Lib Rode Lke Sake Saku Do Ku

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EL LIBRO DEL KESA

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el libro del kesa

KESA KUDOKU
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el libro del kesa
SHOBOGENZO
«KESA KUDOKU»
de EIHEI DOGEN (1200-1253)

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el libro del kesa

Traducción y Comentarios del


Maestro Taisén Deshimaru
Notas recogidas por sus discípulos, 1978-79

2014 - Edición de la Asociación Zen Taisen Deshimaru fundada por Bárbara Kosen
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el libro del kesa
PREFACIO

Esta obra es el tercer volúmen de la publicación integral de los kusen


del Maestro Deshimaru. El kusen es la enseñanza oral durante el zazen.
Los kusen aquí reunidos fueron pronunciados por el Maestro Deshimaru
durante los quince años de su misión en Europa. Unos en el dojo de París,
otros durante el desarrollo de sesshin que desde 1968 dirigió en Europa,
Norte de Africa, Estados Unidos y Canadá.
Hace dos mil quinientos años el Buda Shakyamuni hablaba ya de tres
tesoros que debíamos preservar: el Buda, el dharma y la sangha. El primero
no es otra cosa que zazen, la vuelta a la condición original. La tercera es
la gran familia, la comunidad santa de todos los practicantes. El segundo 5
es la ley, el orden cósmico; es inseparable de los otros, puesto que es la el libro del kesa

enseñanza del Buda a la sangha. Su expresión es el kusen. Hay dos carac-


terísticas que determinan toda la originalidad y la fuerza de la enseñanza
zen. En primer lugar se trata de una enseñanza transmitida de generación
en generación, de patriarca en patriarca. Cada uno de los grandes maes-
tros de la trasmisión ha podido hacer hincapié y desarrollar algún aspecto
particular del dharma, pero, si leemos los primeros sutras de Buda, o a
Tozan, Dogen o Taisén Deshimaru, se trata de la misma tradición, pura e
inalterada, perfecta, como en el origen de los tiempos.
Pero el kusen es único por otra razón, que le es propia: es una enseñanza
que se da durante la practica de zazen, una trasmisión entonces, de buda
a buda, i shin den shin empleando el lenguaje zen, es decir, de mi espíritu
a tu espíritu, de mi corazón a tu corazón. Completamente diferente de
una teoría, de un dogma que se aprende de memoria y se diseca con el
intelecto; el kusen no sale de la consciencia personal, no se dirige a la
consciencia personal. Surge de hishiryo y se dirige a hishiryo, la consciencia
profunda cósmica, supraindividual. El Maestro Deshimaru decía que no es
necesario escuchar el kusen conscientemente, y menos todavía intentar
comprender... Se dirige directamente al inconsciente, más allá de nuestras
categorías personales. Son los «granos de sabiduría» depositadas en la
consciencia alaya (almacén, depósito de la consciencia).
Pero no debemos creer que los maestros difunden una enseñanza secreta.
En el Zen no hay ningún esoterismo, ninguna metafísica, ninguna mística;
sino más bien al contrario, verdades primordiales enraizadas en la vida y
experiencia de cada uno. El lenguaje zen es simple y directo, con imágenes
y expresiones familiares, incluso chocantes... Maestro Deshimaru se expre-
saba en una lengua extranjera: el inglés, más exactamente en «zenglish»,
lengua personal a base de inglés, salpicado de palabras en sánscrito, chino,
japonés e incluso expresiones francesas y a veces alemanas. Sus discípulos
cercanos estaban habituados al zenglish, pero este lenguaje particular era
difícil de comprender para aquellos que no estaban familiarizados, incluso
para los angloparlantes.
El kusen era traducido simultáneamente al francés por un discípulo cer-
cano. También se tomaban notas escritas íntegras y a veces se grababa en
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el libro del kesa cintas magnetofónicas. En su escrito ¿Qué es el kusen?, Maestro Deshimaru
decía: «Si ponemos el kusen en un buen francés, perderá su fuerza, se
volverá débil y dulce y entonces ya no será un kusen». Para conservar su
pureza y fuerza originales, hemos mantenido este material prácticamente
en bruto, sin retocar, respetando no solo las palabras, también la cadencia,
el tono, el humor e incluso los silencios, que dan un ritmo vivo y la facul-
tad de tocar profundamente. Antes que buscar la elegancia del lenguaje,
decidimos hacer las mínimas modificaciones, imprescindibles, de lo escrito
en los cuadernos originales. Sólo se corrigen aquellas faltas de traducción
(anglicismos), de transcripción o de mecanografiado. También nos hemos
esforzado en elegir una tipografía clara y ligera, haciendo hincapié en las
citas de los textos comentados.
Muchas tradiciones no han sabido guardar su espíritu vivo, en parte, por-
que las palabras de sus fundadores, retocadas a lo largo de los siglos, han
perdido su significado original. Al publicar esta edición integral de la ense-
ñanza del Maestro Deshimaru, todo lo completa que es posible y fiel a las
palabras que pronunció en el dojo, esperamos establecer una base sólida,
indiscutible, a partir de la cual se puedan realizar todo tipo de trabajos y
estudios sin perder el contenido de la enseñanza original.
Se trata de un acontecimiento capital. Dispersado, aparentemente, en
numerosos cuadernos publicados de forma artesanal y difundidos entre un
público reducido, la enseñanza que reagrupamos en esta edición integral
es una joya preciosa. Desde Dogen, en el siglo XIII, ningún maestro zen
había producido una cantidad equivalente en volúmen, de una enseñanza
tan fuerte, tan pura y profunda.
Aquellos que ya conocen los escritos de los grandes maestros del pasado
encontrarán aquí la misma enseñanza, la misma tradición; pero desarro-
llada con un espíritu totalmente moderno, totalmente libre y creativo.
El Maestro Deshimaru se dirige a los hombres y mujeres del siglo XX. Es
suficiente leer esta obra para darse cuenta hasta que punto el mensaje del
Zen es universal y adaptado a la crisis que atravesamos.

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el libro del kesa
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el libro del kesa
¿QUE ES EL KUSEN?

Kusen. ¿Qué es el kusen?


Ku: la boca.
Sen: la enseñanza.
El kusen es la enseñanza del maestro a sus discípulos, en el dojo, durante zazen.
El kusen es un lenguaje secreto, una técnica zen de la palabra, reservada a los
discípulos Zen soto en zazen en el dojo.
Es el secreto entre maestro y discípulo que las personas del exterior no pueden
comprender. El kusen es, del maestro al discípulo y del discípulo al maestro.
Algunas veces, el maestro utiliza el kusen para regañar a sus discípulos.
Utiliza frases simples y muy importantes: «Entrad el mentón». «No os mováis».
«Estirad la columna vertebral». (Enseñanza para la postura y la concentración).
A veces la enseñanza es simple, otras larga y profunda. Pero no es literatura ni
una conferencia.
El maestro debe atacar e impresionar el espíritu de los discípulos. 9

Si ponemos el kusen en un buen francés, pierde su fuerza, volviéndose débil y


el libro del kesa

dulce, y en ese momento, ya no es un kusen. El kusen usa un lenguaje directo,


a veces cínico, a veces cómico con un tono de humor.
Las frases son cortas, directas. Estas frases cortas son necesarias porque deben
atacar.
El silencio también es una enseñanza.
El kusen no tiene como finalidad la educación del intelecto y del saber, debe
impresionar el cerebro profundo y hacer surgir la intuición y la sabiduría más
elevada. Durante zazen, los discípulos inconscientemente, naturalmente, auto-
máticamente, oyen el kusen, por lo que intentar memorizar no es necesario. El
kusen penetra en el subconsciente y la memoria lo graba automáticamente,
inconscientemente, naturalmente.
Durante el kusen, el maestro crea la enseñanza transmitida por su maestro. Hay
que insistir sobre esta creación aquí y ahora.
Si fuerais un maestro y leyerais este kusen en el dojo, no sería un kusen.
Si una persona comenta y explica un kusen, ya no es un kusen. Sólo un maestro
auténtico de la trasmisión puede crear el kusen desde el fondo del inconsciente
cósmico.
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el libro del kesa
Comprender la importancia del kesa

A lo largo de la historia del budismo hinayana y mahayana todos los maes-


tros, todos los grandes monjes, abandonaron su trabajo para dedicarse a
dar conferencias, a escribir y a traducir sutras. Pero actuar así no es la
actitud más elevada. Hacia el final estudiaron el verdadero kesa trasmitido
y abandonaron sus antiguos kesa erróneos para vestir el verdadero kesa.
Esto significa abandonar los errores y volver al verdadero dharma, la cosa
más importante.
En el Zen, zazen y kesa son unidad.
A menudo, para los europeos, comprender el kesa es muy difícil. Pero, ¿por
qué el kesa? ¿es una formalidad? El Maestro Dogen explica en el Kesa 11
el libro del kesa

Kudoku por qué kesa y zazen son la verdadera religión. Sin kesa, zazen
no es una verdadera religión. Se convierte en un método de salud como
el yoga.
El kesa no es necesario para la gente de baja dimensión. Pero para aque-
llos que buscan la Vía, que tienen deseos elevados hacia la Vía más ele-
vada, el kesa tiene un valor muy grande. Al llevar el kesa y hacer zazen
se puede obtener inconscientemente, naturalmente, automáticamente un
gran mérito, la verdadera Vía.
Los méritos del kesa

En el Shobogenzo, Dogen habla de los méritos y de la trasmisión del kesa.


Nagarajuna fue el más grande bodhisattva de la historia del budismo
mahayana. Al final de su vida quemó todos sus libros y abandonó todo lo
que había estudiado a través de los sutras y se consagró únicamente al
estudio del kesa. Dogen también se concentró sobre el kesa.
El estudio del kesa es, pues, muy importante. Coser y practicar con las
manos es más profundo que hablar.
Dai sai gedapuku
Muso fukuden e
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el libro del kesa Hibu nyorai kyo
Kodo sho shujo
Traducción: Vestido universal, ilimitado y beatífico. Ahora tengo el satori
de Buda para ayudar a todos los seres. O Maravillosa emancipación.
Cada mañana durante la ceremonia, se repite tres veces este sutra colo-
cando el kesa sobre la cabeza.
En la vida, la felicidad de los méritos sociales aumenta los deseos. Pero
en lo concerniente al kesa, esto no es así. No es un vestido a la moda.
Cuando nos ponemos un vestido bonito, tenemos el deseo de salir, de
enseñarlo. Aunque el rostro no sea muy bello, se olvida y uno tiene deseo
de exhibirse. A la mayoría de las mujeres les gusta enseñar sus vestidos
bonitos. Pero en este dojo es necesario llevar un vestido negro y no rojo
o de color extravagante. Para el kesa hay que escoger un color oscuro. Es
la historia del gran campo de felicidad. Una pequeña semilla que penetra
en un campo y que hace aparecer miles de vidas. Los méritos del kesa son
mil veces más importantes que los vestidos a la moda que acrecientan
los deseos. Si vestís el kesa o el rakusu inconscientemente, naturalmente,
automáticamente, los deseos y el mal karma decrecen. Esto provoca una
vuelta a la condición normal y corta el karma.

Voy pues a hablar del espíritu original del mahayana, del sutra de la obser-
vación sin mancha en el que están relatados los diez méritos del kesa.
Todo el mundo puede vestir el kesa, no está reservado a los monjes. Incluso
un laico o un practicante de otra religión que no ha recibido la ordenación
puede llevarlo. Existen diferentes tipos de kesa. El monje debe tener tres:
de cinco, de siete y nueve bandas.
Antiguamente católicos, musulmanes, griegos llevaban también la vesti-
menta sagrada en forma de toga. Llevar un vestido así es la mayor felicidad.
Pero actualmente vestir el kesa es difícil. Existen pues, pequeños kesa, los
rakusu, que tienen los mismos méritos. Pero si podéis, llevad siempre el
gran kesa. Incluso si un perro viste el kesa puede volverse Buda en una
próxima vida.
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el libro del kesa
Llevando el kesa podéis reflejaros y ver vuestra propia imagen. Vuestras
maneras se vuelven justas. A menudo observo en el dojo el comportamien-
to de los que llevan un gran kesa. Es mejor que el de los otros. Lo mismo
sucede con los que llevan el rakusu. Algunos monjes cuando eran princi-
piantes no tenían maneras bellas. Pero el hecho de vestir cada mañana el
gran kesa trasforma el comportamiento. Las posturas de zazen se hacen
más fuertes y más respetables.
Cuando se viste el gran kesa, la dignidad, la belleza se manifiestan. Haga
frío o calor, el espíritu de la Vía, de la Bodhi, se fortalece. Esto no es for-
malismo. Tiene un sentido muy profundo. Al vestir o coser el kesa, aparecen
méritos infinitos y por esto mismo el karma cambia. Esta filosofía es aún
más profunda que la del mantra del Hannya Shingyo.
La trasmisión del kesa

Los diez méritos del kesa están contenidos en el sutra Kesa Kudoku del
Maestro Dogen. Voy, pues, a traducir y comentar este texto del Shobogenzo.
En este libro dos capítulos están consagrados al kesa: Kesa Kudoku y Den-e,
los méritos del kesa, y la trasmisión del kesa que dicen más o menos lo
mismo, sólo varían algunas frases.
«De Buda a Buda, de patriarca en patriarca, la trasmisión autén-
tica del Dharma se ha perpetuado exactamente. En China, la
verdadera trasmisión viene únicamente de Bodhidharma, el
que vivió en el monte Suzan».
14 Sólo Bodhidharma lleva la trasmisión de India a China a través del kesa,
el vestido verdadero.
el libro del kesa

Muchos monjes han trasportado por esa carretera estatuas, sutras, libros,...
sólo Bodhidharma trasmitió el kesa.
Los sutras cuentan que el Buda entregó su primer kesa verdade-
ro a Mahakashyapa y que este kesa fue trasmitido hasta Bodhidharma.
¿Históricamente es esto auténtico? Poco importa. El hecho es que
Bodhidharma fue el vigésimo octavo patriarca después de Shakyamuni.
En los templos japoneses, en Eihei-ji, se recita el nombre de todos los Budas
que se sucedieron en India desde el Buda Shakyamuni hasta Bodhidharma.
«De maestro auténtico a discípulo auténtico, de maestro a
maestro, de patriarca a patriarca, Bodhidharma fue el vigésimo
octavo sucesor. Se dirigió a China y allí fue el primer patriarca
de la trasmisión. Después en China la trasmisión se sucedió
durante cinco generaciones hasta Eno, Daikan Eno, que fue el
sexto patriarca y el trigésimo tercero de toda la línea».
Eno Se dirigió al monte Obai donde habitaba el Maestro Konin. Allí vivían
numerosos monjes. Eno no recibió la ordenación, pero se hizo cocinero. El
Maestro Konin quería dar la trasmisión y pidió a sus discípulos que escri-
bieran un poema. Jinshu, el primer discípulo, el más inteligente de todos,
escribió:
El cuerpo es el árbol de la Bodhi
El espíritu es un espejo brillante
Hay que desempolvarlo sin cesar
Para que no se deposite el polvo.
Jinshu colocó el poema a la entrada del dojo. Era el mejor de todos los
poemas. Eno no sabía ni leer ni escribir, al volver de la cocina pidió a un
amigo que se lo leyera. Eno no se impresionó y dijo: «Es un error, esto no
es el verdadero Zen. Nunca nuestro Maestro nos ha enseñado tales cosas.
Escribe esto:
No hay árbol de la Bodhi
ni espejo brillante
Puesto que en lo fundamental todo es ku
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¿dónde podría depositarse polvo? el libro del kesa

El Maestro Konin se sorprendió totalmente al ver el poema y pensó: «Es


verdad, sólo Eno ha comprendido mi Zen». El Maestro se dirigió entonces
a la cocina donde trabajaba Eno machacando y lavando el arroz.
–¿Has terminado tu trabajo?
–El arroz está completamente blanco. Sólo falta tamizarlo, respondió Eno.
Entonces el Maestro Konin golpeó sobre la piedra donde se machacaba
el arroz. Esto indicaba la hora a la que Eno debía dirigirse en secreto a la
habitación de Konin. A medianoche le entregó su kesa y sus boles.
«Has comprendido totalmente, te doy el shiho, eres mi discípulo y debes
continuar la trasmisión. Pero es necesario que huyas, pues cuando se
extienda la noticia, tendrás seguramente enemigos».
Se fueron juntos. El Maestro Konin recomendó a Eno ir a los países del
sur y le acompañó hasta el barco, antes de retirarse a las montañas. Eno
atravesó el río y vivió en un pueblo de pescadores.
Se cuentan muchas historias en relación a esta huída. En particular un
mondo célebre que tuvo lugar con un general que le perseguía a caballo.
Eno depositó su kesa sobre una roca y el general no pudo cogerlo, era
demasiado pesado. Vivió escondido durante algunos años, después recibió
la ordenación en el monte Sokei. Eno recibió el shiho antes que la orde-
nación. Después vivió en este templo del monte Sokei.
Dogen, en el Shobogenzo, continúa así:
«A medianoche, Eno recibió la trasmisión de este kesa del dhar-
ma que guardó a lo largo de su vida. Hasta nuestros días este
kesa ha estado en el templo Horin-ji, en el monte Sokei, donde
fue depositado sobre una estela y venerado.
Después, una o dos veces por año, muchos emperadores chinos
pidieron llevarse este kesa a su palacio. Celebraban entonces
una ceremonia y hacían sampai delante del kesa. Lo veneraron
como un tesoro nacional. Sobretodo los emperadores Chusho,
Shukusho y Daishu, lo veneraron muy particularmente. Cuando
transportaban el kesa del templo al palacio o a la inversa,
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el libro del kesa
enviaban un mensajero especial, y ese día, día santo, tenía
lugar una gran ceremonia.
Un día el emperador Daishu dijo para todo el país: Enviaré a un
gran general, Ryusakei, hasta el templo; y de este kesa hago
un tesoro nacional ¡Que en el templo se coloque una estela
ceremoniosamente! Numerosos y verdaderos monjes zen lo
guardaron solemnemente y lo protegieron sin deteriorarlo».
Después Dogen sigue hablando de los méritos del kesa:
«Incluso si un rey de un minúsculo país preserva este kesa se
engrandece más que si dirigiera el mundo entero, y yo soy
muy feliz. El kesa existe allí donde el budismo se practica».
Se puede interpretar a la inversa:
«Incluso si fuera un rey de un gran país, o de la infinidad de
los mundos y del cosmos entero, no sería muy feliz. Aunque
sólo fuera el rey de un pequeño país y pudiese contemplar y
respetar ese kesa, grande sería mi alegría».
Este pequeño rey es mejor que cualquier gran rey. Protege el kesa y tiene
más grandeza que aquel que reina sobre el universo. El verdadero Buda
vive exactamente en el lugar donde existe el verdadero kesa, en todos los
lugares donde se encuentra...
Kesa, en sánscrito kesaya, significa color mezclado. No se trata de un color
claro, ni de uno de los tres colores primordiales: rojo, amarillo, azul. Es un
color oscuro, mezclado, del que no se puede medir el límite.
Kesaya, color ilimitado. Muso fukuden e: el vestido ilimitado. La forma del
kesa es también ilimitada. Se puede coser kesa de cinco, siete, nueve, trece,
quince,... bandas. Yo tengo uno de veinticinco bandas y es posible hacerlo
de más de cien bandas. La forma y la calidad del kesa son ilimitadas. Es
posible utilizar todo lo que ha servido en la cocina, en los trasteros, en los
retretes,... En India antiguamente, durante las menstruaciones, las mujeres
utilizaban trapos. Se recogían estos trapos, se limpiaban con la ayuda de
ceniza y se ponían en remojo mucho tiempo. Después se cortaban y se
teñían con tinturas vegetales. Por eso la calidad de esos tejidos es ilimitada.
¿Cuál es el objeto de fe en el Zen? ¿La estatua de Buda? No. Debemos creer 17
el libro del kesa

en zazen. Zazen, él mismo, es el objeto de fe.


