Ampara JLA

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TOCA: 1811/2013

APELANTE: JOSE LUIS FLORES ARRIAGA


DELITO: LESIONES CALIFICADAS DIVERSOS
DOS

CC. MAGISTRADOS QUE INTEGRAN LA H. TERCERA SALA


PENAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA EN EL
DISTRITO FEDERAL.
P R E S E N T E.

xxxxxxxxxxxxxxx, promoviendo por mi propio derecho y actualmente privado


de mi libertad en el RECLUSORIO PREVENTIVO VARONIL NORTE de esta ciudad y
en mi carácter de sentenciado en el Toca que al rubro se indica, ante Ustedes con el
debido respeto comparezco para exponer:

Que por medio del presente libelo y con fundamento en los artículos 158, 163 y
164 de la Ley de Amparo, vengo a interponer Amparo directo en contra de Resolución
definitiva de fecha 11 de marzo de 2014, dictada en el Toca número 1811/2013, por la
que la Primera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
CONFIRMA la sentencia emitida por el C. Juez Segundo de Ejecución de Sanciones
Penales del Distrito Federal en la partida 704/2013, únicamente en los resolutivos
PRIMERO, SEGUNDO Y TERCERO.

Por lo anteriormente expuesto,

A USTED C. MAGISTRADO, cordialmente peticiono:

ÚNICO: Tenerme por presentado en términos del presente escrito, interponiendo


Amparo Directo en contra de la Sentencia dictada por esta H. Sala.

PROTESTO LO NECESARIO
México, Distrito Federal a 15 de Abril de 2014.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
SENTENCIADO: JOSE LUIS FLORES
ARRIAGA
AMPARO DIRECTO

CC. MAGISTRADOS DEL H. TRIBUNAL COLEGIADO


EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO
EN TURNO
P R E S E N T E S.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx, promoviendo por mi propio


derecho, y actualmente privado de mi libertad en el RECLUSORIO PREVENTIVO
VARONIL NORTE de esta ciudad, señalando como domicilio para oír y recibir toda
clase de notificaciones en el lugar en que me encuentro preso y, autorizando en
términos del artículo 27 párrafo segundo de la Ley de Amparo en vigor a los
Cxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx ante Ustedes CC. MAGISTRADOS,
con el debido respeto comparezco y expongo:

Que con fundamento en lo dispuesto por los artículos 103 fracción I,


107 fracción V de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los
numerales 1º. Fracción I, 4º, 44, 46, 76 Bis, 158, 167 y 168 de la Ley de Amparo en
vigor, vengo a interponer en mi favor DEMANDA DE AMPARO DIRECTO en contra de
los Actos y Autoridades que a continuación relataré y señalaré en los siguientes
apartados.

En acatamiento a lo dispuesto por el numeral 166 de la Ley de


Amparo vigente y BAJO PROTESTA DE DECIR VERDAD manifiesto lo siguiente:

I.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO.- Ya ha quedado


precisado en el proemio de la presente demanda de garantías.

II.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCERO PERJUDICADO.-


Ignoro si existe alguna persona con tal carácter.

III.- AUTORIDADES RESPONSABLES:

a).- Como AUTORIDAD RESPONSABLE ORDENADORA señalo a


los CC. MAGISTRADOS INTEGRANTES DE LA PRIMERA SALA PENAL del H.
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, con domicilio conocido en la Calle
Niños Héroes número 132, Segundo Piso, Colonia Doctores, Delegación Cuauhtémoc,
en esta ciudad de México.

b).- Como AUTORIDAD RESPONSABLE EJECUTORA, señalo al


C. JUEZ SEGUNDO DE EJECUCION DE SANCIONES PENALES DEL DISTRITO
FEDERAL, con domicilio en calle Circuito Javier Piña y Palacios s/n, Colonia Pueblo de
San Mateo Xalpa, Delegación Xochimilco, de esta Ciudad de México y,

Al C. DIRECTOR EJECUTIVO DE SANCIONES PENALES


dependiente de la Subsecretaría de Gobierno del Distrito Federal, con domicilio
conocido en Avenida San Antonio Abad, numero 122, Tercer Piso, colonia Tránsito,
Delegación Cuauhtémoc de esta Ciudad de México.

IV.- ACTO RECLAMADO:

De la Autoridad Responsable Ordenadora reclamo la Resolución


emitida de manera UNITARIA por el Magistrado LICENCIADO JORGE PONCE
MARTINEZ integrante de la PRIMERA SALA PENAL del H. Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, en fecha 11 de marzo de 2014, en el Toca Penal
1811/2014, que se me instauró con motivo del Recurso de Apelación interpuesto por el
suscrito en contra de la Resolución del 22 de octubre del 2013 dictada a su vez en mi
contra por el C. Juez Segundo de Ejecuciones de Sanciones Penales del Distrito
Federal, en la partida número 704/2013, e le que se negó el beneficio penitenciario de
Remisión Parcial de la Pena, respecto de la Sanción privativa de Libertad impuesta por
los delitos de privación ilegal de la libertad y robo simple, por la Segunda Sala Penal del
Tribunal Superior de Justicia en el Toca 1107/2001, al confirmar el 22 de octubre de
2001 , la sentencia dictada por el Juez Décimo Primero Penal en la causa 21/1999,
constituyéndose así el acto que reclamo y la violación a mis garantías individuales.

De las Autoridades Responsables Ejecutoras reclamo la ejecución


material del acto que reclamo con sus consecuencias legales de imposible reparación
en perjuicio del suscrito Impetrante de Garantías.

V.- FECHA DE NOTIFICACIÓN DEL ACTO RECLAMADO.- No se


señala por ser aplicable a favor del Quejoso lo establecido en el numeral 22 fracciones
II de la Ley de Amparo en vigor.

VI.- GARANTÍAS CONSTITUCIONALES VIOLADAS.- El acto que


se reclama viola en mi perjuicio las garantías de Seguridad Jurídica, Debido Proceso
Legal, Adecuada Defensa, Audiencia, Exacta Aplicación de la Ley Penal y Legalidad
contenidas en los numerales 14, 16 párrafo primero, de nuestra Carta Magna, así como
por inexacta aplicación de los principios reguladores de la valoración de la prueba
contenidos en los 414, 415, 427 y 430 del Código de Procedimientos Penales para el
Distrito Federal en vigor, en relación con el numeral 160 fracción VI de la Ley de
Amparo en vigor, el artículo 39 de La Ley de Ejecución de Sanciones Penales en el
Distrito Federal en vigor.

VII.- BAJO PROTESTA DE DECIR VERDAD, manifiesto que los


hechos que constituyen el acto reclamado son ciertos al tenor de los siguientes:

CONCEPTOS DE VIOLACIÓN:

PRIMERO.- La Resolución que se combate por esta vía de Control


de la Constitucionalidad, es violatoria de mis Garantías de Seguridad Jurídica y Exacta
Aplicación de la Ley Penal, al momento en que la Sala Responsable, resuelve de
manera Unitaria, dar por acreditada la existencia de los elementos integradores de la
descripción típica del delito de PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD Y ROBO
SIMPLE y no me otorga el Beneficio Penitenciario solicitado de la Remisión Parcial de
la pena, previsto en el artículo 39, de la Ley de Ejecución de Sanciones Penales y
Reinserción Social para el Distrito Federal en vigor, pues dicha conducta procesal,
produce en el Quejoso el seguir privado de su libertad a pesar de llenar todos y cada
uno de los requisitos establecidos en estos preceptos y, los Magistrados integrantes de
la Primera Sala Penal, de manera unitaria, decidieron que se me negaba el Beneficio
Penitenciario de la Remisión Parcial de la pena , SIN tomar en cuenta que en el
sumario existen datos suficientes para dichas concesiones.

