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PORTAFOLIOS DE ACTIVIDADES GUIADAS

Familia, escuela y educación

Máster en Resolución de Conflictos en el Aula

2019/2020
ÍNDICE
PRÁCTICA TEMA 1: EL APEGO .................................................................................. 5

PRÁCTICA TEMA 2: TDAH .......................................................................................... 7

PRÁCTICA TEMA 3: MODELOS EDUCATIVOS FAMILIARES .............................. 9

PRÁCTICA TEMA 4: PADRES DIFÍCILES, NIÑOS CON PROBLEMAS ............... 11

PRÁCTICA TEMA 5: COMENTARIO DE CITA BIBLIOGRÁFICA ........................ 13


PRÁCTICA TEMA 1: EL APEGO

El conductismo concede el papel central al alimentador, es decir, aquella persona


que satisface los deseaos alimenticios del niño. Pero cierto es, que los menores tienen
mayor situación de apego con aquellos que raramente lo alimentan, pero que incluyen
caricias, sonrisas, consuelo, diversión… Es lo que podemos ver en la teoría de Harry
Harlow, cuando el mono prefiere pasar más tiempo con la falsa madre de felpa, a pesar
de no alimentarlo. Lo que busca es seguridad, consuelo, alguien en quien refugiarse.
Por lo que a la perspectiva psicoanalista se refiere, hace referencia a que el apego
se constituye cuando la madre alimenta al infante, acompañando la alimentación con
sensibilidad y cariño.
En cuanto a la teoría etológica del apego, dice ser de aquella que facilita la
supervivencia, con raíces biológicas que llevan a desarrollar un vínculo afectivo.
Así pues, podemos decir que la relación de apego puede percibirse a través de la
reacción del niño cuando su madre está cerca; la atención que le presta, la manera de
dirigir sus acciones hacia ella, el nivel de estrés que supone para el infante el que no esté
la madre y su reacción al volver a verla. Una vez el niño comprende que su madre volverá,
y que no lo está abandonado, se dice que se encuentra en la fase de formación de una
relación recíproca, que viene dada con la adquisición del lenguaje; situación que no se ha
podido observar en los videos debidos a la edad que presentaban los niños.
Para los niños, la persona con la que mantienen esa relación de afecto es la figura
de la seguridad, del no estar solos y mantenerse protegidos, sobre todo cuando se han ido
y han vuelto, el tener alguien en quien protegerse y evadirse, es lo que llamamos apego
seguro, pero existe otro tipo de apego, aquel en el cual cuando la madre regresa a la
habitación el niño continúa enfadado, como si de alguna manera tuviese rencor. Es lo que
se llama el apego inseguro, aquel en el que el niño desconfía de la seguridad y confianza
que pueda obtener de la figura.
Así pues, considero que el apego no está relacionado con la alimentación, si no
con la actitud que la figura representa para el infante, es decir, el niño tendrá más relación
de afecto con aquella persona por la que se sienta protegido, con la que se sienta cómodo,
quien le haga reír, quien le dedique tiempo, quien le haga sentir relevante en la relación.
Como se ha podido observar en uno de los videos, el mono dedica más tiempo a la figura
afelpada que a aquella que le da de comer, puesto que siente que es una relación fría, no
se siente protegido; de hecho, cuando entra un intruso se puede observar que el animal
acude directamente a la figura afelpada, puesto que es quien le da, en cierto sentido, calor
de hogar, con quien se ha sentido protegido y acompañado. Por otro lado, considero
positiva la relación de apego, puesto que constituye la base para en el futuro poder confiar
en otras personas (en el caso de apego seguro) con más facilidad; además, puesto que ante
una situación de inseguridad uno se dirige a su figura de apego, en el caso de no existir,

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el niño se sentiría solo, abandonado, y acabaría encerrándose en sí mismo, creando una
personalidad introvertida que podría llegar a ser una conducta de riesgo.

