La Danza Folklorica en Bolivia Antonio Paredes Candia
La Danza Folklorica en Bolivia Antonio Paredes Candia
La Danza Folklorica en Bolivia Antonio Paredes Candia
LA DANZA FOLKLORICA
EN BOLIVIA
I lu s tr a c io n e s d e C lo v is D íaz d e O ro p e z a
E d ic io n e s ISLA
LA PAZ - BOLIVIA
19 6 6
THE LIBRARY
BRIGHAM YOUNG LN1VERSITY
PROYO, UTAH
Fraternalm ente a m i herrr
Ja im e Aparicio López.
P ara el indígena boliviano, la danza es una
necesidad v iial; a m ás de significarle una m ísti
ca. "B a ila n cuando se alegran como cuando tie
nen penas, por propia voluntad, o por m andato
de sus autoridades" ( * ) , observa agudam ente un
sociólogo que conoció profundamente el alm a n a
cional. Esta raza ha encontrado en el baile estí
mulo para continuar superviviendo y consuelo a
sus innum erables tristezas,- por ello en las sole
dades aliiplánicas o en las oquedades vallunas,
no es raro que crucen al viandante, indígenas
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bailaban con moderación en los pasos y movi
mientos; " L l u llu m it h a : Andar muchos lom an
te déla m anía, el fegundo a l primero, el tercero
al regundo cuando van camino, como por entre
tenimiento.— Y tam bién lo hazen aunq'no va
yan camino tolo por holgura", danza am bulato
ria que hoy es figura del h u a y ñ o y que los indí
genas la utilizan para avanzar por los senderos
riscosos del campo al son de música autóctona;
" M a k h e í a " , tam bién denom inada en aquel tiem
po C a h u a í a : "B a y la r tomándote de las manos en
rueda hombres tolos, o con mugeres cantando”,
modo común de danzar entre los indígenas de
hoy, y en algunos lugares aun lo hacen con mu
jeres cantando. Indudablem ente que en muchas
de estas danzas el nombre originario ya fue sus
tituido por otros durante la Colonia, que gene
ralmente no significaba nada y no tenía ningu
na relación con la danza. " Q u e f u a lh a : B ay lar una
rueda de hombres eníreuerados con mugeres, o
folo las mugeres entre fi”, como se puede obser
var casi todas estas figuras superviven en nues
tras danzas folklóricas,- " Q u ir q u ith a " nombre de
la danza que según descripción de Berionio, con
siste en "B ay lar, brincar, pifando con velocidad
el fuelo", acom pañados de cascabeles,- esta dan
za en el referido diccionario tiene dos acepciones
más que son, en cierto modo, descripciones de
su coreografía; " Q u ir q u itt a a ih a : Hazer b ay lar a
otro, como qua'do la madre tiene fu niño fobre
las rodillas, y le haze dar brincos por holgarfe,-
" Q u ir q u in a c a th a : Dancar discurrie'do de una a
otra p arle".
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der el profundo am or a la danza que aun super
vive en el indígena.
Más farde, los cronistas españoles en innu
m erables legajos sobre la cultura del Imperio In
caico, relatan algunas danzas observadas en es
te imperio. Todos están de acuerdo en que este
quehacer cultural se cultivaba con esmero y que
h abía cierta depuración en razón de represen
tar dentro la organización nacional una necesi
dad. No h abía una sola festividad religiosa o de
orden social que no altern ara con danzas, así nos
dem uestran los cronistas consultados.
Hubieron danzas de carácter cerem onial co
mo la que cita Cristóbal de Molina, que se la
ejecu taba en ocasión de ungir caballeros a los
m ancebos indígenas, el nombre de dicha danza
— según Molina— era H u a rl; o tam bién festivas
Y sem ejantes a nuestros carnavales "qu e Arriaga
las denom ina " A y r i h u a '1, que el estudioso Ernes
to Morales explica "e ra a la m anera de nuestros
bailes de m áscaras del carn av al", que se la b a i
la b a con cantos y movimientos como "jolgorio a
que se entregaban después de la recolección de
los granos en las p ir u a s (trojes, dep ósitos)". Una
de las características de las danzas kollas e in
caicas es que en general eran acom pañadas por
estrofas de canto. Berionio asevera que "B ay lar
y cantar iiem pre van ju nios".
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Y aguayra, danza incaica de
carácter ceremonial.
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didad, moiivo cultivado m ilenariam enie en iodos
los grupos humanos. "Em pezaban iras esio — es
cribe el cronista— con gran regocijo un baile
llam ado y a g u a y r a , <3ue duraba dos días", am
pliando la inform ación así: "Toda la genie del
baile iba a su casa que estaba junio al templo
del sol, y sacaba una soga muy larg a que allí se
guardaba, hecha de cuatro colores: negro, b lan
co, berm ejo y leonado, que parecía culebra y te
nía por cabeza una bola de lan a colorada. T raían
la bailando asidos iodos las m anos della, los hom
bres a una parte y las m ujeres a otra. Al entrar
por la plaza hacían los delanteros reverencias a
las g u a c a s y al Inca, y lo propio iban haciendo io
dos como iban siguiendo. Daban una vuelta alre
dedor de la plaza, y cuando se iban juntando los
que iban asidos de los cabos de la soga, se en
trem etían y doblaban, prosiguiendo su baile con
tal orden, que lo acab ab an hecho un caracol, y
soltando iodos a uno la soga, quedaba enrosca
da en el suelo en form a de cu lebra". Esto en lo
referente a la danza propiam ente dicha; ahora
veamos como describe el atuendo: "eran unas ca
misetas negras con el ruedo guarnecido de una
fran ja blanca y con flecaduras blancas por rem a
te, y en las cabezas plumas blancas de unos pá-
jeros llam ados to c io . Acabado el baile, daban un
cordero para que lo sacrificasen por la dicha so
ga, y lo restante desíe día gastaban en beber y
holgarse".
Ju a n de Betanzos en "S u z n a y N a r r a c ió n d e
lo s I n c a s " , habla de muchas fiestas pero no cita
ningún baile,- describe trajes raros que segura
mente eran atuendos de danzas y ceremonias, a las
que según otros cronistas siempre seguía el b ai
le y el canto. Cieza de León, tan verídico y m e
ticuloso para describir el Imperio Incaico, muy
susciniam enie dice de fiestas, refiriendo con m a
yor interés la Haiun Raim e, que según él dura
ba "quince o veinte días, en los cuales se hacían
grandes iaquis y borracheras", pero no da más
datos con referencia a las danzas y al igual que
Berlonio cuando h abla de los kollas "h ace poco
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al caso y antes conviene — escribe— que no se
trate de contar los desvarios y hechicerías” que
se ejecutaban en tales fiestas.
Fray M artín de Murúa, tam bién da algunas
noticias sobre danzas indígenas que pudo haber
observado por estas tierras del Tahuaniinsuyo y
cita dos que los indios las bailaban aprovechan
do la fiesta de Corpus y que pertenecían a la épo
ca del Incario, denom inadas "las danzas de lla
nta-llama y de g u a c o n e s , y otras conforme a sus
ceremonias antiguas, en lo cual se debe m irar
mucho”, agrega.
Pero en realidad quien trata con m ás cuida
do e interés el tem a de los bailes incásicos, y com
prendiendo sus cuatro porciones territoriales, es
el Inca Garcilaso de la Vega: "Es de saber — ano
ta—- que todas las provincias del Perú, cada una
de por sí, tenía m anera de b ailar diferente de las
otras, en la cual se conocía cada nación, tam bién
como en los diferentes tocados que traían en las
cabezas. Y estos bailes eran perpéiuos, que nun
ca los trocaban por otros. Los Incas tenían un
bailar grave y honesto, sin brincos ni salios, ni
otras mudanzas, como los demás hacían. Eran
varones los que bailaban , sin consentir que b a ila
sen m ujeres entre ellos,- asianse de las manos,
dando cada uno las suyas por delante, no a los
primeros que tenían a sus lados, sino a los se
gundos, y así las iban dando de m ano en mano,
hasta los últimos, de m anera que iban encade
nados. B ailaban doscientos y trescientos hombres
juntos, y más, según la solemnidad de la fiesta.
Empezaban el baile apartados del Príncipe ante
quien se hacía. Salían iodos junios,- daban tres
pasos en compás, el primero hacía atrás y los
otros dos hacia adelante, que eran como los pa
sos que en las danzas españolas llam an d o b le s y
represas; con estos pasos yendo y viniendo, iban
Sanando tierra siempre para adelante, hasta lle
gar en medio cerco adonde el Inca estaba. Iban
caniando a veces, ya unos, y a otros, por no can
sarse ni cantasen iodos junios,- decían cantares a
compás del baile, compuestos en loor del Inca
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presente y de sus antepasados y de otros de la
mism a sangre que por sus hazañas, hechas en
paz o en guerra, eran famosos. Los Incas circuns
tantes ayudaban a l canto, porque la fiesta fuese
de todos. El mismo Rey bailab a algunas veces en
las fiestas solemnes, por solem nizarlas m ás”.
Otro sacerdote tam bién se ocupa con deteni
miento de las danzas que existían en estas tie
rras en la época del Incario; el Padre Josep h de
Acosta en su " H is to r ia N a tu r a l y M o ra l d e la s I n
d i a s " , libro que se publicó en Sevilla el año 1590.
Acosia refiriéndose al Perú, "V i tam bién — dice—.
mil diferencias de danzas, en que im itaban di
versos oficios, como de ovejeros, labradores, de
pescadores, de monteros,- ordinariam ente eran
todas con sonido, paso y compás muy espacio
so y flem ático. Otras danzas h abía de enm asca
rados, que llam an g u a c ó n e s ; y las m áscaras y
su gesto eran del puro demonio. Tam bién dan
zaban unos hombres sobre los hombros de los
otros, al modo que en Portugal llevan las Pelas,
que ellos llam an. De estas danzas la m ayor parle
era superstición y género de idolatría, porque así
veneraban sus ídolos y g u a c a s , por lo cual han
procurado los Prelados evitarles lo m ás que pue
den sem ejantes danzas, aunque por ser mucha
parte de ella recreación pura, les dejan que to
davía dancen y bailen a su modo. Tañen diver
sos instrumentos para estas danzas: unas como
flauiillas o cañutillos: otros como alam bores:
otros como caracoles: lo m ás ordinario es en voz
cantar iodos, yendo uno o dos diciendo su s poe
sías, y acudiendo los demás a responder con el
pie de la copla”.
De la revisión ligera a los pocos cronistas ci
tados, que dan suficientes elem entos de análisis,
se concreta que durante los varios períodos his
tóricos que vivió la raza kolla, el culto a la danza
ha representado para ella un todo, pleno de telu
rismo, significación social y precepto religioso.
Esta es la herencia ancestral que ha recibido y
que la cultiva actualm ente con la m ism a pasión
y júbilo que sus antepasados en rem otas épocas.
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Después de 1825, el indígena había quedado
en igual o peor situación social que durante el go
bierno español. Continuaba siendo el mismo p a
ria del Coloniaje y para él la Independencia y el
paso a la República no fue sino cambio de au
toridades más crueles que las anteriores. Si en
el transcurso de la Colonia hubo algún inte
rés por conocerlo, en la República para crio
llos y mestizos solo representaba la bestia fácil
de explotación. Por ello no se tiene una noticia
cierta sobre sus costumbres y actividades de este
tiempo. Para este olvido tam bién tenía parle la
política conspiratoria en que se debatía Bolivia,
que a la ciudadanía no daba tiempo para ocu
parse de otra cosa que no fuera conspirar, encum
brar caudillos, derrocarlos, etc. Mientras tanto el
indígena, ajeno a toda actividad nacional de la
nueva república, vivía solo, con sus costumbres
milenarias, m ascullando su desventura y h ablan
do su propio idioma, tratando, en lo posible, de
evitar contacto con el blanco o mestizo. Por es
tas razones que en Bolivia, como en ninguna otra
república am ericana, se h ayan m antenido hasta
ahora las costumbres autóctonas con alguna pu
reza y en la actualidad nuestro país sea ejem plo
por su rico folklore.
