Gustavo Bueno Martínez - La Democracia Como Ideología (1997)

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La democracia como ideología

Author(s): Gustavo Bueno


Source: Ábaco, 2 Epoca, No. 12/13, Democracia y enseñanza: Propuestas para debate (1997), pp.
11-34
Published by: Centro de Iniciativas Culturales y Estudios Economicos y Sociales (CICEES)
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/20796238 .
Accessed: 14/06/2014 10:02

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a democracia como
La democracia sistema pol?tico y co
mo ideolog?a
como
ideolog?a Damos por su
puesto que la democracia
GustavoBueno es un sistema pol?tico con

m?ltiples variantes ?real


mente existentes?. Por
Hay quienes piensan que existe una ?nica democra ello afirmar
podr?amos
cia y una ?nica oligarqu?a, pero esto no es verdad;
(vali?ndonos de una f?rmula que el mismo Arist?te
de manera que al legislador no deben ocult?rsele
les utiliz? en otros contextos) que la democracia ?se
cu?ntas son las variedades de cada r?gimen y de
dice de muchas maneras?. Pero la democracia es tam
cu?ntas maneras componerse.
pueden bi?n un ?sistema es decir, de ideas
de ideolog?as?,
confusas, por no decir err?neas, que figuran como
Arist?teles, Pol?tica, 1289a
contenidos de una falsa conciencia, vinculada a los
intereses de determinados grupos o clasessociales,
en tanto se enfrentan mutuamente de un modo m?s
o menos expl?cito o encubierto.

?Es posible seg?n esto analizar las democracias


?realmente existentes? al margen de las ideolog?as
que las envuelven y que envuelven tambi?n al analis
ta? No entraremosaqu? en esta cuesti?n, puesto que
nuestro objetivo es hablar m?s que de las democra
cias realmente existentes, de las ideolog?as que en
vuelven a estas democracias, sin necesidad de comen
zar negando que las democracias puedan ser algo m?s

que meras ideolog?as, y aun sin perjuicio de recono


cer la necesidad de componentes ideol?gicos en la
misma estructura de las democracias que existen real
mente, por hip?tesis. Comenzaremos presentando un
par de consideraciones previas que sirvan de referen
cia de lo que entendemos por ?realidad? en el mo
mento de hablar de las democracias como nombre de
realidades existentes en el mundo pol?tico efectivo.

Nuestra primera consideraci?n tiene que ver

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con el tipo de realidad que, desde nuestras coordena s?.Aun en el caso de las formas un?vocas(como pue
das, cabr?a reconocer a las democracias. Supondre da serlo la forma ?circunferencia?) resultan diversifi
mos que la democracia, en cuanto t?rmino que se re cadas en la escala misma de su formalidad, por lama
fiere a alguna entidad real, dice ante todo una forma teria, como pueda serlo, en la circunferencia, el ta
(o un tipo de formas), entre otras (u otros), seg?n las ma?o, medido por la longitud de su radio, que ya im
cuales (los cuales) puede estar organizada una socie plica una unidad corp?rea. Es cierto que el concepto
dad pol?tica. Suponemos, por tanto, que ?democra puro de circunferencia abstrae del tama?o o de la
cia?, en cuanto realidad, no en cuanto mero conteni m?trica del radio; pero cuando este tama?o o sus m?
do ideol?gico, es una forma (una categor?a) pol?tica, tricas correspondientes alcanzan sus l?mites internos
a la manera como la circunferencia es una forma (el del radio cero, y el del radio infinito) entonces la
(una categor?a) geom?trica. Esta afirmaci?n puede forma misma de la circunferencia resultar? tambi?n

parecer trivial o tautol?gica, en s?misma considera variada, transform?ndose respectivamente en punto

da; pero no lo es de hecho en el momento en que ad o en recta (como se transformar?a una democracia en

vertimos, por ejemplo, el uso, muy frecuente en el cuya constituci?n se fijasen intervalos m?nimos de

lenguaje cotidiano, de la distinci?n entre una ?demo cincuenta a?os entre dos elecciones parlamentarias
cracia pol?tica? y una ?democracia econ?mica?. Una consecutivas, en lugar de los intervalos de cuatro, cin
distinci?n que revela una gran confusi?n de concep co o siete a?os corrientes). En el caso de las formas
tos, como lo revelar?a la distinci?n entre una ?circun variacionales, gen?ricas o espec?ficas (por ejemplo, la
ferencia geom?trica? y una ?circunferencia f?sica?. forma gen?rica palanca, respecto de las tres especies
La confusi?n tiene, sin embargo, un fundamento: que en las que el g?nero se divide inmediatamente), las
las formas (pol?ticas, geom?tricas) no ?flotan? en s? correspondencias de las variantes con los materiales
mismas, como si estuviesen separadas o desprendidas diversos es todav?a m?s obvia.
de los materiales a los cuales con-forman. La circun
ferencia es siempre geom?trica, s?lo que est? siem La forma democr?tica de una sociedad pol?
pre ?encarnada? o vinculada a un material corp?reo tica est? tambi?n siempre vinculada a ?materiales so

(a un ?redondel?); por tanto, si la expresi?n ?circun ciales? (antr?picos) m?s o menos precisos, dentro de
ferencia geom?trica? significa algo en la realidad una gran diversidad; y esta diversidad de materiales

existente, es s?lo por su capacidad de ?encarnarse? tendr? mucho que ver con la propia variabilidad de
en materiales corp?reos (m?rmol, madera, metal...) la ?forma democr?tica? en su sentido gen?rico, y ello
o, m?s propiamente, estos materiales primogen?ricos, sin necesidad de considerar a la diversidad de los
en tanto que puedan conceptuarse como conforma materiales como la fuente misma de las variedades
dos circularmente, ser?n circunferencias geom?tricas, formales espec?ficas, que es lo que probablemente
realizadas en determinada materia corp?rea, sin que pens? Arist?teles: ?Hay dos causas de que las demo
sea leg?timo oponer la circunferencia geom?trica a la cracias sean varias; en primer lugar... que los pueblos
circunferencia f?sica, como se opone la circunferencia son distintos (uno es un pueblo de agricultores, otro
de metal a la circunferencia de madera. Pero las for es un pueblo de artesanos, o de jornaleros, y si el pri
mas, cuando se consideran conformando a sus mate mero se a?ade
al segundo, o el tercero a los otros
riales propios, no permanecen siempre iguales entre dos, la democracia no s?lo resulta diferente, porque

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se hace mejor o peor, sino porque deja de ser lamis tendr? por qu? ser iguaL la forma democr?tica de una
ma)? {Pol?tica 1317a). No tendr?, por tanto, por qu? democracia con loter?as multimillonarias (podr?amos
?decirse de lamisma manera? la democracia referida hablar aqu? de ?democracias calvinistas seculariza
a una sociedad de peque?o tama?o, que permita un das?) que la forma democr?tica de una democracia

tipo de democracia asamblearia o directa, y la referi sin esa instituci?n; ni ser? lo mismo una democracia
da a una sociedad de gran tama?o, que obligue a una coronada que una democracia republicana. Dicho de
democracia representativa, con partidos pol?ticos (al otro modo: la expresi?n, de uso tan frecuente, ?de
menos hasta que no est? dotada de tecnolog?as que mocracia formal? (que sugiere la presencia de una

hagan posible la intervenci?n directa de los ciudada ?forma pura?, que por otra parte suele considerarse
nos y la computaci?n r?pida de los votos). Ni ser? insuficiente cuando se la opone a una ?democracia

igual una ?democracia burguesa? (como la de Esta participativa?) es s?lo expresi?n de un pseudocon
dos Unidos de Norteam?rica) que una ?democracia cepto, porque la forma pura no puede siquiera ser

popular? (como la de la Cuba actual), o una ?demo pensada como existente. No existen, por tanto, de
cracia cristiana? que una ?democracia isl?mica?. A mocracias formales, y las realidades que con esa ex
veces, podemos inferir profundas diferencias, entre presi?n se denotan (elecciones cada cuatro a?os en
las democracias realmente existentes, en funci?n de tre listas cerradas y bloqueadas, abstenci?n rondan
instituciones que muchos te?ricos tender?n a inter do el cincuenta por ciento, &c.) est?n constituidas
pretar como ?accidentales?: instituciones tales como por un material social mucho m?s preciso de lo que,
la loter?a o como la monarqu?a din?stica. Pero no en un principio, algunos quisieran reconocer.

