El Paleolitico Inferior II El Paleolitic-27955900
El Paleolitico Inferior II El Paleolitic-27955900
El Paleolitico Inferior II El Paleolitic-27955900
iVlenéndez Femández (Coordinador)
Antonio Fernández Fernández
Eduardo García Sánchez
José i\1anuel lVIaíllo Fernández
lVIartÍ i\1as Cornellil
Alberto Mingo Álvarez
Joaquín Panera Gallego
José iVIanuel Quesada López
Susana Rubio Jara
PREHISTORIA
Y PROTOHISTORIA
DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
Tomo I
© UNIVERSIDAD NACIONAL
DE EDUCACIÓN A DISTANCIA Madrid, 2006
© Mario Menéndez Fernández, Antonio Fernández Fernández, Eduardo García
Sánchez, José Manuel MaíDo Fernández, Martí Mas Camella, Alberto Mingo
Álvarez, Joaquín Panera Gallego, José Manuel Quesada López, Susana Rubio Jara.
ISBN (O.c.) : 8436253019
ISBN (Vol. 1): 8436253027
Depósito legal: M. 40.3292006
Primera edición: octubre de 2006
Impreso en España Printed in Spain
Compuesto e impreso en Femández Ciudad, S. L.
Coto de Doñana, 10. 28320 Pinto (Madrid)
I
INDICE
2.2 .2.3. Las industrias líticas arcaicas de la Pe-
nínsula Ibérica en el contexto de Eu-
rasia ................................... .. .......... .. ...... 167
2.2.2.4. La encrucijada de Próximo Oriente y la
ribera septentrional del Mediterráneo. 168
2.2.3. ¿Quiénes fueron los pobladores más antiguos
de la Península? ............. ... .. ........ .... ....... ... ..... ...... 171
2.2.4. La interrupción del poblamiento más antiguo
de la Península Ibérica ....... .. ....................... .. ...... 172
2.3. Horno antecessor y el segundo poblamiento de la Pe-
nínsula Ibérica .............. ... ..... ........................... ............... 173
2.3.1. Cronología del segundo episodio de pobla-
miento europeo ..... .. ....................... ..................... 174
2.3.2 . ¿Quiénes fueron estos pobladores peninsulares? 175
2.3.3. El origen geográfico de las poblaciones de Horno
antecessor ........... .. .... .. .... ......... .. ....... .. .. ................ 178
2.3.3.1: El origen geográfico que indican los
restos humanos ..................................... 178
2.3.3.2. El origen geográfico que indican las
industrias líticas .. .. ............ .. .......... .. ...... 179
2.3.4. Ruta migratoria del segundo episodio de pobla-
miento peninsular ................ ...... ............. ....... .. .. . 180
2.3.5. La economía de Horno antecessor ........ .. ............ 185
2.3.6 . Una nueva interrupción en el poblamiento
europeo ......... ...................... ..... ............................ 185
3. Recapitulación .. ................................................... .. ................. 186
4. Bibliografia ........................ .. ................ ....... .. .. ........................ 188
Tema 7. El Paleolítico superior medio: el Solutrense ' .......... .. ... 307 ·L 1'", I \ 1111 " il
7. Bibliografía ... ..... .. ..... ..... ........ ............ .. ......................... .... .. .... 347 I , l. iNGセ@ 1 セL@
1,2, 1;,1 セ@
- ............... .
セ@
307 4. Temática .... ... ... ... ................... ........... ................ .................. ..... 392
4.1. Signos ...... .. ............ ............ .. ........................ .... .... ............ 392
309
4.2. Animales ........ .. .... ..... ..... ........... ...... ...... .... ... ... .. ... ......... .. 395
309 4.3. Antropomorfos ... .. .. ....... ......... ........... .. .. ... ... .. .. ..... ......... . 396 .
