Ciberabogados Tarea
Ciberabogados Tarea
Ciberabogados Tarea
Internet ha generado una revolución que brinda nuevas y amplias oportunidades en casi todos
los aspectos de la vida, pero a la vez deja más vulnerables a las personas, empresas y
organizaciones que interactúan en el ciberespacio.
Este panorama, en el que millones de datos viajan todo el tiempo por el mundo a la velocidad
de la luz hace que surja la demanda de nuevos roles que enfoquen su atención en los
novedosos intercambios sociales y comerciales.
Para nuestro caso, podemos hablar del ciberabogado como ejemplo de un profesional que
afronta esta nueva realidad y los retos de la tecnología.
ÁMBITO JURÍDICO contactó a Álvaro Écija, managing partner del Exix Group, firma
especializada en la prestación de servicios de compliance y ciberseguridad, y director
académico del máster en ciberderecho ofrecido en España por la Universidad Católica de
Murcia (UCAM), quien nos contó de que trata esta oportunidad de aprendizaje y su
importancia.
¿Qué es el ciberderecho?
Esta disciplina busca detectar y actuar frente a los nuevos problemas que afectan a las
personas y empresas desde el ciberespacio, los cuales se traducen en retos para los
profesionales del Derecho.
Por esta razón, surge la necesidad de obtener una formación académica y especializada que,
además de actualizar de manera sólida al jurista, lo prepare para enfrentar de manera eficaz
las actuales problemáticas del manejo de la información.
El abogado debe conocer y comprender cómo se regula internet y las tecnologías que
convergen a su alrededor, para poder enfrentarse a esta nueva realidad con las competencias
profesionales necesarias.
Por otro lado, debe despertar su espíritu crítico ante los retos jurídicos que traen los nuevos
ciberproblemas, las cambiantes ciberamenazas y las nuevas tecnologías.
Así, dentro de los objetivos que se buscan alcanzar al iniciar esta nueva dinámica están
conocer la organización de las relaciones en el ciberespacio; entender la estructura técnica de
internet y la problemática jurídica; identificar desde el punto de vista práctico algunas de las
amenazas que existen en internet; conocer las estrategias y mecanismos supranacionales,
nacionales e individuales para combatir la ciberdelincuencia; detectar los problemas de
identificación en el ciberespacio y, así mismo, las ventajas y desventajas de los sistemas
utilizados.
Así mismo, busca conocer blockchain y sus principales usos; entender los principales aspectos
del crowdfunding; desarrollar un conocimiento crítico que permita discernir la evolución del
mercado, valorar la viabilidad de proyectos y nuevos modelos de negocio y conocer los
principales sujetos que intervienen en el desarrollo de eSport.
El abogado que decide capacitarse en esta disciplina ve durante algo más de un año
asignaturas relacionadas con la introducción y el entendimiento del ciberderecho (filosofía del
derecho); regulación del ciberespacio; ciberseguridad, ciberdelincuencia y ciberproblemas;
identificación no presencial y contratación electrónica; blockchain; internet de las cosas (loT) e
inteligencia artificial (AI); eSport (sector del juego online); modelos de negocio y financiación
del emprendimiento digital y tributación en el ciberespacio.
Internet es un espacio virtual donde las normas del juego han cambiado y donde han
aparecido nuevos problemas que van más allá de la seguridad de la información como los
bulos, las noticias falsas, el cyberbullying o la ciberextorsión, entre otros. Además, nuevas
tecnologías como blockchain o la inteligencia artificial (AI) requieren de una reflexión jurídica.
Los abogados necesitan tomar conciencia del ciberespacio, formarse y adquirir técnicas
orientadas a entender las nuevas reglas del juego y las implicaciones legales que traen las
nuevas tecnologías. Solo de esta manera pueden ofrecer a sus clientes, personas físicas o
empresas soluciones jurídicas adaptadas al ciberespacio.
Si el derecho se define como una disciplina que estudia las leyes o el conjunto de leyes, normas
y principios que establecen la vida en sociedad; el abogado se establece como un agente
fundamental en esta área.
