Oraciones de Protección
Oraciones de Protección
Oraciones de Protección
Oh Dios, haz que aprendiendo del mensaje de San Benito, por su intercesión y por el
signo de la cruz, me libere de todo mal, de toda perturbación; que nada ni nadie me
aleje de tu Amor.
Que el espíritu del egoísmo y de soberbia jamás aniden en mi alma. Retira de mí aquello
que me perturbe, me robe la armonía, el equilibrio. No dejes que en mi corazón haya
jamás sentimientos de violencia, ira, avaricia, codicia, envidia…, ningún tipo de maldad
ni odio a nada ni a nadie.
Oh Dios, aleja de mí a Satanás, espíritu del mal y a todos sus seguidores. Que la mentira
y engaño se borren de mi existencia, que el veneno del maligno no llegue ni a tocarme.
Que no me distraiga nunca con sus argucias tramposas.
Aparta de mí a las personas que obstaculicen y separen del camino del bien, la verdad y
el amor. Que en mi interior no haya nunca sentimiento alguno de rencor o venganza.
Que el lema de la vida de San Benito, PAZ, sea el motor de todas mis palabras,
pensamientos y acciones.
Oh Dios que con el signo de la cruz, representada en la medalla de San Benito, con las
oraciones y signos que ella contiene, envolviste de luz a las personas, rodéame con la
nube de luz blanca de la gracia de Dios, de tal forma que ningún mal se me pueda
acercar, que las fuerzas oscuras ni me vean, ni me escuchen ni sientan mi presencia y así
camine, por el planeta tierra, iluminando mis pisadas y las de mis hermanos que van al
lado.
“En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, invoco a todos los Ángeles y a los
Santos. Me dirijo a ti bendita Virgen María Madre Santísima, Reina de toda la Creación.
Te pido tu bendición, tu protección y tu Intercesión. Invoco la protección y ayuda de San
Miguel, el Arcángel líder de los Ejércitos Celestiales; de todos los Arcángeles y Ángeles.
Me uno a la alabanza, adoración y gloria dada a nuestro Dios Padre, Hijo y Espíritu
Santo. Invoco en el Nombre de Jesús la bendición, protección, y ayuda de todos los
Patriarcas, los Profetas, los Confesores, y las vírgenes y mártires; los discípulos de Jesús,
los Apóstoles y de todos los Santos que han existido y que existen.
Bendito seas Dios Padre Misericordioso, que nos has enviado a tu Hijo para que a través
de su Preciosa Sangre podamos ser salvados del pecado y liberados de nuestro Enemigo
el Demonio. Padre amado, por el Poder del Santo Nombre de Jesús y de su Preciosa
Sangre libérame Señor de todo espíritu maligno que tenga influencia sobre mi,
desátame Señor de las cadenas que me unen a la maldad ¡libérame Señor y libera a este
pueblo!, libera a todos los que están escuchando esta Oración. Separa al Enemigo de mi
vida y arrójalo fuera de mí, expúlsalo Señor en el Santo Nombre de Jesús.
Cúbreme con tu Preciosa Sangre, y libera Señor a tu pueblo, libera a tus hijos. Dios Padre
Todopoderoso: en el Santo Nombre de Jesús te pido que gane esta batalla, tengo fe en
tu Poder, alabo tu Majestad y exalto tu Autoridad. Exalto tu Autoridad sobre el
Enemigo; confío totalmente en que tú estás haciendo este trabajo para mi salvación y la
salvación de aquellos por quienes rezo. Libera Señor, suspende para siempre la opresión
del Maligno; establece tu dominio, ahuyenta con tu Preciosa Sangre a todos tus
enemigos ¡revela tu Gloria!
Cristo ha vencido al Demonio en la Cruz ¡saca al enemigo fuera de mi vida para tu honor
y gloria! En el Santo Nombre de Jesús cúbreme con tu Preciosa Sangre Jesús, libera a tu
pueblo ¡libéralo Señor!
