Plasmodium Vivax

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Plasmodium vivax

Plasmodium vivax es uno los agentes causales del paludismo o malaria en los humanos.
Este parásito tiene una distribución geográfica muy amplia y es el responsable de la mayoría
de los casos de paludismo, una enfermedad tropical, considerada como un importante
problema de salud pública a nivel mundial.

• P. vivax es un protozoario de forma irregular que no presenta estructuras


locomotoras.

• La morfología varía según cada estadio.

• Los trofozoítos jóvenes tienen forma de y pueden ocupar hasta un tercio del
diámetro del eritrocito. En él se puede apreciar un punto grande de cromatina y el
citoplasma.

• El trofozoíto maduro tiene forma ameboidal y es de mayor tamaño, llegando a


ocupar casi la totalidad del eritrocito. Presenta 16 merozoítos en su interior, donde
se aprecian la cromatina y el citoplasma en cada uno de ellos.

• Los macrogametocitos pueden ser redondos u ovalados y poseen un citoplasma


homogéneo. La cromatina es pequeña y compacta, generalmente excéntrica, con
pigmento malárico concentrado. Mientras que el microgametocito es de menor
tamaño, con cromatina difusa y central, y el pigmento malárico disperso.

• Los esquizontes son grandes, con 12 a 24 merozoítos grandes


Las características morfológicas del parásito para tener en cuenta para el
diagnóstico son los siguientes:

Características del trofozoíto


• Tamaño, forma y número de
parásitos por eritrocito.
Aspecto del eritrocito parasitado
• Número de núcleos por anillo.
• Aumento o no del tamaño.
• Presencia de formas con
• Coloración. disposición especial.
• Presencia de granulaciones • Aspecto y distribución del
(Schüffner, Maurer) pigmento palúdico.
• Existencia de infecciones
múltiples

Características de los
gametocitos
• Tamaño y forma.
Características del esquizonte • Forma y distribución del
• Tamaño y forma. pigmento palúdico

• Número y disposición de los


merozoítos.
• Forma y distribución del
pigmento palúdico.
Plasmodium necesita dos hospedadores para completar su ciclo.
Durante el proceso de hematofagia la hembra de mosquito Anopheles inocula los
esporozoítos en el hombre, los esporozoítos infectan las células hepáticas y se
multiplican por esquizogonia dando lugar a la formación de merozoítos, después de
esta multiplicación en el hígado (esquizogonia exoeritrocítica) el parásito invade los
glóbulos rojos y se reproduce por esquizogonia (esquizogonia eritrocítica).
Los merozoítos invaden los glóbulos rojos. Los trofozoítos anulares se convierten
en esquizontes que darán lugar a nuevos merozoítos. Algunos parásitos se
diferencian sexualmente (gametocitos). Cuando el parásito está en la sangre tienen
lugar las manifestaciones clínicas de la enfermedad. Los gametocitos masculinos
(microgametocitos) y femeninos (macrogametocitos) son ingeridos por un
mosquito Anopheles durante la hematofagia. La multiplicación del parásito en el
mosquito se conoce como ciclo esporogónico. Los microgametos fecundan los
macrogametos y desarrollan los zigotos. El zigoto se convierte en ooquineto móvil,
invade la pared del intestino y se convierte en ooquiste. El ooquiste desarrolla en su
interior esporozoítos, que una vez liberados ascienden a las glándulas salivares. La
inoculación de los esporozoítos en un nuevo hospedador perpetúa el ciclo de la
malaria. Los esporozoítos son transportados por el torrente sanguíneo del individuo
y se instalan en el hígado, donde el parásito se introduce en sus células y se
multiplica por esquizogonia (esquizogonias preeritrocíticas). Cuando se rompen las
células infectadas se liberan los merozoítos a la sangre y continúan su ciclo de
multiplicación en el interior de los hematíes (esquizogonias eritrocíticas). Éstos son
destruidos, y de esta manera quedan libres las sustancias tóxicas que albergan en
su interior pasando al torrente sanguíneo.
Se puede transmitir por la picadura de un mosquito infestado por
Plasmodium, o por la transfusión de sangre contaminada con ese parásito.
La infección por P. vivax puede producir desde una parasitemia sin síntomas
o un cuadro febril sin complicaciones, hasta una enfermedad grave y mortal.
La acción del parásito puede ocasionar escalofríos seguidos de fiebres
intermitentes, con una periodicidad de 24 a 48 horas.