Hoy en día, en Internet no existe ningún organismo que capacite al abogado para el ejercicio
de su actividad, tal y como existe en el mundo físico, aunque en los últimos años ha
comenzado a surgir una nueva profesión … Los abogados virtuales.
Ha surgido un nuevo profesional especializado en derecho de las tecnologías, que actúa dentro
de estas propias redes
Nos encontramos en una época de cambios tecnológicos y digitales imparable, que se hace
especialmente palpable en el impulso del Big Data, la robótica, la inteligencia artificial, o el
ciberespacio, tecnologías que han provocado una transformación no solo en nuestro día a día,
sino que fundamentalmente han generado nuevos retos en las empresas.
Estos cambios tecnológicos han generado una renovación en la gestión y dirección de las
organizaciones requiriendo nuevos perfiles profesionales especializados en el campo digital. Y
es en esta nueva línea donde surge la necesidad de un nuevo profesional especializado en
derecho de las tecnologías, convirtiéndose en uno de los perfiles más buscados por parte de
las empresas.
El Ciberderecho es una nueva disciplina jurídica que superará el principio territorial que impera
en la mayoría de los ordenamientos jurídicos para adentrarnos en el principio virtual, con la
creación de cibernormas y cibertribunales
En un mundo en el que todo es susceptible de ser programado, todo será susceptible por lo
tanto de ser hackeado. El abogado sufre una verdadera metamorfosis en el mundo cibernético.
Esta nueva figura, el “ciberabogado”, busca detectar y actuar frente a los nuevos problemas
que afectan a las personas y empresas desde el ciberespacio para actuar directamente dentro
de la propia Red.
La legislación no es capaz de adaptarse al ritmo de los cambios en lo digital, por lo que hay una
falta de regulación global de Internet. Cada vez hay más amenazas (virus, malware, phishing,
estafas) en la red, ciberataques, secuestros de información por ransomware, desconocimiento
sobre cómo configurar jurídicamente un sistema de connected car o cómo gestionar la
ciberdelincuencia, además de todo lo relacionado con la LOPD son algunas de las
problemáticas actuales a las que el abogado debe dar solución.
Y la solución pasa por el Ciberderecho, nueva disciplina jurídica que superará el principio
territorial que impera en la mayoría de los ordenamientos jurídicos para adentrarnos en el
principio virtual, con la creación de cibernormas y cibertribunales.
Los abogados también tienen que modernizarse formándose en habilidades digitales para
convertirse en ciberabogados. El ciberabogado deberá tener conocimientos informáticos y en
ciberseguridad, puesto que todo se encontrará en la red, para asesorar a su cliente desde el
ciberespacio; con formación digital; y con conocimientos de las normas que intentan ordenar
el ciberespacio, donde asesora a ciudadanos, organizaciones y empresas en materias TIC
(Tecnologías de la Información y la Comunicación) y por otro lado asesora a ciberciudadanos y
ciberempresas en el nuevo entorno, con nuevos paradigmas, conflictos y normas.
La necesidad de profundizar en esta nueva línea de derecho empieza a ser urgente. La nueva
era está a la vuelta de la esquina, y los ciudadanos, organizaciones y estados no pueden
quedarse atrás en el conocimiento de una nueva ciber-realidad que trasciende la vida tal y
como se ha desarrollado en los últimos miles de años.
Los abogados también tienen que modernizarse formándose en habilidades digitales para
convertirse en ciberabogados
Hemos visto que en el ciberespacio, los Estados y sus gobiernos carecen de legitimidad y
representación democráticas, tal y como las conocemos actualmente. Sin embargo, surgen
verdaderas empresas que nacen en la propia Internet y otras que ya existen en el mundo físico
y se lanzan a explotar sus servicios y productos en el ciberespacio. A estas empresas ubicadas
en Internet las denominaría “ciberempresas”.
Pues bien este ciberciudadano interactúa en la Red desempeñando, normalmente, una doble
faceta, personal o profesional y pública. Y es este último rol profesional y público el que me
gustaría destacar, en relación con la profesión de la abogacía.