En China y en Japón el amidismo está muy extendido ¿qué es el Buda
Amida? En sánscrito, A tiene un sentido negativo; Mida, significa límite.
Amida quiere pues decir sin límite, no medida, sin categoría, como maka,
no absoluto, más allá, hishiryo.
Amida Buda significa la vida infinita, tal es la traducción de este kanji.
Pero la verdadera significación es hishiryo, más allá del pensamiento, de
los límites, de las medidas.
Namu Amida: namu significa creer, creer en hishiryo. Creer en zazen o en
Amida es la misma fe. Pero creer en el propio zazen, en la propia postura,
es difícil. Entonces en el zen se tiene fe en el kesa. Aunque material, el
kesa, permanece infinito. Todos los maestros de la trasmisión han creído
únicamente en el kesa. Si se cree en una persona o incluso en Dios, Buda,
Nyorai,... o en la estatua de Buda, uno termina equivocándose.
Hay que creer en el infinito, en el cosmos. Pero esto es difícil. Entonces el
kesa, como objeto de fe, es muy práctico. A menudo a las personas, espe-
cialmente a las mujeres, les gusta llevar vestidos bonitos, vestidos de lujo.
El kesa es el vestido infinito, el mejor, el más noble, el más respetable, el
más bello.
Para hacer un kesa o un rakusu también se pueden utilizar tejidos boni-
tos. Dogen escribe: «Este vestido es ilimitado». Pero lo esencial es no estar
apegado. Entonces, sin apegos, se puede utilizar todo: el lino, el algodón,
la seda, los tejidos sintéticos, la lana, el terciopelo,... Sin apegos, el peor
de los vestidos se vuelve el más elevado.
Desde lo más sucio que hay, de lo peor, de lo inútil, a partir de cosas que
deberían quemarse, hacemos el kesa. Después, algunas personas lo cosen,
y esto se vuelve el vestido más valioso. Cada mañana, los monjes se lo
colocan encima de la cabeza cantando el sutra del kesa.
Dai sai gedapuku
Muso fukuden e
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el libro del kesa
Hibu nyorai kyo
Kodo sho shujo
Y este vestido se vuelve entonces el de más valor. Nadie hace sampai delan-
te de un abrigo de un millón de francos, no es tan respetado. La relación
entre zazen y el kesa es muy profunda.
En el Shobogenzo, Dogen escribe:
«Por todas partes donde la enseñanza de Buda se ha extendido,
en los tres mil mundos, por todos lados, el kesa existe. Y este
kesa se ha trasmitido de Buda a Buda a través de menju».
Menju significa cara a cara. Enseñar directamente cara a cara.
Comprender el zen a través de los discursos o por los libros no es nada
eficaz. Menju es necesario. El maestro mira al discípulo de la coronilla a
los pies. Esto es menju. No os miro sólo para corregir vuestras posturas,
también para ver quién ha venido, y por el aspecto del rostro comprendo
vuestro espíritu. A continuación podría dar el shiho. Sin menju, el verda-
dero zen no existe.
Durante la ceremonia de ordenación, a través de menju, entrego el kesa o
el rakusu. Sólo por menju, la trasmisión se efectúa de Buda a Buda.
Dogen escribe:
«En la montaña, el fundador, el gran patriarca (Bodhidharma),
sólo él, ha trasmitido el verdadero kesa de Buda. La línea cola-
teral no lo ha recibido».
El vigésimo séptimo patriarca fue el maestro de Bodhidharma, Hannyatara.
Otros opinan que fue el bodhisattva Buddhabadra. Pero el verdadero kesa
trasmitido no le fue entregado y no pudo ser el vigesimoséptimo patriarca,
ni dar la sucesión a su discípulo, el Maestro Jo. En la historia del budismo
es muy conocido el maestro Jo, pero no fue un patriarca de la trasmisión.
Tampoco el Maestro Hoyu, discípulo del Maestro Doshin, el cuarto patriar-
ca (Bodhidharma, Eka, Sozan, Doshin), recibió el verdadero kesa trasmitido
y por lo tanto no formó parte de la línea de la trasmisión. Esta es una línea
colateral.
Dogen continúa:
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el libro del kesa
«Incluso aquellos que han recibido la enseñanza sin el verda-
dero kesa trasmitido, aquellos que han recibido Shobo, pueden
recibir los méritos. Viejos de mil años (semko) o de diez mil
años (manko), como una antigüedad, su provecho, su utilidad
es grande e infinita.
Pero el verdadero kesa trasmitido no puede ser comparado con
lo que no ha sido legado directamente, íntimamente.
Entonces, hombres santos, si deseáis recibir la trasmisión de
la enseñanza sagrada, recibid y proteged el kesa; es necesario
que os sea legado el verdadero kesa, aquel que fue trasmitido
desde Buda Shakyamuni, de patriarca en patriarca».
Después Dogen habla de la esencia de los méritos del kesa.
Los poderes del kesa

He hablado de muso fukuden e y he dicho que la forma, la cantidad, la


calidad, el color del kesa son infinitos. El aspecto del kesa existe, pero sin
embargo no existe. Su color existe, pero es infinito. Muso, no mensurable;
amida, hishiryo, imposible de medir, infinito y eterno; Amida Buda, Buda
de la vida eterna.
Fukuden e: fuku, felicidad, suerte; den, campo; e, vestido. De los campos
provienen el arroz, la hierba que alimenta a las vacas. Es infinito. La comida
siempre llega. Si vestís o coséis el kesa, grandes méritos llegan.
Dogen escribe en el Shobogenzo:
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el libro del kesa «En India, en China, en los tiempos antiguos, en la época de
Buda, todo el mundo practicaba la enseñanza de Buda. Se
seguía esta enseñanza y se practicaba el dharma justo, correc-
to, y esto durante mil años».
Después, durante quinientos años ha habido una imitación del dharma. Y
durante los últimos quinientos años la práctica no ha existido. Es la era
Zobo. Nadie tiene el satori. Después fue la era Napo, la crisis. No hay nada
de nada.
Se pueden encontrar estas grandes líneas a través del cristianismo. Es la
crisis de la humanidad.
Durante dos mil quinientos años desde la época de Buda, todo el mundo
llevaba el kesa y lo protegía.
«Incluso los que están rapados, si no visten el verdadero kesa,
no son verdaderos monjes. No creen en la necesidad de pre-
servar el kesa, no saben nada del kesa, y es muy lamentable.
Si comprendéis la forma, el color, la cantidad y la calidad del
kesa, si conocéis el kesa y lo lleváis, los méritos infinitos
aparecen».
Si lo coséis, vuestros méritos se vuelven completamente infinitos. Digo
siempre que el zazen y el kesa son idénticos. Creer en el kesa significa
practicar zazen. Por eso los monjes deben hacer zazen vistiendo su kesa.
Así es la actitud del verdadero monje zen. Y haciendo zazen, practicando
el esfuerzo justo (shojin), el hipotálamo se encuentra influenciado incons-
cientemente, naturalmente, automáticamente. La acción fisiológica se
manifiesta. Gracias a shojin el cerebro puede tener paciencia y la potencia
de esta paciencia se fortalece, inconscientemente, naturalmente, automá-
ticamente.
Pero durante zazen no merece la pena pensar en esto. Inconscientemente,
naturalmente, automáticamente esta fuerza llega si continuáis, si perse-
veráis.

¿Qué significa el esfuerzo justo? Algunos hacen un esfuerzo durante un


día, una semana, después se paran. Esto no es eficaz. Hay que continuar, 21

perseverar. Así, vuestra vida y todas vuestras acciones serán justas y fuer- el libro del kesa

tes. Seguiréis inconscientemente, naturalmente, automáticamente los kai


y os volveréis mushotoku. Practicareis el fuse y obtendréis la verdadera
sabiduría hannya. Esta sabiduría se crea automáticamente y los bonnos
son sublimados. De esta forma llegáis al nirvana.
Shiki soku ze ku. Los fenómenos se vuelven ku. Los sentimientos, los bonno,
las pasiones, el mal karma, la mala vida cotidiana, a través de zazen se
vuelven ku.
Y de nuevo, a partir de ku, reaparece shiki. Ku soku ze shiki.
Pero a través de la conciencia hishiryo nace otra sabiduría. Cambiar la
conciencia es muy importante. Los idiotas, muy apegados a cualquier cosa,
a su sabiduría idiota, no puede cambiar su espíritu. La gente inteligente
cambia continuamente de conciencia.
Respecto al kesa, Dogen continúa:
«Desde tiempos muy antiguos ha sido llamado gedapuku»
¿Qué significa gedapuku?
Dai sai, oh maravilloso; gedapuku, la verdadera libertad, volverse verdade-
ramente libre, sublimar los bonno.
En sánscrito es vimoksa, nirvana, el verdadero vestido del nirvana, el ves-
tido del satori.
Libre del mundo de ilusiones y sufrimientos, el kesa es el símbolo de la
fe en el zazen, y la práctica del kesa es la prueba. Los dos son necesarios.
Debéis creer en el zazen, tener fe en vuestro propio zazen; pero vuestros
problemas personales os inducen al error. El kesa es zazen y a la inversa.
No existe dualidad. Si hacéis zazen y creéis en el kesa podéis volveros
libres y felices.
El kesa no es algo misterioso. La fe es importante.
«Desde la tiempos antiguos el kesa es llamado «vestido del
desapego», cuando un hombre lleva el kesa, los sufrimientos
que provienen del los bonno, del karma, desaparecen».
22
el libro del kesa
Gocho, sufrimientos que provienen del karma; bonnogocho, sufrimientos
que provienen de los bonno; ocho, sufrimientos que provienen de de las
reflexiones que producen los bonno. Todo desaparece, todo termina.
Todo el mundo sufre sin cesar, por debajo del nivel de la conciencia, incons-
cientemente, naturalmente, automáticamente. La mayoría de la gente
tiene miedo de la muerte y quiere huir. Ayer me visitaron tres médicos y
hemos hablado juntos. En la época moderna no se ha resuelto el problema
de la muerte. Se quiere evitar y cuando se enferma, el inconsciente aparece
e influencia a los nervios. Es un problema de nuestra época, que forma
parte de la crisis de la humanidad.
En los Estados Unidos de América cuando alguien muere, se le maquilla, se
le adorna, se le viste para dejarlo como si estuviese vivo. De esta forma, la
gente se impresiona menos por la muerte. Es el subconsciente el que siente
miedo. Sócrates dijo: «Para llegar a ser verdaderamente feliz en nuestra
vida hay que prepararse para la muerte».
Zazen es el mejor método. En el dojo, durante zazen, es parecido a estar
en el ataúd. Inconscientemente, naturalmente, automáticamente, os pre-
paráis para el nirvana, para la muerte. Y de esta forma, al salir del dojo,
podéis tener una vida fuerte.
Vistiendo el kesa se puede terminar con los sufrimientos surgidos de los
bonno y del karma. El karma comienza a partir de mumyo que significa
también sin claridad, oscuro, como las relaciones sexuales cuando la fer-
tilización se produce. Durante nueve meses la evolución genética sigue su
curso desde la animalidad hasta el bebé humano. El bebé no puede vivir
solo, sus padres son necesarios. Necesita un período de educación. Y pro-
gresivamente, después de la búsqueda del alimento, del seno de la madre,
el apetito, la conciencia personal se desarrolla. Toma el pecho izquierdo
o el derecho y si se le retira, se enfada. El egoísmo nace. Después, el niño
toma conciencia de lo material, del dinero. El hipotálamo se forma y la
verdadera conciencia personal aparece, el karma se crea. Existe, sin duda
alguna, una influencia de la herencia, del entorno, pero todo se desarrolla
desde la animalidad de cada individuo. Muy jóvenes, los niños sienten el
deseo sexual. Algunos comienzan a los seis o a los once años. Después,
el cerebro frontal se desarrolla. El saber se intelectualiza durante la for-
mación de la conciencia personal. Se toma interés por las ganancias, los 23
el libro del kesa

negocios, las ciencias, el arte, la sicología, la filosofía. Y las personas inte-


ligentes se despiertan a la búsqueda de la Vía. El espíritu universal aparece,
el verdadero espíritu religioso.
Pero la mayoría de las religiones son erróneas. Extáticas, misteriosas, a la
búsqueda del satori, no son mushotoku, sólo buscan la autosatisfación. De
esta manera no es posible encontrar la verdadera sabiduría hannya. Muy
pocas personas sobre el planeta practican zazen y despiertan a través de
la conciencia hishiryo y el espíritu mushotoku. La verdadera conciencia
cósmica se manifiesta inconscientemente, naturalmente, automáticamen-
te por el poder del kesa.
Un solo hilo del kesa

«Si el dragón obtiene un hilo del kesa, puede ser ayudado e


incluso escapar del garuda.
Si la vaca toca una sola esquina del kesa, todos sus pecados
desaparecen y en su próxima vida puede renacer como un ser
humano».
El dragón está considerado como el rey de los animales. Nada le asusta.
Sólo tiene miedo de tres cosas. Pero si atrapa un hilo del kesa puede esca-
parse. ¿Cuáles son esas tres cosas?

24
En India, en el desierto hace mucho calor. El dragón vive en los océanos,
el libro del kesa
viaja a veces por los cielos, las montañas, los desiertos. Tiene miedo del
calor de estos desiertos, así como de los vientos muy cálidos que en ellos
soplan. Por otra parte le asusta el garuda. ¿Qué es el garuda? El garuda
es un inmenso pájaro que, cuando baja del cielo, ensombrece el océano y
quiere comerse al dragón con su pico que sumerge hasta lo más profundo
de las aguas. El dragón le tiene mucho miedo. Por eso el rey de los drago-
nes le pide al Buda que le ayude, y a toda la familia de dragones. El Buda
le da entonces un kesa y el rey de los dragones le dice:
–En nuestra familia hay muchos dragones, un solo kesa no es suficiente.
–Este kesa es un kesa infinito. Incluso un solo hilo para cada uno de voso-
tros os protege.
También Dogen:
«Si el dragón obtiene un hilo del kesa puede escapar del garuda.
Si una vaca toca una esquina puede cortar y hacer desaparecer
todos sus crímenes».
Esto son metáforas, en la época moderna yo escribiría: «Si tenéis un kesa
o un rakusu podéis cortar vuestros bonno, vuestro karma, y os preserva
de cualquier accidente». Por ejemplo: en coche, en avión, en todas partes,
si creéis en el kesa, estáis protegidos. Yo he hecho la experiencia más de
una vez. Cuando me fui a la guerra en barco en dirección a Indonesia,
durante cincuenta días estuve sobre un barco cargado con dinamita. Kodo
Sawaki me había dado su rakusu que todavía me protege. De cincuenta
barcos, cuarenta y nueve se fueron a pique, sólo mi barco llegó. Muchos
de mis amigos murieron durante ese viaje, sólo yo pude volver al Japón sin
accidentes. Creo profundamente en el rakusu. En otra ocasión, mi barco
se hundió cerca de una isla. Pero yo había colocado mi rakusu contra mi
cuerpo, debajo de la camisa. Esto me ayudó completamente, me protegió.
Cuando los monjes viajan deben llevar siempre tres kesa, es un precepto.

25
el libro del kesa
La verdadera Vía. El verdadero kesa

«Todos los Budas, todos los patriarcas cuando obtienen la


verdadera Vía, siempre, muy exactamente, llevan el kesa.
Comprended que los méritos del kesa son los más respetados,
los más elevados».
Este punto es muy importante.
Dos mil años después de la muerte del Buda, el budismo declinó y esto fue
ya el principio de la crisis de la humanidad.
«Incluso si se ha nacido en una pequeña isla, como Japón,
en una época distinta a la del Buda, en una época difícil, sin
26
el libro del kesa espiritualidad.
Es muy lamentable; pero sin embargo es posible encontrar el
verdadero kesa trasmitido de Buda en patriarca. Y esto es una
completa felicidad.
¿Qué religión, qué escuela ha trasmitido el verdadero kesa del
Buda Shakyamuni? Sólo los monjes zen han podido encontrar
este verdadero kesa. Por eso cuando lo encontramos debe-
mos respetarlo y hacer una ceremonia de veneración. Aunque
abandonemos nuestra vida infinita, inconmensurable como el
número de granos de arena del Ganges, aunque abandonemos
nuestro cuerpo, debemos celebrar una ceremonia de venera-
ción, proteger el kesa, colocarlo encima de la cabeza y respe-
tarlo con lo más profundo de nuestra alma».
Aunque a veces Dogen dice: «Zazen mismo es Buda», otras veces es, por el
contrario, muy humilde y dice: «Estoy muy lejos del país de Buda, del espí-
ritu de Buda». Pero aunque se viva en un país alejado del de Buda, Buda no
rechaza a nadie y de esta manera podemos encontrar el verdadero dharma,
el shobogenzo; cada día hacer zazen, celebrar ceremonias, proteger este
kesa; cada mañana colocarlo sobre la cabeza y venerarlo. Este mérito es
grande y aporta felicidad. Por eso debemos sentir una profunda gratitud
hacia este gesto. Por primera vez he introducido el kesa en Europa. Esto
es aún más importante que el hecho de que Dogen lo llevara desde China
a Japón, porque en esta época ya muchos monjes llevaban el kesa. Pero
Dogen respetaba verdaderamente, profundamente el kesa.
Antes de mí, en Europa nadie había hablado del kesa. Recuerdo que cuando
llegué a Francia, siempre me preguntaban:
–¿Qué es? ¿Es una bolsa de mendicante?
–No, no es un bolsa, no se puede meter nada dentro.
En la historia religiosa esta introducción del kesa es un gran aconteci-
miento.

