Marco Teórico: Antecedentes Del Ieps
Marco Teórico: Antecedentes Del Ieps
Marco Teórico: Antecedentes Del Ieps
La historia de los impuestos es casi tan antigua como la historia del hombre
pensante, desde las primeras sociedades humanas, los impuestos eran aplicados
por los soberanos o jefes en forma de tributos, muchos de los cuales eran
destinados para asuntos ceremoniales y para las clases dominantes. La
defraudación de impuestos teniendo el carácter y destino que se les daba eran
poco comunes, debido al control directo que de la recaudación hacían sacerdotes
y soberanos.
En Egipto, una forma común de tributar era por medio del trabajo físico (prestación
personal), para lo cual tenemos como ejemplo la construcción de la pirámide del
rey Keops en el año 2,500 A. C. misma que duro veinte años, participando
aproximadamente unas 100,000 personas que acarreaban materiales desde
Etiopia. También se encuentra en una inscripción de una tumba de Sakkara con
una antigüedad de aproximadamente 2,300 años A. C. la que trata de una
declaración de impuestos sobre animales, frutos del campo y semejantes. Por otra
parte, en este mismo reino el pueblo tenía que arrodillarse ante los cobradores de
impuestos del faraón, quienes además de presentar su declaración, tenían que
pedir gracias. Las piezas de cerámica en ese entonces se usaban como recibos
de impuestos. En la isla mediterránea de Creta, en el segundo milenio A. C. el rey
Minos recibía hasta seres humanos como tributo.
Augusto en Roma, decretó un impuesto del uno por ciento sobre los negocios
globales llamado Centésima.
El cobro de tributos para los incas en Perú, consistía en que el pueblo ofrecía lo
que producía con sus propias manos al dios rey, mismo que a cambio les daba lo
necesario para su subsistencia, apoyado claro por un ejército de funcionarios.
Para hacer sus cuentas los Incas utilizaban unas cuerdas anudadas por colores
(dependiendo del impuesto) llamadas “quipos”, las cuales se anudaban conforme
a su cuantía. Eran tan complicados los procesos, que se tenía que solicitar la
asistencia de asesores fiscales llamados “quipos-camayos”.
En la edad media los vasallos y siervos tenían que cumplir con dos tipos de
contribuciones: las primeras eran prestaciones de servicios personales y otras de
tipo económico, liquidables en dinero o en especie. Las primeras, de servicios
personales radicaban en prestar el servicio militar, que consistía en acompañar a
la guerra al señor feudal, obligación que se fue reduciendo con el paso del tiempo
hasta que en el siglo XIII, sólo era necesario acompañarlo hasta los límites de
determinada región, no muy lejana y por cuarenta días únicamente.
Los vasallos tenían la obligación de prestar guardia en el castillo del señor feudal y
de alojar en su casa a los visitantes del mismo. Este tipo de contribución
disminuyo y devino en la obligación de recibir sólo cierto número de visitantes
durante un determinado tiempo u ocasiones al año. Otro tipo de contribución de
los vasallos era la de asesorar al señor en sus negocios, de tal manera que tenían
que asistir a las audiencias, las que con el tiempo se redujeron a tres en el año
durante la pascua, el pentecostés y la noche-buena.
Los siervos como parte del tributo en servicios personales, cultivaban las tierras de
su señor ciertos días a la semana, para lo cual, participaba con sus manos o con
la fuerza de trabajo de sus animales de carga o con ambos. En esta época, los
obligados a pagar tributo pagaban tasas de rescate, que consistían en el pago de
determinadas cantidades con el propósito de suprimir servicios personales o en
especie, así con el tiempo se fueron sustituyendo los servicios personales por
prestaciones en dinero, con lo que nacieron los diferentes tipos de impuestos.
Un impuesto muy común fue el de la talla o pecho, que era pagado por cada
familia de campesinos en forma de dinero o especie; se le llamaba de tal forma
porque al pagarlo se hacía una talla con cuchillo en un pedazo de madera. Al
principio el impuesto se estableció en forma arbitraría y posteriormente se logró
fijar con cierta regularidad. Lo recaudado era destinado a diversos fines, como el
casamiento de la hija del señor feudal, armar caballero al hijo, pagar el rescate del
señor, adquirir equipo para las cruzadas, etc.