310 4.4. Manos ...................... ......... .... ..................... .... .......... .. ...... 397
4.5. Seres híbridos ................................................................. 398
313
316 5. Concepto de santuario de A. LeroiGourhan ........................ 400
6. Bibliografía .... .. ......... ................ .............................. .... ........... . 404
316
319
325 Tema 10. Arte rupestre paleolítico (11): El arte rupestre paleo-
331 lítico de la Península Ibérica
333
337 1. Cronología del arte rupestre paleolítico de la Península Ibé-
339 rica ..... .. ...................................... ..... .................... .............. .. .. ... 409
347 1.1. El sistema de H. Breuil ...... .... .. ........................ .......... .... 410
1.2. El sistema de A. LeroiGourhan ........................ ........ .... 411
1.3. El sistema de F. Jordá ........ ...... ........ .... .... ...................... 413
nse .......... . 349
2. Distribución geográfica del arte rupestre paleolítico en la
.. .. ... .... .... ... 349
península Ibérica.... ...... .......................................... ... .. ....... ... .. 416
........... ....... 350 2.1. Región Cantábrica ............ .. .... ........................................ 417
.. .. .............. 354 2.2. El Interior Peninsular (Mesetas y Extremadura) y Por-
ial ............ 355 tugal ....... ....................... ..... ... .. ...... ... ...... ...... .. .. .. ...... .. ..... 425
2.3. El Sur Peninsular (Andalucía) ................ .. ..... .......... ...... 429
.... .... ........ .. 357
2.4. El Levante Mediterráneo y el Valle del Ebro ................ 432
.................. 365
.................. 368 3. Principales interpretaciones del arte paleolítico ............ ...... 433
.. ................ 368 3.1. El arte por el arte .... ............ ...... ............ ................ .. ....... 434
... .............. . 372 3.2. La magia de la caza y la fecundidad ............................. 435
.......... ........ 374 3.3. La visión estructuralista. La teoría de LeroiGourhan. 436
3.4. El chamanismo ..... ........... ..... .. ....... ....... .............. ... ......... 438
4. Bibliografía ... .. ... ........ ................. oo.................................... ...... 443
nicas y te-
377
Tema 11. Arte mueble paleolítico ..... ... .. ...... .. ........ .. .. .... .. .... .......... 445
379
380 1. Arte mueble y arte rupestre ............ ...... .. ........ ............ ........... 447
384 2. Soportes y técnicas ...... .. .. ...... ........ .. .......... ....................... ...... 447
384 2.1. Soportes .............. .... .... ...... ...... .. ......... ........ ... ..... ........... .. 448
387 2.2. Técnicas .... ......... .. ......... ... ..... .. ....... .......... ........ .......... ..... 454
14 PREHISTORIA Y PROI'DIUSTORIA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
1. El Aziliense .... .. ....... .. ...... .................. .. .... ... .. .................... .. .. ... 475
1.1. Historia de la investigación .. ...... .. ... ... ... ....... ..... .. ... ..... .. 475
1.2. Dispersión y cronología ...... .. ...... .... ............. .. ...... .......... 476
1.3. La industria lítica ............ ..................... ......... ................ . 479
1.4. Laindustriaósea ... .. .... .............. ................. ... .............. ... 481
1.5. Los medios de subsistencia ........ ... .............. ... .... .... .. .. ... 485
1.6. La sociedad ...... ....... .. ........... .......... .. .. .. .................... ... .. .. 487
1.7. El arte .................................................................... .. .... .... 489
2. El Postaziliense oriental.......... ........ ................ ......... .. .. .......... 490
2.1. Las industrias ......................... .. ...................................... 490
2.2. Los medios de subsistencia ........................................... 491
3. Los concheros asturienses .................................................. ... 493
3.1. Dispersión y cronología ................................................ . 493
3.2. La industria lítica y ósea ............................................ .. .. 495
3.3. Los medios de subsistencia ........................................... 496
3.4. La sociedad ..................................................................... 498
4. Los concheros portugueses..... ............... ............. ... .. .. .. ...... .... 502
4.1. Dispersión y cronología ................................................. 502
4.2. Los asentamientos .......................................................... 504
4.3. Las industrias .................................................... .. .......... . 505
4.4. Los modos de subsistencia ................................. ........... 506
4.5. La organización social....................... ......... ... .. ........ .. .... 509
s. Bibliografía .................. ........................... .... .. ..... .. ... .... ... ... ...... 512
■セGdice@ 15
M セ Mセ -
'['ras ia intenupción del P'cgistro arquecilógico apreci.ada .desde -comien-
zos del Pleistooooo medio, comentada en eJ tema 3, Europa 'I,,(udve a ofre-
cer vestigios de poblamiento humano destle ia. tranSK:1ón OIS 16-0'Io$ 15,
aproximadamente hacia 620.000 BE Apoxti,c de este momento, en el con-
tinente se introdujeron las i-ndustri,a s Hticas pTopias dd PaleoHtico infe-
{ 'jOl" clásico. Emre las mi.smas destaca d Ach,dense pleno, la más carac-
terística del Modo tecnológico 2 (ver cuadJ'C) de texto en tema 3). No
ribstante, 1-05 yacimientos del Paleolítico inferior dásico con antigüeda-
des superiores a 550.G0Ü BP son escasos. Su número aumenta notalYie-
mente desde la fase OIS 13 (524:000-47:O;OOQ 'B P). Desde entonces, el pob,ta-
miento en el continente comienza a tener deITa densidad demográfica,
siendo ciertamente muy numerosos los yacimientos datados a partir de
OIS 9 (B9.000-W3 . 0 00 g,P). En cuanto a la Península Ibérica, para eSloe
tercer episodio de poblamiento los datos Seguros más antiguos no se
mmontan más allá deOrS 14 (565.000-524.000 BP). Como ocurre con el
caso del Paleolítico inferior arcaico, comprender las áinámicas econó-
micas y demográficas de este episodio de püMam'icI1to en el ilfllbito penin-
ウオャ。セ@ obliga él insertar el mismo en el contexto más amp'lio de Europa,
ha:eiendo referencia a datos extra-peninsulat\.-"S.