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Cuando se refiere a Sania Cruz de la Sierra, ciia
danzas de salón: la c o n t r a d a n z a e s p a ñ o la y las
"danzas indígenas y de origen salv a je". Refi
riéndose a las auiócionas escribe: "se bailó el
q u itu riq u i, el c a t o n a p a p a y el ta m a o s is , esta úl
tim a danza es una especie de juego lucha, en que
dos indios tratan de quitarse m utuam ente las b ai
larinas que defienden, m anteniéndolas en fila
tras de sí. En general estos cantos y bailes son
muy monótonos, aunque tengan ritmo bastante
rápido".
Es de advertir que el oriente boliviano im pre
sionó al sabio francés y pinta hasta con donaire
las costumbres y usos de aquella región en tal
tiempo. A su paso por Santiago de Chiquitos, di
ce que los "gu arañocas son los m ás alegres de la
provincia. Han creado casi todas las danzas n a
cionales. De esto me convencí en los bailes que
se realizaron iodos los días, desde nuestro arribo.
Estas danzas, im itativas casi todas se acom pañan
con una música viva aunque poco variada, du
rante cuya ejecución los indios form an figuras
distintas. Entre dichas danzas, algunas me im pre
sionaron por su originalidad. En una de ellas, un
viejo guarañoca, munido de una calabaza llena
de maíz, se ubicó en medio de las m ujeres, can
tando y bailando de m anera singular, que las
m ujeres repetían. Ya avanzaban en filas, saltan
do, con los cuerpos inclinados hacia un lado, co
mo se volvían de pronto e inclinaban del lado
opuesto como si hubieran sembrado o labrado.
Otras veces se trataba de figuras demasiado ex
presivas,- otras, se quejaban , en sus cantos, de que
las horm igas las devoraban y entonces, bailando,
parecían rascarse. A menudo, en el calor de su
baile, parecían olvidar el sitio en que se h alla
ban, tomando las cosas muy al natural, y bus
cando con excesivo cuidado el insecto inoportuno
se levantaban el tipoi descubriendo buena parte
del cuerpo. Esta danza, acom pañada de cantos,
gritos y silbidos agudos, me evocaba, por su sal
vajism o, el estado primitivo de la nación”. "Otra
danza m ím ica es la que representa la cosecha del
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P a v i, gran coloquinio de fruto comestible, como
nuestras calabazas europeas, que crecen en los
bosques, trepando a las ram as y produciendo en
otoño frutos que por todas partes aparecen col
gados de los árboles. En esta danza las mujeres,
gritando p a v i, p a v i, alzan los brazos al aire, co
mo para asir el fruto y saltando para alcanzarlo
adoptan toda clase de posturas. Pronto, cantando
y bailando, se apoderan de alguien del público,
lo alzan y en un momento queda suspendido por
sus m anos levantadas ¡ extendido así, lo pasean
dando la vuelta a la sala, lo sacuden a m ás y m e
jor y le hacen cosquillas para que se mueva m ás".
Las danzas del área kolla, propiam ente ay-
m ara, D'Orbigny las describe de esta m anera:
"m e asombró el conjunto burlesco de los disfra
ces de cada banda de danzantes y la originalidad
de ese vestido. Unos tenían en la cabeza un mo
numento de plumas de avestruz tan alio como
sus cuerpos,- otros llevaban una m áscara enor
me, que sostenían levantando el brazo. Cada
banda, compuesta de ocho a diez individuos, es
tab a form ada de seis a ocho músicos y de dos b a i
larines. Los músicos tenían en la m ano izquier
da, sea una flauta de tres agujeros, sea flautas de
pan de diversas octavas, m ientras que, con la de
recha, golpeaban acom pasadam ente sobre un
tam boril chalo y ancho, colgado del lado izquier
do. Con esos instrumentos form aban acordes, o,
m ejor dicho, cada una ejecu taba una nota,- y del
conjunto de esos sonidos, sobre diversas octavas,
resultaban aires monótonos y tristes. Los músicos
de una de esas bandas llevaban sobre la cabeza
una enorme corona form ada de plumas de aves
truz, y los bailarines estaban vestidos con trajes
de arlequin (?). Otro grupo se componía de hom
bres disfrazados, con un inmenso bonete adorna
do de espejos y plumas de los m ás vivos colores,
sacadas a los m ás brillantes pájaros de las regio
nes cálidas. Los miembros de una tercera banda
se distinguían por un bonete chino, adornado de
cintas y plumas coloreadas. Esos indígenas, en el
momento de la procesión, bailaban delante de
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i s palios y de los m agníficos alfares levantados
n las cuatro esquinas de la plaza. Los indígenas
bailaron y jugaron así sin descanso tres noches y
dos días .
Jo sé Domingo Cortés, intelectual de naciona
lidad chilena, escribió tres libros sobre Bolivia:
un " P a r n a s o B o li v i a n o " , una " E s ta d ís tic a B ib lio
g rá fic a d e B o li v i a " y " B o l iv ia , a p u n te s g e o g r á f i
co s, e s ta d ís tic o s , d e c o s tu m b r e s , d e s c rip tiv o s e|
h is tó ric o s ". En este último libro se ocupa de las
danzas criollas o mestizas y autóctonas de Boli
via; en forma somera pero lo suficientem ente in
formado para darnos un panoram a del folklore
del país, en lo que respecta al capítulo de la dan
za, que Cortés lo titula " B a i l e s c a s e r o s " : "En los
saraos de prim er orden se bailan algunos bailes
europeos,- en los demás tienen lu gar los alegres
b a ile cito s llam ados d e t i e r r a en algunas partes, i
que necesitan m ucha ajilid ad i gracia. En esta
clase de bailes tienen gran fam a las paceñas, que
son las que m ejor im itan a las chilenas i
peruanas".
"En las fiestas públicas b ailan los indios sin
que los excite la alegría. Aun en las reuniones
privadas, en que celebran algún suceso feliz, se
nota su carácter poco espansivo. En las danzas
que tienen lugar en las solemnidades relijiosas,
llevan los indios disfraces i adornos caprichosos:
algunos tienen una m áscara que figura la cara
de algún anim al. Los A y a ric h is llevan una espe
cie de enagua i sombrero rodeado de grandes
plumajes,- locan el instrumento llam ado s ic u que
consta de nudos de caña, colocados uno después
de otro, i cuyas aberturas están en una mism a lí
nea: el primero es m ás grueso i m ás largo que el
segundo, éste m ás que el tercero, i así los otros.
Los llam ados d a n z a n te s llevan una capa tiesa
que se asem eja a las alas de la m ariposa, se com
pone de un arm azón de m adera, cubierta de p a
ño grana, sobre el cual hai algunas planchas del
gadas de plata,- el sombrero es del mismo m etal.
En la corva se ciñe el danzante una correa, de la
que penden otras perpendiculares, cuyo extremo
21
inferior esiá pegado a oira correa circular que co
rresponde al iobillo. El iodo esiá cubierto de grue
sos cascabeles. El danzanie lleva una espada cor
la en la m ano derecha, i un broquel en la izquier
da. Los danzantes son probablem ente de un tiem
po posterior a la Conquista. Aunque el baile de
los indios no carece de ritmo, nada tiene de gra
cioso ni expresivo”.
"La música, tan m onótona como el baile, no
sólo es m elancólica sino lúgubre”. "Los g u a iñ o s
son composiciones musicales en que se cantan
cuartetas de versos de siete a ocho sílabas, con
un mismo estribillo,- los de cada provincia tienen
un aire particular que les distingue; la plebe los
can ia aun en las calles". "Son escasos en Bolivia
los paseos, las teriurias, las representaciones tea
trales i todas esas diversiones que estrechan los
vínculos sociales”.
"Los indios de las inm ediaciones de Sania
Cruz em plean como adornos para sus danzas
nocturnas, guirnaldas hechas de un coleóptero,
llam ado cusucusi: este insecto tiene dos discos que
en la oscuridad arrojan una luz brillante: los
e u ru c u s is son joyas vivas a que no pueden igua
larse las más preciosas pedrerías".
Y en 1898, fines del siglo pasado, M. Rigo-
berio Paredes, incluye en su M o n o g r a f ía de la
Provincia Muñecas, un capítulo referente a Dan-
aa y Música Indígena. Paredes cita como bailes
de la clase m estiza al "baileciio de tierra y los
guaiños", y refiriéndose a los indígenas, hace las
siguientes consideraciones: "Pero lo que m ás lla
m a la atención en sus festividades, son los b ai
les indígenas, y las costumbres excepcionalm en-
ie extravagantes de los callahuayas. Empero, la
m ayor parte de esos bailes de la provincia, son
comunes a los indios aym araes y quechuas de la
República. De aquí es que, siguiendo una clasifi
cación general sobre los bailes indígenas, pue
den dividirse ellos en dos órdenes: unos legados
por el Coloniaje o sea traídos de España; y otros
propios de los naturales, trasmitidos por sus an
tepasados. Es sensible que los m ás grotescos y ri-
22
Danza antigua de los valles paceños de la provincia Muñecas.
23
dículos pertenezcan al prim er orden: los d a n z a n »
te s , los h u a c a t o c o r i s , los c a tr ip u lis , los p a c o c h e s ,
los tu n d iq u is y los m o r e n o s , son bailes peninsula
res. El poder español le ha legado esos disfraces
y adornos caprichosos, esas farsas ridiculas que
han envilecido al indio".
A continuación describe a las danzas ch o -
q u e la s , c h ir ih u a n o , h u a c a t o c o r i s , subrayando co
mo las más singulares y usadas en esa provin
cia, y otra que no da el nombre, muy sencilla,
que aun supervive en raras regiones del valle pa
ceño y en la m ayoría de las comunidades ya so
lo es un recuerdo. No lleva atuendo especial, "en
su propio traje — escribe Paredes— con las panto
rrillas pintadas con yeso, su escudo y palo en la
m ano, esquilas en el trasero, consistiendo el lujo
en llevar las m ás grandes y sonoras; estos andan
serios, entonados,- sacuden las esquilas y lanzan
gritos agudos en cada vuelta que d an ". Danza
que incuestionablem ente define el grado de civi
lización en que se encuentran algunos grupos in
dígenas en Bolivia.
24
- i V del indígena; " la c u e c a iiene — continúa—
n rtio la chilena, algo de jota, pero menos rica
en motivos musicales,- el y a r a v í es m elancólico, el
b a ile c ito , con compás de seis por ocho, es vivo y
se baila como cuadrilla, y el c a lu y o es neiam en-
ie indígena, a dos tiempos y con vivos movimien-
±os” Descripción hecha con mucha sim patía pero
p lagad a de errores de información, como con
ceptuar al y a r a v í danza o al baileciio algo sem e
jante a la cuadrilla, equivocándose con la fam o
sa m e c a p a q u e ñ a .
Hay descripciones que siendo literarias, tie
nen valor de inform ación para el estudio de la
danza en Bolivia. Un ejem plo es la novela de Ar
mando Chirveches, L a V irg e n d e l L a g o , en la que
el autor nos dá una visión exacta de las danzas
que se ejecutaban en el Santuario de Copacaba-
na el año 1920; Chirveches no sólo dá nombres
de danzas sino que acopia datos que pueden ser
vir de elementos de juicio para restaurarlas.
"Centenares de danzarines — escribe el novelis
ta— habían invadido el santuario en largas rue
das y teorías, al son de sus bombos, tam boriles,
zampoñas y flautas. La variedad de estos era
enorme. Unos, los m o r e n o s que llevaban en las
manos látigos o pequeños pífanos, lucían casacas
de terciopelo bordadas con oro, sem ejantes a las
que usaban los plenipotenciarios alem anes, pelu
cas blancas de cerda y m áscaras de afilada n a
riz y rojos carrillos. Entre ellos bailaban Incas
de largas capas, confeccionadas tam bién en ve
lludo y recam adas de oro y lentejuelas. Los w a -
k a -lo k jo rfs, con el cuerpo metido perpendicular-
mente en el de un toro o caballo embutido de
lana, al compás de chirriante música, se inclina
ban a uno u otro lado, hasta tocar casi el suelo,
coceaban y em bestían a los mosqueteros. Los si-
cu ris, con chalecos o caparazones de piel de ja
guar, sombreros de paño o felpa, las trenzas lle
nas de cintas y espejillos y un tah alí de plumas
de loro terciado del hombro a la cintura, danza
ban con sus m ujeres que tenían la cabeza ceñida
Por una cinta, y que llevaban jubón de panilla
25
Y de cinco a seis sayas, am arillas, rojas y verdes.
