Pruebas Historicas Del Bautismo en El Nombre de Jesus

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Pruebas historicas del bautismo en el

nombre de Jesus
(Siglo I - Siglo II- Siglo III)
A pesar de a ver cambiado el bautismo
original por el trinitario seguían incluyendo
el bautismo en el nombre Jesús
Justino Mártir (100 -165 d.C.)
La Edad de los apologistas griegos proporciona la primera evidencia definitiva para una fórmula
triple. Aun así, esos que usaron tal fórmula, como Justino y más tarde Ireneo, continuaron
incluyendo el nombre de Jesús.

Justino Mártir (c. 100 – c. 165 d.C.) escribió en su Primera Apología, capítulo 61 – El Bautismo
Cristiano:
“Después son conducidos por nosotros a un lugar donde hay agua, y allí son regenerados del mismo
modo que fuimos regenerados nosotros. Porque entonces reciben el lavatorio por el agua en el
nombre del Padre de todos y del Señor Dios y Salvador, nuestro Jesucristo y del Espíritu Santo. Cristo
dijo, en efecto: “Si no fuereis regenerado no entraréis en el reino de los cielos”… así como para
recibir por medio del agua el perdón de los pecados que anteriormente cometimos, se pronuncia
sobre aquel que quiere ser regenerado y ha hecho penitencia de sus pecados el nombre del Padre de
todos, Señor Dios, y este solo nombre empleamos cuando lo llevamos a la fuente bautismal para ser
bautizado. No hay nadie en efecto que pueda señalar nombre a Dios, que es inefable, y si alguno
dijera que Dios tiene un nombre deliraría del todo. Y aquel lavatorio se llama iluminación, porque
son iluminados en la mente los que aprenden estas cosas. Pero el que es iluminado es bautizado
también en el nombre de Jesucristo que fue crucificado bajo Poncio Pilato, y en el nombre del
Espíritu Santo, que por medio de los profetas anunció de antemano todas las cosas que se refieren a
Jesús”.
Ireneo de Lyon (130 -202 d.C.)
Ireneo de Lyon (c. 130 – c. 202 d.C.), escribió en su libro Contra los Herejes, unas
expresiones de claro apoyo al bautismo en el nombre de Jesús:

“Y, habiendo la multitud preguntado a Pedro: "¿Qué debemos hacer?", él les respondió:
'Arrepentíos y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesús para el perdón
de los pecados. Y recibiréis el don del Espíritu Santo' (Hechos 2,37)”. (3:12:2). “Y no hay otro
nombre bajo el cielo que se haya dado a los hombres, en el cual debamos salvarnos
(Hechos 4,8-12)” (3:12:4). “Mas por las palabras de Pedro es evidente que conservó el
mismo Dios que ellos habían conocido de antemano; pero dio testimonio ante ellos
de Jesucristo Hijo de Dios, juez de vivos y muertos, en cuyo nombre mandó bautizarlos
para el perdón de los pecados (Hechos 10,42-43.48). Y no sólo esto, sino que además dio
testimonio de que Jesús mismo es Hijo de Dios, ungido por el Espíritu Santo, y por eso se le
llama Cristo. Es el mismo que nació de María, como lo supone el testimonio de Pedro”
(3:12:7).
En una obra posterior, titulada
Demostración de la Predicación Apostólica
En una obra posterior, titulada Demostración de la Predicación Apostólica, se refiere a
una invocación triple que retiene el nombre de Jesús en el bautismo.

“En primer lugar la fe nos invita insistentemente a rememorar que hemos recibido el
bautismo para el perdón de los pecados en el nombre de Dios Padre y en el nombre de
Jesucristo, Hijo de Dios encarnado, muerto y resucitado, y en el Espíritu Santo de Dios; que
el bautismo es el sello de la vida eterna, el nuevo nacimiento de Dios, del tal modo que no
seamos ya más hijos de los hombres mortales, sino de Dios eterno e indefectible…” (3).
(Siglo I - Siglo II Siglo III Siglo IV )
El bautismo de en el nombre de Jesús en
Hermas del Siglo II aludió al bautismo en el
nombre de Jesus
Para Hermas, el bautismo en el nombre de Jesús es la entrada a la iglesia y es para el perdón de los
pecados.

