Gustavo Bueno Martínez - La Democracia Como Ideología (1997)
Gustavo Bueno Martínez - La Democracia Como Ideología (1997)
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con el tipo de realidad que, desde nuestras coordena s?.Aun en el caso de las formas un?vocas(como pue
das, cabr?a reconocer a las democracias. Supondre da serlo la forma ?circunferencia?) resultan diversifi
mos que la democracia, en cuanto t?rmino que se re cadas en la escala misma de su formalidad, por lama
fiere a alguna entidad real, dice ante todo una forma teria, como pueda serlo, en la circunferencia, el ta
(o un tipo de formas), entre otras (u otros), seg?n las ma?o, medido por la longitud de su radio, que ya im
cuales (los cuales) puede estar organizada una socie plica una unidad corp?rea. Es cierto que el concepto
dad pol?tica. Suponemos, por tanto, que ?democra puro de circunferencia abstrae del tama?o o de la
cia?, en cuanto realidad, no en cuanto mero conteni m?trica del radio; pero cuando este tama?o o sus m?
do ideol?gico, es una forma (una categor?a) pol?tica, tricas correspondientes alcanzan sus l?mites internos
a la manera como la circunferencia es una forma (el del radio cero, y el del radio infinito) entonces la
(una categor?a) geom?trica. Esta afirmaci?n puede forma misma de la circunferencia resultar? tambi?n
da; pero no lo es de hecho en el momento en que ad o en recta (como se transformar?a una democracia en
vertimos, por ejemplo, el uso, muy frecuente en el cuya constituci?n se fijasen intervalos m?nimos de
lenguaje cotidiano, de la distinci?n entre una ?demo cincuenta a?os entre dos elecciones parlamentarias
cracia pol?tica? y una ?democracia econ?mica?. Una consecutivas, en lugar de los intervalos de cuatro, cin
distinci?n que revela una gran confusi?n de concep co o siete a?os corrientes). En el caso de las formas
tos, como lo revelar?a la distinci?n entre una ?circun variacionales, gen?ricas o espec?ficas (por ejemplo, la
ferencia geom?trica? y una ?circunferencia f?sica?. forma gen?rica palanca, respecto de las tres especies
La confusi?n tiene, sin embargo, un fundamento: que en las que el g?nero se divide inmediatamente), las
las formas (pol?ticas, geom?tricas) no ?flotan? en s? correspondencias de las variantes con los materiales
mismas, como si estuviesen separadas o desprendidas diversos es todav?a m?s obvia.
de los materiales a los cuales con-forman. La circun
ferencia es siempre geom?trica, s?lo que est? siem La forma democr?tica de una sociedad pol?
pre ?encarnada? o vinculada a un material corp?reo tica est? tambi?n siempre vinculada a ?materiales so
(a un ?redondel?); por tanto, si la expresi?n ?circun ciales? (antr?picos) m?s o menos precisos, dentro de
ferencia geom?trica? significa algo en la realidad una gran diversidad; y esta diversidad de materiales
existente, es s?lo por su capacidad de ?encarnarse? tendr? mucho que ver con la propia variabilidad de
en materiales corp?reos (m?rmol, madera, metal...) la ?forma democr?tica? en su sentido gen?rico, y ello
o, m?s propiamente, estos materiales primogen?ricos, sin necesidad de considerar a la diversidad de los
en tanto que puedan conceptuarse como conforma materiales como la fuente misma de las variedades
dos circularmente, ser?n circunferencias geom?tricas, formales espec?ficas, que es lo que probablemente
realizadas en determinada materia corp?rea, sin que pens? Arist?teles: ?Hay dos causas de que las demo
sea leg?timo oponer la circunferencia geom?trica a la cracias sean varias; en primer lugar... que los pueblos
circunferencia f?sica, como se opone la circunferencia son distintos (uno es un pueblo de agricultores, otro
de metal a la circunferencia de madera. Pero las for es un pueblo de artesanos, o de jornaleros, y si el pri
mas, cuando se consideran conformando a sus mate mero se a?ade
al segundo, o el tercero a los otros
riales propios, no permanecen siempre iguales entre dos, la democracia no s?lo resulta diferente, porque
se hace mejor o peor, sino porque deja de ser lamis tendr? por qu? ser iguaL la forma democr?tica de una
ma)? {Pol?tica 1317a). No tendr?, por tanto, por qu? democracia con loter?as multimillonarias (podr?amos
?decirse de lamisma manera? la democracia referida hablar aqu? de ?democracias calvinistas seculariza
a una sociedad de peque?o tama?o, que permita un das?) que la forma democr?tica de una democracia
tipo de democracia asamblearia o directa, y la referi sin esa instituci?n; ni ser? lo mismo una democracia
da a una sociedad de gran tama?o, que obligue a una coronada que una democracia republicana. Dicho de
democracia representativa, con partidos pol?ticos (al otro modo: la expresi?n, de uso tan frecuente, ?de
menos hasta que no est? dotada de tecnolog?as que mocracia formal? (que sugiere la presencia de una
hagan posible la intervenci?n directa de los ciudada ?forma pura?, que por otra parte suele considerarse
nos y la computaci?n r?pida de los votos). Ni ser? insuficiente cuando se la opone a una ?democracia
igual una ?democracia burguesa? (como la de Esta participativa?) es s?lo expresi?n de un pseudocon
dos Unidos de Norteam?rica) que una ?democracia cepto, porque la forma pura no puede siquiera ser
popular? (como la de la Cuba actual), o una ?demo pensada como existente. No existen, por tanto, de
cracia cristiana? que una ?democracia isl?mica?. A mocracias formales, y las realidades que con esa ex
veces, podemos inferir profundas diferencias, entre presi?n se denotan (elecciones cada cuatro a?os en
las democracias realmente existentes, en funci?n de tre listas cerradas y bloqueadas, abstenci?n rondan
instituciones que muchos te?ricos tender?n a inter do el cincuenta por ciento, &c.) est?n constituidas
pretar como ?accidentales?: instituciones tales como por un material social mucho m?s preciso de lo que,
la loter?a o como la monarqu?a din?stica. Pero no en un principio, algunos quisieran reconocer.
