Como Pastorear El Corazon de Tu Hijo - Capítulo 2

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COMO PASTOREAR EL CORAZON DE TU HIJO

CAPÍTULO 2: INFLUENCIAS QUE MOLDEAN

Romanos 12:2 “Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante


la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de
Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.”

Nuestros hijos son moldeados por las circunstancias de la vida. Todos los
aspectos de la vida familiar tienen un gran impacto en las personas que
llegan a ser tus hijos. Las influencias que moldean son esos eventos y
circunstancias en los años de desarrollo de un niño que prueban ser
catalizadores para hacerlo la persona que es. Pero el moldeamiento no es
automático; la manera en que él responde a estos eventos y circunstancias
determina el efecto que éstos tienen sobre él.

Existe apoyo bíblico claro a favor de reconocer las implicaciones que


perduran para toda la vida en la experiencia temprana de la niñez.

Deuteronomio 6:6-9 “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre


tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa,
y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás
como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las
escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.”

Efesios 6:1-3 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es


justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con
promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”

1ª. A los Corintios 13:33 “No os dejéis engañar: Las malas compañías
corrompen las buenas costumbres."

Estos pasajes nos dicen como la influencia de los padres desde las edades
más tempranas son importantes sobre las personas que nuestros hijos serán
cuando sean adulto, sobre todo en la forma como enfrentan la vida.

Es por eso que la Escritura demanda nuestra atención hacia las influencias
que moldean. La persona que llega a ser nuestro hijo es producto
básicamente de 2 cosas: su experiencia en la vida y cómo interactúa con esa
experiencia. Las circunstancias de la vida no solo actúan sobre él, sino que él
reacciona a ellas. Y esta respuesta depende de la orientación de su corazón
hacia Dios. Estas influencias, tanto las de afuera como las de dentro del
control paternal, vienen al niño y poderosamente afectan su vida.

EXPERIENCIAS EN LA VIDA.
Definitivamente el entorno familiar es el que tiene mayor influencia en la
crianza de los hijos. A este respecto el autor nos señala algunos puntos como:
la estructura de la familia, sus valores, los roles de cada miembro, su historia
familiar, como resuelven los conflictos, etc. Veremos algunos de estos.

ESTRUCTURA DE LA VIDA FAMILIAR.


¿Es la familia una familia tradicional en su estructura? Es decir, es una
familiar nuclear, formada por los padres y los hijos o es una familia extensa
formada además por abuelos tíos, etc. ¿es una familia biparental, o sea,
están presentes ambos padres o es una familia monoparental? ¿Cuál es el
papel que ejerce cada padre o miembro de la familia? ¿Cuántas figuras de
autoridad existen dentro de la familia? ¿Son hijos únicos o hay más de uno?
¿Cuál es la diferencia de edad entre ellos? ¿Cómo se llevan entre ellos? Estos
son algunos de los muchos aspectos de la estructura familiar que influyen en
la crianza.

El autor de libro nos ofrece un ejemplo: Sally y su esposo vinieron a


consejería. Ellos se acababan de casar y estaban enfrentando dificultades de
ajuste. Una de las cosas más difíciles para Sally era que su esposo no
organizaba su vida alrededor de ella. Ella había sido hija única. Aunque sus
padres no la malcriaron dándole cosas y más cosas, sí hicieron de sus deseos
y necesidades una prioridad. Ahora ella no se sentía amada porque su esposo
no estructuró su vida alrededor de sus deseos. La vida familiar de ella había
moldeado profundamente sus necesidades y las expectativas acerca de su
esposo.

La estructura familiar claramente define muchas de las tendencias y


expectativas cuando formamos nuestra propia familia. Tenemos la tendencia
a replicar lo que nuestros padres y abuelos nos enseñaron con sus
costumbres acerca de lo que es una familia. Lo importante en este aspecto es
discernir a la luz de la Palabra, si la estructura de nuestra familia esta
conforme al diseño divino o se aleja de él, y en función de esto buscar recrear
el modelo de Dios para la familia.

LOS VALORES DE LA FAMILIA.


Otro aspecto fundamental lo representan los valores y estos no son más que
aquellas cosas que son importantes para la familia. Estos valores son
determinados por los padres. Por supuesto que el valor más importante tiene
que ver con el lugar que ocupa Dios en la familia.

Colosenses 2:8 “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas
sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos
del mundo, y no según Cristo.”

Cuando le preguntamos a un niño que le causaría más problemas: romper


algo o desobedecer a sus padres, el contesto sin vacilar romper un objeto.
Este niño había aprendido los valores de su hogar. El percibe un valor que no
se le ha dicho oralmente, pero que dice: “los adornos caros son de más
preocupación para nosotros que niños desobedientes”. Estos valores están
basados en filosofías huecas y engañosas.

Otros muchos valores podemos “transmitírselos” a nuestro hijos con nuestro


testimonio, sin siquiera haberlos dicho de manera verbal. Si le ocultamos algo
que deben saber o los hacemos cómplices de secretos para con su madre o
su padre, entonces después ellos no nos comparten sus secretos, nos ocultan
cosas que prefieren platicárselas a sus amigos u otras personas. Estos son
parte de los valores que ellos aprenden de nosotros.