Señor Jesús, me arrepiento de todos los pecados que he cometido a lo largo de mi vida y
te pido perdón. Señor pasa por toda mi vida desde el momento de mi concepción, y
sáname del amor que me pudo haber faltado ¡lléname de tu amor!, bendice a mis
padres antes de mi nacimiento, y bendice los padres de los que están escuchando esta
Oración; borra cualquier lujuria que haya habido en ellos y purifícalos con tu Preciosa
Sangre. Oh Dios Omnipotente que LO PUEDES TODO, bendice nuestra niñez, bendice
nuestra vida desde nuestros comienzos, bendice nuestra juventud, bendice a lo largo de
toda mi vida y hazte presente con autoridad para librarme de cualquier influencia
diabólica que me haya perturbado o que aún esté presente en mi vida. Bendice y libera
a estos que están oyendo esta Oración. Limpia nuestras almas para que quedemos
blancos como la nieve; Señor Jesús libérame de cualquier resentimiento que lleve en mi
corazón contra cualquier miembro de mi familia, cualquier persona que yo haya
conocido a lo largo de mi vida, en tu Santo Nombre cubre con tu Preciosa Sangre,
libérame Señor y libera a tu pueblo.
Libera Señor de cualquier resentimiento que yo tenga en contra mía por todos mis
errores y torpezas, por todas mis fallas y caídas ¡saca Señor todas mis frustraciones en
tu Santo Nombre y cúbrenos con tu Preciosa Sangre y libéranos Señor! Sana Señor de
cualquier resentimiento que llevemos en contra tuya por habernos sentido ofendidos
con nuestro destino, el cual es tu Santa Voluntad. En tu Santo Nombre cúbrenos con tu
Preciosa Sangre y libéranos Señor.
Señor Jesús vengo humildemente ante tu cuerpo Crucificado, ahí donde tu recibiste
todas las consecuencias de nuestro pecado, nuestras enfermedades y nuestras
debilidades y la muerte. Señor Jesús en tu Santo Nombre humildemente imploro tu
Misericordia, y te pido por los méritos de tu Pasión, agonía y muerte, y por los méritos y
las penas del Inmaculado Corazón de María que nos sanes, y que sanes a estos enfermos
que están postrados en Oración, escuchando esta Oración. Ten compasión de nosotros,
ten compasión de ellos y no tengas en cuenta nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia.
Señor Jesús, tú eres el mismo ayer, hoy y siempre, en tu Santo Nombre te pido que
pases con tu mano Santa sanando nuestras dolencias, ungiéndonos con tu Espíritu. Tu
conoces nuestros problemas, sabes cuáles son nuestras enfermedades, sabes que
enfermedades tienen ellos ¡sánalos Señor! ¡Sánanos Jesús! que en tu Santo Nombre
Glorioso queden sanos en este momento.
ORACIÓN CONTRA EL MALEFICIO Y MALDICIONES
Dios nuestro Señor Soberano de los siglos Omnipotente y Todopoderoso: tú que lo has
hecho todo y que lo transformas todo con tu sola Voluntad; tu que en Babilonia
transformaste en rocío la llama del horno siete veces más ardiente, y que protegiste y
salvaste a tus tres niños Santos. Tu que eres doctor y médico de nuestras almas; tu que
eres la salvación de aquellos que se dirigen a ti, te pedimos y te invocamos: has vana,
expulsa, y pon en fuga a toda potencia diabólica, toda presencia y maquinación
Satánica, toda influencia maligna y todo maleficio, mal de ojo de personas maléficas y
malvadas, realizadas sobre estos tus siervos. Has que en cambio de la envidia y el
maleficio obtengan abundancia de bienes, fuerza, éxito y caridad.
Tu Señor que amas a los hombres, extiende tus manos poderosas y tus
brazos altísimos y potentes y ven a socorrer, y visita estas pobres imágenes
tuyas, mandando sobre ellas el Ángel de la Paz; fuerte y protector del alma
y el cuerpo que mantendrá alejado y expulsará a cualquier fuerza malvada.
Todo envenenamiento y hechicería de personas corruptoras y envidiosas,
de modo que debajo de ti tu suplicante protegido te cante con gratitud: “el Señor es mi
Salvador y no tendré temor de lo que pueda hacerme el hombre; no tendré temor del
Mal porque tu estás conmigo”, tu eres mi Dios, mi fuerza, mi Poderoso Señor. Señor de
la Paz ¡Padre de los siglos futuros!
Sí Señor Dios nuestro ¡ten compasión de tu imagen y salva a tu siervo!, salva a tus
siervos de todo daño o amenaza procedentes de maleficios, protégelos poniéndolos por
encima de todo mal, por la Intercesión de la más que bendita y gloriosa Señora, la
Madre de Dios y Siempre Virgen María, de los resplandecientes Arcángeles Miguel,
Gabriel y Rafael, de los Santos Ángeles custodios y de todos tus Santos.