Derecho Romano I

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCION

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES


SEDE SAN ESTANISLAO

DERECHO
ROMANO I
LECCION IV:
LA JURISPRUDENCIA
CLASICA

Presentado por:
Fany Johana Verdun Cuenca
Griselda Careaga Valdez
Rocio Natalia Sosa Paredes

Al profesor:
Abg. Pedro Aristides Lopez Escobar

Curso:
Primer Año Segundo Semestre

2022
INDICE

Presentación………………………………………………………………….1

Índice……………………………………..………………………………….2

Introducción………………………………………………………………...3

Investigación……………….......…………………………………………4-18

Conclusión………………………………………………………………….19

Bibliografía………………………………………...………………………18
INTRODUCCIÓN

La función de la Jurisprudencia, es tan amplia como la historia


que la precede. Resulta importante destacar que se considera un pilar básico
para el Derecho como fuente formal de éste.
Debemos tener en cuenta que la Iuris prudentia no siempre se ha
valorado del mismo modo según el sistema jurídico y época en que nos hemos
encontrado; por este motivo es necesario diferenciar sus peculiaridades
El Derecho Clásico coincidía con la llegada de Augusto al poder, en la
etapa del Principado, la de mayor brillantez en todos los órdenes, territorial,
económico, cultural, artístico y, por supuesto, jurídico. Se crea el Derecho de
mayor calidad debido a la labor de los juristas de la época en la resolución de
los casos concretos que les son consultados, contando tales soluciones con el
ius respondendi, o confirmación del emperador, que les convertía en Derecho
para casos futuros iguales. Existen escuelas de Derecho en esta época; las más
improtantes fueron la escuela Sabiniana de corte conservador y realista, y la
escuela Proculeyana más innovadora e idealista.
Mediante este trabajo se pretende que el lector pueda conocer, de forma
breve y entendedora, la evolución histórica y la importancia de la
JURISPRUDENCIA ROMANA como fuente de inspiración para el Derecho
actual, abarcando los métodos de creación existentes de la época romana en
comparación a los métodos con los que nos encontramos en la actualidad.
 LA JURISPRUDENCIA CLÁSICA.
Los comienzos de Roma en el dominio del derecho no fueron diferentes
de aquellas civilizaciones que la habían predicho pero el resultado fue
diferente, en las eppocas remotas se incorpora poco a poca las sociedaes
humanas aparecían de ordinario ajustados al modelo del mundo divino
concebidas por ella.
El derecho se informa sobre los preceptos teleológicos cuyas reglas, viejas
conducen a satisfacer las necesidades inmediatas de la vida cotidiana. Imitar a
los dioses para parecerse a ellos haciéndose favorables y así asegurar al grupo
la continuidad de la existencia, son las dos ideas directrices de las
legislaciones primitivas.
Es a lo que atendían las viejas constituciones de Egipto teocrático y feudal y
con acentuación más rápida hacia el individualismo a que poblaciones
industriosas, atraídas por el provecho y evidentemente muy mezcladas de las
llanuras del aluvión del Tigris y el Eufrates.
Las costumbre de Israel y de los pueblos circundantes estaban estrechamente
identificados con las prescripciones rituales y ordenadas por las concepciones
religiosas de todas podría decirse como los romanos que entre ellos el derecho
civil permaneció largo tiempo secreto entre los misterios y las liturgias de los
dioses inmortales y conocido por los pontífices.
Sin maleabilidad ni flexibilidad sus prescripciones eran breves, netas y
tajantes a la manera de una revelación o varias enunciaciones de hechos, que
constituían en estos ambientes el rudimento de otras ramas del conocimiento.
El derecho e ese entonces no tenia autonomía ni instituciones especializadas,
toda laguna o oscuridad exigía que se remontase hasta la fuente u origen, es
decir hasta el Dios o su representación al hemos hasta algún privilegio
favorable por sus confidencialidades o habilidades para construirse en su
intérprete.
Tal vez las obras doctrinales interpretativo, contribuyeron en Roma a la
formación del Derecho de la antigüedad, consecuencia de las primeras
costumbres en una forma y sentido fijó en regular los movimientos y dirigir a
los interesados a través de sus incertidumbres y sorpresas.
Los pontífices de Roma tuvieron este cuidado mientras que la religión y el
derecho no fueron separados. Es verosímil que se le atribuye frecuentemente
el papel de árbitros y que su técnica rudimentaria ejerciese una influencia
reguladora en el procedimiento. Como solo ellos conocían el conjunto de
derecho y sabían adaptarlo de cada uno de sus miembros para esta clase de
consultas, pero desde la ley de las XII Tablas el derecho se seculariza y la
ciencia jurídica dejo de ser exclusiva de los pontífices.
La época clásica del derecho romano fue antecedida por la denominada
arcaica, que comprendió el período de la Realeza y gran parte de la República
(753 a.C.-130 a.C.), y que en cuanto a las fuentes del derecho se caracterizó,
entre otras notas, porque su fuente inicial fueron los mores maiorum, luego
fijados en la Ley de las Doce Tablas.
La época clásica, que correspondió a la de la consolidación del
Derecho Romano como un derecho de juristas, se extendió desde el 130 a.C.
hasta el 230 d.C.
En los siglos I y II d.C. la jurisprudencia alcanza su máximo esplendor.
El régimen imperial supo alentar el desarrollo de la ciencia jurídica y
aprovecharlo para sus fines políticos y para la administración del Estado.
Quinto Mucio Escévola, que fue cónsul el año 95 a.C., escribió la