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Nuestra segunda consideraci?n previa quie ca: a veces porque se trata de instituciones pol?tica
re llamar la atenci?n sobre un modo de usar el adje mente neutras (la cloraci?n del agua de los r?os, lle
tivo ?democr?tico? como calificativo de sujetos no vada a cabo por una administraci?n democr?tica, no

pol?ticos, con intenci?n exaltativa o ponderativa; por puede ser considerada democr?tica salvo por deno

que esta intenci?n puede arrastrar una idea formal minaci?n extr?nseca); a veces, porque se trata de ins
de democracia, en cuanto forma que por s?misma, y tituciones sospechosamente democr?ticas (como es
separada de la materia pol?tica, est? sirviendo como el caso de la loter?a nacional antes mencionada) y a
justificaci?n o ponderaci?n
de la exaltaci?n de refe veces porque sus resultados son antidemocr?ticos,
rencia. As? ocurre en expresiones tales como ?ciencia bien sea porque alteran las proporciones materiales

democr?tica?, ?cristianismo democr?tico?, ?f?tbol (o exigidas para el funcionamiento del r?gimen demo
golf) democr?ticos?, ?agricultura democr?tica?. Es cr?tico cualquiera (como ser?a el caso, antes conside
tas expresiones, y otras similares, son, seg?n lo dicho, rado, del Parlamento que por mayor?a absoluta apro
vacuas, y suponen una extensi?n oblicua o meramen base una Constituci?n seg?n la cual las elecciones
temetonimica, por denominaci?n extr?nseca, del ad consecutivas de representantes deban estar distan

jetivo ?democr?tico?, que propiamente s?lo puede ciadas en cincuenta a?os) o bien porque implican la

aplicarse a un sustantivo incluido en la categor?a po incorporaci?n a la sociedad democr?tica de institu


l?tica (?parlamento democr?tico?, ?ej?rcito democr? ciones formalmente aristocr?ticas (el caso de la mo
tico? o incluso ?presupuestos democr?ticos?). El narqu?a hereditaria incrustada en una constituci?n
abuso que en nuestros d?as se hace del adjetivo ?de democr?tica), o incluso porque conculcan, a partir de
mocr?tico? es del mismo
g?nero que el abuso propa un cierto l?mite, los principios mismos de la demo

gand?stico que, en la ?poca de la bomba de Hiroshi cracia (como ocurre con las ?dictaduras comisaria
ma, se hacia del adjetivo ?at?mico? (?ventas at?mi Ies? que no hayan fijado plazos breves y precisos al
cas?, ?espect?culo at?mico?, ??xitos at?micos?...). dictador). En general, estos modos de utilizaci?n del
Pero no hay f?tbol democr?tico, como no hay mate adjetivo ?democr?tico?, como calificativo intencio
m?ticas democr?ticas, a no ser que esta expresi?n sea nal de determinadas realidades socialeso culturales,

pensada por oposici?n a una supuesta matem?tica arrastra la confusi?n permanente entre un plano sub

(?No hay caminos reales para aprender


aristocr?tica jetivo, intencional o gen?tico (el plano del finis ope
Geometr?a?, dice Euclides a Tolomeo); ni hay cristia rantis) y un plano objetivo o estructural (el plano del
nismo democr?tico, ni m?sica democr?tica, aunque finis operis); y estos planos no siempre son conver
en cambio tenga sentido distinguir, en principio, en gentes. El mero reconocimiento de la conveniencia
tre las democracias con f?tbol y las democracias con de tribunales de garant?as constitucionales prueba la

golf, las democracias cristianas y las agn?sticas, o las posibilidad de que una mayor?a parlamentaria adop
democracias con desarrollo cient?fico significativo y te acuerdos contradictorios con el sistema democr?ti
las democracias ?grafas. Ni siquiera podremos apli co de referencia. Es cierto que tampoco un tribunal
car internamente el adjetivo ?democr?tico? a institu constitucional puede garantizar de modo incontro
ciones o construcciones de cualquier tipo que, aun vertible el contenido democr?tico de lo que ?l haya
cuando gen?ticamente hayan sido originadas en una aceptado o rechazado, sino a lo sumo, la ?coheren
sociedad democr?tica, carezcan de estructura politi cia? del sistema en sus desarrollos con sus principios

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(sin que podamos olvidar que la coherencia no es cuales ser pensadas
suelen seg?n modos que, en
una cualidad democr?tica, como parece que lo olvi otras ocasiones, hemos denominado ?nematol?gi
dan tantos pol?ticos de nuestros d?as: tambi?n una oli cos?. Tambi?n en torno al n?mero tres se han con

garqu?a puede ser coherente). densado espesas nebulosas ideol?gicas o mitol?gicas


del calibre de las ?trinidades indoeuropeas? (J?piter,
El de que una resoluci?n haya sido
hecho Marte, Quirino) o de la propia trinidad cristiana (Pa
adoptada por mayor?a absoluta de la asamblea o por dre,Hijo, Esp?ritu Santo); pero tambi?n trinidades
un refer?ndum acreditado, no convierte tal resolu m?s no prosopop?yicas,
abstractas, tales como las
ci?n en una resoluci?n democr?tica, porque no es que constituyen la ideolog?a oriental y antigua de las
tanto por su origen (por sus causas), sino por sus tres clases sociales, o la medieval de las tres virtudes
contenidos o por sus resultados (por sus efectos) por teologales (fe, esperanza, caridad) o la de los tres rei
lo que una resoluci?n puede ser considerada demo nos de la naturaleza viviente (vegetal, animal, homi
cr?tica. Una resoluci?n democr?tica por el origen nal) o la doctrina, con fuertes componentes ideol?gi
puede conducir, por sus contenidos, a situaciones di cos, de los tres axiomas newtonianos (inercia, fuerza,
f?ciles para la democracia (por ejemplo, en el caso l? acci?n rec?proca) o la de los tres principios revolu

mite, la aprobaci?n de un ?acto de suicidio? demo cionarios (igualdad, libertad, fraternidad). Sin hablar

cr?tico, o simplemente la aprobaci?n de unos presu de los tres poderes pol?ticos bien diferenciados que,

puestos que influyan selectivamente en un sector de seg?n un consenso casi un?nime, constituyen el ?tri
terminado del cuerpo electoral). Y no s?lo porque ple fundamento? de la propia sociedad democr?tica
incida en resultados formalmente pol?ticos, por ejem organizada como Estado de Derecho: el poder legis
plo caso de la dictadura comisarial (aprobada por lativo,el poder ejecutivo y el poder judicial.
una gran mayor?a parlamentaria), sino simplemente
porque incide, por la materia, en la propia sociedad
pol?tica (como ser?a el caso de una decisi?n, fundada Oscuridad de las definiciones
en principios metaf?sicos, relativa a la esterilizaci?n de democracia de estirpe
de todas las mujeres en nombre de un ?principio fe aristot?lica
minista? que buscase la eliminaci?n de las diferen
cias de sexo). La definici?n aristot?lica de democracia que,
atravesando toda la historia del pensamiento filos?fi

decimos, en resoluci?n, que la de


Cuando co pol?tico, llega hasta nosotros, podr?a considerarse
mocracia no es s?lo una ideolog?a, queremos decirlo acu?ada en torno a la t?cnica de selecci?n de magis
en un sentido an?logo a cuando afirmamos que el trados y representantes, o bien de normas jur?dicas o
n?mero tres no es tampoco una ideolog?a, sino una administrativas por el m?todo de las votaciones de
entidad dotada de realidad aritm?tica (terciogen?ri un ?cuerpo electoral? constituido al efecto. En efec

ca); pero, al mismo tiempo, queremos subrayar la cir to, el significado filos?fico pol?tico de esta t?cnica,
cunstancia de que las realidades democr?ticas, las habr?a sido establecido por Arist?teles precisamente
?democracias realmente existentes?, est?n siempre mediante la comparaci?n con otras t?cnicas alterna
de nebulosas ideol?gicas, desde las tivas, que han sido concebidas en el ?mbito de un sis
acompa?adas

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tema tambi?n ternario de reg?menes pol?ticos, cuya trina del silogismo, en sus Primeros anal?ticos. Porque

exposici?n cr?tica constituir? en adelante el n?cleo la triada ?todos?, ?algunos?, ?uno?, que tiene que
mismo de la doctrina pol?tica: monarqu?a, aristocra ver con lo que hoy llamamos cuantificadores, dice re
cia y democracia; con sus tres correlatos patol?gicos: laci?n a los silogismos, en la medida en que estos se
tiran?a, oligarqu?a y demagogia. No es accidental, por estructuran en torno a unos t?rminos, relaciones y

tanto, para la definici?n de democracia, el formar operaciones que tienen precisamente la forma de cla
parte de un sistema conceptual ternario de estructu ses (t?rminos ?mayor?, ?menor? y ?medio?), vincula
ras pol?ticas alternativas, que se supone que, de un das entre s? por las relaciones de inclusi?n (en el l?
modo u otro, podr?an sustituirse, antecedi?ndose o mite: pertenencia) y por las operaciones de intersec
sucedi?ndose mutuamente. M?s a?n, la definici?n de ci?n o reuni?n. Ahora bien: en el silogismo aristot?li
democracia mediante el concepto del ?gobierno de co, ?todos? es la expresi?n en extensi?n (por su uni
todos? (tous pollous) s?lo alcanza un significado versalidad) de una conexi?n entre clases
(correlativa
?positivo? (dado que el ?todos? no puede entender mente: entre sujetos y predicados) que se supone, in
se en sentido literal) por oposici?n al gobierno de al tencionalmente al menos, como necesaria, por lo que