27
el libro del kesa
La práctica de la fe

«Ahora podemos encontrar el verdadero dharma, (shobo) y


siempre de la mañana a la noche practicamos zazen».
Shugyo es una palabra china muy importante. Significa «practicar la Vía».
Es lo mismo que rachu: «practicar, perfeccionar la Vía».
«Si no se practica la Vía, la enseñanza no tiene importancia.
Si se practica sin fé no es perfecto. Y también, si se practica la
Vía con fé, pero no se obtiene la certificación de un auténtico
maestro, no es auténtico y se cae en el error».
Ahora preservamos este verdadero kesa y cada mañana reci-
28
el libro del kesa tamos:
Muso fukuden e
Hibu nyorai kyo
«Cada mañana colocamos el kesa, el rakusu encima de la cabe-
za y lo veneramos. Esto se debe a los méritos del Buda. En un
mundo anterior, hemos hecho shugyo, es decir, practicamos
la Vía gracias a la educación y a la dirección de un número
infinito de Budas. Y aún hoy se producen todavía méritos infi-
nitos. De esta forma se puede preservar, vestir este kesa y hacer
zazen. Así debemos respetar el verdadero ego, el ego ideal y
ser felices. Es un punto muy importante».
El espíritu de gratitud

Dogen emplea el kanji on, muy difícil de traducir, que representa el fun-
damento de la moral china y japonesa. En mi habitación he caligrafiado
el kanji butsu on que significa: el on de Buda, es profundo y tiene un sen-
tido amplio. En castellano on puede interpretarse como «reconocimiento,
agradecimiento». También: «volver, un movimiento de abajo hacia arriba,
el favor, la gracia». Y también: «la bendición, la benevolencia».
Por ejemplo, relativo al afecto que debemos a nuestro maestro, o a nues-
tros padres. Dogen escribe: «Jin on. Debemos sentir gratitud desde lo más
profundo de nuestro espíritu».
Habéis recibido la enseñanza sobre el verdadero kesa y hasta ahora nadie 29
el libro del kesa
la había dado en Europa. Esto es histórico. Y podemos vestir este verdadero
kesa, el kesa más elevado.
«Incluso el animal demuestra el reconocimiento. ¿Por qué el
ser humano olvida la gratitud? Es completamente desolador.
Si no se conoce on, la gratitud, el reconocimiento, se es aún
más estúpido que los animales».
En la historia de China, en la época antigua, se cuenta que un gorrión
extenuado cayó por tierra. Había muchas hormigas y estaba a punto de
morir. Las hormigas querían apoderarse de él.
Entonces el señor Yobo-nen lo lleva a su casa. Le lava el cuerpo con agua,
le calienta, le cuida y le da de beber y de comer. Todos los días era muy
bueno con él. El pájaro recobró progresivamente la salud y gracias a los
cuidados pudo volar de nuevo. El señor Yobo-nen lo dejó marchar de la
casa. El pájaro levantó el vuelo y se hizo muy fuerte. Una noche, mientras
este señor dormía, apareció en sus sueños. Era amarillo, todo amarillo,
incluso el pico y decía: «estoy muy contento. Esta noche he venido a visi-
taros en señal de gratitud por vuestra bondad. Seguramente en vuestra
vida tendréis grandes éxitos». Después su silueta desapareció. El señor
Yobo-nen llegó a ministro y contó esta historia a todo el mundo. El pensó
que seguramente este pájaro le había ayudado a obtener esta función.
Si incluso los pájaros tienen gratitud y no olvidan a los que les han ayu-
dado, los seres humanos deben conocer on.
Hay otra historia, parecida a esta, que ya he contado. Se refiere a una
tortuga y un barco de pescadores. Un gobernador compra a un pescador
una tortuga. Después de darle un poco de sake para reconfortarla, la deja
en la orilla del mar. En ese momento la tortuga se gira tres veces para
mirarle. Al cabo de algunos años el gobernador cambia de puesto y se hace
ministro. Se fabricó entonces un nuevo sello con un trozo de mármol y
grabó en él la tortuga. Cada vez que lo utilizaba la cabeza de la tortuga se
movía tres veces. Entonces se acordaba de la tortuga que había liberado
y de que ella, muy reconocida, le había ayudado a obtener su puesto de
ministro. Es una historia muy conocida que se cuenta a los niños, como
30
las fábulas de Esopo.
el libro del kesa
Kesa. Zazen

El vestido de Buda es el kesa, el dharma del Buda es zazen y los dos están
siempre en unidad. E: kesa; ho: dharma. Debemos hacer zazen vistiendo
el kesa. Así es el verdadero zazen perfecto.
«Sólo los verdaderos patriarcas de la trasmisión, los verdaderos
maestros pueden legar este kesa».
Los otros no conocen y no comprenden.
Las personas que comprenden el zen por los libros o que hacen zazen desde
la mañana a la noche, si no visten el verdadero kesa, no son auténticos.
Dogen lo ha escrito muy exactamente.
31
Siempre repito: «kesa, kesa». el libro del kesa

Aquellas personas que llevan el kesa y especialmente aquellos que lo cosen


son gente verdaderamente pura, verdaderos discípulos. Concentrarse sobre
el kesa, sobre el zazen y sobre sus responsabilidades para ayudar al maes-
tro, ese es el verdadero dharma, el shobogenzo.
Cuando Kodo Sawaki hablaba del Shobogenzo, siempre comenzaba por el
capítulo sobre el kesa Kesa Kudoku, lo consideraba más importante que el
Genjo Koan o el Bendowa.
Méritos infinitos del kesa

«Si deseáis ardientemente seguir las huellas de los viejos Buda,


debéis regocijaros profundamente de tener el verdadero kesa y
la trasmisión. Incluso después de cien millones de años, incluso
mucho tiempo después, en el futuro este verdadero kesa será
auténticamente trasmitido. Este es el verdadero dharma de
Buda. Y en ese momento los méritos infinitos se manifiestan
sin duda alguna».
Seguir, ir tras las huellas de Buda, significa buscar la Vía de una manera
mushotoku, sin provecho. Este es el secreto del budismo. La naturaleza de
Buda es mushotoku, sin meta, sin provecho.
32
el libro del kesa
En los negocios, en la vida social, algunas veces es necesario sacar pro-
vecho. Pero en el zen el espíritu debe permanecer mushotoku. Cuando
se viste el kesa, en ese mismo instante, el espíritu se vuelve mushotoku
inconscientemente, naturalmente, automáticamente. Y los méritos que se
derivan se perpetúan en la posterioridad eternamente.
«Cuando se mezcla el agua con la leche existe una diferencia.
Los componentes no son idénticos. Pero aunque se trate de una
mezcla de leche y de agua es mejor que utilizar el agua sola.
Ciertamente la leche no es tan fuerte, pero es mejor que sólo
agua. Pero si se quiere beber esta leche no se puede utilizar
aceite o sake».
Esta larga frase es una metáfora muy interesante. La leche representa la
verdadera trasmisión.
Por ejemplo, al coser el kesa, si se comete un pequeño error, un punto al
revés, si habéis comprendido el verdadero método para teñirlo, cortarlo y
coserlo, esto no es muy grave.
Si un discípulo ha sido educado por un verdadero maestro de la trasmisión,
incluso si se equivoca un poco, es mejor que las otras personas.
«Y un maestro que ha recibido la trasmisión auténtica, incluso
si no es muy inteligente, o es un poco idiota, es, sin embargo,
un verdadero maestro, mejor que otros maestros. Es como la
imagen de la leche con el agua».
Es necesario vestir el kesa.
«La verdadera trasmisión de Buda en Buda, de patriarca en
patriarca es parecida a la coronación sobre el trono imperial».
Antiguamente, en el palacio, en ocasión de la ceremonia de coronación,
los príncipes vestían las ropas de la sucesión del emperador, así como la
corona.
Los verdaderos discípulos de Buda deben vestir el verdadero kesa, si no
lo hacen, no son verdaderos discípulos. Algunos pretenden: «El kesa no es
importante. Es complicado llevarlo, no es práctico. Zazen es suficiente...
No tengo ninguna necesidad de ponérmelo...» 33
el libro del kesa

Por supuesto, se puede hacer zazen sin llevar el kesa, pero si queréis llegar
a ser mis verdaderos discípulos, es necesario tener un verdadero kesa.
Aunque existen muchos libros franceses, ingleses, alemanes,... sobre el Zen,
comprender a través de los libros no es el verdadero Zen. El Zen no es un
saber intelectual. Una trasmisión directa de la educación es importante.
Si hacéis zazen, vestís el kesa o el rakusu, si coséis ese kesa, es el verdadero
Zen: la trasmisión a los discípulos.
Dogen empleaba siempre el kanji shugyo, practicar la Vía. Como ya os he
dicho, en el budismo, como en toda religión, cuatro cosas son importantes:
kyo: la enseñanza; gyo: la práctica, realizar la Vía; shin: creer, la fé; sho:
la certificación, el satori.
Pero ¿qué es el satori? Todo el mundo habla de él pero nadie lo comprende
verdaderamente. En el Genjo Koan del Shobogenzo, Dogen y Kodo Sawaki
explican qué es el satori. Incluso yo he escrito al respecto.
Pero ¿qué es el satori? Dogen no emplea la palabra satori pero sí el kanji
sho.
To ku sho: alcanzar el lugar que no se puede alcanzar por el lenguaje, con
la palabra. Esa es la esencia del satori. Es mushotoku, lo que no puede ser
atrapado.
En Suiza, en las montañas nevadas, he hablado de esto profundamente.
Hay que comentar exactamente, ¿qué es el satori? No merece la pena
desear tener el satori. Inconscientemente, naturalmente, automáticamente
se puede obtener. Hacer zazen, vestir el kesa, esto es el satori.

34
el libro del kesa
Educación por el encuentro con el maestro

«En China, bajo el reinado del emperador Komei, diez años


antes de la era Eihei, el budismo comenzaba a extenderse.
Numerosos monjes iban y venían de India a China, trasportan-
do textos sánscritos, esculturas, cerámicas, estatuas de Buda.
Pero hasta entonces nadie, en tanto que maestro o patriarca,
había trasmitido la verdadera esencia del budismo que surje
de menju, el contacto directo con el Buda que permite con-
servar una línea pura. Nadie había entrado en la verdadera
profundidad del budismo ni había estudiado el verdadero kesa
del Buda».
35
Fue Bodhidharma quien en el siglo V llevó el Zen a China. Antes de él, los el libro del kesa

monjes no legaban la verdadera esencia del Buda y los patriarcas.


«Shakyamuni Buda trasmitió el verdadero dharma, el shobo-
genzo, el satori más elevado a Mahakashyapa y le dio el ver-
dadero kesa que se trasmitió de patriarca en patriarca hasta
Bodhidharma y después al maestro Eno. Treinta y tres genera-
ciones habían trascurrido en el curso de las cuales este kesa
–su dimensión, su color, su calidad– se trasmitió íntimamente,
directamente.
Después de Eno, pasó a Nangaku, después a Seigen. Todos estos
patriarcas recibieron el verdadero método del kesa, apren-
dieron a vestirlo correctamente sobre el cuerpo, a lavarlo, a
protegerlo».
Durante menju, el contacto directo entre maestro y discípulo, esta relación
íntima es necesaria para entrar en profundidad con el espíritu del maestro
y comprender la verdadera enseñanza.
36
el libro del kesa
37
el libro del kesa
Existen tres clases de kesa. El kesa debe ser ante todo el símbolo de la
simplicidad, de pobreza, un vestido humilde, sin decoración. Raparse el
cráneo refleja el mismo símbolo. Tener una vida simple es muy importante,
sobre todo en lo que concierne a la ropa, la comida, la manera de arreglar
su casa,...
Si alguien hace regalos, de acuerdo; pero no es necesario comprar dema-
siado ni desear. Por el contrario, es esencial arreglar y limpiar bien cada
día nuestro entorno.
Los muros de mi habitación están un poco sucios, gris, no es necesario
repintarlos. ¡Tienen el color del kesa, es muy bello! El monje zen debe
dirigirse siempre hacia la verdadera Vía. Los que buscan la verdad deben
comprender la simplicidad. Llevar una vida pobre es mejor. Vivir de una
manera rica es peligroso. Desde que llegué a París he prestado mucha
atención a esto; primero continuar el simple zazen.

38
el libro del kesa
Creer en la esencia del maestro

Originalmente el plano de la ciudad de Kyoto era igual al kesa.


Hay también kesa de 11, 13 bandas (kesa ordinarios) también de 15, 17,
19 bandas (kesa de categoría media), luego de 21, 23, 25 bandas (kesa de
maestro).
Pero ante todo, el kesa representa el símbolo de la simplicidad, de la
verdadera Vía, de la verdad auténtica. Es la vida eterna, la luz infinita, el
verdadero símbolo del amor universal.
El Cristo creía en Dios que significa la verdad auténtica. Su discípulo, Pablo,
creía en Cristo. De la misma manera, los discípulos de Dogen se refieren
siempre a Dogen y yo a Kodo Sawaki... Todos estos patriarcas tienen la 39
el libro del kesa

misma fuente, Buda, Dios, es en ella en la que hay que creer.. Pero Buda
¿en qué creía?
Los sutras relatan: «No soy perfecto ni completo. No es posible ser perfecto.
El discípulo debe creer en la esencia del maestro, en lo que busca». El Buda
Shakyamuni, dándole el shiho a Mahakashyapa, le pide creer en el kesa.
Hay que morir pero la enseñanza se trasmite. El kesa existe, no es como
la estatua de Buda. Nunca el Buda Shakyamuni pidió respetar su estatua.
Pero hacéis sampai delante de esta estatua, raihai, esto tiene un profundo
significado. En realidad, durante la ceremonia no me prosterno para esa
estatua si no que hago sampai para todos los Budas vivientes que están
en este dojo y acaban de terminar zazen. Haciendo raihai todos juntos,
discípulos y maestro, nuestro propio ego y el de los otros se armonizan y
se vuelven unidad.
El kesa en sí mismo no es material. Es el símbolo de la vida, de la verdad
cósmica. Pero cada uno es diferente. Pienso que la verdad que buscáis no
es idéntica para cada persona.
El verdadero maestro, la verdadera enseñanza es necesaria. Si llegáis a ser
mis discípulos debéis comprender el satori que no puede ser expresado
por el lenguaje. No se trata solamente de comprender sino de realizar, de
practicar la Vía en la vida cotidiana.
En la época moderna, a menudo, ¡con lo único que se practica es con la
boca! Debéis actuar según la verdadera enseñanza que no puede ser expre-
sada por el lenguaje. Ese es el satori. Practicar lo invisible, aquello que es
imposible de explicar con palabras. Es zazen, la significación del kesa. A
través de zazen, a través del kesa.

40
el libro del kesa
¿Cuándo vestir el kesa?

En los templos japoneses, la regla trasmitida dice que cuando un discípu-


lo entra en la habitación del maestro lleva el gran kesa de siete o nueve
bandas. Y especialmente cuando el maestro viste el kesa, el discípulo debe
hacer lo mismo.
Me gustaría siempre ponerme un gran kesa cuando hago zazen. ¡Pero
entonces todos mis discípulos deberían ponérselo! Incluso si llevo sola-
mente un rakusu es mejor para vosotros poner un gran kesa.
Los discípulos que visten el gran kesa pueden sentarse en la parte del dojo
cercana al maestro y hay que cederles el sitio. Es el respeto por el kesa,
no por el discípulo. Durante la ceremonia, es importante que las personas 41
el libro del kesa

vestidas con un gran kesa estén en las primeras filas, lo más cerca de Buda,
después los que tienen un rakusu, después los kolomo negros, después las
personas con ropa civil. Los discípulos vestidos con un gran kesa deben
proteger al maestro. Esta ha sido la regla trasmitida hasta hoy, en todos
los templos soto del Japón.
Cuando el kyosakuman debe dar el kyosaku a un discípulo que lleva el kesa,
sólo golpea sobre el lado derecho. No es posible golpear al kesa. Si queréis
recibirlo de los dos lados, es necesario que antes retiréis la esquina del
kesa que cae por detrás del hombro izquierdo. Si la persona lo olvida, el
kyosakuman debe hacerlo. La regla que se refiere al kesa es muy estricta.
«Hay tres tipos de kesa básicos, el de 5 bandas, de siete y de
nueve. Más allá de kujo e, el kesa de nueve bandas existen los
de 11, 13, 15, 17, 19 bandas, después los kesa de gran clase a
21, 23, 25 bandas.
Pero durante la educación, para el discípulo, los tres primeros
son suficientes, los otros están reservados al maestro. Durante
el trabajo, el samu, o las compras o los viajes el monje debe
llevar el de cinco bandas, el gojo e».
En la época moderna es a menudo más práctico llevar el rakusu. Si se
fuma, o si se bebe whisky, si se come carne, si se cocina o se corta madera,
se asiste a una fiesta o se va al baño, hay que quitarlo. Pero durante un
desplazamiento, a lo largo del viaje, es posible llevarlo.
«Los monjes que visitan a otros religiosos o que hacen cere-
monias deben llevar el kesa de siete bandas, el shichijo e. Para
enseñar el zazen, el responsable del dojo o el kyosakuman
pueden poner el gran kesa de nueve bandas».
Cuando se está solo en la habitación se puede llevar el kesa de cinco ban-
das pero no hay que olvidar quitarlo al ir al baño, o al hacer la cocina, o
durante los masajes. Si se va a un palacio o a la casa de un responsable
político, hay que llevar el gran kesa de nueve bandas o más.
En la época moderna todas estas reglas no son tan importantes. Dogen
describe el método tradicional.
42
el libro del kesa Incluso en Japón, los monjes no siguen del todo estas reglas. Pero en algu-
nos templos como en Eihei-ji éstas son muy respetadas.
«En verano, cuando hace calor se puede llevar el kesa de cinco
bandas o el rakusu. En invierno, cuando hace frío es posible
suponer varios kesa. Por ejemplo el kesa de cinco bandas, des-
pués el de siete e incluso un tercero si hace mucho frío».
A menudo el Buda Shakyamuni, relatan los sutras, llevaba al atardecer dos
kesas, después a medianoche, pedía a Ananda que fuera a buscar el gran
kesa. En el Himalaya, hace mucho frío. Es posible cubrirse la cabeza con
el kesa.

Bodhidharma, nacido en Ceylán, no estaba acostumbrado al frío cuando


llegó a China. Pero en el dojo de París no es necesario actuar así. En China,
en Japón y en Francia, las condiciones climáticas son muy diferentes. En
los dojos, en Europa, la temperatura es a menudo muy alta. Un solo kesa
es suficiente, además es posible llevar debajo del kolomo una camiseta,
un chaleco o un jersey de lana. ¡Algunos llevan incluso llevan un abrigo
debajo del kolomo!
El kesa no es sólo importante para el frío. Pero hay que comprender las
reglas tradicionales y siempre que sea posible seguirlas.
En India, en la época de Buda, sólo se llevaba los tres kesa. En China, se
introdujo la posibilidad de llevar una camiseta bajo el kolomo negro, des-
pués el kesa. Las costumbres en la ropa cambian pero no el kesa.
El kesa es un símbolo de respeto, el símbolo del monje. A lo largo de este
capítulo Dogen habla en profundidad de la filosofía del kesa, después del
método para llevarlo, para lavarlo, la costura, su calidad, su color, sus
medidas.
En los que se refiere al método para vestirlo, debo mostrarlo.
«De forma general el kesa debe pasar por debajo el brazo dere-
cho y por encima del hombro izquierdo. El maestro puede lle-
varlo sobre los dos hombros, sólo durante las ordenaciones».
43
el libro del kesa
Seguir la verdadera enseñanza

«El verdadero Zen de Buda comenzó en India. Todos los antiguos


maestros y patriarcas, todos cortaban sus propias opiniones, su
visión limitada por los prejuicios sociales, el sentido común, y
seguían la verdadera enseñanza trasmitida».
Si se tienen dudas sobre la verdadera enseñanza del maestro, entonces, se
quiere seguir las opiniones personales y transformar el verdadero color y
el método para coser el kesa. Algunos querían hacerlos violetas o verdes,...
¡Incluso mi kesa verde no es verdaderamente verde!
Se quiere cambiar la posición de las cintas de atar, so pretexto de que la
44 manera tradicional no es muy práctica. Se quiere decorar el kesa,...
el libro del kesa

Hasta hoy, he enseñado y trasmitido el kesa a mis discípulos. Les he dado


el verdadero libro trasmitido sobre el kesa y esta trasmisión se perpetúa,
sin cambiar. Muchas jóvenes cosen el kesa, pero siempre me preguntan
para escoger los colores. De esta forma no hay errores.
Zazen y el kesa son idénticos. «Si pensáis que la postura no es muy con-
fortable (un profesor de yoga me ha enseñado una mejor,...) entonces hay
que cambiar». Esto no es la verdadera trasmisión.
Un discípulo me decía un día: «!Entrar el mentón y estirar la nuca no es
práctico. Mirad las estatuas de buda, tienen un poco inclinada la cabeza!».
Las estatuas son erróneas.
Otro me decía también: «Estirar demasiado la columna vertebral es un poco
difícil para algunas personas mayores o enfermas. ¡Un poco inclinada es
mejor!».
No estoy de acuerdo. Crear opiniones, categorías personales no es posible.
Hay que seguir exactamente al verdadero maestro y el verdadero dharma
trasmitido.
Algunos piensan respecto al kesa: «Sensei no conoce el verdadero método»,
y se quiere invitar a otro maestro. Esto no es necesario.