Pues bien, ese agente de vital importancia en el mundo terrenal, sufre una verdadera
metamorfosis en el mundo cibernético.
Para comenzar, en Internet no existe ningún organismo que habilite al abogado, tal y como los
conocemos actualmente. Sin embargo, es una “realidad” que en estos años, han comenzado a
surgir los llamados “abogados virtuales”. Y no me refiero a los abogados cuya especialización
está enfocada al derecho de las tecnologías de la información, sino a los abogados que actúan
profesionalmente dentro de la propia Red, ofreciendo servicios intrínsecamente virtuales,
como por ejemplo, elaboración de formularios, escritos, contratos tipo o asistencia virtual.
Cabe destacar como entre los años 1990 y 2010, ha surgido un nuevo profesional abogado
especializado en derecho de las tecnologías de la información y comunicaciones. Pero me
atrevería a decir, que la revolución tecnológica ha provocado que incluso en los tiempos
actuales, estos profesionales tengan que adaptarse a una nueva realidad o era tecnológica: el
internet de las cosas o los ciberdelitos son un ejemplo de ello.
Me gustaría destacar, que a mi entender, existe una nueva figura en Internet, que denominaría
“ ciberabogado ” que dispone de las siguientes cualidades:
– Conoce las leyes territoriales donde se ubica, pero conoce mejor la normas que
intentan ordenar el ciberespacio
Ciberabogado es un nuevo termino que al igual que muchos otros términos que nacen de las
necesidades y la modernidad de una sociedad en plena evolución, como por ejemplo términos
ahora tan conocidos como: Selfi, meme, googlear, etc. Tal vez falte muy poco tiempo para que
en el diccionario RAE (Real Academia Española) incluya Ciberabogado como una palabra oficial.
Que es un CiberAbogado:
Es decir, un profesional del derecho adaptado al mundo de las nuevas tecnologías y el entorno
web es un CiberAbogado.
Este profesional conoce del Derecho, pero también sabe manejar el ciberespacio a la
perfección. Además, conoce especialmente las leyes asociadas a internet y los problemas que
pueden enfrentar las personas o empresas por su uso inapropiado.
Un CiberAbogado debe asesorar a sus clientes desde el ciber espacio, es decir atender de
manera más eficiente y pronta por medios digitales consultas de empresas y personas, lo que
se traduce en un gran ahorro de tiempo tanto para el abogado como para quien busca al
abogado, hoy en día reunirse en persona con un abogado inicialmente para hacer una consulta
está quedando en el ayer, los encuentros presenciales entre abogados y clientes se llevan a
cabo especialmente después que en la consulta inicial se considera necesario.
Un CiberAbogado debe conocer, entender y manejar las leyes territoriales que ordenan el
ámbito jurídico del ciberespacio de donde se desenvuelve y se ejerce la profesión.
Un CiberAbogado debe conocer y estar actualizados con todos los problemas que tiene y
surgen en la web a nivel global. Entender la estructura técnica de internet y la problemática
jurídica, identificar desde el punto de vista práctico las amenazas que existen en internet como
conocer las estrategias y mecanismos supranacionales, nacionales e individuales para combatir
la ciberdelincuencia.
Un CiberAbogado debe estar preparado y tener la capacidad para enfrentar el cambio que
significa para la sociedad un Ciberabogado. Como nueva profesión el ciberabogado se debe
desenvolver de manera adecuada para que la sociedad tenga conocimiento de que hay una
solución a la necesidad Jurídica que demanda el ámbito del internet en la actualidad.
Un CiberAbogado debe conocer la tecnología blockchain y sus principales usos, entender los
principales aspectos del crowdfunding (fondos mixtos para desarrollo de tecnologías), conocer
los principales sujetos que intervienen en el desarrollo de eSport (sector del juego online),
Conocer de AI (inteligencia artificial) y otros.
