CONQUISTA
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tomó rumbo al oeste. El almirante calculaba que la distancia hasta Cipango (Japón)
sería de unas 700 leguas, por lo que cuando se superaron las 800 sin avistar tierra
hubo de afrontar el descontento de sus hombres, deseosos de abandonar una
aventura que cada vez parecía más temeraria.
¡TIERRA A LA VISTA!
A principios de octubre se vieron
bandadas de aves, y la noche del 11
al 12 de octubre se dio el ansiado
grito de "¡Tierra!". Era la isla de
Guanahaní, bautizada por Colón
como San Salvador e identificada con
la actual Watling, una de las
Bahamas. El navegante siguió su
periplo por las islas de este
archipiélago -Santa María de la Concepción (Rum Cay), Fernandina (Long Island),
Isabela (Crooked Island), etc.- antes de arribar a Juana (Cuba) el 28 de octubre. El
6 de diciembre llegó a La Española. El día 24 del mismo mes la Santa María encalló
a la altura del actual cabo Haitien y sus restos sirvieron para construir un pequeño
fuerte, bautizado como Navidad.
Por fin, el 16 de enero de 1493 Colón ordenó el regreso. Tras superar las Azores y
después de una breve escala en Lisboa, la armada fondeó de nuevo en Palos de la
Frontera el 15 de marzo. Una aventura que abrió las puertas de América a los
europeos. Una peligrosa empresa que cambió el mundo, que cambió la historia para
siempre.
Conocido como el “Día de la Raza”, el 12 de octubre se conmemora
el descubrimiento de América por Cristóbal Colón, sin embargo, existen
algunas teorías que desafían la verdadera historia de la llegada del español al
“Nuevo Mundo”.
Esta se refiere, a la apropiación de las tierras, de los bienes como el oro, objetos
valiosos, el mismo hombre y mujer (indígena o lugareño) que el conquistador lo
hace esclavo o prisionero. Esta conquista básicamente, se realizó a través de fuerza
y la violencia.
Desde que los primeros navegantes españoles llegaron al Nuevo Mundo, quedó
claro que su intención era de conquista. Primero se establecieron en las islas del
Caribe y, poco después, comenzaron a enviar expediciones al continente. A
principios del siglo XVI ya se habían producido varias expediciones, pero ninguna
había llegado mucho más allá de la costa y de establecer alguna pequeña
avanzadilla. Fue Hernán Cortés el que emprendió la tarea de ocupación con más
ahínco.
1. Primera etapa
2. Segunda etapa
De esa victoria surgió una alianza con los tlaxcaltecas. Estos pretendían librarse del
dominio mexica, por lo que se unieron a las tropas españolas. Una vez conformado
el acuerdo, prosiguieron su avance hacia la capital del imperio.
3. Tercera etapa
Esta tercera etapa contempló la llegada de los españoles y sus aliados al Valle de
México. Allí, en un primer momento fueron recibidos como huéspedes por
Moctezuma, en parte aprovechando su creencia de que representaban a
Quetzalcóatl. Sin embargo, los acontecimientos fueron cambiando este buen
recibimiento y, finalmente, los conquistadores tuvieron que huir de Tenochtitlan. La
batalla más famosa se llamó Noche Triste y supuso una gran derrota hispana.
4. Cuarta etapa
Corría el año 1520 y es Pedro de Alvarado quien quedó al mando tras la partida de
Cortés. Alvarado, menos paciente que su líder, ordenó atacar a los aztecas mientras
estos celebraban una fiesta religiosa. A la vuelta de un victorioso Cortés, este intentó
apaciguar a los enfadados aztecas. Finalmente, no tuvo más remedio que huir,
perdiendo la mitad de sus hombres. Esa maniobra es conocida como la Noche
Triste.
No fue hasta un año después cuando los conquistadores regresaron junto a sus
aliados tlaxcaltecas. El 30 de mayo de 1521 comenzó el asedio a México-
Tenochtitlan, con más de 80 000 soldados. Cuauhtemoc había tomado el relevo de
Moctezuma y lideró la resistencia indígena. Sin embargo, no pudo resistir las fuerzas
superiores en técnica y la ciudad cayó en manos españolas.
Consecuencias
FRANCISCANOS: 1524
DOMINICOS: 1526
AGUSTINOS: 1533
JESUITAS: 1572
La conquista espiritual se dio casi a la par que la conquista militar,
realizada por las órdenes mendicantes los franciscano llegaron a
México en 1523 los primeros Juan de Ahora, Juan de Tecto y Pedro de
Gante, en 1526 los dominicos, los agustinos en 1533 y los jesuitas en
1572. Siguiendo a los conquistadores, todas las órdenes se
expandieron por el territorio, establecieron iglesias, escuelas y
hospitales para atender a los indígenas. Se dedicaron a instruir a los
niños indígenas para convertirlos a la religión católica para que ellos a
su vez rompieran las creencias “paganas” de sus padres, aprendieron
las lenguas autóctonas y adaptaron la religión católica a éstas lenguas,
en especial al náhuatl y pocos de ellos se convirtieron en los defensores
de los indígenas ante los malos tratos y la explotación de los españoles.