Examen Fisico Del Adulto Mayor
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Examen Fisico Del Adulto Mayor
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MANUAL MSD
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El examen físico del adulto mayor debe incluir todos los sistemas principales, pero con especial atención a las áreas de
preocupación identificadas durante la anamnesis (véanse también Generalidades sobre la evaluación del adulto mayor y
Antecedentes en el adulto mayor).
La observación del paciente y sus movimientos (p. ej., deambulación en el consultorio, sentarse o levantarse de una silla,
acostarse o levantarse de la camilla, ponerse o sacarse las medias y los zapatos) puede proporcionar información útil
sobre su funcionalidad. Su higiene personal (p. ej., vestimenta, limpieza, olor) puede aportar información sobre el estado
mental y la capacidad de cuidar de sí mismo.
Si el paciente se cansa, el examen físico puede detenerse y continuar en otra consulta. Los pacientes ancianos pueden
requerir más tiempo para desvestirse y trasladarse a la camilla; no deben ser apurados. La camilla debe ajustarse a una
altura que el paciente pueda acceder fácilmente; un banquito puede ayudarlo. Los pacientes debilitados no deben
dejarse solos en la camilla. Ciertas partes del examen pueden resultar más cómodas con el paciente sentado en una silla.
El médico debe describir el aspecto general del paciente (p. ej., cómodo, inquieto, desnutrido, desatento, pálido, disneico,
cianótico). Si el examen se realiza en la cama, debe tomarse nota del uso de cojines o colchones protectores, barandas
(parciales o completas), restricciones físicas, sonda urinaria o pañal para adultos.
Signos vitales
En cada consulta debe registrarse el peso. Mientras se toma, los pacientes con problemas de equilibrio pueden tener que
sostenerse de barras ubicadas cerca o sobre la balanza. La altura se registra anualmente para comprobar su reducción
por osteoporosis.
También debe registrarse la temperatura. La hipotermia puede pasar inadvertida si el termómetro no es capaz de medir
temperaturas unos pocos grados por debajo de las normales. La ausencia de fiebre no excluye infección.
Los pulsos y la presión arterial deben medirse en ambos brazos. El pulso se registra durante 30 segundos; toda
irregularidad observada debe quedar anotada en la historia clínica. Dado que numerosos factores pueden alterar la
presión arterial, ésta debe medirse varias veces tras descansos de > 5 minutos.
La presión arterial puede sobreestimarse en los pacientes ancianos porque sus arterias son más rígidas. Esta rara
condición, denominada seudohipertensión arterial, debe sospecharse si el paciente experimenta mareos después de
comenzar a recibir antihipertensivos o de aumentar sus dosis para tratar la hipertensión arterial sistólica persistente.
En todos los pacientes ancianos, debe buscarse la existencia de hipotensión ortostática dado que es frecuente. La presión
arterial se mide con el paciente en decúbito supino y luego, tras haber permanecido de pie durante 3 a 5 minutos. Si la
presión arterial sistólica disminuye ≥ 20 mmHg una vez que el paciente se pone de pie o se detectan síntomas de
hipotensión, se diagnostica hipotensión ortostática. Se requiere precaución cuando se evalúan pacientes hipovolémicos.
La frecuencia respiratoria de los adultos mayores difiere según la salud y la situación de vida. La frecuencia respiratoria
normal de los adultos mayores que viven en forma independiente es de 12 a 18 respiraciones por minuto, mientras que
la de aquellos que necesitan atención a largo plazo es de 16 a 25 respiraciones por minuto.
Piel y uñas
En la inspección inicial puede evaluarse el color (rubor normal, palidez, cianosis). El examen incluye la búsqueda de
lesiones premalignas y malignas, isquemia tisular y lesiones por decúbito. En los ancianos, deben considerarse los
siguientes elementos:
Las equimosis pueden aparecer fácilmente en la piel lesionada, a menudo en el antebrazo, porque la dermis se
adelgaza con el envejecimiento.
El bronceado dispar puede ser normal debido a la pérdida progresiva de melanocitos con el envejecimiento.
Los surcos longitudinales sobre las uñas y la ausencia de lúnulas en forma de medialuna son hallazgos normales en
los ancianos.
Pueden identificarse fracturas de la placa ungueal debido a su adelgazamiento asociado con el paso de los años.
