Practica I - Resumen de Todo El Año
Practica I - Resumen de Todo El Año
Practica I - Resumen de Todo El Año
1. LEY DEL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL y LEY DEL MINISTERIO PÚBLICO DE DEFENSA
Poder Judicial: Corte suprema y Tribunales Inferiores, Consejo de la Magistratura y Jurado de Enjuiciamiento.
- En general, a nivel nacional, los tribunales inferiores funcionan como juzgado de 1era instancia. Por encima de
este juzgado hay una Cámara de Apelaciones Federal y por encima de la cámara de apelaciones en el ámbito
penal, hay una cámara de casación, y por encima de esta cámara de casación, si estamos ante competencia no
penal, está la CSJN
- En la capital federal, en la CABA los juzgados federales tienen competencia dividida, hay juzgados civiles y
comerciales, contenciosos y administrativos, y en lo correccional
- En el interior, los juzgados tienen competencia múltiple. En Córdoba tenemos 3 jueces federales y una cámara
de apelaciones con dos salas y hay juzgados federales en algunas ciudades del interior por ej. Bell Ville, río
cuarto, villa maría, san francisco, aquí la competencia es múltiple
Funciones:
- elegidos por el presidente de la Nación con acuerdo del Senado (de sus miembros).
- Se remueven por Juicio Político: la cámara de diputados quien acusa y la cámara de senadores quien sentencia.
Funciona muy similar a un proceso judicial, la cámara de diputado es quien investiga y hace una acusación en
caso de encontrar pruebas suficientes, los tiene que hacer con ⅔ partes de sus miembros, y si la cámara de
diputados y se envía al senado y es el senado que actúa como un tribunal de justica, de forma muy similar Los
senadores deliberan, y si encuentra méritos a los cargos que se formularon con las ⅔ partes de sus miembros, lo
que dictan es algo similar a una sentencia, tiene ese efecto
Decreto 222/2003: regulación de las facultades del presidente de designar miembros de la corte.
CSJN: es una autoridad federal, pero en algunos casos, puede revisar sentencias provinciales.
La CSJN únicamente puede entrometerse en las sentencias de los tribunales provinciales para garantizar la
supremacía constitucional (art. 31 CN).
La CSJN tiene una competencia originaria, y una competencia apelada. La competencia originaria es exclusiva, y
normalmente corresponde a dos casos puntuales: las demandas que se realizan a una provincia, y los casos donde se
encuentran entrometidos cónsules extranjeros. En estos casos, actúa como un tribunal de primera y única instancia. Por
otro lado, la competencia apelada, es aquella donde luego de los dictámenes del tribunal de primera instancia (juez
federal) y la cámara (cámara federal de apelación), se hace uso de un recurso extraordinario (recurso extraordinario
federal) para poder acudir a la Corte Suprema, y que ésta lleve a cabo por ende, el control de constitucionalidad.
También se hace uso del recurso extraordinario (art. 14, ley 48) cuando un TSJ provincial haya dictado sentencia.
Art. 14. Ley 48.– Una vez radicado un juicio ante los Tribunales de Provincia, será sentenciado y fenecido en la
jurisdicción provincial, y sólo podrá apelarse a la Corte Suprema de las sentencias definitivas pronunciadas por los
tribunales superiores de provincia en los casos siguientes:
1° Cuando en el pleito se haya puesto en cuestión la validez de un Tratado, de una ley del Congreso, o de una
autoridad ejercida en nombre de la Nación y la decisión haya sido contra su validez.
2° Cuando la validez de una ley, decreto o autoridad de Provincia se haya puesto en cuestión bajo la pretensión
de ser repugnante a la Constitución Nacional, a los Tratados o leyes del Congreso, y la decisión haya sido en favor de la
validez de la ley o autoridad de provincia.
3° Cuando la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución, o de un Tratado o ley del Congreso, o una
comisión ejercida en nombre de la autoridad nacional haya sido cuestionada y la decisión sea contra la validez del título,
derecho; privilegio o exención que se funda en dicha cláusula y sea materia de litigio.
Obligatoriedad vertical y horizontal: La obligatoriedad vertical refiere a los tribunales inferiores respecto a los
fallos precedentes de la CSJN. Por otro lado, la obligatoriedad horizontal, refiere a hasta qué punto se encuentra la
misma CSJN sujeta a sus precedentes.
Constitución de Cba:
- Estructura del PJ de la provincia: Juez de primera instancia, Cámara de apelaciones de acuerdo al fuero, Tribunal
superior y su sala correspondiente
- En la ciudad de córdoba tenemos juzgados con varias competencias, en ciudades del interior salvo algunas muy
- grandes como villa maria por ejemplo, los juzgados y las cámaras suelen tener competencia más amplia, en
general el juez que hace por ejemplo civil y comercial hace familia, contencioso administrativo, laboral, etc. Esto
tiene que ver con la población que vive en esa ciudad
- El Consejo de la Magistratura (de Cba) no aparece en la CPC, fue agregado por ley. El Gobernador con acuerdo
de Legislatura, elige los miembros de los tribunales inferiores, teniendo en cuenta la propuesta del Consejo de
Magistratura (la cual no es vinculante, pero el PE se ha obligado a respetar). Los miembros del TSJ son elegidos
por la Legislatura.
- El TSJ: 7 miembros dividido en 5 salas: Sala Penal, Sala Civil y Comercial, Sala Contencioso Administrativa, Sala
Laboral y Sala Electoral y de Competencia Originaria.
- Tenemos juzgados de primera instancia, cámara de apelaciones, y las cámaras del TSJ.
“Artículo 120 CN.- El Ministerio Público es un órgano independiente con autonomía funcional y autarquía financiera que
tiene por función promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad de los intereses generales de la sociedad
en coordinación con las demás autoridades de la República. Está integrado por un procurador general de la Nación y un
defensor general de la Nación y los demás miembros que la ley establezca. Sus miembros gozan de inmunidades
funcionales e intangibilidad de remuneraciones”
Características
- No integra el poder judicial, es un órgano extrapoder (función complementaria al PJ, pero que no depende del PJ).
Hubo una discusión vigente hasta la reforma de 1994 respecto a su naturaleza.
- Es un órgano público pero es bicéfalo (tiene 2 cabezas). El procurador general de la Nación (que es el fiscal ante la
CSJN), y el defensor general de la Nación.
- La procuración general ejerce la función de acusación. En esta, el procurador es el titular, y luego tenemos otros
funcionarios (fiscales y defensores).
- Tiene 2 funciones
- en materia no penal: defender la legalidad de las normas y los intereses generales de la sociedad.
- El procurador general de la Nación al igual que el Defensor general de la Nación, son designados de la misma
manera que los jueces de la Corte Suprema (es decir que son elegidos por el Poder ejecutivo con acuerdo del
Senado). A su vez sus cargos son vitalicios con el límite de los 75 años de edad. Ambos son removidos por Juicio
Político.
- El Ministerio Público tiene una coordinación con el Poder Ejecutivo que se lleva a cabo por intermedio del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación o el que cumpla dichas funciones; de la misma manera
tiene una coordinación con el Poder Legislativo, llevada a cabo a través de la Comisión Bicameral, cuya composición
y funciones fijará el Congreso Nacional.
- Los fiscales y defensores inferiores se designan con un procedimiento similar al de los jueces inferiores, pero en
lugar de existir un Consejo de Magistratura, hay una Junta de Selección y Evaluación formada por académicos y
legisladores, que realizan una terna, para que pase al Poder Ejecutivo, y posteriormente el acuerdo del Senado. Su
remoción se lleva a cabo por medio de una junta evaluadora, y posteriormente un jurado de enjuiciamiento que
está conformado por un vocal del Tribunal Superior, letrados si los hubiere (dos por la mayoría, dos por la minoría),
y cuatro legisladores (el mismo no se encuentra en la C.N. como el de los jueces inferiores, sino que es tratado por
medio de ley).
A nivel provincial el ministerio público no está dividido en Ministerio Público Fiscal y Ministerio de Defensa. A su
vez, se encuentra integrado al poder judicial.
“Artículo 171 CPC. El Ministerio Público está a cargo de un Fiscal General y de los fiscales que de él dependan
según lo establece la ley orgánica respectiva. Ejerce sus funciones con arreglo a los principios de legalidad, imparcialidad,
unidad de actuación y dependencia jerárquica en todo el territorio de la Provincia. El Fiscal General fija las políticas de
persecución penal e instruye a los fiscales inferiores sobre el cumplimiento de sus funciones conforme al párrafo anterior,
de acuerdo a las leyes.”
- Designación
- se hace un Examen
- se manda al senado
- Remoción:
ARTÍCULO 1° — Misión general. El Ministerio Público Fiscal de la Nación es el órgano encargado de promover la
actuación de la justicia en defensa de la legalidad y los intereses generales de la sociedad. En especial, tiene por misión
velar por la efectiva vigencia de la Constitución Nacional y los instrumentos internacionales de derechos humanos en los
que la República sea parte y procurar el acceso a la justicia de todos los habitantes.
ARTÍCULO 2° — Funciones en defensa de la Constitución y los intereses generales de la sociedad. Para garantizar la
efectiva vigencia de la Constitución Nacional y los instrumentos internacionales de derechos humanos en los que la
República sea parte, el Ministerio Público Fiscal de la Nación deberá:
a) Dictaminar en las causas que lleguen a conocimiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, siempre que exista
controversia sobre la interpretación o aplicación directa de una norma de la Constitución Nacional o de los instrumentos
internacionales de derechos humanos en los que la República sea parte; ello será determinado por el Procurador
General de la Nación a partir del análisis de disposiciones normativas o de las circunstancias y particularidades de la
causa.
b) Dictaminar en cualquier otro asunto en el que la Corte Suprema de Justicia de la Nación requiera su dictamen
fundado en razones de gravedad institucional o por la importancia de las normas legales cuestionadas.
Asimismo el Ministerio Público Fiscal de la Nación podrá intervenir, según las circunstancias e importancia del asunto, en
los casos presentados en cualquier tribunal federal del país o tribunal nacional con competencia sobre la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, en los casos en los que no se haya transferido dicha competencia, siempre que en ellos se
cuestione la vigencia de la Constitución o de los instrumentos internacionales de derechos humanos en los que la
República sea parte, o se trate de:
d) Conflictos en los que se encuentre afectado el interés general de la sociedad o una política pública trascendente.
e) Conflictos en los que se encuentre afectado de una manera grave el acceso a la justicia por la especial vulnerabilidad
de alguna de las partes o por la notoria asimetría entre ellas.
Asimismo, interviene y gestiona en el país todos los pedidos de extradición realizados por otros Estados.
ARTÍCULO 4° — Autonomía funcional e independencia. El Ministerio Público Fiscal de la Nación ejerce sus funciones con
ARTÍCULO 9° — Principios funcionales. El Ministerio Público Fiscal de la Nación ejercerá sus funciones de acuerdo con los
siguientes principios:
a) Unidad de actuación: el Ministerio Público Fiscal de la Nación es una organización jerárquica cuya máxima autoridad
es el Procurador General de la Nación. En su actuación es único e indivisible y estará plenamente representado en la
actuación de cada uno de sus funcionarios. Cada funcionario controlará el desempeño de quienes lo asistan y será
responsable por la gestión de los funcionarios a su cargo. Éstos actuarán según las instrucciones impartidas por sus
superiores y conforme a lo previsto en esta ley.
b) Organización dinámica: la organización y estructura del Ministerio Público Fiscal de la Nación se regirá bajo criterios
de flexibilidad y dinamismo, en miras a atender las necesidades que la complejidad y conflictividad social le demanden.
c) Respeto por los derechos humanos: desarrollará su actuación de acuerdo con los principios, derechos y garantías
establecidos en la Constitución Nacional, los tratados y convenciones internacionales, respetando los derechos humanos
y garantizando su plena vigencia.
d) Objetividad: requerirá la aplicación justa de la ley, procurando el resguardo equilibrado de todos los valores y
principios jurídicos vigentes y el ejercicio racional y ponderado del poder penal del Estado.
e) Gestión de los conflictos: procurará la solución de los conflictos con la finalidad de restablecer la armonía entre sus
protagonistas y la paz social.
f) Orientación a la víctima: deberá dirigir sus acciones tomando en cuenta los intereses de la víctima, a quien deberá
brindar amplia asistencia y respeto. Informará a ésta acerca del resultado de las investigaciones y le notificará la
resolución que pone fin al caso, aun cuando no se haya constituido como querellante, conforme a las normas procesales
vigentes. Procurará la máxima cooperación con los querellantes.
g) Accesibilidad y gratuidad: promoverá los derechos reconocidos a la víctima por la ley, facilitando su acceso al sistema
de justicia de manera gratuita.
h) Eficiencia y desformalización: velará por la eficiente e idónea administración de la información, recursos y bienes
públicos. Procurará que los procedimientos sean ágiles y simples sin más formalidades que las que establezcan las leyes.
i) Transparencia: sujetará su actividad a pautas de transparencia, informando los criterios que orientan la persecución y
selectividad penal, los objetivos anuales propuestos y los resultados de su gestión, de tal manera que se pueda evaluar
el desempeño de sus funcionarios y de la institución en su conjunto.
j) Responsabilidad: los integrantes del Ministerio Público Fiscal de la Nación estarán sujetos a la responsabilidad
administrativa y penal correspondiente.
ARTÍCULO 10. — Órganos permanentes. El Ministerio Público Fiscal de la Nación estará integrado por los siguientes
órganos con carácter permanente, sin perjuicio de aquellos que se creen por resolución del Procurador General de la
Nación para atender un conjunto de casos o un fenómeno criminal en particular:
c) Fiscalías de distrito.
f) Procuradurías especializadas.
h) Direcciones generales.
ARTÍCULO 11. — Procurador General de la Nación. Designación. El Procurador General de la Nación es el jefe del
Ministerio Público Fiscal de la Nación y es el responsable de su buen funcionamiento. Su autoridad se extiende a todo el
territorio nacional. El Procurador General de la Nación será designado por el Poder Ejecutivo nacional con acuerdo del
Senado por dos tercios (2/3) de sus miembros presentes. Para ser Procurador General de la Nación se requiere ser
ciudadano argentino con título de abogado de validez nacional, con ocho (8) años de ejercicio, y reunir las demás
calidades exigidas para ser senador nacional.
ARTÍCULO 12. — Funciones y atribuciones. Las funciones y atribuciones del Procurador General de la Nación son:
f) Ejercer la superintendencia general sobre todos los miembros del organismo, administrar los recursos materiales y
humanos y confeccionar el presupuesto del Ministerio Público Fiscal de la Nación.
n) Promover el enjuiciamiento de los integrantes del Ministerio Público Fiscal de la Nación, de conformidad con lo
establecido en esta ley y la reglamentación que se dicte al respecto, y solicitar el enjuiciamiento de los jueces ante los
órganos competentes cuando se hallaren incursos en las causales que prevé el Artículo 53 de la Constitución Nacional.
ARTÍCULO 13. — Intervención ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El Procurador General de la Nación
intervendrá directamente o a través de los procuradores fiscales en las causas que tramitan ante la Corte Suprema de
Justicia de la Nación.
ARTÍCULO 1º — Función principal. El Ministerio Público de la Defensa es una institución de defensa y protección de
derechos humanos que garantiza el acceso a la justicia y la asistencia jurídica integral, en casos individuales y colectivos,
de acuerdo a los principios, funciones y previsiones establecidas en la presente ley. Promueve toda medida tendiente a
la protección y defensa de los derechos fundamentales de las personas, en especial de quienes se encuentren en
situación de vulnerabilidad.
a) La Defensoría General de la Nación, en su carácter de órgano superior, administra y gestiona la provisión del servicio
de Defensa Pública, garantiza su prestación efectiva y adecuada y diseña y ejecuta sus políticas públicas. Es la sede de
actuación del Defensor General de la Nación.
b) La Defensoría Pública es responsable primaria de la representación y asistencia en casos ante diversos fueros e
instancias.
c) El Consejo Asesor del Ministerio Público de la Defensa es el órgano consultivo del Defensor General de la Nación.
ARTÍCULO 10. — Titularidad. Estructura. La Defensoría General de la Nación es dirigida por el Defensor General de la
Nación e integrada por magistrados, funcionarios y empleados según sus diversos deberes funcionales.
a) Magistrados:
3. Defensores Públicos Oficiales y Defensores Públicos de Menores e Incapaces ante las Cámaras de Casación.
Para nuestro sistema jurídico, la corte es el último tribunal federal en algunas materias constitucionales. La idea es que
en una corte están representados diversos intereses de la sociedad, no todos los mismos intereses.. La Constitución
crea a la corte y esta establece su competencia, pero el legislador le va a decir a la Corte en qué caso va a entrar y de qué
manera va a ser el acceso de la Corte en esos casos. Esta ley se dictó en 1863, y siguiendo la Constitución
norteamericana, se seleccionaron ciertos temas constitucionales, los que están mencionados en el Artículo 116, y se le
dijo a la Corte en que temas constitucionales la corte tenía la última palabra. Es decir, en los demás temas, la última
palabra la tienen las 24 cortes supremas (cortes provinciales) y el Tribunal Superior de la Ciudad Buenos Aires. Entonces,
la Constitución lo que hizo fue darle a la Corte un pedazo del poder y repartir entre los otros tribunales otro pedazo del
poder tratando de equilibrar no darle todo a la corte. Algunos creen que la corte tiene la última palabra en todos los
temas importantes y técnicamente esto no es así.
¿Por qué se organizó esto de esta manera? Porque el país estaba muy dividido en 1853, ya veníamos de una guerra civil.
Entonces, después de tantas muertes, asesinatos y una mala organización judicial, un grupo de gente decide organizar
todo el país con una constitución y organizar la división de poderes. Pero alguien tenía que tener la última palabra en
materia de interpretación constitucional, porque la interpretación constitucional la hacen todos (el presidente, el poder
legislativo cuando discute una ley) pero finalmente lo hacen los tribunales y en último término la Corte si se dan ciertos
requisitos.
