Identidad Lesbica+
Identidad Lesbica+
Identidad Lesbica+
Revista de Humanidades y
Ciencias Sociales
ISSN: 0716-498X
[email protected]
Universidad de Talca
Chile
La construcción de la identidad lésbica es un proceso que suele ser largo y doloroso. Para que una mujer se
considere a sí misma lesbiana debe tener conciencia de la existencia de la categoría “lesbiana” y luego debe re-
significarla de manera tal de hacerla congruente con su experiencia y poder identificarse con ella (Jenness 1992). En
este artículo reviso el concepto de identidad homosexual, describo cómo se relacionan las lesbianas chilenas con su
orientación sexual y analizo el proceso que siguen las mujeres que participaron en mi investigación para construir
una identidad lésbica y llegar a identificarse a sí mismas como lesbianas.
Palabras claves:
Identidad sexual – Lesbianismo - Homosexualidad.
ABSTRACT
The construction of a lesbian identity is usually a long and painful process. For a woman to categorize herself
as a lesbian it is necessary that she has an awareness of the existence of "lesbian" as a social category and then she
has to relate it to her own life experiences so she can identify with it (Jenness 1992). In this article I review the concept
of homosexual identity, I describe the relationship of Chilean lesbians with their sexual orientation and I analyze the
inner process of the construction of a lesbian identity experienced by the women who participated in my research.
Key words:
Sexual identity – Lesbianism - Homosexuality
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Revista UNIVERSUM N° 22 Vol. 2 2007 Universidad de Talca
1) IDENTIDAD SEXUAL
El uso común del concepto identidad se relaciona con la forma en que las
personas entienden quiénes son. La pregunta ¿quién soy? la responde cada individuo,
pero lo hace en relación a la mirada de los otros. Esta primera pregunta está íntimamente
Artículo recibido el 20 de agosto de 2007. Aceptado por el Comité Editorial el 10 de septiembre de 2007.
1 El contenido de este artículo está basado en información recogida en un estudio etnográfico que realicé
en Santiago de Chile entre los años 2003 y 2006 con mujeres de estrato medio que se consideran a sí mismas
lesbianas. Las técnicas utilizadas fueron la entrevista en profundidad no estructurada y la observación.
Esta investigación constituye mi tesis doctoral en Antropología Social y Cultural presentada a la Universidad
de Barcelona.
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Florencia Herrera Oesterheld
relacionada a una segunda: ¿cómo me presento a los demás? La identidad sólo tiene
sentido en la medida en que puede ser reconocida por otro sujeto. La manera en que
damos significación y sentido al mundo que nos rodea está estrechamente vinculada
con la forma en que nos posicionamos en ese mundo (Pina-Cabral 2002).
Específicamente, entenderé la identidad sexual como la interpretación que las personas
hacen de sus deseos y prácticas sexuales y amorosas en términos de su autodefinición
y presentación a los otros.
Existen básicamente dos perspectivas en torno a las cuales han girado los
debates respecto a la identidad sexual (Mosher 2001). La primera es la de las teorías
esencialistas. Éstas entienden la identidad sexual como algo que viene dado por una
forma o disposición que se ancla en la más profunda esencia de cada persona. Mosher
(2001) plantea que las teorías esencialistas describen a las identidades homosexuales
como maneras fundamentales de “ser”, que son determinadas prenatalmente o en
la temprana infancia. Estas teorías señalan que existen dos y sólo dos formas de
sexualidad: la heterosexual y la homosexual. “Salir del clóset” es reconocer a qué
categoría se pertenece. En este marco, cada persona debe identificarse con una de
estas dos posibilidades. Mosher señala que los modelos esencialistas no tienen la
capacidad de explicar la naturaleza fluida y dinámica de la sexualidad (2001: 164).
No obstante, estos modelos pueden reflejar la forma en que las personas se perciben
a sí mismas y sus principales características.
