"Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis" - Fragmento
"Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis" - Fragmento
"Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis" - Fragmento
“…la importancia que Lacan proponga que el un elemento sea el 1 (que los palotes del
hueso, cada uno, sea 1);
lo que caracteriza al orden simbólico es el 1 (ese un del retorno de lo reprimido), no la
letra o la palabra”
(dos fragmentos tomados de estas clases)
¿qué mueve? ¿qué es lo que mueve, qué es lo que está en posición de generar
movimiento? (…)
“...basta haber analizado niños, para conocer ese elemento que confiere peso clínico a
cada uno de los casos con que tratamos. Ese elemento es la pulsión.”
Jacques Lacan.
1
Por problemas técnicos, no se grabaron los primeros segundos de apertura de esta clase.
Se los leo de vuelta:
“...basta haber analizado niños, para conocer ese elemento –ese elemento único- que
confiere peso clínico –dicho así, es todo el peso clínico- a cada uno de los casos con que
tratamos. Ese elemento es la pulsión.”
Yo cuando lo recibí y lo leí, dije “¡A la pucha...! ¡Entonces lo que yo digo no tiene nada
que ver con Lacan!”. Pero, por prurito de método2, puse ese texto en internet, y conseguí
ver dónde estaba en Lacan, porque las autoras no citan de dónde lo obtuvieron –bastante
raro que no pusieran de dónde es. Y es de un seminario publicado, es del Seminario 11,
clase 13, “Desmontaje de la pulsión”. ¿Les leo todo el párrafo?
“...basta haber analizado niños, para conocer ese elemento que confiere peso clínico a
cada uno de los casos con que tratamos. Ese elemento es la pulsión.”
-o sea, que la cita, hasta ahí, es sic, literal. Pero sigue, porque no era punto y aparte,
interrumpieron un punto y seguido. Miren cómo sigue:
Lo verdadero está a la deriva cuando se trata de lo real (no cuando se trata de religión). Por
lo tanto:
2
Es una expresión que Lacan usa por ejemplo en Subversión para partir de lo lingüístico en el abordaje del
problema del Je
“¿Real o verdadero? Todo sucede a este nivel tentativo, como si los dos términos fueran
sinónimos. Lo horroroso es que no lo son por todas partes. Lo verdadero es lo que se cree
tal (lo que no engaña), la fe, incluso la fe religiosa, he ahí lo verdadero. No tiene nada que
ver con lo real. El psicoanálisis, es preciso decirlo, gira en el mismo círculo...”
el de la fe religiosa, eh?
“...El psicoanálisis, es preciso decirlo, gira en el mismo círculo, es la forma moderna de la
fe, de la fe religiosa. A la deriva: he ahí donde está lo verdadero cuando se trata de lo real
(recordar que la pulsión es deriva y no sustancia primigenia, el dato base). Porque
manifiestamente –desde hace tiempo se lo sabría si no fuera tan manifiesto- no hay
conocimiento, no hay sino saber en el sentido en que yo lo he dicho al comienzo, a saber,
que uno se engaña (no se trata del conocimiento subjetivo sino del saber de un sujeto
que se engaña, por ende es un saber fragmentario, articulado en significantes, que no le da
chance de volverse su amo)
“¿Por qué ahora esta historia del tiempo presente y no aquélla y ya no aquélla?”
“Aquélla” es la otra historia. Y entonces él plantea las tres formas en que correctamente
debería ser entendido el presente para un trabajo de un historiador, pág. 118:
Observen para este historiador cuál es el problema de que la estructura que tiene el
presente, lógicamente hablando, no es más que la de un presente que se disuelve en el
pasado y en el futuro, y otro presente que se disuelve en el pasado de ese pasado y en
el futuro de ese futuro. Me parece que es muy próximo a cierta manera de trabajar y
conceptualizar el tiempo en psicoanálisis... (salvo que no trabajemos con un nuevo
realismo, ni con una dimensión de goce, ni por fuera de la historia) (en este caso la
disolución del presente que menciona el historiador implicaría concebir un presente fuera
de la historia… Pues bien, al leer estos pasajes citados, me parece que la disolución alude
exactamente a lo contrario: no hay más presente que el que implica una doble temporalidad,
por ello es necesario dejar desplegar el relato para localizar la anticipación y la
retroacción). De hecho les propongo que es el nudo borromeo; me parece que una de las
grandes desventajas del nudo borromeo es que parece que puede dar cuenta de la cosa
en tiempo presente. O sea, me parece que vela una posible lectura tensada en la historia.
3
Reinhardt Koselleck. Un historiador alemán muy conocido –discípulo de Heidegger- que murió hace poco.
Tiene una posición peculiar porque ha desarrollado una nueva corriente en Historia, que es la Historia
Conceptual. Es una nueva corriente en Historia. Acaba de ser publicado un libro suyo con varios artículos,
titulado Los estratos del tiempo. Estudios sobre la Historia. Cuando llegue el momento de estudiar
temporalidad en las series de La Carta Robada, que para nosotros va a entrar al nivel de “α, β, γ, δ”,
ahí vamos a trabajar “tiempo” desde la perspectiva psicoanalítica, vamos a trabajar esta idea que él
tiene de los estratos del tiempo. Uno de los artículos del libro de Koselleck se llama “Continuidad y
cambio en toda historia del tiempo presente. Observaciones histórico-conceptuales”.