gunos (oligous), que ser?a caracter?stico de la oligar no admite excepciones (?todos los tri?ngulos inscri
qu?a, si los pocos son los ricos, o los m?s altos -como tos diametralmente en la circunferencia, sin excep
en Etiop?a -dir?amos hoy: entre las monarqu?as eu ci?n, son rect?ngulos?), mientras que ?algunos? es la
ropeas- o los m?s hermosos; o de la aristocracia, si expresi?n extensional de una conexi?n contingente;
los pocos son los mejores; o al ?gobierno de uno? ?uno?, en cambio, podr? interpretarse como la ex
(ena), propio de lamonarqu?a. Por cierto, Arist?teles presi?n intensional de que no existe incompatibilidad
utiliza a veces (por ejemplo 1289a) el t?rmino rep? de principio en la conexi?n de referencia (?uno?
blica (politeia) para designar a ese gobierno de to equivaldr?a a la exclusi?n de ?ninguno?).
dos, reservando el t?rmino democracia (demokratia)
para designar a la perversi?n de la rep?blica que Parece, seg?n esto, que tiene sentido pre
otras veces es nombrada como demagogia (demago guntarse si cuando Arist?teles defini? la democracia

gia). Pero no es este el lugar oportuno para entrar en por ?todos mandan? no habr?a querido decir tam
el an?lisis de este proceder y de su alcance. bi?n que la democracia tiene que ver con la necesi
dad (en el contexto, por supuesto, de la sociedad po
Lo que s? nos parece evidente es que la clasi l?tica); si no habr?a querido decir que la democracia
ficaci?n ternaria de Arist?teles (y, con ella, el con es, no tanto una forma alternativa, sino la estructura
cepto mismo de democracia), dif?cilmente podr?a in misma de la rep?blica, la forma en la que todas las

terpretarse como una clasificaci?n emp?rica: ?cu?ntos sociedades pol?ticas habr?an de terminar por desem
son ?todos??, ?cu?ntos son ?algunos?? y ?acaso exis bocar (lo que autorizar?a a llamar ?rep?blica? a las
te siquiera ?uno? al margen del grupo del que forma ?democracias?). Esta pregunta nos pone ya en el te

parte? M?s plausible es interpretar la clasificaci?n rreno, muy poco emp?rico, de las ideolog?as. El paso
ternaria como derivada de la aplicaci?n de un criterio del ?todo? (pan), como cuantificador l?gico, al ?to
l?gico y,m?s concretamente, de la l?gica de clases, tal dos? (como cuantificador pol?tico), tiene que ver con
como fue tratada por Arist?teles, al exponer su doc el paso de un todo en materia necesaria, a un todo

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que, tanto si tiene lugar en una resoluci?n por acla ideologica, en tanto implica redefinir qui?nes o cu?n
maci?n, como si es s?lo aproximativo, tiene que ver tos forman el todo y, en primer lugar, cu?l es la esca
con una materia contingente. Desde la perspectiva la de las unidades que han de figurar en el c?mputo
de una ?clase de electores? dada, habr?a que consi como partes de ese todo. La mejor prueba del escaso
derar contingente su asociaci?n con otras clases (de rigor conceptual con el que trabajan pol?ticos y a?n
representantes, de programas) propuestas, hasta el polit?logos, analistas y comentaristas en este terreno
punto de que una totalidad estricta de sufragios, se de las definiciones de la democracia (y no hablamos
r?amuy sospechosa, por su improbabilidad estad?sti tanto de definiciones acad?micas o especulativas, si
ca. En cualquier caso, la f?rmula ?todos mandan? es no concretas o pr?cticas), la encontramos en el he

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cho de que ni siquiera suele constituir asunto propio ?inmensamayor?a?) de ?pr?cticamente la integri

para una ?cuesti?n previa? la de determinar qu? ca dad? del todo. La mayor?a ser?a algo as? como la

tegor?a de unidades (de partes) son las que hayan de sombra de la esencia del todo en el mundo emp?rico
entrar en el juego de un proceso democr?tico; antes de los fen?menos.
bien, se habla indistintamente de ?democracia muni

cipal? (en la que las partes-unidades con derecho a Pero ?por qu? raz?n? ?Por qu? no podr?a
voto son los vecinos), o de ?democracia de una co ser una minor?a la ?expresi?n del todo?, a la manera
munidad de vecinos? (en donde las partes-unidades como la ?minor?a?, constituida por el partido de Le
son los pisos), o de ?democracia de una sociedad nin, se consider? como expresi?n aut?ntica de la in
an?nima? (y aqu? las partes-unidades son las accio mensa mayor?a de los proletarios del mundo, de su

nes) o incluso de la ?democracia de una federaci?n ?vanguardia?? Dicho de otro modo: no son nada evi
de Estados? (con un voto por Estado) o de las ?Na dentes las razones por las cuales se interpretan a las
ciones Unidas? (ante el hecho de que en la ONU al mayor?as como ?expresi?n del todo?, siendo as? que
gunos Estados mantengan privilegios en las delibera el todo no es una entidad capaz de ?autoorganizar
ciones o en las votaciones, o en el derecho de veto, se se?; tan s?lo sus partes pueden proponerse como ob
dir? sencillamente que ese organismo ?todav?a no ha jetivo la ?organizaci?n del todo?. Pero ?por qu? este
alcanzado una estructura plenamente democr?tica?). objetivo habr?an de poderlo llevar a cabo mejor las
minor?as que las mayor?as? Las razones por las cua
Ahora bien: sin duda, en la definici?n de de les cabr?a justificar el criterio de las mayor?as son
mocracia de Arist?teles se sobrentiende que las par muy d?biles. Ser?a rid?culo invocar el llamado ?prin
tes unidades de la sociedad pol?tica democr?tica son cipio de desigualdad?, seg?n el cual ?el todo es ma
los individuos, los ?animales racionales? que consti yor que la parte?, porque de este principio no se in
tuyen la Rep?blica; pero este supuesto, aunque pare fiere, rec?procamente, que todo lo que es mayor que
ce necesario, no es suficiente. Habr? que eliminar a otra cosa tenga con ella la raz?n de todo, dado que,
los ni?os, a los menores, a los dementes -?y cu?les por un lado, hay diversos tipos de totalidad y, por
son las fronteras?-; acaso habr? que excluir a las mu otro lado, hay muchos tipos de ?mayor que?. Hesio

jeres, a los metecos (en nuestros d?as: los emigrantes do pudo decir con raz?n: ??Insensatos quienes creen

?ilegales?), a los esclavos, a los analfabetos, o a los que el todo vale m?sque una parte suya!? Es cierto
que no contribuyen con una renta establecida. ?Por que de
hablar ?autoorganizaci?n del todo?, como

qu? entonces, en lugar de ?todos mandan?, no esco ocurre con frecuencia en el lenguaje de los pol?ticos

gi? Arist?teles el cuantificador ?algunos?? Porque (?la democracia es la autoorganizaci?n pol?tica de la


?algunos?, como cuantificador, dice tanto ?pocos? sociedad?, ?gracias a la democracia la sociedad se da

(minor?as y, en el l?mite, uno s?lo) como ?muchos? a s?misma su constituci?n?), es un modo muy confu

(mayor?as); salvo que ?algunos? se entienda como so de hablar, por las reflexividades que arrastra. Co

?cualquiera?, seleccionado por sorteo entre un cuer mo hemos dicho, no son las totalidades las que se au

po de ciudadanos que se suponen iguales. Todo esto toorganizan, puesto que toda autoorganizaci?n es un

sugiere que las mayor?as habr?an de interpretarse co resultado, a lo sumo, de la concatenaci?n de las par
mo ?aproximaciones al todo?, como expresi?n (la tes constitutivas. La sociedad pol?tica, como totalidad,

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no es un sujeto capaz de tener una conciencia global lo que ?vean? esas mayor?as en su propia voluntad

autoorganizativa; son, a lo sumo, partes suyas las que podr? tomarse como expresi?n de la voluntad gene

podr?n proponerse como objetivo esa organizaci?n ral. De hecho, en las democracias realmente existen
total. Y entonces, ?por qu? ese objetivo pod?an pro tes se concede muchas veces a las minor?as de exper

pon?rselo mejor las mayor?as que las minor?as? tos la capacidad de juzgar mejor que a las mayor?as

(como ocurre ordinariamente en el terreno del poder


No estamos diciendo, con esp?ritu elitista, que judicial, sin perjuicio de la instituci?n del jurado).
no puedan las mayor?as proponerse como objetivo el

todo, el bien com?n, &c, mejor que las minor?as. Es Pero otras veces, el criterio de las mayor?as,
tamos diciendo que no son nada evidentes las razo como expresi?n del todo, encontrar? su fundamento,
nes por las cuales las mayor?as habr?an de represen por decirlo as?, m?s que en la raz?n en la fuerza: las
tar al ?todo? mejor que las minor?as. Por eso, la de mayor?as (?el pueblo unido?) tiene un poder mayor
bilidad (ideol?gica) de la definici?nde la democracia que las minor?as (?jam?s sera vencido?) y no hace
por la mayor?a es muy notable. ?Y c?mo podr?a no falta decir m?s. Sin embargo, esto no es cierto; mu
serlo si comenzamos por advertir que el concepto chas veces minor?as bien organizadas disponen de un
mismo de mayor?a es oscuro y confuso, y significa, poder de control indiscutible sobre las mayor?as, que
seg?n los par?metros que se tomen, cosas distintas y se ven obligadas, y a veces incluso con aquiescencia

contrapuestas? Ante todo, conviene advertir que la de su voluntad, a plegarse a las directrices que le son

interpretaci?n de la mayor?a como expresi?n del to impuestas. Tan s?lo en el terreno prudencial o prag
do (o de la voluntad general) suele darse como axio m?tico puede cobrar alg?n valor el criterio de la ma
m?tica; sin duda, act?an impl?citamente razones, pe yor fuerza de las mayor?as. Por ejemplo, cuando se
ro estas, cuando se explicitan, resultan ser muy d?bi contempla la necesidad de rectificar el rumbo, una
les, tanto las que parecen tener una intencionalidad mayor?a descontenta o desesperada puede tener m?s
?racional?, como las que tienen una intencionalidad fuerza en su protesta o en su resistencia pasiva, que
?f?sica?. laminor?a responsable obligada a rectificar; mientras
que si la mayor?a fue la que marc? el rumbo, a nadie
A veces, en efecto, parece como si los ide?lo puede hacer responsable, te?ricamente al menos, de
gos de la democracia asumieran el criterio de las ma su fracaso.

