Nulidad de Ventas
Nulidad de Ventas
Nulidad de Ventas
EN SU NOMBRE
PODER JUDICIAL
TRIBUNAL SUPERIOR
203º y 155º
ASUNTO: GP31-R-2013-000024
SENTENCIA: DEFINITIVA
RESOLUCION: Nº 2014-000021
Conoce este Juzgado Superior el recurso de apelación (f.3, pieza II) interpuesto por la
abogada Miriam Guevara Ramírez, apoderada judicial del ciudadano José Luís
Acevedo Martínez, interpuesta en el expediente Nº GP31-V-2012-000075, impugnando
la sentencia definitiva del 14 de agosto de 2013, dictada por el Tribunal Segundo de
Primera Instancia de este Circuito Judicial, donde se declaro Sin Lugar la demanda de
Nulidad de Contrato de Compra Venta por Lesión a la Legítima, intentada por la
recurrente contra los ciudadanos Héctor Enrique Acevedo Ferrer y Ludy Ferrer de
Acevedo.-
En fecha 21 de octubre de 2013 (f. 08, pieza II), la Secretaria Judicial del Despacho da
cuenta al Juez Superior del recibo de dicho expediente Nº GP31-V-2012-000075,
proveniente del mencionado Tribunal, dictándose en esa fecha auto en el cual se le dio
entrada al mismo, asignándosele la nomenclatura Nº GP31-R-2014-000024; fijándose en
esa misma fecha la oportunidad para la presentación de los informes
correspondientes, conforme lo estipulado en el artículo 517 del Código de
Procedimiento Civil.
A los folios 10 al 17, y, 20 al 42, pieza II, constan sendos escritos de informes
presentados por las partes.
En fecha 19 de diciembre de 2013 (f.44, pieza II), el Tribunal fija el lapso de sesenta (60)
días continuos para sentenciar, conforme al artículo 521 ejusdem; lapso este que en su
último día se difiere el pronunciamiento de la misma por treinta (30) días continuos
(f.45, pieza II) y conforme al artículo 251 ibidem. Ahora bien, transcurridos estos
últimos, íntegramente, estando dentro del lapso para dictar la presente decisión, este
Tribunal lo hace conforme a las siguientes consideraciones:
-I-
SINTESIS CONTROVERSIAL
I.1.- Este Tribunal Superior considera que, de los escritos de informes presentados por
las partes a los folios 10 al 17, y, 20 al 42, pieza II; se desprenden los argumentos de las
partes en los que estriba la defensa y motivación de sus derechos; lo que constituye el
único objeto de análisis y decisión en el presente asunto, sintetizados así:
I.1.1.- Recuenta su propio libelo y, hace énfasis repetitiva en las alegaciones analizadas
y decididas en la recurrida.
I.1.2.- Ratifica que la venta de marras es nula de toda nulidad, por que ese acto de
disposición violó la legítima.
I.1.3.- Que dicho bien inmueble integra el acervo hereditario de su padre Héctor Luís
Acevedo; siendo por ello declarado como herencia ante el SENIAT.
I.1.4.- Que el contrato de venta que se pide sea declarado nulo, no cumple con los
requisitos esenciales al vender el ciudadano Héctor Luís Acevedo el inmueble sin que
su hijo José Luís Acevedo Martínez, como potencial coheredero a futuro, haya
expresado su consentimiento para tal acto de enajenación y, que sin su consentimiento
no se podía efectuar validamente dicha venta.
Alegaciones de la parte demandada del juicio principal (f.10 al 17, pieza II):
I.1.2.2.- Que la ciudadana Ludy Ferrer de Acevedo, al ser cónyuge de Héctor Luís
Acevedo para la fecha del 29 de agosto de 1986, fecha en la que suscribió éste con el
INAVI, el documento autenticado de venta del inmueble en disputa, el inmueble
formaba parte del patrimonio de ambos, por lo que era necesario su consentimiento
para venderlo.
I.1.2.3.- Que no hubo lesión a la legítima puesto que el causante Héctor Luís Acevedo
nunca testó a favor de nadie.
I.1.2.5.- Que el inmueble de marras no pudo haberse declarado como herencia, ante el
SENIAT, porque no fue dejado por el ciudadano Héctor Luís Acevedo, como tal.
