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2019/2020
ÍNDICE
PRÁCTICA TEMA 1: EL APEGO .................................................................................. 5
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el niño se sentiría solo, abandonado, y acabaría encerrándose en sí mismo, creando una
personalidad introvertida que podría llegar a ser una conducta de riesgo.
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PRÁCTICA TEMA 2: TDAH
El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno del
neurodesarrollo de carácter neurobiológico.
Tiene una prevalencia del 5% en todo el mundo, y más del 6% en España, siendo
más frecuentes en niños que en niñas.
Este trastorno tiene síntomas de desatención, de impulsividad y de hiperactividad,
dichos síntomas hacen referencia a anomalías en el desarrollo y el funcionamiento de
diferentes zonas cerebrales. En el desarrollo normal, la corteza cerebral va aumentado de
grosor hasta llegar a su máximo en los adolescentes, en infantes con TDAH se puede
observar cómo se desarrolla de forma más lenta, especialmente los lóbulos frontales y
laterales, dicha corteza es más pequeña en aquellos que sufren TDAH, siendo así un
trastorno en la dopamina y la noradomina. El TDAH también se puede deber debido a
factores ambientales.
Para poder diagnosticar este trastorno, el niño debe tener más de siete años y que
los síntomas estén presentes durante al menos seis meses en dos ámbitos de la vida diaria
y tener un impacto significativo en su rendimiento.
En 1902, George. F. Still, lo definió por primera vez como falta de atención y
trastorno conductual secundario, a lo que él lo llamó defecto mórbido del control moral,
con origen biológico y/o hereditario o debido a un daño en el momento del nacimiento.
La sintomatología consistía en una conducta desafiante, falta de honestidad actitud
rencorosa, crueldad, desobediencia, agresividad y tendencia a tener accidentes,
En 1917 se dio un brote de encefalitis, a partir de la cual se dieron casos de niños
con la misma sintomatología que describió el Dr. Still, y pasó a denominarse Trastorno
conductual postencefálico, de manera que la relación entre el daño cerebral y el TDAH
quedó establecida.
La primera edición del DSM no incluyó descripción alguna sobre el TDAH, y no
fue hasta el DSM-II cuando apareció como Disfunción cerebral mínima, el cual persistió
hasta 1980, cuando el TDAH adquirió categoría oficial de trastorno según el Instituto
Nacional de Salud Mentar de los Estados Unidos de Norte América, de esta manera,
empezaron a usarse términos como hiperkinesia o hiperactividad.
El DSM-III introdujo el término Trastorno por Déficit de Atención con o sin
hiperactividad`. En 1987 el DSM-III-R le denominó Trastorno por Déficit de Atención
con Hiperactividad, dejando a un lado la posibilidad de diagnóstico para aquellos que
presentaban déficit de atención sin hiperactividad.
En el año 2000, el DSM IV aclara la diferencia del TDAH con y sin hiperactividad,
estableciendo así 3 variedades:
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• tipo combinado
Para poder trabajar en el aula con un niño con TDAH es necesario mantenerlo
cerca del maestro, tener contacto visual con él, y trabajar de forma pausada, es decir, dar
órdenes de poco en poco y continuar avanzando conforme nos cercioremos que han
finalizado las anteriores.
Es fundamental mantener un ambiente estructurado, es decir, adelantarles aquello
que se va a realizar, revisar las lecciones ya dadas haciendo hincapié en aquello que hayan
tenido más dificultad, disponer de un amplio espacio para colocar el horario semanal,
desglosar los exámenes en varias etapas para que puedan finalizarlos con éxito…
En cuanto a la medicación, es fundamental combinarlo con psicoterapia, en la cual
se incida en la memoria, en el procesamiento y en el razonamiento.
En cuanto a la familia, es primordial la paciencia, comprender que el niño no es
problemático, sino que tiene problemas, que no sabe qué le pasa, cómo gestionar la
energía. Es importante mantener un ambiente estructurado también en el hogar, pautando
tareas diarias, no de manera excesiva, poco a poco, ir adentrando al niño en rutinas diarias,
para ello, podemos ayudarnos de calendario o agendas, siempre supervisadas e
involucrando al menor en ello.
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PRÁCTICA TEMA 3: MODELOS EDUCATIVOS FAMILIARES
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• La sirenita: Modelo autoritario
En este acto observamos como el padre no permite que su hija no siga las normas
que el mismo ha establecido, sin tener en cuenta las necesidades de su hija ni sus
emociones al respecto. Por otro lado, podemos identificar una gran falta de afecto tanto
en las palabras como en los gestos, independientemente de que se encuentren en una
discusión, en la cual la menor parece no tener ningún papel relevante. Por lo que hace a
la comunicación, como ya hemos comentado, la niña no toma la iniciativa, sino que es el
padre que con un monólogo deja claras las normas y limites, sin dar lugar a un diálogo
para poder llegar a un acuerdo.
• Serie: Delegante
En esta ocasión podemos ver como la madre delega todas sus obligaciones en su hija
mayor, tanto como el hecho de llevar un sueldo a casa, como el de realizar las tareas del
hogar, así como un intercambio de roles en el que la hija hace el papel de madre y
viceversa. Claro está que, en el hogar, todos deben colaborar, y en la medida que los hijos
van haciéndose mayores deben adquirir más responsabilidades y colaborar de diferentes
maneras, dependiendo siempre de cada situación familiar, pero tampoco es “sano”
interferir los roles en la familia. Respecto al afecto, observamos una clara ausencia por
parte de la madre, y sentimientos de rabia, impotencia, y también sensación de estar harta,
por parte de la hija. En cuanto al hijo, observamos una actitud pasiva, puesto que, al
observar la situación de huelga por parte de la hermana, la única solución que encuentra
es que su madre ocupe ese lugar, que nunca debería haber perdido, pero no contempla la
posibilidad de ser el quien releve a su hermana.