«Sensei no habla francés, un maestro que hablara francés sería más claro».
Se quiere cambiar constantemente de maestro y así hasta la muerte, no
se comprende y no se llega a ninguna parte. Nos llenamos de dudas y nos
equivocamos.

He recibido el maravilloso método trasmitido del kesa de mi maestro Kodo


Sawaki. Por supuesto para cortarlo y coserlo no soy muy hábil. Pero he
enseñado exactamente este verdadero método.

Es muy curioso. No conozco el francés pero he trasmitido completamente


el verdadero Zen. Esto es el Zen: seguir exactamente sin ninguna duda. Pero
aquellos que tienen dudas creadas por un ego fuerte están equivocados.
Quieren decorar, cambiar la manera tradicional de poner las ataduras o
piensan que esta enseñanza es errónea o está superada y hay que corre-
girla.

Explicándolo sólo verbalmente podría haber errores, pero he dado el ver- 45


el libro del kesa

dadero libro trasmitido. En Japón los monjes de Eihei-ji encuentran más


bellos los kesas cosidos por los franceses que los hechos por los japoneses.
Es verdad, son mejores.

El mundo de Buda no es limitado sino infinito.

«La enseñanza del budismo hinayana y mahayana y sus prác-


ticas son a menudo imposibles de comprender por el buen
sentido social. En China, algunas sectas búdicas no siguieron
el verdadero kesa indio trasmitido, lo cambiaron en relación
a su propia opinión y crearon así una nueva moda. Pensaron:
este kesa es verdadero y más práctico que el kesa trasmitido».

Es un error. Cambiar las cintas de atar o hacer decoraciones con la ayuda


de las anillas no es exacto. Dogen era muy severo en relación a las reglas
del kesa. Un verdadero rakusu no tiene anillas. Si queréis estudiar el Zen
y practicar, protejer el verdadero kesa trasmitido, no hay que deformar
siguiendo la moda moderna.
¿Qué es el verdadero kesa trasmitido?
«De Bodhidharma a Eno, de patriarca en patriarca, fue tras-
mitido exactamente de maestro a discípulo, sin interrupción,
incluso durante el espacio de una generación: el verdadero
kesa es trasmitido verdaderamente con el shiho. Es el hilo
del Zen. No es sólo unvestido. El kesa mismo es zazen y a la
inversa. Zazen y el kesa están en unidad. Los kesa que siguieron
la nueva moda en la época de Tao-Hsian no son el verdadero
kesa trasmitido. Tampoco aquellos fabricados con una anilla».
En China según las sectas, el kesa cambia. La secta Ritsu no ha hecho más
que seguir los preceptos fundados por Do Sen en la dinastía de los T´ang.
Esta enseñanza fue trasmitida al Japón por el maestro Ganjin en el año
754. Ganjin era ciego. Su estatua fue traída a París para una exposición,
porque el embajador pensaba que Ganjin era muy famoso. Ganjin, ciego,
venido del Japón se hizo famoso en Francia por esta exposición y por su
estatua, más hermosa que la de Dogen,... El verdadero intercambio Oriente-
46
Occidente es difícil. Los políticos no conocen la verdadera religión. Sólo
el libro del kesa
les gustan las pinturas, las esculturas, las antigüedades. De estas cosas
nacen los errores.
Pero el kesa que viste no es verdadero. Esta secta había trasformado el
verdadero kesa. Dogen lo criticó. Por esto el kesa de los monjes japoneses es
complicado y a partir de esta secta, se comete errores. En Japón el Shingon
sigue esta clase de kesa. Pero los verdaderos monjes lo abandonaron para
seguir el verdadero kesa trasmitido desde Buda.
Profundo significado del kesa

El kesa tiene un significado muy profundo. Si se corta un vestido, su lon-


gitud, su altura varían según la talla de cada uno, con exactitud. Si es
demasiado largo no está bien. Para el kesa, un centímetro de más no es
muy importante. Pero la regla de las proporciones del ensamble es esen-
cial. Se mide en referencia al codo del brazo. La altura del kesa debe tener
aproximadamente tres codos, la longitud cinco y los dos lados deben ser
rigurosamente iguales. El color también es muy importante. En la época
moderna se utiliza el azul, el verde,... De acuerdo, pero escoger siempre un
color apagado y no un color de los corrientes.
Limitado pero ilimitado.
47

Lo mismo para la calidad. La secta Ritsu pretendía que sólo se podía uti-
el libro del kesa

lizar el algodón.
Es posible utilizarlo todo, desde el lino al algodón, la lana, la seda, los teji-
dos artificiales,... Pero los mejores tejidos para coser un kesa son aquellos
que son desechados, que no se utilizan.
El maestro Jiun, perteneciendo a la secta Ritsu y Shingon, siguió el kesa
de Dogen y fue excomulgado porque retiró la anilla del kesa. Llegó a ser
muy famoso y un gran monje en la historia del budismo japonés.
Dogen, Shinran y Jiun fueron considerados entre los más grandes monjes.
De todas maneras Dogen escribió: «El kesa es una protección, una defensa,
un amuleto, un talismán, el mejor, el mejor de los talismanes: es el gran
satori, el más elevado de todos.»
A nokutara san mya ku san bodai. El kesa y zazen están en unidad. El kesa
significa lo infinito, la eternidad.
Dai sai gedapuku, ¡Oh gran hábito del satori!
Muso: mu, no; so, aspecto. Muso: no aspecto.
He explicado ya que el kesa no es cuantitativo ni cualitativo. Tiene un
color, pero éste no es un verdadero color. No tiene límite.
Nuestra civilización occidental, nuestra educación, siempre quiere limi-
tarlo todo. Tesis, antítesis, síntesis. Hace categorías. Por ejemplo: esto es
rojo, amarillo, azul,...
Para el kesa esto no es posible. Su color no es ni rojo, ni blanco, ni negro,
ni azul. Particular, siempre oscuro, es ilimitado.
El hábito de Bodhidharma estaba hecho de una mezcla oscura de verde y
negro.
¿Qué color escoger para el kesa? ¿Qué dimensiones?
Cada uno es diferente. El kesa es tan amplio que se vuelve infinito, muso,
sin forma, pero no obstante tiene una forma rigurosa. Lo mismo para la
calidad. Sobre la cama, en mi habitación, hay una manta que me dio una
mujer, es un kesa de lana. Incluso cuando duermo, llevo el kesa.
48
el libro del kesa
Muso fukuden e. La postura de zazen también es infinita.
El kesa original

«Trasmitido de Buda en Buda, de patriarca en patriarca, sus


méritos aparecen sin duda alguna. Este kesa trasmitido con-
tinúa exactamente hasta ahora. Aunque el kesa de Buda, el
que fue entregado a Mahakashyapa y después a Ananda, no
existe ya materialmente, los discípulos de Ananda hicieron
otros idénticos y respetaron color, forma y calidad muy exac-
tamente».
Hasta Eno, el kesa de Buda fue trasmitido directamente pasando por
Bodhidharma y el Maestro Konin. Fue guardado e incluso protegido por
los emperadores. Pero poco a poco se ha deshilachado, ha sido remendado 49
y al final se ha convertido en polvo. el libro del kesa

El otro día alguien me preguntó: «¿El verdadero kesa de Bodhidharma y de


Eno existe aún en nuestros días?». Materialmente no es posible. Cuando
estuve en Eihei-ji he visto una caja donde está escrito Fuyo Do kan: con-
tiene el kesa que el maestro Nyojo trasmitió al maestro Dogen, que lo
trajo al Japón. Es un tesoro nacional. Abrí la caja, en el interior no había
más que restos de kesa. No estaba vacía, pero sí totalmente reducido
a polvo. Después de novecientos años el kesa original ha desaparecido
completamente. Pero otra caja contiene kesa idénticos, hechos según la
trasmisión. Pasa lo mismo con las células de nuestro cuerpo. Cambian sin
cesar. Cada año nuestro cuerpo se trasforma. Sus células originales no son
ya las mismas y cada año son diferentes. Sin embargo nuestro ego existe,
y cambiamos todo el tiempo.
50
el libro del kesa
51
el libro del kesa
Kesa, hábito de eternidad

Dogen también escribió:


«El verdadero kesa de la trasmisión existe aquí y ahora, y todos
juntos lo preservamos. El kesa de Buda y de Bodhidharma se
trasmite durante el shiho y se protege exactamente. Así es
el verdadero maestro. Si se quiere hacer un kesa, debemos
siempre seguir las verdaderas reglas de la trasmisión, para el
color, las dimensiones, la calidad. Debemos seguir el método
trasmitido por todos los maestros, los sabios, los bodhisattvas,
los dioses».
Después Dogen escribe una frase que caligrafío a menudo en el dorso de
52
el libro del kesa los rakusu.
«Hemos nacido durante la misión de este dharma. Por eso
tenemos la ocasión de recubrir nuestro cuerpo de este autén-
tico kesa. Y aunque sólo lo revistamos durante un momento,
o si lo tocamos, muy grandes méritos aparecerán o nacerán
en el futuro. También este auténtico kesa de la trasmisión es
un amuleto, un talismán absoluto, para sí mismo. Es el más
grande de los satori, el más elevado de todos».
Aunque sólo se vista un momento, si se toca este kesa, si lo ponemos sobre
la cabeza, lo vestimos para la eternidad. Es el vestido de la eternidad.
En Japón existen numerosas clases de amuletos o de talismanes: pequeñas
estatuas de Buda, sobres que contienen mantras que se venden en los
templos. La gente se protege con la ayuda de estos talismanes, llevándolos
puestos o en un bolso de mano o bien atados en el retrovisor del coche.
Esto tiene la misma fuerza que la cruz de Cristo. Pero como dice Dogen,
el kesa es el más grande, el infinito, el talismán absoluto para proteger
nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Es eterno.
Kesa y sabiduría genética pasada

He aquí una frase de Dogen con una forma muy antigua:


«Igual que al teñir un vestido, el tinte de una frase o de un
poema sobre el Zen se convierten en grano de iluminación
eterna (mugeko) para el cuerpo y el espíritu1»
Estas palabras sobre el Zen atañen a la gran sabiduría, el más grande satori,
la más alta verdad. De la misma forma, cuando teñimos un dharma o una
buena acción, se transforma entonces en un grano de iluminación eterna
y finalmente se vuelve la más alta verdad, el satori más elevado.
«El espíritu y la conciencia aparecen o desaparecen en un ins-
53
tante. Es musho ju, no estancarse, no permanecer. Pero los el libro del kesa

méritos de nuestra práctica, ciertamente, son semillas enrai-


zadas que brotan, y los méritos aparecerán».
El kesa no es ni un medio, ni un método, ni una técnica o una herramien-
ta. No es ni un medio, ni una ausencia de medio, ni algo que existe o que
permanece, ni algo que no existe o que no permanece.
Tal es la palabra trasmitida de Buda en Buda. Para el que ha recibido y
preservado el kesa, los méritos aparecen a ciencia cierta en el futuro. El
hecho de preservar y proteger el kesa hace alcanzar estos méritos. Aquel
que no tiene una buena herencia genética, después de una o dos vidas,
no podrá aproximarse al kesa en el mundo presente y futuro, ni incluso
en la eternidad. No tendrá la ocasión de vestirlo y no podrá ni estudiarlo,
ni comprenderlo.

1.- Como la función del tinte es trasformar el color, el poema de Dogen impregna el
cuerpo y el espíritu.
En la época de Dogen, en China o en Japón se podía vestir el kesa. En
Europa sólo pueden llevarlo mis discípulos. En China, en la época moderna,
esto no es posible.
«Llevar el kesa no está reservado a una clase aristocrática y
prohibida a los pobres, ni reservado a las gentes inteligentes
y prohibida a los idiotas. Todo el mundo lo puede vestir. Está
más allá, ilimitado y sólo depende de un buen karma. Entonces
agradezcamos y alegrémonos de este buen karma pasado. Y si
no dudamos, inconscientemente, naturalmente, automática-
mente, virtudes y efectos excelentes nacerán muy exactamente
en el futuro».
Siempre Dogen, y yo mismo, durante zazen hablamos de mushotoku. En el
Shobogenzo, el «Kesa Kudoku» trata de los méritos del kesa, el «Bendowa»
de los méritos de zazen.
Debéis creer que estos méritos aparecerán. Y si alguno todavía no ha
recibido el kesa, por favor, esperad obtenerlo. En vuestra vida, una semilla
54 del kesa será de esta manera plantada. Por favor, que vuestra práctica se
el libro del kesa

realice rápidamente y que esta semilla arraigue.


«Si alguien siente una contradicción o algo que le perturbe con
respecto al kesa, no puede ni recibirlo ni protegerlo. Que sienta
vergüenza y se confiese a todos los budas y a los tres tesoros
(Buda, dharma, shanga). Seguramente, en el futuro gentes de
otros países esperarán y desearán recibir la trasmisión y la
intimidad del kesa y del dharma».
Dogen seguramente tuvo la intuición de que los europeos, los franceses,
recibirían la semilla del Zen. Cuando llegué a París, mi primera conferencia
en la calle Feydeau, tenía por tema el kesa. Algunos se fueron muy impre-
sionados y continuaron zazen hasta hoy. No se trata por supuesto de un
milagro, sino del resultado de un buen pasado, de un buen karma genético.
«Sin duda alguna las gentes de otros países, si no pueden reci-
bir la trasmisión del kesa, sin duda alguna sentirán vergüenza,
estarán tristes y lo lamentarán».
«Afortunadamente, muy afortunadamente, hemos podido reci-
bir la verdadera trasmisión del kesa de zazen, desde el Buda
Shakyamuni y de patriarca en patriarca. Esto tiene que ver con
la potencia y la virtud de los grandes méritos de hannya, la
sabiduría genética pasada».
Aquí Dogen emplea kanji muy fuertes, con un sentido muy profundo.
Critica a las malas gentes y a los demonios:
«En la era Nejo o en la época de crisis de la humanidad, en el
fin del dharma, la mayoría de las gentes no sentirán vergüenza
de no conocer la verdadera trasmisión del kesa y si alguno la
posee será criticado. Actitud infernal que a buen seguro les
conducirá al infortunio».
«Si vestís el kesa, esto no proviene únicamente del hecho de
vuestro buen karma pasado.  Ahora respetad la verdadera Vía
del Buda y haced zazen. De esta forma podéis vestir y proteger
el kesa».
Esto es muy importante. Incluso con un buen karma genético, si no prac- 55
el libro del kesa

ticáis zazen, no podréis vestir y proteger el kesa.


«Todos los Budas y patriarcas profesaron un total respeto al
kesa. Creyeron completamente y lo respetaron totalmente.
Delante del verdadero kesa trasmitido todos hicieron sampai.
Tal es el verdadero bushinari.
Los once nombres del kesa

«Existen once clases de nombres para designar al kesa.


1.- El kesa es el cuerpo de Buda.
2.- El kesa es el espíritu de Buda.
3.- Gedatsu puku, el vestido del satori.
4.- Fukuden e, el vestido del campo feliz».
En China o en Japón, en otoño se recolectan los granos de arroz sembrados
en los campos. Si vestís el kesa, la felicidad llega. Yo he hecho la experien-
cia. Es una protección contra los accidentes. E incluso si no tenéis dinero,
podréis comer y vivir.
56 «5.- Muso e, el vestido de la no forma, del infinito».
el libro del kesa

En el Kongokyo, el Sutra del Diamante, encontramos a menudo el kanji


muso.
«6.- Mujo e, el vestido más elevado».
Hace aproximadamente treinta años, llevaba una vida muy difícil. Kodo
Sawaki me dio su rakusu, sobre el que estaba escrito el sutra del Daimorio:
el sutra de la vida infinita.
«El verdadero vestido trasmitido es maravilloso, podéis vestirlo inconscien-
temente, naturalmente, automáticamente».
Creí verdaderamente en este rakusu y continué zazen pensando que segu-
ramente en el futuro mi vida se volvería maravillosa. Conservo este rakusu
en mi habitación. Es un recuerdo impresionante.
«7.- Ninniku e, el vestido de la paciencia».
Si se viste el kesa y aunque a menudo nos encolericemos, enseguida la cólera
se apacigua. Pues el kesa incita a la reflexión y la sabiduría aparece.
Si no se cree verdaderamente en el kesa, incluso continuando zazen, no
se llega a ser muy feliz.
Incluso personas muy honradas y que continúan zazen, no pueden cambiar
mucho su karma puesto que no han vestido el kesa. Si lo llevan, entonces
el ego desaparece, e, inconscientemente, naturalmente, automáticamente,
el espíritu se suaviza.
«8.- Nyorai e, el vestido de Buda».
De la protección contra todos los demonios, los accidentes.
«9.- Daiji daihi e, el vestido de la gran compasión».
Si se viste el kesa, inconscientemente, naturalmente, automáticamente,
nuestro espíritu se llena de una gran compasión.
«10.- Shodo e, el vestido de la victoria».
Vestir el kesa significa obtener la más alta victoria. La vida se vuelve más
elevada que la de un ministro o un emperador. Es la verdadera victoria
espiritual. 57
el libro del kesa

«11.- A nokutara san myaku san bodai, el vestido del más alto
satori».
Idéntico a zazen.
Existen así, once nombres de una profunda significación para designar al
kesa. Cada mañana lo ponemos sobre la cabeza. Sin duda alguna grandes
méritos nacerán en el futuro.
No vestimos el kesa solamente para nuestro propio ego. Esto influencia a
los otros que pueden, por el intermedio del vestido que nosotros llevamos,
obtener la verdadera felicidad. De esta forma el kesa puede ayudar en los
sufrimientos de los demás.
Pero no hay que cambiar ni la forma, ni el color, ni la manera tradicional de
coser el kesa. Sin preocuparse de las propias opiniones, hay que seguir muy
exactamente la trasmisión. Si queréis coser el kesa seguid precisamente la
enseñanza del verdadero maestro.
El funzo e

