La Empatía Laboral

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La empatía laboral: una aptitud (aún)

desconocida y muy beneficiosa


Empatía laboral

Utilizamos el término empatía muy a menudo, especialmente cuando


hablamos de problemas familiares, amistades, etc. Pero pocas veces, o
seguramente ninguna, se nos ha ocurrido aplicarla en el ámbito laboral. El
trabajo es, quizás, el lugar más apropiado, y más necesario, para ser
empáticos.

Las prisas, la presión, la carga de tareas, etc. nos conducen, más veces de las
que deberíamos, a centrarnos en nosotros mismos y no ser capaces de ver más
allá. Para solucionar este problema cada vez más empresas apuestan por
implantar la empatía laboral.

La empatía es una competencia clave de la inteligencia emocional. Ser


empático significa ser capaz de ver el mundo como la persona que tienes
enfrente, conseguir compartir y comprender sus sentimientos, necesidades,
preocupaciones…y actuar en consecuencia. Sea cual sea tu puesto de trabajo,
la empatía beneficiará tu relación con trabajadores y colaboradores, ya que
mejora notablemente la comunicación y la relación interpersonal. Ser
empático no sólo mejora la comunicación en la empresa. Las personas
empáticas además, debido a esa facilidad de la que disponen para comprender
a los demás, tienen una predisposición especial para algunas de las
competencias más demandadas últimamente en el mercado laboral: atención
al público, capacidad de liderazgo, habilidades de negociación y trabajo en
equipo.

La empatía es una cualidad innata en el ser humano. Está relacionada con las
llamadas neuronas espejo, células que se activan cuando observamos una
conducta y sentimos el impulso de imitarla. Y aunque es innata, es cierto que
hay personas que la tienen mucho más activa que otras. Si quieres trabajar en
el desarrollo de esta aptitud emocional e implementarla en el trabajo, te
dejamos unos cuantos consejos para que puedas empezar.

Cómo implantar la empatía en tu empresa

 Date un tiempo para conocer bien a tus compañeros. Para ello,


inicia o engánchate a las conversaciones en la cafetería, la impresora,
etc.
 Estar al día. Saber si alguno de tus compañeros se va de viaje, está a
punto de casarse o se va de viaje te ayudará a conocerlo mejor.

 Observa y escucha. Para mejorar la empatía, tienes que observar con


atención. Fíjate en las reacciones de las personas que te rodean, en
cómo les afecta lo que les está pasando y analiza por qué se pueden
estar sintiendo así.

 Reflexiona. Después de observar, reflexiona sobre tu postura respecto a


la situación que vive tu compañero. Si has sido amable, si has
negociado un punto de vista o te has mantenido imperturbable, etc.

 Parte de la base de que tu forma de ver las cosas es sólo tuya, y no


por eso es más válida que la de los demás.

 Ayuda en lo que puedas. Piensa en cómo podrías serles de utilidad.


Quizás podrías hacerles algún favor, ayudarlos con alguna tarea, etc.

Además, otras actividades que te pueden ayudar son:

 El trabajo en equipo.

 Pertenecer a alguna asociación con intereses comunes.

 Hacer voluntariado.

Beneficios de la empatía en el trabajo

 Sintonía emocional. La empatía provoca una mayor sensación de


comodidad en el trabajo, ya que las relaciones se vuelven mucho más
fluidas, lo que desemboca en una mayor productividad y en un mejor
clima de trabajo.

 Más objetividad. Siendo empático, el trabajador eliminará prejuicios y


suposiciones, entendiendo mejor a sus compañeros.

 Consolidación de las relaciones. La empatía permite una mejor


comunicación entre trabajadores, por lo que las relaciones se hacen más
fuertes y duraderas. Esto será positivo no sólo para su trabajo, sino para
toda su carrera profesional.
 Mayor habilidad para resolver conflictos. Cuando te esfuerzas en
comprender a tus semejantes y te pones en su piel, llegar a acuerdos se
vuelve una tarea mucho más sencilla.

La contratación de personal en la empresa siempre tiene un gran impacto


emocional en todas las personas implicadas, poco importa la edad. Surfear esa
ola emocional, en la que se junta el miedo al cambio y el deseo de convertirlo
en entusiasmo, en ganas de empezar, es lo que distingue a los responsables de
Recursos Humanos más atentos, según Talentia Software.

Hoy en día, esa complicidad emocional se establece ya desde la fase de


«propuesta de valor de la empresa», cuando el candidato accede al apartado
«Trabaje con nosotros» de su web. ¿Qué sucede después? El objetivo de la
empresa que quiere atraer talentos es crear un aliciente y saber transformar
una curiosidad inicial en deseo o en aspiración. ¿Cómo conseguirlo? Gracias a
logotipos, colores, imágenes y mensajes, sin descuidar la forma y tecnología
empleadas para presentarlos. Cuando existe atracción por ambas partes y se
llega a la contratación, ese aliciente debe ir acompañado de un proceso de
incorporación del talento basado en esos mismos mensajes y, sobre todo, en
los valores transmitidos en la fase de selección. De las palabras a los hechos.
El mundo está lleno de sujetos poco fiables. Fomentar una imagen coherente y
consistente de sí mismo entre palabras y hechos es un talento que aquellos que
lo tienen son capaces de reconocer, apreciar y corresponder con la misma
intensidad.

