C 2A P Teer UeaeEe--O 6 4
Funciones secretoras
del tubo digestivo
En toda la longitud del tubo digestivo, las ekindulas se-
cretoras cumplen dos misiones fundamentales. En pri-
mer lugar, en casi todas las regiones, desde la boca hasta
el extremo distal del fleon, secretan enzimas digestivas.
En segundo lugar, las gkindulas mucosas distribuidas
desde la boca hasta el ano aportan moco para Ia lubrica-
cign y proteccién de todas las regiones del tubo digestivo.
Gran parte de las secreciones digestivas se forman
sélo como respuesta a la presencia de alimentos de la via digestiva y la cantidad se-
cretada en cada segmento es casi igual a la cantidad necesaria para una digestion
adecuada, Ademds,en algunas partes del tubo digestivo, incluso los tipos de enzimas
¥ de otros componentes de las secreciones varfan segiin el tipo de alimento presen-
te. Por tanto, el objetivo de este capitulo consiste en describir las distintas secrecio~
nes digestivas, sus funciones y los mecanismos que regulan su produccién.
Ginnetiees generales de la secrecién del tubo
Tipos anatémicos de gléndulas
Existen varios tipos de glindulas que proporcionan las diversas secreciones del aparato
‘gastrointestinal. En primer lugar, la superficie del epitelio de la mayor parte del tubo diges-
tivo pose literalmente miles de millones de glindulas mucosas unicelularesVlamadas sim-
plemente células mucosas 0, veces, células ealiciformes por su aspecto de ciliz. Responden
Sobre todo ala irrtacién local del epitelio y expulsan su moco directamente hacia la super-
fice epitetial, para que act como lubricante protector contra la excoriaciOn y la digestion.
'En segundo lugar, muchas zonas superficiales del tubo digestivo estén cubiertas por
depresiones que representan invaginaciones del epitelio hacia Ia submucosa. En el intes-
tino delgado, estas depresiones, llamadas criptas» de Lieberkiihn, son profundas y contie-
nen células secretoras especializadas. En Ia figura 64-1 se muestra una de estas células.
En tercer lugar, cl est6mago y la parte proximal del duodeno poseen un gran niimero
de glndulas tubulares profundas. En la figura 64-4 puede observarse una glindula tubu-
lar tipiea, en este caso una glindula del estémago secretora de fcido y pepsinogeno
(glindula oxintica).
En cuarto hugar, existen varias glindulas complejas asociadas al tubo digestivo, tales
como las gldndulas salivales, el pdncreas y el higado, que proporcionan secreciones para
Ia digestion o emulsidn de los alimentos. EI higado posee una estructura sumamente es-
pecializada que se estudia en el capitulo 70. Las glindulas salivales y el pancreas estin
formados por glindulas acinares del tipo mostrado en la figura 64-2. Estas glindulas se
localizan fuera de las paredes del tubo digestivo, por lo que, en este aspecto,difieren de
las demas glindulas digestivas. Contienen millones de deinos revestidos por células glan-
dulares seeretoras; estos écinos confluyen en un sistema de conductos que desembocan
‘en el tubo digestivo propiamente dicho.
Mecanismos basicos de estimulacion de las glandulas
del tubo digestivo
Efecto del contacto de is alimentos con el epiteli: funci6n de los estimulos nerviasas entéricos.
La presencia mecénica de los alimentos en un determinado segmento del tubo di-
gestivo suele estimular a las glindulas de esta zona y de otras adyacentes para que
791792 Unidad x1)
La formacién y secrecién de enzimas y otras sustancias constitu
ye una funcién caracterstica dela célula glandular.
‘Secrecion primaria:
Prialina
‘Moco
‘Liquido
extracelular
= ‘Absoreién activa de Na’
‘Absorci6n pasiva de Cl-
‘Secrecién activa de K*
‘Secrecién de HCO
‘Sativa
Formacién y secrecién de saliva por una gléndula salival subman-
aibular,
secreten cantidades moderadas 0 grandes de jugos diges-
tivos. Parte de este efecto local, en concreto la secrecin
‘de moco por las eélulas caliciformes, se debe a la estimu-
lacién producida por el contacto directo de las células
glandulares superficiales con Jos alimentos.
Ademis, la estimulacién epitelial local activa también
al sistema nervioso entérico de la pared intestinal. Los tipos
de estimulos que ejereen estos efectos son: 1) la estimul
cin téctil;2) la irritacién quimica, y 3) Ia distensiGn de la
pared intestinal. Los reflejos nerviosos asi desencadena-
dos excitan la secreciGn tanto de las eélulas mucosas de la
superficie epitelial intestinal como de las glindulas pro-
fundas de la pared.
Estimulacién auténoma de la secrecién
Estimulacién parasimpética. La estimulacién de los ner-
vios parasimpaiticos del tubo digestivo aumenta, de forma
casi invariable, la velocidad de secrecién glandular. Asi
Fisiologia gastrointestinal
sucede en especial con las ghindulas de la parte proximal,
que se encuentran inervadas por los nervios parasimpsti
cos glosofaringeo y vago y que comprenden las gléndulas
salivales, las esofiigicas, las géstricas. cl pancreas y las glén-
dulas de Brunner del duodeno. Igual ocurre con las glindu-
las de la porcién distal det intestino grueso inervadas por
los nervios parasimpaticos pélvicos. La secrecidn del resto
del intestino delgado y de los dos tercios iniciales del in-
testino grueso depende fundamentalmente de los estimu-
Jos nerviosos y hormonales que afectan de manera focal a
cada segmento del intestino.
Estimulacion simpética. La estimulacién de los nervios
simpaticos de algunas zonas del tubo digestivo produce
tun aumento leve 0 moderado de la secrecién de algunas
‘glindulas locales, Sin embargo, la estimulaciGn simpatica
también induce la constricién de los vasos sanguineos
que irrigan las glindulas. Por tanto, la estimul
Patica puede tener un efecto doble. En primer lugar, la
estimulacién simpatica aislada suele provocar un ligero
aumento de la secrecién, pero, si al mismo tiempo, la esti-
mulaciGn parasimpatica u hormonal esté ya produciendo
‘una copiosa secrecién, la estimulacién simpatica sobrea-
fladida la reducir, a veces en gran medida, sobre todo a
través de la disminucién del flujo sanguineo (vasocons-
tricci6n).