Giraban las m ujeres sin iregua dando impulso a
las faldas, sem ejando asi enormes perinolas o
peonzas en movimienio. Los q u e n a q u e n a s o que»
n a c h o s ostentaban faldellines polícromos y en la
cabeza ruedas de plumas que im itaban azucenas
monstruosas. Esas corolas de dos metros de alio,
plegábanse al impulso del viento y oscilaban pe
sadam ente m ientras los indios que las lucían se
esforzaban en tocar al unísono motivos de músi
ca aym ara en sus largas zampoñas. Los c h i r ig u a
n o s vestían túnicas de ángel con alas de insecto,
ceñida la frente por diadem as de papel cuché.
C a s illo s, cubierto el cuerpo de je rg a gris y roja,
d ejab a visibles solo los ojos y la boca, divertían
a los concurrentes,- eran los bufones. Cóndores de
abiertas alas disecadas, monos, osos, hacían pi
ruetas aquí y allá. Los c h a l lp a s , de capas grices
y sobre éstas pieles de vicuñas, en cuya cabeza
brillaban ojos de vidrio, saltaban próximos a los
a u q u s a u q u is de luengas barbas y gruesos bácu
los". De esta m agnífica enum eración de danzas
ha desaparecido una: los C h a llp a s .
M. Rigoberio Paredes, Jesú s Lara, Ism ael So-
fomayor, Antonio Gonzáles Bravo y Roger Bece
rra C., son los escritores que últim am ente estu
diaron las danzas folklóricas en form a m ás metó
dica y am plia. El primero en dos libros: E l A rle e n
l a A ltip la n ic ie (La Paz - 1913) y A rte F o lk ló rico
d e B o liv ia (La Paz - 1949), nos da una inform a
ción bastante considerable sobre este arte a más
de una clasificación folklórica, muy aconsejable,
para m ayores estudios posteriores. "Actualm en
te — apunta Paredes— se puede clasificar la dan
za indígena en tres órdenes.- I 9 Originaria, 29 In
troducida o im puesta por los españoles y 39 Im
portada por los negros”. Clasificación muy lógica
y no tan enrevesada como la de González Bravo,
que la hace sujetándose al instrumento que to
can los danzarines, o sea que la divide en danzas
con sicu, danzas con quena, danzas con pinco-
11o, danzas con flauta travesera, y danzas con
murga. "Esta clasificación dicha, evidentemente
26
responde a una forma estrictam ente científi
ca yo que Prescinde de la form a mism a de las
danzas y de su significado, que sin duda tienen
más im portancia básica para el estudio clasifi-
caiorio" (*)•
Tam bién Ism ael Soiomayor, en un artículo
muy limitado, intenta clasificar dividiendo en
siete danzas básicas, y alrededor de las cuales se
han creado otras. "En cuanto a la coreografía
que tan estrecha relación tiene con el folklore en
general, hay que d ejar apuntado que siete son
las e s p e c ie s de danzas aym aras que perfectam en
te denotan particulares características de interés
para el observador estudioso que se proponga
efectuar análisis de am biente socio-psicológico.
Son ellas, denom inadas en el dialecto aym ara:
C o lla -w h ip p a la , d a n z a n ti, s ic u r-la k q u ita , K h u sillu ,
c h c h is c a -s ic u ri, lo c o -p a l la -p a ll a y T ra lrip u li (* * ) .
Jesús Lara en L a P o e s ía Q u e c h u a acota datos
interesantes sobre las danzas del grupo qheshua.
En el área oriental boliviano, las danzas lle
van el sello jocundo del medio am biente en que
han sido creadas. Varios de sus escritores se ocu
pan en artículos periodísticos, revistas y g en eral
mente en trabajos muy ligeros, pero que trasun
tan una idea cab al de su riqueza; y así como en
las pertenecientes al área kolla, tam bién se divi
den en dos tipos característicos: las de origen his
pánico y las autóctonas.
Roger Becerra C. hasta ahora es el único que
ha estudiado con detenim iento las danzas de la
región beniana, a m ás del trab ajo meritorio de
ser el primero en recogerlas in situ con método
adecuado. Su libro R e liq u ia s d e M o xo s con el iiem-
27
po será documento invalorable para conocer a l
gunas costumbres de nuestra época. Refiriéndo
se al origen de las danzas de aqu ella región dice:
"los Padres de la Compañía de Jesús, para crear
una devoción única e invariable, conservaron y
adaptaron pronto las distintas danzas autóctonas
a las enseñanzas evangélicas y a los misterios de
la fe, con el fin de sostener un vínculo con el pa
sado que m antenga a los nativos siempre unidos.
Por esta razón todas presentan significados
esencialm ente sagrados, aunque saturadas de
cierto espíritu guerrero y de una vaga rem inis
cencia profana. Porque era un placer para ellos el
divertirse y danzar en las grandes solemnidades
religiosas, utilizando las m ejores y m ás vistosas
plumas para adornarse la cabeza y los pies". In
cluye ocho danzas principales y tradicionales que
se bailan en Beni: L o s A n g e lito s , L a s B á r b a r a s ,
L o s G ra c io s o s , L o s H e ro d e s, E l B a r c o , E l S a r a o y
L o s M a c h e te ro s .
De esta colección escogemos la m ás popular
y tradicional: Los M a c h e te r o s , danza de carácter
místico por el motivo y guerrero por el bello
atuendo; "rem em ora — dice Becerra— la Resu
rrección de Jesú s y su Ascención al Cielo", y h a
ce a continuación esta bella descripción del
atuendo: "El nombre de M a c h e te r o deriva de un
m achete de palo (iumoré ti yucuqui) que los
danzantes llevan en la m ano derecha. Usan como
traje una cam iseta blan ca de tejido casero, sin
m angas ni cuello, fran jas de hilo (zepirá) de co
lores a los costados y ceñida (iaroio) a la cintu
ra por un cordón. En la cabeza lucen un enorme
abanico (progi) de plumas de parabas artística
m ente colocadas sobre un arm azón de chuchío
(planta gram ínea que crece a orillas de los ríos)
forrando con plumas de m aiico y de otras aves de
plum aje vistosísimos”.
"En la parte de atrás — continúa— del mis
mo arm azón cuelga una cola (tahíqui) de cue
ro de tigre que llega hasta los talones (chupupei-
bó) y cuyo extremo rem ata en un adorno de plu
m as de tojo. Los tobillos están cubiertos de semi-
28
Danza trinitaria; el motivo es guerrero y la inspiración mística.
29
lias de paichachíes (chocoi ii paichachí) ensarta
dos hábilm ente a m anera de cascabeles para
acom pasar sus movimientos golpeando el suelo
con los pies (nibope) descalzos".
Por otro lado Luis Leigue Casiedo y Siig
Ryden, acopian datos de danzas autóctonas del
grupo Moré, que vive en las m árgenes del río
Iiénez o Guaporé. El primero, estudioso y bene
mérito m aestro boliviano, en su libro monográfi
co E l Ité n e z S a lv a je , describe tres danzas que re
ciben el nombre de la fiesta en que se ejecuta ca
da una: E l T o á , E l C h iq u ít y E l T a r á n . El atuendo
de danza de estos grupos semicivilizados es ele
gante en su sencilla belleza, Castedo lo describe
así: "Vestido con su m ejor c a r a p a c á n (vestido) y
arm ado de su instrumento, el l o á , toca a porfía
obteniendo gran estridencia y danzando, solo,
frente al pilar principal de la casa, m ientras su
m ujer, o en su defecto una h ija, danzando bajo
el mismo compás, le daba vueltas haciendo sonar
dos espigas de maíz que para el efecto llevaba en
las m anos”. Y Siig Ryden nos aclara un paso de
danza del mismo grupo. "El hombre m archa h a
cia arriba y ab ajo dentro de la choza, o en el es
pacio abierto frente a ella, dando cortos gritos
que m arcan los pasos de la danza. Se mueven to
mados del brazo cogiendo el arco y la flecha en
una mano. Las m ujeres ocasionalm ente intervie
nen en la danza". Estas danzas de los indios mo-
rés tienen la particularidad de estar siempre
acom pañadas de canto.
32
1 0aía ni etnología, sino supervivencia cultural,
esabios de una cultura pasada dentro otra mo-
j erna. Así dejarem os un documento auténtico de
nuestro tiempo y no habrem os teorizado sim ple
mente sobre hechos objetivos que hoy son tradi
cionales, anónimos y populares.
B I B L I O G R A F I A
LUDOVICO B ER T O N IO : " V o c a b u la r io d e l a L e n g u a A y m a -
r a " . E d ició n f a c c i m ila r h e c h a p o r e l M in is te rio d e A su n to s
C a m p esin o s. L a P a z -B o liv ia . 1 9 5 6 .
GUAMAN PO M A DE A Y A LA : " E l P r im e r N u e v a C o ro n ic a y
B u en G o b ie r n o " . E d ito r ia l In s titu to T ia h u a n a c u d e A n tro
p o lo g ía . E tn o g r a f ía y P r e h is to r ia . L a P a z ( B o l i v i a ) . 1 9 4 4 .
N otas y A c la r a c io n e s d e l P ro f. A rih u r P o s n a n s k y , F .R .A .I.
La P a z -B o liv ia .
33
F R A Y M A R TIN DE M U RU A : " H is to r ia d e l O rig e n y G e n e a
l o g ía R e a l d e lo s R e y e s I n c a s d e l P e r ú " . I n tr o d u c c ió n y
N o ta s d e C o n s ta n tin o B a y le S. J . C o n se jo S u p e rio r d e In
v e s tig a c io n e s C ie n tífic a s . In s titu to S a n io T o rib io d e M o-
g ro v e jo . M a d rid . M C M X L V I. C. B e rm e jo im p r e s o r . X V p .
d e I n d ic e d e m a t e r ia s . 4 4 4 p . d e te x to , in c lu id o I n d ic e d e
P e r s o n a s y C o sa s.
F R A Y JO S E P H DE ACOSTA: " H is to r ia N a tu r a l y M o ra l d e
la s I n d i a s " . P u b li c a d a e n S e v illa , a ñ o d e 1 5 9 0 . A h o ra fie l
m e n te r e i m p r e s a e n M a d rid 1 8 9 4 . 2 to m o s .
34
d e ie x io , in c lu id o In d ic e . (N o ia : P r im e r a e d ic ió n d e " E l
A rle F o lk ló r ic o d e B o l i v i a " ) .
35
CHELA URQUIDI DE ASCARRUNZ. B a ile s B o liv ia n o s " , p u
b lic a d o e n C u liu ra B o liv ia n a . C u rso s d e I n v ie rn o . J u l i o d e
1 9 6 1 . L a P a z - B o liv ia .
39
mente a la concurrencia, a la hora del zapateo.
La cueca bien bailad a tiene aquello que unos lla
m an "á n g e l", otros "duend e" para señalar la gra
cia, el salero, y no es m ás que la vibración hecha
movimiento de dos sangres, dos razas, plasm adas
en un solo cuerpo. ¡Por algo es mestiza!... Tiene
tanto de la altanería y coquetería españolas, co
mo del am or a la danza, que ya es pasión en el
indígena.
Es nuestro baile nacional, siempre lo fue,- y
si ha tenido ocasos circunstanciales, hoy renace
form idable en iodos los círculos de la sociedad
boliviana. Antes la bailab a el Presidente en P ala
cio, el m ilitar en cuartel, y el cura en su parro
quia. En cualquier humilde villorrio, siempre h a
bía un guitarrista que rasgueaba una cueca boli
viana, y a falta de él, el organista de la capilla,
o iglesia, ped aleaba en el armonio sus compaces.