Por otra parte, tanto los restos f6siles coI'Hú las industrias :üticas, corres-
pondientes a esta fase de póblamiento europeo, ofrecen rasgos que in.di-
can su continuidad demográfica y tecnológica laacía el Pleistoceno supe-
¡'ior. Ello ha de tomarse como claro indi.dode que, desde la introducción
del Achelense, existió un poblamiento irunterrumpido en el ámbito euro-
peo, incluyendo la Península fbérica, En este sentido, el panorama es radi-
calmente distinto a lo que se aprecia en el rt'gistro disponible para los dos
episodios de poblamiento precedentes, tratados en el tema anterim:
El origen último de los grupos que en esta f:ase penetran en Europa, pare-
ce situarse en África oriental y meridional. En estas áreas es donde aparecen
196 f'REH1ST(A;':!.lA y PROTOHISTORIA DE LA PENtl\.;SULA mÉRICA
f iGURA 4.1. El valle bel Nilo pudo constituir una de los posibles rutas de dispersión de!
Achelense Nーセ・ョッ@ hacia Próximo Oriente y Etlropa. fósiles más antiguos de Nomo
rodhesiensi:s (voria"te africana de Hamo heidelbergensis): l. Kabwe-Sroken Hil1; 2.
Ndutu; 3. Bodo. Yacimientos n¡{óti.cos del Achelense pleno datados en .Jo lmnsició::t
Pleistoceno inferior/Pleistoceno medio: 4. Kiseiba 1, Bir Sahara casI; 5. Bir Tar·fowi;
Acnelense pleno mós antiguo de Próximo OriBnte: 6. Gesher Senot Ya'akoy. Principales
fósiles europeos de Horno fteidelbergensis: 7. Petralona; 8. VérstésszolfOs; 9. Steinheim;
10. Bilzingsleben; 11. Mauer; 12. Arago; 13. Boxgrove; 14. Atapuerca Sima de IN
Huesos. Fósiles norteafricanos datodos a comienzos del Pleistoceno medio, asociados
a industrias del Achelense pleno: 15. Tighenif; 16. Sidi Abderrahman.
'1' ) ,l ,1 ,( II ÍTICO i kZferioセ@ (II) ; EL PALEOLíTICO fNFFRlOR CLÁSKO i 97
reali:z.cmlo en núdeo o laocG de :§ron formaro, cooo N・クイュセ@ distal QPUA'a-
do, ex:!rerno preximo1 globular y un alto gredo &e slme,tr'ÍD en relccióncQf.l
el ejle c.ernral de lo pieza te! que se estoMeo€ uni,ent!o imagmariamente
ambos .exNemos}. Sus bordes, de tendencia rediHn.eo y 。、・セ`eZッウ@ p::w-
la t011o, .conforman t:JflrHo cortante. los bfEaces f.e cibenesla denominación
porque han sido desbastados o tallados por ambas superfióes, :gen,erd-
meRle セ \ー・ゥHスッI@ toda la piezo. Ello les otof§Q ,UnC sección de tendencia
aplolW1do y un aspecto eMondarizado, coondü se coャセーhjョ@ entre sÍ-
LG.s biJaces más antiguos se reconocen en e1 registro arquedó,gico de
África oóemGl, en yccimientos como Otduvai t?...cho ¡B, f'eninl }' KGnso Gar-
duto, con dd>3ciones ¡¿¡l/e os<:i{OI1 entre i ,6 Y (j ,5 Mo Er. la rchr4caóón
de esJe tipo ti'tko, junto a k:J de otros artefactos bjifoÓGles G¡-U€ sudemos0-
ci-arse a1 mismo, como piG0s y hendedores, fepresentc;[j el pr¡ncipal c;Q-m-
bio tecnológ'ÍCo que marca la kansición hada el a」ィ・セョウ@ desde el Ok'l:ll-
vaiense o Modo 1. En e,1 <Xl:SO de la Peni11Su;l a Ibéf4ca, Jos bitoc.es no
npareóeron t;o.s}o hace unos 500,000 BP, CI.Klfldo la tecnología Ache-
leme parece dis.per'S'Grse pOí toda Europa.
