Protocolo de Actuación en Casos de Violencia de Género

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PROTOCOLO DE ACTUACIÓN EN CASOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO

ANEXO II

Tabla de contenidos

1.Ámbito de aplicación

2. Alcance

3. Objetivo

4. Marco Normativo

5. Medidas vinculadas al Registro y Unificación de Causas

6. Denuncia

7. Delitos de Instancia Privada y Retractación de la Víctima

8. Medidas de Asistencia y Protección de la Víctima

9. Medidas Relacionadas con Imputados Prófugos

10. Medidas Relacionadas con el testimonio de la Víctima

11. Medidas Relacionadas con Estudios Periciales Sobre las


Víctimas

12. Otras Medidas de Prueba

13. Medidas Vinculadas al Juicio

14. Preguntas sugeridas para la testimonial de la víctima


1.ÁMBITO DE APLICACIÓN

El presente Protocolo es aplicable a todos los casos de violencia


de género, definida como “aquella ejercida contra las mujeres
por un integrante del grupo familiar, independientemente del
espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la dignidad, el
bienestar, la integridad física, psicológica, sexual, económica
o patrimonial, la libertad, comprendiendo la libertad
reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de las mujeres. Se
entiende por grupo familiar el originado en el parentesco sea
por consanguinidad o por afinidad, el matrimonio, las uniones de
hecho y las parejas o noviazgos. Incluye las relaciones vigentes
o finalizadas, no siendo requisito la convivencia”1.

2. ALCANCE

Los actos de violencia de género constitutiva de delitos de mayor


significación o recurrencia, que merecen destacarse en esta
normativa, son los siguientes:

 Delitos contra las personas: femicidio, lesiones en


diversos grados.
 Delitos contra la libertad: privación ilegítima de la
libertad, violación de domicilio.
 Delitos contra la integridad sexual: abusos sexuales.
 Delitos contra la propiedad: daños.
 Delitos contra la administración pública: desobediencia a
una orden judicial en los casos que se incumplan las medidas
de protección dispuestas por violencia de género.

3.OBJETIVOS

 Fijar criterios generales y particulares para la gestión y


resolución de conflictos vinculados con la violencia de

1
Art.6 inc. a Ley Nº 26.485
género con un abordaje sistemático profesional y
multidisciplinario
 Garantizar a las víctimas y testigos de violencia de género
un ámbito apropiado y resguardado de atención, con personal
capacitado e idóneo en la materia.
 Mejorar la calidad de las tareas investigativas de esta
problemática compleja y creciente en la sociedad, a fin de
determinar la existencia de hechos delictivos asociados a
la misma y la responsabilidad penal de sus autores y
partícipes, brindando una respuesta de mejor calidad y más
efectiva a la víctima.
 Fijar estándares básicos de actuación, tanto para el MPA
como para otros organismos del Estado vinculados con esta
problemática, a los fines de unificar las pautas y
herramientas utilizadas en el transcurso de la
investigación.
 Ordenar medidas de asistencia y protección inmediata a la
víctima a través de los órganos competentes en la materia.

4.MARCO NORMATIVO

 Convención sobre la Eliminación de todas formas de


Discriminación contra la Mujer, ratificada por Ley N°
23.179 e incorporada a la Constitución Nacional (Art. 75,
inc. 22).
 Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer – Convención de Belem
do Pará, aprobada por Ley N° 24.632 en el año 1996.
 Guías de Santiago sobre Protección de Víctimas y Testigos.
Documento aprobado en la XVI Asamblea General Ordinaria de
la Asociación Ibero Americana de Ministerios Públicos
(AIAMP) – 9 y 10 de Julio 2008 Punta Cana.
 Reglas de Brasilia sobre el acceso a la justicia de las
personas en condición de vulnerabilidad (XIV Cumbre
Judicial Iberoamericana).
 Ley Nacional Nº26.485 de Protección Integral para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la violencia contra las mujeres en
los ámbitos que desarrollen sus relaciones interpersonales.
 Ley N° 5.738 de Adhesión a la Ley N° 26.485.
 Ley Provincial de Violencia Familiar N° 5.107 “De Atención
Integral a la Violencia Familiar”.
 Codigo Procesal Penal de la Provincia de Jujuy Ley Nº 5.623

5. MEDIDAS VINCULADAS AL REGISTRO Y UNIFICACIÓN DE CAUSAS

La violencia de género ocurre en el contexto de relaciones


familiares o de pareja que pueden durar mucho tiempo. Por lo
general, los agresores realizan de manera reiterada conductas
que configuran distintos delitos en perjuicio de las víctimas
(amenazas, lesiones, abusos sexuales, etc.). Si bien todos esos
delitos son manifestaciones de un mismo conflicto, con
frecuencia ingresan al sistema penal de manera aislada (por
prevención de las fuerzas de seguridad o por denuncia de las
víctimas, sus familiares, profesionales de la salud, servicios
sociales, entre otros motivos). Esto da lugar a la fragmentación
de los hechos en varias causas judiciales.

La dispersión de causas multiplica los esfuerzos para las


víctimas, que deben declarar varias veces sobre los mismos hechos
y peregrinar por distintos despachos judiciales. Esto incrementa
los riesgos de revictimización, la desconfianza de las víctimas
en el sistema de justicia y la tendencia a abandonar el proceso.
También impide analizar los hechos integralmente y valorar su
gravedad, a la vez que obliga a duplicar los esfuerzos para
investigar cuestiones íntimamente vinculadas, generando una
inadecuada utilización de los recursos. Por estas razones, las
fiscalías deben adoptar medidas especiales para registrar y
unificar las causas por violencia de género.

5.1. Registrar los datos de la causa


El Estado argentino tiene la obligación de garantizar la
investigación y recopilación de estadísticas e información
pertinente sobre las causas, consecuencias y frecuencia de la
violencia contra las mujeres, “con el fin de evaluar la eficacia
de las medidas para prevenir, sancionar y eliminar la violencia
contra las mujeres y de formular y aplicar los cambios que sean
necesarios”2 para fomentar el derecho a una vida libre de
violencia. El Comité CEDAW y el MESECVI han emitido diversos
informes y recomendaciones enfatizando la importancia de esta
obligación.
5.2. Constatar la existencia de causas penales por otros
hechos de violencia de género

Al comienzo de la investigación, las fiscalías deben constatar


si existen otras causas penales iniciadas por denuncias previas
que involucren al mismo imputado o a la misma víctima. Además de
lo que surja del testimonio de la víctima, deben tenerse en
cuenta los datos registrados en el sistema informático del MPA,
y en las comisarías con jurisdicción en el domicilio de la
víctima y en otras localidades si correspondiere. Asimismo, se
deberán librar oficios al resto de las fiscalías de investigación
para constatar otros hechos de violencia de género. La
constatación debe incluir las causas en trámite y las que hayan
concluido por archivo, desestimación o sobreseimiento.

5.3. Plantear la acumulación de las causas existentes por


violencia de género

Cuando existan distintas investigaciones penales en trámite por


hechos de violencia de género que involucren al mismo imputado

2
Convención de Belem Do Pará, art.8, inciso h.
y a la misma víctima, se debe plantear su acumulación en un mismo
proceso, salvo que su estado procesal no lo permita. La
acumulación de causas procede siempre que se refieran a un mismo
conflicto de violencia de género3.

5.4. Requerir la investigación conjunta de los nuevos


hechos en caso de ampliación de la denuncia

En caso de ampliación o formulación de una denuncia por nuevos


episodios de violencia de género o por incumplimiento de una
medida preventiva urgente (por ejemplo, prohibición de
acercamiento y contacto), las fiscalías deben ampliar el objeto
procesal de la causa para que se investiguen todos los hechos de
manera conjunta. Siempre se debe evitar la dispersión de causas
por hechos que constituyan manifestaciones de un mismo conflicto
de violencia de género.

6.DENUNCIA

El Ministerio Público de la Acusación toma conocimiento del


delito a través de diferentes medios (por una denuncia, de oficio
o descubierto en flagrancia).

En los casos en que el agresor se lo descubra en flagrancia


cometiendo algún delito de violencia de género, se procederá con
la aprehensión del mismo.

La Aprehensión es un acto instantáneo que realiza la policía sin


necesidad de una orden judicial. El agente policial debe
comunicar inmediatamente al fiscal, quien decidirá las medidas
a tomar.

El Fiscal evaluará si existen riesgos para el proceso y/o para


la integridad física o psiquica de la víctima, sus familiares y
del propio autor y en su caso, solicitará las medidas
restrictivas correspondientes.

3
Art.65 y 66 CPP.
A los fines de documentar el hecho delictivo y a falta de una
actuación de oficio, la víctima o un tercero realizará la
denuncia por violencia de género en alguna de las siguientes
dependencias:

Comisaría de la Mujer

Comisarías

Sedes del Ministerio Público de la Acusación

Una vez recibida la denuncia, se dará intervención al Centro de


Asistencia a la Víctima, el cual articulará el acompañamento de
la víctima, por si o por otras dependencias, durante el proceso.

7. DELITOS DE INSTANCIA PRIVADA Y RETRACTACIÓN DE LA VÍCTIMA

Una parte significativa de los hechos de violencia de género


configuran delitos que dependen de instancia privada, como las
lesiones leves y los abusos sexuales. En estos supuestos, la
apertura de la investigación depende de la voluntad de la
víctima. Sin embargo, por las características mismas de la
violencia de género (que se comete entre personas cercanas que
tienen una relación asimétrica de poder), muchas veces las
víctimas deciden no instar la acción penal o se retractan de la
denuncia formulada incluso por delitos de acción pública.