Regulacién hormonal de ta secrecién glandular, [20 cl es-
tGmago y el intestino, varias hormonas gastroinestinales
ayudan a regular el volumen y el cardcter de las secrecio-
nes. Estas hormonas se liberan en la mucosa gastrointesti-
‘nal como respuesta a la presencia de alimentos en la luz,
del tubo digestivo, para absorberse y pasar luego a la san-
gre, que las transporta hasta las gldndulas, donde estimu-
an la seerecidn, Este tipo de estimulo acta sobre todo
incrementando la produccivin de jugo gastric y de jugo
pancreatico tras la legada de alimentos al estémago 0 al
duodeno.
‘Quimicamente, las hormonas gastrointestinales son
polipéptides o derivados de ellos.
Mecanismo basico de secrecién
Por las células glandulares
Secrecién de sustancias orgénicas. Aunque no se cono-
cen todos los mecanismos basicos de la funcién de las oé-
Julas glandulares, los estudios experimentales han ayuda-
do a comprender los principios bisicos de la secrecién de
Jas células glandulares, que se ilustran en la figura 64-1.
1. Los nutrientes necesarios para la formacién de la
activa desde la sangre de los capilares hasta la base de
las células glandulares.
2. Muchas mitocondrias, localizadas dentro de 1a célula y
cerca de su base, utilizan la energfa oxidativa para I
formacién del trifosfato de adenosina (ATP).
3. La energia procedente del ATP, junto con el sustrato
adecuado aportado por los nutrientes, se utiliza
para la sintesis de las sustancias orgénicas secretadas
esta sintesis tiene lugar casi exclusivamente en el
reticulo endoplasmico y en el aparato de Golgi
de la célula glandular. Los ribosomas unidosCapitulo 4 Funciones secretoras del mubo digestivo 793
al reticulo son los responsables concretos de la
formacién de las proteinas secretadas.
4. Los productos de la secrecién se transportan a través
de Jos tabulos del reticulo endoplasmico y en unos
20 minutos cubren el trayecto hacia las vesiculas del
aparato de Golgi
5. Dentro del aparato de Golgi, los materiales se
‘mosificansufren adiciones 0 se concentran y, por
toplasma en forma de vesiculas de
secrecién que se almacenan en los extremos apicales
de las células secretoras,
6. Estas vesfculas quedan almacenadas hasta
que las sefiales de contro! nerviosas hormonales
expulsan su contenido hacia la superficie celular,
lo que probablemente tiene lugar de la siguiente
forma: a seftal de control primero aumenta la
permeabilidad de la membrana celular para tos iones
calcio, con lo que éste penetra en la célula. A su vez,
el calcio hace que muchas de las vesiculas se
fusionen con la membrana celular apical, que
después se abre hacia la superficie a fin de vaciar su
contenido hacia el exterior. Este proceso se
denomina exocitosis.
Secrecién de agua y electrélites. Una segunda funci6n de
las ghindulas es la secreciGn suficiente de agua y electrOli-
tos, unto con las sustancias orgéinicas. A continuaciGn se
describe un posible mecanismo por el que la estimulacién
nerviosa harfa que grandes cantidades de agua y sales pa-
saran a través de las eétulas glandulares, contribuyendo
asi a la expulsién por lavado de las sustancias orgdnicas
del borde secretor de la célula
1, La estimulaci6n nerviosa ejerce un efecto especifico
sobre la porcién basal de la membrana celular que
provoca el transporte activo de iones cloruro hacia el
interior de la célula,
2. El aumento resultante de la clectronegatividad inducido
por el exceso de jones cloruro con carga negativa en
el interior de la eétula favorece la entrada de iones
positivos, como los jones sodio a través de la
‘membrana,
3. El exceso de iones, tanto positivos como negativos,
deniro de la célula crea una fuerza osmética que
provoca la Gsmosis de agua hacia el interior, haciendo
que aumenten el volumen y la presién hidrostatica
intracelulares y que ta célula se hinche,
4, La presidn intracelular se eleva y provoca diminutas
roturas del borde secretor de Ia célula, con la salida
subsiguiente de agua, clectrolitos y materiales
‘orgiinicos por el extremo secretor de la cétula
glandular,
Los siguientes hallazgos respaldan estos procesos se-
cretores: en primer lugar, las terminaciones nerviosas
de las células glandulares se encuentran principalmente en
las bases de estas cétulas. En segundo lugar, estudios lle-
vados a cabo con microelectrodos han demostrado que el
potencial eléctrico normal a través de Ia membrana de la
base celular es de 30 a 40 milivoltios, con el polo negativo
en el interior de la célula y el positivo en el exterior. La
estimulacién parasimpatica modifica este voltaje de pola-
rizaciGn hasta valores 10a 20 milivoltios més negativos de
Jo normal. Este incremento del voltaje de polarizacién se
produce pasado un segundo o més de la Hegada de la se-
fal nerviosa, lo que indica que obedece al movimiento de
iones negativos (probablemente de iones cloruro) a tra-
vyés de la membrana en direccién al interior de la célula,
Jo que induce la seerecién,
‘Aunque este mecanismo seeretor tiene todavia una
parte te6rica, explica emo los impulsos nerviosos puc-
den regular la secrecién. Quiza las hormonas que actin $o-
bre la membrana celular operen de modo andilogo a la es-
timulacién nerviosa,
Propiedades de lubricacién
y proteccién del moco e importancia
‘del moco en el tubo digestivo
EI moco es una secrecién densa compuesta fundamental:
mente por agua, electrdlitos y una mezcla de varias ghuco-
proteinas formadas, a su vez, por grandes polisaciridos
tunidos a cantidades mucho menores de protefnas
‘muestra ligeras diferencias en las distintas partes del tubo di
‘estivo, pero en todas ellas posee varias caracteristicas im-
portantes que hacen de él un lubricante y protector de Ia
pared gastrointestinal excelente, En primer (ugar, tiene
‘una cualidad adherente que permite fijarse con firmeza a
los alimentos y a otras particulas, formando una fina capa
sobre su superficie. En segundo lugar, posec la consistencia
‘suficiente para cubrir la pared gastrointestinal y evitar casi
todo contacto real entre las particulas de alimentos y ta
‘mucosa, En tercer lugar, su resistencia al deslizamicnto es
‘muy escasa, por lo que las particulas se desplazan a lo lar
‘g0 del epitetio con sma facilidad. En ewarto lugar, el moco
hhace que las particulas fecales se adhieran entre ellas,
‘ereando masas fecales que se expulsan gracias a los movi-
‘mientos intestinales. En quinto lugar, es muy resistente a ta
Las caracteristicas de cada tipo de proteina dependen
de los aminodcidos que forman la molécula y de la dispo-
sicién secuencial de estos aminodcidos. En el capitulo 69
se estudiardn las caracteristicas fisicas y quimicas de las
distintas proteinas importantes para los tejidos humanos.
