Porteinas
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PROTEÍNAS
Las proteínas son ingredientes importantes en la industria alimentaria no solo debido a su alto
valor nutricional sino también debido a sus propiedades funcionales. Estas propiedades son
producto de las interacciones fisicoquímicas entre los componentes de un alimento. Estas
interacciones pueden involucrar moléculas de solvente, moléculas de soluto, otras moléculas
de proteínas o sustancias que están dispersas en el solvente. Entre las propiedades
mayormente empleadas se encuentran las propiedades de superficie: las propiedades
espumantes y emulsificantes, las cuales son muy empleadas en la industria alimentaria.
BIBLIOGRAFÍA:
Lam, R. S. H., & Nickerson, M. T. (2013). Food proteins : A review on their emulsifying
properties using a structure – function approach. Food Chemistry, 141(2), 975–984.
Pearce, K. N., Kinsella, J. E. (1978) Emulsifyng Properties of Proteins: Evaluation of a
Turbidimetric Technique. Agric. Food Chem. 26 (3), 716- 723.
Cabra, V., & Arreguín, R. (2008). Emulsifying properties of proteins. Soc. Quím.
Méx. 2(2), 80-89.
PROPIEDAD ESPUMANTE DE LAS
PROTEÍNAS
Las tortas, la crema batida e incluso la cerveza son alimentos consumidos con bastante
regularidad por toda la población y es que son productos de buen sabor y textura que los hace
atractivos. Pero, ¿que sería si encontrásemos bizcochos duros, crema batida aguada y una
cerveza sin su característica espuma? Tal vez dejarían de ser consumidos a pesar de su buen
sabor. Es por eso la importancia de las propiedades funcionales de las proteínas que mejoran
el aspecto y textura de los alimentos. Dentro de ellas tenemos a la propiedad espumante, la
cual consiste en la formación de una fase acuosa continua y una fase gaseosa dispersa.
Las propiedades de textura únicas y la sensación en la boca que los productos con esta
propiedad dejan, se deben a las diminutas burbujas de aire dispersas en todo el alimento. En
mucho de estos productos, las proteínas son su componente mayoritario y por lo tanto son los
agentes activos de superficie principales que ayudan a la formación y estabilización de la fase
gas dispersa.
Las espumas siguen 3 pasos principales para formarse. Primero, la proteína globular soluble
se difunde por la interfase gas/agua, concentrándose y reduciendo la tensión superficial.
Segundo, las proteínas se desdoblan en la interfase orientando su lado polar hacia las
moléculas de agua; lo cual resulta en una orientación de la molécula proteica hacia el lado
hidrofílico e hidrofóbico. Por último, los polipéptidos interactúan para formar una película
delgada con una posible desnaturalización parcial y coagulación. Las proteínas rápidamente
son adsorbidas en la interfase y forman una película estable alrededor de las burbujas, las
cuales promueven la formación de una espuma.
En general, el burbujeo, batido o agitado de una solución proteica crea espumas estabilizadas
por proteínas. La propiedad espumante de una proteína se refiere a su habilidad de formar
una película delgada y resistente en una interfase líquido-gas, de manera que grandes
cantidades de burbujas de gas puedan ser incorporadas y estabilizadas. Las propiedades
espumantes son evaluadas de diferentes maneras. La capacidad espumante de una proteína
se refiere a la cantidad de área interfacial que puede ser creada por la proteína y puede ser
expresado como el volumen de espuma estable (overrun) o el poder espumante (FP). La
proteína debe migrar a la interfase, adsorberse y reorganizarse. Las proteínas de bajo peso
molecular, solubles y flexibles, forman espuman con alta capacidad de retención de aire, sin
embargo, dichas espumas pueden ser inestables. La proteína debe formar un film rígido y
viscoelástico estable que rodee a la burbuja de gas. Las proteínas que interactúan con
moléculas vecinas, que polimericen, o que tengan alto peso molecular y puedan formar
múltiples capas, aumentarán la estabilidad de la espuma.
Donde: VA = Volumen de la espuma
VL = Volumen del líquido inicial
En espumas, las burbujas de aire dispersas, en la fase continua de capas líquidas delgadas,
pueden variar de tamaño oscilando entre 1 μm hasta varios centímetros de diámetro. Dichas
variaciones afectarán directamente a la tensión superficial y viscosidad de la fase líquida. Una
distribución homogénea de burbujas pequeñas le brinda al alimento suavidad y ligereza, así
como un incremento de la dispersión y perceptibilidad de los aromas.
