Lectura 2
Lectura 2
JAIME NUBIOLA
Filosofía del
Lenguaje
Herder
1. EL LENGUAJE COMO HECHO HUMANO
El lenguaje constituye una de las más complejas encrucijadas del saber en que
convergen ciencias muy diversas. Antes de adentrarnos en el estudio de la filosofía
del lenguaje propiamente dicha, conviene que prestemos atención a algunas
observaciones sobre el lenguaje de la antropología, la psicología y la sociología.
Cuando Aristóteles definió al hombre como un «ser vivo que tiene logos», zoon
logos ejon, estaba apuntando no sólo al hecho de que el ser humano se distingue del
resto de los animales por tener una razón, sino al hecho mismo de tener lenguaje. En
efecto, el ser humano, a diferencia de los animales, es un ser que tiene lenguaje, un
ser que habla: «El hombre es el único ser vivo que tiene palabra»2.
¿Pueden hablar los animales?, ¿habla castellano el loro que dice «buenos días
a todos»? Cuando un gato maúlla para que le demos leche, ¿sabemos realmente lo
que quiere? Nadie puede dudar de que hay comunicación animal tanto entre los
animales como entre éstos y los seres humanos3. Desde los años 60 se han
desarrollado numerosos intentos de enseñar el lenguaje a algunos chimpancés4. En
los primeros experimentos —protagonizados por Beatrice y Alan Gardner— se usó
con este fin el lenguaje de los sordomudos. Una chimpancé llamada Washoe llegó a
usar hasta 132 de estos signos y algunos de un modo espontáneo, sin necesidad de
inducción directa. Mayores progresos obtuvo R Patterson, quien, enseñando este
lenguaje desde la infancia, consiguió que una gorila llamada Koko llegara a usar 300
2
ARISTÓTELES, Política, I, 2, 1253ª,10; cfr. Ethic. Nic., 2, 8, 1098a 4. Heidegger explica que «la posterior interpretación
del hombre en el sentido de animal rationale, "ser viviente racional", sin duda no es «falsa», pero no cubre todo el campo
de fenómenos a los que se refiere esta definición del «ser ahí» (el hombre)» (M. HEIDEGGER, El ser y el tiempo, FCE, México
1962, § 34, p. 184).
3
Cfr. Sobre esta cuestión C. RIBAS, <<La comunicación en el reino animal>>, en M. MARTÍN - M. SIGUÁN (eds.),
Comunicación y lenguaje, Alhambra, Madrid, 1991, pp. 349-390; A PERINAT, Comunicación animal, comunicación humana,
Siglo XXI, Madrid 1993.
4
Cfr. sobre el tema J. L. GUMPERTZ - A. BENNET, Lenguaje y cultura, Anagrama, Barcelona 1981, pp. 11 ss.; M. HARRIS,
4
Introducción a la antropología general, Alianza, Madrid 1983 , pp. 462-464; S. L. WlLLLAMS - S. SAVAGE-RUMBAUGH - D. M.
RUMBAUGH, «Apes and Language», en R. ASHER (ed.), The Encyclopedia of Language and Linguistics, Pergamon Press, Oxford
1994, vol. 1, pp. 139-146.
1
signos. Otros proyectos posteriores tuvieron como objeto enseñar a usar algunos
símbolos geométricos de plástico (llamados «lexigramas»), que correspondían a
palabras de nuestro vocabulario. El chimpancé Lana aprendió a usar hasta 200,
aunque siempre con fines pragmáticos. También se logró que otros dos chimpancés,
Sherman y Austin, se sirvieran de los lexigramas para comunicarse entre ellos. Los
más recientes experimentos tienen como fin enseñar este lenguaje a otras especies
de chimpancés. Así, un bonobo o chimpancé pigmeo llamado Kanzi no sólo ha
llegado a usar con pericia los lexigramas, sino que entiende algunas frases del
inglés5. Estos estudios, que muestran la capacidad de aprendizaje de algunos
primates, han llevado a algunos autores como E. O. Wilson a sostener que «la
capacidad para comunicarse por medio de símbolos y sintaxis sí está dentro de las
capacidades del simio»6. ¿Es esto así? ¿hay alguna diferencia esencial entre el
lenguaje humano y el de los simios?