7.1. Verificar si la víctima instó la acción en la denuncia

Cuando la víctima hubiere radicado la denuncia – en delitos de


lesiones leves o abuso sexual - en cualquier dependencia y no
constase expresamente que se ha instado la acción penal, cabe
asumir que la mera denuncia importa esa formalidad en los
términos de los artículos 22 del CPPJ y 72 del CP. Se debe
informar a la víctima acerca del régimen de la acción penal
pública de instancia privada, con la más amplia explicación sobre
las consecuencias jurídicas que ello acarrea, así como su
derivación al Centro de Asistencia a la Víctima en caso de que
la víctima se negase a instarla, a los fines de una evaluación
de conjunto.

7.2. Evaluar si existen razones de seguridad o interés


público para impulsar la acción de oficio en casos de lesiones
leves

En los casos de lesiones leves en los que la víctima no ha


instado la acción, las fiscalías deben evaluar si existen razones
de seguridad o interés público que justifiquen el ejercicio de
la acción penal de oficio, en los términos del artículo 72,
inciso 2º, del CP. El deber del Estado argentino de prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres puede
resultar un interés público suficiente1 para justificar la
continuación del proceso en ciertos casos.

7.3. Investigar las razones por las cuales la víctima se


retractó de la denuncia

En algunos casos de violencia de género puede ocurrir que, luego


de haber instado la acción, la víctima se presente nuevamente en
la comisaría, la fiscalía o el juzgado para “retirar la
denuncia”. De acuerdo a la legislación vigente, una vez instada
la acción penal, la retractación de la víctima no impide al
fiscal impulsar el proceso de oficio. En estos supuestos, se
debe explicar a la víctima en un lenguaje claro que existe un
deber legal de continuar la investigación y que el proceso
seguirá adelante. Además, las fiscalías deben indagar sobre los
motivos que llevaron a la víctima a retractarse, ya que éstos
pueden ser una manifestación de la violencia denunciada, a través
de coacciones o intimidaciones ejercidas por el agresor para que
retire la denuncia. La retractación también puede responder a
otros factores vinculados a la situación de violencia, por
ejemplo: a la dinámica del “ciclo de violencia” que atraviesa la
pareja, a la dependencia económica o emocional de la denunciante;
a la sensación de que no será posible salir de esa relación,
etc.

En estos supuestos las fiscalías pueden dar intervención al


Centro de Asistencia a la Víctima para que oriente y acompañe a
la víctima.

8. MEDIDAS DE ASISTENCIA Y PROTECCIÓN DE LA VÍCTIMA

Los operadores del sistema penal deben tratar a las víctimas con
consideración y respeto por su dignidad, teniendo en cuenta la
especial situación de vulnerabilidad en que se encuentran.
También deben velar por su seguridad y adoptar medidas
preventivas urgentes para proteger su integridad y evitar nuevos
hechos de violencia. En este capítulo se incluyen pautas de
actuación orientadas al cumplimiento de estos deberes.

8.1. Brindar información a la víctima sobre sus derechos y


los servicios de asistencia disponibles

En el primer contacto con las víctimas se les deben informar los


derechos reconocidos en el artículo 159 del CPP y 16 de la ley
Nº 26.485.

También se les debe dar información sobre los servicios de


asistencia jurídica y social disponibles, como la línea 144 del
Consejo Nacional de las Mujeres, la línea 137 del Programa “Las
Víctimas contra las Violencias” del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos, los Centro de atención a las víctimas de
Violencia familiar y de Género, entre otros.

Además, se les deben informar las funciones y competencias del


Centro de Asistencia a la Víctima en materia de acompañamiento
a víctimas durante el proceso penal. Las derivaciones al Centro
de Asistencia a la Víctima se deben realizar de acuerdo a los
procedimientos establecidos por esa dirección.
8.2. Informar a la víctima la radicación y el estado de la
causa4

Una vez radicada la denuncia, se debe informar a la víctima dónde


está tramitando la causa, qué juez y fiscal intervienen, el
estado en el que se encuentra y en qué consisten las siguientes
etapas del proceso.

Asimismo, el Centro de Asistencia a la Víctima le debe informar


el estado de la causa cada vez que lo solicite o que se produzcan
actos importantes, en particular los siguientes: el impulso de
la acción contra la voluntad de la víctima, la elevación de la
causa a juicio, la celebración de un juicio abreviado, el dictado
de una sentencia y todas las decisiones que conlleven la libertad
del agresor.

8.3. Certificar el estado de las medidas preventivas


urgentes

Las medidas preventivas urgentes son remedios judiciales para


reducir el riesgo de que la mujer sufra nuevas agresiones. Por
lo general, estas medidas son dispuestas por el juez de familia
que interviene en el caso, aunque el artículo 22 de la ley n°
26.485 establece que pueden ser ordenadas por cualquier juez,
aun cuando sea incompetente5.

La información sobre medidas preventivas se debe solicitar, en


primer lugar, al juzgado especializado en violencia de género en
el caso. Las fiscalías también deben consultar si se registran
medidas respecto del imputado en el SIFCOP6. Si las fiscalías

4
Art.16 inc. “g” Ley 26.485 y art. 159 inc. “3”
5
Los Juzgados especializados en Violencia de Género tendrán competencia tanto en materia penal
como civil para conocer en todos los casos contemplados por la Ley N° 5.107 de Atención integral
a la Violencia Familiar y por la Ley Nº 5.738 de Adhesión a la Ley Nacional 26.485 (art.4 Ley
5.897).

6
Que en la actualidad han adherido a la implementación y utilización del SISTEMA FEDERAL DE
COMUNICACIONES POLICIALES las carteras ministeriales a cargo de las áreas de seguridad de las
VEINTITRÉS (23) Provincias, como así también la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
certifican medidas preventivas urgentes vigentes que no fueron
informadas por el SIFCOP, deben comunicarle esta novedad para
que las registren en el sistema. Esto permitirá que las fuerzas
de seguridad nacionales y la mayoría de las fuerzas provinciales
cuenten con la información sobre las medidas vigentes en tiempo
real y puedan controlar su cumplimiento. Los pedidos de informes
y las comunicaciones al SIFCOP se deben realizar ingresando a la
base de datos informática de la Secretaría de Cooperación con
los Poderes Judiciales, Ministerios Públicos y Legislaturas del
Ministerio de Seguridad de la Nación.

8.4. Evaluar el riesgo para la víctima y su grupo familiar

En los casos en los que no se hayan dictado medidas preventivas


urgentes o éstas se encuentren vencidas, las fiscalías deben
evaluar el riesgo que existe para la víctima y su grupo familiar.
Para ello, deben tener en cuenta los siguientes indicadores de
riesgo:

• La gravedad del hecho y el tipo de violencia ejercida contra


la víctima (física, sexual, psicológica, etc.);

• Si el agresor utilizó o tiene acceso a armas de fuego;

• La reiteración y escalada de hechos de violencia (aunque los


hechos anteriores no hayan sido denunciados);

• El incumplimiento de las medidas preventivas urgentes


dispuestas;

• Si el imputado tiene un consumo problemático de alcohol o


estupefacientes;

• Si el agresor convive con la víctima y su grupo familiar;

• La dependencia económica de la víctima;

• El aislamiento de la víctima (ausencia de red de contención


familiar, social, etc.);
• Si se trató de un hecho planificado;

• Si existen niñas/os o adolescentes en riesgo;

• Si el imputado intentó contactar a la víctima luego del hecho;

• El estado de salud de la víctima y si está embarazada.

8.5. Solicitar medidas preventivas urgentes

En los casos en los que exista riesgo para la víctima o su grupo


familiar y no cuenten con medidas de protección, las fiscalías
las ordenarán y luego se solicitará su ratificación al juez.
Para ello, deben procurar ––si las circunstancias lo permiten––
contactarse con la víctima y acordar con ella las medidas que
resulten más adecuadas para su protección. En todos los casos,
deben tenerse en cuenta las necesidades de la víctima, el nivel
de riesgo y las circunstancias del caso.

La solicitud puede incluir varias medidas, ya que no son


excluyentes entre sí. A continuación, se detallan las medidas
preventivas urgentes que se utilizan con mayor frecuencia en los
procesos penales.

8.5.1. Cese de actos de perturbación o intimidación7

El fiscal puede solicitar que se ordene el cese en los actos de


perturbación o intimidación que el agresor realice directa o
indirectamente hacia la mujer. Esta medida sirve para evitar que
el agresor hostigue o acose a la víctima por cualquier medio
(teléfono, mensajes, redes sociales, a través de otras personas,
etc.). Se recomienda solicitar esta medida, ya sea en forma
autónoma o complementaria a otras, en todos los casos en los que
exista riesgo para la víctima.

8.5.2. Prohibición de acercamiento8

7
Art.26 inc. a.2 Ley Nº 26.485
8
Art.26 inc. a.1 y a.7 Ley Nº 26.485
La prohibición de acercamiento del agresor puede ser respecto de
la víctima o de los lugares de residencia, trabajo, estudio u
otros lugares a los que ésta concurra habitualmente. En la
solicitud se debe precisar la distancia sobre la que se requiere
la exclusión del agresor. Esta medida se debe disponer en los
casos en que existe riesgo de violencia física o psicológica. Se
debe procurar la debida registración de esta orden en el SIFCOP.

Se recomienda, además, entregar a la víctima copias certificadas


de la orden para que las tenga consigo en caso de que el imputado
viole la restricción impuesta o para que las presente en las
instituciones que puedan solicitarlo (por ejemplo, la escuela a
la que concurran sus hijas/os, trabajo, etc.).