La cueca nuestra no es la zam acueca chile
na, ni la m arinera peruana, menos la zam acue
ca argentina. Tendrá sus punios de contacto con
estas danzas, pero la nuestra es muy personal,
propia y difícil de confundirla. Es el reflejo de
nuestra idiosincracia, m editativa siempre, a ve
ces tem peram ental, donde las gam as de la triste
za y la alegría alternan m aestram ente. Por otra
parte, hoy como ayer, el boliviano siempre ha sa
bido diferenciar su danza de la cueca chilena o
de la de otros países. El ritmo de la m úsica y su
coreografía son distintas,- la cueca boliviana es
académ ica, no es bullanguera ni insolente, m e
nos airopelladora o picante, cuando m ás pica
resca en algunas letras de su música. La cueca bo
liviana cania al amor, al desengaño, a la tristeza,
particularm ente a los estados del alm a o senti
mientos que preocupa a l hombre. Verdad que es
hermosa, conmovedora, y muy boliviana desde
iodo ángulo que se la quiera analizar.
CLASIFICACION
OOStEOGRAFlA
42
La entrada y vuelta entera.
43
3? C o n to rn e o s : Continúan con los contorneos
o sea el juego del amor,- el asedio del varón a ta
jando el paso a la m ujer que trata de cam biar de
lado. Es el período m ás bello de la cueca, porque
los danzantes despliegan su gracia, su picardía
en el decir y actuar, y su destreza para acom pa
sar los pasos con el ritmo de la música. Se re
trocede levantando levem ente el pie que está
adelante y para avanzar se hace un paso un tan
to parecido al del vals.
44
5 9 E l z a p a t e o : En esia parle la m úsica se tor
na com pletam ente viva, con un irasfondo en que
el ritmo del taconeo se percibe. Los danzarines
zapatean fuerte y acom pasado, agitando viva
mente el pañuelo y haciendo figuras, propias del
ingenio de cada uno.
El zapateo debe concluir exactam ente con el
último compás de la música, terminando este úl
timo compás en el lugar opuesto al que les co
rrespondió cuando empezaron el baile.
OBSERVACIONES
45
EL WAYÑO
N o ta s s o b r e l a d a n z a . C la s ific a c ió n .
H isto ria . C o re o g ra fía a c t u a l . O b s e rv a
c io n e s . N o ta s b ib lio g r á f ic a s .
NOTAS SO BRE LA DANZA
51
i
mueven en algunas mudanzas con ciertos conio-
•> neos de pies, meneo de brazos, que no se puede
contem plar sin que pugne la sangre por saltar de
las venas".
El w a y ñ o , con la m e c a p a q u e ñ a , a quien sir
vió de alm a e inspiró el motivo para su creación,-
el b a ile c ito e h u q u is a q u e ñ o , m ás conocido por
b a ile c ito d e l a t i e r r a ; el c a r n a v a l i t o c r u c e ñ o ; el,
ta q u i r a r i b e n ia n o , el k h a lu y o cochabam bino y
la r u e d a ta r i j e ñ a , son las danzas más representa
tivas de nuestra patria y las que form an el pano
ram a completo de una coreografía criolla en tan
extenso territorio.
CLASIFICACION
H ISTO RIA
52
intercambiar
populares, las parejas acostumbran
En las clases
sombreros durante el baile.
L
53
m enciona a esia danza como elem ento de compo
sición en un cuento del cóndor y el zorro. (1)
En el diccionario de Ludovico Berionio, do
cumento insustituible para toda pesquisa del sa
ber aym ara, hay entre otras acepciones, las que
se refieren exclusivamente a la danza en la si
guiente form a: " H u a y ñ u : Danca, B ayle o Sarao.
Muayñufma: idem ". (2). O sea que en los territo
rios de la comunidad aym ara se la utilizaba en
sus jolgorios. Por otra parte, en el diccionario de
la lengua qheshua, debido a la diligencia del P a
dre Diego González Holguín (3), dando una acep
ción genérica al vocablo, apunta: " H u a y ñ a n a c c u -
n i, o M u a y m m i. B ay lar de dos en dos pareados
de las m anos”, sin decir una palabra m ás sobre
este baile tradicional y popular en aquella épo
ca en que recogió su diccionario. ( * ) .
Pero sí, González Holguín, en esia form a es
cuela nos dá una figura que aun supervive en el
wayño actual; la que hoy día se utiliza para em
pezar el baile, y que seguram ente en aqu ella épo
ca tam bién tenía igual uso. En el mismo diccio
nario, a continuación dice: " H u a y ñ u y c c u m : Sa
car a bay lar él a ella, o ella a él cruzadas las
m anos” ; otra figura de esia danza que aún se
ejecuta a continuación de la m encionada an te
riormente. González Holguín no hacía sino reco
ger vocablos y su acepción propia, para cuya la
bor no son necesarios otros datos como en los tra
bajos de especialización. Mediante esia modesta
investigación tratarem os en lo posible de infor
m ar sobre la coreografía original, los cambios
que ha obtenido en el transcurso del tiempo.
Si entre los aym aras esia danza tenía pecu
liaridades como la que hombres solos o m ujeres
solas hicieran rueda a una p areja que bailab a en
56
Woíño N9 3
130
57
Y el último dalo que encontramos sobre esta
danza es el que Rigoberio Paredes inserta en su
libro El Arte Folklórico de Bolivia. Por el interés
que tiene para el conocimiento del wayño lo
transcribimos integram ente: "El huayñu ha sido
propiamente el baile originario y primitivo de
los indios. Lo ejecutaban en los intermedios de
las demás danzas indígenas enfretándose un
hombre y una m ujer en el centro de los b ailari
nes que hacían rueda. Llámase esta form a de
bailar huayñusiña. Al presente se dar el nombre
de huayñu a una singular m ezcla de las antiguas
danzas denominadas a g u a d e n ie v e , m o z a m a l a ,
b o le ro , en ciertas figuras y en otras se nota la in
fluencia m anifiesta de la m u ñ c i r a (molinera)
gallega. Todas estas figuras las han arreglado a
la m anera de ser y al tono del gusto n acio n al".
58
COREOGRAFIA actual
59
m
61
accesibles de la casa,- si pueden salen al jard ín ;
quien guía es el cabeza de la hilera.
OBSERVACIONES
63
NOTAS BIBLIO G RA FICA S
(1 ) E n e l fo lk lo re o r a l b o liv ia n o , d e la s á r e a s a y m a r a
y q h e s h u a , tie n e n u n c u e n to s o b re e l o rig e n d e a l
g u n o s a lim e n to s a u tó c to n o s q u e p r o ta g o n iz a n el
c ó n d o r y e l z o rr o , d ic e q u e c u a n d o a m b o s in d iv i
d u o s s u b ie ro n a l c ie lo a p a r ti c ip a r d e u n a fie s ta ,
a lli b a ila r o n e l w a y ñ o . (V e r L ite r a tu r a F o lk ló r ic a d e
A n to n io P a r e d e s C a n d i a ).
(2 ) BER T O N IO , L u d o v ic o . " V o c a b u la r io d e l a L e n g u a
A y m a r a " . P á g . 1 5 7 . E d ic ió n f a c c i m ila r d e l M in iste
rio d e A s u n to s C a m p e s in o s . L a P a z - B o liv ia .
(4 ) LA R A , J e s ú s . " L a P o e s ia Q u e c h u a " . C o c h a b a m b a -
B o liv ia . U n iv e rs id a d M a y o r d e S a n S im ó n . 1 9 4 7 .
P ág . 86.
(5 ) L IR A , J o r g e A . " D ic c io n a r io K k e c h u w a -e s p a ñ o l" .
P u b lic a d o p o r la U n iv e r s id a d N a c io n a l d e T u c u -
m á n - A r g e n tin a . 1 9 4 4 . P á g . 1 1 3 0 .
(6 ) C O RTES, J o s é D o m in g o . " B o l iv ia , a p u n te s je o g rá f i-
c o s , e s la d is iic o s , d e c o s tu m b re s , d e s c rip tiv o s e h is
tó r i c o s " . P a r is . T ip o g r a f ía L a h u r e . 1 8 7 5 . P á g . 7 3 .
(8 ) E s ta f ig u r a d e d a n z a , c o n a lg u n a v a r ia n te se c ita
e n e l d ic c io n a r io d e L u d o v ic o B e rio n io , c o m o p ro p ia
d el g ru p o a y m a ra .
64
LA MECAPAQUEÑA
Ñ o la s s o b re l a d a n z a . C la s ific a c ió n .
H is to ria . M ú s ic a . C o re o g ra fía .
B ib lio g r a f ía .
I
NOTAS SO BR E LA DANZA
67
L
CLASIFICACION
H ISTORIA
68
La M ecap aqu eñ a.— Esta danza tenía mucho de europea, la ilustración
pertenece a la figura que en la época la nominaban estrella.
69
radas allí am algam ando las prácticas religiosas
con las costumbres paganas, de aquel suelo lle
no de hálito y sensualidad, parecía surgir de m e
dio de las frondosas enram adas al Dios P an cris
tianizado, a faunos místicos y a ninfas converti
das al catolicismo, que después de rezar y orar,
se entregaban al baile y a la música, y entonan
do con febril entusiasmo trovas eróticas y senti
m entales, term inaban rindiendo fervoroso culto
al amor. Los pocos ancianos que aun vivían re
zagados por la aridez de los tiempos presentes
recordaban de M ecapaca con nostálgico pesar. El
pueblo era realm ente de goces; abundante en ví
veres y en frutas tropicales de exquisito sabor,
allí se disfrutaba bien y a poca costa”. Cómo, de
cimos nosotros, en este edénico lu gar no iban a
inventarse danzas nuevas o frivolidades,- si ade
m ás era el lugar de cita de lo m ás representati
vo de la sociedad de la ciudad de La Paz.
70
la célebre m ecapaqueña en la infinidad de reu
niones organizadas por los vecinos circunstancia
les que "em ig raban huyendo de los rigores del
frío", como nos lo asegura Elias Zalles Balli-
vián (3).
71
"w ain o" resultase monótono a la m anera que se
bailab a generalm ente, se le s o c u rrió a lo s a le g r e s
in v e r n a n te s , h a c e r la s f ig u r a s d e l a c u a d r i lla f r a n
c e s a , a l c o m p á s d e lo s " w a i n o s " , resultando una
danza alegre y variada, de bonita combinación,
la que tomó el nombre de MECAPAQUEÑA". Este
relato vale m ás que un documento oral, quien es
cribe fue un participante y actuante en tales reu
niones. Un testigo ocular en el advenim iento de
esta nueva danza criolla, la más auténtica m es
tiza: la música aborigen y la coreografía france
sa, o sea que aportaron a un cincuenta por cien
to cada una para form arla.
MUSICA
COREOGRAFIA
72
cuatro personas, para poder realizar algunas evo
luciones de la danza.
73
La segunda parle de esla figura es cuando
las parejas así cogidas, pasan las últimas por en
medio de las prim eras, como m uestra la ilustra
ción anterior.
74
varón: vueltas de molinetes, enlazarse por el b ra
zo y dar tam bién vueltas. Esta es una de las par
les donde las parejas tienen libertad de hacer fi
guras independientem ente unas de otras.
75
El bastonero da una orden y las p arejas for
m an una ronda, dando vueltas a derecha e iz
quierda, para después de un corto tiempo, sepa
rarse por p arejas y dar unas cuentas vueltas por
el salón, las que perm ita la duración de la mú
sica, con lo que finaliza la danza.
B I B L I O G R A F I A
76
ELIAS ZALLES B A LLIV IA N : " A n é c d o ta s y T r a d ic io n e s " .
L a P a z - B o liv ia . E s c u e la T ip o g r á f ic a S a le s ia n a . 1 9 3 0 . 5 8
p á g . d e te x to .
77
LOS AUQUI AUQUIS
N o ta s s o b r e l a d a n z a . C la s ific a c ió n .
El a tu e n d o . H is to ria . C o re o g ra fía . N o
ta s B ib lio g r á f ic a s .