Es preciso señalar que el lenguaje humano posee unos rasgos únicos, que lo
distinguen no sólo cuantitativa, sino cualitativamente de los diferentes modos de
comunicación animal7. Entre los elementos distintivos del lenguaje humano podemos
destacar, en primer lugar, que en el habla humana no hay una base instintiva
apreciable. El lenguaje humano no es el resultado de un instinto, mientras que el
lenguaje animal es instintivo e involuntario. En el caso de los animales, el lenguaje es
una función relativamente simple que cuenta con órganos más o menos específicos
para cumplirla. Por el contrario, el lenguaje humano no es una función programada
filogenéticamente. No existen órganos exclusivos del lenguaje. Por otra parte —como
subrayó Kroeber— el lenguaje animal es el mismo en los animales aislados y en el
grupo, transmitiéndose de modo biológico8. Por el contrario, el lenguaje humano no
puede ser explicado sólo desde la biología porque el ser humano habla siempre una
5
El debate continúa vivo. Frente a fervientes partidarios de la capacidad de simbolización de los primates, muchos
autores han puesto de relieve las deficiencias de los métodos usados e insisten en la discontinuidad radical entre el modo en
el que los chimpancés usan determinados símbolos y el lenguaje humano.
6
E. O. WILSON, Sobre la naturaleza humana, FCE, México 1983, p. 46.
7
Cfr. J. VICENTE ARREGUI-J. CHOZA, Filosofía del hombre, Rialp, Madrid 1992, pp. 263-268; M. HARRIS,
Introducción a la antropología, pp. 454-458.
8
Cfr. A. KROEBER, Antropología general, FCE, México 1946, cap. 6.
2
lengua concreta que es un producto cultural y que se transmite social-mente. Para
que alguien aprenda a hablar es preciso que exista una lengua que aprender.
Aunque la capacidad lingüística sea espontánea, toda lengua es siempre un producto
cultural. No hay nada en los genes de un español que haga que vocablos como
«agua», «perro» o «casa» formen parte de su lenguaje. La idea de una lengua «natu-
ral» carece de sentido.
9
Cfr. G. BATESON, Steps to an Ecology of Mind, Ballantine Books, New York 1972. Vid. exposición de J. L. GUMPERTZ - A. BENNET,
Lenguaje y cultura, pp. 13-19.
3
ira, alegría) muestra que el sentido de la proposición es distinto de cualquier emoción
concreta.
Es obvio que en el ser humano, además del lenguaje dígito hay también un
lenguaje icónico. El grito de dolor, la expresión facial, el lloro, etc., pertenecen al
lenguaje icónico. Esta expresión es involuntaria, instintiva y no requiere ser
aprendida. El lenguaje icónico es común a hombres y animales y en ambos casos
tiene raíces instintivas y transmisión biológica. Pero hay también en el ser humano
una expresión distinta, que es voluntaria, deliberada y controlada. Esa expresión se
hace en una lengua concreta aprendida y transmitida en un entorno socio-cultural. Es
en este segundo lenguaje en el que es posible la referencia específica a objetos.
4
predecirse a partir de la información de las precedentes, y que podemos continuar
añadiendo informaciones sin pérdida de la eficiencia con que se recibe tal
información. Los estudios sobre los «lenguajes» de los animales ponen de relieve los
límites de su productividad, mientras que los seres humanos somos capaces de
producir un número ilimitado de mensajes acerca de un número infinito de campos.
Ahora bien, ¿cuál es la razón de que hablar sea una tarea propiamente
humana? El fundamento de la posibilidad del lenguaje reside en el carácter racional
de los seres humanos. El hombre no habla porque tiene lengua, sino inteligencia. El
5
ser humano se manifiesta como un «ente que habla»10 precisamente porque tiene
inteligencia y conoce. Pero, como observó el neokantiano E. Cassirer (1874-1945),
no basta la racionalidad para expresar lo específico del hombre11. Con el término
«razón» no se abarca toda la riqueza de la vida cultural del hombre. Por eso sostiene
que lo distintivo del ser humano es ser animal simbólico, animal symbolicum, capaz
de convertir en signo todo lo que toca, como atestiguan los juegos infantiles. El
hombre, a diferencia de los animales, no está obligado instintivamente a responder al
mundo de la naturaleza; su mundo es por ello mucho más amplio y rico que el mundo
animal. Gracias al lenguaje, la religión y la ciencia, los seres humanos han construido
su propio universo, un universo simbólico, que les posibilita entender e interpretar,
articular y organizar, sintetizar y unlversalizar su experiencia. En el lenguaje el
hombre descubre un poder inusitado, la capacidad de construir un «mundo
simbólico».
