Vida Silvestre

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Vida silvestre

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Papión chacma (Papio ursinus) salvaje, parque nacional de Chobe, Botsuana.

Vida silvestre o vida salvaje se refiere a todos


los vegetales, animales, hongos, y otros organismos no domesticados que
habitan un lugar sin haber sido introducidos por los seres humanos. 12
Organismos domesticados son aquellos que fueron adaptados para sobrevivir
con la ayuda de los humanos, después de muchas generaciones. Especies de
plantas y animales fueron domesticadas muchas veces para el beneficio
humano en todo el planeta, lo que acarreó un gran impacto sobre el medio
ambiente, tanto positivo como negativo.
Entre las causas de extinción de vida silvestre se mencionan
matanzas, destrucción o fragmentación de hábitats, especies introducidas y
cadenas de extinción.3
La vida silvestre o vida salvaje puede ser encontrada en todos
los ecosistemas. Desiertos, bosques tropicales, planicies y otras áreas -
incluyendo las ciudades más desarrolladas- todas tienen distintas formas de
vida silvestre. Aunque en la cultura popular la expresión generalmente se
refiera a animales aún sin contacto con la presencia humana.
La mayoría de los científicos concuerdan que la vida silvestre alrededor del
planeta sufre, de un modo u otro, del impacto de las actividades humanas. Se
calcula que la vida silvestre se ha reducido en un 52% entre 1970 y 2014,
según un informe de World Wildlife Fund.4

Índice

 1Conservación de la vida silvestre o salvaje


 2Destrucción
o 2.1Sobreexplotación
o 2.2Destrucción y fragmentación de hábitats
o 2.3Impacto de especies introducidas
o 2.4Cadenas de extinción
 3Véase también
 4Referencias

Conservación de la vida silvestre o salvaje[editar]


Esta sección es un extracto de Conservación de la vida silvestre[editar]
Refugio de Vida Silvestre Ankeny en Oregón.

La conservación de la vida silvestre se refiere a la práctica de proteger


las especies silvestres y sus hábitats para mantener especies o poblaciones de
vida silvestre saludables y restaurar, proteger o mejorar
los ecosistemas naturales. Las principales amenazas para la vida silvestre
incluyen la destrucción, degradación y/o fragmentación del hábitat,
la sobreexplotación, la caza furtiva, la contaminación y el cambio climático.
La UICN estima que 27 mil especies de las evaluadas están en riesgo de
extinción. Al expandirse a todas las especies existentes, un informe de la ONU
de 2019 sobre la biodiversidad puso esta estimación aún más alta en un millón
de especies. También se reconoce que está desapareciendo un número
creciente de ecosistemas en la Tierra que contienen especies en peligro de
extinción. Para abordar estos problemas, ha habido esfuerzos
gubernamentales tanto nacionales como internacionales para preservar la vida
silvestre de la Tierra. Entre los acuerdos de conservación destacados se
incluyen la Convención de 1973 sobre el Comercio Internacional de Especies
Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y la Convención de sobre la
Diversidad Biológica (CBD) de 1992.56 También hay numerosas organizaciones
no gubernamentales (ONG) dedicadas a la conservación, como The Nature
Conservancy, World Wildlife Fund y Conservación Internacional .

Destrucción[editar]

Mapa de las migraciones humanas tempranas en base al ADN mitocondrial. Los números son
milenios antes del presente.
Los seres humanos han afectado a la vida silvestre, causando daño a muchas
poblaciones y aun extinción de especies.7
La explotación de recursos naturales es una característica del ser humano
moderno desde su éxodo de África, 130,000 a 70,000 años. Esta explotación
puede tener serios impactos en las poblaciones de especies silvestres,
incluyendo extinciones. Las tasas de extinción de especies de plantas y
animales en muchas partes del planeta han sido tan altas en los siglos
recientes que se piensa que el planeta ha entrado en la sexta extinción
masiva o extinción masiva del Holoceno.
La destrucción de la vida silvestre no siempre lleva a la extinción total de una
especie sino a marcadas disminuciones poblacionales. Sin embargo las
extinciones de especies dominan los estudios de la destrucción de vida
silvestre porque representan pérdidas irreparables.
Se considera que hay cuatro razones principales de pérdida de vida silvestre:
sobreexplotación o matanzas, destrucción de hábitat, impacto de especies
introducidas y cadenas de extinción.8
Sobreexplotación[editar]
Véase también: Sobreexplotación