(
81
Machu tusoi
82
a u q u i " , "C o n jo r o b a d e a u q u i- a u q u i" , " A n tig u o
c o m o u n a u q u i - a q u i " , son formas de expresión en
el h abla popular, inspiradas en la figura grotes
ca del personaje de esta danza. " M ú s ic a d e a u -
q u i-a u q u is " , para distinguir una m elodia b a ila
ble que ha pasado su popularidad. " M e n t a lid a d
d e a u q u i- a u q u i" , cuando la persona no ha evolu
cionado y vive m uy atrasada en cualquier senti
do, con relación al mundo moderno.
CLASIFICACION
EL ATUENDO
83
quilla multicolor, y cuya copa rem aia en un pe
nacho de plumas blancas encarrujadas.
Cuelgan del cuello collares de w a y r iu u s y
sostienen la ridicula joroba con una larg a bu
fanda de lan a de vicuña o blanca, que le da vuel
tas por debajo de los brazos.
Colgada de un hombro y en tahalí, una car
tera grande, confeccionada de cuero de puerco
salvaje, o de vizcacha, cuyo cierre es siempre la
cabeza del anim al.
En la m ano izquierda llevan un pañuelo
grande, de color fuerte, y en la derecha un palo
retorcido, muy retorcido, a m anera de bastón.
Cargan generalm ente sobre un hombro, un an i
m alito disecado, sea un zorriio, un zorrino o una
viscacha.
H I S T O R I A
84
i
redes traduce el vocablo tam bién por "príncipes
solteros".
Por otra parte el Diccionario de González
Holguín, obra m erecedora de respeto por su sol
vencia intelectual, tiene el vocablo A u q u lc u n a
que traduce en " L o s n o b le s h id a lg o s , S e ñ o r e s " ,
la mism a acepción de Berionio. Y últim am ente,
Jo rg e A. Lira, estudioso serio del qheshua, dice:
"A u k i: P r in c ip e , h ijo d e u n s e r s u p e r io r o d e u n
r e y " , aclarando y am pliando el concepto que se
daba en aquel tiempo al vocablo A u q u i, tanto en
la lengua aym ara del Kollasuyu, o en la qheshua
del Imperio Incaico.
Entonces por qué persistir en el error de una
traducción falsa? Casi iodos insisten en que A u-
q u i-a u q u i quiere decir " V ie j o -v ie j o " , lo que no es
verdad, porque en aym ara tal acepción tiene el
vocablo ACHACHI. El mismo Berionio copia cua
tro veces este vocablo dándoles los distintos sig
nificados que tenían para los indios,- primero en
sentido de vejez, decrepitud por la edad, para uso
fam iliar, en palabra compuesta, como sinónimo
de abuelo paterno y materno,- de antigüedad al
fundador de una familia,- y en función de tiempo
transcurrido para nom brar una señal puesta por
el hombre en algún lindero.
El len g u aje que es el único documento que
tenemos para restaurar algunos hechos de nues
tro pasado, en este caso nos esta demostrando cla
ram ente que no se trata de un vocablo burlesco,
sino por el contrario es una especie de título se
ñorial y que presum iblem ente nom braba a un
grupo de caballeros nobles, quienes tenían por
prebenda nobiliaria, ejecu tar una danza de ca
rácter cerem onial ante el Inca. Por otra parte, a l
gunos aditam entos que llevan actualm ente los
bailarines y nos mueven a presumir ironía, en
aquellos tiempos de grandeza fue una parle del
protocolo tradicional en la Corte Incásica, como
por ejem plo aquello de la joroba, que aun en la
actualidad es un bulto colocado sobre las espal
das y sostenido por una bufanda. Acaso no rela
tan los cronistas y los estudiosos de aquel Impe-
rio, que para h ablar con el in ca tm perador, se
tenía que sim ular cargar un pequeño bulto? "A
nadie se le perm itía acercarse a la presencia del
Soberano, sino, llevado en la espalda una peque
ña carga en señal de sum isión".
El atuendo dirán algunos es de origen colo
nial. Indudablem ente es una copia ridiculizada
del traje español; pero sabemos que por imposi
ción de las autoridades españolas, se cam bió en
general el traje de los autóctonos después de la
insurrección de Tupac Amaru. "E l visitador Jo sé
Arreche — apunta Paredes en otro libro— prohi
bió a los naturales, el uso de los vestidos nacio
nales, que pudieran traerles a la m em oria, los
antiguos recuerdos incaicos".
Con relación al atuendo del auqui-auqui, en
algunos pueblos muy tradicionales en sus cos
tumbres, hasta hace poco llevaban disfraces con
feccionados de telas autóctonas,- Antonio Gonzá
lez Bravo concreta de la siguiente m anera: "Los
A u q u l-a u q u is de Puerto Acosta (Provincia Cama-
cho), especiales para esta danza, llevan trajes de
tejidos indígenas en la lev a".
Y finalm ente, la música, al oído del más pro
fano nunca le podrá sonar a sainete o picardía,
o burlesca,- es música form al y hasta grave si se
la escucha sin especiar las m onerías de los disfra
zados. Es m úsica que acom pasa movimientos len
tos y circunspectos. Como solían b ailar los nobles
en el incario según Garcilaso de la Vega y otros
cronistas.
Esta danza que en su origen presum iblem en
te fue cerem onial y cultivada por una clase so
cial superior, con la llegada de los españoles cam
bió ioialm enie su sentido, no porque los autócto
nos la hubieran trastrocado, sino por la poca im
portancia que daban los conquistadores a las co
sas de los indios, y por el poco aprecio que po
nían en reconocerles inteligencia y a su civiliza
ción. P ara ellos desde un principio fue una dan
za satírica y el indio que tam bién se adaptaba
— más por conveniencia que hipocresía— a lo
que decían los foráneos, condescendió, y más
87
larde hasia cambió el iraje, pero esla vez con la
inlención prem editada de burlarse del que lo do
m inaba. Hizo caricatura de la efigie hispana, del
ira je y h asia de las actitudes de los señorones es-
clavizadores. Lo ridiculizó y el que reía realm en
te entonces era el indio. El español en su prepo
tencia con el autóctono, nunca pensó que en el
fondo de esa danza estaba la reacción pasiva con
tra él. Creía, muy suelto de cuerpo, que el indio
b a ilab a así disfrazado por caerle en gracia, nun
ca por burlarse.
Este es el auq&ai-aaqui que se presenta en la
actualidad y al que iodos aceptam os como el b a i
le de los viejiios.
88
Ilita h o f, h o j... a w ilita h o j, h o j. La m úsica es inte
resante, tiene hermosa m elodía”.
De esla descripción, la variante novedosa es
que los auqui-auquis de esla área, bailan can-
jando coplas y canciones, y a que en las oirás lo
calidades solam ente repilen algo así como "u j...
uj... ej... ej... ij... i j" simulando el cansancio de ve
jez. En Copacabana, los danzantes de a u q u i- a u
q u is, lam bién repilen el siguiente estribillo:
A y sn a r a T r a d u c c ió n
A u q u iñ a s c h 'a m a r a q u i ¡Q u é tr a b a j o s o e s s e r v ie jo !
T aycañ as c h 'a m a r a q u i ¡Q u é tr a b a jo s o e s s e r v ie ja !
S e jo le . . . s e j . . . s e j. A y a y a y ... a y ., a y
COREOGRAFIA
89
1
nioso, golpeando a l suelo con el bastón a cada
tres pasos que adelantan. La posición es la si
guiente: el espinazo medio inclinado, una mano
sobre la cadera y en la otra el bastón. Tienen to
das las trazas de vejetes cansados.
>
— O O O O O. o
o
o
o
>---0 o o o o
P ara term inar en un amplio círculo, en cuyo
centro se coloca la orquesta indígena.
90
0O T A S BIBLIO G RA FICA S
LUDOVICO B ER T O N IO : " V o c a b u la r io d e l a L e n g u a A y m a -
r a " . R e im p re s ió n f a s c i m ila r p o r e l M in is te rio d e A su n to s
C a m p e s in o s . L a P a z - B o liv ia .
95
HISTORIA
CLASIFICACION
De comparsa y de carácter am bulatorio.
"Danza Colectiva", en la que lom an parle sola
m ente varones. Pantom ím ica. Picaresca por algu
nas actitudes durante la danza en que se alude
a l sexo.
EL ATUENDO
Se dislrazan con el traje de etiqueta que usa
la burguesía para sus fiestas de g ala: frac o
chaquet. Chaleco de brocado de colores muy lla
mativos. Cruzan el vientre con una pesada cade
na que simula sostener un reloj, que gen eral
m ente es un platillo de latón o algún artefacto
redondo, y en la solapa, enormes flores de papel.
96
97
Sombrero de copa alía. Basíón muy delica
do y enormes guaníes blancos. En la cara desco
m unal nariz de color rojo, que a veces lleva un
par de anieojos y erizados bigoies kaiserianos.
El iraje, a propósiio confeccionado muy hol
gado o muy jusio para el cuerpo, les hace su fi
gura ridicula y desgarbada.
Cuelgan de la pechera, pedazos de laías cir
culares a m anera de condecoraciones. Algunos,
prenden un cartel en la espalda donde está es
crita la palabra " W e r a c o c h a " , que en el aym ara
actual quiere decir: " c a b a l l e r o " .
Sobre el calzado, g e ís ingleses, que les cu
bren el em peine al estilo de los elegantes de la
década de 1920.
COREOGRAFIA
Los danzantes avanzan en dos filas:
Luego se cruzan haciendo piruetas, y quedan
siempre en dos filas, pero en los lugares opuestos
al principio del avance.
100
LOS WITITiS
Ñ o la s s o b r e l a d a n z a . C la s ific a c ió n .
L o s a tu e n d o s : d e l W ilili, d e la s S e ñ o
r ita s , d e lo s M a llk u s , d e lo s M ú s ic o s .
C o r e o g r a f ía . Ñ o la s B ib lio g z á itc a s .
NOTAS SOBRE LA DANZA
103
do uno de los grupos m ás representativos del
festival a m ás de reconocerle como a una autén
tica demostración de nuestro folklore.
104
105
Volviendo al análisis del vocablo, alguien
que está muy interiorizada en la lengua aym ara,
m e informa que ia l palab ra aclualm enie exisie
en dicho idiom a y es usada en algunas regiones
aledañas al lago Titicaca para señalar un lazo,
soga o cuerda gruesa fabricada de cuero de oveja o
lan a de llam a, que iiene anudada una de sus pun
ías. Esie dafo tiene relación con la danza porque
los personajes centrales, quienes dan el nombre
al conjunto, portan una larg a soga de cuero arro
llad a y colgada de un hombro, cuya últim a par
te la estiran con las dos m anos en alio m ientras
danzan. Esta soga la sostienen ostensiblemente,
la exhiben y dan a entender con sus movim ien
tos que es un elem ento principal e insustituible
de la danza.
Y últim am ente (1965) en el último festival,
nuevam ente se ha presentado la danza Wititis,
pero muy desm ejorada, sin la perfección y b elle
za de la prim era vez. Se componía de un solo
W iliii, sin acom pañam iento, con el atuendo muy
raído y llevando como variante una perdiz dise
cada sobre el índice de la m ano izquierda y una
ram a de espinas arrollada a la m uñeca de la m a
no derecha. Si bien tenía la m ism a energía en el
paso para seguir el ritmo de la música, ya la dan
za, como conjunto perfecto, m ostraba decadencia.
CLASIFICACION
LOS ATUENDOS
106
una m alla de ballet. Term ina hacia ab ajo en un
cordón pasado de cascabeles.
En la cintura el rem anazo (faja) de color ca
fé, que pasa inadvertido en el conjunto. El tejido
de esta fa ja es un tanto burdo, pese a que es de
lan a de vicuña o allpaca.
Una chaquetilla de la mism a tela del calzón
muy ajustada al cuerpo, diseñando el torso cua
drado del indígena.