¿Qué se debe emplear para hacer un kesa? ¿Algodón, lino, seda, lana,...?
Para cada país es diferente. Siempre que sea posible emplead lino, algodón
o seda. Los tejidos sintéticos hacen ruido en el dojo.
El maestro Dogen insiste siempre sobre el hecho de que no hay que esco-
ger. Todos los Budas y Patriarcas se han servido de tejidos a los que no
estaban apegados.
Funzo e: fun, caca; zo, limpiar. Esa es la cualidad más alta del kesa.
Dogen habla de diez clases de funzo e:
1.- Aquellos hechos a partir de tejidos que han sido quemados.
58 2.- El tejido que ha sido comido por las vacas. En India las vacas son
el libro del kesa

muy respetadas.
3.- El tejido mordido por las ratas.
4.- El tejido que ha servido para envolver a los muertos, las mortajas.
En India cuando alguien muere, el cuerpo se desnuda y se envuel-
ve en una mortaja. En la época de Buda se llevaban los muertos al
bosque. Los cuerpos eran enseguida devorados por los animales, sólo
quedaban las mortajas.
5.- Los tejidos que han servido para la menstruación de las mujeres.
Por supuesto es necesario lavarlos bien antes.
6.- Las sábanas que han servido para el parto de una mujer. El tejido
más sucio puede volverse el kesa. El peor, aquel por el que no se tiene
ningún apego, se transforma en el tejido más noble, el más elevado.
7.- Los tejidos encontrados en los cementerios.
8.- Las telas ofrendadas en las tumbas o los santuarios.
9.- Los vestidos tirados por los gobernadores. En India, constantemen-
te, los emperadores cambiaban de vestimentas.
10.- Los tejidos que sirvieron en las ceremonias funerarias.
En nuestros días, no vale la pena imitar lo que nos relatan los sutras. Hay
que comprender el espíritu que de esto se deduce y el sentido original del
funzo e.
La peor de las telas puede ser empleada. Hay que lavarla, después teñirla,
cortarla y coserla. De esta manera se obtiene el funzo e, el kesa de más
valor.
No hay que llevar ni coser el kesa para nuestro ego, para sí mismo, para
su propio provecho, sino para la verdadera Vía, con un espíritu mushotoku.
De esta manera, los méritos llegan muy precisamente.
«Cuando se cose el kesa, no hay que cambiar el método tra-
dicional por sus opiniones personales y para su provecho. No
importa qué tejido puede ser empleado para hacer un kesa.
Pero se debe seguir la verdadera trasmisión, la verdadera ense-
ñanza».
«Es erróneo creer que el algodón es más puro que la seda
natural, escoger solamente la seda porque es más bella que el 59
el libro del kesa

algodón».
El espíritu debe ser siempre mushotoku. Utilizad algodón, seda o lino.
No hay que seleccionar con nuestro propio ego. El más alto kesa: funzo
e. Harapos, vestidos rasgados por las ratas, los vestidos de los muertos
amontonados en los bosques, o las mortajas; como ésas, de color blanco,
utilizadas aún en Japón para recubrir el cuerpo de los muertos. Algunas
veces, después de que el cuerpo ha sido quemado, se recoge la mortaja.
Un monje caligrafía en él un sutra como el del Hannya Shingyo y recita un
mantra. Se puede utilizar todo para fabricar un kesa, toda clase de tejidos.
Después de haberlos limpiado y desinfectado se vuelven completamente
puros. Se tiñen, se cosen y así se fabrica un funzo e, el kesa más elevado.
En lo más profundo de las montañas del Himalaya, había un lago muy
grande, profundo, infinito, donde el agua era completamente pura. Shuna
Shami lavó el kesa funzo en este lago. En ese momento, el gran rey de los
dragones, mirando el cielo, se quedó admirado, respetuoso e impresionado.
Sonrió, hizo caer una lluvia de bellas flores e hizo sampai.
De esta manera los peores vestidos se vuelven los kesa más respetables,
los tejidos más sucios, los más puros, los más idiotas, aquellos que tienen
los peores bonno, los más grandes monjes. Es una filosofía muy profunda.
Pero algunos sacan en conclusión que hay que tener grandes bonno y
volverse las peores personas: ser obseso sexual, llevarse a las chicas en la
sesshin. Es un gran error. No puedo utilizar tales personas que se compor-
tan como perros. Tampoco puedo emplearlas para coser el kesa. No hay que
equivocarse de dirección, de Vía. Si se hace zazen y se viste el kesa para la
Vía, con un espíritu mushotoku, rápidamente los bonno, los cuerpos más
sucios se vuelven los kesa más elevados, el espíritu más santo.
«En el Budismo hinayana, ciertos maestros piensan que la seda
es lo mejor que hay para coser el kesa. Es erróneo. Los adeptos
del mahayana deben reírse de una opinión como esa».
Incluso si se os dice: este vestido es de seda o de algodón, mirándolo
solamente, no se puede verdaderamente estar seguro. Aunque sea posible
utilizar cualquier materia, el funzo e no es ni de algodón, ni de seda, ni de
lino, ni de fibra artificial, ni siquiera una mezcla.
60
el libro del kesa
También, zazen, es shikantaza. Aunque existen numerosas clases de pos-
turas de zazen, el zazen de Buda es shikantaza. Diferente pero idéntico.
Aunque los colores, las materias, los tamaños de los kesa sean diferentes,
es funzo, shikantaza. Ya sea el cuerpo joven o viejo, sucio o limpio, delga-
do o grueso, es funzo, shikantaza. Cuando se hace zazen todo el mundo
es igual. Siguiendo la verdadera Vía, sin meta, mushotoku, continuando
solamente zazen, uno se vuelve shikantaza.
Para confeccionar un kesa, se puede utilizar todo si no se está apegado a
ello. Sin embargo, los vestidos demasiado usados no se pueden emplear, ni
aquellos que tienen demasiados colores o están demasiados sucios.
Para el espíritu es lo mismo. Siempre miente o decora. Es funzo, los hara-
pos. Haciendo zazen, aunque no estéis muy concentrados en mi kusen y
durmáis o penséis en otra cosa, por vuestra postura de zazen os volvéis
shikantaza, Si aparecen olas en vuestro espíritu, como en la orilla, se
rompen contra las rocas y se trasforman en espuma bajo el claro de luna.
Durante zazen, los peores bonno se vuelven la luz de la luna. Es funzo, los
harapos del hombre.
Todo es funzo: el algodón viene de una planta, la seda, de los insectos, el
nylon, del petróleo o de la madera, del carbón,... Incluso un maravilloso
kesa en oro o en plata, en perlas, es la realización de funzo.

Si un calzoncillo se vuelven un kesa, ya no es un calzoncillo, ni un calzon-


cillo ni una braga.
Durante zazen no hay ni hombre, ni mujer, ni señora, ni viejo, ni joven, ni
prisionero, ni gobernador, ni ministro. Es shikantaza, solamente shikantaza.
Podéis seguramente comprender. Debéis atrapar lo imposible de explicar
por las palabras o el lenguaje. Es el satori.
De la misma manera que unos calzoncillos convertidos en kesa ya no son
unos calzoncillos, un preso que hace zazen se vuelve Buda. Es funzo.
«Algunos monjes le preguntaron al anciano Buda (Eno, el
sexto patriarca):
–Cuando recibió el kesa del maestro Konin, en el monte Obei,
a medianoche: ¿El kesa era de algodón o de seda?
–No era de algodón, ni de seda, respondió Eno».
61
Así debemos comprender. El kesa no es de un género, no es ni de seda, el libro del kesa

ni de algodón, pero sí una enseñanza muy profunda de la Vía de Buda, el


secreto absoluto.
Los comentarios son muy importantes. Debéis comprender la relación entre
funzo y shikantaza.
«Los sutras relatan que cuando el tercer patriarca después de
Mahakashyapa y Ananda nació, estaba vestido con un kesa».
Es posible. Kodo Sawaki explica en sus comentarios que cuando un bebé
nace de pie, es como si llevara un kesa2.
Kodo Sawaki repetía siempre que vestir el gran kesa, hacer zazen, raparse
el cráneo representan la más grande felicidad, la más grande victoria de
nuestra vida.

2- Pasa cuando, al nacer, la placenta sale al mismo tiempo que el bebé y lo cubre.
De ahí la expresión «nacer de pie», algo que desde siempre es signo de buen augurio.
Kesa y estado de espíritu

En la vida cotidiana cuando cambiamos de entorno, nuestro espíritu se


transforma en función de la atmósfera que encontramos. Después de haber
ido al café, si venís a este dojo, rápidamente, vuestro espíritu ya no es el
mismo.
«Hoy, recibiendo la ordenación y el kesa del maestro, con-
virtiéndome en monje o monja; rápidamente, nos quitamos
nuestra ropa social para vestir el kesa. El kesa no es un tejido,
ni seda, algodón o lino».
Cambiar de vestido o de medio modifica el cuerpo y el espíritu. Llevar
62 vestidos limpios influeye en la persona. Por eso, llevar un hábito de color
el libro del kesa

rojo o violeta no actúa de la misma manera sobre el cuerpo y el espíritu


que un vestido blanco o negro.
E, inversamente, si nuestro espíritu cambia, nuestro entorno se transforma.
Vestir el kesa en este dojo modifica completamente el entorno. Esto no
puede explicarse en palabras.
Practicando zazen, rápidamente nuestro espíritu cambia y encuentra la
condición normal. Si estáis ansiosos o tenéis miedo, si entráis en este
dojo y hacéis zazen, el mundo entero se vuelve diferente. Pero a menudo
nuestro espíritu está oscurecido y cegado y no podemos darnos cuenta.
Sin embargo muy exactamente nuestro cuerpo y nuestro espíritu cambian.
Tal es el mérito del kesa y de zazen. Esto mismo es el satori.
«En la época de Buda, para muchos la vida era difícil. Pero
entonces las personas en dificultad visitaban al Buda, rápida-
mente sus cabellos caían y se encontraban revestidos por el
kesa».
Aunque estaba muy ocupado, el Buda recibía a las personas presentadas
por sus discípulos. Les daba la bienvenida e inconscientemente, natural-
mente, automáticamente perdían sus cabellos y se encontraban revestidos
por el kesa.
¿Cuál es la verdadera cualidad de este kesa? ¿Algodón, seda, lino,...? No es
ni de algodón, ni de seda, ni de lino. Imposible decidir con nuestras propias
opiniones limitadas. El kesa es infinito.
He aquí una historia relatada en el Sutra del Loto:
«Dos amigos, de los cuales uno era rico y el otro muy pobre, bebían alco-
hol juntos. El pobre, que había bebido mucho, se durmió. El rico debía
partir, pero sentía que su amigo, su pobre compañero, sufriría mucho.
Entonces introdujo una piedra preciosa, un diamante, en el bolsillo del
pobre. Después se fue.
Cuando el pobre despertó, se enfadó al ver que su amigo ya no estaba allí.
De esta manera vagó siempre, pobre y sufriendo.
Tres años más tarde, encontró de nuevo a este amigo y encolerizado, le dijo:
63
–«¿Por qué te escapaste? Mi vida fue muy difícil y tu no me has ayudado. el libro del kesa

–¿Por qué no utilizaste el diamante que dejé en tu bolsillo?, respondió el rico.


–¡Ah! un diamante... No lo sabía.
Rebuscó en el bolsillo y encontró un bello diamante brillante».

¿Qué significa este koan?


El pobre representa a las gentes ordinarias; el rico, a Buda; el diamante
deslizado en el bolsillo, el verdadero tesoro espiritual, el dharma.
No se puede comprender el verdadero satori. Deambulamos siempre. Pero
si se obtiene esta piedra preciosa, es posible comprender: este diamante-
tesoro tiene un valor inestimable.
No es de algodón, ni de seda, ni de lino.
El diamante es un funzo e, un harapo, como el kesa fabricado de tejidos
usados.
Otro koan: ¿Cuál es la calidad, el color, la cantidad, la dimensión de los
kesa de Buda? ¿La calidad, su aspecto son limitados o ilimitados? Muso
fukuden e. Reflexionad, estudiad profundamente, esto es un gran koan.
«De esta forma, de Buda en Buda, de patriarca en patriarca,
este verdadero kesa trasmitido no puede ser puesto en duda.
Es completamente exacto, así se puede comprender.
Si no podemos recibir el kesa trasmitido de un verdadero maes-
tro, nuestro karma no es bueno. Si lo recibimos, es una felicidad
eterna e infinita».
Si tenéis dudas, un mal karma, no podéis recibirlo. Buscáis lo que es erró-
neo y abandonáis el verdadero dharma. Abandonáis la fuente y buscáis
las ramas. Es completamente un mal karma. Vais en una Vía opuesta y os
equivocáis.
«Las personas que entran en la Vía con el espíritu de la Bodhi
pueden recibir el kesa trasmitido y practicar exactamente el
verdadero zazen. Así, aquí y ahora, habéis encontrado la verda-
64
el libro del kesa dera Vía que no puede estar en otra parte: hacer zazen y vestir
el verdadero kesa. Esto certifica que os habéis convertido en
un discípulo de la trasmisión, un discípulo directo del Buda».
Os es posible ver, estudiar, proteger el verdadero kesa y hacer zazen. Aquí y
ahora, estáis sentados sobre el zafu. Es la felicidad más grande de la vida.
Ahora mirad, ved, oíd la conferencia de Buda.
«Vestir el kesa significa: estar iluminado por la iluminación de
Buda. Esto quiere decir utilizar lo que el Buda ha utilizado.
Trasmitir directamente el espíritu de Buda significa obtener los
huesos, la médula, la esencia de Buda.
Estoy cubierto por el kesa sagrado del Buda Shakyamuni. Lo he
recibido en sucesión directa de Buda».
A través de las estrofas de esta frase es posible reemplazar Buda por Cristo.
Vestir el kesa significa estar iluminado por Dios o Cristo. Utilizar el objeto
que ellos han utilizado. Trasmitir directamente el espíritu de Dios o Cristo.
Es posible que bajo esta forma los europeos comprendan más claramen-
te. Se puede decir también: «Estar iluminado por la iluminación cósmica,
utilizar lo que el cosmos utiliza, transmitir directamente el orden cósmico
fundamental, estar cubierto por el kesa cósmico. He recibido este kesa del
orden cósmico».
Esta última frase del Kesa Kudoku es muy conocida.
De joven, me impresioné mucho al leerla. Kodo Sawaki la escribió sobre
uno de mis rakusu.
Esta frase es la conclusión de Dogen sobre el Kesa Kudoku.
El libro contiene también algunos capítulos muy profundos sobre el méto-
do para lavar y coser el kesa. ¿Cómo teñirlo? ¿Cuál es la dimensión, la
calidad? ¿Cómo vestirlo? El método para protegerlo. Dogen lo explica muy
profundamente. Es la relación entre la práctica y la filosofía del Zen.

65
el libro del kesa
66
el libro del kesa
67
el libro del kesa
Método para lavar el kesa

En la época moderna y en nuestros días, el método de lavado es diferente.


Pero mientras sea posible, es importante lavar el kesa uno mismo. Si lo
hace otro, tiene que ser una monja, un monje o un amigo íntimo.
Antiguamente se utilizaba agua perfumada con los mismos olores que los
del incienso. Se lo sumergía desplegado en este agua.
En el momento de la ordenación, los monjes debían también lavarse el
cuerpo con agua caliente perfumada.
Los perfumes chinos, japoneses o indios, hechos a partir de la corteza de
68 los árboles, son los mejores. En Europa, se puede usar también lavanda,
el libro del kesa
pero son preferibles los perfumes utilizados en los templos.
«Dejadlo en remojo durante dos horas en el agua caliente per-
fumada sin frotarlo. Si el kesa está demasiado sucio, se puede
lavar con agua caliente mezclada con ceniza.
Cuando este agua se ha enfriado se lo enjuaga varias veces
con agua clara, tibia. Después se cuelga en un bambú limpio.
Si lo laváis, hacedlo respetuosamente, sin frotarlo ni con las
manos ni con los pies. Planchadlo, plegadlo exactamente y
depositadlo sobre un lugar elevado o delante de Buda. Quemad
incienso, o shoko y ofrecedle flores».
El kesa es el objeto más digno de respeto. Rodeadlo tres veces por la dere-
cha y haced sampai (tres, seis o nueve pai). Cuando os lo entrego, la acti-
tud justa es hacer sampai por este kesa. En vuestra casa, cuando tengais
tiempo, al vestirlo o antes de quitarlo, haced sampai, tres, seis o nueve pai.
Pienso que la mayoría de las personas no hacen estas prosternaciones.
Tengo muchos kesa. Los coloco en un armario en mi habitación. Es muy
bello. A veces pongo incienso y hago sampai.
«Incluso si uno se equivoca, los méritos del kesa aparecen en
el futuro. Incluso si vestimos el kesa una sola vez, o si se toca
o se roza con el pie, los méritos aparecerán».
Después de haber hecho tres, seis o nueve pai, sentaos sobre las rodillas a
la japonesa y en gassho, con el kesa puesto sobre la cabeza; o bien, levan-
tadlo en las manos a la altura de los ojos y cantad tres veces si es posible:
Dai sai gedapuku
Muso fukuden e
Hibu nyorai kyo
Ko do sho shujo
Vestido universal, ilimitado y beatífico
Ahora tengo el satori de Buda
Para ayudar a todos los seres.
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¡Oh maravillosa emancipación! el libro del kesa

Después vestidle o bien guardarlo en un armario o en un lugar elevado.


Gocho Kudoku: Los cinco méritos santos del kesa

En el budismo, no es solamente cuestión de este mundo, también se evoca


la existencia antes del nacimiento, la reencarnación, el círculo de trasmi-
graciones. Esto no es misterioso sino conforme a la genética.
El Buda Shakyamuni habla de su vida anterior:
«En otro tiempo, cuando era discípulo del Buda Hozo, el gra-
nero del tesoro, me llamaba Kannon, el gran compasivo».
El Buda Shakyamuni había practicado ya zazen en su vida anterior y su
padre y su madre tenían un buen karma. Por eso nació de nuevo como rey
y sus características no fueron las mismas que las de otras personas.
70 «En esa época me coloqué cerca del Buda Hozo y formulé el
el libro del kesa
siguiente deseo:
–Mi querido y venerado maestro, si me convierto en Buda,
entre mis discípulos y otras gentes que recibirán mi ense-
ñanza, seguramente algunos se ordenarán y vestirán el kesa.
Entonces si cometen errores y trasgreden los diez preceptos
o niegan y rechazan el principio de causa y efecto, si emiten
opiniones erróneas y no respetan ni creen en los tres tesoros
(Buda, dharma, sangha), o si acumulan crímenes muy pesados
y numerosos; pero han recibido, visten y protegen el kesa. Con
una actitud errónea como esa, no pueden estar seguros de
llegar a ser Budas certificados, ni recibir el shiho y se escapan
de la Vía de Buda. ¿Deberían pues, ser excomulgados y no inte-
grarse jamás en la shanga para la eternidad? De esta forma, los
méritos del kesa no serían auténticos. Si fuera así, yo no podría
perfeccionar mi satori y no querría convertirme en Buda».
Este sutra tiene una forma complicada, pero su esencia es simple, el Buda
Shakyamuni continúa:
«Mis discípulos que han llevado el verdadero kesa una sóla
vez, aunque cometan errores, seguramente en el futuro, por
los méritos de ese kesa, podrán volver al seno de la sangha. Si
no pueden volver yo no quiero convertirme en Buda y tener el
satori».
Así es el primer mérito santo del kesa.
El Buda Shakyamuni continua hablando:
«Mi querido y venerado maestro, cuando me convierta en Buda
en el futuro, existen muchos monstruos o demonios, devas de
los cielos: los yasya, dragones; los kendava, músicos celestiales;
los asura, deva del combate; los pájaros garuda; los kimnara,
deva de la danza; los magoraka, deva con la cabeza de serpien-
te; los kubanda, que devoran los espíritus humanos; los bisha,
demonios del cielo».
En el budismo, la tierra de Buda no está en el cielo, sino más allá. En el
cristianismo, el cielo representa la tierra más pura, la más elevada. En el
budismo existe el país de Buda, después el cielo, después el mundo huma-
no. Entonces aunque el cielo sea mejor que el mundo humano, en él viven 71
el libro del kesa

monstruos y demonios.
Este sutra es como una novela.
«Si todos esos monstruos, demonios o deva respetan y admiran
al monje que viste el kesa, incluso si sólo ven y admiran nada
más que un trocito de kesa, aún siendo monstruos, si no pue-
den rápidamente convertirse en bodhisattva o Buda, podrán
ser santos o sabios».
Así es el segundo mérito santo del kesa.
El tercero concierne al mundo humano, por debajo del cielo.
«Si los seres sensibles se vuelven gaki»...
Los hambrientos que desean siempre comer, incluso durante zazen, sus
instestinos reclaman y desean que zazen se termine rápidamente, así como
el sutra de la comida. Tienen siempre deseos. Son unos pobres demonios.
Están obsesionados por el sexo. Tales personas no pueden nunca satisfacer
sus deseos y nunca obtienen nada. Se vuelven gaki.
...«si tocan u obtienen un trocito de kesa, podrán obtener y
satisfacer sus apetitos nutritivos y sexuales. De esta forma se
volverán tranquilos».
Sea como sea, ¡ya no serán más gaki! ¡El kesa es muy práctico! No se trata
de cortar, sino, poco a poco, suavemente, sin conflicto, hacer decrecer los
deseos. Estar satisfecho por la comida, la bebida, el sexo, y progresivamen-
te el mal karma y los deseos disminuyen. Así es posible estar tranquilo y
sonriente.
«Si los seres sensibles se separan y se combaten con ensaña-
miento y odio»...
Se trata aquí de los numerosos habitantes de los infiernos, monstruos,
demonios y dragones del cielo, como los kendara, asura, garuda, kendara,
magoraka, kubanda, bisha.
...«si se concentran sobre el pensamiento del kesa, por el poder
de este kesa, rápidamente pueden obtener un espíritu compasi-
vo, dulce, gentil, sin odio, el espíritu del nirvana, que corta los
72
el libro del kesa bonno. De esta forma pueden volverse completamente puros».
Tal es el cuarto mérito del kesa.
Quinto mérito:
«Si hay personas que se encuentran entre militares, en medio
de un combate o en un juicio, un proceso, si alguien lleva un
kesa o un trozo de kesa y protegen y respetan este kesa, no
pueden ser atacados y no se les puede hacer sufrir, ni criticar-
los. Y  aún más, les es posible hacer ganar a sus compañeros
y de esta forma pueden ser salvados y volverse tranquilos y
apacibles. Maestro venerado, si mi kesa no puede alcanzar ni
realizar estos cinco méritos santos, mientras que numerosos
Budas aparecen, entonces el mérito del kesa no es verdadero
y los Budas futuros no pueden creerme. Esto sería como men-
tirles. Y todos los Budas futuros no podrán obtener el satori, ni
ayudar y salvar a todos los seres sensibles. En ese momento la
Vía de Buda tendrá fin y malas vidas aparecerán y destruirán
todo el mundo».
Tales fueron las palabras pronunciadas por Daihi Bodhi Satoba, Kannon, el
Buda Shakyamuni en su vida anterior, al Buda Hozo.
«En ese momento el Buda Hozo extendió el brazo derecho hacia
Kannon, le pasó la mano por el cráneo en señal de aprobación
y le dijo:
–Muy bien, muy bien, hombre, bodhisattva espléndido. Todo lo
que acabáis de explicar es verdad y así es el verdadero tesoro,
el verdadero símbolo de la realización de Buda. Habéis realiza-
do el gran satori. Ciertamente vuestro kesa podrá realizar los
cinco méritos santos y aportará grandes beneficios a los seres
sensibles».
En el budismo, en los sutras, encontramos a menudo muchos Budas dife-
rentes, imaginarios, que aparecieron. Es literatura pero el sentido es muy
profundo. Vastas metáforas ilustran el nivel metafísico. La dimensión de
los sutras es siempre muy profunda. 73
el libro del kesa