Entonces, como era necesario y era la preocupación unificar al país que estaba tan dividido, establecieron que ciertos
temas son los que están en la Constitución, que son los que más nos interesan a todos seguir este modelo, la última
palabra la va a tener la corte. De ahí la importancia de por qué tenía que haber alguien que tuviera la última palabra.
No porque fuera el más sabio ni porque fuera el mejor. Tenía que haber alguien que fuera el último y que estuviera
despegado de los problemas políticos típicos de la política donde los intereses muchas veces no tienen en cuenta una
visión imparcial, qué es lo que se espera de un tribunal judicial.
En ese momento había un gran debate sobre la calidad de la justicia. El sistema español había impuesto un orden
antiguo y muy deficitario. No había confianza en la justicia y entonces se vivía en un constante planteo de la legitimidad
de lo que se resolvía, de la extensión de los juicios, etc. Es por eso que se establecieron garantías. Nosotros no veníamos
a consolidar un sistema que ya traíamos de antes y que lo veníamos a perfeccionar, sino que se venía imponer un
sistema nuevo.
En cuanto a la reforma: aumentar el número de miembros ya se vio en la época de menem que era para peor, ya que
todo se demora mucho más necesariamente. Dividir en salas técnicamente no se puede porque la Constitución habla de
una Corte Suprema (y la de EEUU también). Algunos que proponen la división en salas tienen un concepto muy
equivocado de lo que es la competencia de la corte porque dicen “bueno pero los temas penales pueden haber tres, los
temas civiles otros tres, etc” y técnicamente la corte no entra en temas civiles o penales, entra en temas civiles penales
en tanto esté en juego una garantía individual. Lo que tiene que saber un juez de la corte es esa parte, la de garantías
individuales, la de la competencia en función de esas garantías. El juez no tiene que que saber derecho penal, tiene que
saber si en este tema penal eventualmente pueda ver que se está violando alguna garantía constitucional del proceso
penal, por ejemplo.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación fue creada por la Constitución Nacional de 1853. Sin embargo, comenzó a
funcionar a partir de 1863 luego de que sus Ministros prestarán juramento el 15 de enero frente al presidente Bartolomé
Mitre.
Clodomiro Zabalía relata que “En su mensaje de mayo de 1863, el general Mitre, al inaugurar las sesiones legislativas,
manifestó que el gobierno «se había penetrado de la necesidad de completar nuestro sistema político e instaló la Corte
Suprema de Justicia Federal, que tan grande y benéfica influencia está destinada a ejecutar en el desenvolvimiento de
las instituciones, como un poder moderador». (…)
En efecto, no obstante la teórica instalación efectuada en enero, todavía en mayo de 1863 la Corte no había entrado
públicamente en funciones, pues debido, en parte, a falta de local apropiado y, sobre todo, a que se carecía de las leyes
indispensables, sus puertas no se habían abierto aún al público (…)”. (1)
Originariamente, la Corte se encontraba ubicada en la calle Bolívar entre Moreno y Belgrano haciendo parte del gran
edificio que fue «casa de Rosas» (2). Dictó su reglamento interno el 11 de octubre de ese mismo año y tan solo 4 días
después nació su primera sentencia
Resulta interesante destacar el prefacio del primer Secretario José M. Guastavino -previamente el Dr. Rafael Pereyra
había desempeñado interinamente el cargo durante tres meses (3)-, escrito en septiembre de 1864 y obrante en el
primer volumen de la colección de fallos.
Allí hizo referencia a la obligatoriedad de las sentencias de la Corte y a la importancia de que las mismas estén
publicadas para ser conocidas por el pueblo, tal como lo estaban en los Estados Unidos.
Así manifestó que “las decisiones de la Suprema Corte que, tanto por los principios primordiales de todo gobierno
cuanto por los fundamentos propios del sistema, tienen aunque no sin graves inconvenientes, el carácter y toda la
autoridad de ley obligatoria para todos los Estados y todos los individuos, es preciso que sean conocidas por el pueblo”.
Es por ello que sostuvo que “es necesario agregar la publicidad, no sólo porque todos los que habitan el suelo de la
República pueden ser en ellas heridos o respetados en sus derechos, sino también para levantar ante el tribunal de la
Corte Suprema el poder de la opinión del pueblo, quien, a la par que gana a su vez en respetabilidad y prestigio ante sus
conciudadanos, según sean la ilustración y honradez de que muestran en sus decisiones”.
De esta forma, el Secretario finaliza su prefacio sosteniendo que, “así como en los Estados Unidos de Norte América, esta
publicación será, con el tiempo, en la República Argentina, el gran libro, la grande escuela en que todos, y con
particularidad los magistrados, los legisladores, los abogados y los estudiantes concurrirán a estudiar la jurisprudencia, la
Constitución y la perfección o imperfección de las leyes para emprender su reforma en presencia de los resultados que
produzcan en su aplicación”.
Cabe destacar que la importancia de la publicidad de las sentencias había sido marcada por abogados y periodistas en la
época poscolonial, a causa de las prácticas heredadas del derecho español. No sólo la publicación de las sentencias
resultaba ser la preocupación de estos profesionales, sino también el hecho de que las mismas no estuvieran fundadas
adecuadamente (4).
El principio del stare decisis no se encuentra previsto en nuestro sistema legal. La única excepción consiste en la
obligatoriedad de los fallos plenarios (artículo 303 del Código Procesal Civil y Comercial y artículo 151 de la Ley 11.683).
Sin embargo, Garay (5) nos señala que la Corte, “a poco de su establecimiento en el año 1863, adoptó la costumbre de
citar en sus sentencias a otras propias anteriores e inclusive, yendo un paso más lejos, comenzó a basar sus decisiones,
exclusivamente, en lo resuelto en el caso al que remite”; por ejemplo, en Fallos 1:148, 153, 156.
Es decir, podemos advertir cómo los Ministros de la Corte, educados fundamentalmente en derecho romano y español
decidían casos por referencia a un precedente, como si fueran jueces del common law (6).
Cabe destacar que la Corte se refirió a la aplicación del principio del stare decisis (Fallos: 183:409). Sostuvo que “no
podría el Tribunal apartarse de su doctrina, sino sobre la base de causas suficientemente graves, como para hacer
ineludible tal cambio de criterio”. Por último, agrega que “aun cuando ello no signifique que la autoridad de los
antecedentes sea decisiva en todos los supuestos, ni que pueda en materia constitucional, aplicarse el principio de stare
decisis sin las debidas reservas -conf. Willoughby, On the Constitution, t. I, pág. 74-, no es menos cierto que cuando de
las modalidades del supuesto a fallarse no resulta de manera clara, el error o la inconveniencia de las decisiones ya
recaídas sobre la cuestión legal objeto del pleito, la solución del mismo debe buscarse en la doctrina de los referidos
precedentes».
Ahora bien, ¿de qué forma la Corte se remite a sus propios precedentes?
Existen sentencias en donde la Corte para resolver una controversia se remite a la resuelto en un caso análogo como
único soporte normativo de su decisión y utiliza la fórmula “la doctrina fijada por el Tribunal” (es decir no utiliza la
normativa aplicable para resolver el caso).
También la Corte utiliza las remisiones brevísimas, que no suelen evidenciar el procedimiento a través del cual se
determina esa analogía o similitud sustancial; consiste en la fórmula “por razones de brevedad”. En efecto, el
mencionado autor critica este último tipo de remisiones, entre otras cuestiones, debido a que la única sentencia breve
prevista por el legislador es la aplicación del artículo 280 del CPCCN -norma que ya de por sí resulta más que polémica-.
Puede ocurrir que la Corte decida apartarse de sus propios precedentes. Ello puede deberse por algunas de las
siguientes razones:
A causa de una nueva integración: esta circunstancia es denominada por Garay como “una excepción inadmisible”.
Consiste en la famosa fórmula “esta Corte, en su actual composición”. Este autor explica (8) que aquella fórmula “fue
una característica, una constante que se repitió durante años en la Argentina”, y solía usarse “cuando una Corte
designada por un gobierno de facto modificaba la jurisprudencia establecida por una Corte nombrada por un gobierno
constitucional (o viceversa)”. No obstante ello, resalta que la Corte volvió a emplear la fórmula en pleno proceso
democrático en el año 1990 al resolver el caso “Montalvo” (caso en que se apartó de lo decidido en “Bazterrica”).
Cambio de circunstancias: esto ocurre ante un cambio legislativo o de circunstancias entre el momento en que se dictó
el precedente y el momento en que vuelve a fallar la Corte.
Contradicciones o inconsistencias entre los precedentes: Garay (9) ejemplifica este presupuesto con el precedente
“Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires c/ Tierra del Fuego” (Fallos 330:5279), toda vez que el Procurador
General de la Nación había dictaminado a favor de la competencia originaria de la Corte basándose en un precedente
que consideraba aplicable al caso. La Corte, sin embargo, se declaró incompetente.
El legislador como impulsor de un cambio de jurisprudencia: en este supuesto Garay señala que “el silencio del legislador
también ha sido tenido en cuenta en casos en los que él, en tanto regulador primario de la actividad, podría tener la
primera palabra” (10). Y así cita el voto de la Dra. Argibay en la causa “Lubricom”, que también había sido expuesto casi 6
meses antes en “Casa Casmma”. Allí la Ministra sostuvo que “la línea de decisiones que viene siguiendo el Tribunal a
partir del caso “Filcrosa” no ha merecido respuesta alguna del Congreso Nacional”.
En definitiva, Garay advierte que “la Corte Suprema fue desarrollando un modo de justificar sus decisiones que pondrá
especial énfasis en: (i) el análisis de las semejanzas o diferencias de los hechos que caracterizan al precedente y al caso a
resolver; (ii) distinguir lo resuelto en un caso o varios anteriores (holding o ratio decidendi) de lo dicho en él o ellos al
pasar, sin mayor elaboración o de manera genérica o sobreabundante (obiter dictum); (iii) si ella y los tribunales
inferiores deben obediencia a la regla del precedente (stare decisis) y, eventualmente, en qué situaciones se autorizaría
su abandono (overruling); (iv) si una sentencia que inaugura un apartamiento jurisprudencial o una novedosa
declaración de inconstitucionalidad puede limitar su aplicación retroactiva (prospective overruling), entre otros tópicos.
Tanto es esto así que actualmente existen resoluciones del Alto Tribunal cuyos fundamentos consisten, con exclusividad
de cualquier otro, en la remisión a lo resuelto en uno o varios casos anteriores” (11)
Sarmiento pretendía que la jurisprudencia de los Estados Unidos de América fuera vinculante: “La Corte Suprema
instituida por la Constitución argentina, y nuestros jurisconsultos, deben tener siempre por delante la serie de decisiones
que durante sesenta años ha ido pronunciando aquel tribunal supremo, sobre los diez puntos contenciosos que
constituyen su jurisdicción, que son los mismos, en los mismos términos, con las mismas palabras que señala nuestra
Constitución”. Asimismo, remarcaba que “el Congreso, las Legislaturas de provincia, los ministerios públicos, como es
práctica en los Estados Unidos, deberían tener bibliotecas, conteniendo depósitos de ciencia y experiencia, excusándose
con la simple consulta de los casos, reclamos y cuestiones impertinentes los unos, dictámenes errados o injustos los
otros” (12).
Por el contrario, Alberdi adoptó una postura diferente a la de Sarmiento y lo criticó duramente. Así manifestó que “el
señor Sarmiento pone a un lado la vida anterior de la República Argentina; se apodera del texto desnudo y seco de su
Constitución reciente; lo sacude, digámoslo así, de sus antecedentes argentinos y emprende su comentario sin más
auxilio que el comentario de la Constitución de los Estados Unidos, pudiendo definirse su obra: «La Constitución
argentina comentada por el señor Sarmiento con los comentarios de la Constitución de Norte América por José Story»” y
es por ello que “la ley extranjera debe ser interrogada siempre, después de la ley propia; y nunca sola, con exclusión de
las otras” (13).
NORMATIVA APLICADA POR LA CSJN DESDE SUS INICIOS (ESTE PUNTO ES CLAVE, INCLUYE LOS ANTECEDENTES DE LA
LEY 48 Y SU INTERPRETACIÓN POR LA MISMA CSJN; Y LOS ANTECEDENTES DE LA LEY 4055 QUE CREA LAS CÁMARAS
FEDERALES Y EL DICTAMEN DE LA MINORÍA DE LOS DIPUTADOS QUE PROPONÍA INCREMENTAR LOS MIEMBROS DE LA
CSJN Y DIVIDIRLA EN SALAS).
● Antecedentes: Judiciary Act de 1789 de Estados Unidos de América (la Corte Suprema de Justicia sólo podía
revisar sentencias dictadas por las Cortes estaduales cuando existiera una violación o lesión al derecho federal).
● Antes de que la Corte comenzará a funcionar, los Ministros prepararon los antecedentes de la Ley 48. (1)
● El estudio de la implementación de la justicia federal en los Estados Unidos de América a través de la Judiciary
Act de 1789 “fue encomendado en el año 1860 a un joven abogado de la época, Manuel R. García, quien se
trasladó a Washington con ese propósito. El resultado de sus estudios fue una serie de artículos donde analizó
las secciones de la ley norteamericana y la manera en que ellas podían ser adaptadas a nuestro medio. El
presidente Mitre alcanzó algunos de esos trabajos a la Revista de Buenos Aires para su publicación, y García
editó un libro sobre el tema, con pie de imprenta en Florencia, antes de que se sancionara la ley 48” (2)
● El REF estaba previsto para revisar las sentencias de los Tribunales Superiores de Justicia.
Las Leyes 27 y 48 regulan la distribución de los poderes entre los tribunales nacionales y provinciales.
Ley 1893 (1886) Ley de creación de las Cámaras de Apelación (i) Civil y (ii) Criminal, Correccional y Comercial de la
Ciudad de Buenos Aires.
● Contra las sentencias dictadas por dichas Cámaras se podía interponer el REF.
● Artículo 90: “contra las sentencias dictadas por las Cámaras no habrá recursos ninguno, con excepción de los
casos previstos por el artículo 14 de la ley de septiembre 1863 sobre jurisdicción y competencia de los Tribunales
Nacionales”
Ley 4055 (1902) Ley sobre reformas de la Justicia Federal y creación de Cámaras de Apelación
● Antes de la sanción de la Ley 4055 la Corte entendía los recursos de apelación interpuestos contra las sentencias
de los juzgados federales.
● A partir de 1902 se crean las Cámaras Federales y la Corte pasa a ser su alzada mediante el REF.
● Artículo sexto “La Corte Suprema conocerá por último, en grado de apelación, de las sentencias definitivas
pronunciadas por las Cámaras Federales de Apelación, por los Tribunales Superiores de Provincia y por los
Tribunales Superiores Militares, en los casos previstos por el artículo 14 de la Ley N° 48 de 14 de septiembre de
1863.”
● Las causas en trámite ante la Corte son remitidas ante las nuevas Cámaras Federales.
● Trámite parlamentario de la Ley 4055 – Diario de Sesiones del 29/11/1901 de la Cámara de Diputados: el
diputado Argañaraz defendió el dictamen de la minoría que había propuesto, como alternativa a la creación de
las Cámaras Federales, el aumento de los integrantes de la Corte y su eventual división en salas.
● A partir de la Ley 4055 «la tarea de la Suprema Corte disminuyó considerablemente, pues no debería conocer,
en lo sucesivo, fuera de las causas enumeradas en el artículo 101 de la Constitución (…) Como se ve, iba a
terminar para la Corte la enorme tarea que significaba la obligación de conocer en todos los juicios, civiles y
comerciales, fallados por los jueces federales de la República. Vino en buena hora la reforma (…) porque
descongestionaba los repletos casilleros cuando ya el alto tribunal había tenido ocasión, durante cuarenta años,
de interpretar el derecho común, que iba a serle ya ajeno, dejando en la colección de sus fallos piezas
valiosísimas que constituyen inapreciables modelos para jueces y letrados.”
● El REF “deja definitivamente de ser un instrumento de la supremacía federal, para convertirse en una
herramienta de la supremacía constitucional, aun contra sentencias de órganos jurisdiccionales (…) federales”.
CLASIFICACIÓN DE LAS NORMAS Y EL REF (LA IDEA ES QUE LOS ALUMNOS ENTIENDAN QUÉ ES EL DERECHO FEDERAL,
QUE ES EL DERECHO COMÚN -ESTO INCLUYE LA EVOLUCIÓN DE LA CLÁUSULA DE LOS CÓDIGOS EN LOS DEBATES
1853-1860-, DERECHO LOCAL E INTRAFEDERAL; Y QUE SEPAN CÓMO UBICAR ESTA CLASIFICACIÓN PARA DISCUTIR UNA
CUESTIÓN FEDERAL EN CADA UNO DE LOS 3 INCISOS DEL ART. 14 DE LA LEY 48).
NORMAS FEDERALES
● artículo 14, inciso 1) Ley 48: “cuando en el pleito se haya puesto en cuestión la validez de un Tratado, de una ley
del Congreso, o de una autoridad ejercida en nombre de la Nación y la decisión haya sido contra su validez”
● artículo 14, inciso 3) Ley 48: “cuando la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución, o de un Tratado o ley
del Congreso, o una comisión ejercida en nombre de la autoridad nacional haya sido cuestionada y la decisión
sea contra la validez del título, derecho; privilegio o exención que se funda en dicha cláusula y sea materia de
litigio”
NORMAS LOCALES
● artículo 14, inciso 2) Ley 48: “cuando la validez de una ley, decreto o autoridad de Provincia se haya puesto
cuestión bajo la pretensión de ser repugnante a la Constitución Nacional, a los Tratados o leyes del Congreso, y
la decisión haya sido en favor de la validez de la ley o autoridad de provincia”
● Regla: las cuestiones relacionadas con el derecho común son irrevisables en la instancia extraordinaria.