10
M. HEIDEGGER, El ser y el tiempo, § 34, p. 184.
11
Cfr. E. CASSIRER, Filosofía de las formas simbólicas, vol. 1: El lenguaje, FCE, México 1971.
12
Cfr. L. POLO, Quién es el hombre. Un espíritu en el mundo, RIALP, Madrid, 1991, pp. 161-174.
13
J. CHOZA, Manual de antropología filosófica, Rialp, Madrid 1988, p. 159.
6
es material en tanto que está distendido espacio-temporalmente, y por otra parte
tiene las características propias del espíritu: la infinitud y la reflexividad. El lenguaje
es infinito en cuanto que puede nombrarlo todo, puede aprehenderlo todo: todo lo
que hay e incluso lo que no hay (universalidad semántica). Y es reflexivo en cuanto
que se nombra o se dice a sí mismo: lo que es el lenguaje se expresa también en el
propio lenguaje (reflexividad).
Entre lenguaje y cultura se da una relación de intercambio recíproco. Por una parte el
lenguaje es un producto cultural, que refleja en parte una cultura, pero, por otra parte,
el lenguaje es condición de la cultura y contribuye a crearla. La cultura es condición
del lenguaje, pero el lenguaje es también condición de la cultura.
El lenguaje, como actividad libre del hombre, y también como producto de esa
actividad, constituye un fenómeno cultural14. Todo acto lingüístico es un acto creador
que, en cuanto tal, posee las características creadoras del espíritu humano, que es
productor de una cultura. El lenguaje «es una forma de cultura, quizá la más
universal de todas, y, de todos modos, la primera que distingue inmediata y neta-
mente al hombre de los demás seres»15, como ya hemos señalado.
14
Cfr. M. CASADO, Lenguaje y cultura, Síntesis, Madrid, 1988, pp. 27 ss.
15
E. COSERIU, Principios de semántica estructural, Gredos, Madrid 1977, pp. 77 s.
7
eso se puede hablar del «tesoro» de la lengua. El lenguaje es la primera forma de la
que el ser humano dispone para fijar y objetivar el conocimiento de sí mismo y del
mundo. A través de la palabra, que da un nombre a las cosas y a los objetos, el
mundo adquiere la fisonomía de un mundo humano y familiar. El ser humano se rela-
ciona con el mundo, en el que está implantado, objetivándolo. En este proceso de
objetivación interviene el lenguaje de forma decisiva. «La conducta lingüística —
explica Llano— es una señalada manifestación de la actividad objetiva del hombre
ante el mundo que le permite una creciente independencia del hic et nunc. Por medio
del lenguaje —revelador del pensamiento— se hace posible un recuerdo de lo que
ha sido, una valoración de la experiencia con vistas a futuras experiencias, un "tener
en cuenta" lo alejado en el tiempo y en el espacio»16.
16
A. LIANO, El futuro de la libertad, Eunsa, Pamplona 1985, p. 39.
17
H. ARENDT, La condición humana, Paidós, Barcelona, 1993, p. 16.
18
H. ARENDT, La condición humana, p. 203.
8
Las lenguas no sólo son receptáculos pasivos que se limitan a recibir y reflejar
una cultura. La lengua no sólo recibe, sino que influye sobre los individuos. Hasta
qué punto el lenguaje condiciona la cultura será un tema que abordaremos en el
capítulo cuarto, al ocuparnos de la hipótesis del relativismo lingüístico.