primera exposición sistemática del ius civile en 18 libros, que se ocupaban
ordenadamente de las siguientes materias: herencia, personas, cosas, y
obligaciones.
Las figuras más relevantes al principio de la época clásica fueron M.
Antistio Labeón (42 a.C.- 22 d.C.) y C. Ateyo Capitón (muerto en 22 d.C.). El
primero era de espíritu innovador y amante de las libertades republicanas; es
muy citado por juristas posteriores. Capitón, más conformista, no ejerció
influencia posterior.
Estos dos juristas fundan dos escuelas rivales: los sabinianos (fundada por
Capitón) y los proculeyanos (fundada por Labeón).
En la época de los Antoninos (siglo II d.C.) aparecen grandes juristas,
entre los que destaca Gayo, el único jurista romano del que se conserva una
obra prácticamente completa, Instituciones, que es una exposición sumaria de
todo el derecho romano privado.
También a esta época pertenecen Juvencio Celso, autor de unos
Digesto de gran influencia en escritores posteriores, L. Salvio Juliano, también
muy influyente en autores posteriores, y Sexto Pomponio.
En tiempos de los Severos (primera mitad del siglo III d.C.) los juristas
más importantes son: Papiniano, condiscípulo y amigo del emperador
Septimio Severo, miembro del Consilium Principis, Paulo, Ulpiano y
Modestino.
 EL JUS RESPONDENDI EX AUTORITATE PRINCIPIS.
A la primera generación de juristas que se extendieron por los tiempos de
Cicerón siguió otra marca del auge de la jurisprudencia romana hasta
mediados del siglo III en que comienza a periclitar esta época clásica, la
ciencia del derecho. La creciente influencia de los jurisconsultos no puede ser
detenida por Augusto aparte de que ya estaba destinada a la transformación
del derecho inspirándose en el Ius Naturale, cuyos principios absolutos
impulsaron a las instituciones jurídicas por rutas ascendentes.
Al no existir organismos del estado aptos para cumplir con la urgente labor se
planteaba crear un derecho de tono esencialmente universal como
correspondía a esta fase histórica debió dejarse esta pléyade de insignias
jurídicas que libremente elaboraban un sistema jurídico que aun hoy
admiramos en las compilaciones de Justiniano por su correcta y justa
formulación.
Las exigencias de la época hicieron que el príncipe interviniera en las
cuestiones legislativas encomendada a los jurisconsultso mediante la
oncrecion del Ius Respondendi ex Autoritatate Principis, la autorización y la
garantía otorgada desde Augusto a ciertos jurisconsultos los leva
indudablemente a un plano oficial que tenían antes y que les permitió al
Principe intervenir directamente en este proceso de creación de un nuevo
derecho privado.
Con el Principado (primera época del Imperio Romano) las responsa prudenti
pasan a ser fuente de Derecho, cuando Augusto le concedió a algunos juristas
el “ius publice respondendi”, que significaba que sus respuestas a los casos en
que eran consultados tendrían fuerza de ley, siendo su opinión obligatoria para
los jueces. La finalidad era ejercer un control sobre la actividad de los
prudentes, ya que se obtenía “ex autoritate principis”, y jerarquizar la
actividad, formando los denominados consejos del príncipe.
Es discutido qué juristas gozaron de este privilegio, siendo probado
que lo tuvieron entre otros, Capitón, fundador de la escuela sabiniana, dado
por Augusto, y Sabino, de la misma escuela, durante el reinado del emperador
Tiberio. Estos miembros de la escuela sabiniana, a diferencia de Labeón de la
de los proculeyanos, eran menos críticos al emperador, por lo que gozaron
indudablemente del favor del valor legal de sus responsa, de lo que se cree, no
gozó Labeón.
Estos jurisconsultos oficiales, creadores de Derecho, respondían en
escritos firmados y sellados las consultas que les hacían los particulares, con
motivo de una contienda judicial. También acostumbraban a recopilar sus
responsas, y publicarlas, o vincular esas respuestas con casos ficticios, para
enseñar a sus discípulos.
Esta situación creada por Augusto y mantenida por sus sucesores que
distinguía a los jurisconsultos autorizados y los que no gozaba de esta
distinción oficial así como de la influencia que debían de tener en la
resolución de los asuntos judiciales ha sido objeto de muchas interpretaciones
debido al texto de Gayo bastante oscuro, que dice “las respuestas de los
jurisconsultos (RESPONSA PRUDENTIUM) son las decisiones y pareceres
de aquellos quienes se ha concedido la facultad de decidir el derecho. Si son
unánimes sus opiniones lo que ellos deciden obtiene fuerza de ley obligatoria
pero si desisten el juez puede elegir parecer que quisiere.”
Los juristas que no tenían “el ius publice respondendi” también podían
asesorar y dar opiniones pero no eran obligatorias, aunque muchas veces
valían por el prestigio del jurista que las emitía, como ocurrió con Gayo que
no gozó del “ius publice respondendi”.
En un principio la obligatoriedad de la opinión del jurista consultado
era con respecto a la cuestión sometida a su valoración, pero luego se permitió
la aplicación analógica en casos futuros similares, sentándose una verdadera
jurisprudencia.
Sin embargo, el problema del otorgamiento de fuerza de ley a la
opinión de los jurisconsultos, motivó que pudiera generarse incertidumbre
cuando las opiniones entre ellos no coincidieran.
Según lo expresa Gayo en sus Institutas, la cuestión la resolvió el
emperador Adriano, que dispuso que la opinión de los jurisconsultos obligaba,
cuando todas se emitieran en forma coincidente. De lo contrario, era libre el
Juez de seguir su parecer.

