda irracional. El sujeto neurótico obsesivo tiene que chequear constantemente lo que
hace y esas ideas van configurando rituales cotidianos, por ejemplo: antes de salir tengo
que chequear cada una de las llaves de gas, porque de lo contrario me quedo pensando
en eso y no puedo seguir con el día.

El DSM hace equivaler las neurosis en los cuadros de ansiedad y le agregan la


angustia.

En Freud encontramos, en el caso del hombre de las ratas, que cada una de las
ideas tienen explicación. El hombre lo interpela en esto de que Freud busca la raíz de las
ideas.

El elemento principal del sujeto neurótico obsesivo es el pensamiento, en el cual se


empieza a gestar algo más que afecta a casi todo el pensamiento: la duda y la duda
compulsiva. El sujeto neurótico obsesivo es alguien que sistemáticamente duda, evita las
certezas, trabaja para cuestionar, descreer, pensar y repensar, calcular y recalcular,
chequear y re chequear aquello que simplemente podría ser aseverado. Se las rebusca
para meter el pensamiento en todos lados. Es una duda que está en cualquier elección del
sujeto, donde cree que si se asegura bien va a obtener lo que quiere, que si piensa lo
suficiente va a solucionar lo que quiere. Es un pensamiento atravesado por la duda y la
omnipotencia ya que puede conseguir lo que quiere gracias al pensamiento.

30
Esto lo lleva al pensamiento mágico: el poder solucionar todo desde mi
pensamiento. Tiene fantasías omnipotentes. El pensamiento llamado mágico es
esencialmente omnipotente, no hay bajada a la realidad.

Esto lo lleva al aislamiento, que es aislamiento del afecto: todo este pensamiento le
sirve para que uno desconecte de lo que siente. Cuando uno se contacta con lo que siente,
el pensamiento no tiene mucho que hacer. (Punto 3 de Sobre la teoría).

Como el odio está tan relacionado con el amor comienzan las dudas: el odio
complica al amor, lo inhibe. La duda respecto al amor se extiende a todo, porque el amor
debería ser lo más seguro que uno tiene; cuando esto entra en conflicto se cuelan los
síntomas. El punto medular es la duda respecto del amor. Los fenómenos sintomáticos
tienen de fondo la duda respecto al amor.

La duda se arma con un objeto de amor exogámico, post-complejo de castración,


post-pubertad donde se pone el cuerpo.

La anulación retroactiva incluye el mecanismo del “pero”. Tengo una certeza pero…
Es algo que constantemente se escucha para no afirmar algo, por tanto duda y aislar el
afecto.

Otro de los problemas que genera es la procastinación, el posponer siempre un acto


en el cual se puede perder algo.

En todo esto hay algo del goce, algo muy fuerte que hace que una persona insista
sobre lo mismo a pesar de que no le haga bien, a pesar de que entiende que toda esto no
le hace bien pero no puede dejarlo. En esto siempre hay una represión: aislamiento, duda.

El cuerpo del neurótico obsesivo, a diferencia del histérico, es la cabeza. Se goza


esencialmente con la cabeza, aislando las sensaciones y el lenguaje del resto del cuerpo.
Se le dificulta el sentir, ya que uno conecta con lo que siente a través del cuerpo.

Otro resultado de esto es un Yo omnipotente, amurallado, narcisista. Con todas


estas hazañas omnipotentes hay beneficios omnipotente: lo grande que soy, lo que voy a
hacer, lo importante y bueno que soy, soy genial, etc. Todo se hace desde el yo, desde la
imagen de uno mismo haciéndolo.

Puesto que el odio inhibe al amor pasa a primer plano la muerte y puesto que la
duda es un mecanismo principal, pasa a primer plano la muerte ya que está a la base de
todas las cosas que nos pasan que no tienen explicación: el sentido de la vida, por qué

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estamos en el mundo, el más allá, etc. Como en esos puntos la humanidad no tiene
certezas. Son sujetos afines a esos temas y sistemas religiosos. El sujeto neurótico
obsesivo es un sujeto religioso, arma su propio sistema de creencias. Mucho de esto entra
en relación al Amo (capitán cruel, el padre).

Como el sujeto obsesivo trabaja tanto, es tan abnegado, donde se incluye la


recompensa a futuro (procastinación, narcicismo), lo hace para otro que lo va a
recompensar. Ese otro es lo que muchas veces se suscita en la transferencia. Se coloca al
otro en un lugar de poder muy importante y absoluto, tanto para bien o para mal. Hay una
imaginación de escenas donde es reconocido por todas sus hazañas: hay el
reconocimiento de alguien significativamente importante que se ha incorporado como
instancia psíquica (la madre o el padre).

Lo fundamental es el ideal de ese otro que me reconozca. Ese poder puede ser
tanto para bien o para mal, ya que si uno se esfuerza mucho y ese reconocimiento no
viene pasa a ser un tirano, un malvado. Acá entra el goce. Hay un odio muy presente pero
no se puede mostrar.

Las escenas que se instalan en la neurosis obsesiva son respecto a la duda, a la


ambigüedad, grandes ideales respecto al amor y el odio: “sos un gran hombre o un gran
criminal”. Son escenas primarias.

La necesidad está en relación a la cuestión orgánica, una posibilidad de alcanzar


una satisfacción adecuada. Pero en el ser humano, esa necesidad ya no es en términos de
orgánicos sino que es un hecho simbólico. Una vez que la necesidad desaparece como tal
y lo que queda es una necesidad simbolizada (demanda) hay un más acá y un más allá. Si
la demanda es poner en palabras a la necesidad y quien las pone es otro, y si ese otro
está barrado, es decir, que desea, la demanda será una articulación entre una
interpretación de una necesidad y la interpretación de otro que desea.

Una vez que el deseo se pone en palabras ya circula por otro lado y hablamos en
términos de demanda; el deseo ya está en otro lugar. Después de estar en vínculo con los
objetos causa de deseo, se puede bordear aquello que causa el deseo, esto es, verlo
desde distintas perspectivas ya que no puede ser todo simbolizado.

El neurótico obsesivo eleva la demanda a un lugar preponderante y lo que queda


por fuera es el otro deseante. Se queda con lo que el otro demanda, con lo que dice y no
con el deseo. El problema está que la satisfacción de su deseo va a estar mediada por la

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demanda del otro y no por el deseo del otro. Si todo el tiempo presta atención a la
demanda del otro no puede alcanzar la pregunta por su propio deseo. Hay un deseo que
es imposible.

Nos habla de impedimento, inhibiciones, temores, dudas, prohibiciones y


alternativas de solución. No hay que engancharse con la fenomenología sino en cómo
poner en juego la fantasmática de ese sujeto, cómo se relaciona o se refiere al otro.

El otro como deseante queda perdido de vista porque lo más importante es la


demanda. Pero el otro es muy importante en tanto un testigo privilegiado, alguien que
observa desde el palco. Cuando hay una acción se piensa en el otro que está observando,
es una ofrenda para el otro. No quiero saber nada sobre el deseo del otro, me quedo con la
demanda para que pueda ser mi testigo. Quien ocupa el lugar privilegiado es el padre que
se pone en posición de amo gozador.

Un amo manda, ordena y el sujeto es esclavo, obediente. El otro siempre está,


hasta en lo más privado porque está en el cuerpo. La cuestión es ir mostrando todo el
tiempo lo que hace a ese otro y el problema es que cada cosa que le muestre al otro
siempre será un poco menos porque el deseo no circula en la demanda. Se queda con las
palabras de no puedo y de ahí realizará un acto. El acto se piensa en términos de acting
out, ya que nunca va a salir de la duda al menos que se de ese acting out y casi sin decidir
hacer algo. Tal vez, luego de darle tantas vueltas, decida realizar algo pero ese acto
siempre quedará corto respecto a las expectativas, un acto que siempre será fallido,
imposible. Cada vez que da un paso eso también da un paso más allá, como un Tratarlo.

En el obsesivo el trabajo es algo muy eficaz; habitualmente las vacaciones


resultarán en algo desperdiciado. Se hace para el otro peor ese otro estará ocupado
haciendo con su propio gran otro.

Para Freud el punto es la economía libidinal en términos energéticos, pero en Lacan


en términos simbólicos del otro, que tiene las leyes del lenguaje. En la neurosis obsesiva,
en lugar de preguntase qué es lo que yo quiere se ciega con lo que otro demanda, con las
palabras.

Hay una suerte de deuda. El amo me dijo algo y yo le debo, se lo tengo que
devolver. Hay una persecución de la demanda, sobre responder a quién demanda.

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Neurosis fóbica

Veremos el paso de la angustia al síntoma, qué es la angustia, cómo se manifiesta y


qué le pasa para convertirse en síntoma. También veremos cómo este síntoma se elabora
míticamente pudiendo abrirse en neurosis obsesiva, histérica o fóbica (las tres desde el
modelo estructuralista de Lacan). Todo esto desencadenado por el complejo de castración,
el NP y el falo.

El esquema de la fobia parte de la angustia. A diferencia de la neurosis obsesiva o


histérica le llama estructura de viraje, esto es, aquella que se arma antes de las otras dos
y las permite, es la que se arma durante el complejo de castración, el cual puede
desarrollarse como síntoma fóbico y después puede armarse una neurosis fóbica o
histérica, o puede volver al estado anterior de la angustia.

La angustia es en torno a quedar solo, quedar ante, quedar frente al deseo del gran
otro, quedar ante la pregunta que adopta distintas formas de qué soy para el otro, qué
sentido tengo en él, él otro me quiere, etc. No se sabe qué es uno para el otro, podemos
ver que está ahí, que me sostiene, ampara, etc., pero de repente deja de ser así. Se ve
conmovido su propio lugar en el mundo.

Esto está descrito cuando Juanito se queda solo frente al deseo de su madre,
cuando iba a nacer su hermana. Al mismo tiempo se despierta su quehacer genital, fálico,
su juego de placer genital infantil auto-erótico. Cuando comienzan esos juegos también se
angustia y también se angustia respecto de la madre porque a la larga, en función de lo
que va escuchando el padre de Juanito, él siente que su pequeño órgano es poco y nada
para satisfacer a su madre; cuando incluye la satisfacción sexual en su vida ya no puede
satisfacer del todo a la madre. Él puede sentir que completa a la madre en tanto y en
cuanto no incluya lo sexual. Cuando capta que hay la satisfacción sexual capta que no
puede volver a ser su falo como lo venía siendo. Hablamos de una primer separación
respecto de la madre por el despertar de su quehacer sexual y poder captar la distancia,
captar que ya no se es lo que era: esto lo lleva a una primera angustia, una angustia
primordial.

Si no llegamos a la fobia y nos quedamos en este momento de angustia, estamos


en una clínica del pánico. Hay una serie de síntomas de pánico como manifestaciones
fenomenológicas de la angustia que todavía no hace síntoma neurótico con un significante
que venga a calmarlo; esto puede ir para lo obsesivo o histérico dependiendo cómo se

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resuelve. Si los síntomas panicosos no tienen sentido (por ejemplo antes de declararse a
una chica) y persisten estamos en este momento; lo que Freud llamó neurosis actuales,
donde sus síntomas no están ligados a nada, no tienen representación.

Si uno está en ese estado panicoso sin sentido y se empiezan a generar


asociaciones, entrando en un trabajo trasferencial, se puede empezar a construir qué hace
acá, pudiendo captar que aquello que le pasa en el cuerpo no son manifestaciones
fisiológicas sino que hay un estado de angustia. Se empieza a cruzar la puerta del síntoma,
comenzando a producirse síntomas fóbicos y las elaboraciones míticas, esto es, todas las
asociaciones que uno puede hacer respecto a por qué le pasa lo que le pasa, y ahí la
angustia disminuye y queda localizada en miedo o en fobias, referidas un objeto y de ahí
puede elaborar de manera histérica y obsesiva.

Recordemos que esto es concomitante al complejo de castración. La madre,


mediante prohibiciones, comienza a introducir el complejo de castración. Cuando Juanito
está angustiado y de golpe, en determinado momento, de forma azarosa, capta que todas
las amenazas eran ciertas y puede perder su órgano sexual. Todo esto depende del
trabajo psíquico que haga previo, de todo lo que puede perder, de la forma en que ponga
en juego la falta, el aceptar el no, el dejar, etc. Todas esas cosas, en determinado
momento, hace que pueda captar que esa amenaza de castración, en un movimiento
retroactivo, es real, que puede perder el falo. Se instala el complejo de castración a través
de las elaboraciones míticas.

Mientras tanto cuenta con los síntomas fóbicos para ir elaborando la angustia. Hay
un miedo irracional hacia algo que comporta una conducta evitativa. Pero en esto hay una
función en el síntoma fóbico, el cual transforma toda esa primera angustia en miedo, y todo
aquello deslocalizado que invadía el cuerpo puede estar localizada en un objeto el cual se
puede evitar. El beneficio secundario del síntoma es todo lo que uno obtiene como
beneficio gracias al síntoma; hay una ganancia en el síntoma que sobreviene a través de la
modificación del medio. Es aquello que sostiene lo que todavía no opera de la ley, está
justo en el lugar que separa al niño de la madre.

Ese día se encontró a un caballo y desarrolló una fobia; de ahí entran todas las
elaboraciones míticas, esto es, la justificación de por qué se le tiene miedo (porque
muerden, porque tienen patas grandes, etc.).

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En el síntoma fóbico encontramos que la operación paterna no terminó de operar,
hay algo en relación a la madre del orden incestuoso, gozoso, no se abandona la idea de
ser el falo de la madre y el padre no parece mucho. Esto demuestra la función simbólica
del padre, esto es, qué hace de mi papá mi papá, hay una justificación simbólica. Se
deduce también que el falo tiene un elemento simbólico. Esto dará lugar al desarrollo
lacaniano de la Metáfora Paterna como una instancia simbólica que separa de la madre, es
lógicamente necesaria la separación con del DM que le permita no angustiarse y sentir que
si él se separa puede hacer por fuera de la madre, aquello que le permita armar algo desde
el no ser todo para la madre. La operatoria simbólica del padre es lo que permite elaborar
el síntoma, el gozar en otro lado. De la neurosis fóbica se puede pasar a una neurosis
obsesiva o histérica.

La sustitución de un significante por otro es la metáfora. Desde Freud podemos


decir que la fobia hace las veces de una metáfora.

Lacan en el seminario 4 dirá que la fobia aparece como síntoma de la angustia


porque todavía no está atravesada la metáfora, por eso surge. En el seminario 10, clase
12, apartado 2 dice de la angustia que su función esencial es ser el resto del sujeto, resto
como real. Freud dirá que la castración es la caída de la idea de que todos los seres
humanos tienen falo y aparece la angustia de castración, respecto a lo que no hay. Lacan
dirá que no se trata de lo que no hay sino de lo que hay. Hay un objeto que no se puede
significar.

En Juanito el punto de inicio de la fobia son sus erecciones, el falo, ese es el objeto.
Hay algo del orden de lo real: tiene una erección y no sabe qué hacer con eso. Empieza a
haber algo del orden del goce sexual para lo cual no alcanzan los significantes.

El padre real no podía introducir un elemento simbólico. Para que haya metáfora
paterna tiene que haber sustitución. La madre tiene una lógica, una forma de presentar el
goce y el punto del padre es introducir algo, que se sustituya. En la fobia se acota el goce y
lo localiza, hay algo que no se puede; pero todavía no hay algo que se ha introducido, más
bien, hay un no se puede pero todavía no hay un se puede pero de esta manera. El punto
de la metáfora es la sustitución. El elemento simbólico todavía no sucede, ahí está el
síntoma fóbico.

El síntoma en la fobia tiene una función de suplir lo que no está funcionando en


relación al significante NP. Permite cierta articulación de la metáfora.

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Neuropsicosis de Defensa (1894)- Nuevas puntualizaciones (1896)-
Freud

Es un tema muy importante tanto para la cátedra como para el psicoanálisis.


Tomaremos el caso Emma donde explica algo de estos dos pasajes entre un texto y otro;
también veremos la hipótesis auxiliar, donde todo lo que viene después del psicoanálisis
no se puede entender, es de alguna manera el anticipo del concepto de pulsión. Son dos
textos que tiene para explicar el mecanismo de la neurosis, cómo funciona, qué hace.

La duda es el mecanismo principal del obsesivo y de la histeria es la conversión


(como lo psíquico pasa al cuerpo).

Freud trabajará la neurosis en relación a una defensa en este texto. Trabaja dos
estructuras en tanto neurosis y psicosis y dentro de la neurosis trabajará: histeria, obsesión
y fobia.

Hay cierto mecanismo que funciona hasta cierto punto igual en las tres neurosis,
llegado a un punto se divide. Hay un mecanismo común a las tres neurosis y otro
mecanismo para la psicosis.

En estudio sobre la histeria habla de que se establece una escisión de grupos


psíquicos separados, aquello fue un antecedente de lo que luego será lo inconsciente. A
priori no habría nexos asociativos entre un grupo y otro. La noción freudiana de lo
inconsciente es lo que no conocemos pero se puede vincular a través de palabras.

Esta escisión no es voluntaria. En algún momento de la vida del paciente aparece


un evento insoportable para el Yo y trata de olvidar ese evento que le resulta penoso. Hay
una representación, una vivencia que sobreviene como inconciliable. El aparato psíquico
va a intentar defenderse de esa representación inconciliable puesto que causa displacer.
Ahuyentar de por sí no es un acto patológico, el tema es que ese olvido no se logra del
todo y provoca defensas patológicas.

La defensa en sí no es lo que produce el síntoma, más bien hay una fase siguiente.
Si se olvida o reprime algo, está reprimido y no es patológico. El síntoma, lo patológico es
el retorno de eso reprimido. La tarea que tiene el Yo de tratar como no acontecido, de
olvidar es algo imposible, puesto que una vez que esa representación entró en el mundo
de las huellas mnémicas es imborrable. La tarea del Yo defensor se impone de tratar como

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no acontecida la representación inconciliable equivale a una solución aproximada puesto
que la representación que siempre es con afecta es inextirpable.