● Excepción: el REF procedente en casos de arbitrariedad de sentencia con apoyo en el artículo 14, inciso 3) Ley
48: “cuando la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución, o de un Tratado o ley del Congreso, o una
comisión ejercida en nombre de la autoridad nacional haya sido cuestionada y la decisión sea contra la validez
del título, derecho; privilegio o exención que se funda en dicha cláusula y sea materia de litigio”
● Ej: interpretación irrazonable en términos de la doctrina de la arbitrariedad del artículo 67 del Código Penal
(prescripción de la acción penal), e impacta directamente en la observancia del principio de estricta legalidad en
materia penal.
● “creaciones legales del federalismo de concertación, configura el derecho intrafederal (Fallos: 314:862) y se
incorpora una vez ratificado por la legislatura al derecho público interno de cada estado provincial aunque con la
diversa jerarquía que le otorga su condición de ser expresión de la voluntad común de los órganos superiores de
nuestra organización constitucional: nación y provincias. Esa gestación institucional ubica a los tratados o leyes
convenios celebrados entre las provincias y el gobierno nacional con un rango normativo específico dentro del
derecho federal. Prueba de su categoría singular es que no es posible su derogación unilateral por cualquiera de
las partes (Horacio Zorraquín Becú: El Federalismo Argentino, Edit. Perrot, 1958, pág. 194).” “AGUEERA” -Fallos:
322:1781-
● REF
○ CSJ F. 509. XLV., CSJ M. 921. XLII., CSJ A. 1014. XLV., CSJ A. 1013. XLV., CSJ R. 649. XLVI., 01/08/2013 y CSJ
V. 185. XLIX: la Corte ha rechazado el REF interpuesto contra las resoluciones de la Comisión Plenaria del
Convenio Multilateral, entre otras cuestiones debido a que sostuvo que aquel Convenio forma parte del
derecho público local, carácter que resulta extensivo a la actividad desplegada por los organismos
encargados de su aplicación.
○ CSJ G. 28. XLIII: la Corte ha rechazado el REF contra resoluciones de la Comisión Federal de Impuestos en
razón de que los planteos se habían orientado exclusivamente a cuestionar la Ley de Coparticipación
Federal, que resulta ser una ley-convenio.
EL LUGAR QUE OCUPA EL REF EN EL SISTEMA FEDERAL ARGENTINO. ¿ES LA CSJN EL INTÉRPRETE FINAL DE LA CN?
FUNCIÓN CASATORIA: ¿QUÉ OCURRE CUANDO LA CSJN REALIZA UNA CASACIÓN DEL DERECHO COMÚN? ANÁLISIS DE
LOS CASOS "FAL" Y "FARINA" (ESTO SE LO PUEDEN LLEVAR COMO TAREA PARA EL HOGAR CON UNA ORIENTACIÓN
PREVIA).
● Su alcance lo establece el Congreso: algunos doctrinarios sostienen que esa es la misión del Congreso y no de la
Corte
● entre la Corte y los tribunales superiores tribunales de provincia (excepción arbitrariedad de sentencia)
“(…) en el diseño constitucional argentino «…la Corte Suprema es el tribunal en último resorte para todos los asuntos
contenciosos en que se le ha dado jurisdicción (…) Sus decisiones son finales. Ningún Tribunal las puede revocar.
Representa, en la esfera de sus atribuciones, la soberanía nacional, y es tan independiente en su ejercicio, como el
Congreso en su potestad de legislar, y cómo el Poder Ejecutivo en el desempeño de sus funciones…» (Fallos: 12:134 y
325:2723).”
● Obligatoriedad horizontal
● Obligatoriedad vertical
● tutela el derecho federal infraconstitucional; ello a través de la casación del derecho federal subconstitucional
(artículo 14 inciso 3 de la Ley 48)
La competencia originaria de la Corte surge de los artículos 116 y 117 de la Constitución Nacional y del artículo 24, inciso
1° del Decreto-ley 1285/58. No obstante ello, nuestro Máximo Tribunal fue delineando sus características a través de su
jurisprudencia.
¿Mito o realidad?
¿Existe alguna restricción al tipo de proceso que pueda ser utilizado para realizar un planteo ante la instancia
originaria de la Corte?
¿Existe la prórroga de competencia?: La Corte ha aceptado la validez de la prórroga de la competencia originaria a favor
de los jueces federales:
- (i) en los casos en que tal competencia corresponde en razón de las personas, en tanto ella constituye una
prerrogativa de carácter personal que, como tal, puede ser renunciada; y
- (ii) en los casos en que no concurren razones institucionales o federales que impidan la prórroga de la
competencia originaria de la Corte a favor de los tribunales inferiores de la Nación.
● La Corte ha establecido que “(…) para que proceda la competencia originaria de la Corte establecida en los arts.
116 y 117 de la Constitución Nacional y 24, inc. 11, del decreto-ley 1285158, en los juicios en que una provincia
es parte, resulta necesario examinar la materia sobre la que versan, es decir, que se trate de una causa de
manifiesto contenido federal o de naturaleza civil, en cuyo caso resulta esencial la distinta vecindad o
nacionalidad de la contraria (Fallos: 322:1514 y 3572; 323:1854; 324:533; 329:759)”.
○ (i) en las causas de naturaleza civil debe existir distinta vecindad entre la provincia y la otra parte; y
○ (ii) en las causas de manifiesto contenido federal existe competencia originaria sin importar la vecindad
de las partes.
● Se puede impugnar el derecho público local ante la Corte a los fines de que aplique el derecho federal.
● El agotamiento de la instancia administrativa no resulta exigible: “es doctrina consagrada por el Tribunal que su
competencia originaria, proveniente de la Constitución Nacional, no puede quedar subordinada al cumplimiento
de requisitos impuestos por las leyes locales, ni le resulta exigible a quien la invoca el agotamiento de la vía
administrativa respectiva” Fallos: 312:475 y sus citas; 323:1192;
¿Es obligatorio el solve et repete en materia tributaria?: La regla solve et repete no obsta a la admisibilidad de la acción:
“la exigencia de cumplimiento previo de lo que constituye el objeto de la discusión, implicaría desconocer la necesidad de
tutela judicial inmediata que, en casos como el presente, tiende a dilucidar el estado de falta de certeza entre el
contribuyente que cuestiona la actitud del Estado y este último.” Fallos 310:606 considerando 5º).
La CSJN surge en 1853 con el objetivo de lograr la unión nacional entre las distintas provincias argentinas.
Posterior a ello mediante la ley 48 se establece el recurso extraordinario para acceder a la CSJN, lo que de cierta manera
determinó la facultad de la corte de llevar a cabo el control de constitucionalidad y garantizar así la supremacía
constitucional.
¿Cómo se relaciona esto con “el precedente”? Es necesario ver la corte, como se integra, cual es su competencia,
y de esta manera determinar el precedente.
Dentro del common law, tenemos el stare decisis, que se refiere básicamente al hecho de “estar a lo decidido”.
Resolver de la misma manera distintos casos que son análogos. En este mismo common law, tenemos la premisa de ir de
lo particular a lo particular, a diferencia del sistema euro continental, donde partimos de lo general para ir a lo particular.
En la argentina, no hay un sistema de stare decisis, nos guiamos por el civil law, no por el common law.
Luego de la segunda guerra mundial, y en un período de crisis del estado, surge el neoconstitucionalismo. Este
neoconstitucionalismo está muy vigente en el período actual, dada la cantidad de sentencias existentes, lo que le da un
papel muy importante al juez, sustituyendo de esta manera al legislador. ¿Por qué es esto? Básicamente porque cada vez
se cita menos a la legislación actual, y se hace uso cada vez más de principios. Se prescinde cada vez más de las reglas
concretas, enfocándose en las valoraciones. Este contexto, es el que de cierta forma nos permite comprender la
importancia que puede tener el precedente en la actualidad.
El tener en cuenta los precedentes da lugar a la coherencia entre distintos casos análogos, y esta coherencia a su
vez, genera la confianza (confianza que surge de la igualdad ante la ley, de la seguridad jurídica).
En el año 1864, en el caso Tomás Tomkinson, el juez hace uso por primera vez de la doctrina del precedente (si
bien, no se utilizó de forma explícita esta doctrina, la idea del precedente existe).
Luego surge “el deber moral” de acatar lo que determina la CSJN, en el fallo “Pastorino c/ dado que es el máximo
tribunal de la nación, y debe ser acatada por la buena fe y la
En el caso de “Municipalidad c/ Elortondo”, la CSJN mencionó que las frases generales de los jueces no obligan,
sino que deben de ser tenidos en cuenta en los casos concretos y según las circunstancias.
En el caso “Ceramica San Lorenzo”, se establece que existe un deber de los jueces de seguir las sentencias de la
CSJN, y que sólo puede un juez apartarse si presta algún argumento o justificación que lo permita (esto da lugar a la
obligatoriedad débil, o sometimiento condicionado -los jueces están sometidos a lo fallado por la CSJN, pero pueden
apartarse si hay una justificación que lo amerite-). En el caso “Ceramica San Lorenzo” la consecuencia jurídica de haberse
apartado sin justificación del precedente de la CSJN, es la arbitrariedad de la sentencia.
Art. 15, Ley 48. – Cuando se entable el recurso de apelación que autoriza el artículo anterior, deberá deducirse la
queja con arreglo a lo prescripto en él, de tal modo, que su fundamento aparezca de los autos y tenga una relación
directa e inmediata a las cuestiones de validez de los artículos de la Constitución, leyes, Tratados o comisiones en disputa,
quedando entendido, que la interpretación o aplicaciones que los tribunales de provincia hicieren de los códigos Civil,
Penal, Comercial y de Minería, no dará ocasión a este recurso por el hecho de ser leyes del Congreso, en virtud de lo
dispuesto en el inciso 11, artículo 67 de la Constitución.
Este artículo nos permite entender en qué casos puede intervenir la CSJN, y por lo tanto, entender el
precedente, y los casos donde se tiene en cuenta (su obligatoriedad). Ahora bien, es importante tener en cuenta que la
CSJN, en la práctica, muchas veces ha dejado sin efecto (declarando inconstitucionales o revocando), fallos plenarios
(suele suceder mucho en el fuero civil).
El precedente tiene dos grandes dimensiones: el horizontal (que es el seguimiento de la Corte de aquellos fallos
que sean precedentes, pero tratados por la misma Corte), y por otro lado, el vertical (que es el seguimiento de un
juzgado, de aquellos fallos que sean precedentes, pero tratados en tribunales superiores, por ejemplo, un juzgado de
primera instancia, respecto de una cámara).
¿Todos los precedentes obligan? Para dar respuesta a esto tenemos dos conceptos: Holding (es aquella regla de
derecho expresa o implícitamente considerada por el juez como un paso necesario para arribar a una conclusión,
teniendo en cuenta la línea argumental adoptada por él). El holding obliga. Obiter dictum (todo aquello que no es
holding, es obiter dictum). El obiter dictum no obliga.
Ejemplo: En un caso (creo que “Brusa”), se destituye a un juez federal, y este pretende recurrir a la CSJN (lo cual,
es inconstitucional acorde al 115 de la CN), afirmando que lo mismo había sido realizado anteriormente en otro caso. La
corte en este caso dice: con relación al precedente invocado, corresponde aclarar que en el caso anterior (creo que
“Nellar”), el juez era un juez provincial, no federal. Debido a esto, las circunstancias son distintas, y el fallo no es holding,
es obiter dictum.
Artículo 115.- Los jueces de los tribunales inferiores de la Nación serán removidos por las causales expresadas en el
Artículo 53, por un jurado de enjuiciamiento integrado por legisladores, magistrados y abogados de la matrícula federal.
Su fallo, que será irrecurrible, no tendrá más efecto que destituir al acusado. Pero la parte condenada quedará
no obstante sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a las leyes ante los tribunales ordinarios.
Corresponderá archivar las actuaciones y, en su caso, reponer al juez suspendido, si transcurrieren ciento ochenta
días contados desde la decisión de abrir el procedimiento de remoción, sin que haya sido dictado el fallo.
En la ley especial a que se refiere el Artículo 114, se determinará la integración y procedimiento de este jurado.
¿Cuál es la importancia de los votos? En la corte debe existir una mayoría tanto en cuanto a la sentencia, como
en cuanto a la fundamentación o argumentos. En casos anteriores, la CSJN, declaró como nulo fallos donde a pesar de
las mayorías en cuanto a la sentencia, no había mayorías en cuanto a fundamentos. Esto nos permite de cierta manera
concluir que para que haya precedente, debe haber mayoría en cuanto a la sentencia, y en cuanto a los fundamentos.
Derecho continental europeo → los términos sentencia y precedente se suelen utilizar indistintamente.
Civil law → lo que se tiene en mente cuando se alude al precedente no es la norma general o regla de derecho mediante
la cual se ha resuelto el caso anterior, sino la sentencia como documento.
En otras palabras, es empleado en alusión al concepto de sentencia o fallo, como acto de decisión o instrumento
mediante el cual el juez resuelve el mérito de la pretensión
Common law → el término precedente no hace ilusión a cualquier sentencia, sino sólo a aquella que posee un valor
vinculante para la resolución de un caso análogo posterior. Tampoco hace alusión a toda la sentencia, sino tan sólo a una
parte de ella, el HOLDING.
“Precedent”, es la norma general explicitada en la sentencia, es una parte de la sentencia: aquello que tiene proyección
En Argentina → los vocablos sentencia y precedente, se consideran intercambiables. Los tribunales emplean el término
precedente en referencia tanto a una sentencia de la corte suprema como a la de una sala de la cámara de apelaciones o
a la de toda la cámara en su conjunto, sin consideración de si esa sentencia tiene o no efectivamente proyección o
valor vinculante en casos análogos futuros.
Los jueces argentinos, aluden al concepto estricto de precedente, como en el common law, “doctrina que deriva de
una sentencia”
La equivocidad en el uso de esos términos no solo se da en la práctica forense, sino también en algunas obras
doctrinarias. Se han identificado hasta 6 sentidos que pueden atribuirse al término precedente:
Jurisprudencia
El vocablo jurisprudencia también es multívoco, como hecho inspirador de conductas jurídicas en una comunidad
- Para hacer referencia algo que tendría el valor de precedente (existe jurisprudencia que…)
- Para aludir a una sentencia dictada por un tribunal de casación o por una cámara en pleno (jurisprudencia
plenaria)
Este término es más impreciso que precedente, genera dudas sobre si un único fallo constituye jurisprudencia o es
necesaria una línea de fallos en igual sentido. Cuando la corte suprema señala que la “jurisprudencia de la corte
interamericana de DDHH constituye una imprescindible pauta de interpretación de derechos y obligaciones derivados de
la Convención Americana sobre DDHH”, quiere decir que una única sentencia de la corte interamericana es suficiente
para constituir una pauta de interpretación indudable, o bien, que dicha pauta se configura a partir de una serie de
sentencias emanadas de dicha corte en un sentido concordante.
La confusión en el uso de estos términos es tal que hay quienes consideran que el vocablo “precedente” debería
reservarse para el Common Law, puesto que en el Civil Law no existe la practica de buscar la norma general insita en la
sentencia judicial, sino que, por el contrario, lo que se utilizan son decenas o centenares de sentencias que son
reproducciones mecánicas.
Stare Decisis
Civil law → se afirma que rige el stare decisis cuando los jueces están obligados a indicar por qué no siguen el
precedente. Según esta postura, el stare decisis podría existir incluso en aquellos casos en que los jueces solo siguen el
precedente cuando lo comparten, siempre que cumplieran con la condición mencionada.
Common Law → la utilizan para referirse únicamente a la obligatoriedad horizontal del precedente (es decir, la
obligación de seguir los propios precedentes) y reservan el término precedent para referirse a la obligatoriedad en su
faceta vertical (es decir, a la obligación de un órgano de seguir los precedentes del superior jerárquico).
Otros la emplean para referirse a la práctica estricta de seguir el precedente en función de su fuerza obligatoria, en
contraposición a la noción más amplia de “rule of precedent” (o doctrina del precedente), que designaría la práctica de
“mirar” el caso anterior para resolver casos presentes, sin que esa mirada signifique considerarlo obligatorio. Este último
criterio de distinción se relaciona con la mayor flexibilidad que tendría el precedente, que más que una doctrina de
autoridad, debería visualizarse como una doctrina de la que se extraen razones para decidir.
El stare decisis, por el contrario, implicaría una regla estricta y formalista de estar a los decidido.
El stare decisis, habilitaría que un solo caso fuera utilizado con autoridad
En el common law → aquí también existen divergencias; tanto en Inglaterra como en EEUU, se admite que la
terminología circundante al stare decisis es inconsistente e imprecisa. Grandes autoridades aludían a la “doctrina del
caso” para referirse a lo que hoy se entiende como HOLDING.
Uso tradicional → lo identifica con binding precedente. Cuando se utiliza precedente de acuerdo con aquel uso, siempre
se está haciendo referencia a un precedente obligatorio, cuyo HOLDING necesariamente debe seguirse, a menos que
existieran circunstancias fácticas que justifican la distinción o circunstancias absolutamente excepcionales que
permitieran el apartamiento. Desde esta concepción, el término precedente lleva implícita la noción de obligatoriedad.
En otros casos → el precedente es diferenciado de binding precedent o authoritative precedent. En este caso:
- precedent sería el género: indicaría únicamente una decisión judicial anterior que, en principio, no tiene valor
vinculante para la resolución de un caso actual
- binding precedente, la especie: se utilizaría en referencia a una decisión pasada que tiene fuerza vinculante para
la decisión del caso actual.
Es decir, que los precedentes son aquella parte relevante de las decisiones anteriores que funcionan como simples
modelos para decisiones posteriores. (estas últimas pueden tomar las anteriores como ejemplos a seguir, pero no tienen
la obligación de hacerlo).