yor?as, como expresi?n de la voluntad general, apli


cando el principio ?dos ojos ven mejor que uno?; por Pero, sobre todo, la cuesti?n estriba en que
lo que diez o cien millones de ojos ver?an mejor que cuando se discute si las mayor?as representan al todo
diez o cien ojos: s?lo que este principio es totalmente mejor o peor que las minor?as, no suele quedar de
gratuito, salvo que se d? por supuesto (incurriendo en terminado a qu? mayor?as se refieren los argumentos,
c?rculo vicioso) que ?l act?a ligado al principio: ?la por lo que la cuesti?n podr?a aqu? quedar desplazada
voz del pueblo (de la mayor?a) es la voz de Dios?, o del terreno de la confrontaci?n del criterio mayo
salvo que se presuponga, tambi?n circular y agn?sti r?a/minor?a al terreno de la confrontaci?n de diferen
camente, que puesto que ?no hay nada objetivo que tesmayor?as entre s?.En efecto: ?se trata de una ma
ver? fuera de las voluntades mayoritarias, solamente yor?a aritm?tica simple, o de una minor?a mayoritaria

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(una minor?a que sea lamayor entre todas las restan porque las mayor?as no son un?vocas. Supuesta la dis
tes minor?as)? ?Y por qu?, en una clase estad?stica, tinci?n l?gica entre consenso y acuerdo, comprobare
como lo es un cuerpo electoral con distribuci?n nor mos que hay mayor?as yminor?as, en la l?nea del con

mal, no tomamos como mayor?a la moda o el modo? senso, y que hay mayor?as y minor?as en la l?nea del
?Y por qu?, entre las mayor?as aritm?ticas, ha de pri acuerdo; y, en ocasiones, ocurre que las mayor?as en
vilegiarse la mayor?a ?un medio m?s uno? y no otras desacuerdo mantienen consenso en los resultados.

mayor?as aritm?ticas, tales como ?un medio m?s


dos?, ?un medio m?s tres?, o las mayor?as aritm?ticas Yesto es lo que nos obliga a analizar las
cuantificadas, como puedan serlo las mayor?as abso ?mayor?as democr?ticas? de un modo menos grosero
lutas de tres cuartos, de cuatro quintos, &c? Todas que aquel que se atiene a las distinciones meramente
estas interpretaciones constituyen, desde luego, ex aritm?ticas. Evitando la prolijidad nos limitaremos a

presiones aritm?ticas del cuantificador l?gico ?algu decir que cuando hablamos de todos (o de mayor?as
nos?; pero tan ?algunos? son la minor?a mayoritaria que los representan), o bien nos referimos a totalida
como la mayor?a simple, la mayor?a de dos tercios, des (mayor?as) atributivas, o bien a totalidades distri
como la de tres cuartos; lo que significa que estas de butivas (con las cuales podremos formar ulterior
terminaciones aritm?ticas del cuantificador l?gico mente, por acumulaci?n de elementos, conjuntos
?algunos? que utiliz? Arist?teles, no son propiamen atributivos con un determinado cardinal); y cuando
te determinaciones l?gicas, sin perjuicio de que algu nos referimos a totalidades atributivas, o bien tene
nos autores, siguiendo las huellas de W. Hamilton, mos en cuenta la extensi?n del conjunto de sus par
como Rensch (?Plurality Quantification?, en Journal o
tes, bien la intensi?n o acervo connotativo en cuan
of Symbolic Logic, 27, 1962), pretendan hacer pasar to totalidad o sistema de notas, relacionadas no s?lo
estas determinaciones aritm?ticas o estad?sticas como por alternativas libres, sino ligadas, como ocurre con
si fueran cuantificadores l?gicos. En el cuantificador los alelos de la Gen?tica. De este modo nos veremos

?algunos? (?por lo menos uno?) no cabe distinguir obligados a construir una distinci?n entre dos tipos
minor?as ymayor?as; por lo que si se las distingue, es de mayor?as (o de relaciones mayoritarias) que de
porque, desde un punto de vista l?gico, las mayor?as nominaremos respectivamente consenso y acuerdo
est?n supliendo por ?todos? m?s que por ?algunos?. (aunque estar?amos dispuestos a permutar la termi
La suplencia se reconoce de hecho en el momento en nolog?a). El primer tipo, se constituye a partir de una
el que se interpretan las decisiones de lamayor?a co l?nea de relaciones entre los elementos extensionales
mo decisiones ?asumidas por el todo?, desde el mo del cuerpo electoral
(considerado como totalidad
mento en que las minor?as derrotadas est?n dispues distributiva) y un conjunto de componentes a t?tulo
tas a acatar el resultado mayoritario (aun cuando tu de alternativas opcionales dadas en un ?acervo con
vieran fuerza para resistirlo). El criterio de la mayo notativo?, con el cual aqu?l ha de intersectar, preci
r?a implica, seg?n esto, el consenso y el acuerdo de samente en las operaciones de elecci?n o selecci?n, y
todos {consensus omnium, voluntad general). en esta l?nea de relaci?n definimos el consenso. El

segundo tipo de mayor?as se constituye a partir de


Ahora bien: lo que ocurre es que el consenso una l?nea de relaciones entre las opciones elegidas
y el acuerdo de la mayor?a no se identifican siempre, (del ?acervo connotativo?) y los elementos del euer

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po electoral que las seleccionaron; en esta l?nea de electores {1, 2, 3, 4, 5}, dotado de la regla de lamayo
relaciones definiremos el acuerdo. r?a simple (de donde su n?mero impar, a efectos de
obtener mayor?a aritm?tica, sin necesidad de apelar a
Llamemos consenso democr?tico a la acepta ?voto de calidad?, seg?n el principio: ?en democracia
ci?n de la resoluci?n tomada por una mayor?a
(seg?n los votos no se pesan, se cuentan?), comisionados pa
criterios aritm?ticos oportunos; unanimidad, en el l? ra seleccionar a cinco candidatos-doctrinas {a, b, c, d,
mite) de electores conformes con un candidato u op e}, que forman parte, sin duda, respectivamente, de
ci?n; en general, un contenido k del acervo connota un conjunto m?s amplio, y de un repertorio m?s o
tivo. El consenso, seg?n esto, debe entenderse como menos definido en el acervo connotativo de la espe
una relaci?n de los electores a contenidos k. Llame cialidad de que se trate. Podemos representar en ta
mos acuerdo democr?tico a la condici?n de la resolu blas de doble entrada los contenidos {a, b, c, d, e} en
ci?n sobre los contenidos k en la que lamayor?a (se cabeceras de columna; los electores {1, 2, 3, 4, 5} en

g?n el mismo criterio anterior) de los electores est?n cabeceras de fila; las decisiones, positivas o negativas,
-
conformes entre s?.El acuerdo es una relaci?n de los por los s?mbolos + y (las abstenciones por 0). La
contenidos k y los electores. propiedad m?s importante de esta tabla es no ser si
m?trica. Por ejemplo, el grado de homogeneidad de
Ahora bien: el acuerdo
democr?tico, referi las columnas tiene significado cuando al consenso/di
do al cuerpo electoral, respecto de determinadas op senso de los electores (respecto del t?rmino corres
ciones k, puede ir unido a un consenso (positivo o pondiente); pero este significado no puede ser atri
negativo), ya sea mayoritario, ya sea un?nime; el buido a cualquiera de los grados de homogeneidad
acuerdo es imposible sin consenso. Pero -y cabr?a que podamos apreciar en cada fila, considerada por
llamar a esta situaci?n ?paradoja democr?tica?- el separado. En cierto modo, las cabeceras de columna
consenso puede disociarse del acuerdo: puede haber representan la extensi?n de la clase, y las cabeceras
consenso en mediode una profunda dis-cordia, dia de fila su connotaci?n. Y tiene tambi?n acaso sentido
fonia o des-acuerdo. Dicho de otro modo: las mayo la correspondencia anal?gica que pudiera establecer
r?as que soportan un consenso no implican necesaria se entre el ?conjunto de las cabeceras de fila? y el
mente a las mayor?as necesarias para un acuerdo, y ?conjunto de los somas individuales de una especie?
esta paradoja no resultar? desconocida a quienes ha de Weissman, en cuanto portadores de un ?acervo
yan participado, como vocales o jueces, en los anti gen?tico? que se corresponde con el ?conjunto de las
guos tribunales de oposiciones a c?tedras. cabeceras de columna? de las tablas.