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Las hemorragias negras en astilla en el tercio medio o distal de la uña son más frecuentes debido a traumatismos
que a bacteriemia.
El hallazgo de una uña del dedo del pie amarillenta y engrosada indica
onicomicosis
, que es una infección micótica.
Los bordes de las uñas de los pies que se curvan hacia adentro y hacia abajo sugieren una "
uña encarnada
" (onicocriptosis).
Las uñas blanquecinas que se descaman con facilidad, a veces con superficie puntiforme, indican psoriasis.
Cabeza y cuello
Cara
Los hallazgos normales relacionados con la edad pueden incluir los siguientes:
Cejas que caen por debajo del borde orbitario superior
Arrugas
Piel seca
Vellos terminales gruesos en las orejas, la nariz, sobre el labio superior y el mentón
Las arterias temporales deben palparse en busca de dolor y engrosamiento, que pueden indicar una arteritis de células
gigantes, cuya sospecha requiere una evaluación y un tratamiento inmediatos.
Nariz
El descenso progresivo de la punta de la nariz es un hallazgo normal relacionado con la edad. Puede hacer que los
cartílagos laterales superior e inferior se separen, agrandando y alargando la nariz.
Ojos
Los hallazgos normales relacionados con la edad son los siguientes:
Pérdida de la grasa orbitaria: puede causar un hundimiento gradual de los ojos en dirección posterior dentro de la
órbita (enoftalmos). En consecuencia, el enoftalmos no se considera necesariamente un signo de deshidratación en
los ancianos. Este signo se asocia con profundización del párpado superior y ligera obstrucción de la visión
periférica.
Oídos
El conducto auditivo externo debe examinarse para detectar cerúmen, en especial si se encuentra un problema de
audición durante la consulta. Si un paciente usa un audífono externo, este debe retirarse y evaluarse. El molde para la
oreja y la tubulatura plástica pueden taparse con cerúmen o la batería puede agotarse, lo que se confirma por la ausencia
de silbido (retroalimentación) cuando se eleva el volumen del audífono.
Para evaluar la audición, los examinadores deben susurrar 3 a 6 palabras o letras al azar en ambos oídos del paciente sin
que éste mire sus labios. Si el paciente repite correctamente al menos la mitad de las palabras que escuchó en cada oído,
se considera que la audición es funcional para la conversación entre dos personas. Los pacientes con presbiacusia
(deficiencia auditiva gradual, bilateral, simétrica y a predominio de altas frecuencias relacionada con la edad) tienen más
dificultades para escuchar un diálogo que para escuchar sonidos. Se recomienda también realizar una evaluación con un
audioscopio portátil, si es posible, porque los sonidos de prueba están estandarizados; por lo tanto, esta evaluación
puede ser útil cuando el paciente es cuidado por varias personas.
Se le pregunta al paciente si la pérdida auditiva interfiere con el trabajo, o la vida social y familiar, o se le puede hacer el
Hearing Handicap Inventory for the Elderly–Screening Version Inventario de Disminución Auditiva para Ancianos (HHIE),
una herramienta de auto-evaluación diseñada para determinar los efectos de la pérdida de audición sobre la vida
emocional y social del anciano. Si la pérdida auditiva interfiere con las funciones o si la puntuación HHIE es positiva, se
deriva al paciente para realizar las pruebas audiológicas formales.
Boca
La boca se examina para identificar gingivorragia o inflamación de las encías, pérdida o rotura de piezas dentarias,
infecciones micóticas y signos de cáncer (p. ej., leucoplasia, eritroplasia, úlceras, tumores). Los hallazgos pueden incluir
Oscurecimiento de los dientes: debido a colorantes extrínsecos y a disminución de la transparencia del esmalte,
que se asocian con el envejecimiento
Encías eritematosas y edematosas que sangran fácilmente: en general, indican una enfermedad gingival o
periodontal
Mal aliento: que es posible que indique trastornos bucales (p. ej., caries, periodontitis), otra infección (p. ej., del
seno) o, a veces, un trastorno pulmonar
Deben examinarse las superficies dorsal y ventral de la lengua. Los cambios más frecuentes relacionados con la edad son
las várices venosas en la superficie ventral, la glositis migratoria benigna (
lengua geográfica
) y la atrofia de las papilas en las caras laterales de la lengua. En pacientes desdentados, la lengua puede agrandarse para
facilitar la masticación; sin embargo, el aumento de tamaño también puede indicar amiloidosis o hipotiroidismo. El dolor
en una lengua de textura lisa puede indicar una deficiencia de vitamina B12.