Parecería que dice de la cosa tal como la cosa se manifiesta, sin requerir la dimensión
temporal. (julio 2018: AT habla del tratamiento de una adolescente que afirma, al mismo
tiempo, que quiere seguir con el novio y que no quiere… AT plantea que no entiende cuál
es el punto de esta chica; sin embargo pronto localizamos que la consulta misma empezó
con un “no te voy a decir, porque vos le vas a contar a mis padres” (como hicieran sus
psicológos anteriores) pero a la vez sí le dice. Necesitaremos de un tiempo 2 que
resignifique cuál es la significación de ese “a la vez” en la relación transferencial)
Les leo una cita de Paul Ricoeur Freud: una interpretación de la cultura, (uno de los
estudios más detallados, más serios, más cuidadosos que se han hecho de la obra de Freud).
Todo el libro está destinado a proponer que el psicoanálisis es una anti-fenomenología4.
- hermenéutica: dice que Freud introdujo “el sentido del sentido” (más allá del sentido: su
sentido último) en la interpretación de los fenómenos humanos que termina en una
interpretación de la cultura (Por ejemplo; el otro sentido que tendría el sentido del síntoma;
el otro sentido que tendría el sentido de la neurosis; el otro sentido que tendría el sentido
del sueño).
- energética: se plantea Ricoeur ¿son articulables una hermenéutica y una energética (¿la
energía tendría un más allá, o ella es lo que es?)5
5) LA ENERGÍA, LA MÁQUINA
tomemos efectivamente energía. Hoy les voy a proponer introducir La Carta Robada bajo
la forma de la lógica de la máquina, vamos a trabajar la máquina (es decir que asociación
libre e interpretación requieren de concebir el discurso como una máquina… ¿pero cuál?).
Les escribí el Triángulo de Pascal. Saben cómo funciona, ¿no? Cada uno es la suma de
los otros dos. Desde la serie de Fibonacci hasta un montón de otras secuencias establecidas
en matemáticas, se verifican y se comprueban en la existencia de este triángulo de Pascal.
4
Además Ricoeur trabaja la idea de que el psicoanálisis es una epojé invertida (epojé: «puesta entre
paréntesis no sólo de las doctrinas o doxa sobre la realidad, sino también de la realidad misma”) que
tranquilamente se podría hacer un Ricoeur contra Miller. Porque son dos autores que han publicado justo en
sentido contrario. Leen el mismo fenómeno, pero en sentido contrario, si bien uno sobre Freud y el otro sobre
Lacan, pero podríamos decir que ambos trabajan sobre el psicoanálisis, entonces podríamos trabajar si el
psicoanálisis es una fenomenología o una anti-fenomenología.
5
Acota Eidelsztein: Es francamente interesantísimo. También es el problema con Lacan: desde el ’53 hasta
el ’80, lo que caracteriza su enseñanza es el instrumento matematizado; pero hay en muchos un abandono
radical del instrumento matematizado. ¿Cuál puede ser el problema? : que haya un choque entre dos
modalidades fundamentales de entender el psicoanálisis. Que quizás no sean compatibles, aunque a nosotros
nos encantaría que lo fueran, un poco y un poco, 50 y 50, un poco de hermenéutica y un poco de energética.
Pero quizás no, quizás no sea posible articular -en una única posición psicoanalítica- hermenéutica y
energética.
Lacan va a llamar a esto, máquina6. Hoy vamos a trabajar eso, si esto puede ser
considerado máquina:
Triángulo de Pascal:
0 1
1 1 1
2 1 2 1
3 1 3 3 1
4 1 4 6 4 1
5 1 5 10 10 5 1
ENERGÍA EN SEMINARIO 2
AE hace algunos recortes de la Clase 6 del 12-09-55 del seminario II de Lacan, “Freud,
Hegel y la máquina”. (¿nos mueve el principio del placer o la pulsión de muerte?):
> el principio del placer, para Aristóteles –entendido como Soberano Bien: aquello que,
en última instancia, regía a todo el movimiento humano.
> Me parece que en Más allá del principio del placer, la pulsión de muerte pasa a ser el
determinante último de toda conducta humana, el motivo último explicativo de todos
nuestros actos, etc.
> Lacan está trabajando la pulsión de muerte: cuál es en psicoanálisis el principio
explicativo último. El principio último no es el Soberano Bien, lo que rige nuestras
acciones es la pulsión de muerte.
6
Dice en la pag 118 del seminario II: “¿Qué es lo que está en juego en la máquina. Es un hecho de que para la
misma época un tal Pascal se hubiese dedicado a construir una máquina, todavía muy modesta,
de hacer sumas, nos indica que la máquina está ligada a funciones radicalmente humanas. No es un simple
artificio, como se podría decir de las sillas, de las mesas y de los otros objetos, más o menos simbólicos, en
medio de los cuales habitamos sin darnos cuenta de que son nuestro propio retrato.