La sobreexplotación de los recursos naturales ocurre cuando la caza o pesca


exceden la capacidad reproductiva de la población explotada. Este efecto es
más notable cuando se trata de poblaciones de lento crecimiento, como ser las
especies de peces grandes. Inicialmente, cuando una sección de la población
silvestre está siendo perseguida en exceso es posible que haya un incremento
en números al haber más recursos disponibles (por ejemplo, alimento). Pero
cuando la caza o pesca continúa en una proporción mayor que la tasa de
reproducción, la población comienza a declinar. 9
Las poblaciones más vulnerables son las que están confinadas a islas, ya sea
islas reales o hábitats rodeados por hábitats diferentes cuando son sometidas a
métodos de explotación insostenibles.

La deforestación y el aumento de carreteras en zonas de vida silvestre acarrean problemas de


reducción de biodiversidad.

Destrucción y fragmentación de hábitats[editar]


Artículos principales: Destrucción de hábitat  y  Fragmentación de hábitat.
Se considera que el hábitat de cada especie es el territorio preferido por esta.
Muchos de los procesos asociados con la habitación humana traen pérdidas
the hábitats naturales, lo que disminuye la capacidad de carga de esos locales.
En muchos casos el uso de los recursos conduce a una fragmentación de los
hábitat originales del lugar. Así ocurre con granjas o construcción de nuevos
pueblos que crean una serie de parches aislados de bosques o de vegetación
primigenia.
Impacto de especies introducidas[editar]
Artículo principal: Especie invasora
Algunas de las especies introducidas por los seres humanos a otros lugares
fuera de su distribución geográfica originaria se vuelven especies invasoras.
Los ejemplos de las especies que se han vuelto invasoras y amenazan a la
vida silvestre en muchos lugares del mundo incluyen a
los ratones, gatos, cabras, diente de león, ciertos nenúfares, etc. A menudo
ciertas especies que no son muy abundantes en su lugar de origen se
vuelven invasoras fuera de control en otros lugares de climas similares. La
razón aún no está muy clara; algunos, incluso Charles Darwin pensaban que
no sería muy probable para una especie exótica el reproducirse en abundancia
fuera de su ambiente habitual. La verdad es que esto es cierto para la gran
mayoría de las especies introducidas en otros hábitats. Pero ocasionalmente
algunas especies tienen gran éxito después de un período de aclimatación y
pueden llegar a convertirse en plagas. Una de las razones es que han dejado
atrás a los enemigos naturales que limitaban sus poblaciones en el lugar de
origen. En tal caso pueden competir y desplazar a la vida silvestre nativa.
Cadenas de extinción[editar]
La pérdida de especies crea efectos secundarios. Las poblaciones de seres
silvestres tienen múltiples interacciones con los miembros restantes de
la comunidad biótica. Por ejemplo, un herbívoro grande como el hipopótamo,
tiene parásitos que a su vez sirven de alimento a pájaros. Si el herbívoro
desaparece algunas de estas aves también serían afectadas. La extinción casi
total del castaño americano en Norte América causó la extinción de cinco
especies de lepidópteros que se alimentaban de este árbol. 10 Ciertas plantas
dependen de polinizadores específicos. Si el polinizador desaparece la planta
también puede llegar a desaparecer. A su vez los herbívoros que dependen de
esa planta también sufrirían las consecuencias. Es lo que se suele llamar
el efecto dominó, una cadena de reacciones con efectos lejanos. Estos
procesos repercuten más allá de las especies inmediatamente afectadas y
pueden poner en riesgo a la comunidad ecológica entera.

L a conservación de la vida silvestre pasa por una situación que va de seria a


extremadamente grave. Según reportes científicos, se pierde a un ritmo acelerado gran
cantidad de especies carismáticas, como mamíferos, aves, reptiles o anfibios, pero también
invertebrados, insectos y moluscos, además de plantas, afirmó Hernán Vázquez Miranda,
investigador del Instituto de Biología (IB).
En el contexto del Día Mundial de la Vida Silvestre, que se conmemora este 3 de marzo, el
universitario expuso que enfrentamos una situación muy seria, pues de las especies
conocidas muchas están amenaza- das: 70 por ciento de los anfibios, 25 por ciento de
mamíferos y 14 por ciento por ciento de las aves.