Los “authoritative precedents”, podrían traducirse como precedentes obligatorios, son en cambio las ratio o holdings de
decisiones que deben ser utilizadas y replicadas en la toma de decisiones posteriores. Hay una verdadera obligación, de
que el presente sea guiado por aquello que se decidió en el pasado
El poder judicial no puede pasar por alto el texto de las leyes aceptando la defensa del afectado porque le estaría
quitando importancia al poder legislativo quebrando la división de los poderes en beneficio del judicial
6. ACTIVIDADES
Después de muchos años de lucha, pero de esa lucha compleja entre la fuerza bruta y la idea, y entre la
democracia que estiene la participación de la voluntad e inteligencia individuales en la composición y movimiento del
gobierno y el sistema unitario que la reduce y la niega, la Nación Argentina ha llegado ya a la historia de su vida el dia
feliz de haberse constituido bajo el sistema democratico representativo republicano federal.
Ahora marcha, aunque no a paso de gigante, pero con esperanza fundada a organizarse permanentemente bajo
los eternos principios del derecho y la justicia
De los tres altos poderes del Estado, que forman la repartición del gobierno general, el Judicial tiene la augusta y
delicada misión de interpretar y aplicar en los casos ocurrentes, la constitución y las leyes, dando a los individuos y a los
pueblos los derechos naturales y políticos que la ley fundamental les reconoce, les acuerda y garante.
Es la Corte Suprema que con la justicia de sus fallos y con su acción sin estrépito pero eficaz, está encargada de
hacer que la Constitución eche hondas raíces en el corazón del pueblo, se convierta en una verdad práctica, y los
diversos poderes nacionales o provinciales, se mantengan en la esfera de sus facultades.
Es ella la que tiene que mostrar a los pueblos, a la Nación y al mundo la bondad del sistema que no tuvo
ejemplo, ni preparación en la historia del linaje humano y destruir los argumentos con que sus enemigos han querido
combatirlo.
Es ella la que está en gran parte encargada de traer la convicción en los espíritus de que, la democracia
organizada bajo una fórmula tan completa, que es la más grande conquista del genio americano, da según la feliz
expresión del Dr, Rawson la asociación de estos tres hechos: república, libertad y orden.
Las decisiones de la Suprema Corte que, tanto por los principios primordiales de todo gobierno cuanto por los
fundamentos propios del sistema, tiene aunque no sin graves inconvenientes, el carácter y toda la autoridad de ley
obligatoria para los Estados y todos los individuos es preciso que sean conocidas del pueblo. Al lado de la influencia y
poder que ejercen sobre la garantía de los derechos y sobre la suerte y organización del país, es necesario agregar la
publicidad, no solo porque todos los que habitan el suelo de la República pueden ser en ellas heridos o respetados en
sus derechos, sino también para levantar ante el tribunal de l;a Corte Suprema el poder de la opinión del pueblo, quien a
la par que gana en inteligencia con el estudio de las decisiones judiciales, con su censura hace práctica la responsabilidad
de los jueces, los cuales ganan a su vez en responsabilidad y prestigio ante sus ciudadanos, según sean las ilustración y
honradez que muestran en sus decisiones. De esta manera logra también el pueblo, por un medio indirecto, pero que
obra poderosamente sobre el hombre, prevenir la corrupción de conciencia de sus jueces.
Por estas razones creo hacer un bien en publicar los fallos de las Suprema Corte con la relación de las causas.
Asi como en los Estados Unidos de America esta publicacion sera, con el tiempo, en la República Argentina, el
gran libro, la grande escuela en que todos y con particularidad los magistrados, los legisladores, los abogados, y los
estudiantes concurran a estudiar la jurisprudencia, la Constitución y la perfección o imperfección de las leyes para
emprender su reforma en presencia de los resultados que produzcan su aplicación.
Los abogados y los jueces tenemos mucho en común (mal que nos pese). Por lo pronto, ambos fuimos educados
en facultades de Derecho y se nos ha otorgado el mismo título. En nuestra labor cotidiana, solemos consultar iguales
fuentes normativas, v.gr., leyes, decretos, reglamentos, autores y sentencias judiciales. Respecto de estas últimas, tanto
jueces como abogados nos servimos permanentemente de decisiones judiciales. Es habitual encontrar sentencias que
citan otras sentencias y escritos forenses que mencionan fallos. Esta práctica arranca desde los inicios de la Organización
Nacional. La Corte Suprema, a poco de instalada, comenzó a citar resoluciones propias (y norteamericanas) anteriores.1
Es el día de hoy que continúa con dicha costumbre.
A pesar de su antigüedad, esta práctica no se nos enseñó de modo sistemático en la facultad, ni en claustro
alguno. Creo que no es exagerado afirmar que la ejecutamos a veces intuitivamente, como si fuera algo que nos ha
venido dado, observación esta última que no debiera ser minimizada. De hecho, en otros órdenes de nuestra vida
familiar, en nuestras relaciones de trabajo o entre las pautas éticas a las que intentamos ajustarnos, es frecuente que
sujetemos nuestra conducta presente y futura, a comportamientos anteriores, propios o ajenos. En efecto, en muchas
circunstancias, comportarnos hoy, ante un hecho determinado, del mismo modo en que hemos actuado con
anterioridad ante una situación similar, es algo sumamente frecuente
Como abogados, muchas veces ejercitamos esta práctica por simple conveniencia, cuando la cita de tal o cual
precedente es favorable a los intereses que defendemos o, en el caso de los jueces, a la sentencia que se quiere dictar.
En otras oportunidades, sensatamente o por desesperación, nos vemos obligados a distinguir nuestro caso de los
precedentes que cita la contraria, cuando el único recurso de que disponemos a favor de la pretensión de nuestro
cliente, es distinguir aquellos antecedentes para, de este modo, excluir a nuestra parte de la sanción que éstos
contienen. Este motivo bien puede también mover a algunos jueces, a fin de correr los obstáculos que se oponen a la
solución a la que ellos desean arribar o a la que corresponde arribar, conforme el derecho vigente.
Lo cierto es que hoy los abogados y los jueces nos servimos constantemente de la jurisprudencia de los
tribunales.
Este fenómeno se da con particular relevancia en los tribunales federales. Como recordara Carrió a los jóvenes
abogados: “La jurisprudencia de la Corte, excluida la Constitución, es la fuente principal en que el Alto Tribunal funda sus
decisiones. La salvedad relativa a la Constitución no tiene en verdad demasiado peso. En los casi ciento treinta años
transcurridos desde la sanción de la Ley Fundamental, prácticamente todas las cláusulas de ella con virtualidad para
suscitar litigios relativos a su alcance o sentido han quedado recubiertas, por decirlo así, de sucesivas capas de
interpretaciones de la Corte, la que ha ido restringiendo o ampliando los concisos textos originales. A diferencia de lo
que ocurría hace medio siglo, hoy ya no se puede litigar en el ámbito de ninguna rama del derecho sin estar al tanto de
la jurisprudencia vigente en él. Más concretamente, de la que prevalece en el área jurídica específica del litigio de que se
trata. Si eso es verdad en general, lo es de manera preeminente en el campo del Derecho Constitucional, donde gravitan
con alcance decisivo los criterios de la Corte Suprema”.
En muchos pasajes de este ensayo, el lector atento advertirá que hay ideas y desarrollos que ya ha leído en otro
lugar. En realidad, estará en lo correcto. Su memoria lo estará remitiendo al libro de Genaro R. Carrió Recurso de Amparo
y Técnica Judicial. Allí, su autor explica muchas cosas de las que aquí me hago cargo. En este sentido, porciones
importantes de lo que diré a continuación bien podrían ser acumuladas bajo el rótulo “Variaciones sobre Temas de
Genaro R. Carrió”.
Lo que sigue es un modesto intento de describir, de manera introductoria, en qué consiste la práctica del
precedente y de citar precedentes, según como lo hacemos en la Argentina. Para ello me valdré prioritariamente de la
jurisprudencia de la Corte Suprema. No pretendo agotar el tema; más bien, persigo instalarlo, demostrando el lugar que,
casi ignoradamente y a lo largo de ciento treinta y tres años, se ha ido ganando.6 Tampoco aspiro a ofrecer a la crítica un
trabajo meramente descriptivo o puramente normativo. En realidad, lo que he intentado de modo prioritario es
presentar una forma de comprender qué es lo que tanto jueces como abogados hacemos a diario. Para satisfacer tal
objetivo debe partirse necesariamente de la práctica judicial. Sin embargo, y como no todos los jueces o tribunales
realizan su labor del mismo modo, es ineludible mostrar los diferentes usos que se hace de los precedentes. En este
sentido, este trabajo posee un contenido descriptivo de lo que la Corte hace y de cómo lo hace.
-----
A lo largo de los capítulos precedentes, he intentado demostrar que las sentencias de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación ofrecen un riquísimo material digno de un estudio sistemático que, hasta el día de hoy, no se ha
realizado. La Corte cita sus propios precedentes; se apoya en ellos, muchas veces, sin citar ninguna otra fuente
normativa; distingue o asimila los hechos de un caso a otro; busca la regla general que ellos involucrarían y la distingue
de otras expresiones generales contenidas en la o las sentencias citadas. Además en determinados contextos, se ha
sentido obligada a fallar conforme los principios establecidos en casos anteriores. Y, por último, en algunas
circunstancias, ha prescindido de la fuerza de sus propios precedentes, postergando o suspendiendo temporalmente su
vigencia.
Intencionalmente he eludido la mención de la doctrina del precedente que rige en los países anglosajones. En
este ensayo, he preferido mostrar, primordialmente, que en la Argentina, la Corte Suprema, lo reconozca o no, está
aplicando una (o varias) doctrinas del precedente. Alguno de los casos analizados muestran, sin embargo, que el
procedimiento que se sigue es perfectible. La ausencia de un estudio analítico y sistemático serio de este fenómeno
favorece muchos descuidos evidentes. Parece obvio entonces que, aparte de imponerse un examen más profundo de
nuestra propia experiencia, el aporte de las distintas teorías en boga en los países anglosajones acerca de la doctrina del
precedente y la práctica de sus tribunales pueden proporcionarnos un material fructífero
Luego, he perseguido responder a otro interrogante ineludible, a saber, porqué hacen lo que hacen. Las
respuestas que ofrezco son, sin duda, provisionales. Pero al formularlas -más a modo de sugerencias prácticas que de
clases- he debido presuponer o explicitar un modo correcto de hacerlo. Y, en este sentido, el fruto obtenido participa de
algunos rasgos prescriptivos. Sólo espero que el producto final que aquí entrego, entre los juicios adversos que
seguramente merecerá, no se haga acreedor al de ser hijo de la improvisación o del pálpito.
Abrigo la esperanza que este ensayo, a juicio del lector, haya cumplido con el propósito que anunciaba. Es
incompleto, me apresuro a excusarme. Pero creo que puede ser de ayuda, al menos inicialmente, para aquéllos que
estén dispuestos a encarar un trabajo de mayor envergadura. No sé si yo podría hacerlo.
Actividades
1. Consideraciones acerca del sistema de gobierno: El prefacio comienza a hablarnos sobre la tan conocida, larga lucha
que vivió la argentina, en búsqueda de su independencia de los españoles, que llevaban tantos siglos imponiendo su
cultura en nuestras tierras.Una lucha que como nos dice “entren la fuerza bruta, y entre la democracia”, que fue de a
poco marcando el camino que nos conduce al logro de haberse constituido bajo el sistema representativo, donde el
pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes, republicano, donde la soberanía radica en el
pueblo, y federal.
2. Misión del Poder Judicial: “interpretar y aplicar en los casos la constitución y las leyes, garantizando al pueblo estos
derechos fundamentales”. Como consecuencia de ser una República argentina, el poder se va a dividir, en tres altos
poderes del estado: Ejecutivo, legislativo y judicial, que formas como dice en el texto “la repartición del gobierno
general”. Por su parte, y como aquí nos interesa, tiene la misión de interpretar y aplicar, nuestra norma fundamental
que creó el pueblo en 1853 “la constitución nacional”, y las leyes, reconociendo a todas las personas y a los pueblos
los derechos naturales y políticos que nuestra propia constitución les reconoce.
3. Rol de la CSJN: se va a encargar de que la constitución se cumpla y que sea algo diario y práctico. más
específicamente, y adentrándonos más aún en el tema, dentro de nuestro poder judicial, aparece encabezando la
lista, nuestra CSJN que con la justicia de sus fallos y con su palabra, está encargada de hacer respetar nuestra CN, y
que de esta forma se implante cua lo merece en nuestra sociedad. Que se convierta en una verdad práctica, y los
diversos poderes de nuestro estado se mantengan en la esfera de sus facultades.
4. Consideraciones acerca del federalismo: La forma de Estado es uno de los elementos fundamentales del régimen
político de un país pues define la relación existente en su seno entre el poder y el territorio. Se trata de definir el
modo como se organiza la autoridad en el espacio. Como vimos en la pregunta número 1 nuestro sistema es el
“federal”, es un sistema político en el cual las funciones del gobierno están repartidas entre un grupo de Estados
asociados, en primer lugar, que luego delegan competencias a un Estado federal central. En otras palabras, las
provincias, como entes autónomos, delegan su poder al estado central que se posiciona como ente autarquico. cada
uno con sus respectivas competencias art.121 CN.
5. Rol ejemplar que se espera de la CSJN: Para la perfeccionamiento de las leyes, para el estudio de los abogados y
jueces. La protección del sistema federal. Es ella la que tiene que mostrar a los pueblos de la nación y al mundo la
bondad del sistema que no tuvo ejemplo ni preparación en la historia y destruir los argumentos con que sus
enemigos han querido compartirlo. En otras palabras, ella es la que está encargada en gran parte de tener la
convicción en los espíritus de que, la democracia organizada bajo una forma tan completa, la asociación de los tres
hechos: república, libertad y orden.
6. Quién fue Rawson: Una de las grandes personalidades de la historia sanjuanina es el Dr. Guillermo Rawson, su
actividad política y profesional no se limitó solamente a la creación del organismo de salud. Uno de los genios de
nuestra tierra. Rawson fue un médico y político sanjuanino. Hijo del médico Aman Rawson, nació en San Juan el 24
de junio de 1821. Como su padre se dedicó a la medicina, recibiendose de doctor a los 23 años. Además, tenía un
gran interés en la política, por lo que comenzó a incursionar en ella, siendo legislador provincial, diputado en Buenos
Aires y llegó a ocupar el cargo de Ministro del Interior durante la presidencia de Bartolomé Mitre en 1862. Su lema
era “República, libertad y orden”.
7. Importancia de la publicidad de las sentencias: la publicidad de los actos es un derecho republicano. Asegura
transparencia y posibilidad de control, y limita el poder de las autoridades públicas, que son mandatarios del pueblo
soberano, que tiene el derecho de saber qué están haciendo sus gobernantes. Es un derecho constitucional implícito
en el artículo 33 de CN.
9. Valores de un juez: que esté separado de los problemas políticos típicos., es decir, la imparcialidad. la impartialidad,
independencia.
10. Importancia de la Colección de fallos: La importancia de la unidad de los fallos tiene que ver con “afianzar la justicia”.
Esta colección de fallos, se vuelve el gran libro, la gran escuela en que todos y con particularidad los magistrados, los
legisladores, los abogados, la constitución y las leyes van a tenerlos en mira para emprender su reforma en presencia
de los resultados mismos que estos producen con su aplicación.
FALLOS
- El juez de sección, Alejandro Heredia, ya se había remitido a lo resuelto por el Alto Tribunal,
expresando: “Que además de las consideraciones expuestas, el presente caso se haya decidido por la
Suprema Corte de Justicia, pues es enteramente idéntico al de la casa de Thompson Y compañía, en el cual se
confirmó la resolución de la Junta de Comisos, que condenaba al pago de la diferencia”. En su
apelación, Tomkinson cuestionó esa identidad de casos aludida por el juez federal y la Corte reiteró que:
“no se deduce que el presente caso sea de distinta naturaleza que el caso de Thompson y Compañía, y
deba resolverse por otros principios...
El Tribunal de primera instancia sostuvo que: "...[L]as resoluciones de la Corte Suprema sólo deciden el caso concreto
sometido a su fallo y no obligan legalmente sino en él, en lo que consiste particularmente la diferencia entre la
función legislativa y la judicial; y si bien hay un deber moral para los jueces inferiores en conformar sus decisiones como
la misma Corte lo tiene decidido en casos análogos, a los fallos de aquel alto Tribunal, él se funda, principalmente, en la
presunción de verdad y justicia que a sus doctrinas da la sabiduría e integridad que caracteriza a los magistrados que la
componen, y tiene por objeto evitar recursos inútiles, sin que esto quite a los jueces la facultad de apreciar con su
criterio propio esas resoluciones y apartarse de ellas cuando a su juicio no sean conformes a los preceptos claros del
derecho, porque ningún Tribunal es infalible y no faltan precedentes de que aquellos han vuelto contra resoluciones
anteriores en casos análogos".
La CSJN sostuvo que: entraña para todos los jueces de la República un “ … deber moral que se funda principalmente en
la presunción de verdad y justicia que a sus doctrinas da la sabiduría e integridad de los magistrados que la componen y
tiene por objeto -dicho obligatorio seguimiento- evitar recursos inútiles.”
Fallo D. Eduardo Sojo, por recurso de Habeas Corpus, contra una resolución de la H. Cámara de Diputados de la Nación.
Corte Suprema de la Nación. Fallos: 32:120
Hechos: Eduardo Sojo fundador del perióco Don Quijote que mediante caricaturas por él firmadas denunciaba la
corrupción en el gobierno en la Década Infame. Puntualmente el 4 de setiembre de 1887, durante las sesiones del
proyecto de ley de Arrendamiento de las Obras de Salubridad, caricaturizó este trámite del Congreso. Procurador
General: cita jurisprudencia EEUU donde Corte resuelve habeas corpus liberando al individuo apresado por orden de un
tribunal. Cita jurisprudencia donde CSJN atiende originariamente otros casos. Hechos procesales
c1) La Cámara de Diputados, presidida por Lucio V. Mansilla, lo pone en prisión "...por el término que duraràn las
sesiones... por haber violado los privilegios e inmunidades de la Cámara...".
c2) CSJN. Sojo interpone recurso de habeas corpus ante CSJN invocando art 20 de la ley 48 y jurisprudencia con los casos
Calvete 1864 y Acevedo 1885.
