Violencia Sexual
Violencia Sexual
Violencia Sexual
Indice
1. Introducción
2. Abuso Sexual En Niños
3. Acoso Sexual
4. Abuso Sexual En El Matrimonio O La Pareja
5. Dominación Femenina
6. Abuso Sexual En Hombres
1. Introducción
La violencia
sexual se manifiesta con actos agresivos que mediante el uso de
la fuerza
física,
psíquica o moral reducen
a una persona a
condiciones de inferioridad para imponer una conducta sexual
en contra de su voluntad. Este es un acto que busca
fundamentalmente someter el cuerpo y la voluntad de las
personas.
La violencia
sexual tiene multiples formas:
Qué Decir
3. Acoso Sexual
4. Abuso Sexual En El
Matrimonio O
La Pareja
Ejemplos :
Llegar a una relación sexual sin haberla querido, quede
claro que no haberla querido y no habiendo entrado posteriormente
en un juego de
seducción y erótico de los dos.
Con las siguientes particularidades en orden de
gravedad:
5. Dominación Femenina
Dicho juego
erótico consiste básicamente en un cambio de los
roles tradicionales (o al menos antiguamente tradicionales) de
"pasividad-sumisión" por parte de la mujer y
"dominación-agresividad-iniciativa" por parte del hombre durante
el desarrollo de
las actividades sexuales y en especial durante los juegos
eróticos que muchas parejas disfrutan y practican como un
estimulante aperitivo previo a la consumación de la
relación sexual propiamente dicha.
En la Dominación Femenina el juego consiste en implementar
una fantasía erótica muy habitual en muchos hombres
y en muchas mujeres: el que la mujer domine,
comande, sea el ama y señora que ordene a su hombre a
hacer todo lo que ella le diga, y el hombre a su
vez asuma el rol de siervo, esclavo o prisionero que cediendo su
libertad y
voluntad a la mujer, se
esforzará en cumplir con las órdenes de ella
mientras dura el juego.
En dicho juego, que puede tener una duración de unos pocos
minutos previos al acto sexual o prolongarse durante horas e
incluso días, la mujer
podrá asumir roles tales como los de ama (la más
común y abarcadora), diosa, dueña,
empleadora-patrona, jefa, secretaria o colegiala dominante,
amazona, etc. y el hombre los
roles complementarios como los de siervo o esclavo, humilde
empleado, prisionero, y hasta sufrir una cosificación por
lo que será tratado como un objeto (asiento, lustrador,
cenicero, trono, etc.) que brindará placenteros servicios a su
ama o ser "animalizado" y transformado en caballo-humano o perro
propiedad de
su dueña, que sabrá como adiestrarlo para que pueda
satisfacerla de la mejor manera posible.
Una Cultura de
Silencio
Es particularmente difícil para los niños y los
hombres revelar que fueron sexualmente atacados. Nuestra sociedad
nos condiciona a creer que los hombres deben estar siempre "en
control": de sus
emociones, de
otras personas y de su entorno. Se les enseña a definirse
a sí mismos como hombres por el grado al que puedan
alcanzar con éxito
este control. Como consecuencia, la mayoría de hombres no
cree que será una "víctima", y especialmente no en
el terreno sexual. Cuando esto ocurre a menudo provoca un fuerte
choque emocional, siendo algo tan alejado de la experiencia
normal de los hombres.
No sólo es difícil para los hombres aceptar el ser
sexualmente atacados, sino también común que vivan
en silencio, ya que las reacciones de otras personas aumentan la
sensación de ser victimizados. Al igual que al
sobreviviente le resulta difícil creer lo que le ha
ocurrido, también otras personas responden con
incredulidad. Si un hombre revela que fue abusado sexualmente, a
menudo se le castiga aún más cuando su
"hombría" y orientación sexual son
cuestionadas.
El ataque sexual es una forma de violencia en la cual el
"sexo" es
utilizado como arma contra la persona de quien se abusó.
Como consecuencia, a la mayoría de hombres sobrevivientes
les preocupa en alguna medida su sexualidad, ya
sea en lo relacionado a nuestra identidad
masculina, nuestra posición entre hombres, la masculinidad
de nuestra conducta, nuestras preferencias sexuales, la
frecuencia y satisfacción de nuestra actividad sexual o
nuestra capacidad para la intimidad sexual.
Estos problemas
afectan nuestras vidas cotidianas, a menudo durante años
después de que terminó el abuso.
Por lo general, la gente asume que cuando un hombre ataca o viola
sexualmente a otro hombre, el ofensor es homosexual y la
víctima también lo es. Estas nociones, populares
pero equivocadas, tienen su raíz en el mito de que el
asalto sexual busca principalmente la gratificación
sexual, y la gente ignora los asuntos del poder y el
control. Las investigaciones
han mostrado que la mayoría de hombres que atacan a otros
hombres tiene una orientación heterosexual y que la
mayoría de sobrevivientes de violencia sexual
también es heterosexual.
Asumir que los ofensores son homosexuales protege y exonera al
ofensor heterosexual e injustamente hace surgir sospechas y
culpabilización hacia la comunidad
homosexual.
Asumir que la víctima es homosexual tiene consecuencias
negativas para el sobreviviente, quien, sin importar que sea
heterosexual u homosexual, sufrirá el estigma social de
ser considerado homosexual, además de la sensación
de culpa por el ataque. Esta culpa está basada en la
incapacidad de hacer una distinción clara entre el
sexo con
consentimiento y sin consentimiento.
Aunque el abuso sexual crea confusión y
preocupación acerca de la sexualidad, no
determina la preferencia sexual del sobreviviente. Es solamente
el sobreviviente, y no el ofensor, quien determina sus
preferencias sexuales y con quién está dispuesto a
tener relaciones sexuales.