9
Otro tipo de experimentos se relaciona con los llamados niños lobo, criados en
estado salvaje por animales o que se han mantenido aislados de todo contacto
social. Las experiencia de estos niños no apoyan en absoluto las ideas de Psamético
I. Sólo algunos informes mencionan las capacidades lingüísticas de los niños y el
cuadro que pintan es bastante claro: ninguno podía hablar y la mayoría no
comprendía el habla. Es más, la mayor parte de los intentos de enseñarles a hacerlo
fracasaron. Sólo en casos excepcionales se consiguió que aprendieran algunas
palabras; en el mejor de los casos aprendieron no más de 120 palabras19.
La cuestión del origen del lenguaje llegó a ser objeto de fuertes controversias
durante el siglo pasado, hasta el punto de que en 1866 la Sociedad de Lingüística de
París se vio obligada a suspender cualquier debate sobre la cuestión. Sin embargo,
desde la segunda mitad del siglo XX y a la luz de nuevos hallazgos fósiles, se ha
acrecentado el interés por el tema. La paleontología se ha preguntado cuándo
comenzó a hablar el hombre. Se considera que para que exista el habla resulta
indispensable junto a una determinada configuración del tracto vocal, la maduración
cerebral (que posibilitaría el discurso abstracto) y la capacidad de relacionarse con el
medio. Sin embargo, no existe actualmente ninguna hipótesis claramente definida
sobre el origen del lenguaje humano. Mientras que para algunos investigadores el
lenguaje sería un fenómeno relativamente reciente surgido hace tan sólo 30.000
años, y otros hablan de 60.000 a 200.000 años, buena parte de los investigadores
consideran que la capacidad simbólica debe retrotraerse hasta 2 o 3 millones de
años20.
19
Cfr. D. CRYSTAL, Enciclopedia del lenguaje de la Universidad de Cambridge, Taurus, Madrid, 1994, pp. 288 s.
20
Cfr. El estado de la cuestión en M. E. LANDSBERG, <<Origins of Language>>, en R. ASHER (ed.) The
Encyclopedia of Language, vol. 5, pp. 2886-2891.
10
lingüística, sino fonética), los pulmones y el encéfalo. Sabemos que el lenguaje se
encuentra vinculado con el encéfalo, es decir, la corteza cerebral adaptativa. Una
lesión en determinadas zonas del encéfalo impide el desarrollo del lenguaje. Pero,
aunque hay una vinculación de lenguaje con la corteza adaptativa, la mera existencia
de esa corteza no implica la existencia de habla: si el niño no vive en un medio
lingüístico, no aprenderá a hablar. Por esto, aunque es cierto que el lenguaje surge
en el cerebro humano, por otra parte, el cerebro llega a ser humano, a conformarse
de modo humano, precisamente mediante el lenguaje o, en términos más generales,
por la cultura y la educación.
Las teorías dominantes durante muchos siglos han tenido, sin embargo, un
marcado acento empirista. Los partidarios del empirismo sostienen que el lenguaje
dígito humano ha surgido como evolución del lenguaje icónico. El lenguaje surgiría
11
de las imitaciones que las personas llevaban a cabo de los sonidos del ambiente. El
lingüista danés Otto Jespersen (1860-1943) clasificó estas teorías en cuatro grupos a
los que añadió el suyo propio21. Para unos el lenguaje surge por imitación de las
llamadas de los animales; el «guau» del perro habría hecho que el hombre primitivo
designara el perro con el nombre de «guau-guau» (teoría del «guau-guau»). Para
otros, surgió de los sonidos instintivos provocados por el dolor, la ira y otras
emociones en el ser humano (teoría del «ay-ay»). Una tercera variante supone que el
lenguaje surgió porque las personas reaccionaban a los estímulos del mundo a su
alrededor y producían espontáneamente sonidos que, en alguna manera, reflejaban
el ambiente o estaban en armonía con él (teoría del «ding-dong»). Según otra
versión, el lenguaje surgió porque las personas emitían gruñidos, comunales y
rítmicos, debido al esfuerzo físico cuando trabajaban juntas, que con el tiempo se
desarrollaron en cantos y, de este modo, en lenguaje (teoría del «aaah-tú»).
Finalmente, se ha sostenido también que el lenguaje surgiría del lado romántico de la
vida: sonidos asociados con el amor, el juego, los sentimientos poéticos y, quizás,
incluso la canción (teoría del «la-la»).