pol?ticos, con intenci?n exaltativa o ponderativa; por puede ser considerada democr?tica salvo por deno
que esta intenci?n puede arrastrar una idea formal minaci?n extr?nseca); a veces, porque se trata de ins
de democracia, en cuanto forma que por s?misma, y tituciones sospechosamente democr?ticas (como es
separada de la materia pol?tica, est? sirviendo como el caso de la loter?a nacional antes mencionada) y a
justificaci?n o ponderaci?n
de la exaltaci?n de refe veces porque sus resultados son antidemocr?ticos,
rencia. As? ocurre en expresiones tales como ?ciencia bien sea porque alteran las proporciones materiales
democr?tica?, ?cristianismo democr?tico?, ?f?tbol (o exigidas para el funcionamiento del r?gimen demo
golf) democr?ticos?, ?agricultura democr?tica?. Es cr?tico cualquiera (como ser?a el caso, antes conside
tas expresiones, y otras similares, son, seg?n lo dicho, rado, del Parlamento que por mayor?a absoluta apro
vacuas, y suponen una extensi?n oblicua o meramen base una Constituci?n seg?n la cual las elecciones
temetonimica, por denominaci?n extr?nseca, del ad consecutivas de representantes deban estar distan
jetivo ?democr?tico?, que propiamente s?lo puede ciadas en cincuenta a?os) o bien porque implican la
gand?stico que, en la ?poca de la bomba de Hiroshi cracia (como ocurre con las ?dictaduras comisaria
ma, se hacia del adjetivo ?at?mico? (?ventas at?mi Ies? que no hayan fijado plazos breves y precisos al
cas?, ?espect?culo at?mico?, ??xitos at?micos?...). dictador). En general, estos modos de utilizaci?n del
Pero no hay f?tbol democr?tico, como no hay mate adjetivo ?democr?tico?, como calificativo intencio
m?ticas democr?ticas, a no ser que esta expresi?n sea nal de determinadas realidades socialeso culturales,
pensada por oposici?n a una supuesta matem?tica arrastra la confusi?n permanente entre un plano sub
golf, las democracias cristianas y las agn?sticas, o las posibilidad de que una mayor?a parlamentaria adop
democracias con desarrollo cient?fico significativo y te acuerdos contradictorios con el sistema democr?ti
las democracias ?grafas. Ni siquiera podremos apli co de referencia. Es cierto que tampoco un tribunal
car internamente el adjetivo ?democr?tico? a institu constitucional puede garantizar de modo incontro
ciones o construcciones de cualquier tipo que, aun vertible el contenido democr?tico de lo que ?l haya
cuando gen?ticamente hayan sido originadas en una aceptado o rechazado, sino a lo sumo, la ?coheren
sociedad democr?tica, carezcan de estructura politi cia? del sistema en sus desarrollos con sus principios
mite, la aprobaci?n de un ?acto de suicidio? demo cionarios (igualdad, libertad, fraternidad). Sin hablar
cr?tico, o simplemente la aprobaci?n de unos presu de los tres poderes pol?ticos bien diferenciados que,
puestos que influyan selectivamente en un sector de seg?n un consenso casi un?nime, constituyen el ?tri
terminado del cuerpo electoral). Y no s?lo porque ple fundamento? de la propia sociedad democr?tica
incida en resultados formalmente pol?ticos, por ejem organizada como Estado de Derecho: el poder legis
plo caso de la dictadura comisarial (aprobada por lativo,el poder ejecutivo y el poder judicial.
una gran mayor?a parlamentaria), sino simplemente
porque incide, por la materia, en la propia sociedad
pol?tica (como ser?a el caso de una decisi?n, fundada Oscuridad de las definiciones
en principios metaf?sicos, relativa a la esterilizaci?n de democracia de estirpe
de todas las mujeres en nombre de un ?principio fe aristot?lica
minista? que buscase la eliminaci?n de las diferen
cias de sexo). La definici?n aristot?lica de democracia que,
atravesando toda la historia del pensamiento filos?fi
ca); pero, al mismo tiempo, queremos subrayar la cir to, el significado filos?fico pol?tico de esta t?cnica,
cunstancia de que las realidades democr?ticas, las habr?a sido establecido por Arist?teles precisamente
?democracias realmente existentes?, est?n siempre mediante la comparaci?n con otras t?cnicas alterna
de nebulosas ideol?gicas, desde las tivas, que han sido concebidas en el ?mbito de un sis
acompa?adas
exposici?n cr?tica constituir? en adelante el n?cleo la triada ?todos?, ?algunos?, ?uno?, que tiene que
mismo de la doctrina pol?tica: monarqu?a, aristocra ver con lo que hoy llamamos cuantificadores, dice re
cia y democracia; con sus tres correlatos patol?gicos: laci?n a los silogismos, en la medida en que estos se
tiran?a, oligarqu?a y demagogia. No es accidental, por estructuran en torno a unos t?rminos, relaciones y
tanto, para la definici?n de democracia, el formar operaciones que tienen precisamente la forma de cla
parte de un sistema conceptual ternario de estructu ses (t?rminos ?mayor?, ?menor? y ?medio?), vincula
ras pol?ticas alternativas, que se supone que, de un das entre s? por las relaciones de inclusi?n (en el l?