8.5.3. Exclusión del domicilio

La ley también prevé la posibilidad de ordenar la exclusión de


la parte agresora de la residencia común9 o de decidir el
reintegro al domicilio de la mujer que se vio obligada a
retirarse10. Estas medidas proceden independientemente de quién
es el titular del inmueble y deben ser complementadas con una
orden de prohibición de acercamiento. Son adecuadas para los
casos en los que el agresor vive en el mismo domicilio de la
víctima y ésta no desea o no puede cambiar su lugar de residencia
(por ejemplo, porque tiene hijas/os que van a la escuela cerca
del hogar, porque no tiene posibilidades económicas de mudarse
en el corto plazo, etc.).

Sin embargo, hay circunstancias en las que las medidas de


exclusión del agresor o reingreso de la víctima pueden no
resultar apropiadas (por ejemplo, si la vivienda es compartida
o lindera al lugar de trabajo o de residencia de la familia del
agresor). En ciertos casos la víctima puede preferir mudarse a
otro lugar en el que se sienta más segura. Es por esto que, como

9
Art.26 inc. b.2 Ley Nº 26.485
10
Art.26 inc. b.3 Ley Nº 26.485
se dijo al inicio de este apartado, es fundamental escuchar a la
víctima y atender a sus necesidades concretas para implementar
medidas de protección efectivas.

Si la víctima permanece en el domicilio, se le puede otorgar el


uso exclusivo del mobiliario de la vivienda, por el período que
se estime conveniente. En cambio, si la víctima decide dejar el
domicilio común y allí hay bienes suyos, se puede solicitar una
orden para que éstos les sean restituidos.

8.5.4. Medidas sobre los bienes

Si el agresor retiene documentos, efectos personales o bienes de


la víctima, se puede solicitar una orden de restitución
inmediata11 y disponer que la fuerza pública acompañe a la mujer
a su domicilio para retirarlos12. Habrá que evaluar en cada caso
la seguridad de la víctima y el peligro que puede importar la
situación, para definir si ésta debe participar o no a la
diligencia. El incumplimiento de esta medida por parte del
imputado puede configurar, además del delito de desobediencia,
un posible delito contra la propiedad. En este supuesto, las
fiscalías deben ampliar el objeto procesal de la causa para que
se investiguen todos los hechos de manera conjunta.

8.5.5. Medidas de seguridad en el domicilio

La consigna policial en el domicilio de la víctima se debe


ordenar sólo en los casos en los que existe un alto riesgo para
su integridad o la de su grupo familiar, durante el tiempo mínimo
necesario para neutralizar ese riesgo (por ejemplo, localizar y
detener al agresor). Esta es una medida excepcional porque afecta
el desarrollo de las actividades normales de la víctima y la
obliga a restringir sus desplazamientos para estar protegida.
Antes de disponer esta medida se le debe explicar a la víctima

11
Art.26 inc. b.10 Ley Nº 26.485
12
Art.26 inc. a.3 Ley Nº 26.485
sus implicancias y explorar con ella otras alternativas para
garantizar su seguridad. El deber de diligencia de las fiscalías
no se agota con el dictado de la orden. Ante la noticia de que
la consigna policial no se está cumpliendo, se debe dar aviso
inmediato al juez y a la fuerza de seguridad correspondiente
para que se haga efectiva la medida de protección.

8.5.6. Hogares de protección integral

La ley 26.485 prevé la creación de instancias de tránsito para


la atención y albergue de las mujeres que padecen violencia en
los casos en que la permanencia en su domicilio implique una
amenaza inminente a su integridad física, psicológica o sexual,
o la de su grupo familiar.

Estos dispositivos se denominan hogares de protección integral


y sirven para brindar asistencia y seguridad de modo transitorio
a las mujeres en situación de violencia. En casos de riesgo
extremo, los hogares establecen medidas de resguardo muy
rigurosas, que incluyen la reserva de su ubicación y la
restricción de las salidas que pueden realizar las mujeres.

El ingreso de la mujer a un hogar de protección integral implica


una profunda alteración de su vida cotidiana y la interrupción
de sus vínculos familiares, sociales y laborales durante el
período de permanencia en el dispositivo de seguridad. Por este
motivo, las fiscalías deben evaluar cuidadosamente y en conjunto
con la víctima la necesidad y conveniencia de adoptar esta
medida. Para ello deben tener en cuenta los factores de riesgo
presentes en el caso y las posibles alternativas con las que
cuenta la mujer para neutralizarlos. Por ejemplo, la posibilidad
de mudarse a la casa de un familiar o amigo/a, ordenar la
prohibición de acercamiento del agresor y/o disponer una
consigna policial en su domicilio.

8.5.7. Medidas sobre armas de fuego


La prohibición de compra y tenencia de armas, y el secuestro de
las que estuvieren en posesión del agresor, son medidas de
protección indispensables13. La presencia de armas en contextos
de violencia de género constituye un factor de altísimo riesgo,
ya que incrementa las posibilidades de que un nuevo episodio de
violencia culmine con la muerte de la víctima. Además, el agresor
puede utilizar un arma de fuego para intimidar a la mujer,
agravando la violencia psicológica ejercida sobre ella. En estos
casos, las fiscalías deben:

 Verificar si el imputado ha utilizado o tiene acceso a armas


de fuego (por ejemplo, que estén en poder de un familiar).
Esto se debe hacer a partir de los datos que surjan de la
denuncia o el sumario policial y de preguntas a la víctima
y los testigos. También se debe consultar al ANMaC (ex
RENAR) si el imputado registra armas a su nombre o tiene
permiso de portación o tenencia de arma de fuego, y al
SIFCOP si registra pedidos de secuestros de armas en poder
del imputado. Si la verificación es positiva se debe
solicitar una orden de allanamiento y secuestro del arma
como medida preventiva urgente;
 Solicitar, también como medida preventiva urgente, en todos
los casos, la prohibición al agresor de comprar, portar o
tener armas de fuego. La sola denuncia de un hecho de
violencia de género es fundamento suficiente para disponer
esta medida, atento al riesgo que generan las armas de fuego
y el deber estatal de proteger a las mujeres víctimas de
violencia de género;
 Proceder según se indica en el punto 6.6 cuando el agresor
sea miembro de las fuerzas armadas o de seguridad.

8.5.8. Medidas sobre niñas, niños o adolescentes

13
Art.26 inc. a.4 Ley 26.485
Ante una denuncia de violencia en que se vea involucrada una
pareja con hijas/os14, se puede solicitar al juzgado que ordene
al denunciado abstenerse de interferir, de cualquier forma, en
el ejercicio de la guarda, crianza y educación de las/os
hijas/os15. Esta medida se debe solicitar en los casos en los que
la violencia de género afecta a niñas/os o cuando el contacto
entre éstos y el denunciado resulte riesgoso para la víctima. En
estos casos, también se puede solicitar la suspensión provisoria
del régimen de visitas. Además, las fiscalías deben informar la
situación de las niñas/os a la Secretaría de la Niñez,
Adolescencia y Familia.

8.5.9. Asistencia médica o psicológica

En los casos en los que la víctima o el agresor necesiten algún


tratamiento médico o psicológico para superar las secuelas de la
violencia o prevenir su reiteración (por ejemplo, fisioterapia,
psicoterapia, rehabilitación de adicciones, etc.), se puede
solicitar que se provean las medidas conducentes para su
provisión16.

8.5.10. Otras medidas

Finalmente, la ley N° 26.485 faculta en forma amplia al juez


para disponer cualquier otra medida urgente para garantizar la
seguridad de la mujer que padece violencia y para evitar la
repetición de las agresiones17. Esta flexibilidad puede ser útil
para el desempeño de la labor fiscal en estos casos, aunque
siempre debe tenerse en consideración la opinión de la víctima
respecto de qué estima necesario para su propia protección.

8.6. Notificar medidas preventivas urgentes al imputado

14
Art.26 inc. b.8 Ley Nº 26.485
15
Art.26 inc. b.7 Ley Nº 26.485
16
Art.26 inc. a.5 Ley Nº 26.485
17
Art.26 inc. a.7 Ley Nº 26.485
En muchos casos, las medidas de protección dispuestas no son
notificadas fehacientemente al agresor. Esto genera una
situación de desamparo de la víctima, quien no puede hacerlas
exigibles, e impide iniciar un proceso por el delito de
desobediencia en caso de incumplimiento.

Las fiscalías deben controlar que el imputado haya sido


notificado fehacientemente de la medida dispuesta. En ningún
caso se debe delegar ese acto en la víctima

En el capítulo 7 de este protocolo se indica cómo proceder en


los casos en los que se desconoce el paradero del imputado.

8.7. Informar a la autoridad administrativa correspondiente


la existencia de la denuncia y las medidas preventivas dispuestas
sobre imputados miembros de las Fuerzas Armadas o de Seguridad

La pertenencia del agresor a las Fuerzas Armadas o de Seguridad


constituye un factor de altísimo riesgo en casos de violencia de
género, ya que el personal militar y policial porta armas
reglamentarias que podrían ser utilizadas para atacar o
intimidar a la víctima. En estos casos, las fiscalías deben
informar a la autoridad administrativa correspondiente la
existencia de la denuncia y las medidas preventivas urgentes
ordenadas respecto del imputado, para que disponga la
restricción del uso del arma reglamentaria a la jornada laboral.