La solución que la Neuropsicosis propone es extirpar, dividir el monto de afecto de la


representación. Como no se produce el olvido, la solución es extirpar, dividir el monto de
afecto de la representación: es una manera de que esa representación quede en uno de
estos grupos separados. Arrancarle el monto de afecto es una solución aproximada puesto
que esa representación dejará de imponer esfuerzo asociativo.

Hay una representación cargada de afecto que produce malestar, la cual no se


puede olvidar de manera consciente. La defensa sería extirpar el monto de afecto (placer-
displacer), dividir para que la representación vaya por un lado y el monto de afecto se
desplace a otro lugar. Ese monto de afecto es esa energía queda dando vueltas en el
aparato psíquico. Este afecto que queda libre, lo que se hace con él nos darán los
mecanismos de la obsesión, histeria y fobia; la modalidad de empleo que tenga ese monto
de afecto dará la modalidad de estructura.

Esta extirpación es la primera defensa que realiza el aparato psíquico. Hasta acá
son iguales la histeria, la obsesión y la fobia. A partir de acá se separan, esto es, el monto
de afecto va a parar a otro lugar.

En la histeria el monto de afecto irá a parar al cuerpo. Freud buscaba dirigir esa
energía a la representación que la originó, hay conexiones de palabras que dan cuenta de
ello. A esto se le llama conversión y no es azarosa, puede ser total o parcial y guarda cierta
relación con algo de la representación reprimida. Hay un nexo más o menos laxo con la
vivencia traumática.

En la obsesión el monto de afecto queda dentro del ámbito psíquico y se irá


adhiriendo a otras representaciones que en sí no son inconciliables pero pueden ser muy
diversas (disparatadas), en virtud de ese enlace falso devienen las representaciones
obsesivas. A través de esa representación que no dice nada se puede vincular a una
cadena significativa que se acerque a aquella representación inconciliable de la que se
deviene. El afecto le aparece como trasportado, dislocado; ese monto de afecto no es
digno de la representación que trae el paciente.

En la psicosis hay una tarea más enérgica, difícil. Trata a la representación junto
con el monto de afecto como si no hubiese existido, como si no hubiesen acontecido. El Yo
desestima la representación insoportable junto con su afecto y se comporta como si nunca

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hubiese existido. Es la más exitosa porque no puede haber retorno de lo reprimido, ya que
no hay lo reprimido. El Yo se refugia en la psicosis y se deshace total o parcialmente de la
realidad objetiva (en la neurosis también hay cierta pérdida de la realidad).

La hipótesis auxiliar es lo que sustenta a todo lo anterior. Se sustenta en el


supuesto de que hay una suma de excitación, una energía que sufre variaciones que
puede aumentar o disminuir (aunque no tengamos forma de medirla) que se difunde sobre
esas huellas mnémicas de las representaciones. El monto de afecto se puede mover, sufrir
variaciones, desplazar y aplicar a otras cosas. Esto anticipa el concepto de pulsión.

Caso Emma

Intenta demostrar algo de lo que venimos viendo. En nuevas puntualizaciones


aparece el concepto de pubertad, el efecto retardado o aprés cup como le llamará.

Llega una paciente que no puede ir a una tienda sola. Aparecen dos recuerdos: 1- A
los 12 años iba a comprar y hay dos tipos que se ríen y ella cree que es sobre ella, sobre
su vestido y había uno que le gustó sexualmente. 2- A los 8 años viene el otro: va a un
pastelero y recuerda que le pellizca los genitales a través del vestido; cuando vuelve a ir le
pasa lo mismo y recuerda que el pastelero se reía y ella se reprocha el haber ido por
segunda vez. Dirá entonces que entre los 8 y 12 pasó algo: la pubertad.

El primer recuerdo no le produjo displacer en su momento sino que se lo estaba


produciendo cuando ella lo relata, en su actualidad. Y entre un recuerdo y otro aparece la
sexualidad. La pubertad será en este caso, es que el primer recuerdo (de cuando tenía 8)
toma importancia recién cuando se asocia y se agrega el trauma por el paso de la
pubertad. Lo retardado o a posteriori y en el medio la pubertad es lo que permitió significar
el evento como traumático, no en el momento sino después. El s2 no tiene sentido de por
sí, necesita otro significante (s1) para significarlo.

Un primer síntoma (no poder ir a la tienda sola) no dice nada de por sí gracias a la
Neuropsicosis de defensa, es a través de la asociación de palabras ligadas puede
conectarse un evento con otro. La pubertad permite sancionar o resignificar ese
acontecimiento como traumático; además de que el síntoma siempre es en un proceso
analítico, esto es, no es sin la transferencia, sin el otro que sancione. Nunca hay recuerdos
de la infancia sino sobre la infancia.

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Duelo y Melancolía

La melancolía también implica una pérdida, pero el duelo es un afecto normal,


esperable. El duelo es una reacción frente a una pérdida, es decir, es un afecto, una
reacción normal. La pérdida puede ser de una persona amada o una abstracción como un
ideal, la libertad, etc.

En el duelo existe una desviación de la conducta pero eso no quiere decir que se lo
considere patológico porque hay una exigencia de la realidad y hay algo de esa exigencia
que es respetada, tenida en cuenta, en la melancolía, en cambio, no se tiene en cuenta la
realidad. En el duelo sigue habiendo cierta funcionalidad, y en un tiempo esto cesa y el
sujeto puede continuar con esto que venía haciendo. Es inoportuno e incluso dañino
interrumpir el proceso del duelo (como puede ser negarla, no tomarse el tiempo subjetivo
para elaborarla), ya que tiene que ir trabajando pieza por pieza ese proceso de pérdida, su
investidura libidinal. El mundo y la realidad le exige al sujeto pero éste no puede responder
de forma en como lo veía haciendo, ya que halla al mundo vacío y pobre, por tanto, no
puede cumplir con las exigencias de esa realidad.

Primeramente uno hace una elección de un objeto para amar, acompañada con una
investidura libidinal, se invierte una carga en ese objeto. De repente ocurre la pérdida por
motivo que sea: separación, fallecimiento, caída de un ideal, etc. La realidad muestra que
ese objeto no está más y esta realidad le exige que esa carga libidinal se sustraiga de ese
objeto, que se quite todo lo libidinal que hacía el enlace con ese objeto. Esa carga se
espera que esa carga libre se pueda poner en otro objeto. En una primera instancia la
carga libidinal se vuelve al Yo para luego poder investir a otros objetos. Una vez
atravesado el duelo, el Yo se vuelve libre y desinhibido para poder volver a investir a otros
objetos, poder hacer otras elecciones y con ello otras investiduras.

En la melancolía se comparten los síntomas con el duelo, como ser la tristeza, la


cancelación de relacionarse con el mundo exterior, disminución en la capacidad de amar,
inhibiciones en la productividad, etc. Eso es para los dos estados. La primera diferencia es
que en la melancolía hay una perturbación del sentimiento de sí. Otra diferencia es que el
sujeto no puede discernir bien qué es lo que se perdió, sí a quién o a qué pero no lo que se
perdió de él en ese objeto: hay algo de él que se fue con ese objeto. Hay una pérdida de
objeto sustraída de la consciencia, es algo enigmático, no se sabe. En la melancolía lo que
se vuelve pobre y vacío es el Yo. Hay una rebaja en el sentimiento yoico, un

40
empobrecimiento del yo. De aquí deviene lo característico del sujeto melancólico: se
denigra, autoreprocha, se considera como algo despreciable y espera total repulsión y
castigo sobre él; Freud habla de delirio de insignificancia, esto es: su pérdida no está en
relación con el juicio real de esa pérdida. Es un poco dañino darle la contra al sujeto puesto
que hay algo de certeza que tiene para armar esas ideas, en terapia se busca ir leyendo
qué quiere decir él con todo eso, con todo lo que implica para él. Junto con ello se habla
de un desfallecimiento de la pulsión de vida, aquello que nos permite estar vivos, por lo
que hay cierta tendencia al suicidio, se repulsa el alimento, bañarse, dormir y todo lo que
implique autoconservarse.

Se puede ver que hay algo de que en la melancolía hay una regresión a la fase oral,
en esto de querer devorarse al objeto, hay una identificación con el objeto, no hay una
separación.

Otra característica diferencial respecto al duelo, es que el melancólico no siente


vergüenza alguna del desnudamiento de su afección, de lo que siente sobre sí mismo, se
muestra con total franqueza, sin pudor.

En la melancolía surge una contradicción: por un lado está la pérdida del objeto pero
en sus declaraciones surge una pérdida del yo. En el duelo se habla sobre la pérdida del
objeto pero no del yo. Esas quejas de la persona se ajustan muy poco a esa persona sino
que se queja de otra persona que ama o que va a amar. En la escucha del melancólico la
queja es hacia otro que se ama en el presente, fue amado o se amará. Los autor reproches
son reproches hacia un objeto de amor, que desde este objeto de amor han rebotado
sobre el yo propio. Hay un mecanismo de proyección e introyección a la vez, algo que sale
pero vuelve a uno mismo. Son reproches hacia el objeto de amor que vuelven al yo. En la
melancolía hay una identificación del Yo con el objeto resignado, por tanto, la pérdida del
objeto es la pérdida del Yo. “La sombra del objeto cayó sobre el Yo”. Hubo una elección de
objeto de tipo narcisista, en realidad se eligió a él mismo no a otra cosa que está afuera.

La elección de objeto puede tener dos maneras: por apuntalamiento (madre nutricia
o padre protector) o de tipo narcisista, la primera se pone en el afuera (la madre o padre),
en la narcisista se coloca sobre él mismo. No se inviste objetos, no se pone la carga
libidinal afuera sino sobre él mismo.

Se presenta cierta ambivalencia en la melancolía: hay amor y odio a la vez. En esta


elección narcisista no solo elijo para amar sino que también cuando se pierde me odio y

41
me insulto como una suerte de satisfacción masoquista. Cuando hago elección de tipo no
narcisista puedo amar a ese objeto cuando está y odiarlo cuando se va pero no a mí
mismo como en la elección narcisista.

Cuadro de las estructuras

Neurosis Psicosis Perversión

Mundo Conflicto entre el Hay un rechazo de la Hay una renegación


externo Ello y el Yo, la realidad.
(realidad) realidad es acorde
al Yo. Hay huida
hacia la fantasía.

Los otros Hay lazos No posibilidad de lazo Hay lazo social pero
(vínculos) sociales, hay social, no se registra al renegado. El otro no es un
semejantes otro como un semejante. igual, sino que lo coloca
en una posición de objeto.

Cuerpo Atravesado por lo Es organismo. Está Se reniega la castración y


(Lacan) real, pero hay fragmentado, no se hay un predominio de lo
efecto de lo constituye el cuerpo imaginario. Se realza lo
imaginario y lo desde lo imaginario y lo anatómico, la cuestión de
simbólico. Están simbólico, es desde lo diferenciación de los
anudados los tres real. sexos. Se reniega la
registros. diferenciación anatómica.
No se considera en falta,
compensa con lo
imaginario, no le importa
si el otro es hombre o
mujer mientras al sujeto le
produzca placer, porque
es un objeto.

Mecanismo Represión. Hay la Forclusión. La metáfora Renegación. Se queda en


significación fálica paterna resulta fallida el segundo tiempo del

42
en el tercer tiempo (DM/X). Queda en el Complejo de Edipo.
del Complejo de primer tiempo del
Edipo. Complejo de Edipo.

Discurso Hay discurso, se No hay discurso pero hay Hay discurso pero más
producen lenguaje. Hay fenómenos subjetivo, no involucra al
formaciones del elementales. otro. No hay un rechazo
inconsciente. del otro, sino que se
acepta pero no lo deja
inscribirse en su
subjetividad. Hay el
pasaje al acto.

Pregunta ¿Qué me quiere?- Son preguntas sobre el Se pregunta por él y por el


¿Quién soy? En la delirio. ¿Soy? Al no estar otro. Primero ¿Qué soy?
histeria la la falta en ser. ¿Qué o ¿Soy el que desea o soy
pregunta es ¿qué quién? Desde otro el deseado? Ambas se lo
es ser hombre o inventado, como dios, pregunta en relación al
mujer‟ y en la otro absolutizado. objeto. El gran otro puede
obsesión será ser objeto, siendo él lo
¿estoy vivo o absoluto, poniéndose
estoy muerto? como gran otro; o también
puede ponerse en lugar
de objeto del gran otro.

Angustia y Hay presente, Hay la angustia real, No hay angustia ni culpa.


culpa pero es de primordial. La culpa está Hay la inmoralidad.
castración. Hay del lado del otro (del
culpa del lado del perseguidor)
sujeto.

Relación La relación Hay la relación No hay relación en el


sexual proporción sexual proporción sexual, sentido de que no hay

43
(Lacan) no existe, es porque falta la castración. diferenciación sexual
siempre fallida desde lo anatómico, le da
El psicótico, puede
debido a la igual cualquier objeto,
encontrar formas de
castración. cualquier agujero. Hay
significarse tomando
relación proporción sexual
“identificaciones
como en la psicosis pero
prestadas” que le
sin diferenciación sexual
permiten ser funcional
anatómica.
(tanto de hombre como
mujer: aquí se puede
relacionar con esto que
plantea Schereber de
mudarse en mujer)

Consumo problemático

Consumo hubo siempre, lo que cambia es la relación con las sustancias, esto es,
hay algunas reguladas a nivel social/religioso/histórico. Esto es, hay un marco simbólico
para muchas drogas. La diferencia es el uso que se hace por fuera de ese contexto. Esto
nos lleva a pensar el uso que hace cada uno de una sustancia: ¿Qué uso hace?

Porque ya pasa de ser un uso regulado por el Nombre del Padre, un uso simbólico
para determinado fin, sino que ya hace de ese objeto un objeto de consumo, y qué lugar
ocupa para cada uno es lo que nos preguntamos para ver por dónde va la cuestión.

El sistema prepara los objetos para que sean consumidos y todos podemos calmar
la angustia a través de los objetos provistos por el mercado. Son objetos con los cuales
gozo, con los cuales me satisfago, una satisfacción que va más allá del principio de placer,
y cuando algo va más allá del principio de placer se hace una y otra vez a pesar de que en
algún momento no me guste y empiezo a encontrar placer en el displacer, satisfacción en
la insatisfacción, el bien en el mal. A ese lugar viene el objeto de consumo.

Todos gozamos, el cuerpo como cuerpo vivo goza, el punto es cómo y con qué:
sexo, estudio, etc., o consumo autoerótico. El consumo implica un goce autoerótico. Es el
sujeto con su apetito gozando solo sin que le importe algo más. Las características de la
sustancia es distinta y hay que tenerlo en cuenta, pero el efecto o el uso que hace ese

44
sujeto también es distinta: es distinto el efecto que hace la sustancia en cada uno y es
distinto el uso que hace cada quien de la sustancia. Al punto al que hay que ir es al uso
que hace cada uno de esa sustancia.

Ese goce puede venir a sosegar, a sustituir, a calmar un goce más desorganizado,
que genere un malestar mayor. Es encontrar un modo de goce menos sufriente que el
goce desorganizado, que comporta un fenómeno elemental.

Cuando el consumo es sintomático, es decir, en el campo de la neurosis, puede


estar atravesado por una pregunta, un cuestionamiento de por qué se hace. Esto
rápidamente permite captar que el objeto viene en lugar de algo.

La significación fálica se relaciona con el consumo. El falo simbólico es un


organizador del psiquismo que se constituye en el complejo de castración. Es algo que
podemos tener o perder como neuróticos, tiene varias funciones que son importantes
entenderlas para pensar qué hace cada uno con su goce.

La significación del falo (año 58-Lacan). Tiene función de nudo en la estructuración


dinámica de los síntomas, esto es, la posibilidad de hacer entrar los síntomas de cada uno
en las formaciones del inconsciente para que sean analizables, esto es, el síntoma nos
permite remitirnos a formaciones del inconsciente a través de las cadenas asociativas. El
consumo pasa, en las estructuras neuróticas, a las formaciones del inconsciente gracias a
la significación fálica. Para llegar esta instancia de hacer del consumo un síntoma se debe
problematizar, ser displacentero para el propio sujeto. Esto se llama consciencia de
enfermedad respecto al consumo para poderlo transformar en síntoma, esto es, se puede
constatar que el consumo es un síntoma porque remite a formaciones del inconsciente.

También sirve para la instalación en el sujeto de una posición inconsciente sin la


cual no puede identificarse con el tipo ideal de su sexo: cómo se es hombre, cómo se es
mujer, cómo me tengo que relacionarme y dirigirme como hombre o mujer al otro sexo. No
por casualidad el consumo se observa tanto en relación a muleta o lubricante para
acercarse o hacer con el otro sexo: tomo para encarar a una chica.

El tipo ideal de sexo falla pero la significación fálica es lo que permite eso, falla
porque es un ideal: aquello que busco, el ideal del sexo opuesto que me atrae y cómo
tengo que ser yo. El consumo viene a esos lugares donde la significación fálica está un
poco fallada demás, esto es, no alcanza para relacionarse con el otro sexo y hacer
solamente los síntomas advenidos de nuestros desencuentros amorosos. Los síntomas

45
suman el consumo para poder estar con el otro o para procurare un goce que no involucre
al otro. En lugar de tramitar los conflictos simbólicamente, no se tramitan y van por el goce.
Hay una resolución fallida del complejo de Edipo que sin embargo se puede armar y poner
en trabajo en análisis.

El complejo de castración se pone en juego cunado uno ama, hay una falta ante el
otro, se está desnudo. Hay un subyugarse ante el otro. Si uno ama está castrado. En el
consumo, si se ama, la libido deja de estar en la substancia y se vuelca hacia el otro; hay
unas pautas simbólicas que ordenan lo que estaba desordenado en el consumo.