Aunque k; morfdiogía generol de los b¡bcéS monj'hestG UI'! alto @mdo
de re.g ularidod en lodos sus ámbitDs de apaí'iÓÓfl, puede apreclun;e un
1 o1to grado de variabilidad interna en sus 'tormos, ッセ←ョ」Qウ・エ「ᄀ、g@
di:ferentes エセーッウ@ (bs mas conocidas son las de Bordes y RoojePl 'fun-
ción del 0&}?-ecJO más o menos apuntado o mas o menos coron,do lenfor-
mo de corazónj; la sinuosidad de sus filos o lo formo de sus bases. Las
explicaciones de esta vGriabiiidad tipo.lógicQ, proponen que puede ser
consecuencia de transformaciones cronológicas; la manifestación de fra· I
di-ciop.es Guhurales dHerent9s; la herencia de métodos de fobric0c;ón dis-
tinlos; el U60 en 'hmciones diferentes; las pos-iblidodes de tolla Gue ofiE:- I
cen los distintos materias primas; o como consecuenóa de requerimientos
ャッ」セ・ウ@ o nec.esidades funcion-a/.es concretes.
El repaso a estas alternativas puede Hevarnos a una de las ctiestiones
claves que peímitiríGJl aclarar esta variabilidad morbJógica: ¿cuál es 10
utilidad de los bibces? Han sido numerosos los traboiosorientados a cono-
cer el pape'l social o funcional que pudieron jugor los bifaces entre los gru-
pos de homínidos del Paleolítico inferior, en especial duranrelos ú!.timos
M M NM Mセ L セ@
1';', : I:OLÍTICO ISFERIOR (JI): ELPALEOLÍnCO ャセtferio@ CLÁSICO 199
25 años. Por ・セBLーQ L@ッ Kmen Schick y Nkhdas 10th hen revisado varias
funciones 1-eÓiioo:s: muk¡fu,':lici6n; pom cavar; núcrcos eshilizodos; BGゥセ・ウ@ cles-
linad<!}s a las toreas dB procewmie1<;K> cámi.co; ーオョセ。ッ@ ce proyectil; .... lGS
Cixperime'ntos イ・セZッ、gエウ@ les han Ikvcdo a condiJir l€oo lo morfdogio de
los bi'face's eMá rekcicne€a c'Gn su セューォd@ a mooo de cochiltos, en el des-
piece d.e granocsherbívoroL En términos simibres hnn sido interpretcdos
estos elementos en ッセイqs@ estudios, índvyeRdo algunos de Qrqueologí<::l expe-
rimente!, en !QlS .qUB arjerodBs de este üpo fueron utHizodos para des-
é uar{i,z;ar COfOa:SCS de animd.eG; r otrm de troceolog:í o o 。ョVェセDQs@ de hue-
llos de uso, fe>3li,zooos en drf8,ootes bfuce.s document.oGos en el registro
Africano y ElIropeo. En ・ウセ。@ Q'Ltima セ■ョ・ッ@ deskJconlos estudj,05 realizados
con los bifaces d€
! Y'GámQemohr?iénko de Box,grove.