La segunda perspectiva es la de las teorías socio-constructivistas. Éstas estipulan
que las identidades son construidas, fluidas y múltiples (Brubaker y Cooper 2000).
La identidad de cada persona es el producto de la autocategorización y de la relación
del individuo y su mundo social. Esta perspectiva da cuenta de la fluidez y dinamismo
de la sexualidad y permite superar la dicotomía heterosexual/homosexual. Sin
embargo, Brubaker y Cooper argumentan que para librarse de las cargas esencialistas
se debe “suavizar” el término identidad perdiendo este parte de su valor analítico2.
El concepto de identidad homosexual apareció en la literatura científica en los
años 70’, y se refiere al sentido que tienen de sí mismos los gays o las lesbianas como
personas que no sólo tienen sexo con personas de su mismo sexo, sino que se identifican
como homosexuales (Kornblit et al. 1998).
Al hablar de homosexualidad se ponen en juego: la orientación homosexual
— entendida como la disposición erótica y afectiva hacia el mismo sexo (Kornblit et
al. 1998)—, las prácticas sexuales y la autocategorización o identificación como lesbiana
o gay. Generalmente se tiende a asimilar el comportamiento sexual con la identidad
sexual, sin embargo éstos no siempre son coincidentes (Kornblit et al. 1998; Comide
2007). Lisa Diamond sostiene que la identidad sexual, la atracción y la conducta están
relacionados, pero para las mujeres pueden discrepar (citado en Murray, 2000).
Richardson (1992: 188) señala que tener relaciones sexuales con mujeres suele
considerarse como una prueba de lesbianismo. Esta autora plantea que la asociación
entre actividad sexual e identidad sexual debe ser cuestionada y se pregunta cuán
vital es el sexo para la construcción de una identidad lésbica. Cardín (1984) sostiene
que el término ˝homosexualidad” hace referencia a las prácticas sexuales con personas
del mismo género que confieren identidad cultural, mientras que “homoerotismo”
se refiere a la práctica sexual que no confiere identidad cultural. Las lesbianas chilenas
distinguen entre prácticas sexuales y la atracción afectiva y erótica. Sin embargo,
2 ‘Soft’ constructivism allows putative ‘identities’ to proliferate. But as they proliferate, the term loses its
analytical purchase. If identity is everywhere, it is nowhere. If it is fluid, how can we understand the ways
in which self-understandings may harden, congeal, and crystallize? If it is constructed, how can we
understand the sometimes coercive force of external identifications? (Brubaker y Cooper 2000: 1).
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Construcción de la identidad lésbica en Santiago de Chile
b) Lesbianismo y bisexualidad
Entré de a poco en este mundo lésbico y hoy en día me asumo, más que lesbiana,
yo te diría bisexual... ¿Por qué bisexual? Porque yo creo que me enamoro de
la persona independiente de su aparato genital. No tengo nada en contra de
los hombres. Desde los 28, 30 me resulta mucho más atractiva una mujer que
un hombre (Laura).
3Hay mujeres que no han tenido relaciones sexuales con personas de su mismo sexo, pero son clasificadas
por las otras como lesbianas ‘reprimidas’, mujeres que se niegan su propio lesbianismo.
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Tampoco es culpa mía ser lesbiana. Yo no elegí ser lesbiana. Yo elijo si me vivo
mi ser lesbiana no más. Pero no elegí ser lesbiana. Si fuera tan fácil de elegir
yo no habría elegido ser lesbiana porque es muy difícil ser lesbiana. Entonces,
por eso yo siempre corrijo cuando me dicen “¿cuál es tu opción sexual?”. La
mía no es una opción. Nunca ha sido una opción. Yo no opté ser lesbiana. Yo
venía lesbiana. Lo que yo elijo es si me lo vivo o no (Luisa).
Las mujeres viven el proceso de asumir una identidad lésbica como el camino
de hacer congruente la esencia de la persona con la vivencia cotidiana. No reconocer
esta identidad es vivido como una traición a uno mismo. La elección no está radicada
en lo que uno “es”, sino en vivir de acuerdo con lo que uno “es”.