“Así que por tus preguntas descubrirás la verdad. Oye, pues, por qué la torre es edificada sobre las
aguas: es porque vuestra vida es salvada y será salvada por el agua. Pero la torre ha sido fundada por
la palabra del Todopoderoso y el Nombre glorioso, y es fortalecida por el poder invisible del Señor”.
(Visión 3,3) “Pero los otros, que caen cerca de las aguas y, con todo, no pueden rodar al agua, ¿quieres
saber cuáles son? Estos son los que han oído la palabra y quisieran ser bautizados en el nombre del
Señor”. (Visión 3,7). “Así, pues, dijo él, nadie entrará en el reino de Dios a menos que haya recibido el
nombre de su Hijo”. (Parábola 9,12). “Porque antes que un hombre lleve el nombre [del Hijo de] Dios,
es muerto; pero cuando ha recibido el sello, deja a un lado la mortalidad y asume otra vez la vida. El
sello, pues, es el agua; así que descienden en el agua muertos y salen vivos. Así que, también a ellos
fue predicado este sello, y ellos se beneficiaron de él para poder entrar en el reino de Dios”. (Parábola
9,16). “Y le dije: Todavía voy a hacer otra pregunta, Señor. Di, me contestó. He oído, Señor, le dije, de
ciertos maestros, que no hay otro arrepentimiento aparte del que tuvo lugar cuando descendimos al
agua y obtuvimos remisión de nuestros pecados anteriores. Él me contestó: Has oído bien; porque es
así. Porque el que ha recibido remisión de pecados ya no debe pecar más, sino vivir en
pureza”. (Mandamiento 4,3).
Los Reconocimientos de Clemente (que son parte
de la literatura Pseudo-Clementina de finales del
siglo II o principios del siglo III)

“[Jesús] instituyó el bautismo en agua entre ellos, en el cual podrían ser absueltos de todos sus
pecados en la invocación de su nombre… Todo aquel que, creyendo en este profeta que había sido
predicho por Moisés, es bautizado en su nombre” (1:39).
Un pasaje de la Didajé hace mención al
bautismo en el nombre de Jesus
La Didajé (obra del siglo II) sostiene que ninguno puede participar de la eucaristía (o santa cena), si no
ha sido bautizado en el nombre del Señor para ser santificado.

“Pero que ninguno coma o beba de esta acción de gracias, a menos que haya sido bautizado en el
nombre del Señor, porque respecto a esto también ha dicho el Señor: No deis lo santo a los perros”.
(9,5).

La evidencia más temprana de la fórmula trinitaria moderna la proporciona un pasaje de la Didajé


(probablemente interpolada) por Tertuliano y por Orígenes. Esta fórmula es aparentemente el
producto de la Antigua Edad Católica. Sin embargo, la evidencia proveída en este capítulo muestra que
el bautismo en el nombre de Jesús todavía estaba muy extendido durante esta época.
Los Hechos de Pablo y Tecla (una obra del siglo
II probablemente realizada por un presbítero
asiático)

“En el nombre de Jesucristo, en mi último día me bautizo” (34).


Los Hechos de Pedro y Pablo siglo IV

• “Creemos positivamente en nuestro Señor Jesucristo, en quien


hemos sido bautizados”.
Un Tratado Sobre el Rebautismo siglo III

Una obra llamada Un Tratado Sobre el Rebautismo de un escritor anónimo,


probablemente un obispo del siglo III que se opuso a Cipriano, demuestra que muchas
personas tanto de adentro como de afuera de la iglesia institucional bautizaban en el
nombre de Jesús. El tratado discute lo que debe hacerse con las personas que “aunque
bautizadas en la herejía, fueron bautizadas en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” y
quienes pasan de su herejía a la iglesia (1). Concluye que el rebautismo no es necesario,
pues los “Herejes que ya fueron bautizados en agua en el nombre de Jesucristo, solo
deben ser bautizados con el Espíritu Santo” (12).