Todos estos trci:rojo$, nOl1l ieñ:d:odo que en 10 optrmiZClG1Ón dee:olos
toreas redundan el peso de estos objetos; セ@ filo continuo de los mismos; ,
y la robustez que hohrfuolmenie los comcterll:o. lo conjunci6.n de estos
rosg'o s conv¡eÑe セゥZ・@ 'Íf,s1rumental €fl un úf,iJ epropYilldo ,rora el cle$cuorti-
zomiento de anim¡;;:!.es, pu:ÓierujJo s.er utilizados los hifooes paro los pro-
cesos de despeHejoio; Eiesme'mbromiento 'Y fiteteodo de los carcasos . 005
de los yacimi.entos donde, O(lemós de ¡'o trcceologia, los anális1s ¡donó-
micos invi{cm a propcneresla ecuación 5.on los ingleses eJe boセYイッカ・@ y
Hoxne. En ambos se documentan mofCOS de corte y fradums en huesos
de herOlvoros,
¡, _.1'
que PQ{!;flGl1 .:J (j I o apilCaclon
CoT1'eSpOn",er . . . , ae
, es.e
. 'Ilpo
ce
"
irrstrtJ.ffientos _
. セNL ... -
20{) :PKE IUSTORIA y PROTGH1STúRLl\ DE LA PENáNSULA mÉRICI\ '
M セ@
centaje de biraces. Por aira parte, en los momentos o que se o.tribu:ye
el Achelense medio suele fecnarse ャ。セ・ョ@ opoTtción dele fécnica de
tolla levdiois . Como ya se ha comentada en et Tema 3, le tendeFlcia
actual es considerar este ospedo tecnoióeico como marcador arqueo-
ló§ico del ,tr'ánsito Paleolítico inferiorjPdedmeo medio.
3. ,Aclreien:¡;e 5-upericr, En eJ esquema de :Bordes, correspondería a!
último estadio glaciar del ciclo climático conocido como JR:iss. De hecho,
sitúa su inicio en ellramo superior de la secuencia conocido como 'Riss
11 (OIS 8), casi desconocida desde un punto de vista arqueológico cuan-
do Bor<ks estableció su división. Se caraderiz:aría por lo presencia de
1.\LEOLÍTlCO l?1IT:.R10R (H): EL PALEOLÍTICO INFERIOR CU\.SlCO 2:03
otras イァセッョ・ウN@ Tol es el ceso de セ。@ mayor porte de セqヲG・ョBLウᄀッ@ ¡héTica,
donde son mós comunes las cuHャイᅮセPU N@ S,'j 、ゥヲ・イBLセ@ 」。セᄀ、ッ@ pare lo セqrGo@
otorga cierro イᄀ[セー・、ッ@ orca.¡co a los 」oャGセオョエッウL@ con independencia de su
CfOfld0gia. Q.e ahr que su ・セエイッ_、ォZャᅮョL@ sin considerccioaes ée otro tipo,
seo ーイLセ「ャ・Zエゥ[サᄀュ@ 'Y di scutíbte.
FIGURA 4,5, Modelo del modo en que durante el Paleolítico inferior dósico le visik:!
reiterada e lugares セᄀエカ。、ッウ@ junto a cursos fluvides, hizo que estas ór-eQ$ se
transformaran en palimpsBstos en Jos que se mezclan materiales de d¡f<erente·s
cronologías (según Sontonja, 199] fig. 4).
------ _. - . セ@
Siguiendo este esqueDk"t.. ォセウ@ rnaHtfE'staciúnes peninsulares más anti-
guas del Acnelense peninstdal' (erltérmiTIlos tram;:;ionales, Achdense iBf.e-
ri-or) aparecen en l.as ten:-:azas Glhas y medias-ahas d e lüs ríos cid interii01:
Se trata de industrias ゥセエ」MNGsgュッ@ las de La z.,1.aya lIT {Sa1&'7lancaD o San.
Quirce dd P,j·Q Pisuerga (Burgos). ífenkndo en. cuenta su tipo de indu.s-
tria, Pinedo (Toledo) co,rres.poNGeri.a a tos momentos inicia4.es ae1 Ache-
lense inferior (a veces deuominados Achel-ense arcaico o Abbevi.Uien·se).
sセGョ@ emhargo es más tardío, pues a tenor de algunos dat.os geológicos 'Si[
cronologia par:ece corresponder con la fase posterior, el Achdense w,ed,iG.
.Fases
AChd.enses
Aclwlel1se final 1 RissAYürm 1 015 Se 118..'QOO El Castillo; Lezeb:iki; SoLaBa
128.000 dd Zamaorino; la Maya [;
'1 Ri'Ss m: 'J OIS 6
1 Ac;he>ense
I
' superior ¡
セ@
j
GIS 7
.