La careta fabricada de tela con la faz de un
hombre con bigotes, cuya nariz, muy pronuncia
da. está confeccionada de cuero de oveja. En la
parte superior y de entre los cabellos, hechos de
cordoncillos rojos un tanto gruesos, salen tres
cuernos (w ajra llp ich is), tam bién fabricados de
cuero apergam inado, que term inan en borlas ro
jas. La extraordinaria form a y rasgos de la care
ta, y el pelo hirsuto que le rodea como si fuera un
dibujo del sol es único junio a las otras caretas
de las variadas danzas folklóricas bolivianas.
Completa el atuendo un lazo (qharw isla)
muy largo, del cual una gran parte se encuentra
arrollado en el cuerpo y un extremo sobrante lo
sostienen estirando con las m anos en alto.
sos
El M allku del grupo Wititis. durante la danza parece que fuera
a elevarse en raudo vuelo.
109
En la cabeza un pañuelo blanco anudado en
la parle superior y sosteniendo la b arb illa; enci
m a un gorro rojo o laboreado ( l l u c h u ) , y locándo
les un sombrero ovejón.
COREO GRAFIA
110
L
Presiden los M a llk u s, luego los W ititis , de
irás las S e ñ o r ita s , y a l final los cinco individuos
que componen la orquesta auiócíona. Esia form a
ción, principio de la danza, la utilizan tam bién
cuando avanzan por una avenida, o dan comien
zo a su coreografía, donde iodos los participantes
ejecutan distintos pasos y movimientos. Mientras
los W ititis avanzan tres pasos, para luego retro
ceder dos, llevando siempre en alio la soga y re
petir nuevam ente tan lentos avances,- los M a llk u s,
extendiendo las alas y agachando un poco el
cuerpo, ejecutan la siguiente evolución:
> i>
113
En esía parle, los disfrazados que reciben el
nombre de S e ñ o rita s , siguen a los W itilis con pa
so un ianio pesado, pero ejecutando, incansables,
un movimiento con el busto, de adelante hacia
atrás, dando vueltas enteras cada cierto tiempo
y agitando el pequeño pañuelo con m ucha gracia.
Cuando lleg an a un lu gar amplio ejecutan
la siguiente evolución en la danza:
tió
ja otro sitio donde repiien la ejecución con exac
titud.
NOTAS BIBLIOGRAFICAS
121
,
b a y Amparaes, se asilaron en los valles de Oron-
coia, donde hallaron una fortaleza inexpugnable
Y allí resolvieron defenderse. "M andó (el inca)
que le dibujaren la fortaleza" dice "con la dis
posición que te n ía ,- hiciéronla así, y hecho de ver
que la peña la ceñía hacia un resquicio o portillo,
Y considerando que por allí se podría entrar, no
em bargante que en aquella parte tenían los con
trarios sus centinelas, ordenó que luego frente al
portillo hicieren un pueblo y pusieren en él algu
na gente de guerra,- lo cual concluido con extra
ordinaria brevedad, mandó que hombres y mu
jeres se juntaren todas las noches a cantar y b a i
lar, y <?ue cuantos entraren en el baile pudieren
librem ente escoger las m ujeres que quisieren y
que tam bién las m ujeres gozaren de la m ism a li
cencia en escoger hombres a su gusto; de m ane
ra que con toda libertad pudiesen darse a sus de
leites carnales, sin que nadie se lo estorbase, (es
ta m anera de baile intentó entonces el Inca, al
cual llam aban los indios K a c h u a , y usaron des
pués durante su gen tilid ad ). En cumplimiento del
m andato real, salían todas las noches hombres y
m ujeres a hacer estos bailes a vista de los enem i
gos, y pasados en ellos no muchos días las mu
jeres instruidas por el Inca, comenzaron a llam ar
a los guardas y centinelas del fuerte con can ta
res y requiebros, convidándoles a que b ajasen y
gozaren de aquel bien que para iodos era común
Y permitido. A pocos lances, los rindieron y obli
garon a que b ajaren de su atalay a y entrasen en
el baile,- con que dieron lugar a que diez m il sol
dados del Inca, que estaban en celada, entraren
a l fuerte y los ganasen con prisión de cuantos en
él se habían encastillado", esta cita que Paredes
la tom a del Padre Cobo, es una de las pocas que
hace un cronista, refiriéndose concretam ente á
las danzas que tenían los Incas.
Posnansky tam bién dice algo sobre esta dan
za: " C a c h h u a significa baile de los jóvenes varo
nes y m ujeres que en parejas solían danzar en
las noches de luna durante la prim avera alrede
dor de las cem enieras".
122
El atuendo del varón en la K hachua es sencillo.
123
Como se deduce, es la danza de la prim ave
ra, de la juventud, del am or; cuando la sangre
joven rebulle en las venas y ta w a c o s y h u a y n a s
cantan, danzan y se hacen el am or sobre las ce-
m enieras, en contacto íntimo con la naturaleza
y en la época florida del año. Guamán Pom a de
Ayala cita y transcribe en su " N u e v a C r ó n ic a "
una de las canciones que pudo captar,- y actual
m ente, Jesú s Lara, da esta bella descripción de
la danza: "La q h a s h w a era el canto y la danza de
la alegría. Dentro de modalidades festivas, bus
caba tem as inundados de sol, abrumados de bue
na cosecha, con caminos de torrentes y con a l
gazara de r a y m i . Era el regocijo hecho música,
poesía y danza. El am or solía tam bién hacerse
presente en este género, por lo mismo de que él
era propio de la juventud".
La K h a c h u a es una de las raras danzas au
tóctonas, cuya historia se la conoce, tanto, que
hasta se sabe la época en que fue creada, el mo
tivo, y por quién.
CLASIFICACION
D a n z a d e p a r e j a s , Inierdependienie, porque
todas las p arejas coordinan sus movimientos y
evoluciones.
LOS ATUENDOS
124
sobre los hombros, que caen cruzándoles el pecho
para unirlas a la altura de las caderas.
A tu e n d o de la m u j e r : Es el traje de fiesia de
la cam pesina. Ocho o diez polleras, de exagerado
vuelo y colores diferentes, que form an algo así
como un ampuloso m iriñaque.
Un jubón de felpa negra, con bordaduras de
cordoncillos blancos en los puños y el pecho. En
cima dos bellas y costosas m anías, dobladas y co
locadas en la mism a forma que los hombres.
Tocándose la cabeza con un s o m b r e r o o v e
jó n , de color blanco y de modelo bombín.
Como se ve el atuendo de ambos es sencillo,
de buen gusto y bello colorido. Casi es el traje
cuotidiano y con pocos adornos que lo singula
rizan.
COREOGRAFIA
LAS COPLAS
126
K au q u i ta ra k i ja la n ia
S a m U a y c in ta .
C h a k a llita ta y j a l a n l a y
S a m U a y c in ta .
W a y ñ u k a lu ñ a n tim p u a y
I r p a k a tu ñ a s tim p u a y
S a m U a y c i n ta .
U k a k u lla k a s k u U a k a y
S a m U a y c i n ta .
K a u k i r o s a s , p a n li p a n ti
K a u k i r o s a s , p a n ti p a n li
M a lw a s c h a .
T a jn a y a lto s r o m e rito ,
C h u lu m a n i, v iv a la r a n j is ta .
S a m U a y c i n ta .
T r a d u c c ió n U b re :
K illa p u r a k a jtin
S a u k a la m a s k k a s p a .
S a u k a rá ñ u s l la y p a
Suuqonpi p ak asq a.
Ñ u s tta y a n y a p u w a n
" W a i m a k a n k i" n is p a .
¡M a n ta y K a c h a m u w a n
" Q h a s h w a k ú m u Y " n is p a !
T r a d u c c ió n d e J e s ú s L a r a :
Porque es plenilunio
Busco regocijo;
Pero él está oculto
En el corazón de m i infanta.
B IB LIO G R A FIA
N o ta a c l a r a t o r i a d e A R TH U R PO SN AN SK Y e n " N u e v a C ró
n ic a y B u e n G o b ie r n o " d e G u a m á n P o m a d e A y a la . E d i
c ió n d e l In s titu to " T i h u a n a c u " d e A n tr o p o lo g ía , E tn o g r a
f ía y P r e h is to r ia . L a P a z - B o liv ia . 1 9 4 4 .
JE S U S LA R A : " L a P o e s ía Q u e c h u a " . E n s a y o y A n to lo g ía .
C o c h a b a m b a - B o liv ia . U n iv e r s id a d M a y o r d e S a n S im ó n .
1947.
128
El lujo de las sayas y los colores, forman un conjunto sobrio y de
buen gusto de la Khachuirí (bailarina de Khachua).
129
WILA KHAWANI
Ñ o la s s o b re l a d a n z a . N ú m e ro d e
p a r ti c ip a n t e s . El a tu e n d o . L a D a n z a .
' = ----------—
NOTAS SO BR E LA DANZA
133
El nombre es en lengua aym ara: W ila k h a -
w a n i, cuya traducción al español es p o n c h o r o jo ,
lomado del atuendo que lucen los bailarines.
NUM ERO DE P A R T IC IP A N T ES
EL ATUENDO
LA DANZA
134
Los que porian anim ales disecados los ele
van y m uestran en alio para que puedan ver io
dos los concurrenies y así ser reconocidos fácil
m ente a la disiancia, por los anim ales que re
presentan.
139
La palabra J u k u m a r i liene para la m entali
dad indígena carácter supersticioso, y nunca ocul
ta su temor de encontrarse alguna vez con uno
de estos fabulosos seres. La leyenda la tiene por
cierta y sitúan su creación en época en que los
hombres recién h abían aparecido en la tierra.
LEYEN D A
141
de sus caricias y las lágrim as corrían abundan
tes de sus ojos. Tocaba su flauta, tan irisie que
hacía llorar a las piedras. No salía de su gruía
«sino hostigado por el ham bre. No tenía m ás am i
go que un toro viejo, a quien había salvado la
vida, arrebatando a sus dueños que trataban de
degollarlo. "Tú rumias los alimentos, le decía,
cuanto, cuanto te pareces a m í que vivo rum ian
do mis recuerdos, sin poderlos olvidar un m o
m ento".
142
iir el conlaclo de los restos de su pasiorila am a
da, extendió sus brazos por un momento, cual si
estuviera vivo, y se abrazó fuertem ente de ellos
y así los cuerpos unidos siempre y siempre en
trelazados fueron transformados en un corpulen
to y frondoso árbol, a cuya sombra, cuando por
casualidad lleg ab a un am ante desgraciado, sen
tía renacer y serenarse su espíritu y su corazón
abrirse a la esperanza”.
NUM ERO DE P A R T IC IP A N T ES
144
CLASIFICACION
EL ATUENDO
COREO GRAFIA
145
ian continuam ente la cam panilla o diminuto cen
cerro, que cuelgan de la cintura y con la derecha
accionan furiosamente el chicote que portan.
IN STRUM EN TO S MUSICALES
NOTA
B IB LIO G R A FIA
146
PAKHOCHIS
Ñ o la s s o b r e l a d a n z a . C la s ific a c ió n .
E v o lu c ió n d e l a tu e n d o . El A tu e n d o
a c t u a l . C o re o g ra fía . O tra s o b s e r v a
c io n e s .
NOTAS SO BRE LA DANZA
149
cias de Omasuyus y Sica-sica, de donde es origi
n aria la danza y en cuyas áreas trab ajó mucho el
profesor González.
150
sus movimienios. Sabemos por Anionio González
Bravo que aniiguam enie se presentaban solo dos
bailarines, seguidos de los músicos.
G A S IF IC A C IO N
Sc'i * ■
GL ATUENDO
152
El a tu e n d o a c t u a l
COREOGRAFIA
153
Avanzan en dos filas, dando saltos y hacien
do firuletes con los sables. Cuando se colocan en
circulo, clavan el sable en fierra y dan vueltas a l
rededor de él con un ligero zapateo, luego lo ele
van sobre la cabeza y corren adelante dando
saliilos.
OTRAS OBSERVACIONES
154
SIKURIS DE AYATA
Ñ o la s s o b re la d a n z a . C la s ific a c ió n .
H is to ria . El a tu e n d o . In s tr u m e n to s
m u s ic a le s . C o re o g ra fía . N o ta . B ib lio
g ra fía .