Es fundamental que como padres comprendamos que lo que más les enseña
a nuestros hijos acerca de los valores es nuestro testimonio y que éste se
encuentre alineado, en congruencia con lo que les decimos.

LOS ROLES FAMILIARES.


Dios, es un Dios de orden, y en la familia ese orden también está establecido.
Algunos padres están tan ocupados en proveer, en sustentar, que no se
involucran en nada más que eso, mientras que otros se involucran en la
mayor parte de los aspectos de la vida de su hijo. En otras ocasiones, se les
delegan a los hijos funciones que no les corresponden o se les pide que
hagan esto de una manera autoritaria, aprendiendo que es así como las cosas
deben hacerse en la familia, que ese es el rol que les toca desempeñar.
Vivimos en una sociedad donde los hijos que crecen en un hogar donde la
madre es la que toma decisiones, es la que lleva el liderazgo de la familia y en
la que el padre se limita a ser un proveedor; o peor aún, el padre abandona la
familia dejando a la madre con toda la carga de la crianza. Si ese es el patrón
de roles en nuestra familia, no nos extrañemos que nuestros hijos copien ese
modelo y después lo repliquen en su propia familia.

RESOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS FAMILIARES.


Proverbios 12:15-16 “El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el
que obedece al consejo es sabio. El necio al punto da a conocer su ira; Mas
el que no hace caso de la injuria es prudente.”

¿Cómo resuelven los padres sus diferencias? ¿Lo hacen dialogando o lo hacen
gritando? ¿Hay comunicación o se dejan de hablar? ¿Se llegan a acuerdos o
se imponen ideas? ¿Se exhorta con la biblia o se dan bibliazos? ¿Le estamos
enseñando a nuestros hijos a ser necios o a ser sabios?

Los hijos con mucha frecuencia (demasiada, diríamos) reflejan nuestra forma
de resolver conflictos. Los maestros entienden el comportamiento de sus
alumnos cuando conocen a los padres y conocen la manera como éstos
resuelven los conflictos escolares. Si, por ejemplo, vemos que nuestros hijos,
cuando se enojan, le dejan de hablar a un amigo, a un hermano o a nosotros
mismos, sus padres, lo más probable es que nosotros hacemos lo mismo
cuando tenemos un conflicto; cuando la Biblia nos enseña lo contrario en

Efesios 4:26-27 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro


enojo, ni deis lugar al diablo.”

LA RESPUESTA AL FRACASO.
Los niños, por naturaleza, son torpes no en el sentido intelectual, sino en el
motor, lo que los lleva a tropezar, caerse, tirar las cosas y esto sucede en los
intentos por realizar sus actividades o lo que nosotros como padres les
pedimos que hagan. Con la respuesta que tengamos como padres a estos
esfuerzos, determinaremos de gran manera la forma como ellos harán sus
intentos en el futuro. ¿Cómo es esto? Si nos burlamos o nos enojamos por su
torpeza esto producirá en ellos inseguridad y temor.
Desgraciadamente, en la crianza de los hijos, con mucha frecuencia
exaltamos sus errores, su torpeza, dejando en nuestros hijos una sensación
de insuficiencia. No debemos llamarles la atención ni mucho menos
castigarlos por ser torpes, esto sólo producirá inseguridad lo que los llevará a
tener más errores.

Recordemos que ellos no están aquí para cumplir nuestras expectativas, para
presumirlos como trofeos o como logros alimentando nuestro ego, sino están
para servir al Señor, para honrarlo y glorificarlo.

HISTORIA FAMILIAR.
La historia familiar se refiere a aspectos tales como, por ejemplo: la
existencia de familiares con enfermedades crónicas o incapacitantes o graves
que afectan la forma de vida e incluso los roles en sus miembros; su
condición económica si esta ha sido estable o fluctuante, si han vivido en los
escases o en la opulencia; se han tenido que cambiar constantemente de
domicilio por el trabajo del padre.

Quizás sea más sencillo para una persona servir a su esposo o esposa si viene
de un entorno familiar donde tenía que cuidar algún familiar enfermo o
donde tenía que compartir su espacio, ropa o alimentos; que otra que creció
en un ambiente donde todo vivía en la abundancia y era “atendido” por otras
personas.

Todas éstas, son apenas algunas influencias formativas en la crianza de


nuestros hijos. Y hasta aquí solo hemos hablado de las influencias formativas
derivadas de la familia. Pero también existen influencias formativas externas
a la familia como por ejemplo la escuela, las amistades, los medios de
comunicación, la tecnología e informática (internet, redes sociales). Todas
éstas definitivamente tienen un impacto en la crianza, pero Dios, en Su
Sabiduría infinita, puso a los padres como la influencia más importante en el
carácter de nuestros hijos.