I.2.- Mediante sentencia definitiva dictada en fecha 14 de agosto de 2013, dictada por el
Tribunal Segundo de Primera Instancia de este Circuito Judicial, en el expediente Nº
GP31-V-2012-000075, se declaro Sin Lugar la demanda de Nulidad de Contrato de
Compra Venta por Lesión a la Legítima, intentada por la recurrente contra los
ciudadanos Héctor Enrique Acevedo Ferre y Ludy Ferrer de Acevedo (f.238 al 258,
pieza I) señalando entre otras cosas lo siguiente:
“(…)(…)
III
Del estudio de las actas procesales que conforman el expediente, se evidencia que la
acción instaurada es por Nulidad de Venta por haberse lesionado la legítima del
demandante.
…OMISSIS…
…OMISSIS…
Los artículos descritos nos indican, que la existencia del contrato se complementa con
el consentimiento válido de voluntad de las partes contratantes, es decir, resulta
necesario que la manifestación de voluntad otorgada por el vendedor y el comprador,
se encuentre exenta de vicios, como lo son: el error, el dolo y la violencia. Siendo ello
así, correspondía lógicamente a la parte demandante demostrar la existencia de un
vicio que afectase de nulidad el contrato de compra-venta suscrito ante el funcionario
competente para dar fe pública de esa negociación, por cuanto, dicho contrato goza de
una presunción de legalidad salvo prueba en contrario.
Las pruebas traídas a los autos por la parte actora, no prueban que haya habido
incapacidad de las partes contratantes en la celebración del contrato de compra venta
que se pretende anular, tampoco ha probado que haya existido un vicio en el
consentimiento de los otorgantes del documento; quienes son los únicos que deben
manifestar su consentimiento libre de dolo, error o violencia. Así se decide.
…OMISSIS…
Lo que interesa es que el actor no indicó, ni probó, cual era el negocio aparente y cual
era el negocio cierto, por lo que, no resulta evidente, ni probado el desacuerdo entre la
voluntad real y la voluntad declarada, no fue probado cual era la verdadera intención
del negocio.
La parte demandada, alegó y probó, de la documentación traída por ella a los autos,
antes valorada, que el ciudadano JOSE LUIS ACEVEDO otorgó un documento de venta
de un inmueble, que no fue tachado de falso por el actor, que en la celebración de ese
documento estuvo asimismo autorizado por su cónyuge ciudadana LUDY FERRER de
ACEVEDO, que en la venta se pagó el precio de DIEZ MIL BOLÍVARES (Bs. 10.000,oo),
que fueron recibidos conforme por el vendedor, tal como se desprende del mismo
documento de venta.
Todos los razonamientos esgrimidos conducen a concluir que en el caso bajo análisis
la venta celebrada entre los ciudadanos HECTOR LUIS ACEVEDO y LUDY FERRER DE
ACEVEDO y el ciudadano HECTOR ENRIQUE ACEVEDO FERRER no contenía un vicio en
el precio fijado y pagado. Así se decide.
De las actas y demás recaudos que conforman el presente expediente, esta juzgadora
puede apreciar que la parte interesada nada trajo a los autos para corroborar este
alegato. Siendo que la persona interesada en hacer valer alguna acción, se encuentra
en la obligación de demostrarlo, cuestión que no se perfeccionó, pues no pudo el
ciudadano JOSE LUIS ACEVEDO MARTINEZ demostrar sus dichos al respecto, se
desestima sus alegatos esgrimidos en este punto. Así se decide.
TERCERO:
Indica el actor como un vicio del documento de venta, que fue registrado
posteriormente a la muerte del vendedor.
Considera quien aquí decide que no es contrario a la ley que el documento notariado
en fecha seis (6) de febrero de 2006, por ante la Notaría Pública Segunda de Puerto
Cabello, Nº 82, Tomo 07 de los Libros de Autenticaciones llevados por esa Notaría, haya
sido posteriormente protocolizado en la Oficina del Registro Público del Municipio
Puerto Cabello, anotado bajo el Nº 2011.1324, asiento registral 1 del inmueble
matriculado con el Nº 310.7.6.1.434 correspondiente al Folio Real del año 2011, luego
de la muerte del ciudadano JOSE LUIS ACEVEDO.
El contrato de compra venta se efectuó válidamente, al momento del otorgamiento del
documento ante la Notaría, la muerte de dicho ciudadano, no invalida el documento
notariado, que sigue teniendo validez, y se refuerza la misma al haber sido
protocolizado.