DigestiGn de las proteinas en el estémago. La pepsina, una
importante enzima péptica del est6mago, alcanza su ma-
yor actividad con valores de pH de 2 a 3 y se hace inact
va cuando el pH supera valores de 5. Por tanto, para que
esta enzima ejerza alguna acciGn digestiva sobre las pro-
teinas, el jugo gastrico debe ser acido. Como se expuso en
el capitulo 64, las glindulas géstricas secretan una gran
cantidad de dcido clorhidrico. Este dcido se sintetiza en
las células parietales (oxinticas) de las glindulas con un
pH de alrededor de 0,8, pero cuando se mezcla con el
contenido gastrico y con las secreciones procedentes de
as células glandulares no oxfnticas del estémago, el pH se
sitda en unos limites de 2 a 3, valor de acidez muy favora-
ble para la actividad de la pepsina.
‘Una de las caracteristicas esenciales de la digestiGn de la
‘pepsina es su capacidad para digerir el coldgeno de las pro-
{einas, un albuminoide poco afectado por el resto de las en-
zZimas digestivas. El colégeno es un componente importan-
te del tejido conjuntivo intercelular de las carnes Por tanto,
para que las enzimas digestivas penetren en la carne y pue-
dan digerir sus protefnas, debe ocurrir primero la digestion
de las fibras de coligeno. En consecuencia, las enzimas dli-
‘gestivas de las personas que carecen de actividad péptica
cen el jugo del est6mago penctran mal en las carnes ingeri-
das y, por tanto, su digestién es deficitaria.
‘Como ilustra la figura 65-2, la pepsina sélo inicia la di-
gestidn de las proteinas y contribuye con el 10% al 20%
del proceso total de conversién de las protefnas en
proteosas, peptonas y algunos polipéptidos. Esta escisién de
las protefnas se debe a la hidrélisis de los enlaces peptidi-
cos que unen los aminoscidos.
Digestién de las proteinas por las secreciones pancredticas.
La mayor parte de la digestiGn proteica tiene lugar en la par-
te proximal del intestino delgado, es decir, en el duodeno
Digestion de las proteinas.
yenel yeyuno, por efecto de las enzimas proteoliticas de
ia secrecién pancredtica. Como muestra la figura 6:
apenas entran en el intestino delgado procedentes del es-
témago, estos productos parcialmente degradados de las
proteinas son atacados por las enzimas protcoliticas pan-
creéticas principales, ripsina, quimiotripsina, carboxipoli-
peptidasa y proelasiasa.
‘Tanto Ia tripsina como la quimiotripsina separan las
moléculas proteicas en pequefios polipéptidos; a conti-
‘nuacién, la carboxipolipeptidasa ataca al extremo carboxilo
de los polipéptidos y libera los aminodcidos de uno en
‘uno. Por otra parte, la proelastasa se convierte en elastasa,
que, a su vez, digiere las fibras de elastina que mantienen
la arquitectura de las carnes.
Las enzimas de los jugos pancreaticos sélo degradan
un pequefio porcentaje de las proteinas hasta sus ami-
i la mayor parte permanece en
forma de dipéptidos y tripéptidos.
Digestién de los péptidos por las peptidasas de los entero-
cites que recubren las vellosidades del intestino delgado.
El paso final de la digestién de las proteinas en la luz
testinal esté encomendado a los enterocitos que revisten
las vellosidades del intestino delgado, sobre todo en el,
duodeno y el yeyuno. Estas eélulas tienen un borde en
cepillo formado por cientos de microvellosidades que
se proyectan desde la superficie de cada célula. La
membrana celular de cada una de estas microvellosida-
des contiene miltiples peptidasas que sobresalen de la
membrana y entran en contacto con los liquidos intesti-
ales.
Existen dos tipos de peptidasas de especial importan-
cia, la aminopolipeptidasa y varias dipeptidasas. Todas
contindian la degradacién de los grandes polipéptidos res
tantes a tripéptidos o dipéptidos y algunas incluso a ami
noicidos. Tanto los aminoacids como los dipéptidos y los
tripéptidos se transportan con facilidad a través de la
membrana de la microvellosidad hacia e! interior del en-
terocito.
Por iltimo, en el citosol de los enterocitos existen otras
muchas peptidasas especificas de los restantes tipos de
enlaces existentes entre los aminodcidos. En pocos minu-
tos se completa la digestiGn de los dipéptidos y tripépti:Capitulo 65 Digestién y absoreién en el tubo digestivo
(Hy (CH) O- CH
°
Lipase
i
(CHy— (CH,)g—C— O— CH + 24,0
°
-0-cH,
que a
—0- GH + 20H (CH)y C—O
Horolisis de las grass noutras catalizads por la ipasa.
‘nuacién, éstos pasan a la sangre por el lado opuesto del
enterocito.
Miss del 99% de los productos finales de la digestion de
las proteinas absorbidas son aminodcidos; la absorcion
de péptidos es rara y muy, muy rara la de las moléculas
protcicas completas. Incluso estas escasisimas molécu-
las absorbidas pueden producir, a veces, graves reaccio-
nes alérgicas 0 trastornos inmunitarios, tal como se co-
‘ment6 en el capitulo 34.
Digestion de las grasas
Grasas de los alimentos. Las grasas mas abundantes de
los alimentos son, con mucho, las neutras, también cono-
ccidas como rriglicéridos. Como muestra la figura 65-3, se
trata de moléculas formadas por un nticleo de glicerol
y tres cadenas laterales de dcidos grasos. Las grasas neu-
tras son componentes importantes de los alimentos de
origen animal y, en mucha menor medida, de los de ori-
gen vegetal.