«Cuando Kannon oyó las palabras de aprobación del Buda


Hozo, le cogió la mano. Su brazo era de oro. Entre sus dedos
se encontraba una membrana de seda fina y su mano era muy
dulce y cálida como la vestimenta de un ángel».
La mano refleja siempre el espíritu de la persona. Tocando la mano de
alguien se puede sentir su espíritu, su conciencia. Cuando os estrecho la
mano, comprendo enseguida lo que pensáis.
«Cuando el Buda Hozo posó su mano sobre la cabeza de Kannon,
rápidamente su silueta cambió y apareció entonces como un
bello muchacho de quince años de edad»...
Este sutra es muy largo. Es una larga historia.
«Todos los seres sensibles de este lugar, los monstruos, deva,
animales, pájaros,... le ofrecieron flores. Una gran fiesta se des-
encadenó con música, baile, después todo se volvió tranquilo».
Todos los sutras del budismo hinayana y mahayana explican estos cinco
méritos santos del kesa. Y esto se vuelve la esencia, el origen de la vene-
ración por el kesa. Todos los Budas del pasado, del presente y del futuro
tienen un verdadero kesa y su mérito es infinito. Y entre todos los Budas,
aquellos que han recibido el verdadero kesa trasmitido desde Bodhidharma,
Eno,... y por todos los maestros de la trasmisión, este kesa trasmitido, el
funzo e, tiene el más alto mérito. Y todos los patriarcas y aquellos que
han trasmitido el shobogenzo han legado este verdadero kesa. Entonces,
si todos los seres sensibles respetan este kesa con un espíritu concentrado,
obtienen exactamente el satori.

74
el libro del kesa
Rengenshiki y los méritos del kesa

Es la historia de una monja muy bella -la monja de los seis poderes- una
bikkuni que vivió en los tiempos del Buda Shakyamuni. Cuando se convirtió
en su discípula, el Buda Shakyamuni había hecho de ella una gran monja.
En esta época iba a predicar en el seno de las familias aristocráticas y,
dirigiéndose particularmente a las mujeres, las exhortaba a que se hicieran
monjas. Se topaba en la mayoría de los casos con sus negativas: «Somos
jóvenes y bellas, decían estas mujeres, jamás podremos respetar los pre-
ceptos». Pero Rengenshiki insistía, diciéndoles que los más importante no
era respetar o no los preceptos; lo esencial era recibir la ordenación; no
debían temer caer en el infierno infringiendo los preceptos. No obstante,
75
la incredulidad que encontraba en la asistencia conducía a Rengenshiki, el libro del kesa

la mayoría de las veces, a contar su propia historia:


«¡Qué lejos debo remontar mi karma para convenceros!», decía ella. «En mi
vida anterior era una prostituta de gran renombre. Venían de todas partes
para verme bailar, pareada con los más bellos adornos. Mi sola belleza
bastaba para procurar el éxtasis a los hombres. Todos me codiciaban y
pude amasar una gran fortuna dándoles un poco de mí. Un día, a un joven
monje que pasaba, le quité rápidamente su vestido, el kesa, me lo puse y
continué mi danza así vestida. Mi vida entera había estado dominada por
las fuerzas del sexo y la lujuria y tuve que zozobrar, después de mi muerte,
en los vagabundeos infernales de la trasmigración. Sin embargo el poder
del kesa se perpetuaba; el karma que había engendrado por el simple acto
de haberlo vestido, una vez, se manifestó entonces en mi vida siguiente;
de esta forma tengo la dicha de ser monja ahora».
Nagarajuna en sus comentarios sobre el Hannya Haramita añade a la his-
toria de Rengenshiki las precisiones siguientes sobre su karma:
«Rengenshiki era incomparablemente bella. Tuvo la gran suerte de tocar
una vez un kesa, que creó en su vida siguiente el buen karma que la hizo
monja. Tuvo sin embargo que errar largo tiempo en los laberintos oscu-
ros de la trasmigración, pues su vida anterior había sido muy movida. Su
madre era más bella aún, lo que provocó la desdicha de Rengenshiki, pues
su marido no pudo resistirse a la seducción que ejercía su madre. Suegra
y yerno dormían juntos y Rengenshiki tomó la resolución de huir. En su
camino errante encuentró un día a un hijo de ricos comerciantes del que
se enamoró y con el que se casó. Su felicidad era total. Pero un día, a la
llamada de su padre, el joven esposo tuvo que partir: tenía el encargo de
conducir una caravana a través del desierto hasta una lejana comarca,
donde podía vender géneros de su país. El viaje era largo. Cada pueblo
atravesado dejaba en el corazón de éstos la añoranza del descanso, del
confort y de los gozos perdidos. Lo que más rápidamente se echó a faltar
fueron las mujeres. El marido pronto fue turbado por la fresca belleza de
una jovencita.
Era la estación de las lluvias; por eso, cuando el comercio del día se acaba-
76
el libro del kesa
ba, cada uno tenía prisa por llegar a su casa. Ciertamente el joven esposo
tenía algunos remordimientos, pero pensaba «¡Soy rico y puedo mantener
un segundo hogar. Y esta jovencita es muy bella!»
Estaba inquieto por el parecido que existía entre esta joven y su propia
mujer.
Las semanas fueron pasando y la estación de invierno estaba avanzada
cuando Rengenshiki acogió la vuelta de su marido. Este calló su aventura,
de momento, prefería esperar algún tiempo antes de hablar con su mujer.
Pero esto era ignorar que ella tenía de su vida pasada la experiencia de la
prostitución; ante la actitud sin prisas de su marido, ella comprendió. Las
explicaciones fueron simples e incluso cándidas. Le relató la similitud de
los trazos y la belleza común que las ligaba; se justificó por la duración
del viaje y la dureza de la vida; quería escusarse aún, pero Rengenshiki
comprendía; Rengenshiki perdonaba y aceptaba.
«Que se venga a vivir bajo nuestro techo», concluyó ella. La belleza de la
joven concubina sorprendió incluso a Rengenshiki cuando la vio por pri-
mera vez.
«Se pasaba el día detrás de ella, observándola peinarse delante del espe-
jo. Mirando el rostro reflejado de la joven y el suyo, muy cerca, ligera-
mente detrás, quedó asombrada por el parecido que reflejaba el espejo.
Rengenshiki quiso saber antes de nada, y le hizo preguntas sobre su origen.
Ella le habló sobre su pueblo natal, de la infancia en la casa de su padre,
pero dijo no haber conocido a su madre porque se fue del hogar después
de su nacimiento. Con una profunda tristeza Rengenshiki comprendió
que tenía delante de sí a su propia hija, nacida de su primer marido. Este
había sido seducido por su madre, el segundo lo había sido por su hija.
Rengenshiki se afligió profundamente por su mal karma. Y por segunda
vez abandonó la casa conyugal. Terminó por establecerse en una lejana
metrópoli al este, y de nuevo para ganarse la vida volvió a su primer oficio:
el comercio de su cuerpo.
De nuevo su gran belleza la aportó renombre y atrajo la codicia. En este
tiempo, a la ciudad, venía desde las afueras un joven fuerte, distinguido por
sus formas refinadas. Predicaba regularmente, prodigando la enseñanza
que le trasmitía su maestro, el Buda Shakyamuni. Se llamaba Mokuren.
77
«Mokuren se convirtió rápidamente en objeto de los celos de los brah- el libro del kesa

manes que perdían un gran número de oyentes, la mayoría mujeres, que


iban a engrosar las filas, ya numerosas, de los nuevos fieles convertidos
a sus palabras. Estos brahmanes abandonados por la gente, pronto cons-
piraron contra el intruso que se llevaba a sus fieles y por ende su poder.
Ciertamente, no podían matarlo, eso no haría más que levantar sospe-
chas y suspicacias en su contra. Lo mejor sería, pues, desprestigiarlo Y
Rengenshiki era la más indicada para ello. Una vez seducido, Mokuren
perdería la estima de sus fieles.
De esta forma pensaban los brahmanes que se dirigieron por el campo
a casa de Rengenshiki. Cuando esta tuvo conocimiento del asunto, dijo:
«¡Nada más sencillo. Todos los hombres son iguales. Todos terminan por
sucumbir! ¡Vuestro Mokuren no será una excepción. Dudo mucho que su
virtud sea infalible!». «Este Mokuren es, sin embargo, un hombre al que
hay que tender una trampa», pensó Rengenshiki. «Después de lo que dicen
los brahmanes de su disciplinada vida, un ataque demasiado directo, sería
sistemáticamente repelido. Debo encontrar una argucia».
Al día siguiente a la caída del día, Rengenshiki se tumbó en el camino
que habitualmente tomaba Mokuren para volver al templo.  Tumbada así,
quejumbrosa, fingió estar sufriendo, pensando que Mokuren no podía mos-
trarse insensible. «¡Entonces me será muy fácil seducirle!», pensaba ella.
Oyó pasos acercarse, vio a Mokuren y creyó llegado el momento de aumen-
tar sus lamentos. Mokuren se acercaba... Pero Mokuren pasó sin prestar
la más mínima atención a la mujer que gemía. La intuición de Mokuren
sobrepasaba el poder de los sortilegios. «¡Mokuren, Mokuren! ayúdame,
estoy enferma». Diciendo esto Rengenshiki se levantó bruscamente y corrió
al encuentro de Mokuren. Este acto borró toda duda, en el pensamiento
de Mokuren, sobre las intenciones de Rengenshiki. Pisándole los talones,
gesticulando y renegando, suplicando, susurrando palabras sin efecto.
Cuando al fin se calmó, desarmada, había recorrido todo el camino, y el dojo
de Buda aparecía ante su vista. Buda esperaba. «Debe usted volverse una
verdadera monja», le dijo. Posó su mano sobre la cabeza de Rengenshiki, de
la que se cayeron los cabellos enseguida. Sus vestidos vulgares se trasfor-
maron en kesa, su actitud se dignificó. Todo su mal karma se borró de un
78
el libro del kesa
golpe. A partir de ese momento Rengenshiki ya no fue más Rengenshiki:
era una gran monja que, durante su vida, se consagró al Buda. Tenía enton-
ces unos cuarenta años. Siguió por todas partes al Buda Shakyamuni, le
prodigó su ayuda, le asistió en todo. Sin embargo murió prematuramente,
asesinada por un tal Daiva. Este acto señaló la conclusión última de su
karma. Fue, en la historia del budismo, la primera monja. Buda hablaba de
ella siempre en términos muy elogiosos, y la estimaba incluso más que a
Mokuren. La había comprendido profundamente. Sabía que renacería aún
para construir la gran Vía del mahayana.
«Esta gran monja ha ayudado y todavía ayudará a toda la humanidad, más
de lo que pudiesen hacer diez grandes bodhisattvas».
Es así como Nagarajuna ha referido la historia sobre los méritos del kesa.
«Después de haber sido una prostituta, Rengenshiki llegó a ser la
más grande monja. ¿Por qué? Sólo porque antiguamente había
vestido un kesa para bailar sobre el escenario de un teatro.
Por ese mérito, en un mundo siguiente, recibió la ordenación
del Buda Shakyamuni y se convirtió en su más grande monja.
Obtuvo tres poderes mágicos (san myo, poderes de intuición,
de penetración, de gran intuición).
1. Tengetsu: poder comprender el sufrimiento y la alegría de
cada uno».
Percibir que ahora esta persona sufre o bien que está enamorada de un
chico. ¡Viene a hacer zazen porque lo quiere y no por la Vía! Puedo com-
prender fácilmente este género de comportamiento.
«2. Shukumyotsu: comprender el destino de cada uno, el pasa-
do y el porvenir de las gentes.
3. Rojintsu: el libre poder de cortar todos los bonno y los sufri-
mientos de las gentes».
Continuando zazen, podéis obtener estos tres poderes. Así son los tres myo,
los tres poderes de penetración.
«Hay otros tres poderes mágicos (jinduriki, poderes idénticos a
los de Dios o Buda): 79
el libro del kesa
1. Jinkyotsu: el espíritu sin apegos, completamente libre.
2. Tennitsu: poder comprender los sufrimientos o las alegrías
de cada uno a partir de su voz.
3. Tashintsu: comprender el espíritu de las gentes, lo que pien-
san, exactamente».
Todos estos poderes son los seis jindu (jin: Dios, du: penetrar), los seis
poderes de gran intuición.
La monja Rengenshiki obtuvo todos estos poderes. Pero si hubiese conti-
nuado siendo una obsesa sexual, no habría podido tenerlos ni alcanzar el
satori. Después de la muerte, no habría hecho más que caer en el infierno
y renacer sin cesar en un mundo futuro y repetir, repetir esta trasmigra-
ción. Pero ella tocó el kesa jugando, no hizo más que tocarlo. Por su mal
karma volvió a caer en el infierno, pero recibió la ordenación en un mundo
siguiente y llegó a ser la primera monja del Buda Shakyamuni.
Dogen escribe:
«Si vestís el verdadero funzo, el verdadero kesa, sobre vuestro
cuerpo durante toda vuestra vida y lo respetáis, si recitáis:
Dai sai gegapuku
Muso fukuden e
Hibu nyorai kyo
Kodo sho shujo
Este mérito se vuelve muy grande. Y si hacéis zazen vistiendo el
kesa, después de haber recibido la ordenación de un verdadero
maestro, exactamente podéis recibir el más grande mérito.
Llegareis a ser los hijos del Buda Shakyamuni».
«De la misma forma las personas que han nacido en este mundo,
si han recibido la ordenación de monje, practicado zazen, reci-
bido el kesa, son verdaderamente estúpidas si no reconocen su
suerte y pierden su vida vanamente. Es un gran sufrimiento».
En la época moderna, ahora, podéis hacer zazen todos los días, recibir la
ordenación de un verdadero maestro y vestir el verdadero kesa.

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¿Por qué no podéis hacer zazen? ¿Por qué no podéis recibir la ordenación
el libro del kesa y haceros monje o monja? ¿Por qué dejáis pasar el tiempo en vano? Tales
personas son completamente idiotas. E, incluso si en el presente tienen
suerte, en el futuro sufrirán.
Después Dogen escribe:
«El verdadero maestro que trasmite el verdadero kesa es el
sucesor auténtico habiendo recibido directamente el kesa tras-
mitido. No se le puede comparar a otros maestros, o a otras
sectas religiosas. Incluso si comete un error, si tiene el verda-
dero kesa, es completamente un maestro auténtico. Finalmente
el kesa decide la autenticidad del maestro».
Por supuesto, si habéis recibido el kesa de otro maestro, incluso erróneo,
exactamente un mérito muy profundo aparece. Pero no puede ser compa-
rado al trasmitido por un verdadero maestro de la trasmisión. El kesa de
la trasmisión, desde el Buda Shakyamuni y todos los patriarcas, aporta un
mérito universal e inmenso.
Método para confeccionar el kesa

La manera de fabricarlo, su calidad, su color, su dimensión.