En algunos grupos o comunidades se procura que el goce de la substancia sea


tratado simbólicamente desde las leyes, el idea para sustituir por lo ideal y que la vida
quede regida por lo simbólico y la el ideal e identificación. Se sustituye por el ideal y la
identificación pero no hay necesariamente algo del inconsciente en juego ni nada del orden
del amor. Hay un modo de regulación de la vida.

El complejo de castración también permite responder a las posibilidades de


responder a las necesidades de carácter sexual, o sea, a responder a las funciones
maternas y paternas. Es decir, para poder ejercer como (función) padre o madre hay que
contar con la significación fálica. La falla en la significación fálica afecta el rol paterno y
materno, el lugar donde se coloca al niño, la forma de dar amor, cariño y afecto. El
consumo ayuda a que eso no se note, que no se registre esa falla en el complejo de
castración, esto es, evitar la angustia y la falta.

En un sujeto psicótico donde no hay significación fálica y no cuenta con el


inconsciente para tramitar el consumo desde lo sintomático. Hay que analizar qué
estabiliza, para qué usa esa sustancia si no está la significación fálica: si se quita puede
sobrevenir la abulia, depresión, delirios, etc. No hay una relación tan evidente con lo que
ayuda a estar con el otro sexo. No se puede sacar tan rápidamente el consumo porque se
puede desencadenar los síntomas psicóticos.

Un narcótico tiene un efecto en relación a la consciencia, esto es, que se pueda


establecer un vínculo con la realidad. Freud habla en el malestar en la cultura de
narcóticos, como respuestas para hacer algo con la realidad, son formas de tolerar la
realidad; desde Lacan podemos verlo en relación a la falta. Comienza, entonces, el
narcótico a configurarse en la relación que tiene el sujeto con la realidad.

46
La realidad de la que Freud hablaba ha tenido muchos cambios, una forma distinta
de manifestarse en la actualidad: hay un discurso capitalista. El consumo ya no se trata
solamente de narcóticos. Hay otro que empuja a consumir desde el discurso.

Las características de este empuje discursivo es que es para todos, esto es, no hay
singularidad. La ciencia lo que propone en su método es que cualquiera que siga el
método pueda acceder al mismo resultado del contacto con el objeto: todos podemos
obtener la misma verdad del objeto. Hay un esquema de universalización que borra la
singularidad. No interesa demasiado mi modo singular de goce sino que cualquiera puede
acceder a ese goce. Ahora el goce es singular, esto es, no sabemos lo que un viaje puede
causar en un sujeto, o un celular; esa relación no es universal. El punto es la globalización:
en economía, tecnología, moda, etc.

Comienza a haber una normalización, esto es, una sola forma como propuesta
normativa. El empuje es al consumo de una forma para todos la misma. La figura que está
en entredicho es un nombre del padre que funcione como amo, lo que permite que haya un
tránsito del Edipo. Entonces, sabiendo que hay algo que no puedo hay muchas cosas que
sí, pero cuando el discurso dice que todo lo podés, cuando aparece la castración es un
drama. Lo que busca borrar el discurso capitalista es la falta.

La cuestión está en la relación del Amo: antes había un Amo que prohibía, siempre
había el No, la castración. Lo que le posibilita a un sujeto estar en el mundo y saber hacer
con la falta es que haya habido la castración. Históricamente siempre ha habido un Amo,
pero el cambio paradigmático es que hoy el Amo no limita, hay un todo saber, Todo se
puede. Ese es el empuje del discurso capitalista. Lo que permite que algo no se pueda es
saber hacer con la falta, lo que produce deseo, movimiento. Este discurso rompe con el
otro, con el lazo social: porque al consumirlo todo, está todo completo, autosuficiente,
autoerótico, hay una vuelta a ese momento edípico de mónada. Esto hace perder la
dimensión de la realidad en Freud y el Otro en Lacan. Hay el mismo goce para todos,
todos van a alcanzar lo mismo; pero esto es una irrealidad.

TOXICOMANÍA

La tesis freudiana sobre la adicción (Fabián Naparstek)

En la “Carta 79” Freud plantea: “Se me ha abierto la intelección de que la


masturbación es el único gran hábito que cabe designar „adicción primordial‟ y las otras
adicciones solo cobran vida como sustitutos y relevos de aquella” (alcoholismo,

47
morfinismo, tabaquismo, etc.). La tesis más fuerte en Freud es entonces que hay una
sustitución de la masturbación por esas adicciones segundas.

¿A qué se refiere Freud con esta masturbación como adicción primordial? Lo


primero que indica es que esa adicción está en íntima relación con el AUTOEROTISMO.

En “Fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad” Freud plantea que: “el


acto masturbador se dividía por entonces en dos partes: la evocación de la fantasía, y,
llegada ésta a su punto culminante, los manejos activos conducentes a la satisfacción
sexual. Esta composición es más bien una soldadura. En un principio la acción presentaba
un carácter puramente autoerótico; más tarde esta acción se fusionó con una
representación optativa”. Por lo tanto, lo que encontrábamos en algún tiempo eran solo los
movimientos activos mecánicos, a lo cual él llama “puro autoerotismo”, y que sería un
tocamiento sin ninguna connotación significante, momento previo a que el significante
mueva el órgano; en un segundo momento, a eso se le fusiona o se le agrega la fantasía.
Esta fusión tiene que ver con un momento que podemos llamar “cero” respecto de un
momento “uno”, un momento que se deduce a partir de la fusión:

Tiempo 0 Tiempo 1

Puro Onanismo como


autoerotismo soldadura

Posteriormente Freud plantea que para que haya SÍNTOMA hacen falta tres
condiciones necesarias:

 Primero hay que dejar de masturbarse: no hay masturbación y síntoma a la


vez; sigue la lógica de la teoría energética.

 En segundo lugar hace falta que esa energía no sea derivada de otra manera o
sustituida por otra cosa, es decir que no haya una satisfacción sustitutiva
(sublimación).

 En tercer lugar, hace falta que la fantasía pase a ser inconsciente.

Tiempo 0 Tiempo 1 Ti
empo 2

48
Puro autoerotismo Onanismo como soldadura Síntoma

Entonces la tesis de Freud se puede entender ubicando la adicción en el lugar de


sustitución de un puro autoerotismo sin sentido alguno, sin que esté aún articulado a la
fantasía o a la palabra. Por otro lado, no parece seguir el camino del síntoma, ya que
hemos destacado que masturbación y síntoma son respuestas estructuralmente diferentes.
Más bien, Freud plantea una ecuación directa entre adicción y autoerotismo.

La tesis lacaniana sobre la droga (Fabián Naparstek)

La tesis fuerte de Lacan sobre la droga es: “La droga es lo que permite romper el
casamiento del cuerpo con el „pequeño pipí‟”.

Para poder comprender, es necesario partir de varios puntos. En primer lugar


puntuar qué significa la “inscripción del falo”. Según Lacan, “el falo es la conjunción de ese
parásito, el pequeño cabo de cola en cuestión, con la función de la palabra”. Se trata de
que el pene responda al significante, eso es lo que comúnmente llamamos “falo”. Para que
el falo esté inscripto no alcanza con que alguien tenga pene, hace falta además que ese
órgano responda en cierta manera a la palabra. Entonces, la inscripción del falo coincide,
con esa relación entre un órgano y la palabra. Esto es lo que Lacan después llamó “hacer
de un órgano un instrumento”. Esto responde a que el órgano pueda ser utilizado como
herramienta, en este caso podría ser relacionarse con el otro sexo.

Hay un “error común” en confundir lo real del órgano con su articulación al


significante en tanto instrumento”. Para diferenciar claramente órgano e instrumento, pene
y falo, podemos escribirlo de la siguiente manera dentro del cuadro:

Tiempo 0 Tiempo 1 Tiemp


o2

Puro Onanismo como Síntom


autoerotismo soldadura a

Pene, órgano Inscripción del falo,


instrumento

49
Otro rasgo que permite identificar al falo es la posibilidad del órgano (pene) de
tumescencia y detumescencia, es decir que posea capacidad de erección. Entonces si en
lo real hay un órgano que tiene esa alternancia real, eso encaja muy bien imaginariamente
con la alternancia simbólica de la presencia y ausencia, característica esencial del falo.
Lacan señala que el falo es más importante por su ausencia que por su presencia; ya que
a partir de esa ausencia se instala el complejo de castración. Consecuentemente, y a partir
del Edipo, esa alternancia del órgano es leída como falo-no falo o como presencia-
ausencia.

Lo que para Freud es el puro autoerotismo, Lacan lo llama “Goce Real”, que no se
encuentra anudada al falo, es una satisfacción fuera de la regulación fálica. El autor
considera que esta sería la verdadera toxicomanía, donde efectivamente, la droga permite
romper con el falo y se pierde toda medida. El exceso propio de la toxicomanía muestra
muy bien ese fuera de regulación fálica; si hay una función que tiene el falo es poner
medida a las cosas. La sobredosis habría que pensarla como fuera de la medida fálica.

De este modo, se pueden considerar diferentes usos de la droga:

 Hay un uso de la droga que permite mantener una


satisfacción onanista estancada, conservando el
casamiento con el órgano.

 Hay otro uso que permite tomar coraje y enfrentar al


Otro sexo y poner en función el falo. En este caso
parece más bien una muleta para el falo.

 Por último, aquello que puede empezar en un intento


de mantenerse casado con el falo, o en un intento de
ponerlo en función, finalmente se desamarra, se
suelta del falo y provoca la manía por el tóxico.

Tiempo 0 Tiempo 1 Tiempo 2

Puro autoerotismo Onanismo como Síntoma


soldadura

50
Pene real. La pulsión más Inscripción del falo Puesta en función
elemental del falo

Goce real Goce fálico: Goce fálico:


estancado desplazamiento

Los goces y la toxicomanía (Fabián Naparstek)

En esta sección el autor se propone especificar qué tipo de satisfacción se


encuentra en la toxicomanía y el alcoholismo, ya que constituye un dato clínico el hecho de
que se obtiene algún tipo de satisfacción en el consumo. También presenta el concepto de
goce y sus diferentes implicancias.

Si bien lo que Lacan llama “goce” no figura en tanto tal como un concepto en Freud,
es de él de quien extrae esa idea y la hace un concepto central de su enseñanza. Freud
sostiene, rompiendo con la idea del hedonismo, que hay muchas cosas que nos dan
satisfacción y que no implican ningún bien para el individuo. A partir de esto Lacan se
pregunta qué es el goce, respondiendo que “se reduce aquí a no ser más que una
instancia negativa”. El goce es lo que no sirve para nada, se trataría de un plus de
satisfacción que no sirve para nada. Lo que Lacan llama goce no es más que la pulsión de
muerte freudiana.

Otra noción de goce proviene del discurso jurídico y es la de Usufructo, lo cual


implica el disfrute de la cosa en tanto se transforma en un objeto de apropiación. Uno
puede gozar como quiere, jurídicamente hablando, de aquello que posee; por supuesto,
con ciertas restricciones, siempre y cuando no invada el campo de los otros. Entonces se
plantea la cuestión de qué es lo primero de lo cual uno puede hacer usufructo. Freud pone
de manifiesto toda la gama del goce, incluso su cuerpo, es decir que hay una relación
estrecha entre el goce y el cuerpo. La idea de Lacan es que el lugar del goce es el cuerpo.
En este sentido, Lacan define el goce como la relación del ser parlante con su cuerpo.

En el recorrido de Lacan se plantean diferentes tipos de goce, entre ellos el goce


sexual y el goce a secas.

Al tratar de situar de qué satisfacción se trata en la toxicomanía y el alcoholismo, el


primer planteo de Miller es la idea de que hay cierto goce del toxicómano y del alcohólico
que no pasa por el Otro, que no pasa por el campo del Otro. En la toxicomanía no se pasa

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por el Otro sexo, que supone tener que pasar por el encuentro con el cuerpo del otro y que
implica la diferencia. A su vez, ese pasar por Otro supone poner en función al falo.

Finalmente, Miller agrega que “existe otro tipo de goce que no pasa por el cuerpo
del Otro sino por el propio y que se inscribe bajo la rúbrica del autoerotismo, digamos que
es un goce cínico, que rechaza al Otro, que rehúsa que el goce del cuerpo propio sea
metaforizado por el goce del cuerpo del Otro y que opera como un cortocircuito llevado a
cabo en el acto de masturbación, que precisamente asegura al sujeto su casamiento con el
pequeño pipí”. No pasa por el otro y tampoco por un otro semejante en el sentido de la
homosexualidad, se queda consigo mismo y asegura su casamiento con el pequeño pipí.
Así, vemos desprenderse la especificidad del goce toxicomaníaco, que en efecto no pasa
por el Otro, pero tampoco por el goce fálico. El goce de la toxicomanía rompe con lo fálico,
es la “huída” ante el hecho de plantearse problemas sexuales; es un goce que lleva a la
muerte literalmente, es el goce a secas.

Se puede hacer uso de la droga para:

 Insubordinarse al servicio sexual, lo cual es considerado como la verdadera


toxicomanía, cuando se suelta del Otro y de lo fálico y va a parar a un sin límites
maníaco.

 Para mantenerse estancado en el goce del onanismo como soldadura.

 Para tratar de acceder al otro sexo como una muleta, cuando el falo tiene sus
limitaciones y el sujeto no soporta estas e intenta levantarlo para acceder al otro
sexo.

Son diferentes usos, diferentes funciones de la droga que hay que tratar de situar en
cada caso clínico. En la clínica es necesario que hagamos un diagnóstico de lo que
ubicamos como la función que cumple esa droga para el sujeto. Esto es independiente de
neurosis, psicosis o perversión, aunque se va a articular de modos diferentes en cada
estructura. Hay que poder articular estas dos cuestiones: estructura y función de la droga.

La tesis lacaniana de la ruptura retoma la idea freudiana de la masturbación como


adicción primordial y la especifica con su concepción de goce. Precisamente, con la
aclaración de Miller en términos de un goce que prescinde del Otro y de lo fálico. Esto
muestra una satisfacción que no sirve para nada, que el sujeto no puede soltar y que lo
lleva a la muerte. La toxicomanía y el alcoholismo son dos modos patológicos que exhiben

52
esa característica del goce a secas de una manera terrible y con consecuencias funestas
para quien lo padece.

Casos Clínicos (Apuntes del Canal Asociación Libre)

Pequeño Hans (Juanito). Análisis de la fobia de un niño de cinco años- Freud-


Olga Pilnik.

La primera interrogación y cuestionamiento respecto a este historial es si


efectivamente ha sido un análisis, puesto que Juanito nunca ingresó al consultorio de
Freud. Sin embargo, si uno piensa que un análisis se produce predominantemente en
función de la transferencia podemos pensar que hubo mucha más transferencia que en
otros casos, puesto que los padres tenían una fuerte transferencia con Freud, por el lado
de la madre, ésta se analizaba con Freud y el papá de Juanito, que era teórico musical,
asistía sistemáticamente a reuniones de Freud de los Miércoles a la noche, donde se
incluía gente interesada en el psicoanálisis. En la época donde Freud estaba teorizando
sobre la sexualidad infantil, que luego aparecerá en el segundo de sus tres ensayos,
comienza a pedirle a sus conocidos y quienes asistían a esas reuniones, que si tenían
niños pequeños le acercaran material; así comienza la comunicación entre el padre de
Juanito y Freud. En medio de esas comunicaciones solicitadas por Freud es que irrumpe
primero la angustia y luego la fobia en Juanito y allí podemos pensar que se transformó en
un pedido de análisis.

Además, Juanito le llamaba “Herr profesor” (lo que se puede pensar como el nombre
de la transferencia), le decía al padre que le dijera tal cosa. Es decir, no era un diálogo de
a dos, sino que sabía que se dirigía a un tercero diferenciado. En última instancia, sabía
que todo lo que decía iba a ser destinado al profesor que sabría leer todo aquello que le
pasaba y podría quitarle “la tontería”. Hubo una transferencia muy importante en Juanito.

El hecho de que se haya documentado previo a la fobia, es muy enrriquedeor,


puesto que nos muestra cómo era la situación previa a la angustia y la posterior fobia, es
decir, previo a lo que podríamos llamare demanda.

Las primeras comunicaciones del padre tienen origen con las preguntas de Freud de
ese momento. Cada historial está en relación a las preguntas sobre las que él estaba
trabajando y en qué momento de la construcción teórica se produce. Es alrededor de 1905,
próximo a los Tres Ensayos y sobre todo a la sexualidad infantil auto-erótica. Entonces le

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interesaba todo lo referente a la curiosidad de Juanito respecto al hace-pipí, si los animales
tienen o no, si los objetos inanimados tienen o no. El punto crucial es cuando le pregunta a
la madre y ella le responde que sí, pero de otra manera. Es decir, no le dice que no tiene.

En una lectura posterior, más ligada al plano de la castración, de lo que tiene y no


tiene, lo fálico y lo castrado, la respuesta de la madre es un poco re-negatoria. Si la madre
hubiera dicho que no, sería como desenvestirse de cierto poder o prestigio que da la
portación del falo, que desde Lacan podemos pensarlo desde si se está en una posición
fálica, podríamos pensar una posición de cierta captura con respecto a Juanito y de allí la
angustia y luego la fobia que sería finalmente el síntoma a modo de corte, de salirse de
esa captura. Sin esa posición, podríamos pensar que no hubiera habido la necesidad del
síntoma fóbico. No es la respuesta en sí misma, sino que evidencia esa posición.

Además, los padres estaban en una posición de no reprimir a Juanito, darle la mayor
libertad, como dormir con ellos. Juanito no fue frustrado para nada nos dirá Lacan y
podemos pensar a la fobia como una salida a eso. En el seminario 4 dirá que eran “padres
de vanguardia”, ligados al psicoanálisis, a Freud y en eso de querer ofrecerle lo más
moderno al niño, no lo frustraron, no lo reprimían.

Estaba capturado, entonces, con la madre desde la no frustración de los deseos


incestuosos. Lacan, en el seminario 4, a ese juego previo de correspondencia imaginaria
entre Juanito y su mamá donde él es todo para ella y ella lo es todo para él, lo ubica en
todo lo pre-edípico. Lo edípico implica el ingreso de lo tercero.