Este documento también informa que no solo eran los “herejes” quienes se bautizaban
“invocando el nombre del Señor Jesús”, sino que muchas personas, tanto “judíos como
gentiles, completamente creyendo como se debe, son bautizados de la misma
manera” (12).
Cipriano, [obispo de Cartago entre el 249
258]
Escribió sobre muchos “herejes” que en su tiempo bautizaron en el nombre de Jesús. La evidencia que rodea esta controversia,
indica que muchas personas de la Iglesia institucional también bautizaban en el nombre de Jesús. Cipriano no se opuso a las
personas que dentro de su iglesia bautizaban en el nombre de Jesús, pero se opuso a aceptar el bautismo de los “herejes” sobre la
simple base de que habían invocado el nombre de Jesús.

En oposición a Esteban obispo de Roma, Cipriano sostuvo que cualquier bautismo realizado por los herejes no era válido.
En una carta a Yubayano en el 256, se opuso a la enseñanza de que “«los bautizados en el nombre de Jesucristo, dondequiera y
comoquiera, han adquirido la gracia del bautismo»” (Epístolas 72:16). Él preguntó: “¿cómo puede suponerse que han logrado el
perdón de los pecados los que son bautizados por los herejes en nombre de Cristo…?” (72:17) y respondió que no era posible.

Cipriano admitió que Pedro enseñó el bautismo en el nombre de Jesús en Hechos 2:38, pero argumentó que este bautismo era
para los judíos, ya que ellos habían reconocido al Padre (72:17). Los gentiles que aún no reconocían al Padre no debían ser
bautizados “en el nombre de Jesucristo” sino que debían ser bautizados en nombre de toda la trinidad (72:18). Cipriano acusó a los
herejes de no honrar adecuadamente el nombre del Padre en el bautismo (72:19). Presumiblemente no se opuso a que alguien de
la iglesia fuera bautizado en el nombre de Jesús si ya honraba al Padre correctamente, como lo hicieron los creyentes de Los
Hechos.
Entre la correspondencia de Cipriano hay una carta escrita en el 256 por Firmiliano, obispo de Cesarea en Capadocia, contra
Esteban. Este cita a Esteban como enseñando que: “«ayuda mucho el nombre de Cristo, de manera que cualquiera que en
cualquier parte sea bautizado en el nombre de Cristo, obtiene inmediatamente la gracia de Cristo»” (74:18).
Cipriano escribió a Pompeyo en contra de Esteban, argumentando que si la iglesia niega que los herejes reciben el Espíritu Santo en
el nombre de Jesús, también debería negar que ellos recibieron un bautismo en agua válido en el nombre de Jesús. “Y si quieren
atribuir la eficacia del bautismo a la majestad del nombre de Cristo, de modo que los bautizados en nombre de Cristo, en donde
sea y como sea, se consideren renovados y santificados, sépase que entre ellos también se imponen las manos al bautizado en el
nombre del mismo Cristo para recibir el Espíritu Santo, entonces ¿por qué la majestad del mismo nombre no es tan válida en la
imposición de manos como pretenden que lo fue en la santificación por el bautismo?” (73:5).
La prueba mas fuerte ningún apóstol practico el
bautismo trinitario
Hechos 2:38
38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis
el don del Espíritu Santo.

Hechos 8:14-16
14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a
Juan;
15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo;
16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesus.

Hechos 10:47-48
47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu
Santo también como nosotros?
48 Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesus. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.

Hechos 19:4-5
4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él,
esto es, en Jesús el Cristo.
5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesus.
Hechos 22:15-16
15 Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.
16 Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su
nombre.

Romanos 6:3
3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en
su muerte?

Gálatas 3:25-27
25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,
26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en el Mesías Jesus;
27 porque todos los que habéis sido bautizados en el Mesías, del Mesías estáis revestidos.

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