La calidad: preferentemente escoged trapos. Si, en la época actual, es difícil
conseguirlos, utilizad un tejido flexible, de fibras muy finas. De algodón
siempre que sea posible, seda o bien lino. Estas son las mejores materias.
Pero en ciertos países donde no hay ni algodón, ni seda, ni lino, Buda
autoriza la lana. Yo utilizo en mi habitación un kesa de lana que una dama
muy amable me ha cosido.
El color: el kesa debe ser de color oscuro.
Kesa, kesaya en sánscrito, significa color oscuro, mezclado, roto. No es un
color puro. Se puede utilizar negro, gris, verde oscuro, pardo, azul oscuro,... 81

El Buda vestía siempre un kesa del color de su piel. Yo los llevo parecidos.
el libro del kesa

Los colores que mis discípulos usan son tradicionales. Los europeos tienen
el color más claro que los japoneses o los chinos, pero no es posible utili-
zar el rosa. No puedo dar el nombre del color que debe tener el kesa para
ustedes los franceses. El que fue trasmitido por Bodhidharma, en algodón,
era verdinegro.
«A través de Mahakashyapa hubo veintiocho generaciones,
desde el Buda Shakyamuni hasta Bodhidharma y Eno, el sexto
patriarca por quien esta trasmisión se continuó. Después, de
patriarca en patriarca la calidad, el color se han trasmitido.
Otra escuela religiosa no puede tener esta sucesión».
Después Dogen explica:
«Existen tres clases diferentes de kesa:
1. Funzo e: kesa fabricado con trapos, con tejidos usados.
2. Seihei e: kesa hecho a partir de plumón de pájaro.
3. Nohei e: kesa hecho de harapos reparados».
Mondo entre el Buda Shakyamuni y Upali: las diversas clases de kesa.
«Un discípulo de Buda, Upali, que respetaba profundamente los
kai en tanto reglas de la sangha, le pregunta:
-Gran Maestro, ¿qué es el kesa? ¿cuántas bandas debe tener?
-El gran kesa debe tener nueve bandas, kujo e. Pero también
once, trece, quince, diecisiete, veintiuna, veintitrés, veinticinco
bandas,...»
Tengo dos grandes kesa de veinticinco bandas: el que Kodo Sawaki dio al
padre de Narita Roshi y el de Seikyu-ji. He recibido muy grandes méritos
de estos kesa.
«En el kesa de nueve, once y trece bandas, cada banda está
constituida de una pieza corta y dos largas. En el kesa de
quince, diecisiete, diecinueve bandas, hay tres largas y una
corta. En los kesa de veintiuna, veintitrés, veinticinco bandas,
los más elevados, sobre cada banda: cuatro piezas largas y una
corta. Si se fabrican de manera diferente son erróneos, no son
verdaderos kesa».
82
el libro del kesa
Este mondo entre Upali y el Buda Shakyamuni refleja una profunda filo-
sofía.
«Upali continua:
-Gran Maestro, enséñame las diversas clases de gran kesa.
-Existen tres clases de kesa: el kesa de gran clase, el gran kesa;
el de mediana clase, el kesa mediano y el de pequeña clase, el
kesa pequeño.
El de gran clase, sogyari, tiene un alto de tres antebrazos. (El
antebrazo se contaba con el puño cerrado o la mano abierta
según el caso)».
Es posible hacer el kesa más o menos largo según la talla o la edad. El kesa
de gran clase se viste en las ceremonias.
«El kesa de pequeña clase mide dos antebrazos y medio de alto
y cuatro y medio de largo».
Se le viste durante los samu, para la mendicidad, para viajar o pasear.
«El kesa de clase media está justo entre estas dos medidas».
«Upali pregunta aún al Buda:
-Querido Maestro, el kesa de clase media, ¿de cuantas bandas
se debe componer?
- Uttaraso, el kesa de clase media, debe tener siete bandas.
Cada banda contiene varias piezas, dankaku, que son de dos clases: larga
o corta. Para uttaraso, el gran kesa de siete bandas, o los de nueve bandas.
«Cada banda está constituida de nicho itan, dos piezas largas
y una corta».
Upali sigue:
«Oh mi Maestro Buda, ¿cuántas clases de kesa de siete bandas
existen?
- Tres clases: el grande, el mediano y el pequeño. El grande
tiene una altura de tres antebrazos y una longitud de cinco.
Para el pequeño se cuenta una medida más pequeña del ante-
brazo. El mediano se sitúa entre los dos.
- Gran Maestro, háblame de las medidas de gojo e, el kesa de
cinco bandas, o rakusu. 83
el libro del kesa

- Cada banda de gojo e tiene una pieza larga y una corta. Y


este kesa es igual para las tres clases. La altura mide tres ante-
brazos, la longitud cinco. Hay aún dos clases de kesa de cinco
bandas que tienen por medidas respectivamente: altura, dos
antebrazos; longitud, cuatro antebrazos.
Sogyari es un kesa de gran clase con un forro en el interior. Se
viste para dirigirse a palacio, o para dar grandes conferencias
y para hacer zazen».
Un gran kesa tiene generalmente más de nueve bandas. Puede tener
sesenta bandas, no está limitado a veinticinco.
«Uttaraso:  el kesa de siete bandas, de clase media, se viste en
los templos, para las ceremonias cotidianas. El kesa de cinco
bandas, samu e, se lleva durante el samu».
Aquí la mayoría lleváis solamente el rakusu durante zazen.
De los tiempos prehistóricos a los tiempos modernos

Dogen habla de la historia de la humanidad:


«La vida humana apareció hace ochenta millones de años. Al
comienzo de la formación del globo, la vida humana duraba
mucho tiempo. No se vivía solamente cien años, si no mil o
dos mil años. No existía diferencia de sexo».
Después poco a poco se trasformó. Adán y Eva aparecieron. Se miraron y
constataron una diferencia entre ellos. Se compararon y como los niños
se divirtieron. Continuaron y encontraron mucho placer. Después nació un
bebé. Y cuanto más procreaban, menos era necesario vivir tanto. Se vivía y
84
el libro del kesa se moría cada vez más rápidamente, empujado por la generación siguiente.
De esta forma la vida se volvió más corta.
«...o bien el hombre de los tiempos prehistóricos y el de los
tiempos modernos eran iguales. En esto no puedo decidir...
Pero existe una diferencia entre Buda y un hombre de nuestra
época, pues se puede medir la altura de un hombre, pero el
cuerpo de Buda es infinito. De la misma forma el kesa de Buda
de antes de este mundo no era ni demasiado corto, ni dema-
siado largo. Y en el porvenir, en diez millones de años, incluso
si el Buda Maitreya viste el kesa de Shakyamuni, no será ni
demasiado corto, ni demasiado largo. El cuerpo de Buda, está
más allá de la grandeza y de la pequeñez».
Debemos comprender esta filosofía.
He aquí una metáfora: Bontenno, el rey de los cielos no podía ver la cabeza
de Buda, pues es infinito.
Mokuren, discípulo del Buda Shakyamuni, poseía grandes poderes mágicos.
Podía ir muy lejos, como un avión. Un día corrió detrás de la voz de Buda
y ésta llevaba al infinito. Llegó a un mundo de iluminación. «Hasta aquí
puedo oir esa voz», dijo. Es muy divertido.
En el Sutra del Loto, encontramos muchas historias extrañas como esta:
«La luz salía de la frente de Buda, de esta manera podía ver el cosmos
entero. Después de diez millones de años, en el futuro, si el hombre olvi-
da su pasado, su cuerpo se volverá pequeño como una bacteria y morirá
rápidamente. Si no lo olvida y practica zazen, subsistirá».

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el libro del kesa
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el libro del kesa
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el libro del kesa
Método para coser el kesa

La manera de coser el kesa está descrita en el Shobogenzo.


«Hay cuatro métodos para hacer un kesa:
1. Katsu e, es el ensamblaje de las piezas cortadas para formar
las bandas.
2. Chyo e, ensamblaje de las bandas y del cuadro sobre un gran
trozo de tejido que forma la base del kesa.
3. Shoyo e, que consiste en plegar y coser sobre los pliegues.
4. Man e, es una pieza de tejido sin recortes, sin banda».
Un kesa formado de una sola pieza de tejido sobre la cual está cosido
88 solamente un marco con tres líneas de puntos. Para aquellos que no quie-
el libro del kesa
ren coser es posible comprar una gran pieza de tejido y hacerlo así. Un
bodhisattva o discípulo puede llevarlo pero no para las ceremonias.
Pero incluso para coser man e es necesario usar kaeshi bari (kae: volver;
bari: aguja): plantar la guja, sacarla y volver atrás. Si no se emplea este
método, no es un verdadero kesa.
Coser a máquina no es auténtico. Pero para aquellos que no tienen kesa,
es posible coger un mantel o una cortina y coserlos a máquina. Esto se
convierte en un kesa instantáneamente. Yo podría ponerle un gran sello,
lo perfumaría con incienso de cara a Buda y, de esta forma, se convertiría
en un verdadero kesa.
El color del kesa es importante. No hay que servirse del rojo. Digo siempre
que el kesa más elevado, el funzo e, es aquel hecho de trapos, de harapos,
los más sucios se vuelven los más puros. El más loco, el más sucio, se vuelve
el más puro a través de zazen.
Para hacer un kesa es también posible utilizar un tejido que un amigo que
tiene fe en el zazen os ofrece.
¡Un tejido comprado con un dinero ganado honestamente y no robado!
Algunos, ¡incluso roban el rakusu de otros!
Es posible, con la máquina, coser el kesa man e, en diez minutos. Pero hacer
un verdadero funzo e, demanda mucho trabajo. El bello kesa que me han
cosido mis discípulos, necesita, aproximadamente de tres a seis meses.
Pero si coséis un kesa, hacedlo lo más rápidamente posible. Concentraros
en ello. El kesa no es un vestido ordinario. Hay que concentrarse comple-
tamente y creer en el kesa, punto tras punto. El estado de espíritu es el
mismo que durante zazen, hishiryo. Y cosiendo el kesa, inconscientemen-
te, naturalmente, automáticamente, vuestro espíritu está concentrado. E,
incluso si no sois ni monje ni monja, podéis vestir el kesa. El kesa es el
secreto del Zen mahayana.
En la historia del budismo existen muchos monstruos que han vestido el
kesa. Tengu, el monstruo de la nariz gorda, llevó el kesa. Lo hemos visto
cuando visitamos Kyoto. El kesa es un símbolo importante en el mundo
material de los deseos. Todo el mundo puede vestirlo. Antiguamente, en
China, cada emperador, cada príncipe, todos vestían el kesa. En Japón, los
samurais lo llevaron durante la guerra. Por consiguiente llegó a ser incluso 89
el libro del kesa

una armadura. Y después los generales utilizaron el rakusu, pues el gran


kesa no era muy práctico. En los tiempos antiguos, en Japón, el principe
Shotoku (las virtudes santas) fue el primero en introducir el budismo de
China. Vestía un kesa de veinticinco bandas y daba conferencias a propó-
sito del Sutra del Loto y de los shomon. De los cielos cayó entonces la flor
tesoro, y el budismo mahayana se extendió en Japón.
En la época actual, la mayoría de los monjes budistas tienen kesa erró-
neos en lo que concierne a la calidad, el color, o el número de piezas. Pero
sea como sea, el kesa se ha convertido en el símbolo del budismo y todos
aquellos que recibieron la ordenación, samurais y emperadores lo llevaron.
En nuestros días, aún, es el símbolo del monje, ya sea en Tailandia, India,
Ceilán, Vietnam,..., el símbolo del budismo mahayana e hinayana.
La esencia del kesa reside en la manera de coserlo, en kaeshi bari, la costura
del punto atrás y en el color del tejido.
Kaeshi bari no es solamente una simple costura, dankau; el kesa, por zazen,
se convierte en el vestido del Zen, la ropa de zazen.
El kesa, verdadero símbolo del discípulo de Buda

«Después que el príncipe Shotoku introdujera el budismo en


Japón y venerara el kesa, el emperador Shomu también vistió
el kesa y recibió la ordenación de bodhisattva».
«Incluso los emperadores, príncipes y servidores vistieron el
kesa y recibieron la ordenación. Para el ser humano, vestir el
kesa, recibir la ordenación y practicar zazen es la mayor de las
felicidades de la condición humana».
«Cuando el laico viste el kesa, tampo, está cosido, no obstante,
siguiendo el método kaeshi bari. Incluso los laicos que visitan
90
un dojo deben llevar los tres kesa, un cepillo de dientes y agua
el libro del kesa
para lavarse la boca, boles y un zagu».
En la época de Dogen era necesario preparar todas estas cosas y hacer zazen
con los monjes. Así es la verdadera regla de la trasmisión en un dojo.
«Siguiendo la enseñanza trasmitida por cada patriarca, el kesa
siempre debe ser cosido siguiendo kaeshi bari, incluso para un
laico, un emperador, un ministro o un samurai».
Todo el mundo puede vestir el kesa. El sexto patriarca Eno no había recibido
la ordenación cuando era el cocinero del templo de Konin. Sin embargo
Konin le trasmitió el verdadero kesa.
«El kesa es de esta forma el verdadero símbolo de Buda.
Entonces, si recibís este kesa, cada día debéis venerarlo y hacer
gassho. Antes de vestirlo debéis colocarlo encima de vuestra
cabeza, hacer gassho y recitar:
Dai sai gedapuku
Muso fukuden e
Hibu Nyorai Kyo
Kodo sho shujo»
Estos cuatro versos veneran el kesa: ¡Oh! gran hábito del satori, vestido
infinito de los campos de felicidad.
Vestir el kesa significa llevar la enseñanza de Buda uno mismo, y en con-
secuencia intentar ayudar a todos los seres sensibles. Después de haber
cantado este sutra hay que hacer gassho y llevarlo tres veces a la frente
y después vestirlo. Así es el método tradicional.
«Vistiéndolo debemos pensar que se vuelve el templo de Buda,
un verdadero maestro. Buda dice: si os afeitáis el cráneo, vestís
el kesa y practicáis zazen, todos los Budas os protegerán».
Pero a veces, no obstante, se pueden cometer errores, al no ser bueno el
karma precedente. Cuando no se tiene sabiduría, es difícil. El demonio
aparece.
Hay que tener mucho cuidado con el demonio. Cuando un demonio aparece
hay que intervenir con sabiduría. Debéis rechazarlo antes que entre. Pero 91
el libro del kesa
si estáis rapados, vestís el kesa y hacéis zazen, finalmente toda vuestra
familia se volverá feliz, los habitantes de los cielos y los ángeles aparece-
rán, os ayudarán, os respetarán y os ofrecerán grandes méritos.
Los diez méritos del kesa

Voy ahora a abordar los textos originales que se ocupan de hablar propia-
mente de los méritos del kesa.
Estos textos están constituidos por lo esencial de los sutras escritos por
los discípulos del Buda Shakyamuni, donde éste explica al monje Chiko
los méritos del kesa. Consideraba diez que calificaba de inferiores y que
estaban dirigidos a las personas de baja dimensión; y otros diez que esti-
maba al más alto nivel en los que revelaba la profundidad a sus discípulos
más avanzados.
«El Buda Shakyamuni dirigiéndose al monje Chiko le habló así:
92 El kesa encierra diez espléndidas virtudes de las que resultan
el libro del kesa

diez maravillosos méritos, he aquí:


El kesa recubre completamente el cuerpo y por el sentimiento
de pudor que inspira, provee a los temerarios de templanza y
perdona la duda de los tímidos. Engendra el espíritu de confe-
sión, y vuelve fácil la práctica de las buenas acciones y de la
Vía de Buda».
Este es un sentido perdido en nuestro días, el sentido del pudor. Esto no
tiene nada que ver con el nudismo; esto también puede ser muy púdico.
Pero la actitud del hombre, su manera de llevar la ropa, la forma del vestido
revelan pudor o impudor e inspiran respeto o no. Esta noción siempre se ha
tenido como muy importante en el budismo, donde los monjes tienen que
vestir el gran kesa, el cual debe recubrir todo el bajo vientre y descender
hasta las rodillas. En la secta Nembutsu, incluso el rakusu es muy largo.
Pero este no es muy bello.
«El kesa permite defenderse del frío y del calor, de los insectos
y de los animales, de las picaduras venenosas de serpiente.
Ni las bestias feroces osan acercarse, y el diablo en persona
permanece tranquilo. De esta forma se puede hacer zazen apa-
ciblemente. Este es el segundo mérito».
«El tercer mérito se expresa a través de la revelación del monje
que lleva el kesa en tanto que monje auténtico. El kesa deter-
mina el verdadero carácter religioso».
En Europa también se encuentra este rasgo característico propio de los
sabios y los religiosos. Las imágenes de Cristo, de Sócrates y de todos los
sabios y santos los muestran siempre vestidos de grandes túnicas o largas
togas. El vestido largo o las túnicas han sido siempre símbolo de sabiduría,
de amor puro y de compasión, de paz. Vestidos de esta manera, los religio-
sos siempre inspiran respeto, reflexión y alegría a aquellos que se cruzan
en su camino y por lo tanto son aptos para cortar el espíritu del mal.
«El kesa es el símbolo de la religión, de la Vía del Buda que
salva a todos los seres sensibles. Los cielos están abiertos a
aquellos que respetan y tienen fe en el valor del kesa. Este es
el cuarto mérito». 93
«El quinto mérito se refiere a los crímenes de la humanidad. Si el libro del kesa

comprendemos íntimamente que el kesa materializa la esencia


de la Vía de Buda, tenemos entonces en nuestro poder la capa-
cidad de borrar todos los crímenes de la multitud de los seres
sensibles, de engendrar en su seno la felicidad y de multiplicar
las buenas fortunas».
«Por su color, el kesa tiene el poder de desapegarnos de las
codicias producidas por los cinco sentidos. El color neutro del
kesa constituye su sexto mérito: color ocre de la tierra o color
de la piel de Buda».
«En tanto que vestido puro certificado por el Buda, el kesa en
sí es el cuerpo de Buda. Este es su séptimo mérito: vuelve feliz
y corta por mucho tiempo los bonno».
«El porte del kesa nos inclina a respetar los diez preceptos.
Este es su octavo mérito. Inconscientemente, naturalmente,
automáticamente, los diez preceptos no serán transgredidos y
la armonía con la ley dharmica estará sellada».
«El kesa simboliza los arrozales. Este es su noveno mérito.
Expresa la abundancia, el alimento de la vida que provee al
hombre de lo necesario y cultiva la vía del bodhisattva».
«El kesa es una armadura. La flecha envenenada de los bonno
no puede alcanzar el cuerpo del hombre. Es el décimo mérito
del kesa».
«De esta forma mi querido Chiko, por estos diez méritos, cuan-
do todos los Budas, los engaku3, los shomon4, los sabios y todos
los santos de los tres mundos, y cuando todos los monjes vis-
ten este hábito, cada uno de ellos puede tomar naturalmente
su sitio sobre el asiento-tesoro del satori. Y por este kesa,
verdadera espada de sabiduría, pueden ser vencidos todos los
demonios de los bonno, y penetrar en el reino de libertad del
perfecto nirvana».
Después el Buda Shakyamuni continua su elogio con un largo poema sobre
las diez virtudes insuperables del kesa. Dedica este poema a Chiko expli-
cando que estas diez virtudes son de un valor, de otro modo, más profundo
94
el libro del kesa que los diez méritos antes citados.
Dogen en el Kesa Kudoku ha retomado estas ideas a las cuales añade el
aspecto práctico y concreto relativo a las diez formas de kesa o funzo
kesa. Explica además las razones que le han hecho interesarse, incluso
apasionarse por el kesa. Cuenta que, cuando seguía la educación de los
jóvenes monjes en el templo del maestro Nyojo, recibió una fuerte impre-
sión cuando oyó por primera vez cantar el sutra del kesa, el Dai sai geda
puku, después del zazen de la mañana. Dogen había buscado durante
mucho tiempo la verdadera Vía, mucho tiempo había esperado encontrar la
verdadera religión. En ese instante, se le reveló la fuente de su búsqueda.
Desde el momento que las voces comenzaron este canto, las lágrimas le
invadieron y no cesaron hasta el final del canto.