Con las maquinas es diferente. Los que las hacen ni se sospechan hasta qué punto están del lado de lo que
realmente somos”
7
https://www.comunidadrussell.com/default.asp?cursosvirtuales/carta/textos/lib-lacartarobada-eol.html
trabajando es justamente cómo entender el motor último de las acciones al menos en el
sentido del motor último de las acciones comprendidas en la neurosis…
“Algunos quizá conserven cierta huella mnémica del punto en que los dejé al final de
nuestra última reunión, a saber, la Wiederholungszwang, que traduciremos como
compulsión de repetición más bien que por automatismo de repetición.
Dice Lacan:
O sea, el problema que tenemos es que si el hombre es una marioneta, ¿cuáles son los hilos
que mueven a la marioneta? Ésta es la clase donde está presente Hyppolite. Es la clase que
se llama (la tituló Miller) “Freud, Hegel y la máquina”. La noche anterior Hyppolite había
dado una conferencia en la sociedad de analistas, sobre Hegel, al día siguiente fue al
seminario de Lacan y es la clase en donde intervienen Hyppolite y Valabrega. Es la clase
en donde está presente ni más ni menos que Hyppolite. Después de una intervención de
Hyppolite, Lacan dice:
Escuchen esto:
8
Acota Eidelsztein: No crean que Lacan siempre trabajó con pulsión, al principio trabajaba con instinto,
toda la comunidad analítica trabajaba con instinto, recién después pasa a trabajar con pulsión
----cambio de cassette----
Siguen los comentarios sobre “Freud, Hegel y la máquina” (seminario 2, 12/1/55):
“es absolutamente extraño estar localizado en un cuerpo alargo la cita: y a esta extrañeza
no sería posible minimizarla, a pesar de que nos lo pasamos jactándonos de haber
reinventado la unidad humana” (sem 2, pag 116)
Habíamos arrancado hoy con que lo basal de la clínica es que somos un cuerpo (¿“somos”?,
no es lo mismo estar localizado que ser... ¿A.E.está suscribiendo a esa idea o cita una idea
bastante frecuente entre psicoanalistas?).
De hecho podríamos decir que la subjetividad es el epifenómeno de lo pulsional (¿la
subjetividad puede considerarse un fenómeno accesorio que acompaña a la pulsión, que
sería el fenómeno principal, y que además la subjetividad no tiene influencia sobre lo
pulsional?... Ya el sólo hecho de hablar en términos de fenómenos, luego de lo que se
estuvo planteando de la fenomenología, me parece un contrasentido. Por otra parte Lacan
habla del cuerpo, y eso no es lo mismo que la pulsión). Que cada uno de nosotros es (¿es?)
una forma de operar con el goce, para decirlo en lacaniano.
- el cuerpo funcionando como un reloj. Vieja metáfora la del cuerpo entendido como una
máquina, pero no pierdan de vista que una de las primeras máquinas que simbolizan lo que
para nosotros es máquina hoy, es el reloj. El primer reloj más o menos decente es de 1650
y pico. Y el reloj no requiere más que darle cuerda. No se plantea el problema de cómo
alimentarlo
Energéia es un término del griego que Aristóteles utilizó mucho, pero en los griegos y en
Aristóteles, energéia es acto. Nada que ver con nuestra concepción moderna de energía.
9
Seminario 2, pág. 120 (Paidós)
Y ahora la frase que quería que escucharan:
“Si sabemos revelar el sentido de este mito energético, veremos aparecer algo que desde el
origen y sin que se lo comprenda, estaba implicado en la metáfora del cuerpo humano
como máquina.
“... En efecto, se trata siempre de un esquema del campo analítico. Al comienzo, Freud lo
llama aparato psíquico,...
No leí ningún trabajo ni escuché a ningún psicoanalista que trabajara el pasaje de aparato
psíquico a campo analítico, y me parece que quiebra de lleno cualquier lectura
individualista (en tanto ese “campo” está constituido en el “entre” de la intersubjetividad)
Lectura individualista: el aparato psíquico está adentro de uno. Consciente, preconsciente e
inconsciente están dentro de uno. Es cierto que no sabemos cómo se metió dentro de uno la
historia original de la especie humana, es cierto que es imposible seguirlo a Freud en esa
especie de genética fantástica en la cual la ontogenia (el aparato psíquico en el desarrollo de
un embrión singular) repite a la filogenia (el desarrollo evolutivo de la especie que
antecede a la singularidad de cada individuo. Así, primero la filogenia, el desarrollo
evolutivo de las especies, luego el mismo se repite en la ontogenia, en el desarrollo del
10
En ese caso, ¿cómo pensar este pasaje de “Análisis terminable e interminable”?: “media el
distingo de que la del griego Empédocles es una fantasía cósmica, mientras que la nuestra se ciñe
a pretender una validez biológica”. Así: la teoría freudiana pretende validez en una concepción
energética que explica qué mueve al hombre”
individuo en el periodo embrionario). Para la especie humana la ontogenia no repite la
filogenia.