Las prótesis dentales deben extraerse antes de examinar la boca. Estas prótesis aumentan el riesgo de candidiasis bucal y
de reabsorción de las crestas alveolares. La inflamación de la mucosa palatina y las úlceras en las crestas alveolares
pueden deberse al uso de prótesis inadecuadas.
Debe palparse el interior de la boca. Una glándula parótida inflamada, firme y dolorosa puede indicar parotiditis, en
particular en pacientes deshidratados; el pus puede expresarse a través del conducto de Stensen cuando hay parotiditis
bacteriana. Los microorganismos causales suelen ser estafilococos.
En los pacientes edéntulos que no usan prótesis, pueden identificarse fisuras dolorosas e inflamadas en las comisuras
labiales ( queilitis angular), en general asociadas con una infección micótica.
Articulación temporomandibular
Esta articulación debe examinarse para identificar degeneración (artrosis), que es un cambio frecuente relacionado con la
edad. La articulación puede degenerarse a medida que se van perdiendo dientes y las fuerzas compresivas que actúan
sobre ella aumentan. La degeneración puede detectarse por la percepción de un sonido crepitante articular en la cabeza
del cóndilo cuando el paciente sube y baja la mandíbula o si los movimientos mandibulares desencadenan dolor.
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Cuello
Se examina la glándula tiroides, que se encuentra en la parte frontal del cuello alrededor de la tráquea para detectar
agrandamiento y nódulos.
Los soplos carotídeos debidos a la transmisión de soplos cardíacos pueden diferenciarse de los generados por la
estenosis de la arteria carótida moviendo el estetoscopio hacia arriba en el cuello: un soplo cardíaco transmitido se vuelve
más suave, mientras que el soplo de la estenosis de la arteria carótida se hace más intenso. Los soplos debidos a
estenosis de la arteria carótida sugieren una aterosclerosis sistémica. No se ha definido con precisión si los pacientes
asintomáticos con soplos carotídeos requieren evaluación o tratamiento para enfermedad cerebrovascular.
A continuación, debe comprobarse la flexibilidad del cuello. La resistencia a la flexión, la extensión y la rotación lateral
pasivas puede indicar un trastorno de la columna vertebral cervical. También puede aparecer resistencia a la flexión y la
extensión en pacientes con meningitis, pero salvo que esta se asocie con un trastorno de la columna cervical, la rotación
pasiva del cuello de un lado a otro puede llevarse a cabo sin resistencia.
Tórax y espalda
Todos los campos pulmonares deben examinarse mediante percusión y auscultación. Pueden auscultarse estertores
basilares en pulmones de pacientes sanos, pero deben desaparecer después de varias respiraciones profundas. También
debe registrarse la extensión de las excursiones respiratorias (movimiento del diafragma y capacidad de expandir el
tórax).
La espalda debe examinarse para detectar escoliosis y dolor a la palpación. El dolor intenso en la región lumbar, la cadera
y la pierna con marcado dolor sacro a la palpación pueden indicar fracturas osteoporóticas espontáneas del sacro, que
pueden encontrarse en ancianos.
Mamas
En los hombres y las mujeres, se puede considerar la realización de un examen anual de mamas, pero no hay evidencia
sólida que avale su beneficio (es decir, en la disminución de la mortalidad por cáncer de mama), lo que limita las
recomendaciones hechas por la American Cancer Society y la U.S. Preventive Services Task Force. Si los pezones estrán
retraídos, debe aplicarse presión alrededor de ellos para evertirlos; la presión evierte los pezones cuando la retracción se
debe al envejecimiento, no así cuando existe una lesión subyacente.
Corazón
El tamaño del corazón puede evaluarse palpando la punta. No obstante, su desplazamiento por cifoescoliosis puede
complicar la evaluación.
La auscultación debe realizarse en forma sistemática (frecuencia, regularidad, soplos, chasquidos y frotes). Una
bradicardia sinusal asintomática de causa desconocida en una persona mayor aparentemente sana puede no tener
importancia clínica. Un ritmo irregularmente irregular sugiere una fibrilación auricular.