Cada una de estas teorías aporta un punto de luz o sombra sobre esta cuestión
difícil de esclarecer. Una grave dificultad de estas teorías es la suposición de que
existe una evolución en el lenguaje humano, desde el lenguaje icónico al dígito. A
este respecto Sapir objetó que si el lenguaje surgiera por evolución, debería haber
unos lenguajes más evolucionados que otros, y que, por tanto, debería poder
establecerse una jerarquía de lenguajes según fueren más primitivos o más
evolucionados22. Pero parece que en lo que a complejidad y riqueza fonológica,
semántica y sintáctica se refiere, no cabe establecer diferencias entre los lenguajes
de los pueblos primitivos y los más recientes. Todos los pueblos tienen gramáticas
plenamente desarrolladas y todas son igualmente complejas. No hay lenguajes más
complejos o difíciles de aprender que otros: un niño tarda el mismo tiempo en
21
Cfr. O. JESPERSEN, Progress in Language, Macmillan, London, 1894 (nueva ed. John Benjamins, Amsterdam,
1993), pp. 329-331.
22
Cfr. E. SAPIR, El Lenguaje. Introducción al estudio del habla, F.C.E., México, 1954.
12
aprender cualquiera de los idiomas existentes si nace en el seno de esa comunidad
lingüística.
23
Cfr. N. CHOMSKY, El lenguaje y el entendimiento, Seis Barral, Barcelona, 1972.
24
H. PUTNAM, «The "Innateness Hypothesis" and Explanatory Models in Linguistics», en J. SEARLE (ed.), The Philosophy of
Language, Oxford Univ. Press, Oxford 1971, pp. 130-139.
13
lenguas se den las mismas categorías sintácticas. Además, no se puede separar el
conocimiento de un idioma de la inteligencia, como realiza Chomsky; es cierto que
todas las personas saben hablar en torno a los cinco años, pero cabe hacerlo con
mayor o menor perfección.
25
Cfr. W. O. QUINE, Las raíces de la referencia, Revista de Occidente, Madrid, 1977, p. 54.
14
toda ocasión por todo miembro de la comunidad lingüística que es testigo de la
ocasión»26.
26
W.O. QUINE, Las raíces de la referencia, p. 55.
27
La definición ostensiva –explica- puede servir para aprender otro lenguaje, pero no el propio (cfr. L.
WITTGENSTEIN, Investigaciones filosóficas, Crítica, Barcelona, 1988, § 32).
28
Esta observación fue desarrollada por S. M. Ervin-Tripp, «Imitación y cambio estructural en el lenguaje de los
niños», en AA. VV., Nuevas direcciones en el estudio del lenguaje, Revista de Occidente, Madrid 1974, pp. 187-
217. Lo mismo se ha comprobado en otras lenguas. Cfr. G. AGUADO, El desarrollo del lenguaje de 0 a 3 años,
Cepe, Madrid 1995, pp. 101-144.
15
Es evidente que los niños asumen que el uso gramatical es regular e intentan
descubrir por sí mismos cómo «deberían» ser esas formas. Su aprendizaje no puede
deberse a un proceso de imitación, pues los adultos no dicen cosas como «cabio»,
«rompido» o «sabo». El otro tipo de dato se basa en que los niños parecen
incapaces de imitar con exactitud las construcciones gramaticales de los adultos,
incluso cuando se les invita a que lo hagan. Hay estructuras (por ejemplo, «Nadie me
quiere») que resultan difícilmente asimilables para el niño (que tiende a decir «Nadie
no me quiere»).
16
Cuál sea el elemento más relevante y cuál es la interdependencia entre los diversos
factores es un tema abierto aún a la investigación.
BIBLIOGRAFÍA
17
LECTURA 2
2 Comunicación oral y escrita
Comunicación
Comunicar es llegar a compartir algo de nosotros mismos. Es decir, es una cualidad racional y
emocional específica del hombre que surge de la necesidad de ponerse en contacto con los de-
más, cuando intercambia ideas que adquieren sentido o significación de acuerdo con experiencias
previas comunes. Varios autores1 definen este fenómeno llamado comunicación. Según Ferrer
(1994:25), consiste en
Lo anterior significa que (como afirma Wilbur Schramm,2 1972:17), aunque las personas ten-
gan marcos de referencia distintos —porque piensen, vivan y hablen en forma diferente—, en el
momento de establecer comunicación tienen un propósito de entendimiento, es decir, pretenden
lograr algo en común por medio del mensaje que intentan compartir.