Existen, además, otros factores que se deben tener en cuenta para mantener la espuma en un
alimento, estos son: el pH, la presencia de sales, la presencia de azúcares y la presencia de
lípidos.
El efecto de la adición de sales en las propiedades espumantes dependen del tipo de sal y
las características de solubilidad de la proteína en la solución salina. La capacidad espumante
y la estabilidad de la mayoría de proteínas globulares, como albúmina de huevo, gluten, entre
otras, incrementan con el incremento de la concentración de NaCl. Esto se atribuye a la
neutralización de las cargas de los iones salinos. Sin embargo, algunas proteínas como la del
suero de leche exhiben un comportamiento opuesto.
Efecto de la adición de azúcares. La adición de sacarosa (en su mayoría) a soluciones
proteicas, usualmente causa que la espuma sea más estable, debido a un incremento en la
viscosidad de la fase, la cual reduce la velocidad de drenado del fluido de las micelas. Por otro
lado, la capacidad espumante disminuye, esto es porque la proteína es menos capaz de
desdoblarse y se adsorbida en la inferfase. Es por eso que se recomienda añadir el azúcar
luego del batido, por ejemplo al preparar merengue.
Efecto de la adición de lípidos. Debido a que los lípidos (especialmente fosfolípidos) son
más activos en la superficie que las proteínas, los lípidos se adsorben mejor en la interfase
gas-agua e inhibe la adsorción de las proteínas durante la formación de la espuma. Las
películas formadas por lípidos carecen de propiedades cohesivas y viscoelásticas para poder
soportar la presión interna de las burbujas en una espuma, estas burbujas se expanden y
colapsan rápidamente durante el batido. Es por eso que un suero al cual se han extraído la
grasa, forma mejor y más estable espuma que un suero sin desgrasar.
Bilbiografía:
Una de las principales propiedades de las proteínas es su capacidad para formar distintas
estructuras en los alimentos como espumas (merengue), emulsiones (mayonesa, manteca),
geles (gelatina, clara de huevo duro) y masas (panes). Aunque son estructuras con
características muy diferentes todas tienen en común que se forman a partir de la proteína
desnaturalizada, es decir, la proteína tiene que perder su estructura nativa y reacomodarse para
formar las nuevas estructuras.
Los geles son redes tridimensionales capaces de retener mucha agua en su interior. Para que
pueda formarse es necesario que haya un balance entre las fuerzas atractivas que mantienen
unidas a las cadenas proteicas adyacentes y las fuerzas repulsivas que permiten que se formen
huecos o cavidades donde queda retenida el agua. De lo contrario, pueden ocurrir dos cosas:
si las fuerzas atractivas predominan, las proteínas tienen demasiados puntos de contacto y las
cavidades no se forman o son muy pequeñas, dando como resultado un precipitado.
Como ejemplos de geles, se encuentra la gelatina y la clara de huevo duro. La gelatina es una
proteína soluble que se obtiene por hidrólisis del colágeno, que es otra proteína pero insoluble,
que forma parte del tejido conectivo de la piel, músculos y tendones de los animales. Las
moléculas de gelatina forman una estructura tridimensional gracias a que las cadenas
interaccionan entre sí principalmente mediante puentes de hidrógenos.
La clara de huevo está compuesta por 88% de agua y 12% de proteína, de los cuales la
albúmina es la más importante. Esta proteína también tiene la capacidad de formar geles, pero
a diferencia de los de gelatina, son irreversibles. Esto se debe a que la estructura tridimensional
que se forma luego que la albúmina se desnaturaliza por calor (cuando se hierve o fríe un
huevo), se estabiliza por uniones disulfuro, que son enlaces covalentes y por lo tanto, la energía
que se necesitaría para romperlos, destruiría también los enlaces peptídicos (también
covalentes).
b) Las micelas de caseína, al ser capaces de gelificar y provocar una coagulación, se utilizan
para la preparación de cuajadas y elaboración de quesos, leches, fermentadas y postres
lácteos.
d) Las proteínas de la clara de huevo presentan las mejores propiedades gelificantes, por lo que
se utilizan de forma habitual como agente ligante en la fabricación de derivados cárnicos,
pastelería, etc.
BIBLIOGRAFÍA:
1. Fennema R. Owen, 2000, Química de los alimentos, Segunda edición, España, Editorial
Acribia, página 153
2. Blanco A., 2006, Química biológica, Octava edición, Argentina, Editorial Ateneo, página
21
3. Rembado M. 2009, La química en los alimentos, Argentina, Editorial Ministerio de
educación de la nación, Página 60