 Si el agresor es personal del Ejército, la Armada o la


Fuerza Aérea el informe se debe dirigir a la Dirección de
Políticas de Género del Ministerio de Defensa de la Nación.
 Si el agresor es personal de la PFA, GNA, PNA o PSA el
informe se debe dirigir a la Dirección de Ejecución de
Políticas de Género y Diversidad del Ministerio de
Seguridad de la Nación.
 Si el agresor es personal de la Policía Provincial el
informe se debe dirigir al Departamento Personal de la
Policía de la Provincia.
8.8. Practicar notificaciones y citaciones por medios
seguros

Las citaciones o notificaciones a la víctima o el imputado son


un factor de riesgo porque pueden desencadenar nuevos hechos de
violencia, especialmente cuando la víctima continúa viviendo con
el agresor. Para minimizar este riesgo, las citaciones o
notificaciones a la víctima que esté a cargo de la fiscalía deben
realizarse por teléfono, preferentemente al número de contacto
que aquélla haya dado al presentar la denuncia o, en su defecto,
a su número particular o laboral. Se le puede solicitar también
un domicilio, teléfono o vía de comunicación alternativa que
ella estime segura (por ejemplo, WhatsApp, redes sociales,
etc.). Se debe evitar dejar mensajes grabados o enviar
notificaciones o cédulas en papel, ya que podrían ser recibidas
por el agresor.

Del mismo modo, antes de citar al agresor a prestar declaración


indagatoria es conveniente informarse sobre la situación actual
de la víctima y evaluar si ese acto puede agravar su situación
de riesgo (por ejemplo, si el agresor vive en el mismo domicilio
que la denunciante). En estos casos se debe consultar a la
víctima para determinar la necesidad de disponer alguna medida
de protección (por ejemplo, excluir al agresor del hogar).

8.9. Evaluar la procedencia de la detención o prisión


preventiva del imputado en caso de incumplimiento de medidas
preventivas urgentes

Cuando el agresor incumple las medidas preventivas urgentes, las


fiscalías deben evaluar si la conducta del imputado configura un
riesgo procesal que amerite su detención o prisión preventiva.
En los casos de violencia de género, la persistencia de la
violencia no sólo pone en peligro la integridad de la víctima
sino que también puede condicionar o desalentar su participación
como testigo principal de los hechos, obstaculizando la
investigación. En estos supuestos, la prisión preventiva del
imputado puede ser una medida necesaria para asegurar el
desarrollo del proceso.

El quebrantamiento de las medidas de protección configura además


el delito de desobediencia contemplado en el artículo 239 del
CP, por lo que se debe ampliar el objeto de la investigación por
ese hecho. Si bien constituye un delito autónomo, debe procurarse
la investigación conjunta y la valoración general de su conducta
procesal en todos los procesos vinculados al contexto de
violencia que lo involucra.

9. MEDIDAS RELACIONADAS CON IMPUTADOS PRÓFUGOS

La incomparecencia o fuga del imputado es especialmente grave en


los casos de violencia de género. Esta situación no sólo impide
el avance del proceso sino que también implica un riego para la
integridad física y psíquica de la mujer, al dejar latente la
posibilidad de nuevos ataques. En casos graves, la víctima puede
incluso verse obligada a someterse a medidas de protección que
restrinjan su libertad (por ejemplo, ingresar a un refugio o
vivir con una consigna policial en su domicilio).

La incomparecencia o fuga del imputado no pone fin al proceso


penal y no extingue la obligación de investigar los hechos con
debida diligencia reforzada ni de adoptar medidas de protección
para las mujeres víctimas. En este capítulo se desarrollan pautas
de actuación para el cumplimiento de estos deberes.

9.1. Sobre el archivo de las actuaciones y realizar medidas


de prueba para localizar al imputado

En casos de que el imputado no pueda ser hallado, las fiscalías


no deben archivar las actuaciones, debiendo realizar medidas de
prueba para localizar al agresor. Entre otras, se sugieren las
siguientes:

 Verificar a través de las fuerzas de seguridad, el Registro


Nacional de Reincidencia, el Servicio Penitenciario
Provincial y Servicio Penitenciario Federal y/u otras
autoridades, en caso de corresponder, si el imputado
registra antecedentes penales o se encuentra detenido a
disposición de alguna autoridad judicial.
 Buscar datos del imputado en Internet (Google, Telexplorer,
Cuitonline, Nosis, Buscardatos.com, multas, etc.).
 Requerir al SINTYS la información previsional y tributaria
del imputado (aportes sociales, pago de impuestos, empleo
en relación de dependencia, domicilio laboral, etc.).
 Solicitar al BCRA información sobre cuentas bancarias del
imputado. A partir de ese informe, se podrá requerir a la
entidad bancaria correspondiente los legajos de cuenta,
información de tarjetas de crédito y débito, datos
personales, domicilio, etc.
 Requerir a los Registros Nacionales de la Propiedad
Automotor, de la Propiedad Inmueble, y de Buques y de
Aeronaves que informen si el imputado registra bienes a su
nombre. El mismo pedido deberá efectuarse a los registros
provinciales cuando pueda presumirse que el imputado tiene
bienes en otras jurisdicciones.
 Analizar y, si fuera necesario, interceptar las
comunicaciones telefónicas del imputado, familiares
cercanos o personas con las que el imputado podría
contactarse.
 Analizar los perfiles del imputado en redes sociales
(Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn, etc.).
 Requerir a la Dirección Nacional de Migraciones que informe
las entradas y salidas del país del imputado.
 Recabar información del imputado a través de las distintas
empresas prestatarias de servicios de telefonía fija y
móvil, televisión por cable, internet, luz, gas y agua.
 Solicitar a la empresa Nuevos Rumbos S.A. que informe si el
imputado registra una tarjeta SUBE a su nombre y, en caso
afirmativo, que aporte sus datos y movimientos.
 Solicitar informes al SIFCOP sobre pedidos de captura,
búsqueda de paradero o cualquier otro requerimiento
judicial respecto del imputado.
 A partir de la información que se recabe de estas
diligencias, realizar tareas de investigación en los
lugares que frecuenta el imputado.

9.2. Solicitar la detención del imputado y la registración


de la captura

Una vez practicada la citación al imputado, si éste no comparece


ni justifica debidamente su inasistencia, se debe solicitar al
juzgado que libre orden de detención.

La orden de captura debe comunicarse a los jefes de las cuatro


fuerzas de seguridad federales (PFA, GNA, PNA, PSA), a la Policía
Provincial, al Registro Nacional de Reincidencia, a la Dirección
Nacional de Migraciones y al SIFCOP. Se debe verificar la
correcta individualización de todos los datos personales del
imputado con los que se cuente (nombre y apellido completos,
DNI, alias, último domicilio conocido, etc.). Si existieren
indicios de que el imputado ha salido del país, se debe solicitar
al/la juez/a que libre orden de captura internacional a Interpol.

Excepcionalmente, aun cuando el imputado no haya podido ser


notificado fehacientemente de la existencia de la causa, se podrá
solicitar su captura si se corrobora un alto riesgo para la
víctima que pueda constituir un peligro para el éxito de la
investigación.
9.3. Solicitar medidas cautelares sobre los bienes del
imputado

Cuando la gravedad o particularidades del caso lo ameriten, se


podrá solicitar el embargo o inhibición general de bienes del
imputado para asegurar el pago de las costas del proceso y la
indemnización civil. Esta medida procede aun cuando no se haya
podido requerir la elevación de la causa a juicio. A tal efecto,
se deberá solicitar información sobre sus cuentas bancarias y
sus bienes al BCRA y a los Registros Nacionales (y/o provinciales
cuando se pueda presumir que tiene activos en otras
jurisdicciones del país) y comunicar a dichas entidades el
dictado de la medida cautelar. Tales medidas cautelares también
podrán ser útiles para dar con el paradero del imputado, en caso
de encontrarse prófugo.

10. MEDIDAS RELACIONADAS CON EL TESTIMONIO DE LA VÍCTIMA

La recepción del testimonio de las mujeres víctimas de violencia


de género presenta ciertas complejidades debido a las
características de estos casos. Las víctimas tienen o han tenido
una relación de pareja con su agresor, con quien pueden mantener
un vínculo afectivo. Algunas mujeres pueden haber sufrido
distintas formas de agresiones (psicológicas, físicas, sexuales,
etc.) durante mucho tiempo y encontrarse en una situación de
especial vulnerabilidad.

Los operadores del sistema penal deben tener en cuenta estas


particularidades al momento de tomar declaración testimonial a
las víctimas. En este capítulo se incluyen pautas de actuación
para facilitar esta tarea y evitar la revictimización de las
mujeres damnificadas.

10.1. Valorar el testimonio de la víctima con perspectiva


de género
Las fiscalías deben valorar el testimonio de la víctima con
perspectiva de género y analizarlo en conjunto con los elementos
que demuestran el contexto de violencia de género18. Deben tener
en cuenta las características particulares que presentan estos
casos, como la frecuente inexistencia de testigos directos, el
carácter cíclico de la violencia, las dificultades que
experimentan las víctimas para denunciar y la situación de
vulnerabilidad en la que se encuentran. En particular, los
operadores judiciales deben evitar valorar el testimonio de la
víctima en función de estereotipos basados en supuestas
conductas “esperables” de parte de las mujeres en determinadas
situaciones (por ejemplo, “si fuera cierto que no consintió la
relación sexual se debería haber resistido”, “si el marido le
pegaba ¿por qué no se separó?”).

Con frecuencia el testimonio de la víctima es la única prueba


directa del hecho. Sin embargo, en la mayoría de los casos
existen otras pruebas indirectas (indicios) y de contexto que
permiten corroborar el relato de la víctima y acreditar
fehacientemente lo ocurrido.

En todos los casos, conforme la normativa vigente en la materia,


se debe garantizar la amplitud probatoria para acreditar los
hechos denunciados, teniendo en cuenta las circunstancias
especiales en las que se desarrollan los actos de violencia y
quiénes son sus naturales testigos. Para ello, se deben
considerar las presunciones que contribuyan a la demostración de
los hechos, siempre que sean indicios graves, precisos y
concordantes.