 EL CONCILIUM PRINCIPIS.
Otra prueba de la intervención del poder imperial en la jurisdicción está
en la costumbre establecida desde Augusto de reunir alrededor a los
magistrados de mas categorías y a los senadores para que informaran sobre las
consultas que se hacían, proyectos del Senado Consulto y resoluciones que
dictaba el emperador Adriano regulo el CONCILIUM PRINCIPIS que
adquirió con el gran importancia por las personas que lo integraban
generalmente los juristas más distinguidos de la época.
El consilium principis es un órgano consultivo compuesto por leales
asesores del emperador; el prefecto de Roma, cuya tarea era velar por el orden
de la ciudad en ausencia del emperador, y el prefecto de la vigilia, encargado
de la seguridad.
El Consilium Príncipis, o Consejo Imperial, es uno de los órganos de
gobierno más importantes. Estuvo integrado por personas de confianza del
emperador. Actuaba en toda clase de asuntos como la administración de
justicia, cuestiones militares, política exterior e interior, finanzas, etc.
Creado por Octavio con carácter consultivo y no permanente, para
conocer materias fundamentalmente judiciales (relativas al procedimiento
extraordinario), y que era, normalmente, presidido por el príncipe.
Bajo los sucesores de Augusto el consilium principis, constituido para
casos especiales y concretos por familiares y amigos del emperador, adquiere
creciente importancia, transformándose en permanente durante el gobierno de
Adriano, y se le agrega funciones administrativas y políticas (además de las
jurídicas), al que se llaman a formar parte a altos funcionarios y juristas, en
calidad de consiliarii retribuidos. Lo que no impide que modificara su
composición de acuerdo a la materia llamada conocer.
El consilium principis acaba por convertirse en la máxima expresión
de la burocracia imperial, y termina por sustituir al Senado como órgano
consultivo del emperador en toda cuestión de interés público.