La alimentacién habitual también incluye pequefias
cantidades de fosfolipidos, colesterol y ésteres de coleste-
rol. Los fosfolipids y los ésteres de colesterol contienen dci-
dos grasos, por lo que pueden considerarse también como
grasas Sin embargo, el colesterol es un esterol carente de
cidos grasos, aunque posea algunas de las caracteristicas
fisicas y quimicas de las grasas; ademés, procede de éstas y
su metabolismo es similar. Por todo ello, desde un punto
de vista alimenticio, se considera que el colesterol forma par-
te de las grasa.
Digestién de las grasas en el intestina. La lipasa lingual,
secretada por las gldndulas linguales en la boca y degh
da con la saliva, digiere una pequefia eantidad de triglicé-
ridos en el estémago, Sin embargo, la cantidad digerida es
inferior al 10% y,en general, poco importante. De hecho,
la digestin de todas las grasas tiene lugar esencialmente
enel intestino delgado por el siguiente mecanismo.
8il
Emulsién de las grasas por los acidos biliares y Ia lecitina.
El primer paso para la digestion de las grasas consiste en
reducir el tamafio de sus glébulos con el fin de que las
‘enzimas digestivas hidrosolubles puedan actuar sobre su
superficie. Este proceso se conoce como emulsion de la
‘grasa y se inicia con Ia agitacién dentro del estémago,
que mezcla la grasa con los productos de la digestion
gistrica.
Después, la cmulsién tiene lugar sobre todo en el duo-
deno gracias a la accién de la bilis, la secrecion hepatica
{que no contiene enzima digestiva alguna. Sin embargo, la
bilis alberga grandes cantidades de sales biliares y del fos-
folipido fecitina, productos ambos, en especial la lecitina,
extraordinariamente iitiles para la emulsién de las grasas.
Las regiones polares (lugares de ionizacién en un medio
‘acuoso) de las moléculas de las sales biliares y de la leciti-
na son muy solubles en el agua, mientras que Ia mayor
parte de las regiones restantes de sus moléculas son muy
solubles en las grasas. Asf pues, las porciones liposolubles
de estas secreciones hepiticas se disuelven en la capa su-
perficial de los globulos grasos,en las que se proyectan las
porciones polares. Estas porciones polares son solubles
‘en los liquidos acuosos adyacentes, lo que reduce en gran
medida la tensi6n en la superficie de contacto con la gra-
sa, haciéndola soluble.
‘Cuando la tensién en la superficie de contacto de un
gl6bulo de liquido no miscible ¢s baja, este gldbulo, al agi-
tarse, puede disgregarse en numerosas particulas diminu-
tas con mucha mayor facilidad que si su tensién en la su-
perficie de contacto fuera grande. Por tanto, una funcién
importante de las sales biliares y de la lecitina en Ia bilis,
sobre todo de esta ditima, consiste en hacer que los gl6-
bulos grasos se fragmenten con facilidad con la agitacién
del agua en el intestino delgado. Su accién es similar a la
de muchos detergentes ampliamente utilizados en la lim-
pieza del hogar para eliminar la grasa.
Cada vez que los didmetros de los glébulos de grasa se
reducen de modo significative como consecuencia de la
agitacién en el intestino delgado, la superficie total ex-
puesta aumenta mucho, Como el tamafio medio de las
particulas de grasa emulsionada en el intestino es inferior
‘4 1 micrémetro, el aumento de la superficie total causado
por el proceso de emulsién es de hasta mil veces.
Las lipasas son sustancias hidrosolubles que s6lo pueden
alacar a los glébulos de grasa en sus superticies. Asi pues,
es {écil comprender la importancia de la funciGn deter-
gente de las sales biliares y la lecitina para la digestién de
las grasas.
Digestién de los triglicéridos por la lipasa pancredtica. Ia
enzima més importante, con mucho, para la digestiGn de
los triglicéridos es la lipasa pancredtica, presente en enor-
mes cantidades en el jugo pancrestico, tanto que puede
digerir en un minuto todos los triglicéridos que encuen-
tre, Ademés, los enterocitos del intestino delgado contienen
‘una minima cantidad adicional de una lipasa conocida
como fipasa intestinal, que no sucle ser necesaria.
Productos finales de la digestion de las grasas. La mayor
parte de los triglicéridos de la dieta son degradados por la
lipasa pancreética a dcidos grasos libres y 2-monoglicéri-
dos, como muestra la figura 65-4812 Unidad XI Fisiologia gastrointestinal
Digestion de tas grasas,
Misién de las sales billares en la aceleracién de la digestién
de las grasas: formacién de micelas. La hidrétisis de los
trigicéridos es un proceso sumamente reversible; por tan-
to, la acumulacién de monoglicéridos y de dcidos grasos li-
bres en la vecindad de las grasas en fase de digestién blo-
quea con gran rapidez el progreso de esta altima, No
obstante, las sales biliares desempefian un papel adicional
de gran importancia, puesto que separan los monoglicéri-
dos y los dcidos grasos libres de la vecindad de los gldbulos
de grasa que estén siendo digeridos. Esta separacién se
produce casi en el mismo momento en que se forman y
por el mecanismo siguiente.
La sales biliares, cuando se encuentran en concentra-
cién suficiente en agua, tienden a formar micelas, pequefios
2ldbulos esféricos cilindricos de 3 a 6 nanémetros de dié-
metro constituidos por 20 a 40 moléculas de sales biliares
‘Se desarrollan debido a que cada molécula de sal biliar
se compone de un nicleo de esterol, muy liposoluble en su
‘mayor parte, y un grupo polar muy hidrosoluble. Los nd-
cleos de esterol rodean a las grasas digeridas, formando un
pequetio glébulo de grasa central en la micela resultante,
‘mientras que los grupos polares de las sales biliares se pro-
yectan hacia fuera, cubriendo la superticie micelar. Como
estos grupos polares tienen carga negativa, todo el gl6bulo
micelar se disuelve en el agua de los liquidos digestivos y
Permanece en solucidn estable hasta la absorcin de la gra-
‘sa hacia la
Las micelas de sales biliares también actdan como me-
dio de transporte de los monoglicéridos y de los acidos
¢grasos libres, que de otra forma permanecerian relativa-
‘mente insolubles, al borde en cepillo de las células epite-
liales intestinales. A continuacidn, los monoglicéridos y
los dcidos grasos libres se absorben hacia la sangre, como
se comenta luego. Al mismo tiempo, las sales biliares
vuelven de nuevo hacia el quimo para ser utilizadas una y
otra vez como «transbordadores»
Digestién de los ésteres de colesterol y de los fosfolipidos.