Es muy importante, estamos trabajando con la máquina. Es muy extraño que estemos
adentro de un cuerpo (la extrañeza surge de la ilusión de una unidad que el cuerpo y sus
fragmentos una y otra vez vienen a poner en jaque), el cuerpo es una máquina y la máquina
necesita energía: recuerdan que son los párrafos que fui citando, ¿no? Ahora nos
encontramos con que Lacan define al ser del hombre desde la perspectiva metafísica (…).
Si es metafísico, no es máquina.
Menos que menos implica que estemos adentro de un cuerpo;
y menos que menos aún implica que se trate de una energía que hay que proveerle a
ese cuerpo.
ESTA NOCIÓN DE SIMBÓLICO (el más allá del ser) IMPLICA QUE NO HAY VÍA
REGIA A LA COSA (que no hay fenómeno)
“Hay en todo sueño, dice Freud, un punto absolutamente inasequible, que pertenece al
dominio de lo desconocido: lo llama “ombligo del sueño”. No hacemos hincapié en estas
cosas de su texto probablemente porque creemos que son poesía. Pues no. Esto quiere
decir que hay un punto que no es aprehensible en el fenómeno: el punto de surgimiento
de la relación del sujeto con lo simbólico.”12 (este modo de concebir lo simbólico
inclusive lo lleva a Lacan a interesarse por la noción de número y no quedarse en la
clásica concepción de que lo simbólico se explica por el hablar)
11
En este sentido es prometedor tomar la trama de “Matrix”: una virtualidad producida por la combinatoria de
0 y 1… pero en ese caso claramente sostenida por la alimentación de la energía de cuerpos
12
Seminario 2, pág. 163 (Paidós)
Después habla de la electricidad, distingue necesidad de deseo, aparecen los esquemas
freudianos.
Es cierto, lo de Einstein duró 30 años, con la teoría cuántica... estaba Einstein vivo13.
O sea, Lacan empieza a plantear que cuando en ciencia empieza a trabajarse con letras,
lo que empieza a plantearse a partir del cálculo de probabilidades no es sobre la
relación de objetos entre sí sino la relación entre lugares. Qué surge si esto aparece en
primer lugar, en segundo lugar, en tercer lugar; ¿se entiende? (o por ej: ¿qué sucede si
“huevo” aparece en lugar de “chocolate”?, cuando este lugar, a su vez, está relacionado
con otro lugar que se encuentra ocupado por “papá burlado”). La ciencia combinatoria es
una ciencia que pone en relación, entre sí, lugares (cuando la analista plantea en una
supervisión que “no corresponde regalar chocolates en el dispositivo analítico”, tiende a
plantear el problema como una incompatibilidad entre el objeto material chocolate y el
objeto material situación analítica… sin embargo bastaría con localizar que falta un
término en la frase: “regalar sensualmente chocolates” para advertir que entonces no se
13
“Einstein nunca pudo reconciliarse con la mecánica cuántica que es a la vez la teoría física más exitosa y
más anti–intuitiva de la historia. La crítica más aguda contra esta teoría fue presentada por Einstein en 1935
en un célebre trabajo publicado junto con sus colaboradores Podolsky y Rosen (EPR). El cuestionamiento de
EPR no dio lugar al derrumbe de la mecánica cuántica sino que permitió exhibir con toda crudeza las extrañas
propiedades de esta teoría. Los avances de la física de fines del siglo XX demostraron que las ideas de EPR
sobre la incompletitud de la mecánica cuántica eran incorrectas” http://users.df.uba.ar/paz/borges/einstein.pdf
trata de sustancias sino de significantes inscriptos en diversos lugares vacíos y
relacionados entre sí)
“En esa primera máquina que es el triángulo aritmético, lo que Pascal elabora...”
“Todo lo que hasta entonces había sido ciencia de los números pasa a ser ciencia
combinatoria”14
14
Seminario 2, pág. 443 (Paidós
)
“Pero, finalmente, los símbolos siempre quedaban en el lugar donde estaban destinados a
estar. Sumergidos en ese real, podía creerse que no eran más que su marcación. (pensar
que el símbolo es la representación, la mera etiqueta que se le pone a la cosa, a ese real
sustancial)
La novedad está en que se les permitió volar con sus propias alas (a los símbolos) Y esto
gracias a un aparato simple, común, al alcance de vuestras muñecas (de la mano), un
aparato donde basta con hacer girar el picaporte: una puerta”15
Éste es un circuito que está cortado (con la puerta abierta), y si se cierra la puerta, se abre (el canal).
Esto quiere decir que si la puerta se abre, la energía no pasa, el estímulo no pasa, el mensaje no pasa.