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PRÁCTICA TEMA 2: TDAH
El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno del
neurodesarrollo de carácter neurobiológico.
Tiene una prevalencia del 5% en todo el mundo, y más del 6% en España, siendo
más frecuentes en niños que en niñas.
Este trastorno tiene síntomas de desatención, de impulsividad y de hiperactividad,
dichos síntomas hacen referencia a anomalías en el desarrollo y el funcionamiento de
diferentes zonas cerebrales. En el desarrollo normal, la corteza cerebral va aumentado de
grosor hasta llegar a su máximo en los adolescentes, en infantes con TDAH se puede
observar cómo se desarrolla de forma más lenta, especialmente los lóbulos frontales y
laterales, dicha corteza es más pequeña en aquellos que sufren TDAH, siendo así un
trastorno en la dopamina y la noradomina. El TDAH también se puede deber debido a
factores ambientales.
Para poder diagnosticar este trastorno, el niño debe tener más de siete años y que
los síntomas estén presentes durante al menos seis meses en dos ámbitos de la vida diaria
y tener un impacto significativo en su rendimiento.
En 1902, George. F. Still, lo definió por primera vez como falta de atención y
trastorno conductual secundario, a lo que él lo llamó defecto mórbido del control moral,
con origen biológico y/o hereditario o debido a un daño en el momento del nacimiento.
La sintomatología consistía en una conducta desafiante, falta de honestidad actitud
rencorosa, crueldad, desobediencia, agresividad y tendencia a tener accidentes,
En 1917 se dio un brote de encefalitis, a partir de la cual se dieron casos de niños
con la misma sintomatología que describió el Dr. Still, y pasó a denominarse Trastorno
conductual postencefálico, de manera que la relación entre el daño cerebral y el TDAH
quedó establecida.
La primera edición del DSM no incluyó descripción alguna sobre el TDAH, y no
fue hasta el DSM-II cuando apareció como Disfunción cerebral mínima, el cual persistió
hasta 1980, cuando el TDAH adquirió categoría oficial de trastorno según el Instituto
Nacional de Salud Mentar de los Estados Unidos de Norte América, de esta manera,
empezaron a usarse términos como hiperkinesia o hiperactividad.
El DSM-III introdujo el término Trastorno por Déficit de Atención con o sin
hiperactividad`. En 1987 el DSM-III-R le denominó Trastorno por Déficit de Atención
con Hiperactividad, dejando a un lado la posibilidad de diagnóstico para aquellos que
presentaban déficit de atención sin hiperactividad.
En el año 2000, el DSM IV aclara la diferencia del TDAH con y sin hiperactividad,
estableciendo así 3 variedades:

• predominio del déficit de atención


• predominio de la impulsividad e hiperactividad

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• tipo combinado
Para poder trabajar en el aula con un niño con TDAH es necesario mantenerlo
cerca del maestro, tener contacto visual con él, y trabajar de forma pausada, es decir, dar
órdenes de poco en poco y continuar avanzando conforme nos cercioremos que han
finalizado las anteriores.
Es fundamental mantener un ambiente estructurado, es decir, adelantarles aquello
que se va a realizar, revisar las lecciones ya dadas haciendo hincapié en aquello que hayan
tenido más dificultad, disponer de un amplio espacio para colocar el horario semanal,
desglosar los exámenes en varias etapas para que puedan finalizarlos con éxito…
En cuanto a la medicación, es fundamental combinarlo con psicoterapia, en la cual
se incida en la memoria, en el procesamiento y en el razonamiento.
En cuanto a la familia, es primordial la paciencia, comprender que el niño no es
problemático, sino que tiene problemas, que no sabe qué le pasa, cómo gestionar la
energía. Es importante mantener un ambiente estructurado también en el hogar, pautando
tareas diarias, no de manera excesiva, poco a poco, ir adentrando al niño en rutinas diarias,
para ello, podemos ayudarnos de calendario o agendas, siempre supervisadas e
involucrando al menor en ello.

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PRÁCTICA TEMA 3: MODELOS EDUCATIVOS FAMILIARES

• Harry Potter: Modelo permisivo indulgente- hiperprotector.


En esta escena podemos observar una clara falta de límites y normas hacia el
menor, ya que, en todo caso, son los padres los que obedecen las normas que exige el
hijo. En cuanto al afecto, podemos identificar diferentes muestras de cariño por parte de
la madre, tanto de forma oral como con gestos, en cambio, en el padre, se observa una
cariñosa forma de hablarle, pero con cierto miedo a no estar diciendo lo correcto. Por
último, en lo que corresponde a la comunicación, la teoría del modelo permisivo
indulgente nos dice que es de igual a igual, pero en esta escena el menor hace un papel de
adulto, por la forma de dirigirse a las (teóricas) figuras de autoridad, por otro lado, el
modelo hiperprotector en cuanto a la comunicación, dice que los padres tratan al hijo
como adulto, pero como ya hemos comentado, es el propio niño el que se comporta como
adulto a pesar de la actitud infantil con el que la madre le habla.

• En busca de la felicidad: Modelo democrático


Al principio de esta escena, observamos como el padre se preocupa por los deseos
del que hacer del niño, cediendo entre los dos en dividir al día en lo que el menor quiere
hacer y lo que el padre debe hacer, por lo que podemos decir que, en general, tanto los
límites como las normas son acordadas por ambas partes, y en cuanto el infante aumente
en edad, tendrá más participación en estos acuerdos. Respecto al afecto, se observa un
lenguaje cariñoso en el padre, teniendo en cuenta las emociones del niño en todo
momento, pues cuando el adulto pronuncia unas palabras que desaniman al infante, es
capaz de reconstruirlas para satisfacer el bienestar de su hijo, a raíz de esa conversación,
se puede suponer que la comunicación existente entre ambos es fluida y que entre ellos
existen altos niveles de confianza, puesto que en ningún momento existe conflicto.