Un tribunal de cinco miembros (E) puede Tomando las tablas como referencias pode
considerarse, en efecto, como un cuerpo electoral en mos definir el consenso en la direcci?n
vertical, por
miniatura que tiene que elegir o seleccionar un ?con el grado de las homolog?as de cuadros marcados de
tenido k? de entre un acervo connotativo C (doctri cada columna y, por tanto, por la relaci?n entre las
nas, t?cnicas, &c.) vinculado con los candidatos que diversas columnas; en cambio, los acuerdos se repre
lo soportan o ?encarnan?. Supongamos, en el caso sentar?n en direcci?n horizontal, por las relaciones
m?s sencillo, un tribunal compuesto de cinco jueces o de homolog?a entre filas distintas (no por las homo

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logias entre los cuadros marcados de cada fila). El mayor?a simple tendremos que concluir un acuerdo
c?mputo del consenso, por el criterio de la mayor?a connotativo: el acuerdo mayoritario de un cuerpo

simple (en el l?mite, unanimidad), es sencillo. La ma electoral sobre la instituci?n mon?rquica no la hace a

yor?a (expresi?n del consenso total) resultar? a partir esta compatible con el principio de igualdad de opor
de las mayor?as de cada columna, de la suma de estas tunidades que se supone figura tambi?n en el sistema.

mayor?as, si ella es mayoritaria (cuando nos referi


mos a cada columna
por separado habr? que hablar Los acuerdos de segundo orden, en cambio,
de conformidad en diversos grados; el consenso apa son aquellos cuyo c?mputo comienza ?reorganizan
recer? como mayor?a simple de las columnas). do? pr?cticamente la tabla o matriz en dos submatri
ces o regiones matriciales dadas precisamente en fun
el c?mputo de acuerdos es m?s dif?cil,
Pero ci?n de la estructura de sus homolog?as, y de forma

porque aqu?, seg?n el mismo criterio, ellos pueden te tal que lo que ahora se compara es el cardinal de
ner alcances muy diversos. La distinci?n m?s impor acuerdos de una regi?n con el de otra; o, dicho de
tante, a efectos de su c?mputo, es la distinci?n entre otro modo, la consistencia de la matriz deducible de
acuerdos (y por tanto, entre el significado de las ma esos acuerdos vendr? dada, no inmediatamente (por
yor?as que les corresponden) de primer orden y la comparaci?n de partes-filas dos a dos), sino me
acuerdos de segundo orden. Acuerdos de primer or diatamente, a trav?s de las regiones previamente es
den (en relaci?n con la tabla de referencia, pero se tablecidas. Y ahora puede ocurrir que una matriz ha

supone que la generalizaci?n es posible) son aquellos ya quedado partida o fracturada en dos submatrices
que se mantienen en la perspectiva global de la tabla, de tres y dos filas, de suerte que los acuerdos sean
como representaci?n de una totalidad ?nica; lo que plenos (totales) en cada una de ellas, s?lo que de sig
equivale a decir que tal totalidad habr? de ser consi no positivo la primera y negativo la segunda. Dire

derada, a efectos del c?mputo, como la resultante de mos ahora que lamatriz total tiene mayor?a de acuer
la comparaci?n directa o inmediata, por v?a de pro dos positivos (tres filas contra dos), pero un tal acuer
ducto l?gico, de cada fila con todas las dem?s, dado do mayoritario de segundo orden estar? en contradic

que descartamos (o no consideramos) la situaci?n de ci?n total con el desacuerdo mayoritario de primer
?acuerdo de una fila consigo misma?, y que conside orden, que arroja una mayor?a de seis desacuerdos
ramos a los acuerdos dos a dos como sim?tricos. En {(1/4),(1/5),(2/4),(2/5),(3/4),(3/5)}contraunamino
este contexto de primer orden, para una matriz cua r?a de un ?nico {(4/5)}. La apariencia, en es
acuerdo
drada de cinco l?neas {1,2, 3, 4, 5}, el n?mero m?ximo te caso, de que la mayor?a m?s significativa es la de
de acuerdos posibles sobre los contenidos {a, b, c, d, segundo orden (?tres contra dos?) se debe a que en
e} ser? el de diez: {(1/2),(1/3),(1/4),(1/5),(2/3),(2/4), este c?mputo hemos reducido la matriz a sus cabece

(2/5), (3/4), (3/5), (4/5)}.Los acuerdos de primeror ras de fila, o, si se prefiere, a la extensionalidad del
den, aunque computados a trav?s de las homolog?as conjunto de los electores, dejando de lado la estructu
de los electores, nos remiten a unas relaciones objeti ra misma del sistema de relaciones entre las filas, sis
vas que tienen que ver con la consistencia del acervo tema que tiene que ver precisamente con la consis
connotativo (el grado m?ximo de consistencia ser?a el tencia o inconsistencia de la matriz. Ilustramos con
de diez); no porque se d? un acuerdo extensional por las siguientes tablas las cuatro situaciones posibles:

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Situaci?n 1: Consenso con acuerdo Situaci?n II: Ni consenso ni acuerdo

E/C E/C

4
5 + + + +

Modelo 1-1 Modelo II-l

E/C a I b I c Id I e E/C

_2_
3 3
4 4
- -
5 5 + + +

Modelo 1-2 Modelo -2

E/C E/C a

|4_
5 il
5 +
-
+

Modelo 1-3 Modelo II-3

Modelo 1-1: Consenso un?nime (de todos los Modelo II-l: No hay consenso (empate en
electores) y pleno (en todos los casos) positivo. cada una y todas las columnas). No hay acuerdo (el
Acuerdo pleno positivo. Modelo 1-2: Consenso un? cuerpo electoral est? fracturado en tres subconjuntos
nime negativo. Acuerdo pleno negativo (?enmienda disyuntos): {1,2}, {3} {4,5}.Modelo II-2:No hay con
a la totalidad?). Modelo 1-3: Consenso mayoritario senso (no hay conformidad en cada columna), no

positivo, acuerdo mayoritario de primer orden: seis hay acuerdo. Modelo II-3: No hay consenso, no hay
acuerdos {(1/2),(1/3), (1/4), (2/3), (2/4), (3/4)} frente acuerdo.

a cuatro desacuerdos {(1/5), (2,5), (3/5), (4/5)}.


Acuerdo mavoritario de segundo orden.

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Situaci?n III: Consenso sin acuerdo ritario y positivo; pero hay desacuerdo mayoritario

(?paradoja democr?tica?) de primer orden: nueve desacuerdos (con m?s de tres


discrepancias): {(1/2),(1/3), (1/4), (1/5), (2/3), (2/4),
E/C (2/5), (3/4), (3/5)} frentea un acuerdom?nimo y no
un?nime (4/5).Hay tambi?ndesacuerdo de segundo
orden. De este modo, una vez terminado el escruti
nio, podremos comparar los votos emitidos por cada
elector (las filas, ahora por separado, que ya no ex
presan directamente acuerdos o desacuerdos) con los
+ + + +
votos obtenidos por cada opci?n (las columnas, que

Modelo III-l expresan el consenso), resultando la paradoja de que


en la mayor?a de las decisiones, la mayor?a de los
E/C electores {1, 2, 3} ha votado con quienes han queda
do en minor?a ante el consenso. Modelo III-3: Hay
consenso mayoritario y pleno de tipo negativo, no
hay acuerdo de primer orden ni de segundo orden.

Situaci?n IV: Acuerdo sin consenso = 0

Modelo III-2

E/C a Concluimos: la definici?n aristot?lica de de


+ mocracia como ?gobierno de todos? es ideol?gica,

porque este ?todo? debe ser traducido a una mayo


r?a, que es, a su vez, concepto que s?lo puede soste
3^
4 nerse doctrinalmente (en cuanto expresi?n del todo)
5
- - + mediante una serie de convenciones que, o bien pi
den el principio, o bien son meramente metaf?sicas; y
Modelo III-3 cuando se intentan traducir al terreno, estrictamente
t?cnico, no siempre son compatibles (mayor?a de
Modelo III-l: Hay consenso mayoritario y consenso, mayor?a de acuerdo). Un consenso demo

positivo (todos los candidatos-doctrinas han sido ele cr?tico, incluso si es sostenible en m?ltiples ciclos, no
gidos por tres votos frente a dos). Hay desacuerdo implica acuerdos o armon?a entre las partes de una
mayoritario de primer orden: seis desacuerdos {(1/3), sociedad pol?tica, porque el consenso puede repro
(1/4), (1/5), (2/3), (2/4), (2/5)} frentea tresacuerdos ducirse, por motivos meramente pragm?ticos, en un
{(3/4),(3/5), (4,5)}. S?lo hay acuerdomayoritariode contexto de profunda discordia pol?tica, que induce a

segundo orden (con fractura de la matriz en dos re sospechar la precariedad de un sistema que estar?a

giones disyuntas). Modelo III-2: Hay consenso mayo fundado m?s en su dependencia de condiciones co