“Lo más grave es que hay grupos biológicos de los que tenemos información insuficiente o
nula, como los invertebrados y microorganismos que habitan en el fondo del océano.”

El científico recordó que no se sabe cuántas especies habitan el planeta, sólo hay
estimaciones; cerca de un millón y medio han sido formalmente descritas por taxónomos,
pero los números se pueden elevar a ocho millones, y si se incluyen organismos
microscópicos, podrían ser millones más.

El 20 de diciembre de 2013, la Asamblea General de la Organización de las Naciones


Unidas, en su 68 periodo de sesiones, decidió proclamar el 3 de marzo como Día Mundial
de la Vida Silvestre con el objetivo de crear conciencia acerca del valor de la fauna y la
flora que vive en esa condición. La fecha marca el aniversario de la aprobación, en 1973, de
la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora
Silvestres, que desempeña un papel destacado en la protección de especies frente al
comercio internacional.

Vida más allá de nuestras puertas


Vázquez Miranda explicó que “la vida silvestre se conforma de especies no domésticas, las
que existen más allá de nuestra puerta, en el mundo natural, ya sea en un parque, bosque,
selva o mar, y que conforman 99.9 por ciento del total de los organismos que hay en el
planeta: animales, plantas, hongos, bacterias y virus”.

El problema para la biodiversidad es la pérdida del entorno natural debido al crecimiento de


la población humana; los bosques son talados y destruidos, y cientos o miles de especies
desaparecen con cada manchón de selva que transformamos en pastizales para alimentar
vacas, o en desarrollos para que viva la gente.

A la pérdida de hábitats se suma el cambio climático; ambos fenómenos están íntimamente


relacionados y afectan flora y fauna. “La conservación de la temperatura de los océanos y
del mundo natural son indispensables para que la biodiversidad exista y persista, pues hay
especies adaptadas a lugares fríos y húmedos, y si aumenta la temperatura dejarán de
existir”, advirtió Vázquez Miranda.

Las pérdidas no son sólo de animales y plantas, sino también de los servicios ecosistémicos
que dan. Por ejemplo, los colibríes además de polinizar plantas y ser reconocidos por su
belleza, se alimentan de insectos, que de no ser controlados afectarían a la humanidad. Lo
mismo ocurre con los murciélagos: “Sin ellos no habría tequila ni mezcal, porque polinizan
los agaves, pero también controlan poblaciones de mosquitos; si desaparecieran, tendríamos
epidemias terribles de dengue y malaria”, aseguró el experto en ornitología.

La vida silvestre se conforma de especies no domésticas, las que existen más allá de nuestra
puerta, en el mundo natural, ya sea en un parque, bosque, selva o mar, y que conforman
99.9 por ciento del total de los organismos que hay en el planeta: animales, plantas, hongos,
bacterias y virus”
Hernán Vázquez | Instituto de Biología
Solemos hacer juicios morales de la naturaleza y decir que una planta es “mala” o un animal
“bueno”; en el mundo natural no es así, simplemente hacen lo que deben para sobrevivir,
remarcó.

“Somos los humanos quienes sin conocer bien la riqueza biológica hacemos uso
irresponsable de la naturaleza; así, creemos que porque un animal es bonito podemos
tenerlo de mascota; hacer un ritual de brujería, como los amarres de San Valentín con los
colibríes; o peor aún, nos los comemos.”

El universitario mencionó que los animales, incluidos nosotros, tenemos variados virus, y
“si no conocemos bien a las especies que tenemos, menos sabemos de las enfermedades que
pueden portar. Se nos puede antojar alimentarnos de un armadillo, pero la mayoría no sabe
que son portadores de bacterias que causan lepra y corremos el riesgo de infectarnos. Algo
similar ocurrió con la Covid-19 donde la evidencia científica reciente lo ubica relacionado
evolutivamente con los virus de murciélagos asiáticos”.

Conservación, tarea de todos


“En la conservación de la vida silvestre todos debemos colaborar, con acciones como dejar
de usar tanto plástico. En cualquier playa del mundo encontramos basura, y a veces llega
desde muy lejos por las corrientes marinas.”

Otra medida es asegurarnos que el bloqueador que usamos no afecte a la vida marina,
porque algunos son extremadamente tóxicos para los corales. Una más es ser responsables
con nuestras mascotas como los gatos, para que no cacen poblaciones de especies silvestres
de aves o lagartijas.

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