Cronica
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profesionales”
Soy Jose Cruz Corona Sánchez, estudiante de la escuela Normal experimental de San
Antonio Matute (ENESAM) en la licenciatura en educación primara (generación 2018 -
2022), en la que actualmente estoy por culminar los estudios. Han sido ya, casi 4 años
los que había soñado con llegar a este punto de mi carrera, teniendo un poco de noción
del arduo trabajo que me esperaría realizar.
En primer lugar, lo que hice fue analizar punto por punto todo el proceso que
debía realizar mediante la estructura que se brindó por parte de la dirección de
normales, partiendo de estudiar el contexto social y escolar en el que llevaba a cabo mi
práctica profesional. El contexto es uno de las bases principales que un docente debe
conocer para poder ejercer su labor, ya que esto, da pie para conocer la situación y los
comportamientos que presentan los alumnos e incluso agentes educativos en el
proceso enseñanza-aprendizaje.
Para finales del año 2021 es que emprendo con mi informe de prácticas, y para
ser sincero desde esas fechas no hay momento en que no deje de pensar en el
documento a realizar. El 14 de febrero de 2022, día conmemorativo por el amor y la
amistad, pero también día en que doy inicio con mis prácticas docentes profesionales
en la localidad de Camichines, Mpio. de Cocula Jalisco.
50 Páginas se hacen decir pocas y digeribles, pensaba yo, ¿Qué puede salir
mal?, ¿Qué contratiempos puedo tener?, en la vida de un estudiante normalista de
octavo semestre, a pesar de solo llevar una asignatura “Aprendizaje en el servicio” y no
tener una carga mayoritaria en esta clase, aun así hay situaciones las cuales se
abonan a la carga del documento recepcional.
Para este punto del informe no había algo más estresante que pensar, el
documento repecional era protagonista en todas las pláticas con los amigos, ¿de qué
otra cosa se le puede hablar a un normalista en 8vo semestre?, por una parte la gente
se preocupa y se intriga sobre tu proceso y no te habla de otro tema, y por otra parte un
normalista no tiene otra cosa en su cabeza.
En este momento del diseño y ejecución de dicho plan, notaba que ya eran
escasas las semanas que quedaban para concluir el fin de las prácticas profesionales,
me daba cuenta que las 13 semanas ahora se convertían en 5 o en 4, pero no solo hay
que ejecutar dicho proyecto, también hay que evaluarlo, y replantear lo que sea
necesario para que nuestra practica sea lo más provechoso posible.
Con esto quiero decir que el error no siempre causa daños, sino beneficios.
Muchas veces ante este nivel de nuestra preparación tratamos de evadir cualquier error
y lo digo desde mi persona, nos consideramos y nos creamos el papel de seres
completamente maduros, pero lo único que provocamos es abonar más carga y estrés
del que ya tenemos. Muchas veces le tememos a un documento sin saber que este nos
llevara a la meta que buscamos.
¿Por qué no mejor pensar cómo niños? En disfrutar, gozar de cada error que
cometemos. A final de cuenta con esto valoraremos el camino y no solo la llegada.
Dejar el estrés es algo casi imposible para este punto, pues un documento recepcional
es tortuoso, y no me refiero en el aspecto de tortura, sino que es un camino lleno de
curvas, baches y obstáculos que hay que recorrer y enfrentar, así es la vida la de un
normalista casi por egresar.