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yunturales de entorno que en su propia coherencia o Disponemos obviamente de muchos crite
fortaleza interna. Otra vez cabr?a comparar el cuerpo rios para clasificar estas ideolog?as democr?ticas; cri
de electores a lo que en la biolog?a de Weissman se terios que obligadamente implican alg?n punto de
llam? el soma, y el acervo connotativo a lo que en es referencia. Por nuestra parte, y a fin de mantenernos
ta misma biolog?a se llam? el germen. en el propio terreno de la ideolog?a y aun de la filo
sof?a democr?tica, tomaremos como referencia cier
tas ideas asociadas a la Gran Revoluci?n, a saber, la
Una clasificaci?n sumaria propia idea ?secular? de sociedad pol?tica, como au
de las ideolog?as democr?ticas toorganizaci?n del pueblo soberano y sus tres princi
pios consabidos: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
La definici?n etimol?gica que Arist?teles Seg?n esto podr?amos clasificar las ideolog?as demo
dio de la democracia, fundada, seg?n hemos sugeri cr?ticas en dos grandes apartados:
do, en la t?cnica de las asambleas antiguas, es, como
?l mismo advirti?insistentemente, muy gen?rica y a) Ideolog?as o visiones ideol?gicas de la de
abstracta y, en realidad, la democracia, como sistema mocracia vinculadas a la idea misma de so

pol?tico, s?lo podr?a determinarse, en sus m?ltiples ciedad pol?tica globalmente considerada.
variantes, a lo largo de todo un proceso hist?rico o,
dicho de otro modo, en la confrontaci?n con otros b) Ideolog?as o visiones ideol?gicas de la de
sistemas pol?ticos alternativos. En nuestro
presente mocracia vinculadas a cada uno de sus

pol?tico (que algunos polit?logos hacen arrancar de ?principios?.


la revoluci?n inglesa de 1688, otros de la revoluci?n
de Virginia de 1776, los m?s de la Gran Revoluci?n
de 1789, y los menos de la constituci?n de Weimar de Visiones ideol?gicas de la
1919) sigue realizada en muy diversas
la democracia democracia vinculadas a la idea
variantes, que de vez en cuando se niegan mutua misma de sociedad pol?tica,
mente el derecho a utilizar tal denominaci?n (como globalmente considerada
vemos en el caso de Cuba y Estados Unidos), sin

perjuicio de lo cual la tendencia dominante y, a nues Nos referiremos, muy esquem?ticamente, a


tro juicio, claramente ideol?gica, es la de considerar las dos concepciones de la democracia que probable
el concepto de democracia como un?voco o monot? mente dominan en la ?filosof?a mundana? del pre

pico, exigiendo que ?nicamente sean considerados sente; dos concepciones que, por otra parte, no se ex
democr?ticos los sistemas homologables con la va cluyen, en modo alguno, entre s?.
riante m?s poderosa en el terreno productivo, co
o militar. Con esto no queremos dar a enten
mercial 1) ?La democracia es la esencia misma de la
der que un concepto de democracia que renuncie a sociedad pol?tica, la forma m?s
la univocidad dejar? por ello de ser ideol?gico, por caracter?stica de su constituci?n: la
que, en cierto modo, cada variante de la democracia democracia es lamisma autoconstituci?n
tiene su ideolog?a y aun su nematolog?a propias. de la sociedad pol?tica.?

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El alcance y significado de esta concepci?n la democracia podr?a denunciarse a partir del an?lisis
s?lo puede establecerse cuando se tiene en cuenta lo de esa ?asamblea pr?stina? o cotidiana de individuos

que ella niega, a saber: que las constituciones no de contratantes; una tal asamblea presupone ya la exis
mocr?ticas puedan considerarse siquiera como socie tencia de esos individuos, de unos electores surgidos
dades pol?ticas no esp?reas, y no, m?s bien, como sis del ?estado de naturaleza?, cuando la realidad antro
temas ef?meros o inconsistentes, o acaso como reli pol?gica es que esos individuos capaces de llevar a

quias de sociedades de primates o simplemente co cabo un ?contrato social democr?tico? son producto
mo perversiones que nos ponen delante de una so ellos mismos de una sociedad
pol?tica previamente
ciedad pol?tica degenerada (en un sentido an?logo a establecida sobre supuestos no democr?ticos. Dicho

aquel en el que San Agust?n dec?a que el Imperio ro de otro modo, la democracia no puede ?autoconsti
mano o, en general, los imperios paganos -Babilo tuirse? como sociedad pol?tica; aparece inmedias res
nia-, no eran propiamente sociedades pol?ticas por en una dial?ctica turbulenta
de reorganizaci?n de

que en ellas no reinaba la justicia). instituciones pol?ticas previas (por ejemplo, las del

?Antiguo R?gimen?) a las cuales ha de enfrentarse


Esta concepci?n de la sociedad pol?tica como violentamente.
?democracia pr?stina? alienta sin duda en las teor?as
del contrato social (en nuestros d?as resucitadas por La actualidad, en ejercicio, de esta concep
Rawls o Fukuyama), que postulan una suerte de ci?n ideol?gica de la democracia, creemos que puede
?asamblea democr?tica original constituyente? de la advertirse en las reivindicaciones que constituyen el

propia sociedad pol?tica, e inspira el modo de enten n?cleo delos programas de ?autodeterminaci?n?
der a las sociedades pol?ticas no democr?ticas como proclamados por cantidad de partidos nacionalistas
situaciones inestables, transitorias y forzadas, que s? asi?ticos, africanos, europeos, algunos de
los cuales
lo encontrar?an su estado de equilibrio definitivo al act?an en la Espa?a posterior a la Constituci?n de

adoptar la forma democr?tica. lo dem?s, estas


Por 1978. Algunos llegan a considerar esta Constituci?n

ideolog?as democr?ticas encuentran su principal pun como viciada en su origen precisamente porque la
to de divisoria en el momento de enfrentarse con la consulta p?blica que la refrend? no se hizo por indi
efectividad de los Estados ?realmente existentes?. En viduos clasificados en ?nacionalidades?, sino por in
funci?n de esta realidad, la ideolog?a democr?tica se dividuos considerados de entrada como espa?oles. Y
decanta hacia el anarquismo, cuando est? dispuesta a como el mismo argumento habr? de aplicarse al caso
considerar (al modo agustiniano) cualquier indicio en el que el refer?ndum se hubiera hecho, pidiendo
estatista como reliquia prehist?rica (incluyendo aqu? el principio, por nacionalidades (Pa?s Vasco, Catalu
la ?prehistoria de la humanidad? de Marx), que impi ?a, Galicia, el Bierzo, Arag?n, &c), la ?nica salida
de la plena organizaci?n democr?tica de la sociedad; te?rica ser?a regresar al ?individuo humano? en ge

y se decanta hacia posiciones no anarquistas cuando neral, tal como lo contempla la Declaraci?n de los

contempla la posibilidad de una plena democratiza Derechos Humanos de 10 de noviembre de 1948 (co
ci?n del Estado en la forma de un Estado de derecho. mo si entre estos derechos humanos figurase el de
autodeterminarse en una nacionalidad m?s que en
El car?cter ideol?gico de esta concepci?n de otra, que es lamateria de la ?declaraci?n de los pue

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blos? de Argel de 4 de julio de 1976 y que est? en ticos. Expresiones tales como ?unidad de todos los
muchos puntos en contradicci?n con la declaraci?n dem?cratas en la no violencia? tienen un alcance
de 1948. Los partidos o coaliciones nacionalistas an?logo al que alcanzar?a una ?unidad de todos los
(tanto el PNV como HB y otros) reivindican en rigor dem?cratas y arist?cratas ante la no violencia?. Esta
su ?derecho a la autodeterminaci?n? como si fuese unidad no se proclama tanto en el plano pol?tico co
un derecho democr?tico pr?stino; por ello una tal rei mo en el plano ?tico o moral, y la prueba es que la
vindicaci?n, cuyo objetivo ideol?gico es crear nuevas proclamada, por los separatistas, ?unidad democr?ti
democracias frente a la supuesta opresora democra ca?, est? calculada para alcanzar la separaci?n pol?ti
cia espa?ola de 1978, se inspira en una concepci?n ca y no la unidad.
claramente ideol?gica (por no decir metaf?sica) de la
democracia, que olvida, por ejemplo, los derechos 2) ?La democracia es el
hist?ricos de los espa?oles no vascos, no catalanes, gobierno del pueblo.?
&c, a formar parte del cuerpo electoral en proceso
de ?autodeterminaci?n?, y confunde la autodetermi Dif?cilmente podr?amos encontrar un con
naci?n con la secesi?n pura y simple. Parad?jicamen cepto m?s metafisico que el concepto de ?pueblo?,
te, la idea de una ?autodeterminaci?n democr?tica? utilizado en el contexto pol?tico de la gran-revolu

constituye el principio del enfrentamiento, muchas ci?n. Era un concepto procedente de la antigua Ro
veces sangriento, en nombre de la democracia, de ma, por cierto muy poco democr?tica (salus populi
unas democracias reales con otras proyectadas o re suprema lex esto), que incorpor? el cristianismo (el
almente existentes. ?pueblo de Dios?) y de ah? pas? al romanticismo
(Volkstum, de Jahn), construido a partir del t?rmino
Lo que no tiene sentido es invocar a la de Volk (que, por cierto, procede del lat?n vulgus) mez
mocracia en general (formal) como a un principio de clado con el concepto moderno de naci?n (como sus
unidad; porque la democracia es siempre democracia titutivo, en la batalla de Valmy, del ?rey? del Anti
material; por ejemplo, la democracia de 1978 es la guo R?gimen: los soldados, en lugar de decir ??Viva
democracia espa?ola, democracia de los espa?oles. el Rey!? gritaron ??Viva la Naci?n!?). En la Consti
Por ello, el hecho de que los partidos separatistas in tuci?n espa?ola de 1978 la expresi?n ?los pueblos?