Otro impuesto era el de la mano muerta, que consistía en el derecho que tenía el
señor feudal de adjudicarse de los bienes de los difuntos cuando estos morían sin
dejar hijos o intestados. Los colaterales podían pedir la herencia con el permiso
del señor feudal, pero siempre y cuando pagaran un rescate muy elevado que se
le llamaba derecho de relieve. El señor también se adjudicaba de los bienes de los
extranjeros que morían dentro de su territorio.
Había un pago por el derecho del servicio de impartición de justicia, que pagaban
los siervos y los villanos cuando comparecían ante los tribunales para solicitar
justicia. Como paréntesis, es importante recalcar que nuestra Constitución en su
artículo 17, nos da como garantía individual la gratuidad del servicio de justicia,
que a la letra señala: “Los tribunales estarán expeditos para administrar justicia en
los plazos y términos que fija la Ley; su servicio será gratuito quedando en
consecuencia, prohibidas las Costas Judiciales”.
Algunos autores nos mencionan que los señores feudales, cobraban derechos por
el tránsito de mercancías, por pasar muelles, por pasar las puertas de las
poblaciones. Las mercancías tenían una tarifa dependiendo de la calidad de las
personas y se cobraban los derechos en dinero o en especie. Un ejemplo es que
en el año de 1218 todo mercader foráneo que cruzará por San Owen o sus
alrededores para vender especias en Inglaterra tenía que pagar al castellano una
libra de pimienta; el juglar que ingresaba a Paris por la entrada de Petit Chatellet,
tenía que cantar una canción y los que traían monos sabios tenían que hacer
trabajar a sus animales delante del recaudador. Actualmente los peajes y las
alcabalas, se han convertido en impuestos de importación o exportación.
Los castigos que se infringían en la edad media por la omisión del pago de los
impuestos, consistían en encarcelar a los infractores en la torre del castillo, en
algo parecido a un calabozo húmedo, oscuro, sucio, con animales e insectos;
también utilizaban cámaras de tormento. Otro castigo para quien no pagara
impuestos lo constituía el tener que pasarse el resto de sus días como galeote, es
decir, forzado a trabajar en las galeras. Las personas que no podían o se negaban
a pagar el diezmo también eran recluidas en la torre.
Colbert, quien fungía como ministro financiero del rey-sol, estableció que el
sistema fiscal debía estar tan sencillamente organizado que todos lo pudieran
entender y pocos dirigir.
Durante los 300 años del sistema de gobierno colonial, hubo mucha confusión en
el sistema recaudatorio, lo que provocó que la Nueva España no alcanzara los
niveles de desarrollo deseados, debido a que los tributos recaudados eran muy
pocos.5
Por su parte España estableció que la colonia, sólo podía exportar y negociar con
la metrópoli, lo que limitó su capacidad de realizar comercio y restringió su
desarrollo económico.
Cuando se fundó la villa de la Veracruz, se establecieron varios impuestos como el
quinto real, con el que se beneficiaban en primer término el rey de España, al que
le correspondía un quinto del botín conquistado por los españoles, otro quinto le
correspondía al conquistador Cortés y el sobrante del botín se repartía entre los
soldados que acompañaban al conquistador. Esto posteriormente provocó que el
rey de España nombrara como tesorero real al español Alonso de Estrada y a los
miembros de la hacienda pública como veedores, factores, contadores y
ejecutores.
Un impuesto implantado con el propósito de sufragar los gastos que los barcos
reales tenían al escoltar las naves que venían o salían de Veracruz a España, se
llamaba de avería y lo pagaban de una forma prorrateada los dueños de las
mercaderías llegando hasta el 4%. Dicha erogación dio término a mediados del
siglo XVIII.
Un gravamen que ha perdurado hasta ahora pero con otro nombre, es el impuesto
de caldos, denominado en la actualidad Impuesto Especial sobre Producción y
Servicios (IEPS). En la colonia solamente gravaba a los vinos y aguardientes. En
el México actual, este impuesto grava una cantidad mucho mayor de productos.
En la colonia se cobraban con frecuencia impuestos extraordinarios, los cuales se
implantaban de manera arbitraria, como era el caso del impuesto que se cobró por
construir un enorme muro en el puerto de Veracruz y que se le denominó
Impuesto de Muralla.