Conclusiones:
Internet ha generado una revolución que brinda nuevas y amplias oportunidades en casi todos
los aspectos de la vida, pero a la vez deja más vulnerables a las personas, empresas y
organizaciones que interactúan en el ciberespacio.
Este panorama, en el que millones de datos viajan todo el tiempo por el mundo a la velocidad
de la luz hace que surja la demanda de nuevos roles que enfoquen su atención en los
novedosos intercambios sociales y comerciales.
Así surge y podemos hablar del ciberabogado como ejemplo de un profesional que afronta
esta nueva realidad y los retos de la tecnología.
Internet es un espacio virtual donde las normas del juego han cambiado y donde han
aparecido nuevos problemas que van más allá de la seguridad de la información como, las
noticias falsas, el cyberbullying o la ciberextorsión, entre otros.
Si bien es cierto que en la red de redes existe una convivencia pacífica entre los operadores de
la misma, también es cierto que se pueden producir situaciones que perjudiquen y causen
daño a los ciudadanos. Y en esta situación, el derecho no puede quedarse al margen como un
mero observador.
El constante progreso tecnológico que experimenta la sociedad, supone una evolución en las
formas de delinquir, dando lugar, tanto a la diversificación de los delitos tradicionales como a
la aparición de nuevos actos ilícitos. Esta realidad ha originado un debate en torno a la
necesidad de distinguir o no los delitos informáticos del resto.
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES
+Son delitos difíciles de demostrar ya que, en muchos casos, es complicado encontrar las
pruebas.
+Son actos que pueden llevarse a cabo de forma rápida y sencilla. En ocasiones estos delitos
pueden cometerse en cuestión de segundos, utilizando sólo un equipo informático y sin estar
presente físicamente en el lugar de los hechos.
+Los delitos informáticos tienden a proliferar y evolucionar, lo que complica aún más la
identificación y persecución de los mismos.
El delito informático se define como el acto delictivo en el que se hace uso de la informática
para su comisión, bien sea como medio o como fin del mismo.
Según la Instrucción 2/2011 dictada por la Fiscalía General del Estado, los delitos informáticos
se clasifican en tres bloques:
-Delitos en los que el objeto de la actividad delictiva son los propios sistemas informáticos o las
TICs.
-Delitos en los que la actividad criminal se sirve para su ejecución de las ventajas que ofrecen
las TICs.
-Delitos en los que la actividad criminal, además de servirse para su ejecución de las ventajas
que ofrecen las TICs, entraña especial complejidad en su investigación que demanda
conocimientos específicos en la materia.
En todo caso, los actos delictivos calificados como "delitos informáticos" deben estar
tipificados en el Código Penal, donde no existe ningún Título o Capítulo dedicado
específicamente a ellos, sino que cada acto está encuadrado en el Título dedicado al bien
jurídico que se pretende proteger. Del mismo modo, la Circular nº 3/2017 de Fiscalía General
del Estado, 21 de Septiembre de 2017, sobre la reforma del Código Penal operada por la LO
1/2015 de 30 de marzo en relación con los delitos de descubrimiento y revelación de secretos
y los delitos de daños informáticos, ofrece soporte en la tipificación de este tipo de ilícitos.
Así, los delitos informáticos más comunes cometidos a través de Internet o de las TICs son los
siguientes:
*Contra la libertad:
-Amenazas
-Acoso
-Trato degradante
-Pornografía infantil
*Contra la intimidad
-Injurias/Calumnias
-Estafa
*Falsedad/Falsificación
Desde hace algunos años el internet y el avance tecnológico ha logrado cambiar el mundo,
impactar en el modo de vida de todas las personas y lograr cosas increíbles y maravillosas.
Pero al mismo tiempo se ha convertido en una de las herramienta más usada por lo criminales,
así lo indica la ONU en el 13° Congreso Sobre Prevención del Delito y Justicia Penal, contando
unas 431 millones de personas afectadas diariamente por la delincuencia cibernética, de los
cuales los delitos relacionados con la identidad y el robo de información de carácter personal
lideran la mayoría de los casos cometiendo un delito de fraude.