En adultos mayores, un soplo sistólico auscultado en la base (entrela punta y el esternón) indica más comúnmente
Esclerosis de la válvula aórtica: típicamente este soplo no tiene importancia hemodinámica, aunque puede
aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular. Su intensidad máxima se auculta al comienzo de la sístole y rara
vez se ausculta en las arterias carótidas. En raras ocasiones, la esclerosis de la válvula aórtica progresa para
adquirir relevancia hemodinámica importancia y se calcifica; si bien la esclerosis válvula aórtica es poco frecuente,
ahora es la lesión más común que conduce a la estenosis aórtica sintomática y requiere tratamiento.
No obstante, los soplos sistólicos pueden ser el resultado de otras enfermedades, que deben identificarse:
Estenosis de la válvula aórtica: este soplo, a diferencia del producido por la esclerosis usual de la válvula aórtica,
presenta su máxima intensidad característicamente durante una etapa más tardía de la sístole, se transmite a las
arterias carótidas y es más intenso (mayor que grado 2), el segundo ruido cardíaco está atenuado, la presión
diferencial se estrecha y el ascenso carotídeo es más lento. No obstante, en los ancianos el soplo de la estenosis
aórtica puede ser difícil de identificar porque es más suave; en ellos el segundo ruido rara vez es audible y la
reducción de las presiones diferenciales es inusual. Asimismo, en muchos ancianos con estenosis de la válvula
aórtica, la velocidad del ascenso carotídeo no disminuye debido a la menor distensibilidad vascular.
Insuficiencia mitral: este soplo suele ser más intenso en la punta e irradia a la axila.
Miocardiopatía hipertrófica obstructiva: este soplo se encuentra cuando el paciente realiza una maniobra de
Valsalva.
Los soplos diastólicos son anormales en personas de cualquier edad.
El cuarto ruido cardíaco es frecuente en ancianos sin signos de enfermedad cardiovascular y suele estar ausente en
aquellos con evidencia de enfermedad cardiovascular.
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aque os co e de c a de e e edad ca d o ascu a .
Si un paciente con un marcapasos presenta síntomas neurológicos o cardiovasculares nuevos, debe realizarse una
evaluación en busca de alteraciones de los ruidos cardíacos y los pulsos, soplos e identificar la presencia de hipotensión
arterial e insuficiencia cardíaca. Estos signos y síntomas pueden deberse a la pérdida de la sincronía auriculoventricular.
Aparato gastrointestinal
El abdomen se palpa en busca de debilidad de los músculos abdominales, que es frecuente en ancianos y puede
predisponer al desarrollo de hernias. La mayoría de los aneurismas de la aorta abdominal se palpan como un tumor
pulsátil; no obstante, sólo es posible evaluar su dimensión lateral durante el examen físico. En algunos pacientes (en
particular delgados) es posible palpar la aorta normal, pero el vaso y sus pulsaciones no se extienden en dirección lateral.
La ecografía de la aorta se recomienda como estudio de cribado para todos los hombres mayores que han fumado
alguna vez. El hígado y el bazo deben palparse para determinar si están aumentados de tamaño. También debe
comprobarse la frecuencia y las características de los ruidos intestinales y percutir el área suprapúbica para identificar la
presencia de dolor a la palpación, molestias o signos de retención urinaria.
El área anorrectal debe examinarse desde el exterior en busca de fisuras, hemorroides y otras lesiones. También se debe
evaluar la sensibilidad y el reflejo de guiño anal. Se realiza un tacto rectal para detectar una masa, una estenosis, dolor a
la palpación o impactación fecal en hombres y mujeres. También se realizan pruebas de sangre oculta en materia fecal. Es
importante revisar las recomendaciones de detección sistemática para el cáncer colorrectal.
Sistema musculoesquelético
Deben examinarse las articulaciones para identificar dolor espontáneo o a la movilización, tumefacción, subluxaciones,
crepitación, calor, eritema y otras alteraciones. Debe determinarse la amplitud de movimientos articulares activa y pasiva.
Debe registrarse la presencia de contracturas. En ocasiones, se evidencia una resistencia variable a la manipulación
pasiva de los miembros (paratonía) asociada con el envejecimiento.