modo u otro, podr?an sustituirse, antecedi?ndose o mite: pertenencia) y por las operaciones de intersec
sucedi?ndose mutuamente. M?s a?n, la definici?n de ci?n o reuni?n. Ahora bien: en el silogismo aristot?li
democracia mediante el concepto del ?gobierno de co, ?todos? es la expresi?n en extensi?n (por su uni
todos? (tous pollous) s?lo alcanza un significado versalidad) de una conexi?n entre clases
(correlativa
?positivo? (dado que el ?todos? no puede entender mente: entre sujetos y predicados) que se supone, in
se en sentido literal) por oposici?n al gobierno de al tencionalmente al menos, como necesaria, por lo que
gunos (oligous), que ser?a caracter?stico de la oligar no admite excepciones (?todos los tri?ngulos inscri
qu?a, si los pocos son los ricos, o los m?s altos -como tos diametralmente en la circunferencia, sin excep
en Etiop?a -dir?amos hoy: entre las monarqu?as eu ci?n, son rect?ngulos?), mientras que ?algunos? es la
ropeas- o los m?s hermosos; o de la aristocracia, si expresi?n extensional de una conexi?n contingente;
los pocos son los mejores; o al ?gobierno de uno? ?uno?, en cambio, podr? interpretarse como la ex
(ena), propio de lamonarqu?a. Por cierto, Arist?teles presi?n intensional de que no existe incompatibilidad
utiliza a veces (por ejemplo 1289a) el t?rmino rep? de principio en la conexi?n de referencia (?uno?
blica (politeia) para designar a ese gobierno de to equivaldr?a a la exclusi?n de ?ninguno?).
dos, reservando el t?rmino democracia (demokratia)
para designar a la perversi?n de la rep?blica que Parece, seg?n esto, que tiene sentido pre
otras veces es nombrada como demagogia (demago guntarse si cuando Arist?teles defini? la democracia
gia). Pero no es este el lugar oportuno para entrar en por ?todos mandan? no habr?a querido decir tam
el an?lisis de este proceder y de su alcance. bi?n que la democracia tiene que ver con la necesi
dad (en el contexto, por supuesto, de la sociedad po
Lo que s? nos parece evidente es que la clasi l?tica); si no habr?a querido decir que la democracia
ficaci?n ternaria de Arist?teles (y, con ella, el con es, no tanto una forma alternativa, sino la estructura
cepto mismo de democracia), dif?cilmente podr?a in misma de la rep?blica, la forma en la que todas las
terpretarse como una clasificaci?n emp?rica: ?cu?ntos sociedades pol?ticas habr?an de terminar por desem
son ?todos??, ?cu?ntos son ?algunos?? y ?acaso exis bocar (lo que autorizar?a a llamar ?rep?blica? a las
te siquiera ?uno? al margen del grupo del que forma ?democracias?). Esta pregunta nos pone ya en el te
parte? M?s plausible es interpretar la clasificaci?n rreno, muy poco emp?rico, de las ideolog?as. El paso
ternaria como derivada de la aplicaci?n de un criterio del ?todo? (pan), como cuantificador l?gico, al ?to
l?gico y,m?s concretamente, de la l?gica de clases, tal dos? (como cuantificador pol?tico), tiene que ver con
como fue tratada por Arist?teles, al exponer su doc el paso de un todo en materia necesaria, a un todo
que, tanto si tiene lugar en una resoluci?n por acla ideologica, en tanto implica redefinir qui?nes o cu?n
maci?n, como si es s?lo aproximativo, tiene que ver tos forman el todo y, en primer lugar, cu?l es la esca
con una materia contingente. Desde la perspectiva la de las unidades que han de figurar en el c?mputo
de una ?clase de electores? dada, habr?a que consi como partes de ese todo. La mejor prueba del escaso
derar contingente su asociaci?n con otras clases (de rigor conceptual con el que trabajan pol?ticos y a?n
representantes, de programas) propuestas, hasta el polit?logos, analistas y comentaristas en este terreno
punto de que una totalidad estricta de sufragios, se de las definiciones de la democracia (y no hablamos
r?amuy sospechosa, por su improbabilidad estad?sti tanto de definiciones acad?micas o especulativas, si
ca. En cualquier caso, la f?rmula ?todos mandan? es no concretas o pr?cticas), la encontramos en el he
para una ?cuesti?n previa? la de determinar qu? ca dad? del todo. La mayor?a ser?a algo as? como la
tegor?a de unidades (de partes) son las que hayan de sombra de la esencia del todo en el mundo emp?rico
entrar en el juego de un proceso democr?tico; antes de los fen?menos.