• Enredados: Modelo hiperprotector


En esta secuencia se puede observar como la madre mantiene alejada a su hija de
todos los problemas que puede tener, independientemente de la gravedad de los mismos.
La madre confía en que su misión de mantener a salvo a su hija es lo que más le conviene,
que le hace bien. Por ello, se mantienen continuas muestras de afecto, haciéndole ver que
todo lo hace por su bien, cosa que no se pone en duda, pero si la manera de hacerlo. Todas
las acciones que dirige la persona adulta van dirigidas a controlar la vida del menor, a
procurar que nada malo le suceda, ocultándole una realidad existente, y a la que tarde o
temprano deberá enfrentarse.

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• La sirenita: Modelo autoritario
En este acto observamos como el padre no permite que su hija no siga las normas
que el mismo ha establecido, sin tener en cuenta las necesidades de su hija ni sus
emociones al respecto. Por otro lado, podemos identificar una gran falta de afecto tanto
en las palabras como en los gestos, independientemente de que se encuentren en una
discusión, en la cual la menor parece no tener ningún papel relevante. Por lo que hace a
la comunicación, como ya hemos comentado, la niña no toma la iniciativa, sino que es el
padre que con un monólogo deja claras las normas y limites, sin dar lugar a un diálogo
para poder llegar a un acuerdo.

• Serie: Delegante
En esta ocasión podemos ver como la madre delega todas sus obligaciones en su hija
mayor, tanto como el hecho de llevar un sueldo a casa, como el de realizar las tareas del
hogar, así como un intercambio de roles en el que la hija hace el papel de madre y
viceversa. Claro está que, en el hogar, todos deben colaborar, y en la medida que los hijos
van haciéndose mayores deben adquirir más responsabilidades y colaborar de diferentes
maneras, dependiendo siempre de cada situación familiar, pero tampoco es “sano”
interferir los roles en la familia. Respecto al afecto, observamos una clara ausencia por
parte de la madre, y sentimientos de rabia, impotencia, y también sensación de estar harta,
por parte de la hija. En cuanto al hijo, observamos una actitud pasiva, puesto que, al
observar la situación de huelga por parte de la hermana, la única solución que encuentra
es que su madre ocupe ese lugar, que nunca debería haber perdido, pero no contempla la
posibilidad de ser el quien releve a su hermana.

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PRÁCTICA TEMA 4: PADRES DIFÍCILES, NIÑOS CON
PROBLEMAS

• FACTORES DE RIESGO
o PERSONALES: Peter presenta una conducta disruptiva y violenta, puesto
que se ha podido ver como para llamar la atención cuando sus padres no
se la prestan, y cuando lo hacen es de manera desagradable, su actitud es
la de molestar, empujar, amenazar… Por otro lado, en la escuela realiza
las mismas acciones por lo que los padres han comentado en los videos, y
lo que la maestra de la primera escuela ha contado, resaltando que
mostraba pocas habilidades sociales. Por otro lado, Peter presenta una
clara falta de empatía, puesto que no piensa en las consecuencias de sus
actos.
o FAMILIARES:
▪ Transmisión intergeneracional de la violencia: El padre de Peter,
cuando describe la relación con su padre utilza algunas tales como
abuso, discusión, pelea, agresión, etc., por todo ello, de forma
involuntaria probablemente, y de manera más sutil, la figura
paterna de Peter utiliza la misma autoridad severa con el menor.
▪ Competencia parental: Tanto la madre como el padre del menor
muestran pocas técnicas de resolución de conflictos frente a las
fuertes pataletas de Peter, utilizando la amenaza y la agresión
verbal como mediador. A su vez, ambos muestran una disciplina
inafectiva en la educación del menor, utilizando el castigo
reiteradamente a través del uso de amenazas como ya hemos
comentado. Por último, observamos una parentalidad
caracterizada por el conflicto, ya que hemos podido observar
cómo, hasta cuando Peter quería hacer las cosas bien (en el caso de
pedir por favor que su madre abriera la puerta), a su madre no le
bastaba, y pretendía ir más allá, cuando el conflicto estaba siendo
resuelto y Peter estaba respondiendo correctamente ante las
directrices propuestas; esta situación también nos ha dejado ver la
alta irritabilidad de la figura materna ante su hijo.
▪ Modelo autoritario: los padres modelan e inconscientemente
refuerzan la conducta violenta de sus hijos cuando les imponen una
disciplina muy severa y, en particular, castigos físicos severos. De
esta manera, observamos a lo largo de los videos propuestos la
rigidez con la que los padres imponen las reglas, sin explicación
alguna al respecto, utilizando una disciplina dura con agresiones
verbales como pueden ser el uso de palabrotas, comentarios que
podrían afectar a la autoestima del menor (“estoy harta”, “no te
aguanto más”, “me pones histérica”, entre otras muchas). Del

