Conflicto en Colombia: Antecedentes Históricos y
Conflicto en Colombia: Antecedentes Históricos y
Conflicto en Colombia: Antecedentes Históricos y
La historia de Colombia en los últimos sesenta años ha estado marcada por el conflicto
armado. En sus inicios, la desigual repartición de la tierra y la falta de espacios para
participación política dieron cabida al uso de la violencia y la lucha armada. Un método que en
los años siguientes se fue reforzando con la irrupción del narcotráfico, el narcoterrorismo, la
presencia de nuevos actores políticos y armados en un contexto de lucha revolucionaria,
Guerra Fría y guerra contra el terrorismo que han ido transformando el conflicto en su razón
de ser y métodos de subsistencia.
En este contexto, los grupos armados han justificado el uso de la violencia por considerarla el
único método para poder transformar la sociedad y con la intención de no permitir cambios
considerados como ilegítimos. Así pues, la fractura creada por las desigualdades, el uso de la
violencia y la lucha por el poder han marcado las dinámicas sociales y políticas que han tenido
lugar en Colombia desde que se instauró la República (S.XIX) hasta el día de hoy, cuando
Colombia abre un nuevo capítulo en su historia con los actuales procesos de paz.
Periodo La Violencia
El Bogotazo
Frente Nacional
En 1956 el partido conservador y el partido liberal firmaron el Pacto de Benidorm, en España.
Un acuerdo que establecía el sistema de alternancia política entre ambas fuerzas. Este pacto
tuvo vigencia hasta el año 1974 y fue defendido como un regreso al sistema democrático
después de la dictadura militar del General Gustavo Rojas Pinilla. Sin embargo, el pacto
incluía únicamente a los dos partidos tradicionales, razón por la cual se originó el surgimiento
de movimientos opositores: el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), el Movimiento Obrero
Independiente Revolucionario (MOIR) y Alianza Nacional Popular (ANAPO).
Estados Unidos
Fuerzas de Seguridad
Con la guerra al narcotráfico, los EEUU tienen un papel importante en el conflicto
armado, el presidente Bill Clinton en alianza con su homólogo Andrés Pastrana
crearon un programa de colaboración militar antinarcótico.
El Plan fue estructurado como un programa colombiano por un valor total de 7.5
billones de dólares, de los cuales se estimó que la comunidad internacional
aportaba 3.5 billones y el Gobierno colombiano 4 billones.
La colaboración se renovó en 2009 para diez años más, dentro de este marco
EEUU puede usar las siete bases militares que tienen en Colombia. El Plan
Colombia ha visto muchas críticas por su ineficacia y su impacto negativo sobre la
salud humana, los derechos humanos y el medio ambiente.
Paramilitares
Las Fuerzas de seguridad comprenden las Fuerzas Militares (Ejército, Armada y
Fuerzas Aéreas) y la Policía Nacional. Estos organismos, con el objetivo de
combatir a la insurgencia adoptaron la Doctrina de Seguridad Nacional desde la
década de 1970. El propósito ha sido la erradicación de la amenaza comunista a
través de la creación de cuerpos de seguridad antiterroristas y de asistencia para
el desarrollo. Se legalizó su uso a través de la Ley 48 de 1968 con el propósito de
preservar la seguridad nacional.
Narcotráfico
En la década de 1990 Colombia se convirtió en el primer productor de hoja de
coca del planeta. Entre 1975 y 1995 Bolivia y Perú producían el 90 por ciento de la
hoja de coca y de la pasta base, ésta se transportaba en pequeños aviones a las
selvas colombianas donde se refinaba el 90 por ciento de la cocaína del mundo, la
cual se vendía a Estados Unidos donde se consumía el 90 por ciento de la
cocaína.
Víctimas
ELN
Nace en 1965 como alternativa a otras organizaciones subversivas.
El jefe del ELN es Nicolás Rodríguez Bautista alias “Gabino” y dispone de cerca
de 3.000 combatientes.
Cómic
2011
El informe ¡Basta Ya! del Centro de Memoria Histórica señaló que entre 1958 y
2012 el conflicto causó la muerte de 40.787 combatientes y 177.307 civiles. El
número de desaparecidos entre 1981 y 2010 fue de 25.000, el de secuestrados
27.023 y el de asesinatos 150.000. De esta última cifra el 38,4 por cuento fue
responsabilidad de los paramilitares, el 16,8 por ciento de la guerrilla y el 10,1 por
ciento de la Fuerza Pública.
Crimen organizado
Las redes de criminalidad se dedican mayoritariamente al tráfico de drogas y de
armas. En los años setenta y ochenta, los cárteles de droga se concentraron
principalmente en las diferentes ciudades, siendo los más conocidos el cártel de
Medellín y el cártel de Cali. Estos dos han sido desmantelados durante los años
noventa después de haber sido el blanco de extensivas intervenciones por la
policía colombiana. El de Medellín fue desmantelado y el de Cali encarcelado, lo
que constituyó logros reales de las autoridades pero hoy sale de Colombia más
cocaína comparado con la década de 1990.