!, lU.OOO
. El Basal.i to; O>.igenG;
. Galería Pesada
RissU
1 OIS8 . Cuesta de la Bajad.a;G.ran Bolina
3-03.IVJO 10-11; Galena; Ambmna;
Aohelense memo OIS 9 j Iorralba; La Maya ll; Meai0.ad.a;
R:iss I 339.{){1{) IJpian;:a; El Sarta1ejD; San
GIS !O
l 362.60l'l isidro; Áridos 1y ll; Pinedo;
Mind:eVRissl ms 11 Puente Pino; Ei Sa.rtruejo
423.ÚOG
GIS 12 1'Vitlapando:
Achelense inferior 1 4K0OD 1 San Quirce;
Minóe¡ GIS 13 La Maya Ili; El Espinar; La
524.000
Mesa; Espinilla
GIS 14 565.000 Sima de los Huesos
Uno de íos yacimientos achelenses peninsulares más an'üguos. es [a
Si:iRa de ion HNesos de Atapuerca (Burgos). Su excavaóón ha propOl:>::io-
nado una i-mp0'rtante cantidad de fósHes humanos, asodados a a-estos .G-e
La mayor parte de los conjuntos achdenses septentrionales son hrrá-
ta<1os en efectivos. POf" tanto, son poco diagnósticos desde un punto de
vista técnico y tipoiógico. Tanto es así que Adolfo Rodríguez Asensio tia
expresado ]a posí'bilidad de que algunas correspoBdan a etapas posteáo-
res, posiblemente contemporáneas al Asturiense del Epipaleoiitico. Todos
los yacimientos conocidos que realmente son del Pa1edlíüco ゥNュ・イッャセ@ COITeS-
ーッョ、セ@ a momentos avanzados del Pleistoceno medio. Los más aWLlguos..
como eウーゥョセh。@ (CaIltabria), no pueden dat'drse con anterioridad a O.lS 11>
(524.00-478 ..00.0 Ka BP), fecha que se ofrece como estimación de anti-
güedad méLNima, mús que como una datación concreta y segura. De hecho,
la Gcuipación humana de esta franja no ofrece vestigios de cierta densi-
dad demográfica , hasta las fases OIS 9 y OíS 8. Es entonces cuando se
datan el grueso de los yacimientos de la región atribuidos ai Achden.se
medio y superior. "fodos ellos unen «cantos tr-abajados}> él elerrtent:os CORlO
bifaces, hcndeclores y piezas obtenidas por medía de técnic.as Lc\'aliols.
Tal es d G.'lSO, por ejemplo, de Gdfa, Chan do セ c・イ■NクLッ@ POlt.3vedra de Gon-
domar o Gán-daras de Bndiño, en Pontevedra; A Pitdm y Pazos de San
Ciprian en Oren,,>e; y Bañugl.'les, Llagú o Cabo Busto, en Asturias.
mentan abundantes restos de fnl:t os secos y oJeagino!ws (semillas de oli-
vo si1\'estre), ;Además de acumulaciones d e semillas de uva si'lvesI:re. 'Todos
estos restos \'egetales se asocian n yunques y cantos de piedr:a, con mrur-
GaS que indican su uühzación para. romper cáscaras,
J'¡\l.l ,'oLtTICO Aセflrゥo@ (ll): EL PALEOLÍTICO INFERIOR CLÁSiCO 219
I I
PALEOLÍTICO {C\:FH'JOR (II): EL PALEOLíTICO INFERIOR CUblCO
,"'ú . r;x .
I
PALWLÍTICO lセヲB ᄋ epjor@ (11): EL PALEOLÍTiCO INFER10R CLÁSICO
-r
セ@ . EL FE\AL DEL ACHELENSE V LA TRANSlcCIÓN
AL paj セ eolᅪtic@ MEDIO
Desde la transición entre las fases isotópicas (OIS) 9 y 8 (hacia 303.000
BP), apreciándose W1a mayO!!: intensidad al proceso desde OiS 7 (inicia-
da en 245.000 BP), coincidiendo con lo que en térmmos clási.cos se deno-
mina Achelense supelior y final, las industlias líticas europeas, ウセョ@ que la
Península Ibérica sea una excepción, ofrecen cada vez más ejem.plos de
yacimientos con rasgos muy similares al posterior lVlusteriense, el tecno-
complejo más característico d1':l Paleolítico medio.