bien, se habla indistintamente de ?democracia muni
cipal? (en la que las partes-unidades con derecho a Pero ?por qu? raz?n? ?Por qu? no podr?a
voto son los vecinos), o de ?democracia de una co ser una minor?a la ?expresi?n del todo?, a la manera
munidad de vecinos? (en donde las partes-unidades como la ?minor?a?, constituida por el partido de Le
son los pisos), o de ?democracia de una sociedad nin, se consider? como expresi?n aut?ntica de la in
an?nima? (y aqu? las partes-unidades son las accio mensa mayor?a de los proletarios del mundo, de su
nes) o incluso de la ?democracia de una federaci?n ?vanguardia?? Dicho de otro modo: no son nada evi
de Estados? (con un voto por Estado) o de las ?Na dentes las razones por las cuales se interpretan a las
ciones Unidas? (ante el hecho de que en la ONU al mayor?as como ?expresi?n del todo?, siendo as? que
gunos Estados mantengan privilegios en las delibera el todo no es una entidad capaz de ?autoorganizar
ciones o en las votaciones, o en el derecho de veto, se se?; tan s?lo sus partes pueden proponerse como ob
dir? sencillamente que ese organismo ?todav?a no ha jetivo la ?organizaci?n del todo?. Pero ?por qu? este
alcanzado una estructura plenamente democr?tica?). objetivo habr?an de poderlo llevar a cabo mejor las
minor?as que las mayor?as? Las razones por las cua
Ahora bien: sin duda, en la definici?n de de les cabr?a justificar el criterio de las mayor?as son
mocracia de Arist?teles se sobrentiende que las par muy d?biles. Ser?a rid?culo invocar el llamado ?prin
tes unidades de la sociedad pol?tica democr?tica son cipio de desigualdad?, seg?n el cual ?el todo es ma
los individuos, los ?animales racionales? que consti yor que la parte?, porque de este principio no se in
tuyen la Rep?blica; pero este supuesto, aunque pare fiere, rec?procamente, que todo lo que es mayor que
ce necesario, no es suficiente. Habr? que eliminar a otra cosa tenga con ella la raz?n de todo, dado que,
los ni?os, a los menores, a los dementes -?y cu?les por un lado, hay diversos tipos de totalidad y, por
son las fronteras?-; acaso habr? que excluir a las mu otro lado, hay muchos tipos de ?mayor que?. Hesio
jeres, a los metecos (en nuestros d?as: los emigrantes do pudo decir con raz?n: ??Insensatos quienes creen
?ilegales?), a los esclavos, a los analfabetos, o a los que el todo vale m?sque una parte suya!? Es cierto
que no contribuyen con una renta establecida. ?Por que de
hablar ?autoorganizaci?n del todo?, como
qu? entonces, en lugar de ?todos mandan?, no esco ocurre con frecuencia en el lenguaje de los pol?ticos
(minor?as y, en el l?mite, uno s?lo) como ?muchos? a s?misma su constituci?n?), es un modo muy confu
(mayor?as); salvo que ?algunos? se entienda como so de hablar, por las reflexividades que arrastra. Co
?cualquiera?, seleccionado por sorteo entre un cuer mo hemos dicho, no son las totalidades las que se au
po de ciudadanos que se suponen iguales. Todo esto toorganizan, puesto que toda autoorganizaci?n es un
sugiere que las mayor?as habr?an de interpretarse co resultado, a lo sumo, de la concatenaci?n de las par
mo ?aproximaciones al todo?, como expresi?n (la tes constitutivas. La sociedad pol?tica, como totalidad,
autoorganizativa; son, a lo sumo, partes suyas las que podr? tomarse como expresi?n de la voluntad gene
podr?n proponerse como objetivo esa organizaci?n ral. De hecho, en las democracias realmente existen
total. Y entonces, ?por qu? ese objetivo pod?an pro tes se concede muchas veces a las minor?as de exper
pon?rselo mejor las mayor?as que las minor?as? tos la capacidad de juzgar mejor que a las mayor?as
todo, el bien com?n, &c, mejor que las minor?as. Es Pero otras veces, el criterio de las mayor?as,
tamos diciendo que no son nada evidentes las razo como expresi?n del todo, encontrar? su fundamento,
nes por las cuales las mayor?as habr?an de represen por decirlo as?, m?s que en la raz?n en la fuerza: las
tar al ?todo? mejor que las minor?as. Por eso, la de mayor?as (?el pueblo unido?) tiene un poder mayor
bilidad (ideol?gica) de la definici?nde la democracia que las minor?as (?jam?s sera vencido?) y no hace
por la mayor?a es muy notable. ?Y c?mo podr?a no falta decir m?s. Sin embargo, esto no es cierto; mu
serlo si comenzamos por advertir que el concepto chas veces minor?as bien organizadas disponen de un
mismo de mayor?a es oscuro y confuso, y significa, poder de control indiscutible sobre las mayor?as, que
seg?n los par?metros que se tomen, cosas distintas y se ven obligadas, y a veces incluso con aquiescencia
contrapuestas? Ante todo, conviene advertir que la de su voluntad, a plegarse a las directrices que le son
interpretaci?n de la mayor?a como expresi?n del to impuestas. Tan s?lo en el terreno prudencial o prag
do (o de la voluntad general) suele darse como axio m?tico puede cobrar alg?n valor el criterio de la ma
m?tica; sin duda, act?an impl?citamente razones, pe yor fuerza de las mayor?as. Por ejemplo, cuando se
ro estas, cuando se explicitan, resultan ser muy d?bi contempla la necesidad de rectificar el rumbo, una
les, tanto las que parecen tener una intencionalidad mayor?a descontenta o desesperada puede tener m?s
?racional?, como las que tienen una intencionalidad fuerza en su protesta o en su resistencia pasiva, que
?f?sica?. laminor?a responsable obligada a rectificar; mientras
que si la mayor?a fue la que marc? el rumbo, a nadie
A veces, en efecto, parece como si los ide?lo puede hacer responsable, te?ricamente al menos, de
gos de la democracia asumieran el criterio de las ma su fracaso.
mal, no tomamos como mayor?a la moda o el modo? senso, y que hay mayor?as y minor?as en la l?nea del
?Y por qu?, entre las mayor?as aritm?ticas, ha de pri acuerdo; y, en ocasiones, ocurre que las mayor?as en
vilegiarse la mayor?a ?un medio m?s uno? y no otras desacuerdo mantienen consenso en los resultados.