La mayor parte del colesterol de los alimentos se en-
cuentra en forma de ésteres, que son combinaciones de
colesterol libre con una molécula de deido graso, Los fos-
folipidos también contienen cadenas de dcidos grasos en
sus moléculas. Tanto los ésteres de colesterol como los
fosfolipidos se hidrolizan por otras dos lipasas de la se~
crecidn pancredtica que liberan los dcidos grasos: la hi-
drolasa de los ésteres de colesterol, que hidroliza el éster
de colesterol, y la fosfolipasa A;,que hidroliza los fosfoli-
pidos
‘Comte longitudinal de! intestine delgado que muestra las valvuias
‘conniventes cubiertas por vellosidades.
Las micelas de las sales biliares desempenian el mismo
papel en el transporte del colesterol libre y del resto de
las porciones de las moléculas digeridas de fosfolipidos
que en el caso de los monoglicéridos y los dcidos grasos li-
bres. De hecho, sin las micelas apenas se podria absorber
elcolesterol.
Principios basicos
de la absorci6n gastrointestinal
Se recomienda al lector que repase los principios bisicos
del transporte de sustancias en la membrana celular, ex-
puestos con detalle en el capitulo 4. En las secciones si-
uientes se describen las aplicaciones especializadas de los pro-
‘cesos de transporte durante la absorciGn gastrointestinal,
Bases anatomicas de la absorcion
La cantidad total de liquido que se absorbe cada dia en el
intestino es igual a la del liquido ingerido (alrededor de
1,5 litros) mas el contenido en las distintas secreciones gas-
{rointestinales (alrededor de 7 litros), lo que representa un
total de 8 a9 litros Salvo 1. litros,el resto del liquido se ab-
sorbe en el intestino delgado y slo quedan 1.5 litros diarios
que atraviesan la valvula ileocecal en direccién al colon.
El est6mago es una zona del tubo digestivo donde la
absorcidn es escasa, ya que no dispone de la tipica mem-
brana absortiva de tipo velloso y, ademas las e¢lulas epi-
teliales de su mucosa se adhieren entre si mediante unio-
nes estrechas. Solo algunas sustancias muy liposolubles,
como el alcohol. y ciertos farmacos, como el dcido acetil-
salicilico, se absorben en pequefias cantidades.
Superficie de absorcién de tas vellosidades de Ia mucosa
el intestino delgado. La figura 65-5 muestra la superficie
de absorcién de la mucosa del intestino delgado, en la que
existen muchos pliegues llamados vdlvulas conniventes (0Capitulo 65
COrganizacion funcional de la ve-
llosidad. A. Corte longitudinal
B, Corte traneversal que muestra
la presencia de una mombrana
basal debajo de las colulas opi-
teliaes y un borde en cepillo en
el extremo opuesto de la céiula, A
pliegues de Kerckring), que triplican la superficie capaci-
tada para la absorcidn, Se trata de pliegues circulares que
se extienden a lo largo del intestino y que se encuentran es-
pecialmente bien desarrollados en el duodeno y en el ye
yuno, donde a menudo sobresalen incluso 8 milimetros
hacia la haz,
En toda la superficie del intestino delgado, hasta la val-
‘ula ileocecal,existen literalmente millones de pequefias ve-
Hosidades. Estas se proyectan alrededor de 1 milimetro
desde la superficie de la mucosa, como puede apreciarse
cen la imagen de las vélvulas conniventes de la figura 65-5
con mayor detalle, dela figura 65-6, Estas vellosidades se
‘encuentran tan proximas unas a otras en la parte proxi-
mal del intestino delgado que rozan entre sien la mayorfa
de las zonas;su ntimero Va disminuyendo progresivamen-
te en las porciones més distales. La presencia de vellosi-
dades en la superticie de Ia mucosa hace que el drea de
absorcién aumente diez veces mas.
Por titimo, cada célula epitelial de la vellosidad intestinal
posee un horde en cepillo formado por unas 1000 microve-
Nosidades de 1 micrometro de longitud y 0,1 micrémetro
de difetro que sobresalen hacia el quimo intestinal; a
figura 65-7 muestra una microfotografia electronica de es-
tas microvellosidades. El incremento de la superficie ex-
puesta a la materia intestinal producido por las microve-
Hosidades es de al menos otras 20 veces.
En consecuencia, la combinacién de pliegues de Kerck-
ring, vellosidades y microvellosidades conlleva un aumento
de la superficie de absorcién de la mucosa de casi mil veces,
hhaciendo que ésta aleance la enorme cifra de 250 metros
cuadrados o mds en la totalidad del intestino delgado, apro~
‘ximadamente igual a la superficie de una pista de tenis.
La figura 65-64 muestra la organizacién general de las
vellosidades en un corte longitudinal, con atencién especial
a la disposicién favorable del sistema vascular para la ab-
sorcin de los iquidos y materiales disueltos hacia el sistema
porta y la organizacién de los conductos lintiticos «quilife-
ros» para la absorcidn de linfa, La figura 65-68 corresponde
Digestion y absorcién en el tubo digestivo 813
‘a.un corte transversal de la vellosidad y en la figura 65-7 se
‘observan multiples vesiculas pinocitcas pequetas es decir, por-
cones invaginadas de la membrana del enterocito que for-
‘man vesiculas de liquidos absorbidos que han quedado
‘atrapados. Pequefas cantidades de distintas sustancias se
absorben mediante este proceso fisico de pinocitosis.