Ley 48 Jurisdicciòn y competencia de tribunales federales art 20, de 14 de Set de 1863;Ley de Estados Unidos de habeas
corpus para todos los jueces Juditiary act. sec, 752; CN art 101 distribuciòn jurisdicciòn interna Poder Judicial
Jurisprudencia Casos Calvete, 1864; Acevedo, 1885; ex-parte Bunford 3, c.448 caso de los Estados Unidos v. Hamilton (3
Dall.17); William Marbury v. James Madisson, Estados Unidos; Marshall en caso Marbury v. Madisson, CS de los Estados
Unidos afirmando que el Congreso no puede asignar jurisdicción originaria a la Suprema Corte en casos diferentes a los
establecidos en la Constitución: "Una ley del Congreso repugnante a la Constitución no es ley" "Cuando la Constitución y
una ley del Congreso están en conflicto la Constitución debe regir el caso a que ambas se refieren" "El Congreso no
puede conferir a esta Corte jurisdicción originaria alguna" el Federalista (Marshall?) La CN no establece un poder
originario general, sino para casos limitados, de solo dos clases y de naturaleza de muy rara ocurrencia. Prácticamente
puede decirse que la Corte es de apelación.
Doctrina EEUU Kent p315 1884. Ni el Congreso puede ampliar la jurisdicción originaria de la Corte. El Congreso podría
"compartir" la jurisdicción de la Corte con otro tribunal. Su condición de órgano de apelación la hace más digna y eficaz.
Story: La CSJN debe limitar su jurisdicción ordinaria a los casos establecidos explícitamente en la Federal. Si se hubiera
querido que la establezca el Congreso no se hubiera mencionado ningún caso. Al dar poder a un caso, se niega a los
otros casos. Una ley contraria sería inconstitucional.
El procurador general Eduardo Costa, fue llamado por la corte a dictaminar nuevamente tomando en consideración la
competencia de la corte, a la que se refiere al final de su escrito. El mismo vuelve a dar su opinión versando sobre lo
anteriormente dicho, sosteniendo que la ley septiembre no atribuye a los tribunales de justicia el conocimiento de “los
desacatos del poder legislativo”. Por ello tiene como reproducidos los fundamentos de su anterior dictamen y pide en su
mérito la inmediata libertad del recurrente.
Decisión de la Corte
"...esta Corte no tiene jurisdicción originaria en la presente causa, debiendo el recurrente ocurrir donde corresponda..."
Voto de la mayoría Razonamiento Sobre la jurisdicción originaria de la CSJN
CSJN tiene que cuidarse a sí misma de no extralimitarse en sus funciones establecidas en CN. CN establece a CSJN como
corte exclusiva de apelación, salvo pocos dos casos de importancia para la paz pública. CN Faculta a Poder Legislativo
para modificar el dominio de apelación y no dice nada acerca del dominio originario. La concesión de un poder para
casos especificados importa la exclusión de ese poder para otros casos. Argentina presta atención a decisiones judiciales
en EEUU. EEUU por CN otorgan igual jurisdicción a su Corte Suprema. Fallos y doctrina en EEUU coinciden en que nadie,
ni P Legislativo puede alterar su jurisdicción originaria. CN, cuyo origen descansa en la Soberanía del pueblo, para los
Ciudadanos explicita sus obligaciones pues de otra manera perderían libertades individuales, y para los Poderes del
Estado, explicita sus poderes, pues de otra manera tendrían poder ilimitado. Luego de lo dicho: Nadie puede ampliar la
jurisdicción originaria de la CSJN.
Sobre el caso particular (¿corresponde a la CSJN atender un reclamo ORIGINARIO de recurso de habeas corpus?)
1- Ante un conflicto entre el Poder Público y un individuo primero está resguardar la defensa y libertad del individuo,
luego el interés general. El Palladium de la libertad es la CN y su protección objeto primordial de la CSJN. La CN autoriza a
todo juez al recurso de habeas corpus y a su apelación ante la CSJN siempre a favor de la libertad individual; única
excepción de esta inclinación casos que puedan traer conflictos internacionales.
2-El art 20 de la ley de 1863 no establece nueva jurisdicción exclusiva para la CSJN para el caso de habeas corpus. Para
que la CSJN tuviera jurisdicción originaria tendría que darse o bien, que el individuo arrestado fuese embajador, ministro
o cónsul extranjero o bien que la decisión de arresto hubiese sido decretada por un tribunal. Luego: que la Corte atienda
un caso originado en los otros Poderes, significaría o bien darles carácter de tribunales o bien inmiscuirse en sus asuntos.
Integración (3) Benjamín Victoria; Ladislao Frias;Salustiano J.Zavalia.
En disidencia Razonamiento C.S.de la Torre ley nacional 48 de Jurisdicción y Competencia de los tribunales federales. Su
objeto según art 20 del 14 de Set. de 1863 es disponer EXPEDITIVAMENTE de TODO el Poder Judicial en defensa de las
prisiones ilegales, es decir sin orden de juez, sin importar competencia interna. El Poder Legislativo no es juez. CN art.
101 enumera pocos casos especiales de jurisdicción ordinaria de la CSJN, por su importancia para la paz pública, dejando
al Poder Legislativo su extensión en el "... ejercicio de la facultad que la Constitución le defiere para reglar los
procedimientos en los juicios, distribuir la jurisdicción entre los Tribunales del fuero nacional...". El universo de
cuestiones originarias y apeladas correspondientes a la CSJN es una partición. No puede permitirse modificar una sin
que al mismo tiempo por ello se esté permitiendo modificar la otra. La CN permite explícitamente que el Congreso
modifique los primeros, luego hace lo mismo con los segundos. Así lo ha entendido el Congreso y lo ha venido
practicando la CSJN. En caso de duda de lo establecido en la CN, la CSJN debería inclinarse a favor de la seguridad
individual, cuya garantía es la CN. La Corte no puede declarar nula una ley ni limitar al Poder Legislativo en base al
"espíritu" de la Constitución. Debe atenerse a lo escrito en ella. Aun en el caso de que no sea condición necesaria que se
contradiga explícitamente a la CN para declarar nula una Ley, la que fundamenta el caso no es susceptible de nulidad. Si
la esencia de la apelación es, y lo es, revisar procedimientos de cualquier autoridad, en este caso se puede tener como
un caso de jurisdicción de apelación creado y establecido por la ley misma. La Corte viene ejerciendo su jurisdicción
originaria sin excepción. Integración(2)Federico Ibargúren;C.S.de la Torre
El primer precedente relativo al control de constitucionalidad en nuestro país lo constituye el caso “Sojo”[4]. En este
fallo lo que el Tribunal analiza es la facultad de esa Corte para conocer originaria y exclusivamente en el mismo ó si por el
contrario, le compete dicho conocimiento a otro Juez del Poder Judicial.
“la misión que incumbe a la Suprema Corte de mantener a los diversos poderes, tanto nacionales como provinciales de
la esfera de las facultades trazadas por la Constitución, la obliga a ella misma a absoluta estrictez para no extralimitar la
suya, como la mayor garantía que puede ofrecer a los derechos individuales.
En estos casos, (los de jurisdicción federal establecidos por el articulo anterior) dice el art. 101, la Corte Suprema
ejercerá su jurisdicción por apelación según las reglas y excepciones que prescriba el Congreso, pero en todos los
asuntos concernientes a embajadores, ministros y cónsules extranjeros y en los que alguna provincia fuere parte, la
ejercerá originaria y exclusivamente.
La garantía acordada por el recurso de habeas corpus, fundada en la igualdad ante la ley, no tiene otra excepción que
cuando la persona ha sido objeto de un mandato indebido contra su libertad, pueda extraer un conflicto internacional.
En los demás casos, el juez mas inmediato, mas expedito en sus resoluciones, es y debe ser el objeto primordial de las
leyes, la condición esencial de los fallos de la justicia federal.
No es posible reconocer en la H. Cámara de Diputados de la Nación, de cuyo mandamiento de prisión procede el recurso
entablado de habeas corpus, el carácter de tribunal en el caso, sujeto al recurso de apelación para ante esta Corte. Ello
es repugnante a la independencia de los Poderes Legislativo y Judicial y a otros principios fundamentales del orden
constitucional que nos rigen. Para tal consideración seria necesario que esta Corte hubiese sido investida de la facultad
de revisar los actos de las Cámaras Legislativas en los casos en que ellas tienen peculiar y exclusiva jurisdicción, lo que no
se puede sostener sin evidente error.
No puede fundarse pues, el derecho de ocurrir en apelación a esta Corte, de un acto de una Cámara Legislativa, en que
se recurre en los Estados Unidos de autos de los jueces o tribunales de justicia.
Por las consideraciones expuestas, se declara que esta Corte no tiene jurisdicción originaria en la presente causa,
debiendo el recurrente ocurrir donde corresponda”.
En los párrafos siguientes se expondrán brevemente los aspectos más sobresalientes que caracterizan a este tipo de
control en la legislación argentina. Los requisitos intrínsecos del control de constitucionalidad. ¿Cuando podemos
estimar que se ha formado el basamento apropiado de un sistema de control de constitucionalidad?
Siguiendo a Toricelli [5] podría decirse que para que exista un verdadero control deben reunirse tres requisitos básicos:
a) supremacía constitucional: entendida ésta no solo por la posición de preeminencia absoluta de la que goza en relación
al resto del plexo normativo, sino también entendiendo la supremacía como la necesaria rigidez que debe rodear el
texto constitucional de manera tal que la Norma Fundamental no sea tan susceptible de reforma como sí lo puede una
norma de rango inferior.
b) Un órgano controlante con fuerza vinculante: este órgano debe ser independiente de aquel que sancione las normas o
realice los actos que luego serán objeto de control, mientras que la fuerza vinculante de sus decisiones estará dada por
su propio poder para hacer cumplir las mismas como verdaderas determinaciones.
c) Alcance del control: el control debe alcanzar a toda norma, todo acto y toda actividad, esta última tanto privada como
pública, emanada tanto del Poder Ejecutivo como del Poder Legislativo. Tampoco escapan del control de
constitucionalidad las reformas al propio texto de la Carta Magna, dado que toda introducción de nuevos preceptos en
contradicción con el espíritu constitucional debe ser invalidada, de manera tal que cualquier reforma de estas
características pueda llega a ser declarada nula
Bajo la conjunción entonces de estos tres elementos,- la Constitución como Ley Fundamental y un órgano dotado de
poder suficiente como para hacer exigibles sus pronunciamientos sobre la revisión y la supervisión de toda actividad y
toda norma- se construyen entonces los lineamientos básicos y elementales para el punto de partida de un sistema de
control constitucional.
Se habla del rol institucional de la corte. Hay dos cargos para los tribunales: conocer sus precedentes, y fundar su
apartamiento.
en 1948, en el causa “Santin, Jacinto c. Impuestos Internos” la Corte amplió el criterio considerando que el apartamiento
por parte de los tribunales inferiores implicaba el desconocimiento de la superior autoridad de que está
institucionalmente investida.
sostuvo que “la interpretación de la Constitución Nacional por parte de esta Corte Suprema tiene, por disposición de
aquella y de la correspondiente ley reglamentaria, autoridad definitiva para la justicia de toda la República” y por ende,
concluyó que el apartamiento de la doctrina legal ya sentada por la Corte importa un desconocimiento deliberado de
dicha autoridad.
Posteriormente, ya iniciada la década del cincuenta, la Corte Federal, si bien no abandonó de plano la doctrina sentada
en la causa “Santin”, comenzó a atenuar la regla fijada en dicho precedente al sostener que la prescindencia de la
doctrina sentada en un fallo anterior de la Corte, establecida en un juicio distinto, no sustentaba el recurso
extraordinario con base en la tacha de arbitrariedad, siempre que la sentencia apelada estuviese suficientemente
fundada.
En la década del ochenta, la Corte Federal retomó la doctrina sentada en Santín, en el precedente “Balbuena”, en donde
sostuvo que “carece de debido fundamento la sentencia que se aparta de la doctrina de la Corte sin aportar nuevos
argumentos que justifiquen modificar la categórica posición sentada por el Tribunal, en su carácter de interprete de la
Constitución Nacional y las leyes. Ello así, pues para efectuar una exegesis diversa de las leyes federales aplicadas el a
quo debió haber señalado aquello que la Corte no tuvo en cuenta al establecer la inteligencia que debía darse a tales
normas”30. Finalmente, en 1985 la Corte Federal reivindicó la doctrina sentada en “Santin” en la causa “Cerámica San
Lorenzo”31, desarrollando allí lo que se identifica hasta el presente como la doctrina oficial en materia de la regla de la
obligatoriedad del precedente para los tribunales inferiores
se cierra un ciclo restrictivo y se abre un ciclo garantista. se empieza a entender que las libertades individuales existen
por estar en la constitución, sin que se necesiten leyes reglamentarias. no son simples fórmulas teóricas
Ángel Siri dueño de un periódico sufre una violación al derecho consagrado entre otros por el artículo 14 de la libertad
de imprenta y tambien del trabajo cuando la policía de la localidad de Mercedes Buenos Aires le restringe el acceso a su
periódico (dueño). Siri presenta un hábeas Corpus alegando que se está violando su derecho de libertad de imprenta y
todas las Cortes que van a decir que en realidad la acción a presentar no es la habeas Corpus
Al agotar las instancias de apelación llega a la corte que Establece que efectivamente se que se están violando las
garantías constitucionales y la libertad de imprenta y la libertad de poder administrar el patrimonio que uno posee.
Establece que si bien la acción para la protección de las garantías constitucionales no es la acción de hábeas Corpus
habla de una acción que tenga por objetivo proteger todas las todas las garantías consagradas por la constitución en su
parte dogmática y ahí van a hacer vamos a empezar a hablar de la acción de Amparo pero en este caso se trata de acción
Amparo del Estado contra los participar donde el particular contra el estado siendo que la violación es fruto de un
accionar específico de las funciones del estado
Hechos:
a. Juez de grado hace lugar a la excepción de prescripción articulada por Cerámica San Lorenzo, S. A., y declara
extinguida la acción penal sobreseyendo parcial y definitivamente en la causa.
b. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico revocó la resolución dictada por el juez de grado, pero
prescindió de considerar la inteligencia acordada a aquella norma por el tribunal en el precedente
CSJN de la vuelta a la democracia. Hay voto unánime y 1 particular. Se decide el valor jurídico de los precedentes para la
propia corte. Los casos análogos, obligan a la corte, y por ende, a los tribunales?
La CSJN va a decir que no está obligada a sus propios precedentes y que puede cambiar de parecer en cualquier
momento.
Pero los tribunales inferiores? Según el fallo, no es obligatorio pero tienen el deber de conformarse. Es decir, la postura
va a ser desestimada si se aparta de la postura tomada por la Corte y no brinda nuevos argumentos de peso para fundar
su postura.
En dicho fallo, la CSJN consagró la tesis afirmativa de la obligatoriedad de sus precedentes, a partir de una presunción
iuris tantum de la obligatoriedad que se resume en los siguientes postulados:
(i) las sentencias de la Corte sólo deciden en los procesos concretos que le son sometidos, y su fallo no resulta
obligatorio para casos análogos,
(ii) pero, los jueces inferiores tienen el deber de conformar sus decisiones a aquellas;
(iii) y por ende, carecen de fundamento las sentencias de los tribunales inferiores que se apartan de la jurisprudencia de
la Corte sin aportar nuevos argumentos que justifiquen modificar la posición sentada por el Tribunal en su carácter de
intérprete supremo de la Constitución y de las leyes dictadas en su consecuencia.
De manera tal que, a partir de la doctrina sentada en “Cerámica San Lorenzo”, se consagra una presunción iuris
tantum de obligatoriedad de los precedentes de la Corte para los tribunales inferiores, en tanto éstos deben acatar el
precedente anterior de la Corte, pero pueden apartarse del mismo si aportan nuevos argumentos conducentes a la
solución y que no han sido analizados por la Corte al dictar el mentado precedente, con lo cual, se debilita notablemente
la fuerza vinculante del precedente, y por ende, se desdibujan los efectos que busca dicha doctrina en lo que refiere a la
seguridad jurídica y a la previsibilidad de las decisiones judiciales así como la función institucional que se le asigna a la
Corte Federal.
Fayt: voto concurrente, voto propio pero que llega a la misma conclusión. Le agrega la calificación del deber. no hay un
deber jurídico, porque no hay una norma en la que se deban basar los tribunales, pero si hay un deber moral.
Hechos
h. Nuevamente denegado
“Por consiguiente, el desarrollo del concepto, en una primera aproximación lleva a afirmar que el tribunal superior de
provincia es el que se haya habilitado para decidir sobre la materia que suscita la cuestión federal, u origina esta última,
mediante una sentencia que, dentro de la organización ritual respectiva, es insusceptible de ser revisada por otro o,
inclusive, por el mismo”
“Se desprende de ello que hasta tanto los litigantes no alcancen dicho estreno deben persistir en las instancias
provinciales idóneas, en la inteligencia: A) de que no corresponde distinguir si estas son “ordinarias” o “extraordinarias” -
por lo que luego se verá [...] y b) de que su falta de actividad en tal sentido, o la desplegada deficientemente, obstara a la
admisibilidad de la apelación del art. 14 cit, por ausencia del recaudo en estudio.”
“En conclusión, las provincias son libres para crear las instancias judiciales que estimen apropiadas, pero no pueden
vedar a ninguna de ellas, y menos a las más altas, la aplicación preferente de la Constitución Nacional.”