presiones aritm?ticas del cuantificador l?gico ?algu decir que cuando hablamos de todos (o de mayor?as
nos?; pero tan ?algunos? son la minor?a mayoritaria que los representan), o bien nos referimos a totalida
como la mayor?a simple, la mayor?a de dos tercios, des (mayor?as) atributivas, o bien a totalidades distri
como la de tres cuartos; lo que significa que estas de butivas (con las cuales podremos formar ulterior
terminaciones aritm?ticas del cuantificador l?gico mente, por acumulaci?n de elementos, conjuntos
?algunos? que utiliz? Arist?teles, no son propiamen atributivos con un determinado cardinal); y cuando
te determinaciones l?gicas, sin perjuicio de que algu nos referimos a totalidades atributivas, o bien tene
nos autores, siguiendo las huellas de W. Hamilton, mos en cuenta la extensi?n del conjunto de sus par
como Rensch (?Plurality Quantification?, en Journal o
tes, bien la intensi?n o acervo connotativo en cuan
of Symbolic Logic, 27, 1962), pretendan hacer pasar to totalidad o sistema de notas, relacionadas no s?lo
estas determinaciones aritm?ticas o estad?sticas como por alternativas libres, sino ligadas, como ocurre con
si fueran cuantificadores l?gicos. En el cuantificador los alelos de la Gen?tica. De este modo nos veremos
?algunos? (?por lo menos uno?) no cabe distinguir obligados a construir una distinci?n entre dos tipos
minor?as ymayor?as; por lo que si se las distingue, es de mayor?as (o de relaciones mayoritarias) que de
porque, desde un punto de vista l?gico, las mayor?as nominaremos respectivamente consenso y acuerdo
est?n supliendo por ?todos? m?s que por ?algunos?. (aunque estar?amos dispuestos a permutar la termi
La suplencia se reconoce de hecho en el momento en nolog?a). El primer tipo, se constituye a partir de una
el que se interpretan las decisiones de lamayor?a co l?nea de relaciones entre los elementos extensionales
mo decisiones ?asumidas por el todo?, desde el mo del cuerpo electoral
(considerado como totalidad
mento en que las minor?as derrotadas est?n dispues distributiva) y un conjunto de componentes a t?tulo
tas a acatar el resultado mayoritario (aun cuando tu de alternativas opcionales dadas en un ?acervo con
vieran fuerza para resistirlo). El criterio de la mayo notativo?, con el cual aqu?l ha de intersectar, preci
r?a implica, seg?n esto, el consenso y el acuerdo de samente en las operaciones de elecci?n o selecci?n, y
todos {consensus omnium, voluntad general). en esta l?nea de relaci?n definimos el consenso. El
g?n el mismo criterio anterior) de los electores est?n cabeceras de fila; las decisiones, positivas o negativas,
-
conformes entre s?.El acuerdo es una relaci?n de los por los s?mbolos + y (las abstenciones por 0). La
contenidos k y los electores. propiedad m?s importante de esta tabla es no ser si
m?trica. Por ejemplo, el grado de homogeneidad de
Ahora bien: el acuerdo
democr?tico, referi las columnas tiene significado cuando al consenso/di
do al cuerpo electoral, respecto de determinadas op senso de los electores (respecto del t?rmino corres
ciones k, puede ir unido a un consenso (positivo o pondiente); pero este significado no puede ser atri
negativo), ya sea mayoritario, ya sea un?nime; el buido a cualquiera de los grados de homogeneidad
acuerdo es imposible sin consenso. Pero -y cabr?a que podamos apreciar en cada fila, considerada por
llamar a esta situaci?n ?paradoja democr?tica?- el separado. En cierto modo, las cabeceras de columna
consenso puede disociarse del acuerdo: puede haber representan la extensi?n de la clase, y las cabeceras
consenso en mediode una profunda dis-cordia, dia de fila su connotaci?n. Y tiene tambi?n acaso sentido
fonia o des-acuerdo. Dicho de otro modo: las mayo la correspondencia anal?gica que pudiera establecer
r?as que soportan un consenso no implican necesaria se entre el ?conjunto de las cabeceras de fila? y el
mente a las mayor?as necesarias para un acuerdo, y ?conjunto de los somas individuales de una especie?
esta paradoja no resultar? desconocida a quienes ha de Weissman, en cuanto portadores de un ?acervo
yan participado, como vocales o jueces, en los anti gen?tico? que se corresponde con el ?conjunto de las
guos tribunales de oposiciones a c?tedras. cabeceras de columna? de las tablas.
Un tribunal de cinco miembros (E) puede Tomando las tablas como referencias pode
considerarse, en efecto, como un cuerpo electoral en mos definir el consenso en la direcci?n
vertical, por
miniatura que tiene que elegir o seleccionar un ?con el grado de las homolog?as de cuadros marcados de
tenido k? de entre un acervo connotativo C (doctri cada columna y, por tanto, por la relaci?n entre las
nas, t?cnicas, &c.) vinculado con los candidatos que diversas columnas; en cambio, los acuerdos se repre
lo soportan o ?encarnan?. Supongamos, en el caso sentar?n en direcci?n horizontal, por las relaciones
m?s sencillo, un tribunal compuesto de cinco jueces o de homolog?a entre filas distintas (no por las homo
simple (en el l?mite, unanimidad), es sencillo. La ma electoral sobre la instituci?n mon?rquica no la hace a
yor?a (expresi?n del consenso total) resultar? a partir esta compatible con el principio de igualdad de opor
de las mayor?as de cada columna, de la suma de estas tunidades que se supone figura tambi?n en el sistema.