A fin de sustentar jurídicamente la aseveración que hace el


Quejoso, es indispensable analizar el contenido de los artículos 39, de la Ley de
Ejecución de Sanciones Penales y Reinserción Social para el Distrito Federal en vigor,
y que por el cual se solicita dicho beneficio, y cuyo texto es el siguiente:

ARTÍCULO 39. REMISIÓN PARCIAL DE LA PENA. La remisión parcial de la pena es un beneficio


otorgado por el Juez de Ejecución y consistirá, en que por cada dos días de trabajo, se hará remisión de
uno de prisión, siempre que se reúnan los requisitos siguientes:

I. Que el sentenciado haya observado durante su estancia en prisión buena conducta;

II. Que participe regularmente en las actividades laborales, educativas, deportivas o de otra índole que se
organicen en el Centro Penitenciario; y,

III. Que con base en los estudios técnicos que practique el Centro Penitenciario, pueda determinarse la
viabilidad de su reinserción social. Este será el factor determinante para la concesión o negativa de la
remisión parcial de la pena, que no podrá fundarse exclusivamente en los dos requisitos anteriores.

Aunado también por el artículo, 16 de la LEY QUE ESTABLECE LAS NORMAS


MÍNIMAS SOBRE READAPTACIÓN SOCIAL DE SENTENCIADOS vigente al día de los
hechos que describen el ilícito referido y de la aprensión del suscrito de fecha 02 de
Febrero del año 1999, y cuyo texto es el siguiente:
Remisión Parcial de la Pena

ARTÍCULO 16.- Por cada dos días de trabajo se hará remisión de uno de prisión, siempre que el recluso
observe buena conducta, participe regularmente en las actividades educativas que se organicen en el
establecimiento y revele por otros datos efectiva readaptación social. Esta última será, en todo caso, el
factor determinante para la concesión o negativa de la remisión parcial de la pena, que no podrá fundarse
exclusivamente en los días de trabajo, en la participación en actividades educativas y en el buen
comportamiento del sentenciado.

La Remisión funcionará independientemente de la libertad preparatoria. Para este efecto, el cómputo de


plazos se hará en el orden que beneficie al reo. El Ejecutivo regulará el sistema de cómputos para la
aplicación de este precepto, que en ningún caso quedará sujeto a normas reglamentarias de los
establecimientos de reclusión o a disposiciones de las autoridades encargadas de la custodia y de la
readaptación social.
Párrafo reformado DOF 10-12-1984

El otorgamiento de la remisión se condicionará, además de lo previsto en el primer párrafo de este


artículo, a que el reo repare los daños y perjuicios causados o garantice su reparación, sujetándose a la
forma, medidas y términos que se le fijen para dicho objeto, si no puede cubrirla desde luego.
Párrafo adicionado DOF 10-12-1984

Al disponer la remisión, la autoridad que la conceda establecerá las condiciones que deba observar el
reo, conforme a lo estipulado en los incisos a) a d) de la segunda parte del artículo 84 del Código Penal.
Párrafo adicionado DOF 10-12-1984

La autoridad al conceder la remisión parcial de la pena, establecerá las condiciones que deba cumplir el
sentenciado, conforme a lo establecido en la fracción III y los incisos a) a d) del artículo 84 del Código
Penal para el Distrito Federal en Materia de Fuero Común y para toda la República en Materia de Fuero
Federal. La remisión parcial de la pena no se concederá a los sentenciados que se encuentren en
cualquiera de los casos a que se refiere el artículo 85 del citado Código Penal.
Párrafo adicionado DOF 10-12-1984. Reformado DOF 17-05-1999

La autoridad podrá revocar la remisión parcial de la pena, conforme a lo dispuesto por el artículo 86 del
Código Penal para el Distrito Federal en Materia de Fuero Común y para toda la República en Materia de
Fuero Federal.

Debe concederse al suscrito xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx, el Beneficio Penitenciario de la


Remisión Parcial de la Pena, pues a pesar que de las copias certificadas de la causa
21/1999 remitidas por el Juez Décimo Primero de lo Penal del Distrito Federal, se
advierte que xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx, se le siguió proceso por el delito
de privación ilegal de la libertad y robo simple, en el que el 20 de julio del año dos
mil uno, se le dictó sentencia condenatoria, en el que la pena es de 23 años 04 días de
prisión y 362 días de multa que equivalen a la cantidad de $12,470.09 (doce mil
cuatrocientos setenta pesos, 90/100M.N.) resolución que se interpuso el recurso de
Apelación por la Segunda Sala Penal en el Distrito Federal con numero de Toca
1107/2001 de fecha 22 de Octubre del año 2001 y que MODIFICA LA PENA dejándola
en 21 años 09 meses y 02 días, quedando la multa igual, Se interpuso el Recurso de
Amparo, de fecha 16 de Agosto del 2004 con número DP.771/2004, en el Primer
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, en la que se establece: “ SE
SOBRESEE en el Juicio de Garantías promovido por xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx”

Así las cosas su señoría, Con fecha 01 de Julio del año 2008 recibí el oficio No
DGES/2813/2008, en el que se da por compurgada la pena impuesta solo por la
causa penal 139/99.

Cabe destacar que el suscrito llevo un proceso federal por el Delito de


Portación de Arma de Fuego reservada para uso exclusivo del ejército, armada y fuerza
aérea, dicha pena de DOS AÑOS de prisión y que se computa a partir del veintisiete de
octubre de mil novecientos noventa y nueve, fecha de aprehensión por esta causa, que
fue impuesta por el Juez Octavo de Distrito en Materia Penal, actual Octavo de Distrito
de Procesos Penales Federales, con residencia en México, Distrito Federal, con la
causa penal 139/99, el primero de febrero del dos mil, y la que fue confirmada por el H.
Tercer Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito, con residencia en el
Distrito Federal, dentro del Toca Penal No 112/2000-ll, mediante ejecutoria de fecha
diecisiete de mayo de dos mil, misma que se compurgo simultáneamente con la causa
29/1999, impuesta por el Juez Décimo Primero Penal en el Distrito Federal, computada
a partir del 02 de Febrero de mil novecientos noventa y nueve, fecha de aprehensión de
esta causa.

Interpuse un Incidente no especificado ante el Juzgado Octavo de Distrito de


Procesos Penales Federales en el cual solicito se compurgara de manera simultánea la
pena impuesta en la causa 21/99 del Juzgado Décimo Primero del fuero común y la
causa 139/99 del Juzgado Octavo de Distrito de Procesos Penales Federales, en el
que el considerando segundo foja nueve se determina que “resulta procedente
determinar que la pena de prisión impuesta, deben descontarse todo el tiempo que el
sentenciado estuvo detenido con motivo de los hechos, esto es desde el dos de febrero
de mil novecientos noventa y nueve, hasta el diecisiete de mayo de dos mil, debe
descontarse TODO ESE TIEMPO DE PRISIÒN PREVENTIVA”, que son 1 año, 03
meses y 15 días.

