2021 07 10 La Oracion de Ana
2021 07 10 La Oracion de Ana
2021 07 10 La Oracion de Ana
LA ORACIÓN DE ANA
I. INTRODUCCIÓN
A medida que crecemos en madurez: la voluntad de Dios, sus propósitos, y el honor de su nombre nos van
a preocupar cada vez mucho más. Estaremos mucho más sintonizados con Dios.
Pero no importa cuánta madurez hayamos alcanzado, siempre seguiremos teniendo penas y alegrías
personales en nuestra vida. Si es que, en todo momento, en todo tiempo, queremos darle el honor a Dios
que importante será que lo busquemos a Él.
Y cuando tenemos que elevar al creador una súplica por nuestros sufrimientos personales, que lindo es que
como un niño podamos acudir a nuestro Padre con la confianza que Él nos oye y nos responde conforme a
su soberana voluntad, entendiendo que el tiene un plan perfecto para nuestras vidas, y aún cuando no lo
entendamos, lo lleva adelante.
En esta oportunidad vamos a hablar de una mujer llamada Ana. Su nombre en hebreo es Hanna, que significa
“llena de gracia”, llena de favor.
Cuando los padres de Ana recibieron la bendición de Dios, decidieron colocarle ese nombre, porque de
inmediato percibieron que la vida de su pequeña irradiaba el favor de Dios en su vida.
Pero que paradójica es la vida, una mujer “llena de gracia”, en este pasaje la encontramos como una mujer
“llena de tristeza”, “llena de amargura”.
¿Qué es lo que estaba sucediendo? Veamos algunos aspectos de la vida de Ana, y que podemos aprender a
través de los mismos.
VI. CONCLUSION
Ana, tenía un gran sufrimiento
Ana, decidió abrir su corazón, pero con Dios.
Dios respondió la oración de Ana, y le mostró que no la había olvidado
La oración de Ana fue una oración que llenó el corazón de Dios.
La única forma en que Ana pudo liberarse de su sufrimiento y desahogarse, total y definitivamente fue
acudiendo a Dios.
Como cristianos, a menudo cometemos uno de estos dos errores:
A veces nos lamentamos por nuestro sufrimiento abiertamente delante de los demás.
Este puede ser el menor de los males, ya que podemos contar con que nuestros amigos escuchen cierto
monto de lamentos de nuestra parte. Pero debemos ir con nuestras angustias a Dios, y es en eso que
fallamos lastimosamente.
El segundo error, ocurre cuando nos acercamos a Dios, mostramos fe, creemos que EL es, que está allí,
por decirlo de alguna forma. Pero nuestro temor y nuestra reverencia hacia Él nos inhiben. ¿Puede el
Dios de los cielos interesarse por mis pequeñeces?
Cuando estemos descargando nuestro corazón en la presencia de Dios, como lo hizo Ana, Él estará
escuchando con atención, y comprendiéndonos profundamente.
Después de volcar nuestro corazón delante de Dios, nos inundará una paz que trascenderá nuestro
entendimiento. Dios sabe y eso es suficiente.
Dios sabe, y a veces sabemos que ya nos ha respondido, mucho antes de que nos llegue la encomienda
celestial.
Pero en ocasiones en que no encontremos esa paz y no fluya en nosotros esa seguridad que nos haga estar
de pie. El Señor nos estará diciendo ¿Confías en mí? Y si le respondemos que “SI Señor”, Entonces nos
responderá “Cree en mí, y deja todo en mis manos”
Ana se sintió bien, completamente bien, porque Dios la había escuchado y comprendido. Cuando uno sabe
que lo han comprendido, siente un cambio extraordinario, siente un cambio extraordinario dentro suyo.
Ana creyó y confió que su oración había sido oída y que sería contestada, por eso ya no estuvo más triste
18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no
estuvo más triste.
I Samuel 1:18
Durante las horas en que Ana había derramado su corazón delante del Señor, se produjeron grandes cambios
en ella. Ya no era la misma mujer que se había negado a comer su porción de carne. Había un nuevo brillo
en su mirada.
VII. APLICACION
¿Estas llevando en tu vida un sufrimiento, que al presente no lo has podido superar?
¿Hay personas que lejos de mitigar tu dolor, aumentan más aún tu sufrimiento?
¿Has sentido que, aunque muchos trataron de ayudarte, no ha cambiado en nada tu sufrimiento?
¿Cuán empático eres con el sufrimiento de los demás?
¿Acompañas a los hermanos que están pasando por un sufrimiento?
¿Hasta qué punto tienes confianza con Dios, al punto de abrirle tu corazón y expresarle abiertamente
cuál es tu sufrimiento?
Cuando buscas a Dios con tu sufrimiento, ¿lo haces creyendo en El, sabiendo que Él es galardonar de
los que le buscan con fe?