Cisternas Rotas
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Jeremías 2:12-13
Intro.
Jeremías es conocido como el profeta llorón. El se dedicó a la obra del señor de
todo corazón. Era un hombre inteligente, bien educado. El tenía un amor ardiente
por Dios. Sin embargo, le tocó a trabajar en una época muy mala en la historia de Israel. A
pesar de la gloriosa revelación de Dios y todo lo que él había hecho por su
pueblo, la gran mayoría de ellos se olvidaron de Dios y se fueron tras dioses ajenos. Parece
que por la mayor parte, los mensajes del profeta llorón no fueron escuchados por el pueblo
de Israel. El hizo algunas innovaciones en un atento a dramatizar el amor de Dios y la
urgencia de arrepentirse antes de que venga el juicio de Dios.
1. Una vez él hizo un yugo de madera que llevaba sobre su cuello por un lapso largo de
tiempo. Hizo otras también que mandó a los gobernadores para animarlos a
someterse al rey de Babilonia. Un falso profeta rompió el yugo de Jeremías. Entonces el
hizo otro, pero de hierra.
2. El cinto de lino que llevaba: Lo escondió en una hendidura de una peña. Después de
mucho tiempo lo saco y lo llevaba así manchado como estaba. Decía "el pueblo de
Dios está manchado por el pecado como este cinto."
3. Aveces él se puso de pie en la entrada del templo a predicar a la gente que entraba y
salía. Aveces se puso de pie sobre el atrio del templo a predicar.
Concl.
No deje que Satanás le tienta a dejar tu Dios. No hay otro, aunque hay dioses falsos
sin número. Sigue a Dios fielmente. Piense de su grandeza y de su amor. El es la única
fuente de agua viva.