NOTAS SO BR E LA DANZA
157
de, el traje, la música y las poquísimas evolucio
nes que hacen en su danza; que analizando nos
convence que es sólo pretexto para ejecu tar las
variadas piezas de su repertorio auténticam ente
indígena.
CLASIFICACION
HISTORIA
158
Oiro documenio posterior es la relación que
hace el Inca Garcilaso en sus Comentarios Reales,
relación que por su antigüedad y porque viene de
un qheshua es valedera para aseverar que el sik u
fue un instrumento propio de los kollas (Alio Pe
rú en la Colonia y hoy B o liv ia), y por extensión
la danza sÉkusri; Garcilaso escribe: "De música a l
canzaron algunas consonancias, la s c u a le s t a ñ í a n
lo s in d io s C o lla s (es nuestro el subrayado), o de
su distrito, en unos instrumentos hechos de cañu
tos de caña, cuatro o cinco cañutos atados a la
par,* cada cañuto tenía un punto m ás alio que el
oiro, a m anera de órganos. Estos cañutos atados
eran cuatro, diferentes unos de otros. Uno de ellos
andaba en punios bajos y oiro en m ás altos, y
otro en m ás y m ás, como las cuatro voces natu
rales: tiple tenor, contralto y contrabajo. Cuando
un indio locaba un cañuto, respondía el oiro en
consonancia de quinta o de otra cualquiera y
luego el otro en otra consonancia y el otro en
otra, unas veces subiendo a los punios altos y
otras bajando a los bajos, siempre en com pás",
explicación que nos m uestra el grado de cultura
m usical a que h abían llegado los indígenas.
La descripción de Garcilaso, que tam bién ci
ta Antonio González Bravo en un trab ajo erudi
to sobre música autóctona, es clara y concisa.
No puede referirse a oiro instrumento m usical
que no sea el siku. En el mismo capítulo se dice:
que "los tañedores eran indios enseñados para
dar música al Rey y a los señores vasallos, que,
con ser tan rústica la música no era común, sino
que la aprendían y alcanzaban con su tra b a jo ",
refiriéndose a los sik u ris, cuyo aprendizaje segu
ram ente estaba a cargo de maestros especializa
dos, quienes les enseñaban música iradicional-
m enie.
160
161
rio. En su casi indescifrable castellano, este cro
nista denomina al sik u q u e n a -q u e n a -p in c o lio , se
gún la interpretación del editor Posnansky,- pre
sumiblem ente, Guamán Pom a, quiere dar a en
tender que el instrumento en su estructura es una
repetición de varias quenas, o m ás propiamente
varias quenas unidas. Pero lo extraño, como iodo
en esta crónica, escribe así y en una otra tab la
dedicada a los indios Aniisuyos los dibuja tocan
do slk u s, y a los del K o lla s u y o unas pequeñas
flautas, sem ejantes a las kenas de los pastores,
y no una de las variedades que siempre tuvieron
los kollas en sus innum erables instrumentos.
162
de los dislinios lugares o regiones aliiplánicos,
siempre llevan algún adiiam enio en su atuendo,
común a la danza de sik u ri de un determinado
perímetro. ¿Resabio del motivo de su baile?, "re li
gioso — según Rigoberio Paredes— y de suma
im portancia entre los kollas, que era dedicado al
suri y a l cóndor, aves que entre ellos sim boliza
ban la torm enta y la fuerza".
163
de la Sania Cruz (14 de Septiem bre) ; y El Rosa
rio ( l 9 Domingo de Octubre).
EL ATUENDO
164
Sobre los hombros un ponchillo corlo de le
la, llam ado fch a w a . Encima un pañuelo blanco
doblado diagonalm enie, que le dan el nombre
de p i l a p a ñ o , anudado bajo uno de los brazos.
El cabello peinado en una sola Irenza que
cae sobre la espalda y locándole la cabeza un
muchchullu, especie de sombrero de forma cóni
ca que rem ala en un coposo buquel de plumas
rojas. La parle cónica se encuentra adornada por
espejueños, enm arcados en plumas de colores.
Estos adornos de plumones se denom inan p fu y u s.
El buquel de plumas rojas eslá fabricado de
la siguiente m an era:
165
7 el I r a , los que en conjunto form an una escala
D o ria (Mi, re, do, si, la, sol, fa, mi ) , de dos ocia^
vas de extensión".
Portan los tam bores indígenas " p f u lu w a n -
k h a r a s " , variante en los mem branófonos aboríge
nes; descrita y clasificada tam bién por el mismo
estudioso citado antes.
COREO GRAFIA
<■— O c O o o o o o— <
O O O O O O O 0— <
Luego evolucionan de la siguiente m anera:
>-— O O O O O Q
o
4 — O
O
o
o
o
>---o o o o o
166
Para form ar un círculo.
0 ° o
o
0
0
o 1
1
>ir
0 0 —< "N
o
1
I
O ” —*-C
o 0
O
o
o
NOTA
167
BIBLIOGRAFIA
LUDOVICO B ER T O N IO : " V o c a b u la r io d e l a L e n g u a A r m a
r a " . E d ic ió n f a c c i m i l a r d e l M in is te rio d e A s u n to s C a m p e s i
n o s . L a P a z - B o liv ia .
P H E L IP E GUAM AN PO M A D E A Y A LA : " E l P r im e r N u e v a
C ró n ic a y B u e n G o b ie rn o . E d ito r ia l: In s titu to " T i h u a n a c u "
d e A n tr o p o lo g ía , E tn o g r a f ía y P r e h is to r ia . L a P a z (B o li
v i a ) . 1 9 4 4 . E d ic ió n p u b li c a d a y a n o t a d a p o r e l I n g . Ar-
th u r P o s n a n s k y .
168
LOS CAPITANES DE MELGA
N o ta s s o b re l a d a n z a . L e y e n d a d e la
" a p a r i c i ó n " . L o s c a p ita n e s y f o r m a d e
e le g ir lo s . E l a tu e n d o . L a d a n z a e c u e s tre .
B ib lio g r a f ía .
NOTAS SO BRE LA DANZA
171
dirle exilio y algunos oíros dalos secundarios, ra
zones suficienles para consignarlos en eslos mo
destos apuntes.
172
LOS CA PITAN ES Y FO R M A DE ELEG IRLO S
EL ATUENDO
174
L
rados. Oiros cuelgan platillos de colores y de la
tón, m edallas de im ágenes y conmemorativas.
En su ingenuidad el indígena obtiene ridicu
lizar al ejército.
BIB M O G R A FIA
179
gún los inform antes es muy antigua,- en el tiem
po de nuestros a c h a c h i l a s (antepasados), — di
cen— , servía para elevarnos el espíritu antes de
entrar en combates defendiendo la patria, p e- eso
llevamos la n z a s p iq u e r a s .
LOS ATUENDOS
180
bulillos de cristal. El disfrazado embufe los pan ta
lones en sus m edias blancas tejidas de c a y t u (hi
lo de lan a de llam a o de oveja, fabricado m a
nualm ente ). Los extremos de las alas del ave es
tán sujetas a las m uñecas del individuo, a m ás
de colgar en cada una, dos cam panillas de plata.
182
SiJturi de la danza Sangos.
183
Cruzándole por debajo del brazo izquierdo y
anudado sobre el hombro derecho, un m aniel
cuadrado, blanco, doblado en diagonal.
184
el rostro, denominado en aym ara w a llk h a y fabri
cado de cueniecillas de vidrio; deirás, en direc
ción de la nuca cuelgan cintas de colores que les
cae sobre la espalda.
En la m ano derecha sostienen una la n z a p i
q u e r a y en la izquierda un sik u (zam poña).
L o s w a n k h a r a s . El atuendo de los portadores
de tam bores indígenas, es idéntico al que usan
los sik u ris, descrito antes.
186
Estas m ujeres b ailan sosteniendo tales ap a
ratos.
IN STRUM EN TO S MUSICALES
COREO GRAFIA
S><V S
S / X l/ $
es
190
EL DÁNZÁNTI
N o ta s s o b re l a d a n z a . C o s tu m b re s li
c e n c io s a s re f e r e n te a l d a n z a r ín . N ú
m e r o d e p a r ti c ip a n t e s . C la s ific a c ió n .
E l A tu e n d o : w ir a k o c h a , d ia b lic o s ,
a w ila s . In s tr u m e n to s m u s ic a le s , m ú s i
c a y d a n z a . N o ta . B ib lio g ra f ía .
MOTAS SO BR E LA DANZA
193
Pero veamos que son los g ig a n t o n e s . Es una
costumbre muy popular y extendida per toda Es
paña de presidir la procesión de Corpus Chrisii,
muñecos gigantescos, de enorm es rostros mons
truosos, fabricados de diferentes m ateriales, muy
raras veces figuras de reyes o personalidades, y
en algunas poblaciones como "Reus y Tarragona
figuran hasta tres o m ás p arejas de gigantones
representando caciques indios". La antigüedad
de dicha costumbre no se la conoce ni en la
mism a España, se supone que se presentaron por
prim era vez después de la expulsión de moros
y judios de la Península.
194
dujo reformas, se hizo acom pañar de ofras figu
ras y de alguna m usiquilla, que iodos están de
acuerdo que es monótona y tonta; indudablem en
te que el motivo no es la música, como en otras
danzas, sino el disfraz bellísim o, la m áscara te
rrorífica, y sobre iodo los privilegios carnales y
prebendas económ icas que obtenían los d a n z a n -
tis en aquella época.
197
se despedía de la vida, hartándose de m an jares y
licores y satisfaciéndose de placeres terrenales,
que le proporcionaban quienes tenían a su cargo
pasar la fiesta. El mismo Soiom ayor hace esta
descripción de los banquetes pantagruélicos que
le ofrecían al d a n z a n t i : "se alim enta — el danzan-
ii— con sendos platos, a todas horas, ración que
por especialm ente cocinada y condim entada co
rrespondería a cuatro huéspedes de honor,- en la
antevíspera de la festividad, se sirve íntegram en
te un lechoncito en el almuerzo y en la comida
un pequeño cordero ayudado de una b atea reple
ta de chuño cocido o p h u ti embutido con queso
frito".
198
chonado puede resistir perfectam ente una feno
m enal paliza dada por cuatro sujetos robustos”.
NUM ERO DE P A R T IC IP A N T ES
CLASIFICACION
200
201
L o s D iabSicos: Pantalón recio de un color,
con el boiapie de oiro, adornado a los lados con
una delgada fa ja , donde cuelgan cascabeles y
ires borlas.
Una blusa azul de iela industrial, con bor-
daduras en la espalda. Al cinto una fa ja con mo
nedas y un pañuelo de color anudado al cuello.
En la cara una m áscara de tela de confección
burda; y en la cabeza un remedo de kepi francés,
con un penacho de plumas multicolores en la
parte anterior, y saliendo del centro de la copa
una borla de lazo largo.
L a s a w i la s : Con este nombre se presentan los
músicos que acom pañan al d a n z a s iti y los d ia -
b lico s. Llevan sobre sus hombros y colgándole en
la espalda, una piel de llam a blan ca " w a r i " , so
bre la que prenden infinidad de borlas m ultico
lores.
202
blicos. Más es un espectáculo colorido que una
coreografía estructurada. Más interesa por el
atuendo de sus componentes, y las costumbres
que le rodearon en pasado tiempo.
NOTA
B IB LIO G R A FIA
203
N o ta s s o b re l a d a n z a . C la s ific a c ió n .
E l a tu e n d o . M ú s ic a e in s tr u m e n to s .
C o r e o g r a f ía . B ib lio g r a f ía .
NOTAS SO BR E LA DANZA
207
Alguna persona no muy inform ada, decía,
que el nombre iiene origen onom aiopéyico de
"irairi... frafri", sonido que emife el indígena
cuando tararea, pero los elem entos componentes
de la danza son tan claros que darle otra interpre
tación no sería aconsejable. Don Antonio Gonzá
lez Bravo, con m ucha modestia hace referencia al
nom bre: " C h a tr ip u li — dice el m aestro— barrun
tamos que viene de c h a c h a (hombre en aym ara)
y Pulí (ángel en aym ara, según la significación
que suelen dar los indios), es decir, danza de
h o m b r e s -á n g e le s " . Ism ael Soiomayor, contunden
tem ente afirm a: "En realidad, según el pensar de
los mismos indios, el "Irairip u li” es una legión
de ángeles aym aras que b aila y se regocija en ho
m en aje a la Virgen Santísim a".