…OMISSIS…
…OMISSIS…
La legítima es una figura que se deriva únicamente en las sucesiones en las cuales se
apertura una sucesión testamentaria, es de concluir entonces que la legítima nunca
existió, porque no se realizó testamento alguno.
…OMISSIS…
Visto los conceptos transcritos ut-supra, reitera esta Sentenciadora que para que haya
legítima, obligatoriamente debe haber testamento. Y es así como al no existir dicho
testamento en esta causa, por ende la fundamentación de la acción interpuesta fue
absolutamente desacertada, por que está dirigida a producir un efecto imposible de
realización, es decir, producir la nulidad de un documento que afecta una legítima que
nunca existió. Y así se decide.
Hace notar esta Juzgadora que la acción de nulidad tal como fue propuesta, confunde
la cualidad activa con el derecho subjetivo invocado en el ejercicio de la acción, y
siendo el derecho subjetivo invocado como fundamento de la acción (por ser hijo del
de-cujus), y cuya tutela se solicita en juicio, el efecto jurídico de una norma abstracta
que se concreta mediante la realización de un hecho jurídico (que en este caso nunca
se realizó el testamento), dio como resultado que el contenido jurídico fue diferente a
lo expuesto en el libelo, y en este caso no puede la actora pretender derivar de ella un
efecto jurídico que le favorezca. Así se decide.
QUINTO:
De la revisión de los hechos alegados y de las pruebas traídas a los autos por las partes,
así como del análisis de la legislación, doctrina y jurisprudencias que sustentan la
motivación de esta sentencia, se concluye necesariamente en que ni el contrato de
compra venta celebrado entre JOSE LUIS ACEVEDO y LUDY FERRER DE ACEVEDO y
HECTOR ENRIQUE ACEVEDO FERRER, ni el documento que contiene la misma son
nulos, por lo cual debe necesariamente declararse sin lugar la demanda. Así se decide.
I.3.1- Que la acción instaurada es por Nulidad de Venta por haberse lesionado la
legítima del demandante
I.3.2.- Que no hay prueba en autos de que haya habido incapacidad de las partes
contratantes, ni vicio en el consentimiento; ya que el inmueble para el momento de la
venta cuya nulidad se pide, formaba parte del patrimonio de los vendedores Héctor
Luís Acevedo y Ludy Ferrer de Acevedo.
I.3.3.- Que el actor no indicó, ni probó, cual era el negocio aparente y cual era el
negocio cierto; no resultando evidente ni probado el desacuerdo entre la voluntad real
y la declarada, ni la verdadera intención del negocio. En el mismo tenor establece la a
quo que el documento de marras tampoco fue tachado de falso por el actor; que el
vendedor estuvo autorizado por su cónyuge; que en la venta se pago el precio de Bs.
10.000,00, que fueron recibidos conforme por el vendedor como se desprende del
propio contrato; razonamientos estos que le conducen a concluir que en el caso bajo
análisis la venta celebrada no contenía vicio en el precio fijado y pagado.
I.3.4.- Establece que la Ley no prohíbe que una compra venta pueda celebrarse por
ante una Notaría Pública, ni considerarse invalido por ello; ni que el documento
notariado pueda posteriormente registrarse. A tal efecto invoca las normas contenidas
en la Ley de Registro Público y del Notariado, artículos 43 y 74.
I.3.5.- Que la legítima es una figura que se deriva únicamente de las sucesiones
testamentarias y, que en el caso en concreto la legítima nunca existió porque no se
realizó testamento alguno.
I.4.- Se dejan concretamente determinados así, los límites del presente asunto; los
cuales corresponde analizar y decidir a este Tribunal Superior para cumplir su misión
jurisdiccional, en la presente apelación.
-II-
II.1.- Confiesa quien juzga una incertidumbre, creada en virtud de algunas defensas y
argumentaciones expuestas, incluso, desde los inicios de la presente querella a través
de la demanda, como en las últimas actuaciones reflejadas en las actas que conforman
el expediente.
De allí, la primera premisa que hay que acotar: Los causahabientes heredan bienes y
deudas, existentes, actuales, activo y pasivo, que existen al momento de la muerte de
su causante; salvo la repudiación o renuncia. Por lo que sería muy difícil entender una
materialización de una potencial vocación hereditaria SI NO HAY BIENES QUE
HEREDAR.