voquen a la democracia, en t?rminos formales, y a?n se carga a veces con ecos krausistas (la Europa de los
la opongan al fascismo o al terrorismo, no significan pueblos) en una tendencia a trazar con l?nea conti

que est?n manteniendo alg?n acuerdo con la demo nua las fronteras de los pueblos y a redibujar con l?
cracia espa?ola realmente existente; su proyectada nea punteada (hasta tanto se logre borrarla) las fron
democracia no significa uni?n con la democracia real teras entre los ?Estados can?nicos?. Si el concepto

espa?ola, sino precisamente separaci?n de ella, por de pueblo adquiere valores muy distintos y opuestos
lo que la expresi?n ?unidad necesaria entre todos los entre s?, en funci?n de los par?metros que se utilicen
dem?cratas? es ideol?gica; y esa unidad se refiere a (unas veces, el pueblo ser? una naci?n concreta, a la
otros aspectos de la vida social, por ejemplo, a la re que se le supondr? dotada de una cultura propia;
cusaci?n de los m?todos terroristas. Recusaci?n que otras veces el pueblo ser? el conjunto de los trabaja
tambi?n podr?an suscribirla los grupos m?s aristocr? dores, incluso de los proletarios de todo el mundo) se

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comprender? el fundamento de nuestra conclusi?n, un molde de esa misma libertad, entendida como li

que considera a la expresi?n ?democracia como so bertad de elecci?n; como si la elecci?n popular de los
beran?a del pueblo? como meramente ideol?gica. representantes de cada uno de los tres poderes (in
cluida la elecci?n directa del ejecutivo) fuese el princi

pio de la libertad humana en general, entendida preci


Visiones ideol?gicas samente como libertad de elecci?n o libre arbitrio.
de la democracia vinculadas
a los principios de la Gran todo, en el momento
Sobre en el cual la li
Revoluci?n bertad pol?tica, entendida como libertad de (respecto
de lamonarqu?a o respecto de la oligarqu?a) implica
3) ?La democracia es la se inmediatamente una libertad para definible en el
realizaci?n misma propio terreno pol?tico. Pues ello equivaldr?a a dar
de la libertad pol?tica.? por supuesto que las decisiones por las cuales los ciu
dadanos eligen a sus representantes, jueces o ejecuti
Esta tesis est? ya expuesta, en plena ideolo vos, fueran elecciones llevadas a cabo con pleno co

g?a esclavista, con toda claridad, por Arist?teles: ?el nocimiento de sus consecuencias, incluso en el su
fundamento del r?gimen democr?tico es la libertad. puesto de que estas elecciones fuesen llevadas a cabo
En efecto, suele decirse que s?lo en este r?gimen se de acuerdo con su propia voluntad (?llamamos, pues,

participa de libertad, pues esta es, seg?n afirman, el tiran?a -dice Plat?n en El Pol?tico- al arte de gober
fin al que tiende toda la democracia. Una caracter?s nar por la violencia, y pol?tica al de gobernar a los
tica de la libertad es el ser gobernado y gobernar por animales b?pedos que se prestan voluntariamente a
simismo?. (Pol?tica, 1317ab). ello?). Pero la ficci?n ideol?gica que acompa?a, en

general, a los sistemas democr?ticos, estriba en so


Es evidente que si definimos ad hoc la liber brentender que un acto de elecci?n voluntaria es li
tad pol?tica de este modo, el r?gimen democr?tico bre para (por el hecho de estar libre de una coacci?n
encarna la libertad mucho mejor que el mon?rquico violenta), como si la elecci?n, por ser voluntaria, de
o que el aristocr?tico. En f?rmula de Hegel: o bien biese dejar de estar determinada, bien sea por el c?l
uno es libre, o algunos, o todos. Y desde luego, pare culo subjetivo (no pol?tico), bien sea simplemente
ce innegable que la ?libertad democr?tica?, en tanto por la propaganda (eminentemente, en nuestros d?as,
implica una libertad de (respecto del r?gimen aristo por la televisi?n). Pero hay m?s: aun concediendo
cr?tico o del mon?rquico), alcanza un radio de ac que cada uno de los electores, o, por lo menos, su
ci?n mucho m?s amplio que el que conviene a cual gran mayor?a, lleve a cabo una elecci?n personal li
quier otro r?gimen. ?Cu?ndo comienza la visi?n ide bre, de ah? no se seguir?a nada respecto de la compo
ol?gica de la libertad democr?tica? En dos momen sici?n de las voluntades libres; porque la composi
tos distintos principalmente: ci?n de voluntades no da lugar a una voluntad (aun
Ante todo, en el momento en el cual la liber que se la llame ?voluntad general?), como tampoco
tad pol?tica, as? definida, tiende a ser identificada con de la ?composici?n de cerebros?, puede resultar un
la libertad humana en general, y aun a constituirse en cerebro (aunque se le llame ?cerebro colectivo?).

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4) ?La democracia es la realizaci?n te, que la igualdad de los ciudadanos en el momento
de la igualdad pol?tica.? de ser elegidos (como representantes, diputados, y
no digamos jefes de Estado, sobre todo en monar
Por definici?n, la democracia, en esta alter qu?as de sucesi?n hereditaria) es s?lo una ficci?n

nativa, se concibe como un r?gimen en el cual la (como lo es el llamado ?principio de igualdad de


igualdad pol?tica de los ciudadanos (que incluye la oportunidades? que se reduce casi siempre a la crea
igualdad ante la ley o isonom?a) alcanza un grado in ci?n de unas condiciones abstractas de igualdad que
discutiblemente superior al que puede lograr en reg? servir?n para demostrar las desigualdades reales en
menes mon?rquicos o aristocr?ticos. Pero ocurre tre los candidatos) podremos medir hasta qu? punto

aqu? como ocurre con la libertad: la visi?n ideol?gica es ideol?gico hablar del r?gimen democr?tico (en
de la democracia comienza cuando se sobrentiende abstracto) como realizaci?n de la ?igualdad pol?tica?.
que esa alcanzada,
igualdad sin perjuicio de ser en
tendida, adem?s, como igualdad plena y omn?moda, Y no hablamos social, o eco
de la igualdad

quedar? garantizada por la democracia misma. n?mica, o religiosa, o psicol?gica, que muchas veces
es presentada como un simple complemento que de
La igualdad no es propiamente una relaci?n, biera deducirse de una constituci?n democr?tica, por
sino un conjunto de propiedades (simetr?a, transitivi mucho que se denomine a ?sta ?democracia social?.

dad, reflexividad) que puedan atribuirse conjunta El socialismo, o el comunismo, no ha sido siempre
mente a relaciones materiales-k
dadas; en nuestro democr?tico (el leninismo no pretendi? ser democr?
caso, la igualdad pol?tica no es una condici?n origi tico, al menos en su fase de ?dictadura del proleta
naria, fija, atribuible a las relaciones que se estable riado?) y la democracia pol?tica, en cuanto tal, puede
cen entre los elementos de un conjunto de ciudada no ser socialista, puesto que ella es compatible con

nos, sino una condici?n que se adquiere o se pierde una sociedad dividida en profundas diferencias eco
o sociales, con una clase ociosa
seg?n grados no fijados de antemano en un origen n?micas, culturales
m?tico ideal (?todos los hombres nacen iguales?), en reconocida, con ?lites aristocr?ticas, sometidas, sin
la lucha individual y social. La democracia no garan embargo, a los criterios de la democracia pol?tica; es
tiza la igualdad pol?tica, sino, a lo sumo, las condicio perfectamente posible que en una sociedad pol?tica
nes del terreno en el cual esta igualdad puede ser rei organizada como un Estado de derecho y funcionan
vindicada en cada momento. En virtud de su defini do de acuerdo con las m?s escrupulosas reglas demo
ci?n l?gica, la igualdad implica la sustituibilidadde cr?ticas, la mayor?a de sus ciudadanos est? dispuesta
los iguales en sus funciones pol?ticas; por tanto, los a participar simb?licamente en las ceremonias que
una clase ociosa o una clase aristocr?tica les ofrece
grados de la igualdad democr?tica habr?n de medir
se tanto por la posibilidad de elegir representantes en espect?culo como parte de su propia vida (por

para ser gobernado equitativamente por ellos, como ejemplo, el matrimonio ?morgan?tico? de una infan

por la posibilidad de ser elegido (en el l?mite, una de ta). Dicho de otro modo: las reivindicaciones de
mocracia de iguales podr?a reconocer al sorteo de los orientaci?n socialista o comunista que puedan ser
o representantes, como el formuladas no tendr?n por qu? en
ser propuestas
magistrados, ejecutivos
procedimiento m?s id?neo). Siendo, como es eviden nombre de la democracia, sino en nombre del socia