La fiebre puede estar acompañada de:


• Dolor de cabeza
• Dolor muscular
• Tos
• Diarrea
• Intranquilidad
• Delirio
• Anemia
• Sudoración intensa
• Debilitamiento general.
Estos síntomas por sí solos no permiten diferenciar con precisión las afecciones
ocasionadas por P. vivax, de las ocasionadas por otros Plasmodium, o de otras
afecciones febriles.
Para un diagnóstico preciso se requiere la confirmación parasitológica mediante
examen al microscopio, que puede ser gota gruesa o extensión de sangre periférica,
o mediante pruebas inmunocromatográficas.

Paroxismos periódicos palúdicos / Eventos en el torrente sanguíneo.

Escalofríos de 15 – 60 minutos; los parásitos en división rompen el eritrocito y entran


en la sangre, esto puede causar:
• Nausea.
• Vómito.
• Cefalea.

Etapa febril en espigas (horas) 40°C; los parásitos invaden nuevos eritrocitos.
Etapa de diaforesis: Sudoración profusa, la fiebre baja y huésped se duerme y se
despierta relativamente bien.
Se presentan los mecanismos patogénicos más conocidos en
la infección por Plasmodium falciparum durante la fase eritrocitaria y
extraeritrocitaria. La obstrucción vascular, explicada por los fenómenos de
secuestro de glóbulos rojos parasitados y la formación de rosetas, mediados por
diversos ligandos y receptores endoteliales, además de los procesos inflamatorios
instaurados ante la presencia del parásito, son aspectos centrales en la patogenia
de la malaria que permiten explicar. A partir de eventos como la lesión y la
destrucción de eritrocitos, hepatocitos y células endoteliales,
la pérdida de integridad del endotelio y la activación de promotores de daño celular
y de apoptosis, se explican alteraciones como el aumento de la permeabilidad
vascular, la hipoxia y el metabolismo anaerobio, que conducen tanto
a lesiones localizadas en órganos como cerebro y pulmón, como a
un estado de acidosis generalizada y falla multisistémica.

• El diagnóstico primario: Consiste en la búsqueda del parasito por microscopia


de la Gota gruesa y el extendido de sangre.

• El diagnóstico molecular: Se usa para mayor sensibilidad para la detección


de la P. Vivax y P. Falciparum, las especies más prevalentes en el mundo.

• Otra opción para la una mayor seguridad de diagnóstico sería el


inmunoensayo enzimático para la detección de anticuerpos contra fases
sanguíneas de P. Vivax.
La muestra: La preparación de las muestras de sangre en gota gruesa y extendida
requiere de una capa gruesa de lisados.
Para la detección molecular y de anticuerpos se necesitan un par de gotas de
sangre impregnada en papel filtro Whatman numero 3 o papel filtro diseñado para
la preservación de proteínas y DNA suficiente.

También se usan dos tinciones más, las cuales son la de Giemsa y Wright

• Uso de insecticidas en aerosol que contengan permetrina o piretrinas con


efecto residual (que tienen una duración prolongada de la acción).

• Colocación de pantallas en puertas y ventanas.

• Uso de mosquiteros (preferentemente impregnados con permetrina o


piretrina) alrededor de las camas.

• Tratar la ropa y el equipo (p. ej., botas, pantalones, calcetines, carpas) con
productos que contengan 0,5% de permetrina, que conservan su capacidad
protectora durante varios lavados (la ropa pretratada está disponible y puede
proteger por más tiempo).
• Aplicación de repelentes para mosquitos, como DEET (dietiltoluamida) al 25
a 35%, sobre la piel expuesta.

• Uso de camisas y pantalones de manga larga, especialmente entre el


anochecer y el amanecer, cuando los mosquitos Anopheles están activos.

Las personas que planean usar repelentes que contengan DEET deben recibir
instrucciones para:
• Aplicar repelentes sólo sobre la piel expuesta como se indica en la etiqueta,
y usarlos con moderación alrededor de las orejas (no se deben aplicar o
rociar en los ojos o la boca).

• Lavarse las manos después de la aplicación.

• No permitir que los niños manipulen los repelentes (los adultos deben
aplicarse el repelente en las manos primero, luego extenderlo suavemente
sobre la piel del niño).

• Aplicar repelente suficiente para cubrir el área expuesta.

• Lavar el repelente después de regresar al interior de la casa.

• Lavar la ropa antes de volver a usarla, a menos que se indique lo contrario


en la etiqueta del producto.
La mayoría de los repelentes se pueden utilizar en lactantes y niños < 2 meses. La
Agencia de Protección Ambiental no recomienda precauciones adicionales para el
uso de repelentes registrados en los niños o en mujeres embarazadas o lactantes.
Se están desarrollando vacunas contra el paludismo, pero no se sabe cuándo es
probable que esté disponible.

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