‘Ademéis, desde el cuerpo celular hasta cada microvello-
sidad del borde en cepillo se extienden multiples filamen-
tos de actina que se contraen de manera ritmica, produ-
ciendo un movimiento continuo de las microvellosidades
‘que las mantiene constantemente expuestas a nuevas can-
tidades de iquido intestinal,
Absorcién en el intestino delgado
El intestino delgado absorbe cada dia varios cientos de
gramos de hidratos de carbono, 100 gramos de grasa 0
Vesiculas
de pinocitosis
Borde en cepillo dela céiula epitolia intestinal. Se observan tam-
bién vesiculas de pinoctos's, mitocondrias y reticulo endoplasmi-
0, inmediatamente subyacentes al borde en cepillo. (Por corte
sia del Dr, Willam Lockwood.)sie Unidad XH Fisiologta gastrointestinal
mas, 50 a 100 gramos de aminodcidos, 50 a 100 gramos
de iones y 7 a8 litros de agua. Sin embargo, la capacidad
de absorcidn del intestino delgado normal es muy supe-
rior a estas cifras y alcanza varios kilogramos de hidra-
tos.de carbono, 500 gramos de grasa, 500 a 700 gramos
de proteinas y 20 0 mds litros de agua al dfa, El intestino
grueso absorbe ain més agua € iones, pero muy pocos
nutrientes.
Absorcién de agua
Absorcién isosmética. 1 agua se transporta en su total
dad a través de la membrana intestinal por difusién. Ade-
mis, esta difusidn obedece a las leyes habituales de la
ésmosis por lo que, cuando el quimo esti lo bastante diluido,
cl paso del agua a través de la mucosa intestinal hacia tos
‘vasos sanguineos de las vellosidades ocurre casi en su to-
talidad por dsmosis.
‘A su vez, el agua también puede dirigirse en sentido
‘opuesto, desde el plasma al quimo, sobre todo cuando
solucién que alcanza el duodeno desde el estomago es bi
perosmética, En cuestidn de minutos, se transfiere por ds-
mosis la cantidad de agua suficiente para hacer que el
quimo sea isosmético con el plasma.
Absorcién de iones
Transporte activa de sodio. Cacia dfa se secretan con las se~
creciones intestinales entre 20 y 30 gramos de sodio.
‘Adem, una persona normal ingiere de 5 a 8 gramos
diarios de este ion. Ast pues, para prevenir una pérdida
neta de sodio por las heces, el intestino delgado debe ab-
sorber de 25 a 35 gramos de sodio diarios, cifra equiva
lente a la séptima parte de todo el sodio existente en el
organismo,
Cuando se eliminan muchas secreciones intestinales,
como sucede en la diarrea intensa, las reservas de sodio
disminuyen a veces hasta niveles mortales en el plazo de ho-
ras Sin embargo, en condiciones normales, la cantidad de
sodio que se excreta con las heces es inferior al 0,5% det
contenido intestinal del ion, gracias a st ripida absorcién
por la mucosa intestinal. E! sodio también desempefia un
papel importante en la absorcién de azdcares y aminodci-
dos, como se verd mas adelante.
En la figura 65-8 se muestra el mecanismo basico de la
absorcin de sodio en el intestino. Los fundamentos de
este mecanismo, ya expuestos en el capitulo 4, son en
esencia los mismos que los de la absorciGn de sodio en ta
vesicula biliar y en 10s tibulos renales (capitulo 27).
El motor central de la absorcidn de sodio es el trans-
porte activo del ion desde el interior de las células epite-
liales, a través de sus paredes basal y laterales, hasta los
espacios paracelulares, fenémeno representado por
las flechas rojas gruesas de la figura 65-8. Este transpor-
te activo obedece a las leyes habituales de dicho proceso:
necesita energia y el proceso energético esta catali
do por las enzimas trifosfatasas de adenosina corres-
pondientes de la membrana celular (véase capitulo 4),
Parte del sodio se absorbe al mismo tiempo que los
jones cloro: de hecho, los iones cloro de carga negati-
va'son «arrastrados» pasivamente por las cargas po-
sitivas de los jones sodio,
‘Absorcion de sodio por el epitelio intestinal. Obsérvese también
la absorcion osmotica dol agua. Gracias a ella, el agua «sigue» al
jo a través de la membrane epiteial
EL transporte activo de sodio a través de las membra-
nas basolaterales de las eélulas reduce su concentracién
dentro del citoplasma hasta valores bajos (alrededor de
50 mEq/l) (figura 65-8). Como la concentracién de sodio
en el quimo suele ser de 142 mEq/l (es decir, aproxima-
damente igual a la del plasma), el sodio se mueve a favor
del gradiente electroquimico desde el quimo hacia e! ci-
toplasma de las células epiteliales, pasando a través del
borde en cepillo. Sustituye asf al sodio extraido de for-
‘ma activa de la célula epitelial hacia los espacios parace-
Tulares.
Gsmosis del agua. EI paso siguiente del transporte es
Ia ésmosis del agua hacia los espacios paracelulares, que
se debe al gradiente osmético creado por la elevada con-
centracién de iones en el espacio paracelular. La mayor
parte de esta dsmosis se produce, como ya se ha dicho a tra-
vés de las uniones estrechas situadas entre los bordes api
cales de las células epiteliales, aunque un porcentaje me-
nor lo hace a través de las propias células. El movimiento
osmético del agua crea un flujo de liquide hacia el espa-
cio paracelular y, por tltimo, hacia la sangre que circula
por la vellosidad.
La aldosterona potencia mucho 1a absorcién de sodio.
Cuando una persona se deshidrata, la corteza de las
glindulas suprarrenales sucle secretar grandes cantida-
des de aldosterona. En el plazo de 1 a 3 horas, esta al-
dosterona estimula enormemente las enzimas y los me-
canismos de transporte que intervienen en todos los
tipos de absorcién de sodio por el epitelio intestinal. El in-
cremento de la absorciGn de sodio conlleva un aumento
secundario de la absoreién de iones cloro, agua y otras
sustancias.
Este efecto de la aldosterona reviste especial impor-
tancia en el colon ya que, gracias a él, la pérdida de clo-
ruro s6dico por las heces resulta practicamente nula y
la de agua disminuye mucho. Asi pues, la aldosterona
acta sobre el tubo digestivo del mismo modo que lo
hace en los tibulos renales, que también conservan elCapitulo 6S Digestion y absorcién en el tubo digestivo
cloruro sédico y el agua del organismo en caso de deshi-
dratacién.
‘Absorcién de iones cloro en el duodena y el yeyuno. En Is
primeras porciones del intestino delgado, la absorciGn de
jones cloro es rapida y sucede, sobre todo, por difusién.
En otras palabras, Ia absorcidn de iones sodio a través del
epitelio crea una ligera carga eléctrica negativa en el qui-
‘mo y una carga positiva en los espacios paracelulares si-
tuados entre las células epiteliales. Ello facilita el paso de
los jones cloro a favor de este gradiente eléctrico, «si-
guiendo» a los iones sodio.
