Transferencia y Enamoramiento - García Alanís Itzel

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SOBRE LA

DINÁMICA DE LA
TRANSFERENCIA

García Alanís Itzel Montserrat

LA TRANSFERENCIA

Si la necesidad de amor de alguien no está


satisfecha de manera exhaustiva por la realidad,
se verá precisado a volcarse con unas
representaciones-expectativa libidinosas hacia
una nueva persona que aparezca, y es muy
probable que las dos porciones de su libido, la
susceptible de conciencia y la inconsciente,
participen de tal acomodamiento.

Las particularidades de la trasferencia sobre el médico,


en cuanto desborden la medida, se vuelven inteligibles si
se reflexiona en que no sólo las representaciones-
expectativa consientes, sino también las rezagadas o
inconscientes, han producido esa trasferencia. Una
condición previa regular e indispensable de toda
contracción de una psiconeurosis es el proceso que Jung
acertadamente ha designado como introversión de la
libido. Por lo que la libido se ha internado por el camino
de la regresión y reanima las imagos infantiles.

En la cura analítica la trasferencia aparece en un


primer momento, sólo como el arma más
poderosa de la resistencia, y tenemos derecho a
concluir que la intensidad y tenacidad de aquella
son un efecto y una expresión de esta. El
mecanismo de la trasferencia se averigua,
reconduciéndolo al apronte de la libido que ha
permanecido en posesión de imagos infantiles;
pero el esclarecimiento de su papel en la cura,
sólo si uno penetra en sus vínculos con la
resistencia.

La trasferencia sobre el médico sólo resulta


apropiada como resistencia dentro de la cura
cuando es una trasferencia negativa, o una
positiva de mociones eróticas reprimidas. En la
pesquisa de la libido extraviada de lo conciente,
uno ha penetrado en el ámbito de lo inconciente.
Y las reacciones que uno obtiene hacen salir a la
luz muchos caracteres de los procesos
inconcientes, tal como de ellos tenemos noticia
por el estudio de los sueños.

Las mociones inconscientes no quieren ser recordadas, como la cura lo desea, sino
que aspiran a reproducirse en consonancia con la atemporalidad y la capacidad de
alucinación de lo inconsciente.
PUNTUALIZACIONES
SOBRE EL AMOR DE
TRANSFERENCIA

El punto de vista del psicoanalista tiene que ser diverso.

EN CASO DE ENAMORAMIENTO

Para él terapeuta en caso de enamoramiento


tiene que discernir que el enamoramiento de la
paciente le ha sido impuesto por la situación
analítica. Si se da en el caso de la paciente
debe renunciar a todo tratamiento
psicoanalítico, o consentir su enamoramiento
del médico como un destino inevitable.

ENAMORAMIENTO

El enamoramiento es ahora una resistencia que


empieza a servirse de él para inhibir la
prosecución de la cura, apartar del trabajo todo
interés y sumir al médico analista en un penoso
desconcierto. La técnica analítica impone al
médico el mandamiento de denegar a la
paciente menesterosa de amor la satisfacción
apetecida. La cura tiene que ser realizada en la
abstinencia.

EN CASO

El analista queda excluido el ceder. Por lo


tanto, tiene que valorar más su
oportunidad de elevar al paciente sobre un
estadio decisivo de su vida. Tiene que
aprender a vencer el principio de placer, a
renunciar a una satisfacción inmediata,
pero no instituida socialmente.

Pero ese es el carácter esencial de todo


enamoramiento. Ninguno hay que no
repita modelos infantiles. Justamente lo
que constituye su carácter compulsivo,
que recuerda a lo patológico, procede de
su condicionamiento infantil.

No hay ningún derecho a negar el carácter de amor genuino al enamoramiento que


sobreviene dentro del tratamiento analítico.

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