Con fecha 01 de abril del dos mil trece, interpuse un incidente no especificado
ante el Juzgado Décimo Primero Penal en el Distrito Federal, en el que solicito se me
reduzca la pena y se resuelve lo siguiente: SE QUITA LA PRISION PREVENTIVA AL
INTERNO xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx, POR EL DELITO DE PRIVACION
ILEGAL DE LA LIBERTAD Y ROBO SIMPLE, POR EL TIEMPO DE SEIS MESES,
contados a partir del 02 de Febrero de mil novecientos noventa y nueve, fecha de
aprehensión de esta causa.

Lo anterior es así, pues la potestad conferida al juzgador para emitir una


resolución favorable al beneficio penitenciario, solicitado a que se refieren los
artículos 37 y 16 de Las Leyes de la materia vigente y la que en los momentos de
los hechos imputados se encontraba en vigor en el Distrito Federal, no queda al
arbitrio judicial, sino, que tiene sus limitantes entre las que destacan, lo siguiente:

Articulo 39.-III. Que con base en los estudios técnicos que practique el Centro Penitenciario, pueda
determinarse la viabilidad de su reinserción social. Este será el factor determinante para la concesión o
negativa de la remisión parcial de la pena, que no podrá fundarse exclusivamente en los dos requisitos
anteriores.

empero, las disposiciones contenidas en el artículo 39 párrafo tercero de la Ley


de la materia de igual manera el artículo 16 de la ley de normas mínimas en los
cuales , no debe interpretarse de manera aislada, sino en atención a otros
principios de política criminal contenidos en estas Leyes y Códigos, tales como,
el de la extinción de la pretensión punitiva y de la potestad para ejecutar las
penas y medidas de seguridad, así como cuando en el caso que nos ocupa, la
ejecutoria que constituye el antecedente penal respecto del delito de PRIVACIÓN
ILEGAL DE LA LIBERTAD Y ROBO SIMPLE, data del año mil novecientos noventa
y nueve, teniendo en cuenta además que en relación a la pena de prisión
impuesta y acorde a la disposición contenida en el artículo 116 del Código Penal
para el Distrito federal, la facultad para ejecutar las penas, prescribe en un
término igual al fijado en la condena , sin que pueda ser menor de tres años; así
en el caso, al a ver trascurrido el termino necesario para la prescripción de la
pretensión punitiva y como el antecedente considerado por el aquem , para negar
el sustitutivo de la pena de prisión data, como se dijo del año mil novecientos
noventa y nueve, y los tres años, necesarios para la prescripción de la potestad
de ejecutar las penas ocurrió en el año dos mil tres.

Al ser la pena impuesta de 5 años, si el sentenciado volvió a delinquir, una vez


transcurrido el término necesario para la prescripción de la potestad para ejecutar las
penas, los antecedentes penales no deben tenerse en cuenta, para efectos de negarle
la sustitución de la pena, pues ello contraria todo el sistema de política criminal,
respecto de la readaptación social del sentenciado, ya que la pena de prisión, no es
único medio de lograrlo, pues la aplicación de sustitutivos penales de que se habla,
tienen como fin último prevenir y evitar que el sentenciado vuelva a cometer un acto
ilícito, ya sea presentando servicios a la comunidad o en libertad bajo la orientación y
cuidado de la autoridad ejecutora o bien, reintegrándolo a su medio social.

Sin Olvidar que la privación de libertad, en definitiva, debe ser la última sanción
por imponer al autor de un hecho delictivo, y las tendencias actuales al respecto,
tanto de la doctrina como de la legislación comparada, es la de elaborar un
catálogo de "remedios" con el fin de evitar tanto la cárcel como las consecuencias
negativas que esta siempre lleva consigo. Se persigue la paulatina minimización del uso
de la pena privativa de libertad para dar entrada a un elenco de nuevas penas: las
alternativas a la prisión, bien actúen como penas principales o bien como meros
sustitutivos de la cárcel.

Tampoco debe perderse de vista, que dentro de los límites a la facultad punitiva
del estado se encuentra el principio de culpabilidad de acto y no de autor, así el
juicio de reproche se formula por hechos propios, contrarios a la norma
específica que prevé la conducta a la que se adecua y también contrario al
ordenamiento jurídico en su totalidad, entonces, si el sistema jurídico contempla
la prescripción, es violatorio de garantías que se tomen en consideración para
negar los sustitutivos de la pena de prisión impuesta, antecedentes penales
respecto de delitos que por la fecha de su comisión ya ha trascurrido el tiempo
necesario para la prescripción de la pena, con relación a la comisión del último
delito por el que se juzgó al quejoso, al efecto resulta aplicable la tesis aislada
1.6o.P.118P emitida por el Sexto Tribunal Colegiado del Primer Circuito en Materia
Penal, consultable en la página 3185, tomo XXIX, septiembre de 2009, Novena Época,
del Semanario Judicial de la federación y su gaceta cuyo texto y rubro son:

SUSTITUCION DE LA PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD PROCEDE CONCEDERLA


AUN CUANDO EL SENTENCIADO TENGA UN ANTECEDENTE PENAL POR DELITO
DOLOSO PERSEGUIBLE DE OFICIO, PERO CUYA PENA REBASO EL TIEMPO DE
SU PRESCRIPCION.

Sirven de apoyo al anterior argumento lo establecido en los siguientes criterios


jurisprudenciales que se invocan en los términos y con los alcances establecidos en los
artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo en vigor.

SEGUNDO.- Contrariamente a lo resuelto por el juez A quem, resulta procedente


conceder a xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx, LA SUSPENCIÓN CONDICIONAL DE LA
EJECUCION DE LA PENA, a que se refiere el numeral 89 del Código Penal Para el
Distrito federal, que a la letra expresa:

“ARTÍCULO 89 (Requisitos para la procedencia de la suspensión). El juez o el


Tribunal, en su caso, al dictar sentencia condenatoria, suspenderá motivadamente la ejecución de las
penas, a petición de parte o de oficio, si concurren los requisitos siguientes:
I. Que la duración de la pena impuesta no exceda de cinco años de prisión;
II. Que en atención a las condiciones personales del sujeto, no haya necesidad de sustituir las penas, en
función del fin para el que fueron impuestas; y
III. Que el sentenciado cuente con antecedentes personales positivos y un modo honesto de vida.
El Juez considerará además la naturaleza, modalidades y móviles del delito”.