‘Absorcién de iones bicarbonato en el duodena y el yeyuno.
‘A menudo, en las primeras porciones del intestino del-
gado han de reabsorberse grandes cantidades de iones
bicarbonato, debido a las cantidades importantes del
‘mismo que contienen la secrecién pancreatica y la bilis.
El bicarbonato se absorbe por el siguiente mecanismo
indirecto. Cuando se absorben los iones sodio, se secre
tan hacia la luz intestinal cantidades moderadas de
iones hidrégeno, que se intereambian por aquéllos. A su
vez, estos iones hidrégeno se combinan con el bicarbo-
nato para formar écido carbénico (H;CO,), que se diso-
cia de inmediato en agua y anhidrico carbénico. El agua
permanece para formar parte del quimo en el intestino,
pero el anhidrido carbénico pasa con facilidad a la san-
gre para ser eliminado después por los pulmones. Este
proceso se denomina «absorci6n activa de iones biear-
bonato» y su mecanismo es igual al que tiene lugar en
los tiibulos renales.
Las células epiteliales de la superficie de las vellosidades de!
fleon, al igual que las que forman la superficie del intesti-
no grueso, tienen una capacidad especial para secretar
iones bicarbonato ¢ intercambiarlos por iones cloro, que
son asi absorbidos. Se trata de un proceso important
pues proporciona iones bicarbonato alcalinos que se utili-
zan para neutralizar los productos dcidos formados por
las bacterias en el intestino grueso.
‘Secrecién extrema de jones cloro y sodio y de agua por el epi-
‘telio del intestino grueso en ciertas formas de diarrea. En lo
profundidad de los espacios entre los pliegues del epitelio
intestinal existen células epiteliales inmaduras que se divi-
den continuamente, formando células epiteliales nuevas
‘que emigran hacia la superficie luminal del intestino. Estas.
‘células nuevas, mientras permanecen atin en las criptas, se-
‘retan pequefas cantidades de cloruro s6dico y agua hacia
la luz intestinal, aunque esta secrecién se reabsorbe de in-
mediato por las células epiteliales més maduras situadas
fuera de las criptas: se aporta asf una soluciém acuosa que
facilita la absorciGn intestinal de los productos ya digeridos.
Las toxinas del cSlera y de otras bacterias causantes de
diarrea estimulan la secrecin de las células de las criptas
‘con tal intensidad que ésta, por lo comin, excede ala capa-
‘cidad de reabsorci6n y, por tanto, a veces se pierden hasta
5.a 10 litros de agua y sales al dia en forma de diarrea. Pasa
{dos | a 5 dias, muchos de los pacientes con enfermedad gra-
ve fallecen s6lo por la pérdida de liquide.
815
Esta seerecién diarreica extrema se inicia con la entra
dda de una subunidad de la toxina del célera en la célula.
Esta sustancia estimula la formacién de una cantidad ex-
cesiva de monofosfato de adenosina ciclico, que abre un
‘ndmero enorme de canales de cloruro y permite la répida
salida de jones cloro de las células hacia las criptas. A su
‘vez, parece que este fenémeno activa una bomba de sodio
{que bombea dicho ion hacia las criptas para acompafiar al
‘cloruro. Por dltimo, esta cantidad adicional de cloruro s6-
dico favorece la ésmosis del agua de la sangre, lo que se
traduce en un flujo répido de liquido que acompafa a la
sal. Al principio, todo este exceso de liquido arrastra a las
bacterias, por lo que resulta util para combatir la enferme-
dad, pero cuando de bueno pasa a excesiva, puede ser le-
tal, debido a Ia grave deshidrataciGn inducida. En la ma-
yyorfa de los casos es posible salvar la vida del enfermo de
‘cOlera administrando sencillamente grandes volumenes
de una solucién de cloruro s6dico para compensar las pér-
didas,
Absorcién de otros iones. Los jones calcio se absorben ha-
cia la sangre de manera activa, sobre todo en el duodeno.
Esta absorcién esté controlada con exactitud para cubrir las
necesidades diarias orginicas del ion. Un factor regula-
dot importante de la absorcidn del calcio es la hormona
paratiroidea, secretada por las glindulas paratiroides, y
‘otro es la vitamina D. La hormona paratiroidea activa la vi-
tamina D y,a su vez, la vitamina D activada estimula en
‘gran medida la absorcién de calcio. Todos estos efectos se
estudiardn en el capitulo 79.
Los iones hierro también se absorben activamente en
1 intestino delgado. Los principios de la absorciGn del
hierro y la regulacién de esa absorci6n en relacién con las
necesidades orginicas del ion, en especial para la formacién
de hemoglobina, se estudiaron en el capitulo 32
Los iones potasio, magnesio, fosfato y probablemente
otros, también se absorben de forma activa en la muco-
sa intestinal. En general, los jones monovalentes se ab-
sorben con facilidad y en grandes cantidades. Por otra
parte, los jones bivalentes s6lo se absorben normalmen-
te en pequefias cantidades: por ejemplo, la absorcién
‘maxima de iones de calcio es 1/50 de la absorcién nor-
mal de los jones sodio. Por fortuna, las necesidades ha-
bituales de iones bivalentes del organismo humano son
pequefias.
Absorcién de nutrientes
Absorcién de hidratos de carbono
En esencia, todos los hidratos de carbono de los alimen-
tos se absorben en forma de monosacéridos; s6lo una
pequefia fraccidn lo hace como disacéridos y casi ningu-
no como moléculas de mayor tamafo. Con mucho, el
mis abundante de los monosacéridos absorbidos es la
glucosa, que suele representar més del 80% de las ca-
lorfas procedentes de los hidratos de carbono. La razén
es que la glucosa es el producto final de la digestion de
nuestros hidratos de carbono alimenticios més abun-
dantes, los almidones. El 20% restante de los monosa-
céridos absorbidos consiste casi por completo en galac-
tosa y fractosa. La primera procede de la leche, mientras
‘que la segunda es uno de los monosacéridos de la cafta de
azicar.816 Unidad XH Fisiologia gastrointestinal
La prictica totalidad de los monosacéridos se absorbe
mediante un proceso de transporte activo, Veamos primero
La glucosa se transporta por un mecanismo de cotransporte
con él Sodio. Si no hay transporte de sodio en la mem-
bbrana intestinal, apenas se absorberé glucosa. La razén
5 que la absorcidn de glucosa se produce mediante un
mecanismo de cotransporte con el transporte activo de
sodio.
