Historia Juan El Sucio
Historia Juan El Sucio
Historia Juan El Sucio
Una vez había un niño tan desarreglado y sucio que todo el mundo le
llamaba “Juan el sucio”.
Tenía los libros por el suelo, colocaba los zapatos sucios encima de la mesa
y metía los dedos en la mermelada. Nunca jamás se había visto cosa igual.
- Esto no puede ser, ¡qué desorden! Vete al jardín a jugar con tu hermano
mientras yo arreglo todo esto.
Juan se fue el jardín y empezó a jugar con barro. Pronto una ardilla saltó al
suelo moviendo la cola.
- ¡Ya lo creo que sí! -contestó el cerdo-. Ven, nos ensuciaremos con barro.
- Mírate las manos, los pies y el vestido, vamos que a ti te gusta esto -le
dijo el cerdo-. Luego comerás de nuestro rancho.
- ¡Mejor -gruñó el cerdo- no pierdo gran cosa, tendré más rancho para mí.
Y se fue.
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1. (Horizontal) Había un niño desordenado que
le llamaban Juan el ...
1 4 1 2. (Vertical) Los libros los dejaba por el ...
0
3. (H) Solía meter los dedos en la ...
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4. (V) El hada ordenada le dijo que fuera al ...
5. (V) En el jardín encontraría a su ...
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6. (V) No querían ser amigos de Juan ni el
pajarillo ni la ...
7. (H) ¿Quién le llamó hermano a Juan? El ...
8. (V) Los dos estaban sucios de ...
9. (H) El cerdo le invitó a comer ...
10. (V) Desde entonces Juan fue ordenado y
...
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La tortuga y la liebre
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1. (Horizontal) La liebre se burlaba de una ...
2. (Vertical) Le decía que era muy ...
3. (H) Hicieron la apuesta de una ...
3 4. (H) ¿Quién sería el árbitro? El ...
5. (H) El zorro era muy sabio y ...
6. (H) La tortuga no perdió ...
7. (V) La liebre durmió una ...
10 8. (H) La tortuga llegó antes a la ...
9. (H) Las carreras se ganan con ...
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10. (V) ¿Quién escribió esta fábula? ...
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LA GALLINITA ROJA
- Yo no -dijo el perro.
- Yo no -dijo el gato
- Yo no -dijo el puerco.
- Yo no -dijo el pavo.
Y así plantó el grano de trigo. Muy pronto el trigo creció y hojas verdes
brotaron del suelo. El sol brilló, la lluvia cayó y el trigo siguió creciendo hasta que
estuvo alto, fuerte y maduro.
- Yo no -dijo el perro.
- Yo no -dijo el gato
- Yo no -dijo el puerco.
- Yo no -dijo el pavo.
- Yo no -dijo el perro.
- Yo no -dijo el gato.
- Yo no -dijo el puerco.
- Yo no -dijo el pavo.
- Yo no -dijo el perro.
- Yo no -dijo el gato.
- Yo no -dijo el puerco.
- Yo no -dijo el pavo.
- Yo no -dijo el perro.
- Yo no -dijo el gato.
- Yo no -dijo el puerco.
- Yo no -dijo el pavo.
- Yo -dijo el perro.
- Yo -dijo el gato.
- Yo -dijo el puerco.
- Yo -dijo el pavo.
Y se comió la hogaza.
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1. (Vertical) ¿De qué color era la gallinita? ...
3-4 9 1 8 2. (Horizontal) La gallinita encontró un grano
de ...
3. (H) Ese grano lo quiso ...
4. (V) No le ayudaron el perro, el gato, el
puerco ni el ...
5. (H) Después de crecer el trigo lo tenía que
6 ...
6. (H) Había que moler el grano en el ...
7. (H) Del grano molido sale la ...
8. (V) Amasando la harina obtenemos la ...
9. (V) ¿Quién quería comer el pan? ...
10. (V) ¿Quién se comió el pan u hogaza? La
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...
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EL CARACOL
Érase una vez un caracol que quería ir a ver el agujero por donde sale el sol.
Camina que caminarás el caracol fue arrastrándose siete días y siete noches
sin detenerse para nada, muy ilusionado por llegar.
Y después de arrastrarse toda una semana, estaba tan fatigado y con tanto
dolor de barriga que no podía seguir más, por lo que consideró apropiado buscar
una hierbita de “poleo” para hacerse una sopita y recuperar fuerzas.
Encontró una planta de la hierba deseada, pero no pudo arrancarla. Por suerte
llegó un escarabajo que al verle tan atareado le dijo:
En éstas llegó una rana, salto a salto, y al ver a aquel par tan atareados les
preguntó:
Y la rana comenzó a tirar del escarabajo, quien a su vez tiraba del caracol...
pero la hierba se resistía.
Pasó por el lugar una ardilla, y al ver a aquel terceto tan atareado les
preguntó:
Éste que iba a una boda, al ver aquella multitud reunida les preguntó:
- “¿Qué hacéis tan atareados?”
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La pequeña locomotora de vapor
Andaba muy bien hasta que llegó a una empinada colina. Entonces, por mucho
que se esforzaba, no lograba mover el largo tren.
Al final la locomotora dejó el tren y echó a andar sola por las vías. ¿Creéis que
había dejado de trabajar? ¡Claro que no! Iba en busca de ayuda.
-¿Me ayudarías a traer mi tren desde el otro lado de la colina? Es tan largo y
pesado que no puedo subirlo.
-¿Me ayudarías a traer ni tren desde el otro lado de la colina? Es tan largo y
pesado que no puedo subirlo.
-Acabo de llegar de un viaje muy largo. ¿No ves que estoy muy cansada? ¿No
puedes conseguir otra máquina que te ayude?
-¿Me ayudarías a traer mi tren desde el otro lado de la colina? Es tan largo y
pesado que no puedo subirlo.
¡Y pudieron! Muy pronto habían subido la colina y bajaban por la otra ladera.
Ahora estaban de nuevo en la llanura, y la pequeña locomotora podía arrastrar el
tren sin ayuda. Así que agradeció a la otra locomotora su ayuda y se despidió.
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