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PRÁCTICA TEMA 4: PADRES DIFÍCILES, NIÑOS CON
PROBLEMAS
• FACTORES DE RIESGO
o PERSONALES: Peter presenta una conducta disruptiva y violenta, puesto
que se ha podido ver como para llamar la atención cuando sus padres no
se la prestan, y cuando lo hacen es de manera desagradable, su actitud es
la de molestar, empujar, amenazar… Por otro lado, en la escuela realiza
las mismas acciones por lo que los padres han comentado en los videos, y
lo que la maestra de la primera escuela ha contado, resaltando que
mostraba pocas habilidades sociales. Por otro lado, Peter presenta una
clara falta de empatía, puesto que no piensa en las consecuencias de sus
actos.
o FAMILIARES:
▪ Transmisión intergeneracional de la violencia: El padre de Peter,
cuando describe la relación con su padre utilza algunas tales como
abuso, discusión, pelea, agresión, etc., por todo ello, de forma
involuntaria probablemente, y de manera más sutil, la figura
paterna de Peter utiliza la misma autoridad severa con el menor.
▪ Competencia parental: Tanto la madre como el padre del menor
muestran pocas técnicas de resolución de conflictos frente a las
fuertes pataletas de Peter, utilizando la amenaza y la agresión
verbal como mediador. A su vez, ambos muestran una disciplina
inafectiva en la educación del menor, utilizando el castigo
reiteradamente a través del uso de amenazas como ya hemos
comentado. Por último, observamos una parentalidad
caracterizada por el conflicto, ya que hemos podido observar
cómo, hasta cuando Peter quería hacer las cosas bien (en el caso de
pedir por favor que su madre abriera la puerta), a su madre no le
bastaba, y pretendía ir más allá, cuando el conflicto estaba siendo
resuelto y Peter estaba respondiendo correctamente ante las
directrices propuestas; esta situación también nos ha dejado ver la
alta irritabilidad de la figura materna ante su hijo.
▪ Modelo autoritario: los padres modelan e inconscientemente
refuerzan la conducta violenta de sus hijos cuando les imponen una
disciplina muy severa y, en particular, castigos físicos severos. De
esta manera, observamos a lo largo de los videos propuestos la
rigidez con la que los padres imponen las reglas, sin explicación
alguna al respecto, utilizando una disciplina dura con agresiones
verbales como pueden ser el uso de palabrotas, comentarios que
podrían afectar a la autoestima del menor (“estoy harta”, “no te
aguanto más”, “me pones histérica”, entre otras muchas). Del
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mismo modo ambos muestran ira y desagrado hacia el menor,
utilizando amenazas físicas para describir un mal comportamiento
(por ejemplo, cuando Peter amenaza a su abuelo con un palo, el
padre cuando lo riñe lo atemoriza con el mismo palo). Todas estas
situaciones provocan que la conducta de Peter sea agresiva, y que
se enfade con facilidad, puesto que está siendo moldeado a
comportarse de esa manera, ya que es lo que observa en el hogar.
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PRÁCTICA TEMA 5: COMENTARIO DE CITA BIBLIOGRÁFICA
La actitud parental para con los menores es fundamental, tanto para su desarrollo
cognitivo como emocional. Por ello, en primer lugar, abordaremos el modelo de familia que
consideramos más adecuado para conseguir nuestros objetivos, en este caso, referentes a la
conducta y las emociones.
De este modo, debemos hablar del modelo democrático, es decir, los padres deben ser
capaces de pactar las normas y límites con el menor, haciéndole entender su punto de vista y
por qué consideran que son las adecuadas, pero siempre dándole al niño la opción de opinar
sobre ellas; por otro lado, es importante que cuanto mayor sea la edad del infante, más
responsabilidad le demos en este ámbito, y en otros muchos. Así, se les debe dar las muestras
de afecto necesarias para que se sienta querido, protegido y mantenga una autoestima
adecuada, recalcando sus aciertos, y corrigiéndoles, sin ninguna pretensión, sus errores, siempre
dando porqués, de igual modo, se debe permanecer en estado de alerta a las necesidades
emocionales del niño, ayudándole a entender que siente en cada momento y porque lo siente
así. Para ello, se pueden realizar con el menor diferentes actividades, siempre con la compañía
de los padres, puesto que para ellos son su guía y su referente. La comunicación con los hijos es
fundamental, se trata de entenderse, de saber qué le pasa, y porque le pasa. Cierto es que los
hijos no siempre quieren contarles todo a sus padres, pero es necesario que sepan que están
ahí, y que pueden contar ellos. Con este modelo de familia, se consigue que el niño sea capaz
de sí mismo, que confía en él y en sus aptitudes para hacer aquello que se propone con energía,
se consigue un alto nivel de cooperación y de autocontrol en determinadas situaciones.
Los límites son necesarios, puesto que el ser humano necesita aceptar un no como
respuesta para poder afrontar con éxito futuras frustraciones. A través de los límites se aprende
a respetar a los demás, puesto que la libertad individual termina donde empieza la colectiva.
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