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lismo o del comunismo, en la medida en que ellas no no puede porque si bien cabe hablar,
unlversalizarse,
buscan tanto o solamente la igualdad pol?tica, cuanto por ejemplo, de la ?solidaridad de los trabajadores
la igualdad econ?mica o social, compatible con las frente a sus patronos explotadores?, no tendr?a senti

desigualdades personales m?s acusadas. Una socie do hablar de ?solidaridad de trabajadores y patro
dad democr?tica, en cuanto tal, no tiene por qu? ex nos?, salvo que, a su vez, constituyan un ?bloque his
tirpar de su seno la instituci?n de las loter?as millo t?rico? contra terceros. Ahora bien, la solidaridad,
narias que son, lisa y llanamente, mecanismos de am como virtud ?tica, no puede interpretarse como una

plia aceptaci?n popular puestos en marcha precisa virtud propia de la democracia; y el gobierno que en
mente para conseguir aleatoriamente la desigualdad comienda a la ?tica -y a los profesores de ?tica- la
econ?mica de algunos ciudadanos respecto del pro misi?n de hacer posible la democracia real, es un go
medio. Es cierto que esta desigualdad, as? obtenida, bierno idealista que acaso pretende aliviar la con
no viola formalmente la igualdad pol?tica democr?ti ciencia de su fracaso con la coartada de la ?forma
ca, pero tambi?n es cierto que una sociedad que ad ci?n ?tica? de los ciudadanos.
mite y promueve estas instituciones no podr?a ser lla
mada ?democracia social? o ?socialdemocracia?. La solidaridad democr?tica, como concepto

pol?tico, habr?a de restringirse, por tanto, al terreno


5) ?La democracia es la realizaci?n de la pol?tico, como ?solidaridad de los dem?cratas contra
fraternidad (o de la solidaridad).? terceros?, en sentido pol?tico: oligarcas, grupos de

presi?n pol?tica, &c. Todo lo que exceda este territo


Cabr?a afirmar que el concepto de fraterni rio habr? de ser tenido por ideol?gico.
dad constitutivo de la triada revolucionaria ha ido

paulatinamente sustituy?ndose por el concepto de Como lo excede, en nuestros d?as, en Espa


solidaridad. Acaso esta sustituci?n tenga que ver con ?a, un entendimiento ?tico de la solidaridad que,
la voluntad (que se percibe en las teor?as del positi curiosamente, restituye de hecho este concepto a su
vismo cl?sico, de Comte o de Durkheim) de arrinco alv?olo originario, la fraternidad, al menos si por
nar un concepto (?fraternidad?) ligado a la sociedad fraternidad se entiende, como es costumbre (olvi
patriarcal y recuperado por algunas sociedades se d?ndonos de Ca?n o de R?mulo, los grandes ?fun
cretas, para reemplazarlo por un concepto m?s abs dadores de ciudades?, de Estados), la virtud que tie
tracto y m?s acorde con las sociedades industriales ne que ver con el amor (?abrazo fraternal?), con la
m?s complejas. Lo que no quita oscuridad y confu tolerancia (?reprensi?n fraterna?) y, sobre todo, con
si?n al concepto de solidaridad. Unas veces, en efec la no violencia. De este modo, la contraposici?n en
to, se sobrentiende este concepto como virtud ?tica tre dem?cratas y violentos llega a convertirse casi en

(y entonces, la solidaridad tiene un radio universal un axioma. Pero este axioma, que podr?a entender
que transciende el de las sociedades pol?ticas); otras se como una aplicaci?n concreta del principio de la
veces, como un concepto moral, que se refiere a las fraternidad, es puramente ideol?gico y est? movido
reivindicaciones de un grupo de personas dado (un principalmente (si no nos equivocamos) por los in
grupo de herederos, de asalariados, de compatrio tereses separatistas de los partidos nacionalistas
tas), contra terceros, en cuyo caso, la solidaridad ya vascos que no quieren utilizar los
(principalmente)

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m?todos propios del terrorismo. En efecto, el delito Metaf?sica
pol?tico fundamental contra una sociedad pol?tica de la democracia
constituida, sea democr?tica, sea aristocr?tica, es el

separatismo o el secesionismo; pero como habr?a Las ideolog?as democr?ticas de


las que he
que declarar incursos en este delito pol?tico tanto al
mos hablado podr?an pretender mantenerse (es cier
PNV como a HB,pongamos por caso, puestos que to que a duras penas) en un terreno estrictamente
ambas formaciones son separatistas (y sus dirigentes
pol?tico o, al menos, podr?a intentarse entenderlas
hacen constar p?blicamente que ?no se sienten es
siempre en el ?mbito de las categor?as pol?ticas, e in
pa?oles?), se acudir?, para poner entre par?ntesis
cluso justificarlas en la medida en que colaboran a
esta circunstancia, al criterio de la violencia. Y en
extirpar cualquier brote orientado hacia la restaura
lugar de hablar de dem?cratas (espa?oles, los de la
ci?n de cualquier tipo de ?Estado dual? (como algu
Constituci?n de 1978) y de antidem?cratas (respec no llama a un Estado en el que existen las SS fascis
to de esa democracia constituida) se comenzar? a
tas o laNKVD sovi?ticas). Pero, de hecho, suelen de
hablar de no violentos y de violentos. Con lo cual se
sembocar, de modo m?s o menos soterrado, en una
transforma ideol?gicamente la democracia en una
aut?ntica metaf?sica antropol?gica que transciende
suerte de virtud intemporal, una virtud m?s estra los l?mites de cualquier terreno pol?tico, envolvi?ndo
tosf?rica que pol?tica, porque consiste en practicar
los con una concepci?n tal del hombre y de la histo
el di?logo, la tolerancia omn?moda y la no violencia.
ria que, desde ella, la democracia puede comenzar a
Como si la democracia no tuviese que utilizar conti
aparecer como la verdadera clave del destino del
nuamente la violencia policial o judicial, o incluso hombre y de su historia, como la fuente de todos sus
militar si llegase el caso (?por qu? si no mantener
valores, y como la garant?a de su ?salvaci?n?.
un ej?rcito?) contra sus enemigos, entre ellos los te
rroristas. ?O es que se pretende sobrentender que
s?lo practican la violencia los terroristas, pero no la La democracia metaf?sica ser? entendida, an
te todo, como la fuente de la ?tica, de la moral, de la
polic?a, la ertzainza, los jueces que condenan a cien
tos de a?os de prisi?n a los terroristas? Acudir a la sabidur?a pr?ctica, de la verdad humana, del sentido

contra es la de la vida y del fin de la historia humana. Se hablar?


regla: ?La intolerancia la intolerancia
de la democracia como si desde ella pudieran ser
tolerancia?, no suprime la intolerancia como m?to
do (aun cuando la tolerancia sea su objetivo); por comprendidos, controlados, superados, cualquier otro
otra parte, semejante regla, tambi?n ser?a asumida g?nero de impulsos, ritmos, intereses, que act?an en
las sociedades y en la historia humanas. La visi?n se
de inmediatopor los terroristas (que se consideran
violentados por las ?tropas de ocupaci?n espa?o
cular que Hegel atribuy?, en su Fenomenolog?a del
en todo esa no es sino una de esp?ritu, a la ?autoconciencia? como fin y objetivo de
las?). Y, caso, ?regla?
las combinaciones dadas en un sistema la evoluci?n humana (tantae molis erat se ipsam cog
algebraicas
estas otras tres: ?la intolerancia de la noscere mentem) se desplazar? hacia la democracia:
que contiene
tolerancia es la intolerancia?; ?la tolerancia de la in la ?autodeterminaci?n? democr?tica de la humani
tolerancia es la intolerancia? dad ser? el fin de la historia. Koj?ve se
y ?la tolerancia de la y Fukuyama
tolerancia es la tolerancia?. han atrevido a decirlo p?blicamente.

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Desde una metaf?sica semejante se com cos (como el fascismo o el comunismo) cuyos miem
prende bien que muchas personas, al proclamarse bros han podido llegar a creer mayoritariamente que
?dem?cratas?, parezcan sentirse ?salvadas?, ?justifi estaban colaborando a traer al mundo al ?hombre

cadas?, ?elegidas? -y no s?lo en unas elecciones par nuevo? (si es que no cre?an haberlo tra?do ya).
lamentarias-. Ser dem?crata significar? para esas

personas algo similar a lo que significa para los Y, en cualquier caso, habr? siempre que anali
miembros de algunas sectas religiosas formar parte za hasta qu? punto una sociedad pol?tica que basa la
de su grupo, y, a su trav?s, estar tocados de la gracia ?autoconciencia? de su fortaleza en la estructura de
santificante (algo similar a lo que les ocurre a mu mocr?tica de sus instituciones, no est? siendo v?ctima
chos de los que confiesan ?ser de izquierdas de toda de un espejismo ideol?gico, porque acaso la fortaleza
la vida?, sobrentendi?ndose salvados antes por su fe del sistema deriva de estructuras materiales
que tienen
que por sus obras). Es cierto que ning?n dem?crata que ver muy poco con la democracia formal. Por ejem
(ni aun el m?s metafisico) podr? considerarse secta plo, ?puede asegurarse que la fortaleza de una naci?n
rio, aunque experimente sentimientos de exaltaci?n organizada como democracia coronada se asiente an
plena similares a los del sectario, porque una demo tes en su condici?n democr?tica (adornada ?acciden
cracia es todo lo contrario de una secta: es, por esen talmente? por un revestimiento mon?rquico) que en la
cia, p?blica. Pero tambi?n hay religiones p?blicas propia corona y en la historia que ella representa? Qj
(como el cristianismo) o movimientos pol?ticos p?bli

ES

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