Imagen de marca y propuesta de valor de la empresa

¿Quién ha dicho que el proceso de selección deba verse como un proceso


unidireccional en el que el reclutador busca candidatos idóneos para que
trabajen en la empresa? Ahora, las empresas son conscientes de que también
tienen que resultar atractivas en el mercado laboral por una cuestión de
conveniencia: el talento atrae talento.

Una empresa que descuide la calidad de su imagen en las redes y juegue todas
sus cartas a una atractiva oferta de remuneración, se estará limitando a una
parte, puede que poco significativa, de talentos disponibles. Los candidatos
son «consumidores», exploradores libres de un mundo sin fronteras en el que
solo con consultar una web puede decaer su interés por un puesto vacante.

Si hoy en día es difícil sorprender a los jóvenes, captar y retener su atención


con una implicación y un compromiso activos y continuos lo es aún más. La
apariencia y el envoltorio no lo son todo, por suerte. Aparte del aspecto
exterior, «imagen de marca de la empresa empleadora», lo que importa es
transmitir una identidad de valores y una tradición de los que enorgullecerse y
despierten un sentido o un deseo de pertenencia. En una relación armoniosa
entre contenedor y contenido, está la clave de su visibilidad como empresa y
el poder de atraer a las personas que entienden primero su filosofía y saben si
se identifican con ella.

Aprender a conocerse

El concepto es sencillo. Aprender a conocerse para saber si existe


compatibilidad mutua. Antes, esto consistía en una evaluación de los
conocimientos, actitud y personalidad del candidato por parte del reclutador.
Ahora, el candidato también examina todas las propuestas de valor de la
empresa, y esta última sabe lo que le favorece: propuestas al estilo de los
anuncios publicitarios y valoración de empleados, con los que el candidato
puede identificarse o que le pueden servir de fuente de inspiración.

Según Enrique Escobar, director general de Talentia Software Ibérica y


Latam, “al candidato que busca un nuevo puesto de trabajo lo comparo con el
individuo que quiere comprar una nueva vivienda. En la búsqueda de su nueva
vivienda, por la que se hipotecará durante 30 años, se informará, con todo lujo
de detalles, sobre el vecindario, la comunidad de propietarios, las posibles
reformas… Pues bien, el potencial candidato hará lo mismo acerca de la
empresa empleadora”.

Cuando hablamos de adquisición de talentos, también hay que tener en cuenta


que se trata de establecer contacto con personas que desean un cierto cambio.
Las nuevas tecnologías al servicio de las empresas están orientadas a animar
al candidato a llamar a la puerta de su nueva empresa. Entre los recursos que
se proponen cada vez más, están conocer a nuestros talentos, intercambiar
experiencias con algunos de ellos, mirar un vídeo sobre lo que hacemos, un
testimonio de los que han trabajado con nosotros o, incluso, plantear una
pregunta a un asistente virtual. Un escenario del todo reconfortante para los
que buscan una fusión de solidez, seriedad y ambiente distendido. Tanto el
contenedor como el contenido son fundamentales.

 La incorporación: el quid de la cuestión

Una vez que ambas partes (reclutador y candidato) se eligen y unen, empieza
una nueva fase: el proceso de incorporación del recién llegado a la empresa
con recursos y contenidos acordes a lo que se le prometió. En esta fase es
donde el candidato se dará cuenta si ha elegido la empresa adecuada para
desarrollar su carrera profesional. Durante los siguientes meses, los resultados,
el nivel de compromiso, y el rendimiento del nuevo empleado dependerán, en
gran medida, del recibimiento que haya tenido. Además de una bienvenida
formal, hay que lograr que los valores de empresa, que inconscientemente
calaron en la mente del candidato durante la fase de selección, resurjan y se
afiancen.

Por suerte, la tecnología es de gran ayuda en esta fase de familiarización y,


también, a largo plazo, pues reduce distancias, tiempo y costes. Otras
actividades que pueden resultar útiles son los mensajes de bienvenida en las
redes sociales corporativas, los programas de formación en línea, las
videoconferencias, la presentación del equipo de profesionales, la adquisición
de documentación en línea, el acceso seguro a escritorios remotos y la
realización de trámites administrativos en línea.

Por último, el seguimiento. “Para que todo ello no se quede más que en una
bonita puesta en escena, es fundamental recoger los comentarios del nuevo
empleado sobre su integración en la empresa. Dichos comentarios no solo
servirán para mejorar este proceso, sino también para que la empresa refuerce
su imagen de compañero en igualdad de condiciones, obteniendo, ante todo,
un certificado de estima y respeto, además de dar crédito a una relación que
no siempre será idílica entre empleador y empleado” concluye Enrique
Escobar.

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