FARC
Provienen del Bloque Guerrillero del Sur, una agrupación que unificó tres sectores
de autodefensas. Se trataba de experiencias guerrilleras anteriores. Uno de los
personajes más reconocidos es Pedro Antonio Marín Marín, alias Manuel
Marulanda Vélez o Tirofijo, quien integró las filas de las autodefensas campesinas
liberales en la década de 1950.
Tirofijo murió por un infarto cardíaco en 2008 y dejó en el mandato a Alfonso Cano
quien falleció en 2011 en manos del Ejército en la Operación Odiseo. Actualmente
Rodrigo Lodoño Echeverri, conocido como Timochenko dirige el movimiento y
cuenta con cerca de 8.000 integrantes.
Dada la naturaleza del conflicto armado como una “guerra social”109, así como su prolongación y
su expansión espacial, sus efectos se han hecho sentir prácticamente sobre el conjunto de la
población colombiana y sobre su bienestar. Durante los decenios transcurridos, la suma
acumulada de víctimas fatales y desaparecidos puede ascender a más de un millón de personas,
más los heridos, mutilados, retenidos y secuestrados y víctimas morales; los desplazamientos, al
menos en las últimas tres décadas, han afectado a cerca de 6 millones de personas; las pérdidas
patrimoniales habría que calcularlas a partir del número de hogares afectados, de los cuales, de
los cuales, según la Comisión de Seguimiento a la Política Pública, un 91.3% abandonó tierras,
bienes raíces no rurales, animales, muebles de hogar, etc. y el 52.2% sufrió el despojo de sus
tierras, una superficie estimada entonces en 5.5 millones de hectáreas, equivalentes al 10.8% de la
superficie agropecuaria del país. Para ese año (2008) el estimativo global de las pérdidas fue 2.5
billones de pesos por la tierra abandonada y 8.4 billones de pesos por los bienes abandonados,
cifra equivalente al 1.96% de producto interno bruto a precios de 2007110, en tanto que el
proceso también se ha traducido en importantes niveles de acumulación de tierras y capitales.
Desde esta perspectiva, económica y agraria en particular, es posible señalar tres ámbitos de
impacto del conflicto social armado, diferenciados pero también profundamente articulados: el
del modelo de desarrollo agrario; el del abastecimiento alimentario y el del desplazamiento
forzado, más propiamente del éxodo, y su significado en el empleo y la pobreza.
Conclusiones
Los actores del conflicto armado son guerrillas, paramilitares, narcotraficantes, bacrim, grupos
disidentes y Fuerza Pública. El Estado ha hecho un gran esfuerzo encaminado a la eliminación de
todos estos grupos alzados en armas y organizaciones criminales que han ocasionado daños
irreparables a la sociedad colombiana y poco a poco ha venido desarticulando organizaciones
criminales, pero aunque su lucha ha sido persistente, aún no se ha alcanzado el objetivo
propuesto.
Se han entablado varias salidas negociadas con cada grupo armado para conseguir la paz. Hoy se
está implementando un acuerdo de paz que garantice verdad, justicia y reparación frente a las
víctimas del conflicto y la ejecución de la justicia transicional como programa de choque para dar
solución al conflicto que ha destrozado a tantas familias; sin embargo, mientras exista inequidad,
pobreza y desigualdad y el Estado no dé una lucha efectiva contra las organizaciones criminales
transnacionales, no se eliminará su amenaza, sobre todo en lo relacionado con el narcotráfico y los
cultivos ilícitos.
La implementación del acuerdo de paz con las FARC-EP es un reto para el itinerario político del
actual Gobierno y de los Gobiernos futuros, en especial sobre la agenda legislativa que debe avalar
el desarrollo de los puntos convenidos en el acuerdo de paz. Aunque una cosa es lo pactado y otra
lo que vaya sucediendo en el acontecer nacional, su materialización aseguraría la finalización de
un período de violencia persistente, continua y desmedida, siempre que se garantice la ausencia
de impunidad y haya una verdadera justicia restaurativa en la sociedad; allí es en donde el Poder
Judicial debe aparecer para realizar los derechos fundamentales de los afectados.
La verdadera guerra se vivió en el campo. De acuerdo con las cifras que se reportan por el Registro
Único de Víctimas, el sector rural padeció el horror de los delitos de lesa humanidad y crímenes de
guerra en mayor proporción que las ciudades. El concepto y la implementación de la justicia
restaurativa es la clave para curar las heridas del conflicto armado; no obstante, el Estado debe
prepararse para enfrentar las disidencias que deben ser exterminadas sin consideración alguna.
La paz no se ha logrado. El Gobierno adelanta conversaciones con el ELN y solo cuando se pacte
con este grupo se podrá hablar de paz, pero esto no soluciona por completo el complejo problema
de violencia que pasa por un momento de baja intensidad.