EGIPTO
Durante los varios reinos de los faraones egipcios, los recaudadores de impuestos
eran conocidos como escribas6. En un período los escribas impusieron un
impuesto en el aceite de cocina. Para asegurarse de que los ciudadanos no
estaban burlando el impuesto, los escribas auditaban las cantidades apropiadas
de aceite de cocina que eran consumidas, y que los ciudadanos no estaban
usando residuos generados por otros procesos de cocina como sustitutos para el
aceite gravado.7
EN GRECIA
IMPERIO ROMANO
César Augusto fue considerado por muchos como el más brillante estratega fiscal
del Imperio Romano. Durante su gobierno como “Primer Ciudadano”, los
publicanos fueron virtualmente eliminados como recaudadores de impuestos por el
gobierno central. Durante este período se dio a las ciudades la responsabilidad de
recaudar impuestos. César Augusto instituyó un impuesto sobre la herencia a fin
de proveer fondos de retiro para los militares. El impuesto era de 5% para todas
las herencias, exceptuando donaciones para hijos y esposas.
Osborne dijo que el crecimiento de este año será del 1.2%, por debajo del 1.3%
previsto la semana pasada por la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria,
mientras que para el 2011 se prevé un 2.3%, menos que el 2.6% estimado por la
agencia.
LADY GODIVA
La Sra. Godiva fue una mujer anglosajona que vivió en Inglaterra durante el siglo
XI. De acuerdo con la leyenda, el esposo de la Sra. Godiva, Leofric, Barón de
Mercia, prometió reducir los altos impuestos que había establecido sobre los
residentes de Coventry, cuando ella accedió a cabalgar desnuda por las calles de
la ciudad.
Cuando cayó Roma, los reyes sajones impusieron impuestos, conocidos como
Danegeld, sobre tierras y propiedades. Los reyes impusieron asimismo
sustanciales derechos de aduana.
La Guerra de los cien años (el conflicto entre Inglaterra y Francia) comenzó en
1337 y terminó en 1453. Uno de los factores claves que renovó la lucha en 1369
fue la rebelión de los nobles de Aquitania contra las opresivas políticas fiscales de
Edward, El Príncipe Negro.
Los impuestos durante el siglo XIV eran muy progresistas. La encuesta sobre el
impuesto de 1377 mostró que el impuesto sobre el Duque de Lancaster era 520
veces mayor que el que gravaba al campesino corriente.
El mandato real establecía que a los individuos se les gravaría de acuerdo con su
posición y recursos. De ahí que la idea de impuesto progresivo sobre los que
tenían capacidad para pagar se desarrolló muy temprano.
Otros impuestos notables impuestos durante este período fueron los de la tierra y
otros diversos sobre el consumo. Para pagar al ejército mandado por Oliver
Cromwell, el Parlamento, en 1643, impuso impuestos sobre consumo de artículos
esenciales (granos, carnes, etc.) Los impuestos por el Parlamento allegaron aún
más fondos que los impuestos por Carlos I, especialmente de los pobres. El
impuesto sobre el consumo fue muy regresivo, pesando tanto sobre los pobres
que ocasionó los motines de Smithfield en 1647. Los disturbios ocurrieron porque
los nuevos impuestos disminuyeron la capacidad que tenían los trabajadores
rurales de comprar trigo, al extremo de que una familia de cuatro moriría de
inanición. Además del impuesto sobre consumo, fueron cercadas las tierras
comunes usadas por los campesinos para cazar, y les fue prohibido hacerlo.
Un precursor del impuesto moderno que hoy conocemos, fue creado por los
británicos en 1800, para financiar la guerra contra Napoleón. El impuesto fue
abolido en 1816, y sus oponentes, que pensaban que sólo debía ser usado para
financiar guerras, querían que todos los informes sobre el impuesto fueran
destruidos, junto con su abolición. Los informes fueron quemados públicamente
por el Secretario del Tesoro, pero se conservaron copias en los sótanos del
Tribunal de Impuestos.
AMERICA COLONIAL
Los colonos pagaban impuestos según la Ley de Melados, que fue modificada en
1764 para incluir derechos de importación sobre melados extranjeros, azúcar,
vino, y otros artículos. La nueva legislación fue conocida como Ley del Azúcar.
La ley de impuestos de 1861 proponía que “se gravará, recaudará y pagará, sobre
el ingreso anual de todas las personas residentes de Estados Unidos, que se
derive de cualquier tipo de propiedad, ocupación profesional, empleo, o vocación
efectuada en Estados Unidos o cualquier otro lugar, o de cualquier otra fuente.”
La Ley de Impuestos de 1861 fue aprobada, pero nunca implementada. Las tasas
según la ley eran de 3% sobre ingresos de más de $800.00, y de 5% sobre
individuos viviendo fuera de Estados Unidos.