10.2. Evitar reiteraciones innecesarias del testimonio de


la víctima

18
Art.16 inc. “i” Ley Nº26.485
Debido a la fragmentación de los conflictos de violencia de
género en distintas causas penales, es común que las víctimas
deban declarar varias veces ante distintos organismos. La
reiteración del testimonio es una de las mayores instancias de
revictimización de las mujeres que padecieron violencia de
género19.

Las audiencias testimoniales interfieren en las actividades


cotidianas de las personas (por ejemplo, trabajo, cuidado de sus
hijas/os, etc.) y tienen un alto costo emocional, al tener que
revivir sucesos traumáticos. Si una mujer es citada varias veces
para declarar sobre los mismos hechos es probable que sienta que
no ha sido escuchada debidamente y que disminuya su confianza en
la efectividad del sistema de justicia, lo que desalienta su
participación en el proceso.

Por estas razones, durante la etapa de investigación, las


fiscalías deben citar a las víctimas a prestar testimonio sólo
cuando sea indispensable. Antes de convocar a la mujer, se deben
analizar detenidamente la denuncia y los demás elementos de
prueba para identificar con precisión los puntos que deben
aclararse o profundizarse. En particular, se debe evitar citar
a la víctima para que ratifique la denuncia hecha en sede
judicial o explique nuevamente los mismos hechos ya relatados.

Esta pauta de actuación no implica excluir a la víctima del


proceso y negarle su derecho a estar informada sobre el estado
de la causa.

10.3. Aplicar pautas especiales para la toma del testimonio


de la víctima

Durante las audiencias testimoniales, las víctimas de violencia


de género pueden experimentar sensaciones adversas que
dificulten su relato. El recuerdo de hechos traumáticos puede

19
Art.16 inc. “h” Ley Nº 26.485
provocar la reexperimentación de sentimientos de dolor y
angustia. También es común que las víctimas sientan miedo, culpa
o vergüenza (por el riesgo de nuevas agresiones, por la
incertidumbre sobre lo que le ocurrirá a su pareja o a sus
hijas/os, por tener que contar hechos que afectan su pudor,
etc.).

Dadas estas particularidades, las fiscalías deben aplicar pautas


especiales para recibir el testimonio de mujeres víctimas de
violencia de género. Estas pautas están orientadas a evitar la
revictimización de la persona y asegurar la obtención de la
información necesaria para la investigación.

10.3.1. Tomar el testimonio en un lugar adecuado

El ámbito donde se realiza la audiencia incide en el estado de


ánimo de la víctima y su predisposición para recordar y narrar
los hechos. La declaración de la víctima se debe tomar en un
lugar que brinde contención y privacidad. Se deben evitar
interrupciones y la presencia de personas ajenas al acto.

10.3.2. Evitar el encuentro entre el imputado y la víctima

El contacto entre la víctima y el imputado al momento de prestar


declaración puede incrementar el riesgo de nuevos ataques, así
como las sensaciones de temor y ansiedad de la declarante;
también pueden influir en su libertad para relatar los hechos,
por temor a represalias. Para prevenir estas situaciones, las
fiscalías deben evitar citar a la víctima y al agresor el mismo
día.

Cuando se trate de audiencias de juicio, se debe consultar a la


víctima antes de su inicio su deseo de declarar sin la presencia
del imputado. En ese caso, se podrá solicitar al Tribunal que
adopte los recaudos que estime adecuados (para ello se puede
disponer que el imputado presencie la declaración de la víctima
en otra sala a través de un circuito cerrado de video o, si se
carece de esos medios técnicos, el juez informará sucintamente
lo ocurrido en la audiencia al imputado mientras permanecía en
otra sala contigua).

10.3.3. Consultar a la declarante si prefiere ser


entrevistada por una mujer o un varón

Los casos de violencia de género pueden involucrar hechos que


afecten el pudor o la sensibilidad de la víctima (por ejemplo,
agresiones sexuales). Es posible que algunas mujeres no se
sientan cómodas relatando esos hechos frente a un varón, lo que
podría generar una situación revictimizante y afectar la calidad
de su testimonio. Por eso, antes de comenzar la audiencia se
debe consultar a la persona si prefiere ser entrevistada por una
mujer o un varón, o si ello le resulta indiferente.

10.3.4. Presentar a las personas que tomarán el testimonio


y explicar el objetivo de la audiencia

La/s personas que tomen el testimonio deben presentarse a sí


mismas para entablar una relación más personalizada y favorecer
la comunicación con la víctima. Luego le deben explicar en un
lenguaje claro el objetivo de la audiencia y evacuar sus dudas
antes de comenzar el acto.

10.3.5. Permitir que la víctima esté acompañada por una


persona de su confianza previamente identificada

Si la víctima lo solicita, se debe permitir la presencia de una


persona de su confianza que le brinde contención durante la
declaración. En estos casos, se debe identificar previamente a
la persona y consultarle sobre su relación con la denunciante
para descartar que se trate del agresor20.

10.3.6. Promover una escucha activa y hacer preguntas


facilitadoras

20
Art.25 Ley 26.485
La actitud y las intervenciones de la/s persona/s que tome/n el
testimonio puede/n dificultar o facilitar la comunicación con la
víctima. Durante la audiencia, deben mostrar empatía, respeto y
calidez frente a la víctima. Deben acompañar su relato con una
actitud de escucha activa, manteniendo contacto visual y
demostrando interés en las respuestas. Además, deben realizar
preguntas facilitadoras que ayuden a la víctima a organizar su
relato y aportar la información necesaria para la investigación.
En el anexo de esta Guía se incluyen un listado de preguntas
sugeridas, las que se deben adaptar a las circunstancias de cada
caso.

10.3.7. Omitir juicios de valor

Los comentarios inapropiados de las/os operadores de justicia


hacia las víctimas pueden generar una grave revictimización y
desalentar su colaboración con la investigación. Durante la
audiencia, la/s personas que tome/n el testimonio no debe/n
emitir juicios de valor de ningún tipo sobre la verosimilitud de
los hechos relatados, las actitudes o conductas anteriores o
posteriores de la víctima ni sobre otros aspectos de su vida
privada (su conducta sexual, la relación con sus hijas/os, el
haber continuado la relación con el agresor, entre otras).

10.3.8. Revisar la declaración y formular preguntas


necesarias

Antes de terminar la audiencia, se debe revisar el testimonio y


formular todas las preguntas necesarias para ampliar, precisar
o aclarar aspectos del relato. Esto es fundamental para evitar
que se cite a la víctima nuevamente.

No se debe cuestionar la credibilidad de la víctima frente a


posibles olvidos o imprecisiones en su relato, ya que ésta es
una reacción normal frente a hechos traumáticos. Es conveniente
solicitarle que en caso de recordar nuevos hechos o detalles
relevantes los informe a la fiscalía. Si la víctima ha relatado
hechos que podrían configurar nuevos delitos contra la
integridad sexual o lesiones leves, se le debe preguntar si desea
instar la acción sobre esos hechos para que puedan ser
investigados. Asimismo, si existen médicas/os, psiquiatras o
psicólogas/os que hayan atendido a la víctima, se le debe
preguntar si desea relevarlas/os del secreto profesional para
que puedan ser citadas/os a prestar testimonio.

10.3.9. Tener en cuenta la situación particular de la


víctima

Algunas mujeres víctimas de violencia de género pueden


encontrarse en una situación de mayor vulnerabilidad, lo que
puede requerir la adopción de medidas de asistencia y contención
adicionales durante su declaración.

11. MEDIDAS RELACIONADAS CON ESTUDIOS PERICIALES SOBRE LAS


VÍCTIMAS

Los peritajes médicos y psicológicos sobre las víctimas pueden


ser medidas de prueba útiles para demostrar la violencia ejercida
contra ellas y la extensión del daño causado por el agresor. Sin
embargo, por su propia naturaleza, estos exámenes implican una
importante injerencia sobre la persona y pueden causar un nuevo
traumatismo o agravar su situación de estrés y angustia. Además,
si estas medidas son realizadas sin perspectiva de género, pueden
arrojar conclusiones erróneas que dificulten el esclarecimiento
de los hechos.

En este capítulo se incluyen pautas de actuación para asegurar


que los peritajes médicos y psicológicos sobre las víctimas de
violencia de género se realicen de acuerdo a los estándares de
derechos humanos que rigen internacionalmente.

11.1. Solicitar la realización de peritajes médicos en el


momento oportuno
En los casos en los que la víctima haya sufrido violencia física
o sexual, las fiscalías deben evaluar la pertinencia de un examen
médico para constatar las lesiones y la existencia de rastros
biológicos. Es particularmente importante que este examen se
realice lo más pronto posible, es decir, antes de que
desaparezcan las secuelas o los rastros de la agresión.

En el caso de delitos sexuales, los exámenes ginecológicos y


anales se deben realizar preferentemente durante las primeras 72
horas a partir del hecho denunciado. Esto no obsta a que el
peritaje ginecológico se realice con posterioridad a este
período, con el consentimiento de la víctima. Las fiscalías deben
evaluar la pertinencia de un peritaje sobre la base de un
análisis realizado caso por caso, tomando en cuenta el tiempo
transcurrido desde el momento en que se alega que ocurrió la
violencia sexual.