Es frecuente tener temor de lo que estas influencias externas pueden afectar


a nuestros hijos, pero el control que tenemos en estas es poco o nulo. Si nos
ocupamos en nuestra responsabilidad, trabajamos duro en las que si están en
nuestro control, entendiendo por esto aquellas que dependen solamente de
nosotros, entonces lo que nos queda es confiar en que el trabajo que hicimos
en nuestros hijos y sobre todo en que la gracia de Dios acompañara a
nuestros hijos para que respondan de manera bíblica a las circunstancias que
el Señor permita en sus vidas. Como dice el

Salmo 127:4 “Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos
en la juventud.”

Nuestros hijos son las flechas que, en manos del valiente, es decir en los
padres, podemos darle el rumbo y la dirección correcta para dar en el blanco.
Los padres tenemos ese derecho y ese privilegio pero también esa
responsabilidad. Debemos guiar a nuestros hijos a dar en el blanco.

Desafortunadamente, muchos padres han abdicado a esa responsabilidad y


privilegio, poniendo la responsabilidad de entrenamiento, desarrollo,
crecimiento, de crianza en manos de otras personas como puede ser
familiares (abuelos, tíos, hermanos mayores), la escuela (maestros, tutores) e
incluso en la iglesia. Por muy buenas que estas puedan ser, familiares
cristianos, escuela cristiana, todas ellas son el plan B de Dios, es decir no
forman parte del diseño original de la crianza. Es por lo tanto, nuestra
obligación como padres no delegar o abandonar nuestra función por la que El
Señor nos pedirá cuentas al encontrarnos frente a Él.

ERRORES AL ENTENDER LAS INFLUENCIAS.


Como ya vimos, existen influencias familiares y extrafamiliares además de
otros factores que determinaran si nuestros hijos serán o no personas justas
o piadosas. Estamos hablando mucho sobre influencias, pero que es Influir,
influir es una acción que produce un efecto en algún efecto o persona. Ahora,
cuales son los conceptos equivocados que tenemos acerca de estas
influencias.

El autor nos describe los dos errores que cometemos los padres al lidiar con
estas influencias: El primero es ver a las influencias formativas como
determinantes, es decir que como adultos somos producto de las
circunstancias en las que hemos crecido, que somos víctimas de cómo nos
han criado. Esto es totalmente antibíblico porque la Palabra nos dice que
somos totalmente responsables de nuestras decisiones en
Deuteronomio 30:19-20 “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy
contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y
la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;
amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él
es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la
tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había
de dar.”

Además, si esto fuera cierto, todos los hijos que han vivido bajo las mismas
circunstancias hubieran tomado las mismas decisiones y tendrían vidas
prácticamente iguales y bien sabemos que no es así.

El segundo error radica en los opuesto, es decir, creer que no somos


afectados por el ambiente en el crecimos.

Proverbios 29:21 “El siervo mimado desde la niñez por su amo, A la postre
será su heredero.”

Lo que nos dice este versículo es una advertencia contra el error de favorecer
a un siervo indigno que puede llegar tanta influencia sobre su amo que
puede llegar a desheredar a los hijos de éste y quedarse con la herencia. Es
decir, el siervo mimado desde pequeño traerá tristeza al final.

Entonces las influencias no son ni determinantes ni inocuas, es decir que no


afectan; debemos entender estas influencias de manera bíblica. Llegar a la
conclusión de que la crianza comprende solo de proveer las mejores
influencias formativas, es creer que nuestros hijos les van a ir bien si se les
provee el mejor ambiente formativo. Es como decir que van a ser buenos
profesionistas sólo por el hecho de acudir a una buena universidad, bien
sabemos que esto no es así.

Los hijos no son cosas inertes que solo son moldeadas por los padres, ellos
responden, interactúan con el medio en el que se desarrollan y esa
interacción es diferente en cada uno de ellos. Ellos pueden aceptar o
rechazar la instrucción. Ellos responden de acuerdo a la orientación hacia
Dios que haya en su corazón.
Si nuestros hijos conocen y aman a Dios y aceptan que este conocimiento los
capacita para conocer la paz en cualquier situación que enfrenten en su vida,
entonces responderán de manera positiva a tus esfuerzos formativos. Esto no
sucederá si tus hijos no conocen a Dios, tus esfuerzos no rendirán fruto y será
como llevar agua en un jarrón roto.

Como padres, claramente estamos llamados a Evangelizar a nuestros hijos, a


que conozcan a Jesús, a que aprendan a depender de Él; hacia allá debe estar
dirigido nuestro esfuerzo, ese es nuestro trabajo. Nuestros hijos serán
responsables de la manera cómo responden a esa enseñanza, a esa crianza.
Recordemos nuevamente

Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de


él mana la vida.”

El corazón de nuestro hijo determina como responderá a la crianza. Los seres


humanos somos dirigidos por los deseos de nuestro corazón y eso sucede
desde la infancia. Nuestros hijos no son inertes, sino que reaccionan a su
entorno, por eso debemos enfocarnos en que las influencias formativas los
lleven a conocer a nuestro Señor Jesucristo.

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