3 Aquellos que practican en solitario para su iluminación personal.


4 Los que escuchan la enseñanza de Buda y alcanzan el satori
Los diez beneficios del kesa

El Buda Shakyamuni explica los diez méritos del kesa al monje Chiko bajo
la forma de un poema.
«Por favor, escucha mi enseñanza sobre el kesa del gran campo
feliz. El kesa tiene diez méritos espléndidos y diez beneficios.
La vestimenta ordinaria usada en la vida social hace crecer
nuestros bonno, pero el kesa del Buda es diferente de la ves-
timenta ordinaria. Altera las prácticas vergonzosas de la vida
cotidiana».
«El kesa permite mirar en el interior de nuestro espíritu, reflexio-
nar, y nos hace progresar. Así es el espléndido campo feliz que 95
proporciona la dicha infinita». el libro del kesa

«Puede alejar de nosotros el frío y el calor, los venenos y los


demonios. Cuando lo vestimos, protege el espíritu y el cuerpo.
Incluso las enfermedades decrecen, y se recobra la salud. Los
bonno disminuyen. De esta forma el espíritu que busca la Vía
se fortifica cada vez más y alcanza gedatsu, el satori».
Si se viste este kesa, se realiza verdaderamente el aspecto de
monje, el aspecto del bodhisattva, el aspecto de Buda, el aspec-
to santo, la figura santa. Una dignidad infinita se desprende.
Así el espíritu se aleja de los apegos y de los deseos y, aunque
aún se tenga algún apego, lo vemos decrecer rápidamente y
se encuentra la condición normal».
«Por las virtudes del kesa se corta go ken, los cinco prejuicios,
las doctrinas erróneas, falaces, los cinco puntos de vista erró-
neos, contrarios a la enseñanza de Buda (dhristi, en sánscrito)».
Shinken: la creencia herética en una personalidad real. El ken del cuerpo
que no pueden comprender muga, el no-ego, el no noúmeno. Digo siempre
que en nuestro cuerpo, en nuestro espíritu no hay sustancia. ¿Qué es el
ego? Existe pero no tiene noúmeno. Sin embargo la mayoría de la gente
se apega a este ego. Están siempre en contradicción, siempre en dualidad.
Tú y yo ... Si no hay tú, el yo ya no es necesario. Durante zazen, se está
solo, no hay nadie. «Estoy muy contento contigo», o a veces: «No quiero
abrazarte, no te quiero»... Aunque existamos, no tenemos noúmeno.
Ken, significa a veces apego. Shinken es un apego excesivo al cuerpo.
A veces si se toca un poco a una persona, ésta no está contenta. Si no
amáis, no queréis ser tocado. Pero si una bella joven os acaricia, sí estáis
contentos.
Henken: la herejía de tener puntos de vista extremos. Algunos no experi-
mentan solamente un apego al ego en esta vida, si no también después de
la muerte. Experimentan demasiados deseos. Esta vida es satisfactoria, por
tanto piensan incluso en después de la muerte y quieren vivir eternamente.
«Ciertamente iré al paraíso». Es un apego excesivo al ego. Algunos se sui-
cidan: Este mundo no es bueno, el otro es mejor, debo irme rápidamente.
Esto refleja mucho apego a la vida futura.
96
el libro del kesa
Algunos no están apegados, pero temen la muerte, el después de la muer-
te. De esta forma la niegan totalmente. «No hay paraíso, no hay infierno.
No hay más que este mundo. No importa el después de la muerte». Esto
también refleja un excesivo apego. Ser demasiado negativo o demasiado
positivo: henken. Por eso no hay que negar ni apegarse demasiado. La Vía
del medio. A los europeos les gusta mucho henken, a derecha, a izquierda.
En las elecciones hay que decidirse a favor de la derecha o la izquierda.
Y el dualismo aparece. Predomina en la civilización moderna. Finalmente,
en el mundo entero, la derecha y la izquierda se combaten. No hay que
apegarse a la derecha o a la izquierda. No se puede decidir por sí mismo.
Shinken es el apego al cuerpo. Henken es el dualismo, el apego a los
aspectos contrarios.
Janken: los puntos de vista erróneos o heréticos. Henken y janken son un
poco similares. Es negar la causalidad.
Kenjuken: el apego a la herejía. Es apegarse o creer en una doctrina erró-
nea, en una religión falaz. Karmapa dijo: «El budismo se terminará en
cuarenta y cinco años». Es la locura. Es kenjuken.
El Buda, para revolucionar el hinduismo tradicional hizo aparecer el budis-
mo. Creó una nueva religión. Huyó de la religión tradicional, demasiado
kenjuken, compuesta de demasiado kai erróneos. Los kai deben variar
según el lugar y el tiempo. El karma de cada uno difiere.
Los musulmanes no comen cerdo. No es siempre necesario dejar de comer
rápidamente carne o dejar de fumar... Pero la droga representa un gran
peligro en la civilización moderna. Buda comió cerdo y murió a los seten-
ta años. También los brahmanes lo criticaban. Su actitud era demasiado
progresista. No hay que apegarse demasiado a no comer esto o aquello o
a dormir de tal o cual manera. Es kenjuken.
Kaigonjuken: el apego a prácticas o a observancias heréticas. Acabo de
hablar de ello. Por ejemplo, en ciertas religiones, las mujeres no deben
mostrar su rostro y se cubren la cara. Kaigonjuken concierne a los kai, los
principios erróneos. Nada de cerdo, nada de buey, nada de unagi (anguila),
la macrobiótica, el vegetarianismo. Para los enfermos es aceptable.
En la India, en ciertas religiones tradicionales se dice: «tener cabellos sig-
nifica que se tienen demasiados bonno». ¡Por eso se depilan los cabellos
uno a uno para eliminar cada bonno! Esto también es kaigonjuken. 97
el libro del kesa

«Vestir el kesa o el kolomo es una decoración, por eso hay que ir desnudo»,
dicen algunos religiosos. Estuve una vez en una isla de naturistas. Todo el
mundo iba desnudo. Sólo yo llevaba unos calzoncillos. Me sentí avergon-
zado. Vivir así les proporciona una sensación de vuelta a las condiciones de
la vida natural, como en la civilización prehistórica. También es demasiado
apego. En la civilización moderna, a menudo no se mira más que un solo
lado de las cosas. No vale la pena apegarse demasiado, ni creer demasiado
en algo o ser un fanático.
Los goken (los cinco prejuicios, las doctrinas erróneas) son muy impor-
tantes. Creer en zazen es mejor. Es la Vía del medio, la doctrina de Buda.
Si el kesa no es respetado ni venerado, pierde todo su poder y no tiene más
valor que un hatillo de ropa. Pero cuando es respetado y cuidadosamente
protegido, se puede recibir del rey de los cielos, Bontenno, el protector
del budismo, sus dones de virtud y felicidad. Cuando los discípulos de
Buda visten el kesa, deben rogar para que este kesa y el cuerpo de Buda
estén en perfecta unidad. Rogar de esta manera, en un estado de espíritu
profundo y total, aportará la felicidad más grande y la verdadera fortuna
se realizará y disipará todo pecado; los suyos propios y los de los demás;
rogando de esta manera, el satori podrá producirse para sí mismo y para
todos los seres que pueblan el cielo y la tierra.
Por ello, para un monje, lo más importante es observar la postura exacta
y respetar a Buda. Este precepto constituye el sexto mérito.
Esta postura exacta no concierne solamente al zazen; debe ser justa para
cada uno de los comportamientos de nuestra vida; que se ande o se hable,
que se coma o se trabaje, la actitud debe ser bella y expresar dignidad,
pues el comportamiento influeye el espíritu. Y el kesa favorece la buena
actitud del cuerpo y del espíritu, que permanecen alejados de las ilusiones
y los bonno.
El séptimo mérito insiste sobre la necesidad de tener un comportamiento
exacto.
El octavo mérito del kesa corresponde a su poder victorioso.
98 El kesa es el estandarte de la victoria: victoria sobre nuestra propia vida;
conquista y maestría sobre el universo entero.
el libro del kesa

El octavo dice:
«Todos los Budas han admirado los méritos del kesa, pues este
espíritu es el verdadero campo que nutre la felicidad. Es el
hábito pacífico por excelencia, que procura la serenidad más
profunda a cada uno de los seres del universo».
«El noveno mérito del kesa es profundamente misterioso, tiene
la virtud de hacer crecer la semilla del satori, gracias a la prác-
tica justa que suscita».
Los méritos que engendran instauran y favorecen la práctica de la Vía de
Buda.
Por eso el kesa ha sido comparado a menudo, simbólicamente, con un
campo de arroz. Sus méritos son los jóvenes brotes frescos que se desa-
rrollan.
Campo: ta o den en japonés; fukuden, el campo de la felicidad.
En Japón, la siembra del arroz se hace en abril-mayo; los campos están
entonces muy verdes, de un bello verde primavera salpicado de manchas
azules, reflejo del cielo en las superficies encharcadas. La cosecha se hace
en septiembre-octubre; los campos de un amarillo intenso al principio,
pasan progresivamente al color mate del ocre.
«El décimo mérito; la fuerza del poder del satori es parecida
a la dureza del diamante, invulnerable a los ataques de las
flechas de los bonno».
De esta manera terminaba el poema de Buda sobre los méritos del kesa.
Como conclusión añade:
«Admiro y venero estos diez maravillosos méritos del kesa. Su
verdad es demasiado profunda para poder agotar el tema; la
eternidad no bastaría. El dragón, él mismo, si se viste aunque
nada más sea que con una pequeña pieza del kesa, permanece
invisible a los ataques de los garuda5. Y cuando este último
aparece, el hombre vestido con el kesa podrá atravesar el gran
océano sin peligro. La tormenta, el estruendo del trueno, la
cólera de los cielos; nada podrá asustar al hombre que lleva el 99
el libro del kesa

kesa. Aún sin ser monje, el simple laico que estime altamente
este hábito, hará huir a los diablos y los demonios, incluso más
que el que recibió la ordenación de monje. Vestido con el kesa,
se puede hacer temblar la tierra y estremecer la morada de los
demonios. Y aquel que va de esta manera, vestido con el kesa
y satisfecho de su ordenación, tiene la certificación auténtica
que lo hace uno con el cuerpo de roboshin, el verdadero cuerpo
del dharma y de Buda».
Aquí se termina el poema de Buda. Seguidamente vienen los comentarios
de Dogen. Todo el texto está escrito en kanbun, lo que hace la traducción
muy difícil. Pero he intentado acercarme lo más posible. Después Dogen
hace comentarios sobre el funzo e o «kesa harapos». Al final termina expre-
sando toda la admiración que siente por el Dai sai geda puku, el sutra del
kesa.

5 Garuda (llamado también konji-cho en japonés) es un pájaro que se cuenta entre


las ocho clases de seres protectores del budismo. Se dice que se alimenta de dragones.
Se dice también que, cuando aparece por los aires, el océano se oscurece.
Kesa harapos

Voy a terminar mis comentarios sobre el kesa hablando del funzo e o «kesa
harapos», al que el Maestro Jiun ha elogiado largamente. En general, éstos,
son todos los kesas hechos a partir de tejidos desechados, encontrados y
recogidos entre los detritus. Algunos antiguos sutras definen una decena
de clases de tela reutilizables.
«1. Las telas mordidas por las vacas.
2. Las piezas de tejido roídas por las ratas.
3. Piezas de tejido quemadas.
4. Las telas que han servido en las mestruaciones de las muje-
100 res.
el libro del kesa

5. Las telas que han servido en los partos.


6. Las telas abandonadas en los santuarios y templos.
7. Las telas dejadas sobre las tumbas.
8. Las telas utilizadas durante la plegaria para arrodillarse o
sentarse, o aquellas depositadas sobre los monumentos reli-
giosos.
9. Las telas tiradas por los ricos porque han sido consideradas
pasadas de moda.
10. Los sudarios y las sábanas que han servido para recubrir
los ataudes».
Después se enseña como hay que servirse de estas telas desechadas y
sucias.
«Una vez recogidas, lavadas, limpias, el funzo e confeccionado
con estas telas se convierte entonces en el más puro de todos
los kesa. Todos los Budas de los tres mundos estiman altamente
este kesa y lo han vestido siempre. No sólo los Budas de los tres
mundos, si no todos los seres celestiales y todos los dragones
lo han trasmitido, venerado y cuidadosamente protegido. En la
medida de lo posible, cosed tales kesa; practicareis entonces la
más grande virtud de pureza. Pero en nuestros días en Japón, ya
no se puede encontrar este género de trapos sucios y usados».
Dogen, en su época, ¡ya se quejaba!... Y ahora en Francia, ¡es más difícil
todavía! Entonces en su defecto, si quereis confeccionar este funzo kesa,
utilizad con preferencia telas que os han sido regaladas, si no, usad un
tejido que habeis comprado con dinero puro y cosedlo según las reglas,
estrictamente. Lo cosereis en kaeshi bari, o punto atrás, con la mayor
atención.
«De esta forma el funzo kesa es el verdadero kesa. No está
definido entonces por la calidad de la tela -se trate de seda,
algodón, de hilo de oro o de plata, que tenga bordados o incrus-
taciones, poco importa-, se define por la concentración que se
le ha aportado y por la vida pura que lo ha animado y le ha 101
dado forma durante su confección». el libro del kesa

En ese momento, ya no se trata más de un ensamblaje de harapos, ni de un


bello vestido, ni de un objeto lujoso, si no del verdadero cuerpo de Buda,
de su auténtica enseñanza y de su trasmisión de la esencia de la Vía en
los tiempos pasado, presente y futuro.
«En cuanto a los méritos, si quereis tener alguna instrucción, no
pregunteis desde luego a los hombres, ni siquiera a los monjes
que no conocen toda la profundidad; dirigíos a un verdadero
maestro o al verdadero patriarca, que él mismo ha recibido de
su maestro la trasmisión del verdadero dharma y del puro Zen».
El sutra del kesa

El Maestro Dogen termina con una descripción de sus impresiones, cuan-


do residió en China, en el templo del Maestro Nyojo. Ya he hablado de la
emoción que sintió cuando oyó cantar por primera vez el sutra del kesa,
el Dai sai geda puku. Y añade:
«Había leído antiguamente el sutra Agama sobre los preceptos
que los monjes deben observar respecto al kesa. Pero nunca fui
tan impresionado como cuando, a mi alrededor, oí cantar este
sutra. Esto me trastornó tanto como cuando oí la volea de gol-
pes de kyosaku que mi maestro asestó a un discípulo cercano
102
a mí; ese día yo había hecho nueve pai en la habitación de mi
el libro del kesa maestro en shin jin datsu raku, datsu raku shin jin6».
«Había estado en numerosos templos en China, pero nunca
había oído este sutra cantado y enseñado de esa manera. Es
verdaderamente lamentable que mis idas y venidas me hayan
hecho perder tanto tiempo. Pero al tener esta suerte maravi-
llosa, de oir recitar este poema, me llené de gratitud para el
Buda y este buen karma del cual yo estaba investido».
«El solo hecho de oir cantar este sutra merecía el largo viaje
que había hecho; si no, nunca habría tenido la dicha de verlo
y comprenderlo. Tuve la suerte de estar sentado cerca de ese
monje que expresaba con una voz serena, desde lo más hondo
de su pecho, este canto sublime, en una actitud de calma pro-
funda, las manos respetuosamente en gassho y el kesa, plega-
do cuidadosamente, sobre la cabeza. Todo esto me emocionó
profundamente; alegría y tristeza, las dos invadieron a mi ser

6 Abandonar el cuerpo y el espíritu , cuerpo y espíritu abandonados


y del fondo de mi corazón brotaron lágrimas que mojaron mi
rostro y cayeron sobre mi kesa. Comprendí en ese momento e
hice el voto, con una determinación total, de que, a mi vuelta al
Japón, debía ser el digno sucesor del verdadero budismo. Tuve
la fe inquebrantable de poder trasmitir la enseñanza justa y de
tener la verdadera compasión para todos mis conciudadanos;
hice el voto de trasmitir el verdadero kesa que fue trasmitido
de Buda en patriarca y de patriarca en patriarca, según la línea
ininterrumpida y enseñar sus méritos incomparables. Tuve la
esperanza profunda de extender la verdadera enseñanza en
Japón; con el kesa posado sobre el cráneo rapado y cantando
el Dai sai geda puku, de esta manera quería trasmitir el verda-
dero dharma».
«El Maestro Nyojo me remitió más tarde un verdadero kesa,
un kesa que me colmó para toda la vida; era el kesa de Fuyo
Dokai».
«¡Oh! Todos ustedes que son mis discípulos, os lo ruego, cada
vez que os pongáis el kesa, no olvidéis nunca colocarlo pri- 103
el libro del kesa

mero sobre vuestra cabeza, o de tocaros con él la frente tres


veces; ésto en señal de profundo respeto y cantad este sutra
maravilloso.
Todos los sutras, todas las palabras del budismo, toda la ense-
ñanza, el universo entero y la naturaleza en su diversidad,
las montañas, el océano, los árboles y las flores e incluso las
piedras expresan los méritos del kesa. Por eso no es difícil ver
u oir por todas partes, a través del mundo entero una forma,
un color, una cosa que canta el mérito del kesa. Pero tener el
contacto directo, vestirlo, estudiarlo o coserlo son ocasiones
poco frecuentes; es un inmenso privilegio, un gran mérito de
nuestro karma pasado. Si hacéis la experiencia, aunque sólo sea
un momento, el espacio de algunas horas, de media jornada,
guardadle siempre una profunda gratitud».
«Durante mi estancia en China, tuve la ocasión de reencon-
trarme con numerosos monjes, grandes eruditos que habían
estudiado profundamente los sutras y todos los textos búdicos.
Desgraciadamente, no tenían ni kesa ni bol y esto los rebajaba
a mis ojos al simple rasgo de personas ordinarias. Su saber no
tenía para mi ninguna consistencia, ningún valor; me afligía
solamente por el hecho de que estaban desprovistos del más
grande de los tesoros: desconocían el kesa».
Y Dogen concluye:
«Y ustedes, mis discípulos y conciudadanos japoneses, espero
que no sean nunca estos monjes desprovistos; y si os vais a
lejanas comarcas no olvidéis jamás el kesa».
Me impresionó mucho la lectura de este texto, sobre todo por esta última
frase, en el momento que llegué a Europa. Kodo Sawaki la había citado a
menudo con anterioridad, pero nunca me tocó tan profundamente como
cuando me encontré solo en París con el kesa que me había legado mi
maestro a su muerte. Tenía la impresión de que Dogen había escrito esa
frase para mi.
104
el libro del kesa
Si una sola persona cree en este kesa, esto es suficiente para perpetuar
el mérito infinito. En estos momentos, en Europa, numerosos discípulos
cosen y enseñan el auténtico kesa. Por eso mi misión ha sido totalmente
satisfecha y ha sido un éxito. Esto continuará seguramente mucho tiempo.
Seguramente ese kesa que fue cosido por estas jóvenes se trasmitirá para
la eternidad, con el zazen. Por ello, os ruego, no tengáis verdadera fe en
ningún otro objeto religioso que no sea este kesa. No cometáis error sobre
la esencia de la religión.
Cuando vestís el kesa, cuando lo posáis en vuestra cabeza, los méritos que
surgen de este acto se realizarán muy precisamente en el futuro.
«Esta conferencia sobre los méritos del kesa tuvo lugar en el
dojo Kosho Horin-ji, cerca de Uji para todos mis discípulos.
Después, una vez redactada, mi secretario Giun se ocupó con
esmero de corregirla y pasarla a limpio».
Si creamos el kesa
sin estudiar la manera justa, 105
no habrá trasmisión justa. el libro del kesa

Maestro Dogen. Shobogenzo «Den e»


Indice:
Prefacio...........................................................................................................   5
¿Qué es el kusen?........................................................................................   9

Comprender la importancia del kesa...................................................   11


Los méritos del kesa................................................................................... 12
La trasmisión del kesa............................................................................... 14
Los poderes del kesa.................................................................................. 20
Un solo hilo del kesa.................................................................................. 24
La verdadera Vía. El verdadero kesa...................................................... 26
La práctica de la fe..................................................................................... 28
El espíritu de gratitud................................................................................ 29
106
el libro del kesa
Kesa. Zazen................................................................................................... 31
Méritos infinitos del kesa......................................................................... 32
Educación por el encuentro con el maestro....................................... 35
Creer en la esencia del maestro............................................................. 39
Cuando vestir el kesa................................................................................. 41
Seguir la verdadera enseñanza............................................................... 44
Profundo significado del kesa................................................................. 47
El kesa original............................................................................................. 49
Kesa, hábito de eternidad......................................................................... 52
Kesa y sabiduría genética pasada.......................................................... 53
Los once nombres del kesa.....................................................................  56
El funzo e.....................................................................................................  58
Kesa y estado de espíritu.........................................................................  62
Método para lavar el kesa........................................................................ 68
Gocho Kudoku: los cinco méritos santos del kesa............................ 70
Rengenshiki y los méritos del kesa........................................................ 75
Método para confeccionar el kesa........................................................ 81
De los tiempos prehistóricos a los tiempos modernos.................... 84
Método para coser el kesa....................................................................... 88
El kesa, verdadero símbolo del discípulo de Buda............................ 90
Los diez méritos del kesa.......................................................................... 92
Los diez beneficios del kesa..................................................................... 95
Kesa harapos............................................................................................. 100
El sutra del kesa........................................................................................ 102
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el libro del kesa

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