Todo ésta correspondencia imaginaria venía muy bien hasta que comienza a haber
una grieta, un momento donde comienzan las problemáticas y las irrupciones de angustia.
Lacan dirá que hay dos cuestiones fundamentales que se deducen del historial y las
remarca en el seminario 4: la más fundamental es la aparición del pene real, es decir, el
comienzo de la masturbación infantil, lo que Freud llamará aumento de la pulsión. El
problema es que Freud cree que ese aumento de la pulsión es incestuoso, es decir, que
quiere estar con la madre. Sin embargo, si ya venía estando con la madre, ¿por qué se
angustia? No se notaría ahí cuál es la introducción de la diferencia. Si aumenta el deseo de
estar con la madre y la madre no le pone ningún obstáculo no se explica algo del quiebre
de esa unidad imaginaria.

54
Lacan, con es esto de la aparición del pene real y las primeras masturbaciones
ubica el primer quiebre puesto que estaría gozando sin el cuerpo de ella, esto es, lo
interpreta al revés de cómo lo interpreta Freud.

El otro quiebre es el nacimiento de su hermana Ana, que de alguna manera le viene


a señalar que él no es el único para la madre.

Esas dos cosas se dan más o menos simultáneamente en los tiempos cronológicos
y empiezan a marcar un quiebre con sus consecuentes irrupciones de angustia.

Cuando Juanito se angustia estando con la madre, aparece la primera teoría de la


angustia de Freud, que dirá que una vez que si hay un aumento de la Libido y ésta queda
insatisfecha, aumenta la angustia y no hay vuelta atrás. Luego, en Inhibición, Síntoma y
Angustia hará una relectura de este historial y del hombre de los lobos e invertirá esta
teoría.

Ahora bien, [Olga Pilnik] lo que Freud plantea como su primera teoría de la angustia
(como resultado de la represión) podemos pensarla como su segunda teoría, puesto que
su primera teoría (aunque no lo expresa así), la tendrá en Estudios Sobre la Histeria,
donde plantea que la angustia es previa a la represión; que será lo que él plantea como su
segunda teoría (que vendría siendo igual a su primera teoría). En Estudios sobre la
Histeria, cuando plantea la estructura del síntoma, dirá que está primero el trauma (que lo
hace equivalente a la angustia automática, al desarrollo de la angustia), luego hay un
momento intermedio donde opera la represión y aparece uns ignficante que nombra algo
de ese trauma y un tercer tiempo donde la angustia queda transofrmada en angustia señal
y no automática, conformando el síntoma. Entonces ya tenía planteado que primero es la
angustia y luego la represión.

Pero, en virtud de que el historial encaje con su desarrollo del Edipo invierte esta
teoría, habla de esta libido frustrada y queda como si fuera la primera teoría de la angustia,
sin embargo ya tenía una primera teoría mucho antes del historial de Juanito.

El Edipo que estaba construyendo Freud en esa época, le dificulta entender muchas
cosas del historial. Hay un sueño de Juanito, que marcaría el inicio de la angustia, donde
se queda sin mamá porque se había ido, quedándose sin nadie con quien hacer
cumplidos, mimos. Esto le genera mucha angustia, se despierta y se mete a la cama con
los padres y después cuenta el sueño. A Freud se le dificulta entender este sueño que
claramente expresa una separación con la madre, y si se hubiera hecho caso a sí mismo

55
tendría que haber interpretado este sueño como cumplimiento de deseo de perder a la
madre. Podemos pensar que va en contra de su teoría de los sueños como cumplimiento
de deseo.

Hubo algo del modo en que estaba teorizando su Edipo que no le permitió
interpretarlo, más, dirá que es un sueño de castigo, donde triunfó la represión y la defensa
por sobre el deseo de querer estar con la madre, forzando la interpretación concluye que
esas defensas castigan al niño por haber deseado aquello. Es forzosa esta interpretación
también del lado de plantear que las defensas se meten al sueño, siendo este la vía regia
al inconsciente y aquellas perteneciente al plano del Yo. Todos estos giros por el
impedimento de pensar que Juanito no quería estar con la madre.

Otro aspecto a tener en cuenta es que Freud no toma en consideración el campo del
deseo del Otro, es siempre desde la perspectiva de los deseos del sujeto. Tendremos que
esperar a Lacan para poder entender el caso también desde la demanda del otro hacia
Juanito. Esto es una diferencia sustancial. De hecho la primera definición del Inconsciente
de Lacan, previa a que está estructurado como un lenguaje, fue que el inconsciente es el
discurso del Otro. Esto es, introduce al Otro como performativa del inconsciente.

Entonces, se va estructurando la fobia de Juanito. Primero aparecen las irrupciones


de angustia. A esta altura del desarrollo freudiano libido y pulsión están tomadas como
sinónimas, entonces dirá que esa libido queda de alguna manera articulada o ligada a un
objeto particular, que lo llamará objeto fobígeno y que Lacan llamará significante fobígeno,
porque le dará más importancia a la palabra “caballo” que al objeto en sí.

El caballo, como objeto concreto, en esa época era algo con lo que tenía que lidiar
cotidianamente. Además, tiene que ser algo con cierta capacidad castratoria por todas las
fantasías que tenía respecto al caballo: va a entrar a su cuarto, se va a caer, lo va a
morder y toda una serie de atributos que el objeto puede ser portador de todas esas
fantasías de castración, a las que Lacan llamará fantasmas de castración y puntualmente
en el seminario 4 las llama mitos, que vendría siendo la dimensión imaginaria de la fobia.

Luego está la dimensión simbólica de la fobia que es centrarse en el significante


“pferd” que es como se dice caballo en alemán, puesto que trabajará Lacan también con
esas letras, que cifra algo del nombre de Freud. Hay un dato que no sale en el caso y es
que Freud le regala un caballo a Juantio cuando tenía 3 años, tiempo antes de que se
desarrollara la Fobia que fue cerca de los 4. Más allá, entonces, del objeto caballo, hay en

56
ese significante cifradas muchas cosas además de representar al padre castrador como
dirá Freud.

Hay una pregunta clave que no se hace Freud y es por qué el niño necesita
representarse esta operatoria de la castración en un objeto externo, en este caso el
caballo. Si algo hubiera funcionado un poco mejor respecto a esta terciaridad del Edipo
que venimos hablando, la operatoria del corte a cargo de las intervenciones paternas
hubiera sido suficientes sin meter al caballo, así como otros niños meten a otros animales
(aunque pueden ser otros objetos).

Hay toda una discusión respecto a si la fobia constituye otro tipo de neurosis
diferente o si es una fase preliminar, a modo de placa giratoria como lo llamará lacan. Hay
adultos que permanecen viviendo en esta “estructura” fóbica y nunca evolucionaron.

La operatoria de la fobia y el significante que porta es el operador del corte, es como


si funcionara a modo de función paterna. El síntoma es uno de los nombres del padre, es
decir, está cifrado en alguna de esas letras algo que tiene la capacidad de barrar a la
madre. Si el corte se hubiera producido en la dialéctica familiar de Juanito, no hubiera sido
necesario armar dicho síntoma.

La resolución de la fobia podríamos pensarla en tres vías, desde los tres registros.
Lo real hace mención a lo pulsional, lo que Freud llama aumento de la pulsión y lo que
Lacan llama aparición del pene real junto con la aparición de las masturbaciones y la
dimensión erótica. La dimensión simbólica es lo que hemos mencionado respecto a lo
cifrado en el significante. La dimensión imaginaria está dada por toda la cantidad de
fantasmas, mitos respecto a todo lo que el caballo podría hacer como entrar a su cuarto,
quedar tirado en el piso, patalear, morderlo, etc. El fantasma, dentro de la estructura del
sujeto, es algo que cambia, que evoluciona, fundamentalmente en la pubertad. Es decir, no
puede tener las mismas fantasías un niño de 4 años que un adulto de 40, por tanto el
fantasma es algo que evoluciona. La estructura del lenguaje y el inconsciente no es algo
que evoluciona, pero el fantasma sí.

En el seminario 4 Lacan se dedica a estudiar la evolución de sos fantasmas


castratorios hasta llegar hasta el famoso fontanero que arregla algo, que saca algo y pone
otra cosa. La versión optimista que propone Freud es que el fontanero colocó lo que tenía
que colocar (no está dicho por Juanito pero Freud dirá que el fontanero le desatornilla y le
coloca un hace-pipí más grande) para que Juanito deje de ser el falo de la madre y pase a

57
forjar su propio falo y salga al mundo exogámico; lo que sería el cuentito con el final feliz.
Sin embargo, Lacan no es tan optimista cuando aparece este fantasma del fontanero,
puesto que dice que arregló cosas que tienen que ver con el trasero pero no con el falo.
Por tanto, Lacan no está muy seguro de la salida de Juanito respecto a su sexualidad
aunque sí sale de la fobia.

De alguna manera, el salir del campo materno, en esa instancia tercera, le permite ir
más allá del campo familia; pudo “dejar la tontería”.

El hombre de las Ratas- Freud- Jorge Reitter

Sabemos que el Hombre las ratas se llamaba Ernts Lanzer, y ahí hay algo que nos
interesa, puesto que Ernts tiene mucha homofonía con “ratte” (rata). Es un hombre de 29
años, Freud escribe el historial una vez terminado el historial y lo presenta en el primer
congreso psicoanalítico, donde comienza a hablar del hombre de las ratas a las 8 de la
mañana y lo escucharon hasta las 11 y los discípulos le pidieron que siguiera y estuvo
hasta las 13.

Antes de entrar al detalle del historial, hay algo respecto a la estructura del libro.
Freud le da al lector todos los elementos que hacen a su pensamiento, nos pone las cartas
sobre la mesa y eso nos permite ir siguiendo su interpretación pero también da la
posibilidad de que haya otras.

Hay una parte clínica y otra teórica (neurosis obsesiva). Abordaremos la parte
clínica.

Divide primero la introducción del tratamiento, cómo llega él al tratamiento. Luego


viene la Sexualidad Infantil, hay un relato de todos los síntomas y temores que trae el
paciente. Luego viene el gran temor obsesivo. Después viene la Introducción en el
entendimiento de la cura, donde comienza a hacer una inversión del sentido común,
mostrando como el revés de la trama. Luego vienen algunas representaciones obsesivas y
su traducción, donde nos muestra pequeños síntomas y rituales sin-sentido aparente el
poder traducirlo en la trama del paciente. Luego hablará del ocasionamiento de la
enfermedad, en qué contexto se produce esta obsesión. Y por último el complejo paterno y
la solución de la ideas de las ratas.

La introducción del tratamiento

58
En la introducción hace una primera salvedad de la dificultad de publicar un caso
clínico. Dirá que los secretos más íntimos no son problemáticos de contarlos puestos que
no es algo que la gente conozca, y las pequeñas cosas de la vida cotidiana que habría que
evitar para no hacerla identificable. Dirá que no ha logrado penetrar acabadamente la
neurosis obsesiva.

Lo primero que nos cuenta es que el hombre de las ratas comienza contando de un
amigo al que acude ante el tormento que siente por sus ideas, que giraban alrededor de
que había hecho algo malo, que era un criminal y este amigo le daba una cierta
tranquilidad pasajera de que él era un buen hombre. Le dará mucha importancia a este
hombre justamente porque planteará que la neurosis obsesiva está entre el amor a un
hombre que es el padre y el amor a una mujer que es la madre. Y él arranca con este
hombre que es tan importante en su vida.

Sexualidad infantil

Su vida sexual de adulto era muy pobre a diferencia de su infancia que estuvo llena
de episodios muy erótico, sobre todo con las conductas de las niñeras. Hay un primer
relato que marca un antes y un después donde había una señorita que estaba en un sofá,
bastante ligera de ropa y él le pide, a la edad de 4 años, si se podía meter por debajo del
vestido y ella le dijo que sí pero que no dijera nada. Dirá que ahí surge lo que llama la
“ardiente urgencia de ver mujeres desnudas”, son palabras que muestran que ya está en el
campo sexual, pero no era con cualquier mujer sino con las que les gustaba. Y en su casa
había muchas mujeres, también lo invitaban a que se bañara con ellas, etc.

Pero empieza a aparecer un sentimiento siniestro de que algo malo iba a suceder si
seguía teniendo esos deseos y tenía que hacer cualquier cosa para que ello no sucediera.
Al mismo tiempo aparecen sus primeras erecciones, donde comenzaba a notar una
relación entre aquello y sus sentimientos. También comienza a creer que sus padres
conocen esos pensamientos. Él dirá que todo esto es el origen de su enfermedad.

Freud le pregunta qué sería eso malo y él responde que se muera su padre. Y acá
un tip clínico, cuando alguien da un ejemplo al azar, a modo de generalización, se está
disfrazando lo que verdaderamente está en juego. Ese que se dice como al azar es el
verdadero y lo que la generalización tiende a encubrir. Pero Freud dirá que ese no es el
comienzo sino que ya es la enfermedad puesto que hay la pulsión, deseos, reacción

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obsesiva hacia esos deseos y las medidas defensivas y dirá que analizando esa neurosis
podrá trabajar la de adulto, puesto que aquello infantil retorna de manera actual.

Lo importante de lo infantil es lo que vuelve por repetición, se trabaja lo infantil


porque es actual, porque las asociaciones remiten a ello.

Aparece la relación de su deseo con la castración/muerte del padre. La muerte es


un simbolismo de la castración del padre, de la falla del padre, siendo el ser mortal la falla
número uno de alguien muy idealizado.

El gran temor obsesivo

Cuenta cómo se generan las situaciones donde se generan los síntomas y lo lleva a
buscar a Freud de manera desesperada. Esto comienza con un episodio en maniobras
militares.

Acá un tip bastante ajustado por parte de Freud, ante lo horroroso del relato, le pide
que hay partes que no quería contar pero Freud le dice que el mandato de la cura es
decirlo todo lo que se le ocurre, puesto que es imposible ahorrase decirlo todo; todo lo que
uno se ahorra en decir tiene un costo en la duración del tratamiento. Eso que te da
vergüenza y no querés decir es lo que justamente hay que decir. Dirá que él lo puede
ayudar en la dificultad pero no se la puede ahorrar.

Hay cosas en la vida militar que le ahorran muchas cosas al obsesivo puesto que no
tiene que decidir nada. En un momento pierde unos anteojos y como no quiere demorar a
los otros los da por perdido. Pero luego manda un telegrama para que se los envíen al
lugar de las maniobras. En la noche de ese día, se sienta al lado de un capitán “cruel”. Era
un capitán que era agradable pero que tenía cierta inclinación por los castigos corporales,
cuenta una tortura china donde se ataba a un prisionero, se le ataba un balde en la cola
con una rata grande, luego se calentaba con unas brazas calientes el balde y la rata
desesperada buscaba la salida por el ano del prisionero, se abría camino mordiendo y
finalmente morían. Acá Freud detecta que Ernst tenía un horror ante el placer que sentía
pero que no podía reconocer como tal.

Cuando escucha ese relato, se le ocurre la idea de que ello le ocurrirá a amada y a
su padre (lo que se llega mediante un lapsus). Luego cuenta que el mismo capitán cruel le
devuelve los lentes y que tiene que devolverle el dinero al teniente A. Acá tiene dos ideas
obsesivas: la primera es que no voy a pagar eso y la tortura de las ratas le ocurrirá a mi

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padre y a mi amada; y una segunda que contradice a la anterior que es voy a pagar eso
porque si no le va a ocurrir la tortura a mi padre y a mi amada.

Cuando quiere pagar el dinero al teniente A, éste le dirá que no, que se lo debe al
teniente B. Hubo una confusión por parte del capitán cruel al decirle que se lo pagara al A,
quien trabaja en ese puesto pero que ahora ya no estaba más y se encontraba el teniente
B en su lugar. Antes de llegar a hablar con A, había intentado pagarle por otros medios
pero le aparecían muchos obstáculos (ese no puedo que encubre un no quiero). Esta
confusión lo sume en una especie de desesperación puesto que tenía que cumplir el
juramento autoimpuesto de pagarlo al pie de la letra, es decir, se lo tenía que devolver al A.
Después de que terminan las maniobras, cuando tendría que volverse a Viena, empieza la
locura de irse con el teniente A, para que le acepte el dinero y que éste se lo dé a B.
Entonces se comienza a reprochar por ser un cobarde por no poder afrontar esa situación.
Como suelen hacer los obsesivos, dejó dicha decisión al azar y cuando el maletero le
pregunta si las valijas son para el tren de Viena, él dice que sí y parte para allá. Hizo
muchos planes respecto a cómo puede hacer para que A le lleve la plata a B, se torturó en
cada estación. Llega desesperado a Viena con la idea de ir a hablar con su amigo y
tomarse otro tren de vuelta para encontrase con A, al no encontrase con su amigo en el
momento ya lo espera y se lo encuentra a la noche y le dice que al otro día iban a ir a la
estafeta postal a pagar.

Acá Freud se sorprende puesto que le pregunta que si le iba a pagar a la empleada
de la estafeta postal y acá todo se complica más, puesto que sabía desde el principio que
la deuda la tenía con la empleada de la estafeta postal quien había sido la que puso la
plata. De entrada estaba basando su juramento en una premisa falsa, puesto que ya sabía
que el capitán cruel se equivocaba. Acá nuevamente entra la figura paterna en la escena,
puesto que de entrada sabía que había una falla y responde como si no hubiera esa falla.

Llega a tal punto de alteración que tiene que le termina diciendo a Freud capitán. Ya
en la segunda sesión había una transferencia muy fuerte. La transferencia, sin embargo,
comienza desde la elección del tratamiento a raíz de leer el libro psicopatología de la vida
cotidiana, donde le llamó la atención el juego de palabras que hace Freud que se asemeja
al de sus obsesiones.