11.2. Solicitar el consentimiento informado de la víctima


para realizar exámenes médicos

Los exámenes médicos implican la inspección de zonas íntimas del


cuerpo de la persona, lo que puede afectar su sensibilidad y
pudor. Cuando esta medida deba practicarse sobre una mujer
víctima de violencia de género, las fiscalías deben requerir su
consentimiento21. Para ello deben explicarle en qué consiste la
medida, por qué es importante para la investigación y que tiene
derecho a negarse a la inspección de su cuerpo. Si la víctima no
presta su consentimiento, las fiscalías no deben ordenar o
solicitar este examen. Esta circunstancia no puede impedir la
investigación del hecho.

11.3. Solicitar que el peritaje médico sea realizado por


personal profesional especializado y con perspectiva de género

21
Corte IDH, Caso Espinoza Gonzales vs. Perú, cit., párr. 256.
Las mujeres víctimas de violencia tienen derecho a que los
exámenes médicos sobre su cuerpo sean practicados por personal
profesional especializado y con perspectiva de género, de ser
posible, del sexo que ellas indiquen.

También tienen derecho a ser acompañadas por alguien de su


confianza durante el desarrollo de la medida.

Las fiscalías deben asegurarse de que la orden dirigida al Perito


Médico Forense o a cualquier otra institución encargada de
realizar el examen médico indique expresamente el deber de
respetar los derechos de la víctima.

11.4. Evaluar la pertinencia de un peritaje psicológico


sobre la víctima para demostrar la violencia

En ciertos casos, la realización de un peritaje psicológico sobre


la víctima puede ser una medida idónea para constatar las
secuelas psicológicas de la violencia de género (por ejemplo,
signos de estrés postraumático, depresión, ataques de pánico,
etc.) y acreditar indirectamente el hecho investigado.

Los exámenes psicológicos se deben orientar exclusivamente a


constatar las consecuencias de la violencia de género sobre la
salud psíquica de la víctima, con el objetivo de comprobar la
agresión sufrida. En ningún caso se deben utilizar para indagar
en la conducta sexual o social de la víctima, ni para evaluar su
personalidad u otros aspectos de su vida privada.

A continuación, se indican las pautas que deben tener en


cuenta las fiscalías al momento de solicitar esta medida.

11.4.1. Proponer puntos de estudio orientados a evaluar


daños en la salud de la víctima

Las fiscalías deben solicitar a las/os peritos psicólogas/os que


evalúen las consecuencias generales de la violencia sobre la
salud de la mujer, entendida en sentido amplio. El examen debe
orientarse a verificar secuelas objetivas de la violencia (por
ejemplo, síntomas de ansiedad, depresión, ideas suicidas,
consumo problemático de sustancias, etc.), más que a determinar
si la víctima padece algún síndrome. La alusión a un síndrome
tiende a patologizar a la víctima y cuando ésta no encaja
perfectamente en su descripción clínica, puede llevar a concluir
erróneamente que no ha sufrido la violencia denunciada.

Además, las/os peritos deben evaluar si la víctima presenta


indicadores de minimización o naturalización de la violencia, si
sufre una merma de sus posibilidades de autodefensa o
autoprotección y si presenta indicadores de victimización
compatibles con la situación de violencia denunciada.

Al solicitar esta medida, las fiscalías deben incluir


indicaciones sobre los elementos de contexto que la/el perito
psicóloga/o debe tener en cuenta para asegurar una correcta
evaluación del caso, por ejemplo, el tipo de violencia que habría
sufrido la mujer, el vínculo entre la víctima y el agresor, el
tiempo transcurrido desde la agresión, si la víctima efectuó
algún tipo de tratamiento psicológico o psiquiátrico, etc.

12. OTRAS MEDIDAS DE PRUEBA

La violencia de género contra las mujeres ocurre en el contexto


de relaciones interpersonales que pueden durar mucho tiempo. Por
lo general, los episodios de violencia física o sexual más graves
están precedidos de otras situaciones de violencia y maltrato.
Estos elementos de contexto pueden ser muy útiles para demostrar
indirectamente la existencia del hecho.

En este capítulo se indican medidas de prueba complementarias en


casos de violencia de género, que se pueden producir o solicitar
siempre que sean pertinentes de acuerdo a la teoría del caso
definida por la fiscalía. Estas medidas no deben ser practicadas
obligatoriamente en todos los casos ni excluyen otras que pueden
resultar útiles en un caso determinado. Si a partir de una
valoración integral y con perspectiva de género del testimonio
de la víctima y los demás elementos de prueba existentes (por
ejemplo, informes médicos, testimonios de personal de las
fuerzas de seguridad, etc.), el fiscal concluye que cuenta con
elementos suficientes para sostener la imputación, debe proceder
a tomar la declaración del imputado y, eventualmente, requerir
la elevación de la causa a juicio.

12.1. Citar a los testigos del hecho denunciado y del


contexto de violencia

Se debe citar a prestar testimonio a las personas que puedan


aportar información sobre el hecho denunciado. Esto comprende a
los testigos directos que hayan visto o escuchado cómo se
desarrolló la agresión, a las personas que hayan tenido contacto
con la víctima inmediatamente después (por ejemplo, personal de
las fuerzas de seguridad y personal médico que le prestó
asistencia) y a las personas que hayan oído el relato de la
víctima sobre lo sucedido.

Además, se debe citar a otros testigos que puedan declarar sobre


el vínculo entre la víctima y el agresor, sobre antecedentes de
violencia o maltrato hacia ella y sobre el contexto de violencia
de género en el que ocurrió el hecho investigado.

A continuación se indican algunas personas que podrían aportar


información útil para la investigación, sin perjuicio de los
demás testigos que se identifiquen en cada caso:

• Familiares y amigas/os de la víctima.

• Vecinas/os, encargadas/os de edificio y personal de seguridad


del domicilio de la víctima.

• Empleadores/as, empleados/as y compañeros/as de trabajo de la


víctima.
• Docentes y personal administrativo de las escuelas a las que
asisten o asistieron las/os hijas/os de la víctima.

• Madres y padres de otras/os niñas/os que concurran a la misma


escuela que las/os hijas/os de la víctima.

• Profesionales de la salud que hayan asistido a la víctima en


la urgencia o en forma regular (psicólogos/as, psiquiatras,
médicos/as de cabecera, etc.; antes de citar a estos testigos se
debe solicitar a la víctima que los releve del secreto
profesional.

• Personal de las fuerzas de seguridad que haya intervenido en


los procedimientos desarrollados a raíz del hecho o de episodios
de violencia anteriores. Estos testimonios son especialmente
relevantes porque pueden aportar información sobre las
condiciones en que se encontraba el lugar (por ejemplo, desorden,
objetos rotos, manchas de sangre), el estado de ánimo de las
personas involucradas, las manifestaciones espontáneas que hayan
realizado la víctima, el agresor y/o las personas que estaban en
el lugar, la existencia de otros testigos, etc.

12.2. Solicitar historias clínicas y otros registros


médicos de la víctima

Se podrá solicitar las historias clínicas de la víctima y los


demás registros (por ejemplo, libros de guardia) de todos los
centros de salud, hospitales, salas de primeros auxilios, etc.
donde haya sido atendida. Estos documentos pueden aportar
información precisa sobre el hecho investigado y sobre otros
antecedentes de violencia contra la mujer.

12.3. Solicitar expedientes civiles y penales

En los casos de violencia de género suele intervenir la justicia


civil para dictar medidas preventivas urgentes y resolver
cuestiones no penales (divorcios, situación de niños y niñas,
etc.). Asimismo, pueden existir causas penales por otros hechos
de violencia de género, que estén en trámite o hayan sido
archivadas, desestimadas o terminadas por sobreseimiento del
imputado. En estas actuaciones puede haber elementos de prueba
sobre el hecho denunciado u otros anteriores, sobre las
características del vínculo entre la víctima y el agresor y el
contexto de violencia de género (por ejemplo, informes socio
ambientales, peritajes psicológicos y médicos, presentaciones de
las partes, etc.), que resulten de utilidad para la investigación
penal. Por lo tanto, las fiscalías podrán solicitar a los efectos
de vista y prueba todos los expedientes civiles y penales que
involucren a las partes del caso.

12.4. Solicitar registros de audio de llamadas al Sistema


de Emergencias 911

El Sistema de Emergencias 911 graba todas las llamadas recibidas.


En los casos de violencia de género, estos registros de audio
pueden servir para conocer el relato espontáneo de la víctima al
momento de sufrir la agresión o inmediatamente después. También
pueden permitir identificar a otras personas que hayan
presenciado el hecho o que hayan realizado la llamada de
emergencia.

Las fiscalías podrán solicitar las grabaciones y transcripciones


de las llamadas de emergencia y los informes de transacción,
recursos remitidos, fecha y horarios de movimientos realizados
por personal policial interviniente.

12.5. Solicitar registro de audio de llamadas al SAME (línea


107)

Se podrá solicitar las grabaciones de las llamadas de emergencias


médicas al SAME. Estos registros también pueden servir para
conocer el relato de los hechos realizado por la víctima u otra
persona inmediatamente después de producida la agresión.

12.6. Creación de Registro de incidencias


Se denominan incidencias a las intervenciones de personal de las
fuerzas de seguridad en situaciones que no dan origen a una
actuación de prevención o una denuncia penal. Las fuerzas de
seguridad llevan un registro con la fecha, un breve relato del
hecho que motivó la intervención y el personal afectado. En los
casos de violencia de género, estos registros pueden aportar
información sobre los antecedentes del conflicto entre el
agresor y la víctima. También pueden servir para identificar a
posibles testigos (por ejemplo, el personal de la fuerza que
asistió a la víctima).

Las fiscalías podrán solicitar esta información a la fuerza de


seguridad que actúe en el lugar del hecho.