Nuestro máximo tribunal resolvió – por mayoría – que el recurso extraordinario federal satisfacía por sí mismo la
garantía del “doble conforme” exigida por la Convención Americana sobre Derechos Humanos:
“Cabe agregar, en tal sentido, que el requisito previsto en el art. 8º, apart. 2º, inc. h), de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (ratificada por la ley 23.054), que establece el derecho de toda persona inculpada por un delito de
recurrir del fallo ante juez o tribunal superior, sólo debe ser considerado en los supuestos de la sentencia definitiva de la
causa u otra resolución asimilable a ella, extremo que se da en el presente proceso; en casos como el sub examine
aquella exigencia se halla por otra parte satisfecha por la existencia del recurso extraordinario ante esta Corte.”
En dicho fallo, la Corte también reiteró su jurisprudencia según la cual “la doble instancia judicial no constituye, por si
misma, requisito de naturaleza constitucional (Fallos: 246:363; 250:753; 289:95; 290:120; entre otros).” 3 Es que en
efecto, la Constitución Nacional nada decía sobre el número de instancias judiciales por las que debía transitar un
proceso, dejándolo para ser regulado por la legislación ordinaria. Néstor Sagüés estaba de acuerdo con la prudencia del
texto constitucional en tal sentido, como se aprecia en la siguiente explicación:
“En principio, no es bueno que una constitución regule aspectos de organización judicial que hacen más a una ley del
Poder Judicial, que a una ley suprema. Ocurre que la programación de las instancias responde a modalidades y urgencias
que son cambiantes, y a las cuales, por tanto, cabe dar respuestas legislativas fluidas y contingentes, en lugar de
cláusulas constitucionales que por lo común tienen vocación de permanencia. Si el constituyente olvida estos consejos, y
confunde sus roles al operar como legislador ordinario, es probable que al poco tiempo las normas constitucionales
detallistas aprisionen el desenvolvimiento de la vida forense, en lugar de agilizarla.”
a. Fallo de Cámara por el que se condenó a Juan Di Mascio a la pena de 2 años de prisión en suspenso y 2 años de
inhabilitación especial para el ejercicio de la función policial como autor del delito de hurto,
d. Contra esta resolución se interpone recurso de inaplicabilidad de la ley ante la Corte Suprema Provincial.
C.S.J.N: Todo pleito radicado ante la jusTIcia provincial en el que se susciten cuesTIones federales, deben arribar a la
CSJN luego de fenecer ante el órgano máximo de jusTIcia de la provincia, dado que los tribunales de las provincias se
encuentran habilitados para entender en causas que comprendan puntos regidos por la CN.
1. La expresión de que la Corte es custodia e intérprete “Final” de la ConsTItución y de los derechos en ella consagrados,
debe ser entendida no solo en el senTIdo de que sus decisiones son irrevisables, sino también en el de que son ulB más,
esto es: que proceden solo luego de agotadas por las partes todas las instancias.
2. En los casos aptos para ser conocidos por la Corte según el art. 14 de la ley 48, la intervención del superior tribunal de
provincia es necesaria en virtud de la regulación que el legislador nacional hizo del art. 31 de la ConsTItución, de modo
que la legislatura local y la jurisprudencia de sus tribunales no pueden vedar el acceso a aquel órgano, en tales
supuestos, v.gr.: por el monto de la condena, por el grado de la pena, por la materia o por otras razones análogas.
3. La exigencia de transitar exhaustivamente las instancias ordinarias y extraordinarias provinciales como recaudo de
admisibilidad del remedio federal, Bene como presupuesto el reconocimiento ineludible de la apTItud jurisdiccional de
los tribunales de todo el país incluidos obviamente los superiores tribunales provinciales para considerar y aplicar en su
integridad la totalidad del orden jurídico del Estado, en cuya cúspide se encuentra la ConsTItución Nacional: art. 31 (Voto
del Dr. Belluscio).
Recurso extraordinario
El se crea un tributo extraordinario que grava activos financieros. 31 de diciembre de 1981, la Sra. Navarro poseía al
31/12/81 acciones de Sucesores S.A. y de Cautela S.A., parte de las cuales donó a la Fundación Navarro Viola el 5/4/82.
Sancionada la ley 22.604, la actora pagó el tributo correspondiente pero exigió la repetición alegando que cuando entra
en vigencia la ley ella ya había donado las acciones. La cámara hace lugar a la apelación y exige la repetición
La Cámara revocó la sentencia de primera instancia e hizo lugar a la acción de repetición entablada por la actora por las
sumas pagadas en base a una ley que establecía un impuesto retroactivo sobre los activos financieros existentes al
31/12/81.
El estado la eleva a la Corte y esta falla a favor del estado por motivo de que el tributo Gravaba la capacidad contributiva
al 31/12/81 y en ese momento las acciones integraban el patrimonio de la Sra. Navarro.
2) Que el apelante sostiene que la Cámara ha efectuado una errónea interpretación de la ley 22.604, ya que su texto
-contrariamente a lo decidido por el tribunal a quo- no excluye del ámbito del gravamen a aquellos bienes que no
integraban el patrimonio del contribuyente en el momento de sancionase la ley. Señala que aceptar el criterio de la
sentencia apelada podría frustrar los propósitos de la norma, al posibilitar que los eventuales contribuyentes detrajeran
de su patrimonio los activos a gravar en razón de haber tomado conocimiento previo de esa forma de imposición.
Considera, en síntesis que, admitida por la Cámara la retroactividad de la ley mencionada y declarada por esta Corte la
constitucionalidad de las leyes retroactivas en materia tributaria cuando no se afecten derechos adquiridos, aquel
tribunal debió aplicarla pues, precisamente, el propósito de la ley era alcanzar activos financieros anteriores a su
sanción.
Afirma que el alcance que la demandada pretende otorgar a la ley 22.604 resulta contrario a los principios
constitucionales de equidad y proporcionalidad en materia impositiva (arts. 4º y 67, inc. 2º) Constitución Nacional) y es,
además, violatorio de las garantías de propiedad y razonabilidad (arts. 14, 17 y 28).
4) Que el recurso extraordinario es formalmente procedente pues se encuentra controvertida en autos la inteligencia de
una ley federal y alegada su oposición a diversas cláusulas constitucionales (art. 14, incs. 1º y 3º, ley 48).
5) Que la ley 22.604 (B. O. 9/6/82) estableció un impuesto de emergencia que debía aplicarse en todo el territorio de la
Nación, por única vez, sobre los activos financieros existentes al 31/12/81 (art. 1º).
De acuerdo con los hechos que el a quo dio por probados, la actora poseía al 31/12/81 acciones de Sucesores S.A. y de
Cautela S.A., parte de las cuales donó a la Fundación Navarro Viola el 5/4/82. Sancionada la ley 22.604, la actora pagó el
tributo correspondiente, incluyendo en tal ingreso el importe que correspondía a las acciones donadas, a pesar de
considerar improcedente el gravamen en este aspecto, e interpuso luego el pertinente reclamo de repetición.
6) Que corresponde precisar, laminarmente, que -conforme a los términos del recurso extraordinario y de la sentencia
apelada- la cuestión que debe resolverse, se limita a determinar la conformidad del gravamen creado por la ley 22.604
con los preceptos constitucionales invocados, en supuestos en los que, como el presente, los bienes cuya titularidad
configura el hecho imponible no integran el patrimonio del sujeto pasivo al momento de entrar en vigor la citada norma
legal.
8) Que la premisa de tal conclusión está constituida, obviamente, por la existencia de una manifestación de riqueza o
capacidad contributiva como indispensable requisito de validez de todo gravamen, la cual se verifica aun en los casos en
que no se exige de aquella que guarde una estricta proporción con la cuantía de la materia imponible (Fallo: 210:855,
entre otros -Rev. La Ley, 51-27- ).
En tales condiciones no cabe sino concluir que la afectación del derecho de propiedad resulta palmaria cuando la ley
toma cono hecho imponible una exteriorización de riqueza agotada antes de su sanción, sin que se invoque, siquiera, la
presunción de que los efectos económicos de aquella manifestación permanecen, a tal fecha, en la esfera patrimonial
del sujeto obligado (confr. sentencia del Tribunal Constitucional Italiano del 4/5/66, entre otras, Raccolta Ufficiale,
volumen XXIII, ps. 387 y siguientes).
9) Que, como lo admite el recurrente, la ley 22.604 tuvo el indudable objetivo de alcanzar con el tributo que creó a los
activos financieros existentes al 31 de diciembre de 1981, sin que surja ni de su texto ni de la exposición de motivos que lo
acompañó que,como condición de su aplicación, fuera necesario que tales bienes permanecieran en el patrimonio del
contribuyente al sancionarse la ley. Al ser ello así y no resultar posible, sin forzar la letra ni el espíritu de la ley, efectuar
una interpretación de ella que la haga compatible con la garantía del art. 17 de la Constitución Nacional (doct. Fallos:
308:647, consid. 8º y sus citas -La Ley, 1987-A, 160-), con el alcance que resulta de los considerandos que anteceden,
corresponde declarar su invalidez.
Por ello, se confirma la sentencia de fs. 194/198 vta. en cuanto fue materia del recurso extraordinario. Las costas de esta
instancia serán distribuidas, asimismo, en el orden causado, en atención a la naturaleza de la cuestión planteada y a la
forma en que se resuelve.
Fayt Disidencia:
“Qué tal confiscatoriedad es una cuestión de hecho, conforme a reiterada jurisprudencia de esta corte, y que debe ser
por ello objeto de concreto y circunstanciada prueba Por quien la alega, lo que en autos no se ha producido”
En el caso "Casal" la Corte Suprema estableció que todo condenado tiene derecho a recurrir la sentencia para que un
tribunal superior revise los fundamentos del fallo, incluidos los que hacen a la prueba del hecho con el único límite de
los que están ligados a la inmediación
Pregunta que resolvió la Corte: ¿tiene el condenado el derecho a una revisión amplia de su condena? Respuesta: Sí.
Hechos del caso: Matías Casal fue condenado por el delito de robo con armas y se le impuso una pena de cinco años de
prisión. Él apeló esa sentencia argumentando que no estaba probado que hubiera usado un arma y que la sustracción
sólo había quedado en grado de tentativa. Si estos argumentos prosperaban, le correspondía recibir una pena
significativamente menor. La Cámara Nacional de Casación Penal, que era la que tenía que resolver su recurso, lo
rechazó. El fundamento fue que Casal pretendía la revisión de los hechos que se dieron por probados en la sentencia y
que esto era ajeno a la competencia de la Cámara, que sólo puede revisar la manera en que se interpretaron y aplicaron
las leyes penales y procesales.
Así, Casal llevó el caso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Argumentó que el criterio adoptado por la Cámara
de Casación había desconocido el derecho a apelar su condena reconocido en la Convención Americana y en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, con jerarquía constitucional.
Decisión de la Corte Suprema: la Corte Suprema hizo lugar al planteo de Casal y ordenó a la Cámara Nacional de
Casación Penal que revisara la condena de Casal (voto de los jueces Petracchi, Maqueda, Zaffaroni, Lorenzetti, Argibay,
Highton de Nolasco y Fayt).
La Corte remarcó que era indiscutible que a partir de la reforma constitucional del año 1994 todo condenado tenía
derecho a recurrir el fallo. Luego analizó el fundamento mediante el cual la Casación había rehusado revisar la condena
de Casal. La Corte señaló que la Casación había basado su postura restrictiva en la concepción histórica y tradicional
sobre el rol de un tribunal de casación: la unificación de la aplicación de las leyes penales y procesales. Sin embargo,
según sostuvo la Corte, además de ser éste un objetivo difícilmente realizable en un sistema federal, debido a su
multiplicidad de jurisdicciones, no constituía en sí mismo razón suficiente para privar al condenado del derecho a
obtener una revisión de su condena.
La Corte analizó luego el argumento de que como la condena, en los procedimientos federal y nacional, es dictada al
final de un juicio oral y público, ello ponía un límite al alcance de esa revisión. Teniendo en cuenta que la jurisprudencia
internacional establece que la revisión de la condena debe ser integral, el Tribunal sostuvo que los únicos aspectos de la
condena que no pueden ser reexaminados por la Casación son los que éstan íntimamente ligados a la inmediación. Es
decir, aquellos aspectos excepcionales que se relacionen con ciertas consideraciones relativas a la prueba rendida ante
los magistrados que sentenciaron, y que los jueces que revisan la condena por definición no pueden llegar a evaluar.
De este modo, si bien los jueces de Casación no pueden revisar la impresión que un testigo causó en los magistrados
sentenciantes, sí puede controlar la coherencia de su declaración testimonial y si esta tiene la fuerza necesaria para
probar o no el hecho por el que el imputado ha sido acusado.
Seguidamente la Corte remarcó que la norma procesal que regula el recurso de casación -art. 456 CPPNno restringe el
alcance del recurso entendido de este modo. Señaló que esta norma había sido interpretada restrictivamente -y por
ende de modo inconstitucional- por haber sido leída a la luz de la mencionada justificación histórica, pero que su
formulación en sí no era inconstitucional. Por ello, la Corte no declaró la inconstitucionalidad de la norma sino que
estableció cuál es el criterio con que debe ser interpretada y aplicada.
Comentario: la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso “Herrera Ulloa”, dictada en julio
de 2004, fue un antecedente decisivo para que la Corte Suprema se pronunciara de este modo en el caso “Casal”.
En esa decisión, el tribunal internacional estableció que el art. 8.2 de la CADH -que reconoce el derecho del condenado a
recurrir su condena ante un tribunal superior- garantiza el derecho a contar con un recurso accesible y sencillo para
obtener una revisión integral de la sentencia condenatoria.
El fallo “Casal” tendrá un impacto importante para la promoción de las garantías procesales y para la organización de la
justicia federal, nacional y provincial.
En primer lugar, el alcance que la Corte le da al derecho a recurrir el fallo condenatorio constituye un importante
adelanto para garantizar que sólo sufran condenas aquellas personas que han sido correctamente sentenciadas. Esto
tiene interés para las personas condenadas y para toda la sociedad.
Queda pendiente ver si la Corte extenderá este criterio cuando la decisión recurrida no sea una condena pero sea otra
clase de resolución importante, como por ejemplo, las que deniegan la libertad durante la tramitación del proceso penal.
En segundo lugar, el fallo analizado repercutirá positivamente en el trabajo de la propia Corte Suprema. En la medida
que los condenados puedan ahora contar con una instancia en donde encontrar remedios para condenas infundadas,
una menor cantidad de reclamos de esta clase llegará a la Corte. Es importante señalar que en la Corte hubo mayoría
para resolver que, a diferencia de lo que le corresponde a la Casación o al tribunal provincial equivalente, ella sólo
analizaría planteos de arbitrariedad en los casos en los que no había mediado ninguna clase de aplicación de las reglas
de la sana crítica, estando en consecuencia, fuera de su competencia los casos en que un justiciable se agraviaba del
modo en que estas reglas fueron aplicadas (voto de los jueces Petracchi, Maqueda, Lorenzetti, Zaffaroni y Fayt).
Este fallo también impactará en el trabajo de los tribunales provinciales que tienen la función de revisar las condenas. En
muchos casos estos tribunales son las propias superiores instancias de justicia local. Cualquiera sea la jerarquía del
tribunal y de la norma provincial que reglamente el recurso -constitucional o legal-, ninguna norma provincial podrá ser
obstáculo para restringir el alcance del derecho del condenado a recurrir el fallo ante un tribunal superior.
La ley 23256 estableció a cargo de los particulares una obligación que debía satisfacerse en los años 1985 y 1986, cuya
determinación se efectuaría sobre la base de las liquidaciones de los impuestos a las ganancias, a los capitales y sobre el
patrimonio neto correspondientes al ejercicio del año 1984, con las adiciones, sustracciones y ajustes que expresamente
estableció el texto legal. A tal fin la ley presumió que la aptitud económica de los contribuyentes verificada en el período
de base subsistía en los ejercicios en los que eran aplicables sus disposiciones.
Tal presunción no obstaba a la posibilidad de demostrar modificaciones en la "capacidad de ahorro", las que podían,
según los casos, o bien excluir al sujeto de la obligación, o bien reducir el importe de ésta.
En tanto el contribuyente no invoque y pruebe que en el ejercicio en que debió satisfacer el gravamen que cuestiona
haya desaparecido o disminuido sustancialmente la capacidad contributiva presumida por la ley, carece de aptitud
procesal para agraviarse con sustento en materia constitucional.
Hechos
- Pablo Horvath inicia un reclamo contra el Fisco Nacional para que se le restituyan los importes pagados en el
mes de Noviembre del año 1985 en concepto de "ahorro obligatorio" impuesto por la Ley 23.25
- El juez de primera instancia hizo lugar al reclamo y ordenó el pago de la suma pagada, con los correspondientes
intereses.
- Se apela. En la Cámara de Apelaciones se revoca el pronunciamiento del juez de primera instancia, y se rechaza
la demanda interpuesta por Horvath.
- La Ley 23.256 Impone la obligación de los contribuyentes a aportar sumas de dinero a las cuentas del Estado, lo
cual se denomina "ahorro obligatorio" o "empréstito forzoso".
- La misma, toma como base para determinar los contribuyentes aportantes, la capacidad económica resultante
de la renta y el patrimonio de los mismos, del año anterior 1984.
- Este "ahorro obligatorio" cumple un requisito constitucional fundamental, que es el de la temporalidad, por lo
que, éste va a tener vigencia por dos periodos anuales.
El régimen de "ahorro obligatorio" impone coactivamente a los contribuyentes explicitados a abonar sumas de dinero a
las cuentas estatales, pero también compromete al Estado ala restitución posterior de los importes a los contribuyentes,
con sus correspondientes intereses.
Se plantea la inconstitucionalidad del régimen de ahorro obligatorio impuesto por la Ley 23.256
En cuanto a este tema, la Corte resume que la ley es valida desde el punto de vista constitucional ya que fue una ley
emanada del Congreso y que ha cumplido todos los pasos para su promulgación, y dice: "El régimen de "ahorro
obligatorio", instituido por la ley 23.256, resulta en principio -en un análisis integral del instituto, y en orden a las
impugnaciones del accionante-, válido desde el punto de vista constitucional, pues el Congreso se encontraba facultado
para establecerlo en virtud del inc. 2 del art. 67 de la Constitución Nacional (texto 1853-1860)."