Entonces cuando se abre, se cierra; y cuando se cierra, se abre
Por lo que vine a continuación propongo escribir así, extendida, esta última frase de Eidelsztein:
“Entonces cuando se abre la puerta (cuando no se articula el bucle S1 / / S2), se cierra el inconciente (es decir
que no pasa el mensaje); y cuando se cierra (el bucle S1-S2 se articula), se abre el inconciente”
Les advierto que me parece que es muy importante no olvidarse que es esta concepción de puerta cuando en
“Posición del inconsciente” Lacan trabaja al inconsciente como el “ábrete Sésamo” (“ábrete inconciente,
ciérrense S1-S2”) y hace un trabajo muy fuerte sobre la puerta, y ahí es donde dice que el inconsciente
cuando se abre, se cierra y cuando se cierra, se abre (descartar la idea de bolsas con contenidos, se trata de
articulaciones que se cierran y significaciones que se abren) 16.
15
Idem, pág. 444
16
Aquí hace la aclaración Eidelsztein: Todo puede estar queriendo decir no se trata de la secuencia temporal lineal,
como se entendió... Siempre en esta facultad se entendió que “cuando el inconsciente se abre, se cierra”, cuando se
les enseña eso a los alumnos se les dice “claro, cuando el inconsciente se abre, se cierra; porque cuando el
inconsciente se abre viene el lapsus, y después se cierra cuando uno dice que no era eso lo que quería decir, ahí se
cerró (“el rechazo del inconciente”), como si fuera una bolsa donde se guardan cosas, el guardia se distrajo, salió
algo y luego se cerró.
Pero no tiene nada que ver con la secuencia temporal lineal. Cuando el inconsciente se abre, es cuando se cierra el bucle
S1, S2. Eso es lo que está trabajando Lacan, y dice que el símbolo más importante a trabajar es la puerta.
Me parece que es una advertencia muy interesante, porque para cualquier psicoanalista lacaniano la puerta es real, no es
un símbolo. Y lo argumentaría así: si vos vas caminando y te das un cocazo contra la puerta y te queda un moretón,
evidentemente... la puerta es real.
Un trabajo muy importante que vamos a poder hacer con La Carta Robada es que vamos a inscribir en la
cadena significante simbólico, imaginario y real. Al inscribir en la cadena significante simbólico, imaginario
y real, vamos a deshacer la posible lectura que hace que lo imaginario sean imágenes, lo real sean objetos y
que lo simbólico sean significantes . Vamos a trabajar en una misma cadena significante pero en el sentido en
que propone este historiador que les cité, o sea, en los estratos del tiempo, vamos a trabajar en esa dirección
pero justamente pensando que “puerta” perfectamente podría ser un símbolo, y Lacan propone que es el
símbolo fundamental.
***
10) EL RASGO UNARIO
Aquí intercalo lo que dice Martín Krymkiewicz, de la misma escuela de Eidelsztein, en dos
pasajes del video “Psicoanálisis y matemáticas”: “la vulgata entiende al rasgo unario como
la marca en el hueso, pero en verdad es una marca transversal que unifica las
diferencias (donde algo se hace uno, a su vez en ese uno se organiza un conjunto de
unicidades, o sea que se trata de un movimiento doble: lo que hace a la unicidad de un
campo, de un conjunto, a su vez distingue cada unidad dentro de ese campo). Un
número es justamente eso: lo que hace unicidad y unidad”
Es por eso que toma de la teoría de conjuntos, la expresión “unario”, conjunto unario,
nosotros en castellano no decimos unario sino que decimos “conjunto unitario”, pero sí
decimos “conjunto binario”, o sistema binario de escritura. En francés utilizan “conjunto
unario”, que es el conjunto que tiene un único elemento. Se acordarán de la anécdota de
Lacan, cuando fue a un museo de antropología y vio un hueso, un asta, con unas rayitas del
cazador, entonces Lacan dijo “he ahí lo humano”. Vamos a trabajarlo.
¿Qué es lo humano? (no olvidar que en la tercer clase del seminario IX Lacan hizo aquella
observación sobre su perra y el carácter perruno de ciertas personas: la mujer mundana, la
portera18)
Primero, lo que habría que trabajar es que para Lacan “lo humano”… Vamos a dar un paso
para atrás: podríamos hablar en sentido no psicoanalítico y postular para los animales la
articulación de lo real y de lo imaginario, siendo que podríamos (por fuera del
psicoanálisis) considerar lo real del animal como su cuerpo tridimensional y lo imaginario
17
Un diccionario con información precisa pero que se olvida de la teoría de los conjuntos como fuente:
http://psicopsi.com/Diccionario-psicologia-letra-R-Rasgo-o-trazo-unario-terminos-psicologia (al final de este
word todo el texto). Por ejemplo dice: “El rasgo unario es el significante en tanto es una unidad y en tanto su
inscripción hace efectiva una huella, una marca. En cuanto a su función, está indicada por el sufijo «-ario»,
que evoca, por una parte, el conteo (este sufijo se emplea para formar sustantivos de valor numeral) y, por
otra parte, la diferencia (los lingüistas hablan de «rasgos distintivos binarios», «terciarios»).”
18
En la parte final de “La sombra de tu perro” donde Allouch relee el caso de Margaret Csonka (“la joven
homosexual” de Freud), el autor también se ocupa de esa ocurrencia de Lacan respecto de su perra Justine y
aquello de que ella no lo puede tomar por otro.
del animal su relación al mundo circundante, que implica lo que come, cómo se protege,
cómo cuida a las crías, cómo se aparea, todo lo que está en el animal tramitado por la vía de
los instintos. Podríamos suponer que entonces habría articulación imaginario-real en el
animal. Para Lacan, la diferencia la introduce lo simbólico.