Paula señala que la orientación sexual no se escoge, pero “el vivir como lesbiana
o el asumirte como lesbiana y sobre todo vivir feliz con eso, es una elección” (Paula).
En este marco, muchas mujeres tienen la sensación de haber nacido lesbianas y su
elección se limita a vivir de acuerdo a este lesbianismo o negarlo. Por ejemplo, cuando
le pregunto a Débora si ser lesbiana es algo que viene dado o se escoge me responde
“yo nací genéticamente, y ahí no hay nada que hacer, no tengo una influencia externa
(…) Desde que abrí los ojos me siento así” (Débora). Fabiana ilustra bien la idea que
el lesbianismo no es una opción, pero vivir de acuerdo a él sí lo es:
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Construcción de la identidad lésbica en Santiago de Chile
Seidman et al. señalan que no se puede asumir que todos los individuos
experimentan su homosexualidad como una identidad y, por ende, su negación u
ocultamiento como una traición a sí mismos. Asimismo, no todos los homosexuales
experimentan los sentimientos heterosexuales y homosexuales como mutuamente
excluyentes (1999: 18). Las únicas mujeres que perciben que tienen un espacio de
elección en su sexualidad y su vida amorosa son aquellas que se identifican como
bisexuales. Por ejemplo, Laura se considera a sí misma bisexual con una opción
lésbica:
Yo te puedo decir “sí, soy lesbiana”. Me gustan las mujeres, tengo una pareja
mujer. Por eso soy lesbiana. Ahora eso no implica que si veo un hombre atractivo
no lo vaya a encontrar atractivo. Pero de ahí a comprometerme emocionalmente,
en este período de mi vida al menos, no me resulta interesante. Es una opción
lésbica. Sí, es una opción lésbica hace ya hartos años (Laura).
A continuación describo algunos aspectos del proceso que siguen las mujeres
que participaron en mi investigación para construir una identidad lésbica y llegar a
identificarse a sí mismas como lesbianas. Esta sección está dividida en dos apartados.
En el primero de ellos doy cuenta de las diferentes formas en las que se inicia el
cuestionamiento de la identidad sexual. En el segundo, abordo las principales
características del proceso de asumir una identidad lésbica.
Yo me considero lesbiana desde que tengo uso de razón... Tres años, cuatro
años, cinco, ponte tú. Antes del despertar sexual incluso. Pero caché que
realmente me atraían las mujeres de chica. No tengo otro recuerdo. ¿De quienes
tengo el concepto de enamorarme?: de las tías del jardín, de las profesoras del
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Florencia Herrera Oesterheld
colegio, de las vecinas, de las amigas de mi hermana. Entonces desde que tengo
uso de razón lo he sido (Débora).
Mi proceso fue de niña. Cuando era chica me acercaba mucho a las mujeres.
Siempre me gustaban mis amigas. Siempre terminaba como enamorándome
de mis mejores amigas. Y... así, en fin, fui creciendo y... traté de pololear, pololeé
dos veces, un desastre, no me sentía bien. Sentía que no me atraían los hombres
para nada, solamente las mujeres, atracción física, emocional, todo... (Karen).
Fui absolutamente heterosexual hasta los 25, 26 años, nunca me gustó ninguna
mujer. Siempre tuve amigas, siempre tuve pololos. Me bañaba en el lago con
las amigas, nunca sentí deseo por ninguna. Nunca me atrajo ninguna. Y a los
25, 26 tuve una amiga y de repente me empezó a gustar mi amiga y fue muy
extraño todo eso. No sabía qué me estaba pasando y ahí entré, de a poco, en
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Construcción de la identidad lésbica en Santiago de Chile
este mundo lésbico y hoy en día me asumo en realidad más que lesbiana yo
te diría bisexual... (Laura).