porque aqu?, seg?n el mismo criterio, ellos pueden te tal que lo que ahora se compara es el cardinal de
ner alcances muy diversos. La distinci?n m?s impor acuerdos de una regi?n con el de otra; o, dicho de
tante, a efectos de su c?mputo, es la distinci?n entre otro modo, la consistencia de la matriz deducible de
acuerdos (y por tanto, entre el significado de las ma esos acuerdos vendr? dada, no inmediatamente (por
yor?as que les corresponden) de primer orden y la comparaci?n de partes-filas dos a dos), sino me
acuerdos de segundo orden. Acuerdos de primer or diatamente, a trav?s de las regiones previamente es
den (en relaci?n con la tabla de referencia, pero se tablecidas. Y ahora puede ocurrir que una matriz ha
supone que la generalizaci?n es posible) son aquellos ya quedado partida o fracturada en dos submatrices
que se mantienen en la perspectiva global de la tabla, de tres y dos filas, de suerte que los acuerdos sean
como representaci?n de una totalidad ?nica; lo que plenos (totales) en cada una de ellas, s?lo que de sig
equivale a decir que tal totalidad habr? de ser consi no positivo la primera y negativo la segunda. Dire
derada, a efectos del c?mputo, como la resultante de mos ahora que lamatriz total tiene mayor?a de acuer
la comparaci?n directa o inmediata, por v?a de pro dos positivos (tres filas contra dos), pero un tal acuer
ducto l?gico, de cada fila con todas las dem?s, dado do mayoritario de segundo orden estar? en contradic
que descartamos (o no consideramos) la situaci?n de ci?n total con el desacuerdo mayoritario de primer
?acuerdo de una fila consigo misma?, y que conside orden, que arroja una mayor?a de seis desacuerdos
ramos a los acuerdos dos a dos como sim?tricos. En {(1/4),(1/5),(2/4),(2/5),(3/4),(3/5)}contraunamino
este contexto de primer orden, para una matriz cua r?a de un ?nico {(4/5)}. La apariencia, en es
acuerdo
drada de cinco l?neas {1,2, 3, 4, 5}, el n?mero m?ximo te caso, de que la mayor?a m?s significativa es la de
de acuerdos posibles sobre los contenidos {a, b, c, d, segundo orden (?tres contra dos?) se debe a que en
e} ser? el de diez: {(1/2),(1/3),(1/4),(1/5),(2/3),(2/4), este c?mputo hemos reducido la matriz a sus cabece
(2/5), (3/4), (3/5), (4/5)}.Los acuerdos de primeror ras de fila, o, si se prefiere, a la extensionalidad del
den, aunque computados a trav?s de las homolog?as conjunto de los electores, dejando de lado la estructu
de los electores, nos remiten a unas relaciones objeti ra misma del sistema de relaciones entre las filas, sis
vas que tienen que ver con la consistencia del acervo tema que tiene que ver precisamente con la consis
connotativo (el grado m?ximo de consistencia ser?a el tencia o inconsistencia de la matriz. Ilustramos con
de diez); no porque se d? un acuerdo extensional por las siguientes tablas las cuatro situaciones posibles:
E/C E/C
4
5 + + + +
E/C a I b I c Id I e E/C
_2_
3 3
4 4
- -
5 5 + + +
E/C E/C a
|4_
5 il
5 +
-
+
Modelo 1-1: Consenso un?nime (de todos los Modelo II-l: No hay consenso (empate en
electores) y pleno (en todos los casos) positivo. cada una y todas las columnas). No hay acuerdo (el
Acuerdo pleno positivo. Modelo 1-2: Consenso un? cuerpo electoral est? fracturado en tres subconjuntos
nime negativo. Acuerdo pleno negativo (?enmienda disyuntos): {1,2}, {3} {4,5}.Modelo II-2:No hay con
a la totalidad?). Modelo 1-3: Consenso mayoritario senso (no hay conformidad en cada columna), no
positivo, acuerdo mayoritario de primer orden: seis hay acuerdo. Modelo II-3: No hay consenso, no hay
acuerdos {(1/2),(1/3), (1/4), (2/3), (2/4), (3/4)} frente acuerdo.
Modelo III-2
positivo (todos los candidatos-doctrinas han sido ele cr?tico, incluso si es sostenible en m?ltiples ciclos, no
gidos por tres votos frente a dos). Hay desacuerdo implica acuerdos o armon?a entre las partes de una
mayoritario de primer orden: seis desacuerdos {(1/3), sociedad pol?tica, porque el consenso puede repro
(1/4), (1/5), (2/3), (2/4), (2/5)} frentea tresacuerdos ducirse, por motivos meramente pragm?ticos, en un
{(3/4),(3/5), (4,5)}. S?lo hay acuerdomayoritariode contexto de profunda discordia pol?tica, que induce a
segundo orden (con fractura de la matriz en dos re sospechar la precariedad de un sistema que estar?a
giones disyuntas). Modelo III-2: Hay consenso mayo fundado m?s en su dependencia de condiciones co
pol?tico, s?lo podr?a determinarse, en sus m?ltiples ciedad pol?tica globalmente considerada.
variantes, a lo largo de todo un proceso hist?rico o,
dicho de otro modo, en la confrontaci?n con otros b) Ideolog?as o visiones ideol?gicas de la de
sistemas pol?ticos alternativos. En nuestro
presente mocracia vinculadas a cada uno de sus
pico, exigiendo que ?nicamente sean considerados sente; dos concepciones que, por otra parte, no se ex
democr?ticos los sistemas homologables con la va cluyen, en modo alguno, entre s?.
riante m?s poderosa en el terreno productivo, co
o militar. Con esto no queremos dar a enten
mercial 1) ?La democracia es la esencia misma de la
der que un concepto de democracia que renuncie a sociedad pol?tica, la forma m?s
la univocidad dejar? por ello de ser ideol?gico, por caracter?stica de su constituci?n: la
que, en cierto modo, cada variante de la democracia democracia es lamisma autoconstituci?n
tiene su ideolog?a y aun su nematolog?a propias. de la sociedad pol?tica.?
que ella niega, a saber: que las constituciones no de contratantes; una tal asamblea presupone ya la exis
mocr?ticas puedan considerarse siquiera como socie tencia de esos individuos, de unos electores surgidos
dades pol?ticas no esp?reas, y no, m?s bien, como sis del ?estado de naturaleza?, cuando la realidad antro
temas ef?meros o inconsistentes, o acaso como reli pol?gica es que esos individuos capaces de llevar a
quias de sociedades de primates o simplemente co cabo un ?contrato social democr?tico? son producto
mo perversiones que nos ponen delante de una so ellos mismos de una sociedad
pol?tica previamente
ciedad pol?tica degenerada (en un sentido an?logo a establecida sobre supuestos no democr?ticos. Dicho
aquel en el que San Agust?n dec?a que el Imperio ro de otro modo, la democracia no puede ?autoconsti
mano o, en general, los imperios paganos -Babilo tuirse? como sociedad pol?tica; aparece inmedias res
nia-, no eran propiamente sociedades pol?ticas por en una dial?ctica turbulenta
de reorganizaci?n de
que en ellas no reinaba la justicia). instituciones pol?ticas previas (por ejemplo, las del
propia sociedad pol?tica, e inspira el modo de enten n?cleo delos programas de ?autodeterminaci?n?