Los delitos informáticos son los actos ilícitos que se cometen a través de espacios digitales,
entornos digitales o en internet. En Colombia puede definirse que los delitos informáticos son
los accesos de manera ilícita o no autorizada a los datos e información que están resguardados
en formatos digitales, estos actos están tipificados en la Ley 1273 del 2009:
Daño Informático.
Una parte importante que establece la Ley son las Circunstancias de Agravación Punitiva, es
decir, cuando los delitos cometidos pueden ser más graves de lo que parece. Si alguno de los
delitos informáticos es cometido sobre redes o sistemas informáticos pertenecientes al estado
o a entidades financieras tanto nacionales como extranjeras puede ser una agravación del
delito, otra es si los delitos son cometidos por servidores públicos en ejercicio de sus
funciones, si la información o actividad delictiva se genera con fines terroristas o poniendo en
peligro la seguridad nacional, o incluso cuando el administrador de una red de datos usa estos
para su beneficio o de manera poco fiable lo que puede añadir hasta 3 años de prohibición de
trabajo en sistemas de redes de información, entre otros.
Por ello es importante que en el caso de haberse cometido un delito informático en Colombia
se contacté con abogado urgentemente, así le podrá ayudar a verificar o estudiar su caso y en
otras instancias pueda asesorarle en su defensa legal ante los posibles cargos de los que pueda
ser acusado
Por otro lado el desconocimiento de las normas no exculpa a una persona de haber cometido
un delito informático, esto debido a que el Estado colombiano presume que sus ciudadanos
conocen las leyes. La pena mínima impuesta por un cargo de delito informático es de 4 años, y
además para este tipo de delitos no es posible modificar la medida de aseguramiento, es decir
no se puede solicitar el privilegios como el de casa por cárcel.
Por último se debe tener en cuenta que tomando precauciones se puede disminuir el riesgo de
ser víctima de una delito informático. Usando programas de protección como Firewalls y
Antivirus en los computadores personales, usando cifrado de datos para los paquetes de datos
en las empresas que manejan gran cantidad de información. Y siendo usuarios éticos y
responsables de las herramientas informáticas.
Seguramente has vivido situaciones dónde se te cae el internet y quedas desconectado por
algunos minutos en medio de una reunión importante, o quieres descargar un video, y se toma
en ocasiones horas, porque tu conexión no es la más adecuada.
Como éstas, podemos encontrar cientos de situaciones relacionadas con el uso y velocidad de
la red, si te identificas con alguna de ellas, esta información es para ti.
Según una reciente publicación del Foro Económico Mundial, la Tecnología 5G se refiere a la
quinta generación de tecnología celular para proveer acceso a banda ancha. Tiene un estándar
para incrementar la velocidad y el volumen de información de las redes inalámbricas.
1. Menor latencia: es decir, que con la tecnología 5G, los dispositivos se tardarán menos
tiempo en ejecutar una orden y tendrán menos intermitencias.
2. Rapidez: la tecnología 5G alcanzará velocidades de entre 10 y 250 veces las actuales,
lo que permitirá bajar una película en alta definición en segundos, ver televisión 8K, así
como ver hologramas o aplicaciones de realidad virtual.
3. Conexión Simultánea: La tecnología 5G podría soportar unos 20 mil dispositivos
conectados en apenas un área equivalente a un campo de fútbol, unas 100 veces la
capacidad actual.
Beneficios:
Educación: Otra faceta que verá un impulso relevante será la educación personalizada,
ya que la implementación de tecnologías de Big Data y Machine Learning permitirá
que los hallazgos de los análisis se aterricen en aplicaciones puntuales y más
integrales, que requieren gran ancho de banda.
Se estima que la tecnología 5G, llegue a unos 4 millones de personas en 2019, a 54 millones en
2020, 191 millones en 2021, 551 millones en 2022, 1.031 millones en 2023 y 1479 millones en
2024; dicha cobertura llegará a inicialmente a Asia, América del Norte, Europa Occidental,
Europa Central y del Este, América Latina, y Oriente Medio y África, respectivamente.