Jenness (1992) sostiene que existe una diferencia empírica y teórica entre
comportamientos asociados con el lesbianismo —el hacer— y el identificarse como
lesbiana —el ser. Para ilustrar esto utiliza el ejemplo otorgado por Carol Smith-
Rosenberg quien sostiene que aun cuando las amistades románticas entre mujeres
eran bastante comunes en el siglo XIX no existía una identificación con el lesbianismo.
Estas relaciones eran aceptadas socialmente y además eran completamente compatibles
con el matrimonio heterosexual. De esta forma, existe una brecha entre el
comportamiento de las mujeres, las imputaciones culturales de lesbianismo y la
adopción de identidades lésbicas.
Jenness (1992) señala que en la auto-definición de las mujeres lesbianas se da
una interacción entre las categorías culturales disponibles, la interpretación de las
experiencias y la adopción de identidades. Esto explica que el ‘hacer’ no implica el
‘ser’. El ‘ser’ o identificarse como lesbiana depende de que exista una categoría social
‘lesbiana’ y que la propia experiencia se interprete de acuerdo a esta categoría (o con
la resignificación de la categoría).
En el caso de Marcela se puede observar el juego entre las categorías disponibles, las
experiencias y la identidad. Marcela tuvo contacto físico con otra mujer, luego
interpretó está experiencia de acuerdo con las categorías sociales disponibles y la
calificó como ‘lésbica’ —de acuerdo con la clasificación que realizaban sus familiares
y amigos. Esta congruencia entre la experiencia y la categoría la lleva al ‘ser’ lesbiana.
4 Los resultados de la investigación de Kornblit et al. en Argentina apuntan en el mismo sentido. “Existe
un hiato entre el percibir la atracción por las mujeres y el que una mujer se reconozca a sí misma como
lesbiana” (1998: 48).
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Juana Clara sostiene que para ella fue difícil identificarse con la categoría
‘lesbiana’, porque ella misma era permeable a las nociones sobre lesbianismo que
circulaban en su entorno social.
Mi mamá tuvo mucho cuento con la religión. De chica católica, después Testigo
de Jehová. Y en ese cuento la religión es como súper drástica. Por ejemplo el
lesbianismo, los homosexuales, es algo sucio. Entonces yo sabía esas cosas y
para mí yo estaba contra la natura. Entonces tenía que luchar contra eso. Fue
una lucha interna muy larga para mí. Muchos años. ¿Qué hice? ‘No, esto no,
yo tengo que luchar contra esto’. Entonces me puse a pololear, empecé a conocer
tipos, salía, pololeaba. Pero siempre estaba la parte muy interna mía que me
decía que no era lo mío. No me sentía bien (Blanca).
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Jenness (1992) señala que mientras las mujeres entiendan la categoría social
lesbiana de acuerdo a los significados —generalmente vagos y negativos— que le
son otorgados por su sociedad, tenderán a no identificarse como lesbianas. Para
autodefinirse es necesario realizar una resignificación de lo que implica ser lesbiana
o, en otras palabras, construir una identidad lésbica concreta y positiva que permita
la identificación.
Las entrevistadas han resignificado la categoría social lesbiana de manera tal
que sea congruente con su propia experiencia. Han dotado de sentido y contenido
este término. De esta manera, ellas hacen propia —cada una a su particular manera—
una categoría que antes les era ajena. Esto no significa que cada mujer realiza su
proceso completamente sola. Como señalé en la sección anterior, las relaciones y la
mirada de los ‘otros’ cumplen un papel importante en la formación de las identidades.
De acuerdo con las experiencias de las mujeres, son claves en esta resignificación los
referentes entregados por otras personas y/o por organizaciones. En este sentido,
algunos de los espacios y relaciones más mencionados por las entrevistadas son:
organizaciones feministas y lésbicas; terapias psicológicas; el ‘ambiente’ homosexual
(discos, bares); amigos homosexuales e Internet (como medio para contactar gente
y acceder a información)5 .