La introducción en el entendimiento de la cura

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Acá es cuando se comienza a vislumbrar más claridad, hay una bisagra donde
Freud comienza a decir cuál es la perspectiva del psicoanálisis en todo esto. Le dirá que
nunca se va a tranquilizar por ser culpable puesto que es culpable. Esto genera mucha
resistencia en Ernst.

Hay muchas cosas que cuenta donde es muy alevoso el deseo por la muerte del
padre, pero él no lo puede admitir. Hay una escena donde está con una niña de la primaria
que la condición para que ella le diera bola era que se muriera el padre. Más de grande,
cuando se enamora con su amada, piensa que si se muere el padre él puede heredar
mucho. Pero nada de eso lo toca a Ernst, como que siempre le preocupó la muerte del
padre pero no como deseo sino como temor, que siempre amó mucho al padre. Pero
Freud dirá que lo ama tanto a manera de reprimir un odio intenso. Es como la idea de que
todo exceso tapa una falta.

Freud va ubicando que ese odio a su padre tiene que ver con la sexualidad. Por una
lado tenemos estos episodios infantiles donde la condición para el deseo sexual es la
muerte del padre, también el hecho de que con su padre se entendían en todo excepto con
la relación con su amada, puesto que le padre creía que haría el ridículo si se casara con
ella. El padre aparece como perturbador de sus aspiraciones sensuales.

El paciente se resiste a aceptar ese odio inconsciente y termina asociando una frase
de Nietzsche: “yo lo he hecho, dice mi memoria. Yo no pude haberlo hecho, dice el orgullo
y se mantiene inflexible. Al fin cede la memoria”. Al decirla, en parte también está
admitiendo que lo ha hecho. Lo propiamente inconsciente es algo en lo que uno no se
reconoce, eso es lo que uno no es, hay resistencia a aceptarlo; no es algo “que sí puede
ser”, sino lo que de verdad se rechaza.

Algunas Representaciones Obsesivas y su Traducción

Comenzamos la parte donde Freud nos hablará de su método de desciframiento.


Dirá que la representación obsesiva es como un sueño, en el sentido de que en primera
instancia no se entiende, no tiene sentido y que su aspiración es encontrar un sentido.
Para lo cual es importante el meterlo en el entramado del vivenciar del paciente, y para ello
muchas veces es importante encontrar el sentido que tuvo en su origen. Da un ejemplo
muy transparente que es un impulso suicida: de pronto está estudiando para un examen,
tenía el mandato de rendir en el plazo más corto. Se altera mucho porque su amada tiene
que irse porque su abuela estaba enferma. Y hay una parte donde dicen qué simple que es

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estudiar en el plazo más corto, lo difícil sería cortarse la garganta con una navaja, pero el
mandato no terminaba ahí, puesto que tendría que ir primero a matar a la abuela de su
amada y luego irse a matar. Esa idea queda fijada como un mandato que sin embargo fue
tan fuerte que termina desvaneciéndose. Dice Freud que es muy fácil de leerlo: él estaba
con mucho enojo con la abuela de su amada porque la privaba de su amor, pero como no
admite el pensar en deshacerse de la abuela, queda de manera inconsciente y aparece el
castigo a modo de “cómo vas a pensar algo así, matate”.

Hay un episodio donde él ve una piedra en el camino donde iba a pasar el carruaje
donde iba su amada. Primero decide sacarla para evitar que no pase un accidente, hace
unos pasos y vuelve porque piensa que está loco por haberla sacado y la vuelve a dejar en
su lugar. “Pongo la piedra, saco la piedra”. Pareciera que fuera una contradicción entre
impulso (de proteger a la amada) y la racionalidad (darse cuenta que es una tontería,
aunque también es una cuestión impuesta), pero Freud dirá que en realidad hay conflicto
entre dos impulsos: el hostil (el defenderla de un peligro exterior es una proyección) y el
amoroso.

Otro ejemplo es de otro impulso suicida más disimulado, donde estaba en un lugar
de veraneo y estaba celoso de que su prima estaba con otro primo. Entonces se le mete la
idea de que tenía que adelgazar, para ello comienza a hacer cosas que atentan bastante
contra su integridad, corriendo a pleno sol después de comer. Como suele suceder en la
neurosis obsesiva, lo suicida que hay en esos actos aparece algo abierto porque se le
cruza la cabeza de tirarse por un barranco. En un juego de palabra que se concluye en
“eliminar al gordo”, básicamente lo que se estaba tapando era el impulso homicida de
matar a ese primo.

Hubo un sueño donde muestra cierta hostilidad hacia Freud, donde muere la madre
de Freud y él tiene miedo de decirle algo y que le salga esa risa nerviosa que le sucede en
el velorio, entonces él le escribe una carta y en las iniciales en lugar de poner las
condolencias lo felicita. Freud interpreta ese sueño como una hostilidad hacia él como
sustituto del padre en la transferencia.

El ocasionamiento de la enfermedad

Arranca con una consideración teórica interesante, que diferencia de la histeria


donde el trauma no se recuerda y en cambio en el neurótico obsesivo tiene la memoria del

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trauma o el origen de la enfermedad pero vaciado de afecta, es como que lo recuerda de
manera no implicada.

Después de la muerte del padre, la madre le hace una propuesta matrimonial. La


madre era la rama pobre de una familia rica y tuvo acceso a esa riqueza y le proponen que
se case con una prima una vez que se reciba, porque eso le daría acceso a una muy
buena posición económica. Esto entra en conflicto con su amor y Freud rastrea que esto
resuena en una vieja historia que le llama pre-historia de sus padres. Él se entera que su
padre, antes de casarse con su madre había estado enamorado de una chica pobre y se
termina casando con la madre de Ernst quien tenía una mejor posición económica. Se
entera de esta pre-historia por los chistes de los padres, quienes tenían una muy buena
relación conyugal, no era un asunto tan dramático. Pero él, en la misma coyuntura, se le
presenta la pregunta de seguir el camino de su padre o seguir su propio camino. Y la
manera de no resolverlo es no recibiéndose, que era la condición para casarse con la
prima.

Dirá Freud que lo que aparentemente es la consecuencia de la enfermedad es su


causa. Lo que más le dificulta al obsesivo es la indecisión y las dos armas son la duda y la
postergación. La postergación de sus estudios, entonces, era la causa de su enfermedad;
y el hecho de entrar en el ejército le vino bien tanto para seguir postergando como así
también porque es un ambiente donde se premia la obediencia, es decir, la no decisión.

El complejo paterno y la solución de la idea de las ratas

La solución tiene todo que ver con el complejo paterno. Arranca diciendo que toda la
enfermedad se puede ver como un conflicto entre la voluntad del padre y su deseo de
enamorado. Sus aspiraciones libidinales sensuales y el padre como perturbador de
aquellas.

Aparece el padre como perturbador, donde aparecen sus ideas obsesivas infantiles
donde había una contraposición entre sus deseos sensuales concupiscentes y la muerte
del padre. Después está que el único punto donde disentían era en su amor y casamiento,
porque iba a quedar en ridículo. En este capítulo comienzan a rastrear la relación de Ernst
con la masturbación. Lo que está en juego en muchos neuróticos es la masturbación
infantil, pero no la masturbación en sí sino de dónde proviene esas excitaciones que luego,
en escritos posteriores, dirá que es del complejo de Edipo.

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En su adolescencia se había masturbado muy poco, en situaciones muy
sorprendentes: una vez cuando tocan el cuerno en Viena y otra leyendo una poesía. Acá
pesca que en los dos casos, lo que había era sobreponerse a una prohibición, puesto que
estaba prohibido tocar el cuerno y en la poesía era cuando se supera una maldición
sobreponiéndose a una limitación. Acá Freud pone una construcción, que no es una
interpretación sino algo agregado, dirá que tuvo que haber algún momento donde sufrió
una reprimenda muy fuerte por masturbarse y de allí su represión pero al mismo tiempo le
quedó una especie de inquina hostil interminable contra el padre. Para sorpresa de Freud,
Ernst le relata no un recuerdo sino una historia que se contaba en su familia: en un
momento el padre le estaba dando una reprimenda por algo que había hecho (en relación
a haber “mordido” a alguien) y él se enfrenta y como no le salían insultos empezó a decir
cualquier palabra (tu lámpara, pañuelo, taza, etc.) que todos entendían que eran insultos y
el padre ante eso retrocede, y dice “este chico será un gran hombre o un gran criminal” y
no solo le deja de pegar (era muy violento y “cruel”) sino que nunca más volvió a pegarle.

Cuenta que de ese episodio quedaron dos secuelas: una es dejar de lado la
masturbación y otra es convertirse en cobarde porque temía mucho a su ira y la ira agenta,
porque cada vez que el padre le pegaba a uno de sus hermanos él se escondía
atemorizado. Ahí Freud dirá que la angustia ante la magnitud de su propia ira lo convirtió
desde ese momento en cobarde. A partir de allí, empieza a admitir que puede haber
alojado sentimientos hostiles hacia su padre. Acá podemos ver rápidamente el tema del
castigo, morder, gran hombre o criminal.

Por el duro camino de la trasferencia (sueños, fantasías diurnas, insultos hacia


Freud y su familia) admite que esos impulsos hacia la figura paterna existían.

Acá hace una reconstrucción bastante enredada a partir de las palabras. El primer
enigma es el por qué le produjo una reacción tan violenta el relato de las ratas y el tema de
las deudas. Primero dirá que el hecho de estar en la vida miliar lo ponía en identificación
con el padre quien también había sido por mucho tiempo militar. Al mismo tiempo aparece
una trasferencia hacia el capitán cruel de una figura paterna (con el tema de los castigos),
es como se reproduce la escena del castigo del padre con esa escena del capitán cruel,
donde fantasea que es al capitán/padre quien debería recibir el castigo, por eso también
las ideas de que eso le iba a ocurrir a su padre.

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Aparece otro juego de palabras que no hemos mencionado hasta ahora pero que
corresponde a la pre-historia del padre. Es una palabra puente que traducida sería “rata de
juego” que les remite a otro pecado del padre y vuelve al tema de la deuda y las sospechas
con el padre. Cuando el padre estaba en la milicia, antes de conocer a la madre, había
jugado a las cartas un dinero que no era suyo y lo pierde y no tenía cómo reponerlo. Habla
con un amigo al cual le cuenta y dice que me debería matar, puesto que estaba en juego
toda su reputación, pero el amigo lo calma y le presta el dinero. Cuando está en una buena
posición económica (cuando se casa con la madre) le quiso devolver el dinero y no se
sabe que pasó. Ernst sospecha que no lo hizo, entonces cuando escucha que tiene que
devolverle el dinero al capitán A, él lo escucha como una alusión a la deuda impaga de su
padre.

A partir de allí comienza a haber un juego de asociaciones de palabras con ratas,


donde por diferencia de una letra significa “cuotas”, entonces ya la palabra rata queda
asociada al dinero. Había llegado al punto de tener una propia moneda “rata” donde él
hacia una conversión del dinero con sus ratas (tal precio igual a tantas ratas). Freud dirá
que todo lo que está convertido a ese dinero rata tiene que ver con la herencia del padre.
También liga rata a suciedad, a la sífilis asociado a los pecados del padre por haber sido
mujeriego. Otro significado es el de hijo (su mujer no podía tener hijos y él quería tener
hijos) y el de pene (la rata que se mete por el ano es el pene). Otra relación es con casarse
lo que también supone un conflicto con el padre.

Otro significado, quizás el más importante, es que las ratas, en última instancia,
representan la imagen propia de él, de ser sucio, de morder, ser castigado. La escena que
le ofrece el capitán malvado lo remite a esa escena donde él es castigado por ser mordido
como la rata y finalmente la solución se juega entre la identificación y la transferencia: él se
identifica con la rata y transfiere al capitán cruel y su deseo de castigo, la figura paterna.
Toda la fuerza de esa escena es porque reproduce aquella donde había insultado al padre.

El ir poniendo en juego todas esas significaciones va teniendo efectos terapéuticos,


las va ordenando. No se trata de una verdad última sino todo aquello que se va
desplegando. El efecto terapéutico es que se terminó el delirio de las ratas, pudo dejar el
análisis. Es, quizás, uno de los análisis más exitosos de Freud; aunque lamentablemente
murió poco tiempo después aunque con un pequeño final feliz, puesto que se casó con su
amada.

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El hombre de los Lobos- Freud- Olga Pilnik

Es un historial muy interesante y podemos ver el interés de Freud sobre la


transferencia. Freud, en la Conferencia 34, hace una diferenciación entre neurosis infantil y
neurosis en la infancia. La neurosis infantil es la rememoración en el análisis de un adulto
de aquellas escenas o momentos significativos en la infancia reconstruidos a partir del
campo asociativo. En cambio, neurosis en la infancia es cuando un niño tiene síntoma en
la infancia (fobia, enuresis, etc.). Este concepto de neurosis infantil lo va a ir construyendo
en este historial.

Es muy extenso este historial, seleccionaremos los puntos más importante en


relación a escenas infantiles que Freud irá reconstruyendo en las cuales se irá alterando la
posición subjetiva de Sergei. Hay dos escenas que él recuerda: una será cuando los
padres se van de vacaciones y él se queda con su nodriza y la otra es cuando sus padres
se van solos y él se queda con su hermana, la nodriza y su institutriz inglesa. En esta
segunda hay un conflicto cuando vuelven los padres, puesto que se encuentran a un
Sergei cambiado, que pasó de ser un “niño dócil” a uno con alteración del carácter,
caprichoso y cuestiones que antes no tenía; aparecen unos recuerdo de carácter conflictivo
con la institutriz inglesa, recuerda haber tenido odio hacia ella, que también se había
enfrentado a su nodriza a la cual él amaba mucho y se puso de su lado. Esto vendría
siendo lo que está más a la superficie, luego se verá la conexión de estas escenas con
otras cosas de Sergei.

Los padres echan a la institutriz inglesa pero el carácter de Sergei sigue igual. Freud
lo ve como un desplazamiento porque Sergei dirá que siente odio por la institutriz que, a
través de asociaciones, se puede que era odio hacia la hermana, quien era como la hija
elegida, fundamentalmente por el padre, que encarnaba mucho sus ideales, se le decía
que era superior a Sergei de manera intelectual (lo que era esperable que lo tuviera el
hombre, por lo que lo deja en una posición femenina ante el padre).

Previo al sueño de los Lobos que da el nombre al historial, aparece un sueño donde
él está con la hermana y aparece un deseo de desvestir a la hermana, donde él aparece
en una posición activa y la desviste, a modo de quien tiene el falo, el poder, pero que no
era lo que había sucedido. Él recuerda una escena de seducción por parte de la hermana
donde él se queda en una posición pasiva. Nuevamente la hermana queda con ese plano
de superioridad, algo que el padre destacaba todo el tiempo (por más inteligente, escribir

67
poemas, etc.). Algunos familiares decían que él parecía la nena y ella el nene por sus
dotes intelectuales. El cambio de carácter puede verse del lado de pasar a una posición
más activa.

A los 4 años tiene el sueño de los Lobos. A partir de la asociación que este sueño
conlleva, también con la introducción de cuentos infantiles (como el de los 7 cabritos, el
que le cuenta el abuelo), pueden verse aspectos ligados con la castración, a la pérdida.
Aparece esto de que los lobos tienen una larga cola de zorro que aparece a modo de
compensación a esa pérdida.

El sueño es como que él ve que hay subidos a un nogal (árbol) seis o siete lobos
blancos, quietos, que lo miran fijamente, con un rabo muy extenso. Ese es todo el sueño y
siente terror. Hay varias cosas: las ventanas se abren solas, hay una fuerte sensación de
realidad.

Freud lo lee de esta manera: si los lobos lo miran fijamente, hace intervenir ese
mecanismo de desfiguración en lo contrario, esto es, si los lobos lo miran fijamente es
porque ha sido él quien mira fijamente algo, que a través del campo asociativo ese algo es
la escena primaria de los padres teniendo relaciones sexuales al año y algo. Que los lobos
estén quietos significaba que había mucho movimiento.

A partir de ese sueño, Freud reconstruye que él debe haber visto la escena primaria
de los padres y que esto fue traumático porque lo vio al padre y a la madre en las
posiciones sexuales del lobo (en 4 básicamente). En esa posición pudo ver la castración
de la madre y como que él se ubica en esa posición femenina de la madre y queriendo ser
amado por el padre.

Por otro lado, intentaba identificarse a esa posición fálica de dominación, es decir,
padecía ese lugar femenino. Lo queda de esto en su vida de adulto es el hacerse cuidar,
tenía mujeres que lo cuidan, también queda ligado al cuidado de Freud, un recorrido por
los hospitales alemanes, es decir, se hace sostener, se hace cuidar. Si bien su salida es
heterosexual porque elige mujeres, su condición tenía que ser de menor condición
intelectual y económica para sentirse con cierta superioridad.

A partir del sueño desarrolla una fobia al lobo, aunque nunca había visto a un lobo
más que en una imagen. El lobo que le daba miedo era el que estaba erguido (que es la
posición que tenía el padre en esa escena primaria). Lo que tienen en común con Juanito,
lo dirá Freud en Inhibición, Síntoma y Angustia es que el lugar de estos animales es el del

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padre castrador, quien viene a operar a modo de corte y también ubica el deseo de querer
ser castrado por el padre.

A los 4 años y medio Freud ubica la influencia de la historia bíblica, donde a partir de
ese cambio de carácter que había tenido, la madre comienza a enseñarle la biblia. Y
ocurre lo contrario, puesto que él se pone muy crítico con las historias bíblicas. No
entiende por qué Cristo tiene que ofrecer la otra mejilla, por qué lo tienen que crucificar.
Cuestiona esa posición pasiva, y Freud ve que él está muy identificado con Cristo (es más,
nacen el mismo día, el 25 de diciembre).

Hay una escena fundamental que relata Freud que es cuando van al cementerio a
ver la tumba de la hermana (que se había suicidado) y se sorprenden porque Sergei pasa
por la tumba de su hermana sin conmoverse en lo más mínimo pero que después cae de
rodillas y llanto ante la tumba de un poeta, que iba un poco en la línea de los poemas que
escribía la hermana.