El transporte de sodio a través de la membrana intesti-
nal se divide en dos etapas. En primer lugar, el transporte
activo de los jones sodio, que cruza las membranas basola-
terales de las células del epitelio intestinal hacia la sangre,
provoca el descenso de la concentracién intracelular del
ion. En segundo lugar, esta reducciGn del sodio intracelular
induce el paso de sodio desde la luz intestinal al interior de
1a célula epitelial a través del borde en cepillo, gracias a
una difusion facilitada. El sodio se combina primero
con una protetna de transporte, pero ésta no pod lleva
cabo su funcién sino se combina con alguna otra sustancia
adecuada, como la glucosa. Por fortuna, la glucosa intesti-
nal se combina también con la misma proteina de trans-
porte, de modo que tanto el sodio como la glucosa se
{ransportan juntos hasta el interior de la céhula. La menor con
centracién de sodio dentro de la célula «empuja» lite-
ralmente al ion y a la glucosa que lo acompana hacia el
interior del enterocito, Una ve7. alli, otras proteinas de
transporte y enzimas facilitan la difusién de la glucosa ha-
cia el espacio paracelular a través de la membrana basola-
teral,y de alli la sangre,
En resumen, el transporte activo inicial de sodio a
través de las membranas basolaterales de las células
del epitelio intestinal es el que proporciona la fuerza
para el desplazamiento de Ia glucosa a través de las
membranas.
Absorcién de otros monosacéridos, | transporte de la ga~
lactosa es casi idéntico al de la glucosa. Por el contrario, la
fructosa no estd sometida al mecanismo de cotransporte
con el sodio, ya que este monosacérido se absorbe por di-
fusién faciitada en toda la longitud del epitelio intestinal,
sin acoplarse al transporte de sodio.
Al penetrar en la célula, gran parte de Ia fructosa se
fosforila y mas tarde se convierte en glucosa que, por tilt
‘mo, se transporta en forma de glucosa hasta la sangre,
‘Como la fructosa no se cotransporta con el sodio, su indi-
ce global de transporte supone alrededor de Ia mitad de
los de la glucosa o la galactosa.
Absorcién de proteinas
‘Como ya se coment6 antes en este capitulo, tras su diges-
ti6n, casi todas las protefnas se absorben a través de las
‘membranas luminales de las células epiteliales intestina-
les en forma de dipéptidos, tripéptidos y algunos ami-
noscidos libres. La energia para la mayor parte de este
transporte proviene del mecanismo de cotransporte de
sodio, al igual que sucede con Ia glucosa. Asi pues, casi
todas las moléculas de péptidos o de aminodcidos se
tunen en la membrana de la microvellosidad celular con
tuna proteina de transporte especifica que requiere tam-
bign su unidn al sodio para el transporte. A continuacién,
el ion sodio entra en la célula a favor del gradiente elec-
‘troquimico, arrastrando consigo al aminodcido o al péptido.
Se trata del llamado cotransporte (0 transporte activo se-
‘cundario) de los aminodcidos y los péptidos. Unos pocos
aminofcidos no necesitan este mecanismo de cotrans-
porte con el sodio, sino que son transportados por protei-
nas especiales de la membrana de la misma manera que la
fructosa, es decir, por difusién facilitada.
En las membranas luminales de las células del epitelio
intestinal se han identificado al menos cinco tipos de pro-
tefnas de transporte para los aminodcidos y los péptidos.
Esta multiplicidad de proteinas de transporte es necesa-
ria debido a las diversas propiedades de unién de los dife~
rentes aminodcidos y péptidos.
Absorcién de grasas
Ya se comenté en este capitulo que, a medida que las
grasis se digieren a monoglicéridos y dcidos grasos, estos
dos productos finales de la digestidn se disuelven en la
porcién lipidica central de las micelas biliares. Gracias a las
dimensiones moleculares de estas micelas, de slo 3 a
6 nandmetros de didmetro, y a su clevada carga exterior,
son solubles en el quimo, De esta forma, los monoglicéri
dos y los écidos grasos se transportan hacia la superficie de
las microvellosidades del borde en cepillo de la célula in-
testinal, penetrando incluso en las hendiduras que apare-
cen entre las microvellosidades cuando éstas se mueven
y se agitan. En estas hendiduras, tanto los monoglicéri-
dos como los dcidos grasos difunden de inmediato al ex-
terior de las micelas y pasan al interior de la célula epite-
lial, lo que resulta posible gracias a que estos lipidos son
también solubles en las membranas de la célula epitelial.
Esto deja a las micelas de sales biliares en cl quimo, don-
de operan de nuevo para absorber nuevos monoglicéri-
dos y dcidos grasos,
Por tanto, las micelas realizan una funcién «transbor-
dadora» extraordinariamente importante para la absor-
cidn de las grasas. Cuando existen micelas de sales bilia-
res abundantes, la proporcién de grasa absorbida alcanza
hasta el 97%, mientras que en ausencia de estas micelas
s6lo se absorbe entre el 40% y el 50%.
‘Tras penetrar en la célula epitelial, los dcidos grasos y
os monoglicéridos son captados por el reticulo endoplis-
mico liso de la célula, donde se usan prineipalmente para
formar nuevos triglicéridos, que viajan luego con los qui-
Tomicrones a través de la base de la célula epitelial para
desembocar en el torrente circulatorio a través del con-
ducto linfitico tordcico,
Absorcién directa de dcidos grasos a la circulacién portal.
Pequefias cantidades de dcidos grasos de cadena corta
media, como los de la mantequilla, se absorben directa-
‘mente a la sangre portal, en lugar de convertirse en tri-
glicéridos y absorberse por los vasos linfiticos. La cau-
sa de esta diferencia en la absorcién de los dcidos
grasos de cadenas cortas y largas estriba en que los pri-
meros son mas hidrosolubles y, en su mayor parte, no
son convertidos en triglicéridos por el reticulo endo-
plismico, Ello permite cierta difusién directa de estos
ficidos grasos de cadena corta desde las células epi-
teliales intestinales a la sangre capilar de las vellos
dades.