En efecto tal disposición se actualiza, pues la pena impuesta al suscrito


xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx por la comisión del delito de LESIONES
CALIFICADAS, no excede de cinco años de prisión, presenta antecedentes favorables,
pues de autos se advierte que previo a la comisión de los presentes hechos el suscrito
se encontraba desempleado, pero buscando trabajo, de igual manera se observa que
era auto suficiente, y tiene buenas referencias, aunado a que observaba buena
conducta, , así como que no soy adicto ni a drogas ni a enervantes, lo que a juicio del
suscrito se considera un modo honesto de vida y antecedentes personales positivos,
todo lo anterior según documentales que obran en autos.
Por lo anterior no le asiste la razón al Juez de Alzada al tomar encuentra los anteriores
ingresos a prisión del sentenciado, para negarle el beneficio de que se trata, ya que a
diferencia de los requisitos exigidos para la sustitución de la sanción privativa de
libertad, el articulo 89 supra citado, en la suspensión condicional de la ejecución de la
pena, no exige que al sujeto se le hubiere condenado con anterioridad en sentencia
ejecutoria por delito doloso que se persiga de oficio, como presupuesto para negar tal
beneficio; en consecuencia, debe concederse al sentenciado la suspensión condicional
de ejecución de la pena, al encontrarse satisfechos los requisitos que para el
otorgamiento exige el artículo 89 del Código Penal para el Distrito federal, máxime que
la pena de prisión a la que fui co0ndenado no rebasa los 5 años de prisión. Resultando
al efecto aplicable Jurisprudencia emitida por el Décimo Tribunal Colegiado en Materia
del Primer Circuito, visible en la página 1176, del Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, cuyo texto y rubro son:

SUSPENSIÓN CONDICIONAL DE LA EJECUCIÓN DE LA PENA. LOS ANTECEDENTES PENALES,


NO DEBEN SER DETERMINANTES PARA NEGAR EL BENEFICIO DE LA. A diferencia de los
requisitos exigidos para la sustitución de la sanción privativa de libertad, en la suspensión condicional de
la ejecución de la pena, el Nuevo Código Penal para el Distrito Federal no exige que al sujeto se le
hubiere condenado con anterioridad en sentencia ejecutoria por delito doloso que se persiga de oficio; por
lo que si la Sala responsable motiva su negativa a conceder la suspensión condicional de la pena,
tomando en cuenta los antecedentes penales del sentenciado, el acto reclamado que emita no es
conforme a lo dispuesto por la fracción III del artículo 89 del Código Penal para el Distrito Federal, que
exige, entre otros requisitos, que el reo cuente con antecedentes personales positivos y un modo honesto
de vida, los cuales se pueden demostrar con las constancias que obren en la causa, como son: cartas de
buena conducta, testificales o cualquier otro medio de prueba que demuestren que el sujeto se ha
incorporado a la sociedad como trabajador manual o intelectual, puesto que de esa actitud positiva se
infiere el deseo del cambio de vida del activo del delito que debe ser ponderado al momento de analizar si
se concede o no este beneficio.
DÉCIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 1720/2006. 29 de junio de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Ojeda Velázquez.
Secretaria: Rosario Jácome Maldonado.
Amparo directo 1810/2006. 13 de julio de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Enrique Rueda
Davila. Secretaria: Cristina Ruiz Sandoval.
Amparo directo 2220/2006. 16 de agosto de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Ojeda
Velázquez. Secretaria: Herlinda Álvarez Romo.
Amparo directo 2500/2006. 12 de septiembre de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Ojeda
Velázquez. Secretaria: Herlinda Álvarez Romo.
Amparo directo 2750/2006. 17 de octubre de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Juan Wilfrido
Gutiérrez Cruz. Secretaria: Eva Ríos de la Fuente.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Novena Época. Tribunales Colegiados de Circuito.
Diciembre de 2006. Página 1176

Sirven de apoyo al anterior argumento lo establecido en los siguientes criterios


jurisprudenciales que se invocan en los términos y con los alcances establecidos en los
artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo en vigor.

TERCERO.- Por otro lado el Ad quem no otorga el valor que debió darle a lo declarado
por mi xxxxxxxxxxxxxxx, dejando de observar el principio de inmediatez procesal,
causándome con esto perjuicio ya que tal y como se desprende de actuaciones
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx, ante el ministerio público misma ratificada ante este
órgano jurisdiccional, NIEGA FIRME Y CATEGÓRICAMENTE LOS HECHOS QUE LE
IMPUTAN, por lo que en atención a lo anterior y toda vez que las presentes
declaraciones estan robustecidas con otros medios de pruebas idoneos, lo que hace
creible lo manifestado por mi, sirva como referencia para lo anterior lo dictado en la
siguiente tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de nuestro Máximo
Tribunal de Justicia, con el rubro y texto siguiente:

CONFESION. PRIMERAS DECLARACIONES DEL REO. EXCLUSION.


Conforme al principio de inmediatez procesal, merecen mayor crédito las
declaraciones rendidas con mayor cercanía a los hechos, pero este principio no es, ni
puede ser, absoluto, sino que se excluye cuando la versión de los hechos
proporcionada en preparatoria, tenga más credibilidad, y sobre todo cuando
existan otros elementos probatorios que confirmen el contenido de esas segundas
declaraciones.

Séptima Epoca, Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación,


Tomo: 175-180 Segunda Parte, Página: 38.

Igualmente es conducente la tesis sustentada por la Primera Sala de nuestro Máximo


Tribunal de Justicia, de rubro y contenido siguientes:

CONFESION, PRIMERAS DECLARACIONES DEL REO CONTRADICTORIAS CON


LA.
Si según el acusado, debió de otorgarse preferentemente validez a sus primigenias
manifestaciones, debe decirse que no por el hecho de ser las iniciales en rendirse, las
primeras declaraciones poseen en todos los casos una fuerza probatoria preferente,
dado que la inmediatez no es el único dato indicador de su veracidad, puesto que
deben atenderse otros elementos que las corroboren y las hagan, por lo mismo,
creíbles; mas no en un caso en que la primera declaración exculpatoria resulta
inverosímil y, además, contradictoria con la posterior confesión.

Séptima Epoca, Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación,


Tomo: 175-180 Segunda Parte, Página: 29.

Al contrario de lo que sucede con la declaración del suscrito, el Ad quem al valorar la


declaración de los denunciantes xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx les
da un valor probatorio que desde el particular punto de vista del que suscribe no debió
darle, ya que es de explorado derecho que no basta la declaración del denunciante,
para dictar una sentencia condenatoria y debemos de observar que esta declaración no
esta fortalecida con otro medio de prueba; así mismo para robustecer lo declarado por
la denunciante debe de haber otros indicios o elementos de prueba que la fortalezcan,
situación que en el presente caso no se da sirvan de apoyo las siguientes tesis
jurisprudenciales que me permito reproducir a continuación:

IMPUTACIÓN EN CONTRA DEL ACUSADO.


Es de explorado derecho que la sola imputación no hace prueba en contra del
acusado, si no existen otros indicios ni elementos de prueba que la fortalezcan .
Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación, Parte : 10
Segunda Parte, Tesis: Página: 29.