Lo que Freud ve en este historial es el conflicto entre la posición pasiva-homosexual


con la activa-narcisista; hay una constante lucha. No formula un juicio de valor respecto a
cuál sería la mejor salida de Sergei, no adopta una posición normativa sino más bien de
descripción de la historia y sus conflictos y cómo la historia infantil produce a este sujeto
adulto.

Algo importante es que Freud se atreve a discutir el diagnóstico de Kraepelin, quien


lo había diagnosticado de maníaco-depresivo; algo muy osado porque era una de las
figuras más importantes de la psiquiatría.

Dora, Fragmento de Análisis de un caso de Histeria (1905)- Freud- Matías Tavil

Cuadro clínico

Se trata de una chica de 18 años cuyo análisis gira en torno a dos sueños. En un
primer momento se iba a llamar el texto histeria y sueños, puesto que gran parte del
trabajo gira en torno a la interpretación de los sueños y cómo se inserta el sentido de ese
sueño en relación a las circunstancias de la vida, sus conflictos neuróticos y el proceso de
análisis. Va a exponer algunas de sus opiniones acerca de los procesos psíquicos que se
juegan en la histeria y también algunas de sus condiciones orgánicas.

Va a describir que es una joven de 18 años con sus dos padres y un hermano un
año y medio mayor que ella. El padre era un hombre bastante dominante y de carácter

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fuerte y Dora estaba muy apegada a él, que se acrecentó a partir de una serie de
enfermedades que el padre sufrió cuando ella era niña. La madre era una mujer muy poco
inteligente y de escaza cultura, que al no comprender mucho los intereses de sus hijos, se
avocó a la economía doméstica y desarrolló una “psicosis de ama de casa”, que
básicamente se trata de una neurosis de ordenar y limpiar todo al punto de dificultar su uso
cotidiano.

El hermano había sido su modelo a seguir en su juventud y luego se habían


distanciado. Esto había generado como dos bandos: Dora y su padre por un lado y su
hermano con su madre por el otro.

A los 8 años Dora ya sufría de síntomas neuróticos, sufría de un ahogo permanente


que había aparecido tras una excursión por las montañas, que había sido atribuido a un
caso de fatiga. Pero luego de 6 mees de reposo y cuidado había desaparecido. A los 12
sufría de migraña y ataques de toz. A los 16 la migraña desapareció pero la toz seguía,
motivo por el cual fue a ver a Freud por primera vez pero el síntoma desapareció
espontáneamente. A los 17 su tía fallece y sufre un cuadro febril que en el momento se
pensó que era apendicitis. A los 18 ya tocía de forma características y esos ataque
duraban varias semanas y hasta meses. Después tuvo una afonía total. Freud sostiene
que el diagnóstico es el de neurosis.

Luego se mudan a Viena, ella le causaba a sus padres serios cuidados, los signos
de la enfermedad eran una desazón y alteración en su carácter, lo que le generaba
muchos conflictos con sus padres, se aislaba, evitaba el trato social y cuando su cansancio
se lo permitía acudía a estudios de dama. Le encuentran una carta donde ella decía que
no quería seguir viviendo y ahí es cuando la llevan a Freud.

El padre le dice a Freud que la formación de la enfermedad había estado ligada a un


acontecimiento de la vida de Dora. Cuando la familia de Dora estaba de vacaciones en B,
habían entablado relación con un matrimonio, los K. Dora se llevaba muy bien con el señor
K e idolatraba a la señora K.

Luego de un tiempo, iban a pasar unas vacaciones en L, junto con los K, donde los
padres iban a pasar solo unos días y Dora se iba a quedar varios días más. Sin embargo,
cuando los padres estaban por volverse, Dora les pidió irse con ellos.

Unos días después, Dora cuenta la razón de por qué había querido volver y es
porque en L, en una caminata tras un viaje por el lago, el señor K había osado hacerle una

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propuesta amorosa a Dora. El padre y el tío de Dora le piden cuenta al señor K de todo
esto, el cual desmiente y niega todo, inculpándola, diciendo que según lo que la señora K
le había dicho, Dora se la pasaba leyendo e interesada en asuntos sexuales y dirá que
quizás imaginó la escena. Dora le pide que corte relaciones con el señor y la señora K, a la
que antes veneraba.

El padre le dice a Freud que es muy probable que Dora haya imaginado todo y que
eso fue la raíz de sus problemas, que él tenía una muy buena relación con la señora K, con
la que se consuelan mutuamente y encuentra lo que no puede obtener de su mujer,
también tiene una buena opinión del señor K. Le pide a Freud que ponga a Dora en su
buen camino.

Dirá Freud que en la escena del lago es halla el trauma psíquico que es la
condición previa del estado patológico histérico, pero como ya había una serie de síntomas
antes de esa escenas, debió haber otro trauma en su niñes antes del octavo año de vida.

Luego de superada las primeras dificultades de la cura, Dora le cuenta a Freud una
escena que para él es más apropiada para producir el efecto del trauma. Dirá que cuando
tenía 14 años, el señor K la invitó a ella y a la señora K a su tienda, que quedaba en frente
de una plaza para ver unos festejos que se iban a dar en la tarde. Cuando Dora llega, el
señor K estaba solo, puesto que había hecho que la mujer y sus empleados se fueran.
Cuando se hizo la hora de los festejos, le dijo que espere junto a la puerta mientras él
cerraba las cortinas y luego, en lugar de pasar por la puerta que estaba abierta, pasa por
donde está Dora y la estrecha contra su cuerpo y le estampa un beso en los labios. Freud
dirá que esa escena le podría haber causado excitación sexual a una chica virgen de 14
años pero ella tuvo asco y salió corriendo. Dirá que nunca había hablado eso con nadie y
que a partir de allí evitaría el estar sola con él.

Freud va a decir que esta escena es completamente histérica, definiendo histérica a


toda persona, sea capaz de producir síntomas somáticos o no, en la que una situación de
excitación sexual provoca predominantemente displacer. Dirá que hay un desplazamiento
de la excitación sexual al asco, y que luego eso se transferirá al síntoma del asco a comer
que aparece en ella. Otro síntoma es la alucinación sensorial, puesto que ella dirá que en
ciertos momentos siente el abrazo del señor K. Freud dirá que en ese abrazo sintió el
miembro erecto del señor K pero que eso fue reprimido. Otra cosa que le pasaba a Dora,
era que sentía horror de pasar cerca de hombres que estaban en situaciones amorosas

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con una dama (besándose, tocándose, etc.). Es decir, hay tres síntomas: el asco, la
alucinación sensorial y el horror a los hombres en tierno coloquio.

A Freud le costaba que dora pusiera la atención sobre el señor K, puesto que Dora
insistía en hablar sobre su padre, no perdonándolo por seguirse viendo con los K, donde
dirá que era evidente que tenía una relación amorosa con la señora K. Dirá que su padre
era falso y que cuando estaba de mal talante le imponía la idea de que ella había sido
entregada al señor K como precio de la tolerancia que él mostraba frente a la relación entre
él y la señora K. Freud plantea que hay una dificultad puesto que todos estos
pensamientos están muy correctos y bien fundados, pero dirá que cuando en un análisis
aparecen estos pensamientos inatacables pueden estar encubriendo otra serie de
pensamientos que quieren sustraerse de la crítica y la conciencia.

Dirá que los reproches que le hace al padre esconden unos autorreproches de
idénticos contenidos. El padre de Dora no quería ser molestado en su relación con la
señora K pero Dora hacía lo mismo porque había sido cómplice de esas situaciones. En la
escena del lago se había sustraído de esa complicidad, pero durante los años previos
había hecho lo posible para encubrir las relaciones de la señora K con su padre, incluso les
hacía de niñera para dejarlos solo. Freud le dice que ella estaba enamorada del señor K,
aunque ella no lo admite, aunque dice que quizás eso pudo ser antes pero que todo
terminó con la escena del lago. Entonces, Freud dice que ella había acomodado las cosas
para su propio enamoramiento, lo mismo que le reprochaba al padre.

Dora observaba que la señora K justo se enfermaba siempre que el señor K volvía
de viaje para no tener relaciones con él. Freud sospecha en eso un vínculo con la propia
enfermedad de Dora (toz y diafonía). Le pregunta cuánto suelen durar esos ataques y dice
entre 3 y 6 semanas, el mismo tiempo que se ausentaba el señor K cuando salía de viaje.
Para Freud, esta enfermedad representaba de alguna manera el amor por el señor K,
puesto que enfermaba al contrario de la señora K, la interpretación que hace Freud es “si
no puedo hablar con el señor K, entonces no me interesa hablar”.

Freud dice que también la enfermedad actual servía a otro propósito: alejar al padre
de la señora K. Dirá que las acusaciones que hacía hacia el padre se repetía
monótonamente y tocía cada vez que las hacía, entonces Freud relaciona la toz con el
padre. Dirá que los síntomas tienen más de un sentido y que al menos uno de esos
significados es una figuración de una fantasía sexual. Dora se quejaba de que la señora K

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quería al padre por éste ser un hombre de recursos, pero Freud planteaba que detrás de
ello era lo contrario, es decir, un hombre de pocos recursos/impotente. Dora era consciente
de que el padre era impotente. Entonces Freud le pregunta que cómo podían tener
relaciones si era impotente, a lo que ella le responde que había otras maneras, como lo
oral. Entonces el síntoma referido a lo vocal hacía referencia a la figuración de las
fantasías sexuales de sexo oral entre el padre y la señora K.

La función del síntoma de la garganta de Dora tenía una sobre determinación. Por
un lado, figuraba la fantasía sexual de sexo oral entre el padre y la señora K y por otro lado
hacía referencia a las ausencias del señor K expresando su amor por él.

Otro síntoma son los pensamientos híper-intensos, es decir, ideas que se imponían
y no podía dejar de pensar, los cuales giraban en torno a la relación del padre con la
señora K. Dirá que la forma de trabajar contra estos pensamientos es que el poder que
tienen estos pensamientos proviene del refuerzo inconsciente, es decir, se establecen
como el opuesto a lo reprimido, la forma entonces, es hacer consciente esto reprimido para
que así el pensamiento híper-intenso pierda su refuerzo inconsciente.

Los pensamientos de celos hacia la señora K y la identificación sintomática hacia


ella a partir de los síntomas vocales eran debido a que ella amaba a su padre. Eso sería el
refuerzo directo (la idea de amor hacia su padre queda reprimida y el pensamiento híper-
intenso se manifiesta en su contrario para que no salga). Un refuerzo indirecto será por un
lado la defensa ante el amor inconsciente por el señor K, reforzando un amor infantil hacia
el padre, es decir, tendrá celos excesivos hacia su padre para reprimir el amor hacia el
señor K. Por otro habrá otro refuerzo reactivo en estos pensamientos que tiene que ver con
el interés homosexual hacia la señora K, es decir, cuando Dora se quedaba con los K,
compartía muchos momentos de intimidad con ella, incluso dormía con ella, compartía
charla de muchas cosas, hablaban de sexualidad y ella alababa su cuerpo deliciosamente
blanco. Entonces, también tenía celos del padre por estar con la señora K.

Análisis del primer sueño

Freud va a decir que cuando tenían perspectivas de aclarar un punto oscuro del
vivenciar infantil de Dora, aparece un sueño que ya había tenido varias veces. Sueña con
un incendio en una casa, el padre la despierta y se viste rápido. La madre quiere salvar su
alhajero pero el padre le dice que no quiere que él y sus dos hijos se quemen a causa de
su alhajero. Descienden a prisa por las escaleras y ahí despierta.

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Dirá que recuerda haberlo tenido tres noches consecutivas en L (donde los K tenían
la casa en el lago). Empieza a asociar, habla de una disputa que tenían el padre y la madre
acerca de la habitación del hermano, ya que dormía en una habitación que no tenía
entrada propia y sólo se podía entrar por el comedor. La madre, por las noches, cerraba la
puerta del comedor y esto angustiaba al padre porque pensaba en la posibilidad de que
pasara algo por la noche y tuvieran que salir rápido y el hermano quedara atrapado allí.
Otra cosa quqe asocia es la angustia del padre con respecto a la posibilidad de un incendio
que tuvo cuando llegaron a L, la cabaña, y como era de madera y no tenía para rayos, le
preocupaba que se produjera un incendio.

Freud le pregunta si el incendio había sido antes o después de la escena del lago.
Dice que no sabe, pero que cree que fue después. Le cuenta también, que luego de una
cena en L, se acuesta a dormir en el sofá y que cuando despierta lo ve al señor K parado
al lado de ella. Freud destaca que igual que el padre durante el sueño. Ella lo increpa al
señor K y él le responde que como era su habitación podía entrar cuando quisiera. A partir
de allí le pide las llaves a la señora K para poder dormir tranquila pero al otro día no
encontró las llaves e imaginó que se las llevó el señor K. A partir de allí no quería quedarse
sola sin su padre, es más, cuando iba al baño, se vestía con rapidez para no ser
sorprendida por el señor K. Freud destaca que el vestirse con rapidez también es un
elemento del sueño.

Dirá que Dora se había hecho el designo de escaparse del señor K y que los sueños
podían interpretarse como no voy a poder dormir tranquila hasta irme de esta casa. En el
sueño ocurre lo inverso, puesto que una vez fuera de la casa se despierta.

Después le pregunta sobre el alhajero. Dirá que hacía unos años los padres habían
tenido una disputa por unas alhajas porque le regaló una pulsera y ella quería unos aros.
Entonces la mujer se enojó y le dijo que como no era lo que ella quería que se los diera a
otra. Freud le pregunta si en ese momento no sintió que ella quería recibir esa pulsera y
dice que no sabe. También recuerda que el señor K le había regalado un alhajero, a lo que
Freud le dice que es un símbolo de los genitales femeninos. Dora le dice que sabía que iba
a decir eso, entonces Freud le dice que ella siente que tiene que retribuir entregándole su
alhajero al señor K, es decir, entregarle su virginidad.

El sentido del sueño para Freud, es que este hombre me persigue, quiere entrar a
mi habitación y mi alhajero corre peligro. Si algo sucede es culpa de mi padre. Pero en el

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sueño todo se muestra como lo contrario. Con respecto a la pulsera de la madre, lo que
interpreta es que en realidad no es que ella quiere aceptar la pulsera que la madre no
quiere, sino su contrario quiere darle al padre lo que la madre no le da (satisfacción
sexual). Y con respecto al sueño, habría que reemplazar a su padre parado mirándola por
el señor K y a la madre buscando el alhajero por la señora K, por tanto, ella quiere darle al
señor K lo que la señora K le rehúsa, ella quiere darle el alhajero. Ese sería el deseo
inconsciente y ella se defiende mudándolo todo en su contrario.

Dora agrega que cada vez que soñaba sentía olor a humo. Y que había vuelto a
soñarlo en ese último tiempo, entonces Freud interpreta que es en relación a la situación
trasferencial donde ella quiere dejarlo a Freud y con respecto al humo lo asocia a que su
padre, el señor K y Freud son fumadores. A lo que Freud interpreta que ella debe recordar
el beso del señor K, que debió saber a humo, y que también puede estar deseando besar a
Freud por este amor de transferencia.

Análisis del segundo sueño

Freud nos cuenta que es en la interpretación de este sueño donde se interrumpe el


análisis con Dora, pero que le sirve para corroborar ciertas hipótesis que venía
sosteniendo. El sueño era que pasaba por una ciudad que no conocía, que veía plazas (en
una de las cuales ve un monumento) y casas que no conocía. Después llega a una casa
donde vivía y encuentra una carta de su madre, que le decía que su padre había muerto y
la invita a ir si ella quería. Pregunta dónde está la estación de tren y todos le responden 5
minutos. En un bosque encuentra a un hombre y al preguntarle le responde 2, 5 horas. Ve
la estación pero siente una gran angustia por no poder llegar, por no poder seguir adelante.
Después está en su casa, la muchacha del servicio le abre y le dice que su madre y los
otros están en el cementerio. Ese fue el sueño en la primera sesión, en la segunda sesión
le agrega que con particular nitidez se ve subir por la escalera y se va a su habitación en
modo triste y lee un libro que se haya en su escritorio.

Dora venía haciéndose un par de preguntas: por qué no hizo nada en los primeros
días en la escena del lago, después el por qué se lo contó repentinamente a sus padres y
la tercera pregunta que más bien se hace Freud es por qué se sintió tan ofendida por el
cortejo del señor K.

Con respecto al monumento que vio en una de las plazas, lo asocia con unas
postales que ella tenía en una cajita y que había estado buscando el día anterior para

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mostrarles a unos parientes. Le pregunta a la madre dónde estaba esa cajita. En esta
cajita también habría unas postales de un joven ingeniero que había ido a trabajar al
extranjero para poder independizarse. Se podía intuir que el joven estaba enamorado de
ella pero que no le había hecho una propuesta porque todavía no contaba con los
recursos. Dice Freud que ella se identifica en el sueño con el joven, deambulando con el
extranjero y sin poder llegar a su meta.

Hace la comparación entre la pregunta dónde está la estación con donde está la
cajita. La palabra cajita, en alemán, puede hacer alusión de forma peyorativa a mujer,
entonces la pregunta es dónde está la mujer.

En un brindis que hicieron en su casa, ella ve que el padre estaba muy triste, y cree
que se debió estar preguntando por cuánto tiempo le queda de vida, ya que era un hombre
muy enfermizo. Esto lo asocia con la muerte del pare en el sueño y el tema de la carta
también se asocia a la carta suicida que ella había hecho tiempo atrás. Esto Freud lo
interpreta como una Manía de Venganza, que lo destaca como el primer componente del
sueño: ella se va al extranjero y esto le produce mucha nostalgia al padre puesto que ella
era la única que comprendía realmente lo que necesitaba.