El “1”
Ahora, mi impresión es que nosotros no sacamos todavía la consecuencia de que para
Lacan el elemento...
f(S) 1
s
se lee: “es función del significante colocar un elemento sobre el significado, y este un
elemento es 1”19 ( Instancia de la letra... pag 495 Escritos I)
La importancia que Lacan proponga que el un elemento sea el 1. (que los palotes del hueso,
cada uno, sea 1)
lo que caracteriza al orden simbólico es el 1 (ese un del retorno de lo reprimido), no la
letra o la palabra. (cuando Lacan decía que su perra Justine no tenía acceso a las oclusivas
y el corte que ellas implican en la columna de aire del aparato fonativo, ¿estaba esbozando
que en definitiva ella no tenía acceso al corte que implica el “1”?
19
Cruzo el modo de decirlo de Eidelsztein con los términos de Lacan en la 5ta clase del seminario 14 (“La
lógica del fantasma”):
“es función del significante colocar un elemento (esa colocación es factoreo. Así S es “factor de un S(1/s)”,
significante que es factor del factoreo, de una simplificación) un elemento sobre el significado y este un
elemento es 1” (ese 1 es el significante que retorna, es el un del retorno de lo reprimido, no importa el
contenido, importa que cuenta por un retorno)
20
Según Eidelsztein habría sido un libro de divulgación matemática que Lacan tuviera como referencia
experimentamos un fenómeno que, no por común, deja de ser menos maravilloso: el último
número entero necesario para completar las parejas indica cuántos elementos hay”
(“Matemáticas e imaginación”, pag 39 a 41, Newman y Kasner)
Seminario 16, la clase 19, (según Miller “Saber y poder”). En el comienzo de la clase,
Lacan dice:
(no hay objeto a sin orden simbólico (y viceversa); no hay privación sin que se suponga la
existencia de un orden simbólico funcionando antes – de lo contrario, a la vagina nada le
faltaría –)
“… Motivo por lo cual, no hay nada de abusivo en que simbolicemos aquí el campo de lo
simbólico con un 1” (pag 273 de Paidos23)
Y pone el número 1.
21
Acota Eidelsztein: “traducido directamente de la versión del Seminario 16 establecido en francés”. En la
versión Paidos dice “toda evocación de la falta supone instituido {y no “la falta supuesta instituye”} un orden
simbólico”. Pag 269 de Paidos
22
Recordar “Las cifras” de George Ifrah: “La noción de número reviste dos aspectos complementarios: uno,
llamado cardinal que sólo se basa en el principio del emparejamiento, y el otro, llamado ordinal, que exige a
la vez el procedimiento del acopiamiento y de la sucesión (…) Hemos aprendido a pasar con tanta facilidad
del número cardinal al número ordinal que ya no distinguimos estos dos aspectos del número natural. Cuando
queremos determinar la pluralidad de los objetos de una agrupación, es decir, su número cardinal, ya no
estamos sujetos a la obligación de encontrar un conjunto-modelo al que podamos compararle, simplemente lo
«contamos», Y nuestros progresos en matemáticas se deben a que hemos aprendido a identificar los dos
aspectos del número..”
23
“Para que haya simbólico, es preciso que se cuente por lo menos 1. Durante mucho tiempo se creyó
que contar podía reducirse al Uno, al Uno de Dios - no hay más que uno -, al Uno del Imperio, al Uno de
Proclo, al Uno de Plotino. Por eso no es en absoluto abusivo simbolizar el campo de
lo simbólico con este 1. Por supuesto, el Uno no es simple, y todo el progreso consistió en percibir
que funciona como 1 numérico, es decir, que engendra una infinidad de sucesores, siempre que haya un
cero. Esto si nos atenemos a la ejemplificación de lo simbólico por uno de los sistemas actualmente
mejor establecidos.
El número 1 y el cero
Ok, ¿y cuál es el efecto que podría generar el conteo en la relación punto a punto? > la
aparición del objeto a. Si es verdad que la sucesión implica que un objeto ya no es por sí
mismo sino en relación a otro.