 LAS DOS ESCUELAS DE JURISCONSULTOS. PROCULGANA Y


SABINIANA. SUS CARACTERES DISTINTIVOS.
La intensa actividad de los jurisconsultos durante este periodo clásico de la
ciencia jurídica dio lugar a los dos bandos o escuelas las cuales adoptaron
criterios sobre los problemas jurídicos que se sometieron a sus posiciones.
Hubo dos grandes Escuelas de jurisconsultos en Roma:
- La de los Proculeyanos (tomó el nombre dicha Escuela del jurisconsulto
Licinius Proculus)
- La de los Sabinianos (tomó el nombre dicha Escuela del jurisconsulto
Mausirius Sabinus
Los romanistas han dado muchas explicaciones sobre la rivalidad de
estas dos escuelas de sabinianos y proculeyanos. En la opinión más acertada,
se trataría de grupos o círculos de jurisconsultos, unidos en torno a
prestigiosas personalidades como Labeón y Casio o Sabino, que seguían una
cierta tradición en las respuestas y opiniones. Estas escuelas atraerían a
numerosos discípulos y es probable que en ellas encontrasen medios de
enseñanza y formación.
Escuela Proculeyana:
La Escuela Proculeyana, que tuvo principio en el primer siglo I adC. y
se llamó así por el nombre del sabio jurisconsulto, Próculus, discípulo de
Labeón, que tuvo mucha celebridad, el más eminente de la escuela según
Pomponio, dejando once libros de epístolas y notas a las obras de Labeón,
citado 45 veces en las Pandectas, teniendo esta escuela por antagonistas a los
Sabinianos o Casianos.
Esta escuela se caracterizaba por lo siguiente:
- Su fisonomía filosófica y estóica
- Solo admitía esta escuela como base del derecho los principios etérnos de
la razón y se guiaban por deducciones severas y absolutas y propendia a
considerar como iguales todas las infracciones a la regla
- Algunos jurisconsultos de esta escuela, los siguientes:
- M.Antistius Labeo
- Nerva pater
- Proculus
- Nerva filius
- Pegasus
- Celsus pater
- Celsus filius
- Neratius

Escuela Sabiniana:
Se apoyaron en el firme terreno de la historia son escépticos por
naturales, antes de decidirse examinar y conforta sus criterios con las que se
encuentran datos de la tradición jurídica aunque consideran los factores
actuales para subsumirse en la medula de la época histórica, adopta un criterio
histórico-evolutivo, estos caracteres opuestos de ambas escuelas fueron
determinando el progreso del derecho romano abriéndose a los otros
jurisconsultos de la edad clásica que no pertenecían a ninguna escuela.
La escuela sabiniana tomó el nombre de Mausirius Sabinus, el cual obtuvo de
Tiberio el ius respondendi y vivía aun en tiempo de Nerón.
Fueron más tradicionales en su actividad jurídica y más cercana al
poder político. Los sabinianos fueron conservadores, metódicos, defensores de
la autoridad imperial; apegados a la tradición, orientados al derecho estricto,
naturalistas y fundaban sus resoluciones en autoridad de lo histórico y
transmitido, por eso son conservadores; antes de decidir examinan sus
criterios dados en la tradición jurídica pero tomando en cuenta los factores
actuales.
La escuela Sabiniana era considerada la escuela oficial. Algunos
sabinianos prestigiosos, fueron: Cayo Casio Longino, Javoleno Prisco, Salvio
Juliano, Sexto Pomponio, y Gayo