Dora 9 meses después de lo sucedido en L, sufre de una fuerte apendicitis y una


renguera en la pierna izquierda, lo que Freud interpreta como un síntoma histérico (al igual
que los médicos que la habían atendido) como una suerte de corrección de lo que había
pasado, es decir, ella en lugar de meterle una bofetada al señor K, deseaba que se
consumiera el acto y el dolor tan fuerte de apéndice era a modo de parto, fruto de aquello
que deseaba que hubiera pasado. Esta fantasía de desfloración es el segundo elemento
importante de este sueño.

El tercer elemento es la espera del novio. A través de ciertas interpretaciones Freud


dice que ella se identifica con la mucama que había tenido el señor K, el cual la cortejó
diciéndole que “no le importaba su mujer” (misma frase que le había dicho a Dora) y
después mostró desinterés. La chica del servicio le cuenta sus padres y ellos le dicen que
no siga trabajando a lo que ella decide esperar 14 días más para ver si el señor K
cambiaba de opinión, cosa que nunca hizo, entonces renunció y le contó a Dora. En esta
última sesión Dora le dice que después de esta sesión no lo va a ver más a Freud y él le
pregunta que hacía cuanto había tomado esa decisión, a lo que ella responde que 14 días.
Entonces ahí interpreta esa identificación con la mucama, entonces la bofetada que le dio

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al señor K después de hacerle la propuesta diciéndole que “no le importaba su mujer”, era
porque se sintió desprestigiada, comparada con la mujer de servicio, se sintió no tomada
en serio, y también tardó 14 días en contarle a sus padres. Y la espera que ella hizo fue
para ver si el señor K realmente la amaba. Como nunca vino el señor K ella se comenzó a
vengar aunque también habría otra intención, de moverlo al señor K, a partir de la
acusación, para que se fuese hacia donde ella residía, lo que Dora dice que fue lo primero
que se ofreció a hacer el señor K. De alguna manera, el fin último que tenía Dora con el
señor K era la espera del novio, que es el tercer elemento del sueño.

Freud cuenta que cuando el desplegaba todas estas explicaciones, ella lo escuchó
muy atentamente y que luego se despidió de él. Dirá que fue un inequívoco acto de
venganza por parte de ella, puesto que en el momento donde más ilusionado estaba Freud
de propiciarle la cura con un final feliz, ella destrozó esas esperanzas de manera
inopinada. Se pregunta si pudiese haberla conservado a partir de exagerar el valor que
tenía su permanencia para él, como un sustituto del amor que ella deseaba recibir del
señor K.

Epílogo

Freud comienza disculpándose por la incompletud del análisis y destacando el valor


de la función sexual como fundamento de la histeria y la psiconeurosis en general. Dirá
que este análisis es un complemento de la interpretación de los sueños, cómo este arte
interpretativo sirve para descubrir los contenidos reprimidos y también este análisis permite
vislumbrar las complicaciones de los procesos psíquicos que se ponen en juego en la
histeria como los desplazamientos, la transformación en los opuestos, etc.

Dirá que los fenómenos patológicos son las prácticas sexuales de los enfermos, es
decir, lo reprimido se manifiesta en estos fenómenos patológicos y encuentran satisfacción
en ellos. La sexualidad constituye la clave para el problema de las neurosis, quien se
niegue a reconocerlos jamás entenderá las neurosis.

Hablará de la transferencia y dirá que son recreaciones, rediciones de fantasías,


mociones que se van haciendo conscientes a medida que el análisis avanza y que lo
característico es que se sustituye a una persona anterior con la persona del médico. La
persona no lo vive como un recuerdo del pasado sino como algo del vínculo actual con el
médico. Por primera vez destaca el valor de la transferencia dentro de un análsisi. Dirá que
es algo necesario e inverigable. Dirá que el análisis no crea la transferencia sino que la

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revela y que lo que se despierta allí no son solo mociones tiernas y amistosas sino que
también son hostiles y que se las aprovecha para el análisis cuando se hacen conscientes,
es decir, cuando el paciente logra darse cuenta que aquello que le parece actual es la
repetición de algo del pasado. Lo que podría ser el mayor escollo para el análisis termina
siendo su mejor auxiliar, siempre y cuando se pueda colegir esas transferencias y
traducirlas al enfermo.

Se siente obligado a hablar de transferencia porque ese factor es el que le permitió


entender ciertos aspectos del caso. El apego tierno que tenía Dora hacia su padre, se
transfirió hacia Freud y eso permitió que el análisis avanzara pero que luego las mociones
hostiles que tenía hacia su padre y que luego se incluye al señor K y a Freud terminó
obstaculizando el análisis y produciendo el abandono prematuro.

Dice que cuando Dora le cuenta el sueño de abandonar la casa, tendría que haberle
dicho que esos sentimientos hostiles ahora los tenía depositado en él y que por eso estaba
queriendo dejar el análisis. Como omitió esa primear advertencia, Dora se vengó de él de
la misma manera que lo hubiera hecho con el señor K.

Concluye Freud que si el primer sueño dibujaba el apartamiento del hombre amado
y su refugio en el padre, es decir, la huida de la vida hacia la enfermedad, el segundo
sueño anunciaba que se desasiría del padre y se recuperaría para la vida. Tiempo
después, en una nota al pie, Freud dirá que el error técnico que tuvo fue no colegir a Dora
que su moción de amor homosexual hacia la señora K era la más fuerte de las corrientes
inconscientes de su vida anímica. Nadie más que la señora K podía ser la fuente del
conocimiento de Dora de cuestiones sexuales, la misma que la acusó de tales asuntos.
Dice que él tendría que haber tratado de resolver ese enigma de no querer saber por qué y
de dónde sabía todas esas cosas sexuales.

La manía de venganza que se expresa en el segundo sueño, dice Freud que oculta
la corriente opuesta, la nobleza con la cual perdonó la traición de la señora K y ocultó que
fue ella quien le reveló todas esas cosas. Este es un punto esencial en la compresión de
este caso y que lo retomará Lacan en el texto la intervención sobre la trasferencia.

Caso Schereber (Trabajo práctico)

Descripción del caso

Schereber no es un paciente más de Freud, sino que era un presidente de un


tribunal superior. Un día como cualquier otro aparece el brote psicótico, lo que le da el pie
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para luego escribir „‟Memorias de un enfermo nervioso‟‟. Este delirio es de tipo místico, él
decide escribirlo detalladamente y Freud toma este caso para interpretar.

Schereber va a decir que él estuvo enfermo de los nervios 2 veces, y a esas 2 veces
le atribuye la causa de una sobrecarga de trabajo.

Primera enfermedad

Schereber tenía 42 años y trabajaba en una candidatura del rey destacada del
Parlamento. Fue en otoño de 1884, donde queda internado en un instituto con su doctor
Flechsig el cual va a tener un lugar central en el caso.

Va a estar internado allí 6 meses y para fines de 1885 va a estar en su casa


curado. A este primer episodio él no lo clasificó como místico, ya que no daba lugar a lo
„‟suprasensible‟‟ diciendo que sólo fue un episodio de hipocondría grave. Schereber está
agradecido con su médico al igual que su esposa, lo visitaba después de curado y su
esposa tenía un cuadro de los 2 en su mesa de trabajo dando indicios del agradecimiento.
Después de ésta primera enfermedad vive dichoso 8 años junto a su esposa, pero sin
conseguir hijos.

En junio de 1893 es designado presidente de tribunal superior y en octubre lo


asumía al cargo.

Entre junio y Octubre (antes del exceso de trabajo) tiene una serie de sueños, que
luego Freud lo va a ubicar en su posterior enfermedad. En este sueño retorna la primera
enfermedad, el cual le genera mucha angustia siendo que al despertarse de este se alivia
al ver que no fueron reales.

También se dio un episodio entre el soñar y el despertar siendo un lugar


interesante psíquicamente el cual Freud lo llamo “duermevela”, allí tiene un pensamiento y
piensa „‟que hermoso debe ser, ser una mujer sometida al acoplamiento‟‟ (referido a la
relación sexual) este pensamiento si lo tenía en la vigilia no le hubiera gustado nada.

Segunda enfermedad

A fines de octubre de 1893 aparece la segunda enfermedad, Schereber tenía 53


años. Le sobrevino un insomnio que lo llevó devuelta a la clínica de Flechsig en el cual fue
empeorando con rapidez siendo trasladado al Instituto de Sonnenstein

En 1899 exteriorizó más ideas hipocondríacas, ideas de persecución, basadas en


espejismos sensoriales, al principio medios aislados pero después con un alto grado de

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hiperestesia y gran susceptibilidad a la luz y al ruido. Luego se acumularos espejismos
visuales y auditivos sumado con perturbaciones de como sentía su cuerpo, se daba por
muerto. Su cuerpo padecía manipulaciones, en aras de un fin sagrado.

Inspiraciones patológicas: Estas inspiraciones le hacían al enfermo estar sentado


durante horas, absorto e inmóvil. En un estupor alucinatorio y lo martirizaba deseando la
muerte. Intentó ahogarse una vez en el baño. Luego las ideas delirantes cobraron carácter
místico. Se sentía insultado por personas de las cuales se sentía perseguido
principalmente Flechsig su médico y lo incriminaba diciéndole “almicida” siendo un
neologismo, es decir una palabra inventada por él. Freud dice que tiene que ver con
“asesino de almas”.

1894 quedó internado en otra clínica, donde fue creciendo el cuadro paranoico,
hasta que finalmente en 1899 solo quedó el cuadro paranoico. Sus alucinaciones
decrecieron al punto tal de sólo quedar este cuadro.

Schereber se prescinde de las ideas delirantes que tiene, mostrándose no inhibido,


ni confundido, tenía buena memoria, tenía sus capacidades conservadas lo cual si se
sentaba a hablar con alguien no parecía padecer el cuadro, hable de lo que se hable se
mostraba con gran conocimiento decente, nunca hablo de cosas que para la época eran
consideradas „‟prohibidas‟‟. Salvo que se toquen temáticas en relación al contenido de su
delirio psíquicamente parece normal. Pero este contenido no se le puede argumentar en
contra ya que tiene una certeza sobre el contenido del delirio.

Luego fue declarado incapaz, que no estaba en su sano juicio y por lo tanto no
podía acceder a sus bienes. A partir de esto Inicia gestiones para poder salir de la clínica
dirigiendo escritos a los tribunales pidiendo su libertad sin negar sus perturbaciones ni
ocultar la intención de publicar sus memorias, ya que a las mismas las considera
esenciales por su relación con la vida religiosa. En 1902 fue anulada su incapacitación
donde el Dr. Weber sostiene que Schreber está “capacitado para volver a la vida normal,
presentando solo algunos trastornos aislados” ya que durante 9 meses lo llevaba a su casa
a comer y se mostraba con interés y participativo. Éticamente aprobado salvo por su
delirio. Levantándole su incapacidad. Al año de haber recibido el alta, en el año 1903
Schereber publica sus memorias luego de sufrir algunas mutilaciones y censura. Aduce
también, en los mismos escritos, lo inofensivo de los actos a los que se ve obligado por el
delirio mismo.

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En el fallo que le dio la libertad, se exponen pocas palabras. Él se siente llamado a
redimir el mundo y a devolverle su perdida bienaventuranza, luego de pasar de hombre a
mujer, donde no tiene que ser mudado si no que debe ser mudado, la única salida es ser
mujer. Dice que esta transformación dura muchos años y que años anteriores se le
destruyeron órganos del cuerpo que fueron reconstituidos por los rayos divinos, que es un
milagro. Es inmortal mientras sea hombre, cuando sea mujer y cumpla la misión podrá
morir. Por fecundación directa de Dios va a dar a luz a nuevos hombres, sostiene que
pasaron a su cuerpo nervios femeninos. El delirio toma un matiz místico y religioso ya que
habla directamente con Dios, los demonios lo hostigan, y ve apariciones milagrosas.
Comienza a aparecer la figura de los persecutores a los que insulta y en entre ellos el Dr.
Flechsig se ubica en primer lugar.

Contenido del delirio

Freud va a hablar sobre 3 elemento principales del delirio de Schereber, los cuales
son el papel de redentor, mudanza en mujer y su relación con Dios. Plantea en primer
lugar qué lo primario es el papel de redentor que tiene y secundariamente aparece la
mudanza en mujer como medio para lograr lo primario; sin embargo, luego va a decir que
no es así, sino que primero aparece la mudanza en mujer y luego el papel de redentor ya
que la mudanza en mujer no era con un fin divino sino como una injuria al sr entregado al
abuso sexual de un hombre.

Analizando sus memorias dice que en el delirio persecutorio primero aparece


Flechsig como persecutor al querer efectuar un y luego este papel lo ocupa Dios. Al
escribir sus memorias se da cuenta que primero Dios aparece como un persecutor al
planear un “Almicidio” y querer perpetrar su cuerpo y transformarlo en mujer y luego pasa a
verlo como un aliado siendo parte de un propósito divino amigándose con la idea de ser
mudado en mujer. Esta idea ya estaba presente en una de duerme vela en donde aparece
este pensamiento de qué hermoso debe ser, ser una mujer sometida al acoplamiento,
encontrando una relación con el delirio primario de estar en el lugar femenino que luego va
a tener un nexo con la idea de ser un “redentor” como orden del universo, pidiendo la
emasculación para una fecundación a través de rayos divinos.

El tercer elemento del delirio de Schereber es la relación con Dios. En su relato va a


decir qué Dios cuando creó el mundo se alejó y lo dejo a su suerte , interviniendo sólo para
hacer milagros o para vincularse con un hombre ; sino tom contacto con estos solo cuando

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mueren , planteando que todo lo que es creado en el universo está hecho de nervios de
Dios , desprendiéndose este de una parte de sí mismo para crear las cosas y que cuando
estas mueren , estos nervios retornan a Dios siendo sometidos a un proceso de
purificación en donde pierden la memoria y aprenden la lengua fundamental uniendo a
Dios como vestíbulos del cielo Schereber también va a describir lo que es para él algo
fundamental ,qué son las Bienaventuranzas , que es un sentimiento de voluptuosidad
(goce erótico), las almas de los hombres muertos una vez que son purificadas son unidas
entre sí y están en el goce de la bienaventuranza .

Schereber era ateo por lo tanto no era un creyente de Dios. Freud va a decir que
cuando este está en pleno delirio, aun así va a conservar su parte no creyente, teniendo
así una actitud ambivalente frente a Dios, por un lado lo venera y por otro lado es rebelde
ante él.

Sobre su delirio va a hablar sobre lo qué es el “Malentendido Fundamental”. Dice


que hay una laguna en el orden del universo por la cual la existencia de Dios se ve
amenazada. Estas suceden cuando un hombre está en un grado muy alto de excitación
ejerce sobre los nervios de Dios una atracción tal que él no puede zafarse de esa atracción
y se ve amenazado en su existencia , poniendo en marcha el mecanismo de auto-
conservación; siendo que este no era perfecto y no entiende a los hombres ya que está
acostumbrado a vincularse con los hombres muertos y no con los vivos entonces este
“malentendido fundamental” es la razón por la cual Dios terminó por convertirse en el
maquinador de este plan para destruir a Schereber , perpetrando un “almicidio” contra él , a
pesar de que esto nunca había sucedido con ningún hombre , siendo él el único hombre a
quien Dios quiere destruir . Este plan lo va a llevar a cabo a través de intentos de destruir
su entendimiento, ya que si destruye su entendimiento se retiran los rayos , siendo esto
malo para el . Es por esto que Schereber se ve obligado a pensar constantemente para
qué Dios no crea que destruyó su entendimiento y se convirtió en idiota , para qué así no
retire sus rayos . En su delirio la voluptuosidad resolvería algo del conflicto del
malentendido fundamental , exigiendo Dios que ejerza dicha voluptuosidad

Freud va a abordar la alteración patológica de Schreber , siguiendo las dos


direcciones principales del delirio . En un principio antes de la enfermedad Schreber era un
no creyente en Dios y un aséptico en su práctica sexual ; después de la enfermedad este
era un fiel creyente de dios y un buscador de la voluptuosidad . Freud nos dirá qué en este
caso lo que le llama la atención es que no es un libertad sexual masculina la que se

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conquista para sí mismo, sino que es un sometimiento femenino la parte de voluptuosidad
sexual que ejerce Schreber a partir de su enfermedad , es decir se ubica en una posición
sexual femenina sintiéndose la mujer de Dios . Siendo el delirio de la mudanza en mujer
una realización de la fantasía que tiene en duermevela, ya que al principio de este delirio
reacciona con rechazo viril y luego se reconcilia con esta idea al relacionarla con un
propósito superior , ya que Dios le exige el cultivo de la voluptuosidad femenina .

Análisis

Desde Freud

Schereber escribe “Las memorias de un enfermo nervioso” detallando precisamente


todo su caso, ya que su delirio toma un carácter religioso, místico el piensa que sus
memorias tienen interés científico. Es este libro en el cual Freud basa todas sus
interpretaciones con respeto a Schereber.

Durante el primer momento de su enfermedad Schreber sentía y aseguraba que su


médico Flechsig lo perseguía y este intentaba asesinar su alma y convertirlo en una mujer,
lo que Freud plantea como alucinaciones de emasculación, según las palabras del propio
Schreber una “experiencia de castración”.

Flechsig es el primer perseguidor del delirio que solo es dejado cuando aparece la
reconciliación y transformación en mujer es llevado a un propósito divino ya no se vive
como persecutorio.

Freud va a decir que hay un vínculo muy importante y anterior entre su perseguidor
y el delirio que ocupa un lugar importante, dice que la intencionalidad del sentimiento del
paciente a una persona sustitutiva de esa, es proyectada como un poder exterior, el tono
del sentimiento es transformado hacia lo contrario y que la persona ahora odiada y temida
a causa de su persecución en alguien que alguna vez fue amado y venerado dentro del
individuo, durante su primera internación. Freud habla por 1ra vez del concepto de
proyección en este caso.