“Lo que se ordena en mi discurso, es decir, y es para lo que serviría poner esta fórmula a
prueba, es que el conteo tiene como efecto hacer aparecer en el nivel de lo imaginario lo
que se llama objeto a (en tanto todo objeto imaginarizado no es más que un objeto puesto
en un lugar dentro de un orden sucesorio, siendo el objeto a la evidencia de que el objeto
situado no coincide con lo que en ese lugar se imaginariza)
Es por el conteo que a nivel de lo imaginario, o sea, a nivel del cuerpo (el cuerpo es
imaginario, no se confunde con el organismo; cuerpo no hay aquí sin allá), es que
aparece algo de la índole de la falta como objeto a. El tema de esta clase del Seminario 16
es el narcisismo, cómo entender el narcisismo {o sea que es el conteo y el orden
sucesorio el que produce la imposibilidad de la completud que el narcisismo supone: puedo
predicarme plenamente, “yo soy tal cosa”, que de todos modos ese predicado siempre se
inscribirá en un lugar vacío puesto en relación sucesoria con otros. Ahora bien: ese lugar
vacío es el que el rasgo unario hace existir con su función de corte: aquí uno, aquí otro uno,
aquí otro uno. Lo que Dora recibe del Otro no es la tos paterna sino la marca que delimita el
lugar vacío en el que se inscribe esa tos (“condenado a estar en relación con otros lugares
vacíos”). Ese lugar vacío hará que, cada vez que quiera plantar la bandera de la
autosuficiencia, lo que llamo “lo propio” se vea dividido: porque lo propio aquí no es sin
ese allá de lo Otro}
Lo que escribe Miller en esta clase que acaba de salir en francés, es esto:
Sea cual fuere el nivel de estructura donde lo ubiquemos en lo simbólico, este conteo tiene sus efectos en
lo imaginario, que mencionamos hace poco como ese orden por el cual lo real de un organismo, es decir,
un real completamente situado, se completa con un Umwelt”
1
¬
i (a)
(lo englobado es la imagen corporal)
Entonces, Lacan propone que podríamos concebir una relación entre real e imaginario, que
hasta produzca cierta relación del cuerpo con el mundo circundante. Recuerden que para
Lacan desde el Seminario 1, la relación del cuerpo animal con el medio circundante es
la de la proyección de la imagen corporal al medio (de modo tal que el otro ya no sea un
ente intrínseco sino un término en relación a Yo), cuando Lacan habla de los dos
narcisismos. Pero Lacan dice que habría que –para considerar el narcisismo humano-
incorporar el orden simbólico. Y al orden simbólico, Lacan lo caracteriza por el 1. Es
porque el orden simbólico opera, que hay objeto a (y sujeto dividido). Pero el orden
simbólico queda representado por el 1. Entiendan que no estoy haciendo una aplicación
de matemáticas al psicoanálisis
E.L.: ese lugar vacío es el conjunto vacío. El 1 es en realidad el vacío entre llaves.
Entiendo que el lugar vacío implica que la inscripción de cada uno de los elementos del
conjunto, ni la sumatoria de los mismos, terminan de dar cuenta del conjunto.
Ahora bien, ¿ésa es la lógica del álbum de figuritas al que irremediablemente le falta una
figurita que a su vez podemos positivizar como “la que me falta”?. ¿O más bien de lo que
estamos hablando es de una incompletud que afecta a todos los elementos, que hace
que cada uno de ellos sea insuficiente en sí mismo? (me parece que debe tratarse de esta
segunda lógica para que empalme con las cosas que dice Lacan: no es que falta tal o cual
significante, es que la lógica significante en sí está en falta, el significante fracasa en su
pretensión de representación, se inscribe en un lugar vacío y este lugar lo condena a la
insuficiencia: el significante no colma ese vacío)25.
24
… con ese agujero terrible de lo que en algunas versiones se ha llamado “el quinto postulado de Euclides”
que es aquel que dice que las paralelas no se cruzan ni aún en el infinito, y que nunca se lo logró demostrar,
hasta que un matemático –Lovachevsky- dijo ¿y si no se lo logró demostrar porque fuera imposible? Y a
partir de ese punto de imposible inventó otras formas de concebir a la geometría, geometrías en las cuales las
paralelas se cortan en el infinito, que es lo que se designa “la solución de Lovachevsky”.
25
Defina usted por extensión al conjunto “ser de Boca”: es el conjunto compuesto por la Bombonera, la azul y
oro, la doce, Riquelme, Maradona, Bianchi… … Pareciera que siempre faltara un elemento más por listar,
hasta que el cierre del conjunto lo produce lo siguiente: “y no ser gallina”. Este último elemento en verdad
encubre al conjunto vacío que forma parte inevitablemente del conjunto. Ese conjunto vacío no da cuenta de
un elemento faltante sino de los lugares vacíos en los que cada uno de los elementos vienen a inscribirse
A.E.: sí, sí, lo vamos a argumentar. Vamos a trabajar a Frege, vamos a trabajar los
fundamentos de la aritmética, unas 5 páginas, para trabajar bien esa lógica, o sea, desde la
perspectiva de la teoría de conjuntos podríamos decir es la posibilidad de trabajar con un
conjunto vacío. Que para colmo, es un subconjunto de todo conjunto y que se escribe Φ
(Fi mayúscula).
A.E.: para el sujeto Lacan utiliza siempre fórmulas matematizadas pero de variado
tenor, por ejemplo, cuando lo representa como –1, pero también como +1. Habría que ver
si el sujeto en psicoanálisis es –1 y +1.
Igualmente, vean que ese 0 que hace falta –les leí la cita de Lacan donde lo dice- no pierdan
de vista que lo que estamos diciendo es que primero contamos al 0.