Ciertas anomalías, en particular las de las manos, pueden sugerir un trastorno específico:
Nódulos de Heberden
(prominencias óseas en las articulaciones interfalángicas distales) o
nódulos de Bouchard
(prominencias óseas en las articulaciones interfalángicas proximales): artrosis
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Subluxación de las articulaciones metacarpofalángicas con desviación cubital de los dedos: artritis reumatoide
crónica
Pies
Los hallazgos articulares más frecuentes relacionados con la edad son la deformidad en valgo del primer metatarsiano, la
prominencia medial de la cabeza del primer metatarsiano con desviación lateral y rotación del primer ded (
juanete
) y la desviación lateral de la cabeza del quinto metatarsiano. El
"dedo martillo"
(hiperflexión de la articulación interfalángica proximal) y el dedo en garra (hiperflexión de las articulaciones
interfalángicas proximal y distal de los dedos del pie) pueden interferir con la función y las actividades de la vida
cotidiana. Las deformidades de los dedos del pie pueden ser el resultado de muchos años de calzado incorrecto o de
enfermedades como artritis reumatoide, diabetes o neurológicas (p. ej., enfermedad de Charcot-Marie-Tooth).
En ocasiones, los problemas en los pies indican otras enfermedades sistémicas (véase tabla Manifestaciones de
enfermedades sistémicas en el pie). Por ejemplo, la palpación del dorso del pie y los pulsos tibiales posteriores se
considera una parte importante del examen cardiovascular, y el hallazgo de edema puede sugerir insuficiencia venosa o
disfunción cardíaca, hepática o renal.
Los pacientes con problemas en los pies deben enviarse a un podólogo para su evaluación y tratamiento regular.
Sistema nervioso
El examen neurológico de los pacientes ancianos es similar al de cualquier adulto. No obstante, ciertas enfermedades no
neurológicas frecuentes en ancianos pueden complicar este examen. Por ejemplo, las deficiencias visuales y auditivas
pueden impedir la evaluación de los nervios craneales, y la periatritis (inflamación de los tejidos que rodean una
articulación) en ciertas articulaciones, en especial los hombros y las caderas, pueden interferir sobre la evaluación de la
función motora.
Los signos detectados durante el examen deben evaluarse en función de la edad, los antecedentes y otros hallazgos. En
pacientes mayores pueden observarse hallazgos simétricos, como disminución de las sacudidas del tobillo y de la
sensación de vibración distal, no acompañados con pérdida funcional y otros signos y síntomas neurológicos. El médico
debe decidir si estos hallazgos justifican una evaluación minuciosa en busca de una lesión neurológica. Los pacientes
deben revaluarse de manera periódica en busca de cambios funcionales, asimetrías y síntomas nuevos.
Nervios craneales
La evaluación de los nervios craneales puede ser compleja.
A menudo, los ancianos tienen pupilas pequeñas, con reflejos pupilares más lentos y reducción de la respuesta pupilar
miótica a la visión cercana. La mirada hacia arriba y, en menor medida, la mirada hacia abajo pueden estar algo limitadas.
Los movimientos oculares evaluados con el dedo del examinador durante un examen de los campos visuales pueden ser
torpes e irregulares. El fenómeno de Bell (movimiento reflejo de los ojos hacia arriba durante su cierre) en ocasiones está
ausente. Estos cambios son normales en los ancianos.
En muchas personas ancianas, el sentido del olfato está disminuido debido a la reducción de neuronas olfatorias o el
antecedente de numerosas infecciones respiratorias superiores o de rinitis crónica. No obstante, la pérdida asimétrica
(pérdida del olfato en una narina) es anormal. El gusto puede alterarse ante la reducción del sentido del olfato o a causa
del consumo de fármacos que disminuyen la salivación.
Las deficiencias visuales y auditivas pueden ser secundarias a enfermedades de los ojos y los oídos más que a trastornos
en las vías nerviosas correspondientes.
Función motora
Puede evaluarse la presencia de temblores durante el apretón de manos y en otras actividades simples. Si se identifica un
temblor, debe establecerse su amplitud, su ritmo, su distribución, su frecuencia y el momento en que se produce (en
reposo, con la actividad o intencional).