En el análisis de las normas legales enunciadas, las que regulan de manera general las
prohibiciones, limitaciones e incapacidades, para comprar o vender en nuestro País;
de manera alguna se infiere una prohibición, limitación o incapacidad, que recayera
sobre a quien en vida se le llamara Héctor Luís Acevedo y/o su hijo Héctor Enrique
Acevedo Ferrer que pudiera afectar el contrato de compra venta celebrado por ellos
ante la Notaría Pública Segunda de Puerto Cabello en fecha 06 de febrero de 2006,
declarado autenticado por la Notaria Pública actuante en hoja de seguridad Nº A
24942, dejándolo anotado bajo el Nº 82, tomo 07 de los libros de autenticaciones
llevados por esa Notaria; protocolado posteriormente por ante el Registro Público del
Municipio Puerto Cabello en fecha 20 de septiembre de 2011, quedando inscrito bajo el
Nº 2011.1324, Asiento Registral 1 del Inmueble matriculado con el Nº 310.7.6.1.434, y
correspondiente al Libro de Folio Real del año 2011.
Del mismo modo, tal como bien lo hiciera la a quo al determinar en la primera
instancia con criterios y argumentaciones que acoge plenamente este Tribunal
Superior, que la compra venta pactada cuya nulidad se pide cubre los elementos
esenciales del contrato; a saber: 1.- Por cuanto existe un consentimiento válido de las
partes contratantes, por inferirse de autos que la manifestación de voluntad que
permite el otorgamiento del contrato de marras, tanto del comprador como del
vendedor, esta exenta de vicios que hagan nula la venta; presunción de legitimidad y
validez que deviene ▬ según este Juzgador ▬ del cumplimiento de las formalidades
registrales de ley en el contrato de marras, que no fue desvirtuada por la parte
accionante al no demostrar en el procedimiento de primer grado, ni en esta segunda
instancia, que hubo error, dolo o violencia, en la formación del contrato que se pide
sea declarada su nulidad absoluta. 2.- Que no hubo incapacidad, limitación o
inhabilidad, de las partes para contratar, tal como se analizo en el inmediato anterior
párrafo. 3.- Que la parte demandante de ninguna manera trajo ante esta instancia
prueba alguna, de donde se infiriera vicios en el consentimiento o incapacidad de las
partes para contratar; silencio en que también incurrió el actor en la primera
instancia, declarada tal situación suficientemente por la Jueza que suscribe la
recurrida, que acoge este Tribunal.
II.3.- En segundo lugar, se hace necesario analizar y aclarar sobre otro supuesto
alegado por la parte actora, del cual hace depender su petitorio de nulidad y; el cual no
es más que el que se refiere a los derechos sucesorales ▬ reales y futuros ▬ que
pretende abrogarse el demandante en función de la filiación que alega y es admitida
en relación al vendedor del inmueble en disputa, y su derecho sobre la cosa vendida.
Resulta clara, admitida y por ende fuera de controversia, la relación de parentesco del
ciudadano Héctor Luís Acevedo (difunto) y sus hijos José Luís Acevedo Martínez y
Héctor Enrique Acevedo Ferrer, concebidos en distintas nupcias. De dicho parentesco
por consanguinidad, se desprendían potencialmente todos los derechos sucesorales, no
solo del padre con relación a sus descendientes, sino también de parte de los
descendientes en relación a su padre o ascendiente. Pero, la verificación de esos
derechos sucesorales (activo-pasivo) dependía siempre de dos supuestos concurrentes:
la sobre vivencia de uno con respecto al otro y; la existencia de bienes patrimoniales
en disposición del de cujus, que como activo no superara al pasivo, dejando a salvo la
alternativa legal de la repudiación o renuncia.