der a las sociedades pol?ticas no democr?ticas como proclamados por cantidad de partidos nacionalistas
situaciones inestables, transitorias y forzadas, que s? asi?ticos, africanos, europeos, algunos de
los cuales
lo encontrar?an su estado de equilibrio definitivo al act?an en la Espa?a posterior a la Constituci?n de
ideolog?as democr?ticas encuentran su principal pun como viciada en su origen precisamente porque la
to de divisoria en el momento de enfrentarse con la consulta p?blica que la refrend? no se hizo por indi
efectividad de los Estados ?realmente existentes?. En viduos clasificados en ?nacionalidades?, sino por in
funci?n de esta realidad, la ideolog?a democr?tica se dividuos considerados de entrada como espa?oles. Y
decanta hacia el anarquismo, cuando est? dispuesta a como el mismo argumento habr? de aplicarse al caso
considerar (al modo agustiniano) cualquier indicio en el que el refer?ndum se hubiera hecho, pidiendo
estatista como reliquia prehist?rica (incluyendo aqu? el principio, por nacionalidades (Pa?s Vasco, Catalu
la ?prehistoria de la humanidad? de Marx), que impi ?a, Galicia, el Bierzo, Arag?n, &c), la ?nica salida
de la plena organizaci?n democr?tica de la sociedad; te?rica ser?a regresar al ?individuo humano? en ge
y se decanta hacia posiciones no anarquistas cuando neral, tal como lo contempla la Declaraci?n de los
contempla la posibilidad de una plena democratiza Derechos Humanos de 10 de noviembre de 1948 (co
ci?n del Estado en la forma de un Estado de derecho. mo si entre estos derechos humanos figurase el de
autodeterminarse en una nacionalidad m?s que en
El car?cter ideol?gico de esta concepci?n de otra, que es lamateria de la ?declaraci?n de los pue
constituye el principio del enfrentamiento, muchas ci?n. Era un concepto procedente de la antigua Ro
veces sangriento, en nombre de la democracia, de ma, por cierto muy poco democr?tica (salus populi
unas democracias reales con otras proyectadas o re suprema lex esto), que incorpor? el cristianismo (el
almente existentes. ?pueblo de Dios?) y de ah? pas? al romanticismo
(Volkstum, de Jahn), construido a partir del t?rmino
Lo que no tiene sentido es invocar a la de Volk (que, por cierto, procede del lat?n vulgus) mez
mocracia en general (formal) como a un principio de clado con el concepto moderno de naci?n (como sus
unidad; porque la democracia es siempre democracia titutivo, en la batalla de Valmy, del ?rey? del Anti
material; por ejemplo, la democracia de 1978 es la guo R?gimen: los soldados, en lugar de decir ??Viva
democracia espa?ola, democracia de los espa?oles. el Rey!? gritaron ??Viva la Naci?n!?). En la Consti
Por ello, el hecho de que los partidos separatistas in tuci?n espa?ola de 1978 la expresi?n ?los pueblos?
voquen a la democracia, en t?rminos formales, y a?n se carga a veces con ecos krausistas (la Europa de los
la opongan al fascismo o al terrorismo, no significan pueblos) en una tendencia a trazar con l?nea conti
que est?n manteniendo alg?n acuerdo con la demo nua las fronteras de los pueblos y a redibujar con l?
cracia espa?ola realmente existente; su proyectada nea punteada (hasta tanto se logre borrarla) las fron
democracia no significa uni?n con la democracia real teras entre los ?Estados can?nicos?. Si el concepto
espa?ola, sino precisamente separaci?n de ella, por de pueblo adquiere valores muy distintos y opuestos
lo que la expresi?n ?unidad necesaria entre todos los entre s?, en funci?n de los par?metros que se utilicen
dem?cratas? es ideol?gica; y esa unidad se refiere a (unas veces, el pueblo ser? una naci?n concreta, a la
otros aspectos de la vida social, por ejemplo, a la re que se le supondr? dotada de una cultura propia;
cusaci?n de los m?todos terroristas. Recusaci?n que otras veces el pueblo ser? el conjunto de los trabaja
tambi?n podr?an suscribirla los grupos m?s aristocr? dores, incluso de los proletarios de todo el mundo) se
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que considera a la expresi?n ?democracia como so bertad de elecci?n; como si la elecci?n popular de los
beran?a del pueblo? como meramente ideol?gica. representantes de cada uno de los tres poderes (in
cluida la elecci?n directa del ejecutivo) fuese el princi
g?a esclavista, con toda claridad, por Arist?teles: ?el nocimiento de sus consecuencias, incluso en el su
fundamento del r?gimen democr?tico es la libertad. puesto de que estas elecciones fuesen llevadas a cabo
En efecto, suele decirse que s?lo en este r?gimen se de acuerdo con su propia voluntad (?llamamos, pues,
participa de libertad, pues esta es, seg?n afirman, el tiran?a -dice Plat?n en El Pol?tico- al arte de gober
fin al que tiende toda la democracia. Una caracter?s nar por la violencia, y pol?tica al de gobernar a los
tica de la libertad es el ser gobernado y gobernar por animales b?pedos que se prestan voluntariamente a
simismo?. (Pol?tica, 1317ab). ello?). Pero la ficci?n ideol?gica que acompa?a, en
aqu? como ocurre con la libertad: la visi?n ideol?gica es ideol?gico hablar del r?gimen democr?tico (en
de la democracia comienza cuando se sobrentiende abstracto) como realizaci?n de la ?igualdad pol?tica?.
que esa alcanzada,
igualdad sin perjuicio de ser en
tendida, adem?s, como igualdad plena y omn?moda, Y no hablamos social, o eco
de la igualdad
quedar? garantizada por la democracia misma. n?mica, o religiosa, o psicol?gica, que muchas veces
es presentada como un simple complemento que de
La igualdad no es propiamente una relaci?n, biera deducirse de una constituci?n democr?tica, por
sino un conjunto de propiedades (simetr?a, transitivi mucho que se denomine a ?sta ?democracia social?.