 HIPÓTESIS. CRÍTICA.
La escuela proculeyana se distinguió por su independencia política y
su no sometimiento a las autoridades imperiales pues eran críticos de Augusto;
fueron además sumamente innovadores en materia política, defendiendo las
libertades de la época; eran republicanos, progresistas, con principios de
equidad, idealistas y que partían de principios absolutos por lo que sus
razonamientos eran deductivos provenientes de la razón.
Pero la verdadera diferencia entre sabinianos y proculeyanos estaba
mayormente referida a una cuestión de orgullo de pertenencia y reivindicación
de la personalidad de los fundadores de las respectivas escuelas que a una
verdadera razón científica.
En la práctica lo que existía eran dos conjuntos de juristas, cuyo
enfrentamiento se evidenciaba por sostener sobre algunas opiniones e
hipótesis opuestas al otro, las cuales entre otros eran:
1. La edad para ser púber
Mientras que los sabinianos fijaban la pubertad del hombre mediante un
examen corporal en cada caso (inspectio corporis), los proculeyanos sostenían
que tal edad debía iniciarse para los hombres a los catorce años y para las
hembras a los doce años. Justiniano acogió a este respecto el punto de vista de
los proculeyanos.
2. En cuanto a la compra-venta
Para los sabinianos existe contrato de compra -venta siempre que el trabajador
o empresario entregue materiales suyos; para los proculeyanos en este caso
existe arrendamiento de obra.
3. En cuanto al precio de la compra-venta,
Para los sabinianos el precio podía consistir en otra cosa que no fuese dinero,
de modo que confundían la permuta con la compra-venta; los proculeyanos
exigían que el precio debiera ser siempre en dinero.
4. Juzgar la viabilidad del recién nacido,
Los sabinianos juzgaban necesario cualquier señal de vida, en tanto que los
proculeyanos exigían un grito emitido cuando el aire ingresa por primera vez a
los pulmones (llanto). La relevancia práctica de esta determinación es que, a
efectos sucesorios, puede ser interesante si el feto llegó a vivir unos instantes.
La solución que tomo Justiniano fue la de los sabinianos.
5. Los sabinianos juzgaban que quien abandona voluntariamente sus bienes,
los pierde en el momento mismo del abandono, los proculeyanos creían que la
propiedad de las cosas abandonadas sólo se perdía cuando había ocurrido
ocupación por otras personas.
Independientemente de los pensamientos de estas dos escuelas de
jurisconsultos, merece ser destacado el mérito principal de los jurisconsultos
romanos, el cual consiste en la manera de concebir, determinar y aplicar los
conceptos y relaciones jurídicas.
Bajo este punto de vista todos los jurisconsultos son semejantes y no
obstante sus diferencias individuales, son en cierto modo personalidades
fungibles y en esto consiste, que en medio de los detalles infinitos de su
casuística, encontramos siempre en sus escritos, un sistema admirablemente
lógico.
Donde son más interesantes los trabajos que estoy analizando es en
punto a las causas de los derechos: la enumeración de ellas y la generalización
de las circunstancias que deben acompañarlas, aun siendo incompletas como
en efecto lo son, suponen crecida reunión de datos, de suerte que su perfección
no puede detenerse hasta después de repetidas tentativas; hicieron estas y sin
embargo se hizo más de lo que podía esperarse del poco tiempo de progreso
que los sucesos políticos del Imperio permitieron a la jurisprudencia y en ello
hay una inmensa deuda de la moderna hacia la antigua

 LOS PRINCIPALES JURISTAS DE ESTA ÉPOCA HISTÓRICA.