El gesto de contar al 0 ya implica que el 0 vale 1. (el vacío entra en la cuenta; en otros
términos: no se puede contar sin incluir en la cuenta la insuficiencia de lo que contamos
para dar cuenta del ser) Ésa es la función del rasgo unario (establecer lo que es
contable y que lo es en tanto pura diferencia)26. ¿Entienden la idea? Es muy difícil de
explicar.
Lo que les proponía es que el orden simbólico se caracteriza por el número. (…) Habrá que
ver si nosotros no deberíamos torcer nuestra forma típica de entender al orden simbólico
como un sistema de lenguaje –y entendido lenguaje como una batería de palabras- cuando
quizás podría ser que el núcleo más simbólico de lo simbólico sea el número, no la
palabra. Con lo cual la introducción de lo matemático en psicoanálisis esté referido a
cierta forma de concebir al orden simbólico.
26
Decía en otro lado Eidelsztein: “Una vez que somos capaces de operar la maniobra que produce el
elemento, tenemos elementos (multiplicidad de unicidades), y son unarios”
Lacan en el Seminario 9 (6/12/61):
"la diferencia significante es distinta de todo lo que se relaciona con la diferencia cualitativa, como acabo de
mostrárselos con las cositas que acabo de hacer circular ante ustedes. La diferencia cualitativa puede incluso,
dado el caso, subrayar la mismidad significante. Esta mismidad está constituida por esto, justamente, que el
significante como tal sirve para connotar la diferencia en estado puro, y la prueba es que en su primera
aparición el uno (esto es: “aquí esto cuenta por un significante”) manifiestamente designa la multiplicidad
como tal (con este uno a su vez se organiza una multiplicidad de unicidades aúnadas en un conjunto)"
de un rasgo paterno, por cada uno de nosotros, antes de la primera relación de objeto
con la madre. Es ese punto super-conflictivo de Freud e incomprensible en la misma
lógica freudiana.
La aparición de la ley y su exclusión en “La carta robada” surge con el orden de los
números: 1, 2 y 3
Quizás sean más estrictamente simbólicos el número y la cuenta, que la palabra y la poesía.
Al menos hay argumentos de Lacan para pensarlo
+++++++
Ahora, un problema gravísimo. Georges Ifrah, autor de la obra más contundente sobre la
historia de las cifras, de los números, Historia universal de los números, es un libro
maravilloso. Cito a Ifrah:
“Esta historia ha comenzado hace mucho tiempo. No se sabe dónde. El hombre, aún
incapaz de concebir los números en sí mismos, no sabe aún contar. Pero sin embargo es
capaz de concebir la unidad, el par y la multiplicidad.” (aquí evoco otra vez al seminario
9: “la mismidad significante. Esta mismidad está constituida por esto, justamente, que el
significante como tal sirve para connotar la diferencia en estado puro, y la prueba es que
en su primera aparición el uno manifiestamente designa la multiplicidad como tal”
O sea, en el origen de lo que nosotros conocemos como hombre -no conocemos el pasaje de
animal a hombre- pero si hay hombre, ya tiene el uno, el par y la multiplicidad. No hay
hombre sin 1, 2 y muchos. Está muy bien argumentado por este autor que es una
eminencia.
Ahora, otro libro, este es de una loca, es distinto. Se llama Marija Gimbutas, El lenguaje de
la diosa, es un delirio. (…pero…) En la introducción, dice:
Con lo cual, lo que tenemos es que en el origen mismo de todo lo que pueda ser concebido
como orden simbólico, si ustedes quisieran verificar que efectivamente sea un orden
simbólico, tienen que verificar la existencia del número. Y si verifican la existencia del
número, para que efectivamente opere como número, tienen que tener 1 (unidad), 2
(paridad) y muchos (multiplicidad).
Lo que les propongo es que el número es la esencia del orden simbólico, lo más
simbólico de lo simbólico. Sería un buen instrumento propedéutico (antes de la enseñanza
como tal) decir “más que la palabra”. Con lo cual, imposible que nosotros no tengamos
incluida en la teoría su función.
Segundo, el problema es que el número –más que ningún otro elemento del orden
simbólico- no puede existir aislado. Con lo cual, al menos siempre hace falta un símbolo
para la unidad, un símbolo para la paridad y un símbolo para la multiplicidad. Me parece
que Lacan pesca muy bien que el orden simbólico se caracteriza por el número 1. Pero lo
que no terminó de decir (¿qué cosa no terminó de decir?, ¿Qué con el 1 también surge el 2
y lo múltiple?) –y me parece que es gravísimo, porque funda “un Uno”-
“Hay del Uno”, “Hay de lo Uno”. Pero cuando decimos eso, ¿qué estamos queriendo
decir? ¿Del uno que tiene identidad consigo mismo? No, eso no hay. Todo orden
simbólico se caracteriza por la función del 1, pero no existe “el 1-Uno” como tal, que no
sea en el sistema “uno, dos, muchos”. No hay sistema más primitivo de numeración que
“uno, dos, muchos”. Eso es lo que les cité de Historia universal de los números.
Pero no hay orden simbólico que pueda existir sin “uno, dos y muchos”.