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p )
Fuerza muscular
Los adultos mayores, en particular los que no practican entrenamiento de resistencia en forma regular, pueden presentar
debilidad durante una prueba de fuerza muscular. Por ejemplo, durante el examen físico el médico puede extender
fácilmente el codo del paciente a pesar de sus esfuerzos por mantener la contracción. Si la debilidad es simétrica, no
preocupa al paciente y no modificó la funcionalidad o su nivel de actividad, es probable que se deba a falta de uso más
que a una enfermedad neurológica. Tal debilidad es tratable con entrenamiento de resistencia; especialmente para las
piernas, se puede mejorar la movilidad y reducir el riesgo de caídas. El fortalecimiento de los miembros superiores
también es beneficioso para la función global. El aumento del tono muscular, medido a través de la flexión y la extensión
del codo o la rodilla, es un hallazgo normal en los ancianos, aunque los movimientos bruscos durante el examen y la
rigidez en rueda dentada se consideran anormales.
La sarcopenia (reducción de la masa muscular) es un hallazgo frecuente asociado con el envejecimiento. No tiene
relevancia clínica salvo que se asocie con un deterioro o cambios en la función (p. ej., el paciente no puede levantarse de
la silla sin usar los apoyabrazos). La sarcopenia afecta sobre todo los músculos de las manos (p. ej., interóseos y tenares).
La debilidad de los músculos extensores de la muñeca, los dedos y el pulgar es habitual en los pacientes que se desplazan
en silla de ruedas porque la compresión del brazo contra el apoyabrazos lesiona el nervio radial. La función del brazo
puede evaluarse pidiéndole al paciente que levante un untensilio para comer o que se toque la nuca con ambas manos.
Coordinación
Se evalúa la coordinación motora. La coordinación disminuye como resultado de cambios en los mecanismos centrales y
se puede medir en el examen neurológico; este descenso suele ser sutil y no compromete la función.
Marcha y postura
Deben evaluarse todos los componentes de la marcha, como el inicio de la deambulación, la longitud, la altura, la
simetría, la continuidad y la cadencia (ritmo) del paso, la velocidad de la deambulación, el ancho de los pasos y la postura
al caminar. También debe determinarse la sensibilidad, el control musculoesquelético y motor y la atención, que son
necesarios para lograr una marcha coordinada independiente. La evaluación del riesgo de caídas se recomienda en forma
anual en todos los adultos de 65 años o mayores.
Los hallazgos normales relacionados con la edad pueden incluir los siguientes:
Pasos más cortos, que pueden ser el resultado de la debilidad de los músculos de la pantorrilla o de trastornos del
equilibrio
Reducción de la velocidad de la marcha en los pacientes > 70 años, porque los pasos son más cortos
Aumento del tiempo en posición de pie con doble apoyo (con ambos pies en el suelo), lo que puede deberse a un
trastorno del equilibrio o al miedo de caer
Reducción del movimiento en algunas articulaciones (p. ej., flexión plantar del tobillo justo antes de que el talón se
levante del piso, movimiento pelviano en los planos frontal y transversal)
Cambios leves en la postura al caminar (p. ej., mayor rotación pelviana inferior, lo que puede deberse a una
combinación del aumento de la grasa abdominal, la debilidad de los músculos abdominales y la tensión de los
músculos flexores de la cadera; rotación externa ligeramente mayor de los dedos de los pies, tal vez como
consecuencia de la pérdida de la rotación interna de la cadera o en un intento por aumentar la estabilidad lateral)
En las personas con una velocidad de la marcha de < 1 m/segundo, el riesgo de mortalidad se incrementa
significativamente.
El envejecimiento ejerce muy poco efecto sobre el ritmo de la deambulación o la postura, y en general los ancianos suelen
caminar erguidos excepto cuando existe una enfermedad que se los impide (véase tabla).
Reflejos
Deben evaluarse los reflejos osteotendinosos profundos. El envejecimiento suele ejercer muy poco efecto sobre ellos. Sin
embargo, la estimulación del reflejo del tendón calcáneo (Aquiles) puede requerir técnicas especiales (p. ej., evaluación
con el paciente arrodillado con sus pies en el borde de la cama y sus manos juntas). Un reflejo disminuido o ausente,
presente en casi la mitad de los pacientes mayores, puede no indicar una patología, en especial si es simétrico. Se
produce porque disminuye la elasticidad del tendón y la conducción nerviosa en el arco reflejo largo del tendón. Un
reflejo calcáneo asimétrico puede indicar una afección (p. ej., ciatalgia).