12.7. Solicitar legajos personales y sumarios


disciplinarios iniciados a agresores pertenecientes a las
Fuerzas Armadas o de Seguridad

En los casos en los que el agresor pertenezca a una fuerza de


seguridad nacional o provincial o a las Fuerzas Armadas, las
fiscalías deberán solicitar su legajo personal y los sumarios
disciplinarios que se hayan iniciado por hechos de violencia de
género. Estas actuaciones pueden contener información sobre los
hechos investigados en la justicia penal y sobre el contexto de
violencia. Si el agresor es personal del Ejército, la Armada o
la Fuerza Aérea la solicitud se debe dirigir a la Dirección de
Políticas de Género del Ministerio de Defensa de la Nación. Si
el agresor es personal de la PFA, GNA, PNA o PSA la solicitud se
debe dirigir a la Dirección de Ejecución de Políticas de Género
y Diversidad del Ministerio de Seguridad de la Nación. Si el
agresor es personal de la Policía Provincial la solicitud se
debe dirigir al Departamento de Personal.

12.8. Solicitar los informes del Programa “Las Víctimas


contra las Violencias” (línea 137)
El Programa “Las Víctimas contra las Violencias” del Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos de la Nación atiende a víctimas
de violencia familiar a través de la línea 137. Las fiscalías
podrán solicitar dichos informes.

12.9. Recabar registros de cámaras de vigilancia

Si el episodio de violencia ocurrió en la vía pública, es posible


que haya sido registrado por cámaras de vigilancia públicas o
privadas instaladas en la zona.

También se debe encomendar a las/os funcionarias/os policiales


intervinientes un relevamiento de cámaras de seguridad
instaladas en edificios, comercios, entidades bancarias, etc.
cercanos al lugar del hecho y solicitar las filmaciones del
período correspondiente al hecho investigado.

12.10. Preservar los mensajes recibidos en teléfonos


celulares, correos electrónicos y redes sociales

Los mensajes enviados por el agresor al celular de la víctima


(vía SMS, WhatsApp, Messenger, etc.), los correos electrónicos
o los mensajes enviados a través de redes sociales (Facebook,
Twitter, Instagram, etc.) pueden configurar actos de
hostigamiento, amenazas u otros hechos de violencia psicológica
(por ejemplo, insultos o expresiones humillantes, etc.). Las
fiscalías deben asegurar la preservación de los mensajes que
sean relevantes para la investigación.

Si la víctima o el testigo llevan su teléfono celular al


presentarse en la fiscalía, se pueden realizar allí mismo una
certificación actuarial de los mensajes recibidos y adjuntar una
impresión o copia de seguridad digital (back up).

En el caso de los correos electrónicos o mensajes recibidos en


redes sociales, se debe solicitar a la víctima que ingrese desde
una computadora de la fiscalía a su casilla de correo o perfil
y desde allí se deben descargar e imprimir los mensajes que
puedan ser relevantes para la investigación. Se debe certificar
las impresiones y confeccionar un acta para dejar constancia de
su origen.

Los mensajes recibidos y la información obrante en la red social


Facebook, tanto de la víctima como del agresor, se pueden
preservar para evitar su alteración.

12.11. Solicitar registro de llamadas telefónicas entrantes


y salientes

En los casos en los que la víctima haya sufrido hostigamiento o


amenazas a través de llamadas telefónicas, se debe requerir a la
víctima o a la denunciante toda la información sobre los números
de teléfono involucrados y, si la tuviera, de la compañía
prestataria. A partir de ésta, se deberá solicitar a dicha
empresa el listado de llamadas entrantes y salientes de los
números de teléfonos involucrados y los datos de los titulares
de las líneas utilizadas para efectuar esas llamadas. Si se
desconoce a qué prestadora pertenece la línea telefónica móvil,
puede consultarse la página http://numeracion. enacom.gob.ar.

12.12. Identificar las direcciones de IP

En el caso de amenazas o de otras comunicaciones relevantes para


la investigación que hubieran sido realizadas a través de correos
electrónicos o redes sociales, se debe solicitar a las empresas
proveedoras de Internet o email las direcciones IP utilizadas.
Esta medida permite identificar la computadora o dispositivo
móvil desde los que se realizaron las comunicaciones y puede
servir para identificar al agresor.

12.13. Acreditar la violencia ambiental

La violencia ambiental es una forma de violencia contra las


mujeres frecuente en el contexto doméstico.
Consiste en daños a objetos pertenecientes a la víctima u otros
objetos de su entorno (por ejemplo, rotura de puertas, muebles,
electrodomésticos, elementos personales, etc.). Se debe
acreditar la violencia ambiental mediante la inspección del
lugar del hecho y el registro fotográfico y fílmico de los
rastros hallados. Para realizar esta medida se debe explicar
previamente a la víctima su alcance y solicitar su
consentimiento. Si el agresor convive con la víctima, se deben
adoptar previamente medidas urgentes (por ejemplo, exclusión del
domicilio) para neutralizar el posible riesgo.

La acreditación de violencia ambiental puede ser de utilidad


para demostrar el contexto de violencia de género o constituir
prueba del hecho denunciado. También puede implicar la comisión
de un delito contra la propiedad (por ejemplo, daño). En este
último supuesto, las fiscalías deben ampliar el objeto procesal
de la causa para que se investiguen todos los hechos de manera
conjunta.

13. MEDIDAS VINCULADAS AL JUICIO

En este capítulo se incluyen pautas de actuación orientadas a la


contención y protección de la víctima antes y durante la
audiencia de debate, a la preparación del juicio, al
interrogatorio de la víctima y a la solicitud de pena.

13.1. Contactar a la víctima antes del debate

La situación de las víctimas de violencia de género puede variar


durante el tiempo transcurrido entre la presentación de la
denuncia y la celebración del debate oral. Si una mujer aún se
encuentra inmersa en el círculo de la violencia es posible que
haya cambiado su postura sobre la persecución penal del agresor.
A ello se suma que la proximidad del juicio puede generar
ansiedad y temor.
Las fiscalías deben anticipar tales circunstancias para preparar
adecuadamente su estrategia para el juicio y disponer o solicitar
las medidas necesarias para brindar seguridad y contención a la
víctima.

Así, una vez fijada la fecha de audiencia de debate, se deben


comunicar telefónicamente con la víctima para informarle la
realización del juicio y conocer su situación actual. Si la
víctima lo solicita o las particularidades del caso lo ameritan,
se puede convocar a la víctima a una entrevista, y de ser
necesario, requerir la intervención del Centro de Asistencia a
la Víctima

13.2. Evaluar la necesidad de solicitar nuevas medidas


preventivas urgentes

La realización de la audiencia de debate puede generar una


escalada de violencia e incrementar el riesgo para la víctima,
especialmente cuando el agresor y la víctima aún conviven. Si en
el caso no se han dispuesto medidas preventivas urgentes o éstas
se encuentran vencidas, las fiscalías deben evaluar la necesidad
de solicitar nuevas medidas.

13.3. Solicitar medidas para resguardar la integridad de la


víctima durante el debate

El contacto de la víctima con el agresor antes de la audiencia


puede generar un riesgo para su integridad y agravar sus
sentimientos de angustia o estrés, afectando su declaración en
el juicio.

Las fiscalías deben solicitar al tribunal que evite el encuentro


entre la víctima y el imputado antes del juicio, para lo cual se
deben disponer salas de espera separadas. También se debe evitar
cualquier encuentro entre la denunciante y los familiares del
imputado.
En casos graves o cuando la víctima se encuentra en una situación
de especial vulnerabilidad, previa consulta con ella, se debe
solicitar al tribunal que se disponga lo necesario para evitar
el contacto visual entre la víctima y el imputado durante su
declaración en la audiencia. Para ello se puede disponer que el
imputado presencie la declaración de la víctima en otra sala a
través de un circuito cerrado de video o, si se carece de esos
medios técnicos, el juez informará sucintamente lo ocurrido en
la audiencia al imputado mientras permanecía en otra sala.

Cuando la víctima deba declarar sobre hechos que afecten su pudor


o vida privada (por ejemplo, ataques sexuales), las fiscalías
pueden solicitar al tribunal que ordene la exclusión del público.

13.4. Realizar el interrogatorio de la víctima con


perspectiva de género

Cuando la víctima preste declaración en el juicio, los fiscales


deben conducir su interrogatorio con perspectiva de género,
teniendo en cuenta su situación particular y respetando sus
tiempos y su pudor. Las líneas de interrogatorio se deben dirigir
a probar el hecho juzgado, sus antecedentes, el contexto de
violencia de género y las características del vínculo entre la
víctima y el agresor. En ningún caso se deben realizar preguntas
sobre la conducta sexual de la víctima u otros aspectos de su
vida privada no vinculados al caso. Tampoco se deben realizar
preguntas o afirmaciones orientadas a culpabilizar a la víctima
por lo ocurrido ni a minimizar la responsabilidad del agresor.

13.5. Oponerse a líneas de contrainterrogatorio que


resulten revictimizantes e impertinentes para el ejercicio del
derecho de defensa

Las personas acusadas de un delito tienen derecho a interrogar


a los testigos que declaren en su contra en el juicio, incluyendo
a la víctima. Este derecho tiene que ser interpretado
armónicamente con el que poseen las mujeres víctimas de violencia
a ser tratadas con respeto y a no ser revictimizadas.

Por esta razón, los fiscales deben velar por la integridad de la


víctima durante su declaración en el juicio, oponiéndose a las
preguntas sobre su conducta sexual u otros aspectos de su vida
privada no vinculados al caso. También deben objetar cualquier
conducta del imputado o su defensor dirigido a intimidar u
hostigar a la víctima (por ejemplo, preguntas agresivas, juicios
de valor sobre la conducta de la declarante, etc.).