A A C B B
Los diversos modos en que los seres humanos intercambiamos ideas, desde la señal, el gesto
o la imagen, hasta la palabra hablada o escrita —todos los signos, símbolos y medios por los cua-
les transmitimos significados y valores a otros seres humanos—, constituyen lo que llamamos
formas de expresión (Paoli, 1985:67).
Expresión
La palabra expresión proviene del término latino expressus que
significa “exprimido”, “salido”.
Para transmitir una expresión basta con manifestarla, se dé
o no la recepción por parte de otra persona. En cambio, el con-
cepto de comunicación proviene del prefijo latino cum = con
y munus = común, de donde se deriva communis, que quiere
decir “comunidad” o “estado en común” (Fernández Collado y
L. Dahnke [1986:3]).
Al revisar los conceptos de expresión y comunicación, la
diferencia básica que observamos es la siguiente: para expre-
sar basta con manifestar algo de nosotros mismos; en cambio,
1
Cooley, Bryson, Mann, Oliver, Langer, Johnson, Monteigne, R. Wriglat, Simons, Berenstein e I. A. Richards, entre
otros.
2
Para Wilbur Schramm, uno de los principios básicos de la teoría general de la comunicación es que los signos pueden
tener solamente el significado que la experiencia del individuo permita leer en ellos, ya que sólo es posible interpretar
un mensaje dependiendo de los signos que conocemos y de los significados que hemos aprendido a atribuirles; esto es
lo que constituye el “marco de referencia”, y es en función de él como los individuos pueden llegar a compartir algún
significado.
La comunicación oral 3
Lenguaje
El medio por el que nos comunicamos los seres humanos se
llama lenguaje, el cual se puede definir como “un conjunto
de signos estructurados que dan a entender una cosa” (Mo-
rris, 1985:37). En sus orígenes, el hombre se comunicaba
con lenguajes no verbales, mediante su cuerpo y sus órga-
nos sensoriales: la voz, el gesto, los movimientos, los ojos.
Cada forma, sonido o identificación humana constituían una
señal que identificaba a un hombre con otro, relacionaban una cosa con otra, iban de un te-
rritorio a otro; por eso el lenguaje es la “facultad propia del hombre para la expresión de sus
ideas” (Blake y Haroldsen, 1980:7) y se considera “el vehículo primario para la comunicación”
(Ferrer, 1994:25).
El lenguaje nace como el más trascendental de los inventos que ha desarrollado el hombre
para comprender su mundo, y desempeña una función central en las sociedades civilizadas, pues
influye tanto en su nivel de desarrollo y progreso como en el del conocimiento. Al igual que la
comunicación, el lenguaje tiene una naturaleza social, pues los humanos tenemos facultad de
hacernos entender por otros medios (sonidos, mímica, dibujos, etcétera, aunque ningún lenguaje
funcionaría si no existiera la interacción humana, como dice Rafael Seco (citado en Fernández de
la Torrente, 1990:7):
3
Bühler (citado en El lenguaje de J. Roca Ponds, p. 13) habla sobre estas funciones con un sentido biológico o genético
del lenguaje, que son trasladadas a la actividad psíquica del hombre y en especial a su facultad de hablar.
4 Comunicación oral y escrita
El lenguaje verbal
“Es el atributo que distingue notablemente al hombre” (Blake y Haroldsen, 1980:7) y pertenece
a la gente, a los grupos, a los países. Con el lenguaje verbal las ideas se traducen en palabras. Las
palabras tienen que ver con los cambios de pensamiento y con la evolución de nuestros pueblos
en todas sus actividades; tales cambios influyen en los distintos modos de decir o nombrar las
cosas; surge así otro término ligado a la expresión, al lenguaje y a la comunicación humana: la
lengua (Ferrer, 1994:23-25).
Lengua
Es la manera en que un grupo o una sociedad utilizan el len-
guaje verbal acorde a su región, forma de vivir y comportarse.