Algunos de los principales juristas de esta época de oro en la historia
de Roma fueron:
- M. Antisio Labeon se distinguió en el orden político por seguir con las
tradicones de su familia, defendió las instituciones republicanas frente a
Augusto que le ofreció el cosulado, siendo rechazado.
Masurius Sabinus: ya sabemos que dio su nombre a la escuela sabiniana y que
fue concedido por Tiberio el Ius Respondendi ex autoritare principis, fue parte
de la Orden de Caballeros, escribió pasajes sobre los pensamientos de Gayo,
su obra mas importantes es LIBRI IURIS CIVILIS comentada por Ulpiano y
Paulo, estableció un sistema de derecho civil con comentarios de la masa
sabiniana y el cual representa una compilación importante.
- Pomponio: Oriento toda su actividad hacia la enseñanza y la redacción de
sus libros, al igual que Labeón. Es, sin duda, el jurista más fecundo de su
época, pero su producción se caracteriza fundamentalmente, no ya por el
espíritu creador propio de los clásicos, sino por la labor enciclopédica,
recogiendo la tradición y la sabiduría de los juristas de la época anterior. Sus
biógrafos dicen que debe haberse inspirado de Cicerón.
- Gayo: Sus puntos de vista metodológicos, su estilo y su actividad
escolástica, difieren sensiblemente de los propios de los juristas clásicos de su
época, por los que era desconocido. Fue un precursor, en plena época clásica,
del gusto y de los esquemas conceptuales de los juristas posclásicos. Por esta
razón es conocido como un “pre-posclásico”.
- Emilio Papiniano: Gozó de una inmensa fama, debida en gran parte a que
la orientación práctica de sus obras coincidía con los gustos de los juristas de
la etapa posclásica. La posteridad lo consagró como el más grande jurista
romano por su ingenio y por la profundidad de sus respuestas inspiradas en la
justicia y la equidad; se le considero el príncipe de la justicia.
- Marcelo: Fue miembro del consejo de la época de Antonio Pío y Marco
Aurelio. Conocido por su autoria en libros importantes para el derecho de la
época y por la frase: "El senado estableció que el censo y los documentos
públicos tienen más fuerza que los testigos".
- Paulo: Poseía un gran ingenio y es autor de numerosos escritos, entre
ellos se estiman más de 300 libros. Gracias a su cautela en opinión política, el
emperador Gordiano III le otorgó el título honorífico de Prudentissimus.
- Ulpiano: Se dedicó a lograr la más completa y minuciosa recopilación del
derecho vigente en su época. De sus escritos se ha dicho que, si bien eran
monótonos al seguir sus fuentes al pie de la letra, tenían un estilo claro y
sencillo, lo que le permitió convertirse en los siglos posteriores en el más
popular de los juristas.
- Modestino: Es clasificado junto con Papiniano, Paulo, Gayo y Ulpiano,
como uno de los cinco juristas cuyos puntos de vista fueron considerados
decisivos para el desarrollo del derecho y alegables en juicio, así como los
autores que citasen.
CONCLUSIÓN
El hecho de tener la oportunidad de contar con normas escritas, con
unas leyes que nos facilitan la división y el entendimiento sobre lo que es
correcto y lo que no lo es, o simplemente que nos indican el modo en que
deben llevarse a cabo determinadas actuaciones, supone que la sociedad ya
tenga una idea preconcebida de lo que se debe o lo que no se debe hacer, y lo
que no se ajuste a esas pautas podrá desembocar en ciertas consecuencias,
también determinadas en las leyes, que no siempre serán beneficiosas para ese
sujeto infractor, ni mucho menos.
Por otra parte, el hecho de que Jueces y Magistrados, como regla
general, no puedan apartarse de lo que marca la Ley supone una limitación a
la interpretación y a su vez a la resolución, que en muchas ocasiones acaba
propiciando alguna que otra injusticia para alguna de las partes implicadas. Si
todo esto nos lo miramos desde una perspectiva romanística podemos
comprobar que el transcurso de la resolución de casos resultaría totalmente
distinto y mucho más justo si se estudiasen de manera muy individualizada
todos los casos que se planteasen.
Tal vez supondría invertir aún más tiempo en la resolución de cada uno
de los casos, invertir más recursos económicos,… y en realidad lo que se
pretende a día de hoy es poder encontrar la solución más justa y equitativa en
el mínimo tiempo posible. Pero si verdaderamente lo que se quiere conseguir
con todo esto es la justicia, nada debería suponer ningún impedimento siendo
más importante que eso mismo, la JUSTICIA.
BIBLIOGRAFIA
DERECHO ROMANO Anibal Benítez Rivas, ISBN: 9789995373894 -
Editorial: Intercontinental, Editora, Edición: 3
Luis Rodolfo Arguello, Manuela de Derecho Romano, 3ra Edicion –
Editorial ORIGINAL, ISBN 50400004
Hermosa, Blas, Derecho Romano, Asunción – Paraguay, 2005,
Editorial:La Ley Paraguaya S.A. - ISBN 978-99953-64-44-1

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