Ciertamente, para ese 25 de mayo de 1966 presentaba Héctor Luís Acevedo un estado
civil viudo; por haber contraído nupcias el 19 de diciembre de 1964 con quien en vida
llamaran Luisa Elena Martínez de Acevedo, ocurriendo su deceso el 08 de enero de
1966; siendo que de esa unión se procreo un hijo que nació el 06 de enero de 1966, de
nombre José Luís Acevedo Martínez, el demandante de autos. Todas estas filiaciones se
comprobaron en la primera instancia mediante partidas de nacimiento, matrimonio y
defunción; pruebas estas de las cuales se reproduce su pleno valor probatorio, al
tratarse de documentos públicos. (f. 19 al 25)
Esa venta pactada entre Héctor Luís Acevedo (padre-difunto) y su hijo Héctor Enrique
Acevedo Ferrer, efectuada en fecha 06 de febrero de 2006 mediante documento
notariado (Notaria Pública Segunda de Puerto Cabello, anotado bajo el Nº 82, tomo 07
de los libros de autenticaciones) y, protocolada posteriormente por ante el Registro
Público del Municipio Puerto Cabello en fecha 20 de septiembre de 2011 (inscrito bajo
el Nº 2011.1324, Asiento Registral 1 del Inmueble matriculado con el Nº 310.7.6.1.434, y
correspondiente al Libro de Folio Real del año 2011), la hizo el desaparecido
físicamente Héctor Luís Acevedo, sin tener limitación o prohibición legal alguna al
respecto, ni por su condición de padre del comprador ni por su condición de padre del
demandante; no pudiendo él ser obligado, como tampoco ningún padre o madre
propietario(a) a no vender por un supuesto y potencial derecho hereditario. Dicho de
otro modo, estaba perfectamente autorizado el vendedor de marras, para pactar la
compraventa efectuada; de lo cual se establece que en la presente venta ▬ también
hubo además de consentimiento, objeto y causa, válidas ▬ legitimación del vendedor,
al evidenciarse que el bien inmueble que vendió estaba dentro de la esfera de su
derecho a disponer de el Y; ASI SE DECIDE.-
En función de lo inmediato supra, debe concluirse que, para el momento del deceso de
Héctor Luís Acevedo el 15 de agosto de 2011, habían transcurrido cinco (5) años seis (6)
meses y nueve (9) días aproximadamente ▬ como bien lo plantea la parte demandada
en sus informes ▬, en que ya el bien había dejado de pertenecer a la esfera de
propiedad del mencionado vendedor y en consecuencia de su poder de disposición,
por lo que nunca podría considerarse dicho bien como formando parte del acervo
hereditario del padre del demandante, Héctor Luís Acevedo, susceptible de ser objeto
como para heredar la cuota parte que dice corresponderle del bien inmueble vendido;
lo que hace bajo esta óptica, improcedente la demanda de nulidad de compra venta
demandada Y; ASI SE DECIDE.-
IV
Se explica: La legítima, tal como concepto que se infiere del artículo 883 del Código
Civil Venezolano vigente, es la cuota de la herencia que se debe en propiedad a los
descendientes, a los ascendientes y al cónyuge sobreviviente que no esté separado
legalmente de bienes. De la norma en comento se trasluce, que nuestro derecho
hereditario protege con esta figura a los herederos hábiles y determinados
(descendientes, ascendientes y cónyuge sobreviviente no separado de bienes) en dicha
norma; imponiendo restricciones a las facultades de aquél que quiera disponer de sus
bienes mediante testamento, y proscribiendo el desheredamiento; dejando a salvo la
indignidad para suceder. Pero también se impone esta figura de la legítima, para
impedir que el causante en vida, haya cometido liberalidades excesivas por actos entre
vivos, sobre los bienes que forman parte del acervo hereditario; pero en este último
caso, la acción judicial para remediarlo, una vez abierta la sucesión, es la acción de
simulación para impugnar los actos de su causante que sean lesivos de la legítima que
le corresponde, y siempre que estos actos sean gratuitos con la apariencia de negocios
onerosos.
DISPOSITIVA
Por todo lo antes expuesto, este Tribunal Superior del Circuito Judicial Civil, Mercantil
y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, Extensión Puerto
Cabello, Administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y
por Autoridad de la Ley Declara:
Líbrese Oficio al Juzgado “a-quo” informándole sobre las resultas del presente fallo.
Regístrese, publíquese, anótese en los libros respectivos y déjese copia para el copiador
de sentencias.
Dada, firmada y sellada en la Sala de este Despacho Superior del Circuito Judicial Civil
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, a los Siete
(07) días del mes de Abril de Dos Mil Catorce (2014). Años 204º de la Independencia y
155º de la Federación.
El Juez Superior Provisorio
La Secretaria