Resulta ser insuficiente para dictar sentencia condenatoria en contra del suscrito
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx no obstante que se afirme que lo manifestado por el ofendido
tiene singular importancia, ya que tal declaración debe valorarse con análisis critico
conforme a las normas que regulan la valoración de la prueba testimonial, ya que la
declaración del ofendido como la de todo testigo, tiene determinado valor, en proporción
al apoyo que le presten otras pruebas, datos o circunstancias que obren en el sumario,
a fin de poder establecer si se encuentra robustecida, para que adquiera validez
preponderante

Atento a lo anterior, se advierte la notoria ausencia de pruebas con valor convictito


pleno, para acreditar tanto la conducta, en consecuencia, no resulta procedente dictar
una sentencia condenatoria al justiciable xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx, máxime que el
encausado refiere que los hechos que se le imputan son falsos, circunstancia que por si
mismas y ante La ineficacia ministerial para aportar elemento los probatorios eficientes
al sumario, son suficientes para desvirtuar La imputación que sobre el justiciable pesa.

Por lo que en tal orden de ideas. Y dada la ausencia de pruebas plenas que
demuestren la Conducta del acusado, al no haber aportado el Ministerio Público
pruebas suficientes para probar su acusación, en términos de lo previsto por el articulo
248 del CPP para el D.F. y con fundamento en el numeral 247 del mismo ordenamiento
procedimental. Resulta procedente ABSOLVER AL SENTENCIADO
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx al existir insuficiencia probatoria para tener
por acreditada la conducta del mismo

Por lo que hace a las declaraciones vertidas por los policías, rendidas ante el agente del
Ministerio público y ratificadas ante el Juzgado Sexagésimo Tercero de lo Penal, este
NO DEBIÓ DARLES VALOR PROBATORIO, debido a que no son testigo de hechos
sino de oídas lo que se desprende de lo declarado por este mismos ante el Ministerio
Publico, ya que no les constan los hechos constitutivos del delito, sino solo el
aseguramiento de los ahora procesados; por lo que de igual manera debe restársele
valor probatorio ya que no son un testigo presencial sino simplemente de oídas, por lo
que este dicho no puede tomarse como “dato suficiente” para establecer la culpabilidad
de una persona, independientemente de lo anterior el Juez Natural utiliza estas
declaraciones para reforzar lo manifestado por el denunciante y su supuesto testigo de
hecho, causando con esto agravios a mi patrocinado, ya que como se manifestó
anteriormente NO DEBIÓ DARLES VALOR PROBATORIO, por las consideraciones
vertidas con anterioridad, sirva de apoyo para lo anterior los criterio de las siguientes
tesis jurisprudenciales que a la letra dicen:

TESTIGO DE OIDAS.
Por testigo de oídas debe entenderse a aquel que no conoce por sí mismo los
hechos sobre los que depone, sino que es informado de ellos por una tercera
persona, en cambio testigo presencial es aquel que declara respecto de hechos que
percibió, habiendo sido su fuente de información directa y personal. SEGUNDO
TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, Parte : IV, Octubre de 1996, Tesis: VI.2o. J/69, Página: 478.

AUTO DE PRISION PREVENTIVA. EL DICHO DE UN TESTIGO DE OIDAS NO PUEDE


TOMARSE COMO DECLARACION BAJO PROTESTA DE PERSONA DIGNA DE FE
PARA LOS EFECTOS DE DICTAR UN. (LEGISLACION DEL ESTADO DE CHIAPAS).
El dicho de un testigo de oídas no puede tenerse como declaración bajo protesta de
persona digna de fe, para los efectos de dictar un auto de prisión preventiva, en razón de
que su exposición no es sobre hechos que le consten por vivencias propias, sino
referidas por un tercero, tampoco ese dicho puede tomarse como "datos suficientes"
para fincar la probable responsabilidad de un inculpado , pues por tales datos debe
entenderse pluralidad de indicios, cuando menos dos, circunstancia que no se actualiza
con el dicho de un testigo, y menos si es de oídas. TRIBUNAL COLEGIADO DEL
VIGESIMO CIRCUITO.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, Parte : I, Junio de 1995, Tesis: XX.9 P, Página: 402.

TESTIGO DE OIDAS. INEFICACIA DE SU DICHO PARA HACER PROBABLE LA


RESPONSABILIDAD REQUERIDA EN EL DICTADO DE UNA ORDEN DE
APREHENSION.
Para dictar una orden de captura dentro de las exigencias del artículo 16 constitucional,
el dicho de un testigo de oídas no puede tenerse como declaración bajo protesta de
persona digna de fe, porque su exposición no es sobre hechos que le consten por
vivencias propias sino referidas por terceros que no han sido examinados en el sumario,
ni menos aquel dicho puede tomarse como datos bastantes para fincar la presunta
responsabilidad de un inculpado, pues por tales datos deben entenderse pluralidad de
indicios, cuando menos dos, circunstancia que no se actualiza con el dicho de un testigo,
aun cuando manifieste que la comunicación la recibió de dos o más personas.
TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO CIRCUITO.

En el caso concreto, los Policías remitentes no son elementos idóneos para


asegurar que la conducta del sentenciado narrada por los aprehensores fuera la
conducente para ejecutar la acción, como tampoco el que se retirara del lugar
apresuradamente.

Estimar lo contrarío, implicaría adoptar un razonamiento al absurdo, para


basar la estructura del razonamiento ponderativo de las pruebas en apreciaciones
subjetivas carentes de sustento jurídico; tan en así que la misma circunstancia podría
apreciarse en orden inverso, para sostener que si bien pudo acontecer que el
sentenciado al ver a los elementos aprehensores tratara de retirarse del lugar, ello
obedeciera a la intención de evadirlos, pero no por la comisión de un delito sino porque
se había peleado con los denunciantes.

Por tal motivo, constituye una inexacta apreciación de los hechos la


afirmación sostenida por la autoridad responsable en el acto reclamado, al referir que el
testimonio de los agentes aprehensores es eficaz para la demostración del delito; pues
como lo resalta el impetrante de amparo, los propios agentes al declarar refirieron que
por lo que hacía a la manera como sucedieron los hechos, los ignoraban por no
haberlos presenciado y sólo les constaba las circunstancias de detención del
enjuiciado; aspecto que no fue apreciado por la autoridad responsable.

Es ilegal la valoración expuesta por la autoridad responsable con relación a


la declaración del sentenciado xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx, al contravenir los
principios de derecho penal de no autoincriminación y presunción de inocencia; pues al
respecto se expone en el acto reclamado los razonamientos siguientes:

a) La versión del sentenciado si bien no se encuentra corroborada con


prueba alguna, a efecto de desvirtuar el cúmulo de datos existentes en su contra,
particularmente el deposado de los denunciantes xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx.

c) La negativa del enjuiciado es un acto defensista no probado, con el inútil


afán de desvincularse de responsabilidad en el hecho delictivo analizado; que incumple
con el principio rector de la carga de la prueba previsto en el artículo 248 del Código de
Procedimientos Penales para el Distrito Federal, conforme al que se precisa que quien
afirma está obligado a probar y también quien niega cuando lleva implícita una
afirmación.

En efecto, no puede sostenerse de manera tajante que la versión apuntada


por el enjuiciado carezca de pruebas que permitan corroborar la certeza de sus
alegaciones, porque contrario a lo que afirma la autoridad responsable, los testimonios
de los agentes aprehensores no son del todo contrapuesto a la versión del encausado.

