Teoria Del Delito

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TEORIA DEL DELITO

Es una parte de la ciencia del derecho penal que se encarga de analizar cuales
son los elementos o características que deben de concurrir en una conducta para
que esta sea considera como delito, o en su caso cuales son los elementos para
que esta conducta se le niegue la calidad de delito. La teoría del delito
determina cuando una conducta es verdaderamente delictiva.

De ahí surge la enorme importancia de que los operadores del sistema de justicia
penal, abogados deben tener conciencia sobre la necesidad de consolidar los
conocimientos como son: la definición del delito, sus presupuestos, su aspecto
positivos (conducta o hecho, tipicidad, antijuridicidad, culpabilidad y punibilidad) y
aspecto negativo (ausencia de conducta, atipicidad, causas de justificación,
inculpabilidad y excusas absolutorias), su clasificación, tentativa, la autoría y
participación.

Indudablemente la teoría del delito dentro del derecho penal representa uno de los
instrumentos más importantes para establecer la responsabilidad penal de un
individuo procesado, indiciado por la supuesta comisión de un hecho delictivo. Y
es necesario y de gran importancia analizar y establecer si se ha dado la
afectación a un bien jurídico protegido y considerado fundamental.

Teoría del caso]

Toda acción para constituir un delito debe ser una conducta típica, antijurídica y
culpable. Es por ello que el análisis de lo que presuntamente constituye un ilícito
se debe de hacer la revisión de esos tres estadios de manera seria y cuidadosa.
Ya que el delito es un fenómeno social que se estudia a través de una ciencia.

La teoría del delito tiene como objeto analizar y estudiar los presupuestos jurídicos
de la punibilidad de un comportamiento humano ya sea a través de una acción o
de una omisión, del cual se deriva la posibilidad de aplicar una consecuencia
jurídico penal.

Para el jurista español Luis Jiménez de Asúa, la dogmática jurídico penal consiste
en la reconstrucción del derecho vigente con base científica, de donde se
desprende la posibilidad de construir la dogmática penal en la base del derecho
vigente, circunstancia que obliga a supeditar precisamente el contenido de una
ciencia en torno a la voluntad manifiesta del legislador.

La  denominación del ius puniendi es la facultad del Estado para prohibir las
conductas consideradas como delitos e imponer las sanciones penales a quienes
las realizan y el fundamento legal se encuentra previsto en la Constitución Federal
en el artículo 73 fracción XXI que faculta al congreso para establecer los delitos y
faltas contra la federación y fijar castigos que por ellos deban imponerse, así como
legislar en materia de delincuencia organizada.

En principio solo el poder legislativo tiene la facultad de emitir las leyes penales,
pero en situaciones de emergencia el presidente de la República podrá gozar de
facultades extraordinarias para legislar en materia penal, siempre y cuando se den
los presupuestos  y se cumplan los requisitos que se establece el numeral 29 de la
carta magna.

Elementos que conforman la teoría del delito

 Acción
 Tipicidad
 Antijuricidad
 Culpabilidad
 Punibilidad
Juez de ejecución]

Por ello, la teoría del delito debe construirse desde los cimientos que proporcionan
las mismas normas penales, pues de nada serviría el sistema si entrara en
contradicción con lo expuesto en los textos legales. Por ello, no debe haber
contradicciones internas al propio sistema, pues éstas podrían aniquilar el sistema.

Es de suma importancia utilizar la teoría del delito, pues dicha teoría proporciona
un sistema de análisis para ordenar e interpretar las normas penales sustantivas
para determinar si la conducta desplegada por el sujeto activo es o no constitutiva
de delito. Y la responsabilidad penal es cuestión de carácter procesal que se
determinará en la resolución del justiciable.

Definitivamente existen hechos que no son considerados como delitos, otros en


los cuales los indicios se consideran que no lo son, pero puede suceder que no se
encuentre a un probable responsable o habiéndolo encontrado, al analizar la
conducta con la teoría del delito, se puede llegar a la conclusión que no cometió
dicho delito y el cual debe ser absuelto el individuo, o bien que dicha teoría indica
que sí se cometió el delito, pero por fallas, errores, anomalías, vicios procesales y
sobre todo de prueba se impide sustentar la responsabilidad penal, de manera que
deberá obtener la libertad, y en caso contrario de que se confirme la comisión del
delito, y se acredite, encuadre y se compruebe la responsabilidad del sujeto se
debe de sustentar conforme a las normas constitucionales,  procesales y a los
tratados internacionales y posteriormente el juez emita una resolución y que
confirme la responsabilidad penal del acusado y la pena a imponer.

En la jurisprudencia 1a./J. 143/2011 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


estableció que en toda sentencia definitiva debe analizarse si existe o no delito,
esto es, una conducta típica, antijurídica y culpable. Una conducta es típica
cuando tiene adecuación a los elementos del tipo penal. Así, de la interpretación
sistemática de los artículos 7o., 8o., 9o., 12, 13, 15, fracciones II y VIII, inciso a) y
17 del Código Penal Federal, se advierte que los elementos del tipo penal que
deben examinarse en la sentencia son: I) los elementos objetivos de la descripción
típica del delito de que se trate; II) si la descripción típica los contempla, los
elementos normativos (jurídicos o culturales) y subjetivos específicos (ánimos,
intenciones, finalidades y otros); III) la forma de autoría (autor intelectual, material
o directo, coautor o mediato) o participación (inductor o cómplice) realizada por el
sujeto activo; y, IV) el elemento subjetivo genérico del tipo penal, esto es, si la
conducta fue dolosa (dolo directo o eventual) o culposa (con o sin representación).

En muchas ocasiones el legislador penal deja su testimonio sobre cuáles fueron


los problemas que quiso resolver y las conductas que quiso prohibir a través de
las normas previstas en una ley o en su reforma, pero lamentablemente  en
muchas ocasiones el legislador no deja constancia pormenorizada sobre el
desarrollo de su labor y lo único que encontramos son manifestaciones generales
en torno a la ley o reforma y su texto publicado en el Diario Oficial de la
Federación, situación que obliga a acudir a otros criterios de interpretación
emitidos por los mismos jueces en sus tesis de jurisprudencia o por los
doctrinarios

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