Cielos Cerrados

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¿Cielos cerrados? Y ¿por qué?

Deuteronomio  28:23.

Introducción: la Biblia nos dice que a través del diezmo se puede abrir las ventanas de
los cielos, ¿pero por qué muchos cristianos que diezman están bajo cielos cerrados?
¿Qué cosas cierran los cielos?, la respuesta es sencilla, muchos viven de tal manera que
sus hechos, creencias, decisiones y pensamientos cierran las ventanas de los cielos
sobre sus vidas. Jesús dijo que esto era así; Mt. 23:23; “¡Ay de vosotros, escribas y
fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo
más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario
hacer, sin dejar de hacer aquello.” Este pasaje prueba que hay diezmadores que están
bajo cielos cerrados.

I.      ¿Cómo puede ser que una persona haga lo buen y tener cielos cerrados?
   
a.      Haciendo lo bueno mal.
Un buen ejemplo de esto es Saúl, quien hizo la ofrenda correcta, pero el problema es que no
le correspondía el ejercer ese ministerio, su rebelión contra la autoridad cerró el cielo
sobre su vida. I S. 13:8:14; “Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel
había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba.   Entonces
dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto.   Y cuando
él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a
recibirle, para saludarle.  Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió:
Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo
señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas,  me dije: Ahora
descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de
Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto.   13Entonces Samuel dijo a Saúl:
Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tú Dios que él te
había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para
siempre.  14Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón
conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su
pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó” este pasaje nos
muestra que se puede hacer lo bueno mal.

b.      Las buenas idea que salen mal.


El rey David tuvo una mala experiencia al traer el arca del pacto a Jerusalén, David fue un
hombre que amaba a Dios, y su gran deseo de traer el arca a Jerusalen trajo como
resultado la muerte de un hombre. Esto fue frustrante para David.  II S. 6:2-3; Y se
levantó David y partió de Baala de Judá con todo el pueblo que tenía consigo, para
hacer pasar de allí el arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre de Jehová
de los ejércitos, que mora entre los querubines.   Pusieron el arca de Dios sobre un
carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en el collado; y Uza y
Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo. Vs. 6-8; “Cuando llegaron a la era
de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes
tropezaban.  Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por
aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios.   Y se entristeció David
por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy”. Sin
duda alguna, sí era la voluntad de Dios que el Arca del Pacto estuviera en Jerusalén, sin
embargo la manera que David intentó llevar el Arca no era la correcta. 

III.      En donde radica el problema.


Definitivamente el problema no radica en la Palabra de Dios. El problema es que hay algo
en el cristiano. A veces es fácil detectar el problema, a veces es más difícil y otras veces
es imposible convencer a la gente que el problema no radica en la Biblia, sino en ellos.
Dos causas de este problema.

a.       Cuando no se quieren ver las faltas.


El predicador Jhon Avanzini cuenta que en cierta ocasión estando ministrando a una
persona que tenia una enfermedad que le estaba matándo, le dijo; “el problema que usted
tiene es que hay en usted un espíritu de critica y eso no le permite recibir sanidad,” a lo
que el hermano le respondió; “yo no hablo mal de nadie, usted está equivocado”. Luego
de esta reunión Jhon se enteró que este hermano estaba hablando mal de el por haberlo
confrontado. Al igual que este hermano, existen muchos cristianos que nunca
reconocerán sus malas actitudes, y como resultado tendrán cielos cerrados.
  
b.      Cuando se está mal informado.
Muchas personas están en desacuerdo con el hecho de diezmar, aduciendo que el
diezmo era para el Antiguo Testamento ya que su predicador favorito, ha predicado de
esta manera. Definitivamente estas personas experimentaran una serie de dificultades
porque están viviendo bajo cielos cerrados, independientemente de lo que diga su
predicador favorito. Aquí el problema radica en una mala interpretación de la Palabra de
Dios, leyendo textos fuera de su contexto.   

IV.      El cristianismo es más que diezmar


El diezmar es una de las muchas bendiciones que abren las ventanas de los cielos. El
cristianismo no es una serie de costumbres que podemos pasar por alto, sino una gran
cultura con elevados principio y valores que traerán  como resultado una gran cantidad de
bendiciones.
El cristianismo genuino es un estilo de vida que hay que ir alcanzando día con día a
través de:
1.      Renovar la mente. Rom. 12:1-2; “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de
Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que
es vuestro culto racional.  No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio
de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
2.      Despojarse de todo pecado. He. 12:1; “Por tanto, nosotros también, teniendo en
derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del
pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,”
3.      Ocuparse de la salvación. Fil. 2:12-13; “ Por tanto, amados míos, como siempre habéis
obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia,
ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,     porque Dios es el que en vosotros
produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”

Conclusión: los cielos abiertos son el resultado de una vida consagrada totalmente a


Dios, y esto comienza cuando se le abre el corazón al Señor Jesucristo para recibirle
como el Señor de su vida. 
Que Dios le Bendiga

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