Además, el hecho de que el sentenciado se negara a carearse con quienes


depusieran en su contra, de ninguna manera debe interpretarse por la autoridad judicial
como un elemento que le perjudique; estimarlo de tal manera contraviene el principio de
no autoincriminación, que como garantía constitucional se prevé en el artículo 20,
apartado A, fracciones II y IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en cuyos enunciados normativos se establece que ningún inculpado podrá
ser obligado a declarar y que el careo constituye un derecho público subjetivo que
depende de la voluntad del enjuiciado.

Tópico que encuentra sustento en la tesis CXXIII/2004, dictada por la


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la Contradicción
de Tesis 29/2004-PS, entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado del
Segundo Circuito, ahora Primero en Materia Penal del mismo circuito y el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito; visible en la foja cuatrocientos
quince, del Tomo XXI, correspondiente a enero de dos mil cinco, Novena Época, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, con el contenido siguiente:

“DERECHO DE NO AUTOINCRIMINACIÓN. ALCANCE DEL CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 20,


APARTADO A, FRACCIÓN II, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL. El artículo 20, apartado A, fracción II,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece la garantía específica del derecho
del inculpado de no declarar en su contra, la cual supone la libertad de aquél para declarar o no, sin que
de su pasividad oral o escrita pueda inferirse su culpabilidad, es decir, sin que su derecho a guardar
silencio sea utilizado como un indicio de responsabilidad en los hechos ilícitos que se le imputan; de ahí
que el derecho de no autoincriminación deba entenderse como la garantía que tiene todo inculpado a no
ser obligado a declarar, ya sea confesando o negando los hechos que se le imputan, razón por la cual se
prohíben la incomunicación, la intimidación y la tortura, e incluso la confesión rendida ante cualquier
autoridad distinta del Ministerio Público o del Juez, o ante éstos sin la presencia de su defensor, carecerá
de valor probatorio. De dicha garantía no se desprende que el inculpado esté autorizado para declarar
con falsedad ante la autoridad, sino solamente a no ser obligado a declarar, pues de las exposiciones de
motivos del referido artículo constitucional se infiere que lo que pretendió el Constituyente fue que el
inculpado no confesara, por motivos de conveniencia, un delito que no cometió, o que su confesión fuera
arrancada por tortura de parte de las autoridades, pretendiendo con ello la veracidad de dicha prueba
confesional o, en su caso, que el inculpado tuviera el derecho de guardar silencio. Además, la referida
garantía rige todo el proceso penal, incluida la averiguación previa, sin que existan limitaciones al
respecto por parte de la ley secundaria, ello en términos del último párrafo del apartado A del artículo 20
constitucional.”.

En cuanto corresponde al principio de la carga probatoria en Derecho Penal


a que se refiere el artículo 248 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal, de ninguna manera puede emplearse como presupuesto para la ponderación
de la declaración del inculpado; pues no debe soslayarse que en materia penal impera
del derecho subjetivo de presunción de inocencia, implícitamente reconocido en las
normas constitucionales.

De esta manera, queda claro que la carga de la prueba en materia penal en


todo momento recae sobre las autoridades ministeriales, quienes tienen el deber de
demostrar la existencia del delito y la responsabilidad del enjuiciado, aportando los
elementos de prueba que sean conducentes para tal efecto; mientras que a la autoridad
judicial le corresponde constatar la demostración de dichos presupuestos.

En tal contexto, es evidente que en todo momento debe imperar el principio


de presunción de inocencia a favor del inculpado, hasta en tanto no se demuestre lo
contrario; es decir, que únicamente cuando se desvirtúa este principio, mediante
elementos eficaces apreciados con apego a las reglas de valoración de las pruebas que
rigen el debido proceso legal, es como podría admitirse que corresponderá al inculpado
aportar elementos tendentes a exculparlo de la acusación; situación que no acontece
en la especie, porque como se ha señalado, existe insuficiencia de pruebas para
acreditar el delito.

En este sentido, resulta aplicable al caso concreto la tesis XXXV/2002,


dictada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la página
catorce, del Tomo XVI, correspondiente a agosto de dos mil dos, Materias
Constitucional y Penal, Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, con el contenido siguiente:

“PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. EL PRINCIPIO RELATIVO SE CONTIENE DE MANERA IMPLÍCITA


EN LA CONSTITUCIÓN FEDERAL. De la interpretación armónica y sistemática de los artículos 14,
párrafo segundo, 16, párrafo primero, 19, párrafo primero, 21, párrafo primero, y 102, apartado A, párrafo
segundo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se desprenden, por una parte, el
principio del debido proceso legal que implica que al inculpado se le reconozca el derecho a su libertad, y
que el Estado sólo podrá privarlo del mismo cuando, existiendo suficientes elementos incriminatorios, y
seguido un proceso penal en su contra en el que se respeten las formalidades esenciales del
procedimiento, las garantías de audiencia y la de ofrecer pruebas para desvirtuar la imputación
correspondiente, el Juez pronuncie sentencia definitiva declarándolo culpable; y por otra, el principio
acusatorio, mediante el cual corresponde al Ministerio Público la función persecutoria de los delitos y la
obligación (carga) de buscar y presentar las pruebas que acrediten la existencia de éstos, tal y como se
desprende de lo dispuesto en el artículo 19, párrafo primero, particularmente cuando previene que el auto
de formal prisión deberá expresar "los datos que arroje la averiguación previa, los que deben ser
bastantes para comprobar el cuerpo del delito y hacer probable la responsabilidad del acusado"; en el
artículo 21, al disponer que "la investigación y persecución de los delitos incumbe al Ministerio Público";
así como en el artículo 102, al disponer que corresponde al Ministerio Público de la Federación la
persecución de todos los delitos del orden federal, correspondiéndole "buscar y presentar las pruebas
que acrediten la responsabilidad de éstos". En ese tenor, debe estimarse que los principios
constitucionales del debido proceso legal y el acusatorio resguardan en forma implícita el diverso principio
de presunción de inocencia, dando lugar a que el gobernado no esté obligado a probar la licitud de su
conducta cuando se le imputa la comisión de un delito, en tanto que el acusado no tiene la carga de
probar su inocencia, puesto que el sistema previsto por la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos le reconoce, a priori, tal estado, al disponer expresamente que es al Ministerio Público a quien
incumbe probar los elementos constitutivos del delito y de la culpabilidad del imputado.”

Conforme a los citados razonamientos, es evidente que la apreciación


realizada por la autoridad responsable con relación a la declaración del enjuiciado
vulnera las reglas de valoración de las pruebas, porque los ponderados en el acto
reclamado son insuficientes para acreditar el delito en comento.

Al respecto, cabe advertir que la figura de prueba insuficiente se actualiza


cuando el conjunto de elementos de prueba que conforman la causa penal, no es
bastante para concluir inequívocamente la existencia del delito o responsabilidad penal
plena del sentenciado; como se aprecia del contenido de la Jurisprudencia 278, dictada
por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en la
página doscientos tres, del Tomo II, correspondiente a la Materia Penal, Sexta Época,
del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, al tenor siguiente:

“PRUEBA INSUFICIENTE, CONCEPTO DE. La prueba insuficiente se presenta cuando del conjunto de
los datos que obran en la causa, no se llega a la certeza de la existencia del delito o de las imputaciones
hechas; por tanto, la sentencia con base en prueba insuficiente, es violatoria de garantías.”