En relación a su 1ra enfermedad es que hay una vuelta por parte de quién lo curo,
fantasía que responde a la figura de Flechsig (añoranza de la enfermedad por la persona
de Flechsig)

Su delirio de ser mujer es una idea patológica. Idea homosexual (en función a la
orientación de su libido)

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Cuando aparece Dios y la postura divina es que se reconcilia con estás ideas de
mudanza de mujer.

Freud se pregunta cómo está figura del médico puede estar tan enraizada con los
sucesos posteriores que acuden a Schreber con lo cual dice que puede estar pasando por
la transferencia que recaen ulteriormente sobre el padre y hermano. Flechsig como
representante del vínculo amoroso.

Se habla de un Dios inferior y uno Superior que también rece sobre Flechsig,
mientras que ve al médico como un Dios superior ya que este era la representación de su
padre, pero se dice que si se hubiese tenido más información de su hermano, luego de la
muerte del padre esta atribución de Dios superior se la daría al hermano.

Los impulsos internos fueron proyectados hacia el mundo exterior y como ya se


mencionó, condujeron a alucinaciones intensas que se centraban en un primer momento
en su médico, proyección que Freud atribuía en relación a los sentimientos que había
tenido hacia su hermano y después alucinaciones alrededor de Dios, las cuales
representaban a su padre.

Transformaciones en Schereber

1) equipara a Flechsig a Dios, lo equipara a la relación que tiene con su padre que
era médico y muy reconocido y que la relación que poseía con Schreber era la que tenía
en relación a su creencia, de rebelión.

2) la mudanza en mujer ya no posee un fin hostil sino propósito de un fin superior


(delirio místico, delirio de grandeza) y que supone un proceso

La persecución estatuida en el delirio, sirve sobre todo para justificar la mudanza de


sentimientos en el interior del enfermo.

La paranoia sirve para los mismos fines figurativos.

En un segundo momento de dolencia Schreber se queja de que lo acosan los


“pájaros de milagros o pájaros hablantes” a los que atribuyen propiedades llamativas, han
sido formados por restos “vestíbulos de cielo”, almas de seres bienaventurados, estaba
convencido de que Dios y el orden de las cosas le exigían que se convirtiera en mujer, esta
mujer que pudiera llegar a ser el único objeto del deseo sexual de Dios.

Las voces dicen, fundamentando en cierto modo la amenaza de castración;

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«En efecto, usted debe ser figurado como dado a vicios voluptuosos» Por último, la
compulsión de pensar a que el enfermo se sometía por suponer que, si dejaba de pensar
un momento, Dios creería que se había vuelto estúpido y se retiraría de él.

Este caso llevo a Freud a revisar la clasificación recibida de los trastornos mentales.

Este mantuvo la idea que la diferencia entre la paranoia y la demencia no son del
todo claras, porque puede dar cuenta de que los síntomas de estas dos dolencias pueden
ser combinadas en cualquier proporción, como en este caso.

Freud concluyo con que puede ser necesaria la introducción de un nuevo


diagnóstico, al cual se le podría atribuir el nombre de Demencia paranoide, que hace
justicia a los trastornos mentales polimorfos.

Por tanto, también en el caso Schreber nos encontramos en el terreno bien familiar
del complejo paterno. Si la lucha con Flechsig se le revela al enfermo como un conflicto
con Dios, nosotros no podemos menos que traducirlo a un conflicto infantil con el padre
amado, conflicto del cual unos detalles que desconocemos han comandado el contenido
del delirio. No falta nada del material que suele ser descubierto por el análisis en casos
semejantes; todo está subrogado por alguna indicación.

Freud atribuía los que los disturbios de Schreber eran resultado de deseos
homosexuales reprimidos (en relación a las poluciones -eyaculaciones- que manifiesta
durante una noche durante su segunda internación como representaciones inconscientes),
orientados hacia su padre y su hermano en la infancia.

En estas vivencias infantiles el padre aparece como el perturbador de la satisfacción


buscada por el niño, autoerótica las más de las veces, que en la posterior fantasía a
menudo se sustituye por otra menos ingloriosa. En el desenlace del delirio de Schreber, la
fantasía sexual infantil celebra un triunfo grandioso; la voluptuosidad misma es dictada por
el temor de Dios, y Dios mismo (el padre) no deja de exigírsela al enfermo. La más temida
amenaza del padre, la castración, ha prestado su material a la fantasía de deseo de la
mudanza en mujer, combatida primero y aceptada después. La referencia a una culpa,
encubierta por la formación sustitutiva «almicidio», es muy nítida (el almicidio quería
cometerlo originalmente Schreber pero se lo adjudica a Flechsig)

Desde Lacan

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Tanto para Freud como para Lacan, la importancia del análisis de la paranoia reside
en que da luces acerca de los mecanismos inconscientes de la neurosis. Lo que interesa a
Lacan no es el delirio propiamente tal de la psicosis, sino, cómo tal delirio pone en
evidencia el proceso mismo de significación que trama al inconsciente y por ende al sujeto.
Esto marca un punto central de la hipótesis lacaniana: el inconsciente se estructura como
cadena significante. En el delirio se desnudan los procesos de significación, inherentes a
todo fenómeno inconsciente, que se encuentran ocultos en el síntoma neurótico.

Lo que interesa del delirio en Schereber, es como significó todas las


representaciones de su inconsciente. Y, dado que en la psicosis el inconsciente está a
cielo abierto, lo significó mediante el delirio, con toda su sintomatología como ideas
hipocondriacas, reblandecimiento del cerebro, ideas persecutorias, espejismos sensoriales,
hiperestesia, susceptibilidad a la luz y al ruido, estupor alucinatorio, deseos de morir, etc.

Y el Gran Otro por momentos fueron Flechsig (el médico que lo curó en un primer
momento con la hipocondría grave y al que su esposa y él, le rendían mucho homenaje por
decirlo así, ya que este doctor era el que había “salvado” a Schereber) y en otro momento
La ley, el Gran Otro es Dios. El primer Gran Otro de Schereber puede retornar en Flechsig
y luego en Dios.

En el chiste sucede la condición necesaria para toda satisfacción posible, es decir:


que se te escuche más allá de lo que decís. El equívoco mismo muestra, en acto, que el
significante no tiene un significado unívoco, que puede significar cualquier cosa y es en
ese traspié donde se encuentra la satisfacción. Cuando el otro admite este traspié del
mensaje puede admitir esa dimensión más allá del significante que no tiene un sentido
único, admitir el más allá del mensaje donde se admite que el Gran Otro no tiene un saber
perfecto.

El Nombre del Padre al no pertenecer al sentido del Otro, al no pertenecer al campo


del saber, puede dar otro sentido a los significantes.

En la represión el significante NP funda la cadena de significantes mientras que en


la Forclusión falta ese significante que funda que haya ley de significante, es decir, que no
tiene un significado unívoco, que el Gran Otro no es dueño del saber. Al no estar el
significante NP, el saber y los significados quedan solamente del lado del Otro e inhabilitan
que surja algo nuevo del sujeto e imposibilita ese vínculo entre mensaje y código y código
y mensaje porque el NP es el significante que permite que se admitan los mensajes, que lo

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que viene de nuevo por parte del sujeto sea admitido; en la Forclusión solamente se
posibilita los sentidos que vienen del Otro.

Esto es lo que sucede con Schereber: esto aclara los fenómenos alucinatorios. Al no
estar este vínculo entre mensaje y código cataloga esas alucinaciones como fenómenos
puramente de código (las voces, las lenguas fundamentales, un código más allá del código
como intento de instaurar en el código una significación nueva a través de los neologismos
unívocos) o puramente de mensaje (los mensajes eran interrumpidos, no termina de cerrar
las frases, son intentos de mensajes que al no poder pasar por el tú de la invocación por el
NP, al no poder ser admitidos por el código quedaban interrumpidos y se manifestaban de
esa forma).

En esto e que en Schereber no se produce dialogo entre mensaje y código, queda


inhabilitado y esto aclara bastante lo de los fenómenos alucinatorios; aquí cuando Lacan
identifica 2 fenómenos alucinatorios de voces que escucha Schereber están:

 Fenómenos de código: las voces, lenguas fundamentales,


neologismosEstos neologismos en Schereber pueden ser: almicidio
como un suicidio del alma, que le provocan Dios y Flechsig. Los objetos de su
delirio persecutorio.

 Y el otro de fenómenos de mensaje cuando escucha “ahora quiero… “ y no


cerraban la frase estas voces. Lacan lo entiende como, al no poder ser
admitidos en el código quedaban interrumpidos.

Todo el proceso edípico es un proceso que tiene que decantar en la idea de que el
falo no es nadie, que está perdido para todos. Es necesario que todos acepten que nadie
es el falo, que el falo pase al orden de la cultura, como algo perdido como estructura.

El falo es el significante que hace presente la ausencia y tiene efecto de


significación en todo lo que sufre su marca, en cada sujeto hay un significante fálico que
tiende a influir a todo lo que pase por después de lo fálico, que viene a ser una suerte de
arco. Su presencia muestra que hay una falta.

Todo esto no va a pasar en la psicosis, como es este caso de Schereber. No se va a


realizar la ecuación de la metáfora paterna ya que no hay NP, no se inscribe nada, no
registra ni reconoce a este NP a tiempo. Por ende no hay represión, y se produce un
agujero en la estructura, esto desencadena la psicosis. El psicótico, puede encontrar

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formas de significarse tomando “identificaciones prestadas” que le permiten ser funcional
(tanto de hombre como mujer: aquí se puede relacionar con esto que plantea Schereber de
mudarse en mujer). Y el mecanismo que utilizará el psicótico, será la forclusión.

La psicosis tiene un mecanismo propio y fundante que es la forclusión del Nombre


del Padre.

La forclusión es la pérdida de esa metáfora, y con ello la pérdida de la capacidad de


significación y de la ley. En el caso de Schereber, es la angustia del sujeto provocada por
la responsabilidad de transformarse en Padre (ser padre, ser presidente del senado, etc.)
lo que gatilla la pérdida de la metáfora del Padre (forclusión) y con ello el desenlace
paranoico.

“Es en un accidente de este registro y de lo que en él se cumple, a saber, la


forclusión del Nombre-del-Padre en el lugar del Otro, y en el fracaso de la metáfora
paterna, donde designamos el defecto que da la psicosis su condición esencial, con la
estructura que la separa de la neurosis”

Cuando el NP no ingresa, en lugar de poder producir un síntoma y encontrase con la


represión, ante una determinada coyuntura de la vida, se encuentra un agujero en la
estructura el sujeto no tiene recursos simbólicos subjetivos por los cuales responder, lo que
desencadena la psicosis.

El Nombre del Padre se inscribe como significante en el lugar de la estructura donde


no hay un cómo se hace, por tanto, será quien instruya al niño sobre su actuar. Es un
significante que dice cómo debés hacer para identificarte como hombre o mujer, vivo o
muerto, etc. El NP vendrá a dar respuestas posibles a esos significantes faltos para todos
los seres humanos atravesados por el lenguaje.

Se puede pensar en el caso, que el desenlace paranoico de Schereber no surge


porque le otorguen el título de Presidente del tribunal, ya que antes de esto, ya había
tenido una serie de sueños, en 1884 tuvo la primer enfermedad en la que Flechsig es su
doctor y logra curarlo. Estos podrían ser síntomas pre-psicóticos.

Fenómenos elementales

Lacan, a partir del concepto de "automatismo mental" de Clérambault, va a subrayar


el carácter anideico de los fenómenos psicóticos, es decir, que son fenómenos no

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conformes a una sucesión de ideas. Esto significa que la psicosis implica ruptura y que,
por tanto, se trata de un fenómeno incomprensible.

El automatismo surge como algo que se impone al sujeto, algo que lo habita y que
no se comprende, que es enigmático y que deja al sujeto en la mayor perplejidad. El
automatismo puede hacer entrar en crisis todo el mundo imaginario, todas las
significaciones sobre las que el sujeto sustenta su realidad.

El sujeto psicótico no puede hacer uso de la represión, sino que generará ciertos
síntomas hasta que se desencadene ante una imposibilidad de responder, a ese lugar de
no respuesta subjetiva viene el retorno de lo real, el agujero de lo simbólico.

El fenómeno elemental (alucinación, delirio, etc.) viene a ser esa certeza que
proviene de afuera para llenar ese agujero de no respuesta. Es una idea que proviene de
afuera, se dirige a él y dice algo de él que es más cierta que lo que puede decir sobre él.
La respuesta subjetiva se la da esa idea respecto de él, esa alucinación, ese delirio que
habla de él. Es la respuesta a aquello que no pudo responderse.

Estos síntomas son retorno de lo real, no hay posibilidad de tramitarlo


simbólicamente, por la vía del inconsciente. Hay certeza. Si hay retorno de lo real en ese
fenómeno elemental no hay posibilidad de desplazamiento y condensación (metáfora y
metonimia), puesto que esto lo permite el falo, la posibilidad de utilizar el inconsciente de
forma metafórica. No hay capacidad de asociación en los fenómenos elementales, puesto
que el inconsciente no tiene valor asociativo. Si el inconsciente está a cielo abierto no se
puede valer de la represión, no hay nada oculto, nada que develar.

El delirio es una forma de curación del sujeto, una forma restitutiva, encontrar algo
para alejar ese agujero de lo real.

Hay un momento en Schereber en el que tiene estos estupores alucinatorios, en el


que se podría decir que está perplejo, y desarrolla toda esta sintomatología, estos delirios
que dijeron mis compañeras en el historial.

El delirio que se produce sobre Schereber, esta certeza que viene de que tiene una
misión de redentor, que se creía hijo de Dios llamado a salvar al mundo de su miseria, las
voces que escucha son todos fenómenos elementales

Paranoia

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En la paranoia el contenido y el afecto se conservan y son proyectadas por el yo. A
diferencia de la neurosis donde el afecto reprimido se va montando en diversas ideas hasta
llegar hacia la consciencia.

Nuevamente: cuando hablamos de neurosis hay un retorno de lo que está reprimido


en el inconsciente, lo que dará lugar a las formaciones del inconsciente, mientras que
cuando hablamos de psicosis se trata de algo que no ha sido aceptado en el orden de lo
simbólico y por eso retorna como real, hablamos entonces de fenómenos elementales.

En la forclusión lo que no entró es el significante del Nombre del Padre. Una


neurosis frente al agujero va a recurrir al fantasma, esto es, utilizar las asociaciones que
permite el lenguaje para resolver la cuestión del agujero, o también al nudo entre los tres
registros sobre todo en lo imaginario y podrá hacer con ese agujero, podrá asociar, hacer
metáfora con aquello reprimido que surge.

Cuando pensamos en el significante del NP, es aquello que mantiene unida a la


cadena de significantes, a modo de nudo de capitón. En la psicosis, en cambio, lo que hay
es lo imaginario que mantiene tapado al agujero de significantes.

Lo que no ingresó retorna, y no lo hace desde lo simbólico sino desde lo real. Hay
que utilizar otros medios para poder hacer con aquello que aparece. No hay elementos
simbólicos para tratar lo real, y cuando aparecen cosas de lo real que requieren de ese
significante puede generarse un brote, por ejemplo: cuando hay conflictos con la ley, en el
caso de Schereber cuando es puesto como presidente del tribunal superior.

“Se desliza en el lenguaje lo que éste transporta: la idea del todo a la cual empero
hace objeción el más mínimo encuentro con lo real” El registro de lo real jamás podrá ser
simbolizado por completo, es, por tanto, del mundo del no-todo, de la incompletud. Esta
característica de lo real es lo que genera angustia: la falta de significantes.

Lo que posibilita vincular los significantes es la significación fálica, a partir del NP


que es quien dio la primera sustitución. Hay un elemento que permite “hacer de cuenta”
que las palabras tienen relación con las cosas y que esa relación puede cambiar. Lo que
no hay en la forclusión es esta significación fálica, producto del no ingreso del NP. No hay
capacidad de que un significante se vincule con otro, se asocie o reemplace con otro
significante. Se debe trabajar en el registro de lo imaginario para que compense lo que en
lo simbólico no está funcionando.

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El delirio es un discurso articulado que viene a dar algo de sentido a los fenómenos
elementales, es el S2, algo que lo saca de la perplejidad. Aparece algún discurso
articulado frente al vacío de significación. Hay una restitución de sentido, un discurso
articulado que restituye de la perplejidad.

Este discurso, este S2 que lo saca de la perplejidad, va a ser todo este discurso
delirante que armó y articuló respecto a que es Hijo de Dios, que tiene una misión
redentora, y que para eso tiene que mudarse en mujer pero que esto tardaría mucho
tiempo. Que esto le fue develado en un lenguaje imposible de entender para los humanos,
etc.

Pero el delirio también es un fenómeno elemental, en tanto que cuando aparece


remite a una estructura psicótica.

Un fenómeno elemental aparece en un primer momento sin significantes, lo que deja


en un estado de perplejidad. El delirio es un intento de restablecimiento, de reconstrucción
ante el vacío de significación que genera el S1 aislado, que no permite decir algo de lo que
se trata. Si en un primer momento aparece el vacío, lo que llamamos la formación
patológica es un intento de reconstrucción para que un paciente pueda vivir dentro de él.
Es el intento de poder vivir dentro de él, con toda su complejidad. Es un intento de llenar de
reconstruir el vacío, el agujero de significante, una forma de vivir en el mundo con todo el
riesgo y las dificultades que eso entraña. Acá podemos observan en el caso de Schereber
que podía seguir manteniendo conversaciones totalmente “cuerdas”, es decir, el delirio le
permitió, en cierto modo, estabilizarse.

La metonimia implica un desplazamiento de sentido y la metáfora es la sustitución


de un significante por otro. La metáfora implica el surgimiento de sentido y la metonimia su
desplazamiento. El fenómeno elemental, es una metáfora y metonimia fallida, puesto que
el delirio permite el movimiento de sentido. En el fenómeno elemental no hay sentido, no
hay significantes que vengan a reemplazar a otros ni que pueda desplazarse
encadenándose a otros significantes.

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