13.6. Solicitar penas adecuadas a la gravedad del delito

Al solicitar una pena para el acusado en casos de violencia de


género contra una mujer, las fiscalías deben aplicar las pautas
establecidas en el artículo 41 del CP con perspectiva de género.
En particular deben tenerse en cuenta de modo general las
siguientes circunstancias agravantes:

 La intensidad de la violencia física y psicológica aplicada


sobre la víctima.
 La reiteración de hechos de violencia durante un período
prolongado de tiempo.
 La reducción de la víctima al carácter de objeto, generando
un estado de sumisión.
 La intención de aislar a la víctima de sus lazos afectivos
y sociales.
 La intención de forzar la continuidad de la convivencia,
del matrimonio o de la relación sentimental.
 El aprovechamiento de la vulnerabilidad y de la situación
de indefensión de la víctima.
 El abuso de la condición socioeconómica y posición de poder
del agresor (por ejemplo, si la víctima dependía
económicamente del agresor, o es una persona pública o
trabajaba con él, y estos factores eran utilizados como
herramienta de presión).
 La preponderancia física y psicológica del autor.
 El control permanente sobre el tiempo, las actividades y el
cuerpo de la víctima.
 El ejercicio de violencia económica sobre la víctima.
 La instrumentalización de las/os hijas/os.
 La presencia de niños/as y adolescentes al momento de los
hechos.
 El ejercicio de violencia física para reforzar el carácter
coercitivo de las amenazas previamente proferidas.
 El incremento o intensificación de la violencia como
consecuencia de la intervención del sistema de justicia.
 La existencia de elementos que demuestren premeditación en
el actuar del agresor.
Asimismo, las fiscalías no deben valorar como atenuantes
consideraciones basadas en prejuicios o estereotipos de género
sobre las conductas del agresor y la víctima. En particular,
están contraindicadas las siguientes:

 La reanudación del vínculo de pareja con posterioridad al


hecho.
 La “provocación” de la agresión por parte de la víctima.
 La conducta sexual de la víctima.
 Los celos del autor.

14. PREGUNTAS SUGERIDAS PARA LA TESTIMONIAL DE LA VÍCTIMA

Las audiencias testimoniales con mujeres víctimas de violencia


de género se deben realizar del modo indicado en el punto 10.3
del protocolo. Las preguntas facilitadoras que se sugieren a
continuación se deben adaptar a los hechos de cada caso y a la
situación de la víctima; en ningún caso se deben utilizar como
un cuestionario estandarizado. En particular, se debe evitar
reiterar preguntas sobre hechos que ya hayan sido relatados por
la víctima en la OVD, la comisaría o en otras instancias.

• Preguntas sobre la víctima/denunciante

Además de los datos personales básicos, se sugiere preguntar:

• ¿Cuál es el vínculo con el denunciado? Indicar el tipo de


vínculo y describir brevemente su historia.

• Composición del grupo familiar: ¿tiene hijas/os con el


denunciado o con otra persona? En caso afirmativo, indicar
nombres y edades. ¿La víctima y sus hijos/as conviven con el
denunciado?

• Aspectos socio ambiental: nivel educativo, ocupación,


situación laboral, características de la vivienda, etc. Esta
información es importante para acreditar su situación de
subordinación y/o vulnerabilidad.

• Números de teléfono fijo, laboral y celular, dirección de


correo electrónico, WhatsApp y perfiles de redes sociales
(Facebook, etc.). Estos datos son importantes porque en muchos
casos las víctimas cambian de domicilio y teléfono y se dificulta
el contacto posterior con la fiscalía.

• Teléfono y domicilio alternativo de un familiar, amiga/o, etc.


Esto es importante para contactar a la víctima de manera segura.

• Preguntas sobre el denunciado

• Datos personales: nombre y apellido, DNI, domicilio, etc.

• Número de celular.

• Ocupación, actividades habituales, lugares que frecuenta. Si


el denunciado es miembro de las fuerzas armadas o de seguridad
• ¿Sabe si tiene antecedentes penales o policiales?
• ¿Sabe si tiene antecedentes de violencia contra otras personas
(ex parejas, familiares, vecinos, etc.)?

• ¿Tiene problemas de consumo habitual de alcohol, drogas,


fármacos, etc.?

• ¿Posee o tiene acceso a armas de fuego? En caso afirmativo,


indicar tipo de arma y lugar

• Preguntas sobre el hecho

Si la víctima relata más de un hecho presuntamente delictivo, se


sugiere comenzar por el más reciente y luego formular las mismas
preguntas sobre cada hecho anterior.

• Describir circunstanciadamente el hecho: qué, dónde y cuándo


ocurrió. Si la declarante no puede precisar una fecha exacta,
consultar por una fecha o período aproximado.

En casos de amenazas:

• ¿El agresor le dijo que hiciera o no hiciera algo en contra de


su voluntad? En caso afirmativo, transcribir textualmente qué le
dijo.

• ¿El agresor utilizó algún tipo de arma para amenazarla? En


caso afirmativo, detallar las características del arma y cómo
fue utilizada.

• Si la amenaza se envió por mensaje de texto o WhatsApp al


celular de la declarante, preguntar si la víctima tiene el
aparato consigo y solicitar que lo aporte para realizar una
impresión y certificación de los mensajes.

• Si la amenaza se recibió por correo electrónico o en las redes


sociales (Facebook, Twitter, Instagram, etc.), solicitar a la
víctima que ingrese a su cuenta o perfil desde una computadora
de la fiscalía, individualizar los mensajes, imprimirlos y
certificarlos.
En casos de lesiones:

• ¿El agresor utilizó algún objeto o elemento para lastimarla?


En caso afirmativo, describir qué tipo de objeto (cuchillo, palo,
cinturón, etc.), sus características y cómo fue utilizado.

• ¿Se hizo atender por un/a médico/a? En caso afirmativo,


preguntar en qué lugar (hospital, salita, etc.) y si releva del
secreto profesional al médico/a que la atendió para que pueda
ser citado/a como testigo.

• ¿Tiene un certificado médico o estudios que acrediten las


lesiones (radiografías, análisis, etc.)?

• ¿Tiene marcas en su cuerpo (moretones, rasguños, lastimaduras,


etc.) que puedan ser constatadas?

• ¿Las lesiones sufridas le impidieron realizar sus tareas


habituales? En caso afirmativo, indicar por cuanto tiempo.

• ¿El agresor le dijo algo antes, durante o después de


lesionarla?

• ¿Desea instar la acción penal para que se investigue el posible


delito de lesiones? Explicar a la víctima en qué consiste la
instancia de la acción y por qué es importante.

En casos de abusos sexuales:

Dada la gravedad de estos hechos, se debe tener especial cuidado


y consideración al momento de formular preguntas a la víctima.

• ¿Alguna vez fue obligada a tener relaciones sexuales con el


denunciado sin su consentimiento?

• ¿Antes o durante el acto sexual, el denunciado la golpeó,


sujetó o redujo físicamente de algún modo?

• ¿El agresor la amenazó o intimidó de algún modo para obligarla


a tener relaciones sexuales?
• ¿Recibió atención médica y/o psicológica? En caso afirmativo,
indicar cuándo, dónde y nombre, dirección y teléfono de contacto
del/la profesional y si lo/la releva del secreto profesional.

• ¿Desea instar la acción penal para que se investigue el posible


delito de abuso sexual?

Explicar a la víctima en qué consiste la instancia de la acción


y por qué es importante.

En casos de daños o violencia ambiental:

• ¿El agresor produjo algún daño que pueda ser constatado en el


domicilio, vehículo, prendas, objetos personales, etc.?

• Preguntas sobre posibles testigos

• ¿Hubo testigos presenciales de la agresión?

• ¿Hay personas que escucharon o pudieron haber escuchado lo


sucedido?

• ¿Le contó a alguien la agresión que sufrió (familiar, amiga,


etc.)?

• ¿Alguna persona (familiar, amiga, vecina, etc.) presenció


situaciones de maltrato, humillaciones, insultos, etc. de parte
del agresor?

• En caso afirmativo, indicar vínculo, datos personales,


dirección y teléfono de contacto.

• Preguntas sobre contexto de violencia

• Además del hecho relatado ¿hubo otros antecedentes de violencia


o agresiones? En caso afirmativo, formular las preguntas para
cada hecho.

• Además de los hechos relatados ¿recibió insultos,


humillaciones, etc. de parte del denunciado?
• ¿El denunciado le controla los horarios, le revisa el celular
y/o los efectos personales, etc.?

• ¿El denunciado intentó aislarla de su familia, amistades u


otros vínculos?

• ¿El denunciado le controla el dinero?

• ¿El denunciado le controla sus salidas?

• Preguntas sobre otras causas judiciales

• ¿Denunció al mismo agresor por otros hechos de violencia? En


caso afirmativo, indicar todos los datos que tenga sobre la causa
(fecha de la denuncia, comisaría, fiscalía, juzgado, n° de causa)
y su resultado.

• ¿Hizo alguna denuncia en la Oficina de Violencia Doméstica?

• ¿Se inició alguna causa por violencia de género en algún


juzgado de familia?

• ¿Inició alguna causa por otros temas (divorcio, tenencia de


hijas/os, alimentos, etc.) en algún juzgado de familia?

• ¿Cuenta con patrocinio jurídico?

• Preguntas sobre medidas de protección

• ¿Desea obtener medidas de protección? Se le deben explicar las


medidas disponibles y evaluar junto con la víctima las que mejor
se adecúan a sus necesidades.

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