En tal sentido, resulta innecesario constatar la demostración de los restantes


elementos objetivos y subjetivos del tipo penal, al ser incontrovertible la consecuencia
jurídica que sostiene la presente ejecutoria.

Por tanto, conforme a lo dispuesto por los artículos 14, párrafo tercero, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que tutela la garantía de
legalidad, relativo al principio de exacta aplicación de la ley penal, y 122 del Código de
Procedimientos Penales para el Distrito Federal, de cuyo contenido se desprende que
la autoridad judicial tendrá por comprobado el delito de que se trate, cuando esté
acreditado el conjunto de elementos objetivos o externos constitutivos de la
materialidad del hecho delictivo, y los subjetivos o normativos cuando sean requeridos
por el tipo penal; al existir insuficiencia probatoria para acreditar los elementos
constitutivos del delito LESIONES CALIFICADAS, previsto y sancionado en el artículo
176, párrafo primero y segundo, del Código Penal para el Distrito Federal, es inconcuso
que la sentencia condenatoria que se reclama es violatoria de garantías.

Cabe estacar que el derecho penal, esta estrictamente regulado por el principio de
tipicidad, en cuanto que, para que la acción u omisión sea punible, debe adecuarse con
los elementos de la hipótesis de la norma violada; por lo que se requiere se acredite el
elemento objetivo “conducta”, dado que de no presentarse esta circunstancias no existe
base jurídica para establecer la existencia del delito materia de análisis, por ende y
como lo señala el artículo segundo del nuevo código penal para el Distrito Federal, que
a la letra señala:

ARTICULO 2.-(principio de tipicidad y prohibición de la aplicación retroactiva analógica y


por mayoría de razón). No podrá imponerse pena o medida de seguridad, si no se
acredita la existencia de los elementos de la descripción legal del delito de que se trate.
Queda prohibida la aplicación retroactiva, analógica o por mayoría de razón, de la ley
penal en perjuicio de persona alguna.

Debe observarse esta institución jurídica al momento de resolverse el presente caso,


así como lo estipulado en el catorce constitucional que señala:

ARTICULO 14.-...En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple
analogía y aun por mayoría de razón, pena alguna que no este decretada por una ley
exactamente aplicable al delito de que se trata. ...

De tal manera que si los medios de prueba no son idóneos y suficientes para satisfacer
todos los requerimientos típicos, se infringe en perjuicio de los sentenciados el citado
articulo 14 constitucional; en este sentido cabe citar la tesis jurisprudencial, sustentada
por la Primera Sala de nuestro Máximo Tribunal de Justicia, que en su contenido y
rubro dice:

TIPICIDAD.
Siendo la tipicidad un elemento objetivo del delito, que se integra mediante la función de
comprobación de que el hecho imputado (conducta y resultado) se adecúa al
presupuesto normativo y descriptivo (tipo), la sentencia impugnada, al aceptar que en
autos se comprobó el cuerpo del delito previsto en un precepto, está realizando la
función de comprobar que el hecho imputado encaja, en forma perfecta, dentro de la
hipótesis recogida por el tipo.

Sexta Epoca, Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación


Tomo: Segunda Parte, XXII, Página: 187.

Por tanto al evidenciarse que la sentencia definitiva reclamada es violatoria


de la garantía de exacta aplicación de la ley penal, lo que incide necesariamente en la
concesión de la protección constitucional solicitada, es innecesario analizar los
restantes conceptos de violación expresados por el quejoso en la demanda de
garantías. Al respecto, es aplicable la Jurisprudencia V.2o. J/7, dictada por el Segundo
Tribunal Colegiado del Quinto Circuito, cuyo criterio comparte este órgano de control
constitucional, publicada en la página ochenta y seis, del Tomo VII, correspondiente a
abril de mil novecientos noventa y uno, parte Jurisprudencia en Materia Común, Octava
Época, del Semanario Judicial de la Federación, al tenor siguiente:
“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. CUANDO SU ESTUDIO ES INNECESARIO. Si al considerarse fundado
un concepto de violación ello trae como consecuencia la concesión del amparo, es innecesario analizar
los restantes, ya que cualquiera que fuera el resultado de ese estudio, en nada variaría el sentido de la
sentencia.”

La concesión del amparo se hace extensiva a las autoridades ejecutoras,


Juez Décimo Octavo Penal y Director de Ejecución de Sanciones Penales, ambas del
Distrito Federal, en virtud de que el acto que se les reclama no fue impugnado por
vicios propios, sino que su inconstitucionalidad se hace derivar de la que se atribuye al
acto reclamado por el que se concedió el amparo.

Sirve de apoyo la Jurisprudencia ochenta y ocho, sustentada por la Tercera


Sala del Máximo Tribunal del país, Quinta Época, visible en la página setenta, del
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, Sección Jurisprudencia de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, materia común, publicada con el título y
contenido siguientes:

“AUTORIDADES EJECUTORAS, ACTOS DE. NO RECLAMADOS POR VICIOS PROPIOS. Si la


sentencia de amparo considera violatoria de garantías la resolución que ejecutan, igual declaración debe
hacerse respecto de los actos de ejecución, sino se reclaman, especialmente por vicios propios.”

Por tanto de estimar procedente la concesión del amparo, respecto al


cumplimiento del amparo concedido, ilustra, en lo conducente, la Jurisprudencia
sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo XXI, marzo de dos mil cinco, página doscientos cincuenta y tres, que dice:

“CUMPLIMIENTO DE SENTENCIAS DE AMPARO. CUANDO LA PROTECCIÓN FEDERAL IMPLICA


DEJAR INSUBSISTENTE EL LAUDO RECLAMADO Y DICTAR UNO NUEVO, LA RESPONSABLE
DEBE DECIDIR TODAS LAS CUESTIONES LITIGIOSAS EN LA NUEVA RESOLUCIÓN, EVITANDO
LA COEXISTENCIA DE DOS O MÁS. Si el amparo se otorga contra un laudo, el cumplimiento de la
ejecutoria implica dejarlo sin efecto y dictar otro que dirima todos los puntos de la litis en los términos
señalados en la sentencia de garantías; por tanto, si en el nuevo laudo la responsable únicamente decide
aquellos puntos litigiosos pero nada resuelve sobre los definidos o intocados, sino que respecto de ellos
deja parcialmente subsistente el laudo reclamado, tal proceder genera la coexistencia de dos
resoluciones, lo que impedirá declarar cumplida la ejecutoria, en virtud de que el laudo, como acto jurídico
de decisión con que culmina la contienda, no debe emitirse en varios actos, sino en uno solo que dé
unidad a la decisión, tanto más si las resoluciones que constan en diversos actos contienen resolutivos
ejecutables, lo que adquiere mayor relevancia por la obligación de resolver todos los puntos litigiosos en
acatamiento del principio de congruencia, así como por la vinculación entre las prestaciones y las
pruebas, que no deben resolverse ni valorarse de manera separada e incompleta, pues de hacerlo así
existiría el riesgo de obtener un resultado diverso al de su valoración conjunta.”
Ahora bien en el presente caso, no se acredito por parte del Ministerio Público la
existencia de los elementos de la descripción legal del delito DE PRIVACIÓN ILEGAL
DE LA LIBERTAD Y ROBO SIMPLE, por el cual consigno el Ministerio Público al
suscrito, por ende no quedó demostrada la culpabilidad del activo en el presente juicio,
y en aras a salvaguardar los lineamientos constitucionales solicito a Ustedes C.
Magistrados que al momento de emitir su fallo se sirva OTORGAR EL AMPARO Y
PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL.

