El Adulto en Situación de Aprendizaje
El Adulto en Situación de Aprendizaje
El Adulto en Situación de Aprendizaje
ABIERTA
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN
Y POSTGRADO
Asignación 1
Maracay, 05/11/2022
EL ADULTO EN SITUACIÓN DE APRENDIZAJE
Es, por lo tanto, que el presente artículo precisa lo que para la Andragogía es un adulto y
sus características en situación de aprendizaje basado en los planteamientos de los autores
sugeridos por la Universidad Nacional Abierta. Asimismo, se desarrolla un resumen analítico-
reflexivo sobre la motivación del adulto que aprende y sus implicaciones en su aprendizaje,
aportando ideas y sugerencias claves para el proceso formativo del estudiante adulto.
En tal sentido, basándose en los argumentos de las lecturas sobre el aprendizaje del adulto,
se deducen las siguientes implicaciones que apoyan y analizan el proceso formativo del adulto
brindado por las instituciones con el nuevo modelo educativo Andragógico, con fines de
profesionalizar al participante adulto, el cual debe tener una enseñanza distinta a la ya conocida
desde la infancia y juventud; pues el adulto en su proceso de crecimiento, ya acumula muchas
experiencias que se vuelven un recurso clave para el aprendizaje, y al cual, le atribuyen más
significados por la forma de aprendizaje basado en la puesta en práctica de los conocimientos
obtenidos.
Ante esta perspectiva, las personas adultas sienten la necesidad de autorrealización, de
seguir preparándose, llegando a estar dispuestas a obtener conocimientos a través de la
experiencia con el objeto de enfrentarse más satisfactoriamente a las tareas y problemas de la
vida diaria. Es por ello, que el docente de adultos tiene la responsabilidad de crear las
condiciones y proporcionar herramientas y procedimientos para ayudar a los participantes a que
descubran sus intereses y motivaciones, con programas de aprendizaje (contenidos) organizados
y basados en situaciones de la vida y de acuerdo con la disposición de los estudiantes para
aprender.
Sin embargo, como la educación en su proceso evolutivo se ha adaptado a los cambios de la
sociedad, promoviendo nuevas formas de enseñar y de aprender a través del uso de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación, muchos adultos en situación de aprendizaje por
miedo a abrirse a nuevas experiencias y porque no conocen como es su proceso, se resisten a ello.
Es allí, donde entra la Andragogía, que con sus principios y fundamentos permite la motivación
del adulto participante, siendo el docente facilitador el encargado de generar esa motivación de
mantenimiento de los intereses iniciales del adulto por aprender y realizarse en el ámbito personal
y profesional.
Pues, el adulto para emprender un camino de formación debe tener la madurez plena de su
desarrollo, y contar con la motivación necesaria para lograr sus metas, siendo una de las
principales características que el adulto participante debe poseer.
Todo en el mundo presenta constantes cambios y estos se presentan de manera acelerada,
por lo que la persona no puede estar aislado de los mismos ya que de ellos depende su
planificación a su futura vida, sus aspiraciones, responsabilidades y sobre todo los ingresos que
obtendrá los cuales deben de ser lo suficientes para solventar sus necesidades, siendo este uno de
los motivantes por los cuales el individuo desea adquirir más conocimientos que le permitan estar
en el punto de equilibrio social que requiere a personas cada vez más capacitadas y con mayor
conocimiento.
De allí pues, que el proceso formativo del adulto se fundamenta en la Andragogía como
disciplina educativa, la cual se encuentra sujeta a la motivación del adulto que aprende, y que es
definida como la ciencia y el arte de instruir y educar permanentemente al hombre en cualquier
período de su desarrollo psicológico en función de su vida cultural, ergológica y social. (UNESR.
1984; 18). Esto permite deducir que al adulto se le debe brindar una nueva forma de aprendizaje,
de acuerdo con las características que presente. Y es precisamente esto lo que ofrece la
Andragogía, el cambio de una educación tradicional donde el docente es quien enseña al
aprendiz, por una educación donde el estudiante a través de sus conocimientos y con el
acompañamiento de un docente facilitador le permita la construcción de su propio aprendizaje.
A partir de estos planteamientos, podemos establecer que el adulto que aprende lo hace
porque quiere aprender, siendo una decisión personal, lo cual supone que el adulto obtenga las
siguientes características señaladas por Castro P. (2017) en su artículo “El Adulto y su
aprendizaje” y que se toma como referencia para explicar este punto, pues el establece que el
adulto: participa activamente en su proceso como principal agente de su formación, cuenta con
los recursos para su desarrollo profesional, posee iniciativa para su desarrollo personal y
profesional, tiene la capacidad de lograr sus propios objetivos, posee una actitud ante los retos y
necesita de asistencia dirigida en su proceso de aprendizaje. Estas características le permitirán al
adulto participante adquirir a través de su proceso intrapersonal e interpersonal otros aspectos
básicos de su formación, como motivación, aspiraciones, seguridad en sí mismo, curiosidad y
vulnerabilidad, que contribuirán con el desarrollo de sus potencialidades.
En otras palabras, las características del adulto que aprende le permitirán tener la capacidad
de crear, de comunicar, de ayudar, de vencer sus temores, afrontar situaciones, cambiar su
comportamiento, e identificar sus aspiraciones personales y profesionales. (Castro 2017 p.12).
Todo esto basado en una educación a la medida, donde el docente crea espacios y organiza
situaciones de aprendizaje basados en los estilos y emociones del adulto, pues se espera que el
adulto participante proponga la forma en la que quiere aprender combinando los estilos de
enseñar del docente y el estilo de aprendizaje del adulto, a través del aprendizaje autodirigido
donde se involucran las tecnologías de la información y la comunicación.
Este proceso formativo del adulto que aprende supone un reto, le crea inconvenientes y
genera más responsabilidades, ya que se enfrenta a un programa de educación basado en una
enseñanza abierta y a distancia haciendo uso de las tecnologías, donde el aprendizaje es
autodirigido, entendiéndose por este según lo establecido por Knowles (1975) como el proceso
donde el estudiante es quien identifica sus necesidades y habilidades, se establece metas y busca
sus recursos, además selecciona sus estrategias y evalúa sus alcances. (p. 18). Puesto que es un
modo de enseñanza nueva que para muchos de los que no estén familiarizados se les complicara
sino cuentan con la asesoría adecuada.
En conclusión, el adulto en situación de aprendizaje debe tener un guía que lo oriente, que
lo motive a continuar en los avances de su formación educativa, que le permita ser creador e
innovador de su propio aprendizaje, en una enseñanza basada en características de la edad, según
los fundamentos de la Andragogía. Por lo cual, considero que este tipo de enseñanza a pesar de
que es nueva para muchos es viable en cuanto a métodos y contenidos básicos para la formación
personal y profesional del adulto en situación de aprendizaje.
REFERENCIAS
Dr. Andersen, Erika (2017). Aprender a Aprender. Material de apoyo con fines instruccionales.
Universidad Nacional Abierta. Rectorado Dirección de Investigación y Postgrado. Curso de
Iniciación.
Dr. Capitillo Silva, José (2017). El Adulto y sus características en situación de Aprendizaje.
Material de apoyo con fines instruccionales. Universidad Nacional Abierta. Rectorado
Dirección de Investigación y Postgrado. Curso de Iniciación.
Dr. Castro Pereira, Manuel (2017). El Adulto y su Aprendizaje. Material de apoyo con fines
instruccionales. Universidad Nacional Abierta. Rectorado Dirección de Investigación y
Postgrado. Curso de Iniciación.