De este modo, desde estas cronologías es habitual que el utiHaje en
lascas retocadas sea más diversificado y estandarizado, manifestándose
22.6 PREHISTORiA Y PROTOHISTORIA DE LA PENÍNSULA. rm:.rucA
No parece que cad8 yacimiento fuet'a ocupado por grupos con tradi-
ciones cultulales o tecnológicas diferentes. Bien a[ contrario, tal. como se
ha señalado en un epígrafe anterior de este tema. ASÍ, en Galería se desa-
rrollaron actividades complementarias a las que tuvieron Gran DoEna
como escenario. Es muy posible que en esta ésta sea una de las expiica-
ciónes a esta convivencia tecnológica: las poblaciones de este último tra-
mo del Plei.stoceno medio utilizaron repertorios instrumentales y técni-
cos diferentes, relacionados con las tareas desarrolladas en cada lugar.
'.
P,UEOLÍTICO INFERWR (11): E1. PALEDLÍnCO 1t\"'FEKm'R CLÁSICO
bU •
228 f'REHISTORIA y PROTOHISTORIA DE LA PEl\;i."1SULA IBÉRICA
namiento se bRsa en los contex·t os de aparición de las industrias líticas,
así como en un supuesto proceso de mejoro. paulatina de las téCNicas de
talla. Este aparente progreso técnico apareceda reflejado en b estauc{a-
rizacióR y el. refinarrüer:;{o de Jos bi;f:aces y los hendedores, su inst.mmen-
tal más representativo (aunque no d más numeroso). También en lm.a
creciente cliversificaóón dd uÜHaje y en la incorporación ーイッァ・ウセカ。@ tie
las técnicas de talla Lc\'aHois, ,progresivamente más utilizadas desde 1a
trans ición GIS 9-0fS 8 en adelante.
No obstante, este esquema está セオェ・エッ@ a no pocas matizacwnes, pues
las posibihdades de aplicar las mejoras tecnológicas parecen sujetas a kt
calidad de ias materias primas disponibles en cada zona, así como a las
actividades que se desarrollaron en cada yacinuento. Desgraci.aclamen:te.
este último aspecto es difícil de d eterminar, como consecuencia de una
conservación generalmente deficiente de los datos que podrían oy'1:1dar-
nos a deducirlas.
Las é'&trategius de subsi.st.enciadesp!egaG<ls por Homo h.eidelbergensis
hahrían combinado la caza con eI aprovechamiento oportunista (cari'o-
ñeo) de antmales faHecidos por caUSG'5 naturales. Tal sería el caso de 10'5
elefantes ancianos, que aparecen asociados a únstrumentallítico.en nume-
rosos contextos fluviales y cenagosos. El registro disponible indica que
estas comunidades tuvieron un conocimiento ba.stante proP-t.mdo de su
entorno y de las oportunidades de conseguir aümento que les orrecia.
La evolución morfológica de las poblaciones eumpeas dd Plei.stoce-
no medio se traducen en !0S cambios paulatinos que mal'can 1a transición
de Homo hei.delberge.i1sis a HomD n-eanderfhalensis (el famoso Hombre .d e
Neandertal). A comienzos del Pleistoceno superior esta última especie
aparece plenamente configurada y se caracteriza por una notable horno-
geneidad fenotípica o morfobgíca. Ésta contrasta con la variabihclad enmo-
cástica (esto es, la amplia diversidad modológi.ca que ofrecen los i.ndivi-
duos conocidos) de 10s primeros Homo heidelberge1'lsis europeos.
Tal vez este proceso de homogeneizacíón de los rasgos físicos, que no
es más que una manifestación de la reducción de la variabilidad genéti-
ca, se relacione con las oscilaciones climáticas del Pleistoceno medio. Pue-
de apredarse, a partir del registro arqueo16gico. como 1as latitudes sep-
tentrionales y centrales de Europa se com'irtieron en desiertos
demográficos durante las fases frías, teniendo poblamiento durante bs
templadas. Al igual que ocurrió con especies animales y vegetales, las
poblaciones humanas se contraerían durante los periodos más bias hada
las latitudes meridionales, convertidas en to que se conoce como áreas
refugio. Como resultado, algunos alelas se habrían perdido o diluido a
Mセ ⦅ NM M M M M -- -'- -.
j i!