Como explica Ferdinand de Saussure, el habla es el uso,
el instrumento individual, y la lengua la estructura, el tejido
gramatical, el pensamiento organizado de un pueblo o una
sociedad; la lengua es la que une a las personas y, en gran
medida, hace a una nación (Ferrer, 1994:29).
Es así como expresión, lenguaje, lengua y habla se funden
en el concepto de comunicación; el lenguaje es “el sistema
de signos articulados que denota un significado y sirve como
vehículo para la interacción”. La lengua es “la red compleja,
cambiante, de adaptaciones diversas, según el modo de vivir
de cada pueblo” (Edward Sapir, citado por Ferrer, 1994: 20-30).
El habla y la expresión son de uso individual. De aquí la frase
La lengua es el habla de las mayorías; es el reflejo popular: Quien no habla con los demás y como los demás,
del acontecer cotidiano y del decir coloquial de la corre el riesgo de no ser entendido.
gente.
(Ferrer, 1994:23-25.)
LENGUAJE LENGUA
Interacción e intercambio
de ideas con otros
B. CARACTERÍSTICAS DE LA LENGUA
La lengua es el ordenamiento mental de los planteamientos verbales convencionales que permite
la interacción con otros, por medio de los mensajes. Las estructuras lingüísticas, en esta etapa del
proceso comunicativo, mantienen un patrón general sistemático (por ejemplo, un idioma).
“Las normas que deben ajustarse a la lengua son, por ejemplo: prosódicas (de pronunciación), ortográficas (de
escritura), semánticas, (de significado), gramaticales (de estructura de la oración), puntuación (usos de signos de
puntuación, auxiliares y de entonación de la oración).” (Bolaños, 1997, p. 56).
La lengua, de acuerdo con los planteamientos anteriores, es social, pertenece a una comunidad
lingüística, es decir, regula que un idioma no se convierta en un ente anárquico. “La lengua es social
por definición, en el sentido de que existe en todos, pero a la vez va más allá de todos.” (D΄Alton, 1990, p. 32)
Otra característica de la lengua es su carácter histórico. La lengua es producto de una evolución en
el tiempo. Aunque muchos términos y estructuras lingüísticas han cambiado, a veces de forma o
de significado, la lengua los conserva en su bagaje cultural. La palabra caballero para la sociedad
del siglo XVI, no tiene el mismo significado que para la sociedad del siglo XXI; sin embargo, su
estructura se mantiene intacta. Veamos un ejemplo: la expresión Vuestra merced, de los inicios de
nuestro idioma, se transformó luego en vuesarced, voacé, vucé, vuced, vusted y luego, en el
pronombre personal de segunda persona singular usted. (Penny, p.164‐165).
8
C. CARACTERÍSTICAS DEL HABLA
El habla, a diferencia de la lengua, es individual o particular. Es la forma como se manifiesta cada
individuo, es la marca personal en el proceso comunicativo. Esta característica permite que se
desencadenen otras más; por ejemplo, al ser individual, el ordenamiento del discurso es
asistemático (aunque no por la libre); esto significa que la estructuración de cada mensaje puede
sufrir alteraciones de forma, entre ellos sintácticas, pero su contenido se mantiene.
‐ “Ayer, vi a tu hermano en el concierto”
‐“En el concierto, ayer, pude ver a tu hermano.”
‐“He visto a tu hermano, ayer, en el concierto”
Asimismo, el habla es actual. La época marca la pauta para el tipo de estructuras lingüísticas y
vocabulario (y su significado) que se deben usar.
En conclusión, el habla es la parte psicofísica del proceso comunicativo. Es la pieza concreta,
tangible, mediante algunos de los sentidos de los intervinientes en el proceso comunicativo.
9
La lengua es un proceso mental o psíquico; se deposita en el cerebro, donde las imágenes acústicas se asocian con
conceptos. El habla es psicofísica, porque incluye la fonación. La lengua es un sistema, como código; al hablar, el
hablante selecciona las palabras que le interesan para elaborar los mensajes que desea comunicar. (Bolaños, 1997,
p. 54).