Los reflejos corticales liberados (denominados reflejos patológicos), que incluyen los reflejos del "hociqueo", succión y
palmomentoniano, pueden aparecer en ancianos sin enfermedades encefálicas evidentes (p. ej., demencia). Un reflejo de
Babinski (respuesta plantar extensora) es anormal en los adultos mayores e indica una lesión de la neurona motora
superior, con frecuencia, una espondilosis cervical con compresión medular parcial.
Sensibilidad
La evaluación de la sensibilidad incluye el tacto (con la prueba del pinchazo), la función sensitiva cortical (p. ej.,
grafestesia, estereognosia), el registro de la temperatura, la propiocepción (posición de las articulaciones) y la vibración. El
envejecimiento provoca efectos limitados sobre la sensibilidad. Muchos pacientes mayores informan entumecimiento,
especialmente en los pies. Puede ser el resultado de una disminución del tamaño de las fibras en los nervios periféricos,
en particular las fibras grandes. No obstante, los pacientes con entumecimiento deben ser controlados para detectar
neuropatías periféricas. En muchos pacientes no se puede identificar una causa del entumecimiento.
Muchas personas mayores pierden la sensibilidad vibratoria por debajo de las rodillas. Se pierde debido a la esclerosis de
los pequeños vasos del asta posterior de la médula espinal. Sin embargo, aunque se considera que la propiocepción
utiliza una vía similar, esta no se compromete.
Estado mental
El examen del estado mental es importante en las personas ≥ 65 años o para personas más jóvenes en las que se
sospecha deterioro cognitivo. Los pacientes que se sienten mal con esta evaluación deben saber que se realiza en forma
sistemática. El examinador debe asegurar que el paciente puede oír, ya que las deficiencias auditivas que le impiden
escuchar y comprender las preguntas pueden confundirse con una disfunción cognitiva. La evaluación del estado mental
de un paciente con un trastorno del habla o el lenguaje (p. ej., disartria, apraxia del habla, afasia) puede ser compleja.
La orientación puede ser normal en muchos pacientes con demencia u otros trastornos cognitivos. En consecuencia, la
evaluación puede requerir preguntas que identifiquen alteraciones en la conciencia, el juicio, el cálculo, el habla, el
lenguaje, la praxia, la función ejecutiva o la memoria, además de la orientación. Los trastornos en estas áreas no pueden
atribuirse solo a la edad y, si se identifican alteraciones de esta clase, deben solicitarse otras pruebas para evaluar el
estado mental, incluso un examen formal.
El procesamiento de la información y la memoria se enlentecen con el envejecimiento, pero esencialmente no se
deterioran. Si se dedica tiempo y estimulación adicional, el paciente realiza estas tareas de manera satisfactoria (salvo en
presencia de compromiso neurológico).
Estado nutricional
Con el envejecimiento, se modifica la interpretación de muchas mediciones que reflejan el estado nutricional en personas
más jóvenes. Por ejemplo, el envejecimiento puede modificar la altura. Los cambios de peso pueden reflejar alteraciones
nutricionales o en el balance hídrico. La proporción de masa corporal magra y de grasa corporal cambia. A pesar de estos
cambios relacionados con la edad, el índice de masa corporal (IMC) sigue siendo útil en los ancianos, aunque subestima la
obesidad. En cambio, se utiliza la circunferencia de la cintura y la relación cintura-cadera. Se considera que hay riesgo
aumentado cuando la circunferencia de la cintura es > 102 cm (> 40 pulg) en los hombres o > 88 cm (> 35 pulg) en las
mujeres, o si la relación cintura-cadera es > 0,9 en los hombres y > 0,85 en las mujeres.
Si se identifican problemas en los antecedentes nutricionales (p. ej., pérdida de peso, probables deficiencias en nutrientes
esenciales) o en el IMC, debe realizarse una evaluación nutricional minuciosa, incluso con pruebas de laboratorio.
CALCULADORA CLÍNICA:
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25/8/22, 21:30 Examen físico del adulto mayor - Geriatría - Manual MSD versión para profesionales
Conceptos clave
Puede obtenerse información valiosa acerca de la capacidad funcional del paciente mientras se observan
sus actividades.
En el examen físico, deben evaluarse todos los aparatos y sistemas, en particular el estado mental, y
pueden requerirse 2 consultas.
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