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mismo modo ambos muestran ira y desagrado hacia el menor,
utilizando amenazas físicas para describir un mal comportamiento
(por ejemplo, cuando Peter amenaza a su abuelo con un palo, el
padre cuando lo riñe lo atemoriza con el mismo palo). Todas estas
situaciones provocan que la conducta de Peter sea agresiva, y que
se enfade con facilidad, puesto que está siendo moldeado a
comportarse de esa manera, ya que es lo que observa en el hogar.

• PROBLEMA O TRASTORNO DE CONDUCTA DE PETER


Peter presenta un trastorno negativista desafiante puesto que presenta un patrón de enfado
e irritabilidad, una actitud desafiante que por lo visto en el video han durado más de 6
meses. Por ello, los criterios diagnósticos en los que nos basamos para dicho diagnostico
son los siguientes:

• A menudo pierde la calma


• Se molesta con facilidad
• Discute a menudo con la autoridad
• A menudo molesta a los demás deliberadamente

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PRÁCTICA TEMA 5: COMENTARIO DE CITA BIBLIOGRÁFICA

Educar con inteligencia emocional en la familia.

Esther García Navarro

La actitud parental para con los menores es fundamental, tanto para su desarrollo
cognitivo como emocional. Por ello, en primer lugar, abordaremos el modelo de familia que
consideramos más adecuado para conseguir nuestros objetivos, en este caso, referentes a la
conducta y las emociones.

De este modo, debemos hablar del modelo democrático, es decir, los padres deben ser
capaces de pactar las normas y límites con el menor, haciéndole entender su punto de vista y
por qué consideran que son las adecuadas, pero siempre dándole al niño la opción de opinar
sobre ellas; por otro lado, es importante que cuanto mayor sea la edad del infante, más
responsabilidad le demos en este ámbito, y en otros muchos. Así, se les debe dar las muestras
de afecto necesarias para que se sienta querido, protegido y mantenga una autoestima
adecuada, recalcando sus aciertos, y corrigiéndoles, sin ninguna pretensión, sus errores, siempre
dando porqués, de igual modo, se debe permanecer en estado de alerta a las necesidades
emocionales del niño, ayudándole a entender que siente en cada momento y porque lo siente
así. Para ello, se pueden realizar con el menor diferentes actividades, siempre con la compañía
de los padres, puesto que para ellos son su guía y su referente. La comunicación con los hijos es
fundamental, se trata de entenderse, de saber qué le pasa, y porque le pasa. Cierto es que los
hijos no siempre quieren contarles todo a sus padres, pero es necesario que sepan que están
ahí, y que pueden contar ellos. Con este modelo de familia, se consigue que el niño sea capaz
de sí mismo, que confía en él y en sus aptitudes para hacer aquello que se propone con energía,
se consigue un alto nivel de cooperación y de autocontrol en determinadas situaciones.

Como hemos iniciado anteriormente, algo fundamental para prevenir conductas en el


comportamiento de los menores se basa en el papel que desarrolla la familia, y para eso se debe
tener una buena educación emocional y establecer ciertos límites (modelo democrático).

Los límites son necesarios, puesto que el ser humano necesita aceptar un no como
respuesta para poder afrontar con éxito futuras frustraciones. A través de los límites se aprende
a respetar a los demás, puesto que la libertad individual termina donde empieza la colectiva.

La educación emocional se basa en la capacidad para comunicarnos con nosotros


mismos, y así, poder hacerlo correctamente con los demás. Para ello, debemos conocernos a
nosotros mismos, saber identificar que emoción sentimos en cada momento, saber definirlas, y,
sobre todo, saber controlarlas. En este sentido, es interesante trabajar la inteligencia emocional
interpersonal, ya que nos ayudará a expresarnos adecuadamente en referencia a nuestras
emociones y ayudar a los demás a sentirlas.

En definitiva, la actitud familiar frente al menor para evitar problemas o trastornos de


conducta debe contener límites y normas, que el menor acepte y sobretodo comprenda, duchas
normas deben tener su inicio en la primera infancia. Por otro lado, ambas partes deben saber
identificar sus emociones, puesto que de esa manera desarrollarán la empatía y podrán
comprender mejor al otro, y de esta manera conseguir que sus relaciones sociales sean positivas.

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