1'¡\LEOÜnCo lNTEmOR (H): EL PALEOLÍ1'!CD iNFERiOR CLÁSICO 229
favor de aquellos más abundantes y que, por tan.to, en este proceso セ・@
ftahrian transmiti<1'Ü en mayor medida una generación tras otra,
No puede establecerse un mOmeI1ito concrctoen que el PaleaHtKo iínfe-
iiür de paso al P.a1eolíücG medio, Lo que se aprecia es un Jargo pmceso,
intclado poco después de 350.800 i8P, de gene-r.düaoión -de ¡-os s¿stenll.as
de talla Le\'aNois, y de confiblU.mción de las tecnoiogí-as musterienses, [as
nlás car:actoerísÜcas del Paleolítico medio. De ah&' que numerosos investii-
gadores consjcterel1 que d Achdense sU1-lerior Y final debe aewjmina:rse
"Pl'oto-'i\111sterit:nse» o «Musteliense arcaico ». En cualquier caso, 2-
l'omienzos del Pieistocen-o superior d Musteriense ap,éu·ece plenamente
configurado y 2.mpHamente distribuido en Europa, sin que ¡l a Peníns ula
fbé-rica constituya una excepción a esta clinán:üca,
I I
230 PREHISTORIA Y PROTOIfITSTOFJ.A DE LA PEKÍNSULAlliÉRKA
descubrimientos realizados ¿urante iDsaüos t>r:anscun,\{ilGs desde su
publicación original, sigue siendo váHda b z.pormción de sus pri-
meros temas, centrados en los aspectos a;utrG:po{ógicos de tas socie-
dades cazadorasrecclectoras y en 12. estruc(<t¿ra meclioambienta!! de
Ern:'0pa.
GAM·BLE, C. (2001): Las sociedades pal:eoliticas de Europa, BruiCclona, Arié>1.
Lejos de tr&tarsc de una actualización cid manual anteri:ormen:te cita-
&o, se trata de una nueva interpretación cid regis'tt'O 。イアオM・ッャセァゥ@ dd,
pセ・ッhエゥ」@ europeo, hasta el Paleoiítico superior micia1. Resultan es,pe-
cialmen,te iRteresaRtes las reflexiones sobre sociobiologí.a de sus pri-
meros capítulos.
MENÉNDEZ, M. O996): Los primeros europeos, Madrid, aイcoAlヲィセBウN@
Una breve sintesis sobre e1 PaleolítiC0 inferior europeo, con N。セァャエᄀLAuGU@
re,.'1exiones interesantes sobre el proceso de poblamiento cl't"l CaI!/.ti-
nente.,
; A, .hMENO MARTfu"EZ, y V. M. FERNAb:DEl MARm:¡EZ {[99J}: Di:cciG1wrio
,de l'D.¡·efzistoria, M:adri.d, Mianza.
Una herr.amienta fundamental a la h.ora de 。、イセZ@ terrninologia de
la Prehistoria. Las entradas, deilicaJ..as a periodos, cultl..u:as, yadmie'TIito5
y fósiles guías, .ofrecen una infDrm,aCÍón sintetiza·da muy valiosa.
MUÑoz AMILIBIA, A. J\e. (ed.) (2001): Prehistoria. Ton1G [: Paleolítico y Meso-
litico , Madrid, UNED,
Manual de referencia pal:a las asignaturas cid !l)epartarnent0 &e Preh1.s-
tooa y F..:.t.queología de la U't\.'ED.
VEGA, L. G. (2Ú03): La otra Hwnanidad. La Europa de los Neandertmes,
lvtadrid, Arco Libros.
Como todos 1üs libros de la colección de Arco, se 'tema de una smtes1.s
breve. Este volumen es sumamente claro y CDflsistente en su repaso
al .origen y clesarrolio de las sociedades neanclertales europeas.
セゥャスZhHIァイNェ。@ cspecifku
AGUIRRE, E, (ed.) (1998): Atapuerca y la Evolución Hwnana , Madrid, Fun-
éació11 Ramón Areces.
(2000): Evolución humana. Debates actuales y vías abiertas. Discurso
de Recepci6n, Madrid, Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas}'
Naturales.
· B@ N BlfNHセᅪtico@ LI;,!,FHHOR (H): EL PALEOLÍTICO IKFERWR CLÁSlCO 2.51
セ BsiャagL@ J. L. (l'S'99): El collar del Neilnd.ertal. En busca de los !Primeros
Pensadores Madrid Temas de Hoy.
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232