Tenía como treinta años. En ese momento conocí a mi grupo feminista. Y ahí
conocí mucha gente totalmente distinta a aquella con la que yo me había
relacionado antes. Mucha gente estaba en el ámbito de las ciencias sociales, y
dentro de esas mujeres feministas conocí a algunas que eran lesbianas. Y la
verdad es que se me abrió un mundo, o sea, otro mundo. Ahí realmente creo
que yo me asumí. O sea, decidí ser consecuente con lo que sentía (Fabiana).
Las terapias con psicólogos o psiquiatras también han sido útiles para varias
entrevistadas. En estos espacios se les ha otorgado legitimidad y se ha validado su
orientación sexual.
Hasta que llegué un día donde una psiquiatra que me dijo que tenía que
asumir... lo que yo era. Porque igual yo batallaba contra todo esto. Si bien lo
estaba viviendo, pero era una lucha entre lo que yo quería ser realmente y lo
que era. Entonces ella me dijo que dejara de batallar tanto (Luz).
5 Estos espacios de referencia permiten construir la parte homosexual de la ‘doble vida’ (o el clóset) a la
vez que no develan la orientación homosexual a la vida no lésbica.
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Construcción de la identidad lésbica en Santiago de Chile
cuestionamiento, comienza a frecuentar discos y bares gays y afirma ‘me sentí como
en mi casa’. Leonilda, va a discos lésbicas para conocer gente e intentar dilucidar su
identidad sexual. Antonia afirma que ella tenía la ‘sensación de ser la única lesbiana
en el mundo’ hasta que conoce el ‘ambiente’.
Otro aspecto importante cuando se está asumiendo una identidad homosexual
es contactarse con personas con procesos o identidades similares. Mosher (2001: 170)
sostiene que revelar la identidad sexual a otras personas homosexuales ayuda a
normalizar y validar la propia experiencia, así como a construir una identidad positiva.
Varias entrevistadas le revelaron su cuestionamiento a un amigo que creían que podía
ser gay, de manera tal de encontrar la comprensión de otra persona y compartir
experiencias. Sebastiana incluso compartió sus primeras excursiones a discos gays
con su mejor amigo homosexual.
Las entrevistadas coinciden en afirmar que las condiciones para asumir y
declarar una identidad homosexual han cambiado en los últimos años. Señalan que
hoy existen más referentes y menos estigmatización que hace 20 años atrás. A su vez,
sostienen que han aumentado los locales gays y lésbicos, hay más personajes públicos
que han asumido una identidad homosexual y las organizaciones homosexuales
tienen más visibilidad. Finalmente, el acceso a Internet ha marcado un hito en cuanto
a acceso a la información (dónde están los bares y disco homosexuales, cuáles son
las organizaciones lésbicas, qué significa ser homosexual) y al contacto entre pares.
En este último caso, la gran ventaja que ofrece Internet es la posibilidad de buscar
información y establecer contactos anónimamente. Varias de las entrevistadas
conocieron a mujeres que luego fueron sus parejas a través de la red.
A lo largo de este artículo se ha evidenciado la dificultad de las lesbianas
chilenas para construir una identidad positiva. La falta de referentes positivos, la
estigmatización y la discriminación influyen poderosamente en las maneras en que
las lesbianas se perciben a sí mismas y se presentan a los demás. El proceso interno
de asumir una identidad lésbica puede ser muy diferente de un caso a otro, pero
usualmente es largo y doloroso. El asumir internamente una identidad lésbica no
conlleva necesariamente la decisión de dar a conocer la homosexualidad a los seres
cercanos. Esta es una elección que cada mujer toma muy cuidadosamente, sopesando
las ventajas y costos de revelar una identidad estigmatizada. El ocultamiento y la
doble vida como medidas de protección son una realidad para la mayoría de las
lesbianas en Chile.
BIBLIOGRAFÍA
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Florencia Herrera Oesterheld
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