Para otra época y otro entorno social, la palabra chiva
significó enojado. Para la juventud actual, quiere decir muy
bonito o muy agradable
El habla robustece la lengua, pues del uso cotidiano se toman el léxico, los significados, los giros idiomáticos, las
estructuras que rigen un idioma: el habla es dinámica, está en constante cambio y la lengua, medianamente
estática, porque las transformaciones no son constantes, sino periódicas.
La división de los términos en lengua y habla, se da con fines pedagógicos, pues ambos conceptos son, en la praxis,
indivisibles, por la correlación que existe entre ambos. El habla se explica en términos de la lengua y la lengua se
justifica en términos del habla.
10
La comunicación oral 5
De acuerdo con tales características de su naturaleza social y los conceptos relacionados que
hemos tratado, la comunicación humana implica:
• compartir con otras personas
• lograr significados comunes
• ejercer una influencia recíproca
• vivir en comunión
• tener una interacción continua
La comunicación oral 13
Resumen
El hombre es un ser social por naturaleza, por lo cual cos son: el emisor, quien envía el mensaje; el mensaje,
para alcanzar sus metas y objetivos requiere de la co- con su contenido y tratamiento; el receptor, quien
municación con sus semejantes. Las personas necesitan recibe el mensaje. Se añaden a éstos, los elemen-
compartir lo que observan, piensan y sienten a través de tos que indican la respuesta y fidelidad del mensaje,
un lenguaje; por eso la comunicación se define como como son la retroalimentación y el posible ruido, los
la creación de significados compartidos por medio de medios o canales utilizados para hacer llegar hasta
diversos fenómenos simbólicos. el destinatario el mensaje y, finalmente, el contexto
Examinando la comunicación como proceso so- social; todos son variables y producirán un efecto en
cial, se distingue su dinamismo, ese movimiento los resultados del proceso.
continuo que pone énfasis en las características de su La comunicación humana, como proceso, se dis-
naturaleza: dinámica, transaccional, personal y afec- tingue por su dinamismo o movimiento continuo que
tiva. De acuerdo con tal naturaleza, el ser humano pone énfasis en las características de su naturaleza
también presenta características propias para la co- social, integrada por personas que mediante transac-
municación, ya que él mismo se considera un sistema ciones de ideas influyen entre sí y se integran como
generador de mensajes con capacidad para recibir in- miembros de un grupo, el cual, para satisfacer sus
formación, procesarla y transmitirla. expectativas y cumplir objetivos, se comunica con el
El lenguaje, como la comunicación, se considera propósito de informar, de entretener, de persuadir o
de naturaleza social, pues nace en la gente y propicia de actuar.
la interacción de los grupos y la formación de socie- En la comunicación humana encontramos dos
dades. Los dos se complementan, ya que el lenguaje formas de manejar el lenguaje verbal: la oral y la es-
es un mero instrumento para comunicarse y la comu- crita. Ambas utilizan el razonamiento verbal, pero se
nicación necesita del lenguaje para funcionar. diferencian en cuanto el uso de habilidades por parte
Al hablar de comunicación oral hablamos tam- de las personas para la transmisión de sus ideas. La
bién de la lengua o el modo particular de expresarse comunicación escrita es más razonada, estructurada
de un grupo o pueblo. y hasta cierto punto estática y permanente; en cam-
Para estudiar y comprender mejor cómo funcio- bio, la comunicación oral se distingue por su dinamis-
na la comunicación humana, es necesario detener mo, su espontaneidad y su rapidez para expresar
la dinámica del proceso y observar cada uno de ideas, aunque las personas cometen muchos errores
los elementos que la componen mediante la repre- al hablar, como son las repeticiones, las frases incom-
sentación de modelos. Los modelos sirven para ver pletas o las fallas de pronunciación.
la interrelación de los componentes y sus efectos o El lenguaje como vehículo primario de comuni-
resultados tendientes a la aceptación o el rechazo cación, sea oral o escrito, es el que cumple con esa
de la comunicación. Diversos modelos demuestran función vital para el ser humano de compartir sus
estos componentes; entre los que se consideran bási- ideas y sentimientos con otros.
Definición de conceptos
Después de estudiar el capítulo 1, escriba las siguientes definiciones:
1. Comunicación efectiva
2. Competencia comunicativa