208
que al k u sillo , figura de danza que tam bién tiene
idéntico papel; instar a reir a los espectadores.
CLASIFICACION
EL ATUENDO
210
En la cintura una fa ja multicolor. Cubren el
cuerpo con una cam isa blan ca, sobre ella un cha
leco de felpa o fino terciopelo, generalm ente de
color rojo, azul o amarillo,- y en la espalda, muy
rústicam ente sostenida a los hombros, un par de
alas bordadas con hilos de oro y de plata. Estas
alas están sujetas sobre un arm azón de ca
ñahuecas.
212
CO REO G RA FIA
B IB LIO G R A FIA
214
TAKIRI DE KHARWISA
N o ta s s o b re l a d a n z a y o r ig e n d e l v o
c a b lo . C la s ific a c ió n . In s tr u m e n to s .
A tu e n d o s fe m e n in o y m a s c u lin o .
O tros d a lo s . B ib lio g r a f ía .
NOTAS SO BR E LA DANZA Y ORIGEN DEL VOCABLO
219
En esia danza puede observarse el resabio
ancesiral de los indígenas, como es el de bailar
hombres solos y rara vez con las m ujeres de
acom pañantes; actitud que varios Cronistas de la
prim era época de la Conquista apuntaron como
una característica de los naturales de estas re
giones.
220
221
CLASIFICACION
ATUENDO FEM EN IN O
222
ATUENDO MASCULINO
OTROS DATOS
224
DANZA DE KHENA-KHENA
N o ta s s o b re la d a n z a . In s tr u m e n to s M u
s ic a le s . L o s d ife r e n te s a tu e n d o s . K h e n a -
k h e n a d e A y a l a : n ú m e r o d e p a r ti c ip a n
te s , a tu e n d o , c o r e o g r a f ía . K h e n a -k h e n a
d e P a l a c a m a y a : n ú m e r o d e p a r ti c ip a n
te s , a tu e n d o s . B ib lio g r a f ía .
NOTAS SO BR E LA DANZA
229
230
Un grupo ian tem erario para la guerra era
imposible que no tuviera una organización com
pleta en función de esta actividad, que le signi
ficaba una razón de su existir. La danza era tam
bién parle del arte de la guerra y los khena-khe-
nas, el baile escogido para levantar el ánimo, tor
narlos optimistas antes de la batalla. Su coreogra
fía, consiste en algunos pasos que dan idea de
ataque y repliegue. "La sim ulación de provocar
constante ataque y defensa, dos parejas al m e
dio de las restantes que hacen el ruedo y tocan
los instrumentos sin cesar reproduciendo los a i
res guerreros de la m úsica de los khena-khenas",
escribe Luis Soria Lens, folklorólogo que ha pro
fundizado su saber en la cultura aym ara. Otros
avanzan dando pequeños saliiios o hacen evolu
ciones de ronda. Estos son los khena-khenas del
área aliiplánica, porque los del valle han cam bia
do en su coreografía hasta parecer m ás una dan
za agrícola o de caza.
INSTRUMENTOS MUSICALES
232
raciones", según González Bravo, pero que difie
re de los khena-khenas de algunos valles como el
de Charazani, Amarete, efe., cuyo instrumento
“consiste en un tubo de m adera con seis ag u je
ros circulares por medio de los cuales, m edian
te el resoplido del músico se obtiene los diferen
tes tonos tapando y destapando con los dedos de
las m anos dichos agu jeros".
234
cia en el atuendo, en la coreografía o sea en el
objeto de la danza.
KHENA-KHENA DE A YATA
EL ATUENDO
235
en forma de iriángulos, cuadrados, m edia lunas,
rombos, siluetas de llam as, de vacas, estrellas.
Esta prenda recibe el nombre de ja k h o n la . Por
último, cubriendo un hombro y anudado deba
jo la axila posterior, un pañuelo, con el mismo
laboreo que la ja k h o n la , doblado en triángulo,
de nombre r e m a n z o .
ATUENDO DE LAS W A YN U S
Sayayay
w ayayay
w ayayay
236
Danzante Suri o Khena - Khena de Ayata.
237
COREOGRAFIA
238
Entonces, suenan las W am khasras y los hom
bres que portan las vicuñas, las agitan continua
m ente y salen a l centro del ruedo y saltan sobre
un pie y el otro dando vueltas al mismo tiempo,
levantando en alio los anim ales disecados, acom
pañándose a una exclam ación "jHulgsaa!". Lue
go les siguen las Waynus y el bailarín que porta
el zorro, formando una segunda ronda dentro
de la prim era, y así, m ientras un círculo gira
en un sentido, el otro en distinto.
Los de la ronda interior vuelven a su sitio y
iodos dan una vuelta sobre los talones. Los que
portan las vicuñas y el zorro, los mueven a dere
cha e izquierda, queriendo dar la im presión de
que se encuentran vivos. Estos son los guías de la
comparsa, b ailan conduciendo a los otros en fi
la o haciendo una espiral con sus pasos, para lu e
go retornar a su posición prim era.
Mientras tanto, casi independientes del gru
po, los Awülas, hacen m ogigangas y divierten al
público, simulando pelear o haciendo dem ostra
ciones de am or un tanto extremas, llegando un
momento en la euforia del baile a sim ular coha
bitar los dos viejiios, lo que entusiasm a mucho
a los espectadores.
Los pasos de baile del conjunto, son trotan
do y dando saliitos cada tres pasos, siguiendo el
ritmo de la música.
ICHENA-KHENA DE PA TA CA M A YA
239
cho corlo de piala labrad a con flores, hojas, p á ja
ros y piedras de colores engastadas. El nombre
del poncho, en aym ara es K h o lk h e K h a w a . De lo
do el disfraz es la pieza m ás bella que le da dis
tinción y prestancia.
En la cabeza un sombrero de copa b a ja ,
abom bada, y de ala corla. Luce como adorno
una fa ja de plumas negras que form an un medio
círculo alrededor de la copa. Recibe el nombre de
C hakan.
Del centro de la copa em erge un penacho de
plumas negras, muy alio y vertical. Todo el som
brero se llam a c h o jto d e p la t a y es sostenido por
una carrillera de plata, trab ajad a de monedas an
tiguas unidas entre sí por hermosos labrados. La
carrillera tiene por nombre c h a k o n .
B IB LIO G R A FIA
241
EN RIQ U E OBLITAS P O B L E T E . " C u ltu r a C a l l a w a y a " . T a lle
re s G rá fico s B o liv ia n o s . L a P a z - B o liv ia . 1 9 6 3 .
242
CAMBRAYA DE CHUMA
N o ta s s o b re l a d a n z a . P a r tic ip a n t e s .
I n s tr u m e n to s m u s ic a le s y o tr o s : p in -
k illo , c e n c e r r o , c a m b r a y a . A tu e n d o
d e l d a n z a r ín . C o r e o g r a lía .
NOTAS SO B R E LA DANZA
245
El nombre es de origen español. La palabra
no existe en aym ara ni en qheshua. Presumimos
que proviene del vocablo cam bray: "especie de
lienzo blanco y suiil, a que dió nombre Cambray,
ciudad de Francia donde se fab ricab a”, que es
lo que dice al respecto el Diccionario de la Aca
dem ia Española. En lal caso sería un vocablo es
pañol, que el indígena por deficienie pronuncia
ción le da fonética aym ara. ¿Y el por qué de fal
nombre? Uno de los objetos que llevan en la m a
no es el que específicam ente lo nom inan así; y
es una argolla de m adera forrada con pergam i
no ordinario, que por un lado m antiene su color
y por el otro está pintado de blanco, que ostensi
blem ente lo m uestran m ientras bailan. Sea cual
fuere su origen, lo que interesa es que hoy per
tenece indudablem ente a nuestro folklore y la re
cogemos tal cual se presenta.
PARTICIPANTES
246
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248
Se usa para el ganado y suele alarse al pescue
zo de las r e s e s 'e x p li c a el diccionario de la Aca
dem ia y son l ° s rnismos de la danza.
249
COREOGRAFIA
250
INDICE
Página
D e d i c a t o r i a .......................................................................................... 5
IN T R O D U C C IO N ............................................................................... 7
EL W A Y Ñ O : N o ta s s o b re l a d a n z a . C la s ific a c ió n .
H isto ria . C o re o g ra fía a c tu a l. N o ta s b ib lio g r á f ic a s . 49
M EC A P AQUEN A : N o ta s s o b re l a d a n z a . C la si
f ic a c ió n . H isto ria . C o re o g ra fía . B i b l i o g r a f í a ................ 65
251
Página
LOS W IT IT IS : Ñ o la s s o b re l a d a n z a . C la s ific a c ió n .
L o s a tu e n d o s : d e l W ilili, d e la s S e ñ o r ita s , d e lo s
M a llk u s, d e lo s M ú s ic o s . C o re o g ra fía . N o ta s B i
b lio g r á f ic a s ...................................................................... 101
LA KHACH UA: N o ta s s o b re l a d a n z a y o r ig e n . C la
s if ic a c ió n . L o s a tu e n d o s : d e l v a r ó n y d e l a m u je r .
C o re o g ra fía , c o p la s . B ib lio g r a f ía ...................................... 119
W IL A K H A W A N I: N o ta s s o b re l a d a n z a . N ú m e ro
d e p a r tic ip a n te s . E l a tu e n d o . L a d a n z a ...................... 131
LOS JU K U M A R IS : O rig e n d e l a d a n z a . L e y e n d a . N ú
m e r o d e p a r tic ip a n te s . C la s ific a c ió n . E l a tu e n d o .
C o re o g ra fía . In s tr u m e n to s m u s ic a le s . N o ta . B i
b lio g r a f ía ............................................................................................. 137
LOS SANGAS: N o ta s s o b re l a d a n z a . L o s a tu e n d o s :
im illa s , s ik u ris , w a n k h a r a s , a c h a c h i l a s , s u ri m a y o r .
In s tr u m e n to s m u s ic a l e s : s a n g a s , a n k o la s , m a l a s ,
lik o , w a n k h a r a s . C o re o g ra fía . N o t a ..................... 177
EL D AN ZA N TI: N o ta s s o b re l a d a n z a . C o s tu m b re s
li c e n c io s a s re f e re n te s a l d a n z a r ín . N ú m e ro d e p a r -
252
Página
tic ip a n íe s . C la s ific a c ió n . E l a tu e n d o : w ir a k o c h a ,
d ia b lic o s , a w ila s . In s tr u m e n to s m u s ic a le s , m ú s ic a
y d a n z a s . N o ta. B ib lio g r a f ía ................................................. 191
T A K IR I DE K H A R W IS A : N o ta s s o b re la d a n z a y
o r ig e n d e l v o c a b lo . C la s ific a c ió n . In s tr u m e n to s .
A tu e n d o s fe m e n in o y m a s c u lin o . O tros d a to s . B i
b lio g r a f ía ............................................................................................. 217
DANZA DE KH EN A - K H EN A : N o ta s s o b re la d a n z a .
In s tr u m e n to s m u s ic a le s . L o s d ife r e n te s a tu e n d o s .
K h e n a - k h e n a d e A y a i a : n ú m e r o d e p a r tic ip a n te s ,
a u ie n d o s . B i b l i o g r a f í a ............................................................... 227
C A M BRA YA DE CHUM A: N o ta s s o b re l a d a n z a . P a r
tic ip a n te s . In s tr u m e n to s m u s ic a le s y o ír o s : p in k i-
11o, c e n c e r r o , c a m b r a y a . A tu e n d o d e l d a n z a r ín .
C o re o g ra fía ....................................................................................... 243
253
Prohibida la reproducción total o parcial del presente libro.