Señor Magistrado, tomando en cuenta que para dictar una sentencia definitiva en
sentido condenatorio, es necesario que las pruebas que obran en el sumario sean
completamente claras y contundentes para establecer, de modo indubitable, que el
inculpado fue quien cometió el ilícito penal por el cual lo acuso el Ministerio Público; en
consecuencia, si los datos arrojados en la averiguación previa y en la tramitación de la
causa, debidamente valorados, no son suficientes ni aptos para acreditar la acción
típica motivo del presente estudio, lo procedente para salvaguardar la legalidad de las
resoluciones judiciales es AMPARAR la determinación del Juez de SEGUNDA
instancia; siendo aplicable la tesis, sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado Del
Segundo Circuito, de contenido y rubro siguiente:

PRUEBA INSUFICIENTE. CONCEPTO DE.


La prueba insuficiente se presenta, cuando con el conjunto de los datos que obran en la
causa, no se llega a la certeza de las imputaciones hechas; por lo tanto, la sentencia
condenatoria dictada con base en ella, es violatoria de garantías.

Octava Epoca, Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEGUNDO


CIRCUITO. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Tomo: 70, Octubre
de 1993, Tesis: II.3o. J/56, Página: 55.

Igualmente es conducente la tesis sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado Del


Septimo Circuito, de rubro y contenido siguientes:

SENTENCIA CONDENATORIA. DEBE CONCEDERSE EL AMPARO CUANDO SE


BASA EN PRUEBA INSUFICIENTE.
Si la prueba de los hechos delictuosos a que se refiere la sentencia reclamada no
producen la certeza del órgano colegiado que se desarrollaron en la forma y bajo las
circunstancias en que lo describió el tribunal de alzada en su fallo, éste resulta violatorio
de garantías por basarse la sentencia en prueba insuficiente, que se presenta cuando del
conjunto de los datos que obran en la causa, no se llega a la certeza de las imputaciones
hechas. Por tanto, procede conceder al quejoso el amparo y protección de la justicia
federal que solicita contra la sentencia reclamada.
Octava Epoca, Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEPTIMO
CIRCUITO. Fuente: Semanario Judicial de la Federación, Tomo: I, Segunda Parte-2,
Enero a Junio de 1988, Página: 665.

Señor Magistrado, en el presente caso no existe una correspondencia unívoca (uno a


VIII. Solicitud de suplencia de la queja.

Respetuosamente de sus Señorías solicito que se aplique en lo


conducente la figura jurídica de la SUPLENCIA DE LA QUEJA por cuanto a la
existencia de algún concepto de violación no esgrimido en mi favor en la presente
demanda de garantías, o la violación a alguno de los principios jurídicos elementales
como la presunción de inocencia y el debido proceso legal, lo anterior en términos y con
los alcances del numeral 76 bis de la Ley de Amparo en vigor y al efecto resulta
aplicable la jurisprudencia de la Novena Época, Instancia: Primera Sala, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo: VIII, Septiembre de 1998,
Tesis: 1a./J. 50/98, página: 228, cuyo texto y rubro son la siguiente jurisprudencia que
dice:

SUPLENCIA DE LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA EN MATERIA PENAL, NO IMPLICA EL HACER


PROCEDENTE UN RECURSO QUE NO LO ES. La suplencia de la deficiencia de la queja que existe en
la materia penal sólo tiene como fin resolver sobre la cuestión efectivamente planteada y sobre la
legalidad o constitucionalidad del acto impugnado, no obstante las imperfecciones o ausencia de
conceptos de violación o agravios, para evitar que por una defensa inadecuada o insuficiente, se prive de
la libertad de manera injustificada a una persona, pero de ninguna manera llega al extremo de admitir
juicios o recursos no permitidos por la Constitución General de la República y las leyes que de ella
emanan. Conforme al artículo 76 bis, fracción II, de la Ley de Amparo, las autoridades que conozcan del
juicio de amparo deberán suplir la deficiencia de los conceptos de violación de la demanda, así como de
los agravios formulados en los recursos que esta ley establece, en materia penal, aun ante la ausencia de
conceptos de violación o de agravios. Suplir implica en este caso integrar lo que falta o subsanar una
imperfección, completar lo parcial o incompleto, y únicamente opera sobre conceptos de violación o
agravios en el caso de que éstos sean materia de estudio ante la inexistencia de una causa de
improcedencia, por lo que la suplencia sólo opera una vez que es procedente el juicio o recurso, pero no
significa actuar al margen de la ley declarando procedente lo improcedente.
Reclamación 86/96. Sabino Diosdado Contreras. 15 de enero de 1997. Cinco votos. Ponente: Humberto
Román Palacios. Secretario: Manuel Rojas Fonseca.
Reclamación 16/97. Marco Antonio Álvarez Peña. 2 de abril de 1997. Unanimidad de cuatro votos.
Ausente: Juventino V. Castro y Castro. Ponente: Humberto Román Palacios. Secretario: Miguel Ángel
Zelonka Vela.
Reclamación 78/97. Nicéforo Bojórquez Bracamontes. 1o. de octubre de 1997. Cinco votos. Ponente:
José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretario: Alfredo López Cruz.
Reclamación 84/97. Israel Santamaría Guzmán. 5 de noviembre de 1997. Cinco votos. Ponente: Juan N.
Silva Meza. Secretario: Jorge Humberto Benítez Pimienta.
Reclamación 6/98. Aurelio Sánchez Carrillo. 1o. de julio de 1998. Cinco votos. Ponente: José de Jesús
Gudiño Pelayo. Secretaria: Blanca Evelia Parra Meza.
Tesis de jurisprudencia 50/98. Aprobada por la Primera Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en sesión de veintiséis de agosto de mil novecientos noventa y ocho, por unanimidad de cinco
votos de los Ministros presidente Humberto Román Palacios, Juventino V. Castro y Castro, José de Jesús
Gudiño Pelayo, Juan N. Silva Meza y Olga Sánchez Cordero de García Villegas.

Por lo anteriormente expuesto y fundado,

A USTEDES CC. MAGISTRADOS, atentamente pido se sirvan:


PRIMERO.- Tenerme por presentado en los términos del presente
escrito demandando EL AMPARO Y PROTECCION DE LA JUSTICIA DE LA UNION
para los efectos planteados en la misma.

SEGUNDO.- Suplir en mi favor la deficiencia de la Queja en


conformidad con lo que dispone el artículo 76 Bis de la Ley de Amparo.

TERCERO.- Concederme EL AMPARO Y PROTECCION DE LA


JUSTICIA FEDERAL, por los actos y contra las autoridades que se señalan en la
presente demanda en los términos y con los alcances expresados en el presente
ocurso.

PROTESTO LO NECESARIO.

xxxxxxxxxxxxxx

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