dad, reflexividad) que puedan atribuirse conjunta El socialismo, o el comunismo, no ha sido siempre
mente a relaciones materiales-k
dadas; en nuestro democr?tico (el leninismo no pretendi? ser democr?
caso, la igualdad pol?tica no es una condici?n origi tico, al menos en su fase de ?dictadura del proleta
naria, fija, atribuible a las relaciones que se estable riado?) y la democracia pol?tica, en cuanto tal, puede
cen entre los elementos de un conjunto de ciudada no ser socialista, puesto que ella es compatible con
nos, sino una condici?n que se adquiere o se pierde una sociedad dividida en profundas diferencias eco
o sociales, con una clase ociosa
seg?n grados no fijados de antemano en un origen n?micas, culturales
m?tico ideal (?todos los hombres nacen iguales?), en reconocida, con ?lites aristocr?ticas, sometidas, sin
la lucha individual y social. La democracia no garan embargo, a los criterios de la democracia pol?tica; es
tiza la igualdad pol?tica, sino, a lo sumo, las condicio perfectamente posible que en una sociedad pol?tica
nes del terreno en el cual esta igualdad puede ser rei organizada como un Estado de derecho y funcionan
vindicada en cada momento. En virtud de su defini do de acuerdo con las m?s escrupulosas reglas demo
ci?n l?gica, la igualdad implica la sustituibilidadde cr?ticas, la mayor?a de sus ciudadanos est? dispuesta
los iguales en sus funciones pol?ticas; por tanto, los a participar simb?licamente en las ceremonias que
una clase ociosa o una clase aristocr?tica les ofrece
grados de la igualdad democr?tica habr?n de medir
se tanto por la posibilidad de elegir representantes en espect?culo como parte de su propia vida (por
para ser gobernado equitativamente por ellos, como ejemplo, el matrimonio ?morgan?tico? de una infan
por la posibilidad de ser elegido (en el l?mite, una de ta). Dicho de otro modo: las reivindicaciones de
mocracia de iguales podr?a reconocer al sorteo de los orientaci?n socialista o comunista que puedan ser
o representantes, como el formuladas no tendr?n por qu? en
ser propuestas
magistrados, ejecutivos
procedimiento m?s id?neo). Siendo, como es eviden nombre de la democracia, sino en nombre del socia
desigualdades personales m?s acusadas. Una socie do hablar de ?solidaridad de trabajadores y patro
dad democr?tica, en cuanto tal, no tiene por qu? ex nos?, salvo que, a su vez, constituyan un ?bloque his
tirpar de su seno la instituci?n de las loter?as millo t?rico? contra terceros. Ahora bien, la solidaridad,
narias que son, lisa y llanamente, mecanismos de am como virtud ?tica, no puede interpretarse como una
plia aceptaci?n popular puestos en marcha precisa virtud propia de la democracia; y el gobierno que en
mente para conseguir aleatoriamente la desigualdad comienda a la ?tica -y a los profesores de ?tica- la
econ?mica de algunos ciudadanos respecto del pro misi?n de hacer posible la democracia real, es un go
medio. Es cierto que esta desigualdad, as? obtenida, bierno idealista que acaso pretende aliviar la con
no viola formalmente la igualdad pol?tica democr?ti ciencia de su fracaso con la coartada de la ?forma
ca, pero tambi?n es cierto que una sociedad que ad ci?n ?tica? de los ciudadanos.
mite y promueve estas instituciones no podr?a ser lla
mada ?democracia social? o ?socialdemocracia?. La solidaridad democr?tica, como concepto
(y entonces, la solidaridad tiene un radio universal un axioma. Pero este axioma, que podr?a entender
que transciende el de las sociedades pol?ticas); otras se como una aplicaci?n concreta del principio de la
veces, como un concepto moral, que se refiere a las fraternidad, es puramente ideol?gico y est? movido
reivindicaciones de un grupo de personas dado (un principalmente (si no nos equivocamos) por los in
grupo de herederos, de asalariados, de compatrio tereses separatistas de los partidos nacionalistas
tas), contra terceros, en cuyo caso, la solidaridad ya vascos que no quieren utilizar los
(principalmente)
cadas?, ?elegidas? -y no s?lo en unas elecciones par nuevo? (si es que no cre?an haberlo tra?do ya).
lamentarias-. Ser dem?crata significar? para esas
personas algo similar a lo que significa para los Y, en cualquier caso, habr? siempre que anali
miembros de algunas sectas religiosas formar parte za hasta qu? punto una sociedad pol?tica que basa la
de su grupo, y, a su trav?s, estar tocados de la gracia ?autoconciencia? de su fortaleza en la estructura de
santificante (algo similar a lo que les ocurre a mu mocr?tica de sus instituciones, no est? siendo v?ctima
chos de los que confiesan ?ser de izquierdas de toda de un espejismo ideol?gico, porque acaso la fortaleza
la vida?, sobrentendi?ndose salvados antes por su fe del sistema deriva de estructuras materiales
que tienen
que por sus obras). Es cierto que ning?n dem?crata que ver muy poco con la democracia formal. Por ejem
(ni aun el m?s metafisico) podr? considerarse secta plo, ?puede asegurarse que la fortaleza de una naci?n
rio, aunque experimente sentimientos de exaltaci?n organizada como democracia coronada se asiente an
plena similares a los del sectario, porque una demo tes en su condici?n democr?tica (adornada ?acciden
cracia es todo lo contrario de una secta: es, por esen talmente? por un revestimiento mon?rquico) que en la
cia, p?blica. Pero tambi?n hay religiones p?blicas propia corona y en la historia que ella representa? Qj
(como el cristianismo) o movimientos pol?ticos p?bli
ES