Se plantea que, en tanto el contribuyente no invoque y pruebe que en el ejercicio en que debió abonar el gravamen
preestablecido cuestionado haya desaparecido o disminuido sustancialmente la capacidad contributiva presumida por la
ley, no va a tener aptitud procesal para agraviarse con sustento en materia constitucional.
Establecen que, Pablo Horvath no debería haber planteado la inconstitucionalidad de la Ley para que se le restituyan las
sumas abonadas, sino que debería haber probado su carácter confiscatorio en su caso en particular, que tiene como
límite el 33% de la totalidad de los bienes afectados, y que comprometería la garantía establecida en el artículo 17 de la
Constitución Nacional. La confiscatoriedad se debe probar en su caso "concreto y circunstanciado", o sea, que en el caso
en particular se produzca una absorción por parte del Estado de una porción sustancial de su renta.
Decisión: La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó por mayoría el fallo Apelado, es decir, el rechazo de la
demanda.
Hechos: El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 6 de la Cap. Fed. condenó a H. D. Giroldi a la pena de un mes de prisión en
suspenso, como autor penalmente responsable del delito de robo simple en grado de tentativa.
La defensora oficial interpuso recurso de casación. El fondo del litigio radicó en la inconstitucionalidad del límite
impuesto por el Art. 459, inc. 2, del Código Procesal Penal de la Nación, por contrariar lo dispuesto en el Art. 8, inc. 2, ap.
h) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que otorga a toda persona inculpada de un delito el derecho
“de recurrir el fallo ante juez o tribunal superior”.
La Cámara Nacional de Casación Penal, Sala I, rechazó el planteo de inconstitucionalidad y dio origen a la queja ante la
CSJN, la que declaró admisible el recurso.
Fundamentos: El a quo sostuvo que “por virtud de los límites objetivos fijados en los Arts. 458 a 462 del Código Procesal
Penal no hay posibilidad de recurso de casación ni inconstitucionalidad… y la causa ha fenecido en instancia única, por
lo que su sentencia es final y contra ella cabe el recurso extraordinario de apelación”.
La Corte expresó que ante la reforma constitucional de 1994 que ha conferido jerarquía constitucional a varios acuerdos
internacionales (Art. 75, inc. 22, parr. 2), corresponde determinar si dentro del ordenamiento procesal penal existen el
órgano y los procedimientos para dar adecuada satisfacción a la garantía constitucional en cuestión.
Puede sostenerse que en la hipótesis de autos, el recurso extraordinario no constituye un remedio eficaz para la
salvaguarda de la garantía de la doble instancia que debe observarse dentro del marco del proceso penal como garantía
mínima para toda persona inculpada de un delito.
La Cámara de Casación Penal ha sido creada, precisamente, para conocer, por vía de los recursos de casación e
inconstitucionalidad – y aun de revisión – de las sentencias que dicten, sobre los puntos que hacen a su competencia,
tanto los tribunales orales en lo criminal como los juzgados en lo correccional.
“Que lo expuesto determina que la forma más adecuada para asegurar la garantía de la doble instancia en materia penal
prevista en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Art. 8, inc. 2, ap. h), es declarar la invalidez
constitucional de la limitación establecida en el Art. 459, inc. 2 del Código Procesal Penal de la Nación, en cuanto veda la
admisibilidad del recurso de casación contra las sentencias de los tribunales en lo criminal en razón del monto de la
pena”. La jerarquía constitucional de la Convención Americana sobre Derechos Humanos ha sido establecida por
voluntad expresa del constituyente. “Que, en consecuencia, a esta Corte, como órgano supremo de uno de los poderes
del Gobierno Federal, le corresponde – en la medida de su jurisdicción – aplicar los tratados internacionales que el país
esta vinculado en los términos anteriormente expuestos, ya que de lo contrario podría implicar responsabilidad de la
Nación frente a la comunidad internacional.
En tal sentido, la corte Interamericana precisó el alcance del Art. 1 de la Convención, en cuanto los Estados parte deben
no solamente “respetar los derechos y libertades reconocidos en ella”, sino además “garantizar su libre y pleno ejercicio
a toda persona sujeta a su jurisdicción”. Según dicha Corte, “garantizar” implica el deber del Estado de tomar todas las
medidas necesarias para remover los obstáculos que puedan existir para que los individuos puedan disfrutar de los
derechos que la convención reconoce.
Por consiguiente, la tolerancia del Estado a circunstancias o condiciones que impidan a los individuos acceder a los
recursos internos adecuados para proteger sus derechos, constituye una violación del Art. 1.1 de la Convención (opinión
consultiva Nº 11/90 del 10/8/90 – “excepciones al agotamiento de los recursos internos” – párr. 34). Garantizar
comprende, asimismo, “el deber de los Estados parte de organizar todo el aparato gubernamental y, en general, todas
las estructuras a través de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de
asegurar jurídicamente el libre y pleno ejerciciode los derechos humanos” (id., parágrafo 23).” Por todo esto se declara
procedente la queja y el recurso extraordinario y se deja sin efecto el pronunciamiento apelado.
José Liborio Poblete Roa, su esposa Gertrudis Marta Hlaczic y la hija de ocho meses de ambos, Claudia Victoria Poblete,
fueron secuestrados por “fuerzas conjuntas” el 28 de noviembre de 1978 y enviados al Centro Clandestino de Detención
“El Olimpo”. Abuelas de Plaza de Mayo recibió denuncias que señalaban que el militar retirado Ceferino Landa y su
esposa Mercedes Beatriz Moreira tenían en su poder a la niña, anotada bajo otro nombre.
En 1998, las Abuelas iniciaron un proceso judicial en representación de Buscarita Imperi Roa por la apropiación,
retención y ocultamiento de su nieta Claudia Victoria Poblete. Por esos delitos, no incluidos en las leyes de impunidad,
procesaron a Julio Héctor Simón y a Juan Antonio Del Cerro. Para impulsar también el juzgamiento del delito de
desaparición forzada cometido contra los padres de Claudia, el CELS solicitó en 2000 que se declararan nulas las leyes de
punto final y obediencia debida dictadas en 1986 y 1987 para beneficiar a centenares de miembros de las fuerzas
armadas que estaban siendo juzgados en distintas Cámaras federales.
Hechos: El centro de Estudios Legales y Sociales inicio querella contra miembros de la fuerza de seguridad que actuaron
durante el gobierno de facto entre los años 1976- 1983, como autores por la desaparición forzada de una pareja y de su
hija menor, desconociéndose el paradero de los dos primeros y solicito la nulidad de las leyes 23.492-Ley de punto final y
23.521-Ley de obediencia debida-, a lo cual accedió el juez de instrucción. La Cámara de Apelaciones confirmo el auto de
procesamiento con prisión preventiva de un militar por crímenes contra la humanidad. Contra esa resolución la defensa
interpuso recurso extraordinario, cuya denegación motivo una presentación directa ante la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, que hizo lugar parcialmente al recurso y, por mayoría, declaro la inconstitucionalidad de las leyes de
obediencia debida y punto final y, asimismo, la constitucionalidad de la ley 25.779 que declara la nulidad absoluta e
insanable de las leyes mencionadas
En 2001 el juzgado federal que investigaba la causa declaró la inconstitucionalidad de las leyes y procesó con prisión
preventiva a Julio Héctor Simón por crímenes contra la humanidad. Este fallo fue confirmado por el tribunal de alzada. La
defensa interpuso un recurso extraordinario que, al ser denegado, dio origen al recurso de queja ante la Corte Suprema
de Justicia de la Nación. El fallo “Simón, Julio Héctor y otros s/ privación ilegítima de la libertad”, del 14 de junio de 2005,
fue el primero que llevó a la Corte a declarar inconstitucionales las leyes de punto final y obediencia debida y, al mismo
tiempo, la constitucionalidad de la ley N° 25.779 de 2003 que las había declarado nulas.
El máximo tribunal señaló que el derecho internacional consagrado en nuestra Constitución Nacional hacía vigente un
sistema de protección de derechos que resultaba obligatorio, independientemente del consentimiento expreso de las
naciones. La imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad, al momento de la dictadura cívico-militar, era parte
del derecho consuetudinario o costumbre internacional y por lo tanto obligatoria. Sostuvo además que las leyes de
impunidad iban en contra del derecho internacional ya que, al funcionar como una amnistía general, buscaban “el
olvido” de graves violaciones a los derechos humanos como lo son las desapariciones forzadas de personas.
Conclusión/Consecuencia: En consecuencia, debe concluirse que, ya en el momento de comisión de los hechos, había
normas del derecho internacional general, vinculantes para el Estado argentino, que reputaban imprescriptibles los
crímenes de lesa humanidad, como la desaparición forzada de personas, y que ellas, en tanto normas integrantes del
orden jurídico nacional, importaron –en virtud de las relaciones de jerarquía entre las normas internaciones y las leyes
de la Nación (artículo 31 de la Constitución) – una modificación del régimen legal de la prescripción de la acción penal,
previsto en los artículos 59 y siguientes del Código Penal.
Por consiguiente, corresponde concluir que no se halla prescripta la acción penal para la persecución de los delitos de
tortura y desaparición forzada de personas aquí investigados.
Sentencia Corte:
1-Hacer lugar parcialmente a la queja y al recurso extraordinario según el alcance indicado en los considerandos;
declarar la inconstitucionalidad de las leyes 23.492 y 23.521, y confirmar las resoluciones apeladas.
3-Declarar, a todo evento, de ningún efecto las leyes 23.492 y 23.521 y cualquier acto fundado en ellas que pueda
oponerse al avance de los procesos que se instruyan, o al juzgamiento y eventual condena de los responsables, u
obstaculizar en forma alguna las investigaciones llevadas a cabo por los canales procedentes y en el ámbito 2 de su
respectivas competencias, por crímenes de lesa humanidad cometidos en el territorio de la Nación Argentina. Nota de
Horacio Verbitsky: El procurador general de la nación, Esteban Righi, dictaminó que las leyes de punto final y de
obediencia debida contrarían el ordenamiento jurídico nacional e internacional. Lo hizo en una causa en la que
cooperaron el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y las Abuelas de Plaza de Mayo. Las Abuelas iniciaron el
proceso por la apropiación en 1978 de la bebita Claudia Victoria Poblete. Con el acuerdo de las Abuelas, el CELS se
presentó en el mismo expediente y solicitó el castigo por el secuestro, torturas y desaparición de los padres, José Liborio
Poblete y Gertrudis Marta Hlaczik. Righi pidió a la Corte Suprema de Justicia que confirme las decisiones adoptadas en
2001 por el juez Gabriel Cavallo y los camaristas Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Luraschi, quienes declararon
la nulidad e inconstitucionalidad de las normas de olvido. En el mismo sentido ya se había pronunciado el ex procurador
Nicolás Becerra. Dado el interés institucional del caso, el procurador recomienda a la Corte que resuelva el caso, sin
remitirlo a la Cámara de Casación Penal. El dictamen de Righi se basa en un estudio minucioso de las normas de derecho
internacional que obligan a la Argentina, tanto del sistema interamericano como de las Naciones Unidas que, en el
momento de comisión de los hechos ya "reputaban imprescriptibles los crímenes de lesa humanidad como la
desaparición forzada de personas", lo cual modifica el régimen de prescripción del Código Penal. Righi recuerda que
cuando el Congreso sancionó aquellas leyes, en 1986 y 1987, la Argentina ya había ratificado la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y el pacto de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas. Para cumplir con las
obligaciones contenidas en la Convención los estados deben investigar y sancionar toda violación a los derechos
humanos, según declaró la Corte Interamericana de derechos humanos en el caso Velázquez Rodríguez. En el más
reciente caso Barrios Altos explicó que ante violaciones graves, como torturas, ejecuciones y desapariciones forzadas es
inadmisible cualquier ley de impunidad a los responsables. Como reconoció la Corte Suprema de Justicia argentina en el
caso Ekmedjian, de 1992, ningún país puede invocar su derecho interno para incumplir con un tratado internacional.
Esta doctrina fue recogida en la reforma constitucional de 1994, que estableció la constitucionalización y supremacía de
los pactos internacionales de derechos humanos. Es decir que normas de jerarquía superior a la de las leyes impedían el
dictado de las de punto final y de obediencia debida, violatorias de los derechos a la vida, la libertad y la integridad
personales y a su protección judicial. Righi considera que ambas leyes también eran incompatibles con el artículo 29 de
la Constitución que, al fulminar como traición a la patria el otorgamiento de la suma del poder público a un gobernante,
erigido así en señor de la vida y de la muerte, también veda al Congreso la posibilidad de perdonar los delitos cometidos
en su ejercicio. Perdonarlos sería lo mismo que convalidar el otorgamiento de dichas facultades. La derogación y nulidad
de esas leyes por el Congreso también refleja la evolución de la conciencia jurídica universal, pero no es la clave para la
resolución del caso. Las leyes son nulas porque el Congreso no tenía facultades para dictarlas. Righi no niega que en
ciertas circunstancias puedan convenir una amnistía o normas de extinción de la acción penal, dentro de un proceso de
pacificación. Pero esa facultad no es absoluta y, tal como especifica la Corte Interamericana, no comprende 3 a las más
graves violaciones a los derechos humanos. Tal como dijo hace 18 años el ex juez de la Corte Suprema Jorge Bacqué, el
Congreso invadió con la ley de obediencia debida facultades de la Justicia. Righi agrega que fue más allá de una mera
amnistía, al predicar que los hechos se justificaban. Un tema central que Righi enfrenta es el del principio de legalidad,
ya que el procesado Julio Simón (alias el Turco Julián) arguyó que la desaparición forzada de personas no formaba parte
de la legislación interna de la época ni constituía un crimen de lesa humanidad. El procurador lo refuta. Si una privación
ilegítima de la libertad (contemplada en el Código Penal argentino) fue cometida por agentes del Estado que luego
ocultaron el paradero de la víctima, se trató de un delito de lesa humanidad, que el derecho internacional ya condenaba
entonces. La desaparición forzada viola una serie de derechos contenidos en las Cartas de las Naciones Unidas y de la
OEA y en las Declaraciones Universal y Americana de derechos humanos, todas ellas sancionadas entre 1945 y 1948, a
raíz de los horrores de la segunda guerra mundial. En 1978 el orden jurídico interno ya contenía las normas
internacionales que consideraban la desaparición como un crimen contra la humanidad. También estaba considerada
crimen contra la humanidad la tortura, en instrumentos internacionales de 1966 (el Pacto de Derechos Civiles y
Políticos), 1969 (el Pacto de San José) y 1975 (la Declaración contra la Tortura). De modo que en 1978, los artículos del
Código Penal que tipifican la tortura ya tenían como atributo adicional su carácter de delitos de lesa humanidad. Como
consecuencia lógica de esa calidad, tales delitos deben ser juzgados, por más tiempo que haya transcurrido. El interés de
la comunidad internacional por el castigo de los crímenes contra la humanidad está documentado en suficientes
convenciones, principios y estatutos anteriores a los crímenes de la dictadura argentina y en el caso Arancibia Clavel la
Corte Suprema ya se había pronunciado por su imprescriptibilidad. Con citas de los alemanes Jacobs y Roxin que
también fueron mencionados por los jueces que hace veinte años condenaron a Videla, Massera & Cía., Righi concluye
que la descripción de los elementos generales del delito contenida en aquellas normas satisface el principio de legalidad
material. La Corte Suprema de Justicia puede declarar ahora que nada obsta para que sean elevadas a juicio las causas
en las que un centenar y medio de oficiales de las Fuerzas Armadas están cumpliendo medidas de arresto por los
crímenes cometidos durante la dictadura que ensombreció al país entre 1976 y 1983. Sólo así encontrarán la paz sus
víctimas y la sociedad.
TOMA DE NOTAS
se oponen porque el estado argentino había dicho que no juba a condenar los crímenes de lesa humanidad
fayt: dice que es una amnistia dictada con un congreso y un gobierno democratico.
zaffaroni y maqueda: cuando el estado argentino había dicho que iba a condenar los crímenes de lesa humanidad, eso
compromete a todos los poderes del Estado.
Hay más de un holding en esta sentencia, porque hay varios derechos en juego: ejercicio de los derechos individuales,
resguardo de estos por parte de la justicia a través del ejercicio del control de constitucionalidad. La mayoría y la
disidencia parcial va a declarar la inconst. de algunas normas de la CP de Salta y sus leyes prov, y de algunas prácticas
que se llevan a cabo en las escuelas, es decir UN ACTO CONCRETO.
Art. 2 (“sostener” culto catolico, apostolico y romano. La CSJN dice que sostener es una ayuda económica y no tiene que
ver con un privilegio, y que no hay una religión oficial)Art. 14 (profesar libremente su culto) , Art. 16 (derecho a la
igualdad y no discriminacion), Art. 19 (pprio de reserva), Art. 31 (la adecuación de las leyes provinciales al orden gral -
CN y Tratados y Leyes). 75.19 (cláusulas del desarrollo humano - sancionar leyes sobre familia, igualdad de
oportunidades, equidad y gratuidad en la educación pública estatal).
Concepto clave: NEUTRALIDAD RELIGIOSA. Neutral porque nuestra CN no se inclina por ninguna religión en particular,
salvo el sostenimiento catolico (no dice que hay que enseñarla). La CSJN concluye que la educación debe ser laica, no
porque lo diga la CN, sino porque no dice nada en contrario.
Accion de Amparo que presentó una asociación de Derechos Civiles y personas afectadas xadrez discriminados en la
forma que se enseña la religión católica. Se plantea que algunas normas de la CP de Salta van en contra de los derechos
de igualdad, de libertad de expresión de culto. Empieza a transitar distintas instancias locales y llega al TSJ. Este va a
fallar a favor de las leyes de la CP. Este fallo va a ser apelado a la Corte con un recurso extraordinario federal.
La CSJN ante la trascendencia de lo que está por fallar, convoca a terceros voluntarios (amicus curiae) que tienen algún
interés/trayectoria para ayudar al tribunal.
La CSJN va al fondo de la cuestión (razonabilidad - Categorías sospechosas de discriminación). Va a ser la prov de Salta
(quien va a tener la carga de la prueba) que debe probar que no son inconstitucionales sus normas, y que no infringen la
igualdad, equidad, etc.
CPS: los padres tienen derecho a que sus hijos reciban una educación religiosa con sus convicciones. (La CSJN establece
que esa norma es neutral)
Ley Salteña sobre educación primaria: "son objetivos de la Educación Primaria en la provincia de Salta: (..). ñ) Brindar
enseñanza religiosa, la cual integra los planes de estudio y se imparte dentro de los horarios de clase, atendiendo a la
creencia de los padres y tutores quienes deciden sobre la participación de sus hijos o pupilos. Los contenidos y la
habilitación docente requerirán el aval de la respectiva autoridad religiosa".
La corte dice que es todo inconstitucional: los artículos de la CP, la ley y la práctica, ya que sostienen que EL EFECTO
TORNA INCONSTITUCIONAL LA NORMA. Rosatti, en disidencia parcial, las normas son constitucionales, pero se mete
CON LA PRÁCTICA, dice que es ANTIJURÍDICO. El problema surge de la práctica misma.
La manifestación obligatoria de la religión de la familia, según la CSJN es inconstitucional, ya que va en contra del pprio
de reserva. “aceptar como principio que alguien pueda ser obligado a revelar sus creencias religiosas, por más
insignificante que pudiera parecer en algunos supuestos, es abrir una grieta en el sistema de derechos fundamentales.”.
Cuando hablamos de categorías sospechosas de discriminación, se busca es garantizar la igualdad REAL de los
ciudadanos. Tiene 2 dimensiones. Medidas positivas para que las minorías puedan gozar plenamente de sus derechos,
incluso cuando eso implique acciones positivas del Estado. (ej. cupo femenino en el congreso). Medidas negativas es no
interferir.
Pero la CSJN entiende que dentro del sistema educativo salteño, debido a estas normas, existen patrones sistemáticos
de trato desigualitario a los grupos religiosos minoritarios o quienes no profesan, que tiene decisivos efectos
discriminatorios (PRÁCTICA).
Problemas: hay un programa no aprobado, hay una práctica de separar a los chicos, y que hay una obligación de que los
padres digan su religión.
En abril de 2008 dos personas habían sido sujetas a un control aduanero. Una de ellas se dio a la fuga, la otra
permaneció en el lugar y fue arrestada al descubrirse que en el vehículo transportaban estupefacientes. Por ese hecho,
fue imputada por el delito de contrabando de estupefacientes con fines de comercialización en grado de tentativa. En
septiembre de 2008 el Tribunal Oral la absolvió. La fiscalía impugnó la decisión. En 2012, la Sala IV de la CFCP hizo lugar
al recurso y condenó a la imputada como autora del delito. Para decidir de ese modo, el tribunal analizó las
declaraciones de los preventores, peritos y testigos del procedimiento en base a constancias escritas. La defensa
impugnó la resolución y la Corte Suprema en el 2014 señaló que se había afectado la garantía del doble conforme. En
ese sentido, dispuso designar a otra Sala de la CFCP para actuar como tribunal revisor. Desde el inicio de las actuaciones
hasta la absolución habían transcurrido 5 meses, mientras que las etapas recursivas posteriores duraron
aproximadamente 7 años. La defensa se agravió por la afectación del derecho a ser juzgado en un plazo razonable y la
vulneración de los principios de oralidad e inmediatez del juicio criminal. La fiscalía consideró que la demora respondía a
las maniobras recursivas de la defensa y, por tal razón, rechazó el planteo
Decisión y argumentos
La Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal, por mayoría, hizo lugar a la impugnación y no prestó doble conforme
a lo resuelto por la Sala IV de la CFCP (juezas Catucci y Ledesma). Voto en disidencia parcial de la jueza Ledesma
1. Plazo razonable. Prescripción. Responsabilidad del Estado. “[D]adas las especiales circunstancias en que tramitó el
caso, se encuentra seriamente comprometida la garantía del plazo razonable (arts. 18 y 75 inc. 22° de la C.N.; 8.1 de la
CADH; 9.3 y 14.3.c del PIDCyP)”. “El cumplimiento de los plazos procesales constituye una garantía de juzgamiento, y por
tanto, su violación opera como límite al poder penal del Estado en el ejercicio de la persecución e imposición de la pena.
El instituto de la prescripción de la acción se encuentra íntimamente relacionado con la garantía de ser juzgado sin
dilaciones indebidas. Esta relación fue concebida desde antiguo por la doctrina; Carrara enseña que la prescripción de la
acción es tolerable puesto que, cuando no hay sentencia judicial, la culpabilidad es incierta. Los ciudadanos dudan si ese
hombre es un culpable afortunado o una víctima infeliz de injustas sospechas y subraya que conviene extinguir aquellas
acciones que -por tanto tiempo- han permanecido inactivas…”.
2. Plazo razonable. Razonabilidad. “[E]n cuanto al primero de los requisitos exigidos, de la lectura de las actuaciones
surge que el hecho reprochado es extremadamente sencillo (nótese que se imputa un sólo suceso de contrabando de
estupefacientes en grado de tentativa). Sobre el particular, interesa señalar que el expediente cuenta con sólo dos
cuerpos y que la gran mayoría de las medidas realizadas se efectuaron durante la fase investigativa que sólo duró cuatro
meses, sin que se advierta ninguna complejidad en las mismas. En lo referente a la actividad procesal de la encausada,
de la causa se desprende que la defensa no efectuó presentaciones que objetivamente puedan considerarse
dilatorias…”. “Tales extremos impiden emitir un juicio positivo en cuanto a la existencia de una conducta obstructiva de
la defensa que hubiera contribuido de manera sustancial a la tardanza del proceso de conformidad con la doctrina
sentada, evidenciándose que las autoridades judiciales no fueron lo suficientemente diligentes en la sustanciación del
caso. Precisamente, se ha vulnerado el derecho a ser juzgado en un plazo razonable, desde que los retrasos incurridos
obedecen primordialmente a los órganos del Estado”.
3. Plazo razonable. Razonabilidad. Doble conforme. “[E]l Ministerio Público Fiscal alegó en esta instancia que las demoras
se produjeron a raíz de la propia actividad recursiva de la defensa y del novedoso mecanismo de sorteo dispuesto por la
Corte Suprema. Al respecto, considero que precisamente esos extremos –lejos de justificar las demoras-, deben
interpretarse en favor de la imputada y no en su contra. En efecto, durante el devenir del caso, la imputada vio acotada
su posibilidad de recurrir el fallo condenatorio en los términos que exige el artículo 8.2.h de la CADH, hasta que
finalmente –luego de deducir recurso extraordinario– el Máximo Tribunal le reconoció dicho derecho. Sin embargo, ello
ocurrió luego de que la imputada encarara un extenso litigio con sucesivas presentaciones; debiendo padecer las
demoras de la burocracia judicial y enfrentar –luego de 7 años de haber sido absuelta– un escenario de reenvío con la
necesidad de interponer un nuevo recurso. Así pues, lejos de poner en cabeza de la recurrente la responsabilidad por las
demoras, corresponde sincerar de qué manera la cultura del trámite ha afectado los derechos de Felicia Duarte. Al
analizar el caso se advierte, que sólo transcurrieron 5 meses desde el inicio de las actuaciones (16/4/2008) hasta la
absolución de Duarte por el tribunal de juicio (26/9/2008). Sin embargo, las etapas recursivas ulteriores (iniciadas a
partir de la actividad impugnativa del Ministerio Público Fiscal), duraron aproximadamente 7 años. Esta realidad es
demostrativa de la supremacía del modelo inquisitivo en el cual el expediente y la burocracia, están por encima del juicio
oral y público. En efecto, el caso revela de qué manera la burocracia estuvo siempre por encima de los derechos en juego
a través de sucesivos trámites de remisión de expediente que –en muchas ocasiones– encuentran su razón de ser en la
satisfacción de formalidades, conforme surge de la secuencia efectuada en el punto anterior”. “La imputada fue
condenada a una pena de cuatro años y ya han transcurrido aproximadamente ocho, lo cual es demostrativo del
sinsentido judicial en que ha quedado atrapada la imputada luego de haber sido absuelta por el tribunal de juicio. En
suma, se ha lesionado el derecho fundamental del imputado a ser juzgado sin dilaciones indebidas y a la definición de
los procesos en un plazo razonable (regla expresa de la CADH, art. 8.1), resultando adecuado poner fin al ejercicio de la
persecución penal del Estado”
- versa sobre el artículo 14.5 del pacto internacional de derechos civiles y políticos
En esa causa, la actora solicitó el cese de la asignación arbitraria y discriminatoria de la pauta oficial en su perjuicio y
reclamó una distribución equilibrada con relación a la cantidad de publicidad oficial la cual había sido reducida
significativamente.
El fallo de Cámara que fue apelado por el Estado, disponía el cese de la arbitrariedad en la asignación de la pauta y un
plazo de 30 días para que el Estado Nacional estableciera un esquema de distribución claro y equitativo, lo que nunca
fue cumplido por el Poder Ejecutivo.
En este nuevo pronunciamiento la Corte Suprema puso de manifiesto el incumplimiento de las sentencias anteriores por
parte del Gobierno y la no aplicación de los criterios por ella fijados para la distribución de la pauta oficial, entendiendo
que ello configura una clara violación al principio constitucional de división de poderes, causando un grave deterioro del
estado constitucional democrático.
- La conducta del Estado Nacional encaminada a no aplicar los criterios establecidos por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en “Editorial Perfil S.A.” constituye una clara violación de principios constitucionales, pues,
el incumplimiento de una sentencia judicial constituye un desconocimiento de la división de poderes que
resulta inadmisible en un estado de derecho, causando un grave deterioro del estado constitucional
democrático.
- Toda conducta que se aparte de la libertad de expresión sea en el proceso de aplicación de la ley o en
cumplimiento de sentencias, viola la función de garante que tiene el Estado en la materia.
Asimismo, afirmó que el valor de los precedentes y el cumplimiento de las sentencias judiciales tienen una relevancia
fundamental en el ámbito de la libertad de expresión y que toda conducta que se aparte de ello constituye una
violación a ese derecho.
Disidencia de Petracchi y Argibay: El recurso extraordinario interpuesto contra la sentencia que condenó al Estado
Nacional al sede de la conducta arbitraria en la distribución de la pauta oficial es inadmisible, en tanto no contiene una
crítica concreta y razonada del argumento central del fallo que impugna, según el cual la distribución fue discriminatoria
en perjuicio de la amparista, empresa de medios audiovisuales, insistiendo en la invocación genérica de sus potestades
discrecionales sin dar razones concretas que justificaran la interrupción y reducción sufrida por aquella
Zaffaroni: votó en disidencia, dice que el procurador de la nación debe llevar a cabo su propio dictamen.
En el año 1998, Fontevecchia y D’Amico fueron condenados civilmente por los tribunales argentinos debido a los daños
producidos por dos publicación periodísticas. En razón de esto, formularon una denuncia en el sistema interamericano
de derechos humanos. El 29 de noviembre de 2011, la CorteIDH declaró responsable internacionalmente a la República
Argentina por la violación del derecho de la libertad de pensamiento y expresión de los peticionarios. En concepto de
reparación, el tribunal ordenó, entre otras cosas, que el Estado argentino debía dejar sin efecto la condena dictada en
sede civil y reintegrarle las costas y los gastos que debieron afrontar (ver sentencia). En el marco del cumplimiento de las
reparaciones dispuestas en al ámbito interamericano, la CSJN rechazó la pretensión de dejar sin efecto la sentencia civil,
en el entendimiento de que aquello era equivalente a ordenarle que revocara la sentencia. A tal fin, sostuvo que la
CorteIDH se había excedido en sus facultades (ver sentencia). El 10 de octubre de 2017, Corte Interamericana, al
supervisar el cumplimiento de su sentencia, sostuvo que el Estado argentino aún no había observado la totalidad de las
medidas de reparación dispuestas y recordó que la ejecución de las sentencias de la Corte Interamericana era parte
fundamental del derecho de acceso a la justicia internacional (ver sentencia).
Decisión y argumentos
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, con voto de los ministros Lorenzetti, Higthon de Nolasco, Rosatti y Rosenkratz,
ordenó que se asiente, junto a la sentencia civil contra Fontevecchia y D’Amico, que esa decisión había sido declarada
incompatible con la Convención Americana sobre Derechos Humanos por la Corte Interamericana. Para disponer esa
medida, refirió que “…la Corte Interamericana de Derechos Humanos aclaró que su decisión anterior […] no implicaba
que esta Corte Suprema tuviese la necesidad jurídica de revocar su sentencia del 25 de septiembre de 2001” (párr. 1º).
Al respecto, sostuvo: “…esta aclaración es plenamente consistente con los argumentos desarrollados por este Tribunal
para fundar su pronunciamiento de fecha 14 de febrero de 2017, en el que se decidió la improcedencia de revocar una
de sus sentencias pasada en autoridad de cosa juzgada” (párr. 2º). En relación con la supervisión de cumplimiento de
sentencia señaló que “…la Corte Interamericana sugirió, asimismo, que el Estado Argentino podía cumplir con la manda
[…] de su sentencia anterior, mediante `algún otro tipo de acto jurídico, diferente a la revisión de la sentencia como, por
ejemplo, la realización de una `anotación indicando que esa sentencia fue declarada violatoria de la Convención
Americana por la Corte Interamericana´” (párr. 3º). Finalmente, la CSJN concluyó que “…la anotación sugerida por la
Corte Interamericana no vulnera los principios de derecho público establecidos en la Constitución Nacional (artículo 27),
resulta adecuado acceder a lo sugerido” (párr. 4º).
La CSJN reconoce que las provincias tienen facultades para dictar su propias leyes de juicios por jurado, y el PLN puede
hacer lo relativo a la justicia federal.
Las mayorías necesarias para dictar un veredicto condenatorio. Las leyes de juicio por jurado son distintas ) ej. en bs as
son necesarios 10/12 votos a veces, en neuquen 8/12,). Lo que la defensa plantea es que esto vulnera el derecho a la
igualdad en comparación a otras legislaciones, pero la corte dice que no hay un estándar constitucional relativo a la
cantidad de votos necesarios en juicio por jurado para dictar un veredicto condenatorio.
La cuestión de la falta de motivación expresa de juicio x jurados: uno de los argumentos contra estos es que como lxs
ciudadanxs no exteriorizan sus razones, no se puede hacer un control judicial posterior.
Pero es que si los jueces están obligados a fundamentar, se debe a que tiene una legitimidad de origen que es menor
que la de los jurados (es un mecanismo ante el cual se puede rendir cuentas a la sociedad)
coexistencia de los jueces profesionales y de los jurados. Mientras el juez profesional tiene a su cargo la conducción del
proceso y es y actúa de juez de garantía, el jurado tiene la función de decidir sobre la existencia del hecho y sobre la
culpabilidad o no de los imputados (relación de colaboración).
La CSJN sostuvo que el jurado es el juez natural, establecido por la Constitución, para decidir la culpabilidad o no de
una persona, según las instrucciones de derecho de un juez. La Corte Suprema, fiel a su tradición de respetar el
esquema federal de gobierno, ratificó la decisión de las provincias de instaurar el sistema de jurados. Por otra parte, la
CSJN también reconoció que el Juicio por Jurados es obligatorio para los crímenes y que su forma inmotivada de
veredicto -“culpable o no culpable”- es constitucional
Por mayoría conformada por los ministros Lorenzetti, Maqueda y Rosatti, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
resolvió hacer lugar al recurso extraordinario federal interpuesto por Haydeé Susana Farina, dejar sin efecto la sentencia
de la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires que había confirmado el rechazo del planteo de prescripción
formulado por la nombrada y sobreseerla por el delito de homicidio culposo por el que había sido condenada sin
sentencia firme. Asimismo, declaró que la doctrina judicial de la Corte Suprema referida a la interpretación del art. 67,
inc. e) del Código Penal es de seguimiento obligatorio para todos los tribunales del país.
La insistencia de un TSJ de una provincia en sostener su propia doctrina violatoria del principio de legalidad en contra de
la jurisprudencia sentada por la Corte Suprema de la Nación sobre una cuestión importa un alzamiento contra la
autoridad de éste tribunal, en su carácter de último interprete de la Constitución Nacional.
El ministro Rosenkrantz en disidencia parcial declaró procedente el recurso extraordinario y declaró extinguida por
prescripción la acción penal respecto de Farina.
La Corte Suprema de la Nación consideró que la interpretación ensayada por el superior tribunal de justicia provincial
violentó el principio de legalidad al exceder el límite de la interpretación posible del texto legal en perjuicio del
imputado
- el defensor oficial interpuso un recurso de casación frente la sentencia de la cámara de casación (para que lo
juzgue otra sala)
- la cámara de casación dijo que no procede porque no hay ley que autorice
- casación horizontal
- la corte termina fijando una regla de derecho (alegando que el bloque de constitucionalidad se lo permite)
frente una ausencia de la ley reglamentaria del Congreso.
“Que las razones invocadas por la Cámara Nacional Electoral para no aplicar esa doctrina, no resultan idóneas ni
suficientes para cumplir con la la rigurosa carga argumentativa que se exige para justificar el incumplimiento del deber
que tienen de conformar sus decisiones a las de este Tribunal; máxime cuando se trata de un criterio establecido por el
intérprete supremo de la Constitución Nacional en un fallo reciente.”
Voto Concurrente:
“el a quo no solo se apartó del criterio de esta Corte, sin dar razones valederas; sino que también excedió sus
facultades jurisdiccionales, asumiendo el rol de legislador”
“nuestro ordenamiento jurídico no confiere a los